111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 16/10/09 10:26 Página 1071 Actas del Sexto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Valencia, 21-24 octubre 2009, eds. S. Huerta, R. Marín, R. Soler, A. Zaragozá. Madrid: Instituto Juan de Herrera, 2009 La cúpula de la iglesia de Villahermosa del Río, en el inicio de la construcción academicista Ángel M. Pitarch Roig Beatriz Sáez Riquelme El presente estudio analiza la cúpula de esta iglesia de Villahermosa del Río, buscando en ella los patrones constructivos de la arquitectura academicista valenciana, y tratando de corroborar los diseños y soluciones de los tratados arquitectónicos de la época con la obra ejecutada, realizando para ello un análisis de la geometría y materiales utilizados en su construcción. La Iglesia de Villahermosa del Río inicio su construcción en 1768 y es obra de Vicente Gascó, uno de los más destacados arquitectos de la Real Académica de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, por lo que tiene interés analizar la obra realizada atendiendo a los cánones de la arquitectura academicista. ENCUADRE HISTÓRICO La Academia de Bellas Artes de San Carlos La Real Academia de las Bellas Artes de San Carlos de Valencia,1 continuadora de la anterior Academia de Santa Bárbara, se crea en 1768 por Real Despacho del Rey Don Carlos III, justamente el mismo año en el que se inicia la construcción de la Iglesia de Villahermosa. Las Reales Academias de Bellas Artes nacen con la finalidad fomentar las distintas artes, Pintura, Escultura y Arquitectura, formar a los nuevos artistas y controlar la producción artística del momento. En el campo de la Arquitectura, la Academia de San Carlos ha contado con destacados arquitectos como Vicente Gascó y Antonio Gilabert, cuya rela- ción no ha estado exenta de enfrentamientos y complicidades (Bérchez 1987, 164), ambos ocuparon de forma consecutiva los cargos de directores de la sección de arquitectura, y posteriormente el de directores de la Real Academia, y fue precisamente el primero de ellos el autor del proyecto de la Iglesia de Villahermosa. A las Academias se les atribuye una importante labor de cambio estilístico en la arquitectura del momento separándola del resto de las artes y potenciando la esencia arquitectónica frente al simple decoro barroco que se estaba realizando previamente. En el caso de la Academia de San Carlos, este cambio encuentra dificultades en una primera etapa comprendida entre 1767 y 1775 en la que se produce un aislamiento de la Academia respecto de la producción artística y arquitectónica valenciana, siendo prácticamente los únicos precursores del cambio, los directores de la sección de arquitectura A. Gilabert, V. Gascó y J. Bautista, que poco a poco fueron impusiendo el paso de la arquitectura barroca basada en el ornamento, al clasicismo basado en la esencia de la arquitectura mediante el estudio de la geometría y de la construcción (Bérchez 1987, 78). Parece ser que finalmente, el principal protagonista del cambio fue Antonio Gilabert, segundo director de la sección de arquitectura y autor de las más importantes obras realizadas en los primeros años de la academia en Valencia. A Vicente Gascó, 18 años más joven que Gilabert, se le atribuye el ser el primer director de la vertiente reformista en el seno de la académica (Bérchez 1987, 7). 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 1072 16/10/09 10:26 Página 1072 Á. M. Pitarch, B. Sáez Es conocida también la escasez de recursos de la Académica en sus inicios en la que no eran posibles las estancias en Roma o París, sino que tan sólo la adquisición de algunas de las publicaciones más relevantes para su estudio. En esta primera época, la intervención de la Academia en los proyectos estaba prácticamente limitada a una función consultora respecto de cuestiones estilísticas y constructivas, en la que frecuentemente intervenían sus miembros en calidad de expertos. Con todo ello, es de destacar no sólo la reforma arquitectónica emprendida sino también el interés por el estudio de la arquitectura y de las obras que se iban realizando en el momento. En periodos posteriores como entre 1777 y 1781 con las medidas ilustradas de la academia, materializadas