E C O N O M Í A TESIS de MAGÍSTER IInstituto N S T I de T Economía U T O D E DOCUMENTO DE TRABAJO A 2 ( " ! 6 7 www.economia.puc.cl TESIS DE GRADO MAGISTER EN ECONOMIA Julio 2008 PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATOLICA DE CHILE INSTITUTO MAGISTER EN DE ECONOMIA ECONOMIA El Ciclo Político Económico Oportunista: El Caso de Sudamérica Juan Domingo Riesco Urrejola Comisión Juan Eduardo Coeymans Diego Saravia Julio 2008 RESUMEN Este trabajo testea la presencia de Ciclo Político Económico Oportunista (CPE) en diez países de Sudamérica para el período 1980-2007, observando si hay evidencia en el uso de Política Monetaria y Fiscal expansiva en los períodos pre-electorales, poniendo énfasis en el rol de las reformas del período. Para el caso de la Política Monetaria, encontramos evidencia de CPE para los países con poca autonomía del Banco Central; para la política fiscal, que testeamos por países y por Panel, los resultados dependen de la especificación: concretamente, encontramos evidencia para una de las dos especificaciones. -2- ÍNDICE 1. Introducción 4 2. Revisión Bibliográfica 2.1 Revisión Teórica 2.2 Evidencia Empírica 7 9 3. Modelo Econométrico 3.1. Ciclo Político Económico en la Ecuación Monetaria 3.1.1. Especificación General de la Ecuación Monetaria 3.1.2. Especificación sobre la Autonomía del Banco Central 13 16 3.2. Ciclo Político Económico en la Ecuación Fiscal 3.2.1. Especificación General de la Ecuación Monetaria 3.2.1.1 Especificación por Primeras Diferencias 3.2.1.2 Especificación por Vectores de Cointegración 3.2.2. Especificación de la Ecuación Fiscal Mediante Panel 4. Datos 4.1 4.2 5. Obtención y Construcción de Datos Descripción de los Datos 4.2.1 Datos para la Ecuación Monetaria 4.2.2 Datos para la Ecuación Fiscal Resultados 5.1 Ecuación Monetaria 5.1.1 Resultados por Países 5.2.2 Resultados Introduciendo la Autonomía del Banco Central 5.2 Ecuación Fiscal 5.2.1 Resultados por Primeras Diferencias 5.2.2 Resultados por Cointegración 5.2.3 Resultados por Panel 19 20 21 22 23 23 24 26 27 30 31 32 6. Conclusiones 33 7. Referencias 35 8. Anexos 38 -3- 1. INTRODUCCIÓN En el último tiempo se ha puesto un fuerte énfasis en la importancia de las reformas y de la institucionalidad en el desarrollo de las economías, a partir de experiencias exitosas de países que han introducido reglas del juego estrictas y no sujetas a intereses provisionales. El período que se inicia a mediados de los ochenta en las economías ricas y en los noventa en países en vías de desarrollo en donde se produjo una importante reducción de volatilidad tanto en el producto como en la inflación se conoce como La Gran Moderación. Muchos autores consideran que este fenómeno se dio en gran medida por las reformas económicas y estructurales llevadas a cabo en los países, que provocaron políticas a largo plazo ajenas a las vicisitudes políticas, eliminando gran parte del ruido de éstas1. Por ejemplo, Betancour et al concluyen que para Chile procesos como la autonomía del Banco Central, la regla del superávit fiscal o la profundización del sistema financiero, le dieron al país una estabilidad en que las respuestas frente a los distintos shocks fueron mucho más sólidas. Se menciona que la credibilidad ganada en las políticas del Banco Central después de la autonomía provocó un cambio en las expectativas que terminó con gran parte de la persistencia histórica de la inflación. Observan que la autonomía tuvo sobre todo, una gran utilidad por terminar con las presiones políticas y el financiamiento fiscal, que determinaban horizontes de corto plazo y cambiantes. Parece importante entonces ver la influencia que han tenido reformas como la del Banco Central en los mecanismos de manipulación económica por parte de los políticos. La Teoría del Ciclo Político Económico (CPE) hace un análisis de la interacción de los ciclos políticos con las variables económicas. Esta interacción nace de la suposición de que a los políticos les interesa el poder y a los ciudadanos les interesa el desarrollo económico. En la medida que los ciudadanos estimen que el manejo económico está siendo bien llevado por los gobernantes, estarán dispuestos a votar por ellos. La situación se determina a partir de las suposiciones que se establecen para los dos grupos relevantes del problema, los políticos y los ciudadanos. Los políticos cuentan con elementos de control para incentivar la economía y desviarla de su tendencia (política monetaria, política fiscal, política cambiaria), y pueden usarlos con motivaciones oportunistas –los políticos quieren llegar al poder y mantenerse en 1 Hay estudios, por el contrario, que encuentran que la Gran Moderación se dio marginalmente por éstas, y principalmente por disminuciones de los shocks. Mirar por ejemplo, Stock y Watson. -4- él, o por motivaciones ideológicas –los políticos le dan distinto valor relativo a las variables según su ideología. Los ciudadanos a su vez, pueden tener expectativas adaptativas o racionales: en caso que sean adaptativas, los políticos podrán interferir constantemente en los valores de la economía y los electores serán engañados2 sistemáticamente (Nordhaus, 1975); en caso que sean racionales el engaño estará dado por un problema de asimetrías de información, y sólo podrá ser a corto plazo (Persson y Tabellini, 1990). Cuando los ciclos son oportunistas la política económica no es óptima, pues ha sido elaborada con el fin exclusivo de obtener más votos. Si las expectativas son racionales las desviaciones de la tendencia serán sólo a corto plazo y por tanto, una política monetaria y fiscal expansiva en períodos pre-eleccionarios, debe ser sucedida por una política contractiva en el período posterior; en consecuencia, la manipulación oportunista provocará un aumento de volatilidad en las variables económicas. En un ciclo ideológico esto no es así necesariamente, pues se da por las preferencias de los políticos de turno, quienes privilegian determinados niveles macroeconómicos, utilizando las herramientas correspondientes para lograrlos. De esta manera, si en dos períodos consecutivos gobiernan políticos de la misma ideología, sería razonable no encontrar ciclos relevantes; por el contrario si existe un cambio en el partido que esté en el poder, estos ciclos deberían observarse. Los trabajos empíricos sobre Ciclo Político Oportunista se han dedicado a observar distintas especificaciones de modelos mayoritariamente para países desarrollados. Aunque desde mediados de los noventa y hasta ahora se han realizado trabajos para Sudamérica y otros países en vías de desarrollo -Borsani (2003), Gámez (2004), Larraín y Assael (1997) o Schuknecht (1996, 2000)- no se han detenido en los posibles cambios de los ciclos que se pudieran observar en el tiempo y es poco o nada lo que se ha investigado sobre el impacto de las reformas en éste. Es importante estudiar esto para entender las magnitudes reales de los procesos de reforma llevados en Sudamérica en las últimas décadas, y para observar cual ha sido el valor que han tenido para establecer un uso responsable de las herramientas con que cuentan las autoridades, cimentando un entorno más positivo para las posibilidades de desarrollo de las economías de la región. 2 Se dice que será un engaño pues los individuos no saben si las condiciones verdaderas de la economía son consistentes con los índices que se observan. Pueden votar por ellos pensando que la economía está bien cuando en realidad es la manipulación de ella la que está entregando esos valores. -5- La Teoría de CPE Oportunista en la que nos basamos sostiene que los gobiernos usan en los períodos pre-electorales las herramientas disponibles para mejorar a corto plazo el desempeño económico, y así obtener más votos. El objetivo de este trabajo consiste en el estudio para diez países de Sudamérica en un período que va desde 1980 hasta 2007, de la existencia del Ciclo Político Económico monetario y Fiscal oportunista en un contexto de expectativas racionales, revisando el comportamiento de las distintas regulaciones (en particular de la Autonomía del Banco Central) e intentando comprender los mecanismos por los cuales estas conductas pueden alterarse. Para observar la existencia de Política Monetaria oportunista construimos un modelo autorregresivo del crecimiento de dinero controlando por crisis externas y estimando el CPE con distintas dummies que se activan antes y después de los períodos electorales. Para analizar el efecto de la autonomía del Banco Central en el uso de éstas políticas, en primer lugar, se verifica si hay cambio en el uso de la política monetaria antes y después de las leyes de autonomía; en segundo lugar, se construye un coeficiente a partir del índice de Cuckierman que define el grado de autonomía de los bancos centrales de la región. Para observar la existencia de Política Fiscal oportunista se construye un modelo con el déficit fiscal como variable dependiente y variables estructurales como explicativas, y se especifica tanto un modelo por primeras diferencias como un modelo de cointegración, controlando por crisis y estableciendo dummies electorales. Hallamos que los países con menor autonomía del Banco Central incurren en manipulaciones de la política monetaria antes de las elecciones, y que los países en la mayoría de los casos cambiaron su comportamiento oportunista con las reformas de autonomía. Encontramos evidencia en una de las dos especificaciones para la ecuación fiscal de CPE oportunista. Por otro lado, los cambios que se observan en el comportamiento del uso de Política Fiscal ocurren generalmente en tiempos de reformas estructurales. Este trabajo se estructura de la siguiente manera: en la sección dos se hace una revisión bibliográfica, tanto teórica como empírica; en la sección tres se determina el modelo econométrico para la Ecuación Monetaria y Fiscal; en la sección cuatro se presentan los datos y se definen las variables con las que se trabajará; en la sección cinco se estima por países para la Ecuación Monetaria y por países y panel para la Ecuación Fiscal y se muestran los resultados; en la sección seis se concluye. Después de las referencias, se presentan los Anexos. -6- 2. REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA 2.1 REVISIÓN TEÓRICA La literatura de los Ciclos Políticos Económicos, surge en los años setenta a través de los trabajos de Nordhaus (1975) para el CPE oportunista y Hibbs (1977) para el CPE ideológico. Estos modelos son de expectativas adaptativas, en donde los gobiernos pueden influir en los escenarios de manera sistemática. El modelo de Nordhaus se basa en una curva de Phillips aumentada por las expectativas de inflación, donde la autoridad tiene como variable de control a corto plazo el desempleo. Los individuos, por otro lado, valoran tanto la estabilidad de precios como el bajo desempleo, están más conscientes de las condiciones recientes que pasadas (tienen memoria corta), y para decidir su voto comparan el desempeño normal –promedio, con el desempeño reciente del gobernante: si consideran que el desempeño reciente supera al normal, entonces votan por el gobernante (o su partido). Así, el problema del gobernante se define como: Donde es la función de voto estática, µ es la tasa de pérdida de memoria de los votantes y es el período electoral (en cada momento del tiempo lo que resta para la elección). Las restricciones son las condiciones del sistema macro, donde es la inflación, el desempleo y es la expectativa de la tasa de inflación. Compara el resultado de las tasas óptimas de desempleo e inflación a largo plazo con ausencia y presencia de CPE: con CPE se sobreestiman las posibilidades de trade-off de la curva de Phillips, provocando un menor desempleo y una mayor inflación que las tasas óptimas. La dinámica a corto plazo, en tanto, funciona del siguiente