Ministerio Público de la Nación FORMULA REQUERIMIENTO DE ELEVACIÓN A JUICIO PARCIAL. SOLICITA PROCESAMIENTOS E INDAGATORIAS.- Señor Juez: Gerardo D. Pollicita, Fiscal a cargo de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nro.11 de esta ciudad, en la causa Nro. 5926/04 (32.579/04), caratulada: "Granillo Ocampo Raúl y otros sobre malversación de caudales públicos -Art. 261-", del registro de la Secretaría Nro.3 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nro.2 a vuestro digno cargo, se presenta ante V.S. en virtud de la vista conferida a fs. 7699 y, en cumplimiento de lo normado en los Arts. 346 y 347 Inc. 2° del CPPN, habrá de formularse el pertinente requerimiento de elevación a juicio en la presente causa: I.- DATOS PERSONALES DE LOS IMPUTADOS.Las personas respecto de las cuales considero reunidas las pruebas suficientes como para habilitar la instancia de juicio son: CARLOS SAÚL MENEM, argentino, DNI 6.705.066, hijo de Saúl Menem y de Mohibe Akil, nacido el 2 de julio de 1930 en La Rioja, de profesión abogado, Senador Nacional por la Provincia de La Rioja. DOMINGO FELIPE CAVALLO, argentino, DNI 6.444.294, nacido el 21 de julio de 1946 en San Francisco, Córdoba, hijo de Florencia Francotto (f) y Felipe (f), de profesión economista, domiciliado en Av. Del Libertador 2201 piso 23 de esta Ciudad. RAÚL ENRIQUE GRANILLO OCAMPO, argentino, DNI 7.788.737, nacido el 18 de enero de 1948 en La Rioja, de estado civil casado, hijo de Adolfo Antonio (f) y de Ada Pura Mercedes Ocampo (v), de profesión abogado, domiciliado en Av. Callao 1685 3° piso de esta Ciudad. OSCAR HÉCTOR CAMILIÓN, argentino, DNI 4.491.576, nacido el 6 de enero de 1930 en esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hijo de Oscar Juan Camilión y de Lucía Fernández, jubilado, con domicilio en la calle Montevideo 1597, piso 4º, de esta ciudad. MARÍA JULIA ALSOGARAY, argentina, DNI 5.380.299, nacida el 8 de octubre de 1942 en esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de estado civil divorciada, hija de Álvaro Carlos (f) y de Edith Gay (f), de profesión ingeniera industrial, domiciliada en Junín 1435 de esta Ciudad. JOSÉ DOMINGO CORONEL, argentino, DNI 8.133.011, de nacionalidad argentina, nacido el día 12 de marzo de 1946 en esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de estado civil casado, hijo de José Domingo y de Alcira Moyano, de profesión 1 contador público, con domicilio particular en la calle Obispo Salguero 115 1° “B” de la Ciudad de Córdoba y Lavalle 750 13° “A” en esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires. RAÚL ALBERTO CASTELLINI, argentino, DNI 10.748.435, nacido el día 29 de abril de 1953 en Funes, Departamento de Rosario, Provincia de Santa Fe, de estado civil soltero, hijo de Luis Alberto (f) y de Chrimhilde Gisella Schmidt (v), de profesión ingeniero, domiciliado en Av. Coronel Díaz 2636 3°A de esta Ciudad y fines de semana en Av. Rosario 971, Funes, Provincia de Santa Fe. HERIBERTO JORGE JOSÉ GERARDO BAEZA GONZÁLEZ, DNI 6.846.117, nacido el día 9 de julio de 1931 en Guaymallén, Mendoza, hijo de Heriberto Baeza González y de Alicia García de Rosas, de ocupación jubilado, domiciliado en Guido 2660 4° piso de esta ciudad. JOSÉ ALBERTO TORZILLO, DNI 7.618.628, nacido el 7 de marzo de 1949 en Tandil, Provincia de Buenos Aires, hijo de José (f) y de Delmira Graciana Colombo (f), de profesión contador público, domiciliado en Arribeños 1774, unidad 5 de esta Ciudad. Previo a todo análisis, teniendo en consideración las numerosas cuestiones que habrán de tratarse a lo largo del presente en razón de la cantidad de individuos imputados en autos y la complejidad de la maniobra delictiva investigada, se habrá de incorporar a fojas anteriores un índice temático a fin de facilitar la lectura y la compresión de lo postulado por esta parte. II.- DESCRIPCIÓN GENERAL DE LOS HECHOS.Constituye el objeto procesal de la presente causa la maniobra delictiva llevada a cabo durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem, entre los años 1989 y 1999, que consistió en la implementación y ejecución de un sistema que posibilitó la sustracción de fondos públicos en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional. Las sumas utilizadas con tal designio provinieron de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados, que de acuerdo a la normativa que las regulaba se encontraban vinculadas a la defensa y la seguridad del Estado1, y cuyo régimen especial dificultaba en gran medida el control estatal pues permitía la disposición del dinero en efectivo, a diferencia de lo que acontecía con el resto de las partidas de la administración pública, respecto de las cuales los funcionarios no podían, en ningún caso, disponer del dinero en forma líquida. Ello exigió una ingeniería compleja, integrada por la conformación de un fondo general de dinero en efectivo mediante el aporte de distintos organismos autorizados a administrar partidas de gastos reservados, a los cuales previamente se les 1 Cfr. decretos secretos Nro.2.452/55, 5315/56,4139/69y leyes secretas Nro.18.302/69,19.867/72,20.659/74,21.627/77y 22.085/79.- 2 Ministerio Público de la Nación efectuaban transferencias desde jurisdicciones que no disponían de esos fondos, para ser extraídos definitivamente del mecanismo de control previsto por la Ley de Administración Financiera del Estado y de allí ser retirados en efectivo para su utilización en el sistema de sustracción investigado en autos. El dinero recaudado, fue administrado en la Secretaria General de la Presidencia y luego en la Jefatura de Gabinete de Ministros -órgano que reemplazó a aquella a partir de 1994-, y desde allí fue distribuido mensualmente a los titulares de los distintos Ministerios y Secretarías de Estado, quienes se encargaban de poner los fondos definitivamente fuera de la esfera de custodia de la administración, ya sea apropiándose de su totalidad o haciéndolo respecto de una parte y otorgándole a los funcionarios de menor jerarquía la posibilidad de sustraer la restante. En esta última fase de la maniobra intervinieron los Ministerios de Economía, Justicia, Trabajo, Interior y Educación, el Banco Nación y, en el ámbito de la Presidencia de la Nación, la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, la Subsecretaría de Acción de Gobierno de la Secretaría General y la Secretaría Legal y Técnica. Por último y en relación al Ministerio de Defensa de la Nación, al tratarse de uno de los organismos autorizados a administrar fondos reservados de acuerdo a lo establecido en el Art. 28 de la ley 20.659, las sumas sustraídas provenían de las partidas que le eran asignadas por tal concepto a dicha cartera por Ley de Presupuesto. III.- DE LAS IMPUTACIONES.- A) CARLOS SAÚL MENEM.A.1) Se imputa a Carlos Saúl Menem que, mientras se desempeñó como Presidente de la Nación entre los años 1989 y 1999, intervino en la ideación, implementación y subsistencia del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional. La actividad desarrollada por el imputado estuvo representada por haber dispuesto el modo en el que se ejecutaría dicho sistema de sustracción, además de haber ordenando e interviniendo en la realización de distintas transferencias entre los organismos del Poder Ejecutivo Nacional a efectos de formar el fondo general de dinero efectivo que posibilitó su financiación y designando a los agentes que tendrían a su cargo la distribución del mismo a los fines de su sustracción. B) DOMINGO FELIPE CAVALLO.Se imputa a Domingo Felipe Cavallo el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos 3 reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. La actividad desarrollada por el imputado se suscitó mientras se desempeñaba como Ministro de Economía, entre el 31 de enero de 1991 y el 26 de julio de 1996, y estuvo representada por los siguientes aportes: B.1) Haber impartido, en una reunión de gabinete celebrada entre fines del año 1992 y principios del año 1993, precisas directivas a los funcionarios públicos presentes, entre quienes se encontraban el Presidente de la Nación conjuntamente con los Ministros y Secretarios de Presidencia, para que consignasen en sus declaraciones de ingresos ante la Administración Federal de Ingresos Públicos las sumas incorporadas a su patrimonio como consecuencia del sistema de sustracción que venía siendo ejecutado, en una proporción que les permitiese justificar sus gastos y poder posteriormente alegar que esos montos tenían una finalidad salarial compensatoria. Asimismo, brindando también su asesoramiento técnico durante la ejecución de dicho sistema ilícito, mantuvo a principios del año 1994 una reunión con los entonces Presidente de la Nación y Ministro de Trabajo, Carlos Saúl Menem y José Armando Caro Figueroa, cuya finalidad fue la de sustituir el régimen de distribución de dinero instaurado y sincerar la situación ante la opinión pública, obteniendo como resultado el dictado del decreto 838/94 el día 27 de mayo de 1994, a través del cual se incrementaron sensiblemente las remuneraciones básicas de los funcionarios de alto rango del Poder Ejecutivo Nacional y se les asignó un importe mensual, equivalente al sueldo, en concepto de reintegro de gastos protocolares, respecto del cual no debían rendir cuentas. B.2) Asimismo, se le imputa el haberle ordenado al Director General de Administración del Ministerio a su cargo, Luís Murina2, que le entregase mensualmente a Enrique Miguel N’Haux un moto de dinero en efectivo proveniente de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S”, lo cual fue cumplimentado por Murina mientras N´haux desempeñó funciones laborales en el Banco Nación -marzo de 1991 a mayo de 1995- y el Ministerio de Economía -enero y septiembre de 1996-, haciéndole entrega de la suma de dos mil pesos ($2000) mensuales en un primer momento y luego de entre cuatro mil ($4000) y cinco mil pesos ($5000) mensuales. B.3) También se imputa a Cavallo, en el marco del mismo sistema ilícito, el haber sustraído las sumas de setenta y dos mil setecientos treinta y seis pesos ($72.736) durante el año 1991, setenta y dos mil ciento treinta y dos pesos ($72.132) durante el año 1992 y setenta y seis mil pesos ($76.000) en el año 1993, las cuales 2 Respecto de quien a fs. 4369 se declarara extinguida por muerte la acción penal. 4 Ministerio Público de la Nación provenían de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos reservados en virtud del Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S”. C) RAÚL ENRIQUE GRANILLO OCAMPO.Se imputa a Raúl Enrique Granillo Ocampo el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. La actividad desarrollada por el imputado se suscitó mientras se desempeñaba como Ministro de Justicia de la Nación, entre el 26 de junio de 1997 y el 9 de diciembre de 1999, y estuvo representada por: C.1) Haber cedido fondos públicos de la cartera a su cargo para que, mediante el dictado de distintas normas, sean transferidos a la Secretaría de Inteligencia del Estado, directa o indirectamente a través de la Jefatura de Gabinete de Ministros, posibilitando que recursos provenientes de fuente de financiamiento 13, que por su naturaleza sólo podían ser aplicados a actividades afines al organismo que los había recaudado -Ministerio de Justicia- y no estaban habilitados para ser recibidos por otro, fueran trasformados en recursos de fuente 11 -rentas generales- y remitidos mediante el dictado de otros actos a la Secretaría de Inteligencia del Estado para ser extraídos definitivamente del mecanismo de control previsto por la Ley de Administración Financiera del Estado y luego ser retirados en efectivo para su utilización en el sistema de sustracción investigado en autos. Los actos administrativos que dispusieron las transferencias desde el Ministerio de Justicia fueron los siguientes: 1) El Decreto Nro. 1014 de fecha 1 de septiembre de 1998, que ordenó la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Secretaría de Inteligencia del Estado, el cual fue luego dejado sin efecto por el decreto Nro. 1264/98, de fecha 23 de octubre de 1998, que ordenó la transferencia de dos millones de pesos -$2.000.000- a dicho organismo de inteligencia pero de fondos del Ministerio de Economía; 2) La Decisión Administrativa Nro. 545 de fecha 5 de noviembre de 1998, que ordenó la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Jefatura de Gabinete; 3) La Decisión Administrativa Nro. 81 de fecha 26 de marzo de 1999, que ordenó la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Jefatura de Gabinete y 4) La Decisión Administrativa Nro. 402 del 27 de octubre de 1999, que ordenó la transferencia de cuatrocientos cincuenta mil pesos $450.000 a la Jefatura de Gabinete (es importante tener en cuenta que las sumas de dinero citadas eran equivalentes a dólares estadounidenses en virtud a lo dispuesto por la Ley de Convertibilidad –Nro. 23.928-). Por su parte, los actos que contemporáneamente al dictado de las mencionadas normas ordenaron la derivación de fondos desde la Jefatura de Gabinete 5 hacia la Secretaría de Inteligencia del Estado fueron los Decretos Nro. 1278 de fecha 4 de noviembre de 1998), Nro. 1306 del 6 de noviembre de 1998, Nro. 1416 del 7 de diciembre de 1998, Nro. 42 del 27 de enero de 1999, Nro. 291 del 26 de marzo de 1999, Nro. 576 del 26 de mayo de 1999 y Nro. 1023 de fecha 16 de septiembre de 1999. Finalmente, cabe señalar que la actividad consistente en retirar los fondos en efectivo para luego ser entregados al imputado con el objeto de ser utilizados en el sistema de sustracción investigado en autos fue llevada a cabo, al menos respecto de una parte de ellos, por el imputado José Domingo Coronel, Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia, quien a tal fin concurrió a las oficinas de los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, Subsecretario y Director de Finanzas respectivamente de la Secretaría de Inteligencia del Estado, los días 27 de junio de 1997, 15 de octubre de 1998, 2 de noviembre de 1998, 10 de noviembre de 1998, 16 de noviembre de 1998, 26 de marzo de 1999, 22 de abril de 1999 y 5 de mayo de 1999 (Cfr. imputación efectuada en el acápite III.D.1). C.2) Asimismo, en el marco de la misma maniobra de sustracción, se le imputa el haber sustraído durante veintisiete meses seguidos la suma de cincuenta mil pesos ($50.000) en efectivo de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados que provenían del fondo general de dinero en efectivo que se aprovisionaba en la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación, los cuales fueron retirados sistemáticamente en los primeros días de cada mes por parte de su secretario privado, Wilfren Roberto Martínez Medina, de la oficina del Jefe de Asesores de la Subsecretaría de Coordinación de dicha Jefatura, Rodolfo Alberto Aiello3, sita en Av. Julio A. Roca 782, 9° piso, de esta ciudad -ex edificio SOMISA-. D) JOSÉ DOMINGO CORONEL.Se imputa a José Domingo Coronel el haber intervenido, desde su posición de Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia, en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. El aporte efectuado por el imputado, que debe enmarcarse dentro de la secuencia fáctica reprochada a Raúl Enrique Granillo Ocampo en el acápite III.C.1., estuvo representado por: D.1) Haber concurrido a las oficinas de los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, Subsecretario y Director de Finanzas respectivamente de la Secretaría de Inteligencia del Estado, al menos los días 27 de junio de 1997, 15 de octubre de 1998, 2 de noviembre de 1998, 10 de noviembre de 1998, 16 de noviembre de 1998, 26 de 3 Respecto de quien a fs. 6707 se declarara extinguida por muerte la acción penal. 