VI DOMINGO DE PASCUA.cdr - Diocesis de Atlacomulco

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Te alabamos Señor.
- Para que el Papa, los obispos, presbıt́eros y
diá conos apacienten santamente a los
pueblos que tienen encomendados. Oremos.
- Para que la paz que Jesucristo concedió a
los discı́pulos el dı́a de la Resurrecció n
arraigue con fuerza en nuestro mundo, y se
alejen de las naciones el odio y las guerras.
Oremos.
- Para que los enfermos, los pobres y todos
los que sufren encuentren en Cristo
resucitado luz y esperanza. Oremos.
- Para que Dios derrame en las familias
cristianas el espı́ r itu de piedad y de
generosidad, de manera que germinen
abundantes vocaciones para toda la Iglesia.
Oremos.
Dios nuestro, fuente de gozo y de paz, que
has concedido a tu Hijo el poder y la
realeza sobre los hombres; escucha
nuestra oración y sostenos con la fuerza
de tu Espíritu, para que nunca nos
separemos de Jesús, nuestro Pastor, que
vive y reina, por los siglos de los siglos.
Amén.
3 Liturgia Eucarística
M
onición de ofertorio: Ha llegado el momento
de presentar en el altar de Dios las especies del
pan y del vino, que por su amor de Padre nos dan
vida eterna. Cantemos.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS:
Suba hasta ti, Señ or, nuestra oració n,
acompañ ada por estas ofrendas, para que,
purificados por tu bondad, nos dispongas
para celebrar el sacramento de tu inmenso
amor. Por Jesucristo, nuestro Señ or. Amé n.
4 Rito de Comunión
M
onición de comunión: Con un corazón contrito
de sabernos hijos de Dios, dispongámonos a
recibir a Aquel que resucito por nosotros y que
siempre está con nosotros.
Explícanos las Escrituras mientras nos partes el Pan.
VI DOMINGO DE PASCUA
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN:
Dios todopoderoso y eterno, que, por la
resurrecció n de Cristo, nos has hecho
renacer a la vida eterna, multiplica en
nosotros el efecto de este sacramento
pascual, e infunde en nuestros corazones el
vigor que comunica este alimento de
salvació n. Por Jesucristo, nuestro Señ or.
M
onición de salida: Después de haber
celebrado este misterio de amor, vayamos
con alegría anunciar a Cristo que vive en
medio de nosotros.
Año de la Misericordia.
Haz oración con la Palabra de Dios:
Aprovecha tu hoja dominical y escoge cualquiera de
las lecturas o el salmo.
Sigue los siguientes pasos:
1) Lee atentamente el texto y pregú ntate ¿Qué dice?
2) Vuelvelo a leer y preguntate ¿Qué me dice Dios en
su Palabra?
3) Qué le dirías tú como respuesta a su Palabra.
4) Preguntale ¿Qué conversión de vida, de mente de
corazón te pide el Señor? ¿Qué debe cambiar en tu
vida? Ánimo tu puedes.
Seminario de la Diócesis de Atlacomulco A.R.,
Tel. 712 12 4 64 11,
www.diocesisdeatlacomulco.org
Animación dominical/ Ciclo C/ 01 de mayo de 2016. Año V. N° 23.
1 Ritos iniciales
2 Liturgia de la Palabra
M
M
SALUDO: El Señ or que nos llama a seguirlo,
este con todos ustedes.
PRIMERA LECTURA:
Del libro de los Hechos de los Apóstoles.
(15, 1-2, 22-29)
onición de Entrada: Bienvenidos hermanos a
celebrar el misterio salvífico de Dios que por
medio de su Hijo amado nos ha dado, entonemos
el canto de entrada.
ACTO PENITENCIAL: El seguimiento del Señ or se
realiza por medio de la conversió n y
arrepentimiento de nuestros pecados,
pidamos perdó n.
- Tú que mandaste a los profetas para
anunciar el mensaje de salvació n. Señ or ten
piedad.
- Tú que nos invitas a no tener apegos
materiales. Cristo ten piedad.
- Tú que nos llamas a seguirte. Señ or ten
piedad.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA:
Dios todopoderoso, concé denos continuar
celebrando con incansable amor estos dıás
de tanta alegrı́ a en honor del Señ or
resucitado, y que los misterios que hemos
venido conmemorando se manifiesten
siempre en nuestras obras. Por Jesucristo, tu
Hijo…
onición: El que me ama, cumplirá mi palabra y mi
Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él
nuestra morada. Escuchemos con atención.
