Hambre y miseria

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Hambre y miseria
Mas de 1,3 millones de personas han muerto ya por la guerra y el hambre, los campos de minas tienen efectos
desastrosos en la población desplazada. Cientos de miles de personas están amenazadas por el hambre, sobre
todo en el sur del país. Las malas comunicaciones dificultan mucho la distribución de la insuficiente ayuda
internacional y el gobierno sudanés prohibió por un tiempo los vuelos en el sur de Sudán, aduciendo que era
demasiado peligroso aterrizar en las pequeñas y sucias pistas. El gobierno siempre ha obstaculizado la ayuda
internacional.
Hay pueblos enteros donde la gente se muere de hambre y las ONG's y otras organizaciones afirman que este
es un desastre totalmente provocado por el hombre.
Hay varias organizaciones internacionales que trabaja en la distribución de alimentos y de enseres para la
agricultura, destacando Oxfam Internacional (formada entre otras organizaciones por Intermón) que ha
conseguido acuerdos de colaboración con ambos bandos y la ONU. Estas organizaciones humanitarias
consiguen mitigar una parte de las desgracias de este país. Sin embargo está claro que una parte de la ayuda
internacional es robada, revendida, etc. por gente sin escrúpulos en ambos bandos, la situación es tan
desesperada que algunas de las familias salvadas hoy posiblemente morirán en menos de una semana.
El hambre está provocada por la guerra. La gente huye de bombardeos, masacres, etc. desplazándose
masivamente y ya que no hay asentimientos estables, buena parte de las cosechas se pierden. Además no hay
semillas ni herramientas para la agricultura, los caminos son impracticables, las aguas están contaminadas,
etc.
La mayoría de los desplazados son mujeres y niños y actualmente hay sequía en el sur del país, provocada por
dos años de bajas precipitaciones. También está en esta situación la provincia del norte Bahr el Ghazal. Más
de 100 personas mueren de hambre cada día. La intensificación del conflicto civil en el Sudán desde enero ha
agravado la situación alimentaria, ya de por sí precaria desde la cosecha reducida por la sequía de 1997, según
un informe especial que acaba de darse a conocer, se ha informado de casos de desnutrición grave y de muerte
por inanición en los estados más afectados de Bahr El Ghazal, el alto Nilo occidental y Ecuatorial oriental.
Sólo en la región de Bahr El Ghazal, 350 000 personas corren peligro de inanición a menos que se distribuya
con urgencia la ayuda de socorro.
La intensificación del conflicto ha obligado a abandonar sus hogares y fincas a nuevas oleadas de personas, lo
que ha incrementado la inseguridad alimentaria en algunas zonas del sur del país. Los precios de los alimentos
se han disparado y están fuera del alcance de la mayoría de la población. Los sistemas de asistencia se han
agotado. Las personas están comiendo fruta y plantas silvestres, pero la inseguridad y la infraestructura tan
dañada, consecuencia de 15 años de lucha civil ininterrumpida, han obstaculizado las operaciones de socorro
hasta el momento. Las dificultades para transportar la ayuda alimentaria y los insumos agrícolas por tierra
significan que apenas una fracción de lo necesario llegue a la población afectada.
Las restricciones de principios de febrero impuestas a la distribución han empeorado la situación, aunque el
acuerdo suscrito por el gobierno con el Secretario General de la ONU a principios de mayo para permitir que
lleguen más vuelos de socorro casi a la totalidad de las zonas del sur del país debería permitir que mejore la
situación. Las fuertes lluvias han restringido recientemente los vuelos en el norte de Kenya, y también se han
llevado los puentes, limitando todavía más las actividades de distribución.
Las perspectivas de las cosechas de 1998 son malas, según el informe del Sistema Mundial de Información y
Alerta de la FAO (SMIA). Se ha reducido la siembra, en parte por la aguda escasez de semillas. Se han
quedado sin cultivar grandes extensiones de tierras conforme las personas huyen de sus casas y de sus fincas.
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Y la lluvia en la época de siembra de abril fue inferior a lo normal, "Si este año la cosecha es mala de nuevo,
las consecuencias serían muy serias para la seguridad alimentaria de la población y podría propagarse la
desnutrición, a menos que el socorro necesario se haga llegar a la población perjudicada", advierte el informe.
A principios de 1998, la UNICEF y la FAO han solicitado más de 4 millones de dólares para proporcionar
ayuda de socorro a los campesinos más pobres de las zonas de Ecuatorial y Bahr El Ghazal. Si se consigue ese
financiamiento, el proyecto proporcionará semillas de sorgo, mijo y cacahuetes, así como herramientas
manuales, cañas y anzuelos de pesca, a los campesinos y pescadores vulnerables. También se propondrá
reducir el riesgo de que surjan brotes de fiebre bovina proporcionando las vacunas, el equipo y suministros
pertinentes. Con todo, el financiamiento recibido hasta el momento no ha sido suficiente. La FAO está
proporcionando asistencia técnica a este proyecto. Un funcionario superior de la FAO especialista en
agronomía y asesor técnico acudirá a Jartúm a principios de junio.
Parece imposible dar una imagen que se asemeje a la realidad de la magnitud de esta crisis humanitaria que
está sufriendo todo el sur de Sudán. Aunque la profundidad de los problemas que están sufriendo otras zonas
de la región no pueden pasar desapercibido, el problema se ha "regionalizado".
En algunas áreas todavía no se han producido situaciones de emergencia inminentes, pero sin embargo
necesitan ayuda para evitar que la situación se agrave. La sequía que sufren desde hace tres años y el retraso
de las lluvias se está extendiendo por todo el sur, y sus efectos varían dependiendo de la magnitud de los
combates que se han producido en los últimos meses
La firma de un Alto el fuego entre los contendientes ha hecho posible, tras muchos meses de ausencia debida
a la inseguridad, la presencia de las Organizaciones humanitarias en el país y el inicio de los primeros
suministros de ayuda. Aunque las posibles consecuencias del reciente fracaso de las conversaciones
mantenidas para llegar a un acuerdo de paz más estable son impredecibles, actualmente la ayuda puede
distribuirse hacia la población. Pese a todo, las dificultades a las que se enfrenta la ayuda internacional
humanitaria son enormes y el retraso en su comienzo, ha hecho que nos enfrente a una grave situación ya que
con el tiempo se ha empeorado la situación. El aumento del número de desplazados, las malas cosechas, el
incremento de la inseguridad, los factores climáticos adversos y la destrucción de las cosechas como estrategia
de guerra, amenazan el buen desarrollo de la ayuda humanitaria llevada a cabo, todo lo cual hace que la crisis
se pueda agudizar más aun.
Aunque los medios de comunicación se hayan centrado en el sur del país, otra crisis humanitaria se está
desarrollando en Kassala, cerca de la frontera de Eritrea. Miles de desplazados se encuentran en esta zona, y
en los pueblos cercanos se han producido bombardeos, lo que provocará futuros desplazamientos de población
que requerirán asistencia. Unas 7.000 familias ya han recibido asistencia no alimentaria (25.000 personas). Un
equipo de la Cruz Roja ya ha visitado la zona para realizar un informe sobre las necesidades médicas y no
alimentarias.
Como resultado inmediato del deterioro de la situación ya que es previsible la larga duración de la crisis, la
Cruz Roja está incrementando sus operaciones sobre terreno, aumentando el número de personal expatriado y
sus capacidades logísticas en Bahr El Ghazal, la región de Los Lagos y Ecuatorial.
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