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3 -----L A C A M P A N A D E P A L O
de
E
Q im fejiM
• ■•
QUIEN SE SIENTA SE DUERME
L asesino alevoso y sañudo, el enemigo de los miserables vagabundos, de lo«
hogares miserandos y desnudos, de los sin techo, se apareció con su cierzo, co­
mo guadaña, y sus noches de lancinante inclemencia para apuñalar a quienes
por distracción u olvido involuntario, se quedaron durmiendo sobre un banco de la
plaza y amanecieron muertos en los umbrales de las casas. Existen criaturas curiosas
y de criterio tan peregrino, que se distraen y mueren, mueren de hambre y de frío.
Es e! invierno el gran culpable. Sí, es la injusticia del invierno, que para unos sig­
nifica deslumbrantes “soireés”, abrigo tibio y dicha, satisfacción material de se n tir»
a cubierto de no morirse de hambre y de frío, como cualquier atorrante, y para otros,
los más, la inmensa m a y o ría ... No; no seguirem os... Ya se sabe lo que le acontece
en cada invierno a esos otros, la inmensa m ay o ría.. . ¿P ara qué repetir e.<a antífona
con diferentes palabras, vacías de sentimientos y repletas de un manfichismo plató­
nico, a la p ar de nuestros colegas"?
Un famoso médico francés, en la desastrosa retirada del ejército napoleónico a
través de los campos helados de Rusia, había inventado casi una feliz fórmula, o rece­
ta para solucionar el Enojoso percance de los miles y miles de soldados, perecidos por
el frío. Consistía en esta sencilla cuan breve y axiomática sentencia: “Quien se sienta,
Be duerme; quien se duerme, se muere”.
¿No les parece que la fórmula del médico francés sea un remedio eficaz, y tam­
bién una medida oportuna p ara atajar, limitando el radio de alevosa acción de
ese asesino despiadado y cruel?
Así mismo, esa receta podría ser una oblea tonificante para la conciencia de genf t e medrosa y tim orata; aqudlla que, no poseyendo el valor de soportar el peso de
;í ■sus maldades, experimentan los mordiscos del remordimiento al creerse culpables d*
los que murieron de frío y de hambre en la calle. Ellos, los acaparadores, las urraca*
de la humanidad, podrían entristecer, enferm ar sabiendo que por sus sucias especu*
laciones sobre el trigo, la vivienda y el trabajo humano en general hay criaturas siB
s»,'’ un pedazo de pan ni un cubil p ara no m orir de frío. No, estén tranquilas. La gran■»••«i.dísima culpa la tiene el invierno y quienes' fueron tan distraídos de no percatara»
“£" que quien se sienta se duerme y quien se du erm e.. . etc.
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LA C A M P A N A DE
P A L O ----- 4
Rogamos a la. municipalidad que ponga tm práctica el remedio salvador. Y así
<<>ino existen carteles haciendo propaganda p ara aminorar las víctimas de la tuber­
culosis, no escupiendo en el tranvía y eu la calle, debe también fijarse en plazas y
esquinas la sentencia axiomática del médico francés: Q uien se sien ta se d u e rm e ; quien
se d uerm e se m uere.
UNA JUSTICIA .. .
K1 envío du la intervención a San Juan fue resuelto por una mayoría abrumadora.
Hubo S4 votos contra tres. Pareciera que esta unanimidad fuese la voz genuino, de
una justicia refaccionada y pintada con ripolín a fin de brillar, deslumbrar y cegar
a la opinión pública.
No hay duda, fué una justicia cortada a la medida del cantonismo. No defende­
mos fil crimen, viniendo de quien sea, ni cometido en nombre' de las más sacrosantas
doctrinas. Y menos so capa de un zafio cleetoralismo politiquero.
I’ero e] repentinismo catonista, la indignación de una exhnberancia tropical de los
“padres do la p a tria ”, nos suenan a falso.
¿Quién sabe si el vinito, e] mosto generoso de Jas viñas de San Juan tiene su
participación en la efervescencia de esa justicia que trata de abogar al cantonismo?¿No afirmaba Schopenhanw, o ese famoso filósofo Pero Grullo, que las apariencias!*
engañan '!
¡Buenos están los putXrecüos para dictar cátedras do mora)!
HUMORISMO BUROCRATICO
L gobernador de -Jujuv, además de ser un raro ejemplar entre la parasitaria
fauna de la burocracia del Estado, posee una gracia campechana que hace las
delicias de los jujueños. Recuérdese los carteles que hiciera fija r en los pasilios y Jüs salas de la Casa do Gobierno, y se comprobará nuestra razón eu atribuirle
jocosidad a un personaje que debiera ser ceñudo y severo.
En sustancia, ¡a leyenda de esos carteles exhorta a los “correligionarios y ami­
gos”, que en vez de aprisionarse en un empleo de poca monta y de escaso sueldo,
debían cultivar la tierra, criar o cuidar vacas, cerdos o gallinas, o vender artículos de
almacén detrás de un m o stra d o r... Y se añadía textualmente: “ganará más que
en el empleo humilde que piden, y serán hombres libres".
Pero, p ara ascender a esa hipotética dignidad, existe un pequeñísimo obstáculo,
para esos modestos postulantes. Y es que para cultivar la tierra, hay que poseerla
en mayor o menor cantidad, o conchabarse a un patrón; para criar gallinas, vacas,
cerdos, idem; para vender hay qu;< tener plata p ara c o m p ra r... En fin ,el propó­
sito será muy loable, noble y regenerador, pero para ellos es irroalizab'e.
Naturalmente que nuestros argumentos son Imladíos. Mas, cuando es*e Swift, trajeado de gobernador, hace la salvedad q ie esa 1dignísima medida no reza sobre
E
todo para los <><c ¡lena» fu n cio n es delicada*, que requieren preparación e in te lig en ­
c ia ” so asemeja a un señor, quien, con un oigarri'lo en los labios, sorprende a
un chiquillo fumando y le dice:
—Es una vergüenza <¡u.'- a tu edad fumes.
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LA C A M P A N A DE P A L O
Y el muchachueio, vivazmente le replica:
—Bueno; entonces tiraremos el c ig a rro ...
Nos parece que esta gobernador no es tan necesario como él simula creerlo, y
•que también podría cultivar la tierra, criar cerdos, vacas y etc., lo que sería un estimu­
lador ejemplo. Eso, a pesar de “su preparación e inteligencia”. No pensaremos nun­
ca que las funciones del Estado le absorvan todo su tie m p o ... Pues el que le sobre,
dedíquelo a la agricultura, lo que es muy sano y, sobre todo, saludable para eJ seden•tarismo inveterado.
LA PRENSA INDEPENDIENTE
OR los cables transoceánicos hace nuiclio tiempo circula, va y viene, aparece,
desaparece, para retornar y volver a asomarse en las planas de los diarios di­
minutos y grandes, la infausta noticia anunciadora de un congreso del cuarto
poder, a reunirse, uno, el primero, en Buenos Aires, y e! otro, el segundo, panameri­
cano, en Nueva York.
Desde ya sabemos lo que lia de acontecer y las palabras y los palabrones que
vertirán en loor de unos a otros, felicitándose de babor cercado al mundo, maniatán­
dolo en una vasta red de mentiras y sepultándolo bajo el peso aplastante de infun•dios verdaderamente colosales.
Pero al final de los gargantuescos banquetes, no se les de la malhadada ocurren■<jia de brindar como siempre en honor de una prensa in d ep en d íe n le , — mito lejano,
-existente sólo en un distante planeta — porque
puede dar el caso que resurja un
muevo John Swinton, quien sobre las testas calenturientas — por efectos alcohólicos —
-de sus colegas; vuelque varias palanganas de agua helada.
P a ra edificación de nuestro colega u rh i et o f bes, reproduciremos esa ducha fría,
suministrada tan oportunamente en un congreso similar, celebrado en años pretéritos.
Hela ahí:
Osadamente habéis brindado por la Prensa Independiente. Incautos, falsos y va­
nidosos, habéis osado a rro ja r tam aña afirmación que es una mentira solemne. Pero
en todas las dos Américas no existe nada que se parezca a ú n a prensa, que poséala más
'.leve independencia mental para decir 1a verdad desinteresadamente. Vosotros, segu­
ramente, lo sabéis como vo, y os queréis chancear conmigo. Entre vosotros, no hay
uno que se atreva a escribir honradamente sus opiniones, y si lo hicierais, sabéis de
antemano que no se publicarían. A mí se me paga 150 dólares semanales para escri­
bir al gusto y mayor placer de mis directores.
Y todos vosotros por una actitud semejante, recibís salarios de la misma cantidad,
•unos "más, otros menos. Y quien fuese ta n escrupuloso con su conciencia de no avenir­
se a la mentira, a la calumnia, al falso rumor propalado con fines inconfesables, im­
puesto y dictado por el director, el accionista o el administrador, prestamente se
vería en la c a lle ... Y lo que es más, boycoteado, marcado a fuego, como un tonto
peligroso, que al no cuidar los intereses del patrón que le paga, nunca sabrá cuidar
¡los suyos.
P
En pocas palabras: él trabajo del periodista en Nueva York, (y me imagino
•será, igual en todas la s latitudes) es destruir diarimente la verdad, mentir indigna­
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LA C A M P A N A DE
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mente, envilecerse, prosternarse a los pies de Mammón, y vender cuando le convenga,
su raza, su país, por la pitanza y el pan cotidiano... Y vosotros lo sabéis como y o ...
1Que ocurrencia más malhadada, qué locura Ja vuestra, brindar por la Prensa Inde­
pen d ien te... Somos los juguetes y los vasallos de los capitalistas, que están entre
los bastidores. Somos muñecos: ellos tiran del hilo y nosotros danzamos al son que
nos tocan, que es siempre oi sonido tintineante de las monedas.
Nuestros talentos, nuestras posibilidades y nuastras vidas, son propiedad de otros.
Somos prostitutas intelectuales” . . .
V
Ya saben, señores concurrentes ai magno congreso de la cuarta arma. las men­
tiras asfixiantes del capitalismo; no brinden por la prensa independiente, porque
John Swinton, puede salir y darles un susto mayúsculo.
ASESINATO DE ÍTN PUEBLO
Europa, la del ".jazz-baiup, la de los trapícheos diplomáticos, la del agiotaje,
la devoradora de existencias miserandas p ara hacer de la vida un continuo festín;
Europa imperialista y devanadora de. las doctrinas más absurdas y criminales, se ha­
lla al punto de cometer una nueva monstruosidad que si llega a realizarla, quizás
labre su misma ruina.
Una locura lucida y fríamente utilitaria, en contraposición de lo más noble que
posee nuestra espacie, — e! sentimiento de solidaridad — se lia posesionado de quie­
nes pretenden erigirse en conductores de los destino* de Ja humanidad.
El incendio de ('hiña, los disturbios de la población del extremo oriente, provoca­
do por las infamias, la explotación inicua de las potencias — Oran Bretaña, Norte
América. Japón, etc. — ; eJ envenenamiento por el opio y otro s e stu pefa cien te» —
que produce pingües entradas para la administración inglesa — hizo estallar lo que
ahora la diplomacia subterránea achaca a la diplomacia bolchevista. El bolchevismo
en Asia no es una cansa, es sólo un efecto.
Y, para detener el turbión que avanza por Oriente, los poderosos de Europa a r­
man a ese pobre ser, — el Duque Nicolás, irresponsable e inconsciente — para cru­
cificar por centésima ve/ al pneb'o ruso. Esto hecho, dá la medida del fementido p a ­
triotismo de los que disponen de una raza, de su raza, como si fuese ganado para lle­
varlo a! matadero, y, los que se salvaren, uncirlos al yugo de una esclavitud que sien­
do bolehwiqni, sería Juego monárquica, republicana, pero ahorca y esquilma eou
la misma ferocidad.
En París, que cambió su patrimonio de luz por el troglodítico de las armas,
se fragua asa sórdida conspiración para asesinar a todo un pueblo.
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CmatUcq
frxótUop .
E L
T A L I S M A N
UÉ fie sta , a h qué
fiesta, h o m b r e
m ió! Mis oídos es­
tá n llenos to d av ía
de los ru id o s y del
arm onioso ra s g a r
de la s c í t a r a s . . .
C u á n ta riqueza,
q u é p ro fu sió n de regalos, c u á n ta ábund an cia en t o d o ...
¡P o r A llah! T a n to la v ista se se n tía
a tra íd a , eomo la boca se h a c ía a g u a . ..
Ñ o sab ía b ie n si las m ira d a s e x p e rim e n ta ­
b a n m a y o r goce e n la contem plación de
la s joyas, d e la s p e d re ría s y d e la s telas
.b o rd a d a s, o la gula, a la v is ta de la s
g o losinas, pasteles, to r ta s en a l m í b a r ...
S í, m i hom bre, es p a ra no creerlo , s i no
lo hub iese visto con m is propios o jo s ...
A icha, d eslu m b ra d a p o r la c erem o n ia
fa stu o sa , h a b ía co rrid o sin to m a r alie n to ,
p a ra c o n ta rle a su m arid o la s bodas de
la h ija del m oukdar, que casábase con un
sa rg e n to ’ recién llegado de la g u e rra . Los
‘.uroos entonces co m b atían a los in fieles
g rieg o s. E l sai-gento ese no d eja b a de se r
u n b u en m u ch ac h o ; poseía bienes p ro ­
pios, hijo , n ie to y b izn ieto tie m o u kd a r,
lo m ism o que la novia, y de ta n b u e n a
p re se n e ia q u e a l p a s a r del b razo de la
d esposada, e n tre las dos h ile ra s de m u je­
re s c u b ie rta s p o r espesos velos, m ás de
u n a m a d re h u b iese q u erid o te n e rlo de
y ern o y m ás de u n a h ija como m a rid o . Y
todas, a u n a riesgo d e c o n tra v e n ir las
p ro h ib icio n es, se le v a n ta b a n el velo, so­
la m e n te u n poquito, a fin d e se r v ista s
p o r él. C o n tinu ó c h a rla n d o A ich a:
— Y la re c ié n c a sa d a ;qué b ella es! ¡qué
bien y qué lu jo sa m e n te e sta b a a ta v ia d a !
Im ag in a , pues, diez nu ih m o u d iés (m o n e­
da, cuyo v alo r ap ro x im ad o es el d el a n ti­
guo N apoleón fra n c é s ), im a g ín a te t ú diez
veces cinco m onedas de o ro a lre d e d o r de
s u cuello, b rillan d o com o ta n to s soles.
S u ficien tes p a ra c o m p ra r todo lo q u e n o ­
so tro s poseem os: n u e s tra casa, n u e s tra
ti e r r a y la tie r r a y la c a sa d e m i h e r­
m ano, a sí como tam b ié n la tie r r a y la
ca sa de tu propio h erm an o . ¡Q ué m a g n í­
fica copla h a c ía n los d o s!”
