1005-2008 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador, a las diez horas con treinta y un minutos del día dos de febrero de dos mil once. El presente proceso de amparo se inició mediante demanda presentada el día 20-X-2008 por el abogado Salvador Enrique Anaya Barraza, en su calidad de apoderado general judicial de la Compañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Variable que puede abreviarse CTE, S.A. de C.V.; contra actuaciones de la Asamblea Legislativa que considera lesivas a sus derechos a la equidad tributaria, seguridad jurídica y propiedad, de conformidad con los artículos 2, 103 y 131 ordinal 6° de la Constitución. Han intervenido en el proceso, además de la parte actora, la autoridad demandada, el tercero beneficiado y el Fiscal de la Corte Suprema de Justicia. Analizado el proceso, y considerando: I. 1. El apoderado de la sociedad impetrante manifestó, en su demanda, que reclama contra el artículo 10 del Decreto Legislativo No. 640 de fecha 6-XII-2001, por medio del cual se estableció como norma tributaria municipal un impuesto a cargo de empresas de servicio que se dediquen a operaciones onerosas y, en concreto, que presten servicios de comunicación, argumentando que el legislador, en la norma en cuestión, ha seleccionado como hecho imponible el activo de la empresa, el cual constituye un evento que de ninguna manera refleja capacidad contributiva alguna; ya que el mismo, al no ser un elemento revelador de la riqueza a gravarse, sólo muestra la potencialidad de la capacidad productiva, concepto que no debe confundirse con el de capacidad tributaria. Asimismo, manifestó que el quantum del tributo se desatiende de la capacidad contributiva, dado que funciona como un impuesto progresivo, variable y sin límite; incurriendo, como consecuencia, en una disminución a los derechos fundamentales de los particulares. Por todo ello, la sociedad impetrante estima que se le afecta su patrimonio de una manera excesivamente gravosa y desproporcionada, por cuanto el activo de una empresa por sí solo considerado no refleja capacidad contributiva o tributaria; y el quantum, por su parte, afecta gravemente la capacidad productiva, razones por las cuales solicitó se le amparara en sus pretensiones y se suspendieran los efectos de la normativa impugnada. Como apoyo a su exposición citó jurisprudencia de este tribunal en casos, a su parecer, análogos al hoy estudiado, y finalmente, señaló como tercero beneficiado a “la Municipalidad de Conchagua”, por corresponder a ésta los ingresos provenientes del arbitrio en cuestión. 2. Mediante auto de las ocho horas con cuarenta y un minutos del día 23-X-2008, se admitió la demanda circunscribiéndose al control de constitucionalidad del Decreto Legislativo No. 640, de fecha 6-XII-2001, tomo número trescientos cincuenta y cuatro, del 16-I-2002, a través del cual se decretó la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, específicamente el artículo 10 de la misma que contiene un tributo municipal para las empresas que prestan servicio de comunicación, lo cual -a juicio de la sociedad demandante- podría vulnerar sus derechos a la equidad tributaria, seguridad jurídica y propiedad, consagrados en los artículos 131 No. 6, 2, y 103 de la Constitución, respectivamente. En la misma interlocutoria, se decretó la inmediata y provisional suspensión de los efectos del acto reclamado, se ordenó comunicar la existencia de este proceso a la Municipalidad de Conchagua (como tercero beneficiado) y se pidió informe a la autoridad demandada, la cual al contestarlo -por medio del señor José Antonio Almendáriz Rivas, Secretario Directivo de la Asamblea Legislativa-, manifestó no ser ciertos los hechos que se le atribuyen en la demanda, pues el impuesto es una prestación obligatoria que el Estado exige en ejercicio de su poder de imperio y sin que se obligue a una contraprestación respecto del contribuyente; además, señaló que al tomar como hecho imponible el activo de la empresa, con dichos impuestos municipales se beneficia el activo de la empresa demandante. En consecuencia, solicitó se declarara no ha lugar el amparo solicitado por no existir las violaciones alegadas en su contra. 3. Mediante resolución emitida a las doce horas y cinco minutos del día 16-I-2009, se tuvo como tercero beneficiado al Municipio de Conchagua; y de conformidad a lo prescrito en el artículo 23 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se confirió audiencia al Fiscal de la Corte, quien no hizo uso de la misma. 