La Misión de la mano de Francisco.

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La M isión
De la mano
de F rancisco
A parecida a
Evangelii Gaudium
de
Encuentros y Reflexiones
para ser cada día más
Discípulos y Misioneros de Jesús
A parecida
“¡Es hermoso ser misioneros! ”
Nuestro querido Papa Francisco siguiendo las huellas de sus predecesores y
continuando con su testimonio y magisterio en la Iglesia de Buenos Aires; hoy,
desde la cátedra de Pedro, nos habla permanentemente de la misión.
“Jesús no es un misionero aislado, no quiere realizar solo su misión, sino
que involucra a sus discípulos. Jesús no quiere obrar solo, vino a traer al mundo el
amor de Dios y quiere difundirlo con el estilo de la comunión, con el estilo de la
fraternidad. Por eso forma una comunidad de discípulos, que es una comunidad
misionera. Y los entrena para la misión, para ir.
Piensen esto, pregúntense: ¿Jesús me llama a ir, a salir de mí para hacer el
bien? Ustedes, ¿son valientes para esto, tienen la valentía de escuchar la voz de
Jesús? ¡Es hermoso ser misioneros!
Todos deben ser misioneros, todos pueden sentir la llamada de Jesús e ir
hacia delante a anunciar el Reino.
El Evangelio cuenta que los discípulos regresaron de su misión llenos de alegría,
porque habían experimentado el poder del Nombre de Cristo contra el mal. Jesús
lo confirma: a estos discípulos Él les da la fuerza para derrotar al maligno. Pero
agrega: “ No se alegren de que los espíritus se les sometan; alégrense porque sus
nombres están escritos en el cielo” (Le 10, 20).
No debemos vanagloriarnos como si fuésemos nosotros los protagonistas:
protagonista es uno solo, ¡es el Señor! protagonista es la gracia del Señor. Él es el
único protagonista. Y nuestra alegría es sólo esta: ser sus discípulos, ser sus
amigos. Que la Virgen nos ayude a ser buenos obreros del Evangelio.” (Ángelus
71712013)
Si recorremos sus mensajes y actitudes en distintas ocasiones cuando estaba
en la Arquidiócesis volveremos a escuchar que la pauta de una Iglesia misionera es
el índice de “calle” que tiene la Iglesia: si la Iglesia es una iglesia callejera,
recorriendo geriátricos, hospitales, lugares de misión, en las vacaciones, en el
verano, el invierno...afinar la puntería hacia dónde va la misión, hacia dónde va el
anuncio, salir de los grupos, de las seguridades para encontrarnos con tantos
hermanos nuestros alejados y desconocidos, que buscan la luz, el consuelo, la
verdad, el sentido...que buscan la salvación. Este s a lir es la misión.
“ La misionariedad no es sólo una cuestión de territorios geográficos, sino
de pueblos, de culturas e individuos independientes, precisamente porque los
“ confines” de la fe no sólo atraviesan lugares y tradiciones humanas, sino el
corazón de cada hombre y cada mujer...
... En esta situación tan compleja, donde el horizonte del presente y del
futuro parece estar cubierto por nubes amenazantes, se hace aún más urgente el
llevar con valentía a todas las realidades, el Evangelio de Cristo, que es anuncio
de esperanza, reconciliación, comunión; anuncio de la cercanía de Dios, de su
6
misericordia, de su salvación; anuncio de que el poder del amor de Dios es capaz
de vencer las tinieblas del mal y conducir hacia el camino del bien.
El hombre de nuestro tiempo necesita una luz fue rte que ilumine su camino y
que sólo el encuentro con Cristo puede darle.
Traigamos a este mundo, a través de nuestro testimonio, con amor, la esperanza
que se nos da por la fe.
La naturaleza misionera de la Iglesia no es proselitista, sino testimonio de vida
que ilumina el camino, que trae esperanza y amor.
La Iglesia - lo repito una vez más - no es una organización asistencial, una
empresa, una ONG, sino que es una comunidad de personas, animadas por la
acción del Espíritu Santo, que han vivido y viven la maravilla del encuentro con
Jesucristo y desean compartir esta experiencia de profunda alegría, compartir el
mensaje de salvación que el Señor nos ha dado.
Es el Espíritu Santo quien guía a la Iglesia en este camino. ”
Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones 2013
7
INTRODUCCIÓN:
El C orazón de A parecida es
la
M isión
El corazón de Aparecida es la misión, como vocación absoluta de la Iglesia y
de cada bautizado.
En nuestra Arquidiócesis estamos viviendo en Estado de Misión y todos los
que participamos en las comunidades de la Iglesia de Buenos Aires queremos
renovar este compromiso misionero.
La realidad se presenta a menudo complicada y tal vez desconcertante,
como cristianos queremos vivirla como hombres y mujeres apasionados por el
Reino, impregnando todas las estructuras de la sociedad de un Amor que hemos
conocido y que es lo mejor que nos pasó en la vida.
Queremos abrir nuestros ojos ante esta ciudad donde Dios vive y donde Dios
necesita ser anunciado, y salir llevado el anuncio del Evangelio siendo testigos, luz,
calor, abrazo y abrigo allí donde el Espíritu nos envíe.
“ La fuerza de este anuncio de vida será fecunda si lo hacemos con el estilo
adecuado, con las actitudes del Maestro, teniendo siempre a la Eucaristía como
fuente y cumbre de toda actividad misionera.
Invocamos al Espíritu Santo para poder dar un testimonio de proximidad que
entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión,
diálogo, reconciliación, compromiso con la ju s tic ia social y capacidad de
com partir, como Jesús lo hizo.
Él sigue convocando, sigue invitando, sigue ofreciendo incesantemente una
vida digna y plena para todos.
Nosotros somos ahora, en América Latina y El Caribe, sus discípulos y
discípulos, llamados a navegar mar adentro para una pesca abundante.
Se trata de salir de nuestra conciencia aislada y de lanzarnos, con valentía y
confianza (parresía), a la misión de toda la Iglesia. ”
Documento de Aparecida 363
Estas breves reflexiones tienen una estructura simple:
•
•
•
•
Introducen los encuentros las citas del Documento de Aparecida para leer en
común, son una invitación a tomamos un tiempo para reflexionar y pensar según la
espiritualidad de nuestro grupo un compromiso misionero para ser vivido en nuestra
realidad familiar, laboral, eclesial, social, en nuestro ámbito.
A continuación les proponemos meditar con textos del Evangelio que nos iluminan
y desde los cuales queremos redescubrir juntos el estilo misionero de Jesús.
Siguen algunas preguntas que quieren ayudarnos a mirarnos interiormente, a
contemplar nuestra experiencia de vida, para ser capaces de compartirla después
con nuestros hermanos.
Cierra el encuentro una oración sencilla.
8
Que María, la primera misionera de Jesús, portadora de su Buena Noticia de
amor y salvación para todos, acompañe y guíe nuestras reuniones como Madre
buena, discípula atenta y amorosa maestra de vida:
“Detenemos la mirada en María y reconocemos en ella una imagen perfecta
de la discípula misionera.
Ella nos exhorta a hacer lo que Jesús nos diga1para que Él pueda derramar su
vida en América Latina y El Caribe.
Junto con ella, queremos estar atentos una vez más a la escucha del Maestro,
y, en torno a ella, volvemos a recibir con estremecimiento el mandato misionero
de su Hijo: “ Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos”2.
Lo escuchamos como comunidad de discípulos misioneros, que hemos
experimentado el encuentro vivo con Él y queremos compartir todos los días con
los demás esa alegría incomparable. ”
Documento de Aparecida 364
1 (cf.
2
Jn 2 ,5 )
(Mt 28,19)
9
FICHA 1
Misión
es :
C ercanía y Encuentro
I - Aparecida nos dice: “Dios vive en nuestra d u d a d ”
“ La fe nos enseña que Dios vive en la dudad, en medio de sus alegrías, anhelos y
esperanzas, como también en sus dolores y sufrimientos. Las sombras que marcan
lo cotidiano de las ciudades, como por ejemplo, violencia, pobreza, individualismo
y exclusión, no pueden impedirnos que busquemos y contemplemos al Dios de la
vida también en los ambientes urbanos. Las ciudades son lugares de libertad y
oportunidad. En ellas las personas tienen la posibilidad de conocer a más personas,
interactuar y convivir con ellas. En las ciudades es posible experimentar vínculos
de fraternidad, solidaridad y universalidad. En ellas el ser humano es llamado
constantemente a caminar siempre más al encuentro del otro, convivir con el
diferente, aceptarlo y ser aceptado por él.
El proyecto de Dios es “ la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén” , que baja del cielo,
jun to a Dios, “ engalanada como una novia que se adorna para su esposo” , que es
“ la tienda de campaña que Dios ha instalado entre los hombres. Acampará con
ellos; ellos serán su pueblo y Dios mismo estará con ellos. Enjugará las lágrimas de
sus ojos y no habrá ya muerte ni luto, ni llanto, ni dolor, porque todo lo antiguo
ha desaparecido”3. Este proyecto en su plenitud es futuro, pero ya está
realizándose en Jesucristo, “el Alfa y la Omega, el Principio y el Fin” 45
, que nos
dice “ Yo hago nuevas todas las cosas .
La Iglesia está al servicio de la realización de esta Ciudad Santa, a través de la
proclamación y vivencia de la Palabra, de la celebración de la Liturgia, de la
comunión fraterna y del servicio, especialmente, a los más pobres y a los que más
sufren, y así va transformando en Cristo, como fermento del Reino, la ciudad
actual. ”
Documento de Aparecida 514-516
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“En Aparecida se dan de manera relevante dos categorías pastorales que
surgen de la misma originalidad del Evangelio y también pueden servirnos de
pauta para evaluar el modo como vivimos eclesialmente el discipulado
misionero: la cercanía y el encuentro. Ninguna de las dos es nueva, sino que
conforman la manera cómo se reveló Dios en la historia.
Es el “ Dios cercano” a su pueblo, cercanía que llega al máximo al
encarnarse. Es el Dios que sale al encuentro de su pueblo. Existen en América
(Apocalipsis 21, 2-4)
(Apocalipsis 21, 6)
5 (Apocalipsis 21, 5)
3
4
10
Latina y El Caribe pastorales “ lejanas” , pastorales disciplinarias que privilegian los
principios, las conductas, los procedimientos organizativos... por supuesto sin
cercanía, sin ternura, sin caricia. Se ignora la “revolución de la ternura” que
provocó la encarnación del Verbo. Hay pastorales planteadas con tal dosis de
distancia que son incapaces de lograr el encuentro: encuentro con Jesucristo,
encuentro con los hermanos. Este tipo de pastorales a lo más pueden prometer
una dimensión de proselitismo pero nunca llegan a lograr ni inserción eclesial ni
pertenencia eclesial.
La cercanía crea comunión y pertenencia , da lugar al encuentro. La
cercanía toma form a de diálogo y crea una cultura del encuentro. ”
Papa Francisco,
Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM,
Río de Janeiro 28/0712013
II - La Palabra de Dios nos ilumina: “ Vengan y verán"
“Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y,
mirando a Jesús que pasaba, dijo: «Este es el Cordero de Dios». Los dos discípulos,
al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les
preguntó: «¿Qué quieren?». Ellos le respondieron: «Rabbí -que traducido significa
Maestro- ¿dónde vives?». «Vengan y lo verán», les dijo. Fueron, vieron dónde vivía
y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde.
Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era
Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio
hermano Simón, y le dijo «Hemos encontrado al Mesías», que traducido significa
Cristo.
Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: «Tú eres
Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas», que traducido significa Pedro.
Al día siguiente, Jesús resolvió p a rtir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le
dijo: «Sígueme». ”
Juan 1, 35- 43
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
En este evangelio de San Juan podemos contemplar la figura del Bautista
que no busca protagonismo, y que señalando a Jesús les dice a sus discípulos:
“Miren, ese es el Cordero de Dios” . Centra toda su atención y la de los dos
discípulos en Él, sin preocuparle la posibilidad de quedar solo.
Jesús se da cuenta que lo siguen, se da vuelta y les pregunta: “¿Qué están
buscando?”
Para decidirnos por un seguimiento a Jesús es necesario ponernos en camino
como buscadores de Aquel que desde siempre nos está esperando.
La respuesta es sencilla: “¿Maestro, dónde vives?” . Es otra manera de decir:
“ Queremos estar con vos, invítanos” ; y en realidad eso fue lo que hizo Jesús
11
cuando les dijo: “Vengan y vean” . Juan nos dice que pasaron con Él el resto del
día, ya eran cerca de las cuatro de la tarde.
Pero las cosas no terminan allí. Cuando las experiencias son profundas uno
no se puede quedar con ellas sin compartirlas. Eso fue lo que les sucedió a los
discípulos.
Andrés comparte su experiencia con el primero que encuentra y que es su
mismo hermano Simón. Lo hace con una frase muy significativa: “Hemos
encontrado al Mesías” . Y no se limitó a contarle que habían encontrado al Mesías
sino que lo llevó hasta donde estaba Jesús. Una mediación perfecta.
Esto debe suceder siempre que nos encontramos con Jesús. No podemos
guardarnos el hallazgo para nosotros solos. Hay algo que nos impulsa a compartirlo
con los demás no como noticia de última hora sino como una invitación para que
también otros lo encuentren.
“ Todo el mundo debería poder experimentar la alegría de ser amados por Dios, el
gozo de la salvación. Y es un don que no se puede conservar para uno mismo, sino
que debe ser compartido. Si queremos guardarlo sólo para nosotros mismos, nos
convertiremos en cristianos aislados, estériles y enfermos. ”
Papa Francisco
Mensaje para Jornada Mundial de las Misiones 2013
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Miramos, escuchamos, contemplamos a Jesús y redescubrimos en sus palabras,
gestos, actitudes, sus rasgos y estilo misionero. Enumero en una o dos palabras
que descubro hoy en este encuentro con Él en su Evangelio:
•
Le pregunto: ¿Qué esperas de mí hoy, en mi situación actual?
•
Hago memoria del momento de mi vida en el que me sentí encontrado,
alcanzado por Jesús. ¿Qué pasó en mi corazón?, ¿Qué experimenté?, ¿Qué cambio
se dio en mi vida?
•
¿En mi vida es tan fuerte la presencia de Jesús y mi empeño por seguirlo que he
ayudado a otros a encontrarlo? ¿A quiénes he ayudado? ¿Quiénes me ayudaron a
mí?
2. Compartimos en grupo:
•
Qué camino grupal hemos hecho o estamos haciendo en la búsqueda sincera de
Jesús vivo y presente en nuestra ciudad, nuestra realidad? ¿Cómo estamos
siguiendo sus huellas?
12
¿A qué compromiso comunitario misionero nos desafia este Evangelio a la luz de
Aparecida y del magisterio del Papa Francisco?
IV - Oración final:
“Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús para nuestra salvación,
escucha nuestra oración, escucha a tu Iglesia.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
”Vayan y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia y Estrella de la Evangelización,
acompáñanos y concédenos el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
Queremos ser como vos,
queremos seguir a tu Hijo
y descubrirlo cada día vivo y presente en nuestra ciudad.
Queremos ser misioneros de la ternura, al servicio de la vida, cuidándonos y
animándonos unos a otros
para ir transformando en Cristo,
como fermento del Reino, nuestra ciudad actual.”
FICHA 2
M isión
es :
Caminar con D ios y
H ermanos
con los
I - Aparecida nos dice:
"En su Palabra y en todos los sacramentos, Jesús nos ofrece un alimento para el
camino. La Eucaristía es el centro vital del universo, capaz de saciar el hambre de
vida y felicidad: “El que me coma vivirá por mí ” . En ese banquete, fe liz
participamos de la vida eterna y, así, nuestra existencia cotidiana se convierte en
una Misa prolongada. Pero, todos los dones de Dios requieren una disposición
adecuada para que puedan producir frutos de cambio.
Especialmente, nos exigen un espíritu comunitario, abrir los ojos para reconocerlo
y servirlo en los más pobres: "En el más humilde encontramos a Jesús mismo” . Por
eso san Juan Crisóstomo exhortaba: “¿Quieren en verdad honrar el cuerpo de
Cristo? No consientan que esté desnudo. No lo honren en el templo con manteles
de seda mientras afuera lo dejan pasar frío y desnudez” 6
7.
“ Con la parábola de la Vid y los Sarmientos8, Jesús revela el tipo de vinculación
que Él ofrece y que espera de los suyos. No quiere una vinculación como “siervos” ,
porque “ el siervo no conoce lo que hace su señor” .
El siervo no tiene entrada a la casa de su amo, menos a su vida. Jesús quiere que
su discípulo se vincule a Él como “amigo” y como “hermano” . El “amigo” ingresa a
su Vida, haciéndola propia. El amigo escucha a Jesús, conoce al Padre y hace flu ir
su Vida en la propia existencia, marcando la relación con todos. El “ hermano” de
Jesús participa de la vida del Resucitado, Hijo del Padre celestial, por lo que Jesús
y su discípulo comparten la misma vida que viene del Padre, aunque Jesús por
naturaleza y el discípulo por participación.
La consecuencia inmediata de este tipo de vinculación es la condición de hermanos
que adquieren los miembros de su comunidad. ”
Documento de Aparecida 354.132
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“ La vida cristiana, es siempre un seguir al Señor. Pero para seguirle primero
hay que «oír qué nos dice»; y después hay que dejar lo que en ese momento
debemos dejar y seguirle.
6 (Jn 6, 57)
1 SAN JUAN CRISÓSTOMO, Homilías sobre san Mateo, L, 3-4: PG 58, 508-509.
8 (cf. Jn 15, 1-8)
14
Finalmente está la misión que Jesús nos confía. Él jamás dice: “ ¡Sígueme!” , sin
después decir la misión. Dice siempre: “Deja y sígueme para esto” ». Así que, si
vamos por el camino de Jesús es para hacer algo. Ésta es la misión.
Es una secuencia que se repite también cuando vamos a orar. De hecho nuestra
oración debe tener siempre estos tres momentos.
Ante todo la escucha de la palabra de Jesús, una palabra a través de la cual Él
nos da la paz y nos asegura su cercanía.
Después el momento de nuestra renuncia: debemos estar dispuestos a dejar
algo: “Señor, ¿qué quieres que deje para estar más cerca tuyo?” .
Tal vez en aquel momento no lo dice. Pero nosotros hagamos la pregunta
generosamente.
Finalmente, llega el momento de la misión: la oración nos ayuda siempre a
entender lo que debemos hacer.
He aquí entonces la síntesis de nuestro orar:
Oír al Señor, tener el valor de despojarnos de algo que nos impide ir deprisa
para seguirle, y finalmente aceptar la misión. ”
Papa Francisco
Homilía en Santa Marta, 5 de septiembre de 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Jesús se acercó y siguió caminando con ellos”
“Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús,
situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que
había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y
siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. El les
dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante
triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero
en Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!».