E l h o m b re se so n rió ; s a b ía a su m u je r
A icha b a sta n te codiciosa. Más el sarg e n to
y su n o v ia p o d ía n m u y b ien fo rm a r u n a
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p a re ja en can tad o ra. ¿E s que ellos ta m ­
bién no te n ía n un soberbio hijo, de u n a
p re s ta n c ia a p ru e b a de to d a co m paración,
ta n soldado como el o tro y que p a rtió
h acía c u a tro añ o s p a ra h a c e r su servicio
en alg ú n lejano país árabe, y que pro n to
re g re sa rla , pues y a h a b ía sido licen cia­
do? ¡P o r A llah, su hijo v alía m uy bien
p o r todos los h ijo s de los m o n k d a r s f
— M ujer, no se de'ie e n v id ia r la riq u eza
de los otros.A llah nos dió lo que n o s h a
dado. N osotros poseem os los dos brazos
de n u estro hijo p a ra sostén d e n u e stra
vejez. R oguem os a Dios que nos le de­
v uelv a sano y salvo y si no so tro s m u rm u ­
ram os, sea rezando acciones de g racias.
E lla lo re c rim in a :
— L a v id a es m uy d u ra ; ap e n a s si po­
dem os com er p a ra sa tisfa c e r n u e stra h a m ­
bre. ¡Ah! esos m a km o u d ié b rilla b an m ás
que el sol.
Y
u n a có lera so rd a em pezó a poseerla,
m ezclada al disgusto de sa b e r que su h i­
jo esta b a ta n lejn-.. ta n lejos. E lla h u b ie­
se dado la m itad del p a ra íso que le toca­
ra e n la o tra v id a con ta l do que su m u ­
chacho se h u b iere casado hoy con e sa jo­
ven bella y rica. C ie rta m e n te podían e s ta r
orgullosos de su v ástag o ; sin em bargo,
¿cuál m o u k d ar o q ué notable condescen­
d e ría n a d a rle su h ija ? ¡E llos e ra n ta n
pobres! P a ra ellos no e x istía n no v ias con
vestidos bordados de oro y con inahm oudit: alred ed o r de su cuello. ¿Q ué dote tr a e ­
ría la que c a sa ra con su h ijo ? ¡T al vez
dos hueyes y diez carnero s!
D u ra n te todo el dia no p ie n sa m ás que
en esa fiesta, en la com ida copiosa, en el
boato de esa riqueza, en la ra d íe n te ca­
r a del sargento y con la esposa y su s maTi•niondié ta n d eslu m b ran tes. D u ra n te to ­
do el d ía ru m ia y piensa, a la ta rd e y to­
d a v ía h a s ta to d a la noche. S u eñ a ltiegf,
con todo lo que h a b ía pensado en el d ía, y
a la m a ñ a n a sig u ien te, tem p ra n o , se d i­
rig e a la casa donde se c e le b ra ría la
boda.
Los festejos deberían, d u r a r tre s días
y d u ra n te ’ todo ese tiem p o no hubo m á s
que canciones, juegos, com idas, risa s e
h is to ria s m a rav illo sas que se cru z a b a n en ­
tre los convidados, sentad o s a la s m e sa s
sie m p re tendidas.
E n el aposento nupcial, e x te n d id a sobre
un d iván, la bella desposada se h a lla b a
inm óvil, en la m ag n ifice n c ia de su s a ta -
PALO'
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, con los diez m ahm o u d ié que b rilla ­
ban en su cuello como diez soles. Cada:
vez que A icha lleg ab a a e n tr a r en e sa es­
ta n c ia , e sta b a a p u n to de llo ra r dé des­
pecho y d isg u sto ; y b ien pro n to , p o r m ie­
do ú e com eter a lg ú n » im p ru d en cia, em ­
pezó a esq u iv a r los convidados, no fuera,
que la echasen. D espués de un rato reg re­
só triste m e n te a su choza, en el extremo»
«puesto de la a ld e a ; h a c ia su choza tan.
pequeña, ta n m ezq u in a y ta n p o b rem en te
c o n stru id a y tan a isla d a que de nochese v eía a. los lad ro n es ro n d a rla . E n m u ­
chas ocasiones p u d ieran c o n sta ta r la fa l­
ta de u n a g a llin a , de un c a rn ero desapa­
recido del cercado, cerca de la habitación..
Los bandidos, p or c ierto , no e n tra b a n
ta n fác ilm en te e n las casas de los ricos.
Si se les ro b a ra u n capón, ¿qué co n taría;
p a ra ello s? E n cam bió, p a ra los pobres,
u n solo pollo m e rm a ría su m iserab le pa­
trim o n io .
t ío s
—O rdenad, o rd en ad , el e s p íritu a c u d íyo sé la p a la b ra m ág ica que lo a tra e .
S alu d , poder, o ro ; m an d ad , a u n a eolíu*
p a la b ra obedecerá.
, E r a u n sa n to v a ró n se n ta d o en el su e­
lo, a n te u n a m esa c a rg a d a de objetos hete ró c lito s: p ep ita s de alg arro b o , pieles de"
serp ien te s, esqueletos de p á ja ro s de la
In d ia y d iv erso s un g ü en to s. E l hom bresa n a b a la s enferm ed ad es, d esh acía los
so rtileg io s y u n a s c u a n ta s cosas m ás.
Su lu en g a b a rb a le lleg ab a h a s ta el v ien
tre y su cabeza, e n v u e lta en u n tu rb an tevolum inoso, se asem ejab a a un hongo g i­
gantesco.
H a b ía lev an tad o su tie n d a a m b u la n te en
fre n te de la casa, dóud 3 se c e le b rab a la.
boda y u n a m uchedum bre se a p iñ a b a a tu
a lred ed o r, com p rán d o le rem edios, u n es
p a ra los an im ales, o tro s p a ra su s h ijo s,
su m u je r o p a ra ellos m ism os. Dos e n a ­
m o rad o s so licitáb an le el filtro que a b la n ­
d a la in tra n sig e n c ia d é los padres.
— O rdenad’, o rd en ad, yo sé la p a la b ra
*
que a ir a e el e sp íritu .
v
A icha se acercó cu rio sa. E l sa n to varóna c a b a b a dé d e sa n u d a r la len g u a a u n m u ­
j o y ¿revolver el uso de su s m iem b ro s a- . *
un p aralítico .
—O rdenad, ordtenad, yo sé la p a la b ra ,
que a tra e a los espíritus;.
' ’.V
— S an to v a r ó n — p re g u n ta A ich a — ¿tút
Tá;
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•«
•puedes sa b e r lo que a to rm e n ta m i co ra ­
zón?
—E l ra tó n es el te r r o r fiel m ercad er.
.¿ P o r qué? P re g ú n ta se lo á l fondo roído
<de su s odres. ¿Q ué co n tien en esos o d res
sin o l a d u lz u ra , la p im ie n ta, la sal, to ­
do lo que h ace a g rad ab le la vida, en
fin, todo aq u ello que so lam en te se adquie.
re con oro, con oro c o n ta n te y so n a n te ?
.Es q ue el oro es el an teo bien de n u e stra
•existencia.
A icha tuvo u n estrem ecim ien to . Se dió
v u elta. E n fre n te , allá, en la e sta n c ia
n u p cial de esa casa s a lía n canciones, Ti­
esas y g rito s de aleg ría.
— S an to v aró n , tu c ien c ia es m u y g ran •de — m u rm u ró e lla to d a em ocionada. —
H e visto la joven desposad a que te n ia
a lre d e d o r de su cuello diez m ah m o u d ié
•d eslu m b ra n tes como soles. Yo q u is ie ra po­
seerlos.
E l sup u esto hechicero « ie r ra su s ojos
/ .y em pieza a m u r m u ra r u n a p leg a ria. Un
¿segundo tra n s c u rre . L uego, de u n cajon•cito, e x tra e u n triá n g u lo m in ú scu lo de
•tela, c u b ierto d e in scrip cio n es b iz a rra s.
■
—M ujer, — exclam a — si tú te a v ie n e s
f á p a g a rm e el v a lo r de tr e s m e d id as de
i®, m a íz , h e a h í u n ta lism á n . D esea todo lo
q u e a u n se r h u m an ó le es* p e rm itid o de­
se ar, y el e s p íritu te obedecerá. Yo solo
Soy q u ien n a d a puede p ed irle.
A ich a esboza u n gesto de re p u lsa , am e­
d r e n ta d a p o r te n e r que p a g a r la s tre s
m e d id a s de g ran o , precio e x o rb ita n te p a r a
••sus escasos recu rso s. E l a n cia n o , e n to n ­
c e s, a g re g a v iv azm en te:
/ — Y a veo que e re s u n a b u e n a m u je r y
i q u e A llah q u ie re p ro te g e rle . É l m e inspir a p a ra que te h a g a un regalo. Yo no te
■ •exigiré tr e s m ed id as, n i dos y m edia, n i
•asim ism o dos. Yo solam en te te pido u n a
m e d id a y m ed ia: u n a m is e ria en com pa­
ra c ió n de los in n u m e ra b le s m ah m o u d ié
i, q u e t ú p o d rás obtener.
A ich a re g a te ó d u ra n te a lg ú n tiem po
y a l fin ob tu v o el ta lis m á n p o r u n a sola
" m ed id a.
—’M ujer, — en carece el a n cian o — m o­
d era» tu codicia .y tu s deseos, p u es los
• •• *”
a p etito s e x ag erad o s d is g u sta n a los es­
p ír itu s .
E n seg u id a le in d ic a la s fó rm u la s y los
rito s , p o r lo d em ás asaz sim ples, p a ra in ­
v o car los esp íritu s.
—E scoge u n m o m en to e n e l q u e n in ­
g u n a perso n a te p u ed a v er y después de
h a b e r a b razad o tre s veces el ta lism á n ,
te b a s ta rá lla m a r: R u h m ilm o th . que es el
no m b re del e sp íritu , y d e c ir p o r seg u n d a
vez: R a k m ilm o th , por e ste ta lism á n Que
« » c ie rra la V uve de tus ¡secretos, yo te
ordeno que m e obedezcas. Y entonces tú
d irá s lo que q u ie res o b ten e r y tú lo te n ­
drás.
A icha re g re s a a su casa em ocionada,
e n c a n ta d a y u n poco in a u ie ta , c e rran d o
bajo su s m ú ltip le s velos y c o n tra su seno
el ta lis m á n precioso. T uvo b u en cuidado
de no re v e la r a su m a rid o el g a sto re a ­
lizado. No p orque tu v ie ra m iedo q u e la
m a ltr a ta r a y re ta ra , que, v a lie n te y fu e r­
te , sa b ía d efen d erse, sin o tem ie n d o que
pu d iese p e rd e r su p o der m iste rio so si !•>
d iv u lg a ra ,
Y
en e sa ta r d e n a d a d ijo de los malím oudic, de los cu ales no h a b ía cesado de
h a b la r desde la v ísp era. S u m arid o , e n g a ­
s a d o p o r ese silen cio , la dijo :
—E s u n a felicid ad que te h a y a s lib ra d o
de e sa obsesión. Y a e ra h o ra. H ay que
c o n te n ta rse con lo que u n o tiene.
¡Ah! oon q u é g a n a le h ubiese g rita d o
qtie n o e r a m á s q u e u n to n to ; q u e eUa
poseía u n te so ro ; que si lo d e seara, ve­
r ía su m an o lle n a de oro, ¡qué digo!, la s
dos m anos, su s bolsillos, los tu rb a n te s y
allá, a rrib a , sobre los esta n te s, to d a s las
c a n a sta s d e la s p ro v isio n es. Q uiso conte­
n e rs e e n su s deseos, p e ro y a cre ía verse
a ta v ia d a eon dos h ile ra s de m a h m o u d ié
a lre d e d o r de su cuello. ¿S o lam en te dos?
No, c u a tro , cinco, s e i s . . . P e d ir ía ta n to s,
de m a n e ra que la h ija del m o u k d a r p a re­
ciese u n a p o b reto n a a l lado suyo.
L a cena, p o r to d a s esta s cav ilacio n es
fu é m u y silen cip sa. E l m a rid o in te n tó en
v ano h a c e rla h a b la r. Con u n esfu erzo v e r­
d a d e ra m e n te heroico, e lla pudo co n ten er
¿V ’
JSTo hay que escribir sino én el momento en que cada vez que mojas
■: 3a pluma en la tinta, un girón de la carne quede en el tintero.
TOLSTOY.
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LA C A M P A N A DE
la com ezón de su lengua. P o r o tra p a rte ,
d eb ería se r u n a so rp resa p a ra él.
A hora, ¿cóm o h a r ía el e sp íritu p a ra
tr a e rle los truihm oudiét ¿V ería el e sp íri­
tu ? ¿ E n c o n tra rla los 'm ahm oudié bajo su
alm o h ad a? A m enos que ca y eran en la
o lla en 61 m om ento que e sta b a p o r coci­
n a r . . . ¿O los e n c o n tra ría sim p lem en te
a n te la p u e rta ? ¿Cómo su ced ería? ¿Cómo?
L a cena concluida, se en cam in a a u n
rincón, y, y a sola, a b raz a tres veces el
ta lis m á n e hizo el llam ad o convenido.
— R ah m ilm o th , por este ta lis m á n que
c o n tien e la íiave de tu s secretos, yo te
ordeno que m e obedezcas. Yo q u iero q u j
m e tr a ig a s . . .
T itu b ea un m om ento sobre la cantidad
y el n ú m ero , reco rd án d o se que el san to
v aró n le h a b ía recom endado que no fu e­
ra codiciosa. Su corazón p alp ita b a . ¿C u á n ­
to s p odia p e d ir?
¿D iez m a h m o u d ié?
¿V einte? ¿ T re in ta ? Al fin se decide.
— R ah m ilm o th , yo q u iero que me tr a i­
gas v ein te m ahnw uA ié.
E n el in s ta n te que ella h a b ía p ro n u n ­
c iado esa p a la b ra , un su b itá n e o golpe de
v ie n to hizo te m b la r la p u e rta de e n tra d a .
A ich a tuvo m iedo; le parece p or prim eva
vez, que su c ifra era m uy alta . T al vez
d e b e ría co n te n ta rse con diez m a h m o u d ié,
como la desposada. L la m a r o tr a vez al
e s p í r i t u .. . ¿Y si se irrita b a ?
— P e d í v einte, — y s u s p ira to d a an g u s­
tia d a ; en su corazón o ró a D ios a fin de
que acced iera a s u deseo. U n poco tr a n ­
q u ilizad a, se acu esta al lado de su m arido.
No pudo c e rra r los ojos. Se a g ita b a
c o n tin u am en te y su p en sa m ie n to no ce­
sab a un in s ta n te de tra b a ja r.
—¿De qué m odo el e s p íritu m e tr a e rá
lo que le pedí? ;Qué c a m b io ...! ¡Qué
g ra n fo rtu n a te n d re n n o s.. . ! Oro, oro y
m ás oro.
H izo m iles p royectos: se b a ria co n s­
tr u ir una. casa, a llá abajo, en el m edio de
la aldea. U na casa con to d a s la s piezas
que n e c e sita ra . Y a s í d a ría u n a fie sta
cuando se c a sa ra su hijo. Y ella, la rnadre,
se a ta v ia ría con vestid o s b o rd ad o s de
o ro y a- su cuello lle v a ría ta l n ú m e ro de
h ile ra s d e m a h m o u d ié que le lle g a ría n
h a s ta la c in tu ra y b rilla ría n com o ta n to s
soles. Y tam b ién te n d ría u n a m a le ta p a ra
esconder to d a s las riq u eza s y so b re todo
el ta lis m á n a íin de d efe n d e rla s de los
P A L O ----- 10
sirv ie n te s y de los lad ro n es. ¡Ah! esosla d ro n e s c o n stitu ía n su pesadilla.
