La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral

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C 18/2010
La Reforma de la Ley de Procedimiento
Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de
noviembre.
Francisco José Gualda Alcalá.
Gabinete Estudios Jurídicos CC.OO.
Mayo 2010
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
Sumario:
I.-
Particularidades en las acciones de movilidad geográfica, modificación sustancial de
condiciones de trabajo y derechos de conciliación de vida personal, laboral y familiar y de
violencia de género:
1.- La nueva definición del proceso de derechos de conciliación de vida personal, laboral y
familiar.
2.- La supresión de la conciliación previa o reclamación previa en los procesos de movilidad
geográfica, modificación sustancial de condiciones de trabajo, derechos de conciliación de
vida personal, familiar y laboral y derechos derivados de la Ley de violencia de género.
3.- La prohibición de acumulación de acciones.
4.- Habilidad del mes de agosto.
5.- La inadecuación del proceso especial de tutela de derechos fundamentales.
6.- El acceso a la suplicación en caso de modificación sustancial de condiciones de trabajo y
movilidad geográfica cuando la cuestión suscitada afecte a gran número de trabajadores.
7.- Conclusiones generales.
II.
Reglas sobre acumulación de acciones, procesos y recursos.
1.- La acumulación de la reclamación de salarios a la resolución del contrato por
incumplimiento empresarial por falta de pago de salarios.
2.- Efectos de la indebida acumulación de acciones sometidas a caducidad.
3.- La acumulación de acciones con pluralidad de actores o demandados.
4.- La acumulación de procesos ante la conexión de sus pretensiones.
III.
El protagonismo del secretario judicial:
1. La intervención del Secretario Judicial en la decisión de admisión de la demanda.
2. La sustanciación de la conciliación judicial ante el Secretario.
3.La grabación del juicio y la ausencia del Secretario.
4.- El Secretario judicial en la ejecución de las sentencias.
5. El régimen de impugnación de las decisiones del Secretario Judicial.
IV.
Adecuación a la LEC del régimen de presentación de escritos.
1.- Supresión de la presentación de escritos ante el juzgado de guardia
2.- La aplicación de la regla de las quince horas del día siguiente al vencimiento del plazo.
V.
Requisitos para la notificación de resoluciones judiciales por edictos.
VI.
Especialidades en materia probatoria.
1. La fijación de los hechos sobre los que existe conformidad.
2. La Prueba pericial
2. El Dictamen de Organismos Públicos en caso de discriminación.
VII.
Intervención del Graduado Social en el recurso de suplicación.
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
Presentación:
El día 4 de mayo ha entrado en vigor la Ley 13/2009 de 3 de noviembre para
la implantación de la nueva Oficina Judicial y que supone una amplia reforma
de la legislación procesal, no solo civil, sino también laboral, que se
complementa con la Ley Orgánica 1/2009, de la misma fecha que reforma la
Ley Orgánica del Poder Judicial.
A pesar de su denominación, la reforma de la legislación procesal trasciende
de la mera ordenación de la oficina judicial, o de las funciones que se le
atribuyen al Secretario Judicial, motivo justificador de esta reforma, pues
también comprende toda una serie de modificaciones relevantes que afectan
a la tramitación de los procesos y que, con mayor o menor calado, se han de
incorporar a la práctica profesional.
El objeto de este estudio es sintetizar los aspectos que se consideran claves
en la reforma del proceso social, en la medida que trascienden en meras
cuestiones de reparto competencial entre el Secretario y el Juez y afectan a
las actuaciones que han de desarrollar las partes en dicho proceso. Desde
esta perspectiva, sin una pretensión exhaustiva de analizar la totalidad de las
novedades, podemos señalar los siguientes aspectos esenciales.
El principal núcleo de novedades se ha centrado en los procesos de
modificación sustancial de condiciones de trabajo, movilidad geográfica, y
ejercicio de los derechos de conciliación de la vida personal, laboral y familiar,
sobre todo a partir de la supresión del trámite de conciliación o reclamación
previa, lo que es particularmente decisivo a la vista del plazo de caducidad de
tales acciones. Pero también se ofrece reglas específicas en orden a la
acumulación de acciones, con la de resolución por falta de pago de salario y
la acción de cantidad, así como la acumulación de autos o procesos en los
casos de riesgo de pronunciamientos contradictorios. Otra de las líneas de la
reforma es llevar a cabo aclaraciones para ajustar la LPL a la LEC en materia
de presentación de escritos y notificación por edictos, o la práctica de las
pruebas. Otro núcleo de reformas viene determinada por el nuevo
protagonismo del Secretario judicial, que asume competencias específicas en
relación con la admisión de la demanda, la sustanciación de la conciliación
judicial, la fase ejecutiva, y se ordena el régimen de sus resoluciones y
recursos contra las mismas, y se ordena la grabación del acto del juicio oral y
la elaboración del acta por medios informáticos. Por otra parte, se amplían
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Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
las atribuciones de los Graduados Sociales para poder intervenir en el recurso
de suplicación.
Desde el punto de vista de su eficacia temporal, la reforma no afecta a los
procesos en curso de tramitación que se encuentren en fase de declaración,
que se regirán por la legislación anterior hasta que recaiga sentencia en la
instancia –disp. Transitoria 1ª-. Ahora bien, esta regla sólo se refiere a los
procesos de declaración, por lo que no se aplica a la fase de ejecución,
aunque tampoco se ofrecen reglas claras en orden a la aplicación del régimen
de la ley 13/2009 a las ejecuciones en curso.
Sin embargo, si que se establece una medida transitoria para los
señalamientos en trámite, que seguirán el régimen previsto en la normativa
vigente al tiempo de acordarse –Disp. Transt. 2ª-.
I.
Particularidades en las acciones de
movilidad
geográfica, modificación sustancial de condiciones de
trabajo y derechos de conciliación de vida personal,
laboral y familiar y de violencia de género.
