Departamento Ciencias Sociales (Filosofía 2º

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Departamento Ciencias Sociales
(Filosofía 2º BAT)
Alfonso Ventura
DAVID HUME
1.-Introducción.
2.- Problemática fundamental.
3.- El conocimiento en Hume.
-Impresiones e ideas.
-Relación entre impresiones e ideas.
-Tipos de conocimiento.
-El problema de la causalidad.
-El problema de la sustancia.
4.- La ética en Hume.
-El empirismo-emotivismo de Hume.
-Crítica al racionalismo moral.
-El emotivismo moral.
5.- Biografía y obras.
6.-Compendio de un Tratado de la Naturaleza Humana.
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1.-INTRODUCCIÓN
Al iniciarse el Renacimiento la filosofía vivía sumergida en un mar de
confusiones; por un lado, el aristotelismo, por otro lado, un renovado
humanismo platónico. Además, multitud de otras corrientes de la
antigüedad clásica, de tal modo que la mejor forma de definir el
Renacimiento sea la de la ausencia de una teoría dominante.
Se inicia una nueva reflexión filosófica que rompiendo con la tradición
medieval, ya no sitúa a Dios, sino al hombre como centro y punto de
referencia de toda la filosofía. Dicho movimiento alcanza su madurez
plena en el siglo XVIII con autores tales como Hume y Kant. A este
proceso se le denomina giro antropológico. De acuerdo con este cambio,
el ser humano ya no se define como una criatura divina sino como un ser
natural dotado de razón y capaz de utilizarla para explicar la naturaleza y
para ordenar políticamente la sociedad de manera legítima.
A estas circunstancias internas del pensamiento se unían otras producidas
por los cambios políticos (hundimiento del mundo feudal) y nuevos
descubrimientos tanto técnicos como geográficos, que permitían vaticinar
que una nueva forma de entender la vida empezaba a consolidarse.
Si bien la preocupación básica de la filosofía seguía siendo averiguar la
naturaleza de las cosas; es decir, descubrir la esencia de las cosas y los
fenómenos (la ontología), la unidad de la filosofía empezaba a
resquebrajarse y partes que habían sido fundamentales en el edificio
filosófico empezaban a formar sus propias áreas de conocimiento e
investigación, se independizaban y construían sus propios métodos
apoyadas en la experimentación y en la matemática.
Las ciencias naturales empezaban con un método propio específico -el
método científico-, arrebatándole a la filosofía una parte notable de su
objeto: las cosas, los fenómenos, la averiguación de qué son los cambios,
cuáles sus causas, etc.
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La filosofía se recuperó desplazando sus preocupaciones hacia la
averiguación del fundamento de la verdad. La filosofía se hizo
básicamente epistemológica. La epistemología es, por tanto, aquella parte
de la filosofía que busca el procedimiento para establecer la verdad;
abarca tanto los criterios de verdad, el origen del conocimiento y los
métodos que han de llevarnos a la verdad.
Dos grandes corrientes epistemológicas se reparten el panorama de las
preocupaciones intelectuales y filosóficas: el racionalismo y el empirismo.
EL RACIONALISMO
Los racionalistas, capitaneados por Descartes, afirmaban la existencia de
unas ideas innatas (Aquellas que se supone que están en nuestra mente
por el hecho de ser humanos) cuyo conocimiento y verdad resulta ser
independiente de la experiencia. Es la razón quien por sus propios
medios (la coherencia, la evidencia y la intuición) llega a descubrir ciertas
verdades irrenunciables, indiscutibles y evidentes que son, a la vez, tanto
las primeras (el origen del conocimiento) como el fundamento del resto
del conocimiento (la validez del conocimiento). Por lo tanto es la razón y
no los sentidos quien da todo su soporte al conocimiento, y donde radica
el origen de la verdad.
En los sentidos no puede fundamentarse el conocimiento porque con
frecuencia nos llevan a la confusión y el engaño.