En aquellos dı́ a s, vinieron de Judea a
Antioquıá algunos discıp
́ ulos y se pusieron a
enseñ ar a los hermanos que si no se
circuncidaban conforme a la ley de Moisé s,
no podrıán salvarse.
Esto provocó un altercado y una violenta
discusió n con Pablo y Bernabé ; al fin se
decidió que Pablo, Bernabé y algunos má s
fueran a Jerusalé n para tratar el asunto con
los apó stoles y los presbıt́eros.
Los Apó stoles y los presbıt́eros, de acuerdo
con toda la comunidad cristiana, juzgaron
oportuno elegir a algunos de entre ellos y
enviarlos a Antioquıá con Pablo y Bernabé .
Los elegidos fueron: Judas (llamado
Barsabá s) y Silas, varones prominentes en la
comunidad. A ellos les entregaron una carta
que decıá:
"Nosotros, los Apó stoles y los presbıt́eros,
hermanos suyos, saludamos a los hermanos
de Antioquıá, Siria y Cilicia, convertidos del
paganismo. Enterados de que algunos de
entre nosotros, sin mandato nuestro, los han
alarmado e inquietado a ustedes con sus
palabras, hemos decidido de comú n acuerdo
elegir a dos varones y enviá rselos, en
compañ ıá de nuestros amados hermanos
Bernabé y Pablo, que han consagrado su vida
a la causa de nuestro Señ or Jesucristo. Les
enviamos, pues, a Judas y a Silas, quienes les
trasmitirá n, de viva voz, lo siguiente: “El
Espıŕitu Santo y nosotros hemos decidido no
imponerles má s cargas que las estrictamente
necesarias. A saber: que se abstengan de la
fornicació n y de comer lo inmolado a los
ı́ d o l o s , l a s a n g r e y l o s a n i m a l e s
estrangulados. Si se apartan de esas cosas,
hará n bien”. Los saludamos. Palabra de
Dios.
A: Te alabamos, Señor.
SALMO RESPONSORIAL:
Del salmo 66 .
R.
Que te alaben, Señor, todos los
pueblos. Aleluya.
Te n p i e d a d d e n o s o t r o s y
bendı́ c enos; vuelve, Señ or, tus ojos a
nosotros. Que conozca la tierra tu bondad y
los pueblos tu obra salvadora. R.
- Las naciones con jú bilo te canten, porque
juzgas al mundo con justicia; con equidad tú
juzgas a los pueblos y riges en la tierra a las
naciones. R.
- Que te alaben, Señ or, todos los pueblos,
que los pueblos te aclamen todos juntos. Que
nos bendiga Dios y que le rinda honor el
mundo entero. R.
SEGUNDA LECTURA:
Del libro del Apocalipsis del apóstol san
Juan. (21, 10-14. 22-23)
Un á ngel me transportó en espıŕitu a una
montañ a elevada, y me mostró a Jerusalé n, la
ciudad santa, que descendı́ a del cielo,
resplandeciente con la gloria de Dios. Su
fulgor era semejante al de una piedra
preciosa, como el de un diamante cristalino.
Tenıá una muralla ancha y elevada, con doce
puertas monumentales, y sobre ellas, doce
á ngeles y doce nombres escritos, los
nombres de las doce tribus de Israel. Tres de
estas puertas daban al oriente, tres al norte,
tres al sur y tres al poniente. La muralla
descansaba sobre doce cimientos, en los que
estaban escritos los doce nombres de los
apó stoles del Cordero.
No vi ningú n templo en la ciudad, porque el
Señ or Dios todopoderoso y el Cordero son el
templo. No necesita la luz del sol o de la luna,
porque la gloria de Dios la ilumina y el
Cordero es su lumbrera. Palabra de Dios.
A: Te alabamos, Señor.
ACLAMACIÓN ANTES DEL EVANGELIO: Jn 14,23
R. Aleluya, Aleluya. El que me ama,
cumplirá mi palabra, dice el Señ or; y mi
Padre lo amará y vendremos a é l. R.
Aleluya.
+
EVANGELIO:
Del santo Evangelio según san
Juan. (14, 23-29)
R: Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesú s dijo a sus discıp
́ ulos:
“El que me ama, cumplirá mi palabra y mi
Padre lo amará y vendremos a é l y haremos
en é l nuestra morada. El que no me ama no
cumplirá mis palabras. La palabra que está n
oyendo no es mıá, sino del Padre, que me
envió . Les he hablado de esto ahora que
estoy con ustedes; pero el Pará clito, el
Espıŕitu Santo que mi Padre les enviará en
mi nombre, les enseñ ará todas las cosas y
les recordará todo cuanto yo les he dicho.
