Justos con justicia

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MONTEVIDEO, 11 DE ABRIL DE 2013
Justos con justicia
Oscar Destouet
Morei Morim Lehoraat Hashoá IV, 2013
«El hombre antes de ser sabio debe ser bueno»
Moisés Maimónides
Fue hace cinco, diez, treinta,
tal vez setenta años. Comenzó en
1933 o 1939 o en 1941, o varios
siglos antes. Empezó a finalizar en
1945 o recién en 1948. Hay veces
que no lo sé, pero si sé que siempre es algo presente, que me
acompaña. Seis millones nos susurran al oído, por momentos nos
gritan y en ocasiones, en silencio, nos observan. No se pueden
ir, ni descansar en paz. Junto a
medio millón de Romas (Gitanos), a setenta mil alemanes con
capacidades diferentes, varios
miles de Testigos de Jehová, y
miles de opositores políticos al
régimen nazi, a veces esos seis
millones se encuentran con jóvenes sudamericanos, con veteranos armenios y con jóvenes ruandeses. Son los perseguidos, los
exterminados y también los que
están presentes, que aún nos interpelan, nos cuidan y nos provocan a reflexionar. ¿Qué hicimos
y qué hacemos hoy para ayudar
a construir un mundo más amigable, donde la solidaridad y hermandad entre todos los hombres
y mujeres sin distinción de credo,
nación, color de piel o gustos personales sea la moneda corriente?
El domingo 23 de agosto de
1942, curas de todas las iglesias en
la archidiócesis de Toulouse leyeron en voz alta su protesta pública:
«Mujeres y niños, padres y
todos. La indiferencia, el individualismo, el responsabilizar a «otros»
sin ver que hago «yo», y la búsqueda de enemigos que salven
mis malas acciones parecería que
fueron (son) esencia de lo humano. Pero no todos son (somos)
así y optaron (optamos) por ser
diferentes. Ellos fueron los Justos
de las Naciones, que remaron
contra la corriente general de indiferencia y hostilidad que prevaleció durante el Holocausto. Contrariamente a la tendencia generalizada, estos salvadores veían a
los judíos como seres humanos
comunes y corrientes, incluidos
dentro de su universo de obligaciones. Existieron distintos grados
de ayuda: algunos daban alimentos a los judíos, deslizando una
manzana en sus bolsillos o dejando comida donde estaban por
pasar de camino a su trabajo.
Otros derivaban a los judíos a personas que pudieran ayudarlos; algunos les daban refugio por una
noche y les decían que tendrían
que partir por la mañana. Sólo
unos pocos asumían la total responsabilidad por la supervivencia
de los judíos. Son los miembros
de este último grupo, en particular, los que cumplen los requisitos para el título de Justo de las
Naciones, mención otorgada por
el Estado de Israel.
«Antes de la guerra vivían en
de la invasión alemana a Hungría
Rubin les solicitó esconder en su
casa a su hijo Amós. Strausz y su
esposa accedieron de inmediato
al pedido y ofrecieron esconder a
toda la familia Rubin. Sin embargo Elyahu Rubin se negó al ofrecimiento, temiendo que ello pondría en un peligro mayor a ellos y
a su hijo. El 11 de abril Amós Rubin llegó a la casa de los Strausz.
Sus padres fueron trasladados al
gueto y en mayo deportados a
Auschwitz. Antes de abandonar
consiguieron entregar a la familia
Strausz un atado de cartas personales con fechas posteriores, para
que sean entregadas a su hijo de
cuando en cuando. De ese modo,
y sin tener en cuenta su suerte verdadera, el muchacho podría recibir aliento de la creencia que sus
padres estaban vivos y gozaban
de buena salud. Strausz, su esposa Margit y su hijo Jószef de 18
años, hicieron todo lo posible para
aliviar el sufrimiento del chico durante los seis meses en que estuvo escondido. El muchacho permaneció siempre en la casa y nunca se aventuró fuera de ella hasta
que la zona fue liberada por el Ejército Rojo en octubre de 1944. Recién al fin de la guerra se enteró
Amós de la suerte que corrieron
sus padres. Ambos estaban entre
los pocos judíos de Munkács que
regresaron de los campos. En el
tes de la aldea y sus alrededores,
entre otros por el médico del lugar, Jorgen Gersfelt, que sirvió de
conductor, llevando a los judíos a
refugios nocturnos y a los barcos.
Muchos refugiados se alojaron en
su casa hasta que pudieron abordar una lancha. Thomsen fue interrogado por la Gestapo que sospechaba de su participación en el
contrabando de judíos. Fue nuevamente arrestado en 1944 y enviado al campo de concentración
de Neuengamme en Alemania
ron, una polaca de 85 años Danuta Galkowa, para ella su hermana.