4. Por auto pronunciado a las ocho horas con ocho minutos del día 9-II-2009, se confirmó la medida cautelar de suspensión de los efectos del acto reclamado y se pidió informe justificativo a la autoridad demandada. Ésta, en su intervención -por medio del señor José Antonio Almendáriz Rivas, Secretario Directivo de la Asamblea Legislativa- manifestó que de conformidad al artículo 2 de la Constitución, el Derecho no solo está conformado por normas, sino también por principios y valores que definen una estructura orientada a que el orden jurídico pueda cumplir tres funciones básicas: garantizar la seguridad jurídica, garantizar el respeto a los derechos humanos y a la libertad; y, en tercer lugar, cooperar al progreso, la justicia y a la paz social. Señaló que el artículo 103 de la Constitución establece el derecho a la propiedad privada, derecho real que implica el ejercicio de las facultades jurídicas más amplias que el ordenamiento jurídico concede sobre todos los bienes susceptibles de apropiación; dicho derecho, está limitado por las exigencias del bien común, la necesidad ajena, la ley y subordinado, en todo caso, al deber moral. Expresó además, que el artículo 131 número 6 de la Constitución conlleva, de forma implícita, al principio de generalidad de la Constitución, es decir a contribuir al sostenimiento de los gastos públicos. Agregó, que de acuerdo a la interpretación de la ley, la generalidad tributaria que aparece reflejada en la Constitución implica que los tributos han de exigirse a todos los que manifiesten la capacidad económica tipificada en los hechos imponibles de dichos tributos y que, naturalmente, estén situados en el ámbito territorial al que se extienda el poder tributario del ente público impositor; por lo que, el principio de igualdad no es posible equipararlo a la igualdad de ley que se reclama en el proceso, ya que éste se encuentra relacionado al concepto de capacidad económica y al principio de progresividad. Además, manifestó que de conformidad con el artículo 204 números 1 y 6 de nuestra Carta Magna, las Municipalidades cuentan con una autonomía que les permite crear, modificar y suprimir tasas así como contribuciones públicas, con la finalidad de que la administración del Estado tenga una mayor capacidad de atender la demanda ciudadana. Concluye su informe señalando que el Municipio constituye la unidad política administrativa primaria dentro de la organización estatal, establecida en un territorio determinado que le es propio, con autonomía para establecer su propio gobierno el cual, como parte instrumental del Municipio, está encargado de la rectoría y la gerencia del bien común local, en coordinación con las políticas y actuaciones nacionales orientadas al bien común general, gozando para cumplir con dichas funciones del poder, autoridad y autonomía suficiente. En virtud de lo anterior, sostuvo que no existe la violación de derechos que le atribuye la sociedad demandante. 5. Posteriormente, se confirieron los traslados que ordena el artículo 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales al Fiscal de la Corte y a la parte actora. El Fiscal manifestó: “Si, en el caso que hoy me ocupa, si es posible notar una presunta violación a los Derechos marcados por el actor, de una norma de carácter autoaplicativo. Cabe mencionar que en su momento procesal, espero que la autoridad demandada, aporte los argumentos jurídicos apegados a la Constitución, para que demuestre que con dicha normativa no se violan los derechos constitucionales que el actor estima le han sido conculcados y que el impuesto no es arbitrario”. Por su parte la impetrante, por medio de su apoderado, reiteró lo expresado en su demanda, pero, además, señaló que la autoridad demandada en su informe no había podido defenderse de los hechos alegados en su contra, ya que no refuta los argumentos proporcionados en la demanda, y sólo se limita a manifestar que la referida norma es constitucional porque la misma se cumple dentro del Municipio de Conchagua. Asimismo, cuestionó ampliamente que la base para la determinación del quantum del tributo es el activo de una empresa, noción contable que de ninguna manera refleja capacidad económica contributiva o tributaria, pues el activo no es un hecho revelador o indicativo de la riqueza a gravarse, dado que el mismo sólo es indicativo de la capacidad productiva, concepto que no debe confundirse con el de capacidad tributaria. 6. Por auto de las ocho horas del día 26-V-2009, se le confirió traslado al Municipio de Conchagua, como tercero beneficiado, el cual no hizo uso del mismo. 7. Por resolución de las once horas con siete minutos del día 18-VIII-2009, se abrió el proceso a pruebas, de conformidad con lo prescrito en el artículo 29 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, período procesal en el cual la compañía demandante presentó como prueba documental la propia Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, Departamento de La Unión, en copia certificada. 