La filosofía platónica sería la precursora más insigne de estos
planteamientos: los sentidos, engañosos, no nos encaminan a la verdad;
es la razón quien únicamente nos hace ver que los conceptos -las ideas-,
fijos, estables, eternos e inmutables son la única verdad posible. La razón
es, por tanto, el fundamento del conocimiento.
Pero, según los racionalistas, estas verdades eternas y racionales no sólo
abarcan los conceptos estrictamente lógicos, sino, también, verdades y
conceptos referentes al mundo físico; y aquí es donde radica su principal
punto de desacuerdo con los empiristas, pues mientras que estos últimos
mantienen que todo conocimiento acerca del mundo físico y de la realidad
está basado en el criterio de la experiencia y/o en percepciones sensibles,
los racionalistas afirman que ciertas verdades (que son básicas para la
ciencia natural) se llegan a conocer por el mero uso de la razón,
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independientemente de toda experiencia. Estas verdades físicas
indubitables son, para los racionalistas, las siguientes:
1. Que todo cuerpo es extenso.
2. El principio de la conservación del movimiento.
3. El principio de causalidad.
Hay otras verdades que también son conocidas por la mera introspección
racional, con total independencia de la experiencia:
4. Es intuitivamente evidente que puedo descubrirme, sin apoyarme
en experiencia alguna, como un ser pensante y, por lo tanto, como
existente.
5. También, sin ayuda de la experiencia, exclusivamente por medios
racionales, puedo descubrir la necesidad de la existencia de Dios,
pues si es necesario existe.
6. Igualmente, la idea de un método; el método como predisposición
natural y organización de la racionalidad, es independiente de la
experiencia.
Todas estas verdades son innatas en los seres humanos; es decir, existen
en ellos aunque no sean conscientes de ellas ni las lleguen a descubrir
nunca.
Así pues, según los racionalistas el origen y fundamento del conocimiento
es la razón; razón que descubre, con total independencia de la
experiencia, que el conocimiento fundamental es a priori y que ciertas
verdades, igualmente, son también a priori.
Entre los racionalistas más reputados, aparte de Descartes, hay que
destacar a Spinoza y Leibniz. Otros autores dentro del pensamiento
racionalista han sido Geulincx y Malebranche.
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EL EMPIRISMO CLÁSICO (IDEALISMO BRITÁNICO)
Una caracterización somera de esta corriente de pensamiento podría ser
la siguiente: Nuestros sentidos captan el mundo exterior y son la única
fuente de información de todo lo que ocurre; ni la razón nos descubre lo
fundamental, ni existen las ideas innatas. Todo conocimiento posible tiene
que haber pasado anteriormente por los sentidos.
Una vez que los sentidos han captado los objetos del mundo exterior, en
nuestras mentes se forman unas “ideas” que corresponden con los
objetos exteriores. No percibimos el mundo exterior; lo que percibimos
son las ideas sin que en realidad sepamos cual es el origen de esas ideas.
Lo que caracteriza al empirismo son los siguientes puntos:
1. Todo conocimiento se origina y fundamenta en la experiencia; el
origen de nuestras ideas es la sensibilidad.
2. Negación de las ideas innatas y del poder de la razón para descubrir
las verdades fundamentales.
Así pues los autores clásicos británicos afirman que todo nuestro
conocimiento empieza con datos sensibles, sensaciones o impresiones
sensibles. Cada una de esas sensaciones forma una idea. La idea, por
tanto, no es sino la reproducción no sensible, reproducción en la mente,
de cosas sensibles y materiales. Las ideas para los empiristas no son
conceptos. La mente humana es una tabula rasa donde la experiencia
escribe.
El conocimiento únicamente es el resultado de la combinación y
comparación de las ideas, apoyadas en percepciones personales y
subjetivas.
La filosofía británica clásica reúne y combina en su seno los principios
generales del empirismo y del idealismo psicologista según los cuales:
1. A toda idea le debe corresponder una sensación/impresión anterior.
2. Para saber si alguna idea es verdadera debe hallarse una
sensación/impresión correspondiente.