6 Ministerio Público de la Nación marzo de 1999, 22 de abril de 1999 y 5 de mayo de 1999, a retirar distintas sumas de dinero en efectivo provenientes de partidas asignadas gastos reservados que posteriormente le entregaba al entonces Ministro de Justicia, Raúl Enrique Granillo Ocampo, a efectos de ser utilizadas para solventar dicho sistema de sustracción. E) OSCAR HÉCTOR CAMILIÓN.Se imputa a Oscar Héctor Camilión el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. La actividad desarrollada por el imputado se suscitó mientras se desempeñaba como Ministro de Defensa de la Nación, entre el 5 de abril de 1993 y el 24 de junio de 1996, y estuvo dada por: E.1) Haber sustraído una parte de los caudales públicos cuya administración le fue confiada en razón de su cargo, que generalmente oscilaba entre veinte mil y cincuenta mil pesos mensuales ($20.000 y $50.000), los cuales provenían del monto anualmente asignado a su Ministerio por Ley de Presupuesto en calidad de fondos reservados, concretamente de la cuenta Nro. 1890/38 del Banco de la Nación Argentina, que manejaba exclusivamente el imputado y a la cual se le giraban fondos desde la cuenta Nro. 2659/16 de la misma entidad bancaria para solventar los gastos de las fuerzas de seguridad -Ejército, Aérea y Marina-. E.2) Haber instrumentado un sistema ilícito en la órbita del Ministerio a su cargo que otorgó a distintos funcionarios de su cartera la posibilidad de sustraer una parte restante de los fondos mencionados en el punto anterior, para lo cual contó con la colaboración de Heriberto Jorge José Baeza González y José Alberto Torzillo (Cfr. imputaciones efectuadas en los acápites III.F.2 y III.G.2). F) HERIBERTO JORGE JOSÉ GERARDO BAEZA GONZÁLEZ.Se imputa a Heriberto Jorge José Gerardo Baeza González el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. El aporte efectuado por el imputado, que se suscitó mientras se desempeñaba como Secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa de la Nación -6 de abril de 1993 al 24 de julio de 1996- y que debe enmarcarse dentro de la secuencia fáctica reprochada a Oscar Héctor Camilión en el acápite III.G.2., estuvo representado por: F.1) Haber sustraído mensualmente una parte de los fondos reservados que por Ley de Presupuesto le eran asignados al Ministerio en el que se desempeñaba.7 F.2) Haber contribuido en la distribución, para su sustracción, de una parte de ese erario a distintos colegas de dicha cartera ministerial. G) JOSÉ ALBERTO TORZILLO.Se imputa a José Alberto Torzillo el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. El aporte efectuado por el imputado, que se suscitó mientras se desempeñaba como Subsecretario de Presupuesto y Administración del Ministerio de Defensa de la Nación -22 de agosto de 1994 al 19 de julio de 1996- y que debe enmarcarse dentro de la secuencia fáctica reprochada a Oscar Héctor Camilión en el acápite III.G.2, estuvo representado por: G.1) Haber sustraído mensualmente una parte de los fondos reservados que por ley de presupuesto le eran asignados al Ministerio en el que se desempeñaba.G.2) Haber contribuido en la distribución, para su sustracción, de una parte de ese erario a distintos colegas de dicha cartera ministerial. H) MARÍA JULIA ALSOGARAY.Se imputa a María Julia Alsogaray el haber intervenido en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. La actividad desarrollada por la imputada se suscitó mientras se desempeñaba como Secretaria de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación y estuvo representada por: H.1) Haber sustraído mensualmente, entre los años 1991 y 1999, las sumas de cuarenta mil pesos ($40.000) hasta mediados de 1994 y luego de veinte mil pesos ($20.000), provenientes de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos reservados en virtud del Art. 1 de la ley Nro. 18.302 “S”, las cuales fueron retiradas de la Secretaria General de la Presidencia y la Jefatura de Gabinete de Ministros de la Nación respectivamente, por parte del Subsecretario de la cartera a su cargo Enrique Kaplan, desde el inicio de su gestión hasta enero de 1999, y por Raúl Alberto Castellini, desde febrero hasta diciembre de ese año. H.2) Haber otorgado a los funcionarios públicos de la cartera a su cargo la posibilidad de sustraer una parte restante de dicho erario mediante la implementación de una distribución interna que fue llevada a cabo por Enrique Kaplan desde el inicio de su gestión hasta enero de 1999 y por Raúl Alberto Castellini desde febrero hasta diciembre de ese año. 8 Ministerio Público de la Nación I) RAÚL ALBERTO CASTELLINI.Se imputa a Raúl Alberto Castellini el haber intervenido, desde su posición de Subsecretario de Ordenamiento Ambiental de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, en la implementación y ejecución del sistema que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional durante los dos períodos presidenciales de Carlos Saúl Menem. El aporte efectuado por el imputado, que debe enmarcarse dentro de las secuencias fácticas reprochadas a María Julia Alsogaray en el acápite III.H., estuvo representado por: I.1) Haber retirado mensualmente de la oficina del Sr. Rodolfo Alberto Aiello, ubicada en la Jefatura de Gabinete de Ministros, entre febrero y diciembre de 1999, distintas sumas de dinero provenientes de partidas asignadas por la Ley de Presupuesto a gastos reservados y luego haberlas distribuido para su sustracción a los funcionarios de más alta jerarquía de la Secretaría de Recursos Naturales de la Presidencia de la Nación. IV.- DE LA CALIFICACIÓN LEGAL Y LA RESPONSABILIDAD DE LOS IMPUTADOS.A criterio de este Ministerio Público el evento que integra el objeto procesal de la presente, descripto en forma genérica en el acápite II y puntualmente respecto de cada imputado en el punto III, reúne los elementos típicos de la figura de peculado prevista por el Art. 261 primer párrafo del Código Penal y por la cual deberán responder en carácter de autores Carlos Saúl Menem y Oscar Héctor Camilion mientras que como partícipes necesarios deberán hacerlo Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González, José Alberto Torzillo y José Domingo Coronel (art. 45 del ordenamiento de fondo). Para fundamentar dicho encuadre normativo, se habrán de exponer en primer término las exigencias típicas de la figura de peculado, para luego aplicarlas al caso en concreto y exponer sucintamente la responsabilidad de los distintos imputados. En esa dirección, cabe señalar liminarmente que la primer parte del Art. 261 del Código Penal castiga al funcionario público que “substrajere caudales o efectos cuya administración, percepción o custodia le haya sido confiada por razón de su cargo”. La acción reprimida resulta ser la de sustraer, que remite a la idea de que el objeto debe ser separado o apartado de la esfera de la administración pública en la que legalmente se encuentra, es decir, ponerlo fuera del alcance de la custodia en que fue 9 colocado, con presindencia de que el funcionario haya querido incorporarlos a su propia tenencia o los haya dispuesto como podría hacerlo su dueño, puesto que, como acertadamente expresa Creus, sustrae el que quita, aparta, separa o extrae la cosa de la esfera de custodia en que se encuentra, aunque no lo haya regido por aquellas direcciones de la voluntad 4. Lo relevante en este delito es, entonces, que se aparta, se separa o se extrae, sin perjuicio de la existencia o no de la finalidad en particular -de apoderamiento, apropiación e incluso de restitución- que excede la mera vulneración del vínculo administrativo en cuestión5. En efecto, a diferencia de los conceptos de apropiación o apoderamiento donde se exige que el bien ingrese en el ámbito patrimonial propio del sujeto o de un tercero, para la consumar la sustracción analizada sólo se requiere que el bien sea quitado de la esfera de custodia confiada al autor. En lo que respecta al objeto del delito, los caudales o efectos a los que se refiere la figura analizada deben pertenecer a la administración pública, esto es, tratarse de bienes públicos y el detrimento patrimonial debe producirse a las arcas del Estado. A su vez, el sujeto activo debe tratarse de un funcionario público6 que se encuentre en una especial relación funcional con el bien en cuestión, es decir, que sólo puede ser quien en razón de su cargo se le ha confiado la administración, percepción o custodia de caudales o efectos públicos, entendiéndose a la administración como la facultad administrativa de aplicar los bienes a las finalidades legalmente determinadas, es decir que se debe tener la facultad de disposición sobre ellos, a la percepción como la facultad de recibir bienes para la administración pública, para ingresarlos o reingresarlos y, finalmente, a la custodia como la actividad de cuidado y vigilancia de los bienes, la cual requiere que el funcionario detente la tenencia material o al menos simbólica de ellos. De lo expuesto, se sigue que el funcionario incompetente para realizar esas funciones no puede ingresar en el círculo del peculado, aun en el supuesto de que los bienes le hayan sido confiados por el sólo hecho de ser funcionario, por cuanto el peculado es una especial violación de los deberes del cargo y únicamente se puede dar cuando la entrega de los bienes quede comprendida en la competencia propia de aquel7. Sin perjuicio de tales cualidades, que hacen al peculado un delito especial en el que el sujeto activo debe reunir determinadas calidades sin las cuales el delito no es posible, no se excluyen los principios de cooperación delictuosa, pudiendo ser participe primario quien no reúna en sí la calidad de funcionario público con manejo de bienes 4 Cámara Nacional de Casación Penal, Sala II (Madueño-Fégoli-Mitchell), Reg. 2933.2, Causa Nro. 2256 “López Hugo Luís s/ recurso de casación”, Rta. 5/11/99.5 D´Alessio Andrés, “Código Penal. Anotado y Comentado”, Edit. La Ley, Año 2004, Pajs. 840/841. 6 Todo el que participa accidental o permanentemente del ejercicio de funciones públicas, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente (Art. 77 del CP). 7 Carlos Creus, Delitos Contra la Administración Pública, Editorial Astrea, año 1981, Pag. 229/330. 10 Ministerio Público de la Nación requerido para el autor, si se acepta que la complicidad primaria abarca toda intervención necesaria en el delito por la que se pone una condición de resultado, sin cumplir la acción típica reservada al autor y coautor, y teniendo en cuenta que las calidades personales típicas se comunican a los efectos de la agravación de la penalidad, si son conocidas por el partícipe8. Ahora bien, si trasladamos lo expuesto a la hipótesis de hecho que integra el objeto procesal de la presente, vemos que se adecua plenamente a la figura en estudio, puesto que se trató de una compleja maniobra delictiva mediante la cual se apartaron sistemáticamente fondos reservados de la esfera de custodia de la administración pública en la que legalmente se encontraban, la cual, al obedecer a un idéntico plan delictivo, debe ser considerada como un delito único que perduró en el tiempo y que atravesó distintas etapas. Asimismo, contó con la participación de numerosos funcionarios, cada uno de los cuales lo hizo en un estadio particular de la evolución del ilícito y con una tarea determinada, pudiendo discriminarse, a los fines de la responsabilidad, la actividad de quienes que tenían a su cargo la administración de tales fondos de quienes no poseían esa cualidad, pero brindaron un aporte ineludible para su sustracción. Dentro del primer grupo de imputados se encuentra la máxima autoridad del Poder Ejecutivo Nacional, Carlos Saúl Menem, quien ideó, implementó y bregó por sostener en el tiempo dicho sistema de sustracción, y el ex Ministro de Defensa Oscar Héctor Camilión, quien tenía a su cargo la administración de los fondos reservados que fueron objeto de sustracción en el ámbito de la cartera a su cargo. La responsabilidad del ex Presidente encuentra fundamento en nuestra Carta Magna, que en su versión anterior establecía que el Presidente de la Nación ejercía la titularidad del Poder Ejecutivo de modo unipersonal y tenía a su cargo la administración general del país, de recaudación de las rentas nacionales y de ejecución del Presupuesto (Art. 86, Incs. 1 y 13). Asimismo, la reforma de 1994 agregó que dicha figura “es el jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable político de la administración general del país” (Art. 99, Inc. 1); que “supervisa el ejercicio de la facultad del jefe de gabinete de ministros respecto de la recaudación de las rentas de la Nación y de su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de gastos nacionales” (Art. 99, Inc. 10) y que “puede pedir al jefe de gabinete de ministros y a los jefes de todos los ramos y departamentos de la administración, y por su conducto a los demás empleados, los informes que crea convenientes, y ellos están obligados a darlos” (Art. 99, inc. 17). De acuerdo a tales prerrogativas constitucionales, resulta evidente que solo el único titular del Poder Ejecutivo podía tomar la decisión de implementar un sistema ilícito como el descripto, que prevea el actuar coordinado de Ministros, 8 CCC Fed. Sala II Valerga Aráoz, D´alessio y Ledesma, “Ministerio de Justicia s/ denuncia” Rta. 6/06/86, en Boletín 11 Secretarios y Subsecretarios de Estado, y de impartir las ordenes necesarias para su ejecución y subsistencia en el tiempo. En el caso del ex Ministro de Defensa Camilión, su responsabilidad como autor se fundamenta en el contenido del Art. 28 de la ley 20.659 que en fecha 28 de marzo de 1974 incorporó a la cartera a su cargo como organismo autorizado por la ley 18.302/699 para la inclusión en su presupuesto de créditos administrados de acuerdo al régimen establecido en el decreto-ley Nro. 5315/56, esto es, a la utilización de fondos de carácter reservados en servicios atinentes a la “Seguridad de la Nación”. En lo que respecta al segundo grupo de imputados a los que se hiciera referencia anteriormente, esto es, quienes no reunían las cualidades necesarias para ser considerados autores pero se encargaron de ceder fondos públicos de la cartera a su cargo para engrosar los fondos reservados de otras jurisdicciones para que luego fueran sustraídos -Raúl Enrique Granillo Ocampo- o de poner a éstos últimos fuera de la esfera de custodia de la administración pública, ya sea distribuyéndolos en las diferentes jurisdicciones del Poder Ejecutivo Nacional -Domingo Felipe Cavallo, María Julia Alsogaray, José Domingo Coronel, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo- o sustrayéndolos para sí -Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo-, serán considerados partícipes necesarios, en tanto su actividad implicó un aporte ineludible para apartar los fondos de la esfera de custodia de la administración pública en la que legalmente se encontraban. A su vez, corresponde poner de manifiesto que aún cuando al momento de formular los respectivos reproches existen supuestos en los cuales a una misma persona se le imputaron diferentes conductas, en realidad nos encontramos ante un único hecho ilícito y cada una de esas conductas deben ser consideradas como una forma de aportar a su ejecución, no implicando en ningún caso una reiteración delictiva. Ahora bien, sin perjuicio de las especificaciones que se efectuarán al tratar la responsabilidad de cada uno de los imputados en particular, cabe señalar que tanto las características principales de la maniobra de sustracción investigada -entidad, permanencia en el tiempo y cuantía de los funcionarios intervinientes-, cuanto las condiciones personales de las personas cuya responsabilidad se analiza -nivel cultural, educación recibida, cargos desempeñados, experiencia y sentido común-, persuaden a este Ministerio Público a considerar, en esta etapa preliminar del proceso, que todos actuaron, conforme el rol que se les asigna, con el conocimiento y la voluntad exigida por la faz subjetiva de la figura penal en estudio. de Jurisprudencia, Año 1986, Nro. 2, Pag. 310.9 Que incluía también la Unidad de Organización – Presidencia de la Nación; el Comando Jefe del Ejercito; el Comando Jefe de la Armada; el Comando Jefe de la Fuerza Aérea; la Secretaría de Inteligencia del Estado; la Dirección Nacional de Gendarmería, Prefectura Nacional Marítima; Policía Federal y la Dirección Nacionaldel Servicio PenitenciarioFederal.- 12 Ministerio Público de la Nación En función de todo lo argumentado, este Ministerio Público entiende que Carlos Saúl Menem y Oscar Héctor Camilion deberán responder como autores del delito de peculado previsto y reprimido por el Art. 261 del Código Penal y que Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González, José Alberto Torzillo y José Domingo Coronel deberán hacerlo como partícipes necesarios de igual figura delictiva (Art. 45 del C.P.) V.- DE LA PRUEBA.A fin de hacer más clara la lectura del presente, dada la cantidad y complejidad del material reunido, como también de los hechos investigados, en este apartado sólo se mencionará la prueba colectada, dejando su valoración para el momento en que se analicen la materialidad de los hechos y la responsabilidad de cada uno de los imputados.1) Declaraciones testimoniales: Las personas que prestaron declaración testimonial en autos son: - Wilfren Roberto Martínez Medina (fs. 9/11Vta., 47/Vta., 100/Vta., 222/3 y 1515/Vta.). - Valentín Alberto Torrilla (fs. 17/8 y fs. 787/8). - Graciela Susana Ponte (30/4). - Judith Rosario Vaio (fs. 40/1/Vta.). - Sandra Marcela Speranza (42/3). - Mónica Graciela Gallina (fs. 44/5Vta.). - Dora Ofelia Di Pasquo (fs. 171/2Vta. y 856/Vta). - Alejandro Héctor García (fs. 271/Vta.). - Adrián Eduardo De Santis (fs. 771/4). - Pedro López (fs. 803/4). - Raúl Tarcisio Peralta (fs. 885/6Vta. y 1487). - Carlos Jorge Bernardello (fs. 887/8 y 1486). - Lidia Angélica Gibellieri (fs. 1028/9). - Haydee Antón (fs. 1037/Vta.). - Héctor Daniel de Arriba (fs. 1150/1). - Roberto Edgardo Tolosa (fs. 1152, 3964/Vta.). - Alfredo Rubén Popritkin (1281/2). - Pablo Juan Kozlowski (fs. 1283/4). - Héctor Daniel Bravo (fs. 1313/4). - Álvaro Javier Erize (fs. 1423/4). - Juan Pablo Kozlowski (fs. 1451/2). - Elisa María Avelina Carrió (fs. 1510/11). - Cesar Sergio Duró (fs. 1512/3Vta.). 