Este tipo de acciones, con mayor o menor precisión, han sido objeto de
modificación en cuanto a los presupuestos procesales que afectan tanto a las
cuestiones relativas a la excepción del requisito de conciliación o reclamación
previa, acumulación de acciones, proceso especial por el que se han de
tramitar, sujeción a plazo de caducidad, habilidad del mes de agosto, e
incompatibilidad con el proceso especial de tutela de derechos
fundamentales. Se trata por tanto de una reformulación completa de los
cauces procesales por los que se rigen estas acciones que conviene detallar.
1.- La definición del proceso de derechos de conciliación de vida
personal, laboral y familiar.
Es importante constatar la notable ampliación que ahora se le atribuye al
proceso especial en materia de derechos de conciliación de vida personal,
laboral y familiar. Hasta ahora el art. 138 bis únicamente se refería al
procedimiento para la concreción horaria y la determinación del periodo de
disfrute en los permisos de lactancia y por reducción de jornada por motivos
familiares, además de las remisiones que hace el art. 37.6 y 7 ET a este
procedimiento, incluyendo el de la situación de la trabajadora víctima de la
violencia de género. La Disp. Adicional 17 del ET, de acuerdo con la Ley
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Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, había ampliado el objeto de esa modalidad
procesal para comprender las discrepancias que surjan entre empresarios y
trabajadores en relación con el ejercicio de los derechos de conciliación de la
vida personal, familiar y laboral reconocidos legal o convencionalmente. En
correspondencia con ello, la Ley 13/2009 lleva a cabo una adecuación de la
LPL a esta previsión, ampliación del objeto de este proceso especial para
comprender, dice la Ley, “el ejercicio de los derechos de conciliación de la
vida personal, familiar y laboral reconocidos legal o convencionalmente”.
Se trata de un concepto abierto, y en lugar de precisarse las concretas
pretensiones que pueden ser objeto de este proceso de forma específica, se
fija un concepto indeterminado para comprender cualquier derecho de
contenido laboral que se cualifique por el fin en el que se justifica y además al
margen de que su origen sea la Ley o el Convenio Colectivo.
Hay que partir de que no existe propiamente un concepto jurídico definido de
lo que se entienda por derechos de conciliación de la vida personal, familiar y
laboral, y tampoco existe una línea divisoria clara entre los derechos laborales
que implican determinadas ventajas en la distribución del tiempo para los
trabajadores, y lo que serían propiamente medidas de conciliación. Hasta
ahora las medidas de conciliación eran una línea de reforma de la legislación
laboral, y comprendía acciones concretas de variado signo, que tendrían una
repercusión más o menos directa en la conciliación de la vida laboral y
familiar. Pero es que ni siquiera la Ley alude a medidas de conciliación de la
vida laboral y familiar, sino que alude igualmente a la vida personal, con lo
que las medidas a que se pueda referir pueden tener una proyección no
necesariamente vinculada a facilitar las obligaciones familiares que puedan
tener los trabajadores, sino también sus atenciones personales.
Si se trata de un derecho de contenido laboral que responde en su finalidad a
las obligaciones de carácter familiar que pueda tener el trabajador o la
trabajadora, como la atención a los hijos, el cuidado de familiares, es evidente
que entraría dentro de este concepto. Y si se aplica un criterio estricto,
debería quedar fuera medidas que o no están vinculadas a ninguna
causalidad concreta, como la excedencia por interés particular, o el descanso
semanal, festivos, vacaciones.
Por otra parte, en la concreción de la pretensión que formula el trabajador, de
forma indirecta, a la hora de recoger el plazo de caducidad, se alude a que la
pretensión hace referencia a la disconformidad del empresario con la
concreción horaria y el período de disfrute propuesto por el trabajador, lo que
plantea que tal proceso especial únicamente trata de la controversia
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Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
relacionada con la fijación temporal de su disfrute, pero no todo el régimen
jurídico vinculado al ejercicio de los derechos de conciliación. No obstante, lo
cierto es que en la rúbrica del art. 138 bis se alude al ejercicio de lo derechos,
y no sólo la concreción horaria, lo que plantea si el nuevo proceso extiende su
ámbito más allá de la controversia relativa a la fijación del momento temporal
de su disfrute.
Se trata de una grave imprecisión normativa que puede plantear problemas
en relación con determinados derechos laborales en la medida en que la
valoración de que la medida responde de forma más o menos directa a la
conciliación de la vida personal, familiar y laboral afecta de forma decisiva al
procedimiento para hacerlo valer.
2.- La supresión de la conciliación previa o reclamación previa en los
procesos de movilidad geográfica, modificación sustancial de
condiciones de trabajo, derechos de conciliación de vida personal,
familiar y laboral y derechos derivados de la Ley de violencia de género.
Se modifican los arts. 64 y 70 LPL ampliando los supuestos en los que se
excepcionan el requisito tanto de la conciliación previa ante el servicio
administrativo correspondiente por órgano que asuma estas funciones, como
del requisito de reclamación previa en la vía administrativa de los procesos
que tengan por objeto las materias a las que nos veníamos refiriendo.
De esta forma hay que tener en cuenta que al estar sometidas a plazo de
caducidad y no ser preceptiva ni la conciliación ni la reclamación previa, no se
interrumpe por la interposición de un intento de conciliación en el caso de las
demandas de modificación sustancial de condiciones de trabajo, movilidad
geográfica, derechos de conciliación y de violencia de género. En este tipo de
acciones habrá que interponerse la demanda directamente ante el Juzgado
de lo Social dentro del plazo de caducidad a que está sometida y además
tomando en cuenta la habilidad del mes de agosto, como ya veremos.
3.- La prohibición de acumulación de acciones.
El art. 27 que viene estableciendo la imposibilidad de acumular en un mismo
juicio las acciones de despido o extinción de contrato al amparo de los arts.
50 y 52 ET, materia electoral, impugnación de convenios colectivos,
impugnación de estatutos de los sindicatos y tutela de libertad sindical y
demás derechos fundamentales.
