con énfasis en la elaboración de programas de desarrollo

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CURSO DE CONTROL Y GESTION DE
POLÍTICAS PUBLICAS
- con énfasis en la elaboración de programas de
desarrollo - 2002
TEMA: “La Corrupción, un fenómeno complejo”
ALUMNA: Mariana Pérez Melman
FECHA: Junio 2003
1
Índice
Marco teórico ---------------------------------------------------------------------- Pág. 3
Caracterización de la corrupción ------------------------------------------------ Pág. 6
Corrupción en la clase dirigente ------------------------------------------------ Pág. 7
Corrupción y subdesarrollo ------------------------------------------------------ Pág. 11
Conclusiones ---------------------------------------------------------------------- Pág. 13
Bibliografía ----------------------------------------------------------------------- Pág. 14
2
Marco teórico
La perspectiva sistémica, para hacer frente al análisis de las “funciones
fundamentales sin las cuales ningún sistema político podría perdurar”1, utiliza
las siguientes premisas:
-
-
-
considerar a “la vida política como un sistema de conducta”2.
el sistema no actúa en el vacío sino que se inserta en un ambiente y se
encuentra abierto a las influencias que proceden del mismo. El concepto
de “límite” es el que permite distinguir entre el ambiente y el sistema y
determinar los procesos de intercambio y transacción.
la capacidad de respuesta hace referencia a “las variaciones que se
produzcan en las estructuras y procesos dentro de un sistema”3 que se
pueden utilizar con provecho, por parte de sus miembros, con el objeto
de regular y hacer frente a una tensión que proceden de fuentes
ambientales o internas. Para Artemio Luis Melo, esta premisa “contempla
el aspecto dinámico de la vida social”4.
consta de un proceso de retroalimentación: “la capacidad de un sistema
para persisitir frente a una tensión es función de la presencia y
naturaleza de la información y demás influencias que vuelven a sus
actores y a los que toman decisiones”5.
La perspectiva sistémica entiende a la sociedad como el “sistema social más
influyente, abarcando todas las interacciones sociales de las personas biológicas
implicadas”6. Los otros sistemas sociales – ya sea el económico o el político – se
limitan a “aislar algunos aspectos del comportamiento total”7.
El sistema político se distingue de los otros en la medida en que sus
interacciones “se orientan predominantemente hacia la asignación autoritativa
de valores para una sociedad”8. Para Easton una asignación es autoritaria
cuando las personas que hacia ella se orientan se sienten obligadas por ella.
Las razones pueden ser por: legalidad, interés personal, empleo de la fuerza,
etc. Pero no todos los miembros del sistema político están en condiciones y a
cargo de la tarea asignativa, hay estructuras especiales. “A estos roles
diferenciados los identificamos con conceptos como dirigentes, gobierno,
autoridad”9.
El sistema político está inserto en un ambiente que se divide en dos:
- intrasocietal: que es el sistema social mismo.
- extrasocietal: que es la sociedad internacional.
1
Easton David, “Esquema para un análisis político”, Ed. Amorrortu, pág. 216
Ibidem, pág. 48
3
Idem, pág. 48
4
Melo Artemio, “Compendio de Ciencia Política”, Ed. Depalma, Tomo 1, pág. 306
5
Easton David, op cit, pág. 48
6
Ibidem, pág. 76
7
Idem, pág. 76
8
Ibidem, pág. 79
9
Ibidem, pág. 84
2
3
En todo sistema político existe un constante dinamismo debido a su continua
exposición a influencias. Por lo tanto, para que este pueda perdurar necesita
respuestas adecuadas.
Easton denomina perturbación al fenómeno del ambiente o interno del sistema
político que posee la potencialidad de producir en desplazamiento del sistema10.
Estas pueden ser: benignas, neutrales o tensivas, de acuerdo al efecto que
generen.
Debido a la gran variedad de influencias y perturbaciones, el análisis sistémico
se vale de ciertas variables sintéticas:
- insumo: perturbaciones o influencias extrasistémicas o ambientales.
- co-insumo: las que se producen dentro mismo del sistema.
- producto: referidas a las salidas del sistema como respuesta ofrecida a
las influencias o perturbaciones. Son las decisiones adoptadas por el
gobierno del sistema político.
Para el sistema político los insumos básicos son los apoyos y las demandas.
Easton define a las últimas como “proposiciones articuladas que se formulan
para que se lleven a cabo alguna clase de asignación autoritaria”11.
