17. El Páramo leonés

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La mecanización del proceso agricola se ha generalizado y afianzado a partir de mediados de los sesenta y ha atectado
a todas sus fases, sobre todo a las faenas que requerían más brazos para su realización: siembra, recolección... En un
principio solamente adquirían aquellas máquinas que mitigaban el esfuerzo laboral humano y de los animales de tiro,
y reducían el tiempo de su actuación. En la foto una de las primeras innovaciones técnicas: las aventadoras, ahora en
desuso y abandonadas, modificaron plenamente el tradicional sistema de limpia de los granos basado en el continuo
beldar, si el tiempo lo favorecía.
Quien lea o escuche la palabra páramo, espontáneamente la relaciona con terreno pobre y llano, propio de las tierras altas de la Meseta Castellana; no le falta razón, si con ello piensa en un
interfluvio plano, relativamente realzado sobre los
valles que lo delimitan; tampoco si piensa en un
espacio yermo y deforestado de similares características topográficas y, además, batido por vientos secos y fríos; y, por supuesto, no yerra si lo
identifica con el relieve de las plataformas calcáreas del centro y del Este de Castilla y León o con
las tierras altas cubiertas por espesos mantos de
gravas, que en León y Palencia de manera especial, enlazan la Cordillera Cantábrica con la cuenca del Duero.
El Páramo, nombre aplicado desde hace dos mil
años a una comarca de la Meseta leonesa («In Parami aequore»), representa geográficamente algo
análogo, pero también algo distinto; la llanura rasa y árida está presente y la pobreza aún mora en
algunos pueblos, pero identificarlo de forma mecánica y determinista con lo anterior será negar la
dinámica de la realidad y olvidar la capacidad del
hombre para cambiarla. El Páramo representa,
más que ninguna otra comarca leonesa, esto último: la renovación y transformación de un medio
ecológico y de una economía campesina.
En el año 1959, tras la construcción y cierre del
embalse de Barrios de Luna y del esfuerzo colectivo de los parameses, sin olvidar el sacrificio de
los pueblos de la montaña de Luna, llegaba el agua
al centro del Páramo leonés, acelerándose la transformación del secano en regadío y el cambio de
266 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
las estructuras agrarias. Los pozos abiertos con
tanto esfuerzo y las norias iban a quedar en desuso; las bombas, «machinas» y motores de riego se
irían olvidando, y con ellos las preocupaciones por
el agotamiento de los acuíferos y la sequía; asimismo, las viñas y el sistema de aprovechamiento
cerealístico en hojas desaparecieron a medida que
la nueva ordenación del terrazgo y la llegada de
los canales y acequias (concentración parcelaria,
infraestructura de regadíos y caminos) permitían
la mecanización y la incorporación de los cultivos
industriales o mercantiles, ocupándose algunas
parcelas de forrajes; al mismo tiempo, en las cuadras el ganado mular y las yuntas de trabajos eran
sustituidos por la ganadería vacuna y de renta.
A la par que la intensa transformación del paisaje y del terrazgo, el paso del secano al regadío
ha sido de la máxima trascendencia social y económica: atenuación de la emigración, elevación de
las rentas, reforma y renovación del hábitat, mantenimiento de la vitalidad de muchos pueblos, modificación de hábitos y costumbres tradicionales,
relegándose a un segundo plano las viejas obligaciones concejiles de ayuda común y mutua como
las «hacenderas».
La modernización del campo paramés no debe
olvidar su inmediato pasado y saber que su tierra
es incapaz de producir incesantemente, a base de
abonos artificiales y métodos intensivos, y que el
individualismo agrario favorece en definitiva a
una economía y a un mercado a gran escala de los
que el Páramo leonés depende cada vez más.
El Páramo leonés: una llanura de amplios
horizontes y de condiciones naturales limitadas,
transformadas por la mano del hombre
contacto ya con el Valle del Orbigo los 750 m.
Son los ríos Orbigo, por el
Oeste, y el Esla, por el Este, los
que delimitan de Norte a Sur el
Páramo Leonés, dejando en medio una plataforma o interfluvio
ligeramente sobreelevado, que
desciende suavemente hacia el
Sur, disposición que marca la dirección de una débil red de drenaje, apenas insinuada en el relieve, pero que con sus «huergas
o güergas» y «vallinas o valles»
introduce un factor de diferenciación geográfica de gran trascendencia en la organización tradicional del terrazgo y del poblamiento. A esta disposición topográfica y a esta red de drenaje intermitente se han adaptado los
canales y acequias actuales, dánEl endorreismo y la consecuente formación de lagunas temporales y permanentes dole con sus desagües un carácter más permanente.
es la consecuencia de una topografía poco definida y de unas condiciones bioclimáticas áridas. En el pasado cumplieron una función decisiva en la organización
Aunque los escasos desniveles
del poblamiento y en los aprovechamientos ganaderos como abrevaderos y zonas dan al conjunto de la comarca
de pastos.
una gran homogeneidad, bien
reflejada en el distanciamiento
1. UN INTERFLUVIO
de las curvas de nivel en los maPáramo: «Terreno erial, raso y
DOMINADO POR LA
pas y en la débil pendiente genedesabrigado» (J. Casares: DiccioPLANITUD Y EL
ral (3%), sí pueden señalarse alnario ideológico de la Lengua EsENDORREISMO
pañola).
gunos leves contrastes topográ«Se aplica como nombre califificos, percibidos en su día por el
cativo a cualquier lugar o terreno
hombre y que han cumplido dispoco productivo e inhóspito».
Normalmente entre las gentes tintas funciones a lo largo del
( M. Moliner: Diccionario de
que viven en esta comarca leone- tiempo.
uso del español).
sa se habla de un Páramo Alto,
A medida que descendemos
«Vasto Páramo, completamende
topografía
ligeramente
hacia
el Sur o hacia los grandes
más
te llano y con terreno «mísere»,
movida
y
de
altitud
más
elevacolectores
(Orbigo y Esla), se
que produce gracias al esfuerzo soda,
situado
en
el
sector
septenaprecian
de
manera sensible albrehumano de sus habitantes» (Intrional, en torno a la cota de los gunos escalones o cuestas que
forme de Pobladura de Pelayo
900 m., y de un Páramo Bajo, nos marcan los distintos niveles
García, 1944, M.A.T., A.H.P.