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
No obstante ahora se añade que tampoco podrán acumularse en un mismo
juicio las acciones de movilidad geográfica regulada en el art. 40 ET,
modificación sustancial de las condiciones de trabajo del art. 41 ET y los
derechos de conciliación de vida personal, laboral y familiar a que se refiere el
art. 138 bis LPL, con la salvedad expresamente admitida por el art. 27.4 de la
posibilidad de reclamar en estos procesos de la indemnización derivada de
discriminación o lesión de derechos fundamentales conforme a los arts. 180 y
181 LPL.
4.- Habilidad del mes de agosto.
El art. 43.4 amplia los supuestos en los que el mes de agosto es hábil a
efectos procesales, adicionando a las modalidades procesales que ya existen
las referidas a movilidad geográfica, modificación sustancial de condiciones
de trabajo, derechos de conciliación de vida personal, familiar y laboral asi
como las acciones derivadas de la Ley Orgáncia 1/2004, de 28 de diciembre
sobre violencia de género.
De esta forma, el cómputo del mes de agosto, la supresión del régimen de
conciliación o reclamación previa, y el sometimiento a plazo de caducidad de
estas acciones pone en evidencia los cauces procesales por los que tienen
que tramitarse, y que imponen notable celeridad a los trabajadores y
trabajadoras para acceder a la tutela judicial frente a estos derechos.
5.- La inadecuación del proceso especial de tutela de derechos
fundamentales.
El art. 182 LPL es objeto de reforma para ampliar el tipo de acciones que se
tramitarán inexcusablemente con arreglo a la modalidad procesal
correspondiente a pesar de que se invoque la lesión de la libertad sindical u
otro derecho fundamental. Además de todos los supuestos que venía
recogiendo la LPL ahora se incluyen los relativos a las modificaciones
sustanciales de las condiciones de trabajo, las demandas de movilidad
geográfica y las de derechos de conciliación de la vida personal, laboral y
familiar a las que se refiere el art. 138 bis LPL.
De esta forma estas tres acciones, como consecuencia de la Ley 13/2009, se
tendrán que tramitar necesariamente por su modalidad específica, no se
puede acumular otra pretensión diferente, y tampoco son susceptibles de
tramitarse por la vía del proceso de tutela de derechos fundamentales. Sin
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
embargo, ello no es óbice para que en caso de invocarse y acreditarse la
violación de un derecho fundamental, en el curso del proceso de modificación
sustancial, movilidad geográfica, o de ejercicio de derechos de conciliación se
puedan fijar la indemnización derivada de la discriminación o lesión de
derechos fundamentales, conforme a los arts. 180 y 181 LPL. Esto supone
una acumulación de la pretensión indemnizatoria junto a la impugnación de la
decisión empresarial.
6.- El acceso a la suplicación en caso de modificación sustancial de
condiciones de trabajo y movilidad geográfica cuando la cuestión
suscitada afecte a gran número de trabajadores.
El art. 138.4 de la LPL venía estableciendo que en caso del proceso especial
de modificación sustancial de condiciones de trabajo y movilidad geográfica,
la sentencia no tendrá recurso. Pero ahora se aclara que en caso de
modificación sustancial de condiciones de trabajo y movilidad geográfica,
cabe recurso de suplicación al amparo del art. 189.1.b), cuando la cuestión
debatida afecte a un gran número de trabajadores, lo que supone una vía
para admitir el recurso de suplicación cuando concurran dichas
circunstancias.
Sin embargo, esta previsión no se aplica al caso de los procesos sobre
ejercicio de las medidas de conciliación, pues el art. 138.bis) si que sigue
manteniendo la previsión de que la sentencia será firme, y el art. 189.1 insiste
en que no tiene recurso las sentencias sobre concreción horaria y
determinación del período de disfrute de los permisos por los derechos de
conciliación. Esto puede generar dispersión de criterios si las cuestiones que
integran el proceso especial del ejercicio de los derechos de conciliación no
son la mera concreción horaria, sino el régimen completo del ejercicio del
derecho. Únicamente las acciones de conflicto colectivo podrían tener acceso
a la suplicación, y esta sea la vía para racionalizar las distintas posiciones que
puedan mantener los Juzgados de lo Social.
7.- Conclusiones generales.
A la vista del conjunto de reformas expuestos, podemos señalar que las
acciones de modificación sustancial de condiciones de trabajo, movilidad
geográfica, y el conjunto de medidas de conciliación, tanto establecidas en la
Ley como en Convenio Colectivo, e incluso por vía de pactos individuales
estarán sometidas a unos reglas procesal notablemente similiares, por lo que
podemos fijar las siguientes particularidades:
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
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1. Es fundamental constatar que se los procesos en materia de
conciliación de vida personal y familiar, como de modificación
sustancial de condiciones de trabajo y movilidad geográfica, se
excepcional de la posibilidad de interponer intento de conciliación o
reclamación previa, por lo que se han de iniciar por demanda,
directamente ante el Juzgado de lo Social.
2. El ejercicio del derecho se somete a un plazo de 20 días. En
relación con las medidas de conciliación, se computan a partir de
que el empresario comunique la disconformidad con la concreción
horaria o el periodo de disfrute, y dicho plazo se establece para la
presentación de la demanda en el Juzgado de lo Social. Se plantea
la duda interpretativa de si ese plazo regulado en el art. 138 bis.a)
LPL sólo se refiere a las cuestiones de concreción horaria o periodo
de disfrute, como sigue diciendo el precepto tras la Ley 13/2009, o
si por el contrario ese plazo afecta al conjunto de los derechos de
conciliación de la vida familiar y laboral.
3. Igual plazo se aplica a los procesos de impugnación de la
modificación sustancial de las condiciones de trabajo y movilidad
geográfica, como venía estableciendo el art. 138 LPL.
4. Todas las medidas de conciliación se tramitarán por el
procedimiento especial del art. 138 bis, tanto en el caso de que
estén fijadas legal como convencionalmente, y sin limitarse a la
concreción horaria, sino a todas las cuestiones vinculadas al
ejercicio del derecho, al menos en la formulación legal.