13 - Nelida Susana Vega de Barrio (fs. 1610/11). - José Gabriel Dumont (fs. 1863/90Vta.). - Roberto Di Martino (fs. 2180/Vta.). - Raúl Enrique Rigo (fs. 2263/4). - Ernesto Mario Furlone (fs. 3451/2). - Fernando De La Rúa (fs. 3723/4Vta.). 2) Informes: - Informe del Ministerio de Defensa (fs. 643/4). - Informes de la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación (fs. 944, 2297/9, 2317/8) - Informe del Banco Nación de fs. 1156/61.- Informe y constancias aportadas por la AFIP a fs. 1240/53.- Informe técnico presentado por el Dr. Alfredo R. Popritkin (fs. 1260/1271). - Informe del Ministerio de Relaciones Exteriores (fs. 1287/90). - Informe Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia (fs. 1292/5). - Informe de la Secretaría de Presupuesto del Ministerio de Economía (fs. 1537/40). - Informes del Ministerio de Economía (fs. 1550/7, 1576/89, 1694/1722, 1773/8, 2078/86, 2259/Vta., 2382/3, 2388/92, 2717/Vta., 3676/80). - Informe de la Comisión Técnica Asesora Pública Salarial del Sector Público (fs. 2393/7). - Informe del Ministerio de Defensa (fs. 2610/15). - Informe del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (fs. 3889/90). 3) Testimonios: - Testimonios de la causa Nro. 648, caratulada “Alsogaray María Julia s/ enriquecimiento ilícito”, del registro del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nro. 4 de esta ciudad (fs. 105/114, 116/165, 327/395, 1123/47 y 4546/93). - Testimonios de la causa Nro. 512/01, caratulada “NN sobre malversación de caudales públicos”, del registro del Juzgado Federal Nro. 3 Secretaría Nro. 6 (fs. 491/559, 1210/34). - Testimonios de la causa Nro. 8830, caratulada “Sarlenga, Luis s/ contrabando de armas y material bélico” del registro del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro. 3 (fs. 602/18, 623/7). - Testimonios de la causa Nro. 3418/02 (fs. 1148). - Testimonios de la causa Nro. 9235, caratulada “Menem Carlos Saúl s/ enriquecimiento ilícito” del registro del Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro. 3, Secretaría Nro. 6 (fs. 1275/9) 14 Ministerio Público de la Nación - Testimonios de la causa Nro. 19.344/03, caratulada “NN sobre delito de acción pública”, del registro del Juzgado Federal Nro. 7 Secretaría Nro. 13 (fs. 3787/96). 4) Otros elementos de prueba: - Acta efectuada en la sede de la Jefatura de Gabinete de Ministros (fs. 16/Vta.) - Resolución Nro. 849/04 y presentación de la Oficina Anticorrupción del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (426/469). - Certificación de fs. 667.- Acta taquigráfica relativa a las manifestaciones del Secretario de Ingresos Públicos, Dr. Carlos Tacchi, en la sesión de la comisión de presupuesto y hacienda del 16 de marzo de 1994 y respecto al tema de los gastos reservados en diputados (fs. 1330/46). - Presentación del Diario “Página 12" por medio de la que remitió una nota del suplemento económico de fecha 6 de febrero de 1994, titulada “El dedo de Tacchi” (fs. 2278/9). - Constancia de ingresos y egresos a la Jefatura de Gabinete de Ministros (fs. 3975/6Vta.). - Notas periodísticas agregadas a fs. 1596/1597 y 1622/3.5) Documentación reservada: En cuanto a la documentación que obra reservada en el marco de la presente, habida cuenta de su cuantía, considera este Ministerio Público que corresponde remitirse a las certificaciones que a su respecto han sido efectuadas en autos -fs. 4922/24Vta., 4936/4948Vta., 4954/5, 5040/5054, 5057/5063Vta. y 5106/5145Vta.- y al detalle efectuado en cada una de las declaraciones indagatorias materializadas, a fin de evitar una trascripción que torne verdaderamente tediosa la lectura del presente. Ello, sin perjuicio de que, cuando sea necesario, se hará referencia de la misma en el momento de analizar la materialidad de los hechos y la responsabilidad de cada uno de los imputados.- VI.- DE LA MOTIVACIÓN DEL REQUERIMIENTO.En función de la prueba obrante en el sumario, se habrán de exponer en el presente acápite las razones por las que este Ministerio Público considera debidamente probado, con el grado de certeza exigido en esta etapa preliminar del proceso, tanto el acaecimiento de la maniobra ilícita; cuanto los distintos aportes brindados por cada uno de los imputados, cuestiones que serán abordadas en forma discriminada para una mayor comprensión de lo propiciado por esta parte. 15 VI.1) DEL SISTEMA DE SUSTRACCIÓN ACREDITADO EN AUTOS.Para abordar este capitulo, dada la complejidad de la maniobra de sustracción que integra el objeto procesal de la presente investigación, se habrán de exponer los fundamentos por los que se la considera debidamente acreditada, respetando la cronología según la cual fue ideada, instaurada y ejecutada a lo largo del tiempo. En tal dirección, se habrá de describir en primer lugar cómo ejecutan los organismos distintas jurisdicciones de la Administración Central las partidas que anualmente le son asignadas por la ley de presupuesto, puntualmente en cuanto a las diferencias que se presentan cuando éstas se refieren a fondos comunes o a fondos reservados, para luego explicar porqué se recurrió a las partidas de fondos reservados y cómo fueron obtenidas las sumas necesarias para solventar el sistema ilícito investigado en autos, concluyendo con los pormenores en los que se suscitó la parte final de la maniobra, esto es la final sustracción de los mismos. En función de lo expuesto, la primer cuestión a la que se hará referencia en este acápite será la forma en que las distintas jurisdicciones de la administración central ejecutan las partidas que le son asignadas anualmente por la ley de presupuesto y las diferencias que existen cuando éstas se refieren a fondos comunes o a fondos reservados. La prueba colectada en autos indica que por imposición del sistema de administración financiera del Estado (ley 24.156), todas las jurisdicciones de la Administración Central (Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial y Ministerio Público) deben manejar las erogaciones, pagos y transferencias de los recursos que le han sido previamente asignados por la Ley Nacional de Presupuesto a través de los sistemas de “órdenes de pago” y “cuenta única del estado”. Dicho proceso, debe ser efectuado en tres etapas presupuestarias: la de compromiso, mediante la cual el organismo afecta preventivamente el crédito presupuestario y determina el origen de una relación contractual con un tercero que, al cumplirse, dará lugar a una salida de fondos; la de devengado, que se produce cuando el bien o el servicio sobre el cual se realizó el compromiso es recibido de conformidad y surge la obligación de pago, cuyo ordenamiento lo produce el Servicio Administrativo Financiero gestor del gasto mediante la emisión de una orden de pago y, finalmente; la de pagado, cuando la Tesorería General de la Nación cancela con alguno de los medios previstos la orden de pago (transferencia bancaria a la cuenta del acreedor generalmente). El mecanismo descripto, faculta a los organismos públicos a administrar partidas presupuestarias en la cuenta única del estado con fondos cuya liberación sólo puede acordarse mediante la emisión de una orden de pago que se cancela en la cuenta del acreedor, no teniendo en ningún caso la posibilidad de administrar dinero en efectivo ni poseer cuentas que permitan a sus titulares disponer fondos en tal forma. 16 Ministerio Público de la Nación Ahora bien, a diferencia de la ejecución descripta, cuando los fondos que le son asignados a los organismos resultan ser de carácter reservado, éstos deben presentar una orden de pago confeccionada en un formulario especial -firmada por el secretario administrativo, el director administrativo y el responsable contable del organismo- ante la Contaduría General de la Nación, quien previo a confirmar la posibilidad de pago -verificar la existencia del crédito presupuestario, de la cuota correspondiente y de constatar que hayan firmado las personas obligadas a hacerloremite la orden de pago a la Tesorería General de la Nación para que realice la entrega a través del Banco Nación, depositando el dinero directamente en la cuenta de los organismos, quienes tienen acceso directo al efectivo, no poseyendo la Contaduría ni la Tesorería General de la Nación registro del uso efectivo de esos fondos, ni de su destino. De lo expuesto, se infiere que en el sistema contable del estado sólo quedan registrados, con expresa mención de su destino, los fondos públicos al ser acreditados en la cuenta autorizada de algún proveedor, pero no así los reservados, en los que la transferencia bancaria a la cuenta del organismo receptor es suficiente para considerar que se ha producido el gasto, sin interesar qué ha ocurrido con los fondos o qué aplicación han tenido. Otra particularidad del régimen de ejecución de las partidas de fondos reservados, se advierte en los organismos autorizados a administrarlas, los cuales debían tener funciones vinculadas a la Seguridad del Estado -Cfr. decreto secreto Nro. 5315/56y se encontraban enumerados taxativamente por la ley secreta Nro. 18.302/69, siendo éstos la Unidad de Organización-Presidencia de la Nación, el Comando Jefe del Ejercito, el Comando Jefe de la Armada, el Comando Jefe de la Fuerza Aérea, la Secretaría de Informaciones de Estado, la Dirección Nacional de Gendarmería, la Prefectura Nacional Marítima, la Policía Federal y la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal, habiéndose agregado posteriormente La Junta de Comandantes en Jefe (Estado Mayor Conjunto) -Ley 19.867/72- el Ministerio de Defensa -Ley 20.659/74-, el Ministerio de Planeamiento -Ley 21.627/77- y el Ministerio del Interior Ley 22.085/79-. Así las cosas, el acceso al dinero en efectivo que poseían tales organismos del Poder Ejecutivo sumado a la inexistencia de sistemas de control financiero o contable que puedan alertar acerca de posibles irregularidades en su administración, explica porqué se recurrió a las partidas de fondos reservados para utilizarlas a los fines ilícitos investigados en autos. En lo sucesivo, se expondrá cómo fueron obtenidas las sumas necesarias para conformar el fondo de dinero efectivo que posibilitó solventar el sistema de sustracción de marras. En primer término se incrementó la nómina de organismos del PEN autorizados a percibir fondos reservados para que cada jurisdicción pueda disponer de 17 una porción de los mismos, pero ello encontró el obstáculo de que la naturaleza propia de esas partidas exigía que debían ser destinadas exclusivamente a gastos vinculados con la inteligencia y la seguridad del Estado, misión que, como se vio mas arriba, solo unos pocos organismos poseían. En efecto, sin perjuicio de que el proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración Nacional del año 1993, a través de su artículo 24, haya pretendido modificar sustancialmente lo dispuesto en el Art. 1 de la Ley “S” 18.302, incorporando como jurisdicciones autorizadas al Poder Judicial de la Nación, a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a los restantes Ministerios del Poder Ejecutivo Nacional que para ese entonces no percibían fondos reservados y a la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico, el Congreso optó por excluir el artículo citado y no modificar la citada ley secreta (Cfr. Resolución O.A. 849/04, puntualmente a fs. 438/Vta.). El hecho de haberse frustrado dicho intento sumado al número reducido de organismos que se encontraban habilitados a administrar fondos reservados, determinó a quienes pergeñaron el sistema ilícito investigado a incrementar considerablemente el crédito presupuestario de los mismos con partidas de alguna otra jurisdicción de la Administración Central -de cuentas públicas a cuentas secretas- para poder luego disponer del dinero en efectivo y evadir los sistemas de control del gasto público. Según lo expresara la Oficina Anticorrupción, la idea de “que jurisdicciones absolutamente ajenas a la inteligencia o seguridad del Estado reciban partidas presupuestarias para gastos reservados, no es otra cosa que un intento de que cada uno de esos organismos cuente con dinero para financiar de manera directa gastos ilegales” y que, al haberse frustrado tal designio, “puede pensarse que el mecanismo de las trasferencias y modificaciones presupuestarias para aumentar los fondos de las jurisdicciones habilitadas para recibir gastos reservados, fue una modalidad que sirvió para financiar, de manera indirecta, los gastos ilegales de los organismos que finalmente no fueron incorporados al régimen del decreto 5315/56” -lo destacado me pertenece- (Cfr. Resol. Citada. fs. 439). Asimismo, el Perito Contador Oficial, Dr. Alfredo R. Popritkin, fue elocuente en el estudio pericial contable realizado en la causa Nro. 512/2001 del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 3, Secretaría Nº 6 (Fs. 1210/1233), al señalar que “de la documentación analizada surge que el Poder Ejecutivo disponía desafectar fondos del presupuesto previstos para un determinado destino y asignarlos a otros en calidad de ‘Gastos Reservados’ ” (Cfr. fs. 1212). Dicha tesitura, es cuestión que se prueba con la gran cantidad de decretos, resoluciones ministeriales y/o disposiciones administrativas del Poder Ejecutivo Nacional -la mayoría de carácter “reservado”- a los que se ha accedido en autos, a 18 Ministerio Público de la Nación partir de los cuales se dispusieron en el período investigado distintas transferencias presupuestarias a los organismos que administraban fondos reservados, aumentando sus partidas con sumas que originalmente habían sido presupuestadas para otros organismos10 y funciones del Estado (Cfr. Resolución de la OA Nro. 849/04 de fs. 426/58Vta. y normas remitidas por la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación a fs. 2297/2299 y 2317/8). Como resultado de tales decisiones, se incrementó considerablemente el total anual de fondos reservados del Estado Nacional durante el período analizado, pues la suma de $143.212.500 utilizada en 1989, ascendió a $283.755.900 en 1991, a $398.632.500 en 1994 y se mantuvo en la franja de los $350/400 millones en los ejercicios posteriores hasta 1999 (Cfr. fs. 1233 y 1211 Vta.). En función a lo argumentado hasta el momento, puede concluirse que si las leyes de presupuesto contemplaban el total de gastos reservados que se estimaban necesarios en cada ejercicio financiero, el constante incremento de esas partidas durante la ejecución del presupuesto resulta indicador de que una parte de esos fondos fue utilizada para alimentar el sistema de sustracción investigado en autos, máxime si se contempla que a dicho dinero se accedía en efectivo y sin el requisito de la rendición de cuentas sobre su destino final. Abonan lo expuesto, los extremos vertidos por el citado contador Popritkin, quien del análisis de los fondos reservados de los años 1988 a 2001 concluyó que existieron serias falencias en los sistemas de control en los más altos niveles jerárquicos de los organismos receptores que facilitaron su utilización para fines ajenos al interés del Estado (Cfr. fs.1212) y que ello habría obedecido en parte a la inexistencia de documentación que acredite el destino de los mismos (Cfr. fs.1264). Ahora bien, habiendo explicado porqué se recurrió a las partidas de fondos reservados y cómo fueron obtenidas las sumas necesarias a los fines ilícitos investigados en autos, este Ministerio Público se habrá de avocar en lo sucesivo a la etapa final del sistema de sustracción al que se viene haciendo referencia. En esa dirección, la prueba recabada en el sumario indica que el fondo general de dinero en efectivo que se conformaba en la forma anteriormente expuesta, fue aprovisionado originalmente en la Secretaría General de la Presidencia (1989/1994) y luego, desde su creación en remplazo de aquella, en la Jefatura de Gabinete de Ministros (1994/1999), y que desde allí se distribuía mensualmente a los titulares de los distintos Ministerios y Secretarías de Estado, quienes se encargaban de poner los fondos definitivamente fuera de la esfera de custodia de la administración, ya sea apropiándose de su totalidad o haciéndolo respecto de una parte y otorgándole a los funcionarios de menor jerarquía la posibilidad de sustraer la restante. 