Le).
en el que la altitud se aproxima de terrazas cuaternarias o, más
«Suelen perderse las cosechas
a los 800 m. y la superficie es de al norte, los niveles de fanglomealgunos años porque las aguas 110amplios horizontes; esta curva rados o rañas que enlazan el Pávedizas se estancan, y cuando son
de nivel corta aproximadamente ramo leonés con lo que denomimuchas hasta puede decirse que le
la comarca de NW-SE a la altu- namos Tierras Altas de León.
inundan» (Madoz, Cazanuecos,
ra de Laguna Dalga, alcanzán- Con frecuencia estos desniveles
1845).
dose en la parte meridional y en coinciden con vaguadas excavaLA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 267
En la llanura paramesa sobresalen aún las espadañas de las iglesias y las ruinas de
algún castillo, compartiendo sus líneas verticales con los silos, depósitos de agua
y con un caserío que, con frecuencia, desentona con las suaves ondulaciones del
paisaje. En la fotografía, el castillo de los Quiñones en Laguna de Negrillos, símbolo de la vitalidad que en otro tiempo tuvo esta villa.
das («Valcabadillo», «Arroyo
del Rodil», «Valle de Royuelos», «El Regueral», «Fontecha»...) que refuerzan aún más
los ligeros cambios topográficos, sobre los que se han montado algunos núcleos de población (Villadangos del Páramo,
San Martín del Camino, Valdefuentes del Páramo, Roperuelos
del Páramo, Valcabado, Saludes
de Castroponce, Audanzas del
Valle, San Adrián del Valle,
Grajal de la Ribera, La Antigua...). Los contrastes topográficos más bruscos se observan en
los escarpes labrados por los ríos
que delimitan la comarca, especialmente en «Las Arribas» del
Orbigo, donde la erosión fluvial
ha labrado un valle claramente
disimétrico, dejándonos en la
orilla izquierda un desnivel
abrupto, que muestra bien la
terraza fluvial, y en la orilla derecha una amplia llanura aluvial. A un lado nos queda el Páramo leonés y a otro la vega del
Orbigo y de su afluente el río
Tuerto, hechos que pueden ser
bien explicados desde la ermita
de Hinojo o desde Valdesandinas. Algo similar, pero de forma
más suave y escalonada, se observa en el descenso hacia el Esla en Villamañán, donde la cuesta ha sido aprovechada para el
emplazamiento del pueblo y para la excavación de las bodegas
en los endurecidos «barreales» y
«caleños» del mioceno.
De gran significado geográfico y ecológico son, asimismo,
las numerosas zonas endorreicas
existentes en el Páramo leonés,
allí donde el manto de gravas ha
desaparecido o es muy débil y
aparecen en superficie los materiales arcillosos e impermeables
del terciario, o donde la planitud ligeramente cóncava dificulta la evacuación de las aguas.
Bien nos habla la toponimia mayor de estos hechos que también
en su día condicionaron la elección de los asentamientos (Lagunda Dalga —en el XVIII,
«Laguna de alga»—, Laguna de
Negrillos, Urdiales de Laguna o
del Páramo, Villamor de Lagu-
En el paisaje actual
destacan las hileras
de chopos que
bordean la red de
caminos, carreteras
y acequias.
na —Villamorico—), o también
topónimos de pagos como
«Braos», tierras malas y bravas
de suelos pobres y encharcados,
que hasta la llegada de los regadíos se aprovechaban básicamente como pastos comunales;
sirvan de ejemplo al respecto los
«braos» de Laguna Dalga convertidos en tierra de labor por la
Confederación Hidrográfica del
Duero, cuando en los años sesenta ubicó allí la Granja Escuela de Capataces.
Es cierto que el relleno y saneamiento intencionado en los
alrededores de los pueblos, el
atarquinamiento natural o el
provocado por los trabajos agrícolas y la concentración parcelaria, más la utilización de muchas
de ellas como vertederos y escombreras —de la que es una
muestra la laguna de Feldo en
Santa María del Páramo—, han
acelerado a lo largo de las últimas décadas la desaparición y
degradación de un gran número
de lagunas en el Páramo leonés,
pero aún encontramos valiosos
ejemplos de estos humedales,
que tanta importancia tuvieron
en los aprovechamientos ganaderos tradicionales.
Estas formas sencillas de modelado se apoyan en una cubierta de origen plioceno y fluvial
constituída por cantos rodados
embalados en una matriz de arcillas sabulosas y arenas; en su
mayor parte corresponden a las
terrazas altas del Orbigo que en
la parte septentrional se empastan y confunden con los depósitos de raña. Este manto da lugar
a un terreno sumamente pedregoso, de suelos poco profundos
y sueltos, calificados por los
campesinos como «flojos y de
poca consistencia». El hombre
ha ido mejorando algunos de estos suelos, limpiando sus fincas
de miles de toneladas de cantos,
que han servido de cimientos del
tapial o de relleno de caminos,
carreteras y pozos, facilitando el
laboreo de la tierra y aumentando sus rendimientos.
Solamente en los fondos estrechos y planos de los valles y vaguadas rellenadas por una delgada capa de materiales aluviales
encontramos suelos de mayor
fertilidad, ocupados tradicionalmente por cultivos intensivos de
regadío o prados, gozando asimismo algunos pueblos, cuyos
términos sobrepasan el mismo
borde del Páramo, de pequeños
trozos de vega, a orillas del Orbigo.
Debajo se encuentra el mioceno en disposición horizontal y
formado por sedimentos arcillosos y fangos de tonalidades ocrerojizo, en los que se intercalan
estrechos niveles de microconglomerados de cantos de cuarcitas y arenas que constituyen a
distintas profundidades auténticos acuíferos, que han sido y son
veneros de salud y de riqueza para el Páramo. Los miles de pozos abiertos desde los años vein-
te en busca de las aguas subálveas para convertir el secano en
regadío, nos hablan de la trascendencia social y económica de
estos acuíferos que en muchos
casos siguen paliando el déficit
de agua que se deriva de las circunstancias climáticas de la zona, marcadas por la aridez estival.
