que reforma el artículo 73 de la constitución política de los estados

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QUE REFORMA EL ARTÍCULO 73 DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS
MEXICANOS, A CARGO DEL DIPUTADO ÓSCAR FERRER ABALOS, DEL GRUPO
PARLAMENTARIO DEL PRD
Planteamiento del problema
La propuesta de reforma y adición que se propone están orientadas a subsanar la inconsistencia de la norma
constitucional derivada de la reforma al artículo 4o. constitucional por la que estableció el “derecho que toda
persona tiene al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma
suficiente, salubre, aceptable y asequible. Este ordenamiento dispone que “el estado garantizará este derecho y la
ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos,
estableciendo la participación de la federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación
de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”. La disposición constitucional contiene además un artículo
tercero transitorio que mandata al Congreso de la Unión a emitir una Ley General de Aguas.
Lo anterior implica que el Congreso tiene hasta el 8 de febrero de 2013 para expedir una nueva Ley General de
Aguas y derogar la Ley de Aguas Nacionales vigente estableciendo la concurrencia y las competencias de los
distintos órdenes de gobierno en la administración y gestión de las aguas para garantizar el derecho humano para su
consumo de conformidad con el decreto expedido en el Diario Oficial de la Federación de fecha 8 de febrero de
2011. Sin embargo y a pesar de dicho mandato, el Congreso no tiene la facultad explícita de legislar y expedir
leyes que establezcan la concurrencia y áreas de competencia de los estados, los municipios y el Distrito Federal,
en materia de aguas.
El texto constitucional vigente en forma incipiente establece la facultad del Congreso para “para expedir leyes
sobre el uso y aprovechamiento de las aguas de jurisdicción federal”. Inclusive esta materia (aguas nacionales o de
jurisdicción federal) está subsumida a la que tiene el Congreso para dictar leyes sobre vías generales de
comunicación, y sobre postas y correos establecida en la fracción XVII del artículo 73.
En tiempos recientes en los que el Congreso ha expedido leyes de carácter general, es decir que deberán también
ser observadas por los distintos órdenes de gobierno local y no exclusivamente el ámbito de competencia federal
estas leyes se han acompañado o han sido precedidas por reformas al artículo 73 de la Constitución a efecto de
hacer explícita la facultad del Legislativo de la Unión en la materia.
Ante esta situación resulta del mayor apremio la adecuación de la norma constitucional, de no ser así quedará sin
aplicación efectiva y sólo en términos nominativos la reforma por la que se garantiza el derecho humano al agua.
La redacción de esta fracción XVII del artículo 73 constitucional que se propone reformar ha permanecido intacta
desde el primer proyecto que Venustiano Carranza redactó desde el 1 de diciembre de 1916 y que en sus términos
fuera aprobada por el Congreso Constituyente en febrero de 1917. Lo anterior significa que en la llamada moderna
trayectoria constitucional, las facultades del Congreso para legislar en materia de aguas no han experimentado
cambio alguno, es decir, desde que el recurso agua estaba muy lejos de ya no digamos de considerarse un recurso
finito y vulnerable –como lo es ahora– sino incluso un bien de carácter público.
Aquel proyecto de Venustiano Carranza tomó como base las redacciones establecidas en la fracción II del artículo
50 de la Constitución de 1824 y el artículo 70, fracción XXIII, de la Constitución de 1842, cuya redacción no dista
sustancialmente de la que se propone reformar y que al paso de casi 200 años resulta completamente anacrónica.
Esta concepción decimonónica ubica al Estado mexicano no como factor de promoción del desarrollo económico
sino como eje de la acumulación originaria de capital. Las funciones de ese estado en materia de aguas se
circunscribían a autorizar la desecación de lagos y canales, a registrar las explotaciones de aguas correspondientes
a los terrenos y aplicar impuestos sobre la navegación en las aguas interiores.
A la luz de la crisis de disponibilidad de agua resulta incomprensible la permanencia de un precepto constitucional
decimonónico ajeno a todo criterio de sustentabilidad. La gestión responsable de este recurso obliga a la
concurrencia de los tres órdenes de gobierno e inexplicablemente el Congreso mexicano carece de facultades para
legislar en esta materia.