Yad Vashem otorgó a Danuta y su
familia la distinción de Justos de
las Naciones. En mayo de 2011
Giza nos lo contó en el Acto Central de Recordación de la Shoá en
la Kehilá ante la presencia del Presidente de Uruguay Sr. José Mujica. Danuta no sólo ayudó junto a
sus padres a proteger a Giza, sino
con 17 años fue una luchadora de
la resistencia polaca. Desde los
tiempos de gobierno del Movi-
(LA FOTO FUE ENVIADA POR GIZA ALTERWAIN
A YAD VASHEM, PARA LA POSTERIDAD).
Esta es la familia que salvó a Giza Alterwain en Varsovia.Giza
es la pequeña , entonces de dos años, en manos de su madre
adoptiva polaca.A su lado, el padre adoptivo. La familia tenía
seis hijos. Danuta Galkowa, la hija mayor-que está en el medio
en la fila superior- fue la que encontró a Giza hace pocos años
tras buscarla en archivos durante 65 años . Danuta y sus padres
recibieron la distinción «Justos entre las Naciones». Ella no sólo
era parte de una familia que se arriesgó para salvar a una niña
judía, sino que arriesgaba su vida directamente también en otro
frente, como miembro de la Resistencia Polaca, que prestaba
además ayuda a los rebeldes en el Ghetto de Varsovia.
(FOTO: CORTESÍA DE LOS AMIGOS DE SOUND ELSINORE, DINAMARCA. FACILITADA POR LOS ARCHIVOS DE YAD VASHEM)
Henry Thomsen, que no alcanzó a saber en vida del reconocimiento como «Justo entre las
naciones». Su esposa Ellen Margrethe, al recibir la distinción en 1968.
madres tratados como ganado, los
miembros de la familia separados
unos de otros y deportados hacia
destinos desconocidos: se ha reservado para nuestro propio tiempo el ser testigo de tan triste espectáculo. ¿Por qué es que el derecho
de santidad no existe más en nuestras iglesias? ¿Por qué es que somos derrotados?... Los judíos son
hombres y mujeres reales. Los extranjeros son hombres y mujeres
reales. No se puede abusar de ellos
sin límite... Son parte de la especie
humana. Son nuestros hermanos,
como lo son tantos otros».
El miedo paraliza, pero no a
Munkács (Hungría) 13.500 judíos,
representando más del 40% de la
población. Además de las comunidades jasídica y ortodoxa, funcionaba un colegio secundario
hebreo. El ingeniero Elyahu Rubin
enseñó en el colegio y luego se
convirtió en su director. Cierto día
József Strausz, un funcionario municipal católico de origen alemán
le solicitó que permitiera a su hijo,
también llamado József, estudiar
hebreo en el colegio – como preparación para su futura incorporación al clero católico. El muchacho fue aceptado y las dos familias se volvieron amigas. Después
verano de 1946 la familia Rubin
emigró a Israel. Las dos familias
siguieron estando en contacto a
lo largo de los años»1. En octubre
de 1964 Yad Vashem reconoció a
Jószef y Margit como Justos de
las Naciones.
Henry Thomsen y su esposa
Ellen Margrethe eran dueños de
una posada en la aldea de Snekkersten en el norte de Zeeland
(Dinamarca). Se estima que
aproximadamente 1.000 personas
partieron para Suecia desde ese
lugar. Los Thomsen eran miembros
activos de la resistencia. Thomsen
fue asistido por muchos residen-
adonde pereció después de cuatro meses de aprisionamiento. Tenía 38 años. En 1968 Yad Vashem
confirió el título de Justo de las
Naciones a Henry Christen Thomsen y a su mujer Ellen Margrethe.
Ese mismo año la señora Thomsen visitó Israel y plantó un árbol
en la Avenida de los Justos, en Yad
Vashem – Jerusalén.
«Yo fui salvada, relata Giza Alterwajn de Goldfarb una uruguaya
nacida en el Ghetto de Varsovia,
cuando mis padres, luego asesinados una en Treblinka y el otro
en Auschwitz, me entregaron a una
familia polaca de cuyas manos me
recibieron familiares que sobrevivieron la Shoá»2. «Dentro de mi
desgracia tuve la suerte de haber
caído en esa casa». En abril de
2010 por primera vez se reencontró con la hija de quienes la salva-
miento Solidaridad de Lech Walesa fue reconocida y declarada
Heroína Nacional de Polonia.
A todos ellos el reconocimiento universal, ejemplo de lo
humano de los humanos.
Yad Vashem, Justos de las Naciones - Historia personales, página central en internet,
www.yadvashem.org
2
Miguel Cherro,
Giza, la niña de la maleta, Montevideo, 2009, pág.23
1
Agradezco la lectura de este
artículo y sugerencias aportadas
por parte de mis compañeros egresados de Yad Vashem: Gabriel
Hojman, Rita Vinocur, Andrea Blanque, Haya Feldman (Yad Vashem),
y Giza Alterwajn de Goldfarb. Los
eximo de toda responsabilidad.
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