Con las ideas, asociándolas, combinándolas, comparándolas, etc, se
construyen los pensamientos y el conocimiento.
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Los más significativos representantes del empirismo británico son: John
Locke, George Berkeley, Francis Bacon y Thomas Hobbes. También hay
que destacar la obra de Isaac Newton que representa el triunfo de los
métodos experimentales.
Ambas corrientes de pensamiento han mantenido entre sí un fuerte
debate, principalmente en aquello que se refiere al fundamento y origen
del conocimiento. La cuestión e ese enfrentamiento se resume en la
siguiente pregunta ¿Existen o no las ideas innatas?
Para los filósofos empiristas, que niegan su existencia, hay una clara
prioridad de los datos de los sentidos y de la experiencia sobre las
pretensiones fundacionistas de la razón, que según los racionalistas, por sí
misma pueda llegar a descubrir ciertos principios fundamentales para la
vida y el conocimiento.
Para unos la razón y algunos principios innatos y para los otros la
experiencia y los sentidos.
Para los empiristas, la experiencia, frente a la razón, es el criterio de
verificación con respecto a lo que existe (ontología) y que puede ser
conocido como verdadero (epistemología).Por el contrario, para los
racionalistas, la experiencia sólo da acceso a un mundo cambiante y no a
los conceptos necesarios para el conocimiento.
Frente al matiz racionalista de duda y escepticismo que producen el
mundo sensible y la experiencia, los empiristas, de modo general, los
toman como único y más importante criterio de decisión sobre la verdad y
el conocimiento: es verdadero aquello que los hechos y la experiencia
demuestran, aunque el empirismo radical lleve al escepticismo.
Tanto de una corriente como de la otra se derivan dos actitudes
metodológicas distintas, incluso opuestas. Cada una de estas
metodologías, la deductivista (racionalismo) y la inductivista (empirismo),
tienen una validez en un área concreta del conocimiento y cada una de
ellas tiene válidamente un campo propio y específico de aplicación, y
estos territorios no pueden intercambiar sus métodos
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Cada una de las corrientes de pensamiento tienen preferencia por cada
una de las metodologías señaladas, lo que no significa que no acepten la
otra en ningún caso.
Un empirista acepta perfectamente las verdades de razón/relaciones de
ideas cuando se ocupa de temas aritméticos o geométricos, mientras que
un racionalista acepta perfectamente la experiencia y los datos al
ocuparse de las cuestiones naturales. La discordia reside en la prioridad y
el fundamento del conocimiento y no en el rechazo total de la otra
perspectiva.
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CONOCIMIENTO
ORIGEN
FUNDAMENTO
TIPO DE VERDAD
SU CONTENIDO ES
RACIONALISTAS
Ideas innatas
La razón
Verdades de razón.
EMPIRISTAS
Los sentidos
La experiencia
Verdades de hecho.
Relaciones de ideas.
Cuestiones de hecho
(Juicios analíticos)
Analítico
(Juicios sintéticos)
Sintético
La idea expresada en el La idea expresada en el
predicado es
Predicado está
independiente de la
previamente contenida expresada en el sujeto
en la expresada en el
sujeto.
Desarrollando
racionalmente la idea
del sujeto se alcanzaría
la del predicado
Las ideas son
independientes y
anteriores a ella
Verdad necesaria
Las ideas son
constituidas y
derivadas de ella
Verdad contingente
La contraria imposible
La contraria es posible
VERDAD A PRIORI
VERDAD A POSTERIORI
CIENCIAS PRINCIPALES
Lógica y matemáticas
METODOLOGÍA
Pensamiento
deductivo
Ciencias
experimentales
Pensamiento
inductivo
RESPECTO A LA
EXPERIENCIA
LA FUERZA DE SU
VERDAD
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Sujeto y predicado se
unen por la
experiencia
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2.- PROBLEMÁTICA FUNDAMENTAL
Los principales problemas que pretende abarcar la obra de HUME son:
En primer lugar hay que señalar su intento de crear una ciencia del
hombre basada en el empirismo. Hume busca sobre todo la comprensión
de la naturaleza humana. Y ese es su primer y principal objetivo.
