JUICIO EJECUTIVO. N° 145 Venado Tuerto, 9 de Octubre del 2009

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JUICIO EJECUTIVO.
N°
145
Venado Tuerto, 9
Y VISTOS:
de Octubre del 2009
Los presentes autos caratulados: IÑIGUEZ,
RAIMUNDO A. C. ROLDAN, RAMON ALBERTO S. JUICIO EJECUTIVO, Expte.
293-2008, la Resolución N° 245-08 del Sr. Juez de Primera Instancia de Distrito en lo
Civil, Comercial y Laboral de Melincué (fs. 46-47), los recursos de apelación y nulidad
interpuestos por la demandada (fs. 48) y su concesión a fs. 49, en relación y con efecto
suspensivo; la elevación de los autos a esta Alzada (fs. 55), el escrito de expresión de
agravios (fs. 57), y el de contestación de su contraparte (fs. 59-60), la integración definitiva
de la Sala (fs. 66), y el pase de los autos a Resolución (fs. 69), ambos proveídos notificados
y firmes (v.fs. 68 y 71).
Y CONSIDERANDO: I. Que el A.quo, mediante el interlocutorio
recurrido, decidió pesificar la obligación liquidada en la forma y con las reservas expuestas
en los considerandos anteriores, a cuyos efectos se deberá practicar nueva planilla, e
impuso las costas a la demandada incidentista.
Debemos aclarar liminarmente que, en el presente juicio ejecutivo el
actor accionó mediante un pagaré en dólares, con fecha de libramiento el 22.-11-01 y
vencimiento el 21-12-03, dictándose sentencia
en fecha 23.03-07, mandando llevar
adelante la ejecución hasta tanto el actor se hiciera íntegro pago del capital reclamado de
dólares estadounidenses dos mil (U$S 2.000), con más sus interés, tasa activa del Banco de
la Nación Argentina y costas.
Dicho resolutorio quedó firme y practicada planilla por la actora
conforme a los parámetros dados en la sentencia, se presenta la demandada e impugna la
liquidación al entender que la obligación en moneda extranjera, conforme a la fecha de
libramiento del pagaré, quedó sometido a la pesificación obligatoria dispuesta por la ley
25561. Por su parte la actora se opone al referido cuestionamiento, procediendo el a.quo a
dictar el interlocutorio recurrido.
Frente al mismo se alzó la demandada mediante los recursos que
aquí vamos a tratar.
II. En primer término debemos decir que el recurso de nulidad no ha
sido fundado en este grado jurisdiccional y tampoco se advierte la existencia de vicios
extrínsecos en el procedimiento o en la resolución
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que autoricen la declaración de
invalidez “ex officio”, por lo tanto el mismo ha de ser desestimado.
III.En cuanto al recurso de apelación, el mismo es expresamente
sostenido,exponiendo la recurrente como único reparo el relativo a imposición de costas
por la incidencia.
Refiere que su planteo en baja instancia originó un traslado a
la contraparte y un incidente que el inferior resolvió favorablemente, entendiendo que la
impugnación fue en término y que cabía realizar la planilla en base a pesos y no dólares.
Sin embargo, el a.quo argumentando que el dispendio jurisdiccional fue provocado
exclusivamente por la presentación tardía de la demandada, hace recaer las costas del
incidente sobre ésta.
Resulta clara la queja del recurrente al sostener que la
disposición del inferior es contradictoria en sí mismo, en tanto -por haberse planteado
oportunamente y no inoportunamente – hizo lugar a la pesificación, para,luego imponerle
las costas a pesar de haberle dado la razón pese a la oposición de la accionante.
Por ello, basado en el art. 251 C.P.C., solicita se revoque el
decisorio y se apliquen las costas de la incidencia a la actora.
La apelada, al responder en esta sede el libelo de crítica del
recurrente, hacen un raconto de lo sucedido en la acción ejecutiva que culminara con la
sentencia que ya no está en discusión; y, tomándose de ésta sostiene que parte vencida es la
demandada por haber sido perdidosa en el proceso principal. También se aferra al adagio de
que todo lo accesorio sigue la suerte del principal, mencionando también que en el caso de
autos fue el demandado quién provocó el incidente por no haber pedido la pesificación de
la deuda oportunamente. Por ello solicita la confirmación del decisorio sub-examine.
IV.A efectos de dar inicio al análisis del tema sometido a
esta Cámara, debemos partir diciendo que, en los considerandos del magistrado de la sede
anterior existen errores conceptuales y contradicción en los fundamentos.
La aplicación de la normativa de emergencia devenida de la
sanción de la ley 25561 y dec. 214-02 y todo el subsistema legal que se originó en aquellas,
es de orden público, no siendo potestativo de la voluntad del deudor su aplicación cuando el
magistrado debe decidir.
Dice tambien el juez de grado que al no haberlo hecho en el
juicio principal el demandado -el pedido de pesificación- dictó la sentencia en dólares, pero
aclara que ella no causa estado en ese aspecto ni inhibe el derecho del deudor a solicitar la
conversión aún después de la sentencia. Es por ello que dispone reliquidar los rubros de la
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planilla conforme a lo solicitado y aplica las costas al incidentista por el dispendio
jurisdiccional que provocara por su presentación tardía.
