Tratamiento farmacológico oral de la diabetes tipo 2

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Tratamiento farmacológico oral de la
diabetes tipo 2
Dr. Guillermo Dieuzeide
Doctor en Medicina. Universidad de Buenos Aires.
Especialista en Endocrinología. Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires.
Miembro Titular de la Sociedad Argentina de Diabetes.
Objetivos:
• Conocer las alternativas farmacológicas disponibles para el tratamiento de la Diabetes
tipo 2, incluyendo los mecanismos de acción, interacciones, contraindicaciones y efectos
adversos.
• Definir la oportunidad para la indicación en función de la fisiopatología de la enfermedad y el estadio evolutivo.
• Evaluar el requerimiento para la indicación de insulinoterapia en los pacientes con
diabetes tipo 2.
43
Organización
44
Introducción
La alta morbimortalidad de la diabetes en las primeras décadas del siglo XX se originaba en que
el tratamiento para esta patología sólo contaba con la posibilidad de medidas dietoterápicas,
que prontamente resultaban insuficientes. Es recién en 1921, gracias al descubrimiento de la
insulina por Banting y Best, que se dispuso un tratamiento farmacológico específico.
Posteriormente, en los años 50, y gracias al uso ampliamente difundido de las sulfamidas como
quimioterápicos durante la gran guerra, se identificó que un grupo de ellas, las Sulfonilureas,
presentaban efecto hipoglucemiante; el aprovechamiento de esta acción diferenciada permitió
incorporarlas al vademecum terapéutico de la diabetes como los primeros hipoglucemiantes
orales.
Las Biguanidas fueron incorporadas posteriormente, aunque la primera de ellas, la fenformina,
fue retirada del mercado aproximadamente en 1970 a causa de la alta incidencia de acidosis
láctica que provocaba. Hacia la primera mitad de la década del 90 se contó con una biguanida
de segunda generación, la metformina, que actualmente tiene un extendido uso como droga de
primera elección.
Hacia el final del siglo XX se incorporaron otras drogas:
• las Meglitinidas
• los Inhibidores de la alfa glucosidasa
• las Glitazonas
En los primeros años del siglo XXI, inducida por la expansión epidémica de diabetes tipo 2, la
investigación farmacéutica permitió sintetizar y ensayar nuevas drogas, tales como (Figura 1):
• los Análogos de Incretinas
• los Inhibidores de la enzima Dipeptidil Dipeptidasa IV (DPP-IV)
• las Amilinas (Pramlintide)
• los nuevos análogos de insulina como las insulinas Glargina, Detemir, Aspártica y la Glulisina
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FIGURA 1
EVOLUCIÓN
DEL
TRATAMIENTO
DE LA
DIABETES TIPO 2
DPP IV
Análogos de Incretina
Glitazonas
Inhibidores de la α Glucosidasa
Glinidas
Metformina
Sulfonilureas
Insulina
Dietoterapia
1900
1930
1950
1990
2000
2003
2007
El tratamiento de la Diabetes tipo 2 debería ser individual y personalizado, considerándose diferentes opciones terapéuticas frente a cada paciente. Cuando la actividad física y la dietoterapia
no resultan suficientes para obtener un buen control metabólico se debería asociar tratamiento
farmacológico.
El tratamiento debe ser escalonado, en la mayoría de los casos requerirá la asociación de 2 o más
fármacos, los cuales serán seleccionados en función de los mecanismos de acción y teniendo en
cuenta los criterios de control adecuado como objetivo terapéutico:
• Glucemia de ayuno < 120 mg/dl.
• Glucemia postprandial < de 140 mg/dl.
• HbA1c < 6.5%.
La elección del fármaco dependerá de varios parámetros:
• peso
• síntomas
• glucemias de ayuno y postprandial
• edad
• complicaciones crónicas o enfermedades intercurrentes
Hipoglucemiantes orales
Analizaremos el mecanismo de acción e indicaciones, así como las limitaciones y efectos adversos más frecuentes. A tal efecto, las drogas serán divididas en tres grupos:
a) Secretagogos, actúan predominantemente favoreciendo la secreción de insulina:
• Sulfonilureas
• Glinidas
• Miméticos de incretinas
• Inhibidores de la DPP-IV
b) Insulinosensibilizantes, actúan predominantemente sobre la resistencia a la insulina:
• Biguanidas
• Tiazolidinedionas
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c) Inhibidores de la absorción de glucosa
• Inhibidores de las disacaridasas (α glucosidasa)
Drogas que actúan predominantemente en la secreción de
insulina
Sulfonilureas
Las sulfonilureas pueden ser clasificadas como de 1a o 2a generación:
1a generación
• Tolbutamida
• Tolazamina
• Clorpropamida
2a generación
• Glibenclamida (o gliburida)
• Glipizida
• Glimepirida
El mecanismo de acción de las mismas consiste en el cierre de los canales de potasio ATP dependientes de la célula beta, permitiendo una despolarización de la misma con el ingreso masivo de
calcio a la célula y la consiguiente liberación de insulina. Asimismo, se ha descripto que la
insulina, una vez liberada, actúa sobre su propio receptor determinando una potenciación de la
secreción.