modo: antes de la elección disminuirá la tasa de desempleo, inmediatamente después, para controlar la inflación, el desempleo aumentará más allá de sus niveles normales. El modelo de Hibbs enfatiza que los gobiernos tienen ciertas preferencias, en concreto, que los gobiernos de derecha eligen la estabilidad en la economía (bajas tasas de inflación) mientras los gobiernos de izquierda optan por gobiernos con mayor inflación pero con mayor crecimiento y menor desempleo; esto se explicaría porque los partidos tienen distintas funciones de utilidad, con aversiones disímiles por el desempleo y la inflación. Hibbs -7- hace este ejercicio para doce países capitalistas desarrollados en el período postguerra, y luego, mediante un análisis de series de tiempo con una data de desempleo para Gran Bretaña y EEUU, encuentra que estas tasas han sido constantemente llevadas hacia debajo de su nivel normal en gobiernos laboristas y democráticos y hacia arriba de su nivel normal en gobiernos conservadores y republicanos. En los ochenta surgen los modelos de expectativas racionales e información asimétrica, limitando los alcances que tienen los políticos para intervenir en la economía. En rigor, algunos supuestos del modelo inicial parecían poco probables en la realidad, como que éste pudiera desviar a largo plazo las sendas de desempleo e inflación sin castigo eleccionario, o que los electores pudiesen ser sistemáticamente engañados. En los modelos racionales, cuando los individuos forman sus expectativas, están al tanto de los incentivos de las autoridades, pero no tienen toda la información con que cuentan éstas; en consecuencia, los individuos no podrán ser sistemáticamente engañados. Dentro de estos modelos, están los oportunistas de expectativas racionales y los ideológicos de expectativas racionales. En los modelos oportunistas con expectativas racionales los gobernantes manipulan a corto plazo antes de las elecciones, incrementando el gasto público y la oferta monetaria, y endureciendo la política monetaria después de las elecciones, sin tener efectos de largo plazo en las variables macroeconómicas. El electorado vota por el candidato que le parece más eficiente, y como la eficiencia del período 1 está relacionada con la del período 2 y la información es asimétrica, el gobernante supone que si mejora la eficiencia en el período antes de la elección, el votante creerá que en el período siguiente seguirá siendo más eficiente, por lo que votará por él. El paper de Persson y Tabellini (1990) reestructura el modelo original de Nordhaus, agregándole expectativas racionales, donde la eficiencia estará dada por la mejor combinación desempleo-inflación que un gobierno pueda alcanzar. En estos modelos, por lo general, se observan las manipulaciones a corto plazo a partir de los instrumentos de política, puesto que resulta mucho más fácil para los políticos, y más acorde con una manipulación de corto plazo con votantes racionales, aumentar el dinero y/o el gasto para el año de la elección, antes que intentar reducir la tasa de desempleo o hacer cambios más estructurales (por ejemplo, reducir impuestos). En los modelos ideológicos de expectativas racionales los partidos interactúan con los electores, que están al tanto de que los partidos tienen distintas funciones objetivos, y donde lo importante serán las políticas inesperadas. En general, estos modelos más que asimetrías de información usan rigideces nominales, como por ejemplo salarios nominales no -8- perfectamente indexados. Si el partido más expansivo gana las elecciones, entonces el desempleo y el crecimiento serán a corto plazo bajo y sobre la tendencia respectivamente, si es el partido menos expansivo el que gana, el proceso será inverso. Empíricamente se ha probado que el primer caso corresponde a los gobiernos de izquierda y el segundo a los de derecha, y que la inflación permanentemente será mayor en las administraciones de izquierda. Algunos trabajos importantes en el área son los de Alesina (1987) donde se expone el modelo, y el de Alesina y Sachs (1988), donde se prueba el modelo para EEUU -un país bipartidista, en el que se modela para demócratas y republicanos una función de pérdida en la que ambos tienen los mismos objetivos de desempleo e inflación, pero muestran aversiones distintas a sus desviaciones. En los últimos años, con la disminución de la inflación y la apertura comercial, la tendencia se ha trasladado a analizar además de la política monetaria y la política fiscal, la política cambiaria. Larraín y Assael (1994) extienden el modelo de Nordhaus incorporando el tipo de cambio nominal como una variable de política que los gobernantes controlan. El supuesto es que los ciudadanos valoran positivamente la estabilidad del tipo de cambio real, por lo que castigan sus desviaciones. Insertan el tipo de cambio nominal en la ecuación que describe el proceso inflacionario permitiendo reflejar que en una economía abierta y dado un nivel de empleo que las autoridades pretenden alcanzar, la inflación asociada será menor si se revalúa la moneda y mayor si ésta se devalúa, actuando como un parámetro de la curva de Phillips. Una de las conclusiones del modelo es que su solución no es única y que depende de los parámetros estructurales: sin embargo, advierten que un caso típico de CPE estaría dado por un aumento en el crecimiento del producto, una caída en la tasa de inflación y una disminución del tipo de cambio real3. 2.2. EVIDENCIA EMPÍRICA Desde el punto de vista empírico, la modelación de los Ciclos oportunistas en expectativas adaptativas y racionales se diferencia por las consecuencias que tienen estos en sus valores de largo plazo y por las variables que se están midiendo. 3 En general en la literatura empírica la acepción que se usa para ver si hay CPE oportunista es una apreciación del tipo de cambio nominal antes de las elecciones y una depreciación posterior. Para los modelos ideológicos, en tanto, funcionan modelos políticos en donde los partidos pueden defender a los sectores no comercializables (por lo que buscan un tipo de cambio apreciado) o a los comercializables (que prefieren un tipo de cambio depreciado). Mirar por ejemplo, Aboal el al. -9- En un CPE oportunista con expectativas adaptativas se testean generalmente resultados de política (producto, desempleo, inflación), que en el caso normal está dado por una expansión en el año anterior a las elecciones, crecimiento del PIB por encima y desempleo por debajo de lo normal en el año electoral, aumento de la inflación inmediatamente antes o después de las elecciones, recesión posterior y cambios en las tasas de inflación y desempleo de largo plazo, aumentando y disminuyendo en relación a los valores que se darían en ausencia de CPE. En un CPE oportunista con expectativas racionales se testea generalmente el uso de instrumentos (política fiscal, política monetaria, política cambiaria) más que los resultados de política4, que en el caso normal está dado por manipulaciones de corto plazo antes de las elecciones, como el aumento del déficit público y de la oferta monetaria. Como los niveles de largo plazo no se alteran, es necesario que haya una política monetaria contractiva después de las elecciones5. Como muy bien observan Larraín y Assael (1994), la evidencia de ciclos en las variables resultado (producto, desempleo, inflación), tienen como condición necesaria la manipulación de variables instrumentales, pero además requieren que ésta se refleje en las variables resultado, lo que no necesariamente ocurre. Así, es razonable que la evidencia empírica para los trabajos que se centran en los instrumentos sea más favorable a aceptar la existencia de CPE que aquellos que se centran en los resultados. Creemos nosotros, por otro lado, que lo importante en la discusión tiene más que ver con la predisposición de los políticos a manipular la economía que a lo que logren en materia de resultados con esta, que dependerá en gran medida de las expectativas de los ciudadanos, de la credibilidad con que cuenten los políticos, y de las rigideces que tenga la economía. Por ejemplo, si en una economía con información asimétrica, los ciudadanos no le creen a la autoridad monetaria que la expansión corresponde a un shock positivo y por el contrario sospechan que es una maniobra para ganar más votos, el efecto que esta política monetaria expansiva tenga en términos de producto y desempleo será cercano a cero. Sin embargo, tendrá consecuencias negativas para la economía, por una mayor inflación, una menor confiabilidad futuro a las señales del Banco Central (aumento de volatilidad y riesgo) y por no trabajar con objetivos de 4 Aunque también hay varios estudios que testean variables resultado. En el caso del CPE ideológico en el modelo de expectativas adaptativas el desempleo está por debajo, y el crecimiento y la inflación por encima durante gobiernos de izquierda y viceversa. En el racional, hay un efecto de corto plazo en donde el desempleo está por debajo y el crecimiento por arriba de lo normal (tendencia) por dos años después de la victoria de partidos de izquierda y viceversa. Revisión empírica de ciclos ideológicos no se hace puesto que éste es un trabajo de CPE oportunista. 5 - 10 - largo plazo. En consecuencia, si quisiéramos observar la existencia de CPE oportunista a través de las variables resultado, rechazaríamos la hipótesis falsamente. En términos generales, la mayoría de la evidencia empírica para el modelo inicial de Nordhaus rechazó la existencia de Ciclo Político Económico Oportunista: algunos ejemplos relevantes son el estudio de Alesina (1988) para EEUU y de Alesina y Roubini (1990) para una larga muestra de economías de la OECD. Cuando se insertan las expectativas racionales, y se empiezan a probar los modelos a partir de la manipulación en las herramientas de política, la existencia del Ciclo Político Económico comienza a ser más favorable. Grier (1987) por ejemplo, usando la técnica de rezagos distribuidos en un polinomio para el crecimiento del dinero, encuentra evidencia de política monetaria expansiva para las elecciones en EEUU entre la década de los sesenta y ochenta; Alesina (1988), hace un modelo con las transferencias personales netas como variable dependiente (tratando de probar la existencia de una política fiscal expansiva a partir de esta variable), usando como explicativas rezagos, desempleo, un término de tendencia y una dummy electoral, y encuentra evidencia del ciclo para el período 1961-1985 (no así para el período 1949-1960). Alesina, Cohen y Roubini (1991) testean para dieciocho países de la OECD varias especificaciones para probar la existencia de política monetaria y fiscal expansiva antes de las elecciones, con datos trimestrales desde 1960 hasta 1987. La especificación para la ecuación monetaria es un proceso autorregresivo del crecimiento del dinero con dummies electorales que se activan i trimestres antes de las elecciones, y la del déficit fiscal corresponde a una ecuación estructural que incluye entre las explicativas, al desempleo, la tasa de interés y el crecimiento, además de las correspondientes dummies electorales. El panel demuestra existencia tanto de política monetaria como fiscal expansiva antes de las elecciones; sin embargo, el análisis por países da significancia solamente para unas pocas economías. González (2002) encontró, para un análisis de política fiscal oportunista, que estos eran mayores en los países de ingresos medios con niveles medios de democracia. La evidencia empírica en los setenta y ochenta es prácticamente sólo para países desarrollados. Para Latinoamérica, el estudio de Calvo (1995), en el que analiza la crisis mexicana, fue uno de los primeros. Según el autor, parte importante del incremento del déficit cuasifiscal de la Crisis del Tequila estaba asociado a la