kobie_24_EL USO DEL COMBUSTIBLE EN LA

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KOBIE (Serie Paleoantropología), Bilbao
Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia
N.º XXIV, pp. 107-115, 1997
ISSN 0214-7971
EL USO DEL COMBUSTIBLE EN LA FERRERÍA MEDIEVAL
DE OIOLA IV: IMPLICACIONES ECOLÓGICAS Y
(712%27$1,&$6ÁNICAS
Lydia Zapata (1)
RESUMEN
Se han analizado carbones de madera procedentes de la ferrería medieval de Oiola IV (Bizkaia). El
roble/marojo, haya, aliso y avellano son las especies más frecuentes. También se ha identificado sauce, abedul,
rosáceas, madroño, arraclán, aligustre, fresno y acebo. El uso de estos combustibles refleja la existencia de diferentes comunidades vegetales en el entorno: al menos un robledal o marojal, un hayedo y una aliseda. Aunque
se aprovecha casi toda la madera disponible, el roble es la más utilizada tanto en los hornos de tostación como
en los de forja. Entre los siglos X-XIII existe una continuidad en el aprovechamiento del combustible.
Palabras clave: arqueometalurgia, ferrería, paleoambiente, carbón.
SUMMARY
Charcoal from the medieval ironworking site Oiola IV (Biscay) has been analysed. Oak, beech, alder and
hazel are the most frequent species. Willow, birch, Rosaceae, strawberry tree, alder buckthorn, ash and holly
have also beed identified. The use of these woods reflects the presence of different plant communities: at least
oak, beech and alder forests must have existed in the area in medieval times. Although most of the available
wood seems to have been used, oak is the most widely used fuel in both, roasting and bloom smithing furnaces.
There is a continuity in the use of these woods in the period X-XIII A.D.
LABURPENA
Oiola IV haizeolan berreskuratutako ikatzak aztertu ditugu. Haritza, pagoa, haltza eta urritza espezierik ugarienak dira. Sahatsa, urkia, errosazeak, gurbitza, oilakarana, aligustrea, lizarra eta gorostia ere aurkitu ditugu.
Erregai hauen erabilpenak harizti, pagadi eta haltza landare-komunitateak zeudela adierazten digu. Zeuden erragai guztiak erabiltzen baziren ere, haritza ugariena da, bai tostazio bai forja labeetan. Erregai erabilpenari dagokionean, X-XIII. mendeetan ez ditugu aldaketarik ikusten.
(1) Dep. Geografía, Prehistoria y Arqueología. Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea. Apdo. 2111. 01006 Vitoria-Gasteiz.
108
LYDIA ZAPATA
l. INTRODUCCIÓN
Las intervenciones arqueometalúrgicas llevadas a
cabo en los alrededores del pantano de Oiola o Loiola (Trapagaran, Bizkaia) permitieron localizar una
serie de yacimientos de diferente cronología entre los
que se encuentran Oiola II (Bajo Imperial Romano) y
Oiola IV (Alto-Medieval). La excavación de estas
estructuras se enmarcó en un proyecto de estudio de
la metalurgia del hierro prehidráulica en Bizkaia dirigido por Iñaki Pereda García. El proyecto ha tenido
como objetivo principal comprender el proceso de
elaboración del hierro y reconstruir las diversas actividades que se realizaron en los primeros sistemas de
producción.
El yacimiento de Oiola IV que es en el que aquí
nos centramos, se localiza en una zona conocida
como Burzako, a unos 344 metros sobre el nivel del
mar, lindando con el término municipal de Galdames.
Se halla en las inmediaciones del arroyo Las Cárcavas que desemboca en el riachuelo El Cuadro que a su
vez alimenta el Pantano de Oiola. Durante la excavación se identificaron diferentes estructuras relacionadas con las instalaciones dedicadas a las actividades
de producción del hierro prehidráulico (PEREDA,
1992/93).
Entre los materiales recuperados durante el desarrollo del trabajo de campo destaca el carbón de
madera ya que se ha identificado en abundancia en
gran parte de las unidades estratigráficas excavadas.