E l ta lis m á n ap retad o p or su m ano, e lla
se estrem ece to d a y lo o prim e c o n tra sn
corazón. ¡Baii, ta ita so lam en te u n a noche.’
A-demás, ¿q u ién podía sab e r que ex istía
u n ta lism án en e s a casa? ¡Qué le im p o r­
ta ría q u e le lleva sen uno o dos carneros}
No se tr a ta b a de an im ales. ¿C u án to s no
h a b ría podido co m p rar con ese d in ero ?
P ero , ¿ p o r qué el e sp íritu ta rd a b a ta n to
e n v e n ir? P ie n s a n u ev a m e n te cuál m e­
dio esco g ería el e s p íritu p a ra re m itirle
ese dinero. Al a z a r, d esliza su m ano ba­
jo la alm o h ad a. N ada. Se esfu erza p a ra
c o n se rv a r su p acien cia d u ra n te a lg u n o s
in s ta n te s m ás. Luego, no pudiendo conte­
n erse m ás, fu é a b u scar en las c a n astas de
la s provisiones. N ada, n ad a . V uelve al le­
cho. Su m a rid o co n tin u a b a d u rm ien d o ,
con el sueño de los sim p les a q u ien es n in ­
gún deseo m u y alto les viene a tu rb a r.
—¿Cómo y de qué m a n e ra el e s p íritu
tra e rá ¡os m a h m o u d ié ?
“v
De p ro n to se oye el ru id o de u n paso
*
lejano, em pero d is tin to ; pasos sobre la
i
g ra n ru fa . E l e sp íritu . ¡Sí, debe se r él!
No p uede se r m ás que el e s p íritu a esta:
h o ra ta n avanzada. T en d ien d o el cuello
h a c ia ese ruido p o rta d o r de una gran es­
p e ran za. A icha espera, a n h e la , llam a y
con to d as su s fu e rz a s q u is ie ra a tra e rlo .
H e aM que se acerca. Se h a lla próxim o.
E s tá allí. T a n te a el u m b ral. E n sa y a a b r ir
la p u e r t a . . . ¿Cómo es que los e sp íritu » '
no p u ed en e n tr a r sin 'a b rir la s p u e rta s?
E l m a rid o se d e sp ie rta en u n so b resal­
to.
— ¡Los ladrones, A icha!
—¿Los ladro n es?
R epite e sta s p alab ras, su sp e n d id a to d a ­
v ía e n tre el ensueño y la re a lid a d :
— ¿Los lad ro n es? ¿L os ladrones.
— Si, sí, lad ro n es, ¿no escuchas? ¿Q uién,
pues, in te n ta r ía a e sta s ho ras e c h a r aba­
jo ia p u e rta ?
— E n efecto.
A ioha vuelve en sí m ism a y g r ita a te ­
rro riz a d a :
— ¡Ah! los lad ro n es que q u iere n ro b a r­
m e n ú ta lism á n . ¡Ah, no!
D esfizándolo e n tre su s senos, se lev an ­
ta y e m p u ñ a u n g ra n a c b a d e p a r t ir le­
fia. E l m a rid o descuelga u n fu s il antiguo,,
y, los dos arm ad o s, se d irig e n a la p u e rta
de e n tra d a , quedando en acecho.
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1 1 ----- L A C A M P A N A D-E P A L O
L a p u e rta em p ieza a g e m ir sobre su s
g oznes. E sta b a v ie ja y el q u e se e ch a b a
c o n tr a e lla d eb ería se r m u y fu erte.
¿C u án to s se ria n ? q uizás m uchos m ás
-que uno solo. ¿Cómo u n lad ró n , no e sta n ­
d o acom pañado, te n d r ía la te m e rid a d de
a ta c a r d e ese m odo u n a c a sa h a b ita d a ?
U n cru g id o de m a d e ra s ro ta s, y la p u e rta
h a b ía cedido. E n la noche, a la c larid a d
in d e c isa d e la s estre lla s, u n a s ilu e ta a lta
y c u a d ra d a a v a n z a deslizándose, d u lc e ­
m en te, com o s i te m ie ra d e sp e rta r a su s
h a b ita n te s . D esde u n rin c ó n A icha a lza
•en a lto el brazo, esg rim ien d o el ach a.
U n golpe solo, y la so m b ra se desplom a
s in e x h a la r u n g rito .
—H a c ia m ucho tiem po que nos robaba.
A h o ra no ro b a r á m á s a nadie.
E l m a rid o ra sp ó u n fósforo p a rá en cen ­
d e r u n a a n to rch a.
E n u n lago d e sa n g re yacía, con el c rá ­
n eo h endido, su único h ijo , que, licen cia­
d o del serv icio m ilita r, q uiso d a rle s el
p la c e r d e so rp re n d e r a su s p ad res, re g re ­
sa n d o in o p in ad am en te.
A la m a ñ a n a sig u ien te, cuan d o se des­
v is t i e r a el c ad áv er p a ra lav arlo , se le
•encontró e n el cin to v ein te m a h m o u d ié de
NOTICIA
,
oro, g ra n d e s com o la p a lm a d e la m an o y
d e ste lla n te s como soles,
N
E
D
J
D
E
T
BIOGRAFI
N E J D E T nació en 1869 en Sivas, en el m ism o corazón de
A nato lia. S u in fa n c ia fu é m ec id a por las leyen d a s m a ra v illo ­
sas d e su país, cuya población ingénita y creyente, posee cos­
tum b res, ca rá cter y su p ersticio n es para en cen d er d e en tu sia sm o
y am or un e sp íritu v e rd a d e ra m e n te oriental.
E» esas regiones
creencias p rim itiv a s, supo escoger, es­
pigando con un. criterio d e observador claro y preciso, historia#
y leyendas para a m o rta ja rla s luego en las pág in a s de su s libros
a fin de que v iv ie ra n la v id a p eren n e del urte. E n la escuela
de renovación literaria, fu é uno de los raros escrito res que per■ m aneció fie l a l o rie n te y a su qwerido terruño.
M ien tra s que otros m u c h o s m á s rep u ta d o s y fam osos, im i­
taban casi se r v ilm e n te la m o d a d e la lite r a tu ra europea, m a r­
cando e l paso con los sim b o lista s fra n ceses, N ed jd et, anotaba
f i e l y a m o ro sa m en te, d ía a día. tas tribu la cion es, las alegrías,
los se n tim ie n to s, la vida, en u n a palabra-, de su s a m ig o s de
A nato lia , los cam pesinos.
S u estile a le rta y vigoroso, en c u en tra a veces, re fin a m ie n to s
de expresión, delicadezas d e se n tim ie n to im p o sib le s d e lograr
en una traducción.
E n tre su s obras p rin cip a les que publicara, se cioentan "L a s
leye n d a s ele K izil-Irm a k ”, (p o e s ía s ); “R a cim o s” (cu en to s y
n o v e la s ); “A n a to lia ”,. cu en to s y n o vela s y m uchos, otros li­
bros a tra yen tes, curiosos, ingénitos, so n rien tes o so m b río s.
S u n o vela "E n la g ra n G ru ta ” tu v o su s in s ta n te s de cele­
brida d ,
■•
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LAI CA:MPA.NA DE PALQ- -
12
RfTRATOS
RETRATOS 0(
DE Al'fR
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ilv a uuno
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e esos
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ross ppintores,
doblados de poetas. No
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u e hiciere,
s, sin
o qque
u e su.
es qque
bicie:ta. verso
versos,
sino
esp
íritu , ggrávido
ráv id o de
allá b a se een
n
espfritu,
de poesia,
poesla, hballábase
in
te rro g a c ió n ccontinua
o n tin u a aante
n te el In
fin ito ,
interrogación
Intlntto.
H
u b o uuna
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que su
suss telas, llam
llünean-
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» st>lea>
o ggritos
rito s ~ «enwom o­
~ionada. ex
exa.spElra.ción
«ionada.
asp era ció n ppor
o r lala. BBelleza.
elleza —
q_ue pprofieren
todos los
los qque
ggritos
rito s q.ue
ro fie re n todos
u e ssee
transfiguran
contacto
de lolo que
que hacebac&
tra
n s fig u ra n aal
l con
tacto de
nobles, mmejores
buenos. Re*
Remmás
ás nobles,
ejo res yy mmiU!
á s buenos.
cuerdo. uun.
su~o, que
que no
no oolvidar&
cuerdo,
n ccuad.[O
u ad ro suyo,
lv id a ré
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li
LA C A M P A N A DE P AL O
jam ás. E r a u n a p a rv a de ocres h irv ie n te s.
cuyos áu reo s reflejos se vo latizab an en la
d ia fa n id a d d e u n cíelo esp lén d id am en ­
te a zu l y a se n ta d a sobre un p red io de v e r.
d es líq u id o s c a m b ian tes en el que la s
so m b ras a m a tis ta s, e ra n de u n a d elicade­
za in fin ita . .
T e la h ím n ic a esta, que, irre m isib le m e n ­
te, evocaba, en el in fa tig a b le lecto r, la en­
c e n d id a policrom ía de los versos de R im b a u d y las “cam p iñ as a lu c in a d a s” , de
V erh aeren . Luz, color; he aq u í lo q u e amó,
p o r en cim a de todo n u e stro poeta. S in
em bargo, lo exasperado de esos o cres y
v ioletas, no am en g u a b a el d ejo som brío de
su visión. E s que todo a m o r sincero, es
trág ico , y el a m o r a la B elleza, lo es, q u i­
z á s m á s que ninguno. P o r eso, la desola­
ció n de cie rto s suburbios p a risie n ses y
p o rteñ o s, tu v ie ro n en éi un a g u a fu e rtis ta
d e acen to s hondos y p unzan tes. No e r a un
p in to r hecho; no e r a u n m aestro , m ago
p o rten to so de la p aleta, pero e ra si, un a r ­
ti s t a de g ra n em oción. A lgunos de sus
a p u n te s, sum arios, ásperos, b ru sco s a ve­
ces, daban la cab al m ed id a de su tem p e ra ­
m e n to , y, e n su s p a is a je s d e d en o d ad a
sin c e rid a d , tuvo m odulaciones de color
d e la m á s p rís tin a p u reza. Son c u alid ad es
e stas, que p a ra h a lla rla s en un p in to r, h a y
que r e c u r r ir a los m useos y d e ten e rse an­
te los g ra n d e s m a e stro s. Y e n S ilv a h a b ía
en g erm en , u n fu tu ro g ra n a r tis ta de
a c en to s ab so lu ta m e n te in éd ito s. D em asia­
do p e rso n al en su s ensayos, en q u e se
b u sc a ra a sí m ism o; solam ente valorado
p o r u n g ru p o de a r tis ta s , ias escasas ve­
ces que p resen tó su s o b ra s a l g ra n pú b li­
co, se a tra jo la s burlas y el c h is te fácil.
A u n se re c u e rd a con a m a r g u ra el chascarillo de c ie r ta re v ista que al rid ic u liz a r
u n a d e sus telas, le am o n e sta b a con esta s
p a la b ra s: “S ilva, -pop favor, silb a p ero
no p in te s” .
E l po eta y la bondadosa c ria tu r a que
h a b ía e n él, in te n tó re írs e de e s ta sa li­
d a de clow n del periodism o, q u e no tr e ­
p id a e n s a c rific a r a ú n lo m á s sagrado,
con ta l de confeccionar u n ch iste . Su cu a­
d ro n o e r a el p eor d e la S ala, pero su
ap ellid o e ra u n a te n t a c ió n ... E sto , la
in d ife re n c ia y los re p etid o s rechazos que
s u f r ie r a p o r u n ju r a d o de zoólogos, fu e ­
r o n m o tiv o m ás q ue su ficie n te s p a ra cau ­
s a rle ése d e salien to q ue es cierzo que h a ­
ce t i r i t a r l i s a lm a s y d e se sp e ra r d e todo.
Sobrevino la ab u lia, el en sim ism am ien to
e x tá tic o del que en su in te rio r b u sca fu­
rio so la s eau sas d e u n fracaso im p rev is­
t o . . . Y porque e ra bueno, in m en sa m e n te
bueno, no creyó que los d em ás e sta b an en
u n e rro r, sin o él. No im precó c o n tra na­
d ie, sin o c o n tra él m ism o. E m pezó la
desesperación m u d a, el c alv a rio invisible,
el ru m ia r co n tin u o , la c risis a n ím ic a de
cuyos c arb o n es a rd ie n te s, h a b ría saiid o
fo rta le cid o y tem plado, pero la m u e rte v i­
n o . . . Y aquel, simp2e, h u m ild e y bueno
que e r a capullo en el árbol, p ro m esa de
fru to Y d e fru to s opim os, se fu é silen cio ­
sa m e n te com o h a b ía vivido.
"U n fru to cu aja d o , supone m il flores
h ela d a s” , dice B e n a v e n te ... E so, fu é S il­
va, com o en esta s tie rra s lo so n o tro s m u­
chos q u e v iven, a n d a n y beben, p ero son
féretro s d e u n ensueño. L e conocí y p o r
algún tiem p o fuim os in s e p a r a b le s ... D e
n u e stro s v ag ab u n d ajes, e n que r a r a v ez
h ab láram o s, saq u é e n lim p io u n a cosa.
S ilva, e ra su p e rio r a su o b ra. E ra m ás
p o eta en la v id a que en su s m ism os cua­
dros. E sto , h izo que le c o b ra ra u n a pro­
fu n d a estim a ció n y u n a té absoluta, cieg a
en su triu n fo com o a rtis ta . E s que h ab la
conocido a ta n to s c u y as obras son su p e­
riores a ellos m ism os, en que “la man«
va m ás a llá del p en sa m ien to ” y qu e ca­
si sie m p re im plican u n a decepción, que,
a l c o m p re n d e r q u e e sta b elleza en g arza d a
en su s telas, no .rra m á s que u n a p a rtíc u ­
la in fin ite sim a l de la belleza de su es­
p ír itu , fu n d é la s m á s firm e s y risu e ñ a s
-esp eran zas sobre su p o r v e n ir .. . N os sepa­
ra m o s lu e g o ,' fu i a l e x tra n je ro , «■ero el
recu erd o de S ilv a n u n c a m e a b a n d o n ó .. .
U n a ta r d e b o ch o rn o sa e n el P a ra g u a y ,
te n d id o e n e l suelo, o b serv ab a el tr a g in a r
de u n a s h o r m ig a s .. . U na, e n tr e todas, m e
in trig a b a . H abía cogido u n m in ú sc u la tlore c illa y a fe rra d a a ella, tr a ta b a de a n d a r.