2. LAS MEDIOCRES Y
DIFICILES CONDICIONES
CLIMATICAS
Decían los habitantes de Laguna de Negrillos hace un siglo
que su clima era «tan ardoroso
en el apogeo del sol, como frío
en el descenso o desaparición de
aquel», señalándonos otros pueblos de la comarca que la «dilatada llanura, seca y estéril, estaba combatida por todos los vientos», los rasgos de un clima continental y del interior de la Submeseta Norte quedaban así perfectamente descritos. La información climática que poseemos
actualmente nos confirma tal
impresión y nos explica cuáles
son las variables termopluviométricas que inciden de forma
más decisiva. Sin duda, el largo
período de heladas que dura desde octubre a mayo, hasta que las
temperaturas medias se elevan
por encima de los 10° C, la fuerte oscilación térmica, propia de
una zona alejada de la influencia moderadora del mar, unidas
a la modesta temperatura media
anual (11,1° C), son los rasgos
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 269
básicos que nos señalan la largura de la estación invernal y las limitaciones térmicas que el frío
impone al desarrollo de cultivos
delicados y termófilos; por el
contrario, el verano bien puede
calificarse de corto, teniendo las
estaciones intermedias, primaveras y otoño, un significado efímero.
Los calificativos de seco y estéril guardan una estrecha relación con las escasas precipitaciones que se registran anualmente
(478 mm. en Santa María del Páramo); además no siempre oportunas y bien repartidas a lo largo del año, según el sentir experimentado de los agricultores
que nos señalaban hace años:
«en los años lluviosos son escasas las cosechas de centeno, su
principal artículo» (Altobar de
la Encomienda, 1845), dado que
la impermeabilidad del terreno
hace que las fincas se «encharquen y se ahoguen las plantas»,
prefiriendo por tanto inviernos
secos y lluvias suaves de primavera y otoño. El comentario anterior es coherente con el que se
hace acerca de la nieve «que en
los años de sequía invernal favorece a la comarca, ya que ésta al
ser diluida lentamente empapa el
terreno de humedad, y además
ahueca y esponja este de tal forma, permitiendo que las plantas
extiendan sus raíces y adquieran
el debido desarrollo» (Informe
de Zotes del Páramo, 1944).
Por otra parte, la alta evaporación y «el viento seco del estio
perjudican altamente la floración de las leguminosas, y unido
a la sequía merma muchos años
considerablemente las cosechas»
(Informe de Villazala, 1944). Es-
270 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
te déficit de agua, superior
anualmente a los 350 m.., y la
irregularidad de las lluvias, a los
que el campesino acomodó durante siglos sus cultivos y trabajos, han quedado paliadas y
transformadas en gran medida
gracias al aporte suplementario
de agua en la época de más necesidad, a lo largo de cientos de
kilómetros de canales que han
i mpulsado la transformación de
40.000 Ha. y de su paisaje agrario y vegetal.
3. DEFORESTACION,
ROTURACIONES Y
NUEVO TAPIZ VEGETAL
Las referencias históricas a
masas boscosas en el Páramo
son escasas, pero suficientes como para comprender la intensa
deforestación que desde tiempos
muy antiguos ha sufrido, sobre
todo a partir de la repoblación
medieval. En la documentación
de entonces no son extraños los
nombres de «montes» y «debesas», pero topónimos tan frecuentes como «sardonedo» o
«sardoniza» nos muestran la
destrucción del antiguo encinar,
reduciéndolo primero a matas y
carrascal (La Mata del Páramo,
Matalobos) y luego a campos de
cultivo. Hoy solamente nos quedan algunas manchas de esta vegetación autóctona en los bordes
de la comarca, formando montes bajos generalmente degradados, aunque pueden encontrarse
algunos rodales de mejor porte,
como en la dehesa de Mestajas.
Asimismo, topónimos como
«carbayal» o Fojedo nos señalan
la presencia de caducifolias
adaptadas al frío y a una mayor
precipitación como el rebollo
(«Quercus Pyrenaica»), donde
ahora solamente existen tierras
de cultivo o «de balde». En el
Páramo Alto, en Villadangos,
por ejemplo, se observan restos
de estas manchas que cedieron
su dominio a las tierras centenales lo mismo que los prados y
praderas naturales de las que nos
ilustra el topónimo Bustillo dieron paso, a medida que la presión demográfica aumentaba, a
campos de cultivo.
Cerca de las corrientes de
agua, donde los suelos son más
húmedos y el ambiente más fresco, encontramos pequeños sotos
del máximo valor ecológico, en
los que aparece una vegetación
caducifolía variada (alisos, «paleras») y algunos prados cercados de setos vivos o de tapial.
Este paisaje, minúsculo a escala
comarcal, y simbolizado en algunos pueblos por el «olmar» o
los «negrillos» han sido ampliado de manera general con la implantación de millares de chopos
(«Populus alba» de distintas especies) por parte de la Confederación Hidrográfica del Duero,
construyendo una malla, lineal y
geométrica, de gran incidencia
en el paisaje.
La escasez de precipitaciones, como consecuencia del comportamiento climático,
ha originado la búsqueda de agua para el buen desarrollo del ciclo productivo de
los cultivos agrícolas y por supuesto para asegurar la cosecha para la subsistencia
de las unidades familiares. Esta constante preocupación del campesinado paramés
tuvo su manifestación histórica en la construcción de la «presa Cerrajera», de origen medieval, y en la explotación de los recursos acuíferos subterráneos por medio
de las norias. En la foto la Cerrajera a su paso por Valdefuentes del Páramo por
donde circula el agua.
Los canales y
acequias de
cemento, herederos
de las antiguas
regueras y
conductores del
líquido vital para
la actual
producción
agraria, se
distribuyen de
modo racional y
regular por todo el
espacio agrario del
Páramo. Han
creado un paisaje
de formas
poligonales en las
que se aprecia la
intensa
participación de la
acción humana en
la transformación
de las tierras de
clara vocación
agrícola. En la
foto el canal de
Grisuela en el
término de La
Milla del Páramo.
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 271
El paso del secano al regadío: del cigüeñal y la
noria a los canales de cemento
Merced a la existencia histórica de la «presa Cerrajera» y del
«caño de Castañón» sangrados
al Orbigo, algunos pueblos del
Páramo sabían hace algún tiempo de los beneficios del agua; la
mayor parte, sin embargo, tendrá que esperar hasta 1960 a los
canales de riego para pasar del
secano al regadío. Todo ello,
por tanto, pone de manifiesto la
tradicional dedicación de los parameses al cultivo de la tierra y
a la cría del ganado, sobre todo
el lanar, en los que utilizaban
técnicas arcaicas y aperos de labranza rudimentarios. Por el
contrario, en la actualidad las
formas de producción agrícolas
se han modificado y se han in,troducido nuevos sistemas de explotación que mitigan el trabajo
e intensifican el ciclo productivo
de los cultivos agrícolas.