En los últimos años se ha conocido de manera más específica la constitución del receptor de
sulfonilureas de la célula beta del páncreas. Está formado por cuatro subunidades SUR1 y cuatro
subunidades Kirk 6.2. Esta composición diferencia el receptor de sulfonilureas pancreático con
respecto al del cardiomiocito, el cual presenta cuatro subunidades SUR2A, y del receptor de
sulfonilureas muscular que presenta cuatro subunidades SUR2B. El conocimiento detallado de la
constitución del receptor de sulfonilureas permitió, entre otras cosas, un nuevo enfoque del
tratamiento de la diabetes neonatal.
Es importante considerar los diferentes perfiles farmacodinámicos de las distintas sulfonilureas,
especialmente cuando son utilizadas en pacientes con moderado deterioro de la función renal
(Tabla 1).
PERFIL FARMACODINÁMICO
DE
TABLA 1
LAS SULFONILUREAS
DISPONIBLES EN
ARGENTINA
Dosis diaria
Presentación
comprimidos
Duración de
acción (horas)
Excreción Renal
(%)
Clorpropamida
250-500 mg
250 mg
24-36
80
Glibenclamida
2.5-15 mg
5 mg
16-24
50
1-8 mg
2-4 mg
24
60
Glipizida
2.5-20 mg
5 mg
12-16
65
Gliclazida
80-320 mg
80 mg
10-12
60
Fármaco
Glimepirida
Entre los efectos adversos más frecuentes de las sulfonilureas podemos considerar:
•
•
•
•
Hipoglucemia
Ganancia de peso
Hiperinsulinemia
Efecto tipo disulfiram con ingesta concomitante de alcohol (especialmente con las de primera generación)
Algunas publicaciones han demostrado que las sulfonilureas pueden acelerar el fenómeno de 47
apoptosis celular en las células beta, planteando algunos interrogantes acerca de sus efectos en
el largo plazo. De hecho, en la cohorte de tratamiento con sulfonilureas del estudio UKPDS, más
del 40% de los pacientes se hallaban en situación de fracaso secundario cuando se las había
administrado como monoterapia (clorpropamida o glibenclamida) a los 4 años de iniciado el
tratamiento.
Glinidas
Este grupo de drogas se denominan así por su afinidad estructural con la metiglinida. La
Repaglinida es un derivado del ácido metilbenzoico y la Nateglinida es un derivado de la
fenilalanina.
Las glinidas se unen en un sitio más específico del receptor de sulfonilureas, permitiéndoles un
perfil farmacodinámico caracterizado por un comienzo de acción más rápido y vida media más
corta. Este tiempo de acción les confiere la propiedad de evitar una prolongada hiperinsulinemia
postingesta como se observa con la administración de las sulfonilureas clásicas, constituyendo
una ventaja en pacientes con deterioro de la función renal.
Las glinidas actúan por despolarización del canal de voltaje de potasio ATP dependiente de las
células beta, permitiendo el ingreso de calcio a las mismas y consecuentemente la liberación de
insulina. A diferencia de las sulfonilureas clásicas tienen marcada selectividad por las células
beta.
Entre las propiedades farmacodinámicas de este grupo de drogas podemos considerar:
• Absorción y eliminación rápidas permitiendo un pico de secreción de insulina a los 30
minutos. En el caso de la repaglinida la insulina retorna a los valores basales en 8 hs y en el
caso de la nateglinida en alrededor de 2 hs
• Metabolización hepática (repaglinida) por acción del citocromo P 450 3A4
• No se depositan prácticamente en tejidos periféricos
• Eliminación biliar mayor del 90%
Son especialmente eficaces para evitar las hiperglucemias posprandiales, instalando el concepto
de “una comida-una dosis”.
Dado que no provocan hiperinsulinemia prolongada tienen la posibilidad de disminuir
significativamente el riesgo de hipoglucemias, especialmente nocturnas, evitando un aumento
significativo del peso corporal al no requerir una colación.
Una de las interacciones farmacológicas más importantes a tener en cuenta es con las drogas
metabolizadas por el citocromo P450, particularmente el Gemfibrozil, cuya asociación
incrementa 8 veces el tiempo de vida media de la repaglinida y casi 3 veces el tiempo de
eliminación. Otra interacción importante a tener en cuenta es con rifampicina.
Análogos de Incretinas
Exenatida
El efecto incretina fue descripto en la década del 60 al observarse que una misma carga de
glucosa por vía oral desencadenaba un incremento de la insulina mucho mayor que la misma
carga administrada por vía endovenosa. Este hecho condujo al descubrimiento de las llamadas
Enterohormonas Incretinas:
• Péptido símil Glucagon (Glucagon like peptide: GLP)
• Polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa (Glucose dependent insulinotropic
polipeptide: GIP)
La concentración en sangre de ambas incretinas aumenta después del estímulo provocado por la
carga oral de glucosa o después de la ingesta de una comida mixta.
48
El GLP-1 se une a receptores presentes en muchos órganos, tales como páncreas y cerebro. Es
degradado rápidamente por la acción de la enzima DPP-IV, dando lugar a la formación de
metabolitos que tienen un efecto antagónico sobre el receptor de GLP. Se ha demostrado que la
infusión continua de GLP-1 en seres humanos produce una reducción de la ingesta calórica
espontánea de aproximadamente 727 kJ/día.