«¿Qué cosa?», les preguntó. Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el
Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de
todo el pueblo, y cómo nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron
para ser condenado a muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él
quien librara a Israel. Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas.
Es verdad que algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado:
ellas fueron de madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron
diciendo que se les habían aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo.
Algunos de los nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres
habían dicho. Pero a él no lo vieron».
Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo les cuesta creer todo lo
que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el Mesías soportara esos
sufrimientos para entrar en su gloria?» Y comenzando por Moisés y continuando en
todas las Escrituras lo que se refería a él.
15
Cuando llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir
adelante. Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el
día se acaba». El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y
pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los
discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y
se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino y
nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino y
regresaron a Jerusalén. ”
Lucas 24, 13 -33
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús se acerca y camina junto con los discípulos, pero éstos no lo reconocen.
Seguramente y muchas veces a nosotros y a tantos hombres y mujeres de
nuestra ciudad, nos pasa lo mismo; situaciones duras, contradictorias, sueños
frustrados no nos dejan descubrir la presencia de Jesús que está ahí, caminando a
nuestro lado, dispuesto a darle sentido y esperanza a nuestras penas y
decepciones.
Jesús pregunta, interpela, los deja hablar, escucha. Se sitúa al mismo nivel en
el que están ellos y con la luz de la palabra, esa que es capaz de encender la
esperanza en la oscuridad del corazón de los discípulos, los va conduciendo y los
atrae hacia su experiencia de resurrección.
Jesús no sólo comparte, el camino, la casa de ellos sino también su mesa. Y es
en el gesto del don de sí, de su generosidad, del amor extremo donde los
peregrinos lo reconocen.
Con una nueva fuerza, transformados, salen a recorrer el camino inverso,
regresan a la comunidad de la que se habían alejado, y a la que le habían perdido
el gusto.
Cada día podemos vivir esta relación tan estrecha entre el pan de la palabra y
el pan eucarístico, alimento para la fe, para el amor.
Cada día podemos encontrar en alguien que se hace cercano, que se nos da,
que se hace compañero de camino y de vida, al Jesús que nos abre los ojos y nos
hace arder el corazón.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Miramos, escuchamos, contemplamos a Jesús y redescubrimos en sus palabras,
gestos, actitudes, sus rasgos y estilo misionero. ¿Que descubro hoy en este
encuentro con Él en su Evangelio?:
•
Le pregunto: ¿Qué esperas de mí hoy, en mi situación actual?
16
•
¿Qué decepciones, qué sueños frustrados guardo en mi corazón?
•
¿He vivido situaciones, experiencias que me han hecho alejarme de la
comunidad como los peregrinos de Emaús? ¿Quiénes como Jesús, han aparecido
en el camino y se han hecho don generoso? ¿Los recuerdo con gratitud?
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué actitudes de cercanía, de “caminar con” , de escucha según la pedagogía de
Jesús pondremos en nuestro camino misionero con hermanos que se han alejado?
•
¿Qué gestos tendremos que implementar para acercar la Palabra y la Eucaristía a
nuestros hermanos para que su corazón arda? ¿Qué gestos y actitudes
manifiestan nuestra apertura y acogida cuando hay hermanos que regresan o se
acercan a la comunidad?
IV - Oración final:
“Jesús, Tú vienes a transfigurarnos para renovarnos a imagen de Dios:
ilumina nuestras tinieblas.
Jesús, luz del corazón, tú conoces nuestra sed:
condúcenos hacia la fuente de tu Evangelio.
Jesús, luz del mundo, tú iluminas a cada ser humano:
haz que discernamos tu presencia en los demás.
Jesús, amigo de los pobres:
abre en nosotros las puertas de la sencillez para acogerte.
Jesús, manso y humilde de corazón:
renueva en nosotros el espíritu de infancia.
Jesús, Tú haces posible que la Iglesia prepare tu camino en el mundo:
abre para todos las puertas de tu Reino.
Jesús, que vienes a nuestro encuentro y animas nuestro camino:
ayúdanos a ser misioneros de la escucha,
siempre atentos a tu voz y al clamor de los demás.”
17
FICHA 3
M isión
es : Iluminar con
A legría y
G ratitud
I - Aparecida nos dice:
“ La vida nueva de Jesucristo toca al ser humano entero y desarrolla en plenitud la
existencia humana en su dimensión personal, fam iliar, social y cultural.
Para ello, hace fa lta entrar en un proceso de cambio que transfigure los variados
aspectos de la propia vida.
Sólo así, se hará posible percibir que Jesucristo es nuestro salvador en todos los
sentidos de la palabra.
Sólo así, manifestaremos que la vida en Cristo sana, fortalece y humaniza. Porque
Él es el Viviente, que camina a nuestro lado, descubriéndonos el sentido de los
acontecimientos, del dolor y de la muerte, de la alegría y de la fiesta.
La vida en Cristo incluye la alegría de comer juntos, el entusiasmo por progresar,
el gusto de trabajar y de aprender, el gozo de servir a quien nos necesite, el
contacto con la naturaleza, el entusiasmo de los proyectos comunitarios, el placer
de una sexualidad vivida según el Evangelio, y todas las cosas que el Padre nos
regala como signos de su amor sincero.
Podemos encontrar al Señor en medio de las alegrías de nuestra limitada
existencia y, así, brota una gratitud sincera. ”
Documento de Aparecida 354.132
•
Ei Pablo VI y Francisco nos ayudan a profundizar:
“ Conservemos el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora
alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo
—como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa
m ultitud de admirables evangelizadores que se han sucedido a lo largo de la
historia de la Iglesia— con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de
extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá que el
mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza- pueda así
recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia
el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo y
aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el reino de Dios y de implantar la
Iglesia en el mundo. ”
Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 80
18
“ Quisiera decirles una palabra, y esa palabra es: alegría.
Algunos dirán: la alegría nace de las cosas que se tienen, y entonces he aquí
la búsqueda del último modelo de f<smartphone” , del coche que llama la
atención... Otros, incluso, del vestido más a la moda, de la diversión...
Sabemos que todo esto puede satisfacer algún deseo, crear alguna emoción,
pero al final es una alegría que permanece en la superficie, no es una alegría
íntima: es la euforia de un momento que no hace verdaderamente feliz. La alegría
no es la euforia de un momento: ¡es otra cosa!
La verdadera alegría no viene de las cosas, del tener, ¡no! Nace del
encuentro, de la relación con los demás, nace de sentirse aceptado, comprendido,
amado, y de aceptar, comprender y amar; y esto no por el interés de un momento,
sino porque el otro, la otra, es una persona. La alegría nace de la gratuidad de un
encuentro.
Es escuchar: «Tú eres importante para mí», no necesariamente con palabras.
Esto es hermoso... Y es precisamente esto lo que Dios nos hace comprender.
Dios nos dice: «Tú eres importante para mí, te quiero, cuento contigo». Jesús, a
cada uno de nosotros, nos dice esto.
De ahí nace la alegría. La alegría del momento en que Jesús me ha mirado.
Comprender y sentir esto es el secreto de nuestra alegría.
Sentirse amado por Dios, sentir que para él no somos números, sino personas
y sentir que es él quien nos llama y nos envía.
Santo Tomás decía: “bonum est diffusivum sui” , el bien se difunde. Y también
la alegría se difunde. ”
Papa Francisco, 0610712013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
uSal de la tie rra y luz del mundo”
‘T e he destinado a ser alianza del pueblo y luz de las gentes. ”
Isaías 42,6
‘T e voy a poner por luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los
confines de la tierra. ”
Isaías 49,6
“ Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la
volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los
hombres.
Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima
de una montaña. Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón,
sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la
casa.
Así debe b rilla r ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de
que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo. ”
19
Mateo 5, 13 - 16
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Lo que sucede en el interior de la vida del discípulo que ha acogido el reino
proclamado por Jesús, debe verse luego en signos externos. La fuerza de esta
palabra recae en lo que el discípulo está llamado a ser: sal y luz, como expresión
de su identificación con Jesús.
El plural “ ustedes son” nos recuerda que no se trata de algo individual sino
de la vida de las comunidades, las cuales a pesar de su pequeñez, despliegan el
anuncio en el ambiente en el que están situadas.
Si colocamos sal en una sopa, ésta tiene una doble virtud, estar en todo y
ser discreta; de hecho nadie habla de ella, a menos que haga falta o esté en
exceso. El evangelio dice específicamente “ de la tie rra ” . Jesús nos remite con
esta expresión al mundo de la agricultura en antiguo oriente; era costumbre
agregarle sal al abono para darle más vigor, para que éste, fuese más fecundo.
Nuestras comunidades cristianas están llamadas a ser instrumentos de la
vida del Padre, que es padre de todos. Somos invitados desde este texto a
redescubrir nuestra misión, ser fermento en el mundo con la vida de Jesús.
La luz fue hecha para iluminar, por eso no admite ser escondida. En la
antigüedad, cuando todavía no había señalizaciones, la gente se orientaba por
referencias: tal árbol, tal montaña o tal ciudad que se avistaba desde lejos.
El discípulo de Jesús y su comunidad son un punto de referencia, de
inspiración, de orientación para todos los que lo ven.
La luz puesta en el lugar correcto permite apreciar los espacios, evitar
tropiezos, pero sobre todo reconocer el rostro del otro. La luz pone en evidencia
lo oculto, lo injusto, lo incorrecto. Así es la fuerza de vida de una comunidad de
discípulos en su entorno.
La comunidad no se proyecta en el mundo por vanidad, sino porque ésa es su
misión; la finalidad última es la gloria del Padre.
En el actuar de los discípulos, lo que se verá no es el protagonismo personal,
individual o comunitario, sino el de Dios.
Todos descubrirán a Dios amando como Padre bueno. Su rostro se revelará
en el rostro de sus hijos.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Qué experimenta mi corazón al escuchar estas palabras?
•
¿Qué realidades necesitan que sea sal y luz?
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué buenas obras harán que el Padre sea glorificado y alabado en nuestros
ámbitos cotidianos?
•
¿Qué pasos de humildad debemos dar para ser menos individualistas y más
comunitarios?
IV - Oración final:
“ Protege, Señor, a tus misioneros,
sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos,
que dejan todo para dar testimonio
de tu palabra y de tu amor.
En los momentos difíciles, sostenlos,
consuela sus corazones,
y corona su trabajo de frutos espirituales.
Y que tu imagen del crucifijo
que les acompaña siempre,
les hable de heroísmo,
de generosidad, de amor y de paz.
Amén. ”
Beato Juan XXIII
M isión
FICHA 4
es : A mar y C rear C omunión
I - Aparecida nos dice:
“ Con los ojos puestos en sus hijos y en sus necesidades, como en Cañó de Galilea,
María ayuda a mantener vivas las actitudes de atención, de servido, de entrega y
de gratuidad que deben distinguir a los discípulos de su Hijo,
índica, además, cuál es la pedagogía para que los pobres, en cada comunidad
cristiana, “se sientan como en su casa” 91
.
0
Crea comunión y educa a un estilo de vida compartida y solidaria, en fraternidad,
en atención y acogida del otro, especialmente si es pobre o necesitado.
En nuestras comunidades, su fuerte presencia ha enriquecido y seguirá
enriqueciendo la dimensión materna de la Iglesia y su actitud acogedora, que la
convierte en ucasa y escuela de la comuniónr°, y en espacio espiritual que prepara
para la misión. ”
Documento de Aparecida 272
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“ La fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres
de nuestro tiempo.
Sin un amor fiable, nada podría mantener verdaderamente unidos a los
hombres.
La unidad entre ellos se podría concebir sólo como fundada en la utilidad, en la
suma de intereses, en el miedo, pero no en la bondad de vivir juntos, ni en la
alegría que la sola presencia del otro puede suscitar.
La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas, porque
capta su fundamento último y su destino definitivo en Dios, en su amor, y así
ilumina el arte de la edificación, contribuyendo al bien común.
Sí, la fe es un bien para todos, es un bien común; su luz no luce sólo dentro de
la Iglesia ni sirve únicamente para construir una ciudad eterna en el más allá; nos
ayuda a edificar nuestras sociedades, para que avancen hacia el futuro con
esperanza.
La Carta a los Hebreos pone un ejemplo de esto cuando nombra, ju n to a otros
hombres de fe, a Samuel y David, a los cuales su fe les perm itió « administrar
justicia » (Hb 11,33). Esta expresión se refiere aquí a su justicia para gobernar, a
esa sabiduría que lleva paz al pueblo (cf. 1 S 12,3-5; 2 S 8,15).
9 NMI 50
10 NMI43
22
Las manos de la fe se alzan al cielo, pero a la vez edifican, en la caridad, una
ciudad construida sobre relaciones, que tienen como fundamento el amor de
Dios. ”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 51
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“ Ámense los unos a los otros”
“ Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros.
Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.
En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se
tengan los unos a los otros. ”
Juan 13, 34 - 35
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús le da a sus discípulos el mandamiento del amor: “ como yo los he
amado, así también ámense los unos a los otros” .
Este es el modo concreto como Jesús continuará en medio de su comunidad
y, al mismo tiempo, como los discípulos serán identificados en cuanto tales.
La experiencia del amor de Jesús, envuelve completamente la vida de los
discípulos. Esta vida en el amor, es la luz de los discípulos.
Jesús habla de un “ mandato nuevo” , pero, ¿en qué está lo nuevo? Jesús no
habla de amor en abstracto o de forma genérica, sino que su referente es el “ como
yo los he amado” .
Es el comportamiento y las actitudes de Jesús lo que señala los límites y el
estilo de este amor; en este sentido el mandato de Jesús es completamente nuevo,
porque sólo los discípulos han experimentado su amor y porque sólo en la Cruz se
reveló en plenitud el amor de Jesús y el del Padre.
Por lo tanto, lo que Jesús subraya de manera particular es que el amor de
cada discípulo por el otro debe testimoniar la intensidad y la grandeza del amor de
Jesús Crucificado. El amor de los discípulos toma forma en el molde de la Cruz.
El mandato no está en el simple hecho de “am ar” sino “amar a la manera
de Jesús”; amor de aceptación del otro, amor que ayuda y trasforma, que se
despoja de sí mismo para buscar el bien del otro.
En su forma de amar, cada uno le hará presente Jesús a su hermano.
Jesús no se ha limitado a mandar que nos amemos sino que nos ofrece ante
todo la experiencia de su propio amor, vaciándolo en nuestros corazones, creando
así entre Él, nosotros y los que nos rodean, un nuevo espacio vital y una nueva
dinámica relacional.
Discipulado y Misión se funden en este aspecto.
El amor de la comunidad atraerá a muchos y será anuncio vivo de la
presencia del Resucitado en el mundo.
23
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Cuál es mi experiencia del amor de Jesús en mi vida?
• Mi forma de amar ¿se inspira y tiene su fuerza en el amor de Jesús? ¿De qué me
tengo que despojar para amar como Jesús?
2. Compartimos en grupo:
• Jesús amó hasta el extrem o a sus discípulos y les pidió que hicieran lo mismo
con los demás. En nuestras comunidades, en nuestro grupo ¿cuál es ese “extremo”
que manifiesta el amor a nuestros hermanos?
IV - Oración final:
Oración para Aprender a Amar
“ Señor, cuando tenga hambre,
dame alguien que necesite comida;
Cuando tenga sed,
dame alguien que precise agua;
Cuando sienta frío,
dame alguien que necesite calor.
Cuando sufra,
dame alguien que necesita consuelo;
Cuando mi cruz parezca pesada,
déjame compartir la cruz del otro;
Cuando me vea pobre,
pon a mi lado algún necesitado.
Cuando no tenga tiempo,
dame alguien que precise de mis minutos;
Cuando sufra humillación,
dame ocasión para elogiar a alguien;
Cuando esté desanimado,
dame alguien para darle nuevos ánimos.
Cuando quiera que los otros me comprendan,
dame alguien que necesite de mi comprensión;
Cuando sienta necesidad de que cuiden de mí,
dame alguien a quien pueda atender;
Cuando piense en mí mismo.
24
vuelve mi atención hacia otra persona.
Haznos dignos, Señor, de servir a nuestros hermanos;
Dales, a través de nuestras manos,
no sólo el pan de cada día,
también nuestro amor misericordioso, imagen del tuyo. ”
Beata Madre Teresa de Calcuta M.C.
“Mi alma se ha empleado
y todo mi caudal en su servicio:
ya no guardo ganado
ni ya tengo otro oficio,
que ya sólo amar es mi ejercicio. ”
San Juan de la Cruz
25
M isión
FICHA 5
es : Hacerse Prójimo C ompasivo
I - Aparecida nos dice:
“ La respuesta a su llamada exige entrar en la dinámica del Buen Samaritano11, que
nos da el imperativo de hacernos prójimos, especialmente con el que sufre, y
generar una sociedad sin excluidos, siguiendo la práctica de Jesús que come con
publícanos y pecadores12, que acoge a los pequeños y a los niños13, que sana a los
leprosos14, que perdona y libera a la mujer pecadora15, que habla con la
Samaritana16. ”
Documento de Aparecida 135
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El Espíritu Santo nos introduce en el misterio del Dios vivo, y nos
salvaguarda del peligro de una Iglesia gnóstico y de una Iglesia autorreferencial,
cerrada en su recinto; nos impulsa a abrir las puertas para salir, para anunciar y
dar testimonio de la bondad del Evangelio, para comunicar el gozo de la fe, del
encuentro con Cristo. El Espíritu Santo es el alma de la misión.
Es el Espíritu Paráclito, el «Consolador», que da el valor para recorrer los
caminos del mundo llevando el Evangelio. El Espíritu Santo nos muestra el
horizonte y nos impulsa a las periferias existenciales para anunciar la vida de
Jesucristo. Preguntémonos si tenemos la tendencia a cerrarnos en nosotros
mismos, en nuestro grupo, o si dejamos que el Espíritu Santo nos conduzca a la
misión. ”
Papa Francisco,
Misa con los movimientos eclesiales en la Solemnidad de Pentecostés 2013
“ El discipulado misionero es vocación: llamado e invitación. Se da en un “hoy”
pero “ en tensión” . No existe el discipulado misionero estático. El discípulo
misionero no puede poseerse a sí mismo, su inmanencia está en tensión hacia la
trascendencia del discipulado y hacia la trascendencia de la misión.
No admite la autorreferencialidad: o se refiere a Jesucristo o se refiere al
pueblo a quien se debe anunciar. Sujeto que se trasciende. Sujeto proyectado
hacia el encuentro: el encuentro con el Maestro (que nos unge discípulos) y el
encuentro con los hombres que esperan el anuncio.
(cf.
12 (cf.
13 (cf.
14 (cf.
15 (cf.
16 (cf.
11
Le 10, 29-37)
Le 5, 29-32)
Me 10, 13-16)
Me 1, 40-45)
Le 7, 36-49; Jn 8, 1-11)
Jn 4, 1-26)
26
Por eso, me gusta decir que la posición del discípulo misionero no es una posición
de centro sino de periferias: vive tensionado hacia las periferias... incluso las de la
eternidad en el encuentro con Jesucristo. En el anuncio evangélico, hablar de
“periferias existenciales” des-centra, y habitualmente tenemos miedo a salir del
centro. El discípulo-misionero es un des-centrado: el centro es Jesucristo, que
convoca y envía. El discípulo es enviado a las periferias existenciales. ”
Papa Francisco,
Encuentro con el Comité de Coordinación del CELAM- 28/07/2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina: “Haz tú lo mismo”
“ Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: «Maestro,
¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?».Jesús le preguntó a su vez:
«¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?». Él le respondió: «Amarás al
Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con
todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo». «Has respondido exactamente,
le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida».
Pero el doctor de la Ley, para ju stifica r su intervención, le hizo esta pregunta: «¿Y
quién es mi prójimo?».
Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: «Un hombre bajaba de Jerusalén a
Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y
se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un
sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió
su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se
conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino;
después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de
cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue,
diciéndole: "Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver". ¿Cuál de los
tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?».
«El que tuvo compasión de él», le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: «Ve, y
procede tú de la misma manera»” ...
Lucas 10, 25- 37
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este evangelio nos coloca ante una opción radical para vivir según el evangelio.
¿Quién es el prójimo? ¿Cómo hacerse prójimo?
Jesús nos invita a observar cuidadosamente las acciones del samaritano. Todo lo
que él hace está movido por la “misericordia” : se “aproxima”, “cura sus heridas” ,
le cede su propio puesto “montándolo en la cabalgadura” , lo “ lleva a una posada”
y “cuida de é l” personalmente. Finalmente da de su propio bolsillo para que el
tratamiento del herido llegue hasta el final. Y cuando se despide todavía prevé un
nuevo encuentro: “cuando vuelva”, le dice el samaritano al posadero.
Cada una de las acciones del buen samaritano nos habla. Podríamos detenernos
por ejemplo, en el detalle de la montura: “ Lo montó sobre su propia cabalgadura” .
27
La ayuda al hermano implica cederle nuestro lugar, un compromiso de fondo; salir
de nuestra comodidad, ponerse en el lugar del otro.
Uno se hace prójimo con hechos concretos, no sólo con palabras. Hechos que
seguramente le duelen al que los hace. No fue solamente un: “ ¡Uh!, ¡lo siento
mucho!” , “¿qué le pasó?” , “¿por dónde se fueron los ladrones?”, “ ¡ que Dios lo
bendiga! ” .
Jesús dice claramente: “Haz tú lo mismo” . Este hacer consiste en la práctica de
la misericordia.
La caridad individual debe ir a la par de la caridad institucional. No se trata de
quitarse de encima la responsabilidad, sino de saber trabajar por el prójimo
comunitariamente, asumiendo cada uno la tarea que le corresponde. Es importante
saber trabajar juntos apoyando las diversas iniciativas que se toman en la Iglesia y
en la sociedad.
Las calles de nuestra ciudad son como aquel camino de Jericó donde alguien
que quizás no conocemos aguarda por nuestra misericordia.
Dejemos que el imperativo de Jesús se nos impregne en el corazón y se
convierta en regla de vida: “ ¡Ve y haz tú lo mismo!”
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
• Recuerdo la última vez que actué como el buen samaritano. ¿Con quién fue?,
¿Qué hice?, ¿Qué intereses y necesidades personales pasaron a segundo plano?
• ¿Cuáles son las personas de mi entorno que más necesitan de mi y a quiénes
algunas veces he negado mi ayuda oportuna?
2. Compartimos en grupo:
• ¿Qué nos impide la proximidad, la cercanía, cuáles son nuestros miedos? ¿qué
obstáculos encontramos frente a las tareas y un testimonio comunitario?
• ¿Qué compromisos podemos asumir como comunidad para hacernos prójimos de
los hombres y mujeres que están en la periferia, desconocidos, “ invisibles” !
IV - Oración final:
Oración de un misionero m ártir
“ ¡Oh, mi Divino Salvador!,
haz, por tu omnipotencia y tu infin ita misericordia,
que yo cambie y me transforme totalmente en Ti.
28
Que mis manos sean las manos de Jesús,
que mis ojos sean los ojos de Jesús,
que mi lengua sea la lengua de Jesús;
que todos mis sentidos y todo mi cuerpo
sólo sirvan para glorificarte;
pero, sobre todo, transforma mi alma y todas sus potencias:
que mi memoria, que mi inteligencia, que mi corazón,
sean la memoria, la inteligencia y el corazón de Jesús;
que mis actos, mis sentimientos
sean semejantes a tus actos, a tus sentimientos;
y que, como tu Padre decía de Ti:
“ Yo te he engendrado hoy” ,
puedas Tú decir lo mismo de mí
y agregar también con tu Padre celestial:
“He ahí a mi hijo bien amado, objeto .de mis complacencias
Amén. ”
San Juan Gabriel Perboyre (1802-1840)
29
FICHA 6
Misión
es :
D ialogar
sin
F ronteras
I - Aparecida nos dice:
“El mundo espera de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña un compromiso
más significativo con la misión universal en todos los Continentes.
Para no caer en la trampa de encerrarnos en nosotros mismos, debemos formarnos
como discípulos misioneros sin fronteras, dispuestos a ir “a la otra o rilla ” , aquélla
en la que Cristo no es aún reconocido como Dios y Señor, y la Iglesia no está
todavía presente. ” 17
Documento de Aparecida 376
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“Hace bien recordar las palabras del Concilio Vaticano II: Los gozos y las
esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre
todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y
angustias de los discípulos de Cristo18. Aquí reside el fundamento del diálogo con
el mundo actual.
La respuesta a las preguntas existenciales del hombre de hoy, especialmente
de las nuevas generaciones, atendiendo a su lenguaje, entraña un cambio fecundo
que hay que recorrer con la ayuda del Evangelio, del Magisterio, y de la Doctrina
Social de la Iglesia.
Los escenarios y areópagos son de lo más variado. Por ejemplo, en una misma
ciudad, existen varios imaginarios colectivos que conforman “ diversas ciudades” .
Si nos mantenemos solamente en los parámetros de “ la cultura de siempre” ,
en el fondo una cultura de base rural, el resultado terminará anulando la fuerza
del Espíritu Santo. Dios está en todas partes: hay que saber descubrirlo para poder
anunciarlo en el idioma de esa cultura; y cada realidad, cada idioma, tiene un
ritm o diverso. ”
Papa Francisco,
Río de Janeiro, 28 de ju lio de 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Dame de beber”
17 Cf. AG 6
18 cf. GS, 1
30
“Jesús, cansado del camino, se sentó junto al pozo. Era cerca del mediodía. Llegó
una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: “Dame de beber” .
La samaritana le dijo: “¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí que soy
mujer samaritana?” (Es que los judíos no se tratan con los samari taños)...”
“ ...Jesús le contestó: si conocieras el don de Dios...tú misma me pedirías a mí y yo
te daría agua viva....
Ella le dijo: señor, no tienes con qué sacar agua ¿dónde vas a conseguir agua viva?
Jesús le contestó...el que beba del agua que yo le daré no volverá más a tener
sed... La mujer le dijo: señor dame de esa agua...”
Juan 4, 6-9
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El relato del Evangelio nos dice que Jesús debía regresar desde Judea a
Galilea y que para eso tenía que atravesar Samaría. Para un judío, la Samaría era
territorio hostil; sólo lo recorría en caso de necesidad y evitando toda
comunicación con los samaritanos. A primera vista, para Jesús no era un lugar
adecuado para desarrollar su misión.
Sin embargo Jesús le habla a la mujer, le pide un favor. Lo que ha hecho no
tiene nada de anormal ni artificial. Era su modo de ser. El no hacía acepción de
personas, no discriminaba a las mujeres, los samaritanos formaban parte de su
amor fraterno y universal.
Jesús ha creado un ambiente propicio, con su proximidad, ha hecho sentir a la
mujer su valor y su dignidad. El diálogo con la samaritana es un diálogo
evangelizador. Jesús no “busca” dar testimonio de manera planificada y artificial.
Actúa normalmente.
El testimonio de amor fraterno en la misión no se puede improvisar o “pre­
fabricar” . Es el resultado de una caridad ardientemente incorporada al modo
habitual de ser. En este caso, el amor fraterno, como testimonio, se da como
acogida y diálogo que supera toda discriminación y división.
Jesús habla con la samaritana del agua y de la sed, elementos que la mujer
conocía muy bien, formaban parte de su realidad ordinaria y de su cultura. A partir
de ellos, la abre a realidades mayores: el agua viva, el don de Dios, el encuentro y
la experiencia de Dios.
Evangelizar es dialogar con lo más profundo de una mentalidad y de una
cultura.
El anuncio del Evangelio toma en cuenta la realidad, la vida ordinaria, la
experiencia humana de la gente.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
31
•
El don de Dios viene del encuentro con Jesús. La mujer conoce a Jesús como
“aquél que me conoce”, el que conoce a fondo su vida, su historia y sus
necesidades. ¿Pongo toda mi vida bajo la mirada compasiva del Maestro?
• La samaritana lleva a los otros a creer ¿Con qué rasgos de esta mujer me
identifico en mi contagio, entusiasmo y anuncio misionero cotidiano?
2. Compartimos en grupo:
• ¿Qué conversión necesitamos para que el anuncio del Evangelio sea respuesta a
las preguntas existenciales del hombre de hoy?
• ¿Qué conversión necesita nuestro diálogo, nuestra mirada de la realidad para
favorecer una cultura del encuentro, de la comunión?
IV - Oración final:
Vayan y anuncien
“Vayan y anuncien el Evangelio...
porque nadie debe quedar sin escucharlo.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque a nadie se le puede negar este tesoro.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque si gratis lo has recibido, gratis lo debes dar.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque sus palabras son palabras de vida.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque Dios te habla a través de la Palabra.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque nunca se debe ocultar.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque lo que es bueno para ti,
con otros lo tienes que compartir.
Vayan y anuncien el Evangelio...
porque Dios te necesita.
Vayan y anuncien el Evangelio...
y Yo estaré contigo hasta el final de los tiempos.
Porque sin Mí no puedes hacer nada;
porque de Mí te vendrá la fuerza para anunciarlo;
Porque tú solo no eres nada, pero conmigo lo eres todo.
Confía, confía en M í...
Tú eres mi mensajero... Confía, confía...”
32
M isión
FICHA 7
es : vivir la Reconciliación
I - Aparecida nos dice:
“Jesús salió al encuentro de personas en situaciones muy diversas: hombres y
mujeres, pobres y ricos, judíos y extranjeros, justos y pecadores, invitándolos a
todos a su seguimiento.
Hoy sigue invitando a encontrar en Él el amor del Padre.
Por esto mismo, el discípulo misionero ha de ser un hombre o una mujer que hace
visible el amor misericordioso del Padre, especialmente a los pobres y pecadores. ”
Documento de Aparecida 147
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“ En la «modernidad» se ha intentado construir la fraternidad universal
entre los hombres fundándose sobre la igualdad. Poco a poco, sin embargo, hemos
comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un Padre común como
fundamento último, no logra subsistir.
Es necesario volver a la verdadera raíz de la fraternidad. Desde su mismo
origen, la historia de la fe es una historia de fraternidad, si bien no exenta de
conflictos.
El amor inagotable del Padre se nos comunica en Jesús, también mediante
la presencia del hermano.
La fe nos enseña que cada hombre es una bendición para mí, que la luz del
rostro de Dios me ilumina a través del rostro del hermano. ¡Cuántos beneficios ha
aportado la mirada de la fe a la ciudad de los hombres para contribuir a su vida
común! Gracias a la fe, hemos descubierto la dignidad única de cada persona, que
no era tan evidente en el mundo antiguo.
La fe afirma también la posibilidad del perdón, que muchas veces necesita
tiempo, esfuerzo, paciencia y compromiso; perdón posible cuando se descubre que
el bien es siempre más originario y más fuerte que el mal, que la palabra con la
que Dios afirma nuestra vida es más profunda que todas nuestras negaciones.
Por lo demás, incluso desde un punto de vista simplemente antropológico,
la unidad es superior al conflicto; hemos de contar también con el conflicto, pero
experimentarlo debe llevarnos a resolverlo, a superarlo, transformándolo en un
eslabón de una cadena, en un paso más hacia la unidad. ”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 54-55
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“ Yo tampoco te condeno”
“Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en
adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer
ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear
a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?». Decían esto para ponerlo a prueba, a
fin de poder acusarlo.
Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo. Como
insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera
piedra». E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más
ancianos.
Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le
preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?».
Ella le respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no
peques más en adelante». ”
Juan 8, 3- 11
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Vemos a Jesús como el Señor de la misericordia y del perdón que recrea y
transforma nuestra vida.
Los escribas y fariseos “/e llevan una mujer sorprendida en adulterio” y le
piden una definición.
Jesús no se precipita a dar opiniones. Más bien invita a una serena reflexión.
Finalmente la respuesta de Jesús, obliga a sus adversarios a entrar en sus
corazones y reconocer humildemente su propio pecado. Ninguno se atreve a tirar
una piedra. Jesús tampoco los ha condenado a ellos, y así,
les ofrece su
misericordia.
Al final Jesús y la mujer quedan solos, uno frente al otro. La mujer todavía
está en el medio, aguardando el juicio.
Las preguntas de Jesús le permiten a esta mujer expresarse y recobrar
dignidad de persona, dándole también la oportunidad de constatar por ella misma
que el amor manifestado en los gestos y palabras de Jesús la han salvado de la
muerte.
Por fin se escucha el pronunciamiento de Jesús: “ ¡Tampoco yo te condeno!
Vete, y no peques más” .
Jesús no es acusador. Así como el Padre misericordioso nunca condena al
pecador, Jesús, imagen viva de su presencia y de su amor compasivo, no condena
sino que levanta a quien está caído.
Jesús no sólo ha librado a esta mujer de la muerte, sino que también la ha
liberado interiormente infundiéndole la capacidad de vivir en adelante según la
voluntad de Dios. La mujer es enviada a una vida nueva. El amor va de la mano de
la justicia; de aquí en adelante la mujer debe rectificar su conducta.
34
Desarmados ante los demás, estamos llamados a abrirnos a la misericordia
que el Padre derrama sobre cada uno y sin medida en la Pasión y muerte de su Hijo
querido.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
Recuerdo un momento de mi vida en el cual me haya sentido perdonado/a por
Dios y abrazados por su misericordia. Le damos gracias.
•
¿Cuál es la mirada que tengo generalmente sobre mi prójimo? ¿de condena,
juicio, o de ayuda y misericordia?
2. Compartimos en grupo:
•
¿Qué dificultades encontramos para ser constructores de una fraternidad
misericordiosa?
•
¿Qué aportes podemos hacer para un anuncio gozoso de la misericordia del Padre
Dios? ¿Qué gestos contagian e invitan al perdón?
IV - Oración final:
“Por la paz en el mundo
y la liberación de todos los seres humanos, te pedimos Señor.
Para que los responsables de las Iglesias busquen sin descanso
la unidad visible de los cristianos, te pedimos Señor.
Por la integridad en la vida política,
por la justicia en la sociedad, te pedimos Señor.
Por los que ganan con dificultad su pan cotidiano,
te pedimos Señor.
Por los que están privados de trabajo o de recursos,
te pedimos Señor.
Por los que no tienen familia ni hogar,
te pedimos Señor.
Por quienes sufren de soledad, de abandono,
te pedimos Señor.
35
Por los que están oprimidos, calumniados, te pedimos Señor.
Por quienes están al servicio de los más pobres,
de los extranjeros, de los que están aislados, te pedimos Señor.”
36
FICHA 8
M isión
es :
C omprometerse
Miseria H umana
con
T oda
I - Aparecida nos dice:
“ Cuando el impulso del Espíritu impregna y motiva todas las áreas de la
existencia, entonces también penetra y configura la vocación específica de cada
uno. Así, se forma y desarrolla la espiritualidad propia de presbíteros, de
religiosos y religiosas, de padres de familia, de empresarios, de catequistas, etc.
Cada una de las vocaciones tiene un modo concreto y distintivo de vivir la
espiritualidad, que da profundidad y entusiasmo al ejercicio concreto de sus
tareas.
Así, la vida en el Espíritu no nos cierra en una intimidad cómoda, sino que nos
convierte en personas generosas y creativas, felices en el anuncio y el servicio
misionero.
Nos vuelve comprometidos con los reclamos de la realidad y capaces de
encontrarle un profundo significado a todo lo que nos toca hacer por la Iglesia y
por el mundo. ”
“ Descubrimos, así, una ley profunda de la realidad: la vida sólo se desarrolla
plenamente en la comunión fraterna y justa. Porque “Dios en Cristo no redime
solamente la persona individual, sino también las relaciones sociales entre los
seres humanos” 192
.
0
Ante diversas situaciones que manifiestan la ruptura entre hermanos, nos apremia
que la fe católica de nuestros pueblos latinoamericanos y caribeños se manifieste
en una vida más digna para todos.
El rico magisterio social de la Iglesia nos indica que no podemos concebir una
oferta de vida en Cristo sin un dinamismo de liberación integral, de humanización,
de reconciliación y de inserción social. ”
Documento de Aparecida 285. 359
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El anuncio del Evangelio es parte del ser discípulos de Cristo y es un
compromiso constante que anima toda la vida de la Iglesia.
«El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad
eclesial»26.
19 CDSI 52
20 (Benedicto XVI, Exhort. ap. Verbum Dom ini, 95)
37
Toda comunidad es “ adulta”, cuando profesa la fe, la celebra con alegría en la
liturgia, vive la caridad y proclama la Palabra de Dios sin descanso, saliendo del
propio ambiente para llevarla también a las “periferias” , especialmente a
aquellas que aún no han tenido la oportunidad de conocer a Cristo.
La fuerza de nuestra fe, a nivel personal y comunitario, también se mide por la
capacidad de comunicarla a los demás, de difundirla, de vivirla en la caridad, de
dar testimonio a las personas que encontramos y que comparten con nosotros el
camino de la vida. ”
Papa Francisco,
Mensaje para Jornada Mundial de las Misiones 2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“Lo hicieron conmigo”
“Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha:
"Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue
preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me
dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;
desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de
comer; sediento, y te dimos de beber?¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos;
desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo."
Mateo 25, 34 - 40
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
A lo largo de todo el Evangelio nos encontramos con Jesús que
permanentemente en sus palabras y obras nos revela las intenciones de su corazón
y ratifica sus opciones de vida colocando por encima de todo la Palabra y el querer
del Padre.
Elige siempre la humildad como actitud fundamental en la realización de su
misión.
La Palabra que hoy compartimos nos coloca en el mismo horizonte de Jesús y
nos invita a vivir como Él, en función del otro, de los otros, haciendo del amor a
Dios y a los hermanos la meta fundamental de nuestra vida.
En el centro de la escena está Jesús, como Rey, un rey con actitudes y
corazón de pastor, que respeta y ama.
Jesús solamente constatará lo que hemos hecho día a día, lo que hemos
escrito con hechos. Estamos a tiempo de abrir los ojos y reconocerlo en los más
pequeños y olvidados.
38
El se identifica, son ellos el lugar privilegiado donde él se nos revela día a
día. Somos llamados a recorrer el mismo camino de despojo y pequeñez que El ha
recorrido, permaneciendo en Él.
Cuando expresamos nuestra ternura, nuestra atención a aquellos que a los
ojos humanos no cuentan tanto, a los que son considerados últimos, reproducimos
en nosotros los mismos sentimientos de Jesús, que pasó derramando la compasión
del Padre.
El nos ha trazado el camino, El es el Camino para realizarnos como discípulos
y misioneros.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Cuáles son las personas que menos tengo en cuenta, qué considero “últimas”, que
excluyo de mi mirada? ¿Qué estoy dispuesto a hacer por ellas?
2. Compartimos en grupo:
•
¿A qué persona o personas concretas que viven en situaciones de hambre, sed,
desnudez, enfermedad, prisión, les hemos tendido una mano como comunidad? Si
no lo hemos hecho, ¿Cómo lo podemos hacer?
•
¿Qué le pedimos al Espíritu que convierta en nuestras estructuras para ver y amar
al Señor en los hermanos?
IV - Oración final:
“Dios, Creador y Salvador, fuente de paz para toda la tierra:
sé hoy nuestra vida.
Cristo, tú nos llamas a compartir con los demás;
unifícanos en tu amor.
Cristo, nuestro Pastor,
tú vienes a buscar a los que están perdidos,
visitas a los abandonados y a quienes están solos:
vivifica sus esperanzas.
Espíritu Consolador,
tú depositas en nosotros una esperanza y alegría duraderas:
cólmanos con tu amor.
39
Espíritu Santificado^
tú suscitas en nosotros un amor que perdona:
Ven a nosotros, Espíritu Santo. Amén.”
40
FICHA 9
M isión
es :
C ompartir
la
V ida y
el
Pan
I - Aparecida nos dice:
“De los que viven en Cristo se espera un testimonio muy creíble de santidad y
compromiso.
Deseando y procurando esa santidad no vivimos menos, sino mejor, porque cuando
Dios pide más es porque está ofreciendo mucho más:
“ ¡No tengan miedo de Cristo! El no quita nada y lo da todo”21. ”
Documento de Aparecida 352
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
“El Concilio Vaticano II destacó de manera especial cómo la tarea misionera,
la tarea de ampliar los confines de la fe es un compromiso de todo bautizado y de
todas las comunidades cristianas:
«Viviendo el Pueblo de Dios en comunidades, sobre todo diocesanas y
parroquiales, en las que de algún modo se hace visible, a ellas pertenece también
dar testimonio de Cristo delante de las gentes»22.
Por tanto, se pide y se invita a toda comunidad a hacer propio el mandato
confiado por Jesús a los Apóstoles de ser sus «testigos en Jerusalén, en toda Judea
y Samaría, y hasta los confines de la tierra»23, no como un aspecto secundario de
la vida cristiana, sino como un aspecto esencial:
Todos somos enviados por los senderos del mundo para caminar con nuestros
hermanos, profesando y dando testimonio de nuestra fe en Cristo y
convirtiéndonos en anunciadores de su Evangelio. ”
Mensaje del Papa Francisco
para Jornada Mundial de las Misiones 2013
il - La Palabra de Dios nos ilumina:
“ Denles ustedes de comer”
“Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: «Este es un lugar desierto y
ya se hace tarde; despide a la m ultitud para que vaya a las ciudades a comprarse
alimentos».
21 BENEDICTO XVI, Homilía en la inauguración del Pontificado, 24 de ab ril de 2005.
22 (Decr.Ad gentes, 37)
23 (Hch 1,8)
41
Pero Jesús les d ijo : «No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes
mismos».
Ellos respondieron: «Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados».
«Tráiganmelos aquí», les dijo.
Y después de ordenar a la m ultitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco
panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición,
partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la
multitud.
Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce
canastas. ”
Mateo 14, 15- 20
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este evangelio es un hermoso ejemplo de alguien que comparte no sólo el pan
sino la misión y sabe implicar a otros en ella.
¿Qué descubrimos en Jesús?: Comparte su preocupación con los discípulos,
cuenta con los recursos que ellos tienen, y les da espacio para que actúen.
Jesús se da cuenta de la situación y la necesidad de la gente. Siente compasión.
Los discípulos captan el deseo de Jesús que se convierte para ellos en un reto, tras
manifestar su incapacidad de alimentar a tanta gente en aquel sitio despoblado.
Jesús toma los panes, que multiplicados, vuelven a las manos de ellos para ser
distribuidos.
Podemos centrar la mirada y detenernos en la actitud de Jesús ante esas
gentes: la misericordia.
Por misericordia Jesús les enseña largamente y por misericordia los alimentará
hasta dejarlos satisfechos.
Dios es Dios de misericordia y entró en la historia para librar totalmente a los
hombres de todas sus miserias, incluido el pecado y la muerte. Ese es el reino de
Dios. Jesús es la encarnación de este reino de misericordia. Su misericordia es el
motor de su misión.
(tEran como ovejas sin pastor” : gente desorientada, sin esperanza, alejadas de
la verdad y además hambrientos y sufrientes tras largos días de marcha. La
misericordia de Jesús se hace eficaz. Quiere abarcar todas las necesidades y
miserias y comienza por “ enseñarles largamente ”
La motivación fundamental del misionero es la misericordia.
La misericordia es el motor que lleva a entregarse al servicio de los demás, es
esencial en una espiritualidad de la misión.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
42
¿Cómo involucro yo a los demás miembros de mi familia o grupo en mis planes y
proyectos? ¿Cómo me dejo implicar en los de los demás?
2. Compartimos en grupo:
•
¿Nos animamos a revisar la “participación”, la “pertenencia”, el “compartir”, el
“compromiso” personal y grupal en el camino de la misión? ¿Cuáles son nuestras
fortalezas, cuáles las debilidades?
IV - Oración final:
“Jesús, manso y humilde de corazón,
tú visitas a todo ser humano para revelarle el amor del Padre.
Jesús, bondad sin medida,
tú liberas a los cautivos, tú perdonas nuestras faltas.
Jesús, nuestro descanso y nuestro refugio,
tu yugo es suave y tu carga ligera.
Jesús, enviado del Padre,
tú sanas nuestra ceguera.
Jesús, pan vivo bajado del cielo,
tú alimentas nuestro corazón con tu palabra.
Jesús, misionero incansable, peregrino de caminos,
tú has venido para encender un fuego en la tierra.
Jesús resucitado, alegría del Padre,
tú nos haces partícipes de tu alegría.
Jesús, tú eres el Camino, la Verdad y la Vida,
queremos compartir contigo y nuestros hermanos la vida y el pan.
43
FICHA 10
M isión
es : A nunciar con
Parresia
I - Aparecida nos dice:
“El Espíritu en la Iglesia fo rja misioneros decididos y valientes como Pedro 24y
Pablo25, señala los lugares que deben ser evangelizados y elige a quiénes deben
hacerlo26. ”
Documento de Aparecida 150 b
•
Pablo VI y Francisco nos ayudan a profundizar:
“ Sí, este mensaje es necesario. Es único. De ningún modo podría ser
reemplazado.
No admite indiferencia, ni sincretismo, ni acomodos. Representa la belleza de
la Revelación.
Lleva consigo una sabiduría que no es de este mundo. Es capaz de suscitar por
sí mismo la fe, una fe que tiene su fundamento en la potencia de Dios27.
Es la Verdad. Merece que el apóstol le dedique todo su tiempo, todas sus
energías y que, si es necesario, le consagre su propia vida. ”
Pablo VI,
Evangelii Nuntiandi 5
“ La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo.
¡Cuántos hombres y mujeres de fe han recibido luz de las personas que sufren! San
Francisco de Asís, del leproso; la Beata Madre Teresa de Calcuta, de sus pobres.
Han captado el misterio que se esconde en ellos. Acercándose a ellos, no les han
quitado todos sus sufrimientos, ni han podido dar razón cumplida de todos los
males que los aquejan. La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que,
como una lámpara, guía nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al
hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le
responde con una presencia que le acompaña, con una historia de bien que se une
a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. En Cristo,
Dios mismo ha querido compartir con nosotros este camino y ofrecernos su mirada
para darnos luz. Cristo es aquel que, habiendo soportado el dolor, «inició y
completa nuestra fe» (Hb 12,2).
24 (cf. Hch 4, 13)
25 (cf. Hch 13, 9)
26 (cf. Hch 13, 2)
27 Cf. 1 Cor. 2, 5
44
El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al bien común es siempre
un servicio de esperanza, que mira adelante, sabiendo que sólo en Dios, en el
futuro que viene de Jesús resucitado, puede encontrar nuestra sociedad cimientos
sólidos y duraderos. En este sentido, la fe va de la mano de la esperanza porque,
aunque nuestra morada terrenal se destruye, tenemos una mansión eterna, que
Dios ha inaugurado ya en Cristo, en su cuerpo (cf. 2 Co 4,16-5,5). El dinamismo de
fe, esperanza y caridad (cf. 1 Ts 1,3; 1 Co 13,13) nos permite así integrar las
preocupaciones de todos los hombres en nuestro camino hacia aquella ciudad «
cuyo arquitecto y constructor iba a ser Dios» (Hb 11,10), porque «la esperanza no
defrauda» (Rm 5,5).”
Papa Francisco,
Lumen Fidei 57
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“ Vayan, Yo los envío”
“El Señor designó a otros setenta y dos, y los envió de dos en dos para que lo
precedieran en todas las ciudades y sitios adonde él debía ir.
Y les dijo: «La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.
Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.
¡Vayan! Yo los envío como a ovejas en medio de lobos.
No lleven dinero, ni alforja, ni calzado, y no se detengan a saludar a nadie por el
camino.
Al entrar en una casa, digan primero: « ¡Que descienda la paz sobre esta casa!».
Y si hay allí alguien digno de recibirla, esa paz reposará sobre él; de lo contrario,
volverá a ustedes.
Permanezcan en esa misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya, porque el
que trabaja merece su salario. No vayan de casa en casa.
En las ciudades donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus
enfermos y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de ustedes». ”
Lucas 10, 1-9
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
En este momento los discípulos son enviados y Jesús coloca en sus manos un
verdadero “manual” de la misión. La esencia de la misión de los discípulos es
conducir a toda la humanidad a la persona del Señor, a su seguimiento. Del mismo
modo que Jesús los llamó, sin forzarlos sino seduciendo su corazón, apelando a la
libre decisión de cada uno, así ellos deben hacer discípulos a todos los pueblos de
la tierra.
45
La misión no conoce restricciones: a todos los hombres, y al hombre todo, con
todas sus dimensiones. El reino se refleja en el nuevo estilo de vida de quien lo
anuncia. Repasemos algunos rasgos distintivos de este nuevo estilo de vida.
El misionero se distingue por su corazón, por su ternura activa para con los
enfermos, los pobres, está impregnado de la compasión de Jesús con los sufrientes
de la tierra.
Al compartir la pobreza de Jesús queda claro que lo que cuenta al fin y al cabo
no son los recursos materiales para la misión sino la persona, ella misma, en primer
lugar.
Sabe iniciar la misión en el complejo mundo urbano, se informa, saluda, es
cortés.
Se distingue por su disponibilidad, por realizar bien la tarea y su motivación es
el servicio generoso.
El fracaso no lo deprime ni las reacciones agresivas de los destinatarios le roban
la paz. La misión está expuesta a inconvenientes, algunos leves y otros de mayor
envergadura. Él actuará con madurez, a la altura de las circunstancias, al estilo del
Maestro.
En la misión, los discípulos deberán referir las palabras de Jesús y reflejar su
manera de actuar. Saben de la presencia y ayuda del Señor que permanecerá a su
lado a lo largo de toda la historia.
III - Preguntas para animar y compartir:
1. Miramos nuestro interior:
•
¿Qué implicaciones tiene este texto de la palabra para mi vida como discípulo(a)
de Jesús?
•
De los rasgos que deben distinguir el modo de vivir de un verdadero misionero del Reino
¿Cuáles estoy viviendo personalmente? Mi vida ¿es anuncio de Jesús?
2. Compartimos en grupo:
•
Como grupo ¿A qué nos desafía el estilo de vida que Jesús propone a sus
misioneros? ¿Qué opciones, qué conversión nos pide? ¿Qué debemos trabajar
más?
•
¿Qué decisiones concretas inspira en nosotros la Palabra a favor de nuestro
camino misionero?
IV - Oración final:
BIENAVENTURANZAS DEL MISIONERO
46
“ Bienaventurado el misionero que vive enamorado de Cristo, que se fía de Él como
lo más necesario y absoluto, porque no quedará defraudado.
Bienaventurado el misionero que cada mañana dice “Padre nuestro ” llevando en
su corazón todas las razas, pueblos y lenguas, porque no se conformará con una
vida mezquina.
Bienaventurado el misionero que mantiene su ideal e ilusión por el Reino y no
pierde el tiempo en cosas accidentales, porque Dios acompaña a los que siguen su
ritmo.
Bienaventurado el misionero con un corazón puro y transparente, que sabe
descubrir el amor y la ternura de Dios sin complicaciones, porque Dios siempre se
le revelará.
Bienaventurado el misionero que reconoce y acepta sus limitaciones y debilidades
y no pretende ser invencible, porque Dios se complace en los humildes.
Bienaventurado el misionero que sabe discernir con sabiduría lo que conviene
callar y hablar en cada circunstancia, porque nunca tendrá que arrepentirse de
haber ofendido a un hermano.
Bienaventurado el misionero que no puede vivir sin la oración y sin saborear las
riquezas de la Palabra de Dios, porque esto dará sentido a su vida.
Bienaventurado el misionero que anuncia la verdad sobre Jesucristo y denuncia las
injusticias que oprimen a los hombres, porque será llamado profeta de los signos
de los tiempos.
Bienaventurado el misionero que sabe asumir y valorar la cultura de los pueblos,
porque habrá entendido el misterio de la Encarnación.
Bienaventurado el misionero que tiene tiempo para hacer felices a los demás, que
encuentra tiempo para los amigos, la lectura, el esparcimiento, porque ha
comprendido el Mandamiento del Amor y se conoce humano y necesitado. ”
Hna. María Virginia Ciette, SSpS
47
PARA FINALIZAR
María , N uestra G ran M isionera
I - Aparecida nos dice:
“María es la gran misionera, continuadora de la misión de su Hijo y formadora de
misioneros.
Ella, así como dio a luz al Salvador del mundo, trajo el Evangelio a nuestra
América. En el acontecimiento guadalupano, presidió ju n to al humilde Juan Diego
el Pentecostés que nos abrió a los dones del Espíritu.
Desde entonces son incontables las comunidades que han encontrado en ella la
inspiración más cercana para aprender cómo ser discípulos y misioneros de Jesús.
Con gozo constatamos que se ha hecho parte del caminar de cada uno de nuestros
pueblos, entrando profundamente en el tejido de su historia y acogiendo los rasgos
más nobles y significativos de su gente.
Las diversas advocaciones y los santuarios esparcidos a lo largo y ancho del
Continente testimonian la presencia cercana de María a la gente y, al mismo
tiempo, manifiestan la fe y la confianza que los devotos sienten por ella. Ella les
pertenece y ellos la sienten como madre y hermana. ”
Documento de Aparecida 269
•
El Papa Francisco nos ayuda a profundizar:
"María, haznos sentir tu mirada de madre, guíanos a tu Hijo, haz que no seamos
cristianos de escaparate, sino de los que saben mancharse las manos para construir
con tu Hijo Jesús su Reino de amor, de alegría y de paz."
Papa Francisco 12/12/2013
II - La Palabra de Dios nos ilumina:
“ Mi alma canta la grandeza del Señor”
“Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios,
mi salvador, porque el miró con bondad la pequeñez de tu servidora.
En adelante todas las generaciones me llamarán feliz, porque el Todopoderoso he
hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo!”
Lucas 1, 46 -49
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El canto del Magníficat, colocado en labios de María, nos la presenta como 4
anunciadora de las acciones de Dios en ella, auténtica misionera.
48
La V Conferencia del Episcopado Latinoamericano y de El Caribe reunida en
Aparecida, nos presenta a María como ejemplo y modelo de discípula misionera en
el proceso de dar vida a nuestros pueblos.
En ese itinerario de formación de creyentes, María nos ha precedido y sigue
siendo un ejemplo para todos los cristianos.
[Qué momento tan especial nos brinda el Señor, para que animados por su
Santo Espíritu y bajo la protección de María, llevemos a todos los hombres y
mujeres el mensaje de la auténtica liberación: la persona de Jesucristo!
iQue el Señor nos dé las luces y fuerzas necesarias para ser fieles a su
Palabra y al momento histórico que vivimos para bien de todos nuestros hermanos,
para que en Él todos tengamos vida en abundancia!
Junto a ella hagamos nuestra oración final agradecida:
“María, mujer de la escucha,
haz que se abran nuestros oídos;
que sepamos escuchar la Palabra de tu Hijo Jesús
entre las miles de palabras de este mundo;
haz que sepamos escuchar la realidad en la que vivimos,
a cada persona que encontramos,
especialmente a quien es pobre,
necesitado, tiene dificultades.
María, mujer de la decisión,
ilumina nuestra mente y nuestro corazón,
para que sepamos obedecer a la Palabra
de tu Hijo Jesús sin vacilaciones;
danos la valentía de la decisión,
de no dejarnos arrastrar
para que otros orienten nuestra vida.
María, mujer de la acción,
haz que nuestras manos y nuestros pies
se muevan «deprisa» hacia los demás,
para llevar la caridad y el amor de tu Hijo Jesús,
para llevar, como tú,
la luz del Evangelio al mundo. Amén. ”
Papa Francisco, 31 de Mayo de 2013
49
Evangelii
Gaudium
50
El Papa Francisco al clausurar el Año de la Fe en noviembre de 2013 nos hace el
regalo de la Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium “ La Alegría del
Evangelio” .
Escuchando al Espíritu y reconociendo comunitariamente los signos de los tiempos
entre el 7 y el 28 de octubre de 2012, se celebró la XIII Asamblea General Ordinaria
del Sínodo de los Obispos sobre el tema La nueva evangelización para la
transmisión de la fe cristiana.
Francisco recogiendo la riqueza de los trabajos realizados en el Sínodo, y
aceptando el pedido de los obispos, redacta para toda la Iglesia esta Exhortación.
En este documento nos invita a una nueva etapa evangelizadora marcada por la
alegría del Evangelio que llena el corazón y la vida de los que se encuentran con
Jesús.
“Sólo gracias a ese encuentro —o reencuentro— con el amor de Dios, que se
convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la
autorreferencialidad. Llegamos a ser plenamente humanos cuando somos más que
humanos, cuando le permitimos a Dios que nos lleve más allá de nosotros mismos
para alcanzar nuestro ser más verdadero. Allí está el manantial de la acción
evangelizadora. Porque, si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido
de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?”
E.G. 8
51
INTRODUCCION
El sueño del Papa
[...] “La actividad misionera «representa aún hoy día el mayor desafío para la
Iglesia » y «la causa misionera debe ser la primera». ¿Qué sucedería si nos
tomáramos realmente en serio esas palabras? Simplemente reconoceríamos que la
salida misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia.
En esta línea, los Obispos latinoamericanos afirmaron que ya «no podemos
quedarnos tranquilos en espera pasiva en nuestros templos»*** y que hace fa lta
pasar «de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente
misionera».
Esta tarea sigue siendo la fuente de las mayores alegrías para la Iglesia: «Habrá
más gozo en el cielo por un solo pecador que se convierta que por noventa y nueve
justos que no necesitan convertirse » (Le 15,7)” .
E.G.15
En esta Exhortación el Papa Francisco nos presenta caminos para la marcha de la
Iglesia en los próximos años y líneas que puedan alentar y orientar una nueva
etapa evangelizadora llena de fervor y dinamismo.
Nos invita a asumir un estilo evangelizador que llegue a las periferias de todos los
que necesitan luz, que salga de la comodidad, que sepa adelantarse, involucrarse,
metiéndose con obras y gestos en la vida cotidiana de los demás; buscando a los
lejanos, con “olor a oveja”, aguante apostólico, brindando misericordia.
...“ Conservemos, pues, el fervor espiritual. Conservemos la dulce y confortadora
alegría de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre lágrimas. Hagámoslo
—como Juan el Bautista, como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles, como esa
m ultitud de admirables evangelizad ores que se han sucedido a lo largo de la
historia de la iglesia- con un ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de
extinguir. Sea ésta la mayor alegría de nuestras vidas entregadas. Y ojalá que el
mundo actual —que busca a veces con angustia, a veces con esperanza- pueda así
recibir la Buena Nueva, no a través de evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes o ansiosos, sino a través de ministros del Evangelio, cuya vida irradia
el fervor de quienes han recibido, ante todo en sí mismos, la alegría de Cristo, y
aceptan consagrar su vida a la tarea de anunciar el reino de Dios y de implantar la
Iglesia en el mundo” ...
E.N.80
Escuchando el sueño del Papa:
“ Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo, para que las
costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se
52
convierta en un cauce adecuado para la evangelizadón del mundo actual más que
para la autopreservación.
La reforma de estructuras que exige la conversión pastoral sólo puede entenderse
en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la
pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque
a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta
positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad”
Queremos responder a su anhelo convirtiéndonos y constituyéndonos en todas las
regiones de la tierra en un «estado permanente de misión». 1
En estas fichas, nos detenemos y resaltamos algunas notas del estilo evangelizador
que nos propone Francisco para que nuestro testimonio de discípulos misioneros se
renueve y profundice; acogiendo en medio de nuestro compromiso cotidiano la
exhortación de la Palabra de Dios: “Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito,
¡alegraosi” (Flp 4,4)
1 Documento de Aparecida - 201.
Estas fichas son una sugerencia para leer y profundizar la Exhortación “ La Alegría
del Evangelio”, también para entusiasmarnos comunitariamente por la misión.
Tienen una estructura sencilla, algún número del documento introduce la
reflexión, un texto de la palabra para iluminar el contenido, preguntas para hacer
memoria de nuestra experiencia vital y otras para compartir con nuestro grupo de
referencia. Podemos aquí armar un grupo, quizás en familia o con algunos
miembros de ella, a lo mejor algunos compañeros de trabajo, del colegio ¿por qué
no?
No descartemos invitar a algunos vecinos, e ir rotando la casa en la que nos
reunimos mate de por medio.
Seguramente se nos van a ocurrir ideas para enriquecer este aporte, mirar algún
video y escuchar al Papa hablando, dialogando, mirar sus gestos y no sólo
conmovernos sino dejarnos interpelar para salir como él.
Dejémonos inspirar por el Espíritu para revitalizar nuestra experiencia de discípulos
misioneros.
“ La obra de la evangelización supone, en el evangelizador, un amor fraternal
siempre creciente hacia aquellos a los que evangeliza. Un modelo de evangelizador
como el Apóstol San Pablo escribía a los tesalonicenses estas palabras que son todo
un programa para nosotros: "Así, llevados de nuestro amor por vosotros, queremos
no sólo daros el Evangelio de Dios, sino aun nuestras propias vidas: tan amados
vinisteis a sernos"
E.N.79
53
FICHA 1
i NO TE PRIVES DE PASAR UN BUEN DÍA!
I - Francisco en su carta nos dice:
Cristo es el «Evangelio eterno » (Ap 14,6) [...] Él siempre puede, con su novedad,
renovar nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y
debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo
también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos
encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que
intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio,
brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más
elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. En
realidad, toda auténtica acción evangelizadora es siempre «nueva».
E.G.11
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre
en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde
estaba escrito:
"El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me
envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y
la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos
y proclamar un año de gracia del Señor".
Jesús cerró el Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían
los ojos fijos en él. Entonces comenzó a decirles: «Hoy se ha cumplido este pasaje
de la Escritura que acaban de oír». Todos daban testimonio a favor de él y estaban
llenos de admiración por las palabras de gracia que salían de su boca. Y decían:
«¿No es este el hijo de José?».
Lucas 4, 1 6 - 2 2
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Nos encontramos con Jesús en su primera predicación. Está en Nazareth, la ciudad
“donde se había criado”; es miembro de esa comunidad, para su auditorio es una
figura familiar. Jesús hace y comenta la lectura del pasaje tomado de uno de los
profetas.
Es un anuncio que revive la esperanza e invita a abrirse a la acción de Dios. La
Buena noticia del Reino en boca de Jesús es ésta:
El anuncio de la buena noticia a los pobres...
[Se cumple hoy!
54
La proclamación de la liberación a los cautivos y la recuperación de la vista a los
ciegos
jSe cumple hoy!
La liberación de los oprimidos
¡Se cumple hoy!
¿Qué tenemos que predicar hoy? Nada más y nada menos que esta profunda alegría
que sigue siendo actual y viva en nuestro tiempo.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
Hago memoria de mi encuentro vital con Jesús
¿Cuándo, dónde, en qué circunstancia me cautivó, me enamoró el corazón?
¿Quién, o quiénes fueron mediadores de este encuentro?
¿Con quiénes compartí esta experiencia? ¿Cuáles fueron mis primeros pasos?
La alegría evangelizadora siempre b rilla sobre el trasfondo de la memoria
agradecida: es una grada que necesitamos pedir. Los Apóstoles jamás olvidaron el
momento en que Jesús les tocó el corazón: « Era alrededor de las cuatro de la
tarde » (Jn 1,39).
[...] A veces se trata de personas sencillas y cercanas que nos iniciaron en la vida
de la fe: « Tengo presente la sinceridad de tu fe, esa fe que tuvieron tu abuela
Loide y tu madre Eunice » (2 Tm 1,5). El creyente es fundamentalmente
«memorioso ».
E.G.13
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
•
¿Cómo podemos lanzarnos a la misión, al anuncio, al encuentro de los demás
convencidos que Jesús tiene siempre la iniciativa?
•
¿Qué anuncio está esperando hoy el ambiente en el que vivo?
A la luz de estos textos
•
¿Qué digo mirando mi comunidad, mi grupo?
•
¿Qué transparenta nuestro rostro a los demás? ¿Por qué?.
55
“ La vida se acrecienta dándola y se debilita en el aislamiento y la comodidad. De
hecho, los que más disfrutan de la vida son los que dejan la seguridad de la orilla y
se apasionan en la misión de comunicar vida a los demás. ”
“ Un evangelizador no debería tener permanentemente cara de funeral. ”
E.G.10
“Jesús es «el primero y el más grande evangelizador».
En cualquier form a de evangelización el prim ado es siempre de Dios, que quiso
llamarnos a colaborar con Él e impulsarnos con la fuerza de su Espíritu. La
verdadera novedad es la que Dios mismo misteriosamente quiere producir, la que
Él inspira, la que Él provoca, la que Él orienta y acompaña de m il maneras. En
toda la vida de la Iglesia debe manifestarse siempre que la iniciativa es de
Dios, que « Él nos amó prim ero » (1 Jn 4,19) y que «es Dios quien hace crecer»
(1 Co 3,7). Esta convicción nos permite conservar la alegría en medio de una tarea
tan exigente y desafiante que toma nuestra vida por entero. Nos pide todo, pero
al mismo tiempo nos ofrece todo. ”
E.G.12
V - Oración final:
Padre de bondad,
Tú que eres rico en amor y misericordia,
que nos enviaste a tu Hijo Jesús
para nuestra salvación,
escucha a tu Iglesia misionera.
Que todos los bautizados
sepamos responder al llamado de Jesús:
"Vayan y hagan que todos los pueblos
sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu
a todos los misioneros,
que en tu nombre anuncian
la Buena Nueva del Reino.
María, Madre de la Iglesia
y Estrella de la Evangelización,
acompáñanos y concédenos
el don de la perseverancia
en nuestro compromiso misionero.
56
FICHA 2
¡Atrévete un Poco Más !
I - Francisco en su carta nos dice:
“ La Iglesia en salida es La comunidad de discípulos misioneros que primerean,
que se involucran, que acompañan, que fru c tific a n y festejan.
[...] La comunidad evangelizadora experimenta que el Señor tomó la in ic ia tiv a , la
ha primereado en el amor (cf. 1 Jn 4,10); y, por eso, ella sabe adelantarse,
tom ar la iniciativa sin miedo, salir al encuentro, buscar a los lejanos y llegar a
los cruces de los caminos para in v ita r a los excluidos. Vive un deseo inagotable
de b rin da r misericordia, fru to de haber experimentado la infinita misericordia
del Padre y su fuerza difusiva.
[...] la Iglesia sabe «involucrarse». Jesús lavó los pies a sus discípulos. El Señor se
involucra e involucra a los suyos, poniéndose de rodillas ante los demás para
lavarlos.
[...] La comunidad evangelizadora se mete con obras y gestos en la vida
cotidiana de los demás, achica distancias, se abaja hasta la humillación si es
necesario, y asume la vida humana, tocando la carne sufriente de Cristo en el
pueblo. Los evangelizadores tienen así «olor a oveja» y éstas escuchan su voz.
[...] la comunidad evangelizadora se dispone a «acompañar». Acompaña a la
humanidad en todos sus procesos, por más duros y prolongados que sean. Sabe de
esperas largas y de aguante apostólico. La evangelización tiene mucho de
paciencia, y evita m altratar límites.
[...] La comunidad evangelizadora siempre está atenta a los frutos, porque el Señor
la quiere fecunda. Cuida el trigo y no pierde la paz por la cizaña. El discípulo sabe
dar la vida entera y jugarla hasta el m artirio como testimonio de Jesucristo, pero
su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea acogida y manifieste
su potencia liberadora y renovadora. [...] la comunidad evangelizadora gozosa
siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso
adelante en la evangelización.
E. G. 24
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un
leproso fue a postrarse ante él y le dijo: «Señor, si quieres, puedes purificarme».
Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al
instante quedó purificado de su lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero
ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que ordenó Moisés para que les
sirva de testimonio»”.
Mateo 8, 1 - 4
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Cuando leemos el Evangelio de Mateo entre los capítulos 8 y 9 nos encontramos con
10 milagros (o diez acciones de poder de Jesús). Todas las narraciones que siguen a
continuación destacan la acción misericordiosa de Jesús con los necesitados y se va
viendo cómo va formando -desde diversas procedencias y situaciones- un pueblo
bendecido por la gracia del Reino de los Cielos.
Jesús revela así a Dios Padre en su amor infinito por los hombres y en el poder que
da la salvación, así afirma su mensaje sobre el Reino de los Cielos.
La primera acción misericordiosa de Jesús se dirige a un leproso.
El leproso es el ejemplo típico de la persona marginada por la ley de pureza. Según
esta ley, un leproso no tenía acceso a Dios en el Templo, allí no había espacio para
él. Pero tampoco lo había en la ciudad y no le eran concedidos ninguno de sus
derechos ciudadanos. Estaba sometido a la vergüenza pública, ya que por donde
fuera tenía que gritar para que todos corrieran a apartarse de él.
Este leproso toma la iniciativa, rompe con la norma y se aproxima a Jesús para
pedirle la curación. Lo hace con los bellos términos de un pobre del Reino: “Si
quieres”.
También Jesús rompe la norma y lo toca: “Extendió la mano, lo focó...”. Y sucede
algo inédito: ¡el puro toca al impuro y lo purifica! Todo lo contrario de lo que
pensaba la gente.
Jesús es misericordioso. Se inclina hasta la situación de la persona y la atrae hasta
el corazón de Dios.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Puedo identificar mis periferias?
•
¿Quiénes son en mi familia, en mi trabajo, entre mis vecinos? ¿Descubro
periferias en mi comunidad?
•
¿Tengo comodidades que me cuesta dejar?
•
¿Qué éxodo tengo que emprender? Ideas, prejuicios, cansancio, criterios,
individualismo....
“Hoy, en este «id» de Jesús, están presentes los escenarios y los desafíos siempre
nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia, y todos somos llamados a esta
nueva «salida» misionera. [...] todos somos invitados a aceptar este llamado: salir
de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la
luz del Evangelio” .
E. G. 20
58
“ La alegría del Evangelio que llena la vida de la comunidad de los discípulos es una
alegría misionera. [...] tiene la dinámica del éxodo y del don, del salir de sí, del
caminar y sembrar siempre de nuevo, siempre más allá” ...
E. G. 21
Compartimos en grupo:
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
A la luz de este texto
“ La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intim idad itinerante, y la comunión «
esencialmente se configura como comunión misionera». Fiel al modelo del
Maestro, es vital que hoy la Iglesia salga a anunciar el Evangelio a todos, en todos
los lugares, en todas las ocasiones, sin demoras, sin asco y sin miedo. La alegría
del Evangelio es para todo el pueblo, no puede excluir a nadie” .
E. G. 23
•
¿De qué realidades cercanas no hablamos en la comunidad, en el grupo por
miedo?
•
¿Qué dice nuestro testimonio de intimidad con Jesús y de comunidad a los que
no se acercan?
•
¿Por qué?
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
¿Qué necesitamos
convertir
para
testimoniar?
UNA IGLESIA
en salida
que primerea
se involucra
acompaña
fructifica
festeja
¿Qué obras
y
gestos
podemos
iniciar
para
testimoniar?
59
V
- Oración final:
Salmo por la justicia y la paz
Cristo, en tus manos el Padre ha puesto todo poder;
en tus manos ha puesto la justicia para la historia;
conduce a tu pueblo elegido con justicia y equidad,
y a los humildes levántalos del polvo de la tierra.
Que de los montes, de lo alto, venga la paz para tu pueblo;
que la justicia descienda hasta el último rincón de tu Reino;
que los pobres, los oprimidos, los marginados tengan pan;
que los hijos de los pobres, los sin nada, tengan techo.
Que el hombre nuevo, Señor Jesús, se comprometa
en la lucha por la justicia,
para que la voluntad de tu Padre se haga realidad;
que la paz surja de los bienes compartidos entre todos,
como hermanos, y los más débiles
puedan levantarse y ser de los que pueden compartir.
Que tu Espíritu de amor y comunión entre los hombres,
nos ayude, paso a paso, a hacer un pueblo unido en alianza.
Emilio Mazariegos
60
FICHA 3
¡D esde el C orazón del Evangelio ,
A udaces y C reativos!
I - Francisco en su carta nos dice:
Salgamos, salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo. [...] prefiero una Iglesia
accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma
por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero
una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine clausurada en una maraña
de obsesiones y procedimientos. Si algo debe inquietarnos santamente y preocupar
nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el
consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los contenga,
sin un horizonte de sentido y de vida. Más que el temor a equivocarnos, espero
que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa
contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres
donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una m ultitud hambrienta y
Jesús nos repite sin cansarse: « ¡Dadles vosotros de comer! » (Me 6,37).
E. G. 49
il - Nos alegramos con el Evangelio:
“Al salir de la sinagoga, entró en la casa de Simón. La suegra de Simón tenía mucha
fiebre, y le pidieron que hiciera algo por ella. Inclinándose sobre ella, Jesús
increpó a la fiebre y esta desapareció. En seguida, ella se levantó y se puso a
servirlos.
Al atardecer, todos los que tenían enfermos afectados de diversas dolencias se los
llevaron, y él, imponiendo las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. De
muchos salían demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba
y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.
Cuando amaneció, Jesús salió y se fue a un lugar desierto. La multitud comenzó a
buscarlo y, cuando lo encontraron, querían retenerlo para que no se alejara de
ellos. Pero él les dijo: «También a las otras ciudades debo anunciar la Buena
Noticia del Reino de Dios, porque para eso he sido enviado». Y predicaba en las
sinagogas de toda la Judea”.
Lucas 4, 38-44
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este texto nos ayuda a encontrarnos con el rostro de Jesús evangelizador.
61
Jesús es un misionero obediente al Padre; nunca pierde de vista que se trata de la
obra de Dios y que el Padre es la fuente última de toda su acción.
Tiene gran libertad de corazón, tanto cuando le profieren amenazas y presiones
como frente al pueblo que comprende su misión y lo acoge. Puede no apegarse a
ellos cuando “tratan de retenerlo”, sabiendo que “también a otras ciudades tiene
que anunciar el evangelio”.
Incansable, celoso de su misión; como misionero itinerante que es, va en busca de
la oveja perdida donde quiera que ésta se encuentre y por eso siempre está en
movimiento. Jesús sabe que debe llegar a todos los rincones de la geografía
humana, por eso jNo se instala!
También conocemos su corazón misericordioso y su modo de pasar haciendo el
bien. Cura a la suegra de Simón inclinándose, un gesto tierno el de abajarse ante
quien está postrado.
En medio de la multitud, Jesús no pierde de vista al individuo, se aproxima a la
realidad de cada uno. Frente al sufrimiento que le presentan, no siente
repugnancia, aversión, no toma distancia, al contrario toma contacto físico: “Él
ponía tas manos sobre cada uno de ellos” .
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Qué hábitos personales me mantienen cerrado, seguro, aislado?
•
¿Me urge el anuncio del Evangelio?
•
¿Qué me inquieta y me preocupa? Doctrina, formación, estructura, contención,
miedo a equivocarme...
•
¿Qué experiencias de gozo misionero puedo traer a mi memoria?
Una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada
de una m ultitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia.
Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue
a todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que
es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más
necesario.
E. G. 35
No hay que m utilar la integralidad del mensaje del Evangelio. [...] El Evangelio
invita ante todo a responder al Dios amante que nos salva, reconociéndolo en los
demás y saliendo de nosotros mismos para buscar el bien de todos. ¡Esa invitación
en ninguna circunstancia se debe ensombrecer!
E. G. 39
62
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás
para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y
sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad
para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al
que se quedó al costado del camino.
E. G. 46
Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones. Pero ¿a quiénes debería privilegiar? Cuando uno lee el Evangelio, se
encuentra con una orientación contundente: no tanto a los amigos y vecinos ricos
sino sobre todo a los pobres y enfermos, a esos que suelen ser despreciados y
olvidados, a aquellos que «no tienen con qué recompensarte» (Le 14,14). No deben
quedar dudas ni caben explicaciones que debiliten este mensaje tan claro. Hoy y
siempre, «los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio»,* y la
evangelización dirigida gratuitamente a ellos es signo del Reino que Jesús vino a
traer. Hay que decir sin vueltas que existe un vínculo inseparable entre nuestra fe
y los pobres. Nunca los dejemos solos.
E. G. 48
•
¿Cómo es nuestra paciencia y confianza misionera? ¿Qué nos impide acompañar
al que se queda en el camino?
•
¿Qué realidades de pobreza tenemos en nuestro barrio?
•
¿Qué anuncio y atención concreta ofrecemos a los pobres de nuestra vecindad
IV - Desafio y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
[...] la Iglesia no es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno
con su vida a cuestas.
E. G. 47
• ¿Qué comportamientos tenemos aún de Iglesia aduana, qué requisitos exigimos a
los que se acercan, cómo los abordamos? ¿Somos más curiosos que receptivos?
• ¿Qué gestos acogedores podemos generar?
V - Oración final:
Oración para Sonreír
Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro
sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
63
Que mis ojos sonrían diariamente
por el cuidado y compañerismo
de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente
por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente
con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente
de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.
Amén.
Madre Teresa de Calcuta M.C.
64
Dar
la V ida por
FICHA 4
los D emás
en la
Misión
I - Francisco en su carta nos dice:
Cuando más necesitamos un dinamismo misionero que lleve sal y luz al mundo,
muchos laicos sienten el temor de que alguien les invite a realizar alguna tarea
apostólica, y tratan de escapar de cualquier compromiso que les pueda q u ita r
su tiempo libre.
[...] como si una tarea evangelizadora fuera un veneno peligroso y no una alegre
respuesta al amor de Dios que nos convoca a la misión y nos vuelve plenos y
fecundos.
Algunos se resisten a probar hasta el fondo el gusto de la misión y quedan sumidos
en una acedía paralizante.
E. G. 81
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Y les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que
sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo,
sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las
espigas, también apareció la cizaña.
Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: «Señor, ¿no habías
sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él? El les
respondió: «Esto lo ha hecho algún enemigo». Los peones replicaron: «¿Quieres que
vayamos a arrancarla?». «No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña,
corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la
cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla
en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero»”.
Mateo 13, 24 - 30
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Jesús nos coloca frente a una realidad frecuente que muchos llevamos dentro: la
impaciencia. Nos enseña a ampliar los horizontes a partir de un caso concreto y a
tener actitudes coherentes con la manera como acontece el Reino de los Cielos en
el mundo. La parábola del “trigo y la cizaña” se desarrolla en el fuerte contraste
de dos realidades opuestas, que mediante una dinámica propia, conduce a la
victoria final de aquello que había sido amenazado. El trigo y la cizaña pueden
estar juntas durante mucho tiempo -aún con detrimento de la primera-, pero al
final serán separadas.
Aquí en la tierra todo se da mezclado: al lado de los buenos están los malos. Esta
convivencia continuará, según dice el propietario del campo de la parábola: “ Dejen
que ambos crezcan juntos hasta la siega” . Esto no debe desanimar a los discípulos:
65
no se trata de ceder ante los ataques del mal, al contrario se nos pide mantener
una vigilancia activa y sostener un esfuerzo grande de evangelización.
Junto a este sentido de responsabilidad que debe tener cada bautizado, esta
parábola nos deja una bellísima lección sobre la paciencia: así como el dueño del
campo, Dios le da tiempo a cada persona, y estará esperando por su conversión
hasta el final. No nos corresponde a nosotros juzgar sino trabajar todos los días por
la santidad.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
• ¿Cómo describiría en este hoy mi identidad, pertenencia, protagonismo de
discípulo misionero? ¿Qué valor le pondría del 1 al 10?
• Repaso ¿cuáles son mis pensamientos más frecuentes?, ¿qué palabras expreso
con más espontaneidad?, ¿qué mirada surge en mí frente a los imprevistos, a los
obstáculos en mi tarea evangelizados?
...la mayor amenaza, es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en
el cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad la fe se va
desgastando y degenerando en mezquindad». Se desarrolla la psicología de la
tumba, que poco a poco convierte a los cristianos en momias de museo.
Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven la constante
tentación de apegarse a una tristeza dulzona, sin esperanza, que se apodera del
corazón como «el más preciado de los elixires del demonio». Llamados a iluminar y
a comunicar vida, finalmente se dejan cautivar por cosas que sólo generan
oscuridad y cansancio interior, y que apolillan el dinamismo apostólico.
E. G. 83
Una de las tentaciones más serias que ahogan el fervor y la audacia es la
conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados
con cara de vinagre. [...] El mal espíritu de la derrota es hermano de la tentación
de separar antes de tiempo el trigo de la cizaña, producto de una desconfianza
ansiosa y egocéntrica.
E. G. 85
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
• ¿En qué ambientes en los que nos movemos experimentamos este desierto
espiritual?
66
• Compartamos cómo hemos compartido nuestra fe en esas situaciones, cómo la
hemos contagiado, cómo hemos aportado nuestro ser sal y luz.
...en algunos lugares se produjo una «desertificación » espiritual, fru to del
proyecto de sociedades que quieren construirse sin Dios o que destruyen sus raíces
cristianas. [...] la propia fam ilia o el propio lugar de trabajo puede ser ese
ambiente árido donde hay que conservar la fe y tratar de irradiarla. [...] En el
desierto se vuelve a descubrir el valor de lo que es esencial para vivir; así, en el
mundo contemporáneo, son muchos los signos de la sed de Dios, del sentido último
de la vida, a menudo manifestados de forma implícita o negativa. Y en el desierto
se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el
camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza».
En todo caso, allí estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a
los demás. A veces el cántaro se convierte en una pesada cruz, pero fue
precisamente en la cruz donde, traspasado, el Señor se nos entregó como fuente
de agua viva. ¡No nos dejemos robar la esperanza!
E. G. 86
IV - Desafio y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
Hoy se puede advertir en muchos agentes pastorales, incluso en personas
consagradas, una preocupación exacerbada p o r los espacios personales de
autonomía y de distensión, que lleva a v iv ir las tareas como un mero apéndice
de la vida, como si no fueran pa rte de la propia identidad. Al mismo tiempo, la
vida espiritual se confunde con algunos momentos religiosos que brindan cierto
alivio pero que no alimentan el encuentro con los demás, el compromiso en el
mundo, la pasión evangelizadora. Así, pueden advertirse en muchos agentes
evangelizadores, aunque oren, una acentuación del individualismo, una crisis de
identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí.
E. G. 78
Se desarrolla en los agentes pastorales, más allá del estilo espiritual o la línea de
pensamiento que puedan tener, un relativism o todavía más peligroso que el
doctrinal. Tiene que ver con las opciones más profundas y sinceras que determinan
una forma de vida. Este relativism o práctico es actuar como si Dios no existiera,
decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran,
trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran. Llama la
atención que aun quienes aparentemente poseen sólidas convicciones doctrinales y
espirituales suelen caer en un estilo de vida que los lleva a aferrarse a
seguridades económicas, o a espacios de poder y de gloria humana que se
procuran por cualquier medio, en lugar de dar la vida por los demás en la misión.
¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!
E. G. 80
67
• ¿Qué tentaciones padecemos como comunidad? ¿Nos identificamos con algunas de
las que menciona Francisco? ¿Compartimos y nos alentamos para superar nuestras
crisis o nos aislamos?
• ¿Con qué pretextos escondemos nuestro querer “borrarnos”, nuestro relativismo?
V - Oración final:
Espíritu Santo, dador de vida nueva
que podamos reconocer a Jesús como Señor.
Enséñanos a creer, a orar y a imaginar
lo mejor y más humano.
Ábrenos a un futuro más fraterno
y enséñanos a creer que eres ternura
y cercanía personal de Dios.
Ayúdanos a esperar más allá de nuestras fuerzas
y de nuestras propias esperanzas.
Que la fuerza que nos viene del Resucitado
nos saque del encierro
y nos anime a enfrentar los problemas históricos
dando testimonio de su resurrección
con valentía y con altura.
Que no desperdiciemos la vida
nueva que hemos recibido
por medio de tu soplo inefable
porque es la vida del mismo Dios
dada a cada uno para hacer que su Reino
sea una realidad en medio de nuestro pueblo que sufre.
68
FICHA 5
Salir
de
S í Mismo
para
hace
U nirse a Otros
Bien
I - Francisco en su carta nos dice:
El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza
permanente , el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone
el mundo actual. [...] asi como algunos quisieran un Cristo puramente espiritual,
sin carne y sin cruz, también se pretenden relaciones interpersonales sólo
mediadas por aparatos sofisticados, por pantallas y sistemas que se puedan
encender y apagar a voluntad. Mientras tanto, el Evangelio nos invita siempre a
correr el riesgo del encuentro con el rostro del o tro , con su presencia física
que interpela , con su dolor y sus reclamos , con su alegría que contagia en un
constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es
inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la
reconciliación con la carne de los otros. El H ijo de Dios, en su encarnación, nos
invitó a la revolución de la ternura.
E.G.88
li - Nos alegramos con el Evangelio:
“Los otros diez, que habían oído a Santiago y a Juan, se indignaron contra ellos.
Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que aquellos a quienes se considera
gobernantes, dominan a las naciones como si fueran sus dueños, y los poderosos les
hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que
quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero,
que se haga servidor de todos. Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser
servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud»”.
Marcos 10, 41 - 45
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Si leemos los versículos anteriores a este texto del evangelio nos encontramos con
la madre de Santiago y Juan, que aparece en escena, no pronuncia palabra y se
postra para adorar a Jesús. Seguramente todo lo que sabía y había oído acerca de
Jesús se lo habían contado los hijos que seguían al maestro desde el momento en
que Él los llamó.
Jesús en ese gesto, capta el deseo de esta madre para pedirle algo, y ante la
pregunta ¿Qué deseas?, ella le dice “Manda que estos dos hijos míos se sienten uno
a tu derecha y el otro a tu izquierda en tu re/no”.
Esta mujer reconoce la autoridad que tiene Jesús, cree en todo lo que sus hijos le
han dicho de Él; y ahora le pide que los haga partícipes de sus planes y proyectos.
69
Apunta alto. No dice simplemente que “se sienten contigo”, sino “a tu derecha y a
tu izquierda”; los puestos de honor.
Jesús la pensaba muy distinto, no se trata de un ‘premio’ a la buena conducta,
“¿Son capaces de sufrir lo que yo voy a sufrir?".
Los otros diez estaban escuchando atentamente este original diálogo; y dice el
texto que se enojaron con los dos hermanos. ¿Sería por lo que pedían o porque no
los habían tenido en cuenta a todos?
Jesús entonces les da una lección. No se trata de mandar sino de servir. Este es el
único camino que nos puede hacer grandes. Esto no lo dice simplemente porque
sabe que es así, sino porque, El lo ha experimentado en su vida haciéndose una vez
más maestro de vida.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
• ¿Cuál es mi experiencia de fraternidad?
• ¿Qué recursos alimentan y fortalecen la vida comunitaria?
• ¿Qué cosas, gestos, palabras, actitudes empobrecen, aniquilan la vida fraterna?
[...] el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás con la
actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino,
sin resistencias internas. Mejor todavía, se trata de aprender a descubrir a Jesús
en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a
s u frir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas
o ingratitudes, sin cansarnos jam ás de op ta r p o r la fraternidad.
E.G.91
...me duele tanto comprobar cómo en algunas comunidades cristianas, y aun entre
personas consagradas, consentimos diversas formas de odio, divisiones, calumnias,
difamaciones, venganzas, celos, deseos de imponer las propias ideas a costa de
cualquier cosa, y hasta persecuciones que parecen una implacable caza de brujas.
¿A quién vamos a evangelizar con esos comportamientos?
E.G.100
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
• ¿Qué lista de habriaqueísmo tenemos ya registrada hace tiempo en nuestro grupo
o comunidad?
• ¿Qué ofrecen nuestros vínculos comunitarios a los que no creen, están lejos o se
sienten fuera? ¿Aportamos humanidad?
70
...se alimenta la vanagloria de quienes se conforman con tener algún poder y
prefieren ser generales de ejércitos derrotados antes que simples soldados de un
escuadrón que sigue luchando. [...] nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo
que habría que hacer» —el pecado del «habríaqueísmo»— como maestros
espirituales y sabios pastorales que señalan desde afuera. Cultivamos nuestra
imaginación sin límites y perdemos contacto con la realidad sufrida de nuestro
pueblo fie l.
E.G.96
Pidamos al Señor que nos haga entender la ley del amor. ¡Qué bueno es tener esta
ley! ¡Cuánto bien nos hace amarnos los unos a los otros en contra de todo! Sí, ¡en
contra de todo!
E.G.101
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
Los desafíos están para superarlos. Seamos realistas, pero sin perder la alegría, la
audacia y la entrega esperanzada. ¡No nos dejemos robar la fuerza misionera!
E.G.109
• ¿Nos animamos a formular un decálogo de vida comunitaria?
• ¿Qué actitudes espantan, escandalizan a los que no forman parte de la
comunidad?
71
V - Oración final:
Comunidad Misionera
Señor, haz que tus dones
se hagan vida en nuestra Comunidad.
Necesitamos personas
que sepan escuchar.
Personas que crean la paz.
Personas que construyan la unidad y la comunidad,
que equilibran y reconcilian,
que dan testimonio
y que dicen la verdad, sin lastimar.
Necesitamos personas
en las que tu Espíritu resplandece,
que irradien esperanza
y desinteresadamente se comprometan,
para Ti y tu Reino.
Señor, danos personas capaces
de conmover a otros con su actitud,
personas que rezan
y que también hacen realidad esa oración.
Señor, convierte nuestra Comunidad,
en una comunidad misionera,
digna de ser colaboradora tuya,
en el servicio de la salvación del mundo.
Amén.
72
Nadie
FICHA 6
se Salva S olo
I - Francisco en su carta nos dice:
Esta salvación, que realiza Dios y anuncia gozosamente la Iglesia, es para todos, y
Dios ha gestado un camino para unirse a cada uno de los seres humanos de todos
los tiempos. Ha elegido convocarlos como pueblo y no como seres aislados. Nadie
se salva solo, esto es, ni como individuo aislado ni por sus propias fuerzas. Dios nos
atrae teniendo en cuenta la compleja trama de relaciones interpersonales que
supone la vida en una comunidad humana. Este pueblo que Dios se ha elegido y
convocado es la Iglesia.
E.G.113
II - Nos alegramos con el Evangelio:
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de
demonios y para curar las enfermedades.
Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles:
«No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco
dos túnicas cada uno.
Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir.
Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en
testimonio contra ellos».
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando
enfermos en todas partes.
Lucas 9,1-6.
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Leyendo el evangelio de Lucas, en el capítulo 6, 12 - 16 los discípulos han ido
conociendo quiénes eran los destinatarios de la Buena Noticia del Reino, cuáles
eran los contenidos y la finalidad de la misión de Jesús.
Ahora es su turno; porque su misión es una extensión de la misión de Jesús.
Los doce son convocados con solemnidad y Jesús les comunica la misma fuerza que
lo ha acompañado en el combate contra el demonio y el mismo poder con que ha
hecho curaciones.
Los apóstoles son enviados. Confiados plenamente en la providencia de Dios,
renunciando a sus seguridades habituales. Viviendo la acogida y el rechazo,
siempre y completamente disponibles para el trabajo evangélico.
73
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
• Recojo mi experiencia y vivencia de sentirme
ACOGIDO
AMADO
PERDONADO
ALENTADO
• ¿Qué recibo de mis prójimos que me ayudan a vivir como pueblo?
Ser Iglesia es ser Pueblo de Dios, de acuerdo con el gran proyecto de amor del
Padre. Esto implica ser el fermento de Dios en medio de la humanidad. [...] La
Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo
pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena
del Evangelio.
E.G.114
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
• ¿Cómo expresa su fe mi barrio, mi vecindad, mi comunidad, mi grupo de
servicio?
Procesiones, agua bendita, peregrinaciones, visitas a los santuarios, venerar
reliquias de los santos, misas por difuntos,.... unción de los enfermos....
• ¿Con qué gestos de piedad crecí o conocí en mi familia? ¿Cuáles conservo hoy?
En estos dos milenios de cristianismo, innumerable cantidad de pueblos han
recibido la gracia de la fe, la han hecho florecer en su vida cotidiana y la han
transmitido según sus modos culturales propios. Cuando una comunidad acoge el
anuncio de la salvación, el Espíritu Santo fecunda su cultura con la fuerza
transformadora del Evangelio. De modo que, como podemos ver en la historia de
la Iglesia, el cristianismo no tiene un único modo cultural, sino que,
«permaneciendo plenamente uno mismo, en total fidelidad al anuncio evangélico y
a la tradición eclesial, llevará consigo también el rostro de tantas culturas y de
tantos pueblos en que ha sido acogido y arraigado»
E.G .116
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
74
V
•
¿Qué nuevas realidades culturales me interpelan hoy?
•
¿Las asumo?, ¿Me urge el anuncio del Evangelio?
•
¿Vivo sólo el desconcierto y no me atrevo a abordarlas?
- Oración final:
El viento del Espíritu en acción
Tu Espíritu es viento
que sopla donde quiere, libre y liberador,
vencedor de la ley, del pecado y de la muerte.
Tu Espíritu es viento
que se apoderó de Jesús para enviarlo a anunciar
la buena nueva a los pobres y la liberación de los cautivos.
Tu Espíritu es viento que se llevó en Pentecostés
el miedo de los apóstoles
y abrió de par en par las puertas del cenáculo,
para que la comunidad de los seguidores de Jesús
fuera siempre al mundo y libre en su palabra
y coherente en su testimonio e indecible en su esperanza.
Al viento de su Espíritu
que se lleva siempre nuestros miedos
y nos abraza en Iglesia fraterna
para que vivamos unidos en el servicio.
Tu Espíritu es viento
que reduce a cenizas
la prepotencia, la hipocresía y el lucro
y alimenta las llamas de la justicia y de la liberación
y es el alma del Reino.
Para que seamos viento en el viento, hermanos.
75
T odos
y
S iempre
FICHA 7
D iscípulos
y
M isioneros
I - Francisco en su carta nos dice:
En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios se ha convertido
en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que
sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente
evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado
adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fie l sea sólo receptivo
de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de
cada uno de los bautizados. [...] Todo cristiano es misionero en la medida en que se
ha encontrado con el amor de Dios en Cristo Jesús; ya no decimos que somos
«discípulos» y «misioneros», sino que somos siempre «discípulos misioneros».
E.G.120
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“El Ángel del Señor dijo a Felipe: «Levántate y ve hacia el sur, por el camino que
baja de Jerusalén a Gaza: es un camino desierto». El se levantó y partió. Un
eunuco etíope, ministro del tesoro y alto funcionario de Candace, la reina de
Etiopía, había ido en peregrinación a Jerusalén y se volvía, sentado en su carruaje,
leyendo al profeta Isaías.
El Espíritu Santo dijo a Felipe: «Acércate y camina junto a su carro». Felipe se
acercó y, al oír que leía al profeta Isaías, le preguntó: «¿Comprendes lo que estás
leyendo?». El respondió: «¿Cómo lo puedo entender, si nadie me lo explica?».
Entonces le pidió a Felipe que subiera y se sentara junto a él. El pasaje de la
Escritura que estaba leyendo era el siguiente: "Como oveja fue llevado al
matadero; y como cordero que no se queja ante el que lo esquila, así él no abrió la
boca. En su humillación, le fue negada la justicia. ¿Quién podrá hablar de su
descendencia, ya que su vida es arrancada de la tierra?" El etíope preguntó a
Felipe: «Dime, por favor, ¿de quién dice esto el Profeta? ¿De sí mismo o de algún
otro?». Entonces Felipe tomó la palabra y, comenzando por este texto de la
Escritura, le anunció la Buena Noticia de Jesús. Siguiendo su camino, llegaron a un
lugar donde había agua, y el etíope dijo: «Aquí hay agua, ¿qué me impide ser
bautizado?».
[Felipe dijo: «Si crees de todo corazón, es posible». «Creo, afirmó, que Jesucristo
es el Hijo de Dios».] Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta
el agua, y Felipe lo bautizó.
Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor, arrebató a Felipe, y el etíope no lo
vio más, pero seguía gozoso su camino. Felipe se encontró en Ázoto, y en todas las
ciudades por donde pasaba iba anunciando la Buena Noticia, hasta que llegó a
Cesárea”.
Hechos 8,26 -40
76
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Este episodio del eunuco a quien evangeliza y bautiza Felipe es un relato bastante
paralelo al de los discípulos de Emaús. En el texto de Lucas la catequesis la hizo el
mismo Jesús y concluye en la fracción del pan. Ahora es un diácono el que anuncia
la fe y termina con el Bautismo.
El proceso está bien descrito. El eunuco, pagano, tiene buena disposición religiosa.
No puede ser admitido al pueblo de Israel, pero lee sus Escrituras. Tiene curiosidad
por saber quién es el Siervo de Yahvé. Felipe, a partir de esa situación -sube a la
carroza del eunuco: todo un símbolo-, entra en diálogo con él, le explica las
Escrituras y le da a conocer a Jesús como el Mesías, el Siervo y el Salvador.
El eunuco es bautizado, y sigue su camino lleno de alegría. ¿Fue el primer pagano
que recibió el Bautismo? ¿dónde fue a parar? ¿fundó alguna comunidad en su tierra?
No lo sabemos. Por su parte, el diácono es conducido por el Espíritu a seguir
evangelizando en otro lugar.
Felipe ayudó al eunuco a partir del texto que estaba leyendo. Cada una de las
personas con las que nos encontramos tiene su formación, su sensibilidad, sus
dones, sus ansias, sus miedos. Nosotros podemos como Felipe, entrar en diálogo,
acompañar en el camino y ayudar a descubrir a Cristo. Como el mismo Jesús, que
también se hizo compañero de camino de los de Emaús y con paciencia los iluminó
para que comprendieran los planes de Dios.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
SOY UN ENVIADO
SOY UN DISCIPULO MISIONERO
• ¿Qué sentimientos me provoca escuchar esto?
• ¿Qué temores me despierta?
• En lo cotidiano, ¿vivo con humildad y valentía mi misión?
• Porqué
...todos estamos llamados a crecer como evangelizadores. Procuramos al mismo
tiempo una mejor formación, una profundizadón de nuestro amor y un testimonio
más claro del Evangelio. En ese sentido, todos tenemos que dejar que los demás
nos evangelicen constantemente; pero eso no significa que debamos postergar la
misión evangelizadora, sino que encontremos el modo de comunicar a Jesús que
corresponda a la situación en que nos hallemos. En cualquier caso, todos somos
llamados a ofrecer a los demás el testimonio explícito del amor salvífico del
Señor, que más allá de nuestras imperfecciones nos ofrece su cercanía, su Palabra,
77
su fuerza, y le da un sentido a nuestra vida. Tu corazón sabe que no es lo mismo la
vida sin Él; nuestra imperfección no debe ser una excusa...
E.G.121
Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma
de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el
Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los
desconocidos. [...] Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a
otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la
calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino.
E.G .127
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
• En mi comunidad, en mi ambiente hay talentos que permanecen ocultos, dones
que están encerrados o desperdiciados?
• ¿Cómo animar a qué se compartan, a qué se expresen?
• ¿Qué experiencia tenemos del desafío de vivir la diversidad y la unidad?
El Espíritu Santo también enriquece a toda la Iglesia evangelizadora con distintos
carismas. Son dones para renovar y edificar la Iglesia.* No son un patrimonio
cerrado, entregado a un grupo para que lo custodie; más bien son regalos del
Espíritu integrados en el cuerpo eclesial, atraídos hacia el centro que es Cristo,
desde donde se encauzan en un impulso evangelizados Un signo claro de la
autenticidad de un carisma es su eclesialidad, su capacidad para integrarse
armónicamente en la vida del santo Pueblo fie l de Dios para el bien de todos.
E.G.130
La diversidad tiene que ser siempre reconciliada con la ayuda del Espíritu Santo;
sólo Él puede suscitar la diversidad, la pluralidad, la multiplicidad y, al mismo
tiempo, realizar la unidad [...] imponer la uniformidad, la homologación. Esto no
ayuda a la misión de la Iglesia.
E.G.131
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
• ¿Qué actitudes de Felipe nos movilizan? ¿Cuáles estamos dispuestos a imitar?
• ¿Qué aportamos a los demás en nuestros encuentros y diálogos?
• ¿Qué diálogos evangelizadores tendríamos que entablar?, ¿Con quiénes?
78
V - Oración final:
Querido Jesús:
nos enseñaste con palabras y con tu ejemplo
cuál es la misión y el objetivo de la Iglesia, tu pueblo,
para que ella sea, en medio de la humanidad,
la gran manifestación de la presencia
de Dios Salvador,
sin tener en cuenta la raza,
el color o la cultura de cada pueblo,
pues todos por igual estamos llamados
a participar del Reino.
Por eso le pedimos a Dios, por tu intermedio,
que toda la Iglesia, como esta comunidad,
sepa hacerse todo para todos
a fin de que la buena noticia
sea divulgada y conocida
por todos los que buscan
la verdad con sincero corazón.
Te pedimos que envíes tu Santo Espíritu
como lo enviaste sobre los Apóstoles en Pentecostés
para que no sólo vivamos conforme a tu Palabra
sino también para que seamos una comunidad misionera.
79
FICHA 8
No nos Hagamos los distraídos
I - Francisco en su carta nos dice:
...dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo. [...] Hacer
oídos sordos a ese clamor, cuando nosotros somos los instrumentos de Dios para
escuchar al pobre, nos sitúa fuera de la voluntad del Padre y de su proyecto [...]
La palabra «solidaridad» está un poco desgastada y a veces se la interpreta mal,
pero es mucho más que algunos actos esporádicos de generosidad. Supone crear
una nueva m entalidad que piense en términos de comunidad, de prioridad de
la vida de todos sobre la apropiación de los bienes p o r pa rte de algunos.
E.G. 187
...Quisiera que se escuchara el grito de Dios preguntándonos a todos: « ¿Dónde está
tu hermano? » (Gn 4,9). ¿Dónde está tu hermano esclavo? ¿Dónde está ese que
estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los
niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas
porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de
complicidad. ¡La pregunta es para todos!
E.G. 211
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre,
y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del
mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me
visitaron; preso, y me vinieron a ver". Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te
vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o
preso, y fuimos a verte?". Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo
hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo"”.
Mateo 25, 34-40
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El evangelio nos proyecta en el momento final. Nos encontramos ante una
representación escénica del juicio final con imágenes decisivas. En el centro está
Jesús, Rey universal, ante quien todas las generaciones de la tierra deben
presentarse para recibir la sentencia definitiva. Este Rey glorioso es diferente de
los reyes de la tierra, es un rey con actitudes y corazón de pastor que dando la
sentencia, respeta y ama.
La escena está dispuesta a partir del contraste de dos grupos: los que están a la
derecha y los que están a la izquierda.
80
El juicio que Jesús pronunciará entonces, será el mismo que hoy nosotros hacemos
ante el pobre, el pequeño, el necesitado; acogiéndolo o rechazando su presencia.
El tema fundamental del juicio será el amor, las obras de misericordia, expresadas
en situaciones humanas bien concretas: hambre, sed, hospitalidad, desnudez,
enfermedad, prisión.
No bastarán los buenos sentimientos ni las palabras de aliento, sólo serán tenidas
en cuenta aquellas acciones con las cuales hemos promovido, defendido, cuidado,
protegido la vida del hermano.
Jesús se identifica con los pequeños, en ellos tenemos su visibilidad concreta. Son
ellos el lugar privilegiado donde Él se nos revela día a día. Jesús nos ha trazado el
camino para realizarnos realmente como hijos de Dios.
Cuando expresamos nuestra atención y nuestra ternura a aquellos que a los ojos
humanos no cuentan tanto, que son considerados últimos, amamos a Jesús que por
amor a nosotros se hizo el último y cargó sobre sí nuestras limitaciones,
fragilidades y pecados. Cuando amamos de corazón reproducimos en nosotros los
mismos sentimientos de Jesús, que pasó por este mundo derramando la ternura y
compasión del Padre sobre los más desheredados de la tierra.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
¿DONDE ESTA MI HERMANO?
•
¿Soy capaz de responder a esta pregunta?
•
¿Qué digo?
•
¿Qué participación real tiene el pobre en mi comunidad, qué inserción?
•
¿Es sólo receptor?
Jesús nos enseñó este camino de reconocimiento del otro con sus palabras y
con sus gestos. ¿Para qué oscurecer lo que es tan claro? No nos preocupemos sólo
por no caer en errores doctrínales, sino también por ser fieles a este camino
luminoso de vida y de sabiduría.
E.G. 194
Sólo desde esta cercanía real y cordial podemos acompañarlos adecuadamente en
su camino de liberación. Únicamente esto hará posible que «los pobres, en cada
comunidad cristiana, se sientan como en su casa. ¿No sería este estilo la más
grande y eficaz presentación de la Buena Nueva del Reino?».
E.G. 199
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
81
•
¿Qué pasos concretos debemos dar para que los pobres de nuestro ambiente
sean protagonistas y reciban una atención religiosa privilegiada?
La belleza misma del Evangelio no siempre puede ser adecuadamente manifestada
por nosotros, pero hay un signo que no debe fa lta r jamás: la opción por los
últimos, por aquellos que la sociedad descarta y desecha.
E.G. 195
...quiero expresar con dolor que la peor discriminación que sufren los pobres es la
fa lta de atención espiritual. La inmensa mayoría de los pobres tiene una especial
apertura a la fe ; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su
bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un
camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los
pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y
prioritaria.
E.G. 200
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
“ Si alguien vive en la abundancia, y viendo a su hermano en la necesidad, le cierra
su corazón, ¿Cómo permanecerá en él el amor de Dios? Mijitos míos, no amemos
solamente con la lengua y de palabra, sino con obras y de verdad” (1 Jn 3, 17- 18)
•
¿Qué gestos de projimidad sinceros, tiernos, genuinos tenemos con nuestros
hermanos que padecen necesidad?
•
¿Cuáles podemos poder en marcha movidos por el Espíritu y creciendo en
comunidad?
•
Cáritas..... desayunos a la gente
que
caridad..... comida caliente y abrigo......
V - Oración final:
Señor, que tu Iglesia viva en el amor
y del amor, que hable de tu ternura,
que transpire caridad y compasión.
Que el espíritu nos injerte en tu vida
para no dejar de dar frutos.
Queremos en lo secreto de nuestra oración
traer a todos los hombres
82
vive
en
la calle....noches de
la
que construyen un mundo más fraterno y más humano,
a todos los que sin aflojar,
construyen, ya desde hoy,
una tierra nueva.
83
FICHA 9
C onstruyendo
la
Paz
I - Francisco en su carta nos dice:
La paz tampoco «se reduce a una ausencia de guerra, fru to del equilibrio siempre
precario de las fuerzas. La paz se construye día a día, en la instauración de un
orden querido por Dios, que comporta una justicia más perfecta entre los
hombres». 1 En definitiva, una paz que no surja como fru to del desarrollo integral
de todos, tampoco tendrá futuro y siempre será semilla de nuevos conflictos y de
variadas formas de violencia.
1 Pablo VI, Carta ene. Populorum Progressio
E.G. 219
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica,
puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las
lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero
esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que
escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato,
que edificó su casa sobre arena». Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes,
soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande».
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su
enseñanza, porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus
escribas”.
Mateo 7, 24 - 29
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
El evangelio de hoy cuenta la parte final del Sermón de la Montaña que comienza
con las bienaventuranzas y termina con la casa construida sobre la roca.
Practicar la palabra de Dios es adquirir la verdadera sabiduría. No basta decir
“ ¡Señor, Señor!” lo importante es hacer la voluntad del Padre. Si escuchamos y
practicamos la palabra construimos la casa sobre roca. La solidez no viene de la
casa en sí, sino del terreno, de la roca. ¿Qué significa la roca? Es la experiencia del
amor de Dios revelado en Jesús. El amor no se compra, ni se merece (Cnt 8,7). El
amor de Dios se recibe gratuitamente. Ponemos en práctica la Palabra no para
merecer el amor, sino para agradecer por el amor recibido.
El amor de Dios es la roca, da seguridad a la casa, sostiene en los momentos de
dificultad y tormenta. ¿Quién nos apartará del amor de Dios?
84
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Qué heridas percibo en mi entorno que no permiten una vivencia de paz?
•
¿Tengo yo heridas que me impiden la cercanía, el encuentro, la paz?
“El anuncio evangélico comienza siempre con el saludo de paz, y la paz corona y
cohesiona en cada momento las relaciones entre los discípulos. La paz es posible
porque el Señor ha vencido al mundo y a su conflictividad permanente «haciendo
la paz mediante la sangre de su cruz» (Col 1,20). [...] Con corazones rotos en miles
de fragmentos será difícil construir una auténtica paz social” .
E.G. 229
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
•
Nuestro servicio, nuestra entrega siembra y genera frutos de paz a nuestro
alrededor?
•
¿Cómo acrecentamos y sostenemos nuestros vínculos fraternos?
•
¿Quiénes dirían de nosotros felices ustedes porque trabajan por la paz?
...hay una tercera manera, la más adecuada, de situarse ante el conflicto. Es
aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo
proceso. « ¡Felices los que trabajan por la paz! » (Mt 5,9).
E.G. 227
El criterio de realidad, de una Palabra ya encarnada y siempre buscando
encarnarse, es esencial a la evangelizadón. [...] este criterio nos impulsa a poner
en práctica la Palabra, a realizar obras de justicia y caridad en las que esa Palabra
sea fecunda. No poner en práctica, no llevar a la realidad la Palabra, es edificar
sobre arena, permanecer en la pura idea y degenerar en intimismos y gnosticismos
que no dan fruto, que esterilizan su dinamismo.
E.G. 233
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
..Padre ¿vio lo que pasó?...
...celo apostólico..,
.coleccionistas de conflictos.
...vení que te cuento...
...males de sacristía...
...vínculos de unidad...
...lugar para hacer sociales...
85
...lugar de encuentro con
Jesucristo...
•
¿De qué nos hablan estas frases? ¿Con cuáles podemos identificar a nuestra
comunidad? ¿Podemos clasificarlas en dos grupos? ¿Dónde ubicamos a cada una,
cuáles agregamos en cada lista?
•
¿Cuáles son los nuevos horizontes qué desafían nuestra comunidad y cómo llegar
desde relaciones fraternas? ¿En qué vamos a apoyarnos?
V - Oración final:
Señor Jesús, tú guías sabiamente
la historia de tu Iglesia y de las naciones,
escucha ahora nuestra súplica.
Nuestros idiomas se confunden
como antaño en la torre de Babel.
Somos hijos de un mismo Padre
que tú nos revelaste
y no sabemos ser hermanos,
y el odio siembra más miedo y más muerte.
Danos la paz que promete tu Evangelio,
aquella que el mundo no puede dar.
Enséñanos a construirla como fruto
de la Verdad y de la Justicia.
Escucha la imploración de María Madre
y envíanos tu Espíritu Santo,
para reconciliar en una gran familia
a los corazones y los pueblos.
Venga a nosotros el Reino del Amor,
y confírmanos en la certeza
de que tú estás con nosotros
hasta el fin de los tiempos. Amén.
Paz
Autor: Padre Ignacio Larrañaga
86
FICHA 10
Soy
una
M isión
en esta
T ierra
I - Francisco en su carta nos dice:
¡Cómo quisiera encontrar las palabras para alentar una etapa evangelizadora más
fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida
contagiosa! Pero sé que ninguna motivación será suficiente si no arde en los
corazones el fuego del Espíritu. En definitiva, una evangelizadón con espíritu es
una evangelizad ón con Espíritu Santo, ya que Él es el alma de la Iglesia
evangelizadora.
E.G. 261
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Por eso, investidos misericordiosamente del ministerio apostólico, no nos
desanimamos y nunca hemos callado nada por vergüenza, ni hemos procedido con
astucia o falsificando la Palabra de Dios. Por el contrario, manifestando
abiertamente la verdad, nos recomendamos a nosotros mismos, delante de Dios,
frente a toda conciencia humana.
[...] Porque no nos predicamos a nosotros
mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y nosotros no somos más que servidores de
ustedes por amor de Jesús. Porque el mismo Dios que dijo: «Brille la luz en medio
de las tinieblas», es el que hizo brillar su luz en nuestros corazones para que
resplandezca el conocimiento de la gloria de Dios, reflejada en el rostro de Cristo.