Como consecuencia de esto, el director de la excavación nos planteó la posibilidad de realizar el análisis
de este tipo de evidencia. Las muestras antracológicas
examinadas corresponden a los trabajos llevados a
cabo durante los años 1992 y 1993.
2. LOCALIZACIÓN BIOGEOGRÁFICA:
VEGETACIÓN ACTUAL Y POTENCIAL
Las comunidades vegetales existentes en un lugar
son resultado de condicionantes tanto naturales (suelo, clima, topografía y biogeografía) como antropogénicos (LOIDI & BASCONES, 1995). La vegetación potencial de un territorio constituye el estado
imaginario en el que la acción antrópica y del ganado
no existieran. El criterio para definirla se basa (1) en
los restos observables de vegetación actual in situ, y
(2) en extrapolaciones de otros lugares cercanos con
condiciones ambientales similares (ASEGINOLAZA
ET AL., 1989).
La ferrería de Oiola IV se localiza en el Subsector
Santanderino-Vizcaíno del Sector Cántabro-Euskaldun de la Región Eurosiberiana. Los datos bioclimatológicos corresponden a un macrobioclima templado, de termotipo colino y a un ombrotipo templado
húmedo (LOIDI ET AL., 1994). El paisaje vegetal
actual se halla fuertemente humanizado y muchas
zonas están cubiertas por comunidades vegetales que
ocupan una posición de etapa serial o sustituyente de
la vegetación potencial, con plantaciones forestales
de coníferas y formaciones de brezal-argomal-helechal atlántico.
La vegetación potencial de la zona corresponde a
un robledal acidófilo de Quercus robur y robledalbosque mixto atlántico, agrupaciones dominantes en
el piso colino de la vertiente cantábrica del país. En
las zonas con suelos fuertemente ácidos de ladera el
roble pedunculado suele ir acompañado de agrupaciones de plantas acidófilas como Pteridium aquilinum (helecho), Deschampsia flexuosa o Lonicera
peryclimenum. También son frecuentes algunos árboles y arbustos como el acebo (Ilex aquifolium), peral
(Pyrus cordata), abedul (Betula celtiberica) y el arraclán (Frangula alnus).
En las zonas donde el suelo es menos ácido se instalaría potencialmente un bosque también dominado
por el roble pero con una flora mucho más variada:
fresno (Fraxinus excelsior), avellano (Corylus avellana), castaño (Castanea sativa), arce menor (Acer
campestre), tilo (Tilia platyphylos), olmo (U/mus glabra), aliso (Alnus glutinosa), haya (Fagus sylvatica),
espino (Crataegus monogyna), cornejo, acebo (Jlex
aquifolium), sauce (Salix atrocinerea) ...
Junto a este robledal existiría a mayor altitud un
marojal, bosque adaptado a los suelos sueltos, arenosos, bien drenados, sobre sustratos silíceos, en laderas
soleadas y ambientes poco neblinosos. La flora de los
marojales (Quercus pyrenaica) incluye plantas acidófilas como el helecho, las argomas y los brezos. Además, junto al arroyo se localizaría la típica aliseda
cantábrica de aliso (Alnus glutinosa) con fresno y
sauces. Se trataría de un bosque en galería, estrecho,
que rápidamente daría paso al robledal-bosque mixto
(ASEGUINOLAZA ET AL., 1990).
La toponimia actual de la zona incluye algunos
nombre que hacen referencia a la existencia de determinadas plantas como Monte El Tojo (Tojo o argoma,
Ulex europaeus) o Monte de las Hayas (Haya, Fagus
sylvatica).
3. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN
ARQUEOBOTÁNICA
El interés de Oiola IV radica en la escasez de
excavaciones de yacimientos de época medieval relacionados con actividades metalúrgicas en la Península Ibérica. Los datos aportados sobre el uso del combustible constituyen junto a los de Ilso Betaio los primeros de este tipo (ZAPATA, 1993; GORROCHATEGUI ET AL., 1995). Realizar un análisis de los car-
EL USO DEL COMBUSTIBLE EN LA FERRERIA MEDIEVAL DE OJOLA IV: IMPLICACIONES ECOLOGICAS Y ETNOBOTANICAS
bones recuperados en la ferrería nos ayuda a comprender mejor la composición del paisaje vegetal
medieval de la zona, el uso del combustible en una
instalación industrial como la excavada y el impacto
ambiental de las actividades paleometalúrgicas.