A l m á s té n u e soplo d e b risa, el p o b re in ­
secto e r a d e rrib a d o . L as d em ás, p asab an
a su lado d e te n ía se u n m o m en to , p ero
n a d ie le p re s ta b a el m e n o r a u x ilio . D ili­
g e n te s p ro seg u ían su cam in o c a rg a d a s de
brízalas de y erb as, d e g ra n o s y d e cosas
p ro sa ica s y ú tiles. l a h o rm ig a y la flo r
q u ed ab an e n e! sen d ero , a v a n z a n d o u n o s
m ilím e tro s p a ra re tro c e d e r o tr o s ta n to s.
H o ra s m e q u ed é co n tem p lan d o esa lu c o a
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d el insecto con su c a rg a flo rid a , y v i co­
m o o tra s h o rm ig a s agobiadas, e ra n a s is ­
tid a s por s u s com pañeras, m ie n tra s la
d e la flo r co n tin u ab a sola, in te n ta n d o
a v a n z a r p enosam ente con e ste g ra n cáliz
a m a rillo a cuestas. ¿ R e g iría n e n tre la s
h o rm ig as las m ism as leyes u tilita r ia s que
e n tre los hom bres? — m e p re g u n té en un
a fá n p u e ril de e n c o n tra r u n sím bolo, a lo
que yo e ra incapaz de d e se n tra ñ a r. ¿ H a ­
b r á e n tre las h o rm ig as, las que se p ren ­
d a n de cosas bellas y v anas y son a isla d a s
p o r los dem ás? E r a q uizás estú p id o p en ­
sa r así. P ero lo cierto es que la fig u ra
de S ilva, con su carg a de ensueño, m e
“RIN C O N D B M O N M A R T ltE "
A g u a fu e rte de R . S ilv a
v ino a la m ente y no pude p o r m enos que
id e n tific a r el sím bolo de la pobre h o rm i­
g a con la de] in fo rtu n a d o p in t o • • •
Se h a querido n e g a r la in flu e n c ia del
m edio sobre c ie rta s d esap aricio n es p re ­
m a tu ra s de a rtis ta s . Se h a invocado la fa ­
ta lid a d y se c ita la fra s e de B en av en te p a­
r a ex p licar lo de S ilva. S in em bargo, ca­
be o tr a explicación que debem os d arn o s
p a ra provecho de todos. A Silva, el m edio
le fue fran cam en te h o stil. E l, como m u ­
chos otros, fué v íctim a del m om ento so­
DE P A L O
14
cial p or qué atrav esam o s. L a d e so rie n ta ­
ción e n tre los a rtis ta s , y p rin c ip a lm e n te
e n tre los a r tis ta s arg e n tin o s, n u n c a fué
m ay o r. E stam o s en u n a época de tr a n s i­
ción e n q u e u n a m o ra l n u ev a se elabora.
P in ta r p a ra las m asas que p rís tin a s s u r­
gen del seno del pueblo, es cosa que se
b a rru n ta , sin que se e n c u e n tre la fó rm u la
p re c isa y ad ecu ad a. P in ta r p a ra la b u r­
g u e sía y la p lu to c ra c ia de gustos groseros
y que p a ra p a g a r exige que la h a la g u e n y
le h agan cosquillas, es fa e n a in fe rio r q u e
el v erd a d e ro a rtis ta , — por razones de de­
cencia, — d esd eñ a y rep u d ia. ¿Q ué h ace r?
P in ta r p a ra sí m ism o, dicen los de las
solu cio n es fáciles. P ero n o es c ierto . Se
expone p a ra que los dem ás p a rtic ip e n de
la s p ro p ias a n g u s tia s y de los propios a n ­
helos. C uando esto no ex iste, el papel de
u tilid a d que to d a c ria tu r a h u m a n a cree y
a n sia d esem p eñ ar en la co lm en a social,
desaparece. E l que cree se r u n “in ú til”, es
presa fá c il de u n p ro fu n d o d esaliento.
“ S er p icap e d rero , se r alb añ il, lava-plato,
c u a lq u ie r cosa, pero ser ú til”, ex clam a el
cu itad o que se d esp recia a s í m ism o. E
in te n ta faen as p a ra las que no e stá dota­
do, en say an d o los oficios m á s v a rio s, in ­
q u ieto , to rtu ra d o y sin paz in te rio r.
E n las “b o tte g a s” flo re n tin a s, el a r tis ta
m enor, te n ía cab id a y al m o d e lar lo s p lie­
g u es del m an to de la V irg en de R afael,
e x p erim e n ta b a sa tisfaccio n es que le e stá n
v ed ad as hoy, a los que ponen su firm a so­
b re todo u n cuadro.
Se tr iu n fa en razó n de la fu e rz a y ta ­
len to que se tiene, p ero tam b ién se fra c a ­
sa en razón de la bondad que se lle v a en
el corazón. Y e n la tra g e d ia o b sesio n an te
de Silva, hubo algo de esto últim o.
At.
AMÓN SILV A m u rió en p le n a ju ­
v en tu d . L a c a n tid a d de estu d io s, g ra ­
bados, óleos y a c u a re la s que h a de­
jad o es asom brosa, ta n to m á s que la
m a y o ría de su s a m ig o s lo c re ía n in d o ­
lente.
Muy pocos o n ad ie , sa b ia de la lu c h a
ten az que so ste n ía d ia ria m e n te con su
q u e rid a p in tu ra ; de su s d u d a s y a n g u s­
tia s c ru e le s; de la p ro fu n d a a m a rg u ra
de su s afios p o rteñ o s, acosado p or la m i­
seria , p o r la f a lta de resp eto del am b ie n ­
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15
LA C A M P A N A D E P A L O
te, por los sucesivos rechazos de su s obra«
en los salones.
L a m ise ria le s u je ría los m ás d is p a ra ­
ta d o s proyectos p a ra g a n a rs e la vida, pero
la v id a e ra in ex o rab le con este soñador,
q ue por d eficien te educación care cía de
u n a h ab ilid ad m a n u a l cu alq u iera, aquí,
sobre todo, donde n i la ilu stra c ió n n i el
g rab ad o ni n a d a noble se cotiza. C ierto
que las ilu stra c io n e s se p ag an , y m uy
bien, pero el genero n o g u s ta — de h a ­
b ilid ad c a lig rá fic a — no es p recisam en te
el que p odía re a liz a r u n te m p e ra m e n to
como el de S ilva, g rav e e in g en u o al m is­
m o tiem po.
H e v isto un dibujo de su s ú ltim o s días
q ue es to d a u n a sín te sis d o lo ro sa de la
lu c h a q ue so sten ía p a ra reso lv er su p ro ­
b lem a económ ico. E s u n a copia de u n a
jo y a co m ercial; ejercicio que hizo p a ra
p re s e n ta rs e como p o stu la n te en u n em ­
pleo pedido por “L a P re n s a ”. R ecordem os
su s a g u a s fu e rte s e im aginém oslo d ib u ­
ja n d o jo y as in d u s tria le s ! M ás no a c u se­
m os dem asiado a l am b ien te p o r esto ; en
to d a s p a rte s la v id a de los a r tis ta s de
v erd ad es u n a lu c h a c o n tin u a con el m e­
dio, hoy m ás que n u n c a m a te ria lis ta y
grosero. Y él no te n ía el “sav o ir fa ire ”
n e cesario p a ra m e d ra r, c o n seg u ir cáte­
d ra s y o tra s gangas a que se cree con
d erecho todo b o rro n ead o r d e tela.
E l fué sincero y recto, y a llí está, su
p roducción p a ra a te s tig u a r ta n v aro n iles
v irtu d e s. L a m ay o r p a rte de su lab o r re s­
p onde á la te n d en c ia im p re sio n ista . L a
“tra n c h e de v ie” tra d u c id a d ire c ta m e n te ;
el estad o de án im o v ib ran d o en el color
y la luz. Y es curioso o b serv a r de que,
a p e sa r del aspecto b rusco de su s telas,
e l se n tim ien to d o m in an te en e llas es d e­
licado. Su p asió n por la n a tu ra le z a , que
el q u iere m ag n ificar, tie n e acen to s can ­
dorosos, y u n a h u m ild a d de flo r silves­
tr e que e n c a n ta y en tern ece.
E stam o s lejos de a firm a r de que S il­
v a h a sido u n g ra n p in to r — no tie n e
m a e s tría y todo el es p u ra in tu ic ió n . Si,
a firm a m o s que poseía u n a sen sib ilid a d
p ro fu n d a de a r tis ta y u n tem p e ra m e n ­
to de p in to r de g a r r a p re m a tu ra m e n te
a rra n c a d o a la profesión.
Se h a b la com pungidos de p re d e stin a c ió n
— de la tr is te z a (com o u n p re se n tim ie n ­
to de m u e rte ) que cam pea e n su s telas.
L ite ra tu ra . E n Silva, h ay g rav e d a d , no
tris te z a ; y el a m o r hace g rav es a cierto«
hom bres. E l lo te n ia in m en so p a ra au
a rte ; ro m án tico , d em asiad o so ñ ad o r p ar»
c u a ja r rá p id a m e n te e n fru to s m ad u ro s,
que su p o n en reflex ió n y d isc ip lin a m en­
tal.
S u p e n sam ien to g ira b a a lu c in a d o e n u n
m undo de im ájen es y que reso lv ía, siem ­
pre, en s ín te sis im p e ra tiv a s: h a y que d i­
b u ja r! Sí el color es esto, etc., m o d alid ad
que le conocieron cu an to s lo tra ta ro n .
U ltim a m e n te h a b ía em pezado a sacu­
d ir su desaliento. E l ejem plo salu d ab l«
de V iau, con su op tim ism o y a c tiv id a d
e x tra o rd in a ria s — m uchos le debem os el
e stím u lo de su ten a c id ad y de su e n tu ­
siasm o — lo llev a ro n a c o m p re n d e r la s
bellezas de n u e s tra u rb e, con u n s e n ti­
do m ás co n scien te de la com posición y
u n a b ú sq u ed a am o ro sa h a c ia la s to n a ­
lid a d e s m enoies. L a m u e rte se lo llevó
'C afé n o c tu rn o ” — M adera de S ilv a
cuan d o em pezaba a so n re irle nu ev am en ­
te la co n fianza e n su s fuerzas.
S u obra, como él m ism o, no so n ríe a l
p rim e r lleg ad o ; com o él, tie n e la hos­
qued ad a p a re n te de los en sim ism a d o s y
como él, re se rv a a l afecto y a l resp eto
la riq u e za p ro fu n d a m e n te em o tiv a de su
lirism o in gènuo pleno de m ag n ificen cias.
C. G.
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LA C A M P A N A
D E P A L O ----- 16
W
(éfitl
M ...
El alcoholismo.—
La ley.-
E ste pou^i t» in ­
E l p o d er ju d ic ia l
directo.
es u n a ag en cia de
No lo em p lea el
tra n sp o rte s.
cap ita lism o p a ra es-P u esto al serv icio
c la v iz a r al pueblo,
d e los p ro p ieta rio s
pero lo fo m e n ta in ­
de finco# urbanas,
ten sa m e n te
y el
v a de a c á p a ra a llá
pueblo 1 o em plea
tira n d o a la calle
los tra sto s d e in q u i­
p a ra que le escla­
lin o s pobres q u e no
vicen.
p a g a n 1 a c a v e rn a
E l hom bre alcoholizado es el m á s fácil
p re h istó ric a que ocupan.
de e x p lo tar.
T odo esto s in c o n ta r la s in n u m e ra b le s
E l alcohol h ace in sen sib le a l h om bre
h a s ta no s e n tir los latig azo s del cabo veces que los m a n d a a la cárcel p o r es­
tafo.
d e v a ra .
E s el poder de la v o ltereta .
El tapete verde.-
Marte.—
C reem os como R e.
c lú s que. “Los hom ­
b res s e
cambian,
n aip e s e n tr e si, p o r­
que n o sab en cam ­
b iarse id eas".
H ay h o m b res que
ju e g a n com o 1 o s
chiq u illo s, a u n q u e
» u s Juegos tra e n
p eores consecuencias.
A hora, lo qu e fa lta sa b e r es si, en rea
lid ad , so n h om bres o ch iq u illo s con p a n ­
ta ló n la r g o . . .
Y e n este caso deben i r a la escuela.
E ste pobre m u ch a­
cho que cae h erid o ,
n o p o r el plom o del
enem igo de e n fre n ­
te sin o p or el o ro
del enem igo q u e se
o culta, e s o tro po­
d e r del cap italism o .
S in él, que e s lle­
v ado a l cam po, no
a la b ra r la ti e r r a sin o a a b o n a rla oon
su s huesos, el c a p ita lism o se ta m b a lea ­
ría com o u n beodo, h a s ta d a r con la
cabeza e n u n ad oquín.
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17 ----- L A C A M P A N A
DE P A L O
j&AaKaxg
R O G E L I O
A n h elan d o a rd ie n te m e n te d a r la m á x i­
m a extensión, y d esarro llo al h az de n ú es
■i r a s o pinio nes y p areceres — q u iz á s fru■to s d esa b rid o s de m e r a se n sib ilid a d in tu i­
t i v a — oblig ad am en te hem os de se r s u ­
c in to s. M edia p a ra ello el g rav e hecho de
h a b e rse cla u su ra d o la exposición de este
fu e rte y exim io e sta tu a rio , hace u n mes.
P o cas veces o n u n c a nos fu é dado p ad e­
c e r el in flu jo agobiador de u n a i « c o n ten i­
d a em oción a) c o n tem p lar esa v arie d ad
d e e stad o s de a lm a y de la s d is tin ta s ex­
presiones, reco rrien d o la g a m a to d a del
s e n tim ie n to , de la s p asiones y de los do­
lo res h u m a n o s, conten id o s e n u n a p oten­
c ia de v id a p eren n e e n las v a ria s cabezas
y b u sto s ex hibidos en e sta m u e stra . Mo­
d e la d a s con u n a calid ad tá c til d e licad ísi­
m a y e x tr a o rd in a ria p o r el vigor, m a rid a ­
d o a la g ra c ilid a d ; con u n a cie n c ia e sc ru ­
p u lo s a y s a b ia d e lo s v a lo re s; de los m a ti­
c e s ino m b rab les, se d esp ren d e de to d as
e lla s u n v aho de u n a nobleza e s p iritu a l
indecible. Y decim os de to d as ellas, p or
.p referir a n a liz a r esa la b o r en c o n ju n to y
n o p o r detalles. E sp ecia lm e n te la s efig ies
d e m u jeres, su g ie re n u n a sen sació n de
m u sicalid ad , o ra seren a, o ra a d o lo rid a,
o r a so n rie n te , o g ra v e y d u lcem en te tie r ­
n a . E s el ritm o que n ace de la m a te m á ­
tic a , a n im a d o r de la d a n z a y de la poesía,
y q u e enlaza, la cad e n c ia d e l c u a d ro y d e
Y R U R T I A
la e sc u ltu ra . Y to d a s e lla s re v e la n ta m ­
bién el fuego d e p u ra d o r d e la pasió n que
¿as en g en d ró , o to rg á n d o le s la ex iste n c ia
m ás a lta e in a lie n a b le : la d el a rte .
