Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD Resumen Gracias a la investigación básica cada vez se entiende mejor la patogenia y el tratamiento del dolor lumbar en sus aspectos genéticos y moleculares. El dolor lumbar muchas veces se origina en lesiones del disco intervertebral. Parece que las citocinas (metaloproteinasas de la matriz, la fosfolipasa A2, el óxido nítrico y el factor-α de necrosis tumoral) contribuyen a la aparición del dolor lumbar. En la actualidad se están desarrollando fármacos para lograr modular las mencionadas sustancias. Las investigaciones recientes sobre factores de crecimiento para estimular la regeneración de los condrocitos están ofreciendo resultados esperanzadores. Es muy probable que los avances en terapia génica para la prevención de la degeneración y la regeneración de los condrocitos acaben siendo útiles desde el punto de vista clínico. J Am Acad Orthop Surg (Ed Esp) 2004;3:178-187 J Am Acad Orthop Surg 2004;12:106-115 Entre un 70 y un 85% de la población sufre dolor lumbar en algún momento de su vida. La incidencia anual de dolor lumbar en adultos es del 15% y su punto de prevalencia es del 30%.1 El dolor lumbar es la primera causa de incapacidad en personas menores de 50 años. Dicho dolor puede originarse en los discos intervertebrales, en las articulaciones de las carillas, en las vértebras, en las estructuras nerviosas, musculares y ligamentosas, y en la fascia. Se están desarrollando investigaciones sobre la fisiopatología del dolor lumbar y las radiculopatías, para encontrar nuevas estrategias terapéuticas. Los recientes avances en la investigación básica podrán servir finalmente para tratar las lumbalgias. Estructura del disco intervertebral El disco intervertebral, que está compuesto por tejido fibrocartilaginoso, absorbe y disipa las cargas que actúan sobre la columna vertebral, y permite que se mueva suavemente. El disco tiene una estructura única, compuesta en su parte interior por el núcleo pulposo, y está rodeado por una 178 estructura externa llamada anillo fibroso (fig. 1). Las propiedades hidráulicas y de transporte iónico, así como el comportamiento mecánico de la matriz sólida de colágeno y agrecán, influyen en la deformación del núcleo pulposo. El anillo fibroso está compuesto por capas de laminillas de colágeno entrelazadas, con una población celular relativamente homogénea de células de aspecto condrocítico, que sintetizan una matriz rica en colágeno y pobre en proteoglucanos. Las formas predominantes de colágeno en el material del disco intervertebral son del tipo I y II (fig. 2). El colágeno de tipo I tiene su mayor concentración en el anillo fibroso, mientras que el de tipo II la tiene en el núcleo pulposo. Los tipos V y XI se encuentran en pequeñas concentraciones en el anillo fibroso y en el núcleo pulposo, respectivamente. Algunos tipos de colágeno no fibrilares de hélice corta, como son el VI y el IX, se encuentran en el anillo fibroso y en el núcleo pulposo, mientras que el de tipo XII sólo existe en el anillo fibroso. En el disco intervertebral sano, los elementos vasculares y nerviosos sólo se encuentran en las fibras periféricas del anillo fibroso. Por encima y por debajo del disco hay unas capas de cartílago hialino llamadas placas terminales, con unos poros que actúan como canales de difusión, fundamentales para la nutrición discal.2 En el disco intervertebral existen pocas células, y sólo constituyen el 15% del volumen tisular. En el núcleo pulposo el tipo predominante celular es el condrocito. Además, el número de células disminuye rápidamente en el disco, desde la placa terminal hasta el núcleo pulposo. La red de colágeno que hay en el interior del anillo fibroso le proporciona su resistencia tensora. También limita la expansión de las moléculas del proteoglicano agrecán dentro del núcleo. Dichas moléculas le proporcionan su rigidez a la compresión y le capacitan para poder llevar a cabo su deformación reversible. El núcleo pulposo es rico en proteoglicanos y tiene normalmente un 70-80% de agua, que ayuda a mantener la altura discal y a disipar las cargas que actúan sobre él. La propiedad viscoelástica del núcleo pulposo y de la parte más interna del anillo fibroso es bifásica, y se asocia a cambios volumétricos que ocurren por extrusión e imbibición del líquido intersticial. La compresión o curvatura de los segmentos móviles vértebra-disco-vértebra hacen que el disco se abulte, que se El Dr. Biyani es Assistant Professor, Department of Orthopedic Surgery, Medical College of Ohio, Toledo, OH. El Dr. Andersson es Professor and Chairman, Department of Orthopaedic Surgery, Rush University Medical Center, Chicago, IL. Ninguno de los siguientes autores ni los departamentos asociados con ellos han recibido ayudas ni poseen acciones en empresas u organismos relacionados directa o indirectamente con el tema de este artículo: Dr. Biyani y Dr. Andersson. Copyright 2004 by the American Academy of Orthopaedic Surgeons. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 54 Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD Figura 1. Distribución de las fibras fibrocartilaginosas del anillo fibroso. A, Las fibras se colocan en forma laminar concéntrica. B, Visión ampliada de la parte central del disco intervertebral. 1 = núcleo pulposo, 2 = anillo fibroso, 3 = disposición horizontal de las fibras colágenas de la placa terminal cartilaginosa, 4 = placa ósea terminal, 5 = canal vascular en contacto directo con la placa terminal cartilaginosa. C, Distribución de las fibras en la parte periférica del disco intervertebral. 