Los objetivos específicos de la identificación de la
madera recuperada en Oiola han sido:
1. Determinar las especies vegetales utilizadas en
la ferrería.
2. Evaluar la frecuencia de uso de cada especie.
3. Estudiar si existe una selección del combustible
en función de las actividades desarrolladas.
4. Analizar las implicaciones ecológicas de estos
resultados con el fin de llevar a cabo una reconstrucción del medio vegetal de la zona en la época.
5. Ofrecer datos para evaluar el impacto de las
actividades industriales desarrolladas en el medio
natural, en especial en lo relacionado con procesos
deforestadores.
4. MÉTODO ANTRACOLÓGICO
La antracología consiste en la identificación y
estudio de los carbones de madera recuperados en
contextos arqueológicos. Es una disciplina que a los
arqueólogos nos ayuda a reconstruir el medio vegetal
habitado y explotado por los grupos humanos del
pasado y que además estudia la interrelación de las
personas con el medio, proporcionando datos acerca
de la explotación de los bosques o el impacto antrópico sobre el medio.
La identificación de los carbones se realiza a partir del examen de las características anatómicas del
fragmento de madera mediante la observación
microscópica de sus secciones transversal, longitudinal radial y longitudinal tangencial.
En el proceso de identificación en el laboratorio se
ha empleado un microscopio de luz incidente Olympus (50x, lOOx, 250x, 500x). Como elementos comparativos se ha utilizado nuestra propia colección de
referencia de maderas carbonizadas así como los atlas
de SCHWEINGRUBER (1978 y 1990). Casi todos
los carbones recuperados en la excavación eran de un
tamaño superior a 4 mm. Como es habitual, se ha elegido la frecuencia de los fragmentos como unidad de
medida.
5. RESULTADOS
Los resultados se exponen en las Tablas 1, 2, 3 y
4.
109
6. DISCUSIÓN
6.1. Maderas identificadas en la ferrería medieval
Oiola IV
Se han identificado un total de 731 carbones procedentes de 31muestrasy14 unidades estratigráficas.
El modo de conservación de la madera medieval en el
yacimiento es la carbonización. Esta madera constituyó parte del combustible utilizado en el proceso
productivo de la ferrería. En la Tabla 1 se pueden
observar la distribución de los diferentes taxones
identificados:
Tabla l. Maderas identificadas en la ferrería
medieval Oiola IV
Taxón
Nombre común Nº fragmentos
Fagus sylvatica
Quercus subg. Quercus
Alnus glutinosa
Betula
Corylus avellana
Salix
Arbutus unedo
Rosaceae Pomoideae
Prunus avium
Ilex aquifolium
Frangula alnus
Ligustrum
Fraxinus
Haya
Roble/Marojo/Quejigo
Aliso
Abedul
Avellano
Sauce
Madroño, borto
Pomoideas
Cerezo
Acebo
Arraclán
Aligustre
Fresno
91
408
62
27
49
8
3
23
2
1
39
13
5
Es difícil evaluar la importancia relativa de las
diferentes especies en el proceso productivo. En cualquier análisis antracológico existen una serie de problemas tafonómicos que pueden condicionar la abundancia o escasez de determinada madera (SMART &
HOFFMAN, 1988). Además, en este caso, la autora
no ha controlado en la excavación la recuperación de
los fragmentos analizados. Creemos que se han podido recoger in situ fragmentos grandes de madera carbonizada (frecuentes en yacimientos de este tipo) y
que existe el riesgo de que lo que se cuantifica como
varios fragmentos de una misma especie en realidad
correspondan a una misma pieza de madera (rama,
leño o árbol). El número de fragmentos identificado
en algunas de las unidades estratigráficas no es alto.
Nos inclinamos por lo tanto por desarrollar una interpretación no cuantitativa, en términos de presencia/ausencia de especies (Tabla 4 ).