8. De conformidad al artículo 30 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se confirió traslado al Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, a la actora, al tercero beneficiado y a la autoridad demandada; respecto de los cuales tanto el aludido agente del Ministerio Público como las partes se limitaron a reiterar los conceptos vertidos en sus intervenciones anteriores. Finalmente, el representante de la actora presentó escrito, en el que relacionó precedentes jurisprudenciales que, a su criterio, son aplicables al caso que nos ocupa, quedando el proceso en estado de dictar sentencia definitiva, con fecha 10-II-2010. II. Expuestos los argumentos esgrimidos por la sociedad demandante para fundamentar su petición de amparo, las razones aducidas por la autoridad demandada y la opinión del Fiscal de la Corte Suprema de Justicia, es necesario delimitar el objeto de control en el proceso de mérito. De la lectura de la demanda, se advierte que la peticionaria alega que la Asamblea Legislativa ha vulnerado los derechos a la equidad tributaria, a la seguridad jurídica y a la propiedad, en virtud del cobro de un impuesto basado en el artículo 10 de la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, Departamento de La Unión, ya que el mismo incorpora un hecho imponible que no refleja capacidad económica o de pago, como lo es el activo; asimismo, señala que el quantum del tributo es confiscatorio porque ha configurado un impuesto progresivo, variable y sin límite. En atención a lo anterior, el análisis de la presente sentencia consistirá en determinar si el artículo 10 de la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, Departamento de La Unión, incorpora un hecho imponible que no refleja capacidad económica o de pago, como lo es el activo de las empresas; además, corresponde establecer si el monto del impuesto impugnado es desproporcionado y confiscatorio. En ese sentido, el iter lógico de la presente decisión será el siguiente: (1) En primer lugar, será necesario hacer algunas consideraciones respecto de los principios de capacidad económica, proporcionalidad y progresividad en materia tributaria, los cuales constituyen límites al ejercicio del poder impositivo del Estado; (2) luego, se hará una breve referencia al criterio empleado por este tribunal para resolver, con base en los referidos principios, los supuestos planteados en los amparos citados por la demandante, en los que se analizó si el activo de una empresa revela una verdadera capacidad contributiva. Seguidamente, utilizando el anterior marco jurídico-conceptual como parámetro de control en esta sentencia, se procederá al análisis del caso concreto, a fin de determinar si el hecho generador contemplado en la norma impugnada -“el activo neto o imponible de la empresa”-, no revela capacidad contributiva; y, en ese sentido, si el quantum del tributo prescrito se traduce en un impuesto de carácter progresivo, variable y sin límite, que a criterio de la impetrante resulta confiscatorio, transgrediendo de esa forma sus derechos fundamentales. III. 1. De conformidad con la jurisprudencia de este tribunal, específicamente, la sentencia de inconstitucionalidad 35-2009 de fecha 9-VII-2010, considerando III, entre los principios inspiradores de un sistema tributario justo y equitativo, que fungen como límites al poder impositivo del Estado, encontramos los siguientes: A. El principio de capacidad económica o capacidad contributiva, es aquel en virtud del cual el legislador es llamado a estructurar un sistema tributario en el que la participación de los ciudadanos en el sostenimiento de los gastos públicos se realiza en razón o en proporción a la aptitud económico-social que tengan para ello. Dicha capacidad puede medirse, por ejemplo, a través de algunas circunstancias que pueden definirse como índices (el patrimonio o la renta obtenida por el sujeto), o bien indicios (el consumo o tráfico de bienes), que revelan la riquezas de las que dispone una persona. En la concreción normativa de este principio, también opera el de “normalidad”, pues, cuando el legislador configura una determinada situación como hecho imponible, atiende a un supuesto que normalmente es indicativo de capacidad económica. Se trata, entonces, de un principio que limita a los poderes públicos en el ejercicio de su actividad financiera, pero que, además, condiciona y modula el deber de contribuir de los ciudadanos. En ese sentido, puede afirmarse que el principio aludido actúa como presupuesto y límite para la tributación. En todo caso, la