en 1790 cuando se creo la Junta de Comisión de Arquitectura que tenía un carácter autónomo dentro de la Academia y se estableció un férreo control académico sobre la facultad de proyectar y construir obras arquitectónicas siendo necesaria la autorización de las obras por parte de la Academia, lo que conllevó entre otras consecuencias la desaparición de la tradición de frailes arquitectos responsables de gran número de obras de mediados del siglo XVIII en las que se pone de manifiesto el dominio de la geometría proveniente a su vez del clasicismo matemático del setecientos (Bérchez 1993, 89, 145–167). Los referentes arquitectónicos Como referentes arquitectónicos de esta época podemos encontrar tanto importantes obras arquitectónicas, algunas de ellas decisivas en la historia de la arquitectura valenciana, como proyectos de los alumnos de la Academia, e incluso los tratados de arquitectura que tenían una amplia difusión entre las academias. Influencias arquitectónicas Las influencias de la época cubrían un amplio ámbito geográfico, siendo conocidos distintos flujos de arquitectos. Por un lado conocemos situaciones como la de Fray Antonio de Villanueva, autor de la fachada de la Iglesia de Santa Justa y Rufina en Orihuela, en 1759, y que posteriormente se traslado a Valencia donde ingresó en la Real Academia y aunque se dedi- có fundamentalmente a la pintura también intervino en arquitectura. De otro modo arquitectos aragoneses como Fray José Alberto Pina se desplazan a las comarcas de Castellón para ejercer su profesión, y arquitectos Valencianos como Vicente Gascó que intervienen desde la ciudad de valencia Valencia hasta las comarcas del interior de Valencia y norte de Castellón. Y por último de forma puntual también es conocida la intervención de Pedro Juan Leviesca, arquitecto sevillano en la Ermita del Lledó de Castellón. De este modo, parece evidente la existencia de un intercambio cultural importante y un conocimiento de la obra construida que nos puede permitir establecer relaciones obras alejadas geográficamente. Dentro de estas influencias, como referentes de las cúpulas valencianas (Soler 1996) podemos destacar la del Hospital General según algunos autores la primera cúpula sobre tambor del renacimiento español o la Corpus Christi de principios del S. SVII que implanta un nuevo modelo de cúpula de media naranja con tambor. Referencias más próximas las hallamos en la Iglesia de Vil·lareal atribuida inicialmente a Fray José Alberto Pina2 quien realizó sus trazas en 1752 configurándola como uno de los mejores ejemplos de iglesia salón en tierras valenciana con tres naves de la misma altura y una cúpula de importantes dimensiones sobre tambor octogonal (Bérchez 1993, 158) y finalmente realizada por Joseph Nadal3 quien intervino en ella hasta su muerte en 1763, momento en el que le suceden José Dols primero y José Ayora a continuación, con la intervención o supervisión constante de arquitectos de la academia como A. Gilabert, L. Lahoz, B. Ribelles o V. Gascó (Gil Saura 2004, 344). Otro de los referentes interesantes es la Ermita de la Virgen del Lledó de Castellón, en la que tras varias ampliaciones en julio de 1739 cayo el presbiterio y en 1741 la cúpula y tambor cilíndrico, y en la intervinieron varios arquitectos como peritos para analizar el siniestro y proponer soluciones, entre ellos Vicente Gascó y Antonio Gilabert, quienes en 1755 aconsejaron la supresión del tambor «para que no suceda lo que en muchos pueblos del reino» (Gil Saura 2004, 401–403). Sin embargo la cúpula más importante y considerada referente arquitectónico dentro del ámbito valenciano es la de las Escuelas Pías, edificio cuyos primeros bocetos fueron encargados por el Arzobispo Majoral a Alberto Pina, quien aún planteando una solución novedosa, reinterpretación de la planta oval del tempo de las Bernardas de Alcalá de Henares, no 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 16/10/09 10:27 Página 1073 La cúpula de la iglesia de Villahermosa del Río, en el inicio de la construcción academicista recibió el encargo final de la obra al encontrarse aún próximo a la cultura barroca en un momento en el que se iniciaba la tendencia compositiva basada en lo antiguo (Bérchez 