Fallo provisto por Microjuris.com.ar Voces: RESPONSABILIDAD

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Fallo provisto por Microjuris.com.ar
Voces: RESPONSABILIDAD SOLIDARIA - CONTRATO DE TRABAJO - REGISTRACIÓN DEFECTUOSA EMPLEADOR - DIFERENCIAS SALARIALES - DESPIDO INDIRECTO - MULTA LABORAL - MOBBING
Partes: Falcón Eleonora Silvia c/ Obra Social Ceramistas y otro s/ despido
Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo
Sala/Juzgado: X
Fecha: 20-nov-2013
Cita: MJ-JU-M-83924-AR | MJJ83924 | MJJ83924
Fallo:
Buenos Aires,20/11/2013
El Dr. DANIEL E. STORTINI dijo:
1º) Vienen estos autos a la alzada a propósito de los agravios que contra el pronunciamiento de fs.
327/333 interpusieron las partes a tenor de los memoriales obrantes a fs. 337/342 (demandada
Obra Social de Ceramistas) y 345/348vta. (actora), los cuales merecieron las réplicas respectivas
(fs. 350/351 y 354/357). También existen apelaciones por honorarios (ver fs. 341vta., ap. 4 y 343).
2°) Propongo dar tratamiento de comienzo al memorial recursivo de la obra social demandada.
En primer término se agravia la Obra Social de Ceramistas por cuanto la juez que me precede
consideró ajustada a derecho la decisión de la actora de considerarse despedida el 17/03/2009. La
recurrente cuestiona la conclusión "a quo" acerca de que existieron situaciones de maltrato
laboral que habría padecido la demandante y además alega exiguo el importe en concepto de
vales de comida que percibía sin documentar ($ 150 por mes), por lo que ante la ausencia de
injuria de entidad tal que justifique el despido dispuesto por Falcon, solicita se revoque el fallo.
Anticipo que el planteo será desestimado.
Llega firme a esta instancia que la actora decidió extinguir el vínculo laboral con la demandada al
invocar retención indebida de haberes, incumplimiento registral del contrato de trabajo y
persecución laboral (ver telegrama de fs. 34, no cuestionado).
Cabe memorar que cuando se invocan varios incumplimientos para fundar la decisión rupturista tal como ocurre en el caso bajo análisis- es sabido que basta con la acreditación de una sola causal
que, por su gravedad no consienta la prosecución del vínculo para que la decisión se repute
justificada (conf. S.D. Nº 3.236 del 18/02/98 del registro de esta Sala "in re": "Caballero Héctor
Ruben y otro c/ Lucchini, Hugo Alberto y otros s/despido"; entre muchas otras).
Ahora bien.No constituye materia de controversia que el salario correspondiente al mes de
febrero de 2009, cuyo pago la actora intimó a la empleadora previo a colocarse en situación de
despido indirecto, no se encuentra acreditado mediante el correspondiente recibo de sueldo o
constancia de depósito bancaria, más allá de lo informado por el perito contador a fs. 276, pto. 6
(arts. 138 y conc. L.C.T.). Asimismo arriba firme a esa alzada que el salario de la actora se
encontraba deficientemente registrado al encontrarse sin documentar los importes percibidos en
concepto de "comedor" o almuerzo contra entrega de vales de comida ($ 150).
Sobre la base entonces de la naturaleza alimentaria del salario, el no pago salarial como deber
inexcusable y la evidente injuria que constituye la indebida registración por parte de la
empleadora de la remuneración de la trabajadora (más allá de la entidad del importe que
configure ese pago no registrado o clandestino, como también invoca la aquí recurrente),
entiendo -al igual que la magistrada que me ha precedido- ajustada a derecho la decisión de la
actora de resolver el contrato de trabajo por constituir estas cuestiones graves incumplimientos
contractuales que no consienten la continuación de la relación (conf. arts. 74, 128, 242 y 246 de la
L.C.T.).
Propicio, pues, desestimar este tramo de los agravios.
3º) Lo así resuelto en el considerando precedente me conduce a declarar abstracto el tratamiento
del planteo formulado por la Obra Social demandada en relación con la existencia de situaciones
de maltrato laboral hacia la persona de la demandante (como concluyó la señora juez "a quo") y si
las mismas configuran injuria determinante para justificar el despido indirecto del caso.
4º) También será desatendido el cuestionamiento ceñido a la indemnización del art.1º de la ley
25.323 y al salario base de cálculo para su determinación.