1. LOS RASGOS DEL
TERRAZGO
TRADICIONAL
Durante el dominio de la sociedad agraria tradicional en el
Páramo leonés había un importante número de explotaciones
agrícolas debido a que la agricultura era la principal actividad
económica de la población. Dentro de ellas sobresalían de modo
absoluto las pequeñas unidades
de producción —las que cultivaban menos de 20 Has.—, que
afectaban, según informa el
Censo Agrario de 1962, al
92,8% del total de ellas. Igualmente, a este elevado porcentaja le correspondía una menor
proporción territorial, que, según dicha fuente era el 72,4% de
la superficie censada; cantidad
que confirma la relevancia de la
El pueblo de Grajal de la Ribera, localizado en el borde meridional del Páramo,
se sitúa al borde de la cuesta. En primer término se observan las bodegas que se
han excavado en los materiales del terciario y manifiestan la importancia adquirida por el viñedo en épocas pasadas.
agricultura de tipo familiar y
minifundista.
Por el contrario, en el otro extremo se ubicaban las medianas
y las grandes explotaciones agrícolas —las que labraban más de
20 Has.— que, según el mencionado censo, poseían el resto de
ellas, es decir, solamente el
7,2%. Sin embargo, la superficie que les pertenecía era mayor
y suponía el 27,6% del territorio
catastrado. En elgunos casos esta superior disposición espacial,
sobre todo en los borden del páramo, les confería una mejor situación y rentabilidad económicas.
Esta desigual y polarizada estructura agraria se hallaba
acompañada de un excesivo contingente parcelario, en el que
272 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
«Hasta el presente debe considerarse como una de las regiones pobres de nuestra provincia, pero no a partir de los
años actuales; merced al sinnúmero de pozos de iniciativa
particular y a infinidad de acequias de riego que llevan sus
fertilizantes aguas a la mayor
parte de las fincas del municipio, el páramo dejó de ser páramo para convertirse en fértil
ribera, mejorando considerablemente su situación económica y como consecuencia todas
las manifestaciones de vida»
(Informe, Villazala, 1945,
M.A.T., A.H.P. Le.).
destacaban fundamentalmente
los fundos de menores dimensiones, en particular los inferiores
a una Ha. Estos, según la citada
fuente, disponían del 95,7% del
total de ellos, mientras que los
que superaban dicho umbral sólo poseían el 4,3%. Esa distinta
proporción constituía un mosaico policromado formado por
abundantes parcelas de minúsculo tamaño.
Este paisaje agrario fragmentado por los linderos, que separaban las distintas propiedades
territoriales, se organizaba en
función de las necesidades de las
unidades familiares. Dentro de
él ocupaban una notable extensión las tierras de labrantío, que
se dedicaban principalmente a
tres aprovechamientos fundamentales: cultivos herbáceos, viñedo y barbecho (véase mapa
adjunto).
En la década de los cincuenta, según los Mapas Nacionales
de Abastecimiento, los agricul
tores del Páramo dedicaban
aproximadamente el 40% del espacio labrado a los cultivos herbáceos, que se extendían tanto
por las tierras de secano como de
regadío. Las primeras dominaban de modo absoluto y estaban
presentes en todas las explotaciones agrícolas. En ellas sembraban los productos agrarios
que requerían para su propia
dieta alimentaria y la de la ganadería. Dentro de ellos la mayor
extensión territorial pertenecía a
los cereales-grano, en los cuales
sobresalían sobre todo el trigo y
el centeno; se comportaban como los soportes más significativos de la economía tradicional,
junto al viñedo.
Asimismo, en estos momentos
el terrazgo de regadío ocupaba
una pequeña superficie, aunque
determinados municipios, entre
otros Bercianos del Páramo, Pobladura de Pelayo García, San
Pedro Bercianos, Santa María
del Páramo, Valdefuentes del
Páramo y Villazala, ya preludiaban lo que acontecería posteriormente. El agua para regar pro-
cedía tanto de los pozos y norias
construidas por los propios campesinos a lo largo de los primeros años de la actual centuria,
como de la presa Cerrajera, que
mejoró su funcionamiento a mediados del siglo XVIII. En ambos casos los campesinos irrigaban los cultivos agrarios por medio del sistema de gravedad y
dentro de ellos ocupaban una
notoria extensión los orientados
al consumo humano, en particular las alubias, patatas, garbanzos y trigo, y en menor medida
los aprovechados por la ganadería, en especial la cebada.
La pobreza de las condiciones
edáficas y la escasez de precipitaciones obligaban a los parameses a dejar en descanso durante
un año las tierras cultivadas, en
particular las de secano. Hacían
uso del sistema de año y vez. Los
barbechos también recibían las
mismas labores que los cultivos
agrícolas con el fin de que repu-
siesen los elementos cedidos en
el anterior ciclo productivo.
A esas mismas razones respondía el importante terrazgo
dedicado al viñedo, pues se
amoldaba perfectamente a los
suelos sueltos y arenosos. Den
El viñedo en 1950 y 1985
1950
Has.
1985
Has.
Antigua, La
Bercianos del P.
Bustillo del P.
Laguna Dalga
Laguna de Negrillos
Pobladura de P. García
Pozuelo del P.
Roperuelos del P.
San Adrián del V.
San Pedro Berc.
Sta. M. 1 del Páramo
Urdiales del P.
Valdefuentes del P.
Villadangos del P.
Villazala
Zotes del P.
1.050
300
1.000
150
598
214
350
250
365
400
330
130
50
450
94
125
540
40
2
288
117
159
-
TOTAL
5.856
1.203
56
Fuentes: M.N.A., 1950; Catastro vitivinícola, 1983; D. 1-T, 1985.
Superficie ocupada por los cultivos agrícolas en
los municipios de La Antigua y Laguna Dalga en
1950 y 1985
LA ANTIGUA
1950
SECANO
Trigo
Cebada
Centeno
Avena
Garbanzos
Remolacha
azucarera
Patatas
Alubias
Otros
Total secano
REGADIO:
Trigo
Cebada
Avena
Maíz
Cultivos
forrajeros
Remolacha
azucarera
Patatas
Alubias
Hortalizas
Otros
Total regadío
TOTAL CULTIV.
Has.
980
50
500
LAGUNA DALGA
1985
%
Has.
1950
94)
Has.
1985
%
42
61,9
3,2
31,5
0,4
2,6
6
0,4
198
16,3
1.584
100
1.220
100
831
100
10
-
76,9
-
44
113
-
8,4
21,7
-
60
50
53,1
44,2
6
499
454
11
37
21
40,9
37,2
0,9
3,0
1,7
140
60
82
-
26,9
11,6
15,7
2
7,7
15,4
82
15,7
13
100
521
100
1
1.597
1.741
250
20
380
30,1
2,4
45,7
45
5,5
16
60
60
1,9
7,2
7,2
-
Has.