1993, 157). La cúpula de las Escuelas Pías es una de las principales obras de Antonio Gilabert realizada entre 1767 y 1773,4 y supone uno de los mayores retos constructivos de la época al cubrir un espacio de 24.50m de diámetro con una cúpula. De esta obra se tiene conocimiento de las dificultades técnicas en su construcción, cuestión sobre la que intervino la Real Academia mediante un dictamen realizado por Vicente Gascó, Antonio Gilabert y Juan Bautista Minguéz,5 por tanto Vicente Gascó necesariamente debió ser conocedor de los problemas y soluciones aportadas, y de ellas (Zacarés 1849) relata con bastante detalle la forma en que Gilabert resolvió los problemas debidos a los empujes de una cúpula de tan grandes dimensiones mediante varios anillos metálicos en los paralelos de la cúpula y refuerzos en los meridianos,6 sin embargo Rafael Soler afirma no haber encontrado dichos refuerzos en las catas realizadas, por lo que cuestiona la utilización de este tipo de refuerzos en las cúpulas valencianas, salvo casos especiales (Soler 1996). Así mismo, en el ámbito de influencia indicado anteriormente podemos encontrar otros muchos ejemplos de cúpulas tales como las iglesias de Turís, de Cheste, de Alcalá de Xisvert, de l’Alcudia, en las que se aprecian pequeñas diferencias compositivas y constructivas tales como la forma del tambor o la existencia o no de linterna. 1073 – Proyecto de Iglesia de Ribarroja 1785 Vte. Gascó. – Capilla Ermita de nueva planta. 1795 Vicente Cazador. – Iglesia Colegial 1807 Rafael Felipe Mateo. Estas láminas7 corresponden mayoritariamente a ejercicios académicos y en algún caso a proyectos ejecutados como la Iglesia de Ribarroja. Aun a pesar del escaso detalle constructivo de ellas podemos destacar que las cúpulas mayoritariamente están resueltas con dos hojas, que por el grafismo se adivinan de ladrillo, una de ellas de mayor espesor por lo que cabe atribuirle las funciones resistentes. Así mismo, la geometría de las mismas es fundamentalmente semiesférica o incluso rebajada, con o sin linterna, como el la capilla de Sto. Tomas (figura 1) o Proyectos de la Academia Otro de los referentes importantes que podemos encontrar para el estudio de las soluciones arquitectónicas del momento son las láminas de los proyectos y de los ejercicios de los alumnos de la Academia, de ellos destacamos: – Proyecto académico de Rotunda 1768 J. B. Mínguez . – Capilla de Sto. Tomás de Villanueva de A. Gilabert, 1777–1781 según diseños académicos de Vicente Ferrer. – Capilla del Carmen de Valencia de V. Gascó (1774–1783) según diseños académicos de Manuel Ferrando 1841. Figura 1 Capilla de Sto. Tomás de Villanueva de A. Gilabert, 1777–1781 según diseños académicos de Vicente Ferrer. (Berchez 1987, 134) 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 1074 16/10/09 10:27 Página 1074 Á. M. Pitarch, B. Sáez en la iglesia de Ribarroja (figura 2), finalmente ejecutado sin linterna. Tratados El aprendizaje de la arquitectura en las Reales Academias implica el estudio de las construcciones antiguas bien sea de forma directa, o mediante el estudio de los tratados clásicos y otros más modernos. Estos últimos nos pueden servir como visión de las técnicas constructivas y elementos estilísticos del momento, aunque en algunos casos se ven idealizados puesto que sus autores no son expertos en construcción. De ellos podemos considerar: – 1639–1664. Fr Laurencio de S. Nicolas, Arte y Uso de arquitectura. – 1661. Juan de Torija, Breve tratado de todo género de bóvedas. – 1717. Tomas Vicente Tosca, Tratado de la Montea y Cortes de Cantería. – 1796. Benito Bails, Elementos de Matemática. Tom. IX. Parte I. Que trata de la Arquitectura Civil. Segunda Edición. – 1802. Benito Bails, Diccionado de Arquitectura civil. – 1841. Manuel Fornés y Gurrea, Observaciones sobre la Práctica del Arte de Edificar. – 1846. Manuel Fornés y Gurrea, Album de proyectos originales de arquitectura. Los primeros tratados Laurencio (1639, Cap-LIII), Torija (1661, Cap. VI) y Tosca (1717, Libro IV, problema VI)) se centran fundamentalmente en la geometría de los elementos, describiendo los tres el trazado de la media naranja o cúpula semiesférica, sin profundizar en la materialidad de la misma, dando