10 Tales como los Ministerios de Economía e Interior, la Secretaría General de la Presidencia y la Jefatura de Gabinete. 19 Diversos testimonios recabados durante la instrucción han sido contestes en tal sentido, pudiendo citarse ejemplificativamente los dichos juramentados de Wilfren Roberto Martínez Medina, Secretario Privado del ex Ministro de Justicia Raúl Enrique Granillo Ocampo11, de los choferes del Ministerio de Justicia y de la Secretaría de Recursos Naturales respectivamente, Valentín Alberto Torrilla y Pablo Juan Kozlowski, de las Secretarias de la Jefatura de Gabinete de Ministros Dora Di Pasquo y Judith Vaio y del Secretario Privado de la Dirección de la Comisión Nacional de Valores, Adrián Eduardo De Santis. En idéntica dirección, se cuenta con las expresiones vertidas en sus respectivas declaraciones indagatorias por los imputados María Julia Alsogaray (fs. 6514/27), Mabel Behal (fs. 6450/6460Vta.) y Raúl Alberto Castellini (fs. 6528/36), entre otros. Nuevamente lo afirmado ha sido corroborado en lo sustancial por el perito contador Alfredo Rubén Popritkin al elaborar el informe técnico glosado a fs. 1260/71, en el que sostuvo que el fondo general para sobresueldos “ha funcionado primero en la Secretaría General de la Presidencia y, más tarde, en su reemplazo, en la Jefatura de Gabinete, a partir de su creación”, expresando asimismo que “estos organismos han abastecido de Sobresueldos a los distintos Ministerios y Secretarías del Estado Nacional” y que desde allí “se han atendido las necesidades de financiamiento del Fondo de Sobresueldos del Ministerio de Economía, que ha abastecido a los funcionarios del Banco de la Nación Argentina”. Sin intentar ahondar sobre cuestiones que serán abordadas al tratar la situación de cada uno de los imputados en particular, resta mencionar que las jurisdicciones del Poder Ejecutivo donde se remitieron fondos reservados para su sustracción fueron los Ministerios de Economía, Justicia, Trabajo, Interior y Educación, el Banco Nación, la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, la Subsecretaría de Acción de Gobierno de la Secretaría General y la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la Nación. En efecto, en el sumariose determinó que a dichas jurisdicciones arribaba mensualmente una suma de dinero en efectivo que era generalmente recibida por los Titulares de las mismas, quienes o bien la sustraían en su totalidad o bien lo hacían respecto de una parte, otorgando la posibilidad a los funcionarios a su cargo de hacerlo respecto de la restante12. La misma operatoria, fue también implementada en el ámbito del Ministerio de Defensa de la Nación, pero al tratarse de uno de los organismos 11 Tanto en el presente sumario como en la causa seguida a María Julia Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito (Nro. 648 del TOCF 4 de esta ciudad).12 Ver declaraciones testimoniales e indagatorias recibidas, las declaraciones juradas patrimoniales y de impuesto a las ganancias a las que se tuvo acceso, los informes técnico contable practicados al respecto y los que fueron remitidos por distintos organismos del Estado a requerimiento de este Ministerio Público, entre otros.- 20 Ministerio Público de la Nación autorizados a administrar fondos reservados de acuerdo a lo establecido en el Art. 28 de la ley 20.659, las sumas sustraídas no provenían de la Secretaría General de la Presidencia ni de la Jefatura de Gabinete, sino que pertenecían a las partidas que en tal concepto le eran asignadas anualmente a dicha cartera por Ley de Presupuesto. Los lineamientos trazados hasta aquí permiten tener por acreditada, con el grado de provisionalidad característico de esta etapa, la maniobra de sustracción investigada en la presente, esto es, la plataforma fáctica dentro de la cual tuvo lugar la conducta reprochada a los imputados. En lo sucesivo, se habrá de profundizar el análisis desarrollado con respecto al comportamiento exteriorizado por cada uno de ellos en tanto implicó un aporte a dicha maniobra. VI.2) DE LA INTERVENCIÓN DE CADA UNO DE LOS IMPUTADOS.Tal como se adelantara, en el presente acápite serán desarrollados los fundamentos por los que este Ministerio Público estima probadas las distintas intervenciones de los imputados y su consecuente responsabilidad, para lo cual se analizará la situación de cada uno de ellos en forma individual, dejando debidamente aclarado que sus aportes se desarrollaron en el marco de la maniobra de sustracción que se ha tenido por acontecida en el acápite anterior y que no se efectuará un nuevo detalle de la misma en cada supuesto a fin de no incurrir en innecesarias reiteraciones. VI.2.A) CARLOS SAÚL MENEM.El reproche dirigido en autos al ex Presidente de la Nación, Carlos Saúl Menem, se vincula con su intervención en el sistema ilícito que posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica por parte de distintos funcionarios a su cargo, que en la generalidad de los casos cumplían funciones como Ministro, Secretario o Subsecretario de Estado. Tal como se demostrará en lo sucesivo, dicha actividad se encuentra debidamente acreditada en distintos elementos de prueba que han sido incorporados al sumario que indican, con el alcance exigido en esta etapa del proceso, que el imputado ideó e implementó ese sistema ilícito, ordenando e interviniendo en distintas transferencias de dinero entre los organismos del Poder Ejecutivo Nacional a efectos de formar un fondo general de dinero efectivo que posibilite su financiación y designando a los agentes que tendrían a su cargo la distribución del mismo a los fines de su sustracción. Al respecto, cabe señalar en primer lugar que de acuerdo a lo reconocido públicamente por el ex Ministro de Economía, Obras y Servicios Públicos, Domingo Felipe Cavallo, fue el ex presidente quien decidió que los pagos efectuados en el marco de dicho sistema se efectuaran en forma oculta, concretamente con partidas 21 correspondientes a la ley secreta Nro. 18.302 (Cfr. notas periodísticas agregadas a fs. 1596/1597 y 1622/3). Asimismo, tuvo una directa intervención en la conformación del fondo general de dinero en efectivo del cual se nutrió dicho sistema, suscribiendo personalmente una gran cantidad de normas que transfirieron millonarias sumas hacia la Secretaría de Inteligencia del Estado, las cuales fueron objeto de sustracción en la forma explicada en el acápite anterior (Cfr. Resolución de la OA Nro. 849/04 de fs. 426/58Vta. y documentación remitida por la Secretaría Legal y Técnica a fs. 2297/2299 y 2317/8). Prueba de ello, resultan ser los cuadros que lucen agregados a fs. 1233 y 1260, de los cuales surge claramente el significativo aumento que dicha maniobra implicó en las partidas de gastos reservados que fueron adjudicadas a la Secretaría de Inteligencia del Estado en el período investigado, pues de los $90.019.500 y $87.548.300 que percibió en los años 1989 y 1990 respectivamente, pasó a erogar $197.958.900 en 1991, un promedio de aproximadamente $250.000.000 en el período 1992/1998 y $300.088.000 en el año 1999 (sumas de dinero que, conforme lo oportunamente sindicado, eran equivalentes a dólares estadounidenses). Otro extremo que define la intervención en los hechos del ex Presidente Menem, fue su concurrencia en la reunión de gabinete llevada a cabo entre fines de 1992 y principios de 1993, en la que Cavallo dio precisas directivas para que las sumas percibidas con motivo de dicho sistema ilícito sean consignadas en las declaraciones juradas de los funcionarios, en una proporción que les permitiese justificar sus gastos mensuales. Al respecto, la imputada María Julia Alsogaray fue precisa al señalar que en esa oportunidad “estaba presente el Presidente de la Nación porque no se hacían reuniones de Gabinete sin el Presidente”, siendo aún mas elocuente al señalar que “esas reuniones se hacían siempre con el Presidente y con un número sustancial de Ministros” (Cfr. indagatoria de fs. 6514/6527). En función de la naturaleza de la cuestión planteada y las directivas formuladas, es innegable que dicha convocatoria, desde una perspectiva institucional, reflejó una clara manifestación de la voluntad presidencial en favor del funcionamiento del sistema ilícito que ya se encontraba instaurado en el seno del Poder Ejecutivo Nacional. En igual sentido, debe valorarse la reunión que a principios del año 1994 mantuvo el imputado con Cavallo y el entonces Ministro de Trabajo José Armando Caro Figueroa en la que, ante la propuesta efectuada por los nombrados de reemplazar el sistema ilícito en cuestión y sincerar la situación ante la opinión pública, les manifestó que estaba de acuerdo y les pidió que le llevaran un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran del mismo (Cfr. declaración indagatoria de Caro Figueroa de fs. 5976/5987Vta). 22 Ministerio Público de la Nación La actividad exteriorizada por el ex Presidente de la República durante los diez años de su mandato, cuyos hechos más trascendentes han sido descriptos anteriormente, sumado las características de la maniobra de sustracción investigada, esto es que se haya materializado dentro de la organización administrativa del gobierno, que haya abarcado en forma simultánea y coordinada una gran cantidad de funcionarios de distintos Ministerios y Secretarias de Estado, que se haya prolongado extensamente en el tiempo y que haya insumido considerables sumas de dinero, permiten inferirir fundadamente a este Ministerio Público, con el grado de provisionalidad que es propio de esta etapa procesal, que contó con su permanente anuencia, además de haber sido él quien lo ideó e implementó. Las declaraciones que el imputado formuló al periódico chileno “El Mercurio” son elocuentes en el sentido indicado, pues, tras ser requerida su opinión sobre la condena dictada a su ex funcionaria María Julia Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito, admitió que los sobresueldos venían de de los años 70” y que en todos los gobiernos que se sucedieron los funcionarios recibían una especie de sobresueldo (Cfr. artículos publicados en los diarios “La Nación” y “Clarín” de fecha 28 de mayo de 2004, agregados a fs. 1370 y 1423). En igual sentido, debe ponderarse la exposición efectuadas en el año 1994 por el entonces Secretario de Ingresos Públicos, Dr. Carlos Tacchi, ante Comisión de Presupuesto y Hacienda Cámara de Diputados de la Nación, de las cuales surge con evidente claridad el carácter público que había adquirido la cuestión en el año 1994 y los esfuerzos que constantemente se realizaban desde las mas altas esferas del Poder Ejecutivo por intentar justificar la maniobra, denotando la voluntad de mantenerlo en funcionamiento (fs. 1331/1346). Para finalizar este acápite, corresponde descartar el argumento introducido por el imputado al brindar su descargo por escrito en autos -fs. 6339/55-, consistente en que la administración general del país y la ejecución del presupuesto no le correspondían a él sino al Jefe de Gabinete en virtud del Art. 100 de la Constitución Nacional. Ello así, principalmente porque la figura del Jefe de Gabinete fue introducida recién con la reforma constitucional del año 1994, siendo que la implementación del sistema de sustracción investigado se suscitó a principios de la década del noventa, época en la que las facultades de administración general del país, de recaudación de las rentas nacionales y de ejecución del Presupuesto estaban a cargo del Presidente de la Nación (Art. 86, Incs. 1 y 13 C.N.). Asimismo, aún después de la reforma de 1994, continuó siendo considerado el “…jefe supremo de la Nación, jefe del gobierno y responsable político de la administración general del país” (Art. 99, Inc. 1), habiéndosele adjudicado la responsabilidad de supervisar el “…el ejercicio de la facultad del jefe de gabinete de 23 ministros respecto de la recaudación de las rentas de la Nación y de su inversión, con arreglo a la ley o presupuesto de gastos nacionales” (Art. 99, Inc. 10) y la facultad de poder “…pedir al jefe de gabinete de ministros y a los jefes de todos los ramos y departamentos de la administración, y por su conducto a los demás empleados, los informes que crea convenientes, y ellos están obligados a darlos” (Art. 99, inc. 17). Las argumentaciones expuestas, permiten tener por acreditado, con el alcance exigido por esta etapa del proceso, la intervención de Carlos Saúl Menem en el sistema de sustracción investigado y su consecuente responsabilidad. VI.2.B) DOMINGO FELIPE CAVALLO.Al igual que en la situación anterior, los elementos de convicción aunados al sumario resultan suficientes para tener por acreditados los distintos aportes que el ex Ministro de Economía Domingo Felipe Cavallo efectuó al sistema de sustracción investigado en autos, los cuales fueron individualizados en el acápite III.B. En relación al asesoramiento técnico brindado durante la ejecución del mismo, se acreditó que, en instancias en las que dicho sistema se encontraba institucionalizado y resultaba imposible ocultarlo ante los ojos de la sociedad debido a que el nivel de vida alcanzado por las personas implicadas resultaba incompatible con el salario que percibían en razón de su cargo, el nombrado intentó apaciguar la situación de intranquilidad que se había generado en el seno del Poder Ejecutivo. Concretamente, en una reunión de gabinete llevada a cabo entre fines de 1992 y principios de 1993, Cavallo dio a los presentes -Presidente de la Nación, Ministros, Secretarios de la Presidencia y algún Diputado o Senador- precisas directivas para que las sumas sustraídas sean declaradas en sus declaraciones de ingresos ante la Administración Federal de Ingresos Públicos en una proporción que les permitiese justificar sus gastos mensuales. Prueba de la existencia de dicha reunión y de las expresiones del ex Ministro de Economía, resultan ser las manifestaciones vertidas por la Ingeniera María Julia Alsogaray en su declaración indagatoria de fs. 6515/6527, corroboradas por las del propio Cavallo en su descargo -fs. 5856/8- y por las de los imputados Carlos Eduardo Sánchez -fs. 3626/33-, Horacio Ernesto Pericoli -fs. 5584/6-, Juan Schiaretti -fs. 5895/5906-, Oscar Cayetano Chialvo13 -fs. 4181/91- y del testigo Santiago Montoya -fs. 1565/Vta.-, quienes recordaron haber estado presente en esa reunión. Asimismo, cabe señalar que fue el propio imputado quien reconoció haber bregado para que “se dictasen normas que superasen ese sistema” y “que los fondos surgieran del presupuesto ordinario y que no fueran secretos” -Cfr. fs. 1622/3 y 5856/5858-. 13 Quienasu vezaportó unacopiadelformulariodelaDGIqueleentregaronenesaoportunidady queteníaescritodóndedebíaconsignarseesa suma.