E n la p e n e tra n te y a p a sio n a d a in te r­
p re ta c ió n de la fem iu id ad h a b ra que re ­
c u r r ir al e stro poético de Poe, el ce­
le stia l c a n to r de "L ig e ia ” y d e “Anabelly” , p a ra e n c o n tra r esa a tm ó sfe ra de cas­
ta id ealid ad , n ieb la á u re a y vaporosa,
su rg id a del choque de u n in e v ita b le a n ­
c e stra l deseo y del a n s ia aco n g o ja d a de
elevación. E s la p a sió n su b lim ad a d e los
te m p e ra m e n to s selectos.
E n to d a s e lla s, y H asta e n lo s b u sto s y
la s te s ta s v irile s, este m ism o to r re n te p a­
sio n a l se eje rc e a h o ra en el buceo d e la
p siq u is de los p e rso n a je s p a ra resolverse
luego en rasg o s e x te rio re s que re v e la rá n
la psicología c a r a c te r iz a d o s de u n p a rti­
c u la r tip o h u m an o , destacándolo, sin g u ­
lariz án d o le del bloque colectivo del cu al
procede. L a consecución de u n c a rá c te r,
o, m e jo r dicho, la realizació n d e c a ra c te ­
re s diversos, m ú ltip le s y an tag ó n ico s, e3
u n a v e rd a d e ra la b o r de cre a c ió n p ro p ia
de q u ie n e s llev an en s í la c h isp a de la g e­
n ia lid a d .
C on S a n A g u stín , p o d ría re p e tir Iru rtia : a m a b a n anuiré. E s el to rtu ra d o m ás
g ra n d e de la p asió n . V ive e n ella y p a ra
«\la; E s l a c u a lid a d w a te r de s n cápiri-
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I/A C A M P A N A
tu . L a p asió n le obceca y le ilu m in a . Y
su s e rro re s son tam b ién desvíos p asio ­
n ales o excesos de p asió n que se desbocan.
E s u n a r t is t a que a m a vehem ente la pa-
DE P A L O
18
fu e rz a de o rie n ta c ió n , n o s c o n serv a el
precioso d o n de la re c titu d . De a h í la m e­
ticu lo sid ad concien zu d a q u e I r u r ti a em ­
p lea h a s ta en los m en o res tra b a jo s. H ace
y desh ace y d e stru y e ; y d u ra n te afioe
v uelve a c o n s tru ir p a ra d e rr ib a r a m a r ti­
llazos lo que ta n to s afan es le v a lie ra . E s
u n d e ta lle sig n ific ativ o q u e puede in fu n ­
d irn o s resp eto y h a s ta v en eració n . M as,
doloroso es d ecirlo, I r u r ti a no posee a ú n
la v isió n a rq u ite c tó n ic a de la escultura,
m o n u m en tal. A p en a c o n statarlo . C uando
c re a grupos, p eq u eñ as m u ltitu d e s, com o
e n e l m o n u m en to “C an to a l T ra b a jo ”,
son m e ra m en te u n a y u stap o sic ió n d e fi­
g u ra s a ñ a d id a s u n a s a o tra s, v iv ien d o ca­
d a u n a p o r sí. C ad a p e rso n a je ju e g a b u
p a rtic u la r rol, con p re sc in d e n c ia a b so lu ta
d e la acción to tal. F ra g m e n ta ria m e n te
e x iste n fig u ra s de u n a b elleza casi in a l­
canzable. P o r eso, de ese m o n u m en to se
p o d ría ex tra e r, sin desm ed ro p a ra el con­
ju n to de su a rm o n ía , dos o tr e s e s ta tu a s
de u n a calid ad su p e rla tiv a . A dem ás, el
cubo m acizo de g ra n ito , con ese cable
flo ta n te , es de u n realism o que choca vio­
le n ta m e n te con la id e alid a d o sim bolism o
q u e p a re c ie ra su m e rjirse la to ta lid a d
de la s fig u ra s. ¿C o n tra stes? C uando en
los c o n tra ste s n o ex iste u n v a lo r a rm ó ­
nico q u e los enlace, d isu e n a n y d e stru y e n
la n e c e sa ria u n id a d d e la com posición.
A ten g ám o n o s a los “B o xeadores” .
r
*
“f í m t o ” — R. IR U R T IA
sión, padeciendo con delic ia estrem eced o ra los m a rtirio s que supone ella. P ero
cu ando é s ta se su b altern iza , en to n ce s cam ­
b ia de nom bre y se llam a o b stin ació n o
sim p lem en te em p ecinam ien to , te sta ru d e z
y etc é te ra . E s la doble faz de u n tem p e­
ra m e n to u n ila te ra l.
m
* *
E sta u n ila te ra lid a d n o co m p o rta u n a fa ­
lla, u n defecto y es casi sie m p re u n a de
la s m ay o res v irtu d e s, s i h u m ild e m e n te
se reconoce la s fro n te ra s h a s ta d ó n d e con
e lla se puede lleg ar. Siendo u n a g ra n
*
Se h a dicho q u e estas dos fig u ra s, p o r
su arm o n io sid ad , p o r la b elleza de m odela­
do y h a s ta por la cad en cia, se e m p a ren ­
ta b a n a la s p ro d u ccion es d e los e s ta tu a ­
rio s g riegos. No lo negarem os.
P u g ilis m o ; d e m o stra c ió n de fu e rz a s;
te n s ió n de m ú sc u lo s; ex p re sió n d in á m ica
y etc. E x iste n dos c a te g o rías de fu erzas.
U n a p u ed e s e r a c tiv a ; o tr a in m ó v il o en
reposo. T om em os com o ejem plo la elec­
tr ic id a d : se p re s e n ta e n e l estad o d in á ­
m ico o e x tá tic o ; e n e rg ía e n m o v im ien to
o su m a d e fu e rza s a c u m u la d a s p a ra u n a
acció n u lte rio r, p ero in e rte p o r la esp era.
L a a c titu d m ó vil de los boxeadores co­
rre sp o n d e p re c isa m e n te a la e n e rg ía e n
m o v im ien to . Y bien, e s ta b úsqueda del
ad em á n , la fija c ió n de e s ta a c titu d e n d e ­
trim e n to d e la esta b ilid a d , d ism in u y e la s
fu e rz a s d isp ersán d o las. Se re m e d a con
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19
LA C A M P A N A DE P A L O
e sto el a n tig u o im presionism o . V olvam os
h a n boxeado. E s que esa o b ra no fu é
concebida en u n se n tid o arq u itectó n ico ,
a la e sc u ltu ra de los a n tig u o s helenos,
lío s escultores, en aq u el «m onees, ad o ran ­ sin o p o r p a rte s y fra g m e n to s. — H u b ie ­
sen boxeado, y p o r to d a u n a e te rn id a d ,
do a la n a tu ra le z a , la observaban con
de h ab erse reu n id o , recogiendo y a cu m u ­
lucidez reg o cijad a y sen su al. T odos los
fenóm enos les in te re sa b a n y p a rtic u la r­ lando la s fu e rz a s p a ra u n a acción u lte ­
m e n te el gesto h u m an o les em ocionaba
rio r y a d ev e n ir. L os ejem plos de d in a ­
h o n d am en te. E n los g im n a stas, al b u scar
m ism o e x tá tic o a b u n d a n p rin c ip alm e n te
« n a a c titu d , re te n ía n la del a tle ta aquel,
en la e s ta tu a r ia egipcia. Con ello se h a ­
lan zan d o la ja b a lin a , el disoo o la saeta.
b ría dado la sen sa ció n de u n a in m o v ili­
E s u n cu erp o m u ltifo rm e, ta n p ro n to en
d ad v iviente. Y con la v a rie d a d p o lim o rfa
ó e lo s p erfile s s e h n b iese ofrecid o n n a n ­
tensión, a l e n c o rv a r e l arco, com o pasiv o
a l rep leg arse sobre s í m ism o. A h o ra ved
cho m a rg e n a la contem plación d ila ta d a .
cómo, p o r la disposición d e los m úsculos,
E n el d in am ism o e x tático todos los m o v i­
to m a rá u n a posición p a rtic u la rm e n te mom ie n to s son con ten ido s en p o tencia, —
V im entada. E lla m a rc a rá el período á lg i­ h echo que oon elo cu e n cia se re v ela en
todos los b u sto s y cabezas d e Xrurtia.
do del esfuerzo: es el cé n it de la acción:
y eso será lo que fija r á el a r t is t a e n el
P uede, pues, d e m o stra rse que la b ú sq u e­
d a del m o v im ien to exag erad o , d e sc u id a n ­
m árm o l. A n o ta a sí el in s ta n te típ ico de
la c a rr e ra ; ese c a rá c te r de in s ta n ta n e id a d
do los elem en to s de ¡a e stab ilid ad , se ha
lia a b so lu ta m e n te o p u e sta a, la concepción
re s u m e en s í todo el im presio n ism o . O bra
p e rfe c ta m e n te n a tu r a lis ta . P o d rá poseer
a rq u ite ctó n ica , fu e rz a s en reposo, e te rn a ­
m e n te en m o vim iento.
eg re g ia s calid ad es de arm o n ía , sin fo n ía s
•de claro-oscuro — com o la s h a lla b a Ito d in
e n la V enus de Mi lo — , pero n o os d e te n ­
% »
g á is m ucho a n te ella, porque m u y p ro n to
Q uizás el e rr o r fu n d a m e n ta l de este
o s in v a d irá el cansancio y la fa tig a . T am ­
poco se h a lla exento de rid ícu lo , co n tem ­ g ra n ta le n to p lástico e strib e en el em p eci­
n a m ie n to d e tr a ta r los a su n to s y tem as
p la r ese ho m b re encad enado en el esfuerzo
m ás antagónicos con la m ism a té c n ic a de
d e la c a rre ra , con u n a p ie rn a a l a ire y el
riq u e za p re c io sista en el m odelado. Lo
c u ello tendido. E se gesto, d em asiad o p a r ­
tic u la riz a d o — posición p o r la cual a l­ que cabe p e rfe c ta m e n te en u n e stu d io de
c a n z a el apogeo d el lan za m ien to —, ca­ b u sto o de u n a cabeza, no co n v en d rá, ni
re ce d e la d iv e rsid a d n ec e sa ria p a r a re te ­ m ucho n i poco, en un grupo, que re q u ie ­
r e e l v uelo m aje stu o so d e la s lín e a s a rq u i­
n e r la rg a m e n te la a te n c ió n y a c a b a p o r
tectónicas.
fa s tid ia r.
Y
de e sa in s ta n ta n e id a d — m ucho m ás
P e ro y a b a sta n te hem os in sistid o so­
e x a g e ra d a qu e e n los m odelos h elén i­ b re el m ism o p u n to . Con la ad m irac ió n
co s — adolecen am bos púgiles. F in iq u i­
fe rv ie n te que e x p erim en tam o s p o r este
g ra n a rtis ta , no podíam os h a c e r a m enos
ta r o n la p a rá b o la del m o v im ien to y se h a
lia n en su p u n to m u erto . No boxean. Ya
de re n d irle el trib u to de n u e s tra h u m ild e
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LA C A M P A N A
v e rd ad . Aquí, donde se p ro d ig a el elogio
d esm edido, m á s por pereza m e n ta l que
com o fru to de em oción sin c e ra y com ­
p ren sió n , e ra n ecesario ex p o n er n u e s tra
o p in ió n sin am bajes.
P o r lo d em ás ab rig am o s u n a fe ciega
e n la ren o v ació n de I r u r tia , q u ien se h a ­
lla en p le n a ju v e n tu d v iril, p a ra encon­
t r a r el cam ino d e fin itiv o h a c ia la o b ra
fu tu ra , que siem p re es la m ejo r de todo
a rtis ta . — At.
LOS PALPALOBIEN
L a fa m ilia P álp alo b ién — com puesta
p o r u n m a trim o n io y u n a sola vastago. —
es la flo r y n a ta de la sociedad m o d ern a
y la q u in ta esen cia c e Ja fa u n a p a ra s ita ­
r ia que a n id a en la s g ran d e s m etró p o lis,
ro íd a s por el lujo, la m is e ria y los v i­
cios.
L a fa m ilia P álp alo b ién v ia ja a m enudo,
re alizan d o larg o s p erip lo s que, p o r su v a­
rie d a d geográfica, los e n v id ia ría el m ito ­
lógico U lises, q u ien de m u y b u e n a g a n a
se h u b ie ra escapado d el poem a de H om e­
ro a fia d e poner a p ru e b a su s condicio­
n es de n a u ta in trép id o .
E sto s P álp alo b ién — in h a lla b le s ejem ­
p la re s de v ir tu d y fid elid ad conyugal —
a l d eten e rse e n la M eca d el a r te y de los
a rtis ta s , v is ita ro n el e stu d io d e u n e s­
c u lto r, co m p a trio ta suyo. E n u n a rra n q u e
de g en erosidad, le en c a rg a ro n u n busto
que fu ese la efigie e im ag en p re c isa y
e x a c ta de la v á sta la .
C errad o el tra to , y, m ás luego, conclui­
d a la tra n sc rip c ió n , del b a rro al yeso y
del yeso al m árm ol, fué em b a la d a y expe­
d id a, recib ién d o la sus dueñ o s con g ra n al­
borozo y a le g ría . P ero c u á n g ra n d e re su l­
tó su re s p e c tiv a d esilu sió n al c o n sta ta r
que el m arm ó re o ro s tro de la v á s ta g a se
afeab a con u n a d im in u ta m an ch a en la
n a riz . H o n d a desolación de los ánim os,
a trib u la d o s p o r este a c cid en te im proviso.
N o pudiendo lla m a r a u n m édico o u n
c iru ja n o , refacclo n ad o r de bellezas m a r­
ch itas, a c u d ie ro n a u n esc u lto r.
Con a lg u n o s d ía s de re ta rd o Jiegó e¡ a r ­
ti s t a co n su ltad o p a ra re m e d ia r ta n g rav e
m al. E n p resen cia del in s ig n ific a n te des­
p erfecto se quedó a tó n ito y estupefacto.
Con to d a calm a re q u irió u n a lu p a de la
d u e ñ a de casa, y le n te e n ris tr e , em pezó a
e sc u d riñ a r ese pequeño h em isfe rio de la
DE
P A L O ----- 20
Todo arte que represente la v id a diaria
con ve rd a d y sim p a tía , ap ro xim a entresí a los hom bres. — R O L L A N D .
n a riz fem en in a. D ió u n g rito como u n
nuevo C ristó b al Colón: sí, lo h a b ía en­
co n tra d o : no, no e ra u n a m anch a , sin o un.
p u n tito in fin ite sim a l y del ta m a ñ o de u n a
cabeza de a lfile r. Y e ra uno de los ta n to s
p u n to s que los esc u lto re s colocan e n el
m árm o l p a ra que les s irv a n de g u ia a la
la b o r del cincel.
L o s esposos P álp a lo sb ien so n el g én ero
y especie que p a ra todo em p lea la lu p a,
p a ra todo. T a n to p a ra la s fa lta s del p ró­
jim o como p a ra Jos objetos y su je to s a r ­
tístic o s que les caen e n tre la s m an o s.
P ero n u n c a se les o c u rre a p lic a r el len ­
te e n la con tem p lació n del p a n o ra m a g ro­
tesco de su co n cie n cia y de su insondableim b e c ilid a d .. .