La reforma constitucional por la que se garantiza el derecho humano al acceso y saneamiento de agua para uso
personal y doméstico impone la obligación al Congreso mexicano para que en la legislación secundaria se
establezcan las bases de una gestión sustentable de agua y el acceso equitativo a este bien para que se garantice a
toda persona el suministro y acceso sin restricción alguna a una cantidad de agua suficiente para satisfacer sus
necesidades elementales y por tanto vitales de consumo, higiene y preparación de alimentos estableciendo la
concurrencia de la federación, las entidades federativas y los municipios. Por esta razón resulta del mayor apremio
la adecuación de la norma constitucional relacionada con las facultades del Congreso.
Argumentos
En el dictamen por el que se adiciona un párrafo al artículo 4o. constitucional para establecer la obligación del
Estado mexicano para garantizar el derecho al acceso al agua para consumo personal y doméstico así como su
saneamiento, mismo que se aprobó en la Cámara de Diputados el 28 de abril de 2011, se menciona que “los
derechos humanos son el conjunto de prerrogativas inherentes a la persona, cuya realización efectiva resulta
indispensable para el desarrollo integral del individuo. Estos derechos deben estar garantizados por el estado y
entre ellos el derecho a acceder al agua” y que “el derecho a acceder al agua es indispensable para vivir dignamente
y debe ser suficiente y adecuado. Ese derecho entraña tanto libertades como derechos. Las libertades comprenden
el derecho a mantener el acceso a un suministro de agua necesario para ejercer el derecho al agua y el derecho a no
ser objeto de injerencias, como lo es el caso de sufrir despojos u obstrucciones al suministro o a la no
contaminación de los recursos hídricos. Esto implica el derecho a un sistema de abastecimiento y gestión del agua
que ofrezca a la población iguales oportunidades de disfrutar del agua”.
Al aprobarse por la Cámara de Diputados dicho dictamen pasó al Senado de la República como minuta misma que
fue aprobada sin cambios el 29 de septiembre de 2011. El dictamen por el que se aprueba dicha minuta afirma que
el agua es un recurso natural limitado y un bien público fundamental para la vida y la salud. También es condición
indispensable para vivir dignamente y para la realización de otros derechos. En México se estima que 21 por ciento
de la población no tiene acceso a servicios adecuados de saneamiento y que 7 por ciento de la población no tiene
acceso al agua de forma regular.
El Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
define el derecho al agua como “el derecho de todos a disponer de agua suficiente, salubre, aceptable, accesible y
asequible para el uso personal y doméstico”. Este derecho entraña la libertad de mantener el acceso a un suministro
de agua necesario para ejercer el derecho al agua y el derecho a no ser objeto de injerencias, como por ejemplo, no
sufrir cortes arbitrarios del suministro o el derecho a la no contaminación de los recursos hídricos. Se debe ser
consciente de que el modo en que se ejerza el derecho al agua también debe ser sostenible, de manera que este
derecho pueda ser ejercido por las generaciones actuales y futuras.
Al aprobarse por una mayoría simple del total de legislaturas estatales, el Poder Ejecutivo federal la publicó y
promulgó el 8 de febrero de 2012.
Fundamento legal
En ejercicio de la facultad concedida por el artículo 71, fracción II, de la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos, y los artículos 6, numeral 1, fracción I; y 77, numeral 1, del Reglamento de la Cámara de
Diputados, así como los artículos 76, numeral 1, fracción II, 78, 97 y 102 del mismo ordenamiento referente a las
características y elementos para la presentación de iniciativas.
Decreto
Iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforma la fracción XVII y se adiciona una fracción XVII B al
artículo 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Texto normativo propuesto
Único. Se reforma la fracción XVII y se adiciona una fracción XVII B al artículo 73 de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, para quedar como sigue:
Artículo 73. El Congreso tiene facultad:
I. a XVI. ...
XVII. Para dictar leyes sobre vías generales de comunicación, y sobre postas y correos.
XVII-B. Para expedir leyes de carácter general que establezcan la concurrencia de la federación, las entidades
federativas y los municipios, en materia de acceso, disposición y saneamiento de agua con objeto de cumplir los
fines previstos en el párrafo sexto del artículo 4o. de esta Constitución.
XVIII. a XXX. ...
Transitorio
Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la
Federación.
Palacio Legislativo de San Lázaro, a 3 de septiembre de 2015.
Diputado Óscar Ferrer Ábalos (rúbrica)
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