extensión del crédito antes de las elecciones de 1994. Luego Schuknecht (1996) encontró política fiscal expansiva antes de las elecciones y contractiva después para un panel de 35 países en desarrollo. Borsani (2003) estimó un panel con efectos fijos para 13 países latinoamericanos para ecuaciones de producto y desempleo en elecciones parlamentarias y - 11 - presidenciales donde usó un modelo estándar de corrección de errores. Las ecuaciones contenían, además de las dummies, solamente un rezago de la dependiente en la ecuación de producto y solamente el crecimiento en la ecuación de desempleo. Los datos a su vez, no eran balanceados en el tiempo, y para cada una de las ecuaciones se contaba con distintos países. Obtiene evidencia para el año posterior a las elecciones, en donde fue registrado un menor crecimiento y un aumento en la tasa de variación del desempleo para la votación presidencial, lo que es coherente con la CPE oportunista. Un resultado interesante que encuentra es que en los años electorales presidenciales los gobiernos con mayoría en el parlamento experimentaron un crecimiento mayor en comparación a los años electorales en los cuales los gobiernos contaban con la minoría de la Cámara de Representantes; sin embargo, no encuentran asociación entre el crecimiento del producto y años no electorales con gobiernos mayoritarios. Larraín y Assael (1997) analizan estableciendo criterios arbitrarios6 la evidencia para el Ciclo Político Económico en Chile: encuentran evidencia a favor de éste tanto en política monetaria, en política fiscal y en política cambiaria para un período que va desde las elecciones de 1942 hasta las de 1993; la evidencia se da incluso para presidentes independientes que no tenían un candidato natural, o sea, que no tenían incentivos porque no había continuidad posible en el poder (Ibáñez y Jorge Alessandri7). En el único período que no se cumple lo que predice el CPE es en el último gobierno de estudio (Aylwin). Para observar política monetaria expansiva en períodos pre-electorales en Chile, Céspedes y Soto (2005) utilizan una estimación GMM de una regla de política monetaria para el período 1989-2003. Caputo y Liendo (2005), en tanto, estiman utilizando métodos bayesianos en un modelo estructural que incluye una reacción para la política monetaria. La regla de política monetaria en ambos casos, cuenta con la tasa de interés real como variable dependiente, y como explicativas un rezago, las desviaciones de la inflación con respecto a la meta, la brecha de producto y una dummy que se activa para i trimestres previos a las presidenciales y otro análogo que se activa para las parlamentarias. Todos los coeficientes de las dummies resultan no significativos en ambos casos, rechazando la existencia de CPE monetario en estas fechas. Adicionalmente, Caputo y Liendo estiman una función del logaritmo de verosimilitud, del que obtienen similares conclusiones pero el modelo indica un poder explicativo menor. 6 Por ejemplo, hay evidencia de política monetaria expansiva si el crecimiento del dinero del último trimestre fue al menos 20% superior que el promedio del crecimiento del dinero durante todo el período de gobierno. 7 La explicación de los autores sobre la razón de este comportamiento es que era un asunto de imagen, ya sea para los libros de historia o para una virtual candidatura en el futuro. - 12 - Nuestro trabajo pretende insertar en la discusión del CPE el efecto de las reformas. En concreto, es la primera vez que se intenta recoger la influencia de la autonomía del Banco Central y que se estudian los cambios de las series a través del tiempo, lo que podría ayudar a entender mejor las causas y las posibles soluciones8 de la existencia del Ciclo Político Económico Oportunista, en la medida que reformas estructurales detuviesen el uso indebido de las herramientas de política. Desde el punto de vista metodológico, para la Política Fiscal se inserta una especificación por cointegración que recoge tanto efectos de corto como de largo plazo y que predice bastante mejor que los modelos convencionalmente usados en otros papers del CPE. En general, la evidencia empírica indica que los países desarrollados se ajustan mejor al Ciclo Político Económico ideológico con expectativas racionales, basado en las diferencias entre políticas llevadas a cabo por partidos de diferente tendencia, mientras que para los países emergentes el ajuste es mejor al Ciclo Político Económico oportunista con expectativas racionales, en las que el comportamiento de la economía se explica por los períodos de elecciones y la manipulación de las herramientas correspondientes, independiente de los partidos. 3. MODELO ECONOMÉTRICO 3.1 CICLO POLÍTICO ECONÓMICO EN LA ECUACIÓN MONETARIA 3.1.1 ESPECIFICACIÓN GENERAL DE LA ECUACIÓN MONETARIA La especificación econométrica es a partir de un proceso autorregresivo del crecimiento del dinero mensual, de la forma: ! "! # $ "$ $%! &' ( $%) & * Donde la variable dependiente es el crecimiento del dinero en el tiempo t9, definida como +!, +!,-. / , el M1 es el agregado monetario M1, las variables 8 No pretende ser un juicio normativo. Nos limitamos a afirmar que como la existencia de CPE no es deseable porque produce ruidos a corto plazo, aumentando la volatilidad y el riesgo, detenerlo es beneficioso para el país. 9 En el caso de que hayan cambios de monedas en los países, dolarización o similares, el crecimiento del dinero de ese mes estará medido por un promedio simple del crecimiento del dinero en el año en que - 13 - independientes son p rezagos, una dummy &' que controla por crisis externas y las dummies electorales &. La especificación de la cantidad de rezagos se hace de acuerdo, en primer término, a los métodos gráficos normales –gráficos y correlogramas, y en segundo, a los criterios de Akaike, Schwarz y parsimonia10. Adicionalmente, la serie debe desestacionalizarse. Se testean varias dummies electorales acordes con el Ciclo Político Económico Oportunista, que serán testeadas en distintas regresiones para cada uno de los países y también en forma conjunta. Las definiciones son las siguientes: D1: Es la dummy tradicional del CPE oportunista. Se activa en los doce meses antes de la elección y en el mes de la elección. Si hay CPE oportunista en el país, el coeficiente debería ser positivo, ya que el crecimiento del dinero debiera acelerarse en períodos pre-electorales para incentivar la economía. DR: Se activa en los doce meses posteriores a la elección. Como en un CPE oportunista racional, los efectos a largo plazo son nulos, a la expansión preelectoral debe seguirle una contracción post-electoral. Se espera por tanto, un coeficiente negativo. DS: Es una variación de D1: se activa desde los 15 meses antes de la elección hasta el cuarto mes antes de la elección incluido. Supone que en el último trimestre antes de las elecciones, un aumento del crecimiento del dinero no se alcanzará a ver reflejado en la economía antes de las elecciones, por lo que los políticos inician desde antes la contracción monetaria. Se espera que sea positivo. DRS: Es análogo a DR pero para DS. Se activa doce meses a partir del tercer mes antes de la elección hasta el octavo mes después de la elección. Se espera que sea negativo. D15T, D12T, D9T, D6T, D3T: Son descomposiciones de D1 Y DS por trimestres, donde el número que lleva cada una de ellas indica cuando cuántos meses antes de la elección se activan: D15T es la dummy que toma el valor 1 para el trimestre que comienza 15 meses antes a la elección (como es trimestral, se activa sólo tres meses), D12T es la dummy que toma el valor 1 para el ocurra. Es evidente que no resulta totalmente rigurosa esta suposición, pero la creemos razonable para que el efecto de ese dato no altere el comportamiento de la serie. 10 En el Anexo 2, se muestra el procedimiento completo. - 14 - trimestre que empieza doce meses antes a la elección, D9T es la dummy que toma el valor 1 para el trimestre que empieza nueve meses antes a la elección, D6T es la dummy que toma el valor 1 para el trimestre que empieza seis meses antes a la elección y D3T es la dummy que toma el valor 1 para el trimestre que empieza tres meses antes a la elección y también se activa el mes de la elección. Se espera que D15T, D12T, D9T y D6T sean positivos en tanto exista CPE oportunista; el coeficiente D3T puede ser tanto positivo como negativo: en países que la especificación del D1 sea la más adecuada, se esperaría que fuese positiva; en caso que la especificación DS sea la mejor, se esperaría que fuese negativa. Los modelos a estimar son: D1; D1 y DR; DS; DS y DRS; D12T, D9T, D6T, D3T (descomposición por trimestre de D1); D15T, D12T, D9T, D6T (descomposición por trimestre de DS). Especificaciones parecidas se han utilizado en trabajos de McCallum (1978), Grier (1987), Alesina, Cohen y Roubini (1991), entre otros. Se justifica en la medida que la oferta monetaria es endógena a la decisión de la autoridad del Banco Central, y aunque se podrían buscar componentes estructurales para explicarlo, seguramente nos encontraríamos con problemas de simultaneidad11. Como la predictibilidad del modelo no es lo que se persigue, y al comparar las bondades econométricas de un modelo autorregresivo con uno estructural con posibles problemas de simultaneidad es superior el autorregresivo (que podemos estimar con MCO), optamos por éste. Lo novedoso que se esta agregando es el control por las crisis: es razonable evaluar esto porque es perfectamente posible que las decisiones de política monetaria estén determinadas por las condiciones macroeconómicas, y es también posible que las crisis sean las hagan caer a los presidentes y generar procesos eleccionarios: de esta manera, se evitan los posibles problemas de causalidad. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con el uso de estas dummies pues pueden estar sujetos a problemas de endogeneidad, en el sentido que haya sido el manejo irresponsable de las herramientas de política uno de los factores de la crisis (por ejemplo, un uso inadecuado de la política monetaria con régimen de tipo de cambio fijo). Así, para evitar inconvenientes de endogeneidad, controlamos solamente por crisis externas, no por crisis internas. El supuesto implícito que hay detrás de esto es que siempre hay un margen de acción en las crisis internas por parte de las autoridades monetarias y fiscales. Obviamente, que la forma que le pegue a 11 Si, por el contrario, se tratara de una ecuación de demanda de dinero, sería razonable construir un modelo teórico. - 15 - un país una crisis externa también tiene que ver con las condiciones en que se encuentre y las medidas que tome un gobierno –particularmente en el uso de los instrumentos fiscales y monetarios, pero aquí la distinción es más difusa y lejana. 