Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto

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Embarazo en adolescentes
de América Latina y el Caribe:
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“No hagas de tu cuerpo la tumba de tu alma”.
Pitágoras
Silvia Lucía Gaviria A., MD
Directora del Programa de Psiquiatría
Facultad de Medicina
Universidad CES
Roberto Chaskel, MD
Coordinador de Psiquiatría Infantil y Adolescentes
Hospital Universitario Fundación Santa Fe de Bogotá
Universidad de los Andes
Universidad El Bosque
Resumen
Se revisa el tema del embarazo en adolescentes
teniendo en cuenta la relevancia e importancia en la
experiencia latinoamericana. Reducir el embarazo
en adolescentes tiene una estrecha relación con el
avance hacia los ‘Objetivos del Milenio’ en la región.
Como consecuencia de la realidad de bebés en
hogares de madres adolescentes, ocasionalmente
solteras, resultan problemas relacionados con la
salud materno-infantil. La salud general y el futuro
económico de padres adolescentes se afectan por
las consecuencias de la forzada deserción escolar, la pobreza, la falta de oportunidades y otros
aspectos psicosociales. Se sabe que la mayoría de
los embarazos en adolescentes no son planeados
o deseados, lo cual confirma la inefectividad de
los planes de prevención para disminuir la tasa de
embarazos en los adolescentes. El comportamiento
demográfico actual es contradictorio, mientras
que la tasa de fertilidad para el total de mujeres
está declinando en América Latina, la natalidad
correspondiente al embarazo en adolescentes,
el cual es el más grande segmento femenino, va
en aumento.
Palabras clave: embarazo, adolescencia, salud, factores
psicosociales.
Summary
A review of early pregnancies in adolescence is
presented given the relevance of the Latin American
CCAP  Volumen 12 Número 3 ■
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Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
experience. Reduce pregnancies in adolescents has a
close-knit relationship with the progress proposed in
the ‘Objectives for the Millennium’. As babies are born
into homes of very young couples, new problems arise
in the mother/child health realm. General health and
the economic future of adolescent parents are affected
by dropping out of school, poverty, lack of opportunities
and other psychosocial problems. Most pregnancies
in adolescence are not planned or wished for, which
comes to show the lack of effectiveness of prevention
plans to reduce the rate of teenage pregnancies. The
demographic behavior is contradictory. Fertility
rates among Latin American women decrease, while
the rate of teenage pregnancies, the biggest feminine
segment, is growing.
Key words: pregnancy, adolescence, health, psychosocial
factors.
Introducción
La adolescencia es una experiencia profunda en la vida de la mujer. Mientras cambian su
cuerpo y su ánimo, también lo están haciendo
sus necesidades y prioridades. Esta etapa está
marcada por cambios biológicos, psicológicos y
sociales, acompañados por fuertes sentimientos
de atracción sexual e importantes conflictos sobre
la capacidad de decidir.
Sin embargo, los adolescentes son también actores y actrices sociales que viven sus inclinaciones,
sus aspiraciones y sus relaciones de acuerdo con
las circunstancias en las que les ha tocado crecer
y formarse, para un futuro incierto y complejo.
En los países de América Latina y el Caribe, los
adolescentes pertenecen a diversos grupos sociales,
en los que todavía subsisten fuertes restricciones
para el acceso universal a los servicios de atención
primaria de salud y educación.
Por otro lado, los dramáticos cambios en las
estructuras familiares y la migración urbana son
causas comunes que inciden con fuerza en la salud
sexual y reproductiva de las adolescentes. Un porcentaje grande de ellas contrae responsabilidades
6 ■ Precop SCP
maternas antes de haber logrado un mínimo
de estabilidad laboral o haber alcanzado una
profesión u oficio digno. La falta de atención a la
salud sexual y reproductiva de los adolescentes es
común, y su abordaje no forma parte importante
de las políticas y acciones de salud pública de la
mayor parte de los países.
Un embarazo durante la adolescencia resulta
dramático en cualquiera de los estratos de la
poco equitativa pirámide social. Generalmente
no es deseado y se constituye en un semillero de
eventos adversos, como uniones y matrimonios
prematuros de mal pronóstico, rechazo por la
familia de origen, desescolarización, hijos que
nacen sin una pareja adecuada para su crianza,
el madre-solterismo con su corolario de inseguridad y desprotección, y mayor exposición al
maltrato para el recién nacido. La tasa más alta de
divorcios y separaciones hoy en día ocurre entre
parejas casadas durante la adolescencia, siendo
cuatro veces mayor que en aquellos matrimonios
realizados en edad más tardía.
Resulta ser una paradoja el aumento de los
embarazos provenientes del segmento que corresponde al grupo etario adolescente en la mayoría
de los países de América Latina, en contraposición
a la disminución global de la tasa de natalidad en
la región.
La paradoja es debida a que, a pesar del
incremento de la información y el mayor acceso
a los métodos de planificación, se esperaría una
disminución de los embarazos no planeados en la
totalidad de las mujeres en edad reproductiva. No
obstante, el aumento continúa y se acentúa en los
adolescentes, constituyéndose en un rompecabezas
para clínicos y profesionales del área social.
La maternidad adolescente tiene una estrecha
relación con el avance hacia los ‘Objetivos del
Milenio’. En primer lugar, porque se da con mayor
frecuencia entre las jóvenes de familias pobres, tendiendo a reproducir la pobreza y acentuando la falta
de oportunidades de una generación a la siguiente
y, junto con ello, incrementando las probabilidades
Silvia Lucía Gaviria A., Roberto Chaskel
de desnutrición infantil. En segundo lugar, porque
implica mayor riesgo de mortalidad y morbilidad
infantil, así como complicaciones obstétricas y
del puerperio para las jóvenes madres. En tercer
lugar, porque se vincula a la deserción educativa
temprana de las jóvenes, lo cual prácticamente
garantiza permanecer en al anillo de la pobreza.
El embarazo y la maternidad en adolescentes
se relacionan directamente con la ausencia de
derechos reproductivos efectivos y de protección
ante situaciones de riesgo de menores de edad.
Una alta proporción de embarazos adolescentes
son no deseados, y muchos se originan en situaciones de abuso sexual, y, sobre todo, de falta de
responsabilidad de los progenitores masculinos
frente a la pareja y la paternidad. La prevención del
embarazo adolescente no deseado es un objetivo
importante para los países de América Latina y el
Caribe. Este es un problema complejo que involucra
a las familias, a los profesionales de la salud, a los
educadores, a los funcionarios gubernamentales
y a los propios jóvenes.
Epidemiología
Abordar el tema del embarazo en la adolescencia implica explorar los estudios epidemiológicos
poblacionales y el riesgo reproductivo en dicha
edad. De acuerdo con la Organización de las
Naciones Unidas (ONU), en 1985 había más de
1.000 millones de niños y jóvenes entre 10 y 19
años en el mundo, 526 millones de varones y 506
millones de mujeres, el 83% viviendo en países en
desarrollo, donde, a su vez, constituían el 23% de
la población total. En la proyección de la ONU para
el año 2020, el total de niños y adolescentes entre
10 y 19 años superará los 1.300 millones, lo que
significa un aumento del 27% en 35 años. En los
países desarrollados, esta franja será solo del 15%.
El 98% del crecimiento de la población ocurrirá
en los países en desarrollo.
Desde la década de 1970, la fecundidad ha caído
en América Latina y el Caribe a consecuencia de
una combinación de cambios socioeconómicos,
como la industrialización, la urbanización y
la modernización. Cambios culturales, como
la secularización de valores, la individualización en proyectos de vida y de nuevos estilos
de familia, han generado una transformación
notoria en la forma de afrontar la vida. Los
cambios a nivel de género, como la creciente
inserción laboral y el protagonismo social de las
mujeres, y los tecnológicos, especialmente en el
plano anticonceptivo, han dado a las mujeres
mayor movilidad.
En algunos países, este proceso ha sido apoyado por políticas y campañas públicas en favor
de la planificación familiar. En este marco histórico, era de esperar que los jóvenes comenzaran
a reducir el número de hijos, particularmente
porque generaciones con fecundidad elevada
lo lograron, lo que efectivamente sucedió hasta
la década de 1980. Pero, desde principios de
la década de 1990, la fecundidad antes de los
20 años ha presentado una tendencia distinta:
primero refractaria a la baja, y luego con una
nueva propensión al aumento. De 16 países de
la región, solo en cuatro (Belice, Guatemala,
Nicaragua y Paraguay) desciende claramente
el porcentaje de madres entre las mujeres de
15 a 19 años.
Esta resistencia al descenso en la fecundidad adolescente ha conducido a la región de
América Latina a una posición ambigua a escala
global. Por una parte, ella presenta niveles de
fecundidad inferiores a la media mundial y de
los países en desarrollo. Por otra parte, registra
niveles de fecundidad adolescente que rebasa
ostensiblemente la media mundial, solamente
superados por los índices de África, que es la
región del mundo en la que los nacimientos
de madres adolescentes representan la mayor
fracción del total de nacimientos.
Factores de riesgo del
embarazo en adolescentes
La adolescencia corresponde a un período
dentro del ciclo vital que suele caracterizarse
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Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
por decisiones impulsivas y de riesgo, que conducen a una mayor incidencia de lesiones no
intencionales y violencia, abuso de alcohol y
drogas, embarazos no deseados y enfermedades
de transmisión sexual. Explicaciones neurobiológicas y cognitivas para tales decisiones no han
podido dar cuenta de estos cambios no lineales
en el comportamiento adolescente.
Para entender el fenómeno del embarazo en
adolescentes y proveer una adecuada atención,
es necesario comprender su desarrollo cognitivo y psicosocial. Aunque el rango de edad
está asignado por las tareas psicológicas del
desarrollo, se divide en adolescencia temprana,
media y tardía, por lo cual la edad cronológica
no siempre corresponde al nivel de madurez.
Adicionalmente, un adolescente puede estar
funcionando en un nivel cognitivo y en otro
psicosocialmente.
Factores biológicos
La edad de la menarquia es un factor determinante de la capacidad reproductiva. Está ligada
a la proporción de los ciclos de ovulación, que
alcanzan a ser cerca del 50% dos años después
de la primera menstruación. Entre los fenómenos
que constituyen la aceleración secular del crecimiento, está el dramático adelanto de la edad de
la menarquia. En el último siglo, la menarquia
se ha adelantado entre 2 y 3 meses por década,
descendiendo desde más o menos los de 15 años
de edad a alrededor de los 12 años en los últimos 150 años. Así, las adolescentes son fértiles
a una edad menor. La menarquia puede ser un
marcador para el inicio de la actividad sexual,
en promedio 2 o 3 años después.
Factores psicosociales
y la conducta sexual
El adelanto de la menarquia se acompaña de
actitudes y de comportamientos hacia el sexo
opuesto que pueden conducir a un ejercicio
temprano de la sexualidad. Los factores psicosociales que acompañan a la modernización y
8 ■ Precop SCP
su influencia en los roles personales y familiares
son también contribuyentes. Existen grandes
contradicciones: por una parte, las características biológicas permiten la reproducción
más temprana y, por otra, la sociedad retarda
la edad en que se considera a un sujeto adulto
con todos los derechos y deberes. Este conjunto
de elementos hace que aumente el período de
exposición al riesgo de embarazo fuera del marco
del matrimonio, socioculturalmente aceptado,
estableciéndose expectativas poco realistas sobre
el comportamiento sexual de los adolescentes.
Conducta sexual
Hay escasa información respecto a la sexualidad de los adolescentes latinoamericanos.
Algunos estudios estiman que el 50% de los
adolescentes menores de 17 años son sexualmente
activos. En un estudio realizado en adolescentes
escolarizadas de nueve países del Caribe, 1/3
admitió haber tenido relaciones sexuales y, de
ellas, el 50% reportaron haber sido coaccionadas. La proporción de mujeres de la región que
han tenido por lo menos una relación sexual
antes de los 20 años varía entre el 42-63%. En
Ecuador, el 8% de mujeres de 15-24 años ha
tenido relaciones sexuales antes de cumplir los
15 años, y esta cifra se va acumulando al 30%
antes de los 18 años y llega al 46,2% antes de
cumplir 25 años.
La edad de la primera relación sexual decrece
a medida que aumentan los años de educación;
cuando es más bajo el nivel económico, las
mujeres inician sus relaciones sexuales a más
temprana edad. En Perú, alcanza al 42% de
adolescentes y jóvenes. Del total de mujeres
de 20-49 años que señalaron haberse iniciado
sexualmente, el 57,2% reportó que tuvo su
primera relación sexual antes de cumplir los 20
años. En Bolivia, el 91% de las mujeres de zonas
rurales se iniciaron sexualmente antes de los 18
años. En las zonas urbanas, el porcentaje alcanza
el 84%. En Venezuela, la proporción de mujeres
de 15-24 años iniciadas sexualmente antes de
los 18 años corresponde al 60%.
Silvia Lucía Gaviria A., Roberto Chaskel
Predictores
Factores psicológicos y culturales
Hay varios predictores de comienzo de la
actividad sexual durante la adolescencia temprana: desarrollo puberal, historia de abuso
sexual, pobreza, falta de atención y cuidado
por parte de los padres, patrones culturales
y familiares caóticos, historia de iniciación
sexual temprana, analfabetismo, falta de metas
profesionales o laborales, abuso de sustancias,
pobre desempeño escolar o abandono de los
estudios. Los factores asociados con un retraso
en el inicio de la actividad sexual son: vivir
con ambos padres en un ambiente familiar
estable, asistencia regular a lugares de culto,
buen ingreso económico familiar, supervisión,
buena conexión entre padres e hijos, y el establecimiento de metas.
Durante la etapa temprana del desarrollo
cognitivo de la adolescencia, los adolescentes no
son capaces de entender todas las consecuencias
de la iniciación precoz de la actividad sexual.
En la adolescencia media, el egocentrismo
propio de la etapa les hace asumir a ellas que
“eso no les va a pasar”. La necesidad de probar
su fecundidad, estando afligidas por fantasías
de infertilidad, puede ser un factor poderoso
durante la adolescencia.
½½ observación clínica indica que la relación
sexual precoz ocurre frecuentemente en comunidades campesinas, algunas zonas suburbanas
y en las clases sociales bajas de las grandes
ciudades. El aumento de la población juvenil
sexualmente activa no se ha acompañado de un
incremento proporcional de contracepción. La
edad media en que se contrae matrimonio es
un indicador de las opciones al alcance de las
mujeres: cuando pueden elegir, muchas mujeres
retrasan el matrimonio para estudiar y/o buscar
empleo. Esta orientación al cumplimiento de
metas es un factor que favorece un inicio más
tardío de la actividad sexual y de la maternidad.
Disfunción familiar
Un mal funcionamiento familiar predispone
a una actividad sexual prematura y un embarazo
puede ser visto como la posibilidad de huir de
un hogar patológico donde la adolescente se
siente amenazada por la violencia, el alcoholismo y el riesgo de incesto. Como factores de
riesgo asociados a la familia, se han descrito
también la inestabilidad familiar, el embarazo
adolescente de una hermana, madre con historia
de embarazo adolescente y enfermedad crónica
de uno de los padres.
En un ambiente de pobreza y subdesarrollo,
donde la movilidad social es escasa o nula, la
adolescente es incapaz de concebir la alternativa de evitar un embarazo. El ‘machismo’ y la
necesidad del varón de probarse, así como la
existencia de carencias afectivas y necesidades
no satisfechas, son factores del comportamiento
que también contribuyen al fenómeno.
Sociales
Las zonas de pobreza, con hacinamiento,
estrés, delincuencia y alcoholismo, tienen mayor
cantidad de familias disfuncionales, falta de
recursos y de acceso a los sistemas de atención
en salud, con el consecuente mayor riesgo. Los
medios de comunicación, a través de los mensajes
comercializados y estereotipados, han contribuido a la reducción de las barreras culturales
que, en el pasado, limitaban la actividad sexual.
Muchas veces, de hecho, promueven la actividad sexual temprana. La pérdida de patrones
religiosos tradicionales es otro factor que afecta
las barreras para el ejercicio de la sexualidad.
Anticoncepción
y embarazo adolescente
La mitad de los embarazos en adolescentes
ocurren durante los seis meses siguientes al inicio
de la actividad sexual, y el 20% en el curso del
primer mes. De estas adolescentes, menos de un
30% usa algún método anticonceptivo en ese
período, aduciendo que estaban convencidas
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Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
de que “eso no iba a pasar”. Lo no planificado
del momento del coito, ignorancia de los métodos de anticoncepción, temor a ser criticadas
si usan un método anticonceptivo o a que los
padres conocieran que tenían actividad sexual
son contribuyentes para quedar embarazadas.
El uso de anticonceptivos en adolescentes es
inferior al de las mujeres de toda edad, aun en
las casadas, con tasas del 9% en Guatemala, del
30% en Colombia y del 50% en Brasil.
Las cifras son más bajas en áreas rurales. Los
métodos más utilizados son el coito interrumpido,
el método del calendario mal utilizado, seguido
por la píldora. La literatura señala que, durante el
año siguiente al parto, el 30% de las adolescentes
quedan nuevamente embarazadas, y, entre el
25-50%, durante el segundo año. Como factores
de riesgo para la recidiva, se han identificado:
primer embarazo antes de los 16 años, pareja
mayor de 20 años, deserción escolar, estar en un
nivel escolar menor al que le correspondería, no
haber requerido asistencia social en el primer
embarazo, haber tenido complicaciones en el
primer embarazo y haber salido del hospital
sin conocer métodos de planificación familiar.
En un estudio efectuado en Brasil acerca del
uso de métodos de anticoncepción en la primera
experiencia sexual, se encontró que el 53,2% de
los adolescentes entrevistados emplearon algún
método anticonceptivo en su primera relación
sexual. El 40,3% de las parejas que quedaron
embarazadas usaron anticonceptivos inadecuadamente en las relaciones que condujeron a la
gestación. El condón fue el método más común
en la primera relación sexual (96,6%) y en la
relación que condujo al embarazo (58,9%). Las
principales razones del no uso de anticonceptivos fueron que la adolescente no había pensado
acerca de la anticoncepción en el momento de
la primera relación sexual (36,1%) y que la
adolescente deseaba un bebé en el momento
del encuentro sexual (26,5%).
Alrededor del 57% de las adolescentes que no
querían el embarazo reportaron que no usaron
10 ■ Precop SCP
ningún método anticonceptivo antes del embarazo. Entre las adolescentes con un embarazo
no deseado, de un porcentaje mayor que tenía
acceso a servicios de salud, el 48% reportó el
uso de anticonceptivos, en comparación con el
16,7% que no tenía acceso a servicios de salud.
Este análisis concluye que la prevención de
embarazos no deseados requiere una mayor
información y acceso a los anticonceptivos entre
todos los jóvenes.
Salud y riesgos de la
adolescente embarazada
Desde el punto de vista sanitario, el embarazo
constituye un grupo de alto riesgo, tanto por
la inmadurez física como por las dificultades
psicosociales y económicas de las madres. Los
partos en algunas adolescentes ponen en riesgo
sus vidas y las de sus bebés.
Riesgos obstétricos
Los esfuerzos de la adolescente por ocultar
su embarazo y la dificultad para disponer de
servicios adecuados o la inexistencia de un
servicio médico prenatal hacen que no tengan
la supervisión y acompañamiento que necesitan.
Alrededor del 20% de la población de los países
en desarrollo está crónicamente desnutrida. Las
adolescentes tienen las demandas nutricionales
aumentadas por estar en una etapa de rápido
crecimiento, y el embarazo acentúa estas necesidades. La desnutrición influye en el peso fetal.
En un estudio transversal llevado a cabo
con 854.377 mujeres latinoamericanas embarazadas, se halló que las adolescentes de 15
años o menos tenían más anemia, más riesgo
de muerte materna y muerte neonatal temprana,
en comparación con las mujeres de 20-24 años
de edad. Además, todos los grupos de edad
de las adolescentes tenían mayor riesgo para
hemorragia posparto, endometritis puerperal,
parto vaginal instrumentado, episiotomía, bajo
peso en el momento del parto, parto prematuro
Silvia Lucía Gaviria A., Roberto Chaskel
y feto pequeño para la edad gestacional. Otras
condiciones, como la preeclampsia, eclampsia,
amenaza de parto prematuro, parto pretérmino,
distocias y la mayor frecuencia de cesáreas, con
sus posibles complicaciones, son frecuentes.
La mortalidad materna es hasta 2,5 veces
mayor en menores de 15 años comparado con la
mortalidad del grupo de 20-24 años. El aborto
inducido es el método frecuente para terminar
el embarazo y constituye una de las principales
causas de mortalidad materna, especialmente
cuando tiene lugar en circunstancias inadecuadas y sépticas.
Morbilidad y mortalidad infantil
Una consecuencia del embarazo precoz es el
alto índice de mortalidad infantil que aumenta
en la medida en que la madre tenga una menor
edad. El parto pretérmino, bajo peso al nacer,
inmadurez fetal, exponen al recién nacido a mayores riesgos debido a la inmadurez neurológica
y sistémica. El bajo peso puede tener relación
con trastornos neurológicos y del desarrollo
intelectual, así como con otras adversidades en
la salud del niño.
Implicaciones psicosociales de la
adolescente embarazada
Frecuentemente el embarazo en adolescentes
es no deseado, y, cuando este ocurre, las ilusiones
propias de esta edad sufren una fractura, reforzada por la inseguridad y el temor. No es raro
el rechazo por parte de los padres de la joven o
por el mismo padre del hijo. Cuando esto último
no sucede, sino que, por el contrario, se hacen
arreglos para precipitar una vida de pareja, la
probabilidad de que esta relación prospere es baja.
Otras aún más desafortunadas deben iniciar la
crianza de su bebé por sí mismas, sin ninguna
clase de ayuda.
En general, el embarazo no deseado puede
afectar claramente la dinámica entre el recién
nacido y la madre, la conformación del vínculo y
la interacción que se desprende de esta relación.
El cuidado prenatal inadecuado puede hacer
parte del sentimiento global de fracaso, temor
o frustración.
Los problemas psicosociales de la adolescente embarazada incluyen la interrupción de
los estudios, disminución de las oportunidades
vocacionales, separación del padre del hijo,
pobreza persistente, nuevos embarazos, matrimonio motivado por las circunstancias y divorcio. Acompañan al estado inicial la ansiedad, la
incertidumbre y la ambivalencia. A estos pueden
agregarse otros problemas, como la depresión,
intento de suicidio, comportamientos violentos,
consumo de drogas, promiscuidad, y, si salen
por rechazo de sus hogares, pueden ser forzadas
a la prostitución.
La problemática de la madre se refleja en la
conducta del hijo, puesto que la evidencia muestra
cómo los hijos de madres solteras, y especialmente
adolescentes, aun con uniones tempranas, exhiben mayor número de problemas de desarrollo
psicosexual, aprendizaje y conducta, así como
trastornos depresivos, ansiedad, inseguridad y
exposición al maltrato.
Las madres que deciden no asumir la maternidad, bien sea porque interrumpen el embarazo
o porque deciden dar su hijo en adopción, están
sometidas a grandes presiones y sentimientos
contradictorios, que pueden generar en ellas
gran angustia y dolor, hasta llegar a la depresión
y el intento de suicidio. El acompañamiento y
la asesoría pueden atenuar su sufrimiento y
brindarles mayor estabilidad.
Prevención y manejo
El embarazo adolescente es mucho más probable allí donde se les niega la anticoncepción a
los jóvenes y donde no se les ofrece información
sobre el manejo adecuado de la sexualidad y las
consecuencias para la vida de un embarazo no
planeado. Ya se mencionó que existe una fuerte
correlación de embarazo en la adolescencia con
CCAP  Volumen 12 Número 3 ■
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Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
la pobreza y la carencia de educación. Las cifras
indican que las madres adolescentes pobres tienen el 25-30% menos capital educativo que las
madres pobres que no han tenido un embarazo
siendo adolescentes.
Prevención primaria
Supone la base de la prevención y procura
actuar sobre los factores de riesgo que favorecen
u originan la aparición del problema. Una vez
analizadas las causas del embarazo adolescente,
y conscientes de que hay factores difíciles de
modificar, se recomienda una actuación dirigida
a implementar programas de educación sexual
y mejorar la accesibilidad de los jóvenes a los
métodos anticonceptivos.
Programas de educación sexual
Los padres son los primeros responsables en
materia educativa, pero delegan con frecuencia su
responsabilidad en terceras personas, haciendo
dejación de su derecho y deber de educar en
materia de sexualidad a sus hijos. La consecuencia
de este hecho es que hasta el 57% de los padres
no habla de temas de sexualidad con sus hijos y
que hasta el 50% de estos obtiene información
sobre esta materia de sus amigos o medios de
comunicación.
Se necesitan programas de salud que comiencen por prevención primaria, que refuercen
los valores familiares, incluyendo la educación
sexual, dentro del hogar. Se hacen necesarias
campañas en colegios y universidades, así como
en el campo o en grupos específicos, a través
de medios didácticos dirigidos a la prevención
del embarazo y del riesgo de promiscuidad, de
las enfermedades de transmisión sexual y de la
evitación del embarazo.
Las actitudes de algunas sociedades modernas han demostrado que a mayor educación e
información sexual menor tasa de embarazo
adolescente. La evidencia muestra que la educación sexual que discute la anticoncepción no
12 ■ Precop SCP
aumenta la actividad sexual y que los programas
que enfatizan la abstinencia como el método
más seguro y mejor, al mismo tiempo que la
enseñanza acerca de los anticonceptivos para los
jóvenes sexualmente activos, no disminuyen el
uso de anticonceptivos.
Prevención secundaria
La atención de la adolescente gestante debe
comprender tanto servicio social y consejería
como asistencia psiquiátrica y psicológica oportuna, sumada a su seguimiento prenatal básico.
En la consulta psicológica y psiquiátrica, se
debe obtener información sobre las creencias y el
significado de la situación que la adolescente está
viviendo. Se deben aclarar actitudes, valores, y
explorar las consecuencias de las decisiones, en un
marco cognoscitivo. Se debe fortalecer el desarrollo de habilidades personales y de comunicación,
para construir relaciones con la familia y otras
personas. El objetivo terapéutico es reconstruir
la confianza y desarrollar una responsabilidad
por la propia vida sexual. Si se detecta algún tipo
de patología durante el período de gestación, se
debe ofrecer el abordaje respectivo.
Todo programa debe dar opciones para que
la adolescente embarazada pueda continuar
su educación, sin discriminación, ni diferencias en oportunidades respecto a las demás
estudiantes. Así mismo, debe recibir asesoría en
el cuidado prenatal acerca de hábitos de vida,
cuidado de su cuerpo, apariencia, nutrición,
interacción con su bebé y las necesidades afectivas
y de cuidados del niño.
Prevención terciaria
Se deben implementar programas que disminuyan el impacto a corto, mediano y largo plazo
de la maternidad adolescente. Proveer los medios
para que las madres adolescentes continúen sus
estudios y formación, apoyo para el cuidado de
los hijos de tal manera que ellas puedan continuar
su proyecto de vida.
Silvia Lucía Gaviria A., Roberto Chaskel
Discusión
Con la revisión presentada, se evidencia la
necesidad de trabajar con adolescentes y jóvenes,
especialmente en educación y salud, con énfasis
en salud sexual y reproductiva. Sin embargo,
el acceso a servicios y programas adecuados
para adolescentes y jóvenes es limitado, porque
existen muy pocos servicios que brinden atención diferenciada e integral a adolescentes. Las
actitudes rígidas por parte de los proveedores
de salud, sumado al poco o ningún dinero
con que cuentan los jóvenes para pagar por un
servicio o por un medio de transporte, generan
barreras geográficas, económicas, culturales y
legales que dificultan el acceso de adolescentes
a información o servicios generales, más aún
de salud sexual y reproductiva.
La Organización Panamericana de la Salud
(OPS) recomienda el desarrollo de los siguientes
puntos, dirigidos a la prevención del embarazo
en adolescentes:
• Mecanismos innovadores con participación
comunitaria.
• Servicios integrales: atención y actividades de
prevención y promoción de la salud.
• Favorecer el acceso a información y orientación
en los diversos espacios en los que se desenvuelven los adolescentes (con énfasis en salud sexual
y reproductiva).
• Promoción de estilos de vida saludables (implica
generar cambios en las normas socioculturales).
• Tomar en cuenta el contexto y las
particularidades.
• Oportunidad de estructurar y alcanzar su
proyecto de vida.
Conclusiones
A pesar del avance en las políticas de salud
sexual y reproductiva y la disminución general
en la tasa de natalidad en América Latina, llama
la atención la resistencia a la disminución de
este indicador en el segmento correspondiente
a la edad adolescente.
Es preocupante que, en la medida en que
la menarquia sucede más tempranamente, la
edad en la cual las adolescentes se embarazan
tiende a ser menor. Este fenómeno, generalizado en América Latina, obliga a tener una
revisión de las medidas actuales para prevenir
el embarazo temprano y mirar los aspectos
psicosociales asociados al hecho, puesto que
las estadísticas así lo exigen.
