lecciones y conferencias

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Reu. Med. Uniu. !Yavarra XII; 55, 1968
LECCIONES Y CONFERENCIAS
La dinámica de la contracción cardiaca desde el punto
de vista morfo lógico
A. Puff *
Antes, las enfermedades del corazón y
de la circulación pertenecían al campo
del internista. Solamente en estos últimos
tiempos han entrado en la esfera del cirujano. Los modernos métodos de narcosis, la hipotermia y el corazón-pulmón
artificial han permitido un notable crecimiento de la cirugía cardíaca.
La manipulación quirúrgica del corazón
ha llamado la atención de nuevo, sobre
problemas anatomapatológicos olvidados
o inadvertidos durante mucho tiempo:
El aparato valvular y la importancia funcional del anillo fibroso, el significado
mecánico de los vasos cardíacos, así como de los receptores de dilatación en el
sistema excitoconductor.
miento de la insuficiencia relativa mitral
y tricúspide así como el difícil problema
de la sustitución de las válvulas cardíacas.
Es pues, objetivo del morfólogo, demostrar las relaciones entre forma y función
y crear una nueva base morfológica en
la fisiología del corazón.
Muchas técnicas cardíacas no han tenido
todavía los éxitos funcionales esperados.
Quiero mencionar, solamente, el trata-
Los elementos estructurales del corazón
forman una unidad funcional. La primera condición para la actividad normal
del corazón sano es un sinergismo armónico de todos los elementos individuales:
El sistema de tejido conjuntivo en el corazón facilita el éxito del trabajo del miocardio, y coordina éste con la función del
aparato vascular. Por otra parte, el curso normal de la onda de contracción en
el miocardio depende del sistema excitoconductor.
Universidad de Friburgo/Brisgovia. Instituto de Anatomía. Conferencia pronunciada en
la Facultad de Medicina de la Universidad de
Navarra.
En ningún órgano tienen lugar tan abundantes y rápidos cambios de estructura
como en el corazón. Con el crecimiento del corazón, y el engrosamiento
de las paredes musculares, éstas modifi-
(*)
56
caciones se
cadas.
h, PTJFF
hac~n
cada vez más compli-
Mediante el empleo de las técnicas habituales de preparación no siempre se logra establecer una relación estrecha entre la morfología y la función, pues para
el estudio de la complicada estructura del
miocardio, es necesario apoyarse en un
análisis muy exacto de las funciones.
Sin embargo, tampoco se puede explicar
con los actuales métodos fisiológicos cómo transcurre la contracción en el interior de la pared cardíaca. Los anáHsis de
estructura y de función tienen que completarse mutuamente.
Nuestros conocimientos son todavía incompletos. Así pues, la representación y
Vol. XII
descripción morfológica de los espacios
intersticiales del tejido conjuntivo, que se
hallan en torno al sistema excitoconductor, no nos dice nada todavía acerca de
su significación funcional. Y esto es, precisamente, de especial interés desde el
punto de vista del patólogo, ya que aquellos lugares en los que predomina el intersticio están fuertemente embebidos y
la corriente humoral es muy intensa, por
lo que se favorece la llegada de
los tóxicos metabólicos a las fibras miocárdicas y a las encargadas de la transmisión de estímulos.
Según los conceptos tradicionales, se considera al ventrículo como un músculo
hueco, que e~ la fase de contracción aumenta su tensión parietal mediante la con-
Fig. l. Representación esquemática del sistema fibrilar, en ambos ventrículos y sus relaciones con los músculos papilares.
Izquierda: Ventrículo derecho
Derecha: Ventrículo izquierdo.
En negro: Sistema fibrilar de la vía de aflujo.
En blanco: Sistema fibrilar de la vía de expulsión.
Marzo 1963
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIACA
tracción isométrica, expulsando la sangre
después de vencer la presión arterial y de
abrir las válvulas. Según este concepto,
todas las fibras tendrían que contraerse
al mismo tiempo.
La disposición especial de las espirales
musculares en las vías de aflujo y de expulsión requiere que, en una contracción
simultánea de todos los ,sistema,s de fibras, su efecto sea tal, que al actuar uno
de ellos deje de actuar su opuesto (fig. 1).
Fig. 2. Dispositivo experimental para las imágenes simultáneas del
E.C.G. y del corazón
con cámara lenta.