por supuesto que se trata de una cúpula de sillería, el único que hace referencias claras sobre la utilización del ladrillo es Fray Laurencio (1639, Cap. LIII) al comenzar su exposición indicando «auiendo de fer tabicada con yeso» de lo cual deducimos que se trata de una técnica habitual de la época más aún cuando posteriormente aconseja que si es tabicada no necesita cimbra. Cabe reseñar así mismo que para algunas bóvedas como las de cañón seguido y las esquifadas indica «Y de la fuerte queda dicho, que se macize, y eche lenguetas8 en las paffadas, fe ha de hazer en efta. El grueffo que aya de tener dexo a la eleccion del Artífice, que en todo deue fer muy confiderado» (Laurencio 1639, 92) De otro modo, Benito Bails, coetáneo de Vicente Gascó hace referencias constantes a Fray Laurencio, y define tanto la media naranja como las bóvedas tabicadas y las cúpulas (Bails 1796, 449, 567, 846), de estas últimas indica «Si este casquete fuese de medio punto parecerá aplastado». Por último Manuel Fornés y Gurrea ya conocedor de los tratados anteriores y de la realidad construida hasta comienzos del siglo XIX describe la geometría y replanteo de la media naranja reproduciendo el texto de Fray Laurencio, y hace hincapié en la materialización de la misma con constantes referencias a los materiales utilizados «La media naranja ó cúpula, después de construido el cuerpo de luces, de pared de ladrillo y buen mortero blanco; sus bóvedas interiores y exteriores serán de tabiques doble de ladrillo y yeso, sobre las cuales se colocarán las tejas de la propia calidad.» (Fornés i Gurrea 1846, Cap. XXXIII). De la lectura de estos tratados se extrae que el trazado de las cúpulas en esta época era algo muy conocido, y que seguramente en el siglo XVIII ya era habitual la construcción de cúpulas de dos hojas de ladrillo, una exterior resistente sobre la que se sitúa la cubierta de teja, y una interior autoportante que actúa como soporte decorativo y evita las humedades que pudieran haberse filtrado en la hoja exterior.9 Y así podemos encontrar varios ejemplos de cúpulas coetáneas. EL ARQUITECTO Y LA OBRA Vicente Gascó, 1734–1802, fue nombrado director de Arquitectura el 11 de marzo de 1765, marcando así los inicios de la Real Academia de San Carlos y considerado como el auténtico impulsor de la reforma de la Arquitectura en Valencia. De su biografía cabe destacar que se inició en la arquitectura tras la muerte de su padre, maestro de obras, previamente había estudiado en la Universidad de Valencia humanidades y filosofía. No obstante esta circunstancia, su formación arquitectónica no era exclusivamente práctica, puesto que eran constantes sus viajes a Madrid donde es conocido que te- 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 16/10/09 10:27 Página 1075 La cúpula de la iglesia de Villahermosa del Río, en el inicio de la construcción academicista Figura 2 Proyecto de Iglesia de Ribarroja 1785 Vte. Gascó. (Bérchez 1987, 165) 1075 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 1076 16/10/09 10:27 Página 1076 Á. M. Pitarch, B. Sáez nía contacto con profesores de arquitectura y adquiría «buenos libros» siendo nombrado académico de Mérito por la Academia de San Fernando en 1762. Así mismo fue Socio de la Imperial Academia de las Artes de San Petesburgo y en 1776 fue nombrado Director General de la Academia de San Carlos (Bérchez y Corell 1981, 392). Se le atribuye tanto la construcción de varias iglesias, como la Capilla de Nuestra Señora del Carmen de la Iglesia de la Santa Cruz (Valencia), la de Benassal, la de Villahermosa o la de Ribarroja10 y obras hidráulicas de abastecimiento de agua o urbanización construcción de caminos y puentes. Y constantes intervenciones en obras de otros autores consecuencia de su posición en la Academia primero como director de la sección de Arquitectura y después como director de la Academia. Con esta amplia biografía parece claro que se trata de un arquitecto extraordinario, perfectamente formado en cuestiones constructivas y arquitectónicas y a la vanguardia de las últimas tendencias artísticas. Por ello en 1768, año en el que se inicia la construcción de la iglesia de Villahermosa y de creación de la academia de San Carlos, Gascó tenía 