La norma en cuestión, en el primer párrafo, establece que "las indemnizaciones previstas por las
leyes 20.744, artículo 245 y 25.013, artículo 7º, o las que en el futuro las reemplacen, serán
incrementadas al doble cuando se trate de una relación laboral que al momento del despido no
esté registrada o lo esté de modo deficiente." -situación esta última que se configura en el
presente caso- pero nada refiere acerca de que deba tomarse como base del cálculo de este
incremento solo la porción del importe no registrado -$ 150- como pretende la apelante.
Sobre tal base, no puedo más que confirmar también este segmento del fallo de grado.
5º) Idéntica solución tendrá el agravio formulado en relación con el agravamiento del art. 2º de la
ley 25.323.
Obsérvese que ante el fracaso de la intimación que en forma justificada le cursó a la empleadora a
fin de que le abone las indemnizaciones derivadas del cese, la actora se vio obligada a iniciar la
presente acción en procura de sus derechos (ver comunicación de fs. 34 y su reiteración de fs. 29).
En otras palabras, se encuentran configurados los presupuestos previstos por la mencionada
norma para la procedencia de este incremento.
Asimismo resulta prudencial eximir o reducir a la apelante del monto del concepto bajo análisis en
la medida en que no se acreditó un proceder que confiriera sustento a su pretensión. Remarco
que la invocada diferencia entre los importes reclamados en la demanda y aquellos que en
definitiva prosperaron no constituye un elemento a ponderar a los fines de evaluar la viabilidad de
la reducción o eximición de esta indemnización como parece entender la recurrente.6°) Es hora de
adentrarse al análisis de los agravios formulados por la actora.
La cuestión planteada en orden a la falta de extensión de la condena respecto de la codemandada
Federación Obrera Ceramistas de la República Argentina no constituye una crítica razonada y
concreta según lo exige de modo insoslayable el art. 116 de la L.O. sino una mera disconformidad
con el fallo.
La actora argumenta que de los testimonios receptados surge que ambas demandadas -la obra
social ceramista y la federación obrera- se encuentran ubicadas en el mismo edificio repartidos en
diferentes pisos, a lo que se suma los denominados "vales de comida" entregados por la
"Federación" y una carta documento que le remitió esta codemandada, elementos que denotan el
carácter de coempleadoras de ambas entidades (condición en base a la cual fueron traídas a juicio:
ver demanda). Pero lo relevante es que la parte no se hace cargo de los fundamentos esbozados
por la magistrada "a quo" para desestimar la extensión de condena peticionada contra la
"Federación"; esto es que más allá de compartir el mismo edificio, las demandadas constituyen
entidades perfectamente diferenciadas conforme lo que surge del peritaje contable y los recibos
de la actora, que quien ostentó el carácter de titular del vínculo siempre fue la Obra Social
Ceramista y que estando debidamente registrada no podía desconocer quién era su empleador
(ver fallo, fs. 328, considerando II).
Incluso no se logra rebatir lo concluido en el fallo en cuanto a que Falcon se desempeñó siempre
en el área de afiliación de la obra social y sin prestar servicios para la federación codemandada,
además de no cuestionar eficazmente los argumentos dados por la "a quo" para restarle entidad a los fines pretendidos por la ahora apelante- a los ya aludidos vales de comida (que a todo evento
fueron expresamente desconocidos a fs. 116vta. pto. 9) y a la carta documento glosada a fs.37
(por medio de la cual se le comunica una sanción disciplinaria) instrumento que aparece en el
remitente como enviada por la "federación", pero que figura suscripta por el gerente de la Obra
Social Ceramista (fs. cit.).
Sobre tal base, considero razonable declarar desierto este tramo de los agravios (conf. art. 116
ant. cit.).
7°) No tendrá andamiaje la crítica atinente a la no admisión del requerido "mobbing laboral".
Ya he sostenido que el llamado "mobbing" acontece cuando una persona o grupo de ellas, de
modo repetitivo y sistemático, adoptan una conducta hostil o arbitraria contra un trabajador y
consecuentemente afectan su dignidad y su salud psicofísica para disminuirlo o desprestigiarlo en
el ámbito de la empresa con la finalidad (intención) de eliminarlo del cargo que ocupa o inducirlo
al abandono del empleo o llevarlo a aceptar una disminución de las condiciones de trabajo.
Además es necesario diferenciar lo que constituye acoso de lo que son las tensiones ordinarias
que subyacen en toda comunidad de personas de las que no se encuentra exento el entorno
laboral. En otras palabras, no todas las situaciones que revelen un conflicto entre un trabajador y
su superior jerárquico puede calificarse sin más como acoso moral (STORTINI, Daniel Eduardo,
Discriminación y violencia laboral, "Trato igualitario y acoso laboral", t. II, pág. 445, Ed. Rubinzal Culzoni, Bs. As., 2.009; S.D. N° 16.626 de esta Sala X del 26/05/2009 "in re" "Bayley Bustamante
Lilia María c/Abeledo Gottheil Abogados SC y otro s/despido" , entre otros).