- 24 Ministerio Público de la Nación Por su parte, no resulta ocioso destacar, que según se ha determinado a lo largo de la instrucción, fueron al menos una veintena los funcionaros que, acatando esa directiva de Cavallo, consignaron las sumas sustraídas en sus declaraciones juradas patrimoniales y de impuesto a las ganancias y bienes personales, resultando altamente sugestivo el dato de que una gran parte de ellos se desempeñaba en el Ministerio de Economía, cartera presidida por Cavallo que, casualmente, no se encontraba autorizada a administrar los fondos reservados de la ley 18.302 “S”. En igual sentido, resultan ilustrativas las notas periodísticas que trataron el tema, como ser la titulada “Nadie levantó la mano” del diario Nación -fs.1325- en alusión a las indicaciones de Cavallo respecto de cómo debía tributar el dinero percibido en concepto de fondos reservados. También se contempla, en cuanto a la intervención del ex Ministro en la ejecución del sistema de sustracción investigado, la reunión que a principios de 1994 tuvo con José Armando Caro Figueroa y Carlos Saúl Menem -ex Ministro de Trabajo y Presidente de la Nación, respectivamente- cuya motivación principal fue la de reemplazar el régimen de distribución de dinero instaurado en favor de los altos cargos del Poder Ejecutivo y sincerar la situación ante la opinión pública, lo que dio origen al decreto Nro. 838 de fecha 27 de mayo de 1994, por el que se aumentaron considerablemente los sueldos básicos de las autoridades superiores del P.E.N. y se les asignó un importe mensual -equivalente al sueldo- en concepto de reintegro de gastos para afrontar los gastos protocolares que la función les requiera, sin el requisito de la rendición de cuentas. Dicha actividad, se tiene por probada a partir de las manifestaciones vertidas por el imputado José Armando Caro Figueroa en su ampliación de indagatoria, quien, ante la pregunta de esta Fiscalía sobre si había tenido conversaciones con el Dr. Cavallo en relación al cuestionado sistema, dijo: “Efectivamente conversé de este tema con el Ministro de Economía, a quien prácticamente no conocía, en el mes de febrero de 1994, señalándole que el sistema me parecía hipócrita y poco transparente. Yo había asumido en diciembre de 1993. Entonces, él (estábamos en su despacho) me dijo ‘comparto tu punto de vista; vamos a verlo al Presidente’. Cruzamos la calle y lo fuimos a ver al Presidente. Le planteamos que había que reemplazar el régimen de remuneraciones de los altos cargos sincerando la situación, incluso ante la opinión pública. Si bien no recuerdo con precisión, por esa misma fecha el Ministro de Economía declaró públicamente que gastaba diez mil pesos para vivir. Y el Presidente nos dijo que estaba de acuerdo, que le lleváramos un decreto a la firma, con la única condición de que lo excluyeran de ese decreto. Ese fue el origen del decreto 838/94. Demoramos hasta julio pero finalmente salió” (conf. fs. 5976/87). También se han probado debidamente en autos los aportes efectuados por Cavallo para poder sacar definitivamente los fondos reservados de la esfera de custodia 25 de la administración pública, tanto en lo que atañe a las sumas de las que se apropió como las que distribuyó para que sean sustraídas por otro (Cfr. acápites III.B.2 y III.B.3). En relación al primero de ellos, se acreditó que al tiempo que se desempeñaba como Ministro de Economía de la Nación, percibió la suma de setenta y dos mil setecientos treinta y seis pesos ($72.736) durante el año 1991, setenta y dos mil ciento treinta y dos pesos ($72.132) durante el año 1992 y setenta y seis mil pesos ($76.000) en el año 1993, provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud de la ley 18.302 “S”. Dicha actividad, además de haber sido reconocida por el propio Cavallo en la entrevista brindada al Diario La Nación en fecha 15 de mayo de 2005 -Cfr. fs. 1622/3- y en su declaración indagatoria -fs. 5856/5858-, es cuestión que se comprueba con las declaraciones juradas que el imputado presentó ante la Dirección General Impositiva en los años 1991, 1992 y 1993, en donde consignó expresamente la percepción de esas sumas. En relación a la distribución de dinero supra señalada, se ha probado en autos, con el alcance exigido en esta etapa del proceso, que el imputado le ordenó al Director General de Administración de su Ministerio, Luís Murina, que le entregase a Enrique Miguel N´haux una suma de dinero en efectivo mensual de esos fondos, lo cual fue cumplimentado por Murina mientras N´haux desempeñó funciones laborales en el Banco Nación -marzo de 1991 a mayo de 1995- y el Ministerio de Economía -enero y septiembre de 1996-, haciéndole entrega de dos mil pesos ($2000) mensuales en un primer momento y luego de cuatro mil ($4000) o cinco mil pesos ($5000) mensuales. Dicha actividad, se considera probada a partir de lo expresado por Enrique Miguel N´haux al prestar su declaración indagatoria en autos -Cfr.5967/5975-, lo reconocido públicamente por el propio Cavallo -Cfr. fs. 1622/3- y el contenido de la declaración jurada de impuesto a las ganancias presentada por N´haux en el año 1994, de la cual surge que en ese período percibió un total de $30.000 de fondos reservados provenientes del Art. 1 de la ley 18.302 “S” -Cfr. fs. 1812 y 2233-. Para concluir este acápite, cabe mencionar que todos los eventos que dan cuenta de su intervención la maniobra investigada fueron reconocidos por Cavallo en el descargo presentado por escrito en autos (fs.6630/41), mas allá de que le haya otorgado un valor diferente, al estimar que significaron esfuerzos por desterrar el sistema. A criterio de este Ministerio Público, carece de relevancia que el ex Ministro haya considerado incorrecto el modo en que se abonaban las sumas a los funcionarios si, conociendo el sistema ilícito en toda su extensión, intervino en su funcionamiento, asesoró a los funcionarios, ordenó entregas de dinero y, finalmente, sustrajo dinero para sí desde su ingreso a la función en el año 1991. 26 Ministerio Público de la Nación VI.2.C) RAÚL ENRIQUE GRANILLO OCAMPO.Con relación a la intervención del ex Ministro de Justicia Raúl Enrique Granillo Ocampo en la maniobra de sustracción que integra el objeto procesal de la presente, tal como puede apreciarse en el punto referido a su imputación (III.C), pueden distinguirse dos aportes. Por un lado, el haber sustraído durante veintisiete meses seguidos la suma de cincuenta mil pesos -$50.000- en efectivo de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados y, por otro, el haber cedido fondos de la cartera a su cargo para que, mediante el dictado de distintos actos administrativos, sean transferidos a la Secretaría de Inteligencia del Estado, directa o indirectamente a través de la Jefatura de Gabinete, para ser extraídos definitivamente del mecanismo de control previsto por la Ley de Administración Financiera del Estado y de allí ser retirados en efectivo para su utilización en el sistema de sustracción investigado en autos. La primer intervención de Granillo Ocampo, se encuentra debidamente acreditada en autos a partir de las manifestaciones del Secretario Privado del imputado, Wilfren Roberto Martínez Medina, quien manifestó que en el período comprendido entre el 26 de junio de 1997 y el 9 de diciembre de 1999 concurrió los primeros días de cada mes, por solicitud de su jefe, a la oficina que Rodolfo Alberto Aiello poseía en la Jefatura de Gabinete, sita en Av. Julio A. Roca 782, 9° piso, de esta ciudad -ex edificio SOMISA-, oportunidades en las que éste le entregaba personalmente la suma de cincuenta mil pesos -$50.000-, la cual era luego entregada al imputado. Dicha versión de los hechos, resulta ser conteste con la de otros testigos que declararon en el sumario. En efecto, Valentín Alberto Torrilla, chofer del Ministerio de Justicia desde 1972, afirmó que en varias oportunidades lo había trasladado a la Jefatura de Gabinete de Ministros, esperándolo unos 30 minutos aproximadamente, para luego regresar al Ministerio de Justicia, y que al nombrado lo había trasladado a dicha dependencia con más frecuencia con la que lo hizo respecto del resto de los secretarios privados que cumplieron funciones en el Ministerio (fs. 17/18 y 787/788). A su turno, la secretaria de Rodolfo Aiello, Judith Rosario Vaio, confirmó que Medina concurría a la oficina del nombrado y que previamente se lo llamaba por teléfono para indicarle el día y la hora en que debía concurrir (Cfr. fs. 40/41). Otra de sus secretarias, Dora Di Pasquo, afirmó que había visto al secretario privado de Granillo Ocampo, a quien citaba cuando le daban la orden para ello, lo que se hacía casi siempre para el turno tarde, durante la primera quincena (fs. 171/2 y 856/vta.). Por último, el croquis de la oficina de Aiello, efectuado por Martínez Medina a fs.11 -cuya correspondencia con la realidad fue corroborada mediante la inspección ocular efectuada por personal de esta Fiscalía en la sede de la Jefatura de Gabinete sita en la Av. Julio A. Roca 782, 9° piso, de esta ciudad (conf. fs.16)- es elocuente a la hora de acreditar que conocía perfectamente el lugar. 27 Ahora bien, en lo que respecta al segundo de los aportes supra mencionados, a partir de la resolución de la Oficina Anticorrupción Nro. 849/04 -fs. 426/69- y el estudio pericial elaborado en autos por el Contador Popritkin -fs. 1260/1271-, se determinó que durante la gestión de Granillo Ocampo como Ministro de Justicia, fueron dictadas cuatro normas14 con el fin de disponer la transferencia de fondos de dicha cartera a la Secretaría de Inteligencia del Estado en forma directa, o indirectamente a través de la Jefatura de Gabinete, la cual paralelamente transfería sumas equivalentes al citado organismo de inteligencia15. La primera de esas normas fue el decreto Nro. 1014, suscripto en fecha 1 de septiembre de 1998 por Ménem y Roque Fernández, que ordenaba la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000- a la Secretaría de Inteligencia del Estado, el cual fue dejado sin efecto por el decreto Nro. 1264/98, suscripto el 23 de octubre de 1998 por Carlos Menem, Jorge Rodríguez y Roque Fernández, que ordenó la transferencia de dos millones de pesos -$2.000.000- a dicho organismo de inteligencia pero de fondos del Ministerio de Economía. La razón del dictado de éste último decreto fue que los fondos girados por el Ministerio de Justicia provenían de una fuente de financiamiento 13, que por su naturaleza sólo podían ser aplicados a actividades afines al organismo que los había recaudado y no estaban habilitados para ser recibidos por otro. Concretamente, se intentó asignar una contribución figurativa en la SIDE con fuente 13, que sólo puede crearse con la Ley de Administración Financiera del Estado -Nro. 24.156-, y no por decreto como se hizo (Cfr. también la presentación de la O.A. de fs. 5254/66). El obstáculo encontrado no fue óbice para que el Ministerio de Justicia pudiera financiar a la SIDE con fondos propios a los fines ilícitos previstos en autos, puesto que ello se llevó a cabo finalmente pero en forma indirecta a través de la Jefatura de Gabinete. Los actos administrativos dictados con tal designio fueron la decisión administrativa Nro. 545 de fecha 5 de noviembre de 1998; la decisión administrativa Nro. 81 de fecha 26 de marzo de 1999 y la decisión administrativa Nro. 402 del 27 de octubre de 1999, que ordenaron la transferencia de un millón de pesos -$1.000.000-, un millón de pesos -$1.000.000- y cuatrocientos cincuenta mil pesos -$450.000- a la Jefatura de Gabinete respectivamente y fueron firmados por Granillo Ocampo conjuntamente con el entonces Jefe de Gabinete Jorge Alberto Rodríguez y el Ministro de Economía Roque Fernández. En relación a estos actos, cabe señalar que como la Jefatura de Gabinete tampoco tenía prevista una fuente de financiamiento 13, la transferencia debió ingresar primeramente a la Tesorería General de la Nación para que esta la acredite en el 14 15 Oportunamente reservadas en la presente.Ver también la declaración testimonial de Martínez Medina de fs. 9/11Vta. 28 Ministerio Público de la Nación presupuesto de la primera pero con fuente de financiamiento 11 correspondiente al “Tesoro Nacional” (Cfr. informe de la Oficina Nacional de Presupuesto de fs. 1776). Al respecto, el Contador General de la Nación Cesar Duro, fue preciso al señalar que la decisión administrativa Nro. 545/98 “redujo el crédito presupuestario de un gasto con afectación específica de fuente 13 del Ministerio de Justicia y aumentó el de gastos figurativos, para luego reasignarlos a favor de la Jefatura de Gabinete de Ministros. Se baja por modificación presupuestaria el crédito proveniente de la fuente de financiamiento 13 del Ministerio de Justicia y se le amplía el presupuesto a la Jefatura de Gabinete. Como este organismo no tenía prevista fuente de financiamiento 13 se le pide al Tesoro que envíe $1.000.000 y el Tesoro luego le envía ese importe a Jefatura de Gabinete; con este mecanismo se desdibuja la fuente de financiamiento y desaparece el problema de que la Jefatura de Gabinete no pueda recibir aportes provenientes de fuente 13 por no tenerla prevista en la ley de presupuesto. En la decisión administrativa referida se le pide dinero al Ministerio de Justicia para financiar al Tesoro que a su vez financió a la Jefatura de Gabinete” (Cfr. 5254/66). Asimismo, se ha podido demostrar que contemporáneamente al dictado de las mencionadas normas en el Ministerio de Justicia, desde la Jefatura de Gabinete se derivaron fondos a la Secretaría de Inteligencia del Estado, concretamente mediante el dictado de los Decretos Nro. 1278 de fecha 4 de noviembre de 1998, Nro. 1306 del 6 de noviembre de 1998, Nro. 1416 del 7 de diciembre de 1998, Nro. 42 del 27 de enero de 1999, Nro. 291 del 26 de marzo de 1999, Nro. 576 del 26 de mayo de 1999 y Nro. 1023 de fecha 16 de septiembre de 1999. En cuanto a la proximidad en el tiempo entre los actos que dispusieron transferencias del Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete y desde esta última dependencia a la Secretaría de Inteligencia, cabe señalar, a modo de ejemplo, que con la decisión administrativa Nro. 545 del 5 de noviembre de 1998, el Ministerio le transfirió a la Jefatura de Gabinete la suma de un millón de pesos -$1.000.000- y ésta, al día siguiente, se los transfirió a la SIDE mediante el decreto Nro. 1306/98. Idéntica triangulación y por igual monto -$1.000.000-, se advierte si se compara la decisión administrativa Nro. 81 del 26 de marzo de 1999 y el decreto 291 de igual fecha. La situación descripta, fue puesta de resalto en autos por Roberto Edgardo Tolosa, Director de Presupuesto de los Sectores Administrativo, de Defensa y Seguridad de la Administración Nacional, quien señaló que le había llamado la atención “un traspaso de fondos desde el Ministerio de Justicia -de sus recursos afectados para determinado destino- al Tesoro Nacional, el cual a su vez transfirió a la Jefatura de Gabinete de Ministros, quien a su vez, transfirió los créditos finalmente a la Secretaría de Inteligencia de Estado. Que recuerda que la operación era de aproximadamente tres millones y medio, no recordando el año en el que se suscitó pero si que se encontraba Granillo Ocampo como Ministro” (fs. 1152/4). 29 En función de todo ello, puede concluirse fundadamente en esta etapa del proceso que existió una maniobra conforme la cual, el Ministerio de Justicia, como organismo recaudador con afectación específica (fuente 13), efectuó transferencias de fondos al tesoro para que luego fueran remitidos a la SIDE vía Jefatura de Gabinete, lográndose que dinero que no podía ser enviado a ese organismo fuera igualmente exportado a través de una maniobra que transformaba el recurso proveniente de una fuente de financiamiento 13 en una 11, que sí podía ser recibida por la SIDE. Es decir, que en instancias en las que la Jefatura de Gabinete era asistida económicamente por partidas presupuestarias correspondientes al Ministerio de Justicia para rubros o partidas tan diferentes como energía eléctrica, teléfonos, telex, tel/fax, fotocopiadoras, mantenimiento, reparación de edificios y locales, pasajes viáticos, y/ o servicios de vigilancia, paradójicamente derivaba una porción de dinero a la Secretaría de Inteligencia de Estado, en donde su solo ingreso, tal como fuera explicado, los convertía en reservados y fuera del control administrativo previsto por la Ley de Administración Financiera del Estado, posibilitando que luego fueran retirados en efectivo para ser entregados al imputado a los fines de ser utilizados en el sistema de sustracción investigado en la presente, tarea que ha sido llevada a cabo al menos en parte, por el entonces Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia, José Domingo Coronel (Cfr. acápite III.D). A partir de lo argumentado, puede concluirse fundadamente en esta etapa del proceso que las analizadas transferencias de fondos no constituyeron actos ordinarios de administración del Ministerio tal como lo alega el imputado en su descargo, sino una intervención concreta en la alimentación del fondo general de sobresueldos del cual se nutrió el sistema de sustracción investigado en autos. VI.2.D) JOSÉ DOMINGO CORONEL.Tal como se adelantara precedentemente, la actividad acreditada en autos respecto de José Domingo Coronel en instancias en las que se desempeñaba como Subsecretario de Coordinación del Ministerio de Justicia, la cual debe enmarcarse dentro del sistema de sustracción investigado en la presente y, en particular, a la maniobra analizada en el acápite anterior, fue la de haber concurrido en varias oportunidades a la Secretaría de Inteligencia del Estado a retirar dinero en efectivo proveniente de partidas asignadas gastos reservados que posteriormente entregó al entonces Ministro de Justicia, Raúl Enrique Granillo Ocampo, a los fines de ser utilizado para solventar dicho sistema ilícito. En cuanto a los elementos de prueba que permiten sustentar dicha tesitura, cabe señalar que Coronel fue sindicado por Martínez Medina, quien formaba parte del círculo de confianza de Granillo Ocampo, como la persona que concurría a la 30 Ministerio Público de la Nación Secretaría de Inteligencia a retirar el dinero transferido desde el Ministerio de Justicia, para luego entregarlo al titular de esa