Esta ciencia del hombre no debe ser ni estar construida por cualquier
conjunto de especulaciones metafísicas, debe estar elaborada con datos
obtenidos de la experiencia. La filosofía de Hume es una clara y directa
oposición a las corrientes platónicas, aristotélica, cartesiana y al idealismo
metafísico en general.
Hume aplica permanentemente el método newtoniano tanto al
conocimiento del ser humano como a todo aquello que nos lleve a
conocerle o sea consecuencia de su naturaleza.
En segundo lugar, para llegar a elaborar la ciencia del hombre, es preciso
establecer anteriormente una doctrina sobre conocimiento (su origen y
fundamento).
En tercer lugar, pertrechado en el método empírico, analizar una a una las
principales cuestiones de la tradición filosófica; especialmente las ideas de
esencia, sustancia existencia e identidad personal.
En cuarto lugar el conocimiento de las pasiones y el análisis de las
acciones morales y políticas. El ser humano, aunque racional es un ser
dominado por sus pasiones y la razón sólo puede –y además sólo debeser esclava de ellas.
HOMBRE
A - ¿Qué y cómo puede conocer el
hombre?
B – Crítica a las ideas metafísicas
CIENCIAS DEL
HOMBRE
Que conoce sus
realidades y límites
C – Pasiones y acciones morales
METODO
NEWTONIANO
ESCEPTICISMO
Una conclusión general de su filosofía es el escepticismo, por la
imposibilidad de poder establecer algo firme y definitivo, eterno e
inmutable.
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3.-EL CONOCIMIENTO EN HUME
3.1.- Impresiones e ideas.
Hume divide los contenidos del conocimiento en dos clases:
• Impresiones: Es el conocimiento por medio de los sentidos.
• Ideas: Son las representaciones o copias de las impresiones en el
pensamiento.
Las impresiones son todas nuestras sensaciones. Las ideas son las
imágenes débiles de las impresiones.
Tanto las impresiones como las ideas pueden ser:
• Simples: No admiten distinción ni separación (el color azul y la idea
de azul); son las de mayor valor cognoscitivo.
• Complejas: Cuando se pueden separar: sí admiten distinción dentro
de ellas (manzana: varios colores, forma, tamaño, peso, etc.),
pueden dividirse en partes.
Por tanto, nada hay en la mente distinto de sus percepciones: éstas son de
dos tipos: impresiones e ideas. Entre unas y otras existe la misma
diferencia que entre el sentir y el pensar.
3.2.- Relación entre impresiones e ideas.
1. Semejanza. Entre las impresiones e ideas hay una gran semejanza.
Toda percepción de la mente aparece a la vez como impresión y
como idea.
2. Correspondencia. A toda idea simple le corresponde una impresión
simple.
3. Representación. Las ideas no son copia exacta, son representación
de la experiencia: las ideas son imágenes de las impresiones.
4. Pensamiento. La impresión siempre es anterior a la idea. La
impresión es la causa de la idea, pero no al revés. La idea procede
siempre de la impresión, mediata o inmediatamente. Nunca en
orden inverso.
5. Origen. La idea tiene origen en la impresión. Una idea es verdadera
si procede de alguna impresión. Si podemos señalar la impresión
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correspondiente a esa idea, es una idea verdadera; si no podemos,
es una idea falsa. Por tanto el criterio y el límite de nuestro
conocimiento son las impresiones.
3.3.- Tipos de conocimiento.
• Por relación entre ideas. Aunque todas las ideas tienen su
fundamento en las impresiones, podemos tener conocimiento
de las ideas sin necesidad de recurrir a las impresiones.
Ejemplo: “El todo es mayor que las partes”: éste es un
razonamiento que se basa en la relación entre las ideas de todo y
parte. La relación entre estas ideas es independiente de los
hechos.
Estas formulaciones se llaman analíticas y necesarias. La Lógica y
las Matemáticas pertenecen a este tipo de conocimiento.