Desde dicha perspectiva de enfoque, la prueba testifical brindada en el pleito no permite
corroborar que Falcon padeció acoso laboral tal como se denunció en la demanda (arts. 90 de la
L.O. y 386 del C.P.C.C.N.).
Alpuy (fs. 186/8) y Zavattieri (fs.199/201) afirmaron que la jefa de personal Nilda Rodríguez se
refería a la actora en forma despectiva llamándola "contadorita". También hablaron de las
respuestas poco coherentes e irrazonables por parte de esta persona ante alguna consulta que le
formulara la demandante e incluso de que tenía malos modales también en el trato con los
propios deponentes (Zavattieri dijo que en alguna oportunidad no autorizó la salida del edificio de
la actora, y de la propia testigo, para comprar comida para almorzar "porque era muy inflexible en
el tema de los horarios y los permisos"). A su vez, Alpuy agregó que vio bajar del tercer piso del
edificio a la actora "y se ponía a llorar porque bajaba muy nerviosa" y que había una recepcionista
que no la respetaba, no le contestaba los llamados y la trataba ma l, sin mayores precisiones. Pero
lo concreto es que estos testimonios resultan insuficientes y poco contundentes como para
concluir que existió un maltrato repetitivo y sistemático o conducta persecutoria hacia la persona
de la demandante que la habilite a reclamar un resarcimiento como el pretendido.
De lo expuesto se aprecia la ausencia de indicios que corroboren la presencia de un hostigamiento
psíquico, permanente y sistemático (más allá de algún episodio ocasional de maltrato laboral
sufrido por la actora como los antes referidos) generado con el fin de provocar su despido. Incluso
la perito médica psiquiátrica concluyó que Falcon no padece patología psíquica actual, a lo que se
suma que a los 15 días de considerarse despedida comenzó a trabajar para otra obra social "sin
problemas hasta la actualidad" (ver fs. 308vta., cuarto párrafo y conclusiones de fs. 309vta.: arts.
386 y 477 C.P.C.C.N.).
La restante testigo ofrecida a instancias de la demandante (Caamaño, fs. 203/4) relató que la veía
con episodios de angustia, pero se trata en definitiva de una testigo referencial que admitió
conocer el hecho por los propios comentarios de la demandante, lo que le resta entidad suasoria a
su testimonio (arts.90 y 386 ant. cit.).
En definitiva, al no encontrarse configurados los dos componentes requeridos para la presencia
del acoso laboral (esto es, la reiteración de episodios de hostilidad o maltrato y la intención del
acosador de menospreciar, perturbar o disminuir a la víctima con la finalidad de alejarla del sector
de trabajo o del establecimiento), propicio confirmar -en este tramo- el decisorio de grado.
8º) En lo tocante al planteo respecto de la indemnización del art. 80 de la L.C.T. corresponde
desestimarlo sin más trámite ya que de los términos de la demanda y liquidación practicada (ver
fs. 102) no resulta ser un rubro que fuera incluido o reclamado en las presentes actuaciones (conf.
art. 163, inc. 6º del C.P.C.C.N.).
9º) Finalmente asiste razón a la demandante en cuanto a que corresponde incluir en el salario
base de cálculo de los créditos admitidos el importe de $ 150 correspondiente a los vales de
comida percibidos "en negro" en forma mensual y habitual (conf. testimoniales receptadas,
comprobantes de caja de fs. 9/15 y propia manifestación de la obra social demandada en esta
alzada).
De acuerdo con lo dicho, propicio modificar este aspecto del fallo atacado y recalcular los créditos
diferidos a condena tomando como base un salario mensual de $ 3.839,86 ($ 150 + $ 3.689,86,
correspondiente al mes de febrero de 2.009 conf. anexo de sueldos informado por el perito
contador a fs. 268).
10°) En definitiva, propicio diferir a condena los siguientes rubros e importes: indemnización por
antigüedad: $ 7.679,72 (2 períodos); indemnización sustitutiva de preaviso, incluido el s.a.c.: $
4.159,84; integración del mes de despido, incluido el s.a.c.: $ 1.878,64; sueldo marzo 2009 (17
días): $ 2.105,73; s.a.c. proporcional primer semestre 2009: $ 815,45 ($ 9.785,45/12); vacaciones
proporcionales 2.009, incluido el s.a.c.: $ 582,38 ($ 3.839,86/25 x 14 días x 3/12 meses);
indemnización del art. 1° de la ley 25.323:$ 7.679,72 (100% de la indemnización del art. 245 L.C.T.)
e incremento del art. 2º de la ley 25.323: $ 6.859,10 ($ 13.718,20 x 50%). TOTAL: $ 31.760,58.