1: Tomavistas. 2: Mesa de mandos. 3 : Soporte del espejo. 4:
Lámpara especial. 5:
Caja del espejo para
proyección del corazón
descubierto. 6: Espejo
doble cruzado con la
trayectoria del rayo dibujada. 7: Optica de
compensación para el
E.C.G. 8: Espejo de
desviación par a e 1
E.C.G. 9: Iluminación
del E.C.G. 10: Inscriptor directo del E.C.G ... ¡
11: Mesa de operacio-4l
nes. 12: Marca de la~.
superficie del corazón.\!
57
De este conocimiento anatómico ,se podía deducir que la contracción se efectúa
~egún un esquema témpora-espacial por
los sistemas de fibras musculares. La cámara lenta de alta frecuencia, de 1.000
im'.Ígenes/seg. (fig. 2), muestra claramente que las contracciones de las vías de
aflujo y de expulsión se suceden temporalmente en la fase de tensión. Hay que
abandonar el antiguo concepto de una
contracción isométrica del ventrículo, en
el momento de tensión sin acortamiento
60
A. PUl'F
Vol. Xl!
Fig. 4b.
Representación esquemática del
movimiento del ¡¡gujero
atrioventricular.
En negro: Sin alteración
Rayado: Distensión y
contracción del anillo
A V. Hoja de puerta
con eje en el septum
ventricular.
tricular, las fibras se ponen erectas. Con
ello, los puntos de apoyo situados en la
foz del anillo se aproximan. Se Jogra el
despliegue diastólico, mediante la reordenación de las fibras conjuntivas en dirección tangencial y separación de los puntos de apoyo de inserción (fig. 6).
Los tiempos de contracción de las vías
de aflujo y de expulsión son exactamente los mismos. Del mismo modo que el
comienzo de la contracción viene diferido en el tiempo, se difiere también, naturalmente, el final de la contracción.
Primero se relajan el músculo papilar y
la vía de aflujo, mientras que todavía persiste la contracción de la vía de expulsión. De esto resulta un descenso de presión en el ventrículo y posteriormente en
la válvula pulmonar. La contracción continuada de la vía de expulsión, reempuja
la sangre residual al interior de la vía
de aflujo, que entonces se despliega.
La ulterior dilatación diastólica del anillo
atrioventricular se consigue, principalmente, mediante esta sangre residual que refluye y que, por otro lado, favorece la
circulación en las arterias coronarias epicárdicas. Aunque la contracción auricular
complete la repleción ventricular, no se
la puede hacer responsable del nuevo ascenso del plano valvular, ya que aquella
aparece demasiado tarde.
También en el ventrículo izquierdo, el
curso del sístole consta de tres fases :
l.ª fase: Contracción de la vía de aflujo
y despliegue de la vía de expulsión. Con ello se forma la pared lateral de la vía de expulsión, no existente en la diásto·
le, que se forma a partir de los
músculos papilares y la pared
contraída.
La repleción de su sección api-
Marzo l'.tcB
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIACA
61
Fig. 5. Corte horizontal a través de la base
ventricular de un corazón fijado en sístole.
1 : Agujero mitral. 2:
Agujero tricúspide. 3:
Agujero pulmonar. 4:
Vía de expulsión del
ventrículo izquierdo. 5:
Anillo fibroso. 6: Trigono fibroso.
cal provoca el choque de la
punta del corazón.
2. ª fase: Principio de la contracción de
la vía de expulsión por medio
de una comprensión de la cavidad subaórtica, de tal forma que
la vía de expulsión se convierte
en un tubo cilíndrico.
3.ª fase: Contracción de la vía de expulsión desde la punta del cora.zón hasta la aorta, con acortamiento de ésta y dilatación de
la base de la aorta (fig. 7).
Sin embargo, en los ventrículos derecho
e izquierdo, las fibras musculares están
colocadas de tal manera que no se encuentran aisladas las unas de las otras,
sino que se mezclan en parte formando
vueltas en forma de ocho y rodeando ambos ventrículos (fig. 8). Así pues, se comprende que los dos ventrículos tienen que
influirse mutuamente en su actividad.
En el ventrículo izquierdo, las vías de
aflujo y de expulsión, no están morfológicamente delimitadas de manera tan clara como lo están en el derecho por el
ostium bulbi,
62
A. PUFF
Las fibras anulares subaórticas de la vía
izquierda de expulsión fijan el contorno
posterior del orificio pulmonar y, estimulan por lo tanto, la expulsión de la sangre
en el ventrículo derecho mediante dilatación de la base pulmonar (fig. 9).
