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Cuadernos de literatura de tradición oral
muchoquecontar
Nº 1
Fuente Obejuna (Córdoba)
Fuente Obejuna tiene
MUCHO QUE CONTAR
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
LITERATURA DE TRADICIÓN ORAL RECOGIDA
EN FUENTE OBEJUNA (CÓRDOBA, ESPAÑA)
© Juan Ignacio Pérez y Ana María Martínez
© De esta edición, Asociación LitOral (www.weblitoral.com)
Trabajo de campo realizado en 2005 con el patrocinio del Centro
Andaluz de las Letras (Consejería de Cultura, Junta de Andalucía)
Se permite la reproducción de los textos siempre que se indique la
procedencia de los mismos
Edición digital
Andalucía, 2005
Colección MUCHO QUE CONTAR
Cuadernos de literatura de tradición oral
Nº 1
Fuente Obejuna tiene
MUCHO QUE CONTAR
Trabajo de campo, transcripción y clasificación realizados
por Juan Ignacio Pérez y Ana María Martínez
Asociación LitOral
2005
ÍNDICE
Presentación ............................................................................................ 9
Textos narrativos
Cuentos de encantamiento ...............................................................
Leyendas ................................................................................................
Cuentos anecdóticos y sucedidos ....................................................
Cuentecillos lúdicos y de animales....................................................
Romances e historias de cordel .........................................................
11
22
22
37
38
Juegos y canciones
Juegos infantiles .................................................................................... 45
Canciones festivas ................................................................................ 49
Acertijos y adivinanzas ......................................................................... 57
Dichos y hechos
Vocabulario coloquial .........................................................................
Refranes y frases hechas......................................................................
Comparaciones ....................................................................................
Piropos.....................................................................................................
Fragmentos de vida .............................................................................
Oraciones ...............................................................................................
65
66
72
73
74
78
Informantes ........................................................................................... 80
Este es un libro inacabado ................................................................. 81
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Presentación
Suele decirse, no sin cierta dosis de nostalgia, que la literatura de
tradición oral se pierde inexorablemente por el empuje de nuevas
formas de comunicación y por los cambios operados en los estilos de
vida.
Cierto es que los más jóvenes no suelen tener acceso espontáneo
a las mismas manifestaciones culturales que transmitían de viva voz
sus antepasados, pero también es importante resaltar, por un lado,
que las personas de más edad (y no sólo las ancianas) aún
pertenecen a esa generación que escuchó cuentos, canciones,
poemas y otras expresiones anónimas de boca de sus mayores; y, por
otra parte, que en la actualidad siguen transmitiéndose historias
anónimas entre los jóvenes que resultan igual de interesantes que las
tradicionales.
No tiene sentido, pues, lamentarse ante una posible situación sin
retorno. Antes bien, se impone la necesidad de intervenir para
devolver el sentido a la tradición oral como manifestación cultural de
primer orden.
LitOral, asociación especializada en la búsqueda, catalogación y
difusión de este patrimonio inmaterial colectivo, trabaja por esta
revalorización de personas, textos, formas y costumbres, una tarea
que cada día sentimos más necesaria como respuesta a distintas
problemáticas:
•
La necesidad de comunicación entre generaciones y entre
iguales.
•
La importancia de conocer las raíces colectivas (familiares,
geográficas, sincrónicas) para reconocerse como miembros
de un grupo.
•
La convivencia entre culturas de diversas procedencias.
•
La importancia de los aspectos socio-afectivos en una
sociedad que tiende a la individualización y a la
automatización.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Entre los trabajos que nos planteamos periódicamente en nuestra
asociación se encuentran las campañas de recuperación y puesta
en valor de la literatura popular en barrios o localidades concretos y
en comarcas administrativas o naturales.
Estas campañas, bajo la denominación MUCHO QUE CONTAR,
plantean una sistemática recogida de textos orales de tradición
popular cuyo objetivo principal es elaborar un catálogo de textos de
tradición oral de la zona para evaluar su transcendencia artística,
social e histórica, así como tomar el pulso a los intereses locales en
relación a dicho patrimonio.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Textos narrativos
CUENTOS DE ENCANTAMIENTO
El tintero mágico
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Tres muchachos que eran hermanos muy pobres salieron un día
por esos caminos para buscarse la vida y se separaron en un
cruce de caminos. Cada uno tenía que coger por un sitio a ver
qué encontraban.
El mayor se encontró con un viejecito que le dijo:
-Dame algo, que no tengo nada para comer.
Y él le dijo que no.
Al hermano mediano también le pasó lo mismo y también le
dijo que no. Y el pequeño le dio el trozo de pan que llevaba y
el anciano, agradecido, le regaló un tintero mágico y le dijo:
-Cuando necesites algo, pídeselo al tintero así:
“Tinterito, tinterito,
por la salud que tienes
y la que Dios te ha dado,
haz que yo tenga tal cosa”.
El niño fue corriendo a contárselo a sus hermanos y ellos,
comidos por la envidia, tiraron al hermano pequeño en un
cañaveral. Así, su madre creería que habían sido ellos los que
habían encontrado el tintero. Cuando llegaron y le pidieron
algo al tintero se llevaron la sorpresa de que no aparecía nada.
Mientras, un pastor que pasaba por el cañaveral arrancó una
caña y se hizo una flauta con ella, y cando la tocó vio que
empezaba a cantar:
“Pastorcito que en brazos me tienes,
de cogerme vienes,
escucha mi buen son,
me mataron mis dos hermanitos
en la fuente romana
por un tinterito que traía yo”.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
El pastor corrió la voz hasta que se enteró la madre del
muchacho. Le dijo al pastor que si la dejaba tocar y la flauta
empezó a cantar:
“Madrecita que en brazos me tienes,
de cogerme vienes,
escucha mi buen son,
me mataron mis dos hermanitos
en la fuente romana
por un tinterito que traía yo”.
La madre fue corriendo hasta el cañaveral y allí se encontró a
su hijo malherido. Lo contó todo y los hermanos tuvieron que
darle el tintero. Cuando el muchacho le pedía algo al tintero,
enseguida aparecía. Y dejaron de ser pobres.
Las tres hojitas
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Era una madre con un hijo ya madurito que pensó: “Voy a
buscarle una novia, que yo no voy a vivir siempre”. Y le dice:
-Vete por ahí y búscate una novia, que es lo que te está
haciendo falta.
El hijo se fue con su macuto a cuestas a buscarse la vida y llegó
a un huerto y le preguntó al dueño:
-¿Puedo comer aquí?
-Sí.
Y le contó al hombre por qué iba de camino. Y el hombre le
contestó:
-Pues mira, yo te voy a dar tres hojitas y cuando tú quieras
volver a comer, partes una hojita a ver lo que pasa.
El muchacho siguió adelante y, cuando se paró a comer,
partió una hojita y se le apareció una muchacha muy guapa.
-¿Tú quién eres?
-¿Tú no estabas buscando novia? Pues yo estoy aquí para eso.
-Bueno, pues si te quieres casar conmigo...
-Mira, si me das pan, jamón y vino, me caso contigo. Si no, me
tengo que ir.
-Pues tengo pan y jamón, pero vino no tengo.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Pues lo siente, pero me tengo que ir.
Al día siguiente se puso a comer y partió la otra hojita y le salió
otra muchacha que le dijo lo mismo:
-Si me das pan, jamón y vino, me caso contigo.
-Pan y jamón sí, pero vino no tengo.
Y le pasó lo mismo. Y como ya sólo le quedaba una hojita,
pensó: “En el próximo pueblecillo que vea voy a comprar vino,
porque si la otra me dice igual, me quedo sin ninguna”.
Compró su vino, se puso a comer y, al partir la hoja, salió la
muchacha y le preguntó lo mismo:
-Si me das pan, jamón y vino, me caso contigo.
Él le dijo que sí. Se casaron y p’adelante. Así, buscando,
buscando, se puso a trabajar con el rey, que lo empleó de
hortelano en el jardín. Y había una fuentecita donde se iba a
por agua. Cogió la mujer su cántaro y fue a la fuente a por
agua. Y cuando estaba allí vio una mujer muy fea y le dio
miedo y se subió a un árbol que había junto a la fuente. Y la
otra se asomó y la vio reflejada en el agua. Y creyendo que era
ella misma, dice:
-¿Yo, tan guapa y venir a por agua? Tiro los cántaros y me voy
a mi casa.
Pero no los llegó a tirar, sino que miró para arriba y vio a la otra,
y le dice:
-¿Qué haces ahí? Baja, baja, que hablemos.
Bajó la muchacha y le sacó todo lo que pudo de su vida: le
contó que se había casado, que estaba donde el rey... A la
otra le dio envidia y, como era una bruja, pensó: “A esta le
quito yo el marido”. Le pasó la mano por la cabeza:
-¿Qué tienes aquí?
Y le ´clavó un alfiler en la cabeza y se convirtió en una
palomita. Cuando llegó la otra a la casa, dice el marido:
-Huy, ¿tú quién eres, tan negra?
-No, es que estoy así por el aire y el sol, por eso me he puesto
tan negra.
El hombre estaba muy triste y muy disgustado y pensaba: “Hay
que ver cómo se me ha puesta esta mujer tan fea”. Y cuando
estaba podando en el jardín, cada día se le posaba una
palomita y le hablaba así:
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-Hortelanito del rey, ¿qué tal te va con tu reina mora?
-Muy bien, gracias. ¿Y tú, señora?
-Pues yo, por estos campos, triste y sola.
Y se iba volando la palomita. Al otro día lo mismo y al otro igual.
Y ya el hombre dice:
-Esta palomita que me habla a mí tiene que ser una cosa
mágica.
Puso pegamento para que se pegara la palomita cuando se
posara y, al día siguiente, la paloma volvió a posarse en el
mismo sitio en que se posaba siempre. Y después de hablar, la
paloma quiso volar pero no pudo. Él la cogió y dice: “Tiene
aquí algo la palomita”. Le quitó el alfiler y ya salió la mujer.
Vieron lo que la otra había hecho y le dieron su castigo.
Jesucristo, San Pedro y el jugador
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Era un día muy lluvioso, muy lluvioso, de mucho agua, y San
Pedro y el Señor llegaron a un pueblo y tocaron en las puertas
a ver si alguien les daba cobijo, pero nadie, nadie quería que
se quedaran en su casa. Y de una de las casas salió una mujer
y le dijeron:
-Mire usted, que está lloviendo tanto... Somos dos peregrinos y
queremos saber si podemos quedarnos aquí en su casa.
Y la mujer:
-Mire usted: yo, por mí, se quedarían, pero es que mi marido es
jugador y juega todos los días porque ese es su oficio. No hace
más que jugar, jugar de noche y dormir de día. Si gana, no
pasa nada, pero si pierde, tiene muy mal perder. ¡A mí me
mete unas palizas horrorosas! Entonces, como los vea aquí, no
vea usted.
-No, no pasa nada, es que en ningún lado nos quieren dar
cobijo y ya está llegando la noche, con lo que llueve...
-Bueno, ustedes se quedan aquí, pero ya saben lo que les he
dicho.
Se quedaron allí y le dijeron:
-Nosotros nos acostamos mejor en algún pajar, si lo tiene usted.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-No, que hace mucho frío, aquí al ladito de la candela están
ustedes mejor.
Se puso San Pedro en la punta de la chimenea y el Señor en el
lado de la pared.
Y llegó el hombre del bar. Efectivamente, había perdido y
venía con un humor de perros gritando:
-¡María! ¿Dónde estás? ¡Que te voy a pegar una tunda...!
La pobre mujer, temblandito, se levantó corriendo pensando:
“Verás cuando venga ahora y vea a estos dos”.
Va el hombre y los ve:
-¿Estos dos que están aquí qué son?
-Ay, dos vagabundos, dos pobrecitos caminantes, que es que
llovía...
-¿Caminantes, que llovía? Ahora verán.
Cogió a San Pedro, que es el que estaba primero, y le pegó
una capuana al pobre que lo dejó frito.
Después se acostó y al día siguiente, como seguía lloviendo,
dice San Pedro:
-Señor, vámonos de aquí, mira la paliza que me ha pegado.
-Verás tú que esta noche no te pega. ¿Dónde vamos a ir con
este vendaval de agua? Que no.
Por la tarde, se fue el hombre otra vez al bar y dijo San Pedro:
-Señor, yo me voy a poner ahora en el lado de la pared para
que te pegue a ti, que yo ya estoy harto.
-Bueno, como quieras.
Viene otra vez el hombre por la noche:
-Pero, ¿todavía están aquí estos dos? Me cago en la mar. Esta
noche le va a tocar al de la pared, anoche le tocó a este y
ahora al de la pared.
Otra vez que se cargó San Pedro con la paliza.
Y al día siguiente seguía lloviendo y San Pedro diciendo que se
iba, pero el Señor:
-San Pedro, espérate, verás que hoy gana el hombre y no nos
hace nada.
Y esa noche el hombre ganó. Y llegó muy contento diciendo:
-¿Dónde están esos dos? Hay que ver lo mal que me he
portado yo con ellos, mira que pegarle yo a estos hombres. Les
voy a decir que me perdonen.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Y la mujer:
-Pero ya se iban a ir porque como tú les pegas...
-No, no, se pueden quedar todo el tiempo que quieran.
El Señor le dijo que lo perdonaban (bueno, San Pedro decía
para sí: “Lo perdonarás tú, porque yo no, con las palizas que
me ha pegado”):
-Mire, lo perdonamos, pero se lo vamos a decir: nosotros somos
San Pedro y el Señor y nos vamos a ir ya al Cielo porque nuestro
peregrinaje por la Tierra ya se ha terminado. Y para que usted
vea que lo perdonamos, le vamos a conceder tres deseos, así
que pídanos usted las tres cosas que usted quiera y se las
concedemos.
-Bueno, pues les voy a pedir tres cosas: la primera, que gane
siempre, siempre, siempre, en el juego. La segunda, que el que
suba a mi peral no se pueda bajar hasta que yo no quiera. Y la
tercera, que de la silla donde yo me siente no me pueda
levantar nadie hasta que a mí no me dé la gana.
Dice San Pedro:
-¡Qué cosas más raras nos ha pedido este hombre, Señor! Nos
podía haber pedido el Cielo, mira que es tonto. Y este se va a
condenar, porque con lo malo que es...
Bueno, pues se fueron al Cielo y el hombre, efectivamente,
empezó a ganar siempre en el juego. Se hizo rico, tuvo una
vida estupenda y la mujer también, que se lo merecía, que
bastante había pasado. Vivió muchos años, pero llegó un
momento en que la Muerte tuvo que venir a por él porque ya
era su hora.
Llegó la Muerte y le dice:
-Oye, mira, vámonos, que ya te toca.
Y el hombre:
-¡Con lo bien que yo estoy viviendo! ¡Déjame!
-Pero si ya eres muy viejo. ¿Qué quieres, estar aquí toda la
vida?
-Bueno, pues mira, por lo menos, concédeme un deseo, que yo
estoy que no puedo subirme a mi peral y quiero coger una
pera.
-¡Vaya tela, este!
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Se sube la Muerte en el peral y, como no se podía bajar nadie
del peral hasta que él no quisiera, le dijo:
-Paradita ahí, que yo no me voy todavía, así que en el peral te
quedas.
-Ay, por Dios, si yo tengo que llevarme a otras personas que se
tienen que morir.
-¡Nada!
Y pasaba el tiempo, el tiempo, el tiempo, y no se moría nadie
¡Claro!
-Pero, hombre...
-Nada, yo no tengo ganas de irme todavía, así que tú ahí
quieta.
Pasó un tiempo, años ya, y dijo el hombre:
-Bueno, ya qué voy a hacer. Tendré que irme porque así no voy
a estar siempre. Bájate ya, anda, y llévame, qué vamos a
hacer.
Bajó la Muerte del árbol y se lo llevó. Y cuando llegó a las
puertas del Cielo, estaba allí San Pedro sentado en su silla y le
dice:
-¡Hombre, tú por aquí! Tenía yo ganas de verte. Por fin te veo.
-Sí, hombre, déjame pasar, que al final os pedí perdón y todo.
-¿Tú vas a pasar? ¡Anda, al infierno, que es tierra caliente! Que
tú aquí no entras ni... ¡vamos! ¿Pues no me pegaste tú a mí dos
buenas palizas y ahora quieres entrar en el Cielo?
-Cachis en la mar, déjame pasar, hombre, déjame pasar.
-Nada, nada.
-¿Sabes tú lo que vas a hacer? Ve y pregúntale al Señor y verás
que te dice que yo pase, porque a mí el Señor me perdonó.
-Que tú no entras.
-Que vayas y se lo preguntes.
-Voy a preguntárselo, pero verás como no te deja pasar.
Se va San Pedro para dentro y se sienta el hombre en la silla de
San Pedro. Cuando vuelve San Pedro, dice:
-¿Sabes lo que te digo? Que ni el Señor ni nada, que tú no
entras.
-Bueno, pues mira, lo que tú quieras, pero a ver dónde te vas a
sentar.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Entonces San Pedro tuvo que dejarlo entrar en el Cielo porque
si no el hombre no se levantaba nunca de su silla. Y de esa
manera, el Cielo también se lo ganó.
María Antonia remata:
Partieron perdices y nos dieron con las patas en las narices.
Cristo, San Pedro y la fuente
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Iban Jesús y San Pedro por el mundo, por el campo, con su
macutillo (donde llevaban sus cosas), y un día estaban
comiendo en una fuentecita de agua cristalina cuando San
Pedro, que era muy travieso, le dice a Jesús:
-Señor, vete p’adelante que yo voy a hacer una travesura.
-¿Qué vas a hacer?
-Que estoy pensando que me voy a cagar en la fuente y el que
venga luego a beber aquí, a ver qué hace.
-Hombre, Pedro, eso no se hace. Además, tú mismo puedes
volver por aquí.
-Pero si nosotros nos vamos ya, Señor, y ya no vamos a volver.
-Haz lo que quieras, hijo, que contigo no hay quien pueda.
Entonces, San Pedro se cagó en la fuente. Siguieron su camino
adelante y cuando ya pararon y comieron y se iban a echar un
cigarro, dice Jesús:
-Huy, me he dejado el mechero en la fuente. ¡Y anda que no
está lejos! Tú sabes, Pedro, que yo no te pido nunca nada, pero
estoy muy cansado. Anda, ve a por el mechero.
-Yo no voy. ¡Pues no está lejos la fuente!
-Pero... ¿y si tenemos que encender alguna candela?
Y San Pedro tuvo que ir a por el mechero con el calor que
hacía y el estómago lleno. Cuando llegó a la fuente, no veas la
sed que tenía (y es que se caía el sol a pedazos).
-¿Y ahora qué hago con la sed que tengo? Me voy, que yo
aquí no bebo... ¿Y qué hago?
Y el pobre tuvo que beber de su agua. Y cuando se lo contó al
Señor, le contestó:
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Te lo dije, Pedro, nunca se debe decir “de esta agua no
beberé” porque el camino es largo y puede apretar la sed.
Cristo y San Pedro en la fragua
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Llegaron otro día a una fragua y dice el Señor:
-Buenos días, maestro.
-¿Cómo maestro? A mí no me diga usted maestro, yo soy
maestro de los maestros.
-Bueno, usted perdone. Si usted es maestro de los maestros, yo
se lo digo así. Mire usted, que venimos porque queríamos que
nos dejara unos días la fragua, nosotros le pagamos lo que sea.
Es que queremos hacer unas cosas...
-A ver... Pero es que yo tengo mucho trabajo.
-Ya, pero va a ser poco tiempo. Yo le pago lo que usted me
pida.
-Bueno, vale, si o me gano un dinero, pues venga, yo le dejo a
usted la fragua los días que necesite.
Ya le dejó la fragua, se fue el herrero y dice el Señor:
-Mira, Pedro, ve por las calles y di que todas las personas
mayores que quieran quitarse años que vengan a la fragua,
que aquí las vamos a dejar como nuevas.
Va San Pedro diciendo eso por las calles y allí fueron las viejas (y
los viejos, me imagino). Puso el Señor el horno calentito, las
metía en el horno, les daba una vuelta y salían, unas con
quince, otras con veinte, con la edad que querían, vamos. Eso
era una maravilla.
Y la madre del herrero, que se enteró, dice, la pobre:
-Oye, hijo mío, que yo quiero ir también a que ese hombre me
ponga nueva.
-Madre, estése usted quietecita.
-Que no, hijo mío, que la fulanita y la menganita han ido y fíjate
tú lo jóvenes que están. ¡Yo quiero ir a la fragua!
-Madre, que no. Usted, tranquila, que si ese hombre lo hace y
es un vagabundo, cuando se vaya, yo la pongo nueva a usted.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Como el hijo no la dejó, pues se tuvo que aguantar. Y cuando
ya terminaron de poner jóvenes a todas las mujeres, el Señor le
dijo:
-Mira, ya hemos terminado, ya le dejo su fragua. Muchas
gracias.
Le pagó su dinero y se fue. Se fueron despacito porque el Señor
ya sabía lo que iba a pasar. Y la madre del herrero, corriendo:
-Venga, hijo mío, ponme nueva, que yo quiero ponerme joven.
-No se preocupe, que yo me pongo ahora mismo y sale
jovencita, jovencita.
Pone su horno a calentar y mete a la madre. La madre, ¡unos
lamentos! ¡Por Dios, qué lamentos, la pobre mujer!
-¡Que me achicharro, sácame de aquí!
El hijo, nerviosito, le dice al ayudante:
-Corre, hombre, por Dios, que se nos quema mi madre.
Fue corriendo y el Señor, que no iba muy lejos, se volvió y le dijo:
-No se preocupe usted, señora, no se preocupe.
Corriendo le dio dos vueltas y media y la puso nueva. Cuando
la mujer salió del horno, si coge al hijo lo mata.
Y el Señor le dice al herrero:
-Mire usted: cuando yo llegué me dijo que usted era maestro
de los maestros y el maestro de los maestros soy yo. Ya lo sabe.
Cristo, San Pedro y los cuernos
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Jesús y San Pedro estaban de viaje por ahí y llegaron a un sitio
que tuvieron que quedarse en una posada. Y el Señor dice:
-Yo no veo las cosas aquí muy claras, aquí hay gato encerrado.
Y le dice a San Pedro.
-Recoge tus cosas que nos vamos a ir.
-Mire usted, mi señor, si estamos aquí poco bien, va usted a
consentir que nos vayamos ahora que hace frío y todo.
-Nada, nada, yo he dicho que nos vamos y nos vamos. Tú,
recoge tu cosas.
Y ya que iban por el campo, dice:
-Ay, mi Jesús, que me he dejado las zapatillas en la posada.
20
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-¿Las zapatillas te has dejado tú en la posada?
-Sí, señor.
-No estoy muy conforme, pero ve a por ellas.
Fue a por las zapatillas y se vino. Y cogieron su caminito
adelante, adelante... Y ven venir a un hombre con dos burros ¡Y
traía una cornamenta!
-Señor, ¿eso qué es?
-¿Que qué es eso? Los que tú le pusiste cuando fuiste a por las
zapatillas.
-Pues, mi señor, desde hoy en adelante que se pongan y no se
vean.
Desde entonces, los cuernos se ponen y no se ven.
Cristo, San Pedro y la torta
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
San Pedro y el Señor pasaron por una calle que había un horno
y una pobre mujer estaba allí haciendo su pan y unas tortitas. Y
San Pedro, como era tan travieso, le robó una torta a la mujer y
se la metió dentro de la chaqueta que llevaba y dejó que el
Señor se fuera un poquito delante de él. De vez en cuando,
cogía la torta, la mordía y se la volvía a meter dentro de la
chaqueta.
El Señor, cuando sabía que había mordido la torta, lo llamaba:
-¡Pedro!
Corriendo, tiraba el mordisco de torta al suelo y le contestaba:
-¿Qué quiere, Señor?
-No, no, nada, que no sabía si venías detrás.
-Sí, vengo aquí detrás.
Al rato, otra vez: mordía la torta, lo llamaba el Señor y otra vez
tiraba el mordisco. Y así hasta que se le terminó y no dejó que
se comiera la torta.
Cuando se pararon a descansar, le dice el Señor:
-Mira, Pedro, le has robado una torta a una pobre mujer que se
ha visto en penas para poder conseguir esa poquita de harina,
y eso no está bien. Así que ahora vas, te vuelves, vas cogiendo
21
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
los trocitos de torta que has tirado por el suelo, los vas juntando,
la vuelve a hacer y se la das.
-Sí, hombre, eso ya no se va a quedar bien.
-Tú cógelo.
Fue cogiendo los trocitos de torta, los fue juntando y
milagrosamente se volvió a quedar redondita y bien y se la dio
a la mujer.
LEYENDA
Origen de la imagen de la Virgen de Gracia
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Venía de la guerra de Flandes un soldado jadeante, sediento, y
parece ser que se paró en esos cerros para beber. Y decía:
“Ay, Dios mío, ayúdame a encontrar agua!” y se le apareció la
Virgen de Gracia, que le dijo:
-Si tienes sed, bebe, que hay agua.
-Pero si aquí no hay agua.
-Si aquí no hay, ve un poco más abajo.
Y lo mandó donde ahora está la Fuente Santa, que está en una
huerta desde esa tradición.
Y dicen que el hombre escarbó un poquito y empezó a brotar
agua del pozo. Y entonces dijo:
-Quiero que me hagan una ermita en este cerro.
Y se la hicieron.
CUENTOS ANECDÓTICOS Y SUCEDIDOS
El marido manso
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
Era un matrimonio que se llevaba muy bien y ella le decía al
marido:
22
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Mira, cuando nos muramos, si yo me muero antes, vas tú en
busca de mí, y si tú te mueres antes, voy yo en busca de ti.
De modo que se murió antes el marido y, cuando se murió ella,
se llegó a San Pedro.
-¿Qué hace usted aquí?
-Vengo en busca de mi marido, que murió antes que yo y
quedamos en eso.
-¿Y dónde está su marido?
Mi marido está en la Gloria porque era muy bueno, muy bueno,
muy bueno. Ahí lo tienen ustedes que buscar.
Ni en la Gloria ni en el Cielo ni en otro sitio que tenía aparte. Y
ya dice San Pedro:
-Mire usted, como no esté en un corralón que hay ahí grande...
Si dice que ha sido tan bueno, yo no sé dónde está ni qué
estará haciendo.
-Bueno, pues vamos a ir a verlo.
Sale el hombre del corral con una cornamenta más grande y
dice ella:
-¡No me diga usted que ese es mi marido!
-Sí, señora, ese es su marido. Es que era tan bueno, tan bueno,
que aquí lo tenemos para manso.
El cura y el taxista
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Un cura y un taxista, que se llamaban (los dos) Agustín, se
murieron. Llegó el cura al cielo el primero y se encontró con San
Pedro, que, como están las cosas más modernas, estaba allí
con su ordenador.
-Vamos a ver las cosas de este hombre, que se vayan
anotando aquí.
-Yo soy un cura que vine a esa aldea cuando no había nada
hecho. Yo he hecho muchas cosas: la iglesia, por los pobres...
He estado ahí veintitantos años.
Preguntó uno de los ayudantes:
-¿Qué hacemos, San Pedro?
23
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-Una túnica de saco y lo ponéis al fondo del cielo, de los
últimos.
Llega el otro que se llamaba igual, el taxista, y dice San Pedro:
-Vamos a ver, ¿qué ha hecho usted en su vida?
-¿Yo? He hecho lo que he podido, mire usted: yo tenía un
coche y llevaba a la gente, pero las carreteras estaban tan
malas que la gente nada más que decía: “Dios te salve, María,
Dios mío, que no nos pase nada...” El coche se me changaba,
seguía adelante... Eso es lo que yo he hecho en mi vida, ya ve
usted, otra cosa no he podido, trabajar y trabajar y ya está. No
me desesperaba, pero ya está.
-Tiene usted mucho mérito. ¡Una túnica de plata y se pone al
lado de mi madre, de Santiago y de los mejores apóstoles!
El cura, que estaba al fondo, vino y le dice:
-San Pedro, es que te has tenido que equivocar, porque yo soy
el cura, y es que, como también me llamo Agustín...
-Mira, Agustín: tú, cada vez que predicabas o dabas un
sermón, toda la gente dormida deseando que se acabara la
misa. Una misa más chuchurrida no podía ser. Y Agustín, el
taxista, sin embargo, la gente que no rezaba en su vida, para
que no le pasara nada en el camino, como la carretera tenía
tantos socavones, se acordaban de mí y rezaban a mi madre.
Por eso, tú al fondo y este aquí, con su túnica de plata.
La devota en el Cielo
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
Una mujer iba todos los días a misa y, cada vez que iba,
echaba una piedrecita en un saco. Así toda su vida hasta que
se murió. Y cuando se iba a morir dice:
-Gracias a Dios porque yo muero tranquila y voy a la Gloria,
que siempre he estado en misa, siempre en la iglesia.
Bueno, se murió y se fue par arriba y le dice San Pedro:
-Señora, ¿usted, en su vida, qué ha hecho?
-Mire usted, yo tengo que estar en la Gloria porque yo no he
hecho más que ir a misa y rezar.
24
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Bueno, eso habrá que verlo, porque verá usted: Yo, de cada
persona, meto una piedrecita en un saco y así sé las misas a las
que ha ido usted. Así le puedo decir si va usted al Cielo o al
Infierno.
Saca el saco y dice ella:
-¿En ese saco? Si ahí no hay piedras...
-Sí, señora, hay una.
-¿Cómo va a haber una?
Porque es la única que ha oído usted con devoción. Las
demás, como no las ha oído con devoción, como si no hubiera
ido.
La vaca del cura moreno
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Un cura tenía en un pueblecito sus vacas, sus ovejas y de todo.
Y un día se le perdió la vaca y se puso a buscarla por todas
partes. Había allí unos gitanos que, como otras veces, se
paraban y hacían un chambao en las afueras. Y ve que uno de
los niños está diciendo:
-La vaca chiquita
del cura moreno
la tiene mi padre
colgá en el humero
y mi madre nos pone
muy buenos pucheros.
Y va el cura y le dice:
-Ven acá, que eso lo vas a decir en el púlpito, que se entere
todo el mundo.
Y ya en el púlpito, dice el cura:
-Este niño va a decir la pura verdad. Lo que ha visto es la pura
verdad, la pura verdad. Porque cuando se dice una verdad se
está con Dios y hay que estar con Dios, hay que decir la pura
verdad y este niño va a decir la pura verdad. ¡Venga, niño, di
la verdad, lo que has visto!
Y el niño:
25
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-El cura moreno
va con mi madre,
a Dios le ruego
que no lo pille mi padre.
El señor Juan, atado a la columna
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
En una aldea muy chiquita no había santo ni imágenes para
sacar en procesión, y dijeron:
-¿Qué vamos a hacer ahora que llega la Semana Santa?
Y había un señor muy mayor, el señor Juan, que tenía noventa
y tantos años.
-Pues a ese lo llamamos para que haga las veces del Señor
atado a la columna. Vamos a prepararlo todo.
No tenían telas para probarle el sudario ni nada.
-Bueno, pues vamos a ponerle un papel de cometa.
Cogieron ese papel, le pusieron el sudario, lo subieron a las
andas y salió en la procesión. Y dice el alcalde durante la
procesión:
-¡Ahí vienen las tres Marías con cara de clavel!
Y responde el señor Juan:
-¡Quitármelas de delante, que se me rompe el papel!
El maestro invitado y el pollo
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Antes los maestros iban por el campo porque los muchachos
no podían ir al colegio. En una casa de campo iban a comer y
llegó el maestro, pobrecillo, mal trajeado, diciendo:
-No tengo nada que comer, pero...
-Nosotros tenemos un pollo y usted cena con nosotros.
Lo asaron y pusieron el pollo en la mesa muy bien preparado,
con su cabeza y todo.
-¿Cómo se llama usted?
-Me llamo Francisco.
26
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Don Francisco, en honor a usted, usted va a partir el pollo.
El hombre dice:
-Ay, qué honor.
Primero cortó la cabeza.
-Al padre de familia le pertenece la cabeza que para eso lleva
esta casa con sus fatigas y sus sudores para sacarla adelante. El
cuello del pollo, para la madre, que es la que le sigue con sus
esfuerzos y su trabajo. Las alas para vosotras (había dos
muchachas jóvenes), que sois como palomas que vais a
empezar a volar; toma tú un ala y toma tú otra. Para vuestros
hijos (había también dos muchachos), las patas, para que sean
deportistas, que el día de mañana estas piernas sean ágiles,
sean fuertes, sean unas piernas robustas, es lo que le pido a
Dios en esta noche. Ya pueden empezar a comer. Lo que
queda es para mí, pobrecito de mí que me habéis invitado.
Muchas gracias.
Acertates a perra gorda
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
En la posguerra había mucha necesidad y dicen que había un
hombre muy ingenioso que, pobrecito mío, no tenía nada que
darles a sus hijos de comer. Ya no sabía para dónde iba a tirar.
Y entonces los animales, las ovejas, los cerdos, iban por las
calles echando lo que vulgarmente se llama “cagalutas”. Y
este hombre que no sabía para dónde iba a tirar cogió papel
de seda, iba liando cagalutas y las iba poniendo en estas
cestas que se llevaban aquí al brazo. Entonces el hombre
empezó por el pueblo, por Fuente Obejuna:
-¡Acertates a perra gorda, acertates!
Compraba una de una calle.
-Qué guarro, si es una cagaluta.
-¡Acertate!
Se iba para otra calle:
-¡Acertates a perra gorda, acertates!
Y dieron cuenta. Y dice el guardia:
-¿Qué ha pasado?
27
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-Mire usted, que yo no tengo por dónde tirar y digo “acertates”,
yo no estoy engañando a nadie.
Y el guardia:
-Es cierto, este hombre no ha engañado a nadie. Ha sido para
dar de comer a sus hijos y ha dicho que si le compráis acertates
y se los habéis comprado.
Mi padre me contaba a mí que esto había pasado porque
entonces había mucha necesidad y es que este hombre tenía
un ingenio... porque no se le ocurre a todo el mundo hacer lo
que él hizo, llenar una banasta con esos papelitos que
parecían caramelos.
Detrás viene el pavo
INFORMANTE: Alfonso Fernández Mellado
Habían invitado a una persona a comer y cada vez que
empezaban a comer, le decían:
-No coma usted mucho porque luego vamos a tener el pavo.
A este hombre le pusieron una sopa un poquito aguada y le
dijeron:
-No se preocupe usted mucho que detrás viene el pavo.
Después le pusieron unas costillitas muy peladitas, y le dijeron
otra vez:
-No coma usted mucho que detrás viene el pavo.
Y ya cuando el hombre estaba esperando el pavo, dice el
padre:
-Anda, niña, saca el pavo.
Cogen el pavo, lo ponen en lo alto de la mesa y se lía el pavo
a picotear todas las migajas que habían caído.
Los trozos de pan, como cabezas de gatos
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
Era una familia que iban a comer y era el año de las hambres.
Llamó un pobre a la puerta y dice:
-Una limosnita, por Dios.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Pase usted si quiere y coma usted un poco.
El pobre hombre comió lo que pudo, porque le dieron unos
trocillos de pan muy chicos. Al otro día vino el hombre otra vez
y habían partido unos trozos grandes. Y dice:
-Así me gustan a mí, como cabezas de gatos, que me las como
en tres y en cuatro.
La beata y el Jesús del Gran Poder
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
Era una mujer que iba al Jesús del Gran Poder a pedirle todos
los días algo. Y el monaguillo, que la veía, se decía: “¿A qué
vendrá esta mujer aquí todos los días?”.
Y un día escuchó que decía la mujer:
-¿Eres Jesús del Gran Poder que a todo el mundo gobierna?
Pues cómprame unas polainas para cubrirme las piernas.
Y se fue. Al día siguiente fue otra vez, y otra vez con la misma
canción:
-¿Eres Jesús del Gran Poder que a todo el mundo gobierna?
Pues cómprame unas polainas para cubrirme las piernas.
Hasta que un día, el monaguillo se escondió y cuando la mujer
dijo “¿Eres Jesús del Gran Poder que a todo el mundo
gobierna? Pues cómprame unas polainas para cubrirme las
piernas”, él le respondió:
-Soy Jesús del Gran Poder, que a todo el mundo gobierno,
compra polainas en verano y las tendrás en invierno.
El falso señorito
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
Uno que no trabajaba y estaba todos los días vistiendo como
un señorito. Y la madre le decía:
-Hijo mío, ¡si no tengo ya más ropa que ponerte!
Pero él seguía vistiéndose como un señorito.
Y ya se murió y, como no tenían ropa que ponerle porque no
trabajaba ni nada, fueron al campo, cortaron hiniesta y lo
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
forraron todo con la hiniesta para no enterrarlo en cueros. Y l
pobre de la madre lloraba y decía:
-¡Ay, qué lástima de mi “celebradorcito de los días de fiesta”,
que ahora lleva el culo tapado con hiniesta!
El huerto del enterrador
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Era un pastorcillo que iba todos los días con el ganado cerca
de una ermita donde había un velón de aceite. Él iba todos los
días con su pan, lo mojaba en el aceite y se lo comía después
de decir:
-San Vicente, ¿mojo mi pan en tu aceite?
Y, claro, como el santo no le respondía, todos los días hacía la
misma operación. Y el velón se quedaba todos los días sin
aceite. Y ya dice el sacristán:
-¿Esto qué es, que todos los días lo cargo y desaparece el
aceite?
Se escondió el sacristán en un hueco y cuando el pastorcillo
dijo aquello de “San Vicente, ¿mojo mi pan en tu aceite?”, le
contestó:
-Nooo.
Y el pastor:
-¿Santo de palo y hablar? Pues yo mi pan lo voy a mojar.
Entonces salió el sacristán con un palo y le dio:
-Toma, para que te lo tomes otra vez.
El vendedor de mantas
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
Eran los días de la feria y había un hombre vendiendo mantas,
y decía:
-A quien me compre dos mantas le regalo un despertador.
Y todo el mundo iba a comprar dos. Varias personas
compraron dos mantas, pero el hombre no les daba el
despertador.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Oiga, a mí me tiene que dar usted el despertador, que yo he
comprado dos mantas.
-No, si el despertador lo lleva usted con las mantas.
Y era que las mantas eran tan malas que no abrigaban y la
gente se tenía que despertar.
Las palabras prestadas
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
Era una señorita y una criada y las dos tenían novio. Cuando
llega el novio de la señorita, le dijo esta:
-Tú eres un ingrato, tú no me amas y yo te detesto.
Y a la criada le gustaba mucho escuchar y cuando llegó su
novio le dijo:
-Tú eres un gato, tú no te me mamas y yo te desteto.
El patrón y el jornalero
INFORMANTE: José Amaro Vázquez
Se conoce que aquel día estaba lloviendo y no podían trabajar
en el campo. Y, aprovechando la ocasión, le dice el trabajador
al patrón:
-Mayo llegó y aró quien aró.
Y el patrón le contestó:
-Agua adiós y mayo venga, que si no vas a arar irás a por leña.
De esa manera le dejó claro que si no podía trabajar en una
cosa trabajaría en otra.
Pedín, pedania, caracoleta y castaña
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
Era una señorita que iba montada en su caballo por la
carretera y se tiró un pedo y dijo:
-¡Pedín!
Más adelante se tiró otro y dice:
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-¡Pedania!
Y más adelante, otro, y dice:
-¡Caracoleta!
Y siguió más adelante y se tiró otro, y dice:
-¡Castaña!
Y al decir castaña, miró para atrás y vio que la seguía un
caballero en su caballo, y ella, muy cortada, le preguntó:
-Caballero, ¿desde dónde me sigue usted?
-Desde pedín, pedania, caracoleta y castaña.
Los ladrones de higos
INFORMANTE: Clemente Mediavilla Barragán
Unos que fueron a robar higos y los echaron en un saco y
dijeron:
-Chacho, vamos a repartir esto.
Estaban en la puerta del cementerio y, como tenían el saco
roto, se les cayeron unos cuantos.
-Chacho, aquí nos pueden ver, vamos a entrar dentro.
Y...
-Uno pa ti, uno pa mí, uno pa ti, uno pa mí...
Y dos o tres que pasaban por allí dicen:
-¿Qué será eso?
Y los de dentro:
-Bueno, pues ya hemos acabado con estos, vamos a por los
que están en la puerta.
Y los de fuera salieron corriendo.
El huerto del enterrador
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Un enterrador tenía un huerto y tenía que pasar por mitad del
cementerio para llegar al huerto. Tenía las patatas sembradas y
fueron y se las quitaron. Y dice:
-A estos los voy yo a escarmentar.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Cogen ellos las patatas, se las echan al hombro metidas en un
saco y pasan por un nicho vacío donde estaba metido el
enterrador, que dice:
-¡Siete años llevo aquí metido!
-¿Sí? Pues estate otros siete porque como te vengas aquí te vas
a ver robando patatas como yo.
El sordo por conveniencia
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Un hombre que era muy oscurete estaba cavando en el
campo y vio a unos cazadores cazando. Salió una liebre y
cuando la fueron a coger, la cogió él antes, y siguió cavando.
Pero le dicen los cazadores:
-Oiga, maestro, ¿no ha visto usted por aquí una liebre?
-¿Quéee?
-¡Que si ha visto usted una liebre!
-Es que soy un poco duro de oído.
-Mire que ha pasado por su mismita vera.
-¿La cosecha de este año? Es que ha llovido muy poco, está la
cosa muy mal.
-Si no le hablamos de cosecha, decimos que la liebre...
-Pues no sé para dónde voy a tirar yo, mi s hijos sin comer,
veremos a ver.
-Bueno -dijeron, vamos a dejarlo, que este hombre.
Y otro día volvieron los mismos a cazar y dice uno:
-Verás lo que nos vamos a reír con ese, porque está sordo
como una tapia.
Y van en su busca.
-¡Maestro! ¿Qué pasa?
-Hola.
-Parece que tiene usted mejor el oído.
-¿Qué?
-¿Cómo fue la cosecha, cómo pudo usted salir de ese
atolladero?
-Ah, sí, la liebre me la comí, la mitad con arroz y la otra mitad
con patatas.
33
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Las joyas
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Era una señora millonaria y le dijo a uno que tenía a su servicio:
-Mira, te voy a encargar una cosa, pero quiero que la hagas.
-Sí, señora, lo que usted me quiera encargar yo lo hago.
-Pues mira, el día que yo me muera me pones todas las alhajas
que tenga.
-¿Y dónde le voy a poner tantas alhajas?
-Donde sea, las quiero todas. El día que yo me muera me las
pones todas.
Le puso todas las alhajas que tenía y la enterraron. Se fue la
gente, pero él se quedó allí y pensó: “Yo lo que voy a hacer es
desenterrarla y llevarme todas las joyas y así ya tengo para
comer”.
Se lió y, mientras, la mujer se sentó en el hueco.
-Hijo mío, cuántas gracias te tendré que dar en la vida porque
si tú no me abres la caja yo me muero.
-Ay, por Dios.
-No corras, no corras, que no te voy a hacer nada, que me has
salvado la vida y serás millonario toda tu vida, porque si tú no
vienes a desenterrarme a mí por las alhajas, aquí me muero.
Salió él corriendo y ella, la pobre, detrás:
-¡Que no te pasa nada, que no te pasa nada!
Y a los tres días murió el hombre y ella siguió viviendo.
El abuelo, el lazarillo y la morcilla
INFORMANTE: Pedro Navarrete Romero
Era un señor, un pobre que estaba ciego y usaba a uno de sus
nietos para llevarlo como lazarillo. Llegaron a una de las casas
donde le daban y le dieron una morcilla. Y el abuelo decía:
-Niño, ¿qué te han dado, una morcilla?
-No, no me han morcilla.
-Que sí, me a mí me huele que te han dado una morcilla.
-Que no me han dado morcilla. Eso te lo has figurado tú.
-Sí que te han dado morcilla.
-Que no me han dado morcilla.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Mira por donde pasan por un charco y mete al abuelo en el
charco.
-Niño, que me has metido en todo el charco.
-¿Y por qué no has olido el charco como la morcilla?
Chiquirraca
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Este era un cura que pasaba por la puerta de tres señoritas que
se sentaban en un balcón y allí estaban bordando todos los
días. El cura pasaba y les decía:
-¡Niñas, chiquirraca!
Y las muchachas no le contestaban ni nada. Al otro día lo
mismo y al otro. Y ya le dicen las mocitas al padre:
-Mire usted, papá, pasa el cura todas las tardes cuando
estamos sentadas en el balcón y nos dice “chiquirraca”.
-Pues decidle, cuando pase hoy, que cuando él quiera. Y si os
dice que dónde, en la enramá de las vacas.
Pasó el cura y:
-¡Niñas, chiquirraca!
-Señor cura, cuando usted quiera.
-¿Dónde, dónde?
-En la enramá de las vacas.
Pues al día siguiente llegó y dice:
-Venga, como queráis, como queráis.
-No, se tiene que poner usted en cueros.
Y ya que estaba en cueros, tenían un becerro encerrado de
cuatro días y se le agarró a lo del cura, y que no lo soltaba. Y
tuvo que salir en cueros vivo corriendo y no se paró a razones.
Y al día siguiente pasó y no les dijo nada a las muchachas. Y ya
le dicen ellas:
-¡Señor cura, chiquirraca!
-Anda, hija de tu madre, si tu padre quiere criar becerros que
compre vacas.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Un hombre prueba el aprecio de su familia
INFORMANTE: Clemente Mediavilla Barragán
Un hombre que era muy borracho y, como no sabía más que
beber, no atendía más que a lo que decían las mujeres de su
casa:
-Llévame a tal sitio, llévame…
Iban a lavar y llegaron al pozo de una finca y las muchachas
salieron a lavar. El hombre se quitó los zapatos y la faja, les ató
una piedra y lo tiró todo.
-¿Qué ha sonado?
La piedra se veía flotando en el agua del pozo.
-Papá, que se ha tirado al pozo. Mira los zapatos.
Y entonces ya salió él de su escondite:
-Coño, yo creía que no me queríais tanto como me queréis.
El hombre del zurrón
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Era un señor que robó a una niña y, como no tenía para comer,
la metió en un zurrón grande que llevaba. Y le daba con un
palo y le decía:
-Canta, que te doy con la palanca.
Y, claro, la muchacha cantaba. Iban de puerta en puerta
cantando. Y si iban a otra:
-Canta, que te doy con la palanca.
Así estuvieron mucho tiempo, pero ya llegó un día a una casa y
dice él:
-Ay, ¿puedo dejar esto aquí que vengo enseguida, que no me
tardo nada?
Y dice:
-Pues sí, señor, si aquí no hay nadie, si yo me voy a ir también.
-Ah, pues entonces lo dejo.
La muchacha, de que se vio que estaba sola, dijo:
-Señora, que estoy aquí. Señora, que estoy aquí.
Fue corriendo, avisó a la policía y vinieron y la abrieron.
···
36
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
A otra también le pasó: Tenía tres anillos de oro y se le cayeron
en el zurrón.
-Deme usted mis anillitos de oro, que se me han caído ahí.
Y dice el hombre:
-Venga. Entra tú y sácalos.
Y cerró el zurrón y la dejó dentro. Y luego cantaba la
muchacha:
Por tres anillitos de oro
que en el zurrón me dejé,
por tres anillitos de oro
en el zurrón moriré.
CUENTECILLOS LÚDICOS Y DE ANIMALES
Marcos se casó en Segovia
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Marcos se casó en Segovia / manco, tuerto y jorobado,
qué tal sería la novia / que Marcos salió engañado.
Cuentecillo de los pies
INFORMANTE: Clemente Mediavilla Barragán
Un dos pies se sentó en un tres pies a comerse un pie, vino un
cuatro pies y le quitó el pie. Cogió el dos pies el tres pies, se lo
tiró al cuatro pies, el cuatro pies soltó el pie, cogió el dos pies el
pie y se sentó en el tres pies a comerse el pie.
Cuentecillo de la zorra y los perros
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
Era una zorra que iba por un camino y detrás de ella iban
muchos perros grises y ella corriendo mientras escuchaba ladrar
a los perros. Y decía:
37
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-Sí, hombre, cantad, cantad, que yo voy buena para bailar.
ROMANCES E HISTORIAS DE CORDEL
Canción de presentación de un romancero
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Somos cristianos,
todos muy devotos
y estos consejos
venimos a dar,
que todos, todos,
seamos buenos
y a nadie, nadie,
hacerle mal.
Que vivimos cuatro días
bajo el poder de Dios,
que Dios con su poderío
a todos nos creó.
Y que por eso
todos los domingos
y días de fiesta
debemos de ir
a oír la misa
que el padre santo
dentro del templo
nos va a decir.
Corred, corred, jovencitas,
corred, corred, poned interés,
a oír la santa doctrina
que os damos a entender.
Las señas del esposo I
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado.
38
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
-Por allí viene un soldado,
ay, si vendrá de la guerra.
-Sí, señora, de allí vengo,
¿tiene usted alguien que le duela?
-Sí, señor, tengo a mi novio
que hace tres años que está.
-Déme usted pelos y señales
por ver si lo conociera.
-Mi novio es alto y moreno,
sargento de Transmisiones,
lleva un escudo bordado,
bordado de tres colores.
-Sí, señora, lo conozco,
muerto en la guerra se queda,
y yo lo estuve velando
por delante la trinchera,
y en el testamento dice
que me case con su prenda.
-Eso que sí no lo hago,
eso que sí no lo hiciera.
¡Casarme con otro hombre
y mi novio muerto en la guerra!
-Abre los ojillos, Carmen,
si me quieres conocer,
aquí el que está en el caballo
a ver si tu novio es.
Mucho te he querido, Carmen,
mucho más te querré,
porque has sabido guardar
la honra de una mujer.
Romance Las señas del esposo II
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Estando yo en mi balcón
colgando un mantón de seda,
vi venir un militar
que venía de la guerra.
Me bajo y le pregunto
que si venía de la guerra:
“Sí señora, de allí vengo,
¿tiene usted alguien que le duela?”
“Sí señor, tengo a mi novio,
que lleva tres años en ella
y por eso le pregunto,
a ver si lo conociera”.
“Señora, que lo conozco,
muerto ha quedado en la guerra,
por caso estuve velando
pa que testamento hiciera.
Y en el testamento dice
que me case con su prenda.”
“Eso sí que yo no lo hago,
eso sí que yo no lo hiciera,
yo casarme con usted
y mi novio muerto en la guerra.”
“Levanta los ojos, Carmen,
si me quieres conocer,
que yo mucho te he querido
y mucho te voy a querer.”
Allí se dieron los abrazos
y también los suspiros
porque se habían encontrado
los dos novios perdidos.
El quintado
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
INFORMANTE: Mª Antonia Lucía Valentín Jurado.
Mes de mayo, mes de mayo,
ya llegó la primavera,
cuando los quintos soldados
se marchan para la guerra.
Unos ríen, otros lloran,
otros llevan mucha pena
y el que va en medio de todos,
el que más penita lleva.
Le pregunta el capitán:
-¿Por qué llevas tanta pena,
es que te marea el barco
o el humo de la caldera?
-A mí no me marea el barco
ni el humo de la caldera,
la noche que me casé
me traen para la guerra.
Tan bella que es mi mujer,
tanto que me acuerdo de ella,
aquí llevo un retratito
metidito en mi cartera
El capitán que la ve
se ha enamorado de ella:
-Márchate, soldado, márchate,
márchate para tu tierra,
que por un soldado menos
no se perderá la guerra.
-Ábreme la puerta, luna,
ábreme la puerta, estrella,
-Mi puerta ya no se abre,
mi puerta ya no se cierra,
hasta que no vea venir
a mi esposo de la guerra.
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
-Ábreme la puerta, luna,
ábreme la puerta, estrella,
que sólo por tu hermosura
me han librado de la guerra.
Allí fueron los abrazos,
allí fueron los gemidos,
allí fueron los sollozos
de los dos amantes queridos.
La cristiana y el rey de Granada1
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Corriendo van por las vegas
hasta llegar a Granada
hasta cuarenta gomeles
y un capitán que los manda.
Al llegar a la ciudad,
jalando su yegua blanca,
vio estar a una cristiana
que entre sus brazos observaba.
-Enjuga el rostro, cristiana,
no me atormentes así,
que tengo yo, mi sultana,
un gran harén para ti.
Tengo un palacio en Granada,
tengo jardines y flores,
tengo una fuente dorada
con más de cien surtidores.
Y tú mi sultana eres,
1 Consultados los expertos María Jesús Ruiz y José Manuel Fraile, identifican
este texto como un poema libresco, probablemente aprendido en un libro
escolar y posteriormente popularizado por los propios escolares. De estilo
modernista, podría situarse dentro de la corriente de inserción de textos
similares en los libros escolares de la primera mitad del siglo XX.
42
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
que están desiertos mis salones
y está mi harén sin mujeres.
Yo te daré terciopelo
y perfumes orientales,
de Grecia te traeré un velo
y de Cachemira, sales.
Yo te daré blancas plumas
para que adornes tu frente
más blancas que las espumas
de nuestros mares de oriente.
-¿Para qué quiero yo eso
-le contestó la cristianasi mis montes de León
valen más que tu Granada,
si me quitas a mis padres,
mis amigos y mis damas?
Escuchóla en paz el moro
y manoseando su barba
hizo como el que medita
(en sus mejillas hay lágrimas)
y jalando su caballo
dijo así a la cristiana:
-Enjuga el rostro, cristiana,
si es que ya has dado tu amor
a alguno de tus guerreros,
huye del edén, no llores,
vete con tus compañeros.
Y dándole su caballo
y la mitad de su guardia,
el capitán de los moros
volvió en silencio la espalda.
María Antonia (fragmento)
43
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
María Antonia, tú estás loca,
tú no sabes lo que has hecho,
olvidar a un primo hermano
por querer a un forastero.
Rosita la cigarrera
INFORMANTE SIN IDENTIFICAR
En el jardín de (...)
a la sombra (de) una palmera
se pasea la más bonita,
Rosita la cigarrera.
Pero un pobre barrendero
que al otro lado se hallaba
se marchó para Rosita
por ver si la camelaba.
“Rosita, camelada,
mira lo que te voy a decir,
si no estás enamorada,
enamórate de mí”.
Y Rosita le contesta
con la sonrisa en los labios:
“No he pensando echarme novio
hasta tener veinte años,
y si acaso me lo echara
no ha de ser un barrendero,
que ha de ser un cobrador
que cobre mucho dinero”.
Treinta y dos años tenía
Rosita la cigarrera,
treinta y dos años tenía
y todavía estaba soltera.
No tiene padre ni madre
44
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
ni tiene amor con dinero
y a todas horas dice:
“Quién pillara a un barrendero”.
Juegos y canciones
JUEGOS INFANTILES
Juegos infantiles de varones
INFORMANTE: José Amaro Vázquez
El borrego blanco y negro. Jugábamos cinco o seis y nos
poníamos en una ventana y el que se quedaba saltaba en lo
alto.
Prima. Saltar al burro sin pasarse de la raya.
Billarda. Se hacía una billarda, que es un palo de dos puntas.
A la guardia los ladrones. Jugábamos por los callejones.
La rachuela la montá.
Trompo. Se tiraba al redondel y el que no se salía del redondel.
Cholis o bolillas. Jugábamos a perrilla el peo.
El aro. Nos pegábamos una pechá de correr que no veas.
Las herrás. Hacíamos como una corralada de piedra y
tirábamos la pelota.
La perra escondida. Uno escondía un trapo y había que
buscarlo y el que encontraba el trapo le pegaba perrillazos al
que estaba más cerca. Cuando estaba buscando se decía
“caliente, frío”.
Juego de corro: Mi abuela tenía un peral
INFORMANTE: Todas las mujeres
Mi abuela tenía un peral
cargado de peras finas (bis)
y en la picota más alta
cantaba una golondrina (bis).
45
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Por el pico echaba sangre
y por la cola decía (bis):
Malditas sean las mujeres
que de los hombres se fían (bis).
A los hombres garrotazos
y a las mujeres, palizas (bis)
y a las niñas de este corro,
bombones y peladillas (bis).
Canción de corro: En Francia hay una niña
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
En Francia hay una niña,
hija de un capitán.
Qué hermoso pelo tiene,
quién se lo peinará.
Se lo peina su tía
con peine de cristal.
La niña ya se ha muerto,
la llevan a enterrar
y encima de la tapa
tres pajaritos van
cantando el pío, pío,
cantando el pío van.
FORMA DE CANTAR CADA DOS VERSOS:
En Francia hay una niña, curubí, (bis)
hija de un capitán, curubirubí, curubirubá,
hija de un capitán.
Juego de paseíllo o corro: La dama
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado (y otras
voces a coro)
CANTAN LOS NIÑOS:
Ay, moza vieja,
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
que no estás casada,
que te estás arrugando
como las patatas.
Pues dame la mano,
qué salada estás.
Dámela con pimiento,
lechuguina de mi amor,
para ir a la verbena
juntitos los dos.
Que salga la dama, la dama,
vestida de marinero,
que vale más pesetas
que estrellitas tiene el cielo.
Y ese cuerpo y ese talle
y ese poquito (de) meneo
y esa cara tan bonita
que tiene tanto dinero [salero].
CANTAN LAS NIÑAS
Qué haces, mozo viejo,
que no te has casao,
que te estás arrugando
como el bacalao.
Que dame la mano
con pimiento,
lechuguino de mi amor
para ir a la verbena
juntitos los dos.
Que salga la dama, la dama,
vestida de marinero,
que vale más pesetas
que estrellitas tiene el cielo.
Este cuerpo, este talle,
este poquito de meneo
vale más pesetas
que estrellitas tiene el cielo.
47
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Juego de paseíllo y corro: La jeringonza
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Una paloma blanca
como la nieve
se ha metido en tu pecho,
salir no puede.
Ay que sí, que lo quiero yo.
Que salga usted,
que la quiero ver bailar,
saltar y brincar
y andar por el aire,
con lo bien que lo baila la moza,
que dejadla sola,
solita bailando,
y busca compaña,
compaña y apaña.
Juego de prendas en corro: El anillo
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
El anillo está en la mano,
de la mano ya voló,
volín, volón, [florín, florón]
de la mano ya voló,
volín, volón, [florín, florón].
¿Quién tiene el anillo?
COMENTARIO DE LA INFORMANTE: Si no se acertaba se pagaba
una prenda (dar un pendiente, un beso a un muchacho...)
Juego de paseíllo: Al alimón (Al álimon)
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Al álimon, al álimon,
que se ha roto la fuente,
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
al álimon, al álimon,
que hay que arreglarla ya.
Oración infantil para vestirse
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Con esta camisita me visto,
en el nombre de Cristo.
Cristo es mi padre,
San Juan, mi padrino,
Dios me guíe el alma
por buen camino
como se la guió
a Jerusalén, amén.
Bendito y alabado sea
el santísimo sacramento del altar.
Tu pureza limpia
de la Virgen María
Santísima, amén.
CANCIONES FESTIVAS
Copla de Carnaval
INFORMANTES SIN IDENTIFICAR
Esos dos que van en medio,
que parejita que son,
si la vista no me engaña
el novio y la novia son,
olé y olá,
saca a ese mozo a bailar,
sácalo que es muy salao
y verás cómo se pone
la gorra de medio lao,
olé y olá,
la gorra de medio lado
49
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
y el pantalón a lo chulo,
saca a ese mozo a bailar
aunque no sea novio tuyo,
olé y olá.
El anillo que me diste
de las tres perlas azules,
tres días lo tuve puesto,
sábado, domingo y lunes,
olé y olá.
saca a ese mozo a bailar...
Canción de quintos
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
-Madre, ya se van los quintos
y yo no me puedo ir
porque dejo en la Cañada
un capullo a medio abrir
-Si te toca te aguantas,
que te tienes que ir,
que tu madre no tiene
para librarte a ti.
Coplas de rueda
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
El bonete del cura
va por el río
y el cura va diciendo:
“Bonete mío”.
Debajo de la capa
del señor cura
se crían verdolagas
como lechugas.
Mi suegra no se muere
por falta de alimento
50
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
porque tienen en la cabecera
una ristra de pimientos.
Mi suegra, como es tan larga,
la meto en un cobertor
y de lejos me parece
el pito (de) la fundición.
No te pongas la pelliza
aunque haga mucho frío,
que va a decir la gente:
Con pelliza y nos ha comío.
Eché un limón en un pozo,
bajó abajo y echó ranas
te tengo que estar queriendo
aunque me pese mañana.
Dicen que me vas a dar
veneno para que muera,
mira que te ha de pesar
que a mí me coma la tierra.
Mi suegra a mí no me quiere
porque no tengo perrillas,
pero tengo un automóvil
que la llevo a la parrilla.
Dicen que me quieres mucho
y es mentira, no lo creo,
que para tantos quereles
poco desatino veo.
Ya salen las casaditas,
ya salen de los rincones,
ya salen las casaditas
robando los corazones.
Arrincónamela y échamela al rincón,
51
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
si es casada la quiero
y si es mocita, mejor.
Eres como aquel canario
que va a la mar y se baña,
que con el pico menea la arena
y enturbia el agua.
Los mocitos forasteros,
cuando tienen un realillo,
lo cambian por perras sueltas
pa que le suene el bolsillo.
Como quieres que te quiera
si yo no puedo quererte,
si el amor pide cariño
y yo no puedo ni verte.
Eché arena en tu tejado
creyendo que iba a llover,
se retiraron las nubes
como yo de tu querer.
Así se lo pone el bando,
así a lo bandolero,
así a lo sevillano
y así, morena, te quiero.
UNO DE LOS ESTRIBILLOS:
Para bailar me quito la capa,
para bailar la capa quitá,
yo no puedo bailar con la capa,
con la capa no puedo bailar.
OTRO DE LOS ESTRIBILLOS:
A la flor del romero,
romero verde,
si el romero se seca
52
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
ya no florece,
ya no florece, ya ha florecido,
que ya se ha perdido.
···
Al precio de los merengues
están los mocitos,
veinticinco a la gorda
los más bonitos
y los más feos,
veinticinco a la chica
sin regateo.
Anda y vete por ahí
y a la noche ven al baile,
que si no ha venido otro
estás tú primero que nadie.
···
Manolito, llévame al baile,
Manolito, llévame ya,
Manolito, llévame al baile
que a mí me gusta bailar.
Y me dice poniéndose serio
y me dice por lo bajito,
ojú, qué cara me pone,
ay, Manolo, Manolito.
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
A mi suegra la metí
de culo en un avispero
y despacio le conté
las arrobas que la quiero.
Cuando paso por tu calle
y no la veo barría
le digo a mi corazón:
“mala está la prenda mía”
···
La hierbabuena se cría
53
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
en la corriente del agua,
para qué me quieres hoy
si me has de olvidar mañana.
Vamos, moreno,
vamos los dos
a coger la hierbabuena
que mi moreno sembró.
Vamos, moreno,
vamos los dos.
INFORMANTE: Pedro Navarrete Romero
El que de alpargatas se viste
y de mujeres se hace caso
se verá siempre
en cueros y descalzo.
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
No hay lunita más clara
que la de enero
ni amores más queridos
que los primeros.
Anda salero,
que los primeros.
A la luna de enero
le falta un punto
y a mí para quererte
me falta el uso.
Anda salero,
me falta el uso.
Anda, vete, anda, vete,
amor querido,
no sabes con la pena
que te lo digo.
Anda salero,
que te lo digo.
54
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Parece que tú me miras
con un poquito de odio,
mira, niño, que yo no he sido
la que te ha quitado el novio.
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Anda, vete, anda, vete,
yo no te llamo
donde paso el invierno,
paso el verano.
Anda salero,
paso el verano.
Tengo un canario en mi casa
que canta cuando te nombro,
mira si te nombraré
que hasta el canario está ronco.
Parece que ha nevado
según blanquean
las tejas del tejado
de mi morena.
Anda salero,
de mi morena.
Eché arena en tu tejado
creyendo que iba a llover,
se retiraron las nubes
como yo de tu querer.
¿Te quieres venir conmigo
a la viña de mi abuelo?
Y debajo de una parra
te diré lo que te quiero.
Te diré lo que te quiero
y por qué te quiero tanto
y por ti duermo en el suelo
y de cabecera un canto.
Eché una piedra a rodar
y en tu puerta se paró,
55
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
hasta los limones saben
que nos queremos los dos.
INFORMANTE: Natividad Serena Perea
Al cocherito (de) la Mota
se le cayó la mascota,
a dónde fue a parar,
a la puerta de su novia.
Su novia ya no lo quiere
porque no tiene calzones,
su madre le va a hacer uno
de la pellica (de) los ladrones.
Coplas de los bailes
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
La que quiera madroños,
ay, cogedme, que me, que me caigo,
vaya a la sierra (bis),
que se están desgajando
ay, cogedme, que me, que me caigo,
las madroñeras (bis).
Con esta pieza y otra,
ay, cogedme, que me, que me caigo,
se acaba el baile (bis)
por la puerta, señores,
ay, cogedme, que me, que me caigo,
se va a la calle (bis).
Ampliación de Pilar Paños:
En el cerro Cerojo
ay, cogedme, que me, que me caigo,
garbanzos verdes (bis),
como está cuesta abajo,
ay, cogedme, que me, que me caigo,
no hay quien lo siegue (bis).
56
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Coplas que los fumigadores sacaron a las casadas en el baile
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Las casadas van al baile
a mirar y a criticar,
la culpa es de los mocitos
que las dejamos pasar.
Hay que tener un abrigo de señora
o tener una señora de abrigo,
la señora se sube en la parra,
pobrecito del marido.
Jota de serenata
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Bárbaros andaluces
que han querido meter
un Santo Cristo de bronce
por el culo de un francés.
ADIVINANZAS
Una cosa o poco más
traigo para su regalo
y se mete en su casita
triste, flojo y arrugado.
El abanico
Verde fue mi nacimiento
y de luto me volví,
los palos me atormentaron
y oro fino me volví.
La aceituna
Como cosa de una cuarta,
tres nudos y no se desata.
57
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
El almirez
Nevada tiene la sierra,
el tiempo lo trae,
los largos son cortos,
los muchos pocos,
los dos son tres,
aciértame lo que es.
Un anciano (pelo blanco, los años, los pasos, los dientes, las
piernas)
Tan grandes como una avellana
y pesan más que una campana.
Las ascuas
Redondo como una olla
y tiene culo, pepe y polla.
El barril
Hembra fue mi nacimiento,
varón mi mocedad
y al cabo de mucho tiempo
hembra me volví a quedar.
La bellota, el chaparro y la encina
Estando pingui pingando
vino hocín hozando
y se comió a pingui pingando;
llegó lobín lobando,
se comió a hocín hozando
y se quedó pingui pingando.
La bellota, el cerdo y el lobo
Pelo por fuera,
pelo por dentro,
alzo la pata
y se la meto.
El calcetín
58
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
Entre pared y pared
hay una mujer:
Con los dientes
llama a los parientes,
con los colmillos
a los chiquillos
y con las muelas
a las mozuelas.
La campana
PEGADURA: Pues come mierda de gitana.
Pila sobre pila
y un palito encima.
El candil
PEGADURA: Pues come mierda del bacín.
Un tintín,
un tantán,
un garabatín,
un garabatán.
El candil
Doña María está tendida,
don Juan bailando encima,
mientras don Juan va y viene
doña María abierto lo tiene.
El cedazo
Tan grande como un pepino
y va dando voces por un camino
El cencerro
El muerto estaba enterrado
vigilado por un cautivo,
vino el vivo, se comió al cautivo
y el muerto se comió al vivo.
El cepo(muerto), la aluda (cautivo) y el pájaro (vivo)
59
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
Tan grande como una reata
y le da vuelta a la casa.
El cerco
PEGADURAS: Pues bésale el culo al puerco / Pues come mierda
de puerco
Un chiquillo regordete
a su madre se la mete.
El cerrojo
En un toril muy redondo
andan los bueyes cachondos.
Los chicharrones (torreznos) en la sartén
Verde fue mi nacimiento
y negra mi mocedad
y me vistieron de blanco
cuando me fueron a enterrar.
El cigarrillo
Larga y dura
todos los hombres la tienen
y también el señor cura.
La corbata
Redondo como un mantecado
y tiene pelos a los lados.
La coronilla del cura
Tengo un anillo que hace
roscas, rosquetes, rosquillas.
y bollos de chocolate
El culo
En un cuarto muy oscuro
está Periquillo seguro.
La escopeta
60
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
En lo alto de aquel cerro
había un hombre merendando,
se sacó la gandumba
y se le secó el nabo.
El gamón
La iglesia chiquita,
la gente menudita,
el sacristán de palo,
si no te lo digo
no lo aciertas en un año.
La granada
En el campo me crié
vestida de terciopelo,
no soy fraile ni monja
y espero ir al cielo.
La liebre
En aquel cerro hay un becerro,
no es tuyo, no es mío, que es ajeno.
El lobo
A pesar de tener patas
no me puedo mover,
llevo la comida a cuestas
y no la puedo comer.
La mesa
Acertaón, acertajín,
¿qué tiene el rey en la nariz?
Los mocos
Verde fue mi nacimiento,
colorada mi mocedad,
ahora me visten de negro
para poderme matar.
61
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
La mora
Un fruto que no atraganta
aunque se quede en la garganta.
La nuez
Dos ventanitas
con dos celosías
que ocultan siempre
dos niñas bonitas.
Los ojos
Envuelta en un cobertor,
haga frío o haga calor.
La oveja
Cae de una torre
y no se hace nada,
se hace polvo
si cae al agua.
El papel
Redondo como un queso
y nadie levanta eso.
El pozo
Tan grande como un queso
y no tiene huesos.
El reloj
En Roma me titulé
y llevo el nombre de Ana
colgadito en la espalda [repartido por toda España].
La romana
En el campo me crié
con mucha fantasía,
el nombre tengo de santa
62
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
y el apellido de día.
La sandía
Dicen que soy rey
y no tengo reino,
afirman que ando
y no me muevo [meneo]
arreglo relojes
y no soy relojero.
El sol
Redondo como un queso
y alumbra el universo.
El sol
Estando mi madre en la cocina,
llegó uno y se le echó encima
y mi madre le dijo que no,
que en la cama se hacía mejor.
El sueño
Estando yo sentada en mi cocina,
vino un hombre y se echó encima
y yo le dije que no,
que en la cama se me da mejor.
El sueño
Más grandes que unas tijeras
y sirve para mover las candelas.
Las tenazas
Tengo un reloj distraído
hecho de dos pelotas
del tamaño de dos melones
que por la punta echan gotas.
Las tetas de la cabra
Una corona y tres pies,
63
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
¿adivina lo que es?
Las trébedes
En la puerta está
y no quiere entrar.
El umbral
PEGADURA: Pues bésale el culo a tu Juan y, si no está allí, me lo
besas a mí.
Cuatro andantes,
cuatro mamantes,
un tapaculo
y dos aguzantes.
La vaca o el toro
En mi casa hay un viejo
que come más que perdices y conejos
[En mi casa hay un viejo
que come más que cien perdices
y mil conejos]
[En mi casa hay un viejo
que come lo que no quieren
las perdices y los conejos].
El váter
Toda la noche estoy
con el bocarrón abierto
esperando que me metan
el trozo de carne dentro.
El zapato
Por allí vienen nuestros padres,
maridos de nuestras madres,
padres de nuestros hijos
y nuestros propios maridos.
Cada mujer se había casado con el padre viudo de la otra
En Roma me fabriqué
64
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
y traigo el nombre de Ana,
vengo quitando porfías
por todo el reino de España.
La romana
Olas y no es del mar,
cerdas y no es de caballo
y a menos que lo acierte
tiene que estudiar un año.
El trigo
Estando ronquín roncando
se comió a colguín colgando,
después vino saltín saltando
y se comió a ronquín roncando.
El cerdo, la bellota y el lobo
¿Qué le dice la vaca al ratón?
-Tú tan chiquitito y con bigote.
¿Qué le contesta el ratón a la vaca?
-¿Y tú, so guarra? Tan grande y sin sostén.
¿En qué se parece
el tren al hilo?
En que los dos pasan por la aguja
¿En qué se parecen
las aceitunas a las mujeres?
En que siempre cogemos las mejores
Dichos y hechos
VOCABULARIO COLOQUIAL
1. Almaraúje: tomillo
65
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
2. Al tortoruelo, torteruelo: desorden (=al retortero)
3. Arrebujarse: encogerse
4. Arriscado: saleroso, apañado
5. Avilortado: atolondrado
6. Bolindre: canica
7. Cochofro: cochifrito
8. Compañones: testículos
9. Chinglar: beber con alguien para hacer un trato
10. Choli: canica
11. Dar la vuelta al rinquín: campanada
12. Emprincipios: zapatos
13. Engarbito: desabrigado
14. Laberintosa: liosa
15. Morro: tonto, alelado (matiz cariñoso)
16. Pedazo: churro
17. Pucheroso: con poca gracia
18. Reidero: ridículo
19. Resistiero: canícula
20. Saludaor: sanador, curandero
21. Truque: juego de la rayuela
22. Vuelta rintín: voltereta o vuelta de campana
FORMA DE SALUDAR:
-Vamos allá.
-Allá vamos.
Expresiones y refranes
REFRANES Y FRASES HECHAS
1.
Con paraguas y alpargatas se hacen buenas
caminatas
2.
Viva la gallinita con su pipita (frase de don Paco Miras,
médico del pueblo. Se refiere a la úlcera que crían las
gallinas y con las que conviven toda su vida; viva cada
uno como mejor pueda con la enfermedad que tenga)
3.
Malo seas y bien te vendas
66
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
No lo hagas y no lo temas
No pidas a quien pidió ni sirvas a quien sirvió
Entre gavilla y gavilla, hambre amarilla
Quien mucho habla mucho hierra
No hay peor cosa que un pobre harto de pan
Mientras más vieja más pelleja
Tú eres lo que tu vecina quiere
El tiempo desengaña
Niño llorón, bocabajo y bofetón
Más vale un mal marido que un buen amo
A Santo que mea en la pared no hay que creer
Cuando la lavandera mea, si no ha acabado poco le
queda
16. Los niños y los tontos dicen la verdad
17. El que va a la escuela y no lee es como el que caga y
no pee
18. Entre padre, hijo y hermano nadie mete la mano
19. Más son los mandaos que los llamaos
20. Quien mucho duerme, poco vive
21. Cría buena fama y échate a dormir, críala mala y
échate a morir
22. Cuando la puerca se lava la cara todo el mundo se lo
repara
23. Fantasía y pobreza, todo es de una pieza
24. El dinero del mezquino anda dos veces el camino
25. Dicen que en la casa llena muy pronto se avía la cena,
pero en la vacía antes se avía
26. El que pregunta no yerra
27. No dejes camino para coger trocha
28. Los egoístas mueren solos
29. Al hombre pobre, la cama se lo come
30. Por San Andrés, mata tu res, grande, chica o como
esté
31. Dichoso el mes que entra con vino y sale con tocino
(octubre o noviembre)
32. Teta y sopa no caben en la boca
33. Viste un palito y verás qué bonito
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
34.
El que va a por vino y no lo prueba, en el camino va
burro y viene pollino
35. Niño que no llora, teta que no mama
36. Marido en la cocina, calentura continua
37. El tabaco, el vino y la mujer echan al hombre a perder
38. A nadie le huelen sus peos ni sus hijos le son feos
39. Quien borracho se acuesta, con agua desayuna
40. Cuando el español canta, si no está jodío poco le falta
41. El viejo desvergonzado hace al niño malhablado
42. Al que madruga Dios lo ayuda, y uno que madrugó un
costal se encontró, pero más madrugó el que lo perdió
43. Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro
44. Hay quien mea en lata y no suena y quien mea en
lana y truena
45. Por la caridad entra la peste
46. Hay que querer al bueno para que te honre y al malo
para que no te deshonre
47. Quien de joven no trota, de viejo galopa
48. Quien níspero come, bebe cerveza, espárragos chupa
y besa a una vieja, ni come ni bebe ni chupa ni besa
49. Una buena capa todo lo tapa
50. La mancha de la mora con otra verde se quita
51. Dos hijos y una madre, tres enemigos para el padre
52. Parentesco que no luce, peñasco que lo desmenuce
53. Ni el noble ni el fresco conocen su parentesco
54. Con una misa y un marrano hay para todo el año
55. En la puerta del rezador no pongas trigo al sol
56. Angelitos al cielo, chocolate a la barriga
57. La vela que va delante es la que alumbra
58. El ajo limpia el diente y sana el vientre
59. Los novios son como las moscas, unos van y otros
vienen
60. Con paciencia y saliva se la metió el elefante a la
hormiga
61. Barriguita llena a Dios alaba
62. Manca es María con la casa vacía
63. Tienes cara de San Antonio y hechos de demonio
64. Hasta el mejor escribano echa un borrón
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
65.
66.
67.
68.
69.
70.
71.
72.
73.
74.
El que cuece y a masa por todo pasa
Cuanto más listo, más ignorante
Quien dice la verdad ni peca ni miente
Tras los higos y brevas, vino bebas
Para empezar a fumar has de saberlo ganar
No hace la zorra en un año lo que paga en una hora
Te conozco, bacalao, aunque vengas disfrazao
El ratón planea, llega el gato y lo estropea
Solterón y cuarentón, qué suerte tienen los dos
En fin, en fin, más corre un galgo que un mastín, pero al
final del año corre más el mastín que el galgo
75. Quien cierra al pobre la puerta, la del cielo no la
hallará abierta
76. Más vale estar de buen humor que tener en la cabeza
un tumor
77. Un tonto hace cientos
78. Con la ayuda del vecino mató mi padre un cochino
79. No hay sábado sin sol ni mocita sin amor, ni callejón sin
retuerta ni vieja que no sea pelleja
80. Tú echas las cuentas y otros te las suman
81. El cuidado y la atención son una obligación
82. Después de conejo ido, palos a la madriguera
83. Dios le da pañuelos a quien no tiene mocos y le da
mocos a quien no se los sabe sonar
84. Para el tiempo que nos queda en el convento nos
cagamos dentro
85. Las buenas yuntas, Dios las cría y ellas se juntan
86. Las madres que tienen hijos se creen que tienen un
caudal y tienen un carro de estiércol si lo quieren sacar
87. Cuando tu casa la barre el aire, a presumida no hay
quien te gane
88. Una tormenta y una mala cena pronto se ordenan
89. La niña que tiene punto y no tiene con qué coma,
tiene que vender el punto para que con el punto coma
90. Si quieres saber quién es Periquillo, dale un mandaíllo
91. No pises el rabo a bicho que no conoces
92. A quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos
93. ¿Quién es tu hermano? Tu vecino más cercano
69
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
94.
95.
96.
97.
Entre parientes honrados, cumplimientos excusados
Candil de puerta ajena y la tuya a oscuras
No hay muerte que venga que achaque no tenga
Las buenas palabras y el caldo de gallina no le hacen
daño a nadie
98. Huyendo del perejil me dio en la nariz
99. Una mano lava la otra y las dos lavan la cara
100. No preguntes para que no te mientan
101. Cuando salgo a la calle me pongo el gorro por las
faltas que me ponen y por las que pongo
102. Donde no se llega con la mano se llega con la punta
de la espada
103. Junta tu sangre con la ajena y verás si son penas
104. Está visto y comprobao: al que le dan por culo está
gordo y colorao
105. Entre noche y día no hay pared
106. El lobo aullando y la oveja berreando
107. Si te pica el alicante, llama al cura que te cante
108. Si te pica el escorpión, coge pala y azadón
109. Muerta o viva, la costura para arriba
110. Gallina cacareadora, poco ponedora
111. Con dos que se quieran bien, uno que coma basta
112. Por la chimenea el gatito mea
113. Obligado te veas para que lo creas
114. El que mucho corre pronto para
115. El mejor desprecio es no hacer aprecio
116. Cocido sin espumar, comes mierda sin pensar
117. Pájaro seas y en mano de muchacho te veas
118. En el negocio que no hay ganancias las pérdidas están
al caer
119. El que ahorra una cerilla cuando puede tiene un duro
cuando quiere
120. La familia y la inquisición, cuanto más lejos mejor
121. Vanidad y pobreza, todo es una pieza
122. Agua corriente mierda no consiente
123. Cojera de perro y llanto de mujer no hay que creer
124. Lo que has de dar a los sobrinos gástatelo en jamón y
vino
70
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
125. La persona curiosa tiene un refrán para cada cosa
126. El que menos tiene, menos precisa
127. En la mesa y en el juego se conoce al caballero
128. Está más cerca lo que se atiende que lo que se ve
129. El amor y la tos no se ocultan
130. Si quieres triunfar en la vida, ama, perdona y olvida
131. En la pesca y en la caza, cachaza
132. De paja y heno, jergón lleno
133. Mientras la grande se levanta, la chica barre la casa
134. El que calla y obedece, jode tres veces
135. Al médico y al letrado, hablarle claro
136. Mañanita de niebla, tarde de paseo
137. Borreguitos en el cielo, charquitos en el suelo
138. Cielo emborregado, a los tres días mojado
139. Lloviendo y haciendo calor, el tiempo del pastor
140. San Marcos llena los charcos, San Lucas los desocupa y
San Miguel los vuelve a llenar otra vez
141. Habiendo hambre no hay pan duro
142. Come buena carne y bebe vino añejo y te relucirá el
pellejo
143. Por mucho pan nunca es mal año
144. El mozo, por no saber, y el viejo, por no poder, echan
las cosas a perder
145. Jaula abierta, pájaro muerto
146. Quien mucho pregona poco vende
147. El que se busca el mal por su mano, vaya al infierno a
llorar
148. El que deja camino por verea, atrocha pero rodea
149. El hombre fuerte de boca, flojo de bragueta
150. El mucho hablar envilece y el mucho rascar escuece
151. A mucho pedir, poco dar
152. El que va a por leña verde, cuanto más ande más
pierde
153. Mientras más te agaches más se te ve el culo
154. No compres burro cojo contando con que va a sanar
155. No te fíes de dos gitanos que el que no te la da a la
entrá te la da a la salida
156. Si fueras sol no calentarías a nadie
71
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
157. Recadito en reunión, falta de educación
158. No lo hagas, no lo temas
159. Niño que no llora, teta que no mama
160. Cuando el diablo no tiene nada que hacer mata
moscas con el rabo
161. La primera mujer, escoba, y la segunda, señora
162. Cuando dos se están queriendo la mujer es la que
manda y en saliendo de la iglesia los papelillos se
cambian
163. Mujer compuesta quita el marido de otra puerta
164. El que se casa quiere casa
165. Las mujeres, cuando paren, se acuerdan de San
Ramón y no se acuerdan de nadie cuando están en la
función
166. Anduviste escogiendo como peces en banasta y fuiste
a dar con uno de mala casta
167. Estuviste escogiendo en todas las ferias y te has venido
a enamorar de un títere de comedia
168. En cosas de novio no te metas que salen perdiendo las
alcahuetas
169. El que de alpargatas se viste y de las mujeres se hace
caso, se verá en cueros y descalzo
170. En casa del rico pudiente a la mujer tengas por
pariente
171. Si mi suegra viera y mi cuñao oyera no habría hombre
que al campo saliera
172. Lo que yerra el médico la tierra lo tapa
173. Peyendo fuerte y meando claro, a tomar por culo
médicos y cirujanos
COMPARACIONES
1.
