Santiago, a veintinueve de junio de dos mil seis

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Santiago, veintidós de mayo de dos mil siete
VISTOS:
Con fecha veinte de noviembre de 2006, el abogado Gustavo Fiamma Olivares, en representación de don Jorge Alejandro Soria Quiroga, ha deducido ante esta Magistratura requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 61 de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades en relación con la causa Rol Nº 730­2006, seguida ante el Tribunal Regional Electoral de Tarapacá, sobre incapacidad temporal para ejercer el cargo de alcalde, caratulada “Flavio Rossi y otro contra Jorge Soria Quiroga”. El requirente expone que la aplicación de dicho precepto, en la causa antes señalada, produciría efectos contrarios a la Constitución, pues vulneraría la presunción de inocencia, la igualdad ante la ley y el derecho al proceso justo o debido. Pormenorizando su argumentación, específicamente en lo atinente al quebrantamiento de la presunción de inocencia, el requirente señala, en síntesis, que el precepto legal impugnado, al incapacitarlo temporalmente para ejercer el cargo de alcalde, a raíz de haber sido procesado por un delito que merece pena aflictiva, le infundiría “a la acusación efectos que no se condicen con el deber de los órganos del Estado de tratar a las personas como inocentes mientras no hayan sido 2
condenadas”. Agrega, en el mismo sentido, que “desde el punto de vista constitucional, la circunstancia de que se someta a proceso no puede ni debe constituir un obstáculo jurídico para que el alcalde de Iquique pueda reasumir su cargo, después que expire su licencia médica que le incapacita para ejercerlo. Cualquier norma jurídica que lo impidiese sería abiertamente contraria a la Constitución y, por ende, inaplicable en la especie. De lo contrario, dicha persona estaría siendo tratada anticipadamente como culpable y, por ende, tornando su “presunción de inocencia” en “presunción de culpabilidad”, lo que es, desde la mirada constitucional, absolutamente improcedente”. Enseguida, a propósito de la igualdad ante la ley, explica el requirente que la aplicación del precepto legal impugnado, en la decisión del asunto pendiente, quebranta tal principio “desde que, los demás funcionarios y autoridades de la Administración del Estado, incluso con mayores responsabilidades que los alcaldes y concejales, no incurren en incapacidad temporal –y suspensión de sus derechos económicos­ estando bajo esas mismas circunstancias”, esto es, cuando son procesados por un delito que merezca pena aflictiva. Por último, en lo pertinente a la infracción del derecho al proceso justo o debido, el señor Soria aduce que el precepto legal impugnado “no establece un procedimiento (derecho al procedimiento) con las garantías de la racionalidad y justicia (derecho al debido proceso), dentro del cual el afectado pudiere ser oído, contestar los cargos, presentar pruebas, contestar 3
las pruebas de la parte contraria, ser juzgado por un órgano imparcial, obtener una resolución dentro de un plazo razonable, poder interponer recursos, etcétera”. Pormenoriza su argumentación añadiendo que, “de acuerdo con los parámetros constitucionales, los derechos de una persona no pueden ser objeto de privación, suspensión, restricción o de cualquier otro menoscabo, de pleno derecho, pues siempre será necesaria la constatación de los supuestos fácticos que, según el legislador, originan la pérdida o suspensión del derecho, tanto tratándose de potestades regladas como de potestades discrecionales. En el caso del mencionado artículo 61 alguien tiene que constatar que concurre el presupuesto de hecho que origina la incapacitación temporal del alcalde, por cierto, ese alguien tiene que ser un órgano jurisdiccional, y ello, además, bajo la garantía de un justo y racional procedimiento. Eso es así en un Estado de Derecho como “Estado de Justicia” (justicia en sentido judicial), como es el nuestro”. Añade, explayándose sobre el mismo asunto, “que los Tribunales Electorales Regionales carecen total y absolutamente de jurisdicción y competencia para conocer de esta materia. Ni la ley que los rige ni ninguna otra ley les ha otorgado facultades en este sentido. En otras situaciones, por ejemplo, para verificar si se dan las causales de pérdida de la ciudadanía (artículo 17 de la Constitución), que producen la cesación en el cargo del Alcalde, la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades expresamente los faculta (artículo 60). No así para verificar si se dan las causales de suspensión del derecho de sufragio, que provocan la 4