%
100
550
30
642
3,2
17,5
0,9
20,5
35
1,1
27,1
0,9
28,7
0,1
100
3
2,7
-
850
25
900
3
-
113
100
3.135
944
3.135
Fuentes: Mapas Nacionales de Abastecimientos: 1950 y Superficie ocupada
por los cultivos agrícolas. Documentos 1-T: 1985. (Elaboración propia).
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 273
tro de la comarca aparecían dos
zonas delimitadas según su dimensión. Una se localizaba en el
centro del páramo, formada por
los municipios de Laguna Dalga,
Urdiales del Páramo, Valdefuentes del Páramo, Villazala y
Zotes del Páramo, en los cuales
su proporción no superaba el
7% del terreno cultivado. Por el
contrario, la otra rebasaba con
creces dicho umbral y afectaba a
los restantes núcleos de población; además, su mayor extensión territorial se manifestaba en
la existencia de abundantes bodegas excavadas en los materiales terciarios de los taludes de las
huergas próximas a los pueblos.
De todo ello se deriva que la
agricultura durante la sociedad
tradicional era la principal actividad económica que aportaba
rentas a las familias campesinas.
Sin embargo, los parameses tembién se dedicaban a la ganadería, aunque esta cumplía un papel complementario en la economía agraria, en particular los importantes hatos de ovino y el bovino, que proporcionaba leche y
terneros. Igualmente se debe
destacar su utilización como
fuerza de tiro, en concreto las
yuntas de vacuno y el equino,
para realizar las diversas labores
agrícolas en estos momentos en
que escasean y prevalecen las arcaicas técnicas de producción.
Tampoco se puede desdeñar su
vital participación, como la del
porcino, aves, en la alimentación de las comunidades rurales.
274 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
2. LA POLITICA DE
TRANSFORMACION
AGRARIA
Las transformaciones agrarias
llevadas a cabo en el Páramo
leonés a partir de la década de
los sesenta han permitido importantes cambios en la estructura
de su economía tradicional. La
actuación del estado se comporta como la principal impulsora
de aquellas y sobre todo de las
de superior magnitud; se ha encargado de preparar y modificar
tanto los aprovechamientos y la
orientación productiva de las explotaciones agrícolas como la de
la reducción del excesivo número de las teselas que componen
el tapiz parcelario. Ambas acciones, por tanto, han sido funda-
mentales para renovar este paisaje agrario.
Ya hemos comentado la existencia de pautas comunes tradicionales favorables a la ampliación de las tierras regadas a costa de los importantes sequedales,
puestas de manifiesto a través de
la construcción de la «presa
Cerrajera» y de los numerosos
pozos para las norias extendidos
por todo el Páramo. Esta actitud del campesinado propicia al
regadío se mantuvo firme hasta
la aplicación de la política hidráulica por parte de la Administración. Esta se encargó de la
creación de la adecuada infraestructura —sustitución de las antiguas regueras y huergas por canales provenientes del embalse
de Barrios de Luna, red de acequias subsidiarias, allanamiento
del terreno,...—, que permitió la
rápida incorporación de grandes
extensiones a la nueva vocación
agrícola: el regadío.
Dicha medida no afectó por
igual a toda la comarca. Se centró preferentemente en los municipios parameses centrales, en
los que se transformó en su totalidad el secano en regadío. Por
el contrario, en los bordes quedaron importantes extensiones
sin modificar. En el área septentrional se debe citar el caso de
Villadangos del Páramo y en el
sur los núcleos de La Antigua,
Laguna de Negrillos, Pozuelo
del Páramo y San Adrián del
Valle, según lo confirman Documentos de las Cámaras Agrarias
Locales. Estos últimos riegan algunas de sus tierras con las
aguas sobrantes y perdidas de
los del norte; se han incorporado a la economía agraria de regadío, aunque fragilmente y está pendiente de solucionar su necesidad de agua, bien con la
construcción de nuevos embalses, bien con la utilización racional de la existente.
Igualmente el Estado se ha
preocupado de la aplicación de
otras acciones encaminadas a
do y arreglo de las vías de comunicación, asfaltado y pavimentación de las calles de los pueblos,
construcción de la red de alcantarillados y las acometidas de
agua corriente; etc. Todo ello,
por tanto, pone de manifiesto la
esencial participación de los diversos organismos públicos en la
configuración de nuevas condiciones productivas que permitieron la radical transformación de
este espacio agrario.
3. LA CAPACIDAD DE
CAMBIO DEL
CAMPESINADO
mejorar las estructuras agrarias.
A esas actuaciones también se
debe la política de Concentración Parcelaria que, como su
nombre indica, reduce el contingente parcelario de las unidades
de producción y crea fundos de
mayores dimensiones capaces de
hacer rentables las inversiones
agrarias.
Esta política se llevó a cabo
muy pronto en todos los municipios del Páramo, en concreto
a partir de mediados de los sesenta, excepto en algunos pueblos del sur que tuvo lugar en esta década. Se desarrolló paralelamente a la puesta en marcha
del regadío. Su ejecución supuso, según las estadísticas, la desaparición del 801/4 de los fondos existentes en el año 1962, como lo confirma el Censo Agrario de 1982 y también se aprecia
visualmente a través de la morfología más regular del parcelario.
La Administración, a través
del Instituto de Colonización y
de la Confederación Hidrográfica del Duero, también intervino
en otros planes de ordenación
rural. Estos se centraron fundamentalmente en el nuevo traza-
Si la Administración creó las
condiciones objetivas básicas
para el cambio económico posterior, el labrador paramés también participó decisivamente en
la elaboración de todo ese proceso. Este ya desde tiempos pasados intervino en la sustitución
del secano por el regadío con el
fin de paliar el déficit de agua y
asegurar la producción agrícola
que permitiese el mantenimiento
de los nivles mínimos de consumo.
Aparte de los cambios ocurridos en los cultivos agrícolas motivados por dichas acciones,
conviene mencionar otros hechos que son fundamentales y
han permitido la introducción de
nuevos hábitos productivos. El
intenso éxodo rural que afectó a
estas comunidades en los años
previos a la transformación se
convirtió de algún modo en el
motor de las mejoras conseguidas en el campo. La ausencia de
brazos en algunos casos y en
otros el acicate por la modernización supuso la adquisición generalizada de la maquinaria, que
realizaba las faenas agrícolas
que antes recaían penosamente
sobre hombres y animales.