• Por conocimiento de hechos. Es un conocimiento basado en las
impresiones. El conocimiento que tengo de esta clase, de la calle,
del calor de la playa, todo es conocimiento de hechos. Tiene su
fundamento en las impresiones.
A toda idea le tiene que corresponder una impresión; si no hay
correspondencia, hay falsedad. El límite de nuestro conocer es la
impresión: el conocimiento de la mente humana está
completamente limitado por las impresiones.
3.4.- El problema de la causalidad.
A través de la crítica al principio de causalidad Hume nos quiere
hacer ver que si por la relación causa-efecto se quiere dar base y
fundamento para la regularidad de la naturaleza y la predicción del
futuro porque hay una conexión necesaria entre dos
acontecimientos, que no tenemos fundamentos empíricos para
hacerlo, pues en base al criterio empirista de verdad se puede
probar que tal conexión necesaria no existe y que sólo es una
precipitación de la mente humana apoyada en los hábitos y
costumbres conformados en el pasado.
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La causalidad, o la relación causa-efecto, es la afirmación de que
todo lo que empieza a existir debe su origen a algo anterior que lo
ha producido. El principio de causalidad parece decirnos que existe
una vinculación necesaria entre la causa y el efecto, de tal manera
que uno (el efecto) se sigue del otro (la causa) como en una
deducción, de forma necesaria y que eso ocurrirá en el futuro de
una manea fija y constante.
Todo conocimiento se reduce a dos tipos:
1. Relación de ideas: expresan algo necesario; la idea contenida
en el predicado se encuentre ya implícita dentro de la idea
expresada en el sujeto. Por lo tanto no son un aumento del
conocimiento. Son tautologías. Su verdad es independiente
de la experiencia y se puede decir que son a priori
(matemáticas).
2. Cuestiones de hecho: que son todas las cuestiones referentes
a las ciencias de la naturaleza. Su verdad depende totalmente
de la experiencia y la idea expresada en el predicado no se
encuentra contenida en el sujeto; son por lo tanto ampliativas
de conocimiento. Pero no expresan algo necesario sino
contingente. Son un conocimiento a posteriori (se basan en la
experiencia).
Los científicos actúan al exponer sus leyes como si la naturaleza se
expresara con independencia de la experiencia. A las leyes las muestran
como necesarias y universales, aunque verdaderamente no podemos
considerar las cuestiones naturales como si fueran relaciones de ideas
porque eso es una contradicción (las cuestiones naturales son “hechos de
la experiencia” y no “relaciones matemáticas”; la experiencia siempre es
particular y contingente). Esto es, los científicos dan validez universal y
necesaria a lo que descubren por medio del principio de causalidad,
aunque éste carece de fundamento y fuerza para dar validez a los logros
científicos.
La idea de casualidad no es una relación de ideas ya que de serlo
podríamos predecir todas las consecuencias de cualquier fenómeno
aunque nunca lo hubiéramos visto con anterioridad, lo cual parece
netamente
contradictorio con las ciencias experimentales. Si el
conocimiento natural no es una relación de ideas es, en consecuencia, una
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cuestión de hecho, donde imperan los dictados de la experiencia y de la
observación.
En la relación causa-efecto concurren las siguientes circunstancias:
1. CONTIGÜIDAD espacio-temporal; causa y efecto se producen en
espacios y tiempos próximos.
2. PRIORIDAD de lo que se llama causa, seguido de lo que se llama
efecto.
3. CONJUNCIÓN CONSTANTE, pues al cambiar el experimento por otro
igual o semejante se produce lo mismo.
Esas tres circunstancias son las que han inducido a los hombres a hablar
de que la causa y el efecto están conectados necesariamente. Pero ni de la
contigüidad, ni de la prioridad de la causa ni de la conjunción constante se
puede sacar la idea de conexión necesaria: sólo vemos que se produce
algo y que al rato se produce otra cosa.