34 años, justo en la mitad de su vida, y por tanto podemos decir que seguramente se encontraba con la frescura necesaria para afrontar los cambios que comenzaban a propagarse, pero que en pocos años debió adquirir los conocimientos necesarios para resolver los problemas que se le iban a plantear. Cabe recordar que entre 1741 y 1752 se había producido la caída del presbiterio y la cúpula de la Ermita del Lledó, en 1763 tras la muere Joseph Nadal se producen constantes intervenciones de académicos en la Iglesia de Vilareal y en 1770 interviene en el dictamen a la Academia sobre la cúpula de las Escuelas Pías. Sin duda, por lo comentado anteriormente en esos momentos era conocedor de las técnicas de construcción con ladrillo y posiblemente de la utilización de los zunchos metálicos, así lo afirma Bérchez (1987, 61) refiriéndose a las influencias que pudo tener Antonio Gilabert para la construcción de la Cúpula de las Escuelas Pías. «Sabemos que la práctica de zunchar con fuertes cadenas de hierro los anillos de las cúpulas fue frecuente a finales del siglo XVII y principios del XVIII» aunque arquitectos como R. Soler indiquen que no han podido comprobar la existencia de dichos refuerzos por lo que dudan de su existencia, y de la efectividad de los mismos. De las obras construidas de Vicente Gascó, podemos destacar la planta elíptica de la Capilla del Carmen, iniciada después de 1765 y finalizada en 1783 lo que le confiere una gran complejidad que queda reflejada en algunos comentarios de Antonio Gilabert quien quien dijo que «con lo que Gascó ha empleado en la Capilla del Carmen hago yo dos».11 Otro ejemplo construido de interés es la Iglesia de Benassal, también con cúpula sobre con tambor cilíndrico al igual que la de Villahermosa, iniciándose así un nuevo estilo. LA CÚPULA DE LA IGLESIA DE VILLAHERMOSA Uno de los sillares de la fachada principal da testimonio del inicio de las obras de la Iglesia Parroquial de la natividad de Nuestra Señora de Villahermosa el 19 de junio de 1968, desconociéndose la duración de las mismas. Así mismo se conservan planos originales de Vicente Gascó con algunas correcciones en los arcos que separan las capillas aproximándose bastante a la realidad construida. Descripción arquitectónica Se trata de una iglesia claustral de tres naves con crucero. La nave principal esta cubierta con bóveda de cañón con lunetos, mientras que las laterales con cúpulas bahidas de menor altura. Los brazos del crucero igualmente con bóvedas de cañón, y el presbiterio con un casquete esférico sobre muros poligonales (figura 3). El alzado interior se articula por pilastras de orden corintio con doble entablamento mediante una amplia cornisa que recorre todo el templo y las naves se separan por arcos de medio punto, siendo de mayor altura la central. Sobre los arcos del crucero, realizando la transición con cuatro pechinas se eleva la cúpula semiesférica permitiendo la entrada de luz mediante cuatro ventanas en el tambor cilíndrico de escasa altura. Las trazas originales nos muestran la geometría de dicha cúpula (figura 4), y anuncian la solución constructiva mediante dos hojas, sin poderse apreciar sobre 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 16/10/09 10:27 Página 1077 La cúpula de la iglesia de Villahermosa del Río, en el inicio de la construcción academicista 1077 Figura 3 Planta cenital Iglesia de Villahermosa del Río las mismas los detalles de dicha solución, tales como enlaces y diferencias funcionales entre ambas hojas. En dicha solución se manifiestan nervaduras en el intradós de la cúpula cuya misión no queda clara si será exclusivamente decorativa o de refuerzo de la hoja interior. Figura 4 Sección original Iglesia de Villahermosa. Vicente Gascó Hipótesis constructivas La determinación de la geometría de la cúpula nos permite avanzar en el conocimiento de la solución constructiva de la misma. De este modo, con las mediciones realizadas hemos determinado que el tambor tiene un diámetro interior de 9.30m, un espesor de 76cm y una altura interior de 1.54m que en su extradós varía en función de las cubiertas con las que intersecta. Sobre este tambor se alza la hoja interior de la cúpula alcanzando una altura de 5.48m desde el arranque