capítulo ii marco teórico

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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
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CAPITULO II
MARCO TEÓRICO
1. ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
Para la realización de esta investigación se encontraron algunos
proyectos de años anteriores de modo que amplían la información a la
investigación a realizar, los cuales aportaron a los autores apoyos
instrumentales, documentales y prácticos, así durante los estudios realizados
encontramos las siguientes información:
Hidalgo. K, (2009), en su trabajo Especial de Grado, presentada en
la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, titulado el
análisis de la
ejecución de la providencia administrativa de reenganche emanada de la
Inspectoría del Trabajo de Venezuela, tuvo como propósito analizar la
ejecución de la providencia administrativa de reenganche emanada de la
inspectoría del trabajo de Venezuela.
El espacio observacional es en el contexto jurídico laboral de la
República Bolivariana de Venezuela. La metodología es de carácter
descriptiva con diseño documental. Se realizó un análisis cualitativo
discriminando sus aspectos más importantes. El resultado del análisis
precisó, que el derecho fundamental de la estabilidad laboral exige la
introducción en el ordenamiento jurídico de mecanismo que permitan al
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inspector de trabajo hacer eficaz la ejecución de la orden de reenganche.
Es necesario brindar una mayor garantía que permita el cumplimiento de
la estabilidad laboral desde el área administrativa sin tener que acudir a
los tribunales o la Acción de Amparo Constitucional.
Para restablecer al trabajador afectado en el goce efectivo de los
derechos
y
garantías
fundamentales
infringidos.
Como
principal
recomendación, plantear mayor potestad laboral a la inspectoría del
trabajo, para saldar la deuda con los trabajadores, quienes necesitan
asegurar que sus mecanismos de protección se desarrollen de acuerdo a
la Constitución como: gratuidad, celeridad, oralidad, inmediatez, prioridad
de la realidad de los hechos, la equidad y rectoría del Juez en el proceso.
Por otra parte, Pérez (2009), investigo sobre efectos de la sentencia
de amparo constitucional, en
la universidad Monteávila, y dicha
investigación arrojo como resultados, según nuestra Carta Fundamental
de 1999, donde existen novísimas instituciones jurídicas, como los
poderes del juez, la tutela judicial efectiva, Estado de Derecho y de
Justicia, el amparo mismo, los cuales conforman importantes instituciones
para ampliar los efectos de la sentencias de amparo como el de condena.
Con ello, rescatar el amparo constitucional, de la entelequia jurídica
en que, prácticamente, se ha convertido hoy. Así, por ejemplo, el sólo
hecho de no otorgarle efectos indemnizatorios, a nuestro juicio, constituye
una franca violación a la Constitución Nacional, concretamente en su
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artículo 27, lo cual abordaremos en el desarrollo del primer aparte.
En todo caso, de acuerdo a lo que se ha sostenido, concluimos que
la doctrina judicial debe interpretar el amparo constitucional en su carácter
restablecedor integral y, de acuerdo a la morfología de la sentencia que
tome para el caso concreto, recomendamos, que serevele como una
verdadera garantía constitucional.
Además, debería imponerse: i) Desaplicar la norma jurídica
contemplada en el ordinal Tercero, del Artículo 6 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales o bien otorgar una
interpretación sistemática de la norma a la luz de la Constitución, en el
sentido de que se entienda que la tutela judicial efectiva, impone una
ampliación de lo que se concibe como restablecimiento o restitución en el
amparo; ii) En caso de admisibilidad y suficiente prueba en autos de la
lesión a un derecho fundamental, además, de asistirle la razón al quejoso,
la sentencia debería, necesariamente, pronunciarse como de condena, al
ordenar el pago de daños morales y, oportunamente, el pago de daños y
perjuicios.
En razón de lo antes dicho, se estima que la contribución de esta
investigación corresponde a la medida de amparo constitucional ser un
mecanismo de garantizar los derechos de las personas que acuden a las
instancias correspondientes, así como, la de materializar efectivamente
las resultas de la decisión del amparo constitucional.
Asimismo, Ballestero, M. (2008), en la Universidad Dr. Rafael Belloso
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Chacin, realizo un trabajo de investigación titulado el análisis del amparo
constitucional como garantía de los derechos humanos en Venezuela y
del principio de progresividad.La presente investigación tuvo como
objetivo analizar el Amparo Constitucional como garantía de los Derechos
Humanos en Venezuela y del Principio de Progresividad. Bajo el contexto
teórico de Ballestero (1992), Brewer-Carias (2000), Burgenthal (1990),
Calcaño (2002), Eymar (1987), Garay (2000), Jelin (1996), Pérez (1995) y
Verna (1991), el tipo de investigación fue la documental.
La población de estudio estuvo conformada por objetos referentes a
la materia. La técnica e instrumentos de recolección de datos necesaria
para el desarrollo de la presente investigación fue la observación directa
documental. Además se utilizó como instrumento la guía de observación.
La validación del contenido se efectuó por los expertos que conforman el
Comité Académico de Investigación de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Políticas, Escuela de Derecho de URBE.
El tratamiento de la información por tratarse la misma de tipo
documental, fue cualitativo y la misma fue interpretada. Los resultados
son: Que el amparo constitucional está destinado a restablecer las
lesiones que se produzcan en los derechos fundamentales de los
ciudadanos.
Es decir, es una garantía de los derechos de todos los habitantes de
Venezuela, siendo sus principales características que es un medio
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constitucional, es una vía jurisdiccional que opera en el ámbito general,
tiene carácter extraordinario y su efecto inmediato es el de restablecer la
situación jurídica infringida. La contribución de este trabajo a la
investigación, se relaciona con el aspecto de considerar el amparo
constitucional como un medio de garantías de los derechos de los
ciudadanos por ende de los trabajadores.
Por su parte, Briceño, H, (2006), en su investigación titulada análisis
de la efectividad del amparo constitucional en el derecho laboral
venezolano. Trabajo especial de Grado, presentado en la Universidad Dr.
Rafael Belloso Chacín, Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, Escuela
de Derecho, Maracaibo, tuvo como objeto analizar la efectividad del
amparo constitucional en el derecho laboral venezolano, siendo el amparo
una acción caracterizada por buscar el restablecimiento de los derechos
consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela;
en la Ley orgánica de amparo sobre derechos y garantías constitucionales
así como en la ley orgánica procesal laboral.
Por lo cual el tipo de investigación utilizada fue en parte documental
y en otra descriptiva basándose en la información recabada de los textos,
leyes y jurisprudencias como en una investigación de campo coligiendo
que el régimen venezolano esta en busca de ejercer eficazmente esos
medios siendo necesario para esto corregir en fondo el Sistema Jurídico
venezolano. Ya que en algunos casos no se restablece la situación
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jurídica infringida con veracidad y celeridad siendo poco efectivo dichos
principios por encontrase abarrotados los mismos de causas semejantes
debido a la inestabilidad de empleo que existe en el país.
Así como, se observo lo perjudicial socio-económicamente que ha
sido el decreto de inamovilidad laboral promulgado en junio de 2002 y sus
prorrogas, por cuanto el amparo constitucional en el derecho laboral
venezolano es efectivo mientras no se renuncie a la acción. La
contribución de este trabajo a la investigación, se evidencia la efectividad
del amparo constitucional, así como el único medio de acción que tienen
los trabajadores para lograr el restablecimiento de sus derechos
constitucionales y laborales.
Díaz, J. (2006), realizo un trabajo de grado para optar al titulo de
Magíster en Derecho Procesal Civil, dicho trabajo se refirió al Amparo
Constitucional como defensa de los terceros contra decisiones judiciales: El
amparo constitucional es el derecho que tiene toda persona a acceder a los
órganos de administración de justicia, para la defensa de sus derechos y
garantías consagrados en la Constitución. En los terceros, la complejidad de
las relaciones jurídicas hace que frecuentemente la litis afecte sus derechos.
El propósito del estudio es analizar el amparo constitucional como
defensa
de
los
terceros
contra
decisiones
judiciales.
Es
una
investigacióndocumental, que toma como base lo contemplado en la
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Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la interpretación y
análisis de documentos, doctrinas, leyes y jurisprudencia en general sobre la
materia.
Para ello, se siguió una metodología de carácter: de tipo bibliográfico o
documental y ex post facto, y se concluye que con la puesta en vigencia de la
nueva Constitución de1999, cobra vigor la institución del tercero, más aún el
actual Código de Procedimiento Civil contempla las formas que los terceros
podrán participar en un proceso en sus diversas formas de Intervención, las
cuales se encontraban dispersas en el derogado Código de Procedimiento
Civil.
Este trabajo de investigación aporto a los investigadores del presente
estudio, un compendio de
conocimientos teóricos en cuanto al amparo
constitucional como medio de protección a la violación de los derechos
laborales en la republica bolivariana de Venezuela, conocimientos que serán
vitales para este trabajo.
2. FUNDAMENTACIÓN LEGAL – DOCTRINAL
Para el desarrollo de las bases Legales - Doctrinales de la presente
investigación fue necesario utilizar La Ley Orgánica de Amparo sobre
Garantías y Derechos Constitucionales (1988), así como la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), también se manejo el contexto
teórico de Rengel (2004), Ortíz (2006), Fix (2002), Linares (2006), Ayala
(2006) y Rondón (2000).
20
2.1.1. FUENTE DEL DERECHO DEL AMPARO CONSTITUCIONAL
El pretendido supuesto de supralegalidad, de acuerdo con Brewer
(2002, p. 19),“está intrínsecamente ligado con la idea del juicio de la
constitucionalidad, el cual consiste, en primer lugar, en leer su texto y asignar
sentido a las disposiciones que lo integran, de acuerdo a la ley natural”. Por
lo tanto, un texto constitucional, afirma el mismo autor, puede ser entendido
no sólo porque se conoce su vocabulario sino, y sobre todo, porque se
domina la gramática del lenguaje constitucional empleado para el
reconocimiento a los derechos y garantías.
Asimismo,
se programa la distribución, asignación de potestades y
control de las funciones estatales. En razón de esto, las constituciones en los
actuales momentos presentan dos partes: la parte dogmática que es el
producto de ese reconocimiento a los derechos y garantías ciudadanas y la
parte orgánica donde se desarrollan las competencias y sus limitaciones,
anteriormente aludidas.
Por tanto, el control judicial es un segmentomuy importante en la
interpretación constitucional, en este sentido, es una tarea fundamental, la
potestad de juzgar, por lo que, se considerar que la argumentación conforme
a la Constitución y la jurisdicción constitucional, constituyen la delegación
predispuesta por el pueblo en el pacto original.
En tal sentido, la correspondencia entre interpretación y control es muy
fuerte; claro está, siempre que lleve adelante el test de constitucionalidad de
un acto o norma infraconstitucionallo cual resulta la descalificación o
21
incompatibilidad o no del producto enjuiciado, forzosamente hay que
interpretar y decidir si algún conflicto existe o no e inclusive permite la
interpretación de la propia Constitución a partir de un hecho concreto, no en
abstracto, que se haya requerido el alcance y sentido de la norma
constitucional.
En tal sentido, es preciso señalar que los tribunales fungen como
cuerpos intermedios entre el pueblo y el poder legislativo, en este caso, se
hace imperioso mantener los poderes dentro de la autoridad que les ha sido
conferida, coexiste, un límite y en aras de tal actividad, los tribunales no
deben observar sino la Constitución por encima de todo el ordenamiento
jurídico; por otro lado, esta actividad es posible la limitación dentro de sus
competencias a los poderes del Estado, por lo que está encaminada a
garantizar la libertad de los ciudadanos.
En ese sentido, esta concepción conduce inevitablemente a sostener la
superioridad de la Constitución sobre la ley ordinaria, que dicho sea, se
consagra inequívocamente en el artículo 7 de la
Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), tal como ha pronunciado la Sala
Constitucional de Venezuela en la sentencia número 33, de fecha 25 de
enero 2001, caso Baker Hughes S.R.L, Recurso de Revisión, ponencia del
Magistrado José Manuel Delgado Ocando, que, en el capítulo II “ de la
Competencia”, expresa:
La Constitución es suprema, entre otras cosas, porque en ella se
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encuentran reconocidos y positivizados los valores básicos de la
existencia individual y de la convivencia social, al tiempo que
instrumenta los mecanismos democráticos y pluralistas de
legitimación del poder, tales como los relativos a la designación de
las autoridades y a los mandatos respecto al cómo y al para qué
se ejerce la autoridad. Persigue con ello el respeto a la
determinación libre y responsable de los individuos, la tolerancia
ante lo diverso o lo distinto y la promoción del desarrollo
armonioso de los pueblos. El principio de supremacía de la
Constitución, responde a estos valores de cuya realización
depende la calidad de vida y el bien común.
En criterio de los autores de la tesis, obviamente de acuerdo a lo
señalado anteriormente, la Constitución de la República
Bolivariana
de
Venezuela (1999),en el artículo 27 se encuentra por encima de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988).
Por ello, todo lo que la ley disponga, en forma contraria o bien cuando su
interpretación literal no es clara, entonces, es preciso a acudir, en aquél caso
concreto, a la interpretación que con apego a la Constitución, resulte de la
operación juzgadora del juez.
2.1.1.1. NATURALEZA JURIDICA DEL AMPARO CONSTUTICIONAL
En
lo
referente
a
la
naturaleza
jurídica
de
una
institución
implicaineludiblemente el análisisiusfilosóficoel cual comprende la naturaleza
de un ser, entrando por lo tanto en el mundo de la ontología jurídica, no
obstante, es un tópico extenso y de análisis muy profundo, solo se
enunciaran algunos elementos que la historicidad de la filosofía de la
humanidad arrojan a favor de construir de manera simple y comprensible, un
concepto sobre naturaleza jurídica.Para poder establecer la naturaleza de un
23
ser, es necesario acudir a las premisas filosóficas derivadas de la era griega,
en especial las enseñanzas de Aristóteles acerca de la naturaleza de las
cosas.
Cabe considerar, a Aristóteles al señalar que la, “naturaleza es, pues, lo
que se ha dicho. Y las cosas que tienen tal principio se dice que tiene
naturaleza. Cada una de estas cosas es una sustancia, pues es un
substrato”, así pues, se infiere claramente que la naturaleza de las cosas
está conformada por su esencia, por esto, el conjunto de propiedades de un
género, conjunto de propiedades los cuales definen; como primera categoría
que integra la estructura del ser. La substancia concepto ontológico, llevado
a lo lógico a través de la esencia permite determinar la naturaleza del ser, lo
que el ser en sí mismo significa.
Después de las consideraciones anteriores, varios doctrinariosen la
materia de amparo constitucional en Venezuela, disienten, sobre la
naturaleza jurídica, al señalar que el amparo constitucional es un recurso, un
derecho, una garantía, un remedio judicial o una acción, por lo que se
exponen a continuación algunas consideraciones al respecto.
Con referencia a lo anterior, concibiéndose por recurso, el medio
técnico de impugnación que casualmenteadolecen de una resolución judicial,
dirigido a provocar la revisión de la misma, ya sea por el Juez, el cual la dictó
o por otro de superior jerarquía. En este sentido, por impugnación se
entiende el lenguaje jurídico común; la acción y efecto de atacar, tachar o
24
refutar un acto judicial, documento, testigo, con el objeto de obtener su
revocación o invalidación, por lo que todo recurso es un medio impugnativo
pero no toda impugnación es un recurso.
Al respecto, Rengel (2004, p. 430), señala que “todos los recursos
tienen
una
clara
admiteindudablemente
finalidad
un
impugnatoria”,
acto
previo
de
cuya
esta
manera,
revisión
se
se
pide
obligatoriamentemediante el recurso; éste implica que se halla recorrido todo
un item, resuelto en la decisión recurrente.
En este orden de ideas se puede citar, a Ortíz (2006, p. 237), el cual
afirma, “el amparo no es un recurso, los recursos reflejan las posibilidades de
impugnación de las partes o de los terceros con vistas a la inexactitud o
injusticias de un proceso o un acto procesal de resultados”, con base en esto,
es obvio que el amparo no es un recurso en el sentido técnico procesal del
término.
En este mismo sentido, Linares (2006, p. 86), opina, “el amparo no es
un recurso, dado que el mismo como recurso presenta dos irreparables fallas
producto del desarrollo histórico del amparo”, esta postura se encuentra
siempre unida a la consideración por la cual el amparo procede
exclusivamente frente a actos estatales. Así, el amparo era siempre un
recurso contra un acto previo.
Debe señalarse, de acuerdo al desarrollo histórico del amparo
25
constitucional, éste presenta dos irremediables fallas; por un lado la teoría
amparo recurso al suponer actos lesivos sólo estatales, no explica la
posibilidad de amparo frente a particulares, por otro lado la teoría no ofrece
luz sobre el supuesto de amparos intentados contra conductas estatales que
no sean actos, tales como la vía de hecho. Queda así expuesta la
insuficiencia de la hipótesis amparo como un recurso.
Al respecto Fix (2002, p. 24),plantea:
Que el amparo constitucional posee un objetivo común, que es el
de la protección jurisdiccional de los derechos humanos, como
garantía constitucional que tiene como objeto la tutela de los
derechos
humanos
consagrados
en
el
ordenamiento
constitucional, por conducto de un procedimiento breve, rápido,
sencillo y eficaz, que culmina en un fallo que en lo posible debe
restituir al afectado en el goce y ejercicio de sus derechos
infringidos, por cualquier autoridad, y en ocasiones también por
particulares en situaciones de predominio.
Para el autor antes mencionado, el amparo constitucional, es un medio
jurisdiccional
de
protección
de
derechos
humanos
y
garantías
constitucionales. Por el contrario, Vescovi (2002, p. 466), afirma, “acción de
amparo significa proteger, que conforme al Diccionario de la Real Academia,
amparo es favorecer, proteger, proviene del latín antepere, prevenir”.
En este sentido, la acción de amparo constitucional, comporta el
concepto de ser remedio para proteger los derechos fundamentales
consagrados en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela
(1999), y Declaración de los Derechos, señalados
en la mayoría de las
26
legislaciones como un procedimiento breve, sumario, rápido y eficaz, que se
da en la medida de la inexistencia de otros medios ordinarios que puedan
restablecer la situación sufrida. Por tanto, considera el Amparo como un
medio de protección.
En este mismo orden de ideas Ayala (2006, p. 186), señala “que la
acción de amparo constitucional es un remedio judicial, el cual se ejerce a
través de la función jurisdiccional ejercida por ante los tribunales de la
República”. Así, Linares (2006, p. 87), cataloga “el amparo como una acción
precisamente porque está no presupone un acto a examinar”, por ello es
procesalmente autónoma al dar inicio al procedimiento.
Debe señalarse, la exigencia del amparo se convierte en la petición de
una verdadera sentencia no de condena y no una solicitud de nulidad. Tal
demanda debe llevarse a estrados mediante una acción y no mediante un
recurso, igualmente el amparo permite al agraviado entablar una verdadera
litis con el presunto agresor; queda así demostrado que el amparo es una
acción.
Por el contrario, resulta oportuno señalar de acuerdo a lo expresado por
Carnelutti (2000, p. 37), “la acción es un derecho independiente del derecho
material y su objeto es provocar la actividad procesal”, esta definición es
coincidente con la de Rocco, citado por Ortíz (2006, p. 235), quien la define
“como el derecho de pretender la intervención del Estado y la prestación de
la actividad jurisdiccional para buscar la declaración de certeza o para la
27
realización de coactiva de intereses tutelados por las normas sustantivas”
En este mismo, orden de ideas, Ortiz (2006, p. 233), afirma, el amparo
no es una acción, “por cuanto esta noción comprende el marco general de
una política constitucional de los pueblos, y además, atiende a un sentido
publicístico e inmaterial desligado del contenido de los que se plantea”. En
otras palabras la acción de amparo no es un tipo distinto de acción sino la
manifestación externa del ejercicio de un derecho a la tutela jurisdiccional.Por
su parte Rondón (2000, p.279), opina:
La acción de amparo estaba consagrada en la Constitución de
1961 en el capítulo relativo a las Disposiciones Generales del titulo
que correspondía a los derechos y garantías. Los capítulos
inmediatos siguientes regulaban los derechos específicos
(derechos políticos, derechos sociales, derechos económicos, etc)
sin que existiese uno en especial se destinase a las garantías.
Esta circunstancia hace pensar que las garantías se encuentran
justamente en regulación destinadas a las Disposiciones
Generales.
Tal afirmación la llevó a concluir que el amparo no es un derecho sino la
garantía jurisdiccional de todos los derechos, debido a que la Constitución de
Venezuela de 1999 trae al amparo en igual ubicación que en la Constitución
de 1961, por lo cual sabe señalar, si se aplica el mismo razonamiento, el
amparo no se ubica como un derecho sino como una frecuentemente como
sinónimas, tanto en la práctica judicial como en la doctrina jurídica.
Sin embargo, proceso deriva del latín processus, que significa palabra
avance, progreso. Procedimiento deriva del verbo proceder y éste del latín
jurídico procedo, en el sentido de proceder una acción judicial, literalmente
avanzar o progresar, definiciones que establecen la diferencia conceptual de
28
ambos términos.
Dentro de este marco, el amparo constitucional a la luz de la teoría
general del proceso, es concebido como un procedimiento especial;
concibiendo por procedimiento, el conjunto de actos realizados por el Juez,
las partes, los terceros, el Ministerios Público, los auxiliares de justicias, en
determinado tiempo y lugar conforme a una orden establecido por la ley, en
efecto, es el conjunto de reglas que regulan del proceso, mientras que el
proceso es el método por la ley para definir la justicia, por lo que un proceso
puede contener varios procedimientos.
Ahora bien, se puede señalar que el amparo constitucional es una
institución procedimental, evidentemente, la finalidad tutelar del goce de los
derechos y garantías constitucionales, por esto, los derechos fundamentales
de la persona humana que no figuren expresamente en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), dado que el amparo se trata de
un verdadero procedimiento especial a la luz del procedimiento ordinario o
común establecido en el Código de Procedimiento Civil en su artículo 22, y la
especialidad deriva de su cognición sumaria, los especiales efectos de la
sentencia.
Ello explica la remisión expresa que hace el artículo 48, de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), a
las normas procesales en vigor,
igualmente el artículo del Código
anteriormente señalado, ordena aplicar a los procedimientos especiales las
normas generales contenidas en dicho instrumento cuando no haya una
remisión expresa.
29
2.1.1.2. CARACTERÍSTICAS DEL AMPARO CONSTITUCIONAL
De acuerdo a lo establecido en el artículo 27, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), y lo señalado por varios
doctrinarios, se puede decir que las características más resaltantes del
amparo constitucional son las siguientes:a). El amparo constitucional es un
procedimiento judicial, es decir, un medio jurisdiccional dado que la solicitud
de amparo debe solicitarse y tramitarse por ante los Tribunales de la
República y no ante otro tipo de organismo.
Al respecto, Rondón de Sansó (2000, p. 56), expresa: “el amparo como
acción es un medio jurisdiccional por lo cual se excluye su ejercicio si se
efectúa ante un organismo que no tenga tal carácter”. Por ende, no cabe la
menor duda que el amparo constitucional se concreta a un procedimiento
judicial especial y en algunas otras fórmulas a prestaciones judiciales que
permiten la resolución de las controversias de derechos fundamentales en
tiempo breve.
b). El amparo constitucional protege a todos los habitantes del país;
puede ser utilizado por cualquier persona que se encuentre en el territorio
venezolano, independientemente de su condición nacional o extranjero.
En otras palabras, cubre a todo habitante de la República, lo cual alúde
a cualquier sujeto del ordenamiento que se encuentre en el territorio de la
República, bien sea en forma temporal, permanente, accidental, forzada o
voluntaria, hay que indicar lo importante del carácter territorial de la lesión o
amenaza, en el sentido de que sólo puede accionar la persona física (natural)
30
o jurídica (domiciliada) que se encuentre en el país.
c). Otra de las características esenciales del amparo constitucional, es
que esta destinado a resolver controversias que se refieran a derechos
constitucionales, estén o no estén consagrados en el texto fundamental, pues
de no estar pueden ser igualmente objeto de protección siempre y cuando se
consideren como inherente a la persona humana.
En efecto, debe alegarse la violación directa de un derecho
constitucional, es decir, sólo puede utilizarse para la defensa de derechos
constitucionales.
d). De conformidad con los establecido en la Carta Magna de 1999, en
el artículo 27, se desarrollan las pautas para el desenvolvimiento del
procedimiento del amparo constitucional, donde el mismo artículo establece
que su tramitación debe ser breve, oral, gratuito, público y no sujeto a
formalidades, eso fue la intención del constituyente por tener la condición de
urgencia, lo cual debe ser admitida con celeridad, y resuelta en el menor
tiempo posible.
e). El amparo constitucional tiene carácter extraordinario, dado que sólo
procede cuando no existan otras vías a través de las cuales se obtenga el
restablecimiento de los derechos constitucionales vulnerados.En este
sentido, Rondón de Sansó (2000, p. 64), afirma:
La característica que ha sido atribuida al amparo con mayor
insistencia es la de su naturaleza de medio especial y subsidiario,
esto es, el de ser una modalidad de garantía jurídica que difiere de
31
los medios ordinariamente establecidos y que, como tal, tiene
también carácter residual, por cuanto sólo es ejercible cuando
hubiesen sido agotados todos los recursos ordinarios que, para el
caso específico, el sistema jurídico prevé. No habría, en
consecuencia, posibilidad de interponer la acción de amparo si
hubiese sido prevista otra o un recurso para dilucidar la misma
cuestión.
En todo caso, la característica anterior puede resumirse de la siguiente
manera; el carácter de residualidad del amparo es el más limitado de todos,
en virtud de que sólo puede ser ejercida si han sido agotadas las vías
ordinarias existentes; lo anterior implica que la pérdida de la eficacia del
amparo ante las situaciones de urgencia, por cuanto antes de recurrir al
amparo debe recorrerse el camino de todas las instancias procesales por lo
que su establecimiento se identifica como un recurso.
De esta manera, la subsidiaridad, que parecería ser idéntica a la
residualidad, no así, por cuanto con la subsidiaridad no se pretende exigir el
agotamiento de todas las vías judiciales existentes, sino en el caso concreto
resulte evidente que ellas no existan el caso planteado. El carácter
extraordinario, en virtud del cual el amparo solo sería posible ejercerlo
cuando no exista otra vía judicial adecuada para obtener el mismo fin; pero,
siempre que la misma no se considere inidónea para tender eficientemente a
satisfacer la pretensión que el actor deduce.
2.1.1.3. PROCEDIMIENTO PROCESAL DEL AMPARO CONSTITUCIONAL
En cuanto al procedimiento en el juicio de Amparo Constitucional, es
32
oportuno referirse a los estratos más resaltantes de la sentencia vinculante
de la Sala Constitucional del 01 de febrero de 2000, con ponencia del
Magistrado Dr. Jesús Eduardo Cabrera Romero, que deslinda los parámetros
bajo los cuales debe desarrollarse el nuevo procedimiento de amparo
constitucional con la entrada en vigencia de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999).
Por otra parte, de acuerdo al carácter vinculante de la sentencia antes
mencionada, los Tribunales de la República, incluidas las Salas del Tribunal
Supremo de Justicia, están obligados a acatarla, de conformidad con el
artículo 335, de la Constitución Bolivariana de Venezuela (1999). De igual
manera, se investiga el tema del procedimiento del amparo sobrevenido y de
la facultad revisora de la Sala Constitucional, que resulta de la sentencia N°
del 20/01/2000, (caso Emery Mata Millán).
Sin duda, al hablar de las características del procedimiento del amparo
constitucional, establecidas en el artículo 27, de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), se señala; el procedimiento de
la acción de amparo Constitucional será oral, público, breve, gratuito y no
sujeto a formalidades. Estas son las características de oralidad y ausencia
de formalidades que rigen estos procedimientos, las que permiten que la
autoridad judicial restablezca, a la mayor brevedad, la situación jurídica
infringida o la situación que más se asemeje a ella.En este sentido, el
Artículo 27 ejusdem señala:
33
Toda persona tiene derecho a ser amparada por los tribunales en
el goce y ejercicio de los derechos y garantía constitucionales, aún
de aquellos inherentes a la persona que no figuren expresamente
en esta Constitución o en los instrumentos internacionales sobre
derechos humanos.
Evidentemente, el procedimiento de la acción de amparo constitucional
será oral, público, breve, gratuito y no sujeto a formalidad, y la autoridad
judicial competente tendrá potestad para restablecer inmediatamente la
situación jurídica infringida o la situación que más se asemeje a ella. Todo
tiempo será hábil y el tribunal lo tramitará con preferencia a cualquier otro
asunto.
Se observa que, la acción de amparo a la libertad o seguridad podrá ser
impuesta por cualquier persona, y el detenido o detenida será puesta bajo la
custodia del tribunal de manera inmediata, sin dilación alguna. E n
este
sentido, el ejercicio de este derecho no puede ser afectado, en modo alguno
por la declaración del estado de excepción o de la restricción de garantías
constitucionales.
Es por ello, que en la aplicación inmediata del artículo 27 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), exhorta a la
Sala a proteger el procedimiento de amparo establecido en la Ley Orgánica
de Amparo sobre derechos y garantías constitucionales (1998). En este
sentido, el Artículo 335 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), señala.
El Tribunal Supremo de Justicia garantizará la supremacía y
efectividad de las normas y principios constitucionales; será el
máximo y último intérprete de la Constitución y velará por su
34
uniforme interpretación y aplicación. Las interpretaciones que
establezca la Sala Constitucional sobre el contenido o alcance de
las normas y principios constitucionales son vinculantes para las
otras Salas del Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales
de la República.
Dentro de esta perspectiva, todo proceso jurisdiccional contencioso
debe constreñirse a los establecido en el artículo 49 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), la cualasigna el debido proceso,
el cual; como lo señala dicho artículo, se aplicará sin discriminación a todas
las actuaciones judiciales por lo que los elementos que conforman dicho
proceso deben estar presentes en el procedimiento de amparo, y, por lo
tanto; las normas procesales contenidas en la Ley Orgánica de Amparo
(1988), deben igualmente adecuarse a las prescripciones del citado artículo
49.El debido proceso se aplicará a todas las actuaciones judiciales y
administrativas y, en consecuencia:
1. La defensa y la asistencia jurídica son derechos inviolables en
todo estado y grado de la investigación y del proceso. Toda
persona tiene derecho a ser notificada de los cargos por los cuales
se le investiga, de acceder a las pruebas y de disponer el tiempo y
de los medios adecuados para ejercer su defensa. Serán nulas las
pruebas obtenidas mediante violación del debido proceso. Toda
persona declarada culpable tiene derecho a recurrir del fallo, con
las excepciones establecidas en esta Constitución y la ley.
2. Toda persona se presume inocente mientras no se pruebe lo
contrario.
3. Toda persona tiene derecho a ser oída en cualquier caso de
proceso, con las debidas garantías y dentro del plazo razonable
determinado
legalmente,
por
un
tribunal
competente,
independiente e imparcial establecido con anterioridad. Quien no
hable castellano o no pueda comunicarse de manera verbal, tiene
derecho a un intérprete.
4. Toda persona tiene derecho a ser juzgada por sus jueces
naturales en las jurisdicciones ordinarias, o especiales, con las
garantías establecidas en esta Constitución y en la ley. Ninguna
35
persona podrá ser sometida a juicio sin conocer la identidad de
quien lo juzga, ni podrá ser procesada por tribunales de excepción
o por comisiones creadas para tal efecto.
5. Ninguna persona podrá ser obligada a confesarse culpable o
declarar contra sí misma, su cónyuge, concubino o concubina, o
pariente dentro del cuarto grado de consanguinidad y segundo de
afinidad.
La confesión solamente será válida si fuere hecha sin coacción de
ninguna naturaleza.
6. Ninguna persona podrá ser sancionada por actos u omisiones
que no fueren previstos como delitos, faltas o infracciones en leyes
preexistentes.
7. Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los mismos
hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada
anteriormente.
8. Toda persona podrá solicitar del Estado el restablecimiento o
reparación de la situación jurídica lesionada por error judicial,
retardo u omisión injustificados. Queda a salvo el derecho del o de
la particular de exigir la responsabilidad personal del magistrado o
magistrada, juez o jueza y del Estado, y actuar contra éstos o
éstas.
Por consiguiente, el querellado, tiene derecho a que se le escuche a fin
de defenderse, lo que implica que se le notifique efectivamente de la solicitud
de amparo; de disponer del tiempo, así sea breve; para preparar su defensa;
de la posibilidad, que tienen todas las partes, de rebatir y controlar los
medios de prueba ofrecidos por el promovente, y por esto, el procedimiento
de las acciones de amparo deben contener los elementos que acceden el
debido proceso.
Igualmente, el carácter vinculante del fallo, es indiscutible ante esas
realidades que emanan de la Constitución de la
República
Bolivariana
de Venezuela (1999), la Sala Constitucional, obrando dentro de la facultad
que le otorga el artículo 335,ejusdem, de implantar interpretaciones sobre el
contenido y alcance de las normas y principios constitucionales, las cuales
36
serán, en materia de amparo previsto en la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales (1998), diferenciando si se trata de
amparos contra sentencias o de los otros amparos, excepto el cautelar, de la
siguiente forma:
En relación con, el procedimiento de todo tipo de amparo, excepto
contra sentencias, la solicitud debe ir acompañada de la oferta probatoria y
de la producción de la prueba escrita con que se cuenta para el momento de
incoar la acción.Con relación a los amparos que no se interpongan contra
sentencias, tal como lo expresa el Artículo 16, de la Ley Orgánica de Amparo
sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988):
La acción de amparo es gratuita por excelencia. Para su
tramitación no se empleará papel sellado ni estampillas y en caso
de urgencia podrá interponerse por vía telegráfica. De ser así,
deberá ser ratificada personalmente o mediante apoderado dentro
de los tres (3) días siguientes. También procede su ejercicio en
forma verbal y, en tal caso, el Juez deberá recogerla en un acta.
También, el Artículo18, de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos
y Garantías Constitucionales (1988), el cual señala:
En la solicitud de amparo se deberá expresar:
1) Los datos concernientes a la identificación de la persona
agraviada y de la persona que actúe en su nombre, y en este caso
con la suficiente identificación del poder conferido;
2) Residencia, lugar y domicilio, tanto del agraviado como del
agraviante;
3) Suficiente señalamiento e identificación del agraviante, si fuere
posible, e indicación de la circunstancia de localización;
4) Señalamiento del derecho o de las garantías constitucionales
violados o amenazados de violación;
37
5) Descripción narrativa del hecho, acto, omisión y demás
circunstancias que motiven la solicitud de amparo;
6) Y, cualquiera explicación complementaria relacionada con la
situación jurídica infringida, a fin de ilustrar el criterio jurisdiccional.
En caso de instancia verbal, se exigirán, en lo posible, los mismos
requisitos.
En este orden de ideas, el proceso se iniciará por escrito o en forma
oral conforme a lo señalado en dichos artículos; pero el accionante, asimismo
de los elementos descritos en el citado artículo 18ejusdem, se debe señalar
además en su solicitud, las pruebas que desea promover, siendo una carga
cuya omisión produce la preclusión de la oportunidad, no solo la de la oferta
de las pruebas omitidas, sino la de la producción de todos los instrumentos
escritos, audiovisuales o gráficos, con que cuenta para el momento de incoar
la acción y que no promoviere y presentare con su escrito o interposición
oral; prefiriéndose entre otros instrumentos a producir, aquellos que sean
auténticos.
En cuanto, a la valoración de pruebas, el principio de libertad de medios
regirá estos procedimientos, valorándose las pruebas por la sana crítica,
excepto la prueba instrumental, que tendrá los valores establecidos en los
artículos 1359 y 1360, del Código Civil (1982), para los documentos públicos,
y en el artículo 1363, para los documentos privados auténticos y otros que
merezcan autenticidad, entre ellos los documentos públicos administrativos.A
este respecto, señalan los artículos del Código Civil (1982):
38
Artículo 1.359. El instrumento público hace plena fe, así entre las
partes como respecto de terceros, mientras no sea declarado
falso: 1º, de los hechos jurídicos que el funcionario público declara
haber efectuado, si tenía facultad para efectuarlos; 2º, de los
hechos jurídicos que el funcionario público declara haber visto u
oído, siempre que este facultado para hacerlos constar.
Artículo 1.360 ejusdem.- El instrumento público hace plena fe, así
entre las partes como respecto de terceros, de la verdad de las
declaraciones formuladas por los otorgantes acerca de la
realización del hecho jurídico a que el instrumento se contrae,
salvo que en los casos y con los medios permitidos por la ley se
demuestre la simulación.
2º. De los Instrumentos Privados
Artículo 1.363 ejusdem.- El instrumento privado reconocido o
tenido legalmente por reconocido, tiene entre las partes y respecto
de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público
en lo que se refiere al hecho material de las declaraciones; hace
fe, hasta prueba en contrario, de la verdad de esas declaraciones.
Trámite de admisión del amparo
Como puede apreciarse, los Tribunales o la Sala Constitucional las
cuales conozcan de la solicitud de amparo por aplicación de los artículos de
la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales
(1998), admitirán o no el amparo, ordenarán que se amplíen los hechos y las
pruebas, o se corrijan los defectos u omisiones de la solicitud, para lo cual se
señalará un lapso, también preclusivo. Todo ello conforme a los artículos 17
y 19 de la ley in comento:
Articulo 17. El Juez que conozca de la acción de amparo podrá
ordenar, siempre que no signifique perjuicio irreparable para el
actor, la evacuación de las pruebas que juzgue necesarias para el
esclarecimiento de los hechos que aparezcan dudosos u oscuros.
Se entenderá que hay perjuicio irreparable cuando exista otro
medio de comprobación más acorde con la brevedad del
procedimiento o cuando la prueba sea de difícil o improbable
evacuación.
Articulo 19. Si la solicitud fuere oscura o no llenare los requisitos
39
exigidos anteriormente especificados, se notificará al solicitante
del amparo para que corrija el defecto u omisión dentro del lapso
de cuarenta y ocho horas siguientes a la correspondiente
notificación. Si no lo hiciere, la acción de amparo será declarada
inadmisible. Citación del presunto agraviante, modos de
practicarla, formalidades y lapso de comparecencia.
En este orden de ideas, admitida la acción, se ordena la citación del
presunto agraviante y la notificación al Ministerio Público para que concurran
al tribunal a conocer el día en que se celebrará la audiencia oral, la cual tiene
lugar, dentro de las noventa y seis (96) horas siguientes contadas a partir de
la última notificación efectuada.
Sin embargo, en cumplimiento con el principio de brevedad y falta de
formalidad, la notificación podrá ser practicada mediante boleta, o
comunicación telefónica, fax, telegrama, correo electrónico, o cualquier
medio de comunicación interpersonal, bien por el órgano jurisdiccional o bien
por el Alguacil del mismo, señalándose en la notificación la fecha de
comparecencia del presunto agraviante y dejando el Secretario del órgano
jurisdiccional en autos, constancia detallada de haberse efectuado la citación
o notificación y de sus consecuencias.
Por otra parte, el desarrollo de la audiencia constitucional, en la fecha
de la comparecencia a la audiencia oral y pública, las partes pueden
proponer sus alegatos y defensas ante la Sala Constitucional o el tribunal
que conozcan de la causa en primer instancia, y ésta o éste decidirán si hay
lugar a pruebas, en este caso, el presunto agraviante puede ofrecer las
40
pruebas que considere legales y pertinentes, criterio éste que rige la
admisibilidad de las pruebas. Los hechos esenciales para la defensa del
agraviante, así como los medios ofrecidos por él, se recogerán en un acta, al
igual que las circunstancias del proceso.
Cabe agregar, las consecuencias de la falta de comparecencia de las
Partes. En principio, la falta de comparecencia del presunto agraviante a la
audiencia oral, producirá los efectos previstos en el artículo 23 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988). El
cual señala:
Si el Juez no optare por restablecer inmediatamente la situación
jurídica infringida, conforme al artículo anterior, ordenará a la
autoridad, entidad, organización social o a los particulares
imputados de violar o amenazar el derecho o la garantía
constitucionales, que en el término de cuarenta y ocho (48) horas,
contadas a partir de la respectiva notificación, informe sobre la
pretendida violación o amenaza que hubiere motivado la solicitud
de amparo.
Para continuar, la falta de informe correspondiente se entenderá como
aceptación de los hechos incriminados;en este sentido, la falta de
comparecencia del presunto agraviado da por terminado el procedimiento, a
menos que el tribunal considere que los hechos alegados afecten el orden
público, caso en que podrá inquirir sobre los hechos alegados, en un lapso
breve, puesto que conforme el principio general contenido del artículo 11, del
Código de Procedimiento Civil (1984), y el artículo 14 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1988), la materia de
amparo es de orden público y el juez podrá tomar de oficio las providencias
41
que creyeren necesarias. Por lo tanto el artículo 11 establece:
En materia civil el Juez no puede iniciar el proceso sino previa
demanda de parte, pero puede proceder de oficio cuando la ley lo
autorice, o cuando en resguardo del orden público o de las buenas
costumbres, sea necesario dictar alguna providencia legal aunque
no la soliciten las partes.
Por tanto, en lo concerniente a los asuntos no contenciosos, por los
cuales se solicite alguna resolución, los jueces pueden obrar con
conocimiento de causa, y, al efecto, puedenrequerirla ampliación de la
prueba sobre los puntos que encuentren deficientes, y aún requerir otras
pruebas que juzgaren precisas; todo sin necesidad de losformulismos del
juicio. La resolución que dictaren dejará siempre a salvo los derechos de
terceros y se mantendrá en vigencia mientras no cambien las circunstancias
y no sea solicitada su modificación o revocatoria por el interesado, caso en el
cual, el Juez obrará también con conocimiento de causa.
Señala el artículo 14de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales (1988), lo siguiente:
La acción de amparo, tanto en lo principal como en lo incidental y
en todo lo que de ella derive, hasta la ejecución de la providencia
respectiva, es de eminente orden público.
Las atribuciones inherentes al Ministerio Público no menoscaban
los derechos y acciones de los particulares. La no-intervención del
Ministerio Público en la acción de amparo no es causal de
reposición ni de acción de nulidad.
En lo relacionado, a la Litis consorcios necesarios activos o pasivos,
cualquiera de los litis consortes que asistan a los actos, representan al
42
consorcio. (Principio de la Representación Recíproca). En este mismo
sentido, en lo referente a la admisión y evacuación de pruebas, en la misma
audiencia, el órgano jurisdiccional puede decretar cuáles son las pruebas
admisibles y necesarias, y además ordenar, de ser admisibles, también en la
misma audiencia, su evacuación, que se realizará en ese mismo día, con
inmediación del órgano jurisdiccional, en cumplimiento del requisito de la
oralidad pudiendo el Juez diferir para el día siguiente la evacuación de las
pruebas.
Del mismo modo, la elaboración de las actas del debate oral y de las
pruebas, en las audiencias orales, deberán grabarse o registrar las
actuaciones cumplidas en el procedimiento, asimismo se volcarán en actas
que permitan al Juez de la Alzada conocer el devenir probatorio, a cuyo
efecto se levantará acta de lo actuado, la cual firma el Juez, el Secretario y
todos los intervinientes. De este modo, los Jueces Constitucionales están
facultados para interrogar a las partes y a los comparecientes.
No obstante, en lo que respecta a la oralidad, como principio contenido
en la Constitución de la
República Bolivariana de
Venezuela (1999), el
procedimiento de amparo no debe estar sujeto a formalidades, por lo cual
los trámites bajo los cuales se deberá desarrollarse las audiencias y la
evacuación de las pruebas, si fueran necesarias, las dicta el tribunal que
conozca del amparo, siempre manteniendo la igualdad entre las partes y el
derecho de defensa.
Por ende, todas las actuaciones son públicas, a menos que por
43
protección a derechos civiles de rango constitucional, como el establecido en
el artículo 60 de Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), se resuelva que los actos orales sean a puerta cerrada, pero siempre
como inmediación del tribunal. En este sentido el señalado artículo establece:
Toda persona tiene derecho a la protección de su honor, vida
privada, intimidad, propia imagen, confidencialidad y reputación.La
ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la
intimidad personal y familiar de los ciudadanos y ciudadanas y el
pleno ejercicio de sus derechos.
De igual modo, la relación de la causa una vez concluido el debate oral
o las pruebas, el Juez o el Tribunal en el mismo día, estudia personalmenteel
expediente o puede deliberar (en los casos de los Tribunales colegiados) y
puede:
a). Decidir inmediatamente; en cuyo caso dispondrá de forma oral los
términos del dispositivo del fallo; el cual deberá ser publicado íntegramente
dentro de los cinco días siguientes a la audiencia en la cual se dictó la
decisión correspondiente. El fallo lo comunicará el juez o el presidente del
Tribunal Colegiado pero la sentencia escrita la redactará el ponente o quien
el Presidente del Tribunal Colegiado decida.
b). Diferir la audiencia por un lapso que en ningún momento será mayor
de 48 horas, por estimar que es necesaria la presentación o evacuación de
alguna prueba que sea fundamental para decidir el caso, o a petición de
alguna de las partes o del Ministerio Público.
44
En consecuencia, el dispositivo del fallo surtirá los efectos previstos en
el artículo 29 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales (1988), mientras que la sentencia se redactará de acuerdo a
lo previsto en el artículo 32,ejusdem.
Articulo 29. El Juez que acuerde el restablecimiento de la situación
jurídica infringida ordenará, en el dispositivo de la sentencia, que
el mandamiento sea acatado por todas las autoridades de la
República, so pena de incurrir en desobediencia a la autoridad.
Articulo 32 ejusdem: La sentencia que acuerde el amparo
constitucional deberá cumplir las siguientes exigencias formales:
A) Mención concreta de la autoridad, del ente privado o de la
persona contra cuya resolución o acto u omisión se conceda el
amparo;
B) Determinación precisa de la orden a cumplirse, con las
especificaciones necesarias para su ejecución;
C) Plazo para cumplir lo resuelto.
En este sentido, en contra de la decisión dictada en primera instancia,
puede apelarse dentro de los tres días siguientes a la publicación del fallo. La
apelación se oirá en un solo efecto, a menos que se trate del fallo dictado en
un proceso el cual, por excepción, tenga una sola instancia. De no apelarse,
pero ser el fallo susceptible de consulta.
Igualmente, debe proseguirse con el procedimiento establecido en el
artículo 35 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales (1988); es decir, la sentencia debe ser consultada con el
Tribunal Superior respectivo, al cual se le remitirá inmediatamente el
expediente, dejando copia de la decisión para la ejecución inmediata, por el
juzgado a quo. El juzgado superior decide en un lapso no mayor de treinta
días. La falta de decisión equivale a una denegación de justicia, a menos que
45
por el volumen de consultas a decidir se haga necesario prorrogar las
decisiones conforme al orden de entrada de las consultas al Tribunal de la
segunda instancia.
Articulo 35 Contra la decisión dictada en primera instancia sobre la
solicitud de amparo se oirá apelación en un solo efecto. Si
transcurridos tres (3), días de dictado el fallo, las partes, el
Ministerio Público o los procuradores no interpusieren apelación, el
fallo será consultado con el Tribunal Superior respectivo, al cual se
le remitirá inmediatamente copia certificada de lo conducente. Este
Tribunal decidirá dentro de un lapso no mayor de treinta (30) días.
Por consiguiente, a efecto de facilitar la labor revisora a cargo de los
jueces superiores, es preciso cumplir con lo establecido en el artículo 189 del
Código de Procedimiento Civil (1984), concordándolo, desde luego; a la
especial
naturaleza
del
procedimiento
de
amparo.
Por
esto,
las
intervenciones y las declaraciones de las partes, las declaraciones de
testigos y cualquiera otra diligencia del Tribunal que deban hacerse constar
en el acta, podrán ser tomadas mediante el uso de algún medio técnico de
reproducción o grabación del acto, por disposición del Tribunal o a solicitud
de alguna de las partes.
Por consiguiente, la grabación debe hacerse bajo la supervisión del
Juez, el ordena realizar la versión escrita de su contenido, y así seincorpora
a las actas del expediente en el mismo día, previa su lectura y aprobación
por las partes y terceros que participen en los actos el acta será firmada
además por el Juez y el Secretario.Por su parte, el fallo vinculante del
Tribunal Supremo de Justicia sentencia asignada con el numero 1175, de
fecha 23 de Noviembre de 2.010, expediente N° 08-1497, dice textualmente
46
"Que el artículo 189 del Código de Procedimiento Civil (1984), regirá la
confección de las actas, a menos que las partes soliciten que los soportes de
las actas se envíen al Tribunal Superior".
El acta deberá contener la indicación de las personas que han
intervenido y de las circunstancias de lugar y de tiempo en que se
han cumplido las diligencias de que hace fe; debe además
contener la descripción de las actividades cumplidas y de los
reconocimientos efectuados. El acto deberá ser suscrito por el
Juez y por el Secretario.
Por ello, en la intervención de otras personas, el Secretario, después de
dar lectura al acta, les exige la firma. Si alguna de ellas no pudiere o no
quisiere firmar, se pondrá constancia de ese hecho.Las declaraciones de las
partes, las posiciones juradas, las declaraciones de testigos y cualesquiera
otras diligencias del Tribunal que deban hacerse constar en acta, podrán ser
tomadas mediante el uso de algún medio técnico de reproducción o
grabación del acto, por disposición del Tribunal o por solicitud de alguna de
las partes.
A causa de esto, la grabación se mantendrá bajo la custodia del Juez,
el cual ordenará realizar la versión escrita de su contenido por el Secretario o
algún amanuense bajo la dirección de aquél, o por alguna otra persona
natural o jurídica, bajo juramento de cumplir fielmente su cometido. En todo
caso el Secretario, dentro de un plazo de cinco días agregará al expediente
la versión escrita del contenido de la grabación, firmada por el Juez y por el
Secretario. Si ninguna de las partes hiciere objeción al acta, señalando
expresamente alguna inexactitud, la misma se considerará admitida, pasados
que sean cuatro días de su consignación en los autos.
47
En caso de objeciones, el Juez fijará día y hora para la revisión del acta
con los interesados, oyendo nuevamente la grabación. De lo resuelto por el
Juez en ese acto, no habrá recurso alguno. El costo de la grabación estará a
cargo del solicitante, y en caso de disponerla de oficio el Tribunal, será de
cargo de ambas partes.
Con el fin de mantener el orden sistemático, a continuación se hace
necesario una ligera glosa del fallo vinculante del Tribunal Supremo del
01/02/2000. En los amparos contra sentencias, las formalidades se
simplificarán aún más. Inmediatamente que sea presentada la solicitud se le
admitirá y se ordenará la notificación del juez o encargado del Tribunal, así
como las partes en su domicilio procesal, de la oportunidad en que habrá de
realizarse la audiencia oral. En esa oportunidad el Juez señalado como
causante del agravio y las partes manifestarán sus razones y argumentos
respecto a la acción.
Los amparos contra sentencias se intentarán con copia certificada del
fallo objeto de la acción, a menos que por la urgencia no pueda obtenerse a
tiempo la copia certificada, caso en el cual se admitirán las copias previstas
en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil, no obstante en la
audiencia oral deberá presentarse copia auténtica de la sentencia.
Las partes del juicio donde se dictó el fallo impugnado podrán hacerse
parte en el proceso de amparo, antes y aún dentro de la audiencia pública,
mas no después, sin necesidad de probar su interés. Los terceros
48
coadyuvantes deberán demostrar su interés legítimo y directo para intervenir
en los procesos de amparo de cualquier clase antes de la audiencia pública.
La falta de comparecencia del juez que dicte el fallo impugnado o de
quien este a cargo el Tribunal, no significará aceptación de los hechos, y el
órgano que conoce del amparo, examinará la decisión impugnada.La labor
revisora de las sentencias de amparo que atribuye el numeral 10 del artículo
336 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) a la
Sala, será realizada en forma selectiva, sin atender a recurso específico y sin
quedar vinculada la Sala por peticiones de las partes.
Se trata de una vía excepcional que ejerce la Sala discrecionalmente,
siempre que se trate de una sentencia definitivamente firme dictada en
amparo constitucional, como lo exige el numeral 10 del artículo 336 de la
Constitución. Por sentencia firme se entiende un fallo contra cual se hayan
hecho valer los recursos ordinarios de impugnación establecidos en las
leyes.
Razón por la cual el fallo objeto del recurso de revisión exige que la
sentencia haya sido dictada por un Tribunal que haya conocido del asunto en
segunda instancia, bien sea con motivo de la apelación intentada por la parte
perdidosa o con motivo de la consulta legal que exige el procedimiento de
amparo. Ese poder se extiende también al desacato por parte de las demás
Salas de ese Tribunal Supremo de Justicia, a los fallos vinculantes dictados
por la Sala Constitucional de conformidad con lo establecido en la disposición
49
constitucional anteriormente citada.Por su parte, el Artículo 336 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999).
Son atribuciones de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia:..." Revisar las sentencias de amparo constitucional y
de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas
dictadas por los tribunales de la República, en los términos
establecidos por la ley orgánica respectiva.
Es oportuno acotar, que la Sala no queda circunscrita en su poder de
revisión a los señalamientos concretamente formulados por la parte afectada
por el fallo impugnado, pudiendo la Sala declarar de oficio su nulidad si
considera
que
los
hechos
probados
tipifican
otra
infracción
constitucional.Todos los jueces de la República, en el ámbito de sus
competencias y conforme a lo previsto en la Constitución y en la ley; están en
la obligación de asegurar la integridad de la Constitución mediante el
ejercicio del control difuso.
A cuyo efecto; en caso de incompatibilidad entre la Constitución y una
ley u otra norma jurídica, aplicarán preferentemente las disposiciones
constitucionales con lo cual coadyuvan con el Tribunal Supremo en la
delicada tarea de garantizar la supremacía de la Constitución.El tratamiento
de la figura del amparo sobrevenido ha sufrido una importante modificación
en el fallo vinculante de la Sala Constitucional, en el sentido de no intentarse
en adelante ante el mismo Tribunal autor del agravio, sino ante el Tribunal
50
Superior que conozca de la apelación.
Dice al efecto el fallo en cuestión: "Las violaciones a la Constitución que
cometan los jueces serán conocidas por los jueces de la apelación. A menos
que sea necesario restablecer inmediatamente la situación jurídica infringida,
caso en que el amparo lo conocerá otro juez competente superior a quién
cometió la falta, diferente a quien sentenció u ordenó el acto que contiene la
violación o infracción constitucional, en estos casos, los que apliquen los
artículos 23, 24 y 25 de la Ley Orgánica de Amparo (1988)."
Cuando las violaciones a derechos y garantías constitucionales surgen
en el curso de un proceso, debido a actuaciones de las partes, de terceros,
de auxiliares de justicia o de funcionarios judiciales diferentes a los jueces, el
amparo podrá interponerse ante el juez que esté conociendo la causa, quien
los sustanciará y decidirá en cuaderno separado
Con esta posibilidad, se hace evidente la necesidad de mantener esta
importante manifestación del amparo constitucional, debido a la ventaja de
ser dictada dentro el mismo proceso del cual se produce la lesión o amenaza
de lesión de derechos constitucionales, manteniéndose así el principio de la
unidad del proceso, a no tener que abrirse causas procesales distintas -con
los retardos naturales que se producirían para verificar si efectivamente se ha
producido la violación denunciada.
Igualmente, se lograría la inmediación del juez con la causa que se le
somete al conocimiento, la cual no sólo incidiría positivamente en la decisión
51
del amparo interpuesto, sino que también pudiera aportar elementos de juicio
necesarios para tomar medidas, bien sean cautelares o definitivas, en la
causa principal y en el propio amparo. Un aspecto a considerar en el
procedimiento de amparo es la aplicación de la tutela judicial efectiva, ese
nuevo concepto que sea de paso en nuestro Derecho como garantía del
derecho del ciudadano a tener acceso a la justicia en forma expedita, sin
dilaciones indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles.
Se ha dicho que el derecho a la tutela judicial efectiva, es de amplísimo
contenido, comprende el derecho a ser oído por los órganos de
administración de justicia establecidos por el Estado, es decir, no sólo el
derecho de acceso sino también el derecho a que, cumplidos los requisitos
establecidos en las leyes adjetivas, los órganos judiciales conozcan el fondo
de las pretensiones de los particulares y, mediante una decisión dictada en
derecho, determinen el contenido y la extensión del derecho deducido. De allí
que la Constitución señala que no se sacrificará la justicia por la omisión de
formalidades no esenciales y que el proceso constituye un instrumento
fundamental para la realización de la justicia (artículo 257).
Artículo 257, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999).
El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán
52
un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia
por la omisión de formalidades no esenciales.
En un Estado social del derecho y de justicia (artículo No. 2 de la
Constitución Nacional), que garantiza una justicia expedita, sin dilaciones
indebidas y sin formalismos o reposiciones inútiles (artículo 26 ejusdem), la
interpretación de las instituciones procesales debe ser amplia, tratando de
que si bien el proceso sea una garantía para que las partes puedan ejercer
su derecho de defensa, no por ello se convierta en una traba que impida
lograr las garantías que el Constitucional 26 instaura. (Sala Constitucional,
sentencia N° 708 de 10/05/2001).Artículo 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999).
Toda persona tiene derecho de acceso a los órganos de
administración de justicia para hacer valer sus derechos e
intereses, incluso los colectivos o difusos, a la tutela efectiva de
los mismos y a obtener con prontitud la decisión
correspondiente.El Estado garantizará una justicia gratuita,
accesible,
imparcial,
idónea,
transparente,
autónoma,
independiente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones
indebidas, sin formalismos o reposiciones inútiles.
Este criterio de la tutela judicial efectiva ha llevado a la Sala
Constitucional a considerar que la decisión de un Tribunal de última instancia
mediante la cual se declare inadmisible una acción, basada en un criterio
erróneo del juzgador, concretaría una infracción en la situación jurídica de
quien interpone la acción y del derecho a la tutela judicial efectiva, lo cual
53
puede ser analizado de oficio por el juez constitucional aunque no haya sido
alegado por los accionantes. (Sala Constitucional, sentencia N° 708 de
10/05/2001).
Por su parte, la tutela judicial efectiva conlleva también a que las
personas llamadas a un proceso, o que de alguna manera intervengan en el
mismo en condición de partes, gocen ampliamente del derecho y garantía
constitucional a la tutela jurisdiccional efectiva, en el sentido de tener igual
acceso a la jurisdicción para su defensa; a que se respete el debido proceso;
a que la controversia sea resuelta en un plazo razonable; y, a que, una vez
dictada sentencia motivada, ésta se ejecute, a los fines que se verifique
cabalmente la efectividad de sus pronunciamientos (Sala Constitucional,
sentencia N° 72, de 26/01/2001).
En definitiva, el amparo es considerado a un proceso cautelar y
restitutorio, tendente únicamente a la constatación de la violación o amenaza
de violación del derecho o garantía constitucional, a objeto de que se le
restablezca al solicitante el pleno goce y ejercicio de tales derechos sin
prejuzgar sobre ninguna otra materia, quedando abiertas a las partes las vías
ordinarias para reclamar las indemnizaciones o restituciones a que haya
lugar en derecho.
2.1.1.4. EFECTOS DEL AMPARO CONSTITUCIONAL
El amparo es una institución jurídica ubicada por encima de todo
instrumento de control de la constitucionalidad y de la legalidad, pues es una
garantía constitucional que tiene por objeto velar, proteger, salvaguardar el
54
cumplimiento de los derechos fundamentales, debiendo ser, en términos
formales, un procedimiento rápido y efectivo que tengan las personas para
defenderse de las arbitrariedades que lesionan sus derechos fundamentales.
De este modo, el amparo se revela como una garantía que goza de
inmediata
protección
en
el
texto
constitucional,
debiendo
dichas
disposiciones activarse ante violaciones o amenazas de violación de tales
derechos; decimos, las que consagran los artículos 26 y 27 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), para que,
de esta manera, se comporte como un determinante procurador de derechos
subjetivos, a través de aspectos adjetivos, los cuales deben accionar los
ciudadanos.
Con esta concepción, se difiere con la opinión de Casal (2004, p. 95),
donde afirma que, “entre los instrumentos del control de la constitucionalidad
se encuentra, el amparo constitucional”.
Así, de acogerse la opinión del
profesor Casal, el amparo sería interpretado como derecho, sencillamente un
derecho sustantivo de los tantos que la Constitución otorga a los Ciudadanos
para su interrelación normal.
Por lo que, quedaría al margen la
consideración que se hace en la exposición de motivos la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, acerca de su expreso reconocimiento
como garantía reforzada para la tutela judicial de los derechos humanos.
Consecuencialmente, la defensa inmediata del derecho del quejoso
ante una lesión o amenaza a uno de sus derechos constitucionales, pues,
por esa vía que no compartimos; decimos, como mero instrumento de control
de la constitucionalidad, es posible que le sobrevengan requisitos de
55
admisibilidad como el del caso Banvenez, con ello el alejamiento de la
inmediata protección constitucional que debería operar.
Por ello, se hace énfasis en la idea de que, efectivamente, el amparo
podría ser utilizado como una herramienta de control de la constitucionalidad,
pero no debe limitarse a este aspecto porque se corre el riesgo de que se
maneje sólo como un instrumento de control objetivo de la constitucionalidad
en perjuicio de su naturaleza, la cual está referida, como tantas veces
afirmamos, a ser un juicio eminentemente subjetivo, procurador de los
derechos fundamentales.
En cuanto a los efectos Jurídicos Materiales, tiene lugar en la
consideración del amparo como un juicio breve, sumario, no sujeto a
formalidades que requiere la ilustración probatoria al juez sobre la denuncia
de violación de un derecho fundamental, la cual debe resultar de autos tan
grave como evidente. Justo aquí, el poder inquisitivo del juez permite
verificar, por argumento contrario, el cumplimiento de los requisitos
establecidos en el artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y
Garantías Constitucionales (1988), ya que los mismos precisan los requisitos
de inadmisibilidad.
Además de la falta de subsanación de omisiones que le hubieran sido
señaladas al actor, por el juez, a través del despacho saneador que
contempla el artículo 19 de la referida ley; aun así, de acuerdo a su carácter
de juez constitucional establecido en el 334 de la Constitución de la
56
República Bolivariana de Venezuela (1999), el juez de amparo tiene amplios
poderes para ejercer el control de la constitucionalidad.
De tal manera que, si se declara la inexistencia de causales de
inadmisibilidad, siguiendo a Linares, no podrá lógicamente, el juez, hacer un
pronunciamiento del fondo del asunto pretendido y menos tener algún efecto
material su sentencia; no obstante, el justiciable, de creerse asistido en el
derecho pretendido, podrá acudir a la vía ordinaria a procurar justicia, en
perfecta armonía con sus derechos a la tutela judicial efectiva y acceso a la
justicia.
En cuanto a los efectos de la Sentencia desestimatoria de la pretensión,
Se produce cuando el juez entra a analizar el petium que, desde luego,
trátase de la denuncia de una lesión u amenaza a un derecho fundamental y
puede suceder que de los autos aparezca suficientemente probado o
deducido el daño inminente.
Ahora bien, si es el caso contrario al anterior, es decir, que de los autos
no parece probado o deducido el daño inminente o, simplemente, el quejoso
no tiene razón, se declarará, obviamente, desestimada la pretensión y se
podrá, a tenor del artículo 28 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos
y Garantías Constitucionales (1988), ordenar el arresto hasta por 10 días, del
quejoso, si procedió de forma temeraria e, igualmente, condenar en costas,
de acuerdo al artículo 33 de la señalada Ley, a la parte perdidosa. Pero, sólo
proceden costas entre particulares, tal como lo estableció la sentencia de la
Sala Constitucional número 320, de fecha 04 de mayo del 2000, en el caso
57
Seguros la Occidental.
En
cuanto
al
efecto
restitutorio
al
efecto
mixto
del
amparo
constitucional, De acuerdo a lo planteado anteriormente, no es necesario, a
nuestro juicio, hacer una exposición cabal de los temas: supremacía y supra
legalidad constitucional, constitución como norma jurídica y, el rol de los
derechos fundamentales en la limitación del poder, para aseverar que los
derechos fundamentales se encuentran consagrados en el título III de
nuestra Constitución Nacional (1999), con una protección reforzada y con
aplicación preferente e inmediata a cualquier otra norma jurídica.
En consecuencia, siendo el amparo constitucional un dispositivo
procesal sumario, breve y sin formalidad, que procura proteger y
salvaguardar los derechos fundamentales, a partir del análisis de la situación
fáctica de la persona frente a la norma constitucional, a través del cual los
jueces de la República deben.
Con aplicación de la norma constitucional, conjuntamente con la
ponderación de sus valores, principios, con el método del equilibrio y el uso
de la técnica de la ponderación, sentenciar favorablemente al quejoso, cuyo
mandamiento debe ser de naturaleza mixta, a su vez de condena o
indemnizatorio; además, de otros efectos de acuerdo al caso planteado. No
únicamente de carácter restitutorio. Obviamente, siempre que, en tal caso, la
pretensión sea admisible, que de autos consten probados suficientemente
sus dichos y además, que le asista la razón.
Por ello, si el juez, de acuerdo al artículo 27 de la Constitución de la
58
República Bolivariana de
Venezuela (1999), no se pronuncia sobre este
restablecimiento en términos amplios, es decir, atendiendo más allá de
restablecer, el mandato de la conjunción disyuntiva de este artículo que
establece: “… o la situación que más se asemeje a ella….”; contrariamente,
violaría el derecho a la tutela judicial efectiva, prevista en el artículo
26,ejusdem, pues, no se estaría haciendo justicia al quejoso ni su pretensión
entendida, conforme es consustancial al Estado de Derecho mismo.
En todo caso, esta confusión entre restablecimiento y restitución, se
aprecia fácilmente de la Sala Político-Administrativa de la extinta Corte
Suprema de Justicia, caso María Isabel Gomis, de fecha 03 de febrero del
1998; al respecto, quedó establecido:
Ha sostenido reiteradamente este Supremo Tribunal en
jurisprudencia que una vez más ratifica- que uno de los caracteres
fundamentales de la acción de amparo es el de ser un medio
judicial restablecedor, tendente a restituir la situación infringida,
esto es, a poner de nuevo al solicitante en el goce en el goce de
los derechos fundamentales que le han sido menoscabados.
De acuerdo con esta interpretación, se aprecia, toda acción de amparo
devendría en inadmisible por irreparabilidad, toda vez que absolutamente
nada puede volver íntegramente al estado que tenía antes de la violación
constitucional. De tal suerte que este restablecimiento no puede seguir
siendo interpretado en la forma como lo ha entendido la jurisprudencia, por
cuanto el restablecimiento está referido a la necesidad de protección urgente
de un sujeto frente a las violaciones de sus derechos constitucionales sin
59
que, necesariamente, implique colocar al sujeto de forma definitiva en la
situación previa a la violación o amenaza.
En cambio, el alcance del restablecimiento debería estar supeditado al
objeto material contra el cual se dirige la acción y, por otro lado, va a
depender de la forma procesal en que haya sido ejercido el amparo
constitucional, esto es, de forma autónoma o unido a otra acción, es decir,
con el carácter cautelar.
El Derecho histórico distinguía perfectamente nuestro punto de vista
sobre el restablecimiento integral. Así, se conoció antiguamente la restitutio
in integrum, el cual es expuesto por la Enciclopedia Jurídica OPUS (1995, p.
463), de la siguiente manera:
Lat. Restitución por entero. Medida jurídica consistente en la
cancelación plena de los efectos y consecuencias de un hecho o
negocio jurídico, restableciendo la cosa o situación en su estado
anterior, como si tal hecho o negocio jurídico no se hubiese
realizado. En la esfera del Derecho Procesal romano constituye
una de las medidas que tiene a su alcance el magistrado para
solucionar una cuestión en virtud de su imperium. La concedía por
decreto, previo conocimiento de causa, estimada justa, presente el
adversario o declarada su contumacia.
A su vez, Cabanellas (1997, p. 206), expone sobre dicho concepto lo
siguiente:
Beneficio extraordinario, proveniente del Derecho Romano,
concedido a favor de determinadas personas que habían padecido
lesión en un acto o contrato, aun cuando fuera legítimo, para
obtener la reintegración o reposición de las cosas en el estado que
tenían antes del daño o perjuicio. Su fundamento se encuentra en
la equidad; en el deseo de proteger a los menores o incapaces, e
incluso a personas abstractas, por su trascendencia.
60
En lo referente, a los efectos jurídicos procesales, el sistema de justicia
constitucional patrio ha cambiado con relación a este tema de la Cosa
Juzgada, evidentemente por lo contenido en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 336, ordinal 10, sobre la
revisión de sentencia; sin embargo, se conviene doctrinariamente en que
existe cosa juzgada material y formal, caracterizada por la Inimpuganablidad,
Inmutabilidad, Coercibilidad, de los fallos que la causan.
De tal forma que, si la sentencia se revela como coercible, hablamos de
cosa juzgada material y, si es de tipo formal, es cuando se juzga sobre la
situación jurídica de un accionante, un accionado frente una cosa objeto de la
disputa, dentro de un proceso determinado y cuya decisión se revela como
inmutable.
En todo caso, desde un punto de vista crítico y de acuerdo al análisis de
la doctrina judicial patria, se puede decir que es dudoso que exista Cosa
Juzgada, a propósito de la revisión de sentencia prevista en el mencionado
artículo 336, ordinal 10, de la Constitución de la
República
Bolivariana
de Venezuela (1999), pues, de la decisión número 660, de fecha 30 de
marzo del 2006, caso Julián Isaías Rodríguez Díaz, en su condición de Fiscal
General de la República, se observa que existe, tal como establece la
Constitución, toda una doctrina judicial dirigida a considerar a la revisión
constitucional
como
recurso
extraordinario
contra
las
sentencias
definitivamente firmes y en las decisiones donde se haya desaplicado una
norma legal o que haya aplicado una norma constitucional, en vez de una
legal.
61
Pero, hasta tal fecha, de acuerdo a la sentencia número 3509, 16 de
diciembre del 2003, en el caso Orlando José Rodríguez, la Sala
Constitucional consideraba que también la revisión constitucional operaba
para los casos donde no existía aún sentencia definitivamente firme; salvo el
voto disidente del Magistrado Pedro Rafael Rondón Haaz, quien advirtió de
este grave precedente para la Cosa Juzgada.
Igualmente, en las decisiones producto del control difuso de la
constitucionalidad se ha puesto en entredicho la Cosa Juzgada, tal como se
aprecia en la sentencia número 3126, de fecha 15 de diciembre del 2004,
con ponencia del Magistrado Antonio J. García García, al juzgar que la
revisión podía llegar a tocar incluso el fondo del asunto debatido.
Sin embargo, a lo mejor por cuestiones de operatividad entendió que no
era conveniente asumir todo el trabajo de los tribunales del país, por lo que
en las sentencias números: 1696, 731, 1596, de los años, 2005 y 2006, las
dos últimas, indican que las decisiones objeto de revisión constitucional,
enmarcan el criterio que deben apreciar los jueces para decidir.
Sin embargo, en materia de control difuso, la Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia en aras de precisar los asuntos debatidos en la
sentencia número 1225, de fecha 19 de octubre del 2000, estimó que los
jueces deberían elevar un informe a la Sala Constitucional y señalar
inequívocamente si la decisión quedó definitivamente firme, criterio ratificado
62
en las sentencias números: 2085 y 2793, ambos del 2004; no obstante, se
aprecia el conocido caso la viuda de Carmona, que estas sentencias de
revisión constitucional se revelan como casuísticas, pues, se pronunció sobre
el fondo del asunto debatido, poniendo en entredicho el valor de la cosa
juzgada.
Igualmente, el amparo contra sentencia ataca la Cosa juzgada, de la
cual ya establecía la Sala de Casación Civil de la extinta Corte Suprema de
Justicia, lo cual sería solo aparente si produce violación de los derechos
constitucionales. En todo caso, en sentencia 1648, fechada 26 de noviembre
del 2009, la Sala Constitucional, estableció un nuevo criterio en cuanto a la
revisión constitucional:
En definitiva, desde el texto del artículo 336, cardinal 10, de la
Constitución, posteriormente objeto de desarrollo por el artículo 5,
cardinales 4 y 16, de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, los criterios de la Sala en materia de revisión
constitucional han ido evolucionando y delimitando el alcance,
objeto y finalidad de este medio procesal constitucional, al punto
de que se pueda considerar, en la actualidad, que son objeto de
revisión constitucional por parte de esta Sala, las sentencias
definitivamente firmes de otras Salas de este Supremo Tribunal
cuando se alegue que violen principios jurídicos fundamentales
que estén contenidos en la Constitución o Convenios
Internacionales –lato sensu- que hayan sido suscritos y ratificados
válidamente por la República, o que hayan sido dictadas como
consecuencia de un error inexcusable, dolo, cohecho o
prevaricación; asimismo, son objeto de revisión las sentencias
definitivamente firmes de amparo constitucional y control de la
constitucionalidad de leyes o normas jurídicas que sean expedidas
por los demás Tribunales de la República. En estos casos, la
revisión constitucional tendrá dos posibles finalidades: una
objetiva, tendente a la salvaguarda de la uniformidad en la
63
interpretación y aplicación del Texto Fundamental y, si se trata de
un veredicto de otra Sala del Tribunal Supremo de Justicia,
además, una subjetiva, para el control de la violación a derechos
constitucionales. Así se declara. (…)”
En suma, la doctrina venezolanaconsidera que el amparo constitucional
solo produce cosa juzgada formal. Por ende, se aportan dos debatas
fundamentales: la posible variación de estado del hecho, que implica, que
como el juicio de amparo constitucional es un juicio breve, sumario, sin
formalidades no esenciales, donde se denuncia la infracción de un derecho
fundamental y cuya sentencia, va a proteger aquel derecho fundamental,
pero dentro determinada situación fáctica.
Por el contrario, si llegase a cambiar la situación fáctica que se protegió
por encuadrar en determinado supuesto de hecho, la sentencia de amparo ya
no causaría en ese caso, cosa juzgada entre las partes y, si se llegase a
denunciar nuevamente el hecho, el mismo u otra variante del hecho, el fallo
anterior no podrá oponerse como cosa juzgada, puesto que materialmente la
decisión, habría examinado otro supuesto de hecho. En tal caso, al ventilar
un nuevo juicio, el amparo no tendrá valor sino de simple prueba.
2.1.2. DERECHOS LABORALES DEL TRABAJADOR
En los últimos años,
según Gaudu (2006, p. 7), la materia de los
derechos de los trabajadores ha sido entidad de especial atención y estudio
en el campo del Derecho del Trabajo. Los derechos humanos, los derechos
fundamentales en el trabajo, los derechos de la persona del trabajador, han
tenido un desarrollo particular en los estudios y trabajos de investigación en
64
diversos países, lo que ha repercutido en la normativa y en variados
instrumentos.
Asimismo, conceptos como el de ciudadanía en las empresas, han
venido a poner el acento en el grupo de derechos de la persona del
trabajador, además de los derechos que surgen de su condición de
trabajador. Otra tendencia de gran importancia vinculada con la anterior es la
invocación de los principios y disposiciones constitucionales de modo de
lograr una mayor protección de los trabajadores. De acuerdo a ello ha
incidido la jurisprudencia de los Tribunales Constitucionales de los diversos
países. Y ha llevado a algunos a preguntarse si se está en camino de un
retorno del garantismo.
Sin embargo, las dos directricesreseñadas se apuntan en un
movimiento mundial de respeto y tutela de los derechos, y también se
observan en la actualidad en otras disciplinas, como el caso, del derecho
civil. Por ello, los civilistas en diversas naciones también recurren a los
principios generales con recepción constitucional para su aplicación en caso
de vacío legal.
Asimismo, es capaz de sometersetendencias que han incidido
efectivamente en el campo del Derecho del Trabajo, ampliando el sistema de
protección en varios países, lo que ha sido posible en los hechos por su
recepción jurisprudencial. Según Bronstein (2007, p. 35), una importante
“corriente jurisprudencial de los tribunales de trabajo, cortes supremas y
65
tribunales constitucionales en América Latina ha relaboralizado” las
relaciones
de
trabajo,
y
ha
afirmado
el
denominado
“bloque
de
constitucionalidad”.
Por su parte, una de las propensiones de mayor preeminencia en la
actualidad en el campo del Derecho del Trabajo es la globalización de los
derechos laborales. El pensamiento
de determinados derechos laborales
deben ser respetados, cualquiera sea el país en el que se preste la actividad,
ha cobrado un nuevo impulso y presenta nuevos modos de llevarla a la
práctica. Se trata de derechos laborales de aplicación en todo el mundo.
Se observa, cómo esta tendencia acarreo cambios en el sistema de
fuentes del Derecho del Trabajo. Debe hacer faltanosuponer una disminución
de las condiciones de trabajo existentes, ni pretende sustituir la legislación.
Los caminos para la aplicación de un elenco de derechos laborales
universales en épocas recientes han sido varios, mencionaré sólo algunos.
Asimismo, la declaración de principios y derechos fundamentales en el
trabajo de la Organización Internacional del Trabajo de 1998 que expresa
que los Miembros, por la sola pertenencia a la Organización, tienen el
compromiso de respetar y hacer realidad los principios y derechos
fundamentales que en ella se explicitan, con independencia de la ratificación
o no del Convenio Internacional de Trabajo respectivo, puede encontrarse en
el camino hacia un “orden público social internacional” (Supiot, 2006, p. 7).
Aunque el contenido de la Declaración de la Organización Internacional
del Trabajo de 1998 sea reducido, ello no implica restar relevancia a otros
derechos. Interesa especialmente el sistema por el cual se establece la
66
obligatoriedad del cumplimiento de los principios y derechos fundamentales
en el trabajo recogidos en dicha Declaración.
De todos modos, como sostiene Supiot (2006, p. 7), dicha “Nómina
puede verse complementada por otros pronunciamientos de la propia
Conferencia Internacional del Trabajo”, tal como ha ocurrido con la seguridad
social, respecto a la cual la Conferencia ha expresado en el 2001 (89 ª
reunión) que es un derecho humano fundamental (conclusión nº 2).
Si bien, esta tendencia se ha visto favorecida por los desafíos que
plantea la globalización, trasciende dicha cuestión. Tiene que ver más
precisamente, con una conciencia universal de respeto de los derechos
laborales, con un orden público social, que seguramente será en el futuro un
orden público social internacional.
En suma, de acuerdo a lo expuesto, se infiere
que el trabajo
subordinado, regula algunos de estos principios y derechos contenidos en los
distintos instrumentos mencionados también refieren al trabajo autónomo.
Como por ejemplo, la prohibición del trabajo infantil, o el derecho a trabajar
en un ambiente libre de toda discriminación, o libre de toda forma de acoso
laboral.Esto se relaciona con otra directriz anunciada pero aún no
completada, la referida a la ampliación del campo del Derecho del Trabajo
para
percibir
todo
tipo
trabajo,
comprendiendo
contractuales y distintos niveles de protección.
varias
modalidades
67
2.1.2.1. DERECHO A LAS PRESTACIONES SOCIALES
La institución laboral señalada en la actualidad, como lo son las
prestaciones socialesse estableció en la legislación del trabajo en Venezuela
en la Ley del Trabajo del año 1936, como la llamada indemnización de
antigüedad y, procedía en los casos siguientes: a) Despido del trabajador por
el patrono sin justo motivo; b) Retiro del trabajador con justo motivo; y, c) Por
extensión, en los demás casos de ruptura de la relación laboral ajenos a la
voluntad del trabajador.
Por su parte, Caldera en su clásica obra (1936, p. 295), apunta una
serie de elementos que caracterizan esta institución desde su origen. Al
efecto señala: “…existe otra indemnización para el caso de la ruptura del
vínculo de trabajo, que es creación del Derecho del Trabajo y obedece a un
imperativo de neta Justicia Social: la “Indemnización por despido”, que es en
nuestro Derecho, más perfecto en eso que el de otros países americanos, la
‘indemnización por antigüedad’ ”.
Seguidamente, Bortolotto, citado por Caldera (1936, p. 296), señala “la
indemnización
de
antigüedad
se
considera
como
correlación
por
reconocimiento del servicio prestado y como indemnización de previsión a
favor del trabajador”; en cuanto se supone que la empresa acumula en su
ventaja un ahorro proporcionado al tiempo de servicio, para el período de
necesidad. Como diceFolch (2000, p. 296)“La indemnización de antigüedad
es, pues, para el trabajador, “un derecho, de carácter económico, nacido de
68
su permanencia en una misma empresa, colaborando a su actividad
productora”
La institución laboral que se conoce con el nombre de “prestaciones
sociales” ha evolucionado con el tiempo. En el presente no intervienen las
causas de la terminación de la relación laboral para su procedencia como
derecho del trabajador y, por lo tanto, ha perdido el carácter indemnizatorio
ya que no existe daño que resarcir o reparar, pues, no es tal, la permanencia
de un trabajador al servicio de un empleador. La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), en su artículo 92, establece las bases de
esta institución, al respecto señala:
Todos los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a
prestaciones sociales que les recompensen la antigüedad en el
servicio y los amparen en caso de cesantía. El salario y las
prestaciones sociales son créditos laborales de exigibilidad
inmediata. Toda mora en su pago genera intereses, los cuales
constituyen deudas de valor y gozarán de los mismos privilegios y
garantías de la deuda principal.
El Constituyente del año 1999 fue sumamente claro y preciso al
determinar las características de la institución laboral, a saber:a)Es un
derecho de todo trabajador y trabajadora independientemente del carácter
público o privado del empleador.b) Es una recompensa por el tiempo de
servicio prestado o duración de la relación laboral y una medida de
protección en caso de cesantía.
c) El salario y, también, las prestaciones sociales,
son créditos
laborales de exigibilidad inmediata, es decir, no se trata de un crédito civil o
69
mercantil, es, sólo, laboral, y dicho crédito, es de exigibilidad inmediata, debe
ser pagado por el empleador al trabajador al momento que se causa u
obtiene el derecho.d) Toda mora en el pago, se refiere tanto al salario como
a las prestaciones sociales, genera intereses.
Por su parte, Calderón, (2006, p. 249) sostiene lo siguiente: Los
intereses moratorios “los ha previsto la ley sustantiva; a tenor de la anterior
Ley del Trabajo y hoy de la Ley Orgánica del Trabajo y su reforma, siempre
se ha estimado que las prestaciones sociales de antigüedad generan
intereses”, tanto en vigencia de la relación laboral, como según la
interpretación jurisprudencial, después de culminada la misma, si no han sido
honradas de forma inmediata.
Más aun, continúa la autora, esta institución ha avanzado, pues de
prever para el pago de las prestaciones sociales vigente la relación laboral,
un interés de acuerdo a una tasa fija que establecía el Banco Central de
Venezuela (B.C.V.), saltó a la pluralidad de tasas, dependiendo del caso, es
decir, activa (en forma de sanción, pero no a la mora), promedio entre la
activa y la pasiva fijada por el B.C.V. (acreditación en la contabilidad de la
empresa).Los intereses moratorios, no son otra cosa que la sanción efectiva
por el retardo en el pago de una obligación contraída en dinero
a)La deuda principal, se refiere al salario y las prestaciones sociales, y
la deuda accesoria, es decir, los intereses por inoportunidad en su pago,
constituyen para el trabajador una acreencia privilegiada. Una deuda es
70
privilegiada, tal es el caso de la contraída con garantía hipotecaria o
pignoraticia, porque tiene preferencia sobre otras en caso de concurrencia de
créditos, así lo sostiene G. Cabanellas en su Diccionario de Derecho Usual.
b) La mora en el pago del salario y las prestaciones sociales genera
intereses que se constituyen en “deudas de valor”. Una deuda de valor es
aquella que: “no nace con un quantum específico, pero que utilizan la
moneda como patrón a los fines de su cumplimiento”. Son aquellas donde las
monedas no son en sí el objeto de la obligación, sino la forma establecida de
cumplir con la misma.
La institución laboral “prestaciones sociales” ha tenido en Venezuela
una importante evolución y desarrollo legislativo. Nace en la Ley del Trabajo
del año 1936 y va obteniendo mejoras cualitativas y cuantitativas en las
reformas de 1945, 1947, 1966, 1974, 1975, y 1983. La Ley del año 36 se
mantiene vigente hasta el año 1991. En el año 1974, se supera la condición
de derecho del trabajador sólo cuando el término de la relación laboral se
produce por justa causa.
A partir de esa fecha es un derecho adquirido de todo trabajador bien
sea que se desenvuelva en el sector público o en el sector privado y
cualquiera sea la causa de la terminación de la relación laboral. En 1990 se
sanciona y promulga la Ley Orgánica del Trabajo (LOT), la cual entra en
vigencia el 01-05-1991. En esta Ley se fusiona en una sola institución, bajo el
71
nombre de indemnización de antigüedad, las instituciones de auxilio de
cesantía y antigüedad establecidas en la legislación derogada.
En el año 1997 se reforma parcialmente la Ley Orgánica del Trabajo y
se produce la modificación mas sustantiva que ha sufrido la institución de las
prestaciones sociales. Dos artículos de la Ley in comento resultan claves
para entender el nuevo régimen de prestaciones sociales: el artículo 108 y el
artículo 672. El primero, el artículo 108, conjuntamente con los artículos 125,
133 y 146, desarrolla extensamente la institución laboral. El segundo, el 672,
preserva los regímenes de prestaciones sociales de fuentes distintas a la ley
laboral venezolana.El régimen establecido en el artículo 108 tiene, entre
otros, los caracteres siguientes:
a) El derecho del trabajador a cobrar la “prestación de antigüedad”
nace a partir del tercer mes de servicio ininterrumpido.
b) La liquidación es mensual, a razón de 5 días de salario del mes
anterior por cada mes de servicio, con un adicional de 2 días, a partir del
segundo año de servicio hasta acumular un total de 30 días; en total, el
trabajador puede alcanzar hasta 90 días de salario
por concepto de
prestación de antigüedad, dependiendo de la antigüedad en el servicio.
c) A los fines de la colocación o depósito por parte del empleador de la
prestación de antigüedad, en la forma como ésta se causa, impera la
voluntad del trabajador.
d) Lo depositado o acreditado mensualmente se pagará al término de
la relación de trabajo y devengará intereses según las siguientes opciones: 1.
72
Al rendimiento del fideicomiso o los fondos de prestaciones de antigüedad o
la tasa de mercado si fuere en una entidad financiera; 2. A la tasa activa
determinada por el Banco Central de Venezuela, si el trabajador hubiese
requerido del empleador el lugar del depósito y éste no cumpliere lo
solicitado; y, 3. A la tasa promedio entre la activa y pasiva, determinada por
el BCV, tomando como referencia los seis (6) principales bancos comerciales
y universales del país, si fuere en la contabilidad de la empresa.
e) El trabajador podrá retirar hasta el 75% de lo depositado por los
motivos fijados por la Ley.
f) Los intereses serán acreditados mensualmente y pagados al cumplir
cada año de servicio, salvo que el trabajador, mediante manifestación escrita,
decidiere capitalizarlos.
g) El campo de aplicación subjetivo de este régimen comprende tanto a
los trabajadores subordinados del sector público como del sector privado.
El artículo 672 de la Ley Orgánica del Trabajo (2007), regula los
regímenes de prestaciones sociales que no transitaron o migraron al nuevo
régimen (108 L.O.T.) sino que permanecieron bajo las condiciones
anteriores. En este caso se encuentran
los trabajadores de varias
universidades nacionales y, podrían o deberían estar los trabajadores que si
transitaron pero el empleador no cumplió con los términos del cambio.
Consecuentemente, el artículo 672, es muy claro y preciso: “Los
regímenes de fuentes distintas a esta Ley, que en su conjunto fueren más
favorables al sancionado en los artículos 108, 125, 133 y 146 de esta Ley, se
aplicarán con preferencia en su integridad y no serán acumulativos en ningún
73
caso”.No hay duda alguna que el legislador orgánico se refiere a los
regímenes convencionales, es decir, los alcanzados por los trabajadores
mediante la contratación colectiva u otro tipo de convención laboral.
Otros artículos de la Ley Orgánica del Trabajo (2007),que fundamentan
y dan protección a la institución de las “prestaciones sociales” son el artículo
159
y 160
referidos al
privilegio
del salario, las prestaciones e
indemnizaciones y cualesquiera otros créditos debidos al trabajador con
ocasión de la relación de trabajo. La Ley de Carrera Administrativa (1975) y,
en la actualidad, la Ley del Estatuto de la Función Pública (2002), no crearon
un régimen especial de prestaciones sociales para el funcionariado público.
Al establecer y reconocer el derecho remitieron su ejecución a la legislación
laboral ordinaria.
2.1.2.2. DERECHO A UN SALARIO Y REMUNERACIÓN JUSTA
Conforme a los artículos 87 y 91 de la constitución de Venezuela
(1999), relacionados con normativa supra legal contenida en Convenios y
Tratados Internacionales, entre ellos Convenio 95 de la Organización
Internacional de Trabajo, artículos 23 y 25 de la Declaración Universal de
Derechos Humanos y normativa legal (Ley Orgánica del Trabajo, 2007)
concordante, todo
trabajador tiene
el derecho a una remuneración justa o
salario justo. Por su parte, Cabanellas (2003, p. 574) señala que “La
equivalencia no solamente entre lo que se produce y lo que se precisa, sino
74
entre lo requerido además por el hombre para cubrir
sus primigenia
necesidades, constituye el salario”
Es por ello, que el concepto de salario justo dice relación con dos
presupuestos: que al no ser mercancía el trabajo, el precio o valor que se le
asigne no puede ser unilateralmente impuesto por el patrono; y, segundo,
que la naturaleza intrínseca del trabajo es ser fuente de creación de valor o
riqueza, pero con resguardo de la dignidad, por lo que el salario debe ser
retribuido justamente esto es en acorde correspondencia y proporción a su
valor. Por otra parte, el título jurídico o causa obligacional del pago del salario
está en la prestación efectiva el trabajo, no en el convenio o contrato.
Para que el proceso del trabajo sea manifestación de realización plena
del hombre, debe
ser justamente retribuido. Estas ideas se recogen en
normativa superior, y de la siguiente manera en la Declaración Universal
de los Derechos Humanos, artículos 23 y 25,
interdependientes por su
conexión sustantiva.Por su parte el
de la Constitución de la
artículo91
República Bolivariana de Venezuela (1999), indican que el trabajo debe ser
debidamente remunerado, esto es una remuneración justa o salario justo, y
asimismo
que debe procurarse por vía de salario mínimo bienestar y
existencia digna al trabajador.
Debe entonces,
distinguirse los conceptos salario justo y salario
mínimo, ambos de rango constitucional y supra legal. El salario mínimo no
75
satisface ni agota los alcances del concepto salario justo pues este último es
más amplio y complejo. Y por otra parte el salario justo no queda satisfecho
con una política de salarios mínimos. Así y a manera de ejemplo se puede
afirmar que en Venezuela una gran cantidad de conflictos individuales, sobre
todo en el Sector Público, obedecen a problemas de salario justo y no de
salario mínimo.
Lo
anterior,
tiene
relación
contraprestación debida. La doctrina
con
el
tema
del
salario
como
coincide en que el salario es un
elemento esencial de la relación o vínculo laboral. Sin salario,
sin
remuneración, no hay relación de trabajo. El salario por su parte y según el
artículo 91 de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela
(1999)), y 1 del Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo es
remunerador, esto es, se trata de una contraprestación justa y debida.
Por tratarse de un contrato sinalagmático y conmutativo, elemento
decisivo, existe
y debe existir una cierta proporción y equilibrio entre
prestaciones y contraprestaciones con motivo del trabajo, así como una
obligación de cumplimiento, dado que una prestación es la causa jurídica de
la otra y viceversa.
Entonces, de conformidad con los artículos 91 Constitucional, 1 del
Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, 177 y 162 de
laLey Orgánica del Trabajo, y la doctrina sobre la materia, el salario es una
76
contraprestación a cargo del patrono por motivo del contrato de trabajo, que
es un contrato realidad o una relación de trabajo. Indica el artículo 1 del
Convenio 95 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por
Venezuela:
A los efectos del presente convenio, el termino salario significa la
remuneración o ganancia, sea cual fuere
su denominación o
método de cálculo, siempre que pueda evaluarse en efectivo,
fijada por acuerdo o por la legislación nacional, y debida por un
empleador a un trabajador en virtud de un contrato de trabajo,
escrito o verbal, por el trabajo que este último haya efectuado o
deba efectuar o por servicios que haya prestado o deba prestar
Se deduce, la existencia de una relación sinalagmática y conmutativa,
esto significa la existencia de
cierto equilibrio y proporción
contraprestaciones pues una (el trabajo concreto
en las
materializado en
obligaciones comportamientos y actuaciones) presupone necesariamente a
la otra (remuneración debida como contraprestación).
Desde este punto de vista, las prestaciones y contraprestaciones
(trabajo y salario) guardan un cierto equilibrio y proporción intrínseco
originado en la relación de trabajo, y el patrono está obligado a remunerar la
prestación pues ésta es el origen de su obligación. Es por tanto ilícito no
remunerar el trabajo que ha sido
prestado en los términos propios del
contrato de trabajo, que es una realidad y no un convenio.
77
2.1.2.3. DERECHO AL TRABAJO Y A LA ESTABILIDAD SOCIAL
En la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) es
de neto corte social. El preámbulo, de la misma recoge la búsqueda del bien
común, la justicia social, el derecho al aseguramiento del trabajo y la
preservación de los derechos humanos, bajo el signo de una democracia
participativa y protagónica, y un Estado de justicia social. Para poder
garantizar todo lo señalado, es menester el predominio de una sociedad
igualitaria y sin discriminaciones, que defienda y sostenga el desarrollo de la
persona y el respeto a su dignidad.
El desarrollo de la persona sólo se logra, a través del acceso de ella a
un trabajo digno, adecuado y permanente (estable), que le garantice ingresos
para poder sostenerse a sí misma y a su grupo familiar y, además, para
existir
plenamente
(junto
con
su
grupo
familiar)
en
su
entorno,
desarrollándose cabalmente. Es decir, que el trabajador pueda contar con un
futuro material.
En este sentido, este aspectodel futuro material de los trabajadores, a
través de un empleo seguro, es lo que permite comprender la importancia de
la relación laboral adecuada y estable. Así, podría señalarse, la importancia
del derecho al trabajo después del derecho a la vida, quizás el trabajo es el
derecho humano más importante, porque toca el tema de la subsistencia y,
evidentemente la actividad laboral debe desarrollarse en condiciones de
dignidad.Es interesante traer a colación, lo que ha señalado el informe de la
78
Organización Internacional del Trabajo, en la 89ª Reunión de junio del año
2001, sobre lo que ese ente denomina trabajo decente (OIT, 2001):
La mejor expresión de la meta del trabajo decente es la visión que
tiene de él la gente. Se trata de un puesto de trabajo y sus
perspectivas futuras, de sus condiciones de trabajo, del equilibrio
entre el trabajo y la vida familiar, de la posibilidad de enviar a sus
hijos a la escuela o retirarlos del trabajo infantil. Se trata de la
igualdad de reconocimiento y de la capacitación de las mujeres
para que puedan tomar decisiones y asumir el control de su vida.
Se trata de las capacidades personales para competir en el
mercado, de mantenerse al día con las nuevas calificaciones
tecnológicas y de preservar la salud. Se trata de desarrollar las
calificaciones empresariales y de recibir una parte equitativa de la
riqueza que se ha ayudado a crear y de no ser objeto de
discriminación; se trata de tener una voz en el lugar de trabajo y
en la comunidad. En las situaciones más extremas, se trata de
pasar de la subsistencia a la existencia. Para muchos es la vía
fundamental para salir de la pobreza. Para muchos otros, se trata
de realizar las aspiraciones personales en la existencia diaria y de
manifestar solidaridad para con los demás. Y en todas partes, y
para todos, el trabajo decente es un medio para garantizar la
dignidad humana...El trabajo decente ofrece, pues, un medio para
combinar el empleo, los derechos, la protección social y el diálogo
social en las estrategias de desarrollo.
En los actuales momentos en Venezuela, se compromete con el
desarrollo de sus habitantes y de su sociedad, para obtener un estado de
satisfacción, que le permita prosperidad, dado el gravísimo momento de
pobreza crítica y de desnutrición que azota a la mayor parte de su población,
que vive en miserables ranchos, pese a la inmensa fortuna que ha salido de
los pozos petroleros de este país.
No es casualidad, la pobreza que sufre Latinoamérica y en especial
Venezuela, la cual golpea a la clase intermedia, llevándola a niveles
79
extremos nunca antes conocidos, y también a la clase obrera y a los
trabajadores informales. Ello se localiza cuando se observa la proletarización
de los niveles medios, hasta casi la desaparición de la clase media y también
en el éxodo de profesionales universitarios hacia países avanzados, lo cual
representa la dolorosa y grave fuga de cerebros, que luego de grandes
esfuerzos para formarlos, resulta sumamente difícil recuperarlo. Y en los
estratos más bajos, los graves números de la pobreza crítica, que lleva a la
población a la indigencia, sin lugar a dudas.
Esta situación permite diagnosticar, que es necesario atacar ese flagelo
de la pobreza, y de allí que el trabajo sea un proceso primordial para
Venezuela. La disminución sustancial de los niveles de desempleo, a través
del establecimiento de relaciones laborales apropiadas y permanentes será
un factor esencial e importante para la baja de las altas tasas o porcentajes
de inseguridad ciudadana (delincuencia urbana y rural), reducción de los
explosivos números de la desnutrición, pobreza crítica y carencias sanitarias,
la limitación de los juegos de envite y azar (que se traduce en grandes masas
de personas dedicadas a la vagancia, el ocio y otras actividades
deplorables), el combate a la prostitución y a las drogas.
A causa de esto, el Estado tiene como proceso fundamental al trabajo.
Pues bien, desde otro ángulo, puede observarse que el trabajo adecuado y
permanente, permite garantizar al trabajador el acceso a los planes de
vivienda, a la adquisición de bienes y servicios, de hospitalización, medicinas
80
y seguridad social. En consecuencia, los servicios de comedores en la
empresa, y así mismo, a disciplinarse en el uso de los implementos de
higiene y seguridad y en la existencia de un lugar de trabajo adecuado (lo
cual impide o limita los infortunios laborales).
No de debe olvidarse que cubiertas las necesidades básicas de un
trabajador, el cual reciba capacitación para desarrollar sus trabajo, que
cuente con un buen ambiente y condiciones de higiene y seguridad en el
mismo, que reciba y use sus implementos para efectuar su actividad, que se
siente a gusto en su empresa, porque recibe una remuneración justa,
constituye una barrera para que se produzcan desgracias en las fábricas y
establecimientos, y es un elemento vital en la productividad.
Por consecuencia, la garantía de una relación laboral justa y estable
reside en el Estado, pues innegablemente la realidad del campo de trabajo
indica que, normalmente, existen manejos y vicios que disminuyen los
derechos del trabajador, por ejemplo: extensión arbitraria de la jornada
laboral (sin retribución y sin consideración de las fuerzas físicas y psíquicas
del trabajador), engañoen los pagos (cesta-ticket, bonos, entre otros.), la no
inscripción en el seguro social obligatorio, pagos por debajo del salario
mínimo y otras situaciones.
Por ende, no puede olvidarse que muchas veces se pretende esconder
una relación de trabajo bajo formas distintas, para hacerlas aparecer como
81
otro tipo de contrato (arrendamiento, concesión, sociedad, entre otras.).
Casos laborales que se conocen con el nombre de simulación contractual o
fraude laboral, los cuales buscan burlar la aplicación de las normas del
trabajo y la legislación social. Ello no debía ocurrir y por eso, resulta
necesaria la creación de los mecanismos directos de control y supervisión al
respecto.
Por consiguiente, la importancia y trascendencia de la intervención del
Estado, como órgano protector de una relación laboral adecuada y estable,
ya que realmente, en otras situaciones, el trabajador está totalmente
desasistido, pues una relación laboral irregular (donde no existe estabilidad,
ni un salario justo y remunerador, donde carezca de seguro para enfrentar
las enfermedades personales y las del grupo familiar, donde no se le
garantice buenas condiciones de trabajo, ambiente adecuado e implementos
para su labor, entre otros) es una calamidad tanto para ese trabajador, para
la sociedad y para el país, en general.
En referencia, a la estabilidad en el trabajo, el artículo 93 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999) consagra: “La
ley garantizará la estabilidad en el trabajo y dispondrá lo conducente para
limitar toda forma de despido no justificado. Los despidos contrarios a esta
Constitución son nulos”.
Es importante resaltar, de acuerdo con los principios expuestos con
relación al criterio internacional que regula la estabilidad laboral, al igual que
la Constitución Nacional en el artículo 93, y lo dispuesto en la Ley Orgánica
82
del Trabajo, la prioridad está orientada a evitar el despido injustificado. No
obstante, de acuerdo a lo señalado por Oberto (2002, p. 23), “la Ley
Orgánica del Trabajo a diferencia de la disposición constitucional y de los
decretos de inamovilidad especial vigentes desde abril del año 2002”,
reconoce a los trabajadores las indemnizaciones correspondientes si tal
despido ocurre, sentando las bases para un debate doctrinal sobre la
aparente contradicción entre los dos instrumentos normativos.
Según
(www.GrupoBologna.wordpress.com
Castilla
La
Mancha,
08/03/2012).Igualmente, de acuerdo a lo establecido con la naturaleza del
principio del derecho al trabajo y el derecho a la estabilidad en el empleo
constituyen dos prerrogativas inherentes a la dignidad de la persona humana.
Es por ello, que la Organización Internacional del Trabajo y la legislación
nacional vigente se respaldan en un concepto protector e integrativo, el
trabajo decente, orientado a garantizar no sólo la permanencia y seguridad
dentro del empleo.
De igual manera el mismo se encuentra inmerso dentro de una serie de
elementos vinculados a la esencia del ser humano, y cuya convergencia
determina el carácter ético del trabajo a objeto de garantizar empleos en
cantidad y calidad, y además recuperar el sentido de dignidad que para el
hombre tiene el trabajo
En general, dichos principios, buscando el bienestar social, económico,
psicológico y de salud de los trabajadores, marcan una tendencia natural de
prestación de servicios personal y subordinada, mediante un vínculo por
83
tiempo indeterminado, en tanto que los contratos por obra determinada o por
tiempo determinado constituyen la forma atípica de la prestación del servicio.
La regla es el tiempo indeterminado; la excepción, es lo temporal, la
transitoriedad, que puede derivarse de un acuerdo de voluntades mediante el
cual el patrono y el trabajador establecen anticipadamente un momento fijo o
el acontecimiento de una circunstancia laboral que determina la conclusión
de la relación de trabajo.
Por su parte, de acuerdo a lo expresado por Oberto (2002, p. 28),
señala el derecho que tiene el trabajador a conservar el empleo por todo el
tiempo en que la naturaleza misma de la relación se lo pida. En este sentido,
la temporalidad no debe estar sujeta al capricho y arbitrariedad del patrón ya
que sería contraria al principio de la estabilidad en el empleo.
En Venezuela, doctrinariamente, se considera que existen dos clases
de estabilidad, la absoluta y la relativa. De conformidad con la Ley Orgánica
del Trabajo (1997), la estabilidad relativa se establece como el régimen
general
aplicable
al
trabajo
subordinado
o
dependiente
(Artículo
112ejusdem), mientras que la estabilidad absoluta se muestra como una
limitada especie de excepción, reservada a contingentes específicos de
trabajadores expresamente contemplados en la norma, es decir la Ley
Orgánica del Trabajo (1997), y la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y
Medio Ambiente del Trabajo. (2005).
84
Por consiguiente, en los actuales momentos en Venezuela existe una
marcada predisposición en la legislación al establecimiento de la estabilidad
absoluta, lo cual se pone de manifiesto con la promulgación de Decretos
Presidenciales de Inamovilidad Laboral Especial, vigentes desde abril del año
2002 abarcando la última de sus prórrogas hasta el 31 de Diciembre de
2008, los cuales comprenden a los trabajadores que devenguen hasta tres
(3) salarios mínimos. Paralelamente, se encentra en discusión la propuesta
de Ley Orgánica de Estabilidad en el Trabajo (L.O.E.T.).
En resumen se infiere una fuerte inclinación hacia la rigidez normativa
del trabajo lo que probablemente coloca al Derecho del Trabajo venezolano,
apartado del proceso flexibilizador del mercado de trabajo, hacia el cual se
encamina un gran número de países en el mundo, con el fin de adaptarse a
los cambios económicos y tecnológicos que se experimentan en el planeta, y
enfrentar las fuertes crisis que los mismos generan en las economías
nacionales.
2.1.2.4. DERECHO A LA CONTRATACIÓN COLECTIVA
Los derechos de sindicación, a la negociación colectiva, a la solución
pacífica de los conflictos y a la huelga son los derechos colectivos básicos o
fundamentales de los trabajadores, que con base constitucional (Arts. 95, 96
y 97), su ejercicio se les garantiza. Resulta conveniente destacar que la
85
situación de los funcionarios públicos ha sido diversa, tanto en los textos
constitucionales como en el ordenamiento jurídico laboral.
Por su parte, la Constitución de 1961,no establecía nada en cuanto a
derechos colectivos de los funcionarios públicos, se limitó a establecer lo
relativo a los aspectos concernientes a la
carrera administrativa y las
circunstancias que debían ser objeto de regulación a través de una Ley
(Artículo. 122).Como señalaParra(1999, p. 49), “tiene defectos por su origen
humano y por enunciar la ideología predominante en un espacio y en un
tiempo dados. Si se considera que ésta ha cambiado, luce lógica la
necesidad de reactualizarla para que exprese los nuevos valores”
En este sentido, la Constitución de la
República
Bolivariana
de
Venezuela (1999), dispone expresamente que todos los trabajadores del
sector público y del privado “tienen derecho a la negociación colectiva
voluntaria y a celebrar convenciones colectivas de trabajo, sin más requisitos
que los que establezca la ley” (Articulo 96), y tienen derecho a la huelga
(Articulo 97). En cuanto al derecho de sindicación, es reconocido a todos los
trabajadores “sin distinción alguna y sin necesidad de autorización previa”
(Artículo 95).
Asimismo, en la exposición de motivos de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), no se indica sobre las razones
para reconocer tales derechos a los trabajadores del sector público, se limita
a señalar en forma general: “En el campo laboral se reconocen los derechos
86
individuales al trabajo, a la estabilidad y a las vacaciones, así como los
derechos colectivos de sindicalización, contratación colectiva y derecho a la
huelga por parte de los trabajadores y de las trabajadoras”.
Por su parte, autores como Brewer (2002, p. 21), consideran que debió
establecerse una distinción a los efectos de los derechos a la contratación
colectiva y a la huelga, entre el sector público y el sector privado, criterio que
consideramos razonable, dada la circunstancia del sector público en
Venezuela.
Para, García (1991, p.241), en su última edición, conceptualiza a la
negociación colectiva como “sistema de sustanciación de conflictos
colectivos de trabajo”, y la define como “el procedimiento utilizado para llegar
a un convenio colectivo que ponga fin al conflicto o satisfaga la pretensión
deducida por una de las partes interesadas cuando aquél o ésta se dan”. De
esta forma se está en presencia de las negociaciones y conflictos colectivos
que surgen entre los sujetos laborales, para modificar las condiciones de
trabajo, como establece la legislación laboral venezolana (Art. 469 Ley
Orgánica del Trabajo).
Por su parte, la negociación colectiva, de acuerdo a Rojas (2003),
representa un instrumento de canalización que opera en las relaciones
laborales entre las dos fuerzas, empresa-trabajo, percibiéndose a través de
87
ésta una demostración de la necesidad de equilibrar lo económico con lo
social y jurídico dentro de la empresa contemporánea.
Por consiguiente, en la legislación venezolana del trabajo hay la
tendencia a confundir el procedimiento de negociación con los conflictos
colectivos, y autores como Villasmil (2009, p. 11), señalan la necesidad de
diferenciar ambos institutos, precisando que tal confusión responde a un
criterio funcional, por la tendencia limitativa de la huelga, y que el conflicto
“es un momento secuencial y necesariamente terminal de la negociación lo
que explica el procesalismo del sistema de negociación colectiva que la Ley
consagra”
Siguiendo a este mismo autor, cabe destacar que en la legislación
vigente se consagra la sindicalización del conflicto y de la negociación
(Articulo 469 Ley Orgánica del Trabajo de 1997), haciendo aparecer al
sindicato como un actor privilegiado y exclusivo frente a dos procesos vitales
para la caracterización de un sistema de relaciones laborales.
Esto resulta claramente inconstitucional, por cuanto la Constitución de
1961 (Articulo 92), reconocía el derecho de huelga a las coaliciones o grupos
de trabajadores, con las mismas facultades de los sindicatos en este
aspecto, y la Constitución de 1999, reconoce a “todos los trabajadores” el
derecho a la negociación colectiva y a celebrar convenciones colectivas de
trabajo (Articulo 96), y el derecho a la huelga (Articulo97)
88
Asimismo, Villasmil(2009, p. 12), también expone sobre el ámbito de la
negociación colectiva, determinando su vigencia en atención a tres criterios:
subjetivo o personal, que define a los trabajadores amparados por la
convención colectiva; objetivo o espacial, referido a la vigencia territorial de la
convención,
rigiéndose
según
el
caso
por
empresa
(negociación
descentralizada) o por toda una rama de actividad (negociación centralizada);
y temporal, que define la duración de la convención.
De lo indicado se desprende, que atendiendo a la vigencia espacial de
la convención colectiva, la Ley Orgánica del Trabajo reúne los dos modelos
de negociación que tradicionalmente han existido en la legislación
venezolana: Negociación Descentralizada o a nivel de la Empresa (Capítulos
III y IV del Título VII) y Negociación Centralizada o de Rama de Actividad
(Capítulo V del mismo Título).
2.1.2.5. DERECHO A LA LIBERTAD SINDICAL
En lo referente a la libertad sindical, en Venezuela se ha ratificado las
normas internacionales aplicables a la libertad sindical y negociación
colectiva contenidas en los Convenios 87 y 98 de la Organización
Internacional del Trabajo. El Convenio 87 el cual establece el derecho de los
trabajadores y empleadores, sin ninguna distinción y sin autorización previa,
de constituir las organizaciones que estimen conveniente, así como el de
89
afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de observar los
estatutos de las mismas.
En este sentido, se reconoce en ese instrumento el derecho de elegir
libremente a sus representantes, el de organizar su administración y sus
actividades y el de formular su programa de acciones. Se agrega que las
autoridades públicas deberán abstenerse de toda intervención que tienda a
limitar ese derecho o a entorpecer su ejercicio legal.
En este sentido, el soporte de del convenio in comento internacional
obliga a las autoridades públicas a mantenerse al margen del sistema
organizativo sindical. Por eso es que, tanto este convenio como la
Constitución vigente, limitan la actuación del Estado en la reglamentación de
la constitución y funcionamiento de los sindicatos.
Por lo tanto, el Convenio Nº 98 de la Organización Internacional del
Trabajo (1949), relativo a la aplicación de los principios del derecho de
sindicación y de negociación colectiva, ratificado por Venezuela, que ha
servido de base al texto constitucional, por supuesto, a la misma Ley in
comento, permite que exista en Venezuela, una normativa garantizadora de
la libertad sindical y del derecho a la negociación colectiva.
A este respecto, la libertad sindical, se compone de la
libertad
fundamental, constituida por dos planos o niveles simultáneos; un plano
individual en el cual los trabajadores individualmente considerados tienen el
derecho de organizarse entre sí para la defensa de sus intereses comunes
90
en la sociedad y junto a éste, un plano colectivo en el que se garantiza que
las organizaciones constituidas en el ejercicio de esa libertad, tendrán
también el derecho, y consecuentemente la garantía, de existir, funcionar y
cumplir libremente con los fines para los cuales fueron constituidas.
Asimismo, como derecho fundamental, la libertad sindical puede
encontrar su plena vigencia a partir de los enunciados constitucionales y de
las normas internacionales que la establecen, también se requiere de
regulaciones mucho más específicas en cada ámbito nacional. Se trata en
este caso de normas ordinarias, dirigidas a los eventuales infractores,
Estado, empresarios o sus organizaciones, trabajadores y sindicatos de
trabajadores, destinadas a garantizar la vigencia efectiva de la libertad
sindical.
Por su parte, el Comité de Libertad Sindical (2006, p.47), ha
desarrollado ampliamente esta garantía de la libertad de constitución, al
señalar:"El principio de la libertad sindical podría llegar a ser muchas veces
letra muerta si para crear una organización sindical los trabajadores”
tuviesen que obtener un permiso cualquiera, ya revista la forma de una
licencia para fundar la organización sindical propiamente dicha, de una
sanción discrecional de sus estatutos o de su reglamento administrativo o de
alguna autorización previa indispensable para proceder a su creación.
Sin embargo, los fundadores de cualquier sindicato deben observar los
requisitos de publicidad u otros análogos que pueden regir de acuerdo con
91
determinada legislación, tales requisitos no deben equivaler prácticamente a
una autorización previa ni constituir un obstáculo para la creación de una
organización hasta el punto de constituir en los hechos una prohibición pura y
simple.
Por consiguiente, la actividad del sindicato presume que las
organizaciones de trabajadores se organizan con un objeto genérico y
amplio, sin que resulte posible que la acción del Estado limite sus
actividades. Lo cual implicaría, entender que el Estado restringe la libertad de
constitución cuando limita las relaciones de las organizaciones sindicales con
otras organizaciones o personas que también actúan en la sociedad o
cuando se limitan ilegítimamente los fines para los cuales pueden constituirse
las organizaciones de trabajadores.
2.1.2.6. DERECHO A LA HUELGA
En Venezuela, la huelga es un derecho humano laboral reconocido
tanto por la Constitución como por Convenios Internacionales de derechos
humanos. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),
en su artículo 97, lo consagra en los siguientes términos: “Todos los
trabajadores y trabajadoras del sector público y del privado tienen derecho a
la huelga, dentro de las condiciones que establezca la ley”.
Generalmente, los trabajadores la usan para exigirle a los patronos
mejores condiciones laborales y económicas. Ahora bien, la historia del
92
proceso de lucha social en el mundo, nos enseña, que en algunos
momentos, la huelga deja de ser un instrumento de lucha sólo de los
trabajadores y es usada por otros sectores sociales.
En fin, el ejercicio legítimo del derecho a huelga de carácter general e
indefinido no debe afectar a otros ciudadanos el ejercicio de derechos
fundamentales. En caso de que esté ocurra, el Estado tiene la obligación de
adoptar medidas adecuadas para evitarlo. De acuerdo al artículo 203 del
Reglamento de la Ley Orgánica del Trabajo (2006), la huelga supone la
suspensión colectiva de las labores y cualquier otra medida que altere el
normal desenvolvimiento del proceso productivo, concertada por los
trabajadores involucrados en un conflicto colectivo de trabajo para la defensa
y promoción de sus intereses.
2.1.2.7. DERECHO A LA SEGURIDAD SOCIAL
En Venezuela, el área de la seguridad y salud en el trabajo se ha
caracterizado por la ausencia de políticas adecuadas que permitan el
desempeño de una acción eficaz tanto por parte de empleadores y
trabajadores, como de los organismos oficiales encargados de la materia.
Es evidente, ante la ausencia de políticas coherentes por parte de los
organismos empresariales y sindicales, así como la existencia de múltiples
organismos (Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, Ministerio del
93
Poder Popular para la Salud y Protección Social, Ministerio del Poder Popular
para el Trabajo yla Seguridad Social, Instituto Nacional de Prevención, Salud
y Seguridad Laborales, Ministerio del Poder Popular para el Ambiente,
Ministerio del Poder Popular para la Energía y Petróleos).
Desarrollan su acción, con escasez de recursos, sin una mínima
coordinación entre ellos, sin programas actualizados, con solapamiento de
funciones y sin una adecuada planificación de actividades, lo que hace muy
reducida y poco efectiva su acción sobre la problemática de la seguridad y
saluden el trabajo.
Por otra parte, la reforma de la Ley Orgánica de Prevención,
Condiciones yMedioAmbiente del Trabajo (2005), ha ubicado el tema de la
salud de los trabajadores en la agenda de los actores sociales. Los
trabajadores han asumido un rol protagónico expresado en un incremento de
las denuncias sobre condiciones que afectan su salud y en la elección de
más de 62.000 delegados de prevención entre los años 2005/2006 y 2007,
superando en un 171%, la cifra estimada para el año 2007. (Agencia
Bolivariana de Noticias, 2008). Por otra parte, los empleadores han
comenzado a incorporar en sus metas productivas el elemento de mejora de
las condiciones del ambiente laboral.
2.1.2.8. DEBIDO PROCESO
En esta línea, Bustamante (2002), sostiene lo siguiente, la dimensión
material del debido proceso exige que todos los actos de poder, sean normas
jurídicas, actos administrativos o resoluciones judiciales, inclusive, sean
94
justos, es decir, que sean razonables y respetuosos de los valores
superiores, de los derechos fundamentales y de los demás bienes jurídicos
constitucionalmente protegidos, a tal punto que su inobservancia debe ser
sancionada con la inaplicación de aquel acto o con su invalidez.
De ese modo, un acto será considerado arbitrario, y por tanto lesivo del
derecho fundamental a un debido proceso sustantivo, si no se sujeta a
parámetros de razonabilidad; es decir, si su fin no es lícito en tanto vulnera
un derecho o un bien jurídico de mayor jerarquía que el que pretenden
protegerse– y los medios para alcanzarlo no son proporcionales en tanto no
respetan los principios de adecuación, necesidad y proporcionalidad en
estricto.
En este sentidos, las leyes y normas, además de los actos de autoridad
requieran para su validez, no sólo haber sido promulgados por órganos
competentes y procedimientos debidos, sino también pasar la revisión de
fondo por su concordancia con las normas, principios y valores supremos de
la Constitución (formal y material), como son los de orden, paz, seguridad,
justicia, libertad, etc., que se configuran como patrones de razonabilidad.
Es decir, que una norma o acto público o privado sólo es válido cuando,
además de su conformidad formal con la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), esté razonablemente fundado y justificado
95
conforme a la ideología constitucional. De esta manera se procura, no sólo
que la ley no sea irracional, arbitraria o caprichosa, sino además que los
medios seleccionados tengan una relación real y sustancial con su objeto.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en
sus artículos 49 y 51; la Declaración Universal, artículos 10 y 11; Declaración
Americana artículo 25; el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos
en su artículo 14 y la Convención Americana en su artículo 8, contemplan el
derecho al debido proceso.
Al respecto, La Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia a
señalado que:
El derecho al debido proceso se consagra como un derecho
fundamental, tendente a resguardar todas las garantías indispensables que
deben existir en todo proceso para lograr una tutela judicial efectiva. En este
sentido, la Sala, mediante decisión del 15 de marzo de 2000, (caso: Enrique
Méndez Labrador), señaló la necesidad de que cualquiera sea la vía procesal
escogida para la defensa de los derechos o intereses legítimos, las leyes
procesales deben garantizar la existencia de un procedimiento que asegure
el derecho de defensa de la parte y la posibilidad de una tutela judicial
efectiva.
El propio Supremo Tribunal, con relación al derecho de defensa señala
en decisión de Sala Político Administrativa de fecha 26-06-2001, que se
96
concibe el derecho a la defensa, entre otras manifestaciones, como el
derecho a ser oído, puesto que no podría hablarse de defensa alguna, si el
administrado no cuenta con esta posibilidad; el derecho a ser notificado de la
decisión administrativa a los efectos de que le sea posible al particular.
Presentar los alegatos que en su defensa pueda aportar al
procedimiento, más aún si se trata de un procedimiento que ha sido iniciado
de oficio; el derecho a tener acceso al expediente, justamente con el
propósito de examinar en cualquier estado del procedimiento, las actas que
lo componen, de tal manera que con ello pueda el particular obtener un real
seguimiento de lo que acontece en su expediente administrativo.
2.1.3 JURISPRUDENCIA SOBRE LAS GARANTÍAS DE LOS DERECHOS
LABORALES
Al referirse a los Principios o Garantías que establecen la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela (1999), puede señalarse, que son
los criterios, directrices, reglas y orientaciones que rigen las diversas
situaciones que pueden surgir en cualquier proceso, como la actuación de las
partes, sus representantes judiciales y operadores de justicia.
En este sentido, es preciso verificar el primer de los Principios o
Garantías Constitucionales es el llamado acceso a la justicia, también
conocido como Derecho a la Tutela Judicial Efectiva establecido en el
artículo 26 ejusdem y que consiste en el derecho inalienable que tienen todos
97
los justiciables de poder acceder a la tutela efectiva de sus derechos e
intereses, mediante la aplicación de mecanismos legales que garanticen una
justicia objetiva, imparcial y transparente.
Constituyen una disposición de fructíferos resultados, que ha dado lugar
al desarrollo y obtención de una tutela judicial inmediata, que comporta
además como características la de obtener una decisión motivada, que se
pronuncie sobre todos los argumentos esgrimidos; a la ejecución de la
sentencia; a intentar todas las acciones y recursos procedentes en vía
judicial.
Al llegar a este punto, la tutela no puede ser efectiva, al no aplicar el
Segundo Principio o Garantía Constitucional, también el
Debido Proceso
Constitucional, consagrado en el artículo 49 de la Constitución Nacional de la
República Bolivariana de Venezuela (1999), en este sentido le incumbe al
Estado avalar una justicia caracterizada por elementos de suma importancia
tales
como
Transparencia,
la
Gratuidad,
Autonomía,
Accesibilidad,
Independencia,
Imparcialidad,
Responsabilidad,
Idoneidad,
Equidad,
Rapidez e Informalidad, para así alcanzar la justicia como valor superior del
Ordenamiento Jurídico Constitucional.
Al mismo tiempo, así como la tutela judicial efectiva y el debido proceso
Constitucional, solicitan de un tercer Principio o Garantía Constitucional,
designado Protección del Estado al Trabajo como Hecho Social, determinado
98
en el artículo 89 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela (1999), por la cual se instituye la necesidad para el Estado de la
Protección al Trabajo como hecho Social, la Intangibilidad, la Progresividad
de los Derechos y Beneficios Laborales, la Prioridad de la Realidad sobre las
formas o apariencias, la Irrenunciabilidad de los Derechos Laborales y el
denominado In dubio Pro Operario.
Cabe señalar que, así como la tutela judicial efectiva, el debido proceso
constitucional y la protección del Estado al trabajo como hecho social, no
pueden pronunciarsey tampoco tener eficacia plena sin el cuarto Principio o
Garantía Constitucional, acreditado como justicia y proceso, determinado en
el artículo 257 de la Constitución Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela(1999), en el cual se establece textualmente que:
El proceso constituye un instrumento fundamental para la
realización de la justicia. Las leyes procesales establecerán la
simplificación, uniformidad y eficacia de los trámites y adoptarán
un procedimiento breve, oral y público. No se sacrificará la justicia
por la omisión de formalidades no esenciales.
2.1.3.1. SENTENCIA ASUNTO: NP11-O-2011-000006
Según sentencia asunto: NP11-O-2011-000006 del juzgado primero de
primera instancia de juicio del nuevo régimen Procesal y transitorio del
trabajo de la circunscripción Judicial del estado Monagas de facha Primero
(01) de Junio del año dos mil once (2011), el caso José AngelGuainet y Sixto
José Valdez contra Obras Públicas Estadales del Estado Monagas, se
expreso lo siguiente:
99
Ha sido criterio pacífico y reiterado de esta Sala Constitucional,
que el conocimiento de las acciones referidas a providencias
administrativas emanadas de las Inspectorías del Trabajo,
corresponde a la jurisdicción contenciosa administrativa. “Artículo
259. La jurisdicción contencioso administrativa corresponde al
Tribunal Supremo de Justicia y a los demás tribunales que
determine la ley. (…). Así las cosas, si bien es cierto que el
referido artículo 259 establece una regla general, existen algunas
excepciones, como es el caso de la jurisdicción especial agraria,
que conoce asuntos que versan sobre aspectos del contencioso
administrativo, pero que por la especialidad de la materia y la
protección constitucional reconocida a la misma, han sido
reservados a los tribunales agrarios (artículo 269 de la Ley de
Reforma Parcial del Decreto con Fuerza y Rango de Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario). En vista de esta situación, considera
oportuno la Sala revisar los criterios de interpretación de esta
norma constitucional, que ha venido aplicando de manera pacífica
y reiterada en casos como el de autos, a fin de garantizar la
efectiva vigencia y respeto de los derechos y garantías
consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela.
En efecto, los órganos jurisdiccionales especializados en los
conceptos debatidos en las distintas pretensiones que se planteen
en relación con los actos administrativos dictados por los
Inspectores del Trabajo (derecho al trabajo y a la estabilidad en el
trabajo), sea que se trate, entre otras, de la pretensión de nulidad
a través del recurso contencioso administrativo, sean las
pretensiones relativas a la inejecución de dichos actos como
consecuencia de la inactividad de la Administración autora o bien
del sujeto obligado -el patrono o el trabajador- para su ejecución o,
por último, sea que se trate de pretensiones de amparo
constitucional con fundamento en lesiones que sean causadas por
el contenido o por la ausencia de ejecución de dichos actos
administrativos; son los tribunales del trabajo. Así se declara.
Continúa el Tribunal:
De acuerdo a lo planteado, a criterio de quien decide, los hechos,
actos u omisiones que conforman la pretensión de derechos
conculcados, constituyen una flagrante violación de desacato a
una orden administrativa, por lo tanto la vía extraordinaria de
amparo debe prosperar, pues, no tiene el recurrente otro medio o
100
vía idónea para lograr la satisfacción o restitución de los derechos
señalados como menoscabados, siendo un estado de indefensión
que pese a todas las diligencias tendientes a lograrlo, dicho
cumplimiento ha sido infructuoso por parte de la propia
Administración, quedando solo acudir a la vía del procedimiento de
Amparo, como lo hizo los recurrentes; en consecuencia, este
Tribunal actuando en sede Constitucional debe declarar Con Lugar
el Amparo solicitado, todo ello, a fin de garantizar el Derecho al
Trabajo y de Estabilidad laboral, consagrado en los artículos 87 y
93 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y
deberá la agraviante OBRAS PUBLICAS ESTADALES, dar
cumplimiento inmediato a lo ordenado en la Providencia
Administrativa Nº 00161-10, de fecha once (11) de Mayo de 2010,
emanada por la Inspectoría del Trabajo del Estado Monagas, en el
expediente signado con el N° 044-2010-01-00063. Así se declara.
De lo anterior, el recurso de amparo reside en una demanda la cual es
introducida ante un juez para obligar al infractor a restituir una situación
jurídica anterior y cuyo quebrantamiento perjudica al demandante. Al mismo
tiempo, es importante contar con la asistencia de un abogado y el
procedimiento es relativamente breve, al menos comparándolo con el juicio
ordinario.
De igual modo, los derechos propios del hombre por su naturaleza, se
han devenido en garantías de carácter constitucional, que son recogidas en
garantías fundamentales, las cuales pregonan que esos derechos son
inviolables y no pueden ser desconocidos ni por los propios ciudadanos, no
por ninguna autoridad formal, ni jerárquica, por más importante que esta sea.
Esta idea se afinca en el derecho que la personalidad humana, su dignidad
es de carácter inalienable y no pueden ser desconocidos.
101
De esta circunstancia nace el hecho de que, la acción de amparo es de
naturaleza constitucional y garantiza los derechos laborales consagrados en
la Constitución Nacional (1999), ya que es inconcebible que la jerarquía de
esos derechos inherentes al hombre fuesen discriminados de esa acción.
De todos modos, en la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela (1999),instituye una protección especial a los derechos de los
trabajadores y del mismo modo la Ley Orgánica del Trabajo (1997), en sus
diferentes artículos, además acompañada de su reglamento, garantizan
aquellos derechos que son objeto de protección por parte de la acción de
amparo,
es decir, aquellos derechos y garantías establecidas en la
Constitución y en las demás leyes sociales del País.