La recuperación de la distensión longitudina,1 elástica de la aorta y de la arteria
pulmonar, ejerce una tracción igualmente
elástica sobre el tabique interventricular
y, por consiguiente, la vía izquierda de expulsión se desplaza fuera del ventrículo
Vol. XII
ma excitoconductor llega al plexo radicular del músculo papilar por encima de la
banda moderadora. Allí, el tejido conjuntivo forma una envoltura estrecha y sólida alrededor de la rama derecha. Sin
embargo, en la transición de la banda
moderadora al plexo radicular, esta envoltura se extiende hasta convertirse en
un embudo de tejido conjuntivo de gran
luz. Aquí no tienen lugar solamente desviaciones de la trama muscular sino también distensiones y desplegamientos.
Fig. 6. Esquema de la
adaptación estructural
en el anillo fibroso en
el sístole y en el diástole.
M: Agujero mitral. T:
Agujero tricúspide. A:
Aorta. P: Arteria pulmonar. O: Puntos de
insercción. (- - - - -) Fibras de tejido conjuntivo del anillo fibroso.
(--) Musculatura ventricular. ( ...... ) Musculatura auricular.
derecho, estimulando de esta manera su
repleción (fig. 10).
Antes hemos llamado la atención sobre
el significado central que el músculo papilar mayor anterior tiene para la contracción ventricular. En la raíz del músculo papilar tienen lugar, en un espacio muy
reducido, desviaciones estructurales extraordinariamente grandes y variadas
(fig. 11 ). Aquí, la rama derecha del siste-
En los lugares donde aparecen las distensiones, las fibras de Purkinje presentan
una estructura muy determinada. Goerttler ha comprobado morfológicamente la
hipótesis de que las fibras de Purkinje no
sirven solamente para la transmisión motora de los estímulos, sino que representan, al mismo tiempo, receptores mecánicos que perciben el estímulo de distensión.
l
Marzo 1968
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIACA
63
Fig. 7. a) Imagen óptica sincronizada del
corazón y del E.C.G.
(ventrículo izquierdo),
en cámara lenta.
b) Representación esquemática de los procesos del movimiento.
l. Fase: Contracción
de la vía de aflujo y
desarrollo de la vía de
expulsión. Además, se
forma la pared lateral
de la vía de expulsión,
no existente durante el
diástole, a partir de los
músculos papilares y
del receso contrario.
2. Fase: Contracción
del receso subaórtico.
3. Fase: Contracción
de la vía de exP.ulsión.
JI
La actividad continua del corazón hace
preciso un suministro muy eficaz de sangre a sus tejidos. De esto se encargan
las arterias coronarias, que además cumplen un trabajo mecánico facilitador del
despliegue diastólico del ventrículo. Según el principio de la autorregulación
automática, el efecto de despliegue del
miocardio se lleva a cabo solamente en
aquellos segmentos del ventrículo que se
están relajando.
En la contracción sitólica de la muscula-
64
A. l'UFF
Vol. XII
tura ventricular se comprimen las ramas
intramurales. Así pues, las arterias coronarias epicárdicas son arterias sometidas
a estenosis intermitentes. Funcionalmente
esto significa lo siguiente : en el sístole
los vasos coronarios intramurales están
vacíos, átonos, en el diástole quedan tensos y llenos, poniéndose rígidos debido al
aumento de tensión de la túnica interna.
Las arterias epicárdicas se distinguen de
los tramos vasculares intramurales por su
estructura histológica, presentando una
musculatura íntima extraordinariamente
desarrollada. Las ramas intramurales no
tienen esta característica en su íntima
(fig. 12).
En la dilatación diastólica de los ventrículos reaccionan, además de la propia
dinámica de la corriente en los vasos co-
a
Fig. 8. Representación esquemática del sistema
fibrilar que discurre conjuntamente alrededor
de ambos ventrículos.
b
Fig. 9. Representación esquemática del funcionamiento de las fibras anulares subaórticas
de la vía de expulsión izquierda, que favorecen el ensanchamiento del agujero pulmonar
en el ventrículo derecho.
a: Precontracción de las fibras anulares subaórticas.
b: Postcontracción de las mismas.
