sociedad de convivencia. al constituir un acto jurídico formal, no

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2002409. 1a. CCLXXXIV/2012 (10a.). Primera Sala. Décima Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Libro XV, Diciembre de 2012, Pág. 533.
SOCIEDAD DE CONVIVENCIA. AL CONSTITUIR UN ACTO JURÍDICO FORMAL,
NO PUEDE DARSE POR TERMINADA SIN EL AVISO A LA AUTORIDAD ANTE LA
QUE SE REGISTRÓ Y RATIFICÓ (LEGISLACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL). El
registro de una sociedad de convivencia, al igual que su modificación y adición, requiere el
cumplimiento de diversas formalidades, entre ellas, conforme a los artículos 6 a 10 de la Ley
de Sociedad de Convivencia para el Distrito Federal, constar por escrito, que debe ser
ratificado y registrado personalmente por ambos convivientes, acompañados por dos testigos
mayores de edad, ante la Dirección General Jurídica y de Gobierno del Órgano Político
Administrativo donde se establezca el hogar común, instancia que actúa como autoridad
registradora, además de ser quien envía un ejemplar del escrito al Archivo General de
Notarías. Así, los derechos de los convivientes previstos en los artículos 13 y 14 de la ley
citada se generan a partir de la suscripción de la sociedad, por ejemplo, el deber recíproco de
proporcionarse alimentos y los derechos sucesorios. Por su parte, el artículo 24 del citado
ordenamiento prevé que, en caso de terminación, cualquiera de los convivientes debe dar
aviso por escrito del hecho a la autoridad registradora del Órgano Político Administrativo del
hogar en común, la que deberá hacer del conocimiento de dicha situación al Archivo General
de Notarías y notificarla al otro conviviente en un plazo no mayor de 20 días hábiles, excepto
cuando sea a consecuencia de la muerte de alguno de los convivientes, circunstancia en la
que se exhibirá el acta de defunción correspondiente ante la autoridad registradora; asimismo,
señala que cuando la terminación la produzca la ausencia de alguno de los convivientes, la
autoridad lo notificará por estrados. Así, de una interpretación sistemática de la legislación
citada, debe entenderse que la sociedad de convivencia constituye, a partir de su registro, un
acto jurídico formal que no puede darse por terminado sin el aviso a la misma autoridad que
participó en su suscripción, pues al estar debidamente constituida, registrada y ratificada, no
es únicamente una relación de hecho sino de derecho, de ahí que la ley prevea un
procedimiento específico para terminarla; de manera que sólo con el aviso de terminación y
su notificación al otro conviviente en el plazo establecido por la propia ley puede afirmarse
que ha terminado definitivamente. Lo anterior es así, porque debe distinguirse entre lo que
significa concluir una relación afectiva, sujeta a subjetividades diversas, y la manifestación
expresa e indudable de terminar una sociedad de convivencia entre dos personas, quienes
realizaron determinadas formalidades para su constitución y registro, y que deben realizar
otras para finalizarla. En esta lógica, resulta explícita la intención del legislador de construir
un marco jurídico que contemple, proteja y genere certeza a las diversas formas de
convivencia; razón por la que este objetivo de formalidad y seguridad jurídica, requiera del
cumplimiento de la obligación impuesta por el citado artículo 24, en el sentido de dar el aviso
de terminación a la autoridad registradora cuando se pretenda disolver la sociedad, pues será
esta instancia la que notifique dicha determinación al otro conviviente para que éste pueda
ejercer las acciones previstas, por ejemplo, para tener derecho a una pensión alimenticia
conforme al numeral 21 de la legislación invocada.
Amparo directo 47/2012. 19 de septiembre de 2012. Cinco votos. Ponente: José Ramón
Cossío Díaz. Secretaria: Teresita del Niño Jesús Lúcia Segovia.
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