6 = fibras externas del anillo fibroso, 7 = anclaje de las fibras a la placa terminal ósea (fibras de Sharpey). (Adaptado con autorización de Dupuis PR: The anatomy of the lumbosacral spine, in Kirkaldy-Willis WH, Burton CV (eds): Managing Low Back Pain, 3.a ed. New York, NY: Churchill Livingstone, 1992, págs. 10-27.) deforme la placa terminal y se produzcan cambios volumétricos. Por el contrario, la rotación provoca una distorsión de la forma del anillo fibroso, pero sin producir cambios volumétricos. Las propiedades funcionales del disco intervertebral dependen de la composición e integridad de la matriz extracelular. Parece ser que existe un sistema complejo de activación-inhibición que regula los procesos normales que tienen lugar en el disco intervertebral, de forma que cuando dicha regulación se pierde se produce su degeneración. La pérdida de homeostasis en- 55 tre el catabolismo y la síntesis de la matriz puede producir cambios biomecánicos y microestructurales en el disco. Dichos cambios preceden a las alteraciones morfológicas importantes. Cambios producidos por la edad y la degeneración en la estructura discal En todas las personas, se producen con el envejecimiento ciertos cambios Vol 3, N.o 3, Mayo/Junio 2004 en el volumen y la forma discales. En un 90% de los seres humanos con 50 años de edad, pueden aparecer cambios degenerativos en los discos lumbares.3 Desde la tercera década de la vida, el núcleo pulposo va deshidratándose paulatinamente, disminuyendo su número de células viables y la concentración de proteoglucanos. Conforme el núcleo pulposo se va haciendo más rígido y menos hidratado, la parte interna fibrocartilaginosa del anillo fibroso se va expandiendo, mientras que su parte externa permanece igual. En los ancianos los cambios en el tejido discal son tan intensos, que las capas internas del anillo fibroso y el núcleo pulposo llegan a ser indistinguibles, y el disco se convierte en un material fibrocartilaginoso rígido y seco. En el colágeno del núcleo pulposo sano existen muchos enlaces cruzados de piridolina trivalente, que en el disco intervertebral humano tienen la función de mantener la cohesión tisular. La pentosidina es un enlace cruzado entre la lisina y la arginina mediado por pentosa, y además es un marcador de la glucosilación avanzada. Con la edad, la cantidad de enlaces cruzados de piridolina disminuye en el disco intervertebral lumbar y aumentan los niveles de pentosidina.4 En la degeneración relacionada con el envejecimiento, los productos de glucosilación proteica, como la pentosidina, se acumulan, alterando la bioquímica de la matriz. Sin embargo, las razones exactas de ello y los efectos de dichos cambios bioquímicos no están claras. En los estadios iniciales, la degeneración afecta al núcleo pulposo y a la placa terminal más que al anillo fibroso. Durante los estadios precoces de degeneración del disco intervertebral, los procesos anabólicos y catabólicos están equilibrados. Con el paso del tiempo, la tasa de catabolismo excede a la de anabolismo, de forma que la matriz acaba degenerándose. El mecanismo exacto de la degeneración del disco intervertebral no está claro, pero hay varios factores que pueden explicarlo (tabla 1). La concentración de células viables disminuye a causa de la pérdida de proteoglicanos agregantes, por la mayor actividad enzimática de degradación, por el enveje- 179 Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento Agrecán G3 Decorina Colágeno tipo IX G1 CS QS G2 Enlace de unión G1 y el enlace Hialuronán de unión permanecen tras la proteolisis Rotura hecha por la metaloproteinasa y la agrecanasa en el dominio interglobular G1-G2 Colagenasa Producto de degradación del agrecán Fibrilla de colágeno tipo II 100 nm Figura 2. Estructura del colágeno y del proteoglicano agrecán. Las puntas de flecha señalan las zonas donde es atacado por la colagenasa y otras proteinasas. CS = condroitín sulfato, G1-G3 = dominios globulares, QS = queratín sulfato. (Adaptado con autorización de Recklies AD, Poole AR, Banerjee S, y cols.: Pathophysiologic aspects of inflammation in diarthrodial joints, in Buckwalter JA, Einhorn TA, Simon SR (eds): Orthopaedic Basic Science: Biology and Biomechanics of the Musculoskeletal System, 2.a ed. Rosemont, IL: American Academy of Orthopaedic Surgeons, 2000, págs. 489-530.) cimiento celular y por la apoptosis (muerte celular programada). Algunas enfermedades asociadas, como la diabetes, los problemas cardiovasculares y el hábito tabáquico, pueden acelerar el proceso degenerativo. Conforme la degeneración va progresando, el número de arteriolas que irrigan la periferia del disco disminuye de forma notable, y los vasos sanguíneos que quedan pueden obstruirse por la calcificación de las placas terminales cartilaginosas. La pérdida de vascularización y de porosidad de las placas terminales hace que disminuya el transporte de sustancias nutritivas y productos de deshecho. En los tejidos poco vascularizados el nivel de lactato aumenta localmente. Esto se debe a un aumento de su producción y a un descenso 180 de la tasa de su eliminación. La apoptosis celular tiene lugar a causa del descenso del pH debido a los elevados niveles de lactato.5 La apoptosis desempeña un importante papel en el desarrollo de la homeostasis de los tejidos sanos, así como en la fisiopatología de diversas enfermedades, entre ellas la degeneración discal. Otros procesos bioquímicos, como la modificación de la proteína postranslacional, el aumento del colágeno de enlaces cruzados mediante glucosilación no enzimática y la peroxidación lipídica también pueden contribuir a la degeneración relacionada con el envejecimiento.5 También se pueden afectar la difusión de sustancias nutritivas y la formación de nuevas moléculas de síntesis. La pérdida de proteoglicanos en la matriz extra- celular y el acúmulo de macromoléculas de degradación de la matriz pueden alterar el comportamiento metabólico de un disco intervertebral degenerado. El envejecimiento celular también puede contribuir al proceso degenerativo, a medida que las células pierden sus capacidades bioquímicas y de síntesis. Las causas de dicho envejecimiento celular parecen deberse a alteraciones en la expresión de los genes y a alteraciones en los factores de transcripción. El envejecimiento hace que disminuya la capacidad del disco para recuperarse de la deformación, haciendo que la matriz sea más vulnerable a los fallos debidos a la fatiga progresiva. El adelgazamiento o la fractura de la placa terminal pueden alterar las propiedades hidráulicas del disco. El aumento de la permeabilidad hace que con las cargas se produzca una rápida salida de líquido de la placa terminal cartilaginosa, de modo que los mecanismos de presión hidrostática implicados en la transferencia de cargas se vuelven menos eficaces y menos uniformes. El aumento local de las fuerzas cizallantes puede afectar aún más a la estructura discal y dañar al anillo fibroso. Es evidente que la degeneración del disco intervertebral supone un cambio estructural en la composición del disco mediado por células. No se sabe si el proceso degenerativo se inicia por factores biomecánicos o bioquímicos. Una posibilidad es que la alteración mecánica pueda iniciar un proceso bioquímico, que posteriormente debilitará la estructura discal. Una compresión mínima de una vértebra lumbar de