3.1.2 ESPECIFICACIÓN SOBRE LA AUTONOMÍA DEL BANCO CENTRAL Como el uso de política monetaria oportunista es algo no deseable para un país, se deberían hacer reformas que la dificultaran o impidieran; las regulaciones efectivas serían aquellas que atacaran las génesis de su uso, los incentivos de los políticos por un lado, y la información asimétrica por el otro: un aumento de la información pública disponible, la transparencia de las instituciones, el traspaso de la decisión del uso de las herramientas de política a organismos más técnicos, o las leyes que regulen el uso de éstas, serían algunas de las alternativas, por lo que se esperaría que llevaran a reducir o eliminar la existencia de estos ciclos oportunistas. La autonomía del Banco Central presupone varios de estos puntos. Cuando a finales de los ochenta y principios de los noventa se discutió sobre las autonomías de los Bancos Centrales en Latinoamérica, la legislación pretendía reformar el funcionamiento de estos en cinco direcciones bien definidas, que se resumen en: La definición del objetivo de política; La independencia política en el diseño y la ejecución de la política monetaria; La independencia económica; La independencia financiera; El modo de contabilización y la transparencia de ésta. Así, en la medida que fueran medianamente efectivas las reformas en pos de autonomía, se esperaría que a partir de este punto, resultara mucho más difícil el uso de la política monetaria con fines oportunistas. Un caso interesante es el de Nueva Zelanda: en el estudio de Alesina, Cohen y Roubini (1991) que testea la CPE para democracias desarrolladas, encuentra que este país era uno de los más realizaba política monetaria expansiva antes de las elecciones; los autores concluyen que era esperable, por su nula disciplina monetaria. Unos años después se llevó a cabo una reforma para el Banco Central con implicancias legales si no se cumplía la meta de inflación; hoy, es un ejemplo en disciplina monetaria. Las reformas de autonomía de los Bancos Centrales se produjeron en Sudamérica desde fines de los ochenta - 16 - (Chile en 1989), hasta mediados de los noventa (Paraguay, Uruguay y Bolivia en 1995)12. Lo que nos preguntamos a continuación es si en rigor, estas reformas y el grado de autonomía con que cuenten los Bancos Centrales inciden o no en la existencia de un CPE monetario oportunista. Obviamente que en ningún país es rigurosamente cierta la independencia completa: los Bancos Centrales necesitan un grado de coordinación con organismos gubernamentales (por ejemplo, con el Ministerio de Hacienda), y son las leyes las que definen y otorgan más o menos autonomía. Siguiendo a Céspedes y Valdés (2006), es posible distinguir dos tipos de autonomía: la política y la económica. Mientras con la primera, el Banco Central tiene el poder de seleccionar los objetivos de la política monetaria (por ejemplo, un nivel dado de inflación), con la segunda, puede elegir las políticas que permitan alcanzar los objetivos trazados. Para medir la autonomía comparativamente, Cukierman realiza un análisis del grado de autonomía de los Bancos Centrales en el mundo, determinando un coeficiente que va desde el cero (dependencia completa) al uno (independencia completa). El indicador es una ponderación de los elementos constitutivos de esta; la desagregación, de esta forma, se hace en cuatro partes: “CEO”, que describe los procedimientos de nombramiento, duración, reemplazo y restricciones que tiene el presidente del Consejo; “Objetivos” que evalúa la importancia de la estabilidad de precios entre los objetivos; “Formulación de la política monetaria”, que mide independencia de instrumentos y rol del Banco Central en la formulación presupuestaria fiscal; y “Restricción al crédito al sector público”, que examina las posibilidades que tiene el banco central de otorgar crédito al Gobierno. Utilizando los resultados de Jácome y Vázquez (2005) y de Arnone et al (2007), que construyen índices de Cukierman agregados y desagregados para los años ochenta y noventa para Latinoamérica y gran parte del mundo, respectivamente, nos proponemos construir nuestro propio estimador. El indicador que queremos ocupar requiere condiciones de autonomía general (índice de Cukierman) y particular (ya que lo que estamos observando es la manipulación de los instrumentos monetarios, nos parece correspondiente observar la categoría “Formulación de la política monetaria”); adicionalmente, necesitamos medir estos índices para antes de las reformas de autonomía y para después de ellas. Nos interesa medir no sólo las condiciones particulares, porque creemos que un mayor índice de autonomía general crea grandes externalidades positivas para el manejo eficiente de la oferta de dinero. Así: 12 En el Anexo 7 se especifican los años de las reformas para cada uno de los países. - 17 - 0 1 23 4 '56 23 4 7856 23 4 '55 23 4 7855 1 1 Donde 0 es el promedio calculado, 1 es la cantidad de años de datos para cada país de forma que t= 1,…,,…,1, es el último año antes de la autonomía del Banco Central, '56 es el índice de Cukierman medido en el período en que el Banco Central no era autónomo, 7856 es el índice de independencia para la “Formulación de la política monetaria” medido en el período en que el Banco Central no era autónomo, y '55 y 7855 son índices análogos pero para después de la autonomía de los Bancos Centrales. Este promedio estaría midiendo los fenómenos particulares y generales, y adicionalmente ponderando por la duración relativa de los índices en el tiempo. Hacemos los cálculos relativos, y dividimos a los países en dos: los con relativamente mayor autonomía y los con relativamente menor. Teóricamente, pensaríamos que los países con Bancos Centrales con poca autonomía deberían tener mayor presión de los gobiernos de turno a hacer política monetaria expansiva antes de las elecciones; así, mientras el coeficiente de los países con Bancos Centrales más autónomos deberían tener un valor cero o cercano a cero, los países con menor autonomía deberían tener un coeficiente positivo distinto de cero y mayor al de el otro subgrupo. En segundo lugar, queremos ver el efecto que tuvieron las leyes de Autonomía de los Bancos Centrales en el uso oportunista de la Política Monetaria. Esto lo hacemos a partir de dos procesos. El primero, más simple, consiste en descomponer una dummy tradicional de CPE oportunista (como D1) para los períodos anteriores y posteriores a las reformas. Así definimos: DA: Se activa en los doce meses antes de la elección y en el mes de la elección antes de que se hicieran las reformas del Banco Central. DD: Se activa en los doce meses antes de la elección y en el mes de la elección después de que se hicieron las reformas del Banco Central. Corremos luego una regresión con la misma especificación original introduciendo ambas dummies. Una reforma exitosa para un país con CPE oportunista implicaría que DA fuera positiva y DD menor que DA o cero. El segundo método para observar el efecto de la Autonomía será investigar las series, y en concreto, buscar cambios estructurales en ellas: es posible que al pasar la administración de la política monetaria de manos del gobierno a manos técnicas el uso de ésta - 18 - haya cambiado. En caso que ocurra así, analizaremos separadamente el período anterior y posterior con dummies tradicionales, D1 y DS. Los tres ejercicios que se hacen buscan ver el efecto de la autonomía del Banco Central en tres direcciones determinadas: la importancia del grado de autonomía en el uso del CPE, la relevancia de las reformas en cuanto al CPE (que implicaría concluir acerca del éxito o fracaso relativo en controlar las manipulaciones políticas), y en ver si el cambio de comportamiento se debió a las reformas o si por el contrario, las fechas no coinciden. 3.2 CICLO POLÍTICO ECONÓMICO EN LA ECUACIÓN FISCAL 3.2.1 ESPECIFICACIÓN GENERAL PARA LA ECUACIÓN FISCAL La especificación econométrica inicial es la que sigue: &7 ! &7"! # 9 &7"$ $%! : $%; < $%= (>8'? @&? AB &'$%C &; D ) Donde &7 es el déficit fiscal del Gobierno Central en el año t medido como porcentaje del PIB, es una constante, &7"$ son rezagos de la dependiente, : es la tasa de desempleo en t, < es el crecimiento del PIB, la sumatoria es el precio de commodities multiplicado por una dummy que se activa sí y sólo sí la exportación de ese commodity en el país i supera el 12% del total de sus exportaciones13, el coeficiente &' controla por crisis externas (análoga al control para la política monetaria), y la dummy &; se activa el año anterior a la elección si ésta es en el Primer Semestre y el año de la elección si está es en el Segundo Semestre. Todos los ratios están en porcentaje y el déficit fiscal marca en positivo los déficits y en negativo los superávits. Esta ecuación contiene los componentes estructurales más importantes, juzgamos, para los países de Sudamérica. Un mayor crecimiento implica mayor cantidad de impuestos (ingresos) a las arcas fiscales, determinando una relación negativa entre ambos; un mayor desempleo se traduce en un aumento de los costos por seguros y subsidios, haciendo que la relación sea positiva; el precio de los commodities es fundamental para el presupuesto fiscal, ya sea porque un aumento del precio de éste debería disminuir el déficit fiscal vía 13 Por ejemplo, en Chile se activa el cobre, en Ecuador el Petróleo y en Argentina no se activa nada. En el Anexo 8 se detalla los commodities que se activan en cada caso. - 19 - aumento de ingresos por empresas públicas (si el recurso natural es de propiedad pública) o vía impuestos (si el RRNN es privado)14. Se determina, de este modo, que el déficit fiscal es contracíclico. La variable explicativa que se podría agregar en esta relación es la tasa de interés: desgraciadamente, no se encontraron datos para todos los países estudiados. Para ver cuál será el modo de estimación, necesitamos analizar la estacionariedad de las series. Como vemos en el Anexo 10, la serie de nueve de los diez países al 5% -y ocho de los diez países al 10%, tienen raíz unitaria. Observamos adicionalmente, que para ocho de las diez series de desempleo (al 5%), dos de las series de crecimiento (al 5%) y para todas las series de commodities, hay fuerte evidencia a favor de raíz unitaria. Esto permite hacer dos distintas especificaciones econométricas: una más acorde con la teoría, otra más acorde a las características de nuestras series; la primera es hacer la estimación con todas las variables en primeras diferencias, la segunda es encontrar la relación de largo plazo e intentar cointegrar las series. 3.2.1.1 ESPECIFICACIÓN POR PRIMERAS DIFERENCIAS Se plantea que esta especificación es más acorde con la teoría puesto que, en la literatura, no se encuentra evidencia a favor de que la tasa de crecimiento15 o el desempleo sean procesos no estacionarios. Un proceso en primeras diferencias como éste ha sido utilizado, con algunas variaciones, en literatura de Ciclos Políticos Económicos para países desarrollados16. La especificación es la que sigue: &7 ! &7"! # $ &7"9 $%! : $%; < $%= ( >8'? @&? $%E &' $%C &; D ) Donde &7 está definido como la diferencia entre el déficit fiscal del año t y el del año t-1. En forma análoga se definen las primeras diferencias para los rezagos, el desempleo, el crecimiento y los precios de los commodities. Se esperaría, teóricamente, que los coeficientes de los rezagos fueran menores que uno en valor absoluto (de otra manera habría raíz unitaria en las diferencias, lo cual no resulta bajo ninguna circunstancia razonable – 14 Para notar la importancia de éstos en algunos de los países que se estudian: en el 2006 en Venezuela, el 70.5% de sus exportaciones correspondían a petróleo y un 19% a derivados de éste; el ingreso fiscal que proviene de este RRNN es más que el 50%. 