CAPITULO V DE LA CANTIDAD Y CALIDAD DEL GANADb Las mismas consideraciones hechas al tratar de Ia intensidad agrícola en el capítulo III podrían repetirse en forma casi análoga al hablar de la ganadería que viste la explotación. Si nos atuviéramos para representarla al número de cabezas, nada conseguiríamos; algo más, con el peso vivo por hectárea, que constituye una expresión sencilla y correcta de la cantidad de ganado, pero qué nada nos dice respecto a la adaptación de este ganado a las condiciones en que la explotación se desarrolla, ni si es atendido debidamente o no, ni si de él se obtienen los rendimientos que lógicamente cabe esperar. Y lo mismo que no nos basta saber al tratar de vestir a una persona el peso de su traje, sino que necesitamos conocer si responde o no a sus medidas, así en este caso de Ia explotación ganadera necesitaremos completar el índice de cantidad en peso con otro que nos exprese hasta qué punto el ganado, que según fra44 Gráfico n° 5 INDICE DE LA CANTIDAD DE GANADO IN DICES 73 56 65 ó9 II III IV 77 77 340 238 VI VII VIII 340 300 250 400 150 100 50 0 1 TIPOS DE EXPIOTACION I Labor QI tercio con encinar. II Cereal al tercio. III Cereal año y vez. IV Cereal con barbecho totalmente semilfado. . V VI VII V111 Olivar con cereal. Viña con cereal. Regadío extensivo. Regadío intensivo. 45 se tan gráfica la "viste", lo hace o no a su medida. El número de cabezas es la expresión más corriente, aunque imprecisa, tanto del ganado que se mantiene en una finca como del que normalmente podría mantener como expresión de su capacidad ganadera. Bien se comprende, que con esta modalidad, para conseguir una muy ligera precisión es necesario utiljzar tantos números como especies de ganado, indicar la proporción de ganado mayor y menor que integra los rebaños e incluso especificar las razas a que pertenecen. Estas circunstaneias impiden por este procedimiento llegar a un número que a manera de índice nos represente la cantidad de ganado y nos permita su eomparación con el existente en otras explotaciones o el estudio de la serie cronológica de la evolución ganadera en la misma finca. Por el contrario, la expresión en peso vivo sí nos permite conseguir esta finalidad. ^Quiere esto decir que nos veremos obligados a pesar todos los años en determinada fecha el ganado de la explotación? No hay duda que si entre los agricultores y ganaderos hubiera la costumbre de pesar su ganado periódica= mente, sólo ventajas conseguirían, y la expresión peso vivo tendría en cada caso una significación más exacta; pero como lo que nosotros pretendemos encontrar es un número relativo como base de comparación, no hay duda de que el establecimiento de una escala de pesos medios por raza y edad permite llegar ^a índices perfectamente comparables, aplicando estos pesos a las cabezas que integran el inventario de la explotaeión en un momento determinado, y teniendo también en cuenta el ganado que se acoge temporalmente para utilizar ciertos aprovechamientos de esta naturaleza. 47 De acuerdo con estas consideraciones elegimos como índice representativo de la cantidad de ganado que alimenta la finca el peso vivo por hectárea, determinado en la forma siguiente: Sólo se tiene en cuenta el ganado que se alimenta con productos de la explotación de una manera permanente, para lo cual, al peso medio en el año de las cabezas que constituyen el inventario, se añade el de las acogidas temporalmente, multiplicando por la relación entre el número de dfas que realmente se alimentan de productos de la finca y el total de dfas del año. El peso vivo asf obtenido se divide por el número de hectáreas úti- . les para el cultivo y para la explotación ganadera, tierras de labor, de puro pasto, de monte y cuantag sean susceptibles de aprovechamiento por el ganado. Ya hemos indicado repetidas veces a lo largo de este estudio que las explotaciones diseñadas como representativas de tipos diversos sólo lo han sido con objeto de servir de término de comparación a estos índices, sin pretender definir cada una de ellas como típica en sí. Por consiguiente, el ganado que a ellas se adscribe es el usual en explotaciones similares, al que se ha fijado un peso aproximado con objeto de poder aplicarlo a la determinación del índice de cuantía del ganado sostenido por la explotación, pero sin pretender nada más. En el gráfico núm. 5 se recogen los índices de la cantidad de ganado sostenido por la explotación en los casos estudiados. Se destaca el correspondiente a la de regadío extensivo, acusando el carácter ganadero de la misma. En las explotaciones de secano; si se exceptúa la número I, el ganado más importante es el de trabajo, por tratarse de patrimonios en los que 48 predomina marcadamente el cultivo cereal o la viña y el olivar en su caso, sin más acompañamiento que unas cuantas cabezas lanares o de cerda, destinadas casi por completo a la alimentación de la familia que rige la explotación. Si el ganado de todas clases responde a la capacidad y características de la finca, si su alimentación es la adecuada y si está bien atendido sanitariamente, no hay duda de que los productos que de él se obtengan responderán a los rendimientos que podemos llamar normales en rebaños de la misma raza y análogo tipo de explotación én la zona. Por consiguiente, si podemos llegar a establecer un índice que exprese en tanto por ciento la relación entre la cuantía de los rendimientos ohtenidos eu forma de productos ganaderos y los que pueden considerarse como normales para este tipo de explotación en la zona, indirectamente habremos conseguido una medida relativa de la forma más o menos acertada en que se lleva la explotación del ganado. Con un criterio análogo al que ha servido de base para establecer el "Indice de rendimientos de los cultivos" (Crop index americano), creemos puede ilegarse al "Indice de rendimientos del ganado". Antes de seguir adelante, hemos de advertir que no tenemos ningún antecedente que nos permita suponer que este índice haya sido aplicado, que nosotros carecemos de experiencia respecto a su aplicación y que, por consiguiente, ha de acogerse con toda reserva y sólo como una posible expresión que a primera vista no presenta dificultades y pareee reunir las condiciones necesarias para ser significativa. Podemos definirlo como la relación expresada en 4 • 49 tanto por ciento entre el número teórico de cabezas de ganado que a base de rendimientos normales en rebaños de la misma raza y análogo tipo de explotación produjeran la misma cantidad de productos y el número real de cabezas que sostiene la explotación. Para mayor claridad se determina a continuación en una explotación figurada que dispusiera de 10 vacas lecheras, 300 ovejas de vientre y 20 cerdos en cebo. lase ^ P^^Ó Cantidad ^^i^ A Rendimicnto en reba• 8of nor• teaaten• didof B Leche de vaca ....... 28.0001. 4.0001. Crías vacuno 5 cab. 75 % de leche .. Corderos .. . 250 cab. 90 % Lana . .... 500 kgs. 2 kgs. Carne de cerdo ... ..... 250 C^ 10 C^ Totales.... Poblacidn teórica de gÓna- Poblacidn real d C D 7 ndice de rendimieato 10,00 6,66 10,00 ] r _ CX100 D 277,77 300,00 250,00 300,00 = g8 , 5 f(a 25,00 20,00 566,43 640,00 No se ha estudiado este índice en las explotaciones estudiadas por tenerlo sujeto a examen todavía, sin que su aplicación haya podido por consiguiente coufirmarnos su utilidad o la conveniencia de prescindir de él por defectos que pudiera presentar. Por otra parte, hubiera sido necesario estahlecer, con todas las salvedades, claro está, pero al fin y al cabo establecer, unos rendimientos normales por rebaño y zona, sin datos de suficiente garantía para hacer afirmaciones de esta naturaleza. 50