La mecanización de todas las
fases del proceso agrícola es una
característica esencial del nuevo
período económico. Esta ha propiciado el aumento del parque
de tractores y de su correspon-
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 275
diente equipo técnico —aproximadamente cada uno labra como media 16 Has.—, que se consideran como el exponente más
claro de esta etapa. También el
incremento de los niveles de motorización se plasma en otras
máquinas —cosechadoras, empacadores, etc.—, utilizadas
preferentemente en la recolección de los cultivos agrícolas.
Asimismo, los agricultores
también han adquirido para el
ciclo vegetal otras innovaciones
técnicas —uso generalizado de
los abonos químicos, semillas selectas, herbicidas, insecticidas—
con el fin de incrementar y mejorar las producciones y la rentabilidad de sus inversiones
agrarias. Todo ello expresa de
modo fehaciente la dependencia
y la subordinación del sector
agrario al sistema económico general.
Si la agricultura ha soportado
el impacto de las mejoras económicas, lo mismo le ha ocurrido
a la ganadería. Esta ahora se
concibe como otra fuente generadora de rentas y por eso también se ha modificado su estructura interna, sobre todo a partir
de la diversificación de la demanda de productos alimenticios para el consumo humano.
En la actualidad la composición de la cabaña ganadera ha
cambiado en cantidad y en calidad. Las dos especies más significativas son el bovino y el ovino; cada una de ellas representa
una distinta forma de explotación económica: la intensiva,
asociada a la primera, y la semiextensiva, a la segunda.
En ambos casos los ganaderos
se han preocupado de conseguir
razas más selectas tanto para la
producción láctea como cárnica.
El mejor exponente de ellos es el
ganado vacuno y en particular
las variedades Frisona u Holandesa y en menor medida la Pardo Alpina. Pero las innovaciones no sólo se han centrado en
las especies ganaderas, sino tam-
bién han supuesto la construcción de nuevos y modernos establos, en los que se ha generalizado la mecanización, en particular las máquinas ordeñadoras,
con el fin de mitigar el trabajo.
Igualmente han incorporado a
su dieta alimentaria los piensos
compuestos para hacer más rentables sus inversiones, combinándolos con los productos
agrarios obtenidos en la propia
explotación. Todo ello muestra.
por tanto, la importancia que ha
adquirido la ganadería dentro de
la economía agraria y por supuesto su relevante puesto dentro de la organización del proceso agrícola.
4. LA CONFIGURACION
DEL NUEVO PAISAJE
AGRARIO
La estructura agraria actual
está determinada por los acontecimientos mencionados previamente y en ella aparecen nuevos
elementos que la diferencian de
la economía tradicional. Ahora
las explotaciones agrícolas han
reducido su número y las que
han soportado mayor pérdida
son las de dimensiones más pequeñas, aunque todavía siguen
dominando las unidades de carácter familiar. Su composición
interna se ha modificado y ha
mejorado su extensión media.
Aunque ha cambiado la naturaleza y constitución de las explotaciones agrícolas, es la organización de la producción agraria la que ha experimentado mayores transformaciones. En estos momentos los campesinos la
ajustan a los nuevos criterios
económicos en los que influyen
notablemente los hechos ya analizados. Ahora las tierras de labor presentan una distribución
en la que destaca de modo especial la extensión ocupada por los
cultivos herbáceos; también destinan una parte de aquellas a
otras dedicaciones, como el viñedo y el barbecho, pero su participación ha disminuido mucho
276 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
en relación con el período precedente.
En el nuevo paisaje agrario
esos dos usos del suelo —el viñedo y el barbecho— prácticamente han desaparecido de los
municipios situados en el centro
del Páramo. En el primero ha incidido la escasa aceptación de
sus uvas y caldos en el mercado
y en el segundo la intensificación
de la producción agrícola. Por el
contrario, en el borde meridional del Páramo aún mantienen
una relevante representación,
sobre todo en los pueblos donde
el secano se manifiesta como la
orientación agraria dominante.
Junto al mantenimiento de
esos aprovechamientos agrarios
en las áreas menos transformadas, se deben reseñar los cambios derivados del regadío y de
otras medidas económicas que
han superado el ámbito del medio rural. Si anteriormente se
buscaba el autoconsumo, ahora
el fin inmediato es cubrir las demandas de mercado.
Esta nueva orientación económica explica el afianzamiento de
los productos industriales en el
regadío, como la remolacha azucarera, y el mantenimiento de
los cereales-grano en el secano,
en particular el trigo. Estos mismos criterios comerciales confirman el importante terrazgo irrigado destinado a las leguminosas-grano, en especial a las alubias.
A esas mismas características
comerciales, junto a la orientación ganadera, también responde la siembre de otros cultivos
agrícolas. Dentro de ellos se deben citar fundamentalmente los
cereales-pienso, en particular la
cebada y la avena en el secano y
en el regadío el maíz y la cebada. Igual papel cumplen los productos forrajeros como el trébol
y los nabos, que se extienden por
las tierras de regadío. Todos éstos se utilizan para la alimentación de la cabaña ganadera con
el fin de diversificar la producción y competir en el mercado.
La trascendencia geográfica del regadío: fijación
de la población y diversificación económica
1. ARRIERIA Y
EMIGRACION EN LA
ECONOMIA
TRADICIONAL
La respuesta del paramés a
una mediocre situación económica fue, en épocas pasadas, toda una serie de actividades complementarias que se compaginaban con la agricultura, intentando con ellas asegurar la supervivencia familiar. En último extremo, el paramés optaba por la
emigración transoceánica, en
busca de una fortuna que era imposible encontrar en la tierra; y
en el estío, o «vrano» como dicen en la tierra, eran muchos los
que se dirigían a la Tierra de
Campos para trabajar en las faenas de la siega.
Sobresale la arriería o carretería, de las que guardamos distintos testimonios orales y algunos
textos escritos como el que sigue: «no pudiendo mantener la
agricultura a sus habitantes, los
parameses dejando a las mujeres
el cultivo de la tierra y el cuidado de la labranza, se dedican a
la arriería y especulaciones co-
«Un día del mes de abril de
1930, me despedía de mi padre
en el puerto de Vigo, y en el vapor Edan, holandés, me dirigí
como emigrante a Cuba, llamado y apoyado por un hermano,
que a su vez había sido emigrante años atrás (1919), llamado y respaldado también por
otro hermano. Tenía yo 14
años cumplidos hacía poco más
de un mes» (A. Casado Sutil,
Camagüey (Cuba) 1960).