5. En relación con todo este conjunto de medidas de conciliación no
sería posible la acumulación de otra pretensión. Tampoco se
pueden acumular pretensiones en relación con las acciones de
movilidad geográfica y modificación sustancial de las condiciones
de trabajo.
6. A pesar de invocar la lesión del derecho de libertad sindical o
cualquier otro derecho fundamental, no por ello se tramitará el
proceso especial de tutela, sino que tendrá que resolverse con
arreglo al proceso previsto en los arts. 138 y 138.bis) LPL, si bien
se podrá solicitar la indemnización derivada de la discriminación o
lesión de los derechos fundamentales –art. 27.4-.
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7. El procedimiento será urgente y sobre todo la sentencia de
instancia es firme y no tiene acceso al recurso de suplicación como
regla general.
8. No obstante, en caso de modificación sustancial de condiciones de
trabajo y movilidad geográfica, se aclara que cabe recurso de
suplicación al amparo del art. 189.1.b), cuando la cuestión debatida
afecte a un gran número de trabajadores. Esto no se contempla
para el caso de los procesos especiales relativos a las medidas de
conciliación.
II.
Reglas sobre acumulación de acciones, procesos y
recursos.
1.- Acumulación de la reclamación de salarios a la acción de resolución
del contrato por incumplimiento empresarial por falta de pago de
salarios.
El art. 27.4 LPL permite ahora que en las acciones de extinción del contrato
de trabajo del art. 50 ET, cuando se invoque la falta de pago del salario al
amparo del apartado 1.b) “la reclamación salarial podrá acumularse a la
acción solicitando la extinción indemnizada del vínculo”.
Por tanto no todas las acciones de resolución permiten la acumulación del
pago de salarios sino sólo las que se fundan precisamente en esa causa,
aunque tampoco puede excluirse cuando se invocan, además, otros
incumplimientos empresariales.
Con esta previsión se evita la necesidad de que ante el problema generado
por el incumplimiento de la obligación del pago de salarios, los trabajadores
tengan que poner en marcha dos procesos, tanto la reclamación de cantidad
como la acción de resolución, pues de esta forma las dos pretensiones se
pueden decidir de forma acumulada en una misma demanda y en un mismo
juicio, lo que además garantiza la preferencia en su señalamiento.
Un problema práctico podría suscitarse si ante la invocación de la falta de
pago de salarios (y en su caso otros incumplimientos empresariales), aquélla
no fuera estimada, lo cual no debería de impedir que se estimara la
reclamación de cantidad, pues un presupuesto procesal como es la
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Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
posibilidad de acumulación no debe depender de la solución en cuanto al
fondo del litigio.
2.- Efectos de la indebida acumulación de acciones sometidas a
caducidad.
Cuando se han acumulado acciones de forma indebida, el art. 28 contempla
el requerimiento al demandante para que en el plazo de cuatro días subsane
el defecto eligiendo la acción que pretende mantener, y caso de que no lo
hiciera la solución es el archivo de la demanda. Hasta ahora el art. 28 sólo
contemplaba como excepción a esta regla el caso de que a una demanda de
despido se hubiera acumulado otra acción, de modo que aunque el actor no
opte, se seguiría la tramitación del proceso por despido y se tendría por no
formulada la otra acción.
Sin embargo la Ley 13/2009 amplia los efectos de esta regla no solo al caso
de la acción de despido sino a toda las demandas sometidas a plazo de
caducidad a las que indebidamente se hubiera acumulado otra acción. La
regla legal es que en estos casos, aunque el actor no opte por ninguna en el
plazo conferido al efecto se seguirá el proceso por la acción sometida a
caducidad aunque no sea la de despido, y por no formulada la otra acción
acumulada, que deberá ser ejercitada por separado. Esto se aplica tanto a las
acciones de despido como a las de modificación sustancial de condiciones de
trabajo, movilidad geográfica, medidas de conciliación y cualquier otra
sometida a plazo de caducidad y no susceptible de acumulación.
Además la norma contempla el caso en el que se hubieran acumulado
indebidamente dos acciones que están igualmente sometidas a plazo de
caducidad, siendo una de ellas la de despido. En este supuesto cuando el
actor no opte, se da preferencia a la tramitación de la acción de despido y se
tendrá por no formuladas las otras acciones indebidamente acumuladas.
Se trata de una medida que trata de evitar la imprevisión de la parte que a la
hora de confeccionar la demanda ha acumulado indebidamente dos acciones
y que, además, no ha atendido el requerimiento del órgano judicial en el plazo
de cuatro días para que elija que acción pretende mantener. Con ello se da
preferencia a la tramitación de la acción sometida a caducidad frente a otras
que no están sujetas a un plazo de esta naturaleza y en el caso de
concurrencia de acciones sometidas a caducidad la única regla de preferencia
es a favor de la de despido. Queda por determinar el destino de la acciones
que no se consideran formuladas, sobre todo cuando están sometidas a
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caducidad, pues la norma no aclara si durante el tiempo de tramitación se
suspende el cómputo de la caducidad o no. El derecho del acceso a la tutela
judicial debería propugnar esa solución, al menos cuando la parte a atendido
al requerimiento de subsanación en plazo, y ha ejercitado la acción que se ha
quedado fuera del proceso en el plazo que quedaba de caducidad, aunque la
norma no ha contemplado este mecanismo, como hace el art. 5 de la Ley de
la Jurisdicción Contenciosa.
3.- La acumulación
demandados.
de
acciones
con
pluralidad
de
actores
o
Se amplían notablemene las posibilidades de que la demanda pueda
comprender a varios actores, y a su vez, pueda ser dirigida frente a varios
demandados, lo que antes no se regulaba de forma expresa, y suponía
notable inseguridad en muchas materias, sobre todo en despido.
El art. 27.3 establece la posibilidad de acumular, ejercitándose
simultáneamente, “las acciones que uno o varios actores tengan contra uno o
varios demandados” lo que implica una pluralidad tanto de trabajadores que
reclaman de forma conjunta en una misma demanda como la posibilidad de
que una demanda se dirija frente a diversos empleadores.