Marz! 1968
LA DINAMICA DE LA CONTRACC!ON CARDIACA
a
65
b
Fig. 10. Esquema del lle.nado del ventrículo derecho por medio de la elevación del septo
interventricular, como consecuencia de la recuperación de la distensión Jongitudinal elástica de los grandes vasos.
Aclaración en el texto:
a : Situación al final del sístole.
b: Elevación del agujero arterial y del tabique ventricular al comienzo del diástole.
Fig. 11. Irradiación dfl
la rama derecha del
sistema excitoconductor
en el plexo radicular
del músculo papilar
mayor anterior.
Embudo de tejido conjuntivo de gran luz con
grandes lagunas de contenido plasmático.
M : Fibras musculares.
R: Fibras excitocondu.ctoras. N: Nervios.
66
Vol. Xll
A. PUFF
a
Fig. 12. a: Transición
de una arteria epicárdica al territorio vascular intramural.
b: Intima en la arteria epicárdica y la membrana elástica interna.
ronarios, fuerzas musculares -reflujo de
la sangre residual- y fuerzas elásticas.
Estas últimas son en parte extraventriculares (recuperación de la distensión longitudinal de los vasos) y en parte ventriculares.
la desviación constante de la trama. Este
sistema favorece la recuperación diastólica de las fibras musculares y, en el sístole, la incorporación de los vasos relajados al tejido muscular que se contrae.
(fig. 13).
En nuestra opinión, la red elástica de la
pared ventricular es el factor que regula
la resistencia interior, que se engendra en
Las fibras elásticas se orientan en su trayecto siguiendo la misma dirección que
las fibras musculares correspondientes.
Marzo 1968
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIACA
a
67
e
E
A
b
Fig.
a:
b:
c:
13. Representación esquemática del trabajo conjuntado del miocardio y de los vasos.
Situación el diástole: el vaso arterial desplegado ¡¡yuda la recuperación. del miocardio.
El vaso arterial en atonía es incorporado en el miocardio que se contrae.
Corte histológico grueso para representar las relaciones del tejido adventicial-elástico
de los vasos con el sistema elástico de las fibras miocárdicas.
A: Arteria; E: Fibras el¡ísticas; M: Fibras miocárdicas.
Cada fibra elástica, en particular, envuelve a "su" fibra muscular con espirales
muy pronunciadas que la enrollan por la
derecha y por la izquierda. Mediante
anastomosis, las fibras forman una red
de mallas anchas y en ángulo agudo.
(Fig. 14). Esto significa que el tejido elástko no prolifera de manera "difusa" a
ttayés del miocardio, sino que está coordinaqo funcionalmente con las fibras muscula.res y participa estructuralmente en la
construcción histológica del tabique interven tricular.
La estructura de la pared de las venas
cardíacas también está directamente relacionada con su función. Las venas epicárdicas son simples senos que pueden opo6
ner resistencia el aumento de pres10n y
dilatación de volumen. Sin embargo, la
trama parietal de tejido conjuntivo sólo
permite la distensión orientada longitudinalmente. Opone una resistencia progresiva a la distensión anular o de volumen.
Las venas intramurales pueden compararse, en cuanto a su estructura y función,
con una bomba tubular. Son esprimidas
por el miocardio hacia el epicardio. Durante la ,relajación diastólica de la musculatura cardíaca, las venas se dilatan longitudinalmente. De esta forma el tubo
va~cular aumenta su longitud, pero no
disminuye su calibre. Del aumento de volumen así producido resulta una aspiración de la región capilar previa. En la
68
A. PUFF
Vol. XII
Fig. 14. Fibras miocárdicas y red elástica
acompañante.
E: Fibras elásticas. M :
Fibras miocárdicas.
sístole, se' produce posteriormente una
compresión que va progresando en el
espacio y en el tiempo, desde el endocardio hasta el epicardio. Por consiguiente,
las venas intramurales son "ordeñadas"
mediante fuerzas externas, es decir, por
medio del miocardio.
III
Bn 1a última parte de mi comunicación
qaiero referirme brevemente al aparato
valvular. Tanto las válvulas atrioventriculares como las válvulas arteriales están
en íntima relación con el esqueleto fibroso ca·rdíaco. Ya hemos hablado acerca de
las adaptaciones estructurales que tienen
lugar a nivel de los anillos tendinosos.
