módulo 1: caminando hacia una crianza

Anuncio
MÓDULO 1:
CAMINANDO HACIA UNA
CRIANZA RESPETUOSA
Caminando hacia una crianza respetuosa
TEMA 7
CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS
A QUE PIENSEN POR SI
MISMO
2
Caminando hacia una crianza respetuosa
1
CÓMO AYUDAR A LOS NIÑOS A QUE PIENSEN POR SI MISMO:
La pregunta es la mejor herramienta para ayudar a tus hijos a que piensen
por sí mismos, a plantearse diferentes opciones, a cuestionar las cosas, a
desarrollar su pensamiento sin poner nuestro mapa, nuestra forma de ver
las cosas.
No todas las preguntas son igual de efectivas, de hecho hay preguntas que
incluso pueden ser contraproducentes.
Por ejemplo,
“¿Porque no has recogido tu cuarto?”
Esta pregunta no está desarrollando a la persona. Lo que hace es anclarla
en un mar de justificaciones. Con esta pregunta no va a obtener más que
justificaciones que no van a servir más que para bucear en el pasado.
Para que la pregunta sea efectiva y genere lo que nosotros buscamos: una
respuesta, un planteamiento, una duda, una forma de hacer las cosas de
forma diferente; es importante que las hagamos de una determinada forma.
Para ello ha de cumplir los siguientes requisitos:
Han de ser cortas y sencillas:
Es decir, que no requiera mucha explicación por parte de la persona que
genera la pregunta y que sea comprensible por el que la recibe.
Si nos alargamos mucho al hacer una pregunta podemos hacer que la
persona que la recibe puede perder el foco sobre lo que se está
preguntando.
Única:
Que contenga una única pregunta. Muchas veces cuando hacemos una
pregunta queremos reformularla y automáticamente realizamos una
segunda pregunta, por ejemplo;
- “¿Qué te ha pasado? ¿Estas enfadado?
3
Caminando hacia una crianza respetuosa
La segunda pregunta anula la primera. Ya que a la que va a contestar y va a
poner el foco es a la segunda.
Abierta:
Una pregunta abierta es aquella que permite multitud de opciones, si
hacemos una pregunta cerrada, solo permitirá dos opciones: “si” o “no”.
Para que tu hijo aprenda a pensar por sí mismo, y a encontrar sus propias
respuestas y a elegir opciones, es importante que las preguntan sean
abiertas.
Ejemplo:
¿Qué es lo que te pasa?
¿Qué es lo que sientes?
¿Qué te apetece tomar?
¿Cómo lo vas a solucionar?
¿Has pensado como hacerlo?
No dirigida:
Las preguntas dirigidas van enfocada a obtener un tipo de respuesta,
entonces no conseguiremos que la persona piense libremente y obtenga
sus propias conclusiones. Ya que cuando hacemos una pregunta dirigida la
persona entiende que quiere un tipo de respuesta y entonces se pondrá en
alerta y esto hará que deje de pensar libremente e ira por donde nosotros
queremos que vaya.
Las preguntas dirigidas suelen ser en su mayoría cerradas.
Por ejemplo,
“¿Crees que eso está bien?” (Cerrada y dirigida)
Pero hay que tener cuidado porque hay preguntas que parecen abiertas,
pero son dirigidas.
4
Caminando hacia una crianza respetuosa
Ejemplo:
“¿Cómo te sentirías si eso te lo hicieran a ti?”
La respuesta a esta pregunta normalmente sería “mal”, esta pregunta está
dirigida a que el niño sepa lo que está bien o está mal, no está evocada a
una sincera reflexión, aquí le pregunta sería:
“¿Qué es lo que sentirías si te hicieran eso a ti?”
Esta pregunta da más opciones a ponerse en la piel del otro y a descubrir
desde su mapa lo que el sentiría si le pasara.
1.1
¿POR QUÉ Y PARA QUÉ?
Aquí está la clave, ya que la mayoría de las preguntas las empezamos con
un “por qué esto” o un “por qué lo otro”. Estamos acostumbrados a
preguntar “por qué” y no “para que” y lo que pasa mayormente es que
sabemos contestar muy fácilmente “porqué” y cuando queremos contestar
un “para qué” nos quedamos mudos.
Cuando preguntas un “por qué” solo vas a encontrar justificaciones y
excusas, todas ellas centradas en la causa, en el origen del problema, en el
pasado. Por lo tanto es una pregunta que está dirigida al pasado y no
obtiene soluciones.
Por ejemplo:
Cuando preguntamos:
“¿Por qué no has recogido tu cuarto?”
Obtendremos todo tipo de justificaciones y excusas que no nos va a llevar a
nada:
“Porque no me dio tiempo”
“Porque estuve estudiando”
“Porque… lo que sea”
5
Caminando hacia una crianza respetuosa
En cambio el “¿Para qué?” busca un sentido, obtiene información,
nos dice sobre los valores de la otra persona.