Pero nosotros llevamos ese tesoro en recipientes de barro, para que se vea bien
que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios. Estamos
atribulados por todas partes, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no aniquilados. Siempre y a
todas partes, llevamos en nuestro cuerpo los sufrimientos de la muerte de Jesús,
para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo”.
2 Cor.4,1-2.5-10
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
Juan Pablo II y Francisco nos ayudan a entusiasmarnos nuevamente, dóciles al
Espíritu Santo reconocer nuestra misión de discípulos y misioneros y como Pablo y
los apóstoles anunciar la vida nueva de Jesús.
[...] Pero ¿qué significa «evangelizar en el Espíritu Santo»? Sintéticamente se puede
decir que significa evangelizar con la fuerza, con la novedad y en la unidad del
Espíritu Santo. [...] Esta fuerza del Espíritu es más necesaria que nunca para el
cristiano de nuestro tiempo, a quien se le pide que dé testimonio de su fe en un
mundo a menudo indiferente, si no hostil, que está marcado fuertemente por el
relativismo y el hedonismo. Se trata de una fuerza que necesitan sobre todo los
predicadores, que deben volver a proponer el Evangelio sin ceder ante los
compromisos y los falsos atajos, anunciando la verdad de Cristo «a tiempo y a
87
destiempo» (2 Tm 4, 2). [...] El Espíritu Santo asegura al anuncio también un
carácter de actualidad siempre renovada, para que la predicación no caiga en una
vacía repetición de fórmulas y en una fría aplicación de métodos.
Catequesis de su S.S. Juan Pablo II - Audiencia General, 1 de ju lio de 1998
[...] “Siempre y entre nosotros existe esa resistencia al Espíritu Santo. Para
decirlo claramente el Espíritu Santo nos da fastidio. Porque nos mueve, nos hace
caminar, empuja a la Iglesia a ir hacia adelante” . Y el Papa profundiza la
problemática: “ Y nosotros estamos como Pedro en la Transfiguración: '¡Ah, que
bello estar todos así ju n to sl’... pero que no nos de fastidio. Queremos que el
Espíritu Santo se duerma... queremos someter al Espíritu Santo. Y esto no va,
porque Él es Dios y Él es aquel viento que va y viene y uno no sabe desde donde. Es
la fuerza de Dios, es lo que nos da la consolación y la fuerza para ir adelante. ¡Ir
adelante! Y esto da fastidio. La comodidad es más linda” .
[...] Y concluyó con una invitación: “ No opongan resistencia al Espíritu Santo. Es el
Espíritu que nos hace libres, con la libertad de Jesús, con aquella libertad de los
hijos de Dios” . Y reiteró: “No oponer resistencia al Espíritu Santo, esta es la gracia
que yo querría que todos nosotros pidiéramos al Señor: la docilidad al Espíritu
Santo, aquel Espíritu que viene a lo de nosotros y nos hace ir adelante en la vía de
la santidad. ¡Esa santidad tan hermosa de la Iglesia!”
Papa Francisco - Misa en Santa Marta 16 de abril de 2013
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Me reconozco marcado a fuego por el Espíritu Santo? ¿Crece mi identidad de
discípulo misionero rezando la palabra, en los sacramentos, en el servicio?
•
¿Quiénes necesitan y esperan recibir de mí
LUZ..........................................
BENDICION.............................
SALUD....................................
VIDA.......................................
No se puede perseverar en una evangelización fervorosa si uno no sigue
convencido, por experiencia propia, de que no es lo mismo haber conocido a Jesús
que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, no es lo
mismo poder escucharlo que ignorar su Palabra, no es lo mismo poder
contemplarlo, adorarlo, descansar en Él, que no poder hacerlo. No es lo mismo
88
tra tar de construir el mundo con su Evangelio que hacerlo sólo con la propia razón.
[...] El verdadero misionero, que nunca deja de ser discípulo, sabe que Jesús cami­
na con él, habla con él, respira con él, trabaja con él. Percibe a Jesús vivo con él
en medio de la tarea misionera. Si uno no lo descubre a Él presente en el corazón
mismo de la entrega misionera, pronto pierde el entusiasmo y deja de estar seguro
de lo que transmite, le fa lta fuerza y pasión. Y una persona que no está
convencida, entusiasmada, segura, enamorada, no convence a nadie.
E.G. 266
La misión en el corazón del pueblo no es una parte de mi vida, o un adorno que me
puedo quitar; no es un apéndice o un momento más de la existencia. Es algo que
yo no puedo arrancar de mi ser si no quiero destruirme. Yo soy una misión en esta
tierra, y para eso estoy en este mundo. Hay que reconocerse a sí mismo como
marcado a fuego por esa misión de iluminar, bendecir, vivificar, levantar, sanar,
liberar.
E.G. 273
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
CODO A CODO CON LOS DEMAS
¿Cuándo?
EN EL NUDO DE LA TORMENTA HUMANA
¿Cuándo?
MISIÓN
¿una experiencia vital?
0
¿un adorno momentáneo?
Jesús mismo es el modelo de esta opción evangelizadora que nos introduce en el
corazón del pueblo. ¡Qué bien nos hace mirarlo cercano a todos! [...] Cautivados
por ese modelo, deseamos integrarnos a fondo en la sociedad, compartimos la vida
con todos, escuchamos sus inquietudes, colaboramos material y espiritualmente
con ellos en sus necesidades, nos alegramos con los que están alegres, lloramos
con los que lloran y nos comprometemos en la construcción de un mundo nuevo,
codo a codo con los demás. [...] como una opción personal que nos llena de alegría
y nos otorga identidad.
E.G. 269
Espera que renunciemos a buscar esos cobertizos personales o comunitarios que
nos permiten mantenernos a distancia del nudo de la tormenta humana, para que
aceptemos de verdad entrar en contacto con la existencia concreta de los otros y
conozcamos la fuerza de la ternura. Cuando lo hacemos, la vida siempre se nos
complica maravillosamente y vivimos la intensa experiencia de ser pueblo, la
experiencia de pertenecer a un pueblo.
E.G. 270
89
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
"Preguntémonos: ¿estoy abierto a la acción del Espíritu Santo, le rezo para que me
dé luz y me haga más sensible a las cosas de Dios?
Es una oración que tenemos que rezar todos los días:
"Espíritu Santo, haz que mi corazón esté abierto a la Palabra de Dios, que mi
corazón esté abierto al bien, a la belleza de Dios todos los días". ...
Tenemos que cumplir este deseo de Jesús y rezar todos los días al Espíritu Santo
para que abra nuestro corazón”.
Papa Francisco 15 mayo 2013
...si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi
vida. Es lindo ser pueblo fie l de Dios. ¡Y alcanzamos plenitud cuando rompemos las
paredes y el corazón se nos llena de rostros y de nombres!
E.G. 274
V - Oración final:
Rezamos con estos testimonios
"Nunca vimos un santo y para nosotros la Madre Teresa era un ángel de carne y
hueso. La Madre nunca intentó impresionarnos con milagros. Pero siempre
estuvimos impresionados por la manera como nos cuidaba".
Vireshwar Chatterjes, anciano tuberculoso abandonado por su fam ilia en Calcuta.
En la salida del Tránsito (donde vivía Brochero) a Pocho vivía un leproso. Era éste
de tan mala condición y hablar que nadie se arrimaba para no oírle los insultos y
blasfemias. Brochero, con todo, no temía visitarlo. Le llevaba ropas y alimentos, y
hasta se supo que tomaba mate con él. Lo disuadían para que no lo visitara, pero
Brochero contestaba con gracia:
- Pero, por favor; si allí hay un alma...
Al final, lo confesó y le llevó la santa comunión. El leproso murió en sus brazos,
resignado como un santo.
Anécdotas del Cura Brochero
90
FICHA 11
M isteriosamente F ecundos
I - Francisco en su carta nos dice:
...la misión no es un negocio ni un proyecto empresarial, no es tampoco una
organización humanitaria, no es un espectáculo para contar cuánta gente asistió
gracias a nuestra propaganda; es algo mucho más profundo, que escapa a toda
medida. Quizás el Señor toma nuestra entrega para derramar bendiciones en otro
lugar del mundo donde nosotros nunca iremos. El Espíritu Santo obra como quiere,
cuando quiere y donde quiere; nosotros nos entregamos pero sin pretender ver
resultados llamativos. Sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria. Aprendamos
a descansar en la ternura de los brazos del Padre en medio de la entrega creativa
y generosa. Sigamos adelante, démoslo todo, pero dejemos que sea Él quien haga
fecundos nuestros esfuerzos como a Él le parezca.
E.G. 279
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un poco de
levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta
toda la masa»” .
Mateo 13,33
“Y decía: «El Reino de Dios es como un hombre que echa la semilla en la tierra: sea
que duerma o se levante, de noche y de día, la semilla germina y va creciendo, sin
que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce primero un tallo, luego una
espiga, y al fin grano abundante en la espiga. Cuando el fruto está a punto, él
aplica en seguida la hoz, porque ha llegado el tiempo de la cosecha»”.
Marcos 4, 26-29
• Apuntes para ayudar en la reflexión:
Hoy nos encontramos con dos situaciones típicas de la vida comunitaria:
- Creer en el valor de lo pequeño.
La imagen de la semilla de mostaza es útil para mostrar algo que parece
insignificante. ¿De esto tan pequeño puede brotar algo de calculable importancia?
La primera impresión parece ir por lo negativo. Pero el Reino es precisamente así:
siempre comienza por acciones pequeñas, muchas veces casi invisibles, frágiles.
Una comunidad en estado de discernimiento debe saber detectar la fuerza de lo
pequeño que está brotando dentro de ella. Se trata de acciones, de iniciativas, de
personas concretas que hay que valorar.
91
- Creer que se podrá transformar el mundo. Muchas veces cuando miramos la
realidad en función de la pastoral, solemos suspirar desconsolados diciendo: ¿Qué
vamos a lograr nosotros frente a estos desafíos? Entonces el escepticismo, nos
invade y se paralizan muchas acciones, la capacidad de inventiva y de riesgo.
La parábola de la levadura retrata el sentimiento desproporción que se acaba de
mencionar. Pero la comunidad de los “pequeños” del Reino tiene la fuerza del
evangelio que es suficiente para fermentar toda la masa. El Reino puede llegar con
su capacidad penetrante a todas las realidades humanas, aún las más escondidas y
difíciles, para realizar su obra. El Reino está hecho para llegar a todos.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
CONTROLAR Y CALCULAR TODO
VS.
ME DEJO GUIAR Y ORIENTAR POR EL ESPIRITU SANTO
•
¿Qué puedo decir de. mí?
•
¿Con cuál de estas expresiones me identifico?
...no hay mayor libertad que la de dejarse llevar por el Espíritu, renunciar a
calcularlo y controlarlo todo, y perm itir que Él nos ilumine, nos guíe, nos oriente,
nos impulse hacia donde Él quiera. Él sabe bien lo que hace fa lta en cada época y
en cada momento. ¡Esto se llama ser misteriosamente fecundos!
E.G. 280
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
•
¿Cuántos
de
nuestros
proyectos
brotan
de
la
oración
confiada
y
el
discernimiento hecho en el Espíritu Santo?
•
¿Qué nos exige ser creativos y generosos en nuestra entrega hoy?
Cada día en el mundo renace la belleza, que resucita transformada a través de las
tormentas de la historia. Los valores tienden siempre a reaparecer de nuevas
maneras, y de hecho el ser humano ha renacido muchas veces de lo que parecía
irreversible. Ésa es la fuerza de la resurrección y cada evangelizador es un
instrumento de ese dinamismo.
E.G. 276
La resurrección de Cristo provoca por todas partes gérmenes de ese mundo nuevo;
y aunque se los corte, vuelven a surgir, porque la resurrección del Señor ya ha
penetrado la trama oculta de esta historia, porque Jesús no ha resucitado en vano.
¡No nos quedemos al margen de esa marcha de la esperanza viva!
E.G. 278
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
Cristo resucitado y glorioso es la fuente profunda de nuestra esperanza, y no nos
faltará su ayuda para cumplir la misión que nos encomienda.
E.G. 275
•
¿Qué desafíos de la realidad actual nos parecen que son los más difíciles?
¿Frente a qué situaciones hemos llegado a sentirnos incapaces de hacer algo en
nombre del Reino?
•
¿La comunidad en la que vivo también necesita ser motivada, incentivada,
animada para que no pierda la confianza frente a aquello que parece desbordar
sus capacidades de transformación?
•
¿Qué actitudes deben caracterizar a una comunidad misionera?
V - Oración final:
La coherencia (a propósito de Juan Pablo II)
La coherencia no se compra,
la coherencia no se estudia en ninguna carrera.
La coherencia se va labrando
en el corazón con la adoración,
con la unción al servicio de los demás
y con la rectitud de conducta.
Sin mentiras, sin engaños, sin doblez.
Jesús dijo de Natanael una vez
cuando venía caminando:
«Aquí tienen a un israelita derecho,
sin doblez».
Creo que lo podemos decir de Juan Pablo,
el coherente.
Pero era coherente porque se dejó cincelar
por la voluntad de Dios.
Se dejó humillar por la voluntad de Dios.
Dejó que creciera en su alma
93
esa actitud obediencial que tuvo
nuestro padre Abraham
y desde allí todos los que lo siguieron.
Recordamos a un hombre coherente
que una vez nos dijo que este siglo
no necesita de maestros,
necesita de testigos,
y el coherente es un testigo...
Card. Jorge Bergoglio.
94
FICHA 12
I_a Marca
en el
O rillo
I - Francisco en su carta nos dice:
María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con
unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que
se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no fa lte el
vino en nuestras vidas. Ella es la del corazón abierto por la espada, que
comprende todas las penas. Como madre de todos, es signo de esperanza para los
pueblos que sufren dolores de parto hasta que brote la justicia. Ella es la
misionera que se acerca a nosotros para acompañarnos por la vida, abriendo los
corazones a la fe con su cariño materno. Como una verdadera madre, ella camina
con nosotros, lucha con nosotros, y derrama incesantemente la cercanía del amor
de Dios. [...] María reúne a su alrededor a los hijos que peregrinan con mucho
esfuerzo para mirarla y dejarse mirar por ella. [...] María les da la caricia de su
consuelo maternal y les dice al oído: «No se turbe tu corazón [...] ¿No estoy yo
aquí, que soy tu Madre?».
E.G. 286
Hay un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada vez
que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del
cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles
sino de los fuertes, que no necesitan m altratar a otros para sentirse importantes.
[...] Esta dinámica de justicia y ternura, de contemplar y caminar hacia los demás,
es lo que hace de ella un modelo eclesial para la evangelizadón.
E.G. 288
II - Nos alegramos con el Evangelio:
“En aquellos días, María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de
Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas esta oyó el saludo de
María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo,
exclamó: «¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu
vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí
tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se
cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor»”.
Lucas 1, 39-45
•
Apuntes para ayudar en la reflexión:
María se pone en camino y lo hace sin tardanza, “con prontitud” . El viaje es un
gesto concreto de obediencia a la Palabra de Dios.
95
El encuentro entre las dos mujeres hace saltar de alegría al niño que se está
gestando en Isabel, manifestación de la acción del Espíritu. A partir de este
momento, a lo largo de todo el evangelio, muchos saltarán de gozo cada vez que se
encuentren con Jesús.
El Mesías es portador de la alegría, expresión de la plenitud de vida que proviene
de Dios. Comienza la fiesta de la vida que trae el Evangelio para todo el pueblo.
La voz de María es portadora del Espíritu Santo que la ha llenado y con ella
introduce a Isabel en el ámbito de su experiencia: el de una emoción profunda
capaz de estremecer y hacer danzar de alegría.
Guiada por el Espíritu, Isabel capta la grandeza de lo sucedido en María y lo
expresa abiertamente.
Las dos mujeres se comprenden a fondo, son capaces de decir lo que llevan por
dentro, en esa cercanía elevan himnos de alabanza.
III - Para animar y compartir:
Miramos nuestro interior con memoria agradecida:
•
¿Qué rasgos revolucionarios de María hemos gustado en nuestra vida?
“ ...Mirándola descubrimos que la misma que alababa a Dios porque «derribó de su
trono a los poderosos» y «despidió vacíos a los ricos» (Le 1,52.53) es la que pone
calidez de hogar en nuestra búsqueda de justicia. Es también la que conserva cui­
dadosamente «todas las cosas meditándolas en su corazón»... (Le 2,19)
Compartimos en grupo para convertirnos y salir:
•
¿Nuestras comunidades son espacios vivos que permiten compartir y celebrar la
experiencia de Dios que vive cada uno?
•
¿De qué cualidades del estilo misionero de María tiene que impregnarse nuestra
comunidad evangelizadora?
“ ...Le rogamos que con su oración maternal nos ayude para que la Iglesia llegue a
ser una casa para muchos, una madre para todos los pueblos, y haga posible el
nacimiento de un mundo nuevo.
Es el Resucitado quien nos dice, con una potencia que nos llena de inmensa
confianza y de firmísima esperanza: “ Yo hago nuevas todas las cosas” (Ap. 21,5)
IV - Desafío y compromiso en nuestro camino y estilo evangelizador
“ Hagan lo que El les diga” (Juan 2, 5)
96
•
•
¿De qué rasgos de la atención, del cuidado, de la participación, del estar
involucrada, del festejo, de la fe de María necesita llenarse y convertirse
nuestro estilo misionero, nuestro testimonio y anuncio?
María da pie a que se inauguren los tiempos nuevos. ¿Qué novedad pide y espera
hoy la gente que nos rodea?
V - Oración final:
Virgen y Madre María,
tú que, movida por el Espíritu,
acogiste al Verbo de la vida
en la profundidad de tu humilde fe,
totalmente entregada al Eterno,
ayúdanos a decir nuestro « sí »
ante la urgencia, más imperiosa que nunca,
de hacer resonar la Buena Noticia de Jesús.
Tú, llena de la presencia de Cristo,
llevaste la alegría a Juan el Bautista,
haciéndolo exultar en el seno de su madre.
Tú, estremecida de gozo,
cantaste las maravillas del Señor.
Tú, que estuviste plantada ante la cruz
con una fe inquebrantable
y recibiste el alegre consuelo de la resurrección,
recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu
para que naciera la Iglesia evangelizadora.
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida
que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos
el don de la belleza que no se apaga.
Tú, Virgen de la escucha y la contemplación,
madre del amor, esposa de las bodas eternas,
intercede por la Iglesia, de la cual eres el icono purísimo,
para que ella nunca se encierre ni se detenga
en su pasión por instaurar el Reino.
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Estrella de la nueva evangelizadón,
ayúdanos a resplandecer en el testimonio de la comunión,
del servicio, de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y el amor a los pobres,
para que la alegría del Evangelio
llegue hasta los confines de la tierra
y ninguna periferia se prive de su luz.
Madre del Evangelio viviente,
manantial de alegría para los pequeños,
ruega por nosotros.
Amén. Aleluya.
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