M. SIM O N 1D Y — ‘‘D esnudo’’
E l a rte tie n e esto de p a rticu la r: q u e e #
o la v e z “superior” y m a n ifie sta lo que
h a y de -más elevado, y lo m a n ifie s ta a
todos. — T A I N E .
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21 ----- L A
CAMPANA
DE
PALO
Miscelánea de Expositores y Salones
E xp o sició n S im o n eid y , organizada por D o m ingo Viau. — E s u n p in to r que esti­
liza, sin p arecerlo ; que hace ca n ta r el color con vio len cia, sin d iso n a n c ias ch o can tes
y, m odelando como escu lto r, co n stru y e u n a a rq u ite c tu ra v iv ien te del cuerpo h u m an o .
A p esar de todos estos dones excepcionales, no v a m ás a llá del m ero concepto de la
p in tu r a lim ita d a al cuad ro de caballete. Q uerem os d ec ir que su estilo no es la n a tu ­
ra le z a h ech a estilo sino la m a n e ra h e c h a estilo, y que su color, si tro m p etea con lo»
rojos, negros y verdes, h áb ilm e n te v alo rizad o s con los to n o s m en o res, no se m o d u la
e n u n a a rm o n ía in in te rru m p id a . P ero , d e n tro del circu lo de su p erso n a l tem p e ra m e n ­
to, lo g ra u n a g ra n a ltu ra . (S a ló n W itco m b ).
-*
E xposición de R o d ríg u e z Lozano y J u lio C astellano. — E n la co n feren cia que
p ro n u n c ia ra éste ú ltim o, d ijo p a la b ra s m u y p u e stas en razón, cuan d o g eneralizó. Ya
e n tra n d o en d e talles y q u erien d o s e n ta r v erd ad es in co n cu sas, se reso lv ió en sim p les
divagaciones. L a p a rte pedagógica, a d m ira b le ; coincide con el m étodo de M alh arro ,
s in su p erarlo . L os d ib u jo s de los n iñ o s, a lg u n o s a v e n ta ja b a n a las com posiciones de
los m ism os m aestros. D e estos dos a r tis ta s m ejican o s, el que posee u n in s tru m e n to
m á s ap to p a ra e x p re sa rse es C astellan o . S im p ático nos p arec e el e sp íritu d e b ú sq u ed a
y de renovación, au n q u e se lo g re ésto, m ás por la su p erficie, y en el aspecto ep i­
dérm ico de la p in tu ra .. De todos m odos nos sa tisfa c e m u ch o m ás la p in tu r a de estos
m ejican o s que la de los re a lis ta s trasn o c h ad o s y los p o st-im p re sio n ista s: calcom onías
de la n a tu ra le z a . (L o s A m igos del A rte ).
*
E x p o sic ió n Zonza Bria.no. — L as o b ra s de e ste b uen señor, en casq u etad o en un.
som brero de a rtis ta , no son e sc u ltu ra ; no son lite r a tu r a ; tam poco son, ¿cóm o d ire ­
m os? tetralogía. S in em bargo, hubo la in te n c ió n de em p le a r todos estos in g re d ien tes
a fin de que an u lán d o se , al m ezc larse u n o s a o tro s, se e c h a ra a p e rd e r la e sc u ltu ­
ra , la lite r a tu r a y la p o b recita tetra lo g ía com p licad as con los se n tim ien to s m a­
te rn o s. Q uizás el m a y o r m é rito de e sta exposición e strib e en los títu lo s con que b a u ti­
zó el a u to r sus engendros. “Soy tu y a ”, “Boca d e F u eg o ”, “H is te ria ”, “B ris a ju g u e to ­
n a ”» Como se puede colegir, son to d a s den o m in acio n es ex celen tes p a ra tangos, v a ls y
e tc é te ra . R enu n ciam o s a c o m e n ta r o a n a liz a r estas e sc u ltu ra s, p o rq u e se tr a ta p o r
a h o ra d e u n a e n ferm ed a d irrem e d iab le, c u y a p ro n ta c u ra le deseam os sin c e ra m en te
a l a u to r, a fin de que vuelv a a s e r el b u en a rte sa n o e scu lto r de los añ o s pasados. ("L o s
A m igos del A rte ” ) .
*
A ctiarelas de Lw cien S im o n . — Un libro re c ie n te m e n te ap arecid o en P a rís —
" P e in tu r e e t aq u erelle de L u d e n S im ó n ” — el cual re ú n e la o b ra casi to ta l de ese
a rtis ta , tra d u c id a a l p ro ce d im ie n to m ecánico de la tric ro m ía, h u b o de p ro v o ca r el
ju icio su m a rio y sentencio so de u n c rític o de c ie rto -renombre. A firm a b a é ste que só lo
se tr a ta b a de la lab o r de u n c ro n ista del pincel, re firié n d o se p a rtic u la rm e n te a lasac u a re la s b reto n as.
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LA
CAMPANA
DE
PALO
------ 22
R econocem os que po r sus b rilla n te s cu alid ad es, m ás e x te rio re s que in te rio re s,
del p in to r fran cés, ex iste algo de verdad e n ello, pero si hem os de a te n e rn o s a las
a c u a re la s ex h ib id as en esta m etró p o lis, es un poderoso c ro n ista , q uien en el c a ñ a m a ­
zo de la crónica, sabe te je r im p resio n es ta n v iv ien tes en in s ta n ta n e id a d , bellas de co­
lor, no siendo n u n c a ban al n i frívolo, n i in c u rrie n d o e n u n denso o bjetivism o d e sc rip ­
tivo. L ucien Sim ón es un observ ad o r aten to , reflexivo y p or eso m ism o a g u d o ; de gran,
v erba pictó rica, em pleando to n alid a d e s su m a ria s de oposiciones vio len tas, lo g ra
a rm o n ía s de coloraciones d eto n an tes, que cre a n alred e d o r de sus p erso n ajes u n a m ­
b ien te de a ire y lum inosid ad . Y esto es posible que no se p e rc ib a en u n a m ediocre
tricro m ía. P o r lo dem ás, no podem os p ro n u n c ia rn o s d e fin itiv a m e n te sobre lia. o b ra
p ictó rica de L ucien Sim ón, ju zg an d o p or la docena y pico de a c u a re la s tra íd a s aquí.
E l m encionado crítico , con m u ch o s m ás elem en to s de juicio, e n c u e n tra qu la obra
to ta l c a u sa u n a sensación de fa tig a n te m o n o to n ía, por ese m ism o c a rá c te r de e x te rio ­
ridad con que re v iste todas la s cosas. (S aló n W itco m b ).
*
N O T IC IA S .— Se in a u g u ra la exposición de C h arles B ru n n e r — T a b le a u x A nciens
— (S aló n W itc o m b ); exposición de H erm an n B en jam ín , a r t is t a p in to r (V an R ie l).
“U na boda en B re ta ñ a ”
—
L U C IE N S IM O N
Para ser justa, es decir, para tener su rasón de ser, la crítica debe
ser parcial, apasionada; es decir, hecha desde un planto de vista exclu­
sivo, pero un punto de vista que abra los mayores horizontes.
BAUDELAIRE.
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L A / H A I CA­
BLA! TEATPAI tS
P O L I T E A M A
AUDICIONES POÉTICAS de Berta Singerman
N u n ca h a b ía oído d ecla m ar a e s ta re ­ c o n fu n d irle s. P e ro la señ o ra S in g erm an n ,
c ita d o ra de éxito. P u í a tra íd o por éste,
en el curso de su e x p erien cia, h a b rá n o ­
m i curiosidad a le r ta ; y debo co n fesar
tad o q u e el público g u sta de ese halag o
que el espectáculo, no sólo m e pareció
m u sic a l; y lo cu ltiv a . P ues, a la v is ta
fu e ra del a rte , ajen o a l a rte , sino ta m ­ s a lta que e s ta d ecla m ad o ra perten ece a
b ién p ro fa n a d o r del a rte . B e rta Singerla c a sta de a r tis ta s que a d u la n a su p ú ­
m a n n e s u n a a c triz “e x itis ta ”, no p erd o n a
blico, que se a d a p ta n a él; y que al fin
“a c titu d ” n i to n a lid a d de voz, a u n cu an ­ de su c a rre ra , p ro fic u a en éx ito s y pe­
do e lla s no e x te rio ric e n e l e s p íritu del
sos, se h a lla n en el polo opu esto del arte.
poem a, con ta l de re c ib ir a l cabo la
D ejan de se r a rtis ta s , sim p lem en te, es­
“a tr o n a d o ra salv a de a p la u so s” de “su
ta c a sta d e p ro fesio n ales del ap lau so . E s­
p úblico”. (P ú b lico : g en te sin v id a in te ­ te fenóm eno de polarizació n q u izás so r­
r io r ) .
p re n d a a ellos m ism os. B e rta S in g e r­
Y
sabido es q ue no h a y a r te m enos m an n , se a el caso, ta l vez c rea q u e e s tá
h acie n d o u n b ie n a la poesía, p orque la
ex i tiste , m enos e x te rio r que el recogido
a rte Se la poesía. P o r eso, llev án d o sela
a r r o ja a la s m asas. E m p ero , le e stá h a ­
a la s »tablas, a llí donde la voz se engola
ciendo u n sen sib le m al. L a e s tá a le ja n ­
y a l ’feesto se le q u ita la n a tu r a l sen ci­ d o de ellas. S in in tim id a d , sin recogi­
llez d e lo que tie n e v id a ; la poesía, a r ­ m ie n to e s p iritu a l; no h a y poesía. Y el
te activo, qu e debe i r del a lm a del p o eta
esp ectácu lo d e e sa m u je r que, con ges­
to s y ad em a n es ex ag erad o s y cam p an u ­
a l a lm a del le c to r; p ierd e c a si su to ta l
esencia. E l in té rp re te d ecla m ad o r la co­ d a voz, o voz a fla u ta d a , p re te n d e se r cau ­
ge e n tr e su s pecadores lab io s y la con­ ce de p o e sía ; a c a b a p o r sa c a r a flo r d e y
lab io s u n a m ueca de fa stid io . L a decla­
v ie rte e n te a tro ; m ás. si este in té rp re te ,
m ació n n u n c a debió h a b e r salid o d e los
como lo es la se ñ o ra S in g erm an n , tie n e
u n a m o d alid ad te a tra l ta n efe c tista , v a ­ salones. E s flo r d e tra p o . E se am b ie n te
ficticio, donde sólo p u ed en te n e r cabi­
le d ecir, ta n falsa.
d a los v e rsific a d o re s m ad rig a lesc o s; es
L a poesía, a r te de la p ala b ra, al p a sa r
p o r ella, no pocas veces se co n v ie rte en
el escen ario pro p io de ella. Q u e re r in ­
m ú sic a de la p a lab ra. G rave e r r o r a r ­ te r p r e ta r a v e rd a d e ro s p o e ta s m e d ia n te
tístic o : T ra s v a s a r un a r te en o tro, es ta n p re c a rio in s tru m e n to ; e s d esn atu ral}-
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LA C A M P A N A
zarlos. Q u erer lle v a rla d el sa ló n a l esce­
n a rio , es h a c e rle el m á s m en g u ad o se r­
v icio a la poesía.
L a seño va. S in g e rm a n n o b tien e e l b u s­
cado ap lau so a l in te rp re ta r la s com po­
siciones h uecas de u n C hocano o de u n
S a b a t E rc a sty , v ersific a d o re s p a la b re ro s;
m as, fra c a sa lam en tab lem e n te cuando
q u ie re tr a d u c ir el e sp íritu silen cio so e
in ten so de u n A n tonio M achado. E l d o lo r
recio de L a v u e lta al H ogar, de G u e rra
Ju n q u e iro , co n v iértelo en u n a q u eju m ­
b re p u eril. C osas com o E l S o ld a d ita de
Plo-mo, d e T ris tá n K lin g so r, que e s tá n
e n tr e el verso y el ju g u ete , s í los in te r­
p re ta bien, porque p re c isa m e n te la s co­
sa s asi, q ue están fu e ra de la poesía, son
la s ú n ic a s que deben declam arse.
¡Ah, y qu e no p ro fan e el “M a rtin F ie ­
DE PAÍ-0
24
r r o ” ! E s cosa d em asiad o m áscu la y
se ria p a ra q u e se la p o n g a a s í en r i ­
dículo. C laro e s tá q u e la se ñ o ra S ingerm a n n , con la u d a b le s p ro p ó sito s de h a la ­
g a r el p atrio tism o d e “su público", h a
a rre m e tid o c o n tra el poem a gaucho. Pe­
ro en v erd ad re s u lta b ie n risib le, v e r a
a q u ella m u je r v e stid a co n tú n ic a g rie ­
ga, a h u e c a r la voz y q u e re r h a b la r como
u n m ató n . Ya su s p re c u rso res, los g a u ­
chos de carn av al, nos te n ia n secos.
No e n vano, L eón F elip e, el recogido
y h o n rad « p o e ta esp añ o l, se d ijo :
“ ¡Oh! po b res v erso s m ios
h ijo s d e m í corazón,
que os g u íe D ios y os lib re
de la d e clam ació n !”
X.
X.
VERSOS Y ORACIONES DE CAMINANTE
I
A h o ra a m í rtue sucede
lo c o n tra rio 'q u e a l hidalgo m anehego:
que, tom ó p o r rebaños
¡os ejércitos.
11
¿Qué más ti« ser R e y
que ir de p u erta en p u e rta ? __
¡i Qué va
de m iseria a m ise r ia * . . .
L E O N
F E L I P f c
i
*
ít
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’¿5
LA C A M P A N A DE P A L O
FSfAPARATE
b L IT E R A R I 0
We will make a criticism on any
book that will be sent.—
Fera la critique de toutes les ouevres qui seront envoyé.—
Si farà la critica di tutti i libri che
si ricevano.—
VERBALISMO »PINTORESCO
I bien no es dado h a b la r
aq u í de a rte nuevo porque
a ú n no h a y u n a p roduc­
ción hom ogénea en tal
sentido, puede in te n ta rse
u n com en tario a tra v é s de esp o rád icas
m an ifestacio n es.
L a lim ita c ió n d el ju icio es, pues, fo r­
zosa.
R eferím onos a l a rte nuevo, p resu n to
ex p o n en te de la sen sib ilid ad m oderna.
P o r lo que hace a la lite r a tu ra , n a d a im ­
p lica el rep en tin o flujo de “in n o v a d o res”
m ás o Sienos iconoclastas. F u é siem p re
el cam po de m a n io b ra s p o r excelen . c ía de todos los m ovim ientos M uchas ve­
ces no pasó de a h i en razón de que sólo
e r a u n fenóm eno lite ra rio , hecho ex te n ­
sivo a o tra s partes.
E jem plo de ello es sin d u d a el p re rra fa e ­
lism o cuyo p ontífice, R usM n , es el m ejo r
legado a la p o ste rid a d ; la o b ra p ic tó ric a
lo g rad a conform e a ese canon, no fué m ás
qu e u n a a v e n tu ra de estetas- T al vez no
sea del todo in o p o rtu n o re c o rd a r que Ma­
r in e tti, q u ié ra se o no "p io n e e r” del a rte
nuevo, es un lite ra to . N ad a a rg u y e , pues,
el é x ito p ro s e litis ta de u n a te n d e n c ia en­
tr e los e scrito res, p a ra in f e rir su bondad.