Estamos tan acostumbrados ( por experiencias pasadas) a que cuando se
produce un determinado fenómeno que se produzca un determinado
efecto, que cuando vemos producirse a nuestro alrededor algo semejante
a lo que ya conocemos, nuestro espíritu se adelanta, por costumbre o
hábito, y somos capaces de predecir lo que pasará. Nuestra mente irá por
delante de los acontecimientos reales, ero sólo en base al HÁBITO y no por
la razón o la experiencia. Lo razonable en toda cuestión de hecho sería
esperarse y comprobar por la experiencia que así ha sucedido.
Vamos por delante de los acontecimientos
porque estamos
absolutamente convencidos de que el futuro va a ser en todo
exactamente igual a las experiencias que hemos tenido en el pasado.
Estamos convencidos de la regularidad de la naturaleza.
Nada ni nadie nos puede garantizar cómo vaya a ser el futuro. Si
predecimos lo que ocurrirá es porque confiamos que el futuro será igual a
lo que ha venido siendo, pero eso lo aceptamos porque se supone que
aceptamos el principio de casualidad.
En todo caso, a lo que estamos autorizados en base a la experiencia es a
decir que en el pasado ha sucedido esto o aquello y que siempre ha sido
así. Toda vez que vuelva a ocurrir lo mismo, o algo semejante, en el futuro
lo que hará será aumentar nuestro grado de confianza y nuestra
probabilidad de que la cosa siga ocurriendo del mismo modo, pero nunca
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llegaremos a tener una seguridad absoluta como si fuera una
demostración matemática o una prueba lógica (una relación de ideas ).
Que el futuro sea igual al pasado es un principio absolutamente
indemostrable aunque hasta el momento presente no haya habido
contradicciones, si bien esa circunstancia sólo nos dará una altísima
probabilidad con respecto al futuro, pero en ningún caso una seguridad
absoluta, únicamente será una CREENCIA en que los hechos que se vayan
a producir en el futuro serán como los que ya han sucedido en el pasado.
Esa creencia en el futuro la constituye el principio de uniformidad de la
naturaleza.
Así pues, lo que resulta más importante para poder establecer la ciencia –
el principio de casualidad- carece de fundamento objetivo y sólo se puede
justificar psicológicamente.
La creencia es un principio inverificable, algo gratuito, pero necesario para
que la vida funcione.
Nuestra convicción en la regularidad de la naturaleza es una CREENCIA y
no algo racional o empíricamente fundamentado. Estamos convencidos,
tenemos la creencia personal y subjetiva, de que la naturaleza seguirá
siendo igual y constante, pero no hay fundamento para ello.
Resumiendo: el principio de casualidad lo establecemos en base a los
siguientes tres postulados: costumbre o hábito adquiridos en el pasado;
creencias en que el futuro será en todo semejante al pasado y, por lo
tanto, en el principio de uniformidad de la naturaleza.
Prioridad de lo que llamamos causa, contigüidad espacio-temporal en los
fenómenos observados y conexión necesaria son los componentes que
vemos en las cosas del mundo para poder decir que algo es causa de otra
cosa. Será el Hábito de ver las cosas en esa conexión casual lo que nos
hará decir que el futuro será igual al pasado, puesto que presuponemos
que la naturaleza es uniforme en todo momento y que lo que vaya a
suceder en el futuro será como lo que ya ha sucedido en el pasado.
Pero todo eso son meras creencias humanas.
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3.5.-El problema de la sustancia.
Como según Hume, todo nuestro conocimiento se reduce a impresiones e
ideas; nuestro entendimiento está completamente limitado por las
impresiones, de tal modo que nos impide abordar cuestiones abstractas; y
entre las más abstractas está el problema de la sustancia. La sustancia es
un concepto al que no le corresponde ninguna impresión.
A nuestra idea de sustancia, de Yo, de Mundo, de Dios, no corresponde
impresión alguna. La palabra sustancia sólo designa un conjunto de
percepciones particulares que nos hemos acostumbrado a encontrar
juntas; por tanto, el concepto clave de la Metafísica carece de valor.