una persona de mediana edad, que produzca una pérdida de altura del 1%, puede ser suficiente para alterar la placa terminal de forma significativa e inducir cambios progresivos en la distribución de las cargas internas de los discos intervertebrales adyacentes.6 Las cargas cíclicas que se produzcan posteriormente en el anillo fibroso ocasionarán la rotura de las fibras del anillo fibroso y una migración del núcleo pulposo. Por otro lado, la lenta pérdida de proteoglicanos y las alteraciones biomecánicas predisponen a la lesión del Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 56 Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD Tabla 1 Fisiopatología de la degeneración del disco intervertebral con el envejecimiento Proceso Efectos Disminución de las respuestas celulares Senectud (alteración de la expresión genética y de los factores de transcripción) Apoptosis (muerte celular programada) Desequilibrio entre las actividades catabólicas y anabólicas: Modificación de la proteína postransacional Aumento de los enlaces cruzados del colágeno mediante glucolización no enzimática y peroxidación lipídica Pérdida de proteoglicanos Alteración de la difusión de sustancias nutritivas Fallos en la unión de nuevas moléculas sintetizadas Disminución de la vascularización y de la porosidad a causa de la calcificación de la placa terminal ↓ Niveles altos de lactato y disminución del pH ↓ Apoptosis celular ↓ Adelgazamiento o microfractura de la placa terminal ↓ Aumento de la permeabilidad y alteración de las propiedades hidráulicas ↓ Transferencia de cargas no uniforme y aumento focal de fuerzas de cizallamiento ↓ Degeneración discal y lesión del anillo fibroso Procesos bioquímicos Cambios en las placas terminales disco intervertebral cuando actúan cargas mecánicas sobre él. Entre las laminillas suelen aparecer fisuras y roturas, que forman canales de comunicación entre las capas periféricas del anillo fibroso y del núcleo pulposo. Por dichas roturas el tejido discal puede herniarse. Como contraste con el disco normal, el tejido herniado tiene una actividad de degradación mucho mayor contra el colágeno de tipo I y la elastina, y muy poca actividad contra el colágeno de tipo II. Este hecho puede explicar la debilidad del anillo fibroso en los discos herniados.7 El lugar de rotura del anillo fibroso que más habitualmente produce una hernia discal sintomática es la inserción de la parte exterior del anillo fibroso con el cuerpo vertebral. Un anillo fibroso debilitado y afectado en todo su espesor puede producir una hernia completa del material del núcleo pulposo, en 57 especial cuando sobre el disco actúen fuerzas de flexión y de torsión. Fisiopatología del dolor lumbar La relación entre la degeneración discal intervertebral y dolor lumbar no está totalmente esclarecida. Parece que en la aparición del dolor pueden influir la alteración de las propiedades biomecánicas de la estructura discal, la excitabilidad de las terminaciones nerviosas debida a una liberación de mediadores químicos y un crecimiento neurovascular en los discos degenerados. En la parte interna del anillo fibroso y en el núcleo pulposo de dichos discos se produce un crecimiento considerable de fibras nerviosas y vasos sanguíneos.8 La pérdida de estructura discal también altera su respuesta a las cargas, así como la alineación del resto Vol 3, N.o 3, Mayo/Junio 2004 de la columna vertebral, incluyendo las articulaciones de las carillas, los ligamentos y la musculatura paraespinal, que finalmente pueden también ser generadores de dolor. El dolor lumbar y radicular pueden existir incluso sin cambios morfológicos. Por el contrario, muchos pacientes no tienen dolor incluso en presencia de una marcada degeneración.9 Los núcleos pulposos autólogos producen cambios degenerativos e inflamatorios relacionados con una lesión de las raíces nerviosas sin compresión mecánica.10-12 Recientemente, el concepto de mediación química local del dolor del tejido lesionado ha adquirido mayor apoyo. Se han identificado diversas citocinas que podrían ser responsables de la mediación química del dolor (tabla 2). De igual forma, se han aislado los inhibidores endógenos de dichas citocinas. Mediante técnicas histoquímicas y de hibridación in situ se ha demostrado la presencia de óxido nítrico en el tejido de granulación que rodea a los discos intervertebrales extruidos.13,14 Algunos autores14-16 han implicado a la fosfolipasa A2, derivada del núcleo pulposo herniado, en la producción del dolor por irritación de las raíces nerviosas, aunque otros17 no están de acuerdo en dicho papel. Se ha demostrado que los aloinjertos y autoinjertos de tejidos intervertebrales discales producen hiperalgesia en la rata. A partir de experimentos animales, Kawakami y cols.14,18 han concluido que el núcleo pulposo autólogo implantado en las raíces nerviosas lumbares produce una hiperalgesia mecánica, y que el anillo fibroso provoca una hiperalgesia térmica. La hiperalgesia mecánica probablemente es mediada por la activación de la fosfolipasa A2, puesto que la mepacrina, que es un inhibidor relativamente selectivo de la fosfolipasa A2, contrarresta la hiperalgesia mecánica producida por el núcleo pulposo. La hiperalgesia térmica producida por el anillo fibroso autólogo puede ser inducida por efecto directo del ácido nítrico en el ganglio de las raíces dorsales. Kawakami y cols.18 creen que el óxido nítrico puede inhibir paradójicamente la hiperalgesia mecánica y producir hiperalgesia térmica, lo que dependerá de la cantidad 181 Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento Tabla 2 Sustancias químicas comunes y sus funciones Función Sustancia química Fosfolipasa A2 Óxido nítrico MPM-2 (gelatinasa A) y MPM-9 (gelatinasa) MPM-1 (colagenasa-1) MPM-3 (estromalisina-1) IL-1, FNT-α, prostaglandina E2 PRGC, glutamato, sustancia P (neurotransmisores) IL-6 ITMP-1 Superfamilia de los FTC-β FCPI, FCDP Media la hiperalgesia mecánica Inhibe la hiperalgesia mecánica y produce hiperalgesia térmica Degradan la gelatina (colágenos fibrilares desnaturalizados) Actúan sinérgicamente con la MPM-1 La MPM-1 degrada el colágeno Tanto la MPM-1 como la MPM-2 juegan su papel en la regresión espontánea de los discos herniados Estimulan la degradación de la matriz Aumentan la producción de MPM Modulan las respuestas de los ganglios de las raíces dorsales Induce la síntesis de ITMP-1 Inhibe las MPM Bloquea la síntesis de MPM Tienen un efecto antiapoptótico PRGC = péptido