B ien sabem os por lo que aq u í o cu rre, que
en to rn o a u u a re v is ta , s u r je pov m ila g ro ,
u n a “fa la n je de v a n g u a rd ia ” . . . ¿D ónde
e sta b a a n te s que ap are c ie se aq u é lla ? Si
las n u eva s fo r m a s ex p re sa n la se n sib ili­
dad de e s ta época, ¿q u é su e rte r a r a de
se n sib ilid a d te n ía n lo s " p a s a tis ta s ” de
a y e r — con o b ra h a c h a — , to rn ad o s hoy
en fla m a n te s “ u ltra s ” ? ¿M udan acaso de
se n sib ilid a d como de cam isa? E ste es el
cargo irre b a tib le al cu al no p uede su b s­
tra e rs e n in g u n o de ello s: fa lta de h o n ra ­
dez a rtís tic a . A lgunos d e lib erad am en te
le e rá n i n c o n s e c u e n c i a p a ra e v a d ir­
se con a iro so gesto de reb eld es o con p re ­
te x to s fá c ile s d e a rd o r ju v en il. E l otro
cargo es la triv ia lid a d , estig m a in e x c u sa ­
ble en A rte. La ó rb ita que sep a ra ambosp u n to s es la in fin ita se rie de p o sib ilid ad es
cuya realizació n es to ta lm e n te libre.
E l v erb alism o p in to resco es u n a ju e ra
m o dalidad. E ste c a lific a tiv o que tom am os
de E d m o n d Ja lo u x (fu e ra de to d a sospe­
c h a se c ta ria ) p areció n o s irreem p lazab le.
C aen d e n tro fie él lib ro s ín te g ro s y u n
sin fin de pág in as, d en sas de estuco re tó ­
rico. M uchas re v ista s que hoy sirv e n de
trap ecio a esas “c lo w n e ría s” , d esap arece­
rá n m a ñ a n a e n tre in v a so ra s p ilas de revo­
que y polvo. D ecim os que es u n a m era
m odalid ad po rq u e sin el frag m en tism o
— p ro b lem a que re v iste a h o ra en lite r a ­
tu r a su m a im p o rta n c ia — no p o d ría exia»
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LA C A M P A N A
ti r . Y e ste últim o , sábese que su s c u lto ­
res, ganosos de a fian zarlo , lo h a ce n en ­
tr o n c a r con el susodicho a r te nuevo, e s ta ­
do m ay o r dialéctico p a ra o fensivas >
re tira d a s . E n tre nosotros, su p reced en te
in m ed iato es la irru p c ió n de la greguería,
cuyo éxito débese ta l vez, a que su autor,
tra tá n d o se de u n a em isión pava A m érica,
convino en a d ju n ta r com o p ro p a g a n d a la
clave o r e c e t a .. . (Y a se vió qué m a ra v i­
lloso in v en to es el H isp a n o a m e ric a n is­
m o.) E s u n modo 'le e x p lic a r su rá p id a
p ro fu sió n . D ejem os, no o b sta n te , a p a rte
dichos fa c to re s; estab lecer el p ro n tu a rio
d e la m o d alid ad a lu d id a es lo que im ­
p o rta.
A ctu alm en te la
g regu ería e s tá p o r
a b a n d o n a r el p a n ta ló n de p a n a y la c h a ­
q u e ta de o rig e n ; es decir, e stá d esesp añ o ­
lizándose. N ad a m á s fá c il q u a e s ta a d ap ­
tación. H acem os re fe re n c ia a la “ g reg u e­
r ía c rio lla ” ( ! ) que hace poco vim os en
u n a re v ista . E l c alificativ o es a rb itra rio
p u es no e x iste v a ria n te a lg u n a de im p o r­
ta n cia, a u n q u e d eb iera h a b e rla , en m é rito
a l m atiz local, de ex p re sa la titu d que se
le h a asignado. P o r o tr a p a rte y a te n ié n ­
d onos a la acepción del té rm in o g reg u e­
ría, la qu e e x a lta G óm ez de la S e rn a —
g rito s confusos, clam o r de rec u e rd o s y
sensaciones — no es m enos in c o m p ren si­
ble el epíteto. H acien d o a lu s ió n a o tro s
fenóm enos que sin s e r de la v id a p síq u ica,
■son ig u a lm e n te genéricos, p o d ría se le a d s­
c r ib ir ta m b ié n crio lled ad a l c ala m b re, p o r
e je m p lo . . . E n cu an to a l m étodo, es de
suyo h a rto sig n ificativ o . No alca n zam o s
a e n te n d e r, cóm o es dable e sp e ra r u n a
o b ra in te n s a con estos p rec e d e n te s; la
p o ten cialid ad excluya recu rso s de ese gé­
n ero.
S in la a b u n d a n c ia léxica de Gómez de
la S e rn a y, sobre todo, sin su se n sib ili­
d ad — d o tes in n eg ab les — , n u e stro s g ra fó ­
m anos ca u sa n u n a im p resió n d eso lad o ra.
L a g a r r u le r ía es su único elem ento. Su
fu n am b u lísm o no es m ás q u e b u rd a p ay a­
sa d a. A nte e sa pu b licid ad de b o rra d o re s,
p reg ú n ta m e n o s a lg u n a vez cu ál es su sen ­
tid o crítico , el ín tim o co n tro l, b rú ju la de
todo a rtis ta . Si lo poseen (d ifíc ilm e n te )
la v an id ad h a de sobornarlo . D am os a con­
tin u a c ió n alg u n o s “sp ecim en s” m ás o m e­
nos ilu stra tiv o s;
L os W o * de los tam beros tom an M
fo rm a .1/ el color de las teta s d e las vacas.
DE P A L O
S e ha dado el caso que han perdido hasta
las miau.
L o s caballos se m u even co n tin u a m en te,
por m iedo (le que si se in m o v iliza n , los
llen en do paja y los lleven a la talabar­
tería.
E l gato m elodioso, en u n rincón se fu ­
m a las pupilas.
X ríe e strep ito sa m en te, regido por el
prisma, in q u ieta d o r de su anillo.
A la. J ir a fa aun 110 la h a n descubierto
los y a n q u is ; el día q u e esto suceda la
u tiliza rá n h a sta para vender chocolati­
nes en los paseos p ú b lic o s; Iwego ven d rá
la exp lo ta ción p ro fesio n a l y p o n d rá n a
la jira fa para fisc a liza r la leche de las
a m as de cría, etc., etc.
C uerpos q u e se d esp a rra m a n sobre sí
m ism os.
L o s únicos brazos e n tr e tos cítales uno
se re sig n a ría a pa sa rse la vida, son los
brazos de las e sta tu a s que han perdido
los brazos.
E sto es sólo d e lo que se p e rp e tra en
prosa., si es líc ito h a b la r así, p u es a m e­
n u d o , es u n a je rg a in sex u ad a. Los greg u e riz a n te s líric o s son m ás au d aces. E n
ese orbe no se d istin g u e n de los " u ltr a s ”.
T ie n e n u n copioso stock de po n ien tes,
calles p a ra p a se a r su s rip io s e in n ú m e ra s
esq u in a s y h o rca s en liq u id ació n , todo b a­
jo u n cielo "m illo n a rio ” de e stre lla s o u n a
c la rid a d de b a n d e ra s d e sp le g a d a s!. . . (N o
es preciso a c la ra r que esto sólo se re fie ­
re a los u su fru c tu a rio s de e sa ten d en c ia,
fa lto s d e o rig in a lid a a y vocación.) Con
ta l fó rm u la , tie n e que s e r b alad ! c u a n to
h a g a n dich o s im ita d o re s. ¿N o b a s ta ría
s e ñ a la r su fácil fa c tu ia , in ap elab le carero
a rtís tic o ? D á g rim a p e n sa r e n el fabuloso
n ú m ero de g reg u ería s a u n in é d ita s! M e­
nos m a l si o ste n ta se n siem p re su nom bre
g en érico ; fác ilm e n te se e v ita ría n . D lsí- .«•
m u la d a s con d iv erso s títu lo s, el a s a lto es
seg u ro t . . . ¿C uál es la receta de esas te ­
m ib les p íld o ras? E sto es m á s d ifíc il d e
„
lo q u e p arece, p u es s k n d o en sí n a d e ría s,
s u ex p licació n ló g ica re v e s tiría in e sp e ra ­
d a tra n sc e n d e n c ia. O tro es el p ro ced im ien ­
to in q u isitiv o , puesto que su base es ju s­
ta m e n te lo ilógico. E s o p o rtu n o re c o rd a r
que cierto s te o riz a n te s de la n u e v a estetic a exig en u n a esp ecial a c titu d co m p ren ­
siva. A unque en p a rtic u la r no se re firie ­
se a ésto, es p e rtin e n te lo que a pro p ó ­
sito de P érez de A yala, e sc rib ía hace poco
www.federacionlibertaria.org
27
LA C A M P A N A D E P A L O
G u illerm o de T o rre : " . . . p u e s d a d a su
fu e rte trab azó n h u m an ística , no lle g a ría
ja m á s a colocarse en ese estad o de silv es­
tre "ad am ism o ” in te lectu al, de v io le n ta
e lim in a c ió n de las nociones a d q u irid a s
que p a ra la com p rensión de esas fó rm u las
se r e c l a m a . . . ” Id én tico modo de s e n tir
e x p re sa n e sta s p ala b ra s de F ra n c is de
M iom andre en un estu d io consagrado a
G irau d o u x ( 1 ) : "Sí, lo que im p o rta es,
en efecto, el u n iv erso creado por G ira u ­
doux. E ste u n iv erso es sobre todo se n si­
ble, esen cialm en te físico, seg ú n conviene
al m undo soñado p o r el a lm a de u n niño.
Se h a n excluido de él la pasió n , las có­
le ras, to d a s las tu rb u le n c ia s y las fe ald a­
des no in te rv ie n e n m ás que com o elem en­
tos pintorescos, un poco risib le s”. A da­
m ism o o in fa n tilid a d que sirv e de p la ta ­
fo rm a p a ra tr a z a r después en el a ire las
m ás d is p a ra ta d a s p iru e ta s y sa lto s acro ­
báticos. Como se observa, la concesión
que éstos re clam an f s fu n d am e n tal. Y en
su concepto, q uien no se a ju s te a ella,
e m itirá u n juicio erróneo. Se su b ra y a
,
sola la com odidad de e sta a c titu d , cuya
p re te n sió n es deso rb itad a. E n c u a n to a
n u e stro s "in n o v a d o re s” — c o n sig n a ta rio s
de la g reguería — creen que u n a m era
o bservación, u n a a c e rta d a im ag en , un re ­
tru é c a n o o la rá p id a n o tació n de un e sta ­
do de ánim o, b a sta n p a ra im p o n erse. E sto
cuando todo no es m ás que sim p le p a­
labreo, fatig o sa s divagaciones sin su b s­
ta n c ia a lg u n a . E n am bos casos, el papel
que ju e g a el verb alism o pin to resco , es
p re d o m in an te. A la a p u n ta d a a c titu d in ­
fa n til o “ ad am ism o ”, de ing en u o asom bro
p o r to d as las cosas, com o si recién se
d e sp ertase a la v ida, ú nese u n a d e lib e ra ­
d a ex p resió n com pleja, un siste m á tic o re ­
b u scam ien to en el decir. Su co n sig n a es
ro m p er, d islo car las form as. Sin ser lince,
se a d v ie rte a l p ronto que es inco m p atib le
->r e tro tr a e rs e a u n a edad y a su p e ra d a, bio­
ló g ica e h istó ric a m e n te , donde la explica- ció n de todos los fenóm enos es elem ental,
y ese herm ético m odo de e x te rio riz a rlo s.
P e ro e sa es la clave: envolver en m u ch as
h o ja s de papel u n a c a ja vacía. E n ta l ca­
so, es in ap re c ia b le colabo rad o r la fa tu i­
dad del que lee. “Cómo es posible — di-
(1 ) “L e P a villo n dn m a n d a rín ", pági­
n a 244.
ra n se m uchos — em p le a r sin n in g ú n ob­
je to ta n ta s p a la b ra s? Debe te n e r u n sen­
tid o o culto que yo no alcan zo .” Y de esa
fo rm a los a d m ira d o re s se su m an . E n r i ­
gor, su a d m ira c ió n :io es del todo im pro,
pia, p o r c u a n to ellos, incluso los filisteo s
con su sen tid o com ún, no se a v e n tu ra ­
ría n n u n c a a ta m a ñ a a u d a c ia : e sc rib ir
sin m otivo n i fin a lid a d alg u n os, d a r el
en g en d ro a la p u b licid ad y p o r si es poco,
p re te n d e r a ú n só lid a re p u tació n . T ie rra
fé rtil la n u e stra , donde todo a rr a ig a con
su m a facilidad, la “fu m iste rie ” e stá sin ­
tién d o se como en su c a s a . . .
La greg u ería e s tá condenada a se r in ­
com pleta. L a v a rie d a d de n o m b re s—“d is­
p a ra te s ”, “v irg u e ría s ”, e tc .,— carece de
im p o rta n c ia pues no son sino an tifaces.
Los elem en to s no su fre n m odificació n
a lg u n a. S u s c u lto re s a fá n a n se g e n e ra l­
m ente p o r d e s c rib ir el estad o de ánim o,
ese desasosiego del e s p íritu que precede
o sucede a u n sen tim ien to . De ahí su eje­
cución im p re sio n ista. No hay n a d a p reci­
so, concreto, en u n a p alab ra, lógico, que
a p re h e n d e r; po r el c o n tra rio , todo e s d i­
fuso, vago, p u ra s in sin u acio n es. A esa
au sen cia de c o n to rn o s obedece que en la.
greguería sólo h a y a , a lo sum o, im ágenes.
L a g reg u ería en sí no es m ás que u n co­
n ato , un d esesp erad o in te n to de ex te rio rización. A tra v é s de •rila, se ad iv in a el le­
cho del e sp íritu . E s como u n m o tín de
in fu so rio s v is to s en el cam po del m icro s­
copio. Lo ev id en cia el se n tid o m ism o que
le a trib u y e Gómez de la S ern a a la p ala ­
b ra “g re g e ría ” : a u n q u e en rig o r e stá in é­
d ita h a s ta a h o ra la defin ició n p recisa.
Su p re s u n ta te o ría que a m odo de p ró­
logo ap arece en “G re g u e ría se le c ta ”, no
es sin o u n co n ju n to de g re g u e ría s m ás.