• Mundo: no podemos afirmar la existencia de una realidad
corpórea distinta de nuestras impresiones. Lo único que
podemos afirmar es la realidad de nuestras impresiones, pero no
realidad alguna distinta de ellas.
• Dios: no tenemos ninguna impresión y, por tanto, no podemos
afirmar su existencia. No hay nexo casual entre las impresiones y
Dios, que está más allá de nuestras impresiones.
• Yo: el yo o persona no es una impresión: es aquello que se
supone como sujeto al que se refieren nuestras impresiones.
Pero de ello no tenemos impresión. Nuestras impresiones no son
constantes, sino variables: una impresión sucede a la otra; siento
dolor, después tristeza, después alegría… nunca existen todas al
mismo tiempo, sino que se suceden. Por tanto, no hay una
impresión constante y permanente. Gracias a la memoria
conocemos la conexión existente entre las diferentes
impresiones que se suceden. El error consiste en que
confundimos sucesión con identidad.
La realidad es puramente fenoménica (lo que aparece, el fenómeno), y no
sabemos nada más: de ahí el escepticismo que lleva consigo.
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4.- LA ÉTICA EN HUME.
4.1.- El empirismo-emotivismo de Hume.
Es la utilidad de los hombres lo que explica la formación de las sociedades
a partir de la célula familiar. Y no hay que buscar una fundamentación a la
legitimidad del poder: éste es un hecho, una experiencia que se funda a su
vez en otros hechos o experiencias ( usurpación, toma del poder,
transmisión hereditaria, elecciones democráticas…).
4.2.- Crítica del racionalismo moral.
¿Las percepciones morales son impresiones o ideas? Porque las
impresiones son previas a las idas. La moralidad no es sólo impresión ni
sólo idea, sino una curiosa combinación de ambas, que Hume describe
así:” una idea vivaz relacionada o asociada con una idea presente”.
Si toda ciencia se ocupa de juicios, la moral se ocupará de juicios morales:
el matar es malo, el ayudar a los demás es bueno… ¿Cuál es el
fundamento de esos juicios? El fundamento está en la razón: la razón
conoce la naturaleza humana del hombre y de ese conocimiento deduce
lo que va en contra de la naturaleza –y por tanto es malo- y lo que es
conforme a naturaleza –y por tanto es bueno-.
Hume se opone a este pensamiento, según él, la razón no es el
fundamento de los juicios morales porque:
• Los juicios morales determinan nuestro comportamiento. Cuando
decimos que tal acción es buena, esa afirmación nos inclina a
realizar esta acción. Lo mismo en el caso de afirmar que una acción
es mala, lo afirmamos para no realizar esta acción. Los juicios
morales se hacen para determinar nuestro comportamiento en
orden a obrar siempre bien.
• La razón no puede determinar nuestro comportamiento. El
conocimiento intelectual no puede determinar el que nosotros
hagamos una acción o la evitemos: el conocimiento es de relaciones
entre ideas o de hechos:
- El conocimiento de relaciones entre ideas (matemáticas) por
sí mismo no impulsa a realizarlas: es un conocimiento
puramente intelectual.
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- El conocimiento de hechos: los hechos son solamente hechos,
no juicios morales. El hecho en sí (un crimen ) no es un juicio:
el juicio se hace en el interior de uno mismo, en el
sentimiento; allí se reprueba el crimen o se alaba la virtud.
Mientras no lleguemos al sentimiento, no habrá juicio.
4.3.- El emotivismo moral.
La ética de Hume es de carácter emotivista; rechaza los intentos de fundar
la ética en la razón. Había sido la trayectoria contante desde los griegos: el
fundamento de los juicios morales está en el entendimiento. Hume afirma
que está en el sentimiento. La moralidad es más propiamente sentida que
juzgada. Porque la razón es incapaz de mover al hombre; el hombre actúa
por motivaciones, por impulsos, por afectos, por pasiones, que son los que
le mueven a hacer cosas; y también porque el bien y el mal morales, los
deberes, la virtud y el vicio no son relaciones de ideas ni son, de hecho,
cuestiones racionales.