relacionado con el gen de la calcitonina; FCPI = factor de crecimiento parecido a la insulina; IL = interleucina; MPM = metaloproteinasa de la matriz; FCDP = factor de crecimiento derivado de las plaquetas; FTC = factor transformador del crecimiento; ITMP = inhibidor tisular de la metaloproteinasa; FNT = factor de necrosis tumoral. de ácido nítrico que se produzca tras aplicar el material discal. Las metaloproteinasas de la matriz (MPM) pertenecen a una familia de enzimas dependientes del zinc capaces de degradar los componentes extracelulares y de la membrana basal. Las MPM son responsables de la remodelación normal de la matriz extracelular de los tejidos conectivos. En muestras de discos intervertebrales degenerados se han encontrado formas activas y proformas activas de MPM-2 y MPM-9,13 y se ha implicado a la MPM-1 (colagenasa-1) y a la MPM-3 (estromalisina-1) en la patogenia de la hernia discal.19 La actividad de las MPM parece ser mayor en las hernias discales intervertebrales que en otros trastornos discales.19 Kang y cols.13 han referido mayor producción in vivo de MPM en discos lumbares herniados de pacientes operados mediante discectomía que en muestras de pacientes operados por escoliosis y por fractura por estallido mediante abordaje anterior. La salida del núcleo pulposo al espacio epidural provoca una respues- 182 ta autoinmune y una infiltración celular inflamatoria. Las células inflamatorias segregan citocinas quimiotácticas, que posteriormente reclutan macrofagos. Las citocinas, como la interleucina-1 (IL-1) y el factor-α de necrosis tumoral (FNT-α), parecen aumentar la producción de MPM.19-21 Takahashi y cols.22 realizaron un análisis bioquímico e inmunológico de tejidos discales de 77 pacientes con hernias discales intervertebrales, y constataron un aumento de la producción de prostaglandina E2 y la presencia de IL-1, IL-6 y FNT-α. La MPM es producida por los vasos sanguíneos invasores, por los tejidos perivasculares y por las células discales locales presentes. Se ha demostrado la existencia de invasión capilar y de tejido fibroso en muestras de discos extirpados quirúrgicamente y en muestras de discos herniados. Se ha observado que la expresión de las MPM-1 y MPM-2 en el tejido de granulación, condrocitos, macrofagos y fibroblastos de las muestras de secuestros discales y de hernias transligamentosas es mayor que en las de discos intervertebrales protruidos. Este hecho sugiere que un tejido inflamatorio rico en dichas proteinasas es el que produce la degeneración del material discal y del colágeno contenidos en el ligamento longitudinal posterior (LLP), causando el debilitamiento y finalmente la rotura del LLP. Otra posibilidad sería el aumento de la producción de MPM tras la rotura del LLP. Una explicación más probable sería un efecto sinérgico, según el cual ocurriría un aumento del tejido de granulación al desgarrarse el LLP y viceversa.24 Parece que las células del disco intervertebral segregan proformas de MPM, como la proestromalisina, de modo que dichas proformas posteriormente son activadas por las citocinas.13 Sedowofia y cols.25 han descrito una forma latente de colagenasa que es 3,5 veces más abundante que su forma activa en el núcleo pulposo. Además han publicado que la cantidad de colagenasa latente es 1,5 veces mayor que la forma activa en el anillo fibroso. Los inhibidores tisulares endógenos de las MPM también se han definido bien. El inhibidor tisular de la metaloproteinasa-2 (ITMP-2) se encuentra en todos los tejidos a niveles bajos, mientras que en el material discal intervertebral enfermo está en cantidades elevadas.26 El desequilibrio entre las MPM y los ITMP endógenos puede contribuir de forma importante en el proceso degenerativo, induciendo la reabsorción discal.21,27 Doita y cols.21 han demostrado que las células aisladas de material discal extruido producen mayores cantidades de MPM-1 y MPM-3 in vitro que las de material discal protruido. El cociente MPM-3:ITMP fue mayor en el material discal extruido que en el grupo de control.21 Se cree que la IL-6 aumenta la producción de ITMP-1.19,20 Las MPM también pueden influir en la evolución natural de la hernia discal intervertebral. La regresión primaria espontánea de grandes hernias discales frente a la de los discos protruidos con el paso del tiempo24 parece estar relacionada con la mayor síntesis de MPM. Aunque no está claro cuál es el mecanismo por el que se produce la reabsorción discal intervertebral, se cree que influyen varios factores, como la neovasculariza- Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 58 Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD ción, la infiltración de macrófagos y las citocinas inflamatorias. Las citocinas inflamatorias, como la IL-1, la IL6 y el FNT-α, inducen y aumentan la expresión de MPM, produciendo una regresión del disco intervertebral herniado. También pueden existir factores de crecimiento fibroblástico que regulen la actividad proteolítica del material discal herniado.26 Brown y cols.28 han referido una proliferación de la vascularización y de los nervios sensitivos (contenedores de péptido de calcitonina relacionado con genes) en la región de la placa terminal y en el cuerpo vertebral adyacente al disco degenerado. La mayor densidad de nervios sensitivos y la presencia de defectos en la placa cartilaginosa sugieren una posible intervención de las placas terminales y de los cuerpos vertebrales en la producción del dolor en pacientes con discos intervertebrales degenerados. Ganglios de las raíces dorsales Los ganglios de las raíces dorsales (GRD) parecen ser importantes en la modulación del dolor lumbar. Presentan una vascularización abundante sin barrera hematoencefálica, y proporcionan un enlace entre los nervios espinales intratecales y los nervios periféricos extratecales. Los nervi nervorum y los nociceptores mecánicamente sensitivos localizados en los GRD parecen formar algunos neuropéptidos, como el péptido de calcitonina relacionado con genes y con la sustancia P.29 Harrington y cols.30 han sugerido que la intensidad del dolor causado por una hernia discal es peor cuanto más cerca esté el disco de los GRD. Los GRD tienen un alto contenido de receptores de glutamato, estrechamente relacionados con los nociceptores de los GRD. La rotura de proteoglucanos puede estar acelerada en los discos intervertebrales herniados, que tienen una alta concentración de neurotransmisores de glutamato. La degradación del material