15 Que está definida como < 8FG H8FG"! / 16 Por ejemplo, en Alesina, Cohen y Roubini. Ellos agregan solamente un rezago a la dependiente, insertan la tasa de interés y no incluyen los Commodities. Mirar referencias. - 20 - se ha corregido por diferencias con ese fin) y que el rezago del período anterior ! fuera positivo, para permitir un ajuste gradual y cierta persistencia en los déficits fiscales; que $%! I 2, porque un aumento del desempleo implicaría un mayor gasto por seguros de desempleo, programas temporales de trabajo, y equivalentes; que $%; J 2, porque un aumento de la tasa de crecimiento acrecentaría los ingresos fiscales por impuestos (adicionalmente, se esperaría un efecto cruzado porque, en general, cuando hay mayor crecimiento hay menor desempleo -y por tanto menores gastos de gobierno, y cuando hay mayor desempleo hay menor crecimiento -y por ende, menores ingresos por conceptos tributarios); que $%= I 2, pues un aumento del precio del commodity de exportación aumentaría de manera significativa los ingresos del fisco, ya sea si la empresa es pública o si es privada a través de impuestos; por último, si el coeficiente $%C I 2 habría evidencia de una política fiscal oportunista, y si es $%C 2, significaría que en rigor, este comportamiento no se observa. La especificación de los rezagos, mediante Akaike, Schwartz, el poder explicativo y parsimonia, nos entrega dos rezagos para Argentina y Bolivia, y uno para los otros ocho países. Se estima por OLS. 3.2.1.2 ESPECIFICACIÓN POR VECTORES DE COINTEGRACIÓN Seguimos el procedimiento de estimación propuesto por Engel y Granger. Con las variables no estacionarias se ve si existe una relación a largo plazo que integre las series y permita que los errores sean estacionarios. El test de cointegración se hace en dos etapas: la primera etapa consiste en estimar la ecuación de largo plazo por OLS (que es la que incluye solamente las variables no estacionarias de la ecuación), para luego, en la segunda, hacer con los residuos de ésta el test de Dickey-Fuller Aumentado (ADF). Para que exista vector de cointegración es necesario rechazar la HN de que los errores tienen raíz unitaria; en consecuencia, dos variables que individualmente son I(1) en el largo plazo mantienen una relación que permite que, en conjunto, sean I(0). Luego, la estimación se hace con el modelo de corrección de errores, en donde se agrega la serie de los residuos de la ecuación de largo plazo, que necesariamente debe ser negativa y significativa. El poder de los tests de - 21 - cointegración depende del lapso y la frecuencia de la data: la nuestra cuenta con el inconveniente de ser relativamente corta (27 años) y con la ventaja de ser anual17. 3.2.2 ESPECIFICACIÓN DE LA ECUACIÓN FISCAL MEDIANTE PANEL Resulta razonable utilizar Panel en este caso por la reducida cantidad de observaciones por país, lo que supone un reducido número de elecciones por país. La especificación que usamos para este Panel balanceado es la de primeras diferencias, de la forma: &7) ! &7)"! ; :) = <) E ( >8')? @&)? C &; D) ) Aquí, el subíndice i corresponde al país y el subíndice t al año. Como es en primeras diferencias y hay un rezago de la dependiente entre las explicativas (&7)"! ), la relación será dinámica. Un Panel Dinámico se caracteriza del siguiente modo: L <) K<)"! ) ) M / N 1O / N P L Donde K es un escalar,) es 1×K y es K×1. El Modelo puede tener un componente de error tipo One-Way () Q) ) ) o Two-Way () Q) ) ), donde Q) denota un efecto individual no observable, es un efecto individual no observable y ) es el efecto estocástico restante. Si el error es One-Way trabajamos con dos fuentes de persistencia en el tiempo: la presencia de la variable rezagada y la de los efectos individuales dado por la heterogeneidad de los países. Hay endogeneidad porque <)"! (en nuestro caso &7)"! ) está correlacionada con Q) . De esta forma, los estimadores clásicos serán inconsistentes (OLS y GLS) y la forma de estimar será a partir de un proceso de dos etapas propuesto por Arellano y Bond en 1991. Desgraciadamente, esta estimación es desaconsejable para testear la significancia de los parámetros (Arellano y Bond recomiendan un proceso de una etapa); así, testearemos los coeficientes tanto por éste método como por uno de una etapa (de efectos fijos o variables según indique el test de Hausman). 17 Coeymans sostiene en su libro que estos tests son más poderosos al trabajar con menos datos anuales con alta variabilidad que con datos mensuales de menor variabilidad. Mirar referencias. - 22 - 4. DATOS 4.1 OBTENCIÓN Y CONSTRUCCIÓN DE LOS DATOS Los datos se estructuran de manera diferente dependiendo si se trata del análisis monetario o fiscal. Para la ecuación del crecimiento del dinero, los datos son mensuales y son construidos a través del crecimiento mensual del agregado monetario M1 (donde la definición del crecimiento del dinero es / H/"! /); estos los obtenemos de los Bancos Centrales de cada uno de los países que se estudian. Para la ecuación de déficit fiscal, los datos son anuales y van desde el año 1980 hasta el año 2007. Los datos del déficit fiscal han sido obtenidos de los Ministerios de Hacienda y/o Economía de los respectivos países, los datos de crecimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), los datos de desempleo de los Institutos Nacionales de Estadística, y los datos de los Precios de los Commodities de los anuarios estadísticos de la CEPAL. La especificación del déficit, del crecimiento y del desempleo están medidas como porcentaje, la primera con respecto al PIB, la segunda como < 8FG H8FG"! / donde 8FG) está en términos reales y la tercera con respecto a la población laboralmente activa. 4.2 DESCRIPCIÓN DE LOS DATOS 4.2.1 DATOS PARA LA ECUACIÓN MONETARIA Los datos del crecimiento del dinero cuentan con dos inconvenientes: el primero corresponde a que como son series mensuales contienen estacionalidad. Se opta por usar serie mensual debido a que se construye un proceso autorregresivo para la ecuación: así, es necesario una buena cantidad de datos, que de otra manera no obtendríamos. Se requerirá, por tanto, un proceso de desestacionalización de las series. El segundo inconveniente viene dado por la disponibilidad de datos de algunos países: se cuenta con algunas series que empiezan en los ochenta y otras en los noventa, aunque todas llegan al 200718. Observando el crecimiento anual del dinero en Sudamérica a lo largo de los años estudiados, se ven altísimas tasas de crecimiento en los ochenta en épocas de inflaciones rampantes en varios de los países estudiados, y una disminución muy notoria en los noventa, 18 Los datas mensuales por país son: Argentina (1990-2007), Bolivia (1997-2007), Brasil (1988-2007), Chile (1986-2007), Colombia (1982-2007), Ecuador (1994-2007), Paraguay (1992-2007), Perú (19922007), Uruguay (1980-2007), Venezuela (1989-2007). - 23 - consecuente con las inflaciones mucho más moderadas de esta década. En el promedio hay una poderosa influencia de outliers como Bolivia, Brasil y Argentina, que sufrieron altísimas tasas de inflación en los ochenta y parte de los noventa19. Gran parte del mérito del control de la inflación en Latinoamérica se lo han llevado tradicionalmente las reformas, entre ellas, la Autonomía del Banco Central. Crecimiento Anual del Dinero 2 1,5 1 Crecimiento Anual del Dinero 0,5 2007 2004 2001 1998 1995 1992 1989 1986 1983 1980 0 4.2.2 DATOS PARA LA ECUACIÓN FISCAL Se vislumbran en los datos fiscales dos problemas también, uno más grave que el otro; el primero, menos grave, es que se cuenta con datos que provienen de distintas instituciones, lo que no aúna los criterios. El segundo, más grave, tiene que ver con la medición de nuestra variable dependiente, el déficit fiscal. Las prácticas en la elaboración de estadísticas fiscales han sido diversas entre países a lo largo de los años, lo que ha imposibilitado una base de comparación rigurosa. Distintos organismos internacionales (el FMI, el EUROSTAT) han abogado por homogeneizar los mecanismos y generar estándares comunes en tres dimensiones claves: la base de valoración, la cobertura institucional y la estructura de cuentas a partir de la cual se define el déficit. La base de valoración, ha pasado de ser desde base de caja a base devengada. La cobertura institucional se refiere a los sectores públicos que se están incorporando en la elaboración de las estadísticas: el déficit fiscal del Gobierno Central incluye los tres poderes del estado (ejecutivo, legislativo y judicial), el del Gobierno General contiene además las estructuras subnacionales (estados, gobiernos regionales y municipios), el del Sector Público no Financiero las empresas públicas no financieras, y el del Sector Público 19 En Brasil es controlada el año 1994 con el Plano Real, en Argentina en 1991 con la Ley de Convertibilidad. - 24 - Consolidado incluye también las empresas públicas financieras (donde entraría el Banco Central). La estructura de cuentas con la que se define el déficit, tiene que ver con la indexación por inflación para medir los flujos reales. En el año 2001 el FMI les propuso a los países de Latinoamérica seguir una contabilidad de base devengada que diferenciara en estas tres categorías de déficits: sólo desde aquí, hay completa claridad sobre la estructura de las cuentas públicas de los países en estudio, aunque se han hecho ajustes que permiten que los déficits fiscales por países sean comparables. Nuestros datos de déficit fiscal son los correspondientes al Gobierno General, por su accesibilidad y porque la medición hecha en los ochenta por muchos países se acercan más a esa definición que a cualquier otra. Esta definición, con respecto a la del déficit fiscal del Gobierno Central es menos precisa para los términos que perseguimos20 y tiene menor poder de predicción, y por el contrario, nos evita muchos inconvenientes con respecto a una definición del déficit fiscal del Sector Público Consolidado, ya que insertaríamos al Banco Central en el análisis, mezclaríamos la discusión del uso de política fiscal y política monetaria, tendríamos que insertar otras variables explicativas como el tipo de cambio (en la medida que los Bancos Centrales se endeuden afuera) que provocaría problemas econométricos21 y tendría menor poder predictivo. Observamos, por último, el comportamiento del déficit fiscal para Sudamérica. Las altas tasas de déficits de los ochenta se explican, además de por la indisciplina fiscal, por la crisis de deuda, y las altas tasas de finales de los noventa y principios de esta década, por la crisis asiática: pareciera notarse fuertemente el carácter contracíclico de esta serie. Los superávits de los últimos años, podrían estar dados, por otro lado, por el aumento exponencial de los precios de los commodities en el mundo, aunque también podría influir el aumento de la disciplina fiscal en algunos países, particularmente, a partir del establecimiento de leyes de superávit estructural y otras reformas relativas a mejorar la salud de las cuentas fiscales (por ejemplo, reformas de transparencia). 20 Porque lo que queremos ver es el uso de Política Fiscal Oportunista antes de las elecciones. Por ejemplo, si estamos en un país federalizado que elige democráticamente a sus autoridades regionales en una fecha distinta de las elecciones presidenciales nacionales (que es lo que estamos midiendo), y el tamaño relativo del presupuesto regional es alto en comparación con el del Gobierno Central, podría ser que incluso aunque el Gobierno Central aumentara significativamente el gasto, esto no se viera reflejado estadísticamente en el déficit del Gobierno General. 