Pero estos cambios de anchura, que tienen
lugar a nivel de los anuli fibrosi durante
'el sístole y el diástole, no afectan a toda
la circunferencia de los mismos. La parte que resulta más afectada es el segmento lateral. Por el contrnrio, la región de
la raíz aórtica y del trígono fibroso permanecen prácticamente inalteradas. El
mayor despliegue y la más intensa compresión, tienen lugar a nivel del segmento
anterior del anillo atrioventricular derecho y de la parte látero-dorsal del anillo
izquierdo (fig. 4b y 6a).
Las válvulas auriculoventriculares constan de un esqueleto fibroso revestidas por
el endocardio. La superficie auricular es
lisa y posee una capa deslizante elásticomuscular relativamente fuerte, con la que
recoge el caudal sanguíneo. Por el contrario, la superficie ventricular sólo tiene
Marzo 1968
LA DINAMICA DE LA CONlRACCION CARDIACA
una capa de endocardio débilmente elástico. Solamente la valva aórtica de la mitral tiene, en razón de su función, superficies lisas a ambos lados, de las que la
correspondiente al ventrículo participa en
la formación de la vía de expulsión.
El aparato de las cuerdas es necesario
para el funcionamiento valvular. Las cuerdas están dispuestas de tal manera que
coordinan de forma precisa la posición
69
de las válvulas con los movimientos ventriculares.
Hemos encontrado relaciones especiales
en la válvula mitral lateral. En este caso,
1a contracción del músculo papilar es importante para el cierre valvular. Recientes
exámenes de su estructura han dado una
explicación morfológica a este mecanismo funcional aparentemente paradógico
(fig. 15a y b). En cuanto a las cuerdas de
M.
v.C h.
Fig. 15. Valva lateral de la mitral.
a: Preparación microscópica de la válvula mitral, del aparato cordal y de los músculos
papilares.
b: Corte histológico a través de la misma región. Para más detalles ver el texto.
M. Valva lateral de la mitral; v. CH. Cuerdas valvulares; a. CH. Cuerdas anulares;
a. F. Fornix anterior, p. F. Fornix posterior, A. f. Anillo fibroso.
70
Vol. XII
A. PUFF
la valva mitral lateral tenemos que
distinguir dos grupos: Las cuerdas anulares, que irradian directamente en el
interior de lanilla fibroso, y las cuerdas
valvulares, que se dirigen hacia el borde de la válvula. En cuanto a su función,
las cuerdas anulares son tendones intermedios entre la musculatura ventricular
y los músculos papilares. Debido al enlace fibrilar entrn el fornix anterior y el
esqueleto valvular, juegan un importante
papel en el cierre de la válvula. El esqueleto conjuntivo de la válvula mitral no
alcanza directamente el anulus fibrosus,
sino que se desvía hacia las cuerdas anulares.
rísticas funcionales especiales de las válvulas atrioventriculares. Las válvulas tienen que cerrar una abertura cuyo calibre
cambia continuamente. Durante la dilatación diastólica se ensancha la base de
la válvula, empleando parte de su superficie, de tal manera que se acorta la longitud de las valvas. Durante la fase sistólica disminuye el perímetro, lo que facilita una mayor extensión longitudinal,
así como una mayor susceptibilidad a la
deformación.
Sería ir demasiado lejos explicar aquí a
fondo el mecanismo de todas las válvulas
cardíacas. Por lo tanto me voy a limitar
, al mecani.smo de la válvula mitral.
Las cuerdas "valvulares" son solamente (Fig. l 6a-d.)
"aparatos de fijación" que impiden la
La apertura valvular se inicia con la reeversión de la válvula.
lajación diastólica de la vía de aflujo, y
El miocardio auricular acompaña en un la dilatación del anillo atrioventricular se
cierto trecho a las válvulas auriculo-ven- efectúa mediante el reflujo de la sangre
triculares a modo de musculatura valvu- residual y el aflujo coronario diastólico.
lar, especialmente a la valva aórtica de Ambas fueúas participan también en la
la mitral y en la valva anterior de la tri- elevación del plano de la válvula, con lo
cúspide. Esta musculatura es responsable que su orificio queda situado por encima
del cierre valvular, de mantener rígidas del volumen sanguíneo. La apertura vallas válvulas y de separarlas de la pared vular se hace de una manera relativamenventricular.
te perezosa, sin que los bordes valvulares
libres alcancen la pared. (Fig. 16).