Existen algunos taxones que se documentan en un
gran número de unidades estratigráficas. Es el caso del
haya, los robles, el aliso y el avellano. Otras especies
se han identificado en pocas (el sauce, el abedul, las
rosáceas pomoideas) o incluso sólo en una o dos (el
acebo, cerezo, madroño, arraclán, aligustre y fresno).
llO
LYDIA ZAPATA
La utilización de estas especies debió estar determinada por dos factores fundamentales: 1) su frecuencia en las inmediaciones de la ferrería y 2) sus
propiedades como combustible. En principio, todas
las maderas cuando están secas son aprovechables.
Sin embargo, algunas son de excelente calidad: el
roble, el haya, el avellano, las rosáceas, el acebo, el
madroño o el IUHaQRproporcionan muy buena leña
(RIVERA & OBON DE CASTRO, 1991). En Oiola
IV también se utilizaron maderas que en teoría no
son tan buenos combustibles como por ejemplo el
sauce. La gran diversidad de especies utilizadas parece indicar que se está aprovechando toda la leña disponible en las inmediaciones, sin ser muy selectivos.
En Inglaterra, con comunidades vegetales no muy
diferentes a las nuestras, los ferrones de la Edad del
Hierro y época romana parecen preferir roble, avellano y aliso. Algunos experimentos realizados en la
actualidad por Peter Crew indican que la combustión
de roble y aliso es la que proporciona las mejores
temperaturas en los hornos de reducción (Crew,
1990; Tim Mighall, Coventry Uníversity, pers. com.).
Los carbones hallados en yacimientos ferrones de
otras zonas de Europa, especialmente en los hornos,
demuestran que se explotaron una gran variedad de
árboles pero sobre todo roble, abedul, avellano y aliso (MIGHALL & CHAMBERS, 1993; 1997).
6.2. Implicaciones ecológicas
El uso de determinadas especies como combustible en un yacimiento arqueológico tiene implicaciones ecológicas ya que puede ayudamos a realizar la
reconstrucción de la vegetación del pasado. La presencia de taxones en Oiola refleja con bastante probabilidad que en época medieval en las inmediaciones del yacimiento existían al menos las siguientes
comunidades:
Un robledal o un marojal: De hecho, aunque en la
actualidad la vegetación natural se halla muy alterada, la vegetación potencial de la zona donde se
localiza la ferrería corresponde al límite entre un
robledal acidófilo de Quercus robur / robledal
bosque-mixto atlántico con un marojal de Quercus pyrenaica.
• Un hayedo: Se localizaría en las cotas más altas.
En las inmediaciones existe el topónimo "Monte
de las Hayas". El carbón que proporcionan las
hayas es muy apreciado. El acebo suele ser también un componente del hayedo que proporciona
un excelente combustible.
• Una aliseda cantábrica: Se localizaría en las inmediaciones del curso de agua. El aliso es el árbol
ribereño por excelencia. El fresno y el sauce -que
también se han documentado en el análisis- son
árboles frecuentes en las alisedas.
Comunidades propias de la orla de los bosques
caducifolios: las rosáceas, el avellano, el arraclán
son arbustos o pequeños árboles propios de estos
hábitats. Otros, como el madroño representan el
primer estadía de la degradación de robledales y
sobre todo encinares.
6.3. Variaciones relacionadas con el contexto
Una de las cuestiones que nos hemos planteado en
este trabajo es determinar si existe una selección del
combustible empleado para las diferentes actividades
desarrolladas en la ferrería. Dentro del proceso productivo existen al menos tres fases que necesitan
combustible:
1º) Los hornos de tostación. Es la primera etapa
de preparación del mineral antes de utilizarlo en el
horno de reducción. En Oiola se han identificado dos
posibles hornos de tostación (estructuras 2 y 9).
2º) El horno de reducción. La fase de reducción
necesita de un horno bien preparado para alcanzar
altas temperaturas (1300º) mediante el uso de carbón.
En Oiola se ha identificado una zona que parece
corresponder al horno de reducción pero no ha sido
excavada por lo que carecemos de material antracológico relacionado con esta fase.