discal intervertebral herniado por enzimas endógenas podría ser fuente de glutamato libre que po- 59 tenciaría las señales dolorosas, al actuar sobre los receptores de glutamato en las neuronas de los GRD. Basándose en estudios animales, Yabuki y cols.31 han publicado que una hernia discal intervertebral sin compresión radicular puede algunas veces ser dolorosa debido al aumento de la presión del líquido endoneural y al descenso del flujo sanguíneo en los GRD, siempre que el tejido del núcleo pulposo esté expuesto. Ohtori y cols.32 han observado que la porción dorsal de los discos intervertebrales lumbares de la rata recibe una inervación sensitiva segmentaria desde la parte superior de los GRD, a través del tronco simpático, y desde la parte inferior de dichos GRD, a través del nervio sinuvertebral (NSV). Así pues, los GRD pueden tener un importante papel en la mediación del dolor lumbar en los problemas relacionados con el disco intervertebral. LLA RCG NSV LLP Figura 3. Corte transversal de un disco intervertebral lumbar mostrando su inervación. Nótese como entran en el disco y en los ligamentos longitudinales anterior (LLA) y posterior (LLP) las ramas de los ramos comunicantes grises (RCG) y los nervios sinuvertebrales (NSV). Las ramas que salen de los NSV también inervan la cara anterior del saco dural. (Adaptado con autorización de Bogduk N: Clinical Anatomy of the Lumbar Spine, 3.a ed. New York, NY: Churchill Livingstone, 1997, pág. 142.) Nervio sinuvertebral y nociceptores El NSV nace de la raíz ventral y de los ramos comunicantes grises, cerca del polo distal de los GRD. El NSV inerva estructuras del canal vertebral (fig. 3), así como el LLP, la duramadre ventral, el anillo fibroso posterior y los vasos sanguíneos. Tiene una rama ascendente que inerva al LLP y una rama descendente menor que inerva al LLP y al anillo fibroso. La rama ascendente va por el borde externo del LLP hasta llegar por encima del disco intervertebral, donde se superpone a la inervación del NSV cefálico. El ligamento longitudinal anterior es inervado por ramas de los ramos comunicantes grises del tronco simpático.33 Las ramas mediales de los ramos dorsales primarios pasan alrededor de la base de la carilla articular superior, inervando la cápsula articular de la articulación de las carillas del mismo nivel. La rama medial descendente baja para inervar los músculos, los ligamentos y la articulación de la carilla que está por debajo. Así pues, cada articulación de la carilla está inervada por al menos dos nervios espinales. Vol 3, N.o 3, Mayo/Junio 2004 Los nociceptores son terminaciones nerviosas terminales periféricas de las neuronas sensoriales que responden de forma selectiva a estímulos dolorosos.29 Las fibras aferentes mecanosensitivas del ligamento longitudinal posterior lumbar tienen fundamentalmente una función nociceptiva.34 Nakamura y cols.35 trataron con éxito a 33 pacientes mediante bloqueo selectivo de la raíz nerviosa de L2. A partir de aquí elaboraron la hipótesis de que las principales vías aferentes del dolor de los discos intervertebrales bajos de pacientes con dolor lumbar discogénico eran de naturaleza simpática, y estaban mediadas a través de la raíz nerviosa L2 vía el NSV. El mecanismo fisiopatológico preciso por el que los mediadores químicos del disco intervertebral producen hiperalgesia no está claro. Weinstein y cols.36 han investigado el dolor reproducido con discografías, y han llegado a la conclusión de que existen varios cambios neuroquímicos en el disco que se expresan por nociceptores sensibles del anillo. Kawakami 183 Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento y cols.14 han mencionado que dichas sustancias químicas pueden transportarse en el interior de los axones de una raíz nerviosa e iniciar la producción de sustancias inflamatorias, como las prostaglandinas, capaces de producir dolor radicular. Byröd y cols.37 han demostrado una vía de transporte directa a los axones de las raíces nerviosas espinales, por lo que han sugerido que la sustancia química producida en el espacio epidural puede alterar la excitabilidad de las fibras C. Estrategias de tratamiento todavía en desarrollo Métodos biológicos y bioquímicos Recientemente, las investigaciones básicas sobre la fisiopatología del dolor lumbar se han centrado en el desarrollo de estrategias de reparación biológica y en abordajes farmacológicos destinados a interceptar y modular la cascada degenerativa (tabla 3). También se han hecho intentos para identificar el sistema ideal de cultivo que facilite las investigaciones sobre el metabolismo del disco intervertebral. De esa forma podrá estudiarse la respuesta de los discos intactos y los modelos experimentales de discos degenerados ante diversas manipulaciones terapéuticas, los cuales permitirán explorar nuevas métodos terapéuticos biológicos y bioquímicos del dolor lumbar. Las nuevas técnicas de cultivo discal, como el sistema de cultivo tisular con alginato, pueden estimular la síntesis de proteoglicanos en el núcleo pulposo y en el anillo fibroso, así como mantener un mayor contenido de componentes en la matriz extracelular.38 De igual forma, el desarrollo de técnicas de cultivo discal tridimensionales puede servir para utilizar los discos intervertebrales como portadores activos de la matriz. En un estudio reciente, Hutton y cols.39 han demostrado que células condrocíticas del disco intervertebral trasplantadas a perros seguían vivas, producían matriz y lograban distribuirse con normalidad en el espacio discal. Nishimura y cols.40 han crea- 184 Tabla 3 Estrategias futuras de tratamiento del dolor lumbar Estrategias terapéuticas Método Celular Aumentar el metabolismo Disminuir el catabolismo Disminución de la apoptosis Trasplante de condrocitos Trasplante de células madre Terapia génica Factores de crecimiento Inhibir la mediación química del dolor: ITMP Inhibición del FNT-α ITMP = inhibidor tisular de la metaloproteinasa; FNT = factor de necrosis tumoral. do un modelo de enfermedad degenerativa discal intervertebral en ratas, y han observado un retraso en la degeneración de los restos de núcleo pulposo, de anillo fibroso y de la placa terminal tras la inserción percutánea de núcleo pulposo autólogo fresco o crioconservado. Se ha demostrado que el cultivo conjunto de células del núcleo pulposo y del anillo fibroso potencia el crecimiento de las células del anillo fibroso, de forma que se retrasa considerablemente la degeneración in vivo