El GLP-1 es secretado por las células L del intestino y tiene receptores y acciones definidas en
distintos tejidos:
a) En las células alfa pancreáticas, promueve una inhibición de la secreción de glucagon
postprandial reduciendo la producción hepática de glucosa.
b) En cerebro, especialmente en el órgano subfornical y el área postrema, produce aumento
de la saciedad y disminución del apetito.
c) En estómago determina un enlentecimiento del vaciamiento gástrico.
d) En las células beta del páncreas, mejora la secreción de insulina dependiente de glucosa, de
forma tal que no actúa si no hay glucosa circulante. Este efecto tiene el potencial terapéutico de evitar las hipoglucemias inducidas, por ejemplo, por las sulfonilureas.
Uno de los efectos más prometedores desde el punto de vista terapéutico es que el GLP, al actuar
sobre el receptor de GLP de las células beta del páncreas, determina una activación de la vía de
fosfatidil inositol 3 kinasa y una activación del gen páncreas duodeno homeobox 1 (PDX1),
generando proliferación de células beta al mismo tiempo que una inhibición de la acción de las
caspasas intracelulares, con menor apoptosis de las mismas.
Una de las limitaciones del GLP es la rápida degradación por parte de la enzima dipeptidil
dipeptidasa IV (DPP-IV), determinando un tiempo de acción de pocos segundos.
La exenatida-4 fue aislada de la saliva del Heloderma suspectum (monstruo de Gila) y de ella
deriva la exenatida, que comparte un 50% de identidad con los aminoácidos de GLP-1. Una de
sus propiedades más importantes es la resistencia a la acción de la enzima DPP-IV, que en los
mamíferos degrada al GLP, por lo que cuenta con una vida media mucho más prolongada. Los
efectos farmacocinéticos de la exenatida son similares al de GLP habiéndose demostrado su
capacidad de restaurar la primera fase de secreción de insulina y la de promover la proliferación
de células beta y la neogénesis insular a partir de precursores ductales pancreáticos en modelos
experimentales.
En grandes estudios de fase 3 en humanos, la exenatida administrada por vía subcutánea en
dosis de 5 µg y 10 µg demostró un descenso significativo de la HbA1c asociada a sulfonilureas y
metformina, en el rango de 0,6% a 0,9% en 30 semanas. Uno de los datos más importantes es
que este descenso de la HbA1c se asoció a disminución del peso corporal (1,2 kg -2,8 kg).
Estudios comparativos con insulina glargina demostraron que ambos medicamentos lograban
un descenso equivalente de la HbA1c observándose a las 16 semanas que un 40% de los pacientes tratados con exenatida presentaban un valor inferior a 7% vs 41% de los pacientes tratados
con insulina glargina. Sin embargo, los pacientes tratados con exenatida tuvieron menor aumento del peso corporal.
Los efectos adversos más importantes observados con esta droga fueron especialmente las
náuseas, (aunque este parece ser un efecto limitado en el tiempo) y los vómitos. También se
han descripto hipoglucemias, diarreas y pancreatitis.
Liraglutide
Liraglutide es un análogo sintético del GLP con mayor afinidad con la albúmina, característica
que le permite una absorción subcutánea más lenta, tiempo de vida media más prolongado (casi
9 horas) y menor degradación por la DPP-IV. El resto de sus efectos es similar al GLP.
Estudios experimentales también han demostrado incremento de la masa de células beta en
ratas diabéticas.
Estudios que asociaron liraglutide con metformina en pacientes con diabetes tipo 2, lograron
una reducción adicional de HbA1c del orden del 0,8% conjuntamente con mayor descenso de
peso. Asimismo en estudios comparativos con la combinación liraglutide + metformina vs
glimepirida + metformina se logró un descenso de peso mayor para una disminución equivalente
del nivel de HbA1c. En la serie de estudios LEAD liraglutide demostró mayor eficacia que la
obtenida con otros hipoglucemiantes orales, tales como glimepirida o rosiglitazona, con reducción del peso corporal.
Los efectos adversos más importantes consisten en náuseas, vómitos y ocasionales hipoglucemias.
Se ha reportado un incremento de la frecuencia de neoplasias tiroideas especialmente en pacientes con tiroideactomía previa.
Inhibidores de DPP-IV
Los inhibidores de DPP-IV fueron diseñados específicamente con el objetivo de prolongar la vida
media del GLP derivando sus efectos beneficiosos sobre el metabolismo de los hidratos de carbono.
La DPP es una enzima que degrada diversas proteínas (particularmente aquellas que tienen
residuos prolina o lisina) y cumple funciones biológicas no solamente en relación al GLP sino que
interviene en la degradación de otras proteínas importantes.
Se la encuentra en diversos órganos y sistemas:
• aparato gastrointestinal
• tracto biliar
• hígado
• placenta
• útero
• próstata
• piel
• endotelio vascular
Su acción se halla ligada a la protección inmunológica, al desencadenar una expansión clonal de
la respuesta de linfocitos Th1 como proteína de superficie. También posee una acción algésica al
potenciar la acción de la sustancia P y promover la inactivación de los péptidos μ agonistas
(analgésicos).
49
Entre otros sustratos peptídicos conocidos de la DPP-IV se encuentran:
Hormonas:
• Factor liberador de la hormona de crecimiento (GHRH)
• Enterostatina
• GLP
• Gonadotrofina coriónica humana
• Peptido YY (estimulador del apetito)
Sustancias inflamatorias:
• TNF α
• Linfotoxina aa
• Proteína quimiotáctica de monocitos (MCP)
• Rantes
Si bien los inhibidores de DPP-IV comparten muchas de las acciones de los análogos del GLP, su
efecto sobre el descenso de peso es mucho menor en referencia a los primeros.