Es prudente advertir que, las características de los derechos laborales,
tienen su origen en su naturaleza perentoria y la dependencia que tienen los
mismos del trabajador, estas características son: La celeridad, La oralidad, la
gratuidad, la efectividad y la no discriminación. Eso es pues, la acción de
amparo debe ser un procedimiento breve y sumario, y el juez competente en
este procedimiento, el Juez de Primera Instancia Laboral, tiene la facultad de
reestablecer inmediatamente la situación jurídica infringida de la otra
persona. En los actuales momentos, es un mecanismo que garantiza a los
trabajadores, a sus organizadores sindicales o a sus dirigentes, los principios
de justicia laboral.
102
2.1.3.2. SENTENCIA Exp. Nº 7372-09
Según
sentencia Exp. Nº 7372-09, del tribunal primero de primera
instancia de juicio del trabajo de la circunscripción judicial del estado Mérida
de fecha 02 de abril de 2009, el caso Alfredo José González Rugelescontra
La Universidad Nacional Experimental Politécnica de la Fuerza Armada
(UNEFA), en la persona del ciudadano Rector V.A. Franklin Mauricio Zeltzer
Malpica y la ciudadana Decana Lic. Nguyen Manrique Molina., se expreso lo
siguiente:
De la Denuncia:
El presunto agraviado, denuncia la violación de los derechos
constitucionales, consagrados en los artículos 49, 87, 89, 93 y 94,
es decir, el derecho al debido proceso, el derecho al trabajo y, el
derecho a percibir un salario digno, por ser destituido del cargo de
Instructor a tiempo completo que venia desempeñando en la
Universidad Nacional Politécnica de la Fuerzas Armadas
(UNEFA), por parte de los ciudadanos, Rector V.A. Franklin
Mauricio Zeltzer Malpica y la ciudadana Decana Lic. Nguyen
Manrique Molina, con el carácter antes señalado.
De los fundamentos por el cual solicita la Acción de Amparo
Constitucional:
(omissis)
“(…) se me restituya a mis funciones y se ordene la cancelación
de mi remuneración por concepto de pago de mi salario y
beneficios colaterales del mismo (…)”
Asimismo estipula le tribunal:
Así las cosas, se la revisión y análisis que se realizó, tanto del
escrito de acción de amparo constitucional, así como de los
anexos consignados, se verifico que el accionante de la acción de
amparo, interpuso el mismo debido a la violación de los derechos
constitucionales, como son el derecho al debido proceso, al
trabajo y el derecho a percibir un salario digno, señalando que se
le suspendió del cargo de encargado de la División Administrativa
y Departamento de Servicios Generales del Núcleo Mérida Unefa,
solicitando se le restituya en su cargo de Instructor a tiempo
103
completo (docente), que ejerció el Recurso de Reconsideración de
la mencionada decisión, el cual ejerció dentro del lapso legal
establecido, ante el Ministro del Poder Popular para la Defensa,
Dirección de Educación, y ante el ciudadano Rector y Decana de
la mencionada Universidad, señalando igualmente que hasta la
presente fecha no ha recibido respuesta alguna a dicho recurso.
Entendiendo, quién aquí decide, que los hechos narrados por el
presunto agraviando, están enmarcados dentro de una actividad
funcionarial, considerando esta Jurisdiscente, que los hechos
denunciados como violados deben atacarse a través de un recurso
contencioso-administrativo funcionarial, y así restablecer la
situación jurídica presuntamente infringida.
Decide el Tribunal:
Por último, y como consecuencia de todo lo anteriormente
expuesto, este Tribunal Primero de Primera instancia de Juicio del
Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Mérida, actuando
es sede estrictamente Constitucional, señala que la presenté
acción de amparo constitucional, debe ser declarado
INADMISIBLE, con base en lo previsto en el numeral 5 del artículo
6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, en virtud que dentro del ordenamiento jurídico
encuentra todo un proceso el cual esta dirigido a controlar los
actos, actuaciones, hechos u omisiones de la administración que
sea contrario al derecho, es decir, una vía ordinaria para el logro
de la pretensión del actor, como resulta ser la interposición por
parte del quejoso, del recurso contencioso administrativo
funcionarial o querella funcionarial, a los fines del restablecimiento
de la situación jurídica presuntamente violada lesionada, por
enmarcarse la actividad desarrollada por el agraviado, según los
hechos narrados por este.. Y Así se Decide.
Consecuente con la doctrina sobre la competencia que la Sala
desarrolla en este fallo, así como con el principio antes expuesto que las
leyes cuyos artículos no colidan con la Constitución, continúan vigentes, pasa
la Sala a interpretar la competencia de los tribunales que deban conocer los
104
amparos previstos en el artículo 5° de la Ley Orgánica de Amparo Sobre
Derechos y Garantías Constitucionales.
Dicho artículo, a juicio de esta Sala, no colide con la Constitución y por
lo tanto, tiene plena vigencia, y según él, las acciones de amparo pueden
ejercerse conjuntamente con el recurso contencioso administrativo de nulidad
de actos administrativos o contra las conductas omisivas.
En este punto se puede destacar observando,
bajo la vigencia del
citado artículo 5°, surge una excepción a la doctrina sobre la competencia en
materia de amparo, contenida en este fallo, y es que los tribunales,
incluyendo las Salas de este Supremo Tribunal, que conozcan de procesos
de nulidad de actos administrativos de efectos particulares, o contra
negativas o abstenciones de la Administración.
Mediante recursos contenciosos administrativos, podrán a su vez
conocer de los amparos previstos en el artículo 5° de la Ley Orgánica de
Amparo Sobre Derechos y Garantías Constitucionales (1998), siempre que el
recurso de nulidad o por abstención de la Administración, no se funde en una
infracción directa e inmediata de la Constitución, y siempre que la acción de
amparo no se encuentre caduca.
2.1.3.3. SENTENCIA N° DP11-O-2010-000024
Según
sentencia N° Expediente : DP11-O-2010-000024del tribunal
Juzgado Primero de Juicio del Trabajo de la circunscripción judicial del
105
estado Aragua de fecha 03 de diciembre de 2010, el caso José Jiménez,
Lolimar Alvarado, Karina Pérez, Jesús Quinterocontra INVERSALUD
Farmacia C.A., se expreso lo siguiente:
Conforme a lo contemplado en los artículos 26, 49 y 257 ejusdem,
encontrándose este Juzgado Primero de Primera Instancia de
Juicio del Trabajo del Circuito Judicial Laboral del Estado Aragua,
como órgano del Estado Venezolano, parte integrante de uno de
los Poderes Públicos Nacionales, como lo es el Poder Judicial, en
la necesaria obligación de garantizar protección integral al “hecho
trabajo”, como hecho social y realidad, y además que estamos en
presencia de un procedimiento especial para el Derecho del
Trabajo como lo es la Acción de Amparo Constitucional, la cual a
su vez desarrolla la denominada garantía constitucional de
protección hacia los trabajadores y trabajadoras del País, sin
discriminación alguna y en base a ello debemos tener en cuenta
que de acuerdo a los principios constitucionales procesales, los
cuales son criterios que rigen tanto para las diversas situaciones
que puedan surgir en el proceso, como la actuación de las partes,
sus representantes judiciales y operadores de justicia, los cuales
no son de carácter procesal, sino de carácter constitucional que
permiten el funcionamiento del proceso para luego cumplir su fin,
garantizando los derechos fundamentales de todos los ciudadanos
y ciudadanas, bajo los lineamientos del texto constitucional,
conforme a lo previsto en su artículo 257, el cual tiene como
objetivo la realización de la justicia, y conforme con lo establecido
en el artículo 26 ejusdem, debe ser gratuita, accesible, imparcial,
idónea, transparente, autónoma, independiente, responsable,
equitativa, expedita, sin dilaciones indebidas y sin formalismos,
elementos estos últimos que equivalen a que la justicia debe
prevalecer frente a las formas, tal como lo preceptúa el artículo 2
ibidem en concordancia con el artículo 2 de la Ley Adjetiva Laboral
En este sentido decide la Sala lo siguiente:
De conformidad con los planteamientos anteriores este tribunal
considera que si se produjo la violación al derecho al trabajo como
hecho social y el deber de trabajar, así como a la estabilidad
laboral alegada por parte Agraviada, prevista en los Artículos 87 y
106
89 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, es
por lo que se ordena a la Parte Agraviante INVERSALUD
FARMACIA C.A. a dar estricto cumplimiento a lo establecidos en
las enunciadas normas constitucionales so pena de la aplicación
de las sanciones a que se hagan merecedores a partir de la
publicación de la presente sentencia; en consecuencia quien aquí
sentencia ordena de forma inmediata el reenganche de los
trabajadores JOSE JIMENEZ, LOLIMAR ALVARADO, KARINA
PEREZ, JESUS QUINTERO, a su puesto de trabajo y se ordena el
Pago de los Salarios Caídos desde la fecha del despido hasta su
efectiva reincorporación, considerando que de ser procedente los
incrementos salariales por Decreto Presidencial- ASI SE DECIDE.En relación a lo alegado por las Partes Presuntamente Agraviadas
relativas a la Libertad Sindical o el Ejercicio del Derecho Sindical,
se sintetiza lo siguiente: que si bien es cierto que las misma se
encuentran establecidas en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, como en la Ley Orgánica del Trabajo y
el su Reglamento, así como en lo establecido en el Convenio
Internacional Nº 87 ratificado por Venezuela, de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), y en las diferentes Convenciones
Colectivas que regulan las relaciones laborales entre el patrono y
los trabajadores, las mismas orientan siempre las actuaciones de
este tribunal en el momento de dictar cualquier decisión referidas a
las Organizaciones Sindicales de este país, por cuanto las mismas
no son motivo de controversias en el presente caso de marras, ya
que dicha acción solamente esta referida a la actuación de este
tribunal ante el incumplimiento de una Providencia Administrativa
dictada por la Inspectoria del Trabajo de Maracay Estado Aragua.ASI SE DECIDE.Al examinar brevemente, el Amparo el cual representa un derecho
constitucional de protección que comprende derechos y garantías, entre los
que se incluyen los socio-laborales. Esto quiere decir, el país ha avanzado en
cuanto a la garantía institucional de los derechos fundamentales.En general,
los derechos fundamentales en el trabajo en Venezuela cuentan con una
garantía normativa, pero la realidad de los hechos define que hay que
implementar mecanismos, orientados a que el cumplimiento de estos sea
107
eficiente y efectivo en pro de la paz y justicia social, en lo cual la
institucionalidad democrática juega un papel decisivo.
Por su parte, los Derechos Fundamentales en el Trabajo conforme a la
nombrada Declaración Organización Internacional del Trabajo (1944), son: la
libertad de asociación, la libertad sindical y el reconocimiento efectivo del
derecho de negociación colectiva; la eliminación de todas las formas de
trabajo forzoso u obligatorio; la abolición efectiva del trabajo infantil; y la
eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación. Sobre
estos últimos se harán consideraciones en el presente trabajo y
corresponden a un conjunto de normas internacionales, calificadas como
Convenios Fundamentales.
2.1.3.4. SENTENCIA ASUNTO: ASUNTO: TP11-R-2010-0000063
Según sentenciaasunto: TP11-R-2010-0000063, del Juzgado Superior
del Trabajo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia de fecha 07 de
enero del dos mil once, el caso Irma Lucia Araujo Gil contra Gobernación del
Estado Trujillo, se expreso lo siguiente:
En el caso objeto de la presente decisión se interpuso una acción
de amparo constitucional contra el incumplimiento de una
providencia administrativa, siendo que desde la fecha en que la
misma quedó firme, que según la Sala Constitucional en
sentencias de fecha 29-05-2002 y 10-02-2003 es desde cuando el
accionante tuvo conocimiento de la decisión impugnada y no a
partir de la oportunidad cuando se produjo el hecho lesivo es decir
(fecha de notificación de la misma): 17 de Diciembre del 2002
hasta la fecha que se interpuso el amparo 03 de Noviembre del
2010, ha transcurrido un lapso de siete (7) años once (11) meses y
108
catorce (14) días. Igualmente revisadas las actuaciones se
evidencia al Folio 165 de la Causa Principal la notificación
realizada en fecha 08-02-10 a la Gobernación del Estado Trujillo
en el Procedimiento de la Imposición de la Sanción de Multa y al
Folio 167 la notificación en fecha: 08-02-10 a la Procuraduría
General del Estado Trujillo en el Procedimiento de la Imposición
de la Sanción de Multa, fecha en que la misma quedó firme, y no
fechas posteriores en las que hubo subsanación a errores
involuntarios cometidos en la Inspectoria del Trabajo, razón por la
que se debe concluir que habiéndose intentado la Acción de
amparo en fecha 03-11-10, el lapso de caducidad de seis (6)
meses había transcurrido a plenitud, por lo que sólo pudiese
admitirse la acción en caso de existir razones de orden público, o
que afecten las buenas costumbres, en los términos expuestos
con anterioridad
En este caso el Tribunal Superior decide lo siguiente:
De lo anteriormente expuesto, se colige que de acuerdo con la
interpretación que con carácter vinculante le ha dado la Sala
Constitucional y de las pruebas aportadas a los autos, esta alzada
no pudo observar una violación constitucional que afecte a una
parte de la colectividad o el interés general, y que sea de tal
magnitud que vulnere los principios que inspiran el ordenamiento
jurídico, sino que la acción de amparo constitucional se refiere al
incumplimiento de una Providencia Administrativa. Es por lo tanto,
que este Juzgado Superior del Trabajo declara inadmisible la
acción de amparo constitucional interpuesta de conformidad con el
numeral 4 del artículo 6 de la Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías Constitucionales. Así se decide.
Se puede señalar en pocas palabras, conforme al criterio sostenido por
la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, para los casos de los
actos emanados de las Inspectorías del Trabajo, la ejecución de las
decisiones administrativas debe ser necesariamente exigidas primeramente
109
en vía administrativa y en caso de no ser productiva la gestión y agotado el
procedimiento de multa previsto en la Ley Orgánica del Trabajo (1997).
Podrá recurrir a los mecanismos jurisdiccionales ordinarios. En
consecuencia, si no hubo en sede administrativa el agotamiento íntegro de la
vía administrativa con la notificación al patrono de la multa impuesta, no se
cumplió con un requisito por demás necesario para la interposición del
Recurso de Amparo Constitucional en sede jurisdiccional, y por tanto,
vinculante para declararlo procedente.
De ese modo, sólo en situación excepcional cuando el incumplimiento
afecte un derecho constitucional, puede recurrirse al amparo constitucional,
para exigir un mandamiento judicial que consista en una conducta que debió
instarse directamente en sede administrativa, como en principio es el caso de
autos. La naturaleza del amparo constitucional, tal como es la pacífica
jurisprudencia de esta Sala, es la de un mecanismo extraordinario, que sólo
procede cuando se han agotado las vías ordinarias o, en caso adicional,
cuando no es posible exigir ese agotamiento en vista de las circunstancias
del caso concreto y de la urgencia de resolución de la controversia.
3. SISTEMAS DE CATEGORIAS
3.1. DEFINICIÓN NOMINAL
Amparo Constitucional
110
3.2. DEFINICIÓN CONCEPTUAL
Según el Rondón (2000), es el medio efectivo de hacer respetar los
derechos y garantías no solo mencionadas en la Constitución, sino todas las
que son inherentes a la persona humana entre todo acto arbitrario carente de
legitimidad que sea cometido por los particulares o entre todo abuso de
autoridad o desviación de poder proveniente de algún funcionario u
organismo público.
3.3. DEFINICIÓN OPERACIONAL
El Amparo Constitucional es una acción que permite buscar la
seguridad procesal de los derechos, teniendo en cuenta que es un medio de
impugnación para resguardar y proteger derechos de carácter constitucional
(derechos individuales, sociales, económicos y políticos), igualmente es un
procedimiento que se invoca en nuestro ordenamiento jurídico Venezolano y
cuya finalidad es resguardar y garantizar la seguridad jurídica de las
personas que le han sido infringido y vulnerados sus derechos.
Por tal sentido, el Amparo Constitucional es acción extraordinaria y
excepcional que debe referirse ha hechos claros y concretos, donde se
pretenda proteger al trabajador mediante procedimientos de control por los
tribunales, frente a su función judicial en la que se resuelvan conflictos en
111
materia laboral.
Ahora bien, el proceso de Amparo constituye una acción protectora
cuando se ven amenazada o menoscabada los derechos por infracciones
que puedan atentar contra las personas, restableciendo al afectado el pleno
disfrutes de sus derechos lesionados; por tanto se debe tomar todas las
prevenciones necesarias para que el Estado en su carácter de protector
deba asegura los medios de protección y derechos de los trabajadores
para garantizar su seguridad jurídica.
112
CUADRO 1
OPERACIONALIZACION DE LA CATEGORIA
OBJETIVO GENERAL: Analizar el amparo constitucional como medio de protección a la
violación de los derechos laborales en la República Bolivariana de Venezuela
OBJETIVO
ESPECIFICO
CATEGORIA
Analizar
el
régimen legal del
amparo
constitucional
como medio de
protección en la
legislación laboral
venezolana.
Analizar
los
derechos
del
trabajador según
la
legislación
laboral venezolana
Analizar
jurisprudencialmen
te las garantías de
los
derechos
laborales
SUBCATEGORIA
Régimen legal del
amparo constitucional
Amparo
constitucional
como medio de
protección a la
violación a los
derechos
laborales
Derechos laborales del
trabajador
Garantía de los
derechos laborales
Fuente:Gómez, Herrera, González (2012)
UNIDAD DE ANALISIS
- Fuentes del derecho
del amparo
Constitucional.
-Naturaleza jurídica del
Amparo Constitucional.
- Características del
Amparo Constitucional
- Procedimiento procesal
del Amparo
constitucional.
- Efectos del Amparo
Constitucional.
- Derecho a las
Prestaciones Sociales
- Derecho al salario y
remuneración justa
- Derecho al trabajo y la
estabilidad social
- Derecho a la
contratación colectiva
- Derecho a la libertad
sindical
Derecho a la huelga
- Derecho a la
seguridad social
- Debido proceso
-Sentencia
Asunto:
NP11-O-2011-000006.
-Sentencia
Exp.
Nº
7372-09.
-Sentencia N° DP11-O2010-000024.
Sentencia
Asunto
TP11-R-2010-0000063.
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