Esta falacia (falso argumento) pretende deducir del ser del hombre, de su
naturaleza, lo que el hombre es, lo que el hombre debería ser; es decir, el
bien y el mal morales, la virtud y el vicio, las acciones buenas y las
acciones malas se enjuician así porque son una derivación racional de su
propio ser.
5.- BIOGRAFIA Y OBRAS
Ver cuaderno de David Hume pags 36, 37 y 38.
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6.- COMPENDIO DE UN TRATADO DE LA NATURALEZA HUMANA.
El Compendio es una obra con dos propósitos clarísimos:
1. Explicar el problema de la relación causa-efecto.
2. Que éste sirva de muestra a la gente de qué es lo que pretende
Hume para animarles a interesarse por su filosofía y método de
pensar.
Se inicia el Compendio con un “Prólogo” o “Prefacio” (párrafos A a D) en el
que el compendiador da las razones de este nuevo escrito: contribuir a dar
mayor publicidad a un trabajo llamado Tratado de la Naturaleza Humana
que parece haber pasado desapercibido por los ilustrados de la época, aún
a pesar de contener novedosos puntos de vista que harían que
cambiáramos nuestro modo de pensar.
Los primeros párrafos (del 1 al 4) sirven para señalar que la obra resumida
está en línea con las grandes corrientes de pensamiento de Europa;
aunque la línea inglesa se ciñe al uso de la experiencia como guía en el
pensamiento.
Los párrafos (5 a 7) están dedicados a definir las impresiones y las ideas y
las relaciones que éstas mantienen entre sí.
A partir del párrafo (8) se inicia la cuestión de la relación causa-efecto, que
se extiende hasta el párrafo (24), bajo la siguiente ordenación:
- (8) Todos los razonamientos sobre hechos están basados en la
relación causa-efecto.
- (9) Análisis del choque de dos bolas de billar: contigüidad,
prioridad y conjunción constante.
- (10) Importancia de la relación causa-efecto.
- (11) No se puede predecir lo que ocurrirá.
- (12) Las inferencias se apoyan en experiencias anteriores.
- (13) Hay que presuponer la uniformidad de la naturaleza.
- (14) El principio de uniformidad de la naturaleza es
indemostrable.
- (15) Es la costumbre quien determina nuestro proceder.
- (16)Somos seres de costumbres.
- (17) La creencia.
- (18) Diferencias entre demostraciones, inferencias y creencias.
- (19) 1ª Hipótesis para explicar la creencia.
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-
(20) Concluye la 1ª hipótesis.
(21) 2ª hipótesis para explicar la creencia.
(22) Naturaleza de la creencia.
(23) Párrafo de trámite.
(24) En caso de alternativas, la creencia se inclina por lo más
habitual.
El párrafo (25) es un resumen de los párrafos anteriores.
En los párrafos (26 al 29) se detiene en otros temas importantes del
Tratado referentes a temas epistemológicos, pero especialmente en
aquellos que son un ataque directo y frontal a la filosofía racionalista o
cartesiana. De este modo:
- (26) ¿Qué son los términos abstractos y generales?
- (27) Esta filosofía (la del Autor) puede ser calificada de
escéptica.
- (28) Contra la idea cartesiana del alma.
- (29) Rechazo de la exactitud de la geometría.
Los párrafos que restan, del (30 al 34) están dedicados al II volumen del
Tratado, donde se ocupa de las pasiones; además, el libre albedrio, el
determinismo y la necesidad, todo ello analizado desde la perspectiva de
la experiencia y de la relación causa-efecto, antes vista.
El párrafo final (35) se dedica a algo que en el Tratado figura al principio
de la obra: el principio de asociación de ideas: semejanza, contigüidad y
casualidad, por medio del cual somos capaces de establecer contacto con
el mundo y relacionar las ideas entre sí.
La obra resumida, el Tratado de la naturaleza humana, está dividida en
tres libros, dedicados respectivamente al conocimiento, las pasiones y la
moral.
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