La Sitagliptina es un inhibidor de DPP-IV autorizado por la FDA y la ANMAT para su uso en
pacientes con diabetes tipo 2. En un estudio en que fue asociada con metformina logró una
reducción significativa de la HbA1c (-0,65%) comparada con placebo en 24 semanas.
En otro estudio randomizado, doble ciego y controlado contra placebo incluyendo 714 pacientes
con diabetes tipo 2, con una duración de 24 semanas, logró una reducción de la HbA1c del 0,79
al 0,94%, la cual fue mayor cuanto más alto fue el valor inicial de la misma.
Otras drogas del mismo tipo se hallan en fase de ensayos clínicos avanzados como la vildagliptina
y saxagliptina.
Actividades
50
1. ¿Cuál de las siguientes afirmaciones es correcta respecto a GLP 1?
a) Promueve la estimulación de la producción hepática de glucosa
b) Disminuye la saciedad y aumenta el apetito a nivel cerebral
c) Acelera el vaciamiento gástrico
d) Mejora la secreción de insulina dependiente de glucosa
e) Al mejorar la secreción de insulina existiría mayor riesgo de hipoglucemia inducida por
sulfonilureas
Drogas que actúan predominantemente sobre la
insulinorresistencia
Metformina
El mecanismo de acción molecular de la metformina continúa sin comprenderse totalmente
hasta la fecha. Sin embargo estudios in vitro e in vivo han señalado que la metformina actúa en
la membrana celular modificando la carga eléctrica e incrementando la permeabilidad. Asimismo se ha demostrado que la metformina inhibe el complejo respiratorio mitocondrial a nivel del
complejo 1, aumenta la actividad del receptor de insulina tirosina quinasa, la translocación de
Glut 4 a la superficie celular y la activación de la proteína kinasa activada (AMPK). A su vez, la
activación de AMPK (similar a la que induce el ejercicio) determina traslocación del complejo
Glut 4. La metformina disminuye en un 10% a 20% la oxidación de ácidos grasos, reduciendo la
concentración de glucosa en función del ciclo de ácidos grasos-glucosa.
En el tejido graso determina un incremento de la captación y oxidación de la glucosa con aumento de la lipogénesis. La metformina determina un ligero incremento del lactato postprandial
debido probablemente al incremento del metabolismo anaeróbico de la glucosa en la mucosa
intestinal.
Probablemente el principal mecanismo de acción de la metformina sea inhibir la producción
hepática de glucosa a través de la disminución de la gluconeogénesis y la reducción de la
glucogenolisis.
En el músculo periférico la metformina determina un aumento de la captación periférica de
glucosa inducida por insulina y una mayor oxidación de la glucosa, al mismo tiempo que una
mayor activación de disponibilidad no oxidativa de la glucosa (glucogenogénesis muscular). La
mayoría de los estudios han demostrado aumento de la utilización periférica de glucosa durante
el clamp euglucémico hiperinsulinémico al mismo tiempo que una disminución de todos los
índices de insulinorresistencia (HOMA-R o Quicki).
En los adipocitos de pacientes con diabetes tipo 2 se ha encontrado una disminución de la
lipólisis con disminución de los niveles de ácidos grasos libres circulantes, aunque la evidencia
está basada en investigaciones incluyendo un pequeño número de pacientes.
La disminución de la glucosa plasmática junto con la reducción de los niveles de ácidos grasos
libres circulantes podría determinar indirectamente una mejoría de la función de la célula beta
al disminuir la gluco y lipotoxicidad. Sin embargo en el estudio UKPDS el nivel de deterioro de la
glucemia en el grupo asignado a metformina estuvo estrechamente relacionado con el del grupo
asignado a la rama de dieta exclusiva, por lo que se infiere que la metformina probablemente no
tenga un efecto directo sobre la mejoría de la función de la célula beta.
Tres grandes estudios randomizados y controlados realizados en pacientes con diabetes tipo 2
han demostrado que la metformina tiene un efecto antihiperglucémico dependiente de la dosis
administrada, habiéndose estimado la dosis óptima diaria en aproximadamente 2000 mg, sin
embargo algunas guías europeas y el estudio UKPDS la han utilizado en dosis máxima de 2550
mg.
Estudios referidos a la acción de la metformina sobre el perfil lipídico han señalado que la droga
produce una reducción del nivel de colesterol total y LDL al mismo tiempo que una reducción del
nivel de triglicéridos, no teniendo un efecto determinado sobre el colesterol HDL. Este perfil
favorable puede explicar algunos de los beneficios cardiovasculares obtenidos con esta droga en 51
el estudio UKPDS. De hecho, en este estudio se observó con el uso de metformina una disminución de la mortalidad relacionada a diabetes del 42%, y se obtuvo una reducción de la incidencia
de infarto de miocardio del 39% a 10 años, comparado con el grupo asignado a dieta exclusiva.
Este hallazgo es sumamente importante pues no fue encontrado en las ramas de pacientes
randomizados a tratamiento intensivo con sulfonilureas o insulina.