capacidad económica es una exigencia del ordenamiento tributario globalmente considerado. Por ello, es una cualidad que no se demanda de cada tipo de tributo, ya que éstos tienen naturalezas sustancialmente diferentes. Por último, en ningún caso un tributo o el conjunto de tributos que recaigan sobre un contribuyente deben afectar su “mínimo vital”, esto es, la cantidad destinada a la satisfacción de las necesidades básicas de su titular. B. En ese orden de ideas, otro de los principios determinantes en la actividad normativa tributaria del legisferante, es el de proporcionalidad, el cual en este ámbito se refiere, concretamente, a que debe fijarse el cumplimiento de una carga tributaria de manera razonable y en atención a la capacidad contributiva del sujeto. C. Vinculado con el anterior principio, se encuentra el de progresividad, según el cual, a medida que aumenta la riqueza de los sujetos pasivos, aumenta la contribución en proporción superior al incremento de la riqueza; en otras palabras, la alícuota o porcentaje del impuesto podrá ir elevándose en la medida que aumenta el capital imponible del obligado, siendo un límite infranqueable de esta actividad el atentar contra la capacidad económica del contribuyente con alcances confiscatorios. Lo anterior tiene lugar cuando el tributo impuesto tiende a agotar la riqueza, patrimonio o capital de la persona, a tal grado de privarle el disfrute de un mínimo necesario de sus rentas y bienes, para su vital subsistencia. En perspectiva con lo anterior, existe la posibilidad de que algunos tributos puedan revestir la forma o carácter de gravámenes progresivos, siempre que tal regulación sea proporcional y acorde a la capacidad contributiva del sujeto destinado a soportar la carga tributaria, y no tenga alcances confiscatorios. Del contenido de los anteriores principios, puede determinarse que en el marco de la interpretación del art. 131 ord. 6º de la Constitución, estos principios inciden en la configuración de la norma tributaria, en especial, a la hora de regular el hecho generador y el quantum de la obligación tributaria a la que se sujeta al contribuyente, existiendo la posibilidad de que el tributo tienda a incrementar de manera progresiva, siempre y cuando se preste especial atención a las situaciones o actividades que revelen una verdadera capacidad contributiva por parte del obligado, y que la regulación de la carga tributaria sea en proporción a aquélla. 2. Una vez reseñados algunos de los principios que deben regir la actividad normativa tributaria del legislador, corresponde analizar en atención al contenido de los mismos, los antecedentes jurisprudenciales a los cuales hace referencia la impetrante en su demanda de amparo. En las sentencias de fechas 12/IV/2005, 06/III/2006, 15/XI/2006 y 9-IV-2010, en los procesos de amparo 545-2003, 646-2004, 386-2005 y 1086-2008, respectivamente, esta Sala hizo hincapié en que, cumpliendo con el principio de capacidad económica, el legislador sólo puede elegir como hechos que generan la obligación de tributar aquellos que, directa o indirectamente, reflejen, revelen o guarden una relación lógica y racional con una cierta capacidad económica; y no puede elegir como hechos significativos, a la hora de repartir la carga tributaria, situaciones que no tengan tal significado. Con respecto al activo de una empresa se aclaró que dicho concepto deber ser abordado desde una perspectiva económica, jurídica y contable, siendo en este último ámbito en el que adquiere una definición más amplia, puesto que el activo comprende el total de los valores efectivos que un comerciante tiene a su favor, reducibles a dinero y de los cuales se tenga la facultad de disponer libremente, v.gr. los bienes inmuebles, el dinero efectivo, los valores negociables y las mercaderías. También quedan comprendidos los bienes y las cosas en propiedad total o parcial y aquellos que se tengan en posesión tales como las cosas compradas a plazos con garantía prendaria o hipotecaria o los derechos sujetos a condición pactada. Asimismo, se pueden incluir los bienes sobre los cuales no se tiene título alguno, como es el caso de las mercaderías en tránsito. A simple vista podría deducirse, entonces, que el activo aparece como un supuesto que normalmente es indicativo de capacidad económica, pues, al menos en abstracto, refleja valores cuantificables a nivel pecuniario. No obstante lo anterior, el activo incorpora no sólo los bienes y valores que se encuentran libres de carga, sino también aquellos que se ven afectados por alguna obligación a cargo del comerciante, así como aquellos respecto de los cuales no se tiene título alguno. Estas dos últimas categorías no