Leishmaniasis Cutánea y Mucocutánea

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Leishmaniasis
Cutánea y Mucocutánea
Descripción
Enfermedad polimorfa de la piel y de las mucosas
causada por varios protozoos pertenecientes a especies del género Leishmania; que existen como parásitos
intracelulares obligados en los seres humanos y otros
huéspedes mamíferos. La enfermedad comienza con
una mácula y luego una pápula que crece y se transforma en úlcera indolora y poco activa cuando no hay
infección bacteriana. Las lesiones pueden ser únicas o
múltiples, en ocasiones, no ulceradas y difusas; pueden
cicatrizar espontáneamente en el término de semanas
o meses o persistir durante un año o más. En algunos
individuos, ciertas cepas, sobre todo del Nuevo Mundo,
pueden diseminarse y producir lesiones de las mucosas
(espundia), incluso años después que la lesión cutánea
primaria ha cicatrizado. Estas secuelas, que afectan a los
tejidos nasofaríngeos, se caracterizan por destrucción
tisular progresiva, a menudo cuando hay pocos parásitos, y pueden causar una gran desfiguración.
AGENTES INFECCIOSOS
En el Viejo Mundo, Leishmania tropica, L. major, L. aethiopica. En el Nuevo Mundo, miembros de los complejos L.
braziliensis y L. mexicana.
MODO DE TRANSMISIÓN
En los focos zoonóticos se trasmite del reservorio animal por la picadura de un flebótomo hembra infectante.
En los focos antroponóticos hay transmisión indirecta de
persona a persona por picadura de flebótomos y, en muy
raras ocasiones, por transfusiones de sangre.
RESERVORIO
Varia según la localidad, los seres humanos (para leishmaniasis cutánea antroponótica); roedores salvajes,
hiráceos, desdentados (perezosos), marsupiales y perros
domésticos.
PERÍODO DE INCUBACIÓN
Como mínimo es de una semana, aunque puede prolongarse muchos meses.
PERÍODO DE TRANSMISIBILIDAD
No hay transmisión directa de persona a persona, pero
los individuos siguen siendo infecciosos para los flebótomos mientras haya parásitos en las lesiones de los
casos no tratados, por lo regular entre unos cuantos
meses y dos años.
SUSCEPTIBILIDAD
La susceptibilidad probablemente sea general, puede
adquirirse inmunidad permanente después de que se
curan las lesiones por L. tropica o L. major, pero quizá no
brinde protección contra otras especies de Lishmania.
MÉTODOS DE CONTROL
Medidas preventivas: Las medidas de control varían
según los hábitos de los huéspedes mamíferos y de los
flebótomos vectores.
1- Atención de los casos: detectar los casos de manera
sistemática y tratados con prontitud.
2- Control de los vectores; aplicar insecticidas de acción residual en forma periódica.
3- Eliminar los depósitos de basura y otros sitios que
sirvan de criaderos de flebótomos del Viejo Mundo.
4- Exterminar a los jerbos reconocidos como reservorios locales y sus madrigueras, mediante arado profundo y eliminación de plantas quenopodiáceas.
5- En el Nuevo Mundo, evitar las zonas infestadas de
flebótomos y densamente arbolada, en especial después del atardecer; si la exposición a los flebótomos es
inevitable, utilizar repelentes contra insectos y ropas
protectoras.
6- Aplicar medidas ambientales y de desmonte apro-
piadas.
Control del paciente, de los contactos y del ambiente inmediato
1- Notificación a la autoridad local de salud: en determinadas zonas endémicas.
2- Aislamiento: no corresponde; tiene utilidad teórica
solamente.
3- Desinfección concurrente, Cuarentena e Inmunización de los contactos: no corresponde.
4- Investigación de los contactos y de la fuente de
infección: interrumpir el ciclo de trasmisión local de la
manera más práctica posible.
5- Tratamiento específico: se usan principalmente los
antimoniales pentavalentes, ya sea el estibogluconato
de sodio o el antimoniato de meglumina. La pentamidina se utiliza como fármaco de segunda línea, también los imidazoles.
Medidas en caso de epidemia
En las zonas de alta incidencia, deben emprenderse
actividades intensiva para controlar la enfermedad,
como dotar de medios diagnósticos y tomar las medidas apropiadas contra los flebótomos y los huéspedes
mamíferos que sirven de reservorios.
Repercusión en caso de desastre
Ninguna
Medidas internacionales
Los centros colaboradores de la OMS prestarán el apoyo que sea necesario.
Heymann David L. El control de las enfermedades transmisibles. 19a. ed. – Washington. DC: OPS 2011. (Publicación Científica y
Técnica No. 635) pág. 454 - 459 ISBN 978-92-75-31635-1 Reimpreso en 2013
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