La metformina ha sido utilizada asimismo en pacientes con intolerancia a la glucosa a fin de
evitar el advenimiento de diabetes. En el estudio Diabetes Prevention Program se observó una
reducción de la incidencia acumulativa de diabetes del orden del 31% en el grupo asignado a
metformina vs el grupo placebo luego de cuatro años.
Otras patologías relacionadas a insulinorresistencia en las cuales la metformina ha adquirido
progresivamente un rol preponderante es en el tratamiento del síndrome de ovario poliquístico
y la consecuente infertilidad, particularmente en aquellas pacientes obesas o con sobrepeso,
aunque su efectividad se ha demostrado igualmente en mujeres no obesas. El ovario es un
órgano que permanece sensible, o aún hipersensible a la acción de la insulina, en contextos
clínicos de insulinorresistencia en tejido graso y tejido muscular. Esta situación genera un exceso de producción de andrógenos por parte de la teca ovárica, alteración de la secreción cíclica de
gonadotrofinas, disminución de la producción de la proteína transportadora de esteroides sexuales
(SHBG) con incremento de los niveles de testosterona libre circulante y, como consecuencia de
estas alteraciones, inhibición de la ovulación.
La prevalencia de diabetes tipo 2 en las pacientes con síndrome de ovario poliquístico es 10
veces superior a la de las mujeres sin esta patología. En 1996 se reportó que el tratamiento con
metformina inhibía la actividad de la 17-20 lyasa ovárica y la producción de andrógenos en este
órgano. Asimismo se demostró que el tratamiento a largo plazo con esta droga producía incrementos de la ovulación, restauraba la ciclicidad menstrual e incrementaba la tasa de fertilidad,
particularmente cuando era asociada a clomifeno.
Otra situación clínica común de insulinorresistencia en la que la metformina ha demostrado
efectividad es en la esteatohepatitis no alcohólica (hígado graso no alcohólico), la que constituye hoy la primera causa de evolución a cirrosis en el mundo occidental. En cuatro estudios
clínicos se ha demostrado que la metformina disminuye los niveles de alanino amino transferasa
(ALT o GPT) y aspartato amino transferasa (AST o GOT). La metformina también ha demostrado
efectividad en el síndrome de lipodistrofia asociado al uso de drogas antirretrovirales, particularmente inhibidores de proteasas, utilizadas en el tratamiento del paciente con HIV.
Entre los principales efectos adversos de la metformina se describen la intolerancia
gastrointestinal con la producción frecuente de diarrea y vómitos, obligando a una progresión
en el escalonamiento de la dosis. Generalmente estos efectos suelen ser notorios en etapas
tempranas del tratamiento y luego tienden a disminuir. Se originan en la acumulación mayor
en el tracto gastrointestinal con respecto a otros tejidos, al mismo tiempo que determina un
retardo en la reabsorción de sales biliares ocasionando un disturbio osmótico y un aumento
de la actividad de bacterias en el colon.
Otros de los efectos adversos clásicos de la metformina es la producción de acidosis láctica,
efecto descripto especialmente en pacientes con insuficiencia cardíaca, insuficiencia renal, insuficiencia hepática y bronquitis crónica con hipoxemia, las cuales constituyen contraindicaciones para el uso de esta droga. No obstante, el riesgo de acidosis láctica con metformina es bajo,
menos de 20 veces que el correspondiente a la otra biguanida utilizada previamente, la fenformina,
con una incidencia de 3 casos/100.000 pacientes tratados por año.
Finalmente, en años recientes se ha descripto que la metformina puede causar malabsorción de
vitamina B12 en pacientes tratados durante un largo tiempo.
Si bien la metformina atraviesa la placenta no se han encontrado efectos teratogénicos significativos en modelos animales, así como no se describieron anomalías en recién nacidos de pacientes tratadas con metformina por síndrome de ovario poliquístico o diabetes tipo 2. No obstante, pertenece al grupo de drogas de categoría B de la clasificación de la OMS para seguridad
de medicamentos administrados durante el embarazo.
52
Actividades
2. El principal efecto farmacológico de la metformina es:
a) Inhibir la producción hepática de glucosa
b) Estimular la gluconeogénesis
c) Disminuir la captación periférica de glucosa inducida por insulina
d) Aumentar la lipólisis con aumento de ácidos grasos libres circulantes
Tiazolidinedionas
Las tiazolidinedionas pertenecen al grupo de agonistas PPARγ . En general los agonistas PPAR
son ligandos de factores de transcripción nuclear que pertenecen a la superfamilia de los receptores nucleares que regulan la expresión (y la represión) de genes en respuesta a pequeñas
moléculas lipofílicas derivadas de órganos endocrinos, el metabolismo, la dieta y el medio ambiente. Dentro de los receptores nucleares más conocidos se encuentra el receptor de la hormona T3, el receptor de esteroides, estrógenos y andrógenos, el receptor de vitamina A y vitamina D.
Existen diversas clases de receptores PPARs:
El primero conocido fue el PPARγ que induce el aumento del tamaño y el número de peroxisomas
en el hígado de roedores. Los fibratos presentan una acción antihipolipemiante precisamente
por unirse a estos receptores PPAR γ los cuales están fuertemente expresados en el hígado,
riñón, corazón y músculo esquelético. Los receptores PPAR γ están involucrados en la oxidación
de ácidos grasos.