Muchas veces ocurre que no sabemos encontrar una respuesta a esta
pregunta, porque no estamos acostumbrados a que nos pregunten el “para
qué”. O porque la respuesta muchas veces puede ser tan reveladora para la
persona que ni ella misma la contesta.
Muchos padres cuando preguntan “¿para qué?”, muchas veces no obtienen
respuesta a esta pregunta, pero han hecho pensar, reflexionar que hay un
“para qué” en las cosas. Quizás la respuesta pueda ser “para llamar la
atención” o la que sea. Pero ya vamos abriendo conciencia.
Por ejemplo:
Padre: “¿Para qué te peleaste con ese niño?
Niño:
“Para que me dejara de molestar”.
“Para que me dejara tranquilo y poder jugar con mis amigos”.
“Para que me dejara pasar”.
Aquí estamos obteniendo mucha más información sobre sus valores, y
sobre sus recursos.
6
Caminando hacia una crianza respetuosa
1.2
PREGUNTAS LIMITANTES O POTENCIADORAS:
Existen preguntas que pueden ayudar a potenciarnos, ayudando así a
nuestros hijos a conseguir aquello que quieren conseguir. Y hay preguntas
que en vez de potenciar nos pueden limitar y bloquear en su camino.
PREGUNTAS POTENCIADORAS:
Van muy enfocadas en conseguir, en alcanzar el éxito. Estas preguntas se
plantean dando por sentado que se va a conseguir y no da lugar a dudas.
Por ejemplo:
“¿Cómo te sentirás cuando lo consigas?
“¿Qué sucederá cuando lo tengas?
Aquí ya se está dando por hecho que lo va a conseguir y esto ayuda a tu
hijo a crear nuevas rutas neuronales hacia ese objetivo, y le ayudará a
visualizarlo.
No hay que tener miedo a los “y si”:
“Y si no lo consigue”.
“Y si no lo acaba teniendo”.
Este tipo de planteamientos limitaran a tu hijo, que han de tener todo
nuestro apoyo y confianza de que de verdad lo va a conseguir.
Otra cosa diferente son los “como si”, que ayudan a visualizar el objetivo:
“Imagina como si ya lo hubieras conseguido”.
“Haz como si lo tuvieras”.
Si luego, por lo que sea, no lo consigue, trabajaremos su nivel de frustración
y resiliencia. Buscaremos el aprendizaje.
Si planteamos la pregunta desde la hipótesis, desde el “si”, por ejemplo:
“¿Cómo te sentirás si lo consiguieras?”
“¿Qué sucederá si lo tuvieras?”
7
Caminando hacia una crianza respetuosa
Aquí ya no lo estas dando por hecho, estas planteándole una duda, una
hipótesis, puede que lo consiga o puede que no, por lo tanto es más difícil
que la persona se plantee como se sentiría o que sucedería, ya que no lo
está visualizando, visualiza la posibilidad pero no la meta final.
PREGUNTAS LIMITANTES:
Estas preguntan pueden hacer que tu hijo se sienta limitado y acabe
bloqueado.
Por ejemplo:
“¿Cuántas veces vas a suspender este examen?
Esta pregunta está limitando a tu hijo y lo está evocando hacia el fracaso, el
suspenso, y lo llevara a repetir la acción, suspender.
¿Cómo vas a hacer eso así?
Lo mismo, esta pregunta está limitando su potencial y bloqueando su
capacidad de decidir. Aquí lo que hacemos como padres es imponer
nuestro mapa, queriendo que las cosas se hagan como nosotros
entendemos que hay que hacerse, limitando el libre pensamiento del niño.
El arte de preguntar es una forma de comunicarnos con nuestros
hijos que requiere mucha práctica y mucha atención.
Hay que tomar conciencia de como preguntamos, atender cómo lo hacen
los demás, cómo preguntan los demás.
Si utilizamos frecuentemente preguntas cerradas o abiertas, si son
preguntas dirigidas a obtener un tipo de respuesta o de cambios, o son
preguntas no dirigidas y hechas con la intención de plantear algo, o crear la
duda. También es interesante que analizamos que pasa cuando utilizamos
“por qué” y que pasa cuando utilizamos el “para qué”.
8
Caminando hacia una crianza respetuosa
Una vez que empecemos a preguntar a nuestros hijos, ellos empezaran a
plantearse sus propias respuestas, equivocadas o no, pero suyas, lo qué
conllevara no solo un aprendizaje, sino también un refuerzo en su
autoestima y autonomía.
No te extrañe que en un principio tu hijo no sepa contestarte. Déjale estar,
su silencio ya implica una búsqueda de repuesta a nivel consciente e
inconsciente, su celebro buscará una respuesta, y poco a poco se irá
familiarizando con este tipo de comunicación e irá tomando práctica en
contestar.
9
Descargar