No obstante para que se pueda llevar a cabo esta concurrencia de acciones
en una misma demanda es necesario, como dice la Ley “que entre esas
acciones exista un nexo por razón del título o causa de pedir. Se entenderá
que el título o causa de pedir es idéntico o conexo cuando las acciones se
funden en los mismos hechos”. De esa forma la vinculación que tienen que
tener las acciones puede ser de un triple origen: que deriven del mismo título
o que respondan a la misma causa de pedir, o finalmente que se basen en
unos mismos hechos, como sería un mismo comportamiento empresarial que
extiende sus efectos sobre todo un conjunto de trabajadores.
En todo caso esta norma puede plantear problemas de interpretación
importantes en relación con numerosos casos concretos. Podemos señalar
los siguientes:
- No parece que la simple identidad de la acción sea suficiente para
justificar esa acumulación subjetiva, si bien la mera concurrencia del
mismo título o causa de pedir permite englobar muchos supuestos en
los que los trabajadores de forma simultánea formulan reclamaciones
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frente a su empresario, como por ejemplo el pago de salarios, horas
extras, reconocimiento de beneficios sociales, etc.
- Queda sin resolución expresa si es posible la acumulación subjetiva
de varios demandanes que ejercitan la acción de despido y de todas la
que el art. 27.4 excepciona de la posibilidad de acumulación. La
acumulación subjetiva se regula en el art. 27.3, y la prohibición de
acumulación de las accione de despido, extinción de contrato,
modificación de condiciones, derechos de conciliación, o libertad
sindical, lo que en una interpretación sistemática del precepto, la
prohibición de acumulación se refiere igualmente a los supuestos de
acumulación subjetiva. De esta forma, a salvo de lo que puedan
establecer la doctrina judicial, estas acciones no parece que puedan
acumularse en una misma demanda comprendiendo a varios
demandantes, de modo que deberían de ser objeto de tramitación
individual para cada trabajador. Si se consideran indebidamente
acumuladas, se les aplicaría la solución de tener que optar por una,
prevista en el art. 28, que como hemos visto, no resuelve el destino de
la acciones que quedan fuera. Es una solución completamente
insatisfactoria pues la propia vinculación entre los hechos, la causa de
pedir, y la controversia puede ser perfectamente idéntica, cuando la
práctica de la empresa ha afectado a varios trabajadores, incluyendo
las práctidas de lesión de derechos fundamentales
- La forma de coordinar todas estas acciones en los que no es posible
la acumulación de demandas de varios demandantes sería, no la
presentación de una misma demanda, sino la acumulación de procesos
(o de autos en la anterior denominación), que además experimenta una
ampliación notable, como luego veremos. Se trata de una solución
cuestionable, pues hubiera simplificado la actuación procesal de las
partes y del juzgado la admisión expresa de la acumulación subjetiva
de acciones que posteriormente, pueden ser objeto de acumulación de
procesos.
4.- La acumulación de procesos ante la conexión de sus pretensiones.
Hasta ahora se venía regulando la posibilidad de acumulación de procesos
que se sigan contra un mismo demandado y en los que se ejerciten idénticas
acciones, tanto en el caso de que se sigan en el mismo juzgado o tribunal -29
LPL- como en juzgados distintos de una misma circunscripción –art. 30 LPL-.
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Ahora se contemplan dos clases de acumulación de procesos: cuando se
ejercitan idénticas acciones contra un mismo demandado, y cuando exista
riesgo de contradicción de pronunciamientos.
A.- Acumulación de procesos con las mismas acciones frente al mismo
demandado.
Se sigue el esquema de la legislación anterior. Asi, se sigue precisando no
sólo identidad de la acción, sino identidad del demandado, pero es posible
que los demandantes sean distintos. Tambíen es preciso que se trate del
mismo Juzgado –art. 29-, o distintos pero de la misma circunscripción –art.
30No opera en este ámbito las regla que restringe la acumulación de acciones
en determinadas materias, como despido y extinción de contrato, modificación
de condiciones y otras, por lo que si podrían ser objeto de acumulación de
procesos, pero cada uno se tendría que haber iniciado con su propia
demanda.
Tampoco hace falta otro requisito en cuanto al objeto del proceso que se trate
de la misma acción, aunque no se incurra el riesgo de pronunciamientos
contradictorios. Es una solución por economía de tramitación, no por
congruencia de las resoluciones.
Pero se establecen dos particularidades que conviene apuntar:
En primer lugar, se reconoce el carácter imperativo de la acumulación. Tanto
el art. 29 como el art. 30 dejan de contemplar la posibilidad de que podrán
acumularse los procesos, a reconocer que la acumulación se acordará, de
oficio o a instancia de parte, dando alcance obligatorio a la medida.
Además, se regula el procedimiento para acordar la acumulación. Si se trata
de procesos tramitados en el mismo Juzgado, se dará traslado por tres días a
las partes para formular alegaciones, siendo resuelto por el Juzgado o
Tribunal. En caso de Juzgados distintos pero de la misma circunscripción,
reinterando la competencia para solicitarlo ante el Juzgado que conozca de la
demanda presentada con anterioridad en el Registro. Igualmente se
contempla el traslado por tres días a las partes, y la resolución por el Juzgado
competente, sin intervención, curiosamente, de los demás Juzgados.
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B.- Acumulación de procesos
pronunciamientos contradictorios.
en
los
que
exista
riesgo
de
Ahora se contempla una nueva causa de acumulación de procesos que
supone ofrecer una regla para evitar el riesgo de que una misma mateira
pueda ser examinada por distintos órganos judiciales y puedan llegar a
producir resultados contradictorios.
Las principales características de esta acumulación de procesos serían las
siguientes, según el nuevo art. 30.bis):
1.- Se trata de procesos que pueden estar tramitándose ante el mismo
o distinto juzgado o tribunal, y no se exige ni siquiera que se trate de la
misma circunscripción. Es posible por tanto que se trate de procesos
en ámbitos territoriales distintos.