La jurisprudencia es conteste en sostener que, dado el carácter
de normas de orden público de las disposiciones contenidas en la ley 25561 (art. 19) y
considerandos del decreto 214-02 y ccdtes., lo que les confiere rango de normas coactivas
de derecho privado interno, se impone fallar conforme a ellas, sin esperar petición de los
interesados en ese sentido -salvo, declaración de inconstitucionalidad o acuerdo expreso de
ambas partes disponiendo de sus derechos patrimoniales-; además, las fórmulas contenidas
en el decreto 214-02, arts. 2, 3 y 8 y en el decreto 320-02, art. 1, cuando extiende el decreto
214-02 a todas las obligaciones pesificadas $ 1= U$S 1 en la ley 25561, son claras en
disponer la pesificación sin condicionamientos a la situación de mora -criterio éste
ratificado por la ley 25820; art 3, al modificar la ley 25561, art. 11.
Este Cuerpo -con otra integración- ha manifestado que:
“Tiene dicho el Alto Tribunal Federal en sus últimos decisorios sober la materia (Conf.
“Bustos”, Fallos 312-156 y reiterado en “Massa”, 27-12-2006) que la compatibilidad de la
protección del patrimonio con la regulación general del régimen monetario y la fijación del
valor de la moneda, ha tenido precedentes constantes acerca de su constitucionalidad
fundados en el principio de la “soberanía monetaria” (Fallos 52-413; 431 y 149; 187, 195).
El Congreso y el Poder Ejecutivo, por delegación legislativa expresa y fundada, están
facultados para fijar la relación de cambio entre el peso y las divisas extranjeras a fin de
restablecer
el orden público económico (arts 75 inc.11 y 76 de la C.N.). Entonces,
siguiendo esa centenaria
jurisprudencia, el bloque legislativo de emergencia que
fundamenta jurídicamente la regla general de la pesificación es constitucional. Y que, de
acuerdo a esa centenaria jurisprudencia y en las circunstancias actuales resulta evidente
que no se ocasiona lesión al derecho de propiedad”.
“....Habida cuenta de ello, la presente causa debe regirse por las
disposiciones de las leyes 25561 (modificada por la 25820), dec. 214-02 y demás
disposiciones que complementan o se derivan de las mismas. Conforme a ello, la primer
conclusión a que podemos arribar es que, aun en el supuesto de que deba condenarse a la
demandada, dicha condena no puede ser expresada en dólares estadounidenses” (v.
Resolución 46-07 en autos: “AGATAURA SC.A. C. CARELLI, Rubén y Ots. s.
COBRO DE DOLARES- DAÑOS y PERJUICIOS- ESCRITURACIÓN” Rev. Lex
Fori N° 171).
Se agrega a ello que, de ningún modo existe un obstáculo legal a
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que la pretensión pesificatoria sea ejercida al tiempo de confección de la planilla; es que así
se preservan los términos de la sentencia, lo cual confluye en la debida adecuación del caso
a la profusa legislación que regula la emergencia económica (C.A.C y Com. Rosario Sala
I, 13-11-2002; “Esquivel Rodolfo A. y otros c. Antonello, Francisco G. y Otra” La Ley
Online)
Por lo demás, en cuanto a la imposición de costas, no puede
confundirse el proceso principal, en el que la perdidosa es la demandada y, por tal motivo,
cargó con las costas; con el de la observación de planilla para que la misma se adecúe a la
normativa pesificatoria, que tiene una condena en costas autónoma de aquella y debe
analizarse quién resulta derrotado si es que existe un derrotado.
En efecto, el vencimiento también es criterio de imposición de
costas respecto de los incidentes, con independencia del resultado o suerte que tenga el
proceso principal
(Jorge W. Peyrano, “Irreversibilidad de las costas incidentales
dentro de la economía del C.P.C. Santafesino” Zeus 36, D. 27).
Por todo, habiendo sido vencido la actora en la incidencia
aquí revisada, deben serle aplicadas las costas de la misma conforme a lo establecido en el
mencionado art. 251 C.P.C que establece que la parte vencida “será siempre condenada a
pagar las costas del juicio o incidente aunque no mediare pedido de parte”.
Por todo ello, debe revocarse el decisorio alzado en cuanto ha
sido materia de agravios, correspondiendo que las costas de primera instancia se impongan
a la actora en la incidencia de pesificación al haberse opuesto al planteo de la ejecutada y
resultar derrotada en su pretensión.
Por todo ello, la Cámara de Apelación en lo Civil, Comercial
y Laboral de Venado Tuerto, integrada,
RESUELVE:
I. Desestimar el recurso de nulidad y
receptar el de apelación de la demandada, correspondiendo revocar el decisorio
alzado en cuanto impone las costas a la incidencia de pesificación a la demandada,
correspondiendo que se carguen a la actora al resultar perdidosa en la misma; II. Las
costas de alzada se imponen a la apelada al ser también derrotada en esta instancia;
III. Se deberán regular honorarios a los profesionales intervinientes en esta alzada en
el 50% de los que se establezcan por la intervención en primera instancia por el
trámite aquí debatido.
Insértese, hágase saber y bajen.
AUTOS. IÑIGUEZ R. C. ROLDAN R. S. J.E.
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293-2008
Dr. Carlos Alberto Chasco
Dr. Héctor Matías López
Dr. Gustavo D.I. Garcia Mendez
-art. 26 Ley 10160Esc. Carlos A. Lopez Jordan
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