de la misma hasta la coronación, lo que corresponde aproximadamente a un alzado igual a 3/5 del diámetro, proporción que difiere de la del plano de Vicente Gascó y de las proporciones indicadas por Manuel Fornés y Gurrea (1841, 40) casi un siglo después sobre la construcción de cúpulas de dos hojas, con una hoja interior de medio punto o rebajada y la hoja exterior apuntada, al menos dos tercios de su diámetro. La superposición de esta sección con la envolvente exterior (figura 5) nos muestra el espacio interior resultante entre las dos supuestas hojas y por tanto se deduce una cámara de espesor variable. El actual deterioro de las pinturas que decoran el intradós de la cúpula, permite apreciar las juntas de 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 1078 16/10/09 10:27 Página 1078 Á. M. Pitarch, B. Sáez Figura 5 Fotomontaje de la cúpula con la sección de la misma Figura 7 Resultantes de fuerzas en de las dos hojas y de las dos hojas trabajando conjuntamente Figura 6 Vista interior de la cúpula una fábrica de ladrillo, por lo que se constata que se trata de una bóveda tabicada. Así mismo se constata la construcción de los ocho arcos de refuerzo de la cúpula que seguramente más allá de las funciones decorativas pudieran dar estabilidad al conjunto enlazando las dos hojas (figura 6). por filtración dada la gran pendiente de las tejas, lo que nos hace pensar que pueden existir filtraciones en la parte superior de la hoja exterior donde la pendiente es mínima, y el agua discurre por la cámara hasta filtrarse a la hoja interior. De otro modo, pueden advertirse algunas fisuras entre los arcos y la hoja interior, lo que nos da idea de un comportamiento diferencial entre estos dos elementos, explicable con la conexión de los arcos con la hoja exterior, siendo la interior meramente decorativa. El análisis de las resultantes de fuerzas de las distintas hojas por separado nos indica que la hoja interior con su geometría no puede ser estable por si sola, de modo que necesita arriostrarse con la hoja exterior, necesitando los arcos como nervaduras de refuerzo y elementos de conexión entre ambas hojas, lo que justificaría la estabilidad de la cúpula, tal como se aprecia en la resultante que combina las acciones de las dos hojas (figura 7). Verificación de las hipótesis La construcción de dos hojas con cámara interior viene refrendada por la presencia de humedades en el intradós de la cúpula, en los paralelos de mayor pendiente donde no es posible la entrada de humedades CONCLUSIONES Tras el análisis de esta cúpula podemos concluir que nos encontramos con una obra de rasgos novedosos, 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 16/10/09 10:27 Página 1079 La cúpula de la iglesia de Villahermosa del Río, en el inicio de la construcción academicista tales como la utilización de un tambor cilíndrico inusualmente bajo, y una cúpula con una imagen exterior semiesférica, que no se corresponde con las proporciones recomendadas en los tratados de mayor difusión de la época, como los de Fray Laurencio o Fornés y Gurrea. Su escasa esbeltez puede ser debida a la prudencia de su arquitecto, Vicente Gascó, conocedor de las técnicas constructivas y de las dificultades que genera la construcción de las cúpulas, ya que había intervenido como perito en otras con mayor dificultad estructural, en algunos casos objeto de siniestro como en la cúpula de la Ermita del Lledó en Castellón. En relación con otras cúpulas de la época, se aprecia una reducción de la ornamentación interior y una configuración más pura en el exterior, próxima a la semiesfera perfecta y alejada de condiciones funcionales derivadas de la tradición constructiva barroca, que provocó la proliferación de cúpulas apuntadas, para evitar la entrada de agua por falta de pendiente en la cumbre. Así mismo, los tratados de construcción recogen soluciones compositivas y constructivas acordes con la hipótesis analizada y que justifica su estabilidad con el análisis de la resultante de fuerzas. Por el contrario, encontramos obras posteriores del mismo autor, como la Iglesia de Ribaroja, en la que se produce una mayor aproximación a la tradición clasicista aumentando la altura del tambor, igualmente cilíndrico, pero en este caso apilastrado y con grandes ventanales. Es por ello que podemos considerar esta cúpula, de la iglesia de Villahermosa, como uno de los primeros pasos en la transición de la arquitectura barroca a la neoclásica, controlada por las Reales Academias de Bellas Artes. 