“LA IMPOTENCIA DE LOS TRABAJADORES DE CONFIANZA ANTE UNA HUELGA IMPUESTA POR UN GRUPO DE TRABAJADORES SINDICALIZADOS”. Planteamiento del Problema.Conforme a la legislación actual, en el procedimiento de declaración de inexistencia de la huelga no se toma en cuenta la opinión de los trabajadores de confianza para decidir si están o no de acuerdo con el estallamiento de una huelga que los obliga a suspender labores y los priva de sus salarios durante el tiempo que dure el conflicto. Análisis del Problema.El artículo 459 Fracción I de la Ley Federal del Trabajo en vigor, establece que: “La huelga es legalmente inexistente sí: I. La suspensión del trabajo se realiza por un número de trabajadores menor al fijado en el artículo 451, fracción II”. A su vez el artículo 451 fracción II, establece lo siguiente: “Para suspender los trabajos se requiere: II. Que la suspensión se realice por la mayoría de los trabajadores de la empresa o establecimiento. La determinación de la mayoría a que se refiere esta fracción, sólo podrá promoverse como causa para solicitar la declaración de inexistencia de la huelga, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 460, y en ningún caso como cuestión previa a la suspensión de los trabajos”. Como se observa, los artículos 459 fracción I y 451 fracción II antes transcritos, hacen referencia a todos los trabajadores sin excluir a los de confianza, exclusión que se contiene en la fracción IV del artículo 931 que textualmente establece lo siguiente: “Si se ofrece como prueba el recuento de los trabajadores, se observarán las normas siguientes: III. No se computarán los votos de los trabajadores de confianza, ni los de los trabajadores que hayan ingresado al trabajo con posterioridad a la fecha de presentación del escrito de emplazamiento de huelga;” La disposición legal anteriormente transcrita, concede a la mayoría de los trabajadores que no ocupan puestos de confianza y a los que en este análisis para mayor claridad denominamos “sindicalizados”, el derecho de oponerse a la prolongación de una huelga que afecta a sus intereses. En cambio, los trabajadores que ocupan puestos de confianza se ven privados de este derecho a pesar de que la huelga les cause idénticos perjuicios a los que sufren el resto de los trabajadores, pues la suspensión obligada de sus labores trae como consecuencia directa e inmediata la suspensión del pago de sus salarios, privando así de su medio de subsistencia a las personas que dependen económicamente de dichos trabajadores que normalmente son cónyuges e hijos. Por lo anterior, consideramos que esta disposición de la Ley Federal del Trabajo es violatoria de las garantías de los trabajadores de confianza que consagran los artículos 14 y 16 constitucionales, que respectivamente en su parte relativa establecen lo siguiente: “...Nadie podrá ser privado de la vida, de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derecho, sino mediante juicio seguido ante los Tribunales previamente establecidos, en el que se cumplan las formalidades esenciales del procedimiento y conforme a las leyes expedidas con anterioridad al hecho...” “...Nadie podrá ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente que funde y motive la causa legal del procedimiento...” El espíritu de estas disposiciones constitucionales, es otorgar, a todos los mexicanos, la oportunidad de expresar su opinión y defender sus derechos previamente a verse privados de ellos, oportunidad de defensa que les niega a los trabajadores de confianza el artículo 931 fracción IV de la Ley Federal del Trabajo, al impedirles oponerse a la prolongación de una huelga que afecta directamente a sus intereses. Este artículo 931 fracción IV debido a las reformas de 1º de Mayo de 1980, substituyó al artículo 462 fracción II de la Ley Federal del Trabajo de 1º de Mayo de 1970, redactado en idénticos términos. La Ley Federal del Trabajo de 1º de Mayo de 1970, fue la que por primera vez, violó las garantías constitucionales de los trabajadores de confianza, pues la Ley de 1931 no privaba a dichos trabajadores de su derecho respecto a manifestar su acuerdo o desacuerdo con una huelga, ya que en su artículo 264 fracción II, establecía lo siguiente: “Para declarar una huelga se requiere: 2 II. Que sea declarada por la mayoría de los trabajadores de la empresa o negociación respectiva. Para determinar dicha mayoría también se considerarán como trabajadores a quienes hubiesen sido despedidos de la empresa con posterioridad a la fecha de presentación ante la Junta del escrito a que se refiere la fracción II del artículo siguiente”. Como se observará, la Ley Federal del Trabajo de 1931 se refería simplemente a la mayoría de los trabajadores sin hacer el distingo que injustamente priva a los trabajadores de confianza del derecho a votar en un recuento para dar término a una huelga. La legislación en vigor da pauta, a que comúnmente se presente el absurdo caso consistente en que, aunque la mayoría absoluta de los trabajadores de una empresa (sindicalizados y de confianza) se oponga a la prolongación de una huelga, la mayoría relativa (sindicalizados únicamente) sea suficiente para mantenerla indefinidamente. Solución al Problema.Por lo anteriormente expuesto, se propone derogar la fracción IV del artículo 931 de la Ley Federal del Trabajo, y regresando al sistema contemplado por la Ley de 1931 conceder iguales derechos a todos los trabajadores redactando la mencionada fracción IV, en los siguientes términos: IV. Votarán todos los trabajadores, inclusive los de confianza. No se computarán los votos de los trabajadores que hayan ingresado al trabajo con posterioridad a la fecha de presentación del escrito de emplazamiento a huelga. 3 4