2.- No es preciso ni identidad de demandantes ni de demandados, por
lo que pueden ser no sólo distintos trabajadores, sino incluso distintos
los empresarios, siempre que concurra la necesaria conexión del objeto
que veremos.
3.- El único requisito es la identidad entre el objeto de los procesos,
que se define legalmente en los siguientes términos: “cuando entre los
objetos de los procesos cuya acumulación se pretende exista tal
conexión que, de seguirse por separado, pudieran dictarse sentencias
con pronunciamientos o fundamentos contradictorios, incompatibles o
mutuamente excluyentes”.
Esto supone una notable ampliación de las posibilidades de
acumulación a fin de evitar las posibilidades de contradicción entre las
distintas resoluciones judiciales.
Para que tal acumulación pueda llevarse a cabo no se exige ninguna
identidad entre las acciones, ni tampoco entre los demandantes o
incluso entre los demandados. Sólo es necesario el riesgo de
sentencias que resulten contradictorias o incompatibles, o mutuamente
excluyentes. La contradicción puede manifestarse de dos formas:
- Contradicción en los pronunciamientos o fallos que cada una
de las sentencias pueda contener, lo que presupone examinar una
pretensión similar, aunque también pueden referirse a materias que
son presupuesto de otras pretensiones. Esto plantea notables
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
inseguriades, pues parece limitar la prejudicialidad como título
competencial cuando se ha iniciado otro proceso que va a resolver
sobre esa misma materia prejudicial.
- Contradicción en los fundamentos. Incluso puede justificar la
acumulación la posibilidad de que las sentencias contengan
fundamentos jurídicos contradictorios, incompatibles o mutuamente
excluyentes. Está por ver el alcance que la doctrina judicial le da a esa
norma pero en su formulación puede comprender cualquier tipo de
controversias, aunque se tramiten ante distintos juzgados, que tengan
por objeto el alcance de una misma norma jurídica, legal o
convencional, lo que sería una conclusión desproporcionada, y debería
exigirse al menos una identidad sustancial de las pretensiones, y la
norma debería ser determinante del fallo.
- No parece que en la letra de la ley la acumulación se imponga
simplemente por examinar unos mismos hechos, pero si cuando tienen
que efectuar la aplicación de una misma norma jurídica. Sin embargo,
el examen de unos mismos hechos con resultados distintos es una
fuente principal de pronunciamientos contradictorios, y la seguridad
jurídica obliga a los órganos judiciales a buscar mecanismos de
contradicción, para lo cual se podría utilizar este mecanismo.
4.- La acumulación se configura como una verdadera obligación de los
órganos judiciales, “Se acordará tambíen…” dice el precepto, con lo
que la concurrencia de los requisitos impone tal solución procesal.
5.- En cuanto al procedimiento, realmente es muy deficiente la
regulación. Sólo contempla a todos los que sean parte por término de
tres días, y la resolución por el Juez o Tribunal, pero sin aclarar que
Juzgado sea el competente para decidirlo, la posibilidad exceda el
ámbito territorial del Juzgado, ni contemplar la intervención de los
demás Juzgados que se van a ver afectados en su competencia.
6.- El régimen de recursos es muy limitado, pues sólo contempla la
reposición.
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
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III.
El protagonismo del secretario judicial:
Entre las numerosas atribuciones que se recogen en la Ley 13/2009 a favor
del Secretario Judicial, que implican una modificación de una enorme
variedad de artículos de la LPL para sustituir al Juez de lo Social por el
Secretario en una serie de trámites y actuaciones, merece destacarse dos
supuestos en los que el secretario cobra un especial protagonismo: la fase de
admisión de la demanda, y sobre todo el desarrollo de la conciliación judicial
como competencia del secretario judicial. También es importante poner de
relieve el desarrollo del Juicio Oral sin presencia del Secretario, y el régimen
de impugnación de sus decisiones, lo que cobra especial relevancia ante la
ampliación de sus competencias. Otra de las materias en las que el Secretario
asume un papel casi exclusivo es el impulso y tramitación de la ejecución,
limitandose de forma muy tasada la intervención del Juez.
1.- La intervención del Secretario judicial en la decisión de admisión
de la demanda.
El art. 81 atribuye ahora al Secretario la decisión de admisión de la demanda,
o bien podrá formular las advertencias de los defectos u omisiones de
carácter formal en que hubiera incurrido la parte al redactarla, a fin de que los
subsane en el plazo de cuatro días, lo mismo que si no acompaña certificado
del acto de conciliación previa.
Sin embargo, la reforma no sólo afecta a la competencia para decidir la
admisión de la demanda o requerir la subsanación, sino que afecta al régimen
al que se somete dicha subsanación. Como se ve, la subsanación se limita a
los defectos u omisión de carácter formal, lo que reduce el ámbito en el que
operaba el art. 81 LPL, que no cualificaba los defectos u omisiones e incluso
se extendía a las imprecisiones de la demanda. Esto puede plantear
problemas sobre el ámbito en el que opera la inadmisión de la demanda, y
que defectos que se pueden apreciar ad limite litis, si no se toman en
consideración, conducen a una sentencia que no puede resolver la cuestión
de fondo. La regla general debería ser la posibilidad de subsanación de todo
defecto, reduciendo el concepto de defectos formales a aspectos no
relacionados con la prueba de los hechos o la fundamentación de la
pretensión, pero sí todos los demás defectos que configuran obstáculos
procesales a que se pueda dictar sentencia en cuanto al fondo del asunto.
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La Reforma de la Ley de Procedimiento Laboral:
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Realizada la subsanación, corresponde al Secretario la admisión de la
demanda, pero no pronunciarse sobre su inadmisión, ya que en ese caso
dará cuenta al Tribunal para que el mismo resuelva sobre su inadmisión. De
esta forma, el Secretario sólo dispone de una competencia positiva para
admitir la demanda o requerir la subsanación, pero no para rechazarla, lo que
sigue siendo una atribución del órgano judicial.