representan una verdadera riqueza a favor del sujeto y, por lo tanto, no pueden ser objeto de gravamen. Por todo ello, se afirmó -en las referidas sentencias- que tomar como único parámetro para la imposición del tributo el activo del comerciante -sin deducción del pasivo- como base para la imposición, carece de un índice revelador de verdadera capacidad económica y contributiva, pues la aplicación de impuestos sobre los activos de las empresas no es congruente con el principio de capacidad económica y contributiva que debe aplicarse en materia de impuestos, para que pueda hablarse de una verdadera equidad tributaria. IV. Trasladando los conceptos desarrollados en el considerando precedente, y tomando en cuenta el contenido de las sentencias citadas como antecedentes jurisprudenciales, corresponde analizar si existen las violaciones constitucionales argüidas por la sociedad peticionaria, esto es, si en efecto el artículo 10 de la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua contempla un impuesto sobre la base de un hecho generador que no revela verdadera capacidad contributiva, y, en ese sentido, el elemento cuantitativo o quantum regulado por dicho precepto genera un impuesto progresivo, variable y sin límite, con alcances confiscatorios, lo cual, a criterio de la parte actora, transgrede sus derechos fundamentales. 1. Consta en la documentación que corre incorporada a este expediente judicial, copia certificada del Diario Oficial de fecha 16-I-2002, tomo 354 número 10, de los folios 55 al 68, en el cual se publicó el Decreto Legislativo No. 640 que contiene la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, departamento de La Unión, cuyo capítulo II contiene la regulación de los “impuestos a la actividad económica aplicando tarifa variable”, siendo la disposición contemplada en el artículo 10 de dicho cuerpo de ley, la norma impugnada por la sociedad actora. El inciso primero de dicho precepto aclara que debe entenderse por empresas de servicio –como sujeto pasivo del tributo– a todas aquellas que se dediquen a operaciones de carácter oneroso, que no consistan en la transferencia de dominio de mercaderías, quedando incluidas en este rubro las empresas que prestan servicio de telecomunicación. (mayúsculas suprimidas) En el siguiente inciso, se regula, literalmente, que por la “actividad de servicios” éstas deberán pagar el impuesto conforme a la siguiente tabla: “Si el activo neto o imponible es: De ¢50.000.01 a ¢150.000.00, el Impuesto mensual ¢50.00 más ¢0.95 por milla o fracción excedente de ¢50.000.00; De ¢150,000.01 hasta ¢250,000.00; el Impuesto mensual ¢145.00 más ¢0.85 por milla o fracción sobre el excedente de ¢150.000.00; De ¢250.000.01 a ¢500.000.00, el Impuesto mensual ¢230.00 más ¢0.75 por milla o fracción excedente de ¢250.000.00; De ¢500.000.01 a ¢1.000.000.00, el Impuesto mensual ¢417.5 más ¢0.65 por milla o fracción excedente de ¢500.000.00; De ¢1.000.000.01 hasta ¢2.000.000.00, el Impuesto mensual será ¢742.50 más ¢0.60 por milla o fracción excedente de ¢1.000.000.00; De ¢2.000.000.01 a ¢3.000.000.00, el Impuesto mensual ¢1.342.50 más ¢0.50 por milla o fracción excedente de ¢2.000.000.00; De 3.000.000.01 hasta ¢4.000.000.00, el Impuesto mensual ¢1.842.50 más 0.40 por milla o fracción excedente a ¢3.000.000.00; De ¢4000.000.01 a ¢5.000.000.00, el Impuesto mensual ¢2.242.50 más ¢0.30 por milla o fracción excedente a ¢4.000.000.00; De ¢5000.000.01 a ¢10.000.000.00, el Impuesto mensual ¢2.542.50 más ¢0.25 por milla o fracción excedente a ¢5.000.000.00; De ¢10.000.000.01 en adelante, el Impuesto mensual ¢3.792.50 más ¢0.20 por milla o fracción excedente a ¢10.000.000.00” (mayúsculas suprimidas). De la norma anteriormente expuesta, se colige claramente que el hecho generador del tributo, es el “activo neto o imponible” de la empresa, y que el legislador ha utilizado como equivalentes estos dos términos contables, dotándoles el mismo significado. De ahí que, en la norma en estudio, al referirse a estos conceptos, el legislador hace alusión al total que resulta de la operación aritmética de restar el pasivo del activo de la empresa, por lo que, en este caso, el gravamen recae en el capital real con el que ésta cuenta, esto es, los valores que se encuentran libres de cargas, pues el activo neto no es más que los activos resultantes de la deducción de las obligaciones contraídas por el sujeto pasivo descrito en el precepto. En consecuencia, el activo neto o imponible al que se refiere la disposición legal refleja, en definitiva, el patrimonio o capital de trabajo de la empresa; por tanto, la persona a la que se dirige la norma carga con la obligación tributaria, luego de deducir las obligaciones