Lima, dos de setiembre del año dos mil nueve.

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Lima, dos de setiembre del año dos mil nueve.‐ VISTOS: Y, CONSIDERANDO: Primero.‐ Que, el recurso de casación interpuesto cumple con los requisitos de forma para su admisibilidad, conforme lo exige el artículo trescientos ochenta y siete del Código Procesal Civil; Segundo.‐ Que, respecto a los requisitos de fondo, el recurrente invoca como sustento de su recurso las causales contenidas en los incisos segundo y tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código Procesal citado, denunciando: a) Inaplicación del artículo doscientos cincuenta y nueve del Código Civil, que señala: “El matrimonio se celebra en la Municipalidad, públicamente, ante el Alcalde que ha recibido la declaración, compareciendo los contrayentes en presencia de dos testigos mayores de edad y vecinos del lugar; el alcalde, después de leer los artículos doscientos ochenta y siete, doscientos ochenta y ocho, doscientos ochenta y nueve, doscientos noventa, cuatrocientos dieciocho y cuatrocientos diecinueve, preguntará a cada uno de los pretendientes si persisten en su voluntad de celebrar el matrimonio y respondiendo ambos afirmativamente, extenderá el acta de casamiento, la que será firmada por el alcalde, los contrayentes y los testigos”; precisando el recurrente que dicha norma establece la obligatoriedad de la firma de los testigos en el acta de casamiento, cuyo incumplimiento genera la causal del inciso ocho, artículo doscientos setenta y cuatro del Código Civil, en tal sentido, el matrimonio celebrado por el recurrente con la demandada, es nulo de pleno derecho; y b) Contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso; alega el recurrente que una de las normas del debido proceso, es el derecho de probar, el mismo que es un derecho complejo que está compuesto por el derecho a ofrecer medios probatorios que se consideren necesarios; asimismo por el derecho de ser admitidos y ser adecuadamente actuados, también por el hecho de que se asegure la producción y conservación de la prueba a partir de la actuación de los medios probatorios y que las pruebas sean valoradas adecuadamente y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia, respetándose su calidad de documentos públicos; todo ello, con la finalidad de que el justiciable puede comprobar si dicho mérito ha sido efectivo y adecuadamente realizado; sin embargo, señala que en el presente caso, se ha producido un menoscabo al derecho de defensa, pues de lo actuado, no se ha considerado la inexistencia del expedientillo matrimonial, no existiendo una relación congruente entre los hechos y las pruebas existentes con lo resuelto por la Sala Superior; pues el derecho a probar, como lo señala el artículo ciento ochenta y ocho del Código Procesal Civil, tiene por finalidad producir certeza en el juzgador, por tanto, resultaría una garantía ilusoria si el juzgador no apreciara adecuadamente el material probatorio; siendo que, la falta de apreciación de los documentos, de los que fluye la no existencia del expedientillo matrimonial, afectan el principio del derecho al debido proceso; por lo que también se ha inobservado el principio de unidad del material probatorio; Tercero.‐ Que, respecto a la causal de Inaplicación del artículo doscientos cincuenta y nueve del Código Civil; se advierte que la finalidad del recurso es que se realice una nueva valoración de los hechos y medios probatorios, para efectos de determinar si el matrimonio celebrado entre las partes del proceso, se habría realizado o no con prescindencia de los trámites establecidos en los artículos doscientos cuarenta y ocho a doscientos sesenta y ocho del Código Civil, específicamente el referido a la falta de firma de los testigos; lo cual no procede realizar a través de esta causal material por prescindir del análisis de lo que se estima probado y acreditado en autos; más aún, cuando no resulta cierto lo señalado por el recurrente, en el sentido de que el matrimonio celebrad o entre las partes sería nulo de pleno derecho, por no haber suscrito los testigos el acta respectiva; por cuanto, como se señala en el inciso octavo del artículo doscientos setenta y cuatro del Código Civil, la prescindencia de los trámites establecidos en los artículos doscientos cuarenta y ocho a doscientos sesenta y ocho del Código Civil, quedan convalidados si los contrayentes han actuado de buena fe y se subsana la omisión; es decir, la prescindencia de dichos trámites, no ocasiona la nulidad del matrimonio de pleno derecho; por tanto, la causal denunciada debe ser desestimada; Cuarto.