P o r lo que a ta ñ e al sen tid o de esta s cé­
lu la s lite ra ria s , es siem p re u n ifo rm e: a l­
g a ra d a , in fe n ite sim a l bullicio, clam o r que
p rom ueven en el fondo del e sp íritu miria d a s de sensaciones y recu erd o s, des­
p e rtad o s a l paso de u n a fu e rte im p re­
sió n y que, a m edio e n te r r a r en ese lé­
gam o o sed im ento , se in c o rp o ra n y g ri­
tan , com o n á u fra g o s, resistién d o se a d e s­
aparecer. E n su m ay o ría, co n siste n en
u n a m e ra tra n sp o sic ió n de sen sacio n es
cuyo m edio ex p re siv o es n e c esa ria m e n te
la im agen. A n tes que d e lin e a r, se tr a ta
de a lu d ir a los fenóm enos de la vida
psíquica, en especial aq u ello s m ás efí-
www.federacionlibertaria.org
'
LA
CAMPANA
•
DE
V
PALO
____________________________
m e ro s y su tiles. E sto en c u a n to a su s cul
to r e s m ás conspicuos, que p e rfeccio n aro n
y c o n tin ú a n el “poem a e n p ro sa ” d e B au ­
d e la ire y a l R im b au d de "L ès illu m in a ­
tio n s ”. De los o tro s es ocioso h a b l a r . . .
F u e ra de a lg u n a s publicacio n es “selec­
ta s ” qu e resu m en las n u e v a s co rrien tes,
la g reg u ería tr a s de im p o n er a llí su señ o ­
río , fla n q u e ó el circu lo de la s d em ás re ­
v ista s y sem an ario s, con s in g u la r fo rtu n a .
H oy puede d ecirse qu e es del dom inio
p ú b lic o ... G racias a ella, p lu m as a n te s
reacias, colm an hoy c u a rtilla s s in cuento.
A no se r la d ifu sió n que a h o ra tien e, po­
cos se h u b ie ra n a tre v id o a f irm a r co sitas
asi, p o r lo com ún de u n a p asm o sa fu tili­
d a d y, m enos, a h a c e r de ellas u n cu lto
casi exclusivo. E s como tro c a r el p y ja m a
e n tr a je de calle. E sp ecialm en te p a ra los
neófitos, q u izás sea h a s ta re c o m e n d a b a
e s a su e rte de ejercicios lite ra rio s , sin o tro
objeto q ue a d q u ir ir c ie rta a g ilid a d e x p re ­
siv a : to d a d is c ip lin a exige im p re scin d i­
b lem en te u n noviciado. P ero re n u n c ia r
m á s esfuerzos, p rese n te n ta n d o esas m u es­
tr a s com o ú ltim a asp iració n , eso no es
sólo u n e r r o r de p ersp e c tiv a lite ra ria ,
tru e q u e de {unciones, sin o q u e en espe­
cial d e n o ta u n a aflig e n te f a lta d e concien­
c ia a rtís tic a . E n c u an to a Gómez de la
S e rn a , citem os e s ta su g e re n te fra se de
C ansinos A ssens: “P ien so q u e el único
m edio de ven cer a e ste ju v e n il A q u iles es
h e rirle con u n a lá g rim a .”
L U I S
E M I L I O
S O T O
“ OCRE” — Alfonsina Storni.—
P a u p é rrim a en p o etisas se m u e s tra la
lite r a tu r a a rg e n tin a . P u lu la n p o r la s r e ­
v is ta s sem an ales u n a o dos docenas de
m u je re s que g a rra p a te a n re n g lo n e s cor­
tos. E xcepto R osa G arcía C osta, que a n u n ­
ció u n a in te re s a n te p erso n a lid a d , a h o ra
c a lla d a , y A lfo n sin a S to rn i, cuyo es este
Ocre, su cu arto lib ro ; n in g u n a m erece
m en ció n siq u ie ra . Q u ien no se d ilu y e en
a c a ra m e la d a s triv ia lid a d e s, copia a la
A g u stin i, la o rig in a l y p e rn icio sa p o eti­
sa u ru g u a y a . A lfo n sin a S to rn i e s la fi­
g u ra de m ás relieve. Y a debe ju zg á rse ­
la fu e ra del re la tiv o círcu lo de la fem in i­
d a d ; tie n e alg u n o s poem as buenos. ¿S e
h a lla n en O cre? M uy pocos, a p e sa r del
n ú m e ro de su s com posiciones. P o e tisa
m á s c e reb ral q ue sen tid o ra , A lfo n sin a
S to r n i “fa b ric a ” m uch o s d e su s v e rso s; y
■-
'. ' -VÂ.
----- 28
___ __
c o a ta l m a te ria com pone lib ro s. A l tra vé& d e e llo s se v e, pu es, l a a c titu d . Q u ien
$'
tie n e esa e n v erg a d u ra in te le ctu al, com ete
u n e rr o r escrib ie n d o en verso, a r te q u e
e stá reserv ad o a los sen tid o res. E n la
p rosa, la S to rn i es m á s p e rso n a l; p e ro
e lla se o b stin a én e sc rib ir v e r s o s .. .
M u jer in d ep en d ien te, choca c o n tra la /
v u lg a rid a d , ac o razad a de p reju icio s, del
h om bre. M u jer in te lig e n te , ve feliz a la
m e d io c re , a la q u e se sa tisfac e con la m ii
g a ja de a m o r que el h o m b re le tira . E lla
b u sca u n hom b re lib re, p a ra e x ig ir el
a m o r que m erece. No lo h a lla : v u lg a rid a d '
y to rp e z a le sa le n al paso. Y su alm a d a
c o n tra e llas y en ellas se d e s g a r r a ... jv
E ste es el d ra m a q u e tra d u c e e n a lg u ­
n a s — la s m e jo re s — com posiciones de
su iibro. ¡Si todo él fu e ra com o: Y agre*
ga la te rc e ra ; q u é b u en lib ro se ria ! No **
lo es. P erju d íc a lo el m o n tó n d e com posi­
ciones in co lo ras q u e en él ab u n d a n . ¿Y
ese a fá n d e h a c e r sonetos?... ¿ P o r ‘qué
a h o ra que la poesía h a evolucionado, ha|
c ia u n a m ay o r b rev ed ad ? R e su lta dé ese.,, |
a fá n que a veces la v e rsificació n es .dú- -jíh
r a y rip io sa. A lfo n sin a S to rn i a ú n • si-".,'2*
gue p ro m etien d o e sc rib ir u n b uen lib ro . ¿ J j ;
¿Lo e s c rib irá ? __
£ jv y
X. •
X:
rW
D i rigen es — L a P la ta , M arzo-m ajo 1825. ^ <
E n la s épocas dé m ás g ro se ro m ateriaíis^V '
mo, cu an d o los h o m b res se a h o g an en la J \ a v a ric ia o la p ro d ig a lid a d , e n la codicia-; ,,
o e n la lu ju ria , s u rg e m á s v ehem en te, m á s '^ g
a lq u ita ra d o q u e n u n c a el an h elq de idealid ad y de asp irac ió n h a c ia u n a é tic a m á s
-■
ab scó n d ita, m á s in te rio r que e x te rio r. E f , 4;
se n tim ie n to de relig io sid a d se re p lie g a í
sobre sí m ism o, rep elien d o el fetich ism o , •*
la rito lo g ía d e p rá ctica , y v u élcase e n 4 a
poesía, e n el lib ro o refú g ia se , a veee§.
]\
en u n a re v istu c h a de red u cid o form ato," dé
asp ecto m odesto y d e u n a d esnudez que
d e la ta la n o b leza y la d is tin c ió n d e q u ie-1* i*
n es c u id a n el vaso y el contenido.
H em os n o m b rad o a D iógenes, u n a p u ­
b licación co m p u esta o e s c rita p o r u n n ú ­
cleo, com o a ellos les place den o m in arse.'
E ste a n h e lo de id ea lid a d &e d esb o rd a en
su s p á g in a s en u n a p ro s a tra n s lú c id a y d e
,
ritm o sereno. Lo q u e se dice sobre G aniv e t y sobre L ug o n es es lo m á s ju s to dé
tono q u e e scu ch áram o s o ley éram o s has­
ta a h o ra .
"
'" w l^
www.federacionlibertaria.org
29
:ktS
LA C A M P A N A DE P A L O
imisiia v
flllfSUANTEfe
LOS CONCIERTOS DE LA A. P. 0.
N S E R M E T , d ire c to r de o rq u e sta de
consu m ad a h ab ilid ad , es capaz de
d a r v id a y sa c a r p a rtid o del m ás in.. S ig n ific a n te d e ta lle orquestal.
; D escuella en 1& in te rp re ta c ió n de o b ras
‘ ^ •en q u e p red o m in an el d in am ism o y el
'c o lo r; de a h i su a c ie rto con D ebussy y
■en los ru so s m odernos.
E n su o rq u esta no hay ja m á s u n d e ta ­
ll e v io len to o e s trid e n te ; todo lo e sfu m a;
l a so n o rid ad es b la n d a ; el g u sto queda
satisfech o ;
P ero e n la m ú sica psíquica: por exce­
len cia, no ra y a a la m ism a a ltu r a que
« n la m ú sica co lo rista, p u es se com place
d em asiad o e n lo e x te r io r y adem ás, o p o r
lo m ism o, carece d e potencia.
A
Y
es p o r eso que nos o frece u n Beethoven e le g a n te y m u n d an o , león' d e m elen a
en g o m in a d a y de u ñ a s b ien p u lid a s y
lu stra d a s.
“D A N S L E J A R D IN D E S M O R T S ”, D E
J. J. C A S T R O
E ste poem a sinfónico, p rem iad o e n el
C ertam en o rg an izad o p o r la A sociación
del P ro feso rad o O rq u estal en 1924, h a d a ­
do m otivo a m il o p in io n es de q u k n e s se
c re e n m úsicos y de los d em ás, q u e no
e n tie n d e n u n a p a la b ra de m ú sica.
A lgunos crítico s, ( ¡ ) con su descono­
cim ien to e in co n scien cia h ab itu ales, h a n
dicho q u e el poem a es rebuscado y oon
www.federacionlibertaria.org
LA C A M P A N A
DE P A L O . —
com pleto, p u es la in stru m e n ta c ió n cum ­
in ten cio n es d e slu m b rad o ras, lo c u al no
ple su rol p rin c ip a l c u an d o e s tá su p ed i­
es 'verdad; y la g ra n m a y o ría opinó Que
la o b ra e ra “m a e s tra ”, y tam poco h a n es­ ta d a al d e sa rro lló de la id ea m u sic a l y
no cu an d o se p a ra liz a d e n tro de su s pro­
tado e n lo cierto.
pios m edios.
*
E l poem a no es rebuscado n i in te n ta
d eslu m b rar, p orque e s tá p lagado de fó r­
E n g en eral, “Le ja r d ín des m o rts ” de­
n o ta vacio fria ld a d , fa lta d§ p a sió n ; pa­
m u la s u su a le s; y no es u n a o b ra m a e s tra
p or las tr e s cu estio n es que nos atrev em o s
rece que su a u t o r , a l e n tre g a rse te m ie ra
caer en la v u lg a rid a d . ¿ S e rá e l a su n to
a p la n tearle.
L a p rim e ra es acerca del exo tism o u sa­
lite ra rio , ta n pobre, q u ien in c ap a c itó a .
C a stro p a ra d esenvolver su s b u en as c u a ­
do com o m edio de e x p re s a r la a n g u stia
de un in d iv id u o qu e en su a g o n ía, re c u e r­ lid ad es?
E s cie rto que a lg u n a s de ellas v u elv en
d a la in fid e lid a d de su esposa, y duda,
por a m o r a su h ija , de h a c e r lle g a r su
a a p a re c e r a l fin a l del poem a, en q u e la
a n a te m a a oídos de la in fie l: a su n to
concepción es elevada y m uy b u e n a la
so n o ridad o rq u e s ta l; pero som os de loe
b an al si los hay.
E sa s fó rm u la s ex ó ticas y co lo rista s ta n
q u e a n tep o n em o s e l c o n ju n to a los deta-.
u sad as p o r los fran ceses m o d ern o s (v e n ­ lies, y el “q u é d e c ir” a l “cóm o d e c ir”, y
g a o no a l c a so ), e stá n m u y fu e ra de lu­ e s por eso que e s ta m ú s ic a n o s re s u lta
g a r en un poem a tan lú g u b re e insulso,
en g e n e ra l fría , m u y p u lid a , es v e rd a d ,
y q u e n a d a tie n e de exótico. A p arte de
p e ro q u e n o co n sig u e convencer.
.
q ue e l exotism o, como exp resió n de a rte ,
es producto p u ro d e r a r a in d iv id u a lid a d ,
Como n u e v a m u e s tra de la c a la m ito sa
q ue no puede s e r seg u id a s in c a e r f a ta l­ p roducción d e n u e stro s m al llam adosm e n te e n la im itació n . N o h ay q u e olvi­
"fo lk lo rista s” , la A sociación del P ro feso -,
d a r que los “ra ro s ” en el a rte , son siem ­ ra d o O rq u estal n o s (lió a conocer “Jard i-w
p re excepciones, y q ue los W atteau , los
n e s”, del señor A th o s P a lm a.
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Poe o los D ebussy h a n sido ta n d e rro ­
H ay poco q u e d e c ir de esa obra, oomo ,
ch ad o res de su teso ro , q u e ja m á s d e ja ­ n o s e a s e ñ a la r la co m p leta idiotez en la s
ro n p a trim o n io a h e re d a r.
id eas y el desco n o cim ien to de la fo rm a y
d e la orquestación.
L a seg u n d a cuestión j i r a a lred e d o r de
E sto s m úsicos a la m oda, d e la ta n .de­
la form a.
c a n ta d a Excítela Nacionalista*, ¿p o r q u é
E l poem a se in ic ia m uy bien, y su p ri­ a lte rn a n ritm o s y m otivos n acio n a les con
m e ra p a rte es de u n a m ag n ific a e x p re­ a rm o n ía s e in s tru m e n ta c ió n m al copia­
sió n líric a y de e sp lé n d id a so n o rid ad o r­
das a los ru s o s y a los fran c ese s m o d e r;
q u estal, lo c u a l d a a e n te n d e r q u e e n es­ no s?: sen c illam e n te p o rq u e s in ese d is­
te trozo, el m úsico no h a tem id o e n tre ­ fraz e fe c tista a p a re c e ría n a l d esn u d o CO-'
g arse.
sa s ta n feas como el no te n e r n a d a q u e
P ero la defo rm id ad a p a re c e e n la p a rte
e x p resa r o ex p resad o p ésim am en te.
c e n tra l, h a rto rap só d ica, donde los tem as
E s en co m iab le en a lto g ra d o la id e a do ,
d iv ag an h a s ta el cansancio, carecien d o
colocar e n los p ro g ra m a s, ju n to a vertía*
de u n a lógica qu e los h a g a so sten erse
d ero s m aestro s, a esto s aficio n a d o s nacáop o r sí m ism os.
tia lista s, p a r a q u e a s í e l p ú b lico se d ie r a *
Y
la te rc e ra cu estió n e s tá en la in s­ c u e n ta d e lo que no v a le n ; pero, por d es­
tru m e n ta c ió n d e ese m ism o tro zo , p len a ­ g ra cia , n u e stro público tie n e m u y am pliaatra g a d e ra s , y ju n to a D ebussy o a S tra u s»
m en te lú g u b re se g ú n el a rg u m e n to y la
ap lau d a a ra b ia r a Boero, López B u c h arm ú sica, y qu e a p arece s a tu ra d o d e colo­
raciones p in to re sc a s cuan d o no e strid e n ­ do, A th o s P alm a , U g a r te ...
J U A N
C A R L O S
P A Z
te s y ch illo n as, cosa in ju stific a d a p or
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