3º) Actividades de forja. Necesitan temperaturas
más bajas, en tomo a los 800º.
La identificación en la excavación de las áreas
relacionadas con estas actividades no siempre es
fácil. Sin embargo, algunas estructuras se han podido
documentar con bastante fiabilidad gracias a los diferentes estudios realizados (v. PEREDA; LARRAZABAL, este vol.). En este trabajo hemos analizado madera procedente de hornos:
1) Las estructuras relacionadas con los hornos de
tostación (estructura 2 y 9) se asocian siempre con
madera de roble. La U.E. 58 presenta madera de
roble, haya y aliso. En la U.E. 62 se ha identificado
roble, haya, aliso, avellano, sauce, pomoideas y fresno.
2) Entre los posibles hornos de forja, en la estructura 3 únicamente se ha reconocido roble pero hay
que tener en cuenta que sólo se han examinado 2 fragmentos. La estructura 4 ha proporcionado una mayor
variedad: roble, haya, aliso, abedul, avellano, sauce,
pomoideas y cerezo.
Además de los posibles hornos, hemos identificado carbón procedente de otros contextos:
1) Relleno de un agujero de poste: Datado como
1112 ± 50 sin cal. Los fragmentos de madera procedentes de la tierra que rellena el agujero corresponden
a diferentes especies (roble, haya, aliso, abedul, avellano, sauce, cerezo y fresno).
EL USO DEL COMBUSTIBLE EN LA FERRERIA MEDIEVAL DE OIOLA IV: IMPLICACIONES ECOLOGICAS Y ETNOBITTANICAS
2) Carboneras: han proporcionado una gran variedad de especies (roble, haya, aliso, avellano, madroño, arraclán y aligustre).
3) Posibles depósitos: en ellos se documenta casi
la totalidad de especies identificadas (roble, haya, aliso, abedul, avellano, sauce, madroño, acebo, arraclán
y aligustre).
Como consecuencia, podemos decir que el roble
es la única especie presente en la totalidad de las unidades estratigráficas analizadas pero no hay que olvidar que la mayor parte de las estructuras muestra una
gran diversidad (Tabla 4). Ninguna actividad se asocia en exclusiva con un combustible determinado.
Atendiendo a la presencia/ausencia de especies y a
las frecuencias documentadas sí parece probable que
el haya, aliso, avellano y, sobre todo, el roble, se
seleccionan preferentemente para los hornos de tostación. El roble parece ser también el combustible más
utilizado en los hornos de forja.
6.4. Impacto de las actividades industriales en el
bosque natural
Se suele pensar que las actividades industriales
ligadas a un uso intensivo del combustible, como es
el caso de las ferrerías, debieron suponer un fuerte
impacto en el medio vegetal, traducido en procesos
deforestadores a gran escala. La industria ferrona de
época histórica pudo haber sido la responsable de la
destrucción de grandes extensiones de bosque en
Europa. Se han realizado muchos experimentos encaminados a calcular la cantidad de madera necesaria
para reducir hierro en instalaciones prehidráulicas
(CREW, 1990; MIGHALL & CHAMBERS, 1993).
Como mínimo, parece que harían falta 15 tn de leña
por 1 tn de mineral bruto (ratio mineral/carbón, 1: 35; ratio leña/carbón, 5-7:1). Es decir, la cantidad de
madera empleada es muy alta. Poder evaluar la escala del impacto medioambiental de las actividades
metalúrgicas es un tema debatido y de alto interés
para la investigación histórica.