La inequidad en el acceso a las oportunidades, servicios y derechos fundamentales es
una determinante fuerte del fenómeno, que, a
su vez, se acompaña de otras consecuencias,
como el desorden social, que no podrían ser
desligadas a la hora de hacer un análisis profundo del problema.
Es así como los adolescentes que necesitan
de mayor información de métodos anticonceptivos son los que tienen menor edad, menor
escolaridad, los que viven en áreas rurales,
con menor ingreso y que no tienen acceso a
servicios médicos.
Es necesario implementar estudios cualitativos que exploren nuevas realidades, que
generen preguntas a partir de la población
adolescente. Es probable que los análisis que
se hacen en la actualidad partan de hipótesis
que no son acordes con las nuevas realidades.
Los adolescentes tienen nuevas formas de
relacionarse, sus prioridades están cambiando,
es necesario replantear la forma y los medios
de aproximación a esta población que cada
vez se encuentra más inmersa en los avances
tecnológicos, se ajusta a nuevos dictámenes
de la modernidad y que, paradójicamente,
en medio de la tecnología y el acceso a la
información, no ha logrado ejercer un control
sobre su paternidad y maternidad, teniendo
como consecuencia embarazos no deseados
y los dramáticos resultados derivados de esta
experiencia.
CCAP  Volumen 12 Número 3 ■
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Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
Lecturas recomendadas
1. Camacho AV. Perfil de salud sexual y reproductiva de
los y las adolescentes y jóvenes de América Latina y el
Caribe: revisión bibliográfica 1988-1998. Washington
D.C.: Organización Panamericana de la Salud (OPS) Organización Mundial de la Salud (OMS); 2000.
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2012. Disponible en: <www.uncsd2012.org/>.
examen consultado
Silvia Lucía Gaviria A., Roberto Chaskel
1. En cuanto a los
factores de riesgo
de embarazo en
adolescencia se
refiere, ¿cuál de
los siguientes no
corresponde?
A. consumo de alcohol y otras sustancias
psicoactivas
B. impulsividad en la adolescencia
C. inicio temprano de la actividad sexual
D. vivir en el área urbana
E. violencia intrafamiliar
2. De las siguientes
cinco niñas
adolescentes,
¿cuál tiene mayor
riesgo de quedar
embarazada?
A. la que ha tenido un embarazo previo y
consume sustancias
B. la que tiene buena afiliación religiosa y
asiste a la escuela
C. la que tiene novio y usa anticonceptivos
D. la que tiene vida sexual activa y utiliza el
método de Ogino
E. la que ha sido víctima de abuso sexual y
ha recibido psicoterapia
3. Para promover una
educación adecuada
a las adolescentes
en cuanto a su
sexualidad:
A. se debe promover la no práctica
de las relaciones sexuales en la
adolescencia
B. se debe educar, desde el hogar, con
el complemento del colegio, en
educación sexual
C. el 57% de los padres que no le
hablan a sus hijos sobre sexualidad
deberían ser más proactivos y asistir
a las escuelas de padres
D. A y B son correctas
E. B y C son correctas
CCAP  Volumen 12 Número 3 ■
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examen consultado
Embarazo en adolescentes de América Latina y el Caribe: impacto psicosocial
4. De los siguientes
enunciados, señale
cuál es el falso:
A. el embarazo en adolescentes es un
factor de riesgo para depresión
B. los valores familiares pueden actuar
como factor protector ante el embarazo
en la adolescencia
C. gracias a la mayor información y el
acceso a los medios anticonceptivos,
el embarazo en adolescentes se ha
reducido
D. las adolescentes embarazadas
descienden en la pirámide social
E. las uniones de pareja establecidas
coyunturalmente alrededor de un
embarazo en la adolescencia se
disuelven tempranamente
5. En lo relacionado
con embarazo en
adolescentes, ¿cuál
de las afirmaciones
siguientes es
verdadera?
A. los adolescentes requieren de un
dispositivo de consulta que les brinde
confianza, privacidad y seguridad
correspondiente a sus necesidades
B. a pesar de que la tasa de natalidad
ha disminuido en todos los países
de América Latina, el segmento
que corresponde a las adolescentes
embarazadas no se ha disminuido
C. los menores de 18 años corresponden
al 23% de la población en América
Latina
D. toda adolescente embarazada debe
recibir asesoría en la relación madrehijo
E. todas las anteriores son ciertas
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