cuando las células del núcleo pulposo son activadas mediante el cultivo conjunto con células del anillo fibroso.41 Nomura y cols.42 han demostrado en conejos que la inyección de núcleo pulposo autólogo intacto es más eficaz que el de células aisladas de dicho núcleo. Los mencionados autores defienden que la matriz extracelular es importante para frenar la degeneración del disco intervertebral. Las estrategias terapéuticas que se están investigando incluyen la terapia génica, la terapia de factor de crecimiento y la inhibición de mediadores químicos del dolor. Sin embargo, dichas estrategias todavía están en sus fases iniciales, por lo que no se pueden aplicar globalmente para el tratamiento del dolor lumbar o de la degeneración del disco intervertebral. La terapia biológica de la degeneración discal intervertebral tal vez no sea útil para pacientes con cambios graves, puesto que la esclerosis de la placa terminal afecta a la nutrición tisular local, que provoca un ambiente local demasiado hostil para la reparación. Igualmente, la reparación biológica puede no ser una opción viable cuando la estabilidad de un segmento móvil esté seriamente afectada a causa de las continuas cargas que actúan sobre el tejido discal. Terapia génica El papel de la terapia génica en el tratamiento del dolor lumbar se ha valorado mucho para la prevención de la enfermedad degenerativa discal, para la regeneración de discos intervertebrales degenerados y para la estimulación de la artrodesis de columna. Los genes regulan la síntesis de un ARN específico y la síntesis de las moléculas proteicas, de forma que su manipulación mediante terapia génica es una forma atractiva para inducir la expresión de factores de crecimiento. La terapia génica implica la transferencia de un determinado gen dentro de una célula por medio de un vector, que conducirá a la transcripción del gen en el ARNm. Después, los ribosomas traducirán el ARNm en proteínas específicas. La liberación de genes puede lograrse mediante vectores víricos o vectores no víricos. Los vectores no víricos que inducen la transferencia génica mediante transfección son los liposomas, las pistolas génicas y las matrices activadas por genes. Dichos vectores son más fáciles de producir que los víricos y son químicamente más estables, aunque tienen una capacidad limitada de transfección celular. Es decir, puede que no Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 60 Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD sea posible una expresión génica duradera.43 Los genes pueden ser transferidos al genoma celular mediante técnicas ex vivo o técnicas in vivo. Se considera que la terapia ex vivo es más segura, puesto que no se introduce el vector directamente en el paciente y además el gen manipulado puede ser evaluado en el laboratorio con respecto a su seguridad antes de ser transferido a sujetos vivos. Los retrovirus son pequeños virus-ARN que se suelen utilizar para la transferencia génica ex vivo. Dichos virus infectan sólo las células que se están replicando activamente en el momento de la transducción. De esa forma, en el genoma celular se integra un gen exógeno, que transmitirá el transgen a las células hijas. La técnica ex vivo de transferencia génica es una técnica coadyuvante útil para la terapia basada en células y en la ingeniería tisular. Las técnicas in vivo utilizan la transferencia directa del gen a las células con la ayuda de adenovirus, que infectan tanto a las células que se están dividiendo como a las que están es reposo. Como ocurre en la transducción retrovírica ex vivo, la integración del ADN en el genoma celular no tiene lugar con las técnicas in vivo que usen adenovirus. Se considera que la liberación de genes es beneficiosa para la ingeniería y la reparación tisulares. La mencionada liberación de genes a los tejidos tiene varias ventajas sobre la administración de productos genéticos. La liberación genética permite que localmente se produzcan altas concentraciones sostenibles del producto génico durante largos períodos de tiempo. De hecho, la liberación de productos genéticos específicos es posible, lo que maximiza el potencial terapéutico y minimiza sus efectos secundarios. Además, las proteínas producidas de forma endógena pueden tener mayor actividad biológica que las proteínas recombinantes administradas de forma exógena.44 Sin embargo, su expresión transgénica suele disminuir con el paso del tiempo. La elección del vector vírico dependerá de diversos factores, incluyendo la duración de la expresión 61 génica que se requiera, del tipo celular que haya de ser transducido y de la inmunogenicidad del entorno en el tejido del huésped. El ritmo temporal apropiado dependerá de la razón por la que se lleva a cabo la expresión genética. Una expresión genética a largo plazo sería claramente beneficiosa para la prevención de la degeneración discal. En los discos intervertebrales del conejo se han identificado marcadores de la expresión genética prolongada, como la lacZ y la luciferasa. Un tiempo más corto de expresión puede ser apropiado para la regeneración de unos discos intervertebrales degenerados.45 Una posible estrategia para prevenir o tratar la degeneración discal puede ser la modificación genética del disco intervertebral, de forma que su contenido de proteoglicanos no disminuya en el núcleo pulposo. Nishida y cols.46 han publicado un aumento importante de la síntesis de proteoglicanos tras la transferencia génica en animales. La terapia génica puede alterar el curso del proceso degenerativo. Cualquier tratamiento que retrase la degeneración del disco intervertebral mediante terapia génica también podría retrasar la degeneración discal natural, que es una importante causa de dolor lumbar en fases posteriores de la vida.45 El disco intervertebral está muy poco vascularizado y está compuesto por células poco caracterizadas y de lenta división, en un entorno inmunoprotegido. Dicho tejido relativamente encapsulado y avascular puede mantener vectores víricos inyectados durante largos períodos de tiempo. La transferencia genética in vivo con vectores adenovíricos parece ser más apropiada para el núcleo pulposo, sobre todo para la prevención de la degeneración discal. Los métodos ex vivo de terapia génica, con ayuda de un biorreactor de andamiaje tisular, suelen ser preferibles para la regeneración discal. Sin embargo, el virus puede salir por fisuras existentes en el anillo fibroso del disco intervertebral degenerado