incapacitación temporal del alcalde. En el caso del artículo 60 estimamos que el legislador ha dado cumplimiento a lo que establece el inciso quinto del artículo 19 Nº 3 citado, pero no así en el caso del artículo 61, el que, por consiguiente, es contrario a la Constitución”. Mediante escrito ingresado a esta Magistratura con fecha 13 de diciembre de dos mil seis, manifiesta el requirente que no se verificaría a su respecto la hipótesis contenida en el artículo 16 Nº 2º de la Carta Fundamental, ya que no se encuentra acusado sino procesado por un delito que merece pena aflictiva y, en consecuencia, arguye que tampoco se configuraría el supuesto de hecho necesario para que tenga aplicación el precepto legal impugnado. En tal orden de ideas, prosigue señalando que “el artículo 61 no resulta aplicable a los procesados por crimen o simple delito que merezcan pena aflictiva, sino que a los acusados del sistema procesal nuevo. El artículo 61 dice que se encuentran incapacitados temporalmente los concejales o alcaldes que incurran en alguna causal de suspensión del derecho de sufragio prevista en el artículo 16 de la Constitución. Después de la reforma de la ley 20.050, el artículo 16 dejó de referirse a los procesados. A su juicio, como el alcalde Soria no incurre en ninguna causal de suspensión del derecho de sufragio prevista en el artículo 16 de la Constitución, no se le puede aplicar el artículo 61 de la Ley de Municipalidades, porque no se da el presupuesto de hecho exigido por el legislador para su aplicación (incurrir en alguna causal de suspensión del derecho de sufragio prevista en el artículo 16 de la Constitución)”. 5
Continúa la presente relación puntualizando que, el 4 de enero de dos mil siete, la Segunda Sala de esta Magistratura declaró admisible el requerimiento de autos. El 23 de enero de dos mil siete, la misma Sala ordenó suspender la gestión en la que incide tal requerimiento. El 25 de enero de dos mil siete, la contraparte del requirente en la gestión pendiente, los señores Flavio Rossi Rossi y Francisco Prieto Henríquez, fueron personalmente notificados de la declaración de admisibilidad, otorgándoseles diez días para formular observaciones, lo que, en definitiva, no realizaron. Sin embargo, el 1º de marzo de dos mil siete, el abogado de los señores Flavio Rossi Rossi y Francisco Prieto Henríquez, don Luxem Burgos Mella, acompañó a los autos copia autorizada de la sentencia del Tribunal Electoral Regional de la Primera Región de Tarapacá, recaída en los autos enrolados con el número 718­2006, de 12 de febrero de dos mil siete, solicitando que este Tribunal tenga presente lo dispuesto en su considerando 10, cuyo texto es el siguiente: “DECIMO.­ Que, del mérito de los documentos de fs. 82 a 89, esto es, el auto de procesamiento dictado por la señora juez del Segundo Juzgado del Crimen local y que fuere confirmado por la Iltma. Corte de Apelaciones de Iquique, en los que consta que se ha sometido a proceso al alcalde titular de la municipalidad de Iquique, don Jorge Soria Quiroga, en calidad de autor del delito de fraude a dicha municipalidad, 6
consagrado en el art. 239 del Código Penal, el que merece pena aflictiva; y, del mérito de lo dispuesto en el artículo 16 de la Constitución Política de la República de Chile en relación con la disposición decimonovena transitoria del mismo cuerpo legal, dicho edil se encuentra incapacitado temporalmente para ejercer su cargo de alcalde del mencionado municipio y que, por lo mismo, corresponde la elección de alcalde suplente, conforme a las normas que establece la Ley Nº 18.695.” Finalmente, el 29 de marzo de dos mil siete se trajeron los autos en relación, escuchando esta Magistratura en pleno las alegaciones de los abogados de ambas partes. En dicha oportunidad el requirente desarrolló los mismos argumentos ya resumidos en esta parte expositiva, mientras que el requerido sostuvo, en síntesis, lo que se extracta a continuación:
1. Que no es efectivo que la aplicación del precepto legal impugnado vulnere el derecho al proceso justo o debido, ya que la gestión pendiente que le ha habilitado para interponer el requerimiento de inaplicabilidad de autos sería prueba fehaciente de que dicho derecho constitucional en la especie ha sido respetado; 2. Que, igualmente, no es efectivo que la aplicación del precepto legal impugnado importe, en la gestión pendiente, una infracción al principio de igualdad ante la ley, pues a todos los alcaldes que sean acusados o procesados por delitos que merezcan pena aflictiva se les aplica dicha disposición, sin discriminación, quedando, 7