21 Simultaneidad del tipo de cambio con el desempleo. - 25 - Déficit Fiscal en Sudámerica 6 5 4 3 Déficit Fiscal en Sudámerica 2 1 -1 1980 1983 1986 1989 1992 1995 1998 2001 2004 2007 0 -2 5. RESULTADOS 5.1 ECUACIÓN MONETARIA 5.1.2 RESULTADOS POR PAÍSES Los resultados nos muestran que para D1, ocho de los diez países entregan coeficientes de la dummy no significativos22; sólo para el caso de Bolivia y Paraguay el coeficiente es acorde a lo que indica la Teoría de Ciclos Políticos Económicos Oportunistas: en el caso de Bolivia, el dinero tiende a crecer un 1.6% más que en el resto de todo el período estudiado, mientras que en Paraguay éste crece un 1.28% más. El coeficiente DR, que implica una contracción monetaria posterior a las elecciones es negativo para Bolivia y Paraguay. En todos los casos los coeficientes son significativos al 90% de confianza. Tanto Paraguay como Bolivia tienen algunos antecedentes que podrían avalar estos resultados: ambos cuentan con Bancos Centrales con relativamente poca autonomía, hicieron las reformas de autonomía más tarde que otros países en la región (1995) y tienen una institucionalidad más frágil. Si tomamos en cambio una especificación DS, que empieza 15 meses antes de las elecciones y termina 3 meses antes de las elecciones, se encuentra evidencia también para Argentina y Brasil en el coeficiente DS (positivos) y para Brasil en el coeficiente DRS negativo. La desagregación de las dummies recién analizadas en dummies trimestrales nos entregan coeficientes significativos para siete de los diez países; todos salvo Bolivia, 22 Los modelos y los resultados por países de esta primera regresión se encuentran en el Anexo 4. - 26 - Colombia y Venezuela tienen algún coeficiente que resulte significativo: para la dummy D12T resultan significativos el coeficiente de Argentina, de Chile, de Paraguay y de Perú (todos positivos), para D9T el de Ecuador (positivo), para D6T el de Brasil (positivo) y para D3T el de Argentina, Brasil, Perú y Uruguay (negativos)23. Esto podría sugerir que si bien los países no usan sistemáticamente en todos los trimestres antes de las elecciones la ayuda de la Política Monetaria para incentivar la economía, sí lo hacen en algunos con tal de maximizar el efecto minimizando el daño: así, el crecimiento del dinero anual en el año de la elección puede ser alto (incluso muy alto) pero puede estar ubicado en un período de tiempo muy chico –un trimestre. Vemos que el caso más homogéneo es el de Bolivia, en donde ninguno de los cuatro trimestres estudiados individualmente es significativo, y que tanto D3T, D6T y D12T tienen signo positivo y están muy cercanos a ser significativos al 90%; por el contrario, la dummy conjunta (D1) arroja significación. Otro punto relevante para analizar es que el coeficiente en el trimestre anterior a la elección (D3T) es negativo para cuatro países. La intuición de esto puede ser la siguiente: los políticos de estos países han comprobado que aumentar la oferta de dinero el último trimestre antes de las elecciones es irrelevante para la obtención de votos, porque su efecto no se alcanza a notar en la economía antes de la fecha de estas. Así, disminuyen la oferta monetaria para que no se dispare la inflación en los períodos siguientes a la elección, de forma de compensar las altas tasas de crecimiento del dinero en los trimestres precedentes. De esta manera, aunque podrían estar siendo oportunistas en el uso de la Política Monetaria, esto podría no reflejarse en la variable D1 porque el último trimestre estaría intercediendo en la dirección contraria. La dummy DS estaría corrigiendo esta falla: de hecho, como ya hemos visto, ésta especificación nos indica CPE para dos países más que la D1 (Argentina y Brasil24). 5.1.2 RESULTADOS INTRODUCIENDO LA AUTONOMÍA DEL BANCO CENTRAL Nuestros cálculos para determinar la autonomía del Banco Central (según el índice definido en secciones precedentes), estiman que los países sudamericanos con mayor autonomía relativa son Chile, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, y los con menor son Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay. Al ver los resultados para estos países comprobamos que para cuatro de los cinco países con poca autonomía hay evidencia a favor 23 24 Los resultados y sus significancias se muestran en el Anexo 6. De hecho, tanto Argentina como Brasil tienen un coeficiente D3T negativo y significativo. Ver Anexo 6. - 27 - de CPE monetario oportunista (salvo Uruguay), y por el contrario, para ninguno de los países con mayor autonomía. El coeficiente promedio de la política monetaria expansiva preelectoral, es además, varias veces más grande para el caso de los países con menor autonomía25: el promedio del coeficiente para países con poca autonomía es de un crecimiento extra de 1.32% en el año anterior a las elecciones, mientras que para los países con más autonomía es de 0.19%. Cuando analizamos lo ocurrido antes y después de las leyes de autonomía del Banco Central observamos que para cuatro de los cinco países que tenemos datos suficientes antes de la autonomía26 (Brasil, Chile, Colombia, Paraguay) hay una diferencia entre ambos coeficientes. Para Uruguay, en tanto, no hay significancia en ninguna de las dummies: País Coeficiente DA Coeficiente DD Brasil 0.090617*** -0.007047 Chile 0.013245** -0.000721 Colombia 0.004975* -0.003030 Paraguay 0.051971** 0.013849* Uruguay -0.005718 -0.023663 *= significativo al 90%; **= significativo al 95%; ***= significativo al 99% Brasil, Chile y Colombia utilizaban política monetaria expansiva eleccionaria antes de la autonomía de los Bancos Centrales, y luego dejaron de hacerlo; Paraguay continuó, pero con tasas más modestas (aunque esta es una conclusión sensible dado que las tasas de inflación eran bastante mayores); Uruguay nunca lo hizo. Por último, observamos si existen cambios en la estructura de emisión de dinero en algún momento discreto del tiempo27, cuando ocurre, y como es éste cambio desde el punto de vista del CPE. Hay cambio estructural para Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay. Notamos que para cinco de los seis casos, estos cambios se dan en períodos de reformas o de crisis económicas: para Chile, Paraguay y Uruguay se dan en el año de las reformas de autonomía del Banco Central (1989, 1995 y 1995 respectivamente), para Brasil el año en que se hacen las transformaciones más agudas a favor de la liberalización de la 25 Sin considerar las significancias. Para el caso de Argentina, Perú y Venezuela no hay elecciones desde el período que empieza la data (1990, 1992 y 1989) y el año de las leyes de autonomía del Central (1992, 1993, 1992). Para el caso de Bolivia y Ecuador, nuestra data empieza después de las reformas. 27 El análisis se centra en buscar cambios estructurales en las series. Se descubre inestabilidad a través de los tests de CUSUM y CUSUM al cuadrado para los modelos de siete de los diez países. Luego, a partir del test de Chow, encontramos el momento del cambio estructural. 26 - 28 - economía (1994) que es el mismo año de la crisis del tequila mexicana, para Argentina en diciembre de 2001, justo con una de las crisis más duras de su historia –y adicionalmente, con el término de la Ley de Convertibilidad; en Colombia, poco después de un año de la Autonomía del Banco Central, a comienzos de 1994, el año de la crisis del tequila. Separando las series en dos, antes y después del cambio estructural, reestimamos. Para los casos de Chile, Colombia, Paraguay y Uruguay las conclusiones son las mismas que nos dio el análisis recién hecho a través de DA y DD. El análisis de Argentina y Brasil es el que sigue: Argentina: Hay cambio estructural en el momento de la crisis, cuando colapsa el tipo de cambio fijo (2001). Luego de una inflación rampante a fines de los ochenta, en 1991 se promulgó la Ley de Convertibilidad, que establecía una paridad uno a uno del peso argentino con el dólar americano. Según el modelo de Mundell y Fleming, existe una Trinidad Imposible, en la que un país no puede optar por Política Monetaria activa, Tipo de Cambio Fijo y Mercado de Capitales Abierto; en consecuencia, se esperaría que en las elecciones que se celebraron en ese período en Argentina (5/1995 y 10/1999) no se hubiese usado una Política Monetaria expansiva28. Observamos no hay existencia de política expansiva pre-eleccionaria en tiempos de tipo de cambio fijo (1991-2001) y sí existió, por otro lado, sin paridad cambiaria. Brasil: En el año 1994 ocurren dos sucesos importantes: la crisis del tequila y el inicio de una serie de reformas inéditas en el país (privatizaciones, control de la inflación y del gasto público, entre otras cosas); es en este marco de transformaciones donde encontramos el cambio estructural de nuestro modelo: esperaríamos así, que la existencia de política monetaria expansiva antes de las elecciones, de existir, disminuyera a partir de este punto. Los resultados corroboran la intuición: antes de 1994, en los períodos pre-electorales la oferta crecía un 14.49% más, luego de 1994, no hay evidencia de un crecimiento especial. Un coeficiente tan alto para el crecimiento del dinero en el primer período se explica por la altísima inflación de ese tramo. 28 En rigor en los últimos años, Argentina ha seguido manteniendo una especie de Tipo de Cambio Fijo en tres pesos por dólar. Sin embargo, nominalmente ahora el Tipo de Cambio es flotante, y no existe ninguna restricción real (como sí existía entre 1991 y 2001) como para no usar la Política Monetaria antes de las elecciones. - 29 - 5.2 ECUACIÓN FISCAL 5.2.1 RESULTADOS POR PRIMERAS DIFERENCIAS Los resultados nos dan los signos esperados en los parámetros significativos de las primeras diferencias del desempleo y crecimiento, positivo y negativo respectivamente. Frente a un aumento del desempleo aumenta el déficit fiscal en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay; frente a un aumento de la tasa de crecimiento disminuye el déficit fiscal en Chile y Uruguay. Por el contrario, el coeficiente del primer rezago nos da negativo para tres países (Argentina, Uruguay y Venezuela) y positivo sólo para Chile: la explicación que encontramos para éste suceso es que es posible que sus ingresos y gastos fiscales sean muy variables debido a las vicisitudes internas y externas; de esta forma, el déficit fiscal ha sido una especie de salvavidas para acolchonar los imprevistos shocks y vueltas de tuerca en estos países. Una de las cosas que llama poderosamente la atención, es que el parámetro del precio del commodity, salvo en el caso de Venezuela, sea no significativo; que no afecte el resultado de las cuentas fiscales en países mono-exportadores en donde el producto de exportación está en manos del estado o de empresas privadas que pagan altos impuestos, parece extraño. Hay cuatro posibles razones para esto: en primer lugar, puede ser que el aumento del precio del commodity de exportación aprecie el tipo de cambio, perjudicando a otros exportadores a tal punto que el efecto de bienestar no sea efectivo, debido en parte, a menores impuestos, en parte, a subsidios para paliar los peores términos de intercambio; esto podría explicarse para países con portafolios de exportación un poco más diversificados. Segundo, que el aumento de precios de distintos commodities puede estar correlacionado positivamente: así, el aumento del precio del commodity de exportación se podría ver contrarrestado con el aumento del precio del commodity de importación, anulando el efecto (por menores impuestos, por subsidios). Chile, que exporta cobre e importa petróleo, podría ser un buen ejemplo. Una tercera alternativa sería para países que tienen balances estructurales que, a corto plazo, se mantienen más o menos estables, que provocaría que el efecto de un cambio de precios se difumine en muchos años: estos balances se elaboran a partir del crecimiento de tendencia y, en algunos casos –como Chile, de los precios de mediano-largo plazo del commodity de exportación. Sin embargo, esto no quiere decir que no se pueda justificar una cointegración entre déficit fiscal y el precio del commodity (próxima sección); por el contrario, lo que hace un balance estructural es alinearse a equilibrios fiscales acorde a las condiciones de largo plazo y permitir el uso de Política Fiscal contracíclica. La cuarta de las alternativas, es que puede ser un problema de datos o de especificación. Por último, observamos que el parámetro que acompaña a la dummy del Ciclo Político Económico es significativo para Argentina, Paraguay - 30 - Uruguay al 95% de confianza y que Chile y Venezuela tienen coeficientes que están cerca de ser significativos al 90% (86.62%, y 84.34% respectivamente). Schuknecht (2000) y muchos otros estudios (Von Hagen y Harden -1994; Alesina, Hausmann, Hommes, y Stein -1995) explican las diferencias entre la evidencia de política fiscal expansiva pre-electoral más bien nula en países desarrollados con la significativa en los países en vías de desarrollo, por la debilidad institucional de estos: en concreto, la capacidad de imponer normas, de fiscalizar las instituciones, de tener Ministerios de Hacienda fuertes y de establecer leyes que regulen el gasto de acuerdo a una fórmula predeterminada, ayudan a mantener la disciplina fiscal y a prohibir su uso con fines electorales. Desde esta perspectiva, observamos los casos de Chile y Argentina, ambos con cambios estructurales en la función de política fiscal en los años 2001 y 2002, respectivamente. En Chile se observa el mismo año que se implementó la ley de balance estructural, y se ve que el coeficiente de la dummy oportunista para el período 1980-2000 es mayor que para el caso total (1.2 vs 0.95)29 y que está más cerca de ser significativo30 (si es que fuera significativo, podríamos concluir que fue una señal de salud al sector fiscal del país). En el caso de Argentina, con cambio en el año de la crisis -2002, el coeficiente de la dummy para el período 1980-2001 es mayor y más significativo (99% vs 95%). Hay dos hipótesis para explicar este cambio: la primera, que luego de la crisis se toma una actitud más prudente con el uso de la política fiscal antes de las elecciones; la segunda se puede analizar como un cambio en la herramienta de CPE oportunista: mientras que con cambio fijo es efectivo incentivar a la economía a través de un aumento de gasto fiscal, con cambio flexible es mejor hacerlo con política monetaria. 