y responsabilidades correspondientes. En perspectiva con lo anterior, si bien en las sentencias citadas se han expuesto consideraciones sobre el término genérico “activo”, con el cual se estableció la forma en que éste debe gravarse para que exista equidad tributaria; en el presente caso, este tribunal advierte la aplicación por parte del legislador de un concepto económico contable diferente al invocado por la parte actora -activo de la empresa-, pues en el gravamen impugnado el hecho generador es el “activo neto o imponible”, entendiendo, en esencia, -como ya se explicó supra- que dicha carga se impone al patrimonio o capital de trabajo de cada empresa, lo cual, efectivamente refleja capacidad contributiva. En consecuencia, la norma impugnada sí ha fijado parámetros adecuados y justos, con los que se cumple con los principios de capacidad económica o contributiva, proporcionalidad y no confiscación, cuya aplicación es fundamental para la imposición de un tributo justo y equitativo; por consiguiente, en el caso en estudio, no son aplicables los criterios contenidos en la jurisprudencia relacionada. Sobre la base de lo expuesto, es posible concluir que al gravar el activo neto o imponible se ha tomado en cuenta la deducción del pasivo correspondiente, pues dicha obligación recae, en realidad, sobre el patrimonio o capital de trabajo de cada empresa, por tanto, la norma impugnada establece como base un hecho generador que sí refleja una verdadera capacidad económica y contributiva; en consecuencia, en el presente caso no existe violación a los derechos fundamentales alegados como vulnerados por la sociedad demandante; razón por la cual, esta Sala estima procedente no amparar sobre este punto de la demanda. 2. Resulta ahora necesario retomar el otro argumento por el cual la peticionaria arguye inconstitucional la norma tributaria antes mencionada. A su criterio, dado que dicha disposición contempla una carga impositiva sobre la base de un hecho generador que no revela capacidad contributiva, el quantum o elemento cuantitativo del mismo genera un impuesto de carácter progresivo, variable y sin límites, con alcances confiscatorios. No obstante lo anterior, tal como se expuso en el parágrafo precedente, resulta imperioso hacer énfasis en que al configurar el legislador un impuesto sobre la base del activo neto o imponible de una empresa no se está transgrediendo los principios de capacidad económica o contributiva y la prohibición de no confiscatoriedad en materia tributaria; pues, en la citada disposición, dichos conceptos contables hacen referencia al capital real o patrimonio del que dispone una persona jurídica, con el que podría responder y soportar, por tanto, la carga tributaria correspondiente. Por otra parte, debe tenerse presente que la naturaleza de la actividad, negocio, situación que está sujeta a gravamen -en este caso, el activo neto o imponible de las empresas- determina en gran medida la clase de impuesto que configura la norma, así como la técnica y aspectos que han de valorarse y aplicarse para establecer la cuota tributaria, esto es, la cantidad que el sujeto pasivo debe cancelar al Estado en concepto de contribución al gasto público, siendo uno de los referidos aspectos el elemento cuantitativo o quantum del hecho generador. El referido elemento expresa la medida en que la circunstancia a gravar se realiza, es decir, su cuantía, monto, volumen o intensidad, sin embargo, debe aclararse que entre los llamados tributos “fijos” y “variables”, sólo es posible identificar el quantum respecto de estos últimos, porque solo en estos casos el hecho imponible es susceptible de producirse en distinto grado, permitiendo detectar las diferentes variaciones que pueden manifestar la capacidad contributiva de los sujetos pasivos y establecer, en proporción a la magnitud reflejada, la carga tributaria correspondiente, en atención a los principios tributarios tantas veces mencionados. Cabe acotar, entonces, respecto a los tributos variables en los que sí es posible establecer diferentes grados o niveles de realización del hecho imponible, tal como sucede con el importe de la renta, el valor del bien transmitido, o bien el monto al que asciende el activo neto o imponible de la empresa, entre otros ejemplos; además, que el legisferante debe precisar en la norma tributaria -en atención al contenido de los principios desarrollados en el considerando III de esta resolución- los elementos de cuantificación que permitan, por su aplicación a cada caso concreto, determinar la cuantía del tributo, según la medida o intensidad con que se realizó el hecho imponible en cada caso, siendo los criterios a los que se hace