2. 3. 4. 5. NOTAS 6. 1. Para más información sobre la historia de la Real Academia de las Bellas Artes de San Carlos se puede consultar (Aldana 2001) o la página web www.realacademiasancarlos.com. «La Real Academia de San Carlos En 1762, tuvieron lugar en Valencia las primeras iniciativas para fundar una nueva academia, continuadora de la anterior (Academia de Santa Bárbara) que, como hemos apuntado, se vio obligada a disolverse por falta de recursos. Como consecuencia, el 25 de enero de 1079 1765 se creó una Junta Preparatoria para elaborar los Estatutos. Finalmente, tras la aprobación de los Estatutos y con el voto favorable de la Real Academia de San Fernando, el 14 de Febrero de 1768, se creó la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, por Real Despacho del Rey Don Carlos III. En principio, la nueva Academia ocupó las mismas aulas de la Universidad en las que había desarrollado su función docente la Academia de Santa Bárbara. Más tarde, en 1850 y por necesidades de espacio, se trasladó al antiguo Convento del Carmen. Allí permaneció hasta 1946, año en que se ubicó en el Palacio de San Pío V, en virtud de contrato de permuta firmado con el Ejército en 1942. Desde entonces y hasta el día de hoy, la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos comparte edificio con el Museo Provincial de Bellas Artes.» Fray Alberto José Pina (1693–1772) natural de Moyuela (Zaragoza), arquitecto de la Orden del Carmen, dedicó prácticamente toda su vida a la arquitectura, inicio su actividad en Aragón para desplazarse posteriormente a Valencia, desde donde intervendría en diversas iglesias de Alicante, Valencia, Castellón e incluso Teruel. Al final de su vida, en 1769 la Academia de San Carlos de Valencia le otorgó el grado de académico de merito como reconocimiento a su obra y al su magisterio arquitectónico. (Bérchez 1993, 155) (Bérchez y Corell 1981, 400). Joseph Nadal natural de Belchite en Aragón, fue Maestro Arquitecto y alumno de la Real Academia de Madrid. (Gil 2004, 196). Para más información sobre la construcción del colegio e iglesia de las Escuelas Pías de Valencia véase (Zacarés 1849). En enero de 1770 se solicitó dictamen a la academia, de lo cual da cuenta Zacarés (1849) y además pone de manifiesto que el arquitecto director de las obras era miembro de la misma. «Hacía preciso que la Academia tomase conocimiento en materia de tanta entidad y que interesa la Seguridad Pública, trascendiendo igualmente al Cuerpo de la Academia y crédito de sus Profesores.» (Zacarés 1849), citado por (Bérchez 1987, 60) «... en primer lugar, para contener el empuje de tan inmensa mole dispuso un anillo de hierro de peso de ciento cuarenta y seis arrobas dado de pez, aceite de lirios, negro humeo y otros ingredientes, que colocó a la altura de los linteles que cargan sobre las columnas del segundo cuerpo, de la cornisa del tercero arrancan veinte barras de hierro de peso de doscientas treinta y una arrobas que se hallan marcadas en la media naranja por otras tantas fajas blancas pareadas que suben hasta coger el anillo de la cúpula, sosteniendo en diferentes alturas 111_09 Aju 099-160 Pitarch Roig 1080 16/10/09 10:27 Página 1080 Á. M. Pitarch, B. Sáez varios círculos de hierro de peso de doscientas treinta y seis arrobas, que forman en degradación de aquella hermosa concavidad; otro círculo ciñe la linterna dividida así como la iglesia, en diez segmentos, cuyos vacíos forman ventanas rasgadas en toda su alturas, con pilastras toscazas en los postes: y encima una bola de hi hierro cóncava que sostiene la cruz que le sirve de remate, a la altura de unos doscientos palmos valencianos.» 7. Todas ellas forman parte del archivo de la Academia de San Carlos y han sido publicadas en (Bérchez y Corell 1981, 279, 280, 115) y (Bérchez 1986, 52, 134, 162, 164). 8. «Lengüeta de Bóveda. Cada uno de los tabiques que se levantas en sus embecaduras para fortificarla, enlazándola con los muros.» (Bails 1802). 