La facilidad y velocidad con que la válvula mitral se cierra y abre son caracte- Al principio los bordes valvulares libres
a
b
e
d
Fig. 16. R~pr~s~n:ación esquemática del mecanismo de la válvula mitral tras la eficaz
visualización por medio del contraste radiológico del aparato valvular.
Aclaración en el texto.
Marzo 1968
l
71
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIA CA
se desplazan hacia el ventrículo (fig. 16a).
A medida que la relajación del ventrículo
izquierdo y la extensión del espacio interpapilar son más acusados, la válvula penetra más profundamente dentro del ventrículo. De esto resulta un notable abombamiento de las partes valvulares centrales hacia la punta (fig. 16b). Los bordes
libres de las valvas -la sutura valvular- quedan, ciertamente, aún adheridos,
pero ahora de manera invertida (fig. 16b).
Con la apertura del espacio interpapilar
en el ventrículo izquierdo, se aplanan los
arcos cordales. de los bordes valvulares,
situados entre el grupo anterior y posterior de los músculos papilares, y la valva
puede girar hacia a bajo sin tensión para
formar, durante la apertura, la luz real
del aflujo (fig. 16a).
Ahora, las valvas se abren en forma de
infundíbulo hacia la punta del corazón
y forman una especie de canal; la base
valvular se levanta (fig. 16d). De ello resultan movimientos antidrómicos según
muestra el análisis cineradiográfico. Con
su ayuda, se aprecia cómo la sangre con
el contraste desciende a través del em-
budo, mientras la base valvular asciende
por encima del medio de contraste
(acción de calzarse las botas).
Por consiguiente, la apertura valvular y
el paso del médio de contraste desde la
aurícula al ventrículo se hac e ya antes de
la contracción auricular.
Coincidiendo con la ap:uición de la onda
P en el ECG, se distingue;· clarame.nte un
pliegue en la superficie de la valva lateral. Esta imagen recuerda a la que se
forma al sacar una camisa mojada de un
cubo de agua (fig. 16d). También la valva aórtica de la mitral se de.splaza ahora
hacia el centro del orificio mitral y se
abomba ligeramente, quizá a causa de
una primera repleción de la vía de expulsión.
El cierre de las válvulas ·Se hace de una
manera extraordinariamente rápida (1/3
del tiempo de apertura).
Al mismo tiempo que aparece la onda R
en el ECG, se produce una contracción
del músculo papilar y un abombamiento
brusco de la valva lateral. Esto se puede
comparar muy bien con el movimiento
ondulante de un látigo (fig. 17a-d).
\\(¡~ ----:~:-+1
h'
b
e
d
Fig. l 7. Representación esquemática del mecanismo de cierre de la vá'1vula mitral.
a: Señal: M - Válvula mitral, v. CH. Cuerda valvular, a. CH. cuerda anul a r, P - Músculo
papilar, V - pared auricular. W - musculatura parieta,! del ventrículo izquierdo.
b : Elevación de 1a base valvular por acción de Ja musculatura auricular (flecha).
c: Contracción del músculo papilar y despliegue de la base valvular por encima del
fornix anterior.
d: Abombamiento de la válvula y trabajo coordinado entre músculo papilar y miocardio
ventricular sobre .Jas cuerdas anulares (flecha).
72
Vol. XII
A. PUFF
¿Cómo se hace este movimiento?: El
acortamiento de los músculos papilares, al principio de la contracción ventricular por medio de las cuerdas anulares, ejerce una tracción sobre el anulus fibrosus. Con esto, las fibras del esqueleto
valvular se dirigen al unísono hacia la
punta del corazón (fig. 17a). La sangre
que queda debajo de la válvula, en el
fornix anterior, actúa como hipomoclio,
Inmediatamente después, tiene lugar la
contracción de la musculatura de la vía
de aflujo inserta en el anulus fibrosus, lo
que da lugar a que la corriente sanguínea
se desplace desde la cregión del fornix posterior hasta quedar debajo de la válvula
(fig. 17d). Esta, había sido elevada ya
antes, como consecuencia de la actividad
de la musculatura auricular, y ajustada
mediante un curioso mecanismo de situac10n de la válvula con despliegue
del esqueleto valvular (fig. l 7b). La especial estructura de la base de la válvula,
con sus correspondientes pliegues endocárdicos de reserva, hace pensar en la
existencia de una especie de "articulación
valvular".