2.- La sustanciación de la conciliación judicial ante el Secretario.
Ante el señalamiento de los actos de conciliación y juicio, se establece en el
art. 82.2 LPL que la conciliación se celebrará ante el Secretario judicial
mientras que el juicio oral ante el Juez o Magistrado. Los dos trámites se
diferencian por tanto, siendo objeto de una única convocatoria pero sucesiva,
lo que más bien equivale a dos convocatorias distintas que se hacen de forma
sucesiva en el tiempo, pero que se corresponden con llamamientos distintos y
ante órganos distintos. No se contempla que se celebre en audiencia publica,
a diferencia de lo que sucede con el acto del juicio. El art. 84 detalla la
conciliación que corresponde intentar al Secretario, y las facultades de que
dispone para aprobar lo acordado, o para rechazarlo si considera que incurre
en lesión grave, fraude o abuso de derecho, advirtiendo a las partes de la
necesidad de acudir al juicio oral.
Se trata de una medida que en teoría trata de descargar de trabajo al Juez
Social, pero más bien puede comprometer la propia idoneidad de la
conciliación judicial en cuanto no estará presidida por el órgano encargado de
dictar sentencia, y por tanto, se le sustrae de la posibilidad de acercar
posturas, y que al margen de su eficacia práctica, no parece que el Secretario
tenga una posición institucional más acorde para conseguir resultados más
eficaces.
No obstante, la ley contempla la posibilidad de que el acuerdo se alcance en
el desarrollo del Juicio oral, en cuyo caso la aprobación corresponde al Juez,
y ya no interviene el Secretario –art. 84.3 LPL-, lo que puede originar una
práctica de que la conciliación se inicie, sin cauce formal regulado, durante el
desarrollo del Juicio.
3.- La grabación del juicio y la ausencia del Secretario.
En el juicio oral se garantiza el registro del juicio oral en soporte apto para la
grabación y reproducción del sonido y la imagen y la ausencia del propio
Secretario de la Sala durante el desarrollo del juicio oral cuando disponga de
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los medios técnicos necesarios para dar autenticidad a los grabado o
reproducido.
En efecto, por una parte, se establece como regla general que el desarrollo de
las sesiones del juicio oral se registrarán en soporte apto para la grabación y
reproducción del sonido y de la imagen, y el Secretario deberá custodiar el
documento electrónico que sirva de soporte a la grabación. Las partes podrán
pedir, a su costa, copia de las grabaciones originales.
Además, se admite la posibilidad de que el Secretario no se encuentre
presente en el desarrollo del juicio si se cuenta con los medios tecnológicos
necesarios para garantizar la autenticidad e integridad de lo grabado o
reproducido mediante la utilización de la firma electrónica u otro sistema de
seguridad que ofrezca conforme a la ley tales garantías. No obstante, es
posible la presencia del Secretario si lo solicitan las partes, al menos con dos
días de antelación, o lo considera necesario el Secretario, no así el organo
judicial, curiosamente.
5.- El Secretario judicial en la ejecución de las sentencias.
Otro ámbito donde se atribuyen numerosas facultades al Secretario judicial es
en materia de ejecución de sentencias, donde a pasa a tener un protagonismo
determinante, sustituyendo al órgano judicial en la tramitación de todas las
actuaciones ejecutivas, salvo algunas excepciones que se siguen
preservando en el Juez, como son, sobre todo, el despacho de ejecución –art.
278-, la designación de una administración judicial de los bienes embargados
–art. 254.3-, las preferencias entre los acreedores concurrentes en la
ejecución –art. 271.2- y el incidente de readmisión irregular en el proceso por
despido –art. 279 y ss., si bien atribuye al Secretario la resolución de las
medidas ante el incumplimiento de la orden de readmisión –art. 282 LPL-.
En materia de ejecución provisional de sentencias condenatorias al pago de
cantidades, se establece que si se ha asegurado la cantidad objeto de
condena se hubiere constituido aval u otro medio, el Secretario requerirá a la
empresa para que en el plazo de cuatro días proceda a consignar en metálico
la cantidad a anticipar, y la consiguiente modificación del aval o medio de
garantía, lo que facilita el pago de la cantidad a pesar de la naturaleza de la
garantía ofrecida.
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5.- El régimen de impugnación de las decisiones del Secretario
Judicial.
Se da nueva redacción al art. 49.2 LPL para reconocer que el Secretario
resolverá por medio de diligencias y decretos. Por su parte, el art. 184 dice
que contra las diligencias de ordenación y decretos no definitivos cabrá recuro
de reposición ante el Secretario judicial que dictó la resolución recurrida,
excepto los casos en que la ley prevea recurso directo de revisión. De esta
forma, frente a las decisiones del Secretario, o cabe recurso de reposición
ante el mismo Secretario, o recurso directo de revisión ante el organo judicial.
A.- El art. 185 detalla el régimen del recurso de reposición, tanto frente a
resoluciones del Juez como del Secretario, que es resuelto por el mismo
órgano que dictó la resolución impugnada. El plazo para interponerlo es de
cinco días, y exige expresar la infracción en que ha incurrido la resolución que
se recurre. Se configura una fase de inadmisión, y un plazo de impugnación a
las demás partes de cinco días. La regla general es que contra el decreto del
Secretario que resuelva la reposición no hay recurso, pero admite plantear la
cuestión al recurrir la resolución definitiva.
B.- El art. 186 regula el recurso directo de revisión ante el Juez o Magistrado
contra los decretos del Secretario que pongan fin al procedimiento o impidan
su continuación, así como en los demás casos que así se prevea. Igualmente
exige el plazo de cinco días, y la cita de la infracción que se denuncia, un
plazo de cinco días para la impugnación, una fase de inadmisión, y la
resolución por el órgano judicial. Frente a su auto no cabe recurso, salvo el de
suplicación o casación cuando asì se prevé.