Algunos autores (CREW, 1990; MIGHALL, 1993
y 1997) señalan que esta aparente enorme demanda
de madera no siempre se refleja en el registro paleobotánico (básicamente de origen palinológico). Por lo
menos en la Edad del Hierro, en época romana y altomedieval, las investigaciones paleoecológicas desarrolladas en Europa indican que los claros en el bosque relacionados con la industria metalúrgica se produjeron a pequeña escala y sin grandes cambios en la
composición del bosque. Existen diferentes factores
que pueden condicionar la intensidad del impacto: 1)
La selección y disponiblilidad de las especies utilizadas: puede que exista mucha madera en las inmediaciones y que la elección del combustible refleje sin
111
más la disponibilidad; 2) La intensidad y duración de
las actividades metalúrgicas; 3) La existencia de prácticas de gestión forestal: El impacto de las actividades
ferronas en el bosque sería muy diferente si la madera procede de árboles cortados por la base o de árboles trasmochos, podados regularmente a determinada
altura cada cierto número de años. Estas prácticas
garantizan el suministro periódico de grandes cantidades de madera sin que se modifique la extensión
del bosque (aunque sí su estructura y composición).
En Bizkaia, las medidas proteccionistas que se
documentan en la legislación foral a partir del siglo
XIV indican que ya existía la necesidad de conservar
los bosques y de explotarlos racionalmente. Los primeros ordenamientos forestales tienen entre sus objetivos principales el de garantizar el aprovechamiento
de carbón para la industria ferrona. Esto lo consiguen
básicamente mediante el trasmochado de los robles
cada 7 u 8 años y el establecimiento de viveros para
la repoblación forestal (GOGEASCOECHEA, 1996).
Es probable que la gestión de los bosques ya existiera en el País Vasco con anterioridad a su documentación en los textos forales. De hecho, en otros lugares
de Europa se conoce desde la prehistoria (RACKHAM, 1980; PETERKEN, 1996).
En Oiola se han podido datar por C 14 algunas de
las unidades estratigráficas analizadas. Con esta referencia, aunque sea aproximada, intentaremos ver si
exite una evolución diacrónica en el uso del combustible (Tabla 4):
LYDIA ZAPATA
112
Tabla 4.
ETAPAS
Unidades
estratigráficas
Etapa inicial
(s. X-XI)
59
16
Etapa intermedia
(s. XII)
30
49
Etapa final
(s. XIII)
52
Especies
identificadas
Roble
Haya
Aliso
Avellano
Madroño
Arraclán
Aligustre
Roble
Haya
Aliso
Abedul
Avellano
Sauce
Cerezo
Fresno
Roble
Haya
Aliso
Abedul
Avellano
Madroño
Pomoideas
El roble, haya, aliso y avellano son las especies
más frecuentes y se han identificado en las tres etapas
señaladas. El arraclán y aligustre sólo en la primera;
el sauce, cerezo y fresno únicamente en la segunda y
las pomoideas tan sólo en la fase final. Esta división
no nos permite extraer muchas conclusiones referentes a la evolución diacrónica de la vegetación ya que
las tres cuentan con especies características de las
formaciones vegetales descritas (robledal, hayedo y
aliseda). El madroño podría corresponder a alguna
etapa de sustitución del robledal como fruto de la
acción humana pero lo hemos documentado ya desde
la fase inicial. Por lo tanto, parece existir una continuidad en el aprovechamiento del combustible sin
que podamos constatar en este periodo de tiempo ningún cambio brusco en la vegetación del entorno. Es
evidente que para poder evaluar este aspecto en su
totalidad necesitaríamos contar con alguna secuencia
palinológica procedente de algún depósito no antrópico próximo. Por el momento, este tipo de estudios
son escasos (Iriarte & Zapata, 1996).
7. CONCLUSIONES
1. Haya, roble, aliso y avellano son las maderas
que se reconocen en un mayor número de unidades
estratigráficas. Otras especies identificadas son: sau-
ce, abedul, rosáceas pomoideas, acebo, cerezo,
madroño, arraclán, aligustre y fresno. El roble parece
ser el combustible más utilizado.
2. El uso de estos combustibles refleja la existencia en las inmediaciones de un robledal/marojal, un
hayedo y una aliseda cantábrica. También existen
arbustos propios de las orlas de bosques caducifolios
y especies como el madroño que pueden representar
la primera fase en la degradación del robledal.
3. La gran diversidad de especies utilizadas parece indicar que se está aprovechando toda la leña disponible en el entorno, sin ser muy selectivos.