Se ha descripto asimismo la presencia de receptores PPARγ cuya función no es totalmente conocida aunque podrían ser importantes reguladores del tráfico de colesterol en los macrófagos.
Los receptores PPARγ se encuentran fundamentalmente en el hígado y cuentan con al menos 3
isoformas: γ1, γ2 y γ3. El receptor γ1 se halla universalmente distribuido mientras que los receptores γ2 y γ3 se hallan predominantemente en el tejido adiposo.
Los receptores PPAR γ, al unirse a ligandos naturales o a las tiazolidinedionas, configuran un
complejo heterodimérico con el receptor X retinoide (RXR) y reconocen regiones específicas del
DNA en la región promotora de determinados genes resultando en la transactivación de genes
proadipogenéticos y en la transrepresión de otros genes como el NF κB (factor nuclear κB) que
induce respuestas inflamatorias, explicando el efecto antiinflamatorio de las glitazonas.
El receptor PPARγ es predominantemente un regulador de adipogénesis, se expresa en los adipocitos
tempranos induciendo su crecimiento y diferenciación.
Uno de los mecanismos por el que favorece la insulinosensibilidad es precisamente la facilitación
del depósito de ácidos grasos y triglicéridos postprandiales en el tejido graso subutáneo (no
visceral) induciendo un relativo aumento de peso.
Los agonistas PPARγ tienen además efecto sobre las adipoquinas (hormonas dependientes del
tejido adiposo). Particularmente:
• Inhiben por un lado la secreción de leptina lo que puede explicar el aumento de peso
obtenido con los PPAR γ agonistas como las glitazonas.
• Promueven la síntesis y secreción de adiponectina, la única adiponectina con efectos
insulinosensibilizantes.
La adiponectina promueve en el hígado mayor oxidación de ácidos grasos circulantes, disminuye
la gluconeogénesis y la síntesis de triglicéridos. En el músculo esquelético promueve oxidación
de ácidos grasos y disminuye la síntesis de triglicéridos intramiofibrilares.
Finalmente en el endotelio vascular disminuye la inflamación e inhibe la acción de moléculas de
adhesión (ICAM, VCAM).
En conclusión, la disminución de ácidos grasos libres circulantes, la disminución de la
neoglucogénesis hepática, el aumento de la oxidación de ácidos grasos a nivel muscular, y el
efecto ejercido sobre la adiponectina son los factores que determinan la acción
insulinosensibilizadora de los agonistas PPARγ
La primera glitazona disponible en el mercado fue la troglitazona que debió retirarse por disposición de la FDA luego de su comercialización a causa de algunos casos de hepatotoxicidad con
insuficiencia hepática.
La segunda generación de glitazonas está representada por la rosiglitazona y la pioglitazona,
ambas actualmente en el mercado, existiendo en investigación otros derivados glitazónicos.
Uno de los trabajos más importantes de investigación clínica relacionados con la rosiglitazona
fue el estudio ADOPT, en el cual se comparó la eficacia de esta droga con glibenclamida y
metformina como monoterapia en pacientes con diabetes tipo 2, quienes no habían recibido
previamente ninguna medicación hipoglucemiante oral. El estudio fue doble ciego, randomizado
y controlado e incluyó 4360 pacientes seguidos durante una media de 4 años. El end point final
fue el fracaso del tratamiento con monoterapia, definido como glucemia en ayunas mayor a 180
mg/dl durante el tratamiento. El análisis de Kaplan Meyer demostró que la rosiglitazona tuvo
una incidencia acumulativa de falla como monoterapia del 15% a los 5 años comparada con la
metformina (32%) y glibenclamida (34%). Por lo tanto, el riesgo relativo de fracaso como
monoterapia fue 34% menor con rosiglitazona vs metformina y 63% menor con rosiglitazona vs
glibenclamida. El tiempo medio transcurrido para alcanzar una HbA1c superior a 7% fue de 60
meses con rosiglitazona, 45 meses con metformina y 33 meses con glibenclamida. El grupo
tratado con rosiglitazona presentó más del doble de riesgo para desarrollar insuficiencia cardiaca
y una incidencia 3 veces mayor del riesgo para desarrollar fracturas, especialmente en miembros
superiores.
El estudio PROACTIVE, que involucró 321 centros europeos, doble ciego, randomizado, comparado con placebo, fue designado para evaluar si la pioglitazona en dosis de 15 mg a 45 mg en
combinación con terapia hipoglucemiante previa (ya sea metformina o sulfonilureas) reducía la
53
mortalidad global y la aparición de nuevos eventos macrovasculares. Se estableció un end point
combinado, incluyendo infarto agudo de miocardio no fatal, accidente cerebrovascular isquémico,
síndrome coronario agudo, procedimientos de revascularización y amputaciones por encima de
la rodilla. Los pacientes seleccionados eran pacientes de alto riesgo que ya habían padecido un
evento macrovascular previo. Se incluyeron 5238 pacientes divididos en dos ramas, seguidos
durante 34,5 meses (2,8 años). La rama de pacientes asignada a pioglitazona tuvo una reducción
del 10% en el riesgo para padecer muerte o nuevo evento cardiovascular en comparación con la
rama placebo. Sin embargo, en el grupo de pacientes asignados a pioglitazona se observó un
discreto aumento del riesgo para padecer insuficiencia cardiaca (11% en el grupo pioglitazona
vs 8% en el grupo placebo) no asociado a un incremento del riesgo de muerte por esta causa.
