Diario Ambiental Nro 113 – 26.05.2016 “La Buena Fe en el Código Civil y Comercial de la Nación. Su vinculación con el Derecho Ambiental.” Dra. Florencia Bértoli1 1.-Introducción: Este breve desarrollo tiene como objeto describir cómo el vigente Código Civil y Comercial de la Nación, recepta el principio de la Buena Fe y cuál es la impronta que este principio tiene en la cuestión ambiental. Ubicándonos en el título preliminar que el código referenciado ha incorporado y sin extendernos sobre el mismo- porque escapa al desarrollo del presente- no podemos obviar la importancia que reviste en este nuevo cuerpo normativo, debido a que se constituye como la puerta de entrada al código y al resto del sistema y por ello contiene una serie de artículos de gran significado valorativo para todos los casos que se regulan. Haber introducido un Título preliminar permitió adoptar algunas reglas que le confirieron a todo el código, una significación general. De este modo, el sistema adquirió un núcleo que lo caracteriza y que sirve de marco de comprensión de una gran cantidad de cuestiones de interpretación y de integración de lagunas. No se trata – este título - de una parte general, sino del diseño de unas líneas de base enfocadas en la argumentación jurídica razonable dentro de un sistema de derecho basado en principios y reglas. Todo ello le confiere un efecto expansivo indudable, pudiendo servir de referencia en otros ámbitos normativos. De este modo se regulan principios generales, que luego se complementan con reglas específicas existentes en materia de obligaciones, contratos, derechos reales y otros aspectos, sin dejar de considerar la influencia que ello tendrá sobre las leyes especiales. 2.-La recepción del Principio de Buena Fe: El capítulo 3 del título preliminar, refiere al “ejercicio de los Derechos” incorporando en él, como principios generales entre otros, a la buena fe, suministrando de esta manera pautas generales para el ejercicio de los derechos que tienen una importancia fundamental para dar una orientación a todo el código. Así, el artículo 9 del código refiere a que “los derechos deben ser ejercidos de Buena Fe”. La buena Fe es un principio general que funciona como un control de la sociabilidad en el ejercicio de los derechos subjetivos. Esta cláusula es utilizada en materia de interpretación y de integración como fuente de deberes secundarios de conducta y como elemento corrector del ejercicio de los derechos.2 Este artículo tiene el valor de adoptar a la buena fe, como un principio general, relativo al ejercicio de los derechos; el cual ha tenido un gran desarrollo en la doctrina y en la jurisprudencia nacional, al que se le ha otorgado un lugar de relevancia en el Código Civil y Comercial – como ya se expresara - al estar presente en su Título Preliminar, más allá de las muchas veces en las que se apela a él a lo largo de todo el texto civil y comercial. La buena fe constituye un principio general del derecho al ser, en palabras de Alex y, un “mandato de optimización” en cuanto ordena reglas de comportamiento, que cumple con numerosas funciones, como ser: regla de interpretación, fuente de derechos, correctiva de ejercicios de los derechos y eximente de responsabilidad. 1 Abogada, Egresada de la UCSF, Docente de las Asignaturas Legislación Sanitaria Ambiental, Legislación Laboral y Ambiental de las Carreras de Higiene y Seguridad en el Trabajo y de la Licenciatura en Saneamiento Ambiental de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas. Cursó y rindió la Maestría en Derecho Ambiental y tutela del Patrimonio Cultural de la UNL y la Universidad de Limoge – Francia. 2 Ricardo Luis Lorenzetti. Código Civil y Comercial de la Nación. Comentado. Tomo I. RubuinzalCulzoni Editores. En su configuración normativa es una cláusula general, porque es un concepto jurídico indeterminado, una adaptación flexible a las circunstancias de tiempo y lugar. La buena fe cumple una función correctiva del ejercicio de los derechos. El comportamiento correcto definido conforme a un standard objetivo señala un “deber ser” respecto de cómo deberían actuar las partes, y en virtud de su origen legal e imperativo se constituye en un control y en un límite.3 3.-La Buena Fe en materia ambiental: Haciendo una pequeña referencia a la aplicación e influencia de este principio en el campo del Derecho Ambiental, partimos de que éste último, es una novísima disciplina jurídica, que nace en los prolegómenos de la Conferencia de Estocolmo de 1972, que calificamos como un derecho personalísimo, o derecho humano, de tercera y cuarta generación, cuyos valores fundantes son la paz, la solidaridad y la cooperación. Estos valores colectivos, no se pueden realizar si no se ejercen los derechos de buena fe. Así cabe destacar que la Conferencia de Naciones Unidas, en la Declaración de Río de Janeiro 1992 sobre Medio Ambiente y Desarrollo, nos recuerda como principio 25, que "La paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e inseparables". Y que en esa misma "Cumbre de la Tierra", en su principio 27, quedó expresado que los "Estados y las personas deben cooperar de buena fe y con espíritu de solidaridad en la aplicación de los principios consagrados en esta Declaración y en el ulterior desarrollo internacional en la esfera del desarrollo sostenible". Antes, en el Principio 19, expresa que "Los Estados deberán proporcionar la información pertinente (...) y deberán celebrar consultas (...) en una fecha temprana y de buena fe". 4 Compartiendo la opinión con el Dr. Néstor Caferatta, “los derechos (individuales o colectivos) deben ejercerse de buena fe, así se refuerza la idea base del derecho ambiental: la paz, la solidaridad, el respeto al otro, la buena fe, transparencia, o la ética ambiental (moral ambiental)". 4.- Conclusión: Para concluir, resulta de gran trascendencia que la buena fe haya sido recepcionada como un principio general de Derecho. Como destaca el Dr. Ricardo Lorenzetti: La incorporación de la buena fe en el título preliminar del Código Civil y Comercial, “llega al grado máximo de generalización de este principio dentro del Derecho Privado. Este cambio no existía con anterioridad en ninguno de los proyectos anteriores y permite dar un sentido general al ejercicio de los derechos en función de su sociabilidad.” La principal consecuencia de este principio, como fuente de interpretación, de integración en el ejercicio de los derechos la vemos cuando ese ejercicio se vincula a lo ambiental, puesto que actuará como reflector que iluminará a todo el Derecho ambiental priorizando con ello que ese ejercicio deba hacerse siempre en pos de la protección y la mejora del medio ambiente y por este motivo, es que celebramos el contenido de esta norma, en el código civil y comercial vigente. 3 Ricardo Luis Lorenzetti, Obra.cit p.55,56 4 Néstor A. Cafferatta, El Derecho Ambiental en el Código Civil y comercial Sancionado.