y producir una respuesta inmune. El programa de tratamiento ideal de la enfermedad degenerativa discal debe permitir las inyecciones repetidas de terapia gé- Vol 3, N.o 3, Mayo/Junio 2004 nica en un determinado nivel discal o en diferentes niveles.45 Factores de crecimiento Los recientes avances de la biología molecular han conducido a la clonación y caracterización de las proteínas morfogenéticas óseas (PMO), incluyendo la PMO-2, la PMO-7 y las moléculas similares a las PMO, como son las proteínas morfogenéticas derivadas del cartílago. La PMO-7, también llamada proteína osteogénica-1 (PO-1), es uno de los miembros de la superfamilia de factores beta transformadores del crecimiento (FTC-β), que estimulan la diferenciación de las células madre mesenquimales en las vías condrogénicas y osteogénicas. Las PMO han proporcionado unos resultados prometedores con respecto a la estimulación de la artrodesis de columna en diversos estudios47,48 y ensayos clínicos en fases iniciales.49 También se están realizando estudios para valorar si bajo la influencia de factores de crecimiento como la PO-1, las células del disco intervertebral afectadas metabólicamente (con cambios degenerativos o relacionados con el envejecimiento) pueden reparar su propia matriz y estructura discal. La PO-1 parece tener un efecto anabolizante sobre la síntesis de proteoglicanos y colágeno. Este efecto estimulador parece ser más pronunciado en las células del núcleo pulposo que en las del anillo fibroso. Inhibición de los mediadores químicos del dolor Un mejor entendimiento de los mediadores bioquímicos del dolor puede facilitar el desarrollo de técnicas farmacológicas para inhibirlos. El papel de las MPM (metaloproteinasas de la matriz) en la fisiopatología del dolor lumbar es bien conocido. Existen dos formas fundamentales de disminución de los niveles de MPM: la inhibición de la actividad enzimática y la inhibición de su síntesis. El FTC-β parece detener la síntesis de las MPM mediante la supresión de su transcripción. Los antagonistas de los receptores de la IL-1 también pueden bloquear la síntesis inducida por IL-1 de las MPM, y podrían desempeñar un papel impor- 185 Dolor lumbar: fisiopatología y tratamiento tante en el tratamiento. Se ha constado que las macroglobulinas alfa2 y el ITMP exógeno no son efectivas ni aplicables. Una opción alternativa más atractiva podría ser el aumento de la producción local de ITMP con sustancias que regulen su expresión. Recientemente se han comenzado ensayos clínicos iniciales con anticuerpos quiméricos humanizados monoclonales contra el FNT-α, con resultados iniciales esperanzadores.50 Otras citocinas también pueden ser beneficiosas, como el factor-1 de crecimiento similar a la insulina y el factor de crecimiento derivado de las plaquetas, que reducen in vitro la apoptosis celular en las células discales humanas51 mediante algún mecanismo todavía desconocido. La última década ha sido testigo de un mejor entendimiento de la fisiopatología del dolor lumbar y de las nuevas posibilidades terapéuticas con modalidades tales como la terapia génica, la inhibición de los mediadores químicos del dolor y los factores de crecimiento, que estimu- lan la artrodesis de columna y la regeneración del material discal. Los nuevos métodos farmacológicos de control del dolor lumbar, mediante sustancias como el factor de crecimiento derivado de las plaquetas y los anticuerpos quiméricos monoclonales contra el FNT-α, se están estudiando clínicamente. Las futuras investigaciones sobre terapia génica probablemente se centrarán en la selección adecuada del gen y del método de liberación, de forma que en el tejido diana se exprese una suficiente cantidad de gen durante un tiempo adecuado. cells induce functional changes in spinal nerve roots. Spine 1998;23:2155-2158. Kang JD, Georgescu HI, McIntyre-Larkin L, Stefanovic-Racic M, Donalson WF III, Evans CH: Herniated lumbar intervertebral discs spontaneously produce matrix metalloproteinases, nitric oxide, interleukin-6, and prostaglandin E2. Spine 1996;21:271-277. Kawakami M, Tamaki T, Hayashi N, Hashizume H, Nishi H: Possible mechanism of painful radiculopathy in lumbar disc herniation. Clin Orthop 1998;351: 241-251. Saal JS, Franson RC, Dobrow R, Saal JA, White AH, Goldthwaite N: High levels of inflammatory phospholipase A2 activity in lumbar disc herniations. Spine 1990;15:674-678. Franson RC, Saal JS, Saal JA: Human disc phospholipase A2 is inflammatory. Spine 1992;17(supp 6):S129-S132. Grönblad M, Virri J, Rönkkö S, et al: A controlled biochemical and immu-nohistochemical study of human synovialtype (group II) phospholipase A2 and inflammatory cells in macro-scopically normal, degenerated, and herniated human lumbar disc tissues. Spine 1996;21: 2531-2538. Kawakami M, Tamaki T, Weinstein JN, Hashizume H, Nishi H, Meller ST: Pathomechanism of pain-related behavior produced by allografts of intervertebral disc in the rat. Spine 1996;21:2101-2107. Nemoto O, Yamagishi M, Yamada H, Kikuchi T, Takaishi H: Matrix metalloproteinase-3 production by human degenerated intervertebral disc. J Spinal Disord 1997;10:493-498. Liu J, Roughley PJ, Mort JS: Identification of human intervertebral disc stromelysin and its involvement in matrix degradation. J Orthop Res 1991;9:568575. Doita M, Kanatani T, Ozaki T, Matsui N, Kurosaka M, Yoshiya S: Influence of macrophage infiltration of herniated disc tissue on the production of matrix metalloproteinases leading to disc resorption. Spine 2001;26:1522-1527. Takahashi H, Suguro T, Okazima Y, Motegi M, Okada Y, Kakiuchi T: Inflammatory cytokines in the herniated disc of the lumbar spine. Spine 1996;21:218-224. Yasuma T, Makino E, Saito S, Inui M: Histological development of intervertebral disc herniation. J Bone Joint Surg Am 1986;68:1066-1072. Matsui Y, Maeda M, Nakagami W, Iwata H: The involvement of matrix metalloproteinases and inflammation in lumbar disc herniation. Spine 1998;23:863-869. Sedowofia KA, Tomlinson IW, Weiss JB, Hilton RC, Jayson MI: Collagenolytic enzyme systems in human intervertebral disc: Their control, mechanism, and their possible role in the initiation of biomechanical failure. Spine 1982;7:213-222. Roberts S, Caterson B, Menage J, Evans EH, Jaffray DC, Eisenstein SM: Matrix metalloproteinases and aggrecanase: Their role in disorders of the human intervertebral disc. Spine 2000;25:3005-3013. Kanemoto M, Hukuda S, Komiya Y, Katsuura A, Nishioka J: Immunohis-tochemical study of matrix metallo-proteinase-3 and tissue inhibitor of metalloproteinase-1 in human intervertebral discs. Spine 1996;21:1-8. Brown MF, Hukkanen MVJ, McCarthy ID, et al: Sensory and sympathetic innervation of the vertebral endplate in patients with degenerative disc disease. J Bone Joint Surg Br 1997;79:147-153. Weinstein J: Neurogenic and nonneurogenic pain and inflammatory mediators. Orthop Clin North Am 1991;22:235-246. Harrington JF, Messier AA, Bereiter D, Barnes B, Epstein MH: Herniated lumbar disc material as a source of free glutamate available to affect pain signals through the dorsal root ganglion. Spine 2000;25:929-936. Resumen Bibliografía 1. Andersson GBJ: Epidemiological features of chronic low-back pain. Lancet 1999;354:581-585. 