Otro aspecto de gran interés en el uso de glitazonas, específicamente rosiglitazona, fue determinar si el uso potencial en pacientes con intolerancia a la glucosa, aún no diabéticos, podía
retrasar la aparición de la diabetes. Con este objetivo se diseñó el estudio DREAM, que incluyó
5269 pacientes con intolerancia a la glucosa, no diabéticos, que fueron sometidos a un régimen
intensivo de tratamiento con dieta y ejercicio. El estudio tuvo un diseño en damero, con cuatro
ramas, una asignada a ramipril (fundado en la observación que los iECA disminuían la aparición
de nuevos casos de diabetes) vs placebo y otra asignada a rosiglitazona vs placebo. El end point
fue la aparición de diabetes o la presencia de un nuevo evento cardiovascular. En la rama ramipril
no se observaron diferencias significativas con respecto a la rama placebo, pero en el grupo
asignado a rosiglitazona se observó una reducción del 60% del riesgo relativo para padecer
diabetes.
54
En junio del año 2007 se planteó un fuerte debate respecto a la seguridad del uso de rosiglitazona.
En junio de ese año fue publicado un metaanálisis de Nissen y colaboradores en el cual se
compilaron los datos de 42 trabajos que en conjunto habían asignado randomizadamente 15.625
pacientes a rosiglitazona y 12.828 pacientes a otros esquemas terapéuticos. Los estudios incluyeron los reportes de la FDA, los estudios DREAM, ADOPT y otros. La conclusión final fue que el
uso de rosiglitazona se asoció a un significativo incremento del riesgo para padecer infarto de
miocardio (43%) y muerte de causa cardiovascular, generando una gran polémica que aún continúa respecto a la seguridad en el uso de estas drogas y su potencial riesgo de generar y
potenciar la presencia de enfermedades cardiovasculares existentes.
En respuesta a esta publicación, en julio del mismo año se publicó el estudio RECORD, abierto
anticipadamente, que estaba en curso para evaluar la seguridad y eficacia de rosiglitazona. En
este trabajo se asignó una rama al uso de rosiglitazona junto a sulfonilureas y metformina (2220
pacientes) y la otra a sulfonilureas y metformina sin glitazonas (2227 pacientes). Luego de un
seguimiento de 3,7 años no se advirtió aumento significativo de la mortalidad por IAM o por
causa cardiovascular en el grupo tratado con rosiglitazona.
Recientemente, Singh y colaboradores publicaron los resultados de un metaanálisis que involucró
4 grandes trabajos controlados y randomizados que incluyeron los datos de 6421 pacientes
asignados a tratamiento con rosiglitazona y 7870 pacientes asignados a tratamiento sin
rosiglitazona. Nuevamente el uso de rosiglitazona se asoció a un incremento del riesgo para
padecer infarto del 42% y aumento del riesgo para padecer insuficiencia cardíaca, sin aumento
sustancial de la mortalidad cardiovascular.
En la misma publicación, Lincoff y Nissen publicaron un metaanálisis de 19 trabajos involucrando
16.390 pacientes asignados a tratamiento con pioglitazona vs otras drogas hipoglucemiantes
orales. Pioglitazona se asoció a una reducción del riesgo relativo para padecer eventos
macrovasculares mayores (infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y muerte de causa
cardiovascular) del 18%, pero se observó un aumento del riesgo relativo para insuficiencia cardiaca
grave del 41%, aunque sin aumento de la mortalidad atribuible a esta causa.
No obstante, pese a estos artículos fuertemente críticos, la FDA aprobó el 30 de agosto de
2007 por 22 votos a 1 permitir la permanencia de la comercialización de la rosiglitazona. La
entidad regulatoria argentina (ANMAT) estableció en su disposición 4719/2007 que la administración de rosiglitazona se “encuentra contraindicada en pacientes con insuficiencia cardiaca severa grados III-IV de la NYHA” debido al eventual empeoramiento de las
fallas cardiovasculares. Asimismo establece que “la administración de glitazonas requiere
un monitoreo continuo de los pacientes para la detección temprana de signos y síntomas
de insuficiencia cardiaca (aumento excesivo y rápido de peso, disnea y edemas)”.
Actividades
3. Los receptores PPAR γ presentan 3 isoformas: γ1, γ2 y γ3 que se ubican fundamentalmente
en:
Hígado
Tejido adiposo
Distribución universal
PPAR γ1
PPAR γ2
PPAR γ3
4. Las tiazolidinedionas inducen insulinosensibilidad por
a) Inducir el crecimiento y diferenciación del tejido adiposo maduro
b) Inducir el depósito de ácidos grasos y triglicéridos postprandiales en el tejido adiposo subcutáneo
c) Disminuir el peso corporal
d) Aumentar los ácidos grasos libres circulantes y su depósito en el tejido adiposo visceral
Inhibidores de la Alfa glucosidasa: Acarbosa
La acarbosa actúa exclusivamente en el tracto gastrointestinal inhibiendo en forma competitiva
las α glucosidasas del ribete en cepillo, retardando la absorción de los carbohidratos. Su efecto
es mayor sobre la glucemia postprandial, sin aumentar la insulinemia. Se administra antes de las
comidas, aumentando la dosis paulatinamente, comenzando con 25 mg y llegándose a 100 mg
por dosis. Tiene una absorción intestinal menor al 2%, con un pico máximo de acción a las 2
horas.