en consecuencia, temporalmente incapacitados para el ejercicio de sus funciones; 3. Que la aplicación del precepto legal impugnado en la gestión pendiente tampoco lesiona el principio de presunción de inocencia, pues el precepto en cuestión no contiene ni implica efecto sancionatorio alguno, dado que configura sólo una incapacidad sobreviniente a la pérdida de un requisito, exigido por la ley en armonía con la Constitución, para servir el cargo de alcalde; y 4. Que, finalmente y en estricto rigor, los vicios alegados por el requirente se encuentran dirigidos en contra del artículo 16 Nº 2 de la Carta Política, disposición que, atendida su jerarquía normativa suprema, no puede ser declarada inaplicable por este Tribunal toda vez que hacerlo importaría exceder la competencia que le ha sido fijada y admitir la vigencia de preceptos constitucionales contrarios a la misma Ley Fundamental de la cual son parte. CONSIDERANDO:
PRIMERO.­ Que, conforme a lo dispuesto en el artículo 93 inciso primero Nº 6 de la Constitución, es atribución exclusiva de esta Magistratura resolver, por la mayoría de sus miembros en ejercicio, la inaplicabilidad de un precepto legal cuya aplicación, en 8
cualquier gestión que se siga ante un tribunal ordinario o especial, resulte contraria a la Constitución; SEGUNDO.­ Que don Jorge Alejandro Soria Quiroga ha deducido ante este Tribunal un requerimiento de inaplicabilidad respecto del artículo 61 de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades en relación con la causa Rol Nº 730­2006, seguida ante el Tribunal Regional Electoral de Tarapacá, sobre declaración de incapacidad temporal, caratulada “Flavio Rossi y otro contra Jorge Soria Quiroga”; TERCERO.­ Que el precepto legal impugnado, esto es, el artículo 61 de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, dispone textualmente lo siguiente: “El alcalde o concejal cuyo derecho a sufragio se suspenda por alguna de las causales previstas en el artículo 16 de la Constitución Política de la República, se entenderá temporalmente incapacitado para el desempeño de su cargo, debiendo ser reemplazado, mientras dure su incapacidad, de conformidad a lo establecido en los artículos 62 y 78.”; CUARTO.­ Que, para una mejor comprensión y decisión del asunto sublite, resulta indispensable transcribir los preceptos constitucionales que inciden en el 9
requerimiento de autos, razón por la cual serán insertados a continuación: Artículo 7º
“Los órganos del Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley. Ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes. Todo acto en contravención a este artículo es nulo y originará las responsabilidades y sanciones que la ley señale.” Artículo 13 incisos primero y segundo
“Son ciudadanos los chilenos que hayan cumplido dieciocho años de edad y que no hayan sido condenados a pena aflictiva. La calidad de ciudadano otorga los derechos de sufragio, de optar a cargos de elección popular y los demás que la Constitución o la ley confieran.” Artículo 16 Nº 2 “El derecho de sufragio se suspende: 2º. Por hallarse la persona acusada por delito que merezca pena aflictiva o por delito que la ley califique como conducta terrorista.” 10
Disposición decimonovena transitoria “No obstante, la modificación al Artículo 16 Nº 2 de esta Constitución, también se suspenderá el derecho de sufragio de las personas procesadas por hechos anteriores al 16 de junio de 2005, por delitos que merezcan pena aflictiva o por delito que la ley califique como conducta terrorista.”;
QUINTO.­
Que la resolución acertada del requerimiento impone también reproducir los preceptos de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades con incidencia directa en él. De ellos, cabe insertar el artículo 57, inciso segundo: “Para ser candidato a alcalde se deberá acreditar haber cursado la enseñanza media o su equivalente y cumplir con los demás requisitos señalados en el artículo 73 de la presente ley.” La remisión de la norma transcrita al artículo 73 obliga a reproducir la letra a) de este último precepto, con sujeción al cual:
“Para ser elegido concejal se requiere: a) Ser ciudadano con derecho a sufragio;”; SEXTO.­ Que útil es puntualizar que la normativa transcrita ha sido ya objeto de pronunciamiento judicial, 11