cartera (Cfr. fs. 433Vta. y 5256/Vta)-. En efecto, se acreditó que el imputado ingresó a dicho organismo, al menos en ocho oportunidades, los días 27 de junio de 1997, 15 de octubre de 1998, 2 de noviembre de 1998, 10 de noviembre de 1998, 16 de noviembre de 1998, 26 de marzo de 1999, 22 de abril de 1999 y 5 de mayo de 1999, y que alguna de esas fechas coinciden con las principales transferencias efectuadas desde el Ministerio de Justicia a la Jefatura de Gabinete y, desde esta última, a la Secretaría de Inteligencia del Estado (Cfr. inf. de la OA de fs. 5255/66). Concretamente, se determinó que el imputado ingresó a la SIDE el 10 de noviembre de 1998, esto es, el martes de la semana siguiente al dictado de la Decisión Administrativa 545/98 y los Decretos 1278/98 y 1306/98, que fueron emitidos entre el miércoles 4 y el viernes 6 de ese mes. También ingresó el 26 de marzo de 1999, fecha en que se emitió la Decisión Administrativa 81/99 y el Decreto 291 (Cfr. Resolución O.A. 849/04). Al mismo tiempo, según lo informado por ese organismo de inteligencia, Coronel se dirigió a las oficinas de los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, Subsecretario y Director de Finanzas respectivamente, quienes precisamente resultaban ser los funcionarios responsables de la administración financiera de sus respectivas dependencias. Al respecto, la Oficina Anticorrupción señaló a fs. 5264vta que “La mayoría de esas visitas (ocho), conforme surge del informe de la Secretaría, se dirigieron al entonces Director de Finanzas de la SIDE, lo que también fortalece la hipótesis de que el motivo de aquellas numerosas concurrencias fue la de retirar dinero. En este sentido, no debe soslayarse que las reuniones fueron personales, en la sede de la Secretaría de Inteligencia del Estado, que los funcionarios públicos que se reunían eran responsables de la administración financiera de cada uno de los organismos que participan en la maniobra, y que tales visitas son contemporáneas a los envíos de dinero por parte del Ministerio de Justicia a Jefatura de Gabinete y de ésta a la SIDE”. A la luz de las argumentaciones expuestas, las explicaciones brindadas por el imputado al formular su descargo en autos -fs. 6365/83-, en cuanto a que algunas de las visitas a la SIDE eran de carácter personal y que una de ellas se vinculaba con la solicitud de que se efectuara una limpieza de micrófonos en el Ministerio de Justicia, no resultan suficientes para desvirtuar el plexo probatorio reunido en su contra. VI.2.E) OSCAR HÉCTOR CAMILIÓN.Durante su desempeño como Ministro de Defensa, el imputado Oscar Camilión no resultó ajeno a la maniobra a la que se viene haciendo referencia, puesto que, por un lado, sustrajo parte de los fondos reservados cuya administración le fue 31 confiada en razón de su cargo y, por otro, otorgó a distintos funcionarios a su cargo la posibilidad de sustraer una parte restante de ese erario. En lo que respecta al primer aporte, a partir de las declaraciones testimoniales de Carlos Jorge Bernardello -fs. 887/8 y 1486-, Lidia Angélica Gibellieri fs. 1028/9- y Héctor Daniel de Arriba -fs. 1150/1-, Tesorero, Directora General de Programación Presupuestaria y Director General de Administración del Ministerio de Defensa respectivamente, se ha probado en autos, con el alcance provisorio de esta etapa procesal, que la Ley Nacional de Presupuesto le asignaba a dicha cartera, en la época en la que era presidida por Camilión, la suma anual aproximada de $40.000.000 -ver fs. 1148-, la cual era ejecutada mensualmente. Que asimismo, ese dinero era depositado en la cuenta Nro. 2659/16 que el Ministro de Defensa poseía en la sucursal Plaza de Mayo del Banco de la Nación Argentina y que de ella se transfería una parte de dinero denominado internamente como de “inteligencia” a la cuenta propia del Ministro Nro.1890/38, siendo éste el único autorizado a operarla. Que tal como la denominación del rubro lo indicaba, dicho erario debía ser asignado en su totalidad a los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas Armada, Aérea y Ejército-, pero ello no acontecía en la realidad puesto que siempre quedaba un remanente mensual en la cuenta que oscilaba entre veinte mil ($20.000) y cincuenta mil peso mensuales ($50.000), el cual era entregado por Gibellieri en efectivo y en un sobre a Camilión, quien no firmaba recibo ni rendía cuentas de su utilización. Para lograr la impunidad de la maniobra, Camilión consignaba en un acta mensual que dicho remanente había formado parte del dinero que le era girado a las tres fuerzas, conservando una copia de la misma en su poder y enviando el original a la Dirección General de Administración del Ministerio16. Lo narrado, también se encuentra avalado por el propio reconocimiento que efectuara Oscar Héctor Camilión en la declaración indagatoria prestada en la causa Nro. 8830 caratulada “Sarlenga, Luís s/ contrabando de armas y material bélico”, de trámite ante el Juzgado Nacional en lo Penal Económico Nro.3, en cuanto sostuvo que durante toda su gestión en el Ministerio de Defensa percibió la suma de treinta mil ($30.000) pesos mensuales en concepto de sobresueldo, el cual le llegaba en un sobre cerrado y respecto del cual no existían recibos, siéndole entregado por la Tesorería del Ministerio de Defensa (véase fs. 602/617 y escrito de descargo de fs. 623/626). No desconoce esta representación que las circunstancias invocadas formaron parte de un planteo defensita efectuado en el marco de otro proceso, no obstante lo cual tales dichos serán valorados como prueba de cargo en esta causa toda 16 Sobre lo expuesto en estos últimos párrafos, ver particularmente la declaración de Gibellieri antes citada. 32 Ministerio Público de la Nación vez que el nombrado los ha ratificado en su escrito de descargo de fs. 1401/1402, y su declaración indagatoria de fs. 1616/1620. Ahora bien, en lo que respecta al segundo aporte que se le reprocha a Camilión, cabe referir que de las declaraciones testimoniales brindadas en autos por Augusto José Rodríguez Larreta17 y el fallecido Guillermo Federico Etchechoury18 surge que mientras se desempeñó como Ministro de Defensa, le otorgó a los distintos funcionarios a su cargo la posibilidad de sustraer una parte de los fondos reservados cuya administración le fuera confiada en razón de su cargo (Cfr. fs. 1039, 2272/2273 y 4490/1). Dichas circunstancias, se corroboran con las expresiones brindadas por el imputado Ricardo Ernesto Lagorio19 al formular su descargo en autos, quien reconoció haber percibido mensualmente, en instancias en las que se desempeñaba en el Ministerio de Defensa -de principios de 1994 a julio de 1996-, la suma de cinco mil pesos ($5000) para gastos inherentes a su función, respecto de la cual no debía rendir cuentas de su gasto. En cuanto a los pormenores de la recepción de ese dinero, especificó que se lo entregaba el Subsecretario Torzillo en su oficina, en un sobre blanco con el logo del Ministerio de Defensa (fs. 6498/6505). A criterio de este Ministerio Público, la valoración conjunta de los elementos reseñados, permite afirmar en forma conclusiva y con un grado de probabilidad cierta, que durante su gestión a cargo del Ministerio de Defensa, Oscar Héctor Camilión, con la colaboración necesaria de los funcionarios de su cartera, sustrajo una parte de los fondos reservados cuya administración le fue confiada en razón de su cargo. VI.2.F) HERIBERTO JORGE JOSÉ GERARDO BAEZA GONZÁLEZ Y JOSÉ ALBERTO TORZILLO.- En lo que respecta a los aportes efectuados por los imputados Baeza González y Torzillo, habiendo sido prestados en el ámbito del Ministerio de Defensa en instancias en las que era presidido por Camilión, corresponde remitirse a lo apuntado en el acápite anterior en los que respecta a la prueba que permite tener por acontecida la sustracción de fondos reservados en el ámbito de dicha cartera. En cuanto a la concreta intervención de los imputados en dicho ilícito, cabe señalar que se encuentra debidamente acreditada en esta instancia a partir de los dichos juramentados de Augusto José Rodríguez Larreta, quien los sindicó como los funcionarios del Ministerio de Defensa que percibieron sumas mensuales provenientes 17 Vocero y asesor de Oscar Camilión en el Ministerio de Defensa desde 1993 hasta 1996.Secretario de Planeamiento en el Ministerio de Defensa desde el 5 de abril de 1993 hasta el 6 de agosto de 1996.19 Jefe de Gabinete del Ministerio de Defensa desde abril 1993 hasta fines de ese mismo año y Subsecretario de Política y Estrategia de dicha cartera desde el 30 de diciembre de 1993 hasta agosto de 1996.18 33 de los gastos reservados que le eran asignados al Ministerio de Defensa y que, asimismo, se encargaba de distribuir parte de las mismas a los distintos empleados del Ministerio fs. 1039 y 2272-. Con relación a las entregas de dinero efectuadas puntualmente por Torzillo, se cuenta con las citadas expresiones vertidas por Ricardo Ernesto Lagorio, quien luego de reconocer que mientras se desempeñó como Subsecretario de Política y Estrategia del Ministerio de Defensa -de principios de 1994 a julio de 1996- percibió mensualmente la suma de cinco mil pesos ($5000) para gastos inherentes a su función, manifestó “…me lo daba Subsecretario de Presupuesto o Administración (no recuerdo el cargo), Sr. Torzillo, en un sobre con el logo del Ministerio de Defensa, en su oficina, por lo cual yo firmaba un recibo, y contra la firma de ese recibo a mi me entregaban el sobre…” (fs. 6498/6505). A partir de ello, este Minsiterio Público encuentra como acreditado, con el alcance exigido por esta instancia, los aportes indispensables efectuados tanto por Baeza González como por Torzillo en el sistema de sustracción investigado y su consecuente responsabilidad. VI.2.G) MARÍA JULIA ALSOGARAY.En relación a los aportes efectuados por María Julia Alsogaray en la maniobra de sustracción que integra el objeto procesal de la presente, cabe recordar que fueron brindados desde su posición de titular de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Nación, esto es, una de las carteras que durante una gran parte del período investigado recibió mensualmente dinero en efectivo del fondo general que era aprovisionado en la Secretaría General de la Presidencia y la Jefatura de Gabinete de Ministros respectivamente. En ese contexto, se ha probado en autos que la imputada, por un lado, implementó un sistema de distribución interna en el ámbito de dicha cartera que otorgó a distintos funcionarios a su cargo, al menos a los Subsecretarios Mabel Behal, Alberto Noe Carballo, Enrique Kaplan, Horacio Héctor Dalmau y Humberto Fernando Ruchelli (f), la posibilidad de sustraer una parte de dicho erario y, por otro, sustrajo para sí la parte restante del mismo, concretamente la suma mensual de cuarenta mil pesos $40.000- hasta mediados de 1994 y de veinte mil pesos -$ 20.000- hasta el final de su gestión. Al respecto, se cuenta en autos con el descargo brindado por la propia Alsogaray -fs. 6514/27-, del cual surge que durante casi toda su gestión como Secretaria de Estado se recibieron en la dependencia a su cargo sumas provenientes de fondos reservados, las cuales fueron retiradas mensualmente de la oficina de Rodolfo Aiello y luego distribuidas entre todos los funcionarios de la Secretaría por parte de Enrique 34 Ministerio Público de la Nación Kaplan hasta febrero de 1999 y luego, hasta el cese de sus funciones pública, por Raúl Alberto Castellini. Tales expresiones, resultan ser contestes con distintos elementos de prueba que han sido incorporados a la presente. Veamos. En primer lugar, se cuenta con las manifestaciones de Pablo Juan Kozlowski, chofer de Enrique Kaplan, quien reconoció haberlo trasladado al ex edificio SOMISA, donde se encontraba la oficina de Aiello, oportunidades en las que lo aguardaba en el segundo subsuelo conjuntamente con el resto de los choferes (Cfr. fs. 1283/4). También Héctor Daniel Bravo, quien reemplazó al nombrado durante los últimos meses de Kaplan en el organismo, afirmó haberlo llevado a ese edificio en tres o cuatro ocasiones (fs. 1313/4). Asimismo, en el marco de la causa seguida a Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito, Martínez Medina afirmó haberse cruzado con Kaplan cuando concurría a las oficinas de Aiello a retirar el sobre destinado al Ministro de Justicia -Cfr. fs. 105 vta.-, y las secretarias de Aiello, Dora Ofelia Di Pasquo, Mónica Graciela Gallina y Sandra Marcela Speranza, afirmaron haber visto a Kaplan en esa dependencia -Cfr. fs. 111/Vta., 146Vta./147Vta.-. Por su parte, quien se desempeñó como secretaria privada de Alsogaray durante toda su gestión en la Secretaría de Recursos Naturales, Haydee Antón, afirmó que en esa cartera se recibían sumas provenientes de fondos reservados que eran retiradas los primeros días de todos los meses por Kaplan de la oficina que Aiello poseía en la Secretaría General de la Presidencia, lo cual era una circunstancia conocida por todos en la Secretaría (fs. 1037/Vta.). Ahora bien, en relación a la distribución del dinero a los funcionarios de la Secretaría de Medio Ambiente, se cuenta con las manifestaciones de los imputados Alberto Noé Carballo y Mabel Behal, ex Subsecretarios de Ambiente Humano y Coordinación respectivamente de dicha cartera. El primero, señaló que además del sueldo cobraba otras sumas de manos de Kaplan, en concepto de lo que llamó “gastos de protocolo y ceremonial” -Cfr. fs. 6506/13.- y la segunda afirmó que además del sueldo y los gastos protocolares correspondientes al cargo de Subsecretaria, percibía mensualmente otra suma que le era entregada en mano, en un sobre blanco, por Kaplan hasta enero o febrero de 1999 y de ahí en mas por Castellini, no firmando comprobante alguno por ello -fs. 6450/6469Vta.-. En cuanto a las sumas que Alsogaray retuvo para sí, además de haberlo consignado expresamente en sus declaraciones juradas -reservadas en la presente-, ha sido reconocido por ella tanto públicamente -fs. 1325-, como en el marco de la causa que se le siguió por el delito de enriquecimiento -fs. 1133/1134Vta.- e inclusive en la indagatoria prestada en este sumario -fs. 6514/27-. 