Los efectos adversos son frecuentes, relacionados con la dosis empleada y el tracto
gastrointestinal, principalmente: flatulencia, distensión y diarrea. En pacientes con
insulinoterapia se puede observar hipoglucemia.
Insulinoterapia
La insulinoterapia en los pacientes con diabetes tipo 2 debe indicarse cuando no se obtiene un
control metabólico adecuado con el uso de los hipoglucemiantes orales, es decir ante la
presencia de fracaso secundario al tratamiento hipoglucemiante. El requerimiento de la administración de insulina en estos pacientes se estima en 3% a 5% anual, en especial a partir
del sexto año del diagnóstico de la enfermedad.
Normalmente, el aumento de la glucemia postprandial estimula la liberación de insulina, la cual
activa enzimas en los tejidos periféricos que median la captación de glucosa en los miocitos y
adipocitos. Se activa la glucólisis y se obtiene energía.
En el hígado y el músculo esquelético estimula la glucogenosintetasa, iniciándose la
glucogenogénesis, obtieniéndose glucógeno, el cual es depositado. En tejido adiposo favorece la
glucólisis y la lipogénesis (síntesis de triglicéridos), con depósito de ácidos grasos. Además actúa
favoreciendo la síntesis proteica.
Tiene una vida media de 5-6 minutos y es degradada en hígado, músculo y riñón; el 50 % de la
insulina que llega a la vena porta se destruye y no llega a la circulación general.
La insulina se clasifica según su origen en:
•
•
•
•
•
bovina
porcina
humana sintética
humana semisintética
análogos
55
Los requerimientos diarios son de 0.6 a 0.7 UI/kg/día y en los obesos puede llegar a 2 UI kg/día.
La absorción presenta gran variabilidad, 25% intraindividual y 50% interindividual. La absorción
también varía acorde al sitio de inyección: es más rápida en abdomen, siguiendo brazo, región
glútea y muslo. El ejercicio y el aumento de la temperatura aceleran su absorción, en tanto que
el tabaco la disminuye.
La clasificación de las formas farmacéuticas de insulina según la duración de acción se aprecia
en la tabla 2.
TABLA 2
FORMAS
Insulina
FARMACÉUTICAS DE INSULINA SEGÚN EL TIEMPO DE ACCIÓN
Comienzo
Pico
Duración de acción
Origen
Lispro
5-15 minutos
30-90 minutos
3 horas
Análogo
Aspártica
5-15 minutos
60-120 minutos
3 horas
Análogo
30-60 minutos
2-4 horas
6 horas
Animal-Humana
NPH
45-180 minutos
5-7 horas
12-18 horas
Animal-Humana
Lenta
1-3 horas
6-8 horas
12-18 horas
Animal-Humana
Ultralenta
1-4 horas
8-14 horas
20-24 horas
Animal-Humana
Glargina
90-120 minutos
No tiene
24 horas
Análogo
Ultra rápida
Rápida
Corriente
Intermedia
Prolongada
56
La insulinoterapia puede realizarse de tres maneras:
• combinada con hipoglucemiantes
• convencional
• intensificada
El tratamiento combinado se inicia en dosis de 0.2 a 0.3 UI/kg, en general antes de la cena o de
acostarse. Si no se logra control adecuado la dosis se incrementa en 2 UI cada 24 – 48 hs. El
objetivo es disminuir la producción hepática de glucosa, controlando la glucemia de ayuno. Esta
indicación se realiza asociada a los hipoglucemiantes orales cuando no se logra un control
adecuado, tanto secretagogos como insulinosensibilizantes. Se utiliza insulina NPH o Lenta cuando
se la indica post cena. Si la indicación es pre cena, se puede utilizar una forma mixta (NPH con
rápida o ultrarrápida).
Cuando el tratamiento combinado no obtiene un adecuado control metabólico se debe iniciar
insulinoterapia convencional o intensificada, suspendiendo los secretagogos, pero continuando
los insulinosensibilizantes asociados a la insulina si el paciente padece insulinorresistencia (Figura 2).
FIGURA 2
TRATAMIENTO DEL PACIENTE
CON
DIABETES TIPO 2
Actividades
57
Clave de respuestas
1. d
2. a
3.
Hígado
Tejido adiposo
Distribución universal
PPAR γ1
PPAR γ2
PPAR γ3
4. b
Bibliografía
Del Prato S, Felton A, Munro N, Nesto R, Zimmet P, Zinman B. Improving glucose management:
Ten steps to get more patients with type 2 diabetes to glycaemic goal. Int J Clin Pract 2005; 59:
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Global Guideline for Type 2 Diabetes. International Diabetes Federation (IDF) 2005: 25-43.
Guías ALAD 2006 de diagnóstico control y tratamiento de la Diabetes Mellitus Tipo 2. Asociación
Latinoamericana de Diabetes 2006: 22-33 ALAD.
Nathan D, Buse J, Davidson M, Ferrannini E, Holman R, Sherwin R, Zinman B. Management of
Hyperglucemia in Type 2 Diabetes: A Consensus Algorithm for the initiation and adjustment of
therapy. Diabetes Care 2008; 31: 173-175.
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