circunstancia que exige tener presente lo decidido, con fecha 19 de junio de 2006, por la Corte de Apelaciones de Iquique confirmando el auto de procesamiento dictado por el Segundo Juzgado del Crimen de esa ciudad, con fecha 8 de mayo de 2006, en contra de don Jorge Alejandro Soria Quiroga, por presunto delito de fraude al Fisco, contemplado en el artículo 239 del Código Penal, cometido entre los años 2000 y 2001: “2º Que de los antecedentes reseñados precedentemente y propia declaración indagatoria de Jorge Alejandro Soria Quiroga de fojas 568 y careos de fojas 973, 974, 975 y 976 se desprenden fundadas presunciones para estimar que a éste le ha cabido una participación en el carácter de autor en el referido delito. Y reuniéndose los requisitos establecidos en el artículo 274 del Código de Procedimiento Penal, someto a proceso a Jorge Alejandro Soria Quiroga como autor del delito de fraude en perjuicio de la Municipalidad de Iquique, en la suma total de $ 137.696.125 que previene y sanciona el artículo 239 del Código Penal, hecho perpetrado en esta ciudad entre los años 2000 y 2001.”; SEPTIMO.­ Que, conforme a la certificación del Segundo Juzgado del Crimen de Iquique, expedida el 14 de marzo de 2003, que consta a fojas 244 de autos, el mencionado procesamiento que afecta al señor Jorge Soria Quiroga está referido a delitos que merecen pena aflictiva, resolución que se encuentra ejecutoriada y actualmente en vigor; 12
OCTAVO.­ Que cabe ahora detenerse en el sentido y alcance del artículo 16 Nº 2 de la Constitución, norma según la cual se suspende el ejercicio del derecho de sufragio del ciudadano acusado por un delito que merezca pena aflictiva. Analizada esa disposición, resulta evidente, desde luego, que el mandato contenido en ella persigue un fin razonable, especialmente tratándose de autoridades que representan a la ciudadanía en el régimen democrático imperante en Chile. Menester es realzar, además, que dicho precepto fundamental rige sin excepciones, en cuanto a los sujetos afectados por él, como asimismo en relación con los efectos suspensivos que produce respecto de las autoridades cuyo desempeño presupone hallarse en ejercicio pleno de la ciudadanía; NOVENO.­ Que, en consonancia con lo preceptuado en el artículo 16 Nº 2, se halla también la disposición decimonovena transitoria del Código Supremo, la cual, contrariamente a lo argüido por la parte requirente, puntualiza que la suspensión del sufragio es igualmente aplicable a los procesados por delitos cuyos hechos hayan ocurrido antes del 16 de junio de 2005 y que merezcan tal penalidad, como sucede en el caso de autos; DECIMO.­ Que de lo razonado en los considerandos anteriores fluye, con entera nitidez, que al encontrarse el requirente actualmente procesado, mediante resolución firme, por un delito que merece pena aflictiva, tiene, en conformidad a lo previsto en el artículo 16 Nº 2º y en la disposición decimonovena transitoria de la Constitución, 13
suspendido el ejercicio de su derecho de sufragio, porque la titularidad plena de tal derecho ciudadano debe existir tanto para ser investido o incorporado al oficio pertinente, como asimismo durante todo el período de ejercicio de tal función representativa, deducción que es coherente con las premisas en que se funda, así reconocido por la unanimidad de la doctrina que ha analizado el tema, siendo posible citar al efecto, con intención ilustrativa, las fuentes siguientes: Alejandro Silva Bascuñán: IV Tratado de Derecho Constitucional (1997), p. 257; José Luis Cea Egaña: I Derecho Constitucional Chileno (2002), p. 337; Ángela Vivanco Martínez: II Curso de Derecho Constitucional (2006), p. 202; y Mario Verdugo Marinkovic, Emilio Pfeffer Urquiaga y Humberto Nogueira Alcalá: I Derecho Constitucional (2005), p. 158­159; DECIMOPRIMERO.­ Que, a mayor abundamiento, de los preceptos constitucionales analizados fluye que si durante el ejercicio de un cargo o función pública, sobreviene la pérdida de uno de los requisitos esenciales exigidos por la Constitución y la ley para servirlo, quien incurre en ello queda incapacitado, temporal o definitivamente, para ejercerlo. Esa ha sido, además, la jurisprudencia de este Tribunal, al tenor de lo decidido en su sentencia Rol Nº 19­1983, en la cual formuló una tesis que, si bien se halla desarrollada a propósito de los Ministros de Estado, resulta perfectamente susceptible de ser extendida a todos los cargos o funciones públicas, en especial a aquellos que revisten 14
carácter representativo en el régimen democrático. Léese en el considerando segundo de aquella sentencia: “2°. Que la Constitución de 1980, al igual que la de
1925, no estableció en forma sistematizada y explícita, las
causales de inhabilidad, incompatibilidad, incapacidad o de
cesación en el cargo de los Ministros de Estado, como sí lo
hizo respecto de los parlamentarios en los artículos 54, 55,
56 y 57, respectivamente.