En este sentido, se admite el recuso de suplicación ante el TSJ contra el auto
que resuelve el recurso de revisión contra el Decreto del Secretario judicial
con una formula similar a los autos en ejecución de sentencia: cuando la
sentencia hubiera sido recurrible en suplicación, resuelvan puntos
sustanciales no controvertidos en el pleito, no decididos en la sentencia o que
contradigan lo ejecutoriado.
IV.
Adecuación a la LEC del régimen de presentación de
escritos.
Se da nueva redacción al art. 45 LPL relativo a la presentación de escritos o
documentos en el último día de plazo a fin de dar plena aplicación a las
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previsiones que contiene la Ley de Enjuiciamiento Civil excluyendo cualquier
particularidad del proceso laboral.
Además de rechazarse la presentación de escritos en el juzgado de guardia,
ahora se dice que el escrito podrá presentarse “hasta las quince horas del día
hábil siguiente al del vencimiento del plazo, en el servicio común procesal
creado a tal efecto o, de no existir éste, en la sede del órgano judicial”. Con
ello se consolida la práctica que ya viene rigiendo en el ámbito social, como
consecuencia de la aplicación supletoria de la LEC.
V.
Requisitos para la notificación de resoluciones judiciales
por edictos.
Se introducen algunas matizaciones en la forma de practicar los actos de
comunicación, además de la remisión supletoria a lo establecido en el capítulo
V, Título V, Libro I, de la LEC. Entre las particularidades de los actos de
comunicación cuando no se encuentra al destinatario se contempla la entrega
de la copia al pariente más cercano o familiar o empleado que se halle en el
mismo domicilio, mayores de 14 años, rebajándose la anterior previsión de 16
años. En su defecto se contempla la entrega al portero o conserje de la finca,
pero ya no se alude al vecino más próximo.
También se establecen la determinación de los medios razonables que han
de haber sido agotados previamente para llevar a cabo la citación por edictos.
Se detalla así la necesidad de investigación del domicilio mediante
averiguaciones “a través de los Registros, organismos, Colegios
profesionales, entidades y empresas”, de tal forma que el órgano judicial
habrá de agotar la investigación del domicilio en esas instancias y sólo
cuando haya resultado infructuoso y no conste el domicilio o se ignore su
paradero, se podrá llevar a cabo la publicación por edictos.
Se trata de una medida relevante que es preciso verificar en cada caso
concreto pues de no darse cumplimiento a esos medios de investigación
concurriría un vicio en la tramitación del procedimiento al no haber podido
intervenir el demandado y podría invocar indefensión.
VI.
Especialidades en materia probatoria.
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Novedades prácticas de la ley 13/2009 de 3 de noviembre.
En esencia, se trata de adecuar la previsiones de la LPL a la LEC, lo que
implica en algunos casos ciertas particularidades en el desarrollo del proceso
que conviene tener en cuenta.
1.- La fijación de los hechos sobre los que existe conformidad.
Se añade al art. 85 un nuevo apartado núm. 5, en el que se recoge la
necesidad de que, en el curso del juicio oral, después de contestar a la
demanda y en su caso, tras plantearse y contestarse las cuestiones
procesales, las partes y el Tribunal habrán de proceder a fijar los hechos
sobre los que conformidad o disconformidad de los litigantes.
Se configura así como un momento procesal específico en el curso del juicio
oral, encaminado a delimitar el ámbito sobre el que va a operar la prueba en
el proceso. Tiene un carácter determinante en cuanto a los hechos
conformes, que se considerarán probados sin necesidad de practicar prueba
específica.
2.- La Prueba Pericial
Se establece que la práctica de la prueba pericial se llevará a cabo en el acto
del juicio, presentando los peritos su informe y ratificándolo, además se
suprime cualquier particularidad en la LPL como venía siendo la no aplicación
de las reglas sobre insaculación de peritos.
3.- El Dictamen de Organismos públicos en los supuestos de
discriminación.
En el art. 95.3 se amplían los supuestos en los cuales el propio Tribunal podrá
recabar el dictamen de los organismos públicos competentes, pues ya no
comprende sólo cuando se hayan suscitado cuestiones de discriminación por
razón de sexo sino también por razón de origen racial o étnico, religión o
convicciones, discapacidad, edad u orientación sexual. Curiosamente no se
incluye la posibilidad de este dictamen en el caso de discriminación por
motivos sindicales.
VII.
Intervención del Graduado Social en el recurso de
suplicación.
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Se modifica el art. 21 de la LPL a fin de reconocer que en el recurso de
suplicación los litigantes habrán de estar defendidos por abogado o
representados técnicamente por graduado social colegiado. Como se ve, la
norma diferencia la actuación de defensa, que reserva al Abogado, y lo que
llama la “representación técnica”, que puede asumir los Graduados Sociales
en el ámbito del recurso de suplicación. Esta diferenciación terminológica
puede generar importantes dudas interpretativas a fin de decidir si realmente
el Graduado Social ha sido reconocido en condiciones de igualdad a los
Abogados en la tramitación del recurso de suplicación. Este parece haber sido
el propósito del legislador, pero no se olvide que representación, aunque sea
técnica, no equivale a asunción del derecho de defensa y dirección técnica,
por lo que podrían plantearse dudas sobre el concreto alcance de la norma.
Del mismo modo se modifica el art. 229 LPL para reconocer la posibilidad de
nombramiento de letrado o de graduado social colegiado por parte del
recurrente en el momento de anunciarlo. Esta intervención del graduado
social queda excluida en el caso de recurso de casación, lo que parece
corroborar que en todo lo demás, su actuación sustituye plenamente al
Abogado.
De esta forma, parece que la intervención del graduado social no solo implica
la dirección técnica en el recurso de suplicación sino también la
representación del defendido -229.3 LPL-.
Esto supone una notable ampliación de las facultades que tienen los
graduados sociales en el ámbito del proceso laboral, pues ya no agotan su
intervención en la instancia, y no necesitan de la intervención de un abogado
para sustanciar el recurso de suplicación, tanto como recurrentes como
recurridos.
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