2. Urban JPG, Holm S, Maroudas A, Nachemson A: Nutrition of the intervertebral disc: Effect of fluid flow on solute transport. Clin Orthop 1982;170:296-302. 3. Miller JAA, Schmatz C, Schultz AB: Lumbar disc degeneration: Correlation with age, sex, and spine level in 600 autopsy specimens. Spine 1988;13:173-178. 4. Pokharna HK, Phillips FM: Collagen crosslinks in human lumbar intervertebral disc aging. Spine 1998;23:1645-1648. 5. Buckwalter JA: Aging and degeneration of the human intervertebral disc. Spine 1995;20:1307-1314. 6. Adams MA, Freeman BJC, Morrison HP, Nelson IW, Dolan P: Mechanical initiation of intervertebral disc degeneration. Spine 2000;25:1625-1636. 7. Ng SC, Weiss JB, Quennel R, Jayson MI: Abnormal connective tissue degrading enzyme patterns in prolapsed intervertebral discs. Spine 1986;11:695-701. 8. Coppes MH, Marani E, Thomeer RTWM, Groen GJ: Innervation of “painful” lumbar discs. Spine 1997;22:2342-2349. 9. Delamarter RB, Howard MW, Goldstein T, Deutsch AL, Mink JH, Dawson EG: Percutaneous lumbar discectomy: Preoperative and postoperative magnetic resonance imaging. J Bone Joint Surg Am 1995;77:578-584. 10. McCarron RF, Wimpee MW, Hudkins PG, Laros GS: The inflammatory effect of nucleus pulposus: A possible element in the pathogenesis of low-back pain. Spine 1987;12:760-764. 11. Kayama S, Konno S, Olmarker K, Yabuki S, Kikuchi S: Incision of the anulus fibrosus induces nerve root morphologic, vascular, and functional changes: An experimental study. Spine 1996;21:2539-2543. 12. Kayama S, Olmarker K, Larsson K, Sjögren-Jansson E, Lindahl A, Rydevik B: Cultured, autologous nucleus pulposus 186 13. 14. 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. 23. 24. 25. 26. 27. 28. 29. 30. Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons (Edición Española) 62 Ashok Biyani, MD y Gunnar B. J. Andersson, MD, PhD 31. Yabuki S, Kikuchi S, Olmarker K, Myers RR: Acute effects of nucleus pulposus on blood flow and endoneurial fluid pressure in rat dorsal root ganglia. Spine 1998;23:2517-2523. 32. Ohtori S, Takahashi K, Chiba T, Yamagata M, Sameda H, Moriya H: Sensory innervation of the dorsal portion of the lumbar intervertebral discs in rats. Spine 2001;26:946-951. 33. Bogduk N: The innervation of the lumbar spine. Spine 1983;8:286-293. 34. Sekine M, Yamashita T, Takebayashi T, Sakamoto N, Minaki Y, Ishii S: Mechanosensitive afferent units in the lumbar posterior longitudinal ligament. Spine 2001;26:1516-1521. 35. Nakamura SI, Takahashi K, Takahashi Y, Masatsune Y, Moriya H: The afferent pathways of discogenic low-back pain: Evaluation of L2 spinal nerve infiltration. J Bone Joint Surg Br 1996;78:606-612. 36. Weinstein J, Claverie W, Gibson S: The pain of discography. Spine 1988;13:13441348. 37. Byröd G, Olmarker K, Konno S, Larsson K, Takahashi K, Rydevik B: Arapid transport route between the epidural space and the intraneural capillaries of the nerve roots. Spine 1995;20:138-143. 38. Chiba K, Andersson GBJ, Masuda K, Momohara S, Williams JM, Thonar EJMA: Anew culture system to study the metabolism of the intervertebral disc in vitro. Spine 1998;23:1821-1828. 63 39. Hutton WC, Meisel HJ, Akamura T, Minamide A, Ganey T: Abstract: Autologous disc chondrocyte transplantation for repair of acute disc herniation. 29th Annual Meeting Proceedings. Toronto, Canada: International Society for the Study of the Lumbar Spine, 2002, p 26. 40. Nishimura K, Mochida J: Percutaneous reinsertion of the nucleus pulposus: An experimental study. Spine 1998;23:15311539. 41. Okuma M, Mochida J, Nishimura K, Sakabe K, Seiki K: Reinsertion of stimulated nucleus pulposus cells retards intervertebral disc degeneration: An in vitro and in vivo experimental study. J Orthop Res 2000;18:988-997. 42. Nomura T, Mochida J, Okuma M, Nishimura K, Sakabe K: Nucleus pulposus allograft retards intervertebral disc degeneration. Clin Orthop 2001;389:94-101. 43. Nishida K, Gilbertson LG, Robbins PD, Evans CH, Kang JD: Potential applications of gene therapy to the treatment of intervertebral disc disorders. Clin Orthop 2000;379(suppl):S234-S241. 44. Kang R, Ghivizzani SC, Muzzonigro TS, Herndon JH, Robbins PD, Evans CH: The Marhsall R. Urist Young Investigator Award: Orthopaedic applications of gene therapy. From concept to clinic. Clin Orthop 2000;375:324-337. 45. Kang JD, Boden SD: Breakout session 7: Spine. Clin Orthop 2000;379(suppl):S256S259. Vol 3, N.o 3, Mayo/Junio 2004 46. Nishida K, Gilbertson LG, Evans CH, Kang JD: Potential applications of gene therapy to the treatment of spinal disorders. Spine 2000;25:1308-1314. 47. Magin MN, Delling G: Improved lumbar vertebral interbody fusion using rhOP-1: A comparison of autogenous bone graft, bovine hydroxylapatite (biooss), and BMP-7 (rhOP-1) in sheep. Spine 2001;26:469-478. 48. Grauer JN, Patel TC, Erulkar JS, Troiano NW, Panjabi MM, Friedlaender GE: 2000 Young Investigator Research Award winner: Evaluation of OP-1 as a graft substitute for intertransverse process lumbar fusion. Spine 2001;26:127-133. 49. Patel TC, Vaccaro AR, Truumees E, Fischgrund JS, Hilibrand AS, Herkowitz HN: Abstract: Two-year follow up of a safety and efficacy study of OP-(rhBMP7) as an adjunct to posterolateral lumbar fusion. 16th Annual Meeting Proceedings. LaGrange, IL: North American Spine Society, 2001, pp 20-21. 50. Korhonen T, Karppinen J, Malmivaara A, et al: Abstract: Treatment of sciatica with infliximab, a monoclonal humanised chimaeric antibody against TNFα. 29th Annual Meeting Proceedings. Toronto, Canada: International Society for the Study of the Lumbar Spine, 2000, p 14. 51. Gruber HE, Norton HJ, Hanley EN Jr: Anti-apoptotic effects of IGF-1 and PDGF on human intervertebral disc cells in vitro. Spine 2000;25:2153-2157. 187