‐ Que, en relación a la causal de Contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso; es de precisar que los fundamentos esgrimidos por el recurrente están referidos a que se ha resuelto la presente causa, sin contar con el expediente matrimonial de las partes procesales; y que, ello ha producido un menoscabo a su derecho de defensa y afecta el derecho al debido proceso, inobservándose también el principio de unidad del material probatorio; al respecto, cabe mencionar, que el propio apoderado judicial del recurrente, presentó al Juzgado en la audiencia de pruebas de fojas ciento treinta y seis, una constancia original expedida por la Municipalidad Distrital de Chicama, obrante a ciento treinta y cuatro, certificando que, luego de revisados los archivos documentarios sobre los expedientes matrimoniales de dicha Municipalidad, no se encontró el expediente del matrimonio realizado el diecisiete de abril de mil novecientos ochenta y cinco entre el demandante Isabel Bocanegra López y la demandada Clara Consuelo Marquina Alfaro; disponiendo el Juez de causa, que se agregue a los autos y se meritúe en su debida oportunidad; sin embargo, posteriormente por resolución número dieciocho, de fojas ciento cuarenta, el Juez dispuso que se actúe como medios probatorios de oficio la partida de matrimonio, así como el expediente matrimonial, disponiendo se curse oficio a la Municipalidad Distrital de Chicama; siendo que dicha entidad edil, remitió sólo el acta de matrimonio, precisando que no se encontró el expediente matrimonial que motivó dicho acto; a lo que, la parte demandante por intermedio de su abogado solicitó que se emita sentencia mediante escrito de fojas ciento cincuenta, por cuanto no había más prueba pendiente de actuación; pedido que reiteró mediante escrito de fojas doscientos veintitrés; significando que, la no existencia del expediente matrimonial era de conocimiento del recurrente, quien no lo cuestionó, más bien fue dicha parte procesal quien inicialmente puso de conocimiento del Juzgado que el referido expediente matrimonial no había sido encontrado en la Municipalidad Distrital de Chicama; por lo que, cualquier cuestionamiento referido a la falta de valoración del expediente matrimonial antes mencionado, ha precluido; más aún, cuando la valoración del referido expediente, no va a influir en el sentido de lo resuelto; Quinto.‐ Que, en tal sentido, de conformidad con lo dispuesto en el artículo trescientos noventa y dos del Código Procesal Civil, corresponde desestimar el recurso de Casación interpuesto en sus dos extremos; fundamentos por los cuales declararon IMPROCEDENTE el recurso de casación interpuesto a fojas doscientos ochenta y nueve, contra la resolución de vista de fojas doscientos setenta, su fecha siete de enero del dos mil nueve; CONDENARON a la parte recurrente al pago de multa ascendente a tres Unidades de Referencia Procesal, así como al pago de las costas y costos derivados de la tramitación del presente recurso; DISPUSIERON la publicación de la presente resolución en el Diario Oficial “El Peruano”; bajo responsabilidad; en los seguidos por Isabel Bocanegra López con Clara consuelo Marquina Alfaro, sobre Nulidad de Matrimonio; y los devolvieron; interviniendo como ponente el señor Vocal Ticona Postigo.‐ S.S. TICONA POSTIGO. CELIS ZAPATA. MIRANDA MOLINA. MAC RAE THAYS. ARANDA RODRÍGUEZ. Ssm.‐ Corte Suprema de Justicia de la República Sala Civil Transitoria CASACIÓN N° 2034‐2009 LA LIBERTAD NULIDAD DE MATRIMONIO PAGE PAGE 4 
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