9. Es interesante la descripción de Fornés i Gurrea (1841, 40) sobre las cúpulas de dos hojas: «Pero la experiencia ha hecho ver la necesidad de duplicar las bóvedas en las cúpulas, una exterior de ladrillo doble, sobre la cual asientan las tejas, y otra interior separada de aquella. La montea de esta puede ser de medio punto ó rebajada, y se suele adornar con pinturas o casetones, cuyo método produce dos buenos efectos, el primero precaver las humedades que son tan fáciles de contraer, presentando mal aspecto, y echando á perder pinturas y adornos, cuya reposición es muy costosa. El segundo es la esbeltéz y aspecto piramidal que presentan por de fuera, como también la rápida vertiente que se da á las aguas pluviales. Por cuya razón las bóvedas esteriores se elevan cuando menos dos tercios de su diámetro, y la interior con sujetarse al radio, cuando mas tiene bastante, pues fuera de la economía se produce en su fábrica de pinturas ó adornos entallados, se presentan estos mas aproximados á la vista del espectador.» 10. Referido a la Iglesia de Ribarroja, «A través del proyecto y en parte también de la iglesia construida, nos damos cuenta de que Gascó, en ese proyecto —el primero que conocemos suyo de una iglesia realizada enteramente de nueva planta— se volvía a una tradición renacentista de perfiles puros y desconocida en Valencia, ordenando los muros interiores de la iglesia a través de la característica ordenación bramantesca del tipo llamado de tramo rítmico». (Bérchez 1993, 164). 11. «Según cuenta Boix la capilla fue costosísima debido a la forma de construir de Gascó que reforzaba excesivamente las estructuras. El arquitecto Gilabert, contemporáneo de Gascó dijo en una ocasión que con lo que Gascó ha empleado en la Capilla del Carmen hago yo dos.» Reseña del proyecto de restauración, mayo 2009 http//es.geocities.com/stmcruz/Historia/Restauracion/ Proyecto.htm. Bibliografía del proyecto: Historia y anécdotas del Barrio del Carmen de Juan-Luis Corbín Ferrer, Editorial Federico Domenech SA, 1990 y Catálogo de Monumentos y Conjuntos de la Comunidad Valenciana, Tomo-II, 434 a 456, editada en 1983 por la Conselleria de Cultura de la Generalidad Valenciana. LISTA DE REFERENCIAS Aldana Fernández, Salvador. 2001. Real Academia de Bellas Artes de San Carlos de Valencia: historia de una Institución. Valencia: Direcció General de Promoció Cultural, Museus i Belles Arts. Bails, Benito. 1796. Elementos de Matemática. Tom. IX. Parte I. Que trata de la Arquitectura Civil. Segunda Edición. Bails, Benito. 1802. Diccionario de Arquitectura civil. Bérchez, Joaquín. 1987. Los comienzos de la arquitectura académica en Valencia. Valencia: Ed. Federico Doménech, S. A. Bérchez, J., Corell, V. 1981. Cátalogo de Diseós de Arquitectura de la Real Academia de BB.AA. de San Carlos de Valencia 1768–1746. Valencia: Colegio Oficial de Arquitectos de Valencia y Murcia. Bérchez, Joaquín y Jarque, Francesc. 1993. Arquitectura Barroca Valenciana. Valencia: Bancaja Obra Social y Cultural. Fornés i Gurrea, Manuel. [1841] 1993. Observaciones sobre la Práctica del Arte de Edificar. Valencia: Imprensa de Cabrerizo. Facs. Ed. Valencia: Librería París-Valencia. Fornés i Gurrea, Manuel. 1846. Album de proyectos originales de arquitectura. Fr Laurencio de S. Nicolas. 1639. Arte y Uso de arquitectura. Primera edición 1639. Segunda edición 1664. Gil Saura, Yolanda. 2004. Arquitectura Barroca en Castellón. Castellón. Diputació de Castelló. Soler Verdú, Rafael. 1995. La cúpula en la arquitectura moderna valenciana. Siglos XVI a XVIII. Metodologías de estudios previos. Para las arquitecturas de sistemas abovedados. Valencia. Tesis Doctoral Universidad Politécnica de Valencia. Soler Verdú, Rafael. [1996] Cúpulas en la arquitectura valenciana de los siglos XIV a XVIIII. Actas del Primer Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Madrid, 19–21 septiembre 1996. Madrid: I. Juan de Herrera. CEHOPU, 1996. Torija, Juan de. 1661. Breve tratado de todo género de bóvedas. Tosca, Tomas Vicente. 1717. Tratado de la Montea y Cortes de Cantería. Zacares, J. M. 1849. Antigüedades y bellezas de Valencia, Colegio Andresiano e iglesia de las Escuelas Pías. Valencia: Revista Edetana, 1849. XI 497, 498.