Sin
embargo,
lo
anterior
no
significa
que
el
Constituyente no haya contemplado causales de inhabilidad para
ser designado Ministro de Estado o permanecer en dicho cargo.
Un análisis de conjunto de los distintos preceptos de la
Constitución,
Fundamental
permite
se
concluir
contemplan,
que
en
implícita
o
nuestra
Carta
expresamente,
dos
clases de inhabilidades:
a) las inhabilidades absolutas que se configuran por la
falta
o
carencia
de
los
requisitos
establecidos
en
la
Constitución para ser nombrado Ministro de Estado; y
b)
afectan
las
a
inhabilidades
las
personas
relativas
que,
no
que
son
obstante
aquellas
cumplir
con
que
los
requisitos antes aludidos, no pueden ser designados en dicho
cargo o continuar en él, por la personal y especial situación
en que se encuentran;
3°. Que, en efecto, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 34 de la Constitución, "Para ser nombrado Ministro se
requiere ser chileno, tener cumplidos veintiún años de edad y
reunir
los
requisitos
generales
para
el
ingreso
a
la
Administración Pública". Quienes no cumplan tales condiciones,
como es obvio, no podrán ser designados Ministros de Estado.
La
falta
implícitamente,
o
carencia
causales
de
de
estos
requisitos
inhabilidad,
configura,
porque
éstas
consisten, precisamente, en la prohibición o impedimento que
afecta a una persona para ejercer u obtener un cargo u oficio.
En consecuencia, si dicha persona no cumple tales requisitos
es inhábil para ser nombrada Ministro de Estado y si los
pierde durante el ejercicio de sus funciones habrá sobrevenido
15
una causal de inhabilidad y el Ministro de Estado cesará en
sus funciones”;
DECIMOSEGUNDO.­ Que el estado o situación de incapacitado, voz utilizada por el precepto legal impugnado, debe entenderse como “la falta de calidades o disposiciones necesarias para hacer, dar, recibir, transmitir o recoger alguna cosa”, al tenor de lo escrito por Joaquín Escriche en su Diccionario Razonado de Legislación y Jurisprudencia (1889), p. 866; significado coincidente con la “carencia de la aptitud legal para ejercer derechos y obligaciones”, expuesta en Guillermo Cabanellas, IV Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual (1981), p. 367; o la “carencia de aptitud legal para ejecutar válidamente determinados actos, o para ejercer determinados cargos públicos”, según se lee en el tomo II del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2006), p. 1259; DECIMOTERCERO.­ Que, adicionalmente y conforme a lo previsto en la primera oración del artículo 119, inciso primero, de la Constitución, “En cada municipalidad habrá un concejo integrado por concejales elegidos por sufragio universal en conformidad a la ley orgánica constitucional de municipalidades.” De la norma transcrita se infiere que, en lo no previsto en el Código Político, la determinación de los requisitos para ser elegido alcalde es materia de reserva legal orgánica constitucional, como se ha hecho en el artículo 61 de la legislación 16
respectiva, cuya adecuación sustantiva a la Carta Fundamental ha sido objetada por el requirente; DECIMOCUARTO.­ Que, de acuerdo a lo prescrito en el artículo 57 de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades, “para ser candidato a alcalde se deberá acreditar haber cursado la enseñanza media o su equivalente y cumplir con los demás requisitos señalados en el artículo 73 de la presente ley”, y en la letra a) del referido artículo 73 se preceptúa que “Para ser elegido concejal se requiere: Ser ciudadano con derecho a sufragio”, de todo lo cual se sigue que es requisito para ser elegido alcalde ser ciudadano con derecho a sufragio;
DECIMOQUINTO.­ Que, a la luz de lo razonado en los considerandos anteriores, fuerza es concluir que si un alcalde se halla suspendido, por resolución ejecutoriada, en el ejercicio de su derecho a sufragio, de conformidad con lo previsto en el artículo 16 Nº 2 de la Constitución, mientras rija tal resolución no reúne uno de los requisitos esenciales para seguir sirviendo el cargo referido, siendo consecuencia lógica de ello que se entienda incapacitado temporalmente para su desempeño, tal como lo establece el artículo 61 de la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades;
DECIMOSEXTO.­
Que
de
lo
razonado precedentemente fluye que el artículo 61 citado es por entero coherente con la Carta Fundamental, puesto que el 17