referencia la base imponible y el tipo de gravamen, sin perjuicio de que puedan utilizarse otros diferentes. Ahora bien, partiendo del hecho que la base imponible expresa la concreción o cuantificación exacta de la capacidad económica manifestada de forma abstracta y general por el presupuesto fáctico contenido en la norma tributaria, el tipo de gravamen indica qué porción de esa capacidad medida por la base se reserva el ente público. En otras palabras, este último elemento se refiere a la cifra, coeficiente o porcentaje que se aplica a la base para obtener como resultado la cuota tributaria, el cual puede aplicarse de forma progresiva. De tal forma que a medida que aumenta la base imponible, corresponde un monto, importe, porcentaje o alícuota superior a la que recae sobre una base inferior. En consecuencia, la cuota reflejará una proporción mayor sobre la base que la correspondiente a niveles inferiores de ésta, bajo el principio de que a mayor capacidad contributiva, crece la posibilidad del sujeto de soportar una mayor carga tributaria, lo cual no se traduce ineludiblemente en la confiscación o afectación del mínimo vital que requiere para cubrir sus necesidades. En ese sentido, si el activo neto o imponible de las empresas de las personas jurídicas que realizan operaciones de carácter oneroso en el Municipio de Conchagua, entre las que se encuentra la sociedad CTE, S.A. de C.V., experimenta variaciones en su realización y, en consecuencia, refleja diferentes niveles o graduaciones en la capacidad económica de los sujetos pasivos, no resulta extraño que en atención a esa circunstancia el legislador haya configurado un impuesto variable, para el que ha regulado un tipo de gravamen de carácter gradual, en atención al principio de progresividad desarrollado en el considerando III de esta sentencia. En perspectiva con lo anteriormente expuesto, de la disposición tributaria contenida en el artículo 10 de la Ley de Impuestos Municipales de Conchagua, es posible colegir que tal impuesto tiene las características de un tributo directo, subjetivo y de tarifa variable, ya que el legislador ha establecido una tabla progresiva que se caracteriza por: 1) calificar como sujeto pasivo a todas aquellas empresas que se dediquen a operaciones onerosas, como la sociedad demandante, cuyo giro es la “telecomunicación”; 2) tomar como hecho generador el activo neto o imponible, situación reveladora de capacidad contributiva de aquellas, a diferencia de lo argüido por la pretensora en este amparo; y 3) aplicar un tipo de gravamen gradual y variable, que permite establecer cuotas tributarias diferenciadas, de acuerdo a la ubicación o posición que adquiera el sujeto obligado en atención al volumen o magnitud en que ha realizado la actividad que le está siendo gravada, esto es, su capacidad contributiva. Por todo ello, el legislador ha previsto una norma genérica y abstracta que contiene un impuesto cuyo quantum se determina por medio de una tabla que establece rangos por millar, ubicando a las personas jurídicas obligadas conforme al activo neto o imponible que poseen; por lo que el monto a pagar por éstas variará en proporción a su capacidad contributiva, pues la alícuota del impuesto se eleva solo en la medida que aumenta el capital imponible, lo cual no se traduce en una conculcación al principio de progresividad y a la prohibición de confiscatoriedad en materia tributaria. Y es que, precisamente, al establecerse un gravamen mediante una tarifa variable y progresiva, el monto a pagar no representa un detrimento al patrimonio de cada sujeto pasivo, dado que la alícuota es en proporción a la riqueza que éste en realidad posee, por lo que no existe la vulneración constitucional alegada por la sociedad CTE, S.A. de C.V., y en consecuencia esta Sala también deberá desestimar su pretensión de amparo respecto de este punto. POR TANTO: A nombre de la República de El Salvador, con base en las consideraciones expuestas en los acápites precedentes, y en aplicación de los artículos 2, 103 y 131 No. 6 de la Constitución; así como los artículos 32, 33, 34 y 35 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, esta Sala FALLA: (a) Declárase no ha lugar el amparo solicitado por la Compañía de Telecomunicaciones de El Salvador, Sociedad Anónima de Capital Variable, por no existir violación de sus derechos fundamentales a la equidad tributaria, seguridad jurídica y propiedad; (b) Cesen los efectos de la suspensión del acto reclamado decretado en auto de fecha 23-X-2008 y confirmada con fecha 9-II-2009; (c) notifíquese. ---J. B. JAIME---F. MELÉNDEZ---J. N. CASTANEDA S.---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E. SOCORRO C.---RUBRICADAS.