La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy
como la da el mundo. No pierdan la paz ni se
acobarden. Me han oıd
́ o decir: "Me voy, pero
volveré a su lado". Si me amaran, se
alegrarıán de que me vaya al Padre, porque
el Padre es má s que yo. Se lo he dicho ahora,
antes de que suceda, para que cuando
suceda, crean. Palabra del Señor.
A: Gloria a ti, Señor Jesús.
Puntos de meditación
- Jesú s se está despidiendo de sus discıp
́ ulos. Todos
saben que está n viviendo las ú ltimas horas con su
Maestro. ¿Qué sucederá cuando les falte? ¿A quié n
acudirá n? ¿Quié n los defenderá ? Jesú s quiere
infundirles á nimo descubrié ndoles sus ú ltimos
deseos.
- Que no se pierda mi Mensaje. Es el primer deseo de
Jesú s. Que no se olvide su Buena Noticia de Dios. Que
sus seguidores mantengan siempre vivo el recuerdo
del proyecto humanizador del Padre: ese “reino de
Dios” del que les ha hablado tanto. Si le aman, esto es lo
primero que han de cuidar: “el que me ama, guardará
mi palabra...el que no me ama, no la guardará ”.
- Despué s de veinte siglos, ¿qué hemos hecho del
Evangelio de Jesú s? ¿Lo guardamos fielmente o lo
estamos manipulando desde nuestros propios
intereses? ¿Lo acogemos en nuestro corazó n o lo
vamos olvidando? ¿Lo presentamos con autenticidad
o lo ocultamos con nuestras doctrinas?
- El Padre les enviará en mi nombre un Defensor. Jesú s
no quiere que se queden hué rfanos. El Padre les
enviará el Espıŕitu Santo que los defenderá de riesgo
de desviarse de é l. Este Espıŕitu que han captado en é l,
enviá ndolo hacia los pobres, los impulsará tambié n a
ellos en la misma direcció n.
- El Espıŕitu les “enseñ ará ” a comprender mejor todo
lo que les ha enseñ ado. Les ayudará a profundizar cada
vez má s su Buena Noticia.
- Despué s de veinte siglos, ¿qué espıŕitu reina entre los
cristianos? ¿Nos dejamos guiar por el Espı́ritu de
Jesú s? ¿Sabemos actualizar su Buena Noticia?
¿Vivimos atentos a los que sufren? ¿Hacia dó nde nos
impulsa hoy su aliento renovador?
- Os doy mi paz. Jesú s quiere que vivan con la misma
paz que han podido ver en é l, fruto de su unió n ın
́ tima
con el Padre. Les regala su paz. No es como la que les
puede ofrecer el mundo. Es diferente. Nacerá en su
corazó n si acogen el Espıŕitu de Jesú s.
- Esa es la paz que han de contagiar siempre que
lleguen a un lugar. Lo primero que difundirá n al
anunciar el reino de Dios para abrir caminos a un
mundo má s sano y justo. Nunca han de perder esa paz.
Jesú s insiste: “Que no tiemble vuestro corazó n ni se
acobarde”.
- Despué s de veinte siglos, ¿por qué nos paraliza el
miedo al futuro? ¿Por qué tanto recelo ante la sociedad
moderna? Hay mucha gente que tiene hambre de
Jesú s.
PROFESIÓN DE FE:
- ¿Creen en Dios Padre todopoderoso,
creador del cielo y de la tierra?: Sí, creo.
- ¿Creen en Jesucristo, su ú nico Hijo, nuestro
Señ or, que nació de la Virgen Marıá, padeció
y fue sepultado, resucitó de entre los
muertos y está sentado a la derecha del
Padre?: Sí, creo.
- ¿Creen en el Espıŕitu Santo, la santa Iglesia
cató lica, la comunió n de los santos, el
perdó n de los pecados, la resurrecció n de la
carne y la Vida eterna?: Sí, creo.
Esta es nuestra fe, esta es la fe de la Iglesia
que nos gloriamos de profesar en
Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ORACIÓN UNIVERSAL:
L eva n te m o s , q u e r i d o s h e r m a n o s ,
nuestros ojos a Cristo resucitado, obispo
y pastor de nuestras almas, y pongamos
en sus manos con toda confianza las
necesidades de los hombres. Digámosle:
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