«...tras los tapiales de barro,
los huertos miserables, estériles, con sus norias para elevar
el agua, cuando el amo es de
caudales; con cigüeñales, cuando es menos poderoso; sin más
agua que la lluvia, cuando es
un probe el dueño». (G. F. Balbuena: «La arquitectura humilde de un pueblo del páramo
leonés», Arquitectura, 1922).
«Esta villa está situada en
medio de todo este Páramo y lo
domina y es como la Sra. o capital de todo él, ya por su número de vez, ya por su situación». Biblioteca Nacional,
Sección Manuscritos (T. López: Santa María del Páramo,
1798).
merciales. Almacenan granos y
linaza, la que muelen en las fábricas de aceite de esta semilla
que hay sobre la presa Cerrajera, o con ruedas movidas a sangre, despachándola al mayor y al
menor por los pueblos de Castilla, Santander y Asturias; despachan entre . los labradores los
granos almacenados, dándoles
al fiado hasta la cosecha a exorbitantes ganancias; tratan también en cueros que almacenan y
despachan para los cortijos y en
géneros ultramarinos que traen
de Santander y de Asturias, exportando a los puertos en cambio las estopas y terlices de La
Bañeza, y los linos, lanas y aceite de linaza del país» (Madoz,
1845).
Esta experiencia en el trato
sirvió a muchos parameses para
iniciar importantes negocios en
otros puntos del país o cuando
la emigración los llevó a Méjico,
Cuba o Argentina, tradición que
se ha cortado con el éxodo rural
hacia los países europeos y las
ciudades industriales españolas,
en los años cincuenta y sesenta.
El casarlo
renovado (Plaza
del
Ayuntamiento,
en Laguna
Dalga, junto a
la carretera y el
viejo «caño») y
el pueblo de
tapial, derruido
y casi
abandonado
( Conf orcos).
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 277
2. FIJACION DE LA
POBLACION Y
TRANSFORMACION DEL
HABITAT
El regadío ha traído además
otras consecuencias de la mayor
trascendencia geográfica: la fijación de la población y la diversificación de las actividades económicas en el conjunto de la comarca, estimulándose notablemente el sector industrial ligado
a la maquinaria agrícola y a los
servicios en general.
En efecto, son muchos los
pueblos del Páramo que en la actualidad no solamente mantienen la población de hace treinta
años, sino que la han incrementado, atrayendo incluso a campesinos o ganaderos de otras comarcas leonesas. Buen ejemplo
de lo dicho son: Bustillo del Páramo, Laguna Dalga, San Pedro
de Las Dueñas, Pobladura de
Pelayo García y especialmente
Santa María del Páramo. Otros
pueblos como Villadangos se
ven favorecidos por el paso de
las vías de comunicación o por
el proceso urbanizador de la ciudad de León, llegando hasta
ellos diferentes actividades y
usos del suelo, al margen de la
agricultura.
En este contexto de transformación, contrastan las estructuras demográficas de los pueblos
más directamente ligados al regadio, estables y equilibrados,
frente a las pirámides estranguladas y el crecimiento negativo
de los pueblos más alejados de
la renovación agrícola, en los
que las pérdidas sobrepasan, en
algunos casos el 50 07o de 1950 a
278 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
1986; esto ocurre en los pueblos
pertenecientes al Valle (La Antigua, San Adrián), ya en el límite meridional del Páramo, estando alguno de ellos amenazado
por la despoblación (Conforcos). De ahí que el Páramo nos
muestre con clarividencia las diferencias resultantes del desarrollo desigual a escala comarcal,
del que son exponente los ejemplos adjuntos de Laguna Dalga
y de La Antigua.
3. LA CONSOLIDACION
DE SANTA MARIA DEL
PARAMO COMO
NUCLEO MERCANTIL Y
DE SERVICIOS
En el pasado fue Laguna de
Negrillos el centro de la mayor
parte del Páramo; de aquellos
CRONOLOGIA DE LA
TRANSFORMACION DE UNA
COMARCA DE SECANO EN
REGADIO
gc111.141 ue Santa María del Páramo
Esta panul
resume los rasgos generales de la comarca: llanura, ordenación del terrazgo, pueblos concentrados, con
un hábitat antes de tapial y ahora de ladrillo. La encrucijada de caminos ha favorecido el desarrollo de actividades de intercambio y de servicios en la villa
paramesa.
tiempos nos queda como símbolo las ruinas del Castillo de los
Quiñones. Hoy debe considerarse como el segundo núcleo de la
comarca con 1.733 habitantes, y
aunque ejerce cierta influencia y
atracción sobre los pueblos
próximos, se encuentra a bastante distancia del dinamismo que
ha experimentado Santa María
del Páramo.
Las informaciones del siglo
XVIII aportan algún dato sobre
la relevancia de Santa María del
Páramo, sin que sus actividades
fueran, no obstante, muy diferentes a las que existían en villas
vecinas como Laguna Dalga:
agricultura mediocre, tejedores,
molienda de aceite de linaza y
arrieros. Destacaban respecto al
resto de los pueblos los tratantes
en cuero y curtidores y el intercambio mercantil: «Aunque no
hay mercado alguno en dicha villa todos los días festivos concurren a ella las más de las co-
sas que sus moradores necesitan,
particularmente maderas»
(ob.cit., 1798), tradición que se
ha prolongado hasta hoy y que
tiene como fechas más señaladas
y festivas el 29 de junio y el 8 de
septiembre.
Santa María del Páramo
muestra todavía en su caserío un
marcado aire rural, pero es la
población que ha tenido un mayor crecimiento demográfico en
las últimas décadas y, desde
1960, un incremento notorio del
sector industrial y de los servicios, llegándose prácticamente a
equiparar a la ocupación agrícola. Son, pues, el comercio y la
hostelería, la construcción, la
pequeña industria y los servicios, quienes explican la nueva
base económica de este núcleo,
convirtiéndose en el centro de
atracción y, un poco, en símbolo de la diversificación económica de la comarca.
1845: MADOZ: Ideas y Plan de
regeneración del Páramo a partir de
las aguas del Orbigo.
Finales del XIX: Ideas regeneracionistas sobre la transformación de
las zonas esteparias. Crisis de la filoxera y destrucción de parte del
viñedo.
Finales del XIX y principios del
XX: Difusión técnica del arado de
vertedera.