5.2.2 RESULTADOS POR COINTEGRACIÓN Analizamos así, en primer lugar la existencia de cointegración para cada una de las series I(1) de las respectivas ecuaciones de todos los países31. Para nueve de las diez economías, salvo Venezuela, la serie del Déficit Fiscal tiene raíz unitaria: adicionalmente, en todos los casos existe alguna de las variables explicativas que nos permite probar una posible relación de cointegración. La cointegración de éstas variables en ocho de los nueve casos, 29 No contamos con datos suficientes para compararlo con el período 2001-2007. Es significativo al 88.86%. 31 Ver Anexo 11. 30 - 31 - salvo Argentina, existe. Es posible, por tanto, estimar por cointegración el Déficit Fiscal para ocho de los diez países en estudio. En el caso de Argentina y Venezuela, nos quedaremos con las estimaciones preliminares por primeras diferencias. Los resultados para los ocho países con vector de cointegración, que se muestran en el Anexo 11, tienen una capacidad predictiva bastante mayor al caso anterior (en promedio, los modelos de cointegración tienen R ; cercanos a 0.7 mientras que los de primeras diferencias cercanos a 0.4). Es importante notar que la serie de residuos de la ecuación de largo plazo rezagada un período es significativa y de signo negativo para todos los países, con excepción de Chile (es negativa y significativa solamente a un 84% de confianza)32. El ajuste al largo plazo es rápido para Bolivia y Uruguay (coeficientes mayores a 1 en valor absoluto) y es lento para Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y Perú (coeficientes menores a 1 en valor absoluto). Con respecto a la dummy de política fiscal oportunista, vemos que es significativa para Paraguay y Uruguay. 5.2.3 RESULTADOS POR PANEL La estimación por Arellano y Bond nos da parámetros poco significativos: sólo el crecimiento resulta significativo y del signo correcto según la teoría (negativo). Los coeficientes del commodity y de la dummy están muy cerca de ser significativos al 90% (Prob. de 0.11 y 0.127, respectivamente) con los signos correspondientes (negativo y positivo). El desempleo, de signo positivo, es no significativo. Como Arellano y Bond recomiendan, para testear la significancia de los parámetros, procesos de una etapa, corremos el modelo de efectos fijos33, obteniendo parámetros más significativos. La regresión no tiene autocorrelación. Los resultados de esta estimación nos entregan significancia para la constante (-0.3453), el rezago (-0.1074), el desempleo (0.1772) y la dummy de política fiscal (0.8557): solamente el crecimiento y el commodity resultan no significativos. Se permite rechazar la HN del desempleo al 1%, de la dummy al 5%, y de la constante y el rezago al 10%. Nuevamente, 32 El caso de Chile se podría explicar con el cambio estructural en el modelo: separando la muestra para antes y después del cambio estructural, y re-estimando para la primera parte de la muestra (19802001), el coeficiente del residuo es negativo y significativo (la segunda parte de la muestra no se puede estimar por ser muy pocos datos). 33 El test de Hausman nos indica que en éste caso es razonable tomar efectos fijos y no aleatorios. - 32 - como en el caso de algunos países, observamos un coeficiente del rezago negativo, contrario a la intuición. 5. CONCLUSIONES Los resultados generales dependen de la especificación que tomemos. Para la Política Monetaria testeamos con distintas especificaciones de dummies: encontramos que con una dummy que no considera el último trimestre antes de las elecciones, hay evidencia de política monetaria oportunista para Sudamérica al 90% de confianza. La razón de excluir este trimestre estaría dado por la evidencia de un coeficiente negativo para algunos países: nuestra interpretación es que los políticos de aquellos países han comenzado la contracción que indica el CPE después de las elecciones, dado que un aumento hipotético en ese trimestre no produciría efectos en la economía antes de las elecciones. Encontramos también evidencia positiva para el cuarto trimestre antes de las elecciones. Por países, se encuentra evidencia de CPE oportunista en la Ecuación Monetaria para cuatro de los cinco países que cuentan con menor autonomía del Banco Central: Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil. Tomando dummies diferentes para antes y después de la reforma de autonomía del Central, observamos que cuatro de los cinco países testeados incurrían en políticas oportunistas antes de las reformas, y que tres de cuatro dejaron de hacerlo con la nueva condición. Para la ecuación de Política Fiscal, hacemos dos especificaciones por primeras diferencias y cointegración y encontramos evidencia de CPE para Argentina, Uruguay y Paraguay. Para el análisis por Panel, estimamos por Arellano-Bond, que nos entrega coeficientes no significativos. Sin embargo, según los propios autores, la significancia de los parámetros debe verse en estimaciones de una etapa. Así, si nos fijamos en los que arroja un Panel de efectos fijos, que nos entrega un coeficiente para la dummy positivo y significativo al 90%. Para Nordhaus (1975) la principal dificultad de un sistema democrático en donde sus autoridades toman decisiones intertemporales de consumo para la población (a través de la manipulación de las herramientas con que cuenta), es que el peso relativo que le dan al consumo en los períodos pre-electorales es muy alto con respecto al que le dan al resto de los períodos, por un tema de incentivos personales, produciendo una política miope sub- 33 - óptima. Algunas de las soluciones que plantea para evitar la existencia de este CPE oportunista son: en primer lugar, entregar a los votantes la información suficiente para que ellos puedan juzgar y condenar, si así les parece, la manipulación económica pre-electoral de sus autoridades; en segundo, que se le otorguen las herramientas de manipulación (política monetaria, política fiscal) a organizaciones que no tengan el incentivo de llevar estas prácticas a cabo, organismos técnicos o independientes. Cuando los gobernantes tuvieron “oportunidades” de manipular la economía en períodos pre-eleccionarios, lo hicieron: los ejemplos que nos provee el trabajo son bastantes: Chile y Colombia antes de la reforma de autonomía del Banco Central en política monetaria, Argentina en el momento que abandonó el tipo de cambio fijo que le prohibía hacer política monetaria expansiva o Brasil antes de las reformas de 1994. Como la CPE oportunista provoca asignaciones de recursos ineficientes, y uso de herramientas de política errónea, concluimos que para evitarlo, es razonable legislar y regular el uso de éstas, entregar el manejo a manos técnicas y poner a disposición pública la mayor cantidad posible de información (para disminuir las asimetrías). Los pasos que se observan en la región son en la dirección correcta, y procesos como la autonomía del Banco Central o la implementación de un presupuesto estructural, parecen ser exitosos procesos que ayudan a la erradicación de esta conducta. Las conclusiones de Nordhaus siguen siendo válidas. - 34 - 6. REFERENCIAS 1. Aboal, D., Lorenzo F. y A. Rius (2003), “Política Partidaria y Política Cambiaria: La evidencia para Uruguay desde 1920” en Aboal D. Moraes J.A. eds. “Economía Política en Uruguay: Instituciones y actores políticos en el proceso económico”; Montevideo, Ediciones Trilce. 2. Alesina, A. (1987), “Macroeconomic policy in a two-party system as a repeated game”. Quarterly Journal of Economics, 102, august. 3. Alesina, A. (1989), “Politics and Business Cycles in Industrial Democracies”. Economic Policy 8: 55-98 4. Alesina, A. (1988), “Macroeconomics and Politics”. NBER Macroeconomic Annual. Cambridge, MA: M.I.T. Press 13-52. 5. Alesina, A., Londregan, J. y H. Rosenthal (1993), “A Model of the Political Economy of the United States”. The American Political Science Review, Vol 87, N1, pp. 12-33. 6. Alesina, A., y Roubini, N. (1990), “Political Business Cycles in OECD Economies”. NBER Working Paper n3478. 7. 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ANEXOS 7.1 ANEXO 1: ELECCIONES PRESIDENCIALES EN SUDAMÉRICA País Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador Paraguay Perú Uruguay Venezuela Fechas Elecciones (Mes/Año) 10/1983; 5/1989; 5/1995; 10/1999; 4/2003; 10/2007 8/1985; 5/1989; 7/1993; 6/1997; 6/2002; 12/2005 10/1989; 10/1994; 10/1998; 10/2002; 10/2006 10/198834; 12/1989; 12/1993; 12/1999 (1/2000 sv35.), 12/2005 (1/2006 sv.) 8/1982; 5/1986; 5/1990; 5/1994; 6/1998; 5/2002; 5/2006 1/1984; 1/1988 (5/1988 sv.); 5/1992 (7/1992); 5/1996 (6/1996 sv.); 6/1998 (7/1998 sv.); 10/2002 (11/2006 sv.); 10/2006 (11/2006 sv.) 5/1989; 5/1993; 5/1998; 4/2003 3/1985; 4/1990 (6/1990 sv.); 5/1995; 4/2000 (5/2000 sv.); 4/2001 (6/2001 sv.); 4/2006 (6/2004 sv.) 11/1984; 11/1989; 11/1994; 10/1999; 10/2004 12/1983; 12/1988; 12/1993; 12/1998; 7/2000; 11/2006 Fuente: Enciclopedia Hispánica, Wikipedia 34 Este es el plebiscito de 1988, a favor o en contra de la permanencia de Pinochet. Es el único caso de plebiscito en la muestra. Todas las demás votaciones son presidenciales democráticas, con distintos candidatos. 