4. Ninguna actividad se asocia con un combustible
determinado. Atendiendo a la presencia/ausencia de
especies y a las frecuencias documentadas, sí parece
probable que el haya, aliso, avellano y, sobre todo, el
roble, se seleccionan preferentemente en los hornos
de tostación. El roble parece ser también el combustible más utilizado en los hornos de forja.
5. Existe una continuidad en el aprovechamiento
del combustible sin que podamos constatar entre los
siglos X-XIII ningún cambio brusco en la vegetación
del entorno.
Agradecimientos
Agradecemos al Museo Arqueológico, Etnográfico e Histórico de Bilbao el haber facilitado la microscopía adecuada para realizar los análisis. Gracias a
Iñaki Pereda y a Javier Larrazabal por proporcionar
abundante información acerca del yacimiento y de
sus respectivos análisis. Muchas gracias a Tim Mighall por sus referencias bibliográficas e interesantes
comentarios. Este estudio ha contado con una subvención de la Diputación Foral de Bizkaia, Orden
Foral 2.604/95 de 26 de Septiembre de 1995.
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114
LYDIA ZAPATA
Tabla 2. Muestras antracológicas de 1992
Unidad estratigráfica
16
Muestra
lle
Fagus sylvatica
Quercus subg. Quercus
21
Alnus sp.
4
Betula sp.
cf Betula sp.
Corylus avellana
4
cf Corylus avellana
Salix sp.
Arbutus unedo
Pomoideae tp. Pyrus!Crataegus
Pomoideae tp. Sorbus
Pomoideae
Prunus tp. avium
Ilex aquifolium
Frangula alnus
3
cf Frangula alnus
1
Ligustrum
Fraxinus cf excelsior
Fraxinus sp.
No identificable
33
Total
TOTAL
33
30
46
40
60
2
2
11
42
53
7
5
3
1
7
42
56
1
3
2
49
50
3
22
13
3
52
51
16
75
2
1
6
54
63c
54
64
51
2
21
2
1
1
1
2
1
5
9
1
1
1
1
3
37
34
2
2
1
8
7
18
18
1
3
49
46
105
105
23
23
51
51
Tabla 3. Muestras antracológicas de 1993
Unidad estratigráfica
Muestra
Fagus sylvatica
Quercus subg. Quercus
Alnus sp.
Betula sp.
Corylus avellana
Salix sp.
Arbutus unedo
Pomoideae tp.
Pyrus / Crataegus
Pomoideae tp. Sorbus
Pomoideae
Prunus tp. avium
Ilex aquifolium
Frangula alnus
cf Frangula alnus
Ligustrum
Fraxinus excelsior
Fraxinus sp.
No identificable
Total
TOTAL
58 58 58 58 5959 59 62 62 62 62 63 69 69 82 82 83 84a 84a 84a 84b 84b 88
16 20 22 29 1318 19 8 9 11 17 4 5 21 22 31 26 23 24 25 32 25 27
14
1
5 1 9 26
5
81 34 1
1 41 14
7
1
1
1 2
20 10
6
19
4
23
4
12
1
2
7
1
1
33
2
11
1
1
3
- 9 3
6 14 90 42 3 5
6 14 81 39 3 5
1 1
2107 41
2106 40
1
1
7
7
3 1
3 86
3 85
1
1
1
1
1
1
1
1
2
2
Tabla 4
Contexto
Horno
Horno
Horno
tostación tostación tostación
Estruct 2? Estruct. 2 Estruct. 2
Horno
Horno
Horno
tostación
forja
forja
Estruct. 9 Estruct. 3 Estruct. 4
Cronología
A.D. cal. 2 a
U.E.
Haya
Roble/Marojo
Aliso
Abedul
Avellano
Sauce
Madroño
58
62
83
84
Horno
forja
Estruct. 4
Posible
depósito
1028-1277
1263-1390
(1176)
(1291)
30
40
42
52
Posible
depósito
Hornos
6,7,8
Carbonera Carbonera
Relleno
agujero
poste
Posible
depósito
Estruct. 5
Dudoso
88
(978)
(1176)
16
59
49
e::
"'o
tl
¡,¡
8
1005-1152 785-1150 1028-1277
(1024)
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