Principios del siglo: Abonado
químico (nitratos) y roturaciones del
comunal.
Excavación de pozos y alumbramiento de aguas subterráneas.
1920-1960: Generalización de los
pozos y norias; extensión del cultivo
de alubias y remolacha; reducción
del barbecho.
1932: Comisión paramesa para el
i mpulso y gestión de la puesta en regadío de la zona.
Visita de Manuel Lorenzo Pardo
a la comarca del Páramo.
1933: Plan Nacional de Obras Hidráulicas. Se incluye la transformación de la zona y se encarga el estudio de su viabilidad.
1941: Plan Nacional de Obras
Públicas (Plan de Obras Hidráulicas). Propuesta de Construcción del
embalse de Barios de Luna.
1950: Plan del Sistema Luna-Orbigo. Comienzan las obras de construcción del embalse de Barrios de
Luna.
1952: Ley de Concentración Parcelaria.
1953: Cierre de la presa de
Barrios de Luna. (Embalse de 308
Hm3).
1953: Creación de la Comunidad
de Regantes del Páramo.
1959: Aportación social para la
terminación del canal del Páramo.
Llegada del agua al centro del
Páramo.
1959-1974: Construcción de los
canales principales (Canal Principal;
el del Páramo y sus derivados: Grisuela, Santa María del Páramo y
Matalobos; el de Villadangos; el de
Castañón y el de Velilla) por la Confederación Hidrográfica del Duero.
1965: Decreto sobre la «Ordenación rural de la Comarca del Páramo».
—Concentración parcelaria por
el «Servicio Nacional de Concentración Parcelaria y Ordenación Rural».
—Construcción de acequias y desagües por el «I.R.Y.D.A.».
1987: Pendiente del Plan de Ampliación del Sistema Orbigo con el
embalse de Omaña.
LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS - 279
POBLACION DEL PARAMO LEONES
1950
1986
ANTIGUA, LA .......................................
Antigua, La .............................................
Audanzas del Valle ...............................
Cazanuecos .............................................
Grajal de Ribera .....................................
Ribera de Grajal o
de la Polvorosa .....................................
1.798
204
584
173
437
896
70
387
93
211
400
211
BERCIANOS DEL PARAMO ............
Bercianos del Páramo .........................
Villar del Yermo .....................................
Zuares del Páramo ...............................
1.424
718
321
385
1.057
512
276
269
BUSTILLO DEL PARAMO .................
Acebes del Páramo ..............................
Antoñanes del Páramo ........................
Barrio Buenos Aires ............................
Bustillo del Páramo ..............................
Grisuela del Páramo ............................
Matalobos del Páramo ........................
Milla del Páramo, La ...........................
San Pedro de Pegas ............................
2.901
607
343
652
344
487
241
237
2.395
397
229
46
843
288
345
113
134
LAGUNA DALGA .................................
Laguna Dalga ........................................
San Pedro de las Dueñas ..................
Santa Cristina del Páramo ................
Soguillo del Páramo ............................
1.217
602
366
49
200
1.156
595
365
29
167
LAGUNA DE NEGRILLOS ................
Cabañeros ................................................
Conforcos ................................................
Laguna de Negrillos ............................
Villamor de Laguna
o Villamorico ..........................................
2.309
156
103
1.865
1.904
68
6
1.733
185
97
POBLADURA DE PELAYO GARCIA
851
854
POZUELO DEL PARAMO ..................
Altobar de la Encomienda ..................
Heredad, La ...........................................
Pozuelo del Páramo ............................
Saludes de Castroponce .....................
Viña de José García, La .....................
1.471
539
3
329
595
5
842
432
156
254
1950
1986
ROPERUELOS DEL PARAMO .........
Estación de Ferrocarril ........................
Mestajas y El Villar ...............................
Moscas del Páramo ..............................
Roperuelos del Páramo ......................
Valcabado del Páramo ........................
1.340
30
13
337
461
499
992
228
299
465
SAN ADRIAN DEL VALLE ...............
687
252
SAN PEDRO BERCIANOS ...............
Mata del Páramo, La ...........................
San Pedro Bercianos ...........................
752
388
362
465
228
237
SANTA MARIA DEL PARAMO ......
1.899
2.975
URDIALES DEL PARAMO ...............
Barrio de Urdiales .................................
Mansilla del Páramo ............................
Urdiales del Páramo ............................
Villarrin del Páramo ..............................
1.552
266
535
499
252
VALDEFUENTES DEL PARAMO
Azares del Páramo ...............................
Valdefuentes del Páramo ...................
656
229
427
547
152
395
VILLADANGOS DEL PARAMO ......
Celadilla del Páramo ............................
Fojedo .......................................................
Villadangos del Páramo .......................
1.347
403
248
696
1.039
345
102
592
VILLAZALA .............................................
Castrillo de San Pelayo .......................
Hinojo .......................................................
Huerga de Frailes ..................................
San Pelayo ..............................................
Santa Marinica .......................................
Valdesandinas ........................................
Villazala ....................................................
2.070
251
8
488
166
197
592
368
1.404
187
8
290
106
117
442
254
ZOTES DEL PARAMO ........................
Villaestrigo ..............................................
Zambroncinos ........................................
Zotes del Páramo ..................................
1.369
373
360
636
1.004
306
200
498
997
—
358
506
133
Fuente: Censo de población de 1950 y padrón municipal de 1986.
VI Barrio de Urdiales se incorpora al núcleo de Urdiales
en este año.
BIBLIOGRAFIA
CABERO DIEGUEZ, V.: «Las comarcas de Castilla y León», en Castilla y León, Madrid, Junta de Castilla y León
- Anaya, 1987.
FERNANDEZ NUÑEZ, M.: «Apuntes para la historia del Partido Judicial de La Bañeza, La Bañeza, 1919.
FRANCO PELLITERO, D.: Transformaciones del espacio agrario en el Páramo Leonés, León, Institución «Fray
Bernardino de Sahagún», Excma. Diputación Provincial de León (C.S.1.C.), 1986.
MINGOTE Y TARAZONA, P.: Guía del viajero por León y su Provincia, León, 1879.
PASTRANA, L.: El Páramo, Introducción histórica, León, Ediciones Leonesas, 1982.
Dibujo: Francisco Pelayo Somoano.
Fotografías: Valentín Cabero Diéguez, Miguel Angel Luengo Ugidos, Antonio Maya Frades,
«Paisajes Españoles».
280 - LA PROVINCIA DE LEON Y SUS COMARCAS
Pilar Brel Cachón,
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