Durante la contracción del músculo papilar las cuerdas valvulares permanecen
sueltas en una primera fase ; únicamente
impiden que las válvulas se prolapsen hacia la aurícula, pero facilitan una insuflación de aquellas en forma de paracaídas.
La puesta en posición y la apertura de la
valva aórtica de la mitral, en el punto de
ataque correspondiente a la corriente sanguínea, se realizan mediante factores ex ternos que actúan de una manera puramente mecánica, lo que hace el efecto de
conductor de la corriente sanguínea. A
continuación, se produce una creciente
comprensión de la pared lateral del ventrículo y un nuevo abombamiento de la
valva aórtica de la mitral, con lo que en
el segmento ST se alcanza de nuevo una
posición casi horizontal del orificio mitral.
Mis experiencias personales han demostrado que, en la contracción de la vía
izquierda de aflujo, se forma la pared lateral de la vía de expulsión, únicamente
después de que la cavidad se haya con-
~i?.
18.
Representac10n esquemática de la
base de la aorta (1) y
de la pulmonar (2).
(------): Línea de inserción de las válvulas sigmoideas (anillo fibroso).
Rayado vertical: pared
arterial (sistema muscular elástico).
Punteado fino : tejido
colágeno.
Punteado grueso: miocardio ventricular).
(3) spatia invalvularia.
(4) pars membranacea
septi.
Marzo 1968
LA DINAMICA DE LA CONTRACCION CARDIACA
traído y los músculos papilares se hayan
enlazado entre sí.
Si desde un punto de vista dinámico se
comparan los diámetros de los orificios
arterial y venoso, llama la atención la
distinta anchura de los mismos, a pesar
de que ambos reciben igual cantidad de
flujo. Los orificios atriventriculares son
anchos, y su gradiente de presión así
como la velocidad de la corriente sanguínea a su través, son escasos.
Por el contrario, los orificios arteriales son
estrechos y el volumen sanguíneo penetra en ellos con gran velocidad y alta
presión. Por lo tanto, desde un punto de
vista técnico, tienen que existir también
diferencias fundamentales en la estructura de los orificios que radican en el
plano valvular. Tanto la base aórtica como la base pulmonar pueden cambiar su
calibre (fig. 18).
La base aórtica se dilata y se estrecha
especialmente en la parte anterior de su
pared. También la base pulmonar se dilata en la fase de expulsión y se estrecha
otra vez al final de la sístole.
Además de esto, el tronco de la arteria
73
pulmonar sufre su distensión longitudinal
elástica en la fase de expulsión. La musculatura cardíaca, el tejido colágeno y la
musculatura vascular proporcionan una
estructura complicada a la base pulmonar.
No cabe duda de que las válvulas cardíacas no están construidas siguiendo un
sencillo y esquemático principio, sino que
cada una de sus partes está construida
funcionalmente hasta en sus menores detalles y forma un eslabón del conjunto.
Se puede suponer, con seguridad, que
hasta los más leves procesos patológicos
que afectan a un determinado eslabón de
este sistema alteran, en el transcurso del
tiempo, las condiciones funcionales del
conjunto y, por lo tanto, producen trastornos sustanciales con sus correspondientes cambios estructurales compensadores.
Estamos aún muy lejos de comprender a
fondo estas cosas y sacar de ellas conclusiones terapéuticas. Tenemos ante nosotros un gran campo de trabajo dentro
de la morfología y patología experimental, que sólo podrá solucionarse mediante
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Comp~i~idos,Pediálrlco,Golas,
(Soluc1on oral), Ampollas.
Lanacordin" debido a su relativamente rápida eliminación evita al paciente los inconvenientes de la toxicidad cumulativa. El estado de compensación se prolonga, por lo general, indefinidamente mediante una dosis diaria fija. "Lanacordin" posee además la ventaja de servir para cualquier
forma de terapéutica digitálica: digitalización parentenal, digitalización oral
rápida, lenta o de mantenimiento, la absorción de este glucósido es uniforme !:l su periodo de latencia extraordinariamente corto.
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CARDIOTONICO
DE ACCION RAPIDA
PORVIAORAL
BURROUGHS \'IELLCOME & co {TMEW!UCOHHOUKOUION LTO.J LONDRES
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MADRID~
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