11°) Sugiero entonces modificar el monto de condena determinado en origen elevándolo a la
suma de $ 31.760,58 que devengará intereses en la forma allí establecida.
12º) Si bien por la modificación propuesta correspondería dejar sin efecto las costas de primera
instancia (conf. art. 279 del C.P.C.C.CN.) postulo en este específico caso la confirmatoria de las
impuestas en el fallo de grado (tanto para la acción que prosperó contra la Obra Social Ceramista
como respecto del rechazo en relación con F.O.C.R.A.) en atención al principio general que rige en
la materia y a los vencimientos mutuos y parciales de los litigantes, sin que deba atenerse a un
criterio meramente matemático o aritmético para su fijación (conf. arts. 68 y 71 del C.P.C.C.N.).
Respecto de los honorarios corresponde adecuarlos al nuevo resultado del pleito (art. 279 cit.), lo
cual torna abstracto el tratamiento de los agravios formulados en relación a este tópico.
Propongo, pues, fijar los correspondientes a la representación letrada de la actora, Obra Social
Ceramistas, Federación Obrera Ceramistas de la República Argentina (ambas demandadas
presentaron alegato escrito a fs. 320/323vta.), peritos médico psiquiatra y contador por sus
actuaciones en primera instancia en el 16%, 12,5%, 16,5%, 7% y 7%, respectivamente. Estos
porcentajes se calcularán sobre el monto definitivo de condena, incluidos los intereses (art. 38 L.O
y conc. ley arancelaria; arts. 3º y 12 del decreto 16.638/57).
Sugiero asimismo imponer las costas de alzada a la demandada Obra Social Ceramista (art.68,
primer párrafo, del C.P.C.C.N.), regulándose los honorarios de los profesionales intervinientes por
la actora y por cada una de las demandadas en el 25% de los que les corresponda percibir por la
actuación profesional en la anterior instancia (art. 14, ley arancelaria).
Voto en consecuencia, por: 1) Modificar la sentencia apelada y elevar el monto total de condena a
la suma de $ 31.760,58 que devengará los intereses en la forma allí establecida. 2) Dejar sin efecto
los honorarios regulados en primera instancia y fijarlos para la representación letrada de la actora,
Obra Social Ceramistas, Federación Obrera Ceramistas de la República Argentina, peritos médico
psiquiatra y contador por sus actuaciones en esa etapa en el 16%, 12,5%, 16,5%, 7% y 7%,
respectivamente, porcentajes que se calcularán sobre el monto definitivo de condena, incluidos
los intereses (art. 38 L.O y conc. ley arancelaria; arts. 3º y 12 del decreto 16.638/57). 3) Confirmar
el resto de lo que ha sido materia de recursos y agravios. 4) Imponer las costas de alzada a la
demandada Obra Social Ceramista (art. 68, primer párrafo, del C.P.C.C.N.), regulándose los
honorarios de los profesionales intervinientes por la actora y por cada una de las demandadas en
el 25% de los que les corresponda percibir por la actuación profesional en la anterior instancia (art.
14, ley arancelaria).
El Dr. GREGORIO CORACH dijo:
Por compartir los fundamentos del voto que antecede, adhiero al mismo.
El Dr. ENRIQUE R. BRANDOLINO no vota (art. 125 L.O.).
Por lo que resulta del acuerdo que antecede, el Tribunal RESUELVE:
1) Modificar la sentencia apelada y elevar el monto total de condena a la suma de $31.760,58
(PESOS TREINTA Y UN MIL SETECIENTOS SESENTA CON CINCUENTA Y OCHO CENTAVOS) que
devengará los intereses en la forma allí establecida. 2) Dejar sin efecto los honorarios regulados en
primera instancia y fijarlos para la representación letrada de la actora, Obra Social Ceramistas,
Federación Obrera Ceramistas de la República Argentina, peritos médico psiquiatra y contador por
sus actuaciones en esa etapa en el 16%, 12,5%, 16,5%, 7% y 7%, respectivamente, porcentajes que
se calcularán sobre el monto definitivo de condena, incluidos los intereses. 3) Confirmar el resto
de lo que ha sido materia de recursos y agravios. 4) Imponer las costas de alzada a la demandada
Obra Social Ceramista y regular los honorarios de los profesionales intervinientes por la actora y
por cada una de las demandadas en el 25% de los que les corresponda percibir por la actuación
profesional en la anterior instancia. 5) Cópiese, regístrese, notifíquese y oportunamente,
devuélvase.
ANTE MI
M.D.
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