legislador se limitó en él a desprender, con lógica irrebatible, una consecuencia de la suspensión del derecho de sufragio, prevista en el artículo 16 Nº 2 del Código Político, motivo por el cual el requerimiento de autos será rechazado; DECIMOSEPTIMO.­ Que, sin perjuicio de lo anterior, esta Magistratura examinará las argumentaciones del requirente en cuanto a que el precepto legal impugnado infringiría el derecho al proceso justo o debido. Pues bien, practicado el análisis de rigor, acordó desestimarlas toda vez que no se han hecho alegaciones precisas ni se ha acreditado que, en el proceso penal enrolado con el Nº 78.295­8, producto de la aplicación de normas legales impugnadas seguido ante el Segundo Tribunal del Crimen de Iquique, en el cual se halla firme el auto de procesamiento por el que el requirente quedó con su derecho de sufragio suspendido, estén infringidas las exigencias de lo justo o debido, ni que su tramitación vulnere el procedimiento racional, en los términos señalados por el artículo 19 Nº 3, inciso quinto de la Constitución; DECIMOCTAVO.­ Que, del mismo modo, la argumentación del requirente en el sentido de que el precepto legal impugnado vulneraría el principio de presunción de inocencia, tampoco puede ser estimada ya que la incapacidad que establece dicho precepto no es más que la consecuencia lógica de haber perdido el afectado uno de 18
los requisitos exigidos por la Constitución para servir el cargo de alcalde;
DECIMONOVENO.­ Que debe ser también desechada la argumentación del requirente en el sentido de que el precepto legal objetado quebrantaría el principio de igualdad ante la ley, pues dicho precepto es aplicable a todos los alcaldes y a las autoridades sin distinción ni excepción que sean acusados o procesados por delito que merezca pena aflictiva, no observándose, en consecuencia, el vicio de desigualdad arbitraria o sin fundamento razonable que ha esgrimido el requirente;
VIGESIMO. Que, por último, el examen de contexto del Código Político corrobora la conclusión formulada en el razonamiento precedente, porque la normativa aplicable a los alcaldes y concejales rige también para los parlamentarios, los que, a la luz del artículo 60, inciso séptimo de la Constitución, cesan en sus funciones si durante el ejercicio de ellas pierden algún requisito de elegibilidad, quedando suspendidos de su cargo en conformidad al artículo 61, inciso final, de la Carta Fundamental. Lo expuesto demuestra que la voluntad del Poder Constituyente es someter a todos los servidores públicos aludidos a normas iguales, más estrictas y rigurosas que las aplicables a los demás ciudadanos. Se resguarda así el funcionamiento adecuado de las instituciones públicas y, con ello, el cumplimiento de los deberes que la Constitución ha impuesto al Estado y a sus órganos representativos.
19
Y VISTO lo prescrito en los artículos 6º, 7º, 13, 16 Nº 2, 93 Nº 6 y 119, inciso primero de la Constitución, así como en los artículos 57, inciso segundo, 61 y 73 letra a) de la Ley Nº 18.695, Orgánica Constitucional de Municipalidades, y los artículos 30 y 31 de la Ley Nº 17.997, Ley Orgánica Constitucional de esta Magistratura,
SE DECLARA: QUE SE RECHAZA EL REQUERIMIENTO DE FOJAS 1, DEJANDOSE SIN EFECTO LA SUSPENSIÓN DEL PROCEDIMIENTO DECRETADA EN ESTOS AUTOS. Se previene que el Ministro señor Marcelo Venegas Palacios concurre al rechazo del requerimiento, pero no suscribe el considerando vigésimo de la sentencia.
Redactó la sentencia el Ministro José Luis Cea Egaña. Notifíquese, regístrese y archívese.
Rol Nº 660­2006
Se certifica que el Ministro señor Juan Colombo Campbell y el abogado integrante don Teodoro Rivera Neumann concurrieron a la vista de la causa y al acuerdo del fallo pero no firman por encontrarse con permiso el primero y ausente el segundo.
Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional, integrado por su Presidente don José Luis Cea Egaña y los Ministros señores, Juan Colombo Campbell, Jorge Correa Sutil, Marcelo Venegas Palacios, señora Marisol Peña Torres, Enrique Navarro Beltrán, Francisco Fernández Fredes y el abogado integrante señor 20
Teodoro Rivera Neumann. Autoriza el Secretario del Tribunal Constitucional, don Rafael Larrain Cruz.
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