35 Ello se corresponde con lo declarado por la nombrada Haydee Antón, quien resultó ser elocuente al señalar que “… el Subsecretario Enrique Kaplan los primeros días de todos los meses llevaba un sobre y se lo entregaba a María Julia… en un primer momento Kaplan fue muy reservado, puesto que lo traía en el bolsillo interior de su saco…con el paso del tiempo comenzó a traerlo en la mano, hasta que en los últimos años se lo entregaba directamente a la dicente para que ella se lo entregase a María Julia”. Asimismo, Ernesto Mario Furlone, quien se desempeñara como contador de la imputada en la época de los hechos, señaló “como contador personal de María Julia me reunía una vez al año a fin de recabar la información necesaria para presentar las correspondientes declaraciones de impuesto a las ganancias y bienes personales ante la AFIP. Que en tales circunstancias ella me manifestó que debía consignar como ingreso un monto percibido en concepto de fondos reservados y, toda vez que yo no sabía como ponerlo, ella me indicó que me comunicara con el entonces Director de la DGI, Ricardo Cossio, a fin de consultarlo sobre la cuestión. Al hacerlo, éste me indicó que tenía que darle el tratamiento de ingreso exento de impuesto a las ganancias con el nombre de ley secreta número tal, la cual no recuerdo en este momento” (fs. 140 y 3451/Vta.). En igual sentido, quien reemplazó a Furlone como contador de Alsogaray, Carlos Javier Piazza, se refirió a los ingresos declarados por ella en virtud de la Ley “S” 18.302 (Cfr. testimonios de la causa seguida a Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito a fs. 143Vta./144vta). En función de lo afirmado, el descargo de la imputada consistente en no haber recibido nunca el dinero asignado a los funcionarios políticos de la ex Secretaría de Recursos Naturales, ni haberlo retirado personalmente, ni haber distribuido en forma personal las sumas que eran destinadas a los Subsecretarios, desconociendo consecuentemente la suma global retirada por Kaplan de la Presidencia de la Nación y el monto que recibía cada uno de los funcionarios a su cargo (fs. 6515), no resulta suficiente para desvirtuar el plexo probatorio reunido en su contra. En efecto, de acuerdo a las características del sistema investigado, luego de que los fondos eran retirados de la Secretaría General de la Presidencia o la Jefatura de Gabinete, eran las máximas autoridades de cada dependencia destinataria de los mismos los que definían la forma en que los mismos serían extraídos definitivamente de la esfera de custodia de la administración pública, ya sea sustrayendo la totalidad para sí o haciéndolo respecto de una parte del mismo y concediendo a los funcionarios a su cargo la posibilidad de sustraer la restante. Aún cuando hubieran encomendado a otras personas el retiro del importe asignado al organismo y la posterior entrega de las cantidades correspondientes a los funcionarios designados para percibirlas, conservaban en todo momento el control de la 36 Ministerio Público de la Nación operatoria, pudiendo modificar los aspectos atinentes a su ejecución con absoluta discrecionalidad. Tales extremos, se corresponden con las manifestaciones efectuadas públicamente por la propia imputada, quien señaló “fui convocada por el entonces secretario general de la Presidencia, Dr. Eduardo Bauza, a una reunión en su despacho de la Casa Rosada, donde me comunicó que mensualmente recibiría una suma de dinero acorde a mi situación de secretario de la Presidencia. Dicho dinero, que según me explicó provenía de fondos secretos votados por el Congreso de la Nación para reparticiones del Poder Ejecutivo, estaban destinados a complementar la remuneración de los funcionarios de nivel político y a cubrir otros gastos. Ante mi pregunta sobre la operatoria de distribución, el ministro me dijo que quedaba a mi criterio pues se trataba de un monto del que no se rendía cuentas; el sobre con los fondos sería entregado mensualmente a la persona que yo designara al efecto”-lo destacado me pertenece- (Cfr. fs. 1325). A ello, se suman las manifestaciones efectuadas por Mabel Behal al momento de brindar su descargo en autos, quien luego recibir un sobre blanco con tres mil trescientos pesos -$3.300- de parte de Enrique Kaplan, le preguntó a la imputada de que se trataba ese emolumento, recibiendo como respuesta que ese dinero que se venía cobrando desde hacía mucho tiempo y que había que declararlo pero que no tributaban impuestos (fs. 6438/60). En ese sentido, resultan ilustrativas las consideraciones efectuadas por el Tribunal Oral Federal Nro. 4 en la sentencia dictada en la causa Nro. 648, seguida a María Julia Alsogaray por el delito de enriquecimiento ilícito (Confr. fs. 327/394), en cuanto sostuvo que “En concreto y respecto a las alegaciones de la defensa en cuanto al desconocimiento de María Julia Alsogaray sobre el origen ilícito de estos fondos, entendemos que ello resulta a todas luces inadmisible, valorando a tal fin su nivel cultural, la educación recibida, las altas jerarquías detentadas en cargos de la administración pública nacional y el poder legislativo, su necesaria experiencia y sentido común, su trayectoria política; todo lo cual debió hacerla asumir que las sumas que intentan justificar debían necesariamente provenir de una fuente antijurídica. Abona lo expuesto las circunstancias objetivas que se comprobaran y a las que hemos hecho referencia, tales como la falta de recibos, descuentos, contabilidad o registros, las circunstancias acerca de los lugares y personas que los pagaban, la discrecionalidad con que se manejaban, el necesario conocimiento que debía tener acerca de las finanzas públicas y a la imposibilidad siquiera de suponer que algún funcionario pudiera tener tal discrecionalidad en el manejo de fondos estatales que les permitieran a su antojo distribuirlos. Ambas características, las personales y las objetivas en cuanto a la forma en que la operatoria se desarrolló, nos llevan al 37 convencimiento que debía suponer que el origen de los mismos provenía de un acto cuanto menos antijurídico”. Las argumentaciones expuestas, permiten tener por acreditados, con el alcance exigido por esta etapa preliminar del proceso, los aportes efectuados por María Julia Alsogaray en el sistema de sustracción investigado y su consecuente responsabilidad. VI.2.H) RAÚL ALBERTO CASTELLINI.Tal como surge de las circunstancias expuestas en el acápite anterior, la actividad acreditada en autos respecto de Raúl Alberto Castellini, la cual debe enmarcarse dentro del sistema de sustracción investigado en la presente y, en particular, en la acontecida en la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable, fue la de haber retirado mensualmente de la oficina de Rodolfo Alberto Aiello distintas sumas provenientes partidas asignadas a gastos reservados y luego haberlas distribuido para su sustracción a la Titular y los distintos funcionarios de dicha dependencia. Al respecto, además de las circunstancias expuestas en el acápite anterior, vinculadas a la prueba que permite tener por acontecida la sustracción de fondos reservados en el ámbito de la Secretaría a cargo de María Julia Alsogaray y el aporte efectuado por Castellini, cabe señalar que se cuenta en autos con las propias manifestaciones del imputado, quien sin perjuicio de negar su intervención en el hecho, manifestó haber concurrido en seis o siete oportunidades al ex edificio de SOMISA a retirar un sobre para la Secretaría de Recursos Naturales, que en la mayoría de los casos le fue entregado por Aiello, el cual según le informó Alsogaray contenía dinero (Cfr. fs. 6528/6536Vta). Asimismo, se cuenta con las manifestaciones de Mabel Behal en su declaración indagatoria, quien afirmó a partir de febrero de 1999 fue Castellini quien continuó con la tarea que hasta ese entonces cumplimentaba Kaplan, consistente en entregarle una suma mensual en un sobre blanco distinta a la percibida por su sueldo o los gastos protocolares correspondientes al cargo de Subsecretaria. Asimismo, al serle preguntado por este Ministerio Público sobre quién concurría a la Jefatura de Gabinete a retirar esos fondos, contestó “…Kaplan y Castellini, porque ellos mismos me lo dijeron…” -fs. 6450/6469Vta.-. VII.- COLOFÓN.Las consideraciones efectuadas en el presente resultan suficientes para tener por acontecida, con el grado de probabilidad exigido en esta etapa preliminar del proceso, la compleja maniobra delictiva que fue llevada a cabo entre los años 1989 y 38 Ministerio Público de la Nación 1999, la cual posibilitó la sustracción de fondos reservados en forma periódica en el ámbito del Poder Ejecutivo Nacional. También puede darse por probado, con el mismo grado de provisionalidad, la intervención de los distintos imputados que permitieron lograr con éxito tal finalidad delictiva, partiendo de quien la ideó, implementó y sostuvo en el tiempo -Carlos Saúl Menem-, pasando por quienes tenían a su cargo la administración de fondos reservados y los cedieron para su posterior sustracción -Oscar Héctor Camilion-, quienes cedieron fondos públicos de la cartera a su cargo para engrosar los fondos reservados de otras jurisdicciones a los mismos fines ilícitos -Raúl Enrique Granillo Ocampo- y culminando por quienes se encargaron de poner los fondos fuera de la esfera de custodia de la administración pública, ya sea distribuyéndolos en las diferentes jurisdicciones del Poder Ejecutivo Nacional -Domingo Felipe Cavallo, María Julia Alsogaray, José Domingo Coronel, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo- o sustrayéndolos para sí -Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique Granillo Ocampo, María Julia Alsogaray, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo-. Tales extremos, sumado a la gravedad institucional que representa dicho ilícito y los compromisos internacionales asumidos por el Estado Argentino en materia de lucha contra la corrupción20, imponen su pronto avance hacia la etapa del debate oral, donde los principios de oralidad, publicidad y contradicción que la rigen facilitarán el acaecimiento del gran debate que la sociedad toda requiere respecto de la sustracción de fondos públicos en la década del noventa que fue públicamente conocida como “sobresueldos”. VIII.- DE LOS PROCESAMIENTOS SOLICITADOS.En el presente acápite, este Ministerio Público habrá de solicitar a V.S. que disponga el procesamiento de los restantes imputados que efectuaron un aporte concreto a la maniobra de sustracción investigada en la presente y cuya situación procesal se encuentra regida por la faltas de mérito dictadas a fs.5085/5105 y 6101/6147 y confirmadas por la anterior conformación del Superior a fs. 6708/6963 y 6964/73.(Reg. Nro. 25702 y 28644 de la Sala IIda.). Concretamente, hace referencia el Suscripto a los imputados Carlos Eduardo Sánchez, Félix Manuel Cirio, Jesús Antonio Leguiza, Oscar Cayetano Chialvo, Alejandro Emilio Mayoral, Juan Schiaretti, Joaquín Alberto Cottani, Carlos Manuel Bastos, Raúl Eduardo García, Guillermo Harteneck, Alfredo Alberto Aldaco, Horacio Ernesto Pericoli, Liliana Isabel Gurdulich, José Armando 20 Convención de las Naciones Unidas Contra la Corrupción.- 39 Caro Figueroa, Alejandro Bramer Marcovic, Elías Jassan, Félix Juan Borgonovo y Horacio Héctor Dalmau. El temperamento procesal que se propiciará, se sustenta en los lineamientos recientemente trazados en autos por la nueva conformación de la Sala I de la CNACCF al revocar la falta de mérito dictada en favor de varios imputados que se encontraban en similares condiciones –tales los casos de Mabel Behal, Jorge Reynaldo Pereyra de Olazábal, Ricardo Juan Alfredo Cossio, Adelina Dalesio de Viola, entre otros- y dictar sus procesamientos sin prisión preventiva en orden al delito de peculado en carácter de partícipes necesarios21 -Ver fs. 7453/7463-. En esa oportunidad, coincidiendo con la tesitura expuesta en autos por este Ministerio Público, el Superior sostuvo que la maniobra ilícita investigada no había implicado un sistema de compensación salarial sino que había sido diseñada, desde sus inicios, como una forma de sustraer dinero público en beneficio de un grupo de funcionarios que se desempeñaba en el Poder Ejecutivo Nacional y que habían alcanzado una determinada jerarquía. Que la ejecución de dicho plan de acción -el cual demandaba la participación de distintos sujetos que, de acuerdo al cargo que ocupaban, debían desempeñar un rol determinado-, no aconteció en forma inmediata, sino que se desarrolló en diferentes etapas, comenzando por la conformación de un fondo común y culminando con el ilegítimo pago a funcionarios. Que en virtud de tal circunstancia, la maniobra de sustracción no debía considerarse consumada sino hasta el momento en que los fondos llegaron a su destino final, es decir, a manos de los funcionarios que resultaron beneficiados, siendo éste el momento en que el Estado perdió completamente el control sobre los mismos. Consecuentemente, el procesamiento dictado respecto del citado grupo de funcionarios se sostuvo básicamente en que sus aportes, consistentes en la percepción periódica de dicho dinero, posibilitaron que se cumplimentara el fin último de la maniobra y que ello era suficiente como para atribuirles responsabilidad en carácter de partícipes necesarios. A partir de lo expuesto, sumado a los extensos argumentos oportunamente vertidos por esta parte en sus diferentes presentaciones, es que devendría pertinente adoptar el mismo temperamento en relación a los restantes imputados cuyos aportes y elementos de prueba que permiten tenerlos por acontecidos en esta etapa preliminar del proceso serán detallados a continuación. - Carlos Eduardo Sánchez percibió, en el transcurso de los años 1992, 1993 y 1994, las sumas de pesos ochenta mil -$80.000-, ochenta y cuatro mil -$84.000y setenta y cuatro mil novecientos $74.900 respectivamente, todas de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del 21 CNCCF, Sala I -Freiler, Filozof y Rimondi-, Reg. Nro. 1486, Rta. 22/12/09.- 40 Ministerio Público de la Nación Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñaba como Subsecretario de Economía del Ministerio de Economía de la Nación (1992 y 1993) y como Secretario de Comercio e Inversiones de igual cartera (1994). Dicha actividad, se encuentra debidamente acreditada mediante los formularios F.400/B, F.400/C y F.400/D, presentados por el imputado ante la Dirección General Impositiva en fechas 2 de agosto de 1993, 20 de junio de 1994 y 12 de junio de 1995 respectivamente, en los que consignó expresamente el haber percibido esos fondos “en virtud de la ley 18.302 (s)” (Conf. certificado de fs. 4949/Vta. y declaraciones juradas reservadas en la presente). - Félix Manuel Cirio percibió, durante el año 1993, siete mil pesos $7.000- mensuales de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras ostentaba el cargo Subsecretario de Producción Agropecuaria y Mercados de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de la Nación. Dicho aporte, se encuentra probado por la declaración jurada patrimonial que presentó ante la Escribanía General de la Nación en fecha 24 de mayo de 1994 reservada en la presente-, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos y por el reconocimiento que el propio imputado efectuó en su declaración indagatoria -fs. 4241/9-, oportunidad en la que especificó que los fondos se los entregaban en la Subsecretaría de Administración del Ministerio de Economía por intermedio del contador Luís Murina. - Jesús Antonio Leguiza percibió mensualmente las sumas de cinco mil pesos -$5000- durante el año 1993, cuatro mil novecientos -$4900- y cuatro mil doscientos pesos -$4200- en 1994, y cuatro mil doscientos pesos -$4200- durante 1995, todas de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras cumplía funciones como Subsecretario de Economía Agropecuaria de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía de la Nación. Dicha actividad, se encuentra probada por las declaraciones juradas patrimoniales que presentó ante la Escribanía General de la Nación en fechas 15 de abril de 1994, 24 de enero de 1995, 5 de octubre de 1995 y 23 de enero de 1996 -reservadas en la presente-, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos, y por el reconocimiento que el propio imputado efectuó en su declaración indagatoria -fs. 4139/48-, donde además afirmó que ese dinero le fue entregado en la Subsecretaría Administrativa del Ministerio de Economía a cargo de Luís Murina. - Oscar Cayetano Chialvo percibió, en el transcurso de los años 1993 y 1994, las sumas mensuales de dos mil quinientos pesos -$2500- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley 41 Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñaba como Presidente de la Comisión Liquidadora del Instituto Nacional de Reaseguros. Dicha intervención, se encuentra debidamente acreditada mediante las declaraciones juradas patrimoniales que presentó ante la Escribanía General de la Nación en fechas 31 de enero de 1993 y 31 de enero de 1994 -reservadas en la presentedonde consignó expresamente la percepción de esos fondos, y por el reconocimiento que el propio imputado efectuó al prestar declaración indagatoria en autos -fs. 4181/91-, momento en el que reconoció expresamente la percepción de ese dinero en efectivo, a través de la Subsecretaría Administrativa del Ministerio de Economía que estaba a cargo de Luís Murina - Alejandro Emilio Mayoral percibió, en el transcurso del año 1993, las sumas mensuales de siete mil pesos -$7000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñaba en el cargo de Subsecretario de Política Económica del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Ese aporte, se encuentra probada por la declaración jurada patrimonial que presentó ante la Escribanía General de la Nación el 31 de diciembre de 1993 reservada en la presente-, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos, y por lo expresado por el imputado al momento de efectuar su descargo en autos, oportunidad en la que reconoció la percepción de ese dinero en el Ministerio de Economía a través de la Subsecretaría Administrativa que estaba a cargo de Luís Murina y bajo la misma modalidad que sus pares, pero especificando que se trataba de “viáticos”. Si bien no reconoció concretamente la percepción de fondos reservados de la ley secreta Nro.18.302 -tal como lo hicieron otros colegas-, debe destacarse que las sumas indicadas resultan ser superiores a los que por ley le correspondían por su salario. - Juan Schiaretti percibió ciento dos mil pesos -$102.000- en el transcurso del año 1992 e igual cifra durante 1993, de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley 18.302 “S”, mientras ejercía el cargo de Secretario de Industria y Comercio del Ministerio de Economía. Dicha actividad, se encuentra debidamente probada a partir de las declaraciones juradas que el imputado presentó ante la Dirección General Impositiva en relación a tales períodos, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos Cfr. certificado de fs. 4949/Vta. y declaraciones juradas reservadas en la presente-, y por el