Revoluciones pendientes. Llegando al fin del mundo, al fin de la tierra y al fin de la luz. Aldo Enrici * Resumen El presente artículo propone revisar de qué forma ha cambiado lo que se entiende cuando hablamos de revolución. En los cuadros de Magritte no nos damos cuenta de la distinción entre realidad y copia, como si existiese una transparencia excesiva de la realidad, aparentemente desértica y desterritorializada. Esta distinción se vuelve imposible como para realizar una revolución acostumbrada. De este modo, escapar de la oscuridad, del fondo oscuro de la caverna de Platón en cuanto revolución, implica aventurarse hacia una situación que nos ubica totalmente visibilizados, observados y auto-controlados. La recuperación del territorio perdido se hace explícita en los pueblos originarios como modelo de compromiso integrado con el ambiente, generando memoria, yendo hacia donde no se recuerda si se ha estado, hasta llegar al sí de la memoria o casa (ambiente) de la memoria. Palabras clave: revolución – territorio – memoria Introducción A doscientos años de revoluciones políticas en América, al hablar de revolución pendiente siempre los obreros y los espíritus libres seguirán presentes y el lugar de la trama de la revolución seguirá siendo un lugar profundo, un sótano, una cueva, una caverna. Habrá que revisar si no ha cambiado lo que se entiende cuando hablamos de revolución. Más que a un derrocamiento la idea de revolución lleva a la recuperación de cierta luz perdida. Esa luz es ahora una luz artificial, más artificial que la oscuridad absoluta. Todo implica que la claridad se ha hecho transparencia y que la hipervisibilidad de lo que ocurre bajo la luz nos inclina a buscar realidades detrás de esa luz artificial. No nos damos cuenta de la distinción entre realidad y copia. Como si existiese una transparencia excesiva, esta distinción es imposible. No tiene banalidad decir que hay una comedia, una gran teatralización, un escenario detrás del cual hay escenarios que se continúan. De este modo, escapar de la oscuridad, del fondo oscuro de la caverna de Platón, implica encontrarse con un desierto, totalmente visibilizados, observados y autrocontrolados. Su descubrimiento nos hace héroes en un mundo simulado, y todos los que nos rodean no son sino actores y extras de un gigantesco espectáculo. Detrás del espectáculo hay un vacío. El vacío humano. El hombre es un vacío, aunque objeto. De este predominio de dificultad por el abordaje del vacío, se deriva la propuesta en el contexto de las discusiones sobre la ciencia postmoderna. Suele emplearse la expresión de ‘ciencia postnormal’ para marcar una contraposición con la ciencia normal kuhniana. La ciencia postnormal acontece, no puede ser entendida como un proceso de resolución de rompecabezas, es decir, de articulación de los hechos dentro del paradigma. En la ciencia postnormal los valores predominan sobre los hechos, sin que quepa además una separación entre ellos. De La caverna de Platón a The Matrix Sería conveniente recordar que el primer texto que con rigor traza la diferencia entre lo aparente y abyecto frente a la luz pertenece a Platón, en el libro VII de la República. Al terminar la narración del mito Platón, por boca de Sócrates, analiza qué representa cada una de las imágenes que se exponen en él. Corresponde a las sombras lo aparente -lo espantoso o fantasmático- y a los hombres que las producen el mundo que percibimos por los sentidos o mundo sensible. La ascensión al exterior de la cueva como figura alegórica remite el ascenso al mundo inteligible, mundo en el que se encuentra la idea de Bien – una idea también contigua a la bondad y lo compasivo- representada por el Sol. Ambos mundos son reales, pero el inteligible, el de la luz y la visibilidad poseen más entidad, siendo fundamento de todo lo sensible. Pertenecen a este mundo las esencias o ideas. La idea de Bien constituye el fundamento de todas las demás ideas y por ende de lo sensible. Esta explicación que nos da Platón no es más que una nota al margen de lo que