Todo sistema crea y estimula canales y reguladores estructurales del volumen
de la demanda: en los primeros se hace referencia a la palabra, medios de
comunicación, etc. Y en los segundos se hace hincapié a partidos políticos,
grupos de interés, líderes de opinión. Cabe destacar que, los productos operan
como mecanismos reguladores de las demandas. La satisfacción de las mismas
llevará a estimular el apoyo y un descenso de éste pondría en peligro la
existencia o continuidad del sistema político.
La tensión sobre un sistema político se define como “la situación que se
produce cuando algunas perturbaciones, tanto internas como externas,
amenazan con desplazar las variables esenciales de un sistema político,
impidiendo con ello que el sistema funcione según su modo característico”12.
Las variables esenciales de todo sistema político, ya sea autoritario o
demacrático, son dos: “ - adopción y ejecución de decisiones acerca de la
sociedad y – su frecuencia relativa de aceptación como autoritarios en
obligatorias por parte del grueso de la sociedad”13.
Para enfrentar posibles estados tensivos, los miembros de un sistema político
tendrán que estar preparados para “adaptar, corregir, registrar o controlar y
Ibidem
Ibidem
12
Ibidem
13
Ibidem
10
11
pág.
pág.
pág.
pág.
131
166
136
139
4
modificar el sistema a sus parámetros”14 con el objeto que sus funciones
esenciales perduren.
Si tomamos como enfoque teórico al marco sistémico, encuadraríamos a la
corrupción como un fenómeno, que se desarrolla dentro del sistema (coinsumo), siendo notable los efectos que ella produce sobre el funcionamiento
de él. En términos de Easton, la corrupción sería una perturbación que se
encuentra en el interior del sistema y lleva la potencialidad de producir un
desplazamiento de las pautas actuales de funcionamiento del sistema, pudiendo
o no crear situaciones tensivas sobre él15.
“Cuando la corrupción es aceptada, al menos parcialmente, en las masas o en
las relaciones entre élites, sus consecuencias pueden no ser completamente
disfuncionales”16. Para Easton sería una perturbación neutral ya que no produce
casi ningún efecto en la capacidad de persistencia del sistema, sobre todo en
sus variables esenciales.
Sin embargo, “si la corrupción sirve a la élite para mantener el poder, es
probable que su empleo en gran escala cree por un lado tensiones en el seno
de la élite y, por el otro, reacciones entre las masas, reacciones activas como
demostraciones o pasivas como apatía y alineación. Por otro lado, la corrupción
es un factor de disgregación del sistema”17. Acá estaríamos frente a una
perturbación tensiva por incidir en las variables esenciales más allá del margen
normal de funcionamiento del sistema.
Estas reacciones, por parte de la masa, que son influenciables por el medio, se
presentan en forma de demanda hacia el gobierno; es por eso que éste debe
tener la capacidad de respuesta para solucionarlas en forma pacífica y en orden
y, sobre todo, que se desarrollen bajo el objetivo del bien común debido a que
la insatisfacción de las mismas llevará a un descenso del apoyo poniendo en
peligro la existencia o continuidad del sistema político.
Ibidem pág. 126
Ibidem pág. 131
16
Pasquino, Gianfranco, “Corrupción” en Diccionario de Ciencia Política de Bobbio y Matteuci,
pág. 438 a 440
17
Idem pág. 438 a 440
14
15
5
Caracterización de la corrupción
La corrupción no es un fenómeno nuevo. Su importancia reside en el hecho de
que no sólo se da en un tipo de sistema político o de un país en particular; ni
tampoco es un fenómeno característico de los países subdesarrollados.
Aristóteles ya tenía la idea sobre las formas corruptas de gobierno. Hay
“monarquía”, “aristocracia” o “democracia” cuando el rey, una minoría o la
mayoría gobiernan para el conjunto. Hay “tiranía”, “oligarquía” o “demagogia”
en cambio cuando el tirano, una minoría o una mayoría gobiernan para si
mismos.
La corrupción es un fenómeno complejo que acecha a todos los sistemas
políticos, ya sea autoritarios o democráticos. La diferencia fundamental es que
en los primeros se trata de ocultarla, es disimulada y centralizada; mientras que
en los segundos se trata de esclarecerla y dilucidarla.
En los gobiernos autoritarios sólo unos pocos aprenden, los que tienen acceso a
los problemas públicos. El pueblo no sabe de que se trata. En cambio, la
democracia no solo implica el acto de votar sino que consiste más bien en el
debate público, en aprender lo que la experiencia colectiva nos va enseñando.
Se da una pluralidad y distribución de poder, no existen exclusiones para
ingresar en las capas dirigentes sino que éstas pueden integrarse con miembros
de los más diversos grupos siendo su propósito: guiar y conducir a los hombres
para la realización del bien común, que es la meta de lo político. En este caso,
la presión popular sobre el gobierno es posible porque la corrupción se sabe
debido a que los medios de comunicación son libres. La oposición política
denuncia al gobierno. Es por eso que la lucha contra la corrupción es un desafío
que todos los ciudadanos, sin distinción política, debemos enfrentar. Pero
¿cómo?
Poder Ciudadano sugiere una “nueva forma de participación democrática para
defender y mejorar nuestra calidad de vida”. Propone “crear una corriente de
opinión para impulsar el respeto por los derechos cívicos y difundir y fomentar
valores básicos de la democracia” 18. Es un llamado a redescubrir las formas en
que los ciudadanos pueden ejercer su poder diariamente, y no solo a la hora
del voto, invita a hacer uso de los derechos que brinda la Constitución Nacional,
ejerciendo esos derechos sin permiso y promoviendo el debate sobre las formas
en que se puede organizar la participación ciudadana en la vida política y en la
seguridad.
18
Moreno Ocampo, Luis, “En defensa propia. Como salir de la corrupción”, Ed. Sudamericana,
pág. 389
6
Corrupción en la clase dirigente
Ningún sistema político puede prescindir de un cuadro administrativo, servicio
civil, administración pública o, más comúnmente designado bajo el nombre de,
burocracia. Esta significa el “poder que ejercen las oficinas de la administración
estatal por intermedio del elenco de funcionarios que prestan sus servicios
técnicos-profesionales”19.
La burocracia estatal, el los regímenes políticos modernos “consiste en el
método más racional de administrar los asuntos del estado. Se basa en la
organización de un elenco técnico –profesional, con carácter estable y dentro
de una escala jerárquica que presta sus servicios con una dedicación exclusiva
de manera que viene a hacer de ello su medio de existencia, recompensado con
la redistribución de un sueldo y la posibilidad de hacer carrera”20. Es decir, que
en todo sistema político se necesita una clase política que dirija en pro del
bienestar general pero esa clase debería reunir ciertas y determinadas
condiciones. Tal es por ejemplo, la posición de Platón en su obra “La
República”, al atribuir el gobierno de los filósofos o guardianes, quienes
recibirían una preparación especial, debiendo llevar una comunidad de vida que
les diese la aptitud necesaria para desprenderse de intereses egoístas y
adiestrarse en la virtud reclamada por el cuidado de la cosa pública”21.
La creencia de una formación política adecuada ha sido siempre la base de la
convicción acerca de la necesidad de una élite política. Robert Dahl a expresado
que sólo un estrato reducido suele interesarse por la política. Pero es menor
aún el número de quienes realmente buscan la posesión del poder político,
entendido como “la energía que impulsa la acción política a la realización de la
idea del derecho mediante el establecimiento de un orden en una correcta
comunidad humana a fin de asegurar la meta de lo político, es decir, del bien
común”22.
La élite política para no perder autoridad, debería demostrar la capacidad de
internalizar los valores, opiniones, intereses....de una comunidad, ampliar su
base de legitimidad o de apertura, que torne viable un mayor número de
movilidad social. “Cuanto más segura este la élite de conservar o reconquistar
el poder con medios legales o ser castigada si usa los ilegales, tanto menos
será la corrupción. En cambio, cuanto más amenazada se sienta la élite tanto
más recurrirá a medios ilegales para mantener el poder y, por tanto, la
corrupción”23.
Según Gianfranco Pasquino, la corrupción es entendida como “el fenómeno por
medio del cual un funcionario público es impulsado a actuar distinto de los
estándares normativos del sistema para favorecer intereses particulares a
19
Weber, Max, “Economía y Sociedad”, tomo 2, pág. 717
Idem, pág. 717
21
Platón, “La República”, libros 4 y 6
22
Melo, Artemio, op cit, pág. 183
23
Pasquino, Gianfranco, op cit, pág. 438 a 440
20
7
cambio de una recompensa”24. Corrupto es, por lo tanto, el comportamiento
ilegal de aquel que ocupa un papel en la estructura estatal pero la corrupción
no sólo debe ser vista en términos de legalidad o ilegalidad sino también de
moralidad e inmoralidad. Es por eso que la cultura, la educación de cada uno
adquiere fundamental relevancia, sobre todo en un sistema político, debido a
que el sistema cultural intercambia con aquel valores, creencia e ideologías; es
decir, que le da los principios que le han de servir para fundar las bases de la
legitimidad y autoridad políticas.
Pero cuando los funcionarios públicos participan en decisiones contrarias al
interés general y a las que fueron sus propias convicciones, favoreciendo sus
intereses particulares, nos encontramos ante funcionarios corruptos. Max
Weber distinguió: los políticos que viven “para” la política, es decir, los que
hacen de ella su vida, y los políticos que viven “de” la política, aspirando a
hacer de ella una fuente de ingresos personales, que la ambición política deja
de valer por si misma y se rebaja al nivel de un valor instrumental al servicio
del enriquecimiento. Los funcionarios públicos abusando de su poder tratan de
obtener un mayor beneficio pero no para el interés general sino para el interés
particular.
La corrupción puede ser entendida como una forma irracional de negociación
(contubernio político) en la que participan dos o más partes que buscan cierto
equilibrio a través de una trama de acuerdos acerca de sus intereses
particulares, Compendio de Ciencia Política de Artemio Melo, pág. 212.
Frente a una situación, generalmente, se presentan distintas alternativas. Cada
individuo se propone objetivos concretos valiéndose de los medios disponibles
para lograrlos pero muchas veces hay dificultades u obstáculos que los
condicionan pudiéndose superar mediante las decisiones que el individuo
tome25. Esa decisión supone un “corte deliberativo según la preferencia de fines
y selección de medios”26. Su implementación se relaciona con la ideología,
capacidad o la actitud de sus agentes. Por actitud entiendo la “predisposición
de la persona para actuar en determinada forma”27. Es por eso que los
integrantes del equipo dirigente tienen que conocerse mutuamente, desarrollar
entre ellos un espíritu de cuerpo que traduzca la internacionalización de sus
valores y exprese las actitudes y el comportamiento que la comunidad puede
esperar de sus desempeños.
De ahí que los dirigentes deban responder a las creencias, opiniones, valores e
intereses de cada época e interpretar la realidad política que pretenden
gobernar; ya que para un sistema político es muy importante contar con una
burocracia especializada y eficiente debido a que las acciones políticas de sus
funcionarios públicos comprometen a toda la sociedad porque se fija la meta
Idem, pág. 438
Melo, Artemio, op cit, capítulo 5
26
Sánchez, Agesta, “Principios de Teoría Política”, Ed. Nacional, Madrid 1962, pág. 13
27
Melo, Artemio, op cit, pág. 153
24
25
8
colectiva que la teoría Tradicional definió como la búsqueda del bien común,
cuya finalidad es promover el bienestar general.
La carta encíclica “Veritatis Splendor” dice que “ante las graves formas de
injusticia social y económica, así como de corrupción política que padecen los
pueblos y naciones enteras, aumenta la indignada reacción de muchísimas
personas oprimidas y humilladas en sus derechos humanos fundamentales, y se
difunde y agudiza cada vez más la necesidad de una radical renovación
personal y social capaz de asegurar justicia, solidaridad, honestidad y
transparencia”28. Es por tanto, en el plano de la acción política donde se
encuentra la vinculación de la política con la ética. Cuando el funcionario
público no tiene ningún principio seguro que garantice el bienestar de la
comunidad, al tomar decisiones se impondrá su propio interés, sin respetar el
derecho de los demás. Y para que un “sistema político funcione debe haber
transparencia en la administración pública, respeto a los derechos de los
adversarios políticos, veracidad en las relaciones entre los gobernantes y
gobernados, uso justo y honesto del dinero público, rechazo de medios ilícitos
para conquistar, mantener o aumentar a cualquier costo el poder”29. De lo
contrario, se resiente el fundamento mismo de la conveniencia política y de
toda la vida social. “Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un
totalitarismo visible o encubierto, como lo demuestra la historia”30.
Pero cuando nos encontramos en un contexto de corrupción generalizada, el
que intenta el camino de una actitud honesta individual tiene muchas
posibilidades de no tener éxito en su propósito. Este fracaso confirma la
conveniencia de una actitud corrupta. “Esta actitud honesta individual actúa
como antisistema”31. Por lo tanto, la modificación ética necesaria para controlar
la corrupción no es individual sino grupal. Antes que la honestidad individual
está la necesidad de tomar en cuenta los intereses de todos.
Ambos, políticos y funcionarios públicos, deberían dedicarse a cultivar,
profesionalmente, algo superior a su interés privado. Mientras la inmensa
mayoría de los ciudadanos puede dedicarse a cultivar ese interés privado, esto
solo es posible si una pequeña minoría de los ciudadanos dedica su vida a
cuidar del interés público. Esta minoría, la gobernante, estaría constituida por
los mas aptos, por un núcleo de políticos, considerados éstos como los que
tienen el poder de mando, responsables de sus acciones, los que deben
mostrar su capacidad para la acción independiente; y por funcionarios que
cumplan órdenes que reciban, deben subordinar su opinión personal a su
sentido de deber (ética de su profesión), prestando sus servicios de modo
objetivo.
Pero ¿qué es lo que pasa cuando esa minoría, en vez de dedicarse a lo público
también se dedica a cultivar el interés privado? Surge lo que se denomina:
Carta Encíclica “Veritatis Splendor”, pág. 148
Ibidem, pág. 151, 152
30
Carta Encíclica “Centesimus Annus”, pág. 146
31
Moreno Ocampo, Luis, op cit, pág. 218
28
29
9
corrupción; es decir, “la irrupción del interés privado en el recinto del interés
público”32.
Mariano Grondona, en su libro “La Corrupción” hace distinción entre acto
corrupto y estado de corrupción: El primero es la solución perversa de un
conflicto de intereses, cuando se pospone un interés ajeno al que se está
obligado en función de un interés propio. Ese acto puede ser ocasional.
Mientras que el segundo existe cuando los actos de corrupción se han vuelto
habituales, es decir, que han sido externalizados por el actor, éste lo realiza de
manera casi automática o mecánica, sin que esta forma de materializarse
signifique que la acción habitual no sea racional33.
Horacio Verbitsky, en “ Robo para la corona...”, pág. 9 dice que “la denuncia
de la corrupción, hoy, se ha convertido en un instrumento de acción política y
económica, dentro de un sistema aceptado por el conjunto de los
participantes.” Es decir, que tanto los medios de comunicación, como las
empresas, los sindicatos, los partidos políticos se ejercitan con entusiasmo en
su uso.
32
33
Grondona, Mariano, “La Corrupción”, Ed. Planeta, pág. 33
Melo Artemio, op cit, pág. 218
10
Corrupción y subdesarrollo
La corrupción se encuentra en todas las épocas y partes del mundo. Sin
embargo, hay organizaciones, países que viven en una situación descontrolada,
donde el soborno es generalizado y desmesurado. Como dije anteriormente, ahí
se vive en un contexto de corrupción generalizada, donde la cultura general es
permisiva ante las violaciones de las reglas y los organismos de control no
cumplen su función. Otra situación es cuando se encuentran casos aislados
pero en un contexto de respeto por las reglas formales, los organismos de
control actúan con eficacia, detectan y castigan actos de corrupción. Moreno
Ocampo denomina lo primero “hipercorrupción” y a lo segundo “corrupción
marginal”34.
El primero se encuentra en los países subdesarrollados debido a las situaciones
de abuso de poder que allí se exhibe, por la falta de bienes y servicios, de
salarios bajos y de empleos, porque el amiguismo es una constante de la vida
pública, por la falta de una burocracia especializada y eficiente (en términos de
Weber). En esos países los problemas de los sistemas económicos y políticos
son comunes.
Hoy Argentina vive en un estado de hipercorrupción pero existe un régimen
democrático basado en el estado de derecho que, supuestamente, sería el
encargado del esclarecimiento y divulgación de los hechos de corrupción, ya
que éstos existen, en mayor o menor medida, en todos los sistemas políticos.