35 Corresponde a la segunda vuelta. - 38 - 7.2 ANEXO 2: DETERMINACIÓN DEL MODELO DE LA ECUACIÓN DE DINERO El proceso autorregresivo se analiza de la siguiente manera. Mostraremos el proceso de esta ecuación para Chile, que es análogo al resto. Usamos: ! "! # $ "$ $%! &' ( $%) & * El gráfico del crecimiento del dinero es: El crecimiento de la serie parece ser estacionario. Para que la serie sea estacionaria, debemos rechazar la hipótesis nula de raíz unitaria a través del test Dickey-Fuller aumentado. En las series de los diez países estudiados, las series aceptan la estacionariedad al 5% de confianza para Argentina y al 1% de confianza para los otros nueve países. Los resultados son los que siguen: Dickey-Fuller Aumentado: se rechaza la HN de raíz unitaria para los diez países. País Prob Argentina 0.0399 Bolivia 0.0000 Brasil 0.0015 Chile 0.0000 Colombia 0.0000 Ecuador 0.0000 Paraguay 0.0000 Perú 0.0000 Uruguay 0.0000 Venezuela 0.0000 - 39 - Rechaza HN Luego, y continuando con el caso de Chile, observamos el correlograma: La serie hay que desestacionalizarla: se nota claramente, en este y otros países que siempre los rezagos 12 y 24 son significativos, pues como es una serie mensual el mes de diciembre, por ejemplo, dependerá del diciembre del año pasado y del antepasado. Luego de desestacionalizarla, mediante el método X11 Census de EViews, seguimos el proceso. En el correlograma de la serie desestacionalizada36 vemos, observando la correlación parcial, que el modelo podría ser un AR(12)37. A continuación estimamos distintos modelos por OLS y obtenemos los criterios de Akaike y Schwarz; algunos de ellos se muestran a continuación: 36 37 Modelo/Criterio Akaike Schwarz AR (15) -3.931091 -3.690251 AR(14) -3.940203 -3.714182 AR(13) -3.950590 -3.739302 AR(12) -3.960943 -3.764304 AR(11) -3.651526 -3.469452 AR(10) -3.632869 -3.465278 AR(9) -3.591257 -3.438065 AR(8) -3.591788 -3.452915 AR(7) -3.595429 -3.470793 AR(6) -3.547582 -3.437105 AR(5) -3.543447 -3.447048 Que no se presenta aquí En este caso, es sólo casualidad que creamos que es un proceso igual al de la serie con estacionalidad. - 40 - Así, el modelo queda para Chile: ! "! # $ "!; != &' ( $%) & * El AR(12) es también el que tiene un R ; mayor (0.191935). Ahora, debemos ver que los residuos de la regresión no sean heterocedásticos o estén autocorrelacionados, lo que provocaría que nuestros estimadores por OLS no fueran de mínima varianza; para esto, utilizamos los tests de White (sin términos cruzados) y de Breusch-Godfrey, respectivamente. La hipótesis nula de homecedasticidad y no-autocorrelación para cada uno de los países no puede ser rechazada, lo que permite que las estimaciones por OLS sean las adecuadas. Los resultados son: Test de White para Heterocedasticidad y Test de Breusch-Godfrey para Autocorrelación: País Prob. White HN White Prob. B-G HN B-G Argentina 0.976466 No Rechazo 0.976472 No Rechazo Bolivia 0.196784 No Rechazo 0.729143 No Rechazo Brasil 0.038532 Rechazo 0.996135 No Rechazo Chile 0.998610 No Rechazo 0.998610 No Rechazo Colombia 0.233602 No Rechazo 0.754392 No Rechazo Ecuador 0.999995 No Rechazo 0.103688 No Rechazo Paraguay 0.153490 No Rechazo 0.114307 No Rechazo Perú 0.123421 No Rechazo 0.000433 Rechazo Uruguay 0.815446 No Rechazo 0.617463 No Rechazo Venezuela 0.903257 No Rechazo 0.929512 No Rechazo Vemos en el correlograma de los errores, que estos se parecen bastante a un ruido blanco (tienen buen comportamiento). - 41 - Comprobamos que los residuos distribuyan normal: Se rechaza la HN de que los errores distribuyen normal. Es un problema que tienen las series de nueve de los diez países (salvo Bolivia); los resultados a continuación: País Media Varianza Skewness Kurtosis Probability Argentina -9.89e-17 0.027521² -0.445229 4.442493 0.000007 Bolivia 1.95e-16 0.021055² -0.011653 3.117392 0.982254 Brasil 0.001508 0.074932² -0.543250 11.74007 0.000000 Chile -2.81e-16 0.028361² 2.809155 22.27687 0.000000 Colombia -2.21e-16 0.014065² -0.168701 5.637375 0.000000 Ecuador 1.05e-16 0.055554² 5.092325 44.25591 0.000000 Paraguay 7.62e-17 0.035258² -0.176208 4.590807 0.000070 Perú 3.76e-17 0.021560² 0.622180 12.16198 0.000000 Uruguay -3.80e-18 0.077897² 0.138472 7.096612 0.000000 Venezuela 1.06e-16 0.034559² -0.105192 5.690483 0.000000 - 42 - 7.3 ANEXO 3: CUALIDADES ECONOMÉTRICAS DE LAS SERIES 7.3.1 ECUACIÓN DEL DINERO Se demuestra que la serie es estacionaria en todos los casos y que los errores de las regresiones son homocedásticos y no autocorrelacionados en nueve de los diez países estudiados -Brasil tiene una matriz de errores heterocedástica, Perú una autocorrelacionada; como es un inconveniente puntual de un par de países, solucionamos el problema corrigiendo la matriz de varianzas y covarianzas por el Método de White y el de Newey-West, respectivamente. Si el problema fuera generalizado, se debería estimar por GLS. Sin embargo, los problemas surgen en cuanto observamos que los errores no distribuyen normal en nueve de los diez casos (salvo Bolivia). Se plantean dos posibles causas: pueden ser provocados por datos outliers o por la desestacionalización de las series, que le quita predictibilidad a los modelos. Se prueba un modelo dejando afuera a los datos extremos, sin embargo, en la mayoría de los casos, el problema se mantiene; también se estima con la serie estacionalizada, sin solución satisfactoria. Al observar la estructura de los errores de nuestros procesos y compararlos a una estructura que distribuya normal -* S12 /, notamos que las diferencias están dadas por una varianza muy pequeña y por una kurtosis muy alta38. Por último, observamos la estabilidad del modelo a partir de los tests de CUSUM y CUSUM al cuadrado: se ve que siete países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay) no son del todo estables y podrían tener un cambio estructural; estos cambios se dan en períodos de reforma. Al separar la serie en dos y re-estimar las ecuaciones, las propiedades estadísticas de algunas de las series mejoran; concretamente, los modelos de antes del cambio estructural para Colombia, Chile, Brasil, Argentina y Paraguay y el modelo para después del cambio estructural para Argentina, aceptan la HN de errores normales. 7.3.1 ECUACIÓN FISCAL Miramos la robustez de los resultados; en particular, hacemos tests para probar homocedasticidad, no autocorrelación, normalidad de los errores y estabilidad del modelo (a través de CUSUM y CUSUM cuadrado). Rechazamos heterocedasticidad, autocorrelación, no-normalidad de los errores e inestabilidad del modelo en el caso de Bolivia, 38 Los tests de la normalidad de los errores y sus momentos se encuentran al final del Anexo 2. - 43 - Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay Perú y Uruguay. El resto de los casos los analizamos por separado: Venezuela: Se rechaza la HN de homocedasticidad al 10% (0.063797). Para solucionar el problema tenemos dos alternativas: estimar por GLS (Mínimos Cuadrados Generalizados) o corregir la matriz de varianzas y covarianzas por el método de Newey-West. Dado que el problema no resulta tan serio (no se está rechazando al 5%), solucionamos por la segunda alternativa. Los resultados del Anexo 11 para Venezuela están corregidos. Chile: Se observa que el modelo puede ser inestable: el test de CUSUM al cuadrado se sale de las bandas entre 2000 y 2003. Vemos si hay cambio estructural en alguno de esos años, a través del test de Chow. En el año 2001 y 2002 encontramos evidencia de cambio estructural, exactamente los años en que se implementó la ley de balance estructural. Argentina: El CUSUM al cuadrado también se sale de las bandas: Probamos si hay cambio estructural en el año 2001: efectivamente lo hay. Evidentemente, el cambio se explicaría por la crisis de ese año. - 44 - 7.4 ANEXO 4: MODELOS Y COEFICIENTES DE LA ECUACIÓN DE DINERO POR PAÍSES País Modelo Akaike Schwarz T; Coef. D1 t-Statistic Prob Argentina AR(17) -4.489215 -4.123743 0.393242 0.005832 1.394134 0.1710 Bolivia AR(11) -4.466794 -4.013020 0.353280 0.016077 1.969168 0.0548 Brasil AR(21) -2.114746 -1.750588 0.618579 0.008594 0.649235 0.5170 Chile AR(12) -3.960943 -3.764304 0.191935 0.004382 1.035695 0.3014 Colombia AR(12) -5.526614 -5.295969 0.213012 0.000792 0.326343 0.7445 Ecuador AR(12) -2.755840 -2.461315 0.184235 0.004724 0.476271 0.6346 Paraguay AR(12) -3.684720 -3.411313 0.234122 0.012816 1.731365 0.0853 Perú AR(18) -4.673941 -4.406842 0.197824 -0.000409 -0.103200 0.9179 Uruguay AR(17) -2.145565 -1.908958 0.122961 -0.013030 -1.107039 0.2692 Venezuela AR(16) -3.718941 -3.417115 0.174598 -0.005127 -0.864618 0.3883 7.5 ANEXO 5: COEFICIENTES DS DE LA ECUACIÓN DE DINERO POR PAÍSES País Coeficiente DS t-Statistic Prob Argentina 0.007086 1.701782 0.0962 Bolivia 0.006396 0.750279 0.4568 Brasil 0.031521 2.398746 0.0174 Chile 0.004449 0.984192 0.3260 Colombia -0.000037 -0.015443 0.9877 Ecuador 0.010480 1.035072 0.3024 Paraguay 0.011532 1.704294 0.0942 Perú 0.001462 0.371152 0.7110 Uruguay 0.003946 0.750279 0.4568 Venezuela -0.002479 -0.419698 0.6752 - 45 - 7.6 ANEXO 6: COEFICIENTES TRIMESTRALES DE LAS DUMMIES DE LA ECUACIÓN DE DINERO POR PAÍSES País/Dummy D3T D6T D9T D12T Argentina -0.015394* -0.001147 -0.005731 0.017812* Bolivia 0.021881 0.024775 0.023890 -0.002746 Brasil -0.040288* 0.051734** 0.022252 0.012366 Chile 0.002532 0.002975 0.002344 0.017032** Colombia -0.003534 0.003601 -0.000543 0.004333 Ecuador -0.011409 -0.002616 0.040629** -0.003649 Paraguay 0.005411 -0.017445 0.019447 0.034502*** Perú -0.011869** -0.004684 -0.004637 0.019036*** Uruguay -0.037161* -0.012185 -0.001543 0.004998 Venezuela -0.007208 -0.000777 -0.004568 -0.007490 *= significativo al 90%; **= significativo al 95%; ***= significativo al 99% - 46 - 7.7 ANEXO 7: AÑO DE LAS REFORMAS DE AUTONOMÍA DEL BANCO CENTRAL EN SUDAMÉRICA País Argentina Autonomía 1992 Bolivia 1995 Brasil 199339 Chile 1989 Colombia 1992 Ecuador 1992 Paraguay 1995 Perú 1993 Uruguay 1995 Venezuela 1992 Fuente: Jácome y Vázquez 39 La constitución de 1988 se reforma en variadas ocasiones a través de mecanismos de voto popular. En el referéndum del año 1993 que decide la forma del gobierno, se hacen las reformas a favor de la autonomía del Banco Central de Brasil. - 47 - 7.8 ANEXO 8: PRINCIPAL COMMODITY DE EXPORTACIÓN POR PAÍSES País Commodity Principal % de la Exportación Argentina Ninguno - × Bolivia Gas Natural 39.5 Brasil Hierro 6.5 × Chile Cobre 30.5 Colombia Petróleo Crudo 19.0 Ecuador Petróleo Crudo 54.5 Paraguay Ninguno - × Perú Oro y Cobre 16.2 y 13.0 Uruguay Ninguno - × Venezuela Petróleo y Derivados 70.5 Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe, 2007 - 48 - Se activa Di 7.9 ANEXO 9: TEST DE RAÍZ UNITARIA PARA LAS VARIABLES DE LA ECUACIÓN DE DÉFICIT FISCAL País/Variable Déficit Fiscal Crecimiento Desempleo Argentina 0.2553 0.0202 0.3605 Bolivia 0.1182 0.2636 0.2713 Brasil 0.2969 0.0053 0.4472 Chile 0.7556 0.0114 0.3816 Colombia 0.3425 0.0793* 0.1104 Ecuador 0.0668* 0.0000 0.0220 Paraguay 0.1267 0.0038 0.2504 Perú 0.5703 0.0158 0.0689* Uruguay 0.1411 0.0238 0.0996* Venezuela 0.0467 0.0028 0.0254 *Se rechazaría la HN de raíz unitaria al 90% de confianza. Trabajamos al 95% Commodity ADF Cobre 0.9975 Gas 0.9332 Oro 0.8713 Petróleo 0.9982 - 49 - 7.10 ANEXO 10: RESULTADOS DE LA ECUACIÓN DEL DÉFICIT FISCAL POR PAÍSES PARA LA ESPECIFICACIÓN POR PRIMERAS DIFERENCIAS40 País Cte dDF-/ dDF-2 dU dy dPC Dummy Argentina -0.673304** -0.344627* 0.461541** 0.218933* 0.059362 - 1.067036** Bolivia -1.786270 -0.012464 -0.465065* -0.197446 0.532938 0.987551 1.368093 Brasil -0.149480 0.105140 - 0.240942 0.276837 - 0.270550 Chile -0.414123 0.155583* - 0.206900* -0.175995** -1.044821 0.727287 Colombia 0.039462 -0.144492 - 0.302067* -0.209415 -0.043353 -0.342260 Ecuador 0.113232 -0.241022 - 0.398657** -0.046829 -0.067077 -0.792279 Paraguay -0.796599* -0.223625 - -0.020907 -0.101643 - 2.155945** 41 Perú -0.597692 -0.180032 - 0.312015 -0.115409 0.009578 -0.062154 -0.431659 Uruguay -0.261723 -0.542601*** - 0.838029*** -0.130389** - 2.709907** Venezuela 0.019945 -0.302367* - -0.197187 -0.026342 -0.197265** 1.831767 *= significativo al 90%; **= significativo al 95%; ***= significativo al 99% 40 Los Coeficientes correspondientes a crisis, que no se consignan, en general tienen signo positivo. Este coeficiente pertenece a la diferencia en el precio del oro, el segundo a la diferencia en el precio del cobre. En las tablas de más adelante se procede de manera similar. 41 - 50 - 7.11 ANEXO 11: COINTEGRACIÓN DE LAS VARIABLES Variables de la Ecuación de LP País Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia 42 Ecuador 43 Paraguay Perú Uruguay 44 Venezuela DF U DF y U PC DF U DF U PC DF y U PC DF PC DF U DF U PC DF U - Cointegran ADF Residuos × 0.1078 0.0092 0.0900 0.0018 0.0136 0.0630 0.0707 0.0118 0.0001 - - DFDéficitFiscalOyCrecimientoOUDesempleoOPCPreciodelCommodityrespectivo 42 Cointegra solamente al 10%, no al 5%. Cointegra solamente al 10%, no al 5%. 44 Venezuela solamente tiene una variable I(1) –el petróleo, por lo que no puede cointegrar. 43 - 51 - 7.12 ANEXO 12: RESULTADOS DE LA ECUACIÓN DEL DÉFICIT FISCAL POR PAÍSES PARA LA ESPECIFICACIÓN POR VECTORES DE COINTEGRACIÓN - 52 -