2.
3.
4.
Saltas más que un haba tostá
Eres más falso que Judas
Eres más fea que un perro presa
Eres más soso que un plato de nabos
72
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
5. Como las madrugadas del sardinero, que le daba el sol
en el culo y creía que era un lucero
6. Más vale un feo remiendo que un bonito rajón
7. No es lo mismo tener familia en La Mancha que una
mancha en la familia
8. No es igual comprarse un traje negro que verse negro
para comprarlo
9. Más da el duro que el desnudo
PIROPOS
Piropo de su abuelo a su abuela
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Corazón sin trampa,
morcilla si atadero,
si vieras lo que te quiero...
Soy el árbol del paraíso,
me tienes paralizado.
Si tú me dieses permiso
para sentarme a tu lado,
si no tienes compromiso...
Rosa mística encarnada,
hermosísimo narciso,
te quedaste elevada
en la flor del paraíso.
No te quedes elevada
al oír estas razones,
tráigame una copa de agua,
señorita, y usted perdone.
Ya viene la copa de agua
y de flores viene llena,
las manos que la traen
parecen dos azucenas.
Ya ha refrescado en mi pecho,
73
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
hermosísimo laurel,
adonde cogiste la copa,
rosa, vuélvela a poner.
FRAGMENTOS DE VIDA
Forma de cortejo practicada en el pueblo I
INFORMANTE: Alfonso Fernández Mellado
EL PRETENDIENTE: -Yo, por ti, me garrapicho.
LA PRETENDIDA: -Tu gusto sea.
EL SUEGRO: -Yerno tenemos (dando el consentimiento).
Forma de cortejo practicada en el pueblo II
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
Mi abuelo me lo contaba de otra manera. Cuando una
persona se iba a declarar a otra, cogía una porra, la tiraba en
la casa donde vivía la pretendida y decía:
-Porra en casa, ¿casa o no casa?
Si la porra se quedaba en la casa y no volvía, casaba. Si la
porra salía para fuera, no era aceptado.
(Alguien –en la grabación no se oye bien quién- dice que se
hacía también con un zapato.)
Bromas en tiempos de carnaval
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Una vez un mocito se disfrazó de mujer embarazada y nosotras
lo ayudamos a vestirse, le llevamos ropa, le llevamos una bata
grande que no sé cómo le sirvió porque él estaba muy gordo.
También le pusimos una jaula de perdigones atada con una
cuerda para que no se le cayera y pareciera la barriga. Pero
74
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
los mocitos metieron un gato dentro de la jaula. Usted me dice
a mí cómo estaría el gato.
Se fueron la calle abajo, toda la cañada, la carretera,
cantando “carnaval”, saltando, brincando... El gato estaba
como la madre que lo parió. Y cuando llega a lo de Antonio el
Cojo, se sienta en la esquina en medio de tanta gente como
había entonces y simula que va a tener el crío. A ver quién era
el guapo que le abría la jaula. Uno se puso por detrás y otro le
levantó las faldas y abrieron la jaula. El gato saltaba, brincaba,
se tiraba a la gente... Si no nos meamos fue porque Dios no
quiso porque aquello no era más que reír, reír y reír.
Otro día íbamos nosotras a la fuente a por agua y era también
día de carnaval, pero íbamos temprano para luego estar todo
el día jugando a la rueda. Y yo, que siempre he sido muy
laberintosa, dije:
-¿Por qué no les metemos unos pimientos pillos en la taberna
para que salgan todos echando leches?
Cogimos una lata de tomate y le echamos ascuas. Unas fuimos
a comprar y otras pusimos la lata detrás de la puerta. Y decían
los mocitos:
-Parece que habéis venido muchas a la tienda.
-Porque vamos todas a por agua y se nos han antojado unos
caramelos y nos los vamos a comer.
La puerta se veía desde la fuente. Al rato vemos salir a los
mozos de la taberna peyendo, tosiendo, uno detrás de otro. No
quedó ni uno dentro. Y decían:
-Esto ha sido la laberintosa de la María Antonia.
Entonces se juntaron todos y bajaron a la fuente: cántaro que
habíamos llenado, cántaro que nos vaciaban. Nos tiramos tres
horas para coger el agua. Ese fue el castigo que nos dieron.
Los mayos en la Cañada del Gamo
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Las fiestas eran el tres de mayo, como en todos los sitios, pero
en la Cañada se celebraba muchísimo. Antes iban los mocitos
75
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
a pedirle permiso al alcalde para que les dejara cortar una
encina, que le llamábamos “el leño”. Cuando ellos cortaban el
leño, las mocitas les llevábamos aguardiente para convidar a
los mocitos y delante de la casa donde estaba puesta la cruz
se ponía el árbol y se quemaba la noche del día dos allí
velando la cruz.
El día dos también, cuatro o seis mujeres iban a por flores
(cambrones, rosas montosas coloradas, mastrantos...) y otras
cuantas veníamos a Fuenteobejuna a encargar la tarta de
bizcocho con cuatro o cinco pisos para rifarla. Cuando
volvíamos ya tenían las otras las flores puestas en la cruz. La cruz
se ponía en medio de una habitación preparada sólo para ella,
se le ponían veinticuatro espejos (de manera que se veía que
la cruz estaba vestida por todos lados), cuadros grandes con
imágenes de San José y la Virgen y en el techo una lámpara
hecha de cuentas y ocho o diez metros de muselina. La
vestidura de la cruz la comprábamos en Azuaga y era
plateada. Y había nueve altares vestidos con lazos de papel de
seda.
Cuando las mocitas íbamos a llevarles aguardiente a los
mocitos, echábamos en una botella agua de Carabaña y un
poquito de aguardiente por lo alto para que oliera a eso.
Cuando bebían la caravana enfadaban con nosotros. ¡Vamos,
que ellos eran estupendos!
Y el día cuatro nos reuníamos todos otra vez: los hombre ponían
la carne y nosotras poníamos chorizo, jamón, fruta... de todo lo
que teníamos cada una en nuestra casa. Se hacían
gazpachos, guisos y unas roscas de pan a las que se les hacían
cortes preciosos con un peine de madera nuevo. Me acuerdo
que un año las mocitas nos quitaron nuestras roscas y se las
comieron. Allí había cuarenta o cincuenta personas para
comer (incluyendo los músicos) y había que darles de comer. Y
ya nos quedábamos bailando hasta las seis de la mañana. Eso
era el día cuatro. Cantábamos canciones como esta:
Para cantarle a los mayos,
cantando, navegando, navegué,
y a esta puerta hemos llegado y olé,
y a quién cogemos por mayo
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
cantando, navegando, navegué,
por esposa y por mujer.
La preferida es Dolores
cantando, navegando, navegué,
que es más bella que un clavel y olé.
Ella dice que lo quiere,
cantando, navegando, navegué,
y él dice que la querrá y olé.
Dos juegos del tiempo de carnaval
INFORMANTE: Josefa Montero Ramos
Jugábamos a colgar un cántaro de un extremo a otro de una
ventana y con los ojos vendados había que darle. Los que
aguantaban el cántaro decían: “Dale, dale” y tiraban de la
cuerda para que no alcanzara.
También jugábamos a tirarnos los barriles y los cántaros unas a
otras.
Remedios medicinales
INFORMANTE: José Amaro Vázquez
Para las verrugas tienes que ir a una encina y coger una hoja
con tres arrugas, te la guardas y se te secan las verrugas
mientras se va secando la hoja.
También hay un bicho, que es en realidad una promoción de
bicho, que se llama simbúscalo, que es muy difícil de ver.
La tuya cría una fila verde con pinchos y te metes tres en un
bolsillo cuando te duelen las muelas y se te quita el dolor.
Vaya forma de soplar
INFORMANTE: María Antonia Lucía Valentín Jurado
Estaba en un campo mi tío Hilario, que era un cachondo, con
más gente. Estaban todos sentados alrededor de la candela y
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JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
había una muchacha de unos quince años que estaba
soplando la candela, y se le fue un pedo. Claro, catorce o
quince hombres que había allí, empezaron todos a reírse y la
pobre muchacha dice:
-¿Sí? Pues os vais a enterar.
Se vuelve para atrás y le dice:
-Mira, o soplas tú o soplo yo, lo que tú quieras, pero aquí no
vamos a estar soplando los dos.
Se quedaron todos cortados y ella salió victoriosa.
ORACIONES
Oración infantil para vestirse
INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro
Con esta camisita me visto,
en el nombre de Cristo.
Cristo es mi padre,
San Juan, mi padrino,
Dios me guíe el alma
por buen camino
como se la guió
a Jerusalén, amén.
Bendito y alabado sea
el santísimo sacramento del altar.
Tu pureza limpia
de la Virgen María
Santísima, amén.
Canción a la madre difunta
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
En la tumba de una madre
no hay una flor que se seque
mientras que una hija querida.
con sus lágrimas la riegue.
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Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
En la tumba de mi madre
flores yo quise sembrar,
como las sembré llorando
nunca más se secarán.
Poesía
INFORMANTE: Pilar Paños Paños
La sirena de la mar
es una linda zagala
que por una maldición
la tiene Dios en el agua,
que su madre se la echó.
79
JUAN IGNACIO PÉREZ Y ANA MARÍA MARTÍNEZ
INFORMANTES
Nombre
Año de nacimiento
Josefa Montero Ramos
1936
Natividad Serena Perez
1938
Sebastián Rufo Montero
1955
Mª Antonia Lucía Valentín Jurado
1937
José Amaro Vázquez
1936
Dolores Esquina Hidalgo
1933
Emilia Calero Aguilar
1938
Pedro Navarrete Romero
1917
Pilar Paños Paños
1950
Clemente Mediavilla Barragán
1930
Santos Viñuales Fernández
1938
Teresa Casado Montenegro
1943
Alfonso Fernández Mellado
1961
80
Fuente Obejuna tiene MUCHO QUE CONTAR
ESTE ES UN LIBRO INACABADO
Seguramente, el lector estará pensando que otros muchos
textos podrían haberse incluido en este libro. Claro que sí.
Algunos los hemos dejado para un próximo volumen, pero otros
no nos los llegaron a contar.
Por eso, con objeto de completar el repertorio de la zona,
animamos a realizar un pequeño esfuerzo memorístico o un
sencillo trabajo de campo en su entorno más cercano y a
ponerse en contacto con la Asociación LitOral, donde
clasificaremos sus textos y les daremos difusión en próximas
ediciones.
No olvide recoger datos referentes a la persona informante
(nombre y apellidos, lugar y fecha de nacimiento...), así como
aportar sus propios datos personales para incluirle como
colaborador de la obra.
CONTACTO:
Asociación LitOral
www.weblitoral.com
[email protected]
81
Cuadernos de literatura de tradición oral
www.weblitoral.com
muchoquecontar
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