En el juego político se encuentra no sólo al Estado con sus funcionarios sino
también a las organizaciones, dependientes o no del gobierno, que debido a
una falla del sistema, por ejemplo: falta de penas, de multas,...producen las
grandes evasiones de impuestos que llevan a nuestro país a un estado cada vez
mayor de atraso y decadencia. Esto es así, porque en estos países, la política
no es un juego de consenso sino de competencia de destrucción. Como dice
Theobald. “Aquellos que detectan el poder utilizan los medios a su alcance para
sostenerse, dado que creen que una vez que deban abandonarlo, difícilmente
regresen.35
En nuestro país, como en la mayoría de los países latinoamericanos, los hechos
de corrupción son un fenómeno cotidiano. Pero hoy en día, los políticos saben
que su futuro depende del grado de confiabilidad moral que sean capaces de
proyectar. Esto lo demuestra el caso brasileño, Fernando Collor de Melo llegó al
poder porque él decía que iba a luchar contra la corrupción; en términos de
Grondona sería el cantón pero advierte que existen falsos cantones como lo fue
el ex presidente de Brasil. Debido a su falta de honestidad, de principios éticos
y morales, el pueblo, que antes lo había votado se le opuso. Es por eso que un
dirigente, funcionario o presidente solo no puede resolver el problema sino que
34
35
Moreno Ocampo, Luis, op cit, pág. 119
Citado por Luis Moreno Ocampo , “En Defensa Propia...”, pág. 121
11
se necesita de una demanda masiva de medidas específicas y efectivas de la
sociedad.
Pero la corrupción no es solo un fenómeno característico de los países
subdesarrollados o, según algunos autores, “Mal Latino”. También se encuentra
en países desarrollados como Italia, Gran Bretaña, etc, pero en “dichos países
se invierten recursos en obtener una administración pública eficiente al margen
de la presión política. Hay distinción entre la esfera de la administración y la
esfera pública”36.
La diferencia entre los países desarrollados y subdesarrollados está, en los
primeros la corrupción es un problema moral y jurídico y en los segundos,
además de lo anterior, es también un problema político que deslegitima al
sistema. Se asiste a lo que Easton llama estado-tensivo: las variables esenciales
son llevadas a un margen crítico.
36
Ibidem, pág. 121
12
Conclusión
La corrupción es un modo particular de ejercer influencia; influencia ilícita,
ilegal, ilegítima. Esta se encuadra en referencia al funcionamiento del sistema y,
en particular, a su modo de tomar las decisiones. Trata de subvertir el orden
mediante la acción clandestina, socava la confianza de la sociedad en sus
representantes conduciendo al desgaste del recurso mas importante del sistema
político: su legitimidad. Esta implica “la capacidad del sistema para engendrar y
mantener la creencia de que las instituciones políticas existentes son las más
apropiadas para la sociedad”37.
“La corrupción es un mal que nos perjudica a todos: asigna mal los recursos
estatales, subsidia la delincuencia económica, le quita a los honestos en
beneficio de los ladrones, destruye los incentivos a la producción, distorsiona
las políticas económicas del Estado sustituyendo el interés público por el
beneficio del funcionario, deslegitima el sistema político, nos obliga a vivir en un
mundo imprevisible sujeto a la extorsión de cualquiera, y nos impone una moral
perversa”38. Es por eso que tenemos que actuar contra la corrupción con todas
las fuerzas posibles pero sin ilusiones desmedidas debido a que no se trata de
eliminarla sino de reducirla.
37
38
Di Tella, Torcuato, “Diccionario de Ciencias Políticas y Sociales”, pág. 352
Moreno Ocampo, Luis, op cit, pág. 28
13
Bibliografía
1- Carta Encíclica, “Veritatis Splendor. Sobre algunas cuestiones fundamentales
de la enseñanza moral de la iglesia”. Octubre 1993. Del Sumo Pontífice Juan
Pablo II.
2- Easton, David, “Esquema para el análisis político”, Ed. Amorrortu, Bs. As.,
1969.
3- Grondona, Mariano, “La Corrupción”, Ed. Planeta, Bs. As. 1993.
4- Melo, Artemio “Compendio de Ciencia Política”, tomo 1 y 2, Ed. Depalma, Bs.
As. 1979.
5- Moreno Ocampo, Luis, “En defensa propia. Como salir de la corrupción”, Ed.
Sudamericana, Bs. As 1993.
6- Pasquino, Gianfranco, “Corrupción”, en Diccionario de Política de Bobbio y
Matteuci.
7- Verbitsky, Horacio, “Robo para la Corona. Los frutos prohibidos del árbol de
la corrupción”, Ed. Planeta, Bs. As. 1991.
14
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