reconocimiento que efectuó al prestar declaración indagatoria en autos -fs. 5895/5897-. - Joaquín Alberto Cottani percibió, en el transcurso de 1993 y el primer semestre de 1994, la suma total de setenta y dos mil pesos -$72.000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art. 42 Ministerio Público de la Nación 1° de la ley 18.302, mientras prestaba funciones como Subsecretario de Financiamiento de la Secretaría de Finanzas, Bancos y Seguros del Ministerio de Economía y Obras y Servicios Públicos. Dicha actividad, se encuentra principalmente acreditada por la declaración jurada patrimonial que el imputado presentó ante la Dirección General Impositiva en fecha 24 de junio de 1994 (Conf. certificado de fs. 4949/Vta. y declaraciones juradas reservadas en la presente). - Carlos Manuel Bastos percibió las sumas de pesos cincuenta mil $50.000- durante el año 1991, setenta y ocho mil -$ 78.000- en 1992, ochenta y cuatro mil -$ 84.000- en 1993, ciento catorce mil novecientos -$ 114.900- en 1994 y cuarenta y tres mil seiscientos cincuenta -$ 43.650- en 1995, todas de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñaba en los cargos de Secretario de Energía y Miembro del Comité de Privatización de Gas del Estado. Dicha intervención, además de haber sido expresamente reconocida por el imputado en la declaración indagatoria prestada en autos -Cfr. 5563/5572-, se sustenta en las constancias de la causa Nro. 7.814/03 caratulada “Raúl Eduardo García y otros s/ enriquecimiento ilícito” del registro del Juzgado Federal Nro. 12 Secretaría Nro. 23, de cuyas constancias surge que una de las irregularidades detectadas con relación al incremento patrimonial de Bastos fue la justificación por “gastos reservados de la ley 18.302/68” que efectuó mediante una presentación del 22 de agosto de 2002 -Cfr. fs. 79/81 de dichos actuados-. También se advierte en dicho legajo, concretamente de la pericia efectuada respecto a la situación patrimonial de Carlos Manuel Bastos -fs. 532/537 del mismo-, que en sus declaraciones juradas de impuesto a las ganancias consignó la percepción de pesos cincuenta mil -$ 50.000- en el año 1991, setenta y ocho mil -$ 78.000- en 1992, ochenta y cuatro mil -$ 84.000- en 1993, ciento catorce mil novecientos -$ 114.900- en 1994 y cuarenta y tres mil seiscientos cincuenta -$ 43.650en 1995, todos en virtud del “Art. 1 Ley 18.302 “S” (ver actuaciones reservadas en la presente investigación). - Raúl Eduardo García percibió las sumas de pesos cuarenta mil doscientos cincuenta -$ 40.250- durante el año 1992 y doce mil ochocientos -$ 12.800en 1993, de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, en instancias en las que se desempeñaba como Miembro del Comité de Privatización de Gas del Estado y como Presidente del ENARGAS. Dicha actividad, se encuentra debidamente probada a partir de las declaraciones juradas que presentó ante la Dirección General Impositiva en los años 1993 y 1994, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos -fs. 43 5489/5491-, lo cual fue expresamente reconocido por el propio imputado al efectuar su descargo en autos -fs. 5494/5503- y también mediante pericia obrante a fs. 548/554 de la causa Nro. 7.814/03 caratulada “Raúl Eduardo García y otros s/ enriquecimiento ilícito” del registro del Juzgado Federal Nro. 12 Secretaría Nro. 23 (ver actuaciones reservadas en la presente investigación). - Guillermo Harteneck percibió las sumas de pesos cincuenta y nueve mil setecientos cincuenta y tres -$59.753- en el transcurso de 1993 y cincuenta y cinco mil cuatrocientos veinticinco -$55.425- en 1994, de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras ostentó el cargo de Subsecretario de Inversiones del Ministerio de Economía. Dicha actividad, además de haber sido expresamente reconocida por el imputado al momento de prestar declaración indagatoria en autos -Cfr. 5606/5616-, se sustenta en las declaraciones juradas de impuesto a las ganancias y bienes personales que el causante presentó ante la D.G.I. en los años 1993 y 1994, donde consignó expresamente la percepción de las sumas supra indicadas. (Conf. certificado de fs. 4949/Vta. y declaraciones juradas reservadas en la presente). - Alfredo Alberto Aldaco percibió, en el transcurso del año 1993, la suma de treinta mil pesos -$30.000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, en instancias en las que se desempeñaba como Director de Integración Económica del Banco Nación. Dicho suceso, se encuentra probado por el formulario F.400/C presentado por el nombrado ante la Dirección General Impositiva en fecha 15 de junio de 1994, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos -Conf. certificado de fs. 4949/Vta. y declaraciones juradas reservadas en la presente-, y por el reconocimiento efectuado por el imputado en su descargo -fs. 3597/3606-, oportunidad en la que especificó que se lo entregaba en un sobre el entonces Presidente el Banco, el fallecido Aldo Dadone, quien curiosamente también participó del hecho pesquisado al percibir las sumas de $63.792 en el año 1993 y $53.704 en 1994 de fondos regulados por la ley 18.302 “S”, tal como se observa en sus declaraciones juradas de impuesto a las ganancias y bienes personales que presentara ante la AFIP en los períodos invocados, las cuales obran reservadas en la presente. - Horacio Ernesto Pericoli percibió mensualmente durante el año 1994 la suma de cuatro mil pesos -$4.000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñaba como Asesor de Gabinete del Ministerio de Economía. Dicha actividad, además de haber sido expresamente reconocida por el imputado al prestar declaración indagatoria en autos -fs. 5578/5594-, se sustenta en la 44 Ministerio Público de la Nación declaración jurada patrimonial que el nombrado presentara ante la Escribanía General de la Nación en fecha 27 de septiembre de 1995, la cual obra reservada en la presente. - Liliana Isabel Gurdulich percibió, en el año 1993 y durante el primer semestre de 1994, las sumas mensuales de siete mil quinientos pesos -$7500- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, en instancias en las que se desempeñaba como Secretaria de Asuntos Institucionales del Ministerio del Interior de la Nación. Dicha intervención se encuentra probada por la declaración jurada patrimonial presentada por la nombrada ante la Escribanía General de la Nación el 6 de junio de 1994 -reservada en la presente-, donde consignó expresamente la percepción de esos fondos y por el reconocimiento que la propia imputada efectuó al prestar declaración indagatoria en autos (fs. 4266/4273). - José Armando Caro Figueroa percibió, durante el año 1994, la suma de cuarenta y cinco mil ochocientos dos pesos -$45.802- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, mientras se desempeñó como Ministro de Trabajo y Seguridad Social. Esa actividad, se encuentra debidamente probada mediante la declaración de impuesto a las ganancias que presentó ante la Dirección General Impositiva en fecha 12 de junio de 1995, cuyas copias se encuentran reservadas en la presente, donde declaró expresamente el haber percibido tales fondos, lo cual fue reconocido por el imputado en la declaración indagatoria prestada en autos -fs. 4284/4293.- Alejandro Bramer Marcovic percibió la suma mensual de cinco mil pesos -$5.000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, en instancias en las que se desempeñó como Subsecretario del Ministerio de Trabajo (Año 1994), lo cual fue consignado en la declaraciones juradas patrimoniales que en fecha 13 de mayo de 1994 presentó ante la Escribanía General de la Nación -reservada en la presente-. - Elías Jassan percibió en el transcurso del año 1994 la suma total de cincuenta mil pesos -$50.000- de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, al tiempo que se desempeñaba como Secretario de Justicia del Ministerio de Justicia. Dicho aporte, se encuentra debidamente acreditado a partir de lo que surge del formulario F.400/D -reservado en la presente-, que fuera presentado por el nombrado en fecha 5 de junio de 1995 ante la Dirección General Impositiva, donde consignó expresamente la percepción de esas cifras -ver también certificado de fs. 4949/Vta.-, y también por el reconocimiento efectuado al momento de prestar su declaración indagatoria en autos -fs. 5769/5783.- Félix Juan Borgonovo percibió las sumas de pesos sesenta y cinco mil trescientos setenta y cinco -$65.375- en el año 1991 y ciento treinta y tres mil seiscientos 45 trece con setenta y un centavos -$133.613,71- en 1993, de fondos provenientes de partidas presupuestarias asignadas a gastos reservados en virtud del Art.1 de la ley Nro.18.302 “S”, en instancias en las que se desempeñaba en la Subsecretaría de Acción de Gobierno de la Secretaría General de la Presidencia (1991) y en la Secretaría Legal y Técnica (1993), ambas dependientes de la Presidencia de la Nación. Dicha imputación, encuentra sustento en el contenido de los formularios F. 400/B y F.400/C que el nombrado presentó ante la Dirección General Impositiva reservados en la presente- en los cuales expresamente consignó la percepción de dicho erario, y también en el reconocimiento que el propio imputado efectuó al momento de prestar su declaración indagatoria en autos -fs. 5531/5545.-. - Horacio Héctor Dalmau también participó en el sistema de sustracción investigado en la presente mediante la percepción mensual de fondos reservados mientras cumplía funciones como Subsecretario de Ambiente Humano de la Secretaría de Recursos Naturales y Desarrollo Sustentable de la Presidencia de la Nación, Horacio Héctor Dalmau. En cuanto a los elementos de prueba que permiten tener por acontecido dicho aporte, corresponde remitirse a la valoración efectuada en el acápite VI.2.E., en cuanto al acaecimiento de la sustracción de fondos reservados en el ámbito de dicha cartera, la cual fue materializada por la máxima autoridad -María Julia Alsogaray- y sus distintos Subsecretarios -Mabel Behal, Alberto Noe Carballo, Enrique Kaplan, Horacio Héctor Dalmau y Humberto Fernando Ruchelli (f)-. Habiendo sido individualizados los aportes que se han acreditado en autos respecto de cada uno de los imputados, resta mencionar que, al igual que aquellos que fueron procesados por el Superior, han sido prestados en el marco del sistema de sustracción investigado en la presente, concretamente en su etapa final, permitiendo que los fondos reservados puedan ser finalmente apartados de la esfera de custodia de la administración pública. Consecuentemente, remitiéndose en un todo a las consideraciones efectuadas al tratar el acaecimiento de dicha maniobra ilícita -Acápites II, III y VI-, su significación en el plano jurídico y la consecuente responsabilidad de los distintos imputados -Cfr. acápite IV-, es criterio de este Ministerio Publico que corresponde agravar la situación procesal de los mismos y dictar sus procesamientos en orden al delito de peculado en carácter de partícipes necesarios (Art. 306 del CPPN, 261 y 45 del CP). IX.- DE LAS DECLARACIONES INDAGATORIAS SOLICITADAS.A partir del desarrollo realizado en el presente, estima este Ministerio Público que correspondería citar a prestar declaración indagatoria, por un lado, al Sr. 46 Ministerio Público de la Nación Hugo Anzorreguy, quien se desempeñó como Titular de la Secretaria de Inteligencia al momento de los hechos, y, por el otro, a los Sres. Ricardo Abdón Diaz Lujan y Losada, Subsecretario y Director de Finanzas del referido organismo. En efecto, de las consideraciones efectuadas por esta parte al fundamentar el acaecimiento, la significación en el plano jurídico y la intervención de los distintos imputados en la maniobra que integra el objeto procesal de la presente causa -ver puntos II, III y VI-, se sigue que la Secretaría de Inteligencia del Estado, como organismo habilitado para administrar fondos reservados, tuvo un papel preponderante en la ejecución de dicho sistema ilícito, principalmente por haber posibilitado que fondos públicos de otras jurisdicciones del Poder Ejecutivo ingresen a su administración para que, una vez transformados en reservados, puedan ser retirados en efectivo para su posterior sustracción. Al respecto, se cuenta con innumerables normas que en el período investigado transfirieron millonarias sumas de dinero a dicho organismo de seguridad22 y con informes que demuestan el significativo aumento que ello implicó en las partidas de gastos reservados que administró en el período investigado, siendo que de los $90.019.500 y $87.548.300 que percibió en los años 1989 y 1990 respectivamente, pasó a erogar $197.958.900 en 1991, un promedio de aproximadamente $250.000.000 en el período 1992/1998 y $300.088.000 en el año 199923. De ello, se sigue que además de haber sido el organismo que más vio incrementada la percepción de fondos reservados en el período investigado, la Secretaría de Inteligencia fue la que más gastó, erogando un total de $2.437.550.700 que implicaron casi un 70% del total gastado en ese concepto entre los años 1989 y 199924, de lo cual se desprende que fue el único organismo capaz de solventar el sistema de sustración al que se viene haciendo referencia. Dicha afirmación, se corrobora con la maniobra de triangulación a la que este Ministerio Público se refiriera extensamente en los puntos III.C.1, III.D y VI.2.C, y a los cuales corresponde remitirse para evitar tediosas reiteraciones, mediante la cual le fueron transferidos fondos desde el Ministerio de Justicia por intermedio de la Jefatura de Gabinete, los cuales fueron luego retirados en efectivo por José Domingo Coronel de las oficinas que los Sres. Ricardo Abdon Díaz Luján y Losada poseían en la mentada Secretaría. Tales consideraciones, permiten tener por reunido el estado de sospecha exigido por el Art. 294 del Código Procesal Penal de la Nación respecto de Hugo 22 Cfr. Resolución de la OA Nro. 849/04 de fs. 426/58Vta. y documentación remitida por la Secretaría Legal y Técnica a fs. 2297/2299 y 2317/8. 23 Concretamente, el informe técnico efectuado en autos por el perito contador Popritkin -fs. 1260/71-, el cuadro que luce agregado a fs. 1233 y la pericia realizada por el mismo profesional en el marco de la causa la causa Nro. 512/01, caratulada “NN sobre malversación de caudales públicos” -fs. 491/559 y 1210/34-. 47 Anzorreguy, quien al desempeñarse como Titular de la Secretaría de Inteligencia de Estado durante todo el período investigado, resultó ser el funcionario al cual le fue concedida la administación de los fondos reservados que fueron objeto de sustracción, con lo cual se habrá de propiciar su convocatoria a prestar declaración indagatoria en autos. Asimismo, en función de lo sugerido por el Superior a fs. 7434/745225, se habrá de solicitar a V.S. que cite a prestar declaración indagatoria en los términos del Art. 294 del CPPN a los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, Subsecretario y Director de Finanzas respectivamente de la Secretaría de Inteligencia del Estado, cuya intervención en la maniobra de sustración investigada en autos surge de la solicitud efectuada en tal sentido por la Oficina Anticorrupción a fs.5255 y por lo desarrollado por este Ministerio Público en los parágrafos III.C.1, III.D, VI.2.C y VI.2.D.- X.- PETITORIO.Por todo ello, se solicitará a V.S. que: a) Declare parcialmente clausurada la instrucción del sumario y ELEVE A JUICIO la presente causa seguida a Carlos Saúl Menem, Domingo Felipe Cavallo, Raúl Enrique Granillo Ocampo, Oscar Héctor Camilion, María Julia Alsogaray, José Domingo Coronel, Raúl Alberto Castellini, Heriberto Baeza González y José Alberto Torzillo en orden a las circunstancias fácticas y los fundamentos desarrollados en el presente. b) Decrete el PROCESAMIENTO de los imputados Carlos Eduardo Sánchez, Félix Manuel Cirio, Jesús Antonio Leguiza, Oscar Cayetano Chialvo, Alejandro Emilio Mayoral, Juan Schiaretti, Joaquín Alberto Cottani, Carlos Manuel Bastos, Raúl Eduardo García, Guillermo Harteneck, Alfredo Alberto Aldaco, Horacio Ernesto Pericoli, Liliana Isabel Gurdulich, José Armando Caro Figueroa, Alejandro Bramer Marcovic, Elías Jassan, Félix Juan Borgonovo y Horacio Héctor Dalmau , en función de lo argumentado en el acápite VIII.c) Cite a prestar DECLARACIÓN INDAGATORIA en los términos del Art. 294 del CPPN a Hugo Anzorreguy y a los Sres. Ricardo Abdón Díaz Luján y Losada, de acuerdo a lo expuesto en acápite IX.Fiscalía Federal Nro. 11, 4 de agosto de 2010.Registro Nro. 32.579/04.P.- 24 25 Véanse puntualmente la planilla obrante a fs. 1148 y el informe técnico antes citado del contador Popritkin. CNCCF, Sala I, Reg. 1488 del 22 de diciembre de 2009.- 48