esta alegoría pretende dar a entender. Eso sí, es necesaria para entender el camino del alma hacia el mundo inteligible. caverna de Platón Muchos de los defensores de la realidad virtual ven en la película The Matrix una fuente para especular cómo hacer una revolución pendiente sobre nuestro mundo como un espejismo generado por una Mente global, o algo parecido al “gran Otro” de la novela 1984 de Orwell. Richard Rorty sostiene que las principales contribuciones del intelectual moderno al progreso moral son las descripciones detalladas de variedades de dolor y humillación –contenidos en novelas e informes etnográficos– más que los tratados filosóficos y religiosos. Por ejemplo, en las novelas de Orwell (Rorty, 1996). Esta serie de referencias nos remite otra vez a La República de Platón: The Matrix traslada y continua la imagen platónica de la cueva (seres humanos comunes como prisioneros férreamente atados a sus asientos y obligados a ser espectadores de una oscura representación de lo que (engañados) consideran que es la realidad. Slavoj Zizek insiste en que una diferencia esencial entre la película y el texto platónico es, por supuesto, que cuando alguna persona se escapa de la cueva, y asciende a la superficie de la tierra, lo que encuentra ya no es la brillante superficie iluminada por los rayos de sol de antaño, el Bien supremo, sino el desolado “desierto de lo real”, (Zizek, 1999).El autor se refiere a un desierto y una luz tan desoladores que conviene volver abajo, dentro de lo oscuro, el no conocer el bien, la verdad y la belleza. No obstante en la oscuridad nace la revolución. La idea de un héroe revolucionario habitando un universo artificial completamente manipulado y controlado no es, ni mucho menos, original: en el cine contemporáneo The Matrix o Resident Evil se limitan a radicalizar el tema introduciendo la realidad virtual. En este aspecto, la clave está en la ambigua relación de la realidad virtual con el problema de la iconoclastia. Por un lado, la realidad virtual constituye la disminución radical de nuestra experiencia sensorial en toda su riqueza, ni siquiera a palabras, sino a la mínima serie digital del 0 y el 1 que permite o bloquea la transmisión de la señal eléctrica. Se trata de una visión pos apocalíptica iniciada por el mismo relato del Apocalipsis de Juan, en su versión de máquinas dotadas de inteligencia artificial, emancipados del poder del hombre. No obstante hay aquí una inversión respecto a la relación luz-oscuridad. Tanto en The Matrix como en The Truman Show la luz corresponde al momento artificial, al hiperrealismo de todo show mediático. La oscuridad monstruosa del mundo como espectáculo Antecedentes más complicados se cifran muy bien en Dr Jekill y Mr. Hyde de Robert Louis Stevenson, explicando que en el interior de nosotros –aludiendo al inconsciente, como una cueva negra- está el otro horrible rebelde y revolucionario que no dominamos, cuyo control debe asegurarse estoicamente. El diabólico rebelde y revolucionario están dentro del médico, pero es la verdad. Las posturas mesuradas exclaman que dentro del sujeto está el mal y hay que desterrarlo mediante prácticas rigurosas. Estas son precisamente las sensaciones que padece Jekyll cuando toma la poción: presa de los más terribles tormentos, sean estos un crujir de huesos, una náusea o un horror del espíritu que no podría ser superado ni en la misma hora del nacimiento o de la muerte: “… pero a su vez más joven, más ligero, más feliz en lo físico; interiormente, tenía conciencia de una fuerte temeridad, en mi imaginación se atropellaban desordenadas imágenes sensuales, los lazos del deber se aflojaban y experimentaba un desconocido, pero no inocente, sentimiento de libertad en el alma”, (Stevenson, 2006). Esta relación pasa a ser un vínculo nuevo, la libertad asociada al impulso de desatarse. La libertad como liberación de un encierro. Siguiendo con la duda de que el mundo en que vive es un montaje, un show iluminado aunque falso, su descubrimiento nos hace héroes en un mundo artificial, un espectáculo organizado para hacer creer que vive en un mundo real, mientras, en realidad, todos los que le rodean no son sino actores y extras de un gigantesco espectáculo. Y si examinamos si alguien desea revolucionar el mundo descubriendo que es parte o protagonista de un espectáculo. Nadie prefiere eso. La escena final de The Truman Show podría interpretarse como una representación de la experiencia liberadora, o la revolución pendiente de rasgar desde dentro el sistema ideológico de un universo cerrado y esférico como si se pudiera llegar a la escenografía y la apertura al exterior, antes invisible desde el interior ideológico. Rasgar sin embargo, parece imposible desde otra perspectiva, cuando experimentamos cómo millones del mundo aplaudieron ese mismo año de estreno de The Truman Show -1998-, el final de la comedia Loco por Mary. Allí los actores de la comedia encabezados por Cameron Díaz, bailan al compás del tema What do you let mi down, mostrando que no se sale de la gran comedia que es el universo, mostrando que el universo es una comedia. El universo es una ridícula condición que nos hace vivir, ante la opuesta tragedia en que deberíamos pensar. No hay lugar para la tragedia sino para el espectáculo formal. No existen hombres mejores privándonos de la vida. Fuera de la comedia hay una comedia, que también opera falsamente, conforme con la rúbrica de que el mundo es un montaje dentro de otro, cuyo sentido no es trágico. La ideología aquí, no permite ninguna revolución. Se encuentra en la creencia misma de que más allá de los límites del universo finito existe una auténtica realidad en la que hay que adentrarse, aunque, igualmente, es otra comedia 1. Lenin pasó los últimos años de su vida en un entorno controlado bastante parecido en el que, Stalin mandaba imprimir una edición especial de Pravda, censurando todas las noticias referentes a las luchas políticas, mostrando una comedia de la revolución que seguía su paso hacia la clase única, con la justificación de que el camarada Lenin debía descansar y no se debía perturbar con provocaciones innecesarias. Un símil resulta el diario de Yrigoyen. Durante el segundo mandato del ex presidente Hipólito Yrigoyen (1928-1930), “se habría creado un diario ficticio” en el que el presidente de turno pudiera leer aquellas “buenas noticias” redactadas por su entorno. Desde luego, aquella información que se le proporcionaba no correspondía a la realidad. Es la propia autoridad del Gobierno la que trata de armar ese diario. (Wainfeld, 2000). La realidad decididamente transparente Esa esfera que envuelve, como la silueta del cuadro de Magritte sólo circunscribe un vacío. En su obra La condición humana, el cuadro se confunde el paisaje de modo que nuestra representación del paisaje es una reproducción fiel del mundo pero, al mismo tiempo y tristemente, el mundo no es nada diferente de nuestra representación. La diferencia entre mundo y arte es el contorno, el marco formal. El contexto no solo encuadra sino que define la artificialidad de la que es mejor no salir, en cuanto fantasía de lo real. Aunque la realidad no difiere del arte a no ser por el recuadro. Cuanto más se confía en el protocolo del marco más real viene a ser la percepción. Magritte, condición humana.1935. 1 Entre los predecesores de esta idea cabe mencionar a Phillip Dick, con su Time Out of Joint (1959), en la que el héroe vive una modesta vida en una idílica ciudad californiana a finales de los 50 para ir descubriendo que la ciudad es un montaje llevado a cabo para mantenerlo satisfecho. La experiencia que subyace a Time Out of Joint y The Truman Show El show de Truman es que el paraíso californiano consumista del capitalismo en su propia hiperrealidad (en cierto modo tan irreal) está carente de sustancia, desprovisto de inercia material y goza de su esfera hiperrealista. Toda fase creativa está vertebrada por la categoría de las cosas y la de las palabras, cuya partición es imprescindible para que el mundo sea entendido a partir de la perpetua línea paralela y simultánea del hecho y del relato del mismo, proponiéndose así, burlar los límites entre la imagen y el modelo, la cosa a retratar y su retrato (Foucault, 1999)2. Magritte logra entonces, desplegar a través de los materiales escogidos, efectos disruptivos a partir de los cuales resulta posible la mirada extrañada, cuyo móvil no es el mero reconocimiento del objeto sino la, visión del mismo. La ontología fundamental heideggeriana toma al hombre como sujeto, no como un mero objeto a estudiar. El hombre es un vacío, aunque objeto. Nada hay en él. Es una nada compleja e impenetrable. Un objeto vacío, denso como una nube de gas cósmico, no penetrable por los telescopios, antes de la fusión atómica que iniciará el origen de una estrella. Queremos decir que más complejo resulta estudiar el vacío, la falta, la ausencia de Magritte que lo completado de significados3. Una incertidumbre profunda De este predominio de dificultad por el abordaje del vacío, se deriva la propuesta en el contexto de las discusiones sobre la ciencia postmoderna. Suele emplearse la expresión de ‘ciencia postnormal’ para marcar una contraposición con la “ciencia normal” kuhniana. La ciencia postnormal no puede ser entendida como un proceso de resolución de rompecabezas, es decir, de articulación de los hechos dentro del paradigma. En la ciencia postnormal los valores predominan sobre los hechos, sin que quepa además una separación entre ellos (Funtowicz y Ravetz, 2000, 50). La ciencia postnormal parece identificarse con el estado de ciencia extraordinaria kuhniana, es decir, con los periodos de crisis de un paradigma. La ciencia postnormal sería la situación en la que se encuentra la investigación científica cuando ha de enfrentarse a situaciones que implican una incertidumbre profunda, una realidad ambigua y unos criterios confusos de calidad (cf. Funtowicz y Ravetz 2000, p. 95). Estas situaciones son, según los autores, cada vez más comunes a nuestro alrededor. Pero, a diferencia de los períodos revolucionarios de los que habla Kuhn, no son ya situaciones transitorias que dejarán paso con el tiempo a un nuevo periodo de ciencia normal. La ciencia tiene que aprender a vivir con ellas como estados permanentes, ya que la incertidumbre proviene de las características mismas de los sistemas implicados. De entre todos los cambios que introduce la ciencia postnormal la inclusión de perspectivas ajenas, de visiones vacías de cientificidad, es ciertamente el que más la separaría de la ciencia tal como se practica o se presupone. Una especie de extensión de la 2 Magritte se mantiene hostil ante los intentos de analizar los cuadros a partir de la mera contemplación, actitud según su parecer, "trivial y desprovista de interés". Sus cuadros deben ser instrumentos para pensar; el espectador nunca debe pretender saber cuáles eran las intenciones del pintor. 3 En los cuadros de Magritte no se representa, no se afirma nada: "el juego infinito de las semejanzas" se repliega incesantemente sobre sí mismo, sin reenviar a ningún otro original. Y paradójicamente, puesto que sus figuras pueden con mayor clamor desvincularse de toda responsabilidad figurativa, Magritte es el menos abstracto de los grandes pintores modernos. “comunidad de pares” a la participación comunitaria, acaso más localista y menos universal, por tanto menos fantástica. Es indudable que si el procedimiento habitual de evaluación de la calidad del contenido de las propuestas científicas mediante la revisión de los pares (peer review), esto es, mediante el control crítico por parte de otros miembros de la comunidad científica, hubiera de ser modificado para incluir en la revisión las voces de diversos sectores sociales, el resultado modificaría profundamente el modo de hacer ciencia. Querer que la aceptación de la validez de una teoría científica dependa de la opinión de los no científicos es promover una auténtica ruptura con la racionalidad científica moderna que, por tanto, nos situaría ante algún tipo de ciencia postmoderna. La ciencia está alcanzando sus ‘límites del crecimiento’. Se espera de ella que contribuya de forma creciente a la prosperidad racional, sin embargo los presupuestos racionales no pueden ya soportar una expansión adicional para explorar nuevas y tentadoras oportunidades de investigación realizadas por equipos de investigación mayores dotados de aparatos con una sofisticación creciente. Como resultado, la ciencia atraviesa por una radical transición estructural encaminada a conseguir una institución social mucho más fuertemente organizada, racionalizada y gestionada. La creación del conocimiento, el súmmum de la empresa individual, está siendo colectivizada. (Ziman 1994, p. VII). El acontecimiento de lo que se designó como Big Science, la investigación científica basada en una tecnología compleja, grandes equipos de investigación y fuertes recursos financieros (públicos o privados), ha provocado, una crisis de crecimiento. La ciencia se encontraría ya en un estado estacionario dinámico. Lo virtual es tan irreal o real como lo científico. La expresión “vacío imposible de llenar” resulta tan intolerante como la presencia pura. Nadie puede estar presente totalmente. Completamente, como nadie puede estar ausente totalmente, en situación virtual. Cuando los niños sienten que lo virtual es tan real y más real que la realidad simbólica tradicional imaginan tan poderosamente lo que concretan en sus redes sociales del mismo modo que la presencia en las escuelas se vincula a sus afectos, su banco, sus compañeros, pero relativamente el contenido se hace presente. Se hará presente cuando colme las expectativas buscadas o generadas. La presencialidad en educación frente a la virtualidad en educación es como enfrentar lo real actual frente a lo real perdido. Hay una consideración de lo pendiente que consiste en la utopía de hacer justicia con las tribus y pueblos originarios. Pueblos originarios, reparaciones pendientes No es fácil aceptar que deberíamos hacer justicia reparatoria con los herederos de la presencia. Por eso la necedad de hablar de pueblos originarios preexistentes, con una concepción de territorio solo geográfica y biológica, sin tener en cuenta que el territorio resulta del hábito sobre la tierra, transponiéndola de su tridimensionalidad a otra dimensión política y cósmica. Hay entre el pueblo originario y el Dasein una situación común, puesto que el Dasein se hace presente como vacío, pero ocupando el vacante, llenando la ausencia. Virtualmente la tierra se satura de memoria. Una revolución territorial pendiente Una de las peticiones cardinales a realizar por parte de las comunidades pertenecientes a los pueblos originarios de la República Argentina consiste en sugerir la posibilidad del pleno acceso al territorio que ocupan, incluyendo los derechos y libertades que tal circunstancia contempla y el respeto intercultural. Se trata de una lucha por poseer un espacio que permita desarrollar los sistemas productivos propios y aferrar la vida comunitaria. La Ley Nacional Nº 26.1604 de Emergencia en materia de posesión y propiedad comunitaria, constituye un avance en la defensa y promoción de los derechos de los Pueblos Indígenas5. Se realizan relevamientos territoriales dentro de un marco de programa nacional de pueblos originarios que ocupan espacios actualmente. Los relevamientos se realizan teniendo presente, enfatizando el intrínseco vínculo ¬material y espiritual- que los integrantes mantienen con los espacios que ocupan y utilizan para su reproducción social, a la vez su memoria territorial que los identifica como pueblo originario. Ante semejante actitud considero injusta la limitación a la actualidad, puesto que si los pueblos originarios son preexistentes, son pre-legales. Existe una legalidad anterior a la venida de la colonización. Quien llega a un lugar debe aceptar sus reglas. Llegar e imponer constituye una noción que en aquel tiempo no se tenía. Pero las leyes universales suponen la preexistencia a la humanidad. Son leyes de Dios. Leyes preexistentes a lo creado. Las leyes históricas suponen el derecho que debe respetarse de los que han perdido la vida o ancestros. La noción de territorio condensa la existencia de un espacio territorial o hábitat natural que está en la memoria colectiva de las actuales generaciones; que incluye prácticas, saberes, representaciones y creencias ancestrales. Reconocer el territorio indígena, implica, defender “la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos interesados reviste su relación con las tierras o territorios, o con ambos, según los casos, que ocupan o utilizan de alguna otra manera y en particular los aspectos colectivos de esta relación” (Convenio Nº 169 OIT, art.13.1). El pensamiento Mapuche tiene una tridimensionalidad permanente para analizar el todo, la existencia humana, la existencia de la naturaleza, el Universo. Todo tienen tres estados. Se necesitaron tres dimensiones para la construcción del universo afirma el Mapuche Kimün, al igual que la cultura Azteca, cuestión que no ha permitido afirmar que 4 Promulgada por el Poder Ejecutivo Nacional en noviembre del año 2006. Decreto Reglamentario 1122/07. Prorrogada por Ley 26554 que dispone la prórroga del plazo hasta 23 noviembre del 2013 5 Dicha norma declara, por un lado, la emergencia en materia de posesión y propiedad de las tierras que tradicionalmente ocupan las comunidades originarias del país por el término de cuatro (4) años; suspendiendo por dicho plazo la ejecución de sentencias de actos procesales o administrativos, cuyo objeto sea el desalojo o desocupación de las referidas tierras. hay un eje ecuménico en todo el saber ancestral de todos los pueblos Precolombinos de la América. Estas tres dimensiones fundamentales están basadas en la filosofía universal y que muchos autores llaman filosofía perenne (inmortal), y que en el caso Mapuche está constituido por el Mundo natural y que también llamaremos mundo ordinario, el mundo sobrenatural y que también llamaremos extraordinario, y el mundo espiritual, o mundo de los espíritus. Los dos últimos casi se confunden, (Juan Ñanculef, 2010) 6 El arte de Kafka constituirá una meditación más profunda sobre el territorio y la casa, la cabeza inclinada del habitante con la barbilla hundida en el pecho, o por el contrario «el gran vergonzoso» que agujerea el techo con su cráneo anguloso, los sonidosmúsica (los perros que son músicos por sus propias posturas, Josefina, la ratita cantante de la que jamás se sabrá si canta, Gregorio, que une su piar al violín de su hermana dentro de una relación compleja habitación-casa-territorio, (Deleuze, 1996). El territorio en ciencias posnormales El territorio no es espacio, o el espacio no es lo más importante del territorio. El territorio legislado, como algo que puede cortarse como una porción de tarta, es un territorio de tipo físico, pero además un territorio de tipo “descolocante” para un pueblo originario. Un pueblo vive en un territorio ancestral, que ha cambiado, pero que no se pierde por más que legalmente haya una escritura que alguien tenga, alegando la venta. Para vivir en un territorio ancestral hace falta remitirse hacia la ancestralidad, (Deleuze, 1996). Esta necesidad de apropiarse de la naturaleza para explotarla hace que podamos caracterizar esta dominación como territorial. En este sentido, buscar el dominio sobre la naturaleza y sus bienes, implica una disputa por el control hegemónico del territorio entre las grandes empresas nacionales y extranjeras, y las poblaciones y comunidades que habitan ese territorio y no lo consideran un recurso sino un espacio en el cual desarrollan sus actividades y construyen su sentido de la vida. Un ejemplo concreto en ese sentido son las poblaciones ribereñas que han desarrollado su vida en las orillas de los ríos, cuya contaminación o represado provocan una ruptura en el desenvolvimiento de su vida cotidiana, (Leff, 2005). 6 Estas palabras nos indica las ideas filosóficas del pensar, solo el CHE puede pensar, el animal solo tiene Günen, instinto. Nosotros tenemos la capacitad de pensar, razonar, analizar, eso en la lengua propia mapuche se llