Material preparado por los Profesores Gladys Jiménez

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Material preparado por los Profesores
Gladys Jiménez Alvarado
Rodrigo Gamboa Jiménez
Para las estudiantes de la Carrera de Educación Parvularia
2009
1. PALABRAS INICIALES
Las invitamos, al igual que el taller anterior, a reflexionar
en forma conjunta el material escrito que les presentamos
en torno a uno de los fundamentos de la educación de la
motricidad infantil y la educación de niños y niñas por
medio de la motricidad:
EL SIGNIFICADO DE LA
MOTRICIDAD Y SU PRACTICA EN EL DESARROLLO
INFANTIL, y a partir de su comprensión y
resignificación, consolidemos nuestra vocación y
fortalezcamos la disposición a disfrutar de cada momento
que tengamos para estar con ellos y ellas.
En primer lugar les sugerimos la lectura comprensiva del texto propuesto, y luego, desarrollar la
propuesta de reflexión grupal que adjuntamos, respondiendo a las interrogantes señaladas con los
fundamentos teóricos que hasta aquí hemos aprehendido y con nueva información que puede surgir
de lecturas complementarias.
Incluso, en la medida que avanzan, las invitamos a complementar las ideas formuladas con lo que
dicen otras personas del tema y hacer como grupo nuevas interrogantes que contribuirán al
aprendizaje de ustedes y de nosotros.
Las interrogantes que guiarán nuestra lectura y aprendizaje son tres:
Sentido y características generales del desarrollo humano
La infancia: etapa fundante del desarrollo humano
Relación corporalidad, motricidad y entre desarrollo infantil,
Al respecto, ya podemos encontrar algunos desafíos pedagógicos relacionados con este tema, a partir
de la lectura de M.Chokler, cuando nos describe los organizadores del desarrollo psicomotor,
enfatizando como tales:
o La aventura de la exploración sensomotriz: el ejercicio de la motricidad, y el
descubrimiento de sí mismo en interacción creativa en el mundo
o La experiencia del dialogo corporal: la comunicación con la madre y la
convivencia con los demás
o La experiencia del equilibrio: la confianza y la autonomía infantil
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2. DESARROLLO HUMANO: SU SENTIDO Y CARACTERISTICAS GENERALES
El ser humano, inacabado por naturaleza, tiene la opción de realizarse en cuanto hombre a lo largo de
toda su vida a través de un proceso de desarrollo permanente.
Este perfeccionamiento y búsqueda de plenitud la vamos construyendo a partir de nuestras
potencialidades, fortalezas que se consolidan y limitaciones o debilidades que superamos. Nacemos,
entonces, con la posibilidad de ser mejores y aprender de cada situación vivida, para hacernos dueño
de nosotros mismos y realizar en plenitud nuestro proyecto de vida personal y de construcción social
La tarea de ser hombre no termina jamás, y en la línea evolutiva de nuestra vida se construye, desde la
gestación, un proceso de enriquecimiento personal permanente ligado a nuestras motivaciones
individuales y sociales más íntimas, como a las oportunidades que nos prodiguen quienes nos rodean
y nos otorguemos.
En este sentido una interrogante cruza a lo largo de toda su vida, que Romano Guardini la identifica
con las palabras ¿quién soy?, ¿soy feliz?, ¿cuál es el sentido de mi vida? La felicidad es tarea de la
persona.
“...porque al hombre no se le entregó la vida hecha, no se le entregó ya refrendado su
sentido. Se le entregó una vida que estará siempre haciendo y un sentido que no
terminará nunca de buscar “(Castillo, 1987).
A partir de lo señalado, se puede decir que el DESARROLLO HUMANO es un proceso permanente de
perfeccionamiento humano, durante el cual se hacen realidad, en nuestra persona, una serie de
transformaciones positivas como resultado de las múltiples interacciones e intercambios con nuestro
entorno, especialmente sociocultural.
Al respecto la autora Myrtha Chokler destaca que los vínculos positivos que logramos establecer en
cada uno de nuestros mundos de interacción desde que nacemos, es una de las variables más
significativas en este proceso que se vincula a la calidad de nuestra existencia en cada una de las
etapas de nuestra vida.
En otras palabras, el hombre busca su perfección intentando aproximarse a su proyecto de vida; en
esta posibilidad de construir y construirse permanentemente, se interroga acerca del sentido de la vida,
cultivándose en un proceso de enriquecimiento personal y sociocultural inacabado.
Se reconoce hoy día, que las variables que interactúan en el desarrollo humano dicen relación con
factores externos (medio ambiente) e internos de la persona (proceso de maduración, motivaciones
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individuales); y si bien es cierto que el desarrollo es un proceso permanente y secuencial que sucede a
lo largo de toda la vida, se tiene plena coincidencia que los primeros años son substanciales para la
existencia humana plena.
En este sentido, se puede reconocer que el desarrollo humano, concebido como un proceso durante el
cual ocurren cambios en nuestra persona, presenta etapas, en cada una de las cuales es posible
visualizar necesidades prioritarias que deben ser satisfechas oportunamente: tales etapas se encuentran
interrelacionadas y el éxito o fracaso vivido en alguna de ellas afectará la posibilidad de realización de
las siguientes.
En cada etapa de la vida, es posible dar curso a un vuelo
propio vinculado a motivaciones específicas que dan sentido a
las acciones emprendidas. Nuestra vida, entonces, desde el
vientre materno se va desarrollando en una línea evolutiva al
modo de una espiral que consolida nuestro ser interior al
mismo tiempo que expande nuestro ser dialógico hacia los
demás.
En cada etapa resolvemos una crisis de crecimiento personal
(R.Guardini, 1986); toda crisis nos ofrece una oportunidad
para volver a nacer, para renovar nuestra concepción de
nosotros mismos como personas, para elegir la clase de
cambio que debe ayudarnos a crecer y para autorrealizarnos
integralmente.
Estas posibilidades, que existen en toda crisis, hallan su expresión más perfecta en la lengua china; el
carácter escrito que en chino significa “crisis” está compuesto de dos símbolos iguales, uno de los
cuales significa “peligro” y el otro “oportunidad”. Toda crisis, por cierto, entraña un peligro por
cuanto nos enfrenta a situaciones radicalmente diferentes de las ordinarias para nosotros; no obstante
lo anterior, la crisis entraña, también, una oportunidad de cambios y de crecimiento o desarrollo
personal.
EN EL CASO DE LA INFANCIA, LA CRISIS ES LA VITALIDAD
¿QUÉ SIGNIFICA ESTA CRISIS DE VITALIDAD EN EL NIÑO Y LA NIÑA?
Una
de
las
necesidades
fundamentales del niño y la niña
está centrada en el ejercicio de su
motricidad global; y uno de los
organizadores
del
desarrollo
infantil es, precisamente, la
exploración sensomotriz
Al explorar el niño se descubre y descubre el mundo que le rodea, amplia su conocimiento y
valoración de sentirse capaz, hecho vital que constituirá una de las bases de la formación de la
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propia identidad, y en consecuencia de una autoestima positiva.
3. LA INFANCIA: ETAPA FUNDANTE DEL DESARROLLO HUMANO
La infancia, en palabras de Aucouturier, es una etapa somatopsíquica
que parte de la acción y de la interacción con el medio, donde la
sensorialidad, la motricidad, la corporeidad es la condición misma de
existencia, de desarrollo y de expresión del psiquismo (Aucouturier,
2007).
Al respecto “El cuerpo es siempre la expresión de un yo y de una
personalidad que está dentro de un mundo; por eso el cuerpo dice de
nosotros. Solo hay una unidad… No se trata, por cierto, de una unidad
dada, sino de una vida en desarrollo” (Castañer y otros, 2006).
De allí que durante la infancia, la corporalidad vivida placenteramente y su expresión motriz se
encuentran en la base de todo el desarrollo humano, y son la puerta de entrada sentida y
experimentada hacia la autonomía, el encuentro vital con los seres queridos y los demás, la
exteriorización de los sentimientos y la antesala del pensamiento infantil.
En este mismo sentido, se puede afirmar, en términos generales, lo siguiente:
3.1. En primer lugar, se tiene información que desde la extrema indefensión en la que nacemos, vamos
construyendo paulatinamente la capacidad de disponer del propio cuerpo a voluntad, con precisión e
independencia; esto ocurre a medida que el sistema nervioso y los intercambios con el entorno,
especialmente humano que nos rodean, nos ofrecen oportunidades de ejercitación placentera de la
capacidad natural de poder hacer. El ejercicio de nuestro acervo motriz natural nos permite, de esta
manera, el dominio de la motricidad voluntaria en interacción armónica con el espacio que nos rodea.
La posibilidad para ejercer la capacidad de exploración sensomotriz con placer, genera en el niño y la
niña sensaciones kinestésicas de agrado que los motivan a continuar en dicha práctica. De esta manera
construyen su disponibilidad corporal, y cada vez que obtienen un logro motor, esta capacidad se
traduce en el sentimiento de sentirse capaces, base de la construcción de la autoestima positiva.
3.2. Por otro lado, cuando nacemos somos seres heterónomos, necesitamos de los demás para satisfacer
las intimas necesidades de cuidado, alimentación calor, descanso y apego, entre otras; pues no nos
basta el potencial genético que traemos consigo. Un medio favorable donde estas necesidades se
satisfagan es requerido, no basta un entorno sólo físico, sino especialmente socioafectivo y
culturalmente enriquecido. Serán entonces, las miradas, el contacto piel a piel, el arrullo, en definitiva
experiencias de diálogo corporal positivo con los adultos más cercanos, vivencias que conformarán
una verdadera matriz existencial, a partir de la cual el niño y la niña van desarrollando el sentido de
la verdadera convivencia humana.
3.3. Por último, a través de su corporalidad, de sus sentidos, de esta capacidad de accionar naturalmente
en y sobre el medio que le rodea, es como el niño y la niña percibe y entra en contacto con su entorno,
se da cuenta de la existencia de los objetos y comparte espacial y temporalmente con los demás. Esta
experiencia vivida corporalmente se constituye en la antesala del pensamiento y del desarrollo
cognitivo futuro.
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4. RELACION ENTRE CORPORALIDAD Y MOTRICIDAD Y DESARROLLO INFANTIL
Junto a la afirmación respecto a que la motricidad y la actividad lúdica son las preferencias dominantes
del niño, se plantean a continuación, otras que vinculan a la práctica motriz y su vinculación con el
desarrollo del párvulo.
4.1. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, MOVERSE, SIGNIFICA PLACER, PROBARSE A SI MISMO Y
POR ENDE LOGRAR CONFIANZA Y AUTONOMIA
Dentro del vientre materno la mayor parte del tiempo es movimiento; estas
sensaciones cenestésicas intrauterinas guardan relación, principalmente,
con movimientos oscilatorios de vaivén, que tras el nacimiento se
transforman en los agradables arrullos de alguno de los seres queridos que
cuidan al recién nacido, y más tarde, en algunas culturas, continúan este
natural balanceo atrás, por ejemplo, de las espaldas o junto al pecho de sus
madres y abuelas/abuelos. Hoy la industria ha ideado en este sentido,
hamacas especiales, cunas que se mecen, sillas elásticas que cuelgan del
techo y semejan un columpio, entre otras posibilidades. No obstante lo
anterior, ninguna de ellas suple el movimiento de balanceo junto al regazo
de su madre, padre o de la persona que brinda los cuidados cotidianos al
lactante.
El lento cadencioso de las canciones de cuna acompañan el natural balanceo del
arrullo, y a la sensomotricidad se unen las sensaciones auditivo rítmicas.
En este contexto amoroso, la motricidad vivenciada extiende sus sensaciones
de agrado y placer hacia el ámbito socioafectivo del lenguaje corporal respecto
a sí mismo y a su relación con el mundo que le rodea; es el origen de la
estabilidad motriz y emocional, así como de la comunicación y la vida de
relación. De esta manera a partir del placer sensoriomotor “se crea la unión
entre las sensaciones corporales y los estados tónico-emocionales, permitiendo
así el establecimiento de la comunicación, la interacción con el otro, el entorno
y los objetos”(Valdés, 1999)
Es así que a la par de la maduración del sistema nervioso central, que le permite el uso cada vez mas
diferenciado y preciso de su corporalidad, las primeras manifestaciones voluntarias del pequeño de
poder hacer y de sentirse capaz, le aportan una nueva dimensión a la vivencia de afirmación de sí mismo:
la conquista de la confianza y de la autonomía; la expresión espontánea y confiada de la individualidad.
De esta manera, cuando el niño y la niña son capaces de caminar, emprenden una de las grandes
aventuras humanas: la exploración vivencial y activa del espacio y la construcción de su situación en
el mundo. Así la frecuente expresión verbal que escuchamos de parte de los niños: “Yo puedo hacerlo
solito “... es más que la manifestación de un logro motriz. El niño nos dice que se siente capaz,
autovalente, jubiloso por el logro e independiente.
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4.2. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, MOVERSE SIGNIFICA CONTACTARSE Y DESCUBRIR LA
REALIDAD, TANTO LA PROPIA COMO LA DEL MUNDO EXTERNO... DAN CURSO A SUS
AFANES EXPLORATORIOS,. Y AL HACERLO, SON CREADORES POR NATURALEZA
Diferentes autores destacan que el niño posee, desde el inicio de su vida, un conjunto de
comportamientos abiertos al mundo exterior; uno de ellos, es la actividad exploratoria que, ligada a su
curiosidad e interés por lo que le rodea, le permite vivenciar las sensaciones de experimentar y
experimentarse, las cuales se vitalizan en la medida que es acogido positivamente en su ambiente
relacional.
Se puede decir, entonces, que tempranamente, a los meses de su nacimiento, el niño y la niña se
proyectan al mundo a través de la actividad motriz. El objeto que es lanzado lejos, expresará su forma
de relación con éste, denotando ya su presencia singular. Sus desplazamientos hacia las cosas y hacia
los demás, con quienes comparte, significarán la apropiación de su entorno social; y también, una
forma particular de interacción y comunicación no verbal, la única que a esa edad, es posible
establecer.
A través de su corporalidad, de sus sentidos, de su disponibilidad natural de accionar con y sobre las
cosas que le rodean, percibe su entorno y entra en relación dinámica con él. Subiendo a los aparatos,
tocándolos, lanzando objetos, pasando por entre, por debajo... es la forma en que el niño aprehende las
direcciones, los tamaños; aprecia las superficies, las formas; se da cuenta de sus reales posibilidades de
movimiento; se da cuenta de los objetos; entra en contacto con la naturaleza y con quienes le rodean
Sobre estos hechos, se tiene pleno consenso en la actualidad, y se puede decir, entonces, que el paso de
la respuesta motriz espontánea a la organización perceptivomotriz consciente en relación consigo
mismo y con su medio, parece ser el proceso central del desarrollo de la inteligencia. Moverse, en
consecuencia, permite experiencias y vivencias que permiten descubrir y conocer la realidad; en otras
palabras, se puede afirmar que la vivencia motriz es la antesala del desarrollo cognitivo posterior.
El comportamiento de exploración motriz, le permite al niño no sólo aprehender el mundo que le
rodea, sino del mismo modo, aprehende su propia realidad. Así, los datos provenientes tanto de la
percepción visual, como de la sensibilidad táctil, visceral y kinestésica, constituyen información a nivel
de la corteza cerebral y la vivencia corporal se transforma paulatinamente en una experiencia
consciente de su ser en el mundo.
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El resultado de tales experiencias, estrechamente ligadas a la calidad de los intercambios sujeto-mundo
externo, será, por un lado, un darse cuenta del propio cuerpo, descubrimiento que implica también un
progresivo control sobre la motricidad voluntaria ; y por otro lado, una forma de interrelación entre la
persona del niño/de la niña y su entorno. En este sentido, se da especial relevancia a la espacialidad, es
decir, a la posibilidad que tiene el párvulo de ocupar un lugar, y extenderlo, mediante el ejercicio de su
motricidad natural y las posibilidades de acción que le brinda el medio circundante.
Como conclusión, se puede afirmar que desde el punto de vista perceptivomotor, la necesidad del niño
surge a partir de lo vivencial, y se trata de caminar hacia el conocimiento y valoración de sí mismo, del
mundo objetal y de sus semejantes, ampliando, de esta forma, su horizonte perceptivo
espaciotemporal:
a) El niño y la niña en su desarrollo cognitivo pasan de lo concreto a lo abstracto; son incapaces de
analizar intelectualmente sus vivencias; actúa sobre la realidad inmediata, presente y cercana con
esquemas de acción conocidos. Luego, los acontecimientos son reunidos más allá del acto motor
mismo, por medio de formas simbólicas, primero, y más tarde, por medio de representaciones
mentales de la realidad vivida concretamente.
b) El niño en su desarrollo cognitivo camina de lo subjetivo a lo objetivo. Al respecto las primeras
experiencias del niño y la niña están centradas en su propio cuerpo; la corporalidad es el centro
receptor de las múltiples proyecciones del medio circundante sobre sí mismo; en este sentido, el
marco de referencia será, en primer lugar, la percepción visual, auditiva, kinestésica y táctil
producida. Poco a poco, a partir del propio cuerpo, el niño irá descentrando y objetivando su
representación del mundo, para llegar a moverse teniendo como punto de referencia los objetos y
os demás.; y a apreciar la realidad en forma independiente de los afectos personales. De esta forma,
comienza a comprender el punto de vista de los demás.
De allí la importancia de generar posibilidades a los niños y niñas, desde
temprana edad , para:
vivenciar sensaciones multivariadas
moverse en libertad
experimentar en el propio cuerpo el placer motriz
explorar en distintos contextos de practica motriz
En un primer nivel, no hay imágenes mentales, es
solo placer sensomotriz que se repite: es el placer de
mirar, de la extensión del cuerpo, de las
extremidades superiores que se agitan rítmicamente,
…
En la etapa posterior de expresión motriz, los niños
y las niñas se ponen en contacto con el mundo que
les circunda y una natural y espontanea acción de
subirse y bajarse de los aparatos, de lanzar los
balones, de empujar objetos se hace evidente…
Sobre la base de las etapas precedentes, los niños y las niñas el placer se vuelve representativo,
recuerdan y a partir del placer vivenciado inician un proceso de construir, verbalizar lo que sienten,
de lo que se dan cuenta, lo que les gusta, lo que no les agrada.
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4.3. PARA EL NIÑO Y LA NIÑA, AL MOVERSE SE MANIFIESTAN TAL CUAL SON,
REVELANDONOS SUS MAS INTIMOS SENTIMIENTOS. Y ESTABLECIENDO UNA RELACION
CON SUS PARES Y SEMEJANTES…DE ALLI SE ORIGINANLOS PRIMEROS ACUERDOS
Al moverse, los niños y las niñas se encuentran con
la motricidad de los que le rodean; con su
proximidad, acogida o rechazo, estableciendo o no
un posible acuerdo con ellos.
Al respecto, las investigaciones actuales, establecen el significado que tiene la motricidad y el juego en
el plano, socioafectivo, señalando, como ya se había enunciado anteriormente en este documento, que
la función tónica, sobre la cual se elabora la motricidad, es también un modo de relación: el niño y la
niña traducen sus sentimientos, emociones, sensaciones con variaciones de su sistema tónico, el que se
encuentra perfectamente desarrollado
Es necesario considerar que respecto a su ser relacional, dada la inmadurez de su sistema nervioso, no
le es posible controlar su motricidad voluntaria y disponer de sí mismo con autocontrol. Desde esta
perspectiva, el acuerdo tónico vivenciado en interacción lúdica y armónica con sus pares y
especialmente con sus padres, a través del tacto, las caricias, los sonidos, la mirada, la exploración
compartida ,entre otras experiencias gratificantes, significarán la primera forma de sociabilidad; serán
el primer paso hacia una experiencia emancipadora de comunicación, base del desarrollo armónico de
vínculos futuros. es el dialogo corporal , por lo tanto, la fase y expresión inicial de la afectividad en el
ser humano.
En este sentido, reafirmamos desde esta
perspectiva vinculante de lo corporal, que el
placer surge de la vivencia motriz experimentada
con agrado y reconocida por otro; más aún si en
los primeros años el párvulo está invadido por la
afectividad y no posee disponibilidad para la
dimensión lógica de su pensamiento.
Al respecto, Myrtha Hebe Chokler, corrobora esta característica diciendo que “las maneras de sostener
el cuerpo y manipulación son captadas por el niño por receptores cutáneos, provocándole sentimientos
de seguridad y confianza” (Chokler, 1988).
Este comportamiento de apego, matriz afectiva que modelará los vínculos futuros, se complementa
con la disposición libre para la exploración. Ambas juegan un papel primordial en el logro progresivo
de las formas motrices naturales, la descentración cognitiva y la integración social.
En definitiva, el Jardín Infantil constituye uno de los mundos de interacción del niño/de la niña; y su
desarrollo es un proceso por sobre todo vincular. En tal sentido, un ambiente favorable que acoja al
niño es imprescindible para su evolución; necesita sentir que es querido/ querida y que
recíprocamente, él/ella también es motivo de satisfacciones emotivas para otros. Tales sentimientos se
concretan y expresan en el abrazo, en las caricias, en los apoyos y ayudas.
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4.4. PARA EL NIÑOY LA NIÑA, AL MOVERSE SE EXPERIMENTAN
Y EXPERIMENTA EL
MUNDO EXTERIOR, AUTOEJERCITANDO SU DISPONIBILIDAD MOTRIZ PERSONAL
“Los niños no nacen torpes..., los hacemos torpes...”, señala Liselot Diem; y esto puede ocurrir en la
medida que les ofrecemos situaciones de aprendizaje desconectadas de sus reales necesidades, por
debajo del nivel necesario, o bien, por sobre las posibilidades de resolución exitosa; así también,
cuando les impedimos el ejercicio libre de sus disponibilidad corporal que se manifiesta en la
motricidad voluntaria. En cada uno de estos casos, la resultante es una posible marginación de la
práctica por parte del niño, con consecuencias desfavorables que anulan progresivamente este
impulso motriz propio de la infancia.
El niño y la niña pasan de la motricidad refleja e impulsiva a una motricidad voluntaria y
controlada; en otras palabras de ser movido, debe aprender a moverse con autonomía en forma
coordinada, cualidad que ya señaláramos en el taller Nº 1 , está en su etapa crítica.
DE LA MOTRICIDAD REFLEJA,
INVOLUNTARIA
A LA MOTRICIDAD VOLUNTARIA
En el transcurso de los primeros años, los logros motores infantiles son considerables; camina, corre,
salta, manipula diferentes objetos junto al desarrollo de la palabra, la expresión gráfica, el juego,
entre otras posibilidades propias de su naturaleza. La infancia, en este sentido, es una etapa que
requiere tiempo, ambiente y oportunidades para que cada niño y niña cimiente desde su propia
vitalidad la autonomía, la libertad, la capacidad de resolución de problemas, la disposición positiva
para integrar grupos de pares, compartir y aprender a disfrutar, valorarse y convivir en paz y
solidaridad; mas detalles al respecto, lo analizaremos en el próximo taller que refiere al desarrollo
sensomotor y motor en la infancia.
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5.
CONCLUSIONES
5.1. La organización del desarrollo se inicia en la concepción y todos los dominios se van diferenciando en
forma gradual, pero en el inicio de la infancia, el comportamiento motor es la expresión de la
integración psicomotriz del ser que comienza a florecer. De ahí la importancia del movimiento,
tanto en el desarrollo del párvulo, como también, en cuanto expresión de la globalidad del ser del
niño y la niña. Al respecto, podemos identificar cuatro ejes evolutivos:
1º) DESDE LA MOTRICIDAD REFLEJA, EL PLACER MOTOR, LA
IMPULSIVIDAD MOTRIZ Y LA DEPENDENCIA AL DESARROLLO
CUALITATIVO DE LA MOTRICIDAD VOLUNTARIA Y EL DISFRUTE
DEL POTENCIAL MOTRIZ PERSONAL
2º) DESDE LO VIVENCIAL SENSORIOMOTRIZ A LO
RACIONAL, LÓGICO Y ABSTRACTO DE MODO QUE SEA
CAPAZ DE OBJETIVAR Y EXTENDER LAS EXPERIENCIAS
3º) DESDE LA VIVENCIA DE UN YO EN FAMILIA A UN
YO ENTRE LOS OTROS, EVOLUCIONANDO EN LA
SOCIABILIDAD, LA COOPERACION, EL RESPETO A SUS
SEMEJANTES
4º) DESDE LA VIVENCIA LUDICA SENSOMOTRIZ Y SIMBOLICA ESPONTANEA Y LA
EXPRESION DE LA LIBRE INICIATIVA, A LA CREATIVIDAD Y EL PENSAMIENTO
DIVERGENTE
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5.2.
En una perspectiva pedagógica de la Educación Física Infantil se debe tener en consideración que el
niño la niña poseen una capacidad para disponer motrizmente de su cuerpo, capacidad que es
susceptible de perfeccionar. Al respecto la tarea será propiciar una educación de la motricidad
sobre la base de estas posibilidades motrices naturales y propias de cada niño/niña.
5.3.
Por otro lado, se deberá tener en consideración que al moverse el niño y la niña transparentan o
expresan su interioridad, proyectando su energía de manera singular ; En este sentido la tarea será
propiciar ambiente y oportunidades para que los niños y niñas nos cuenten de sus vivencias y se
encuentren con lo propio; nos cuenten de su mundo mágico e imaginario y se encuentren con su
poder de re-creación; nos hablen de sus encuentros , posibles acuerdos, emociones y sentimientos,
dudas e inquietudes, y se encuentren con sus posibilidades de comunicación.
MOTRICIDAD Y DESARROLLO INFANTIL…DESAFIOS PEDAGOGICOS DE LA EDUCACION DE
LA MOTRICIDAD INFANTIL Y DE LA EDUCACION DE LOS NIÑOS Y NIÑAS PORMEDIO DE
LAMOTRICIDAD:
La aventura de la exploración sensomotriz: el ejercicio de la motricidad, y el
descubrimiento de sí mismo en interacción creativa en el mundo. Junto a la
experiencia del equilibrio: la confianza y la autonomía infantil: la formación
motriz y el desarrollo de:
− la coordinación en la realización de las habilidades motoras básicas:
− el esquema corporal (noción del propio cuerpo, lo0s objetos y los demás)
La experiencia del dialogo corporal, la convivencia con los demás y la relación
lúdica simbólica y mágica con el entorno: el desarrollo de la comunicación y la
creatividad motriz
¡¡ LA INVITACION ES: RENOVAR LA PRÁCTICA MOTRIZ INFANTIL CON
SENTIDO, SIGNIFICADO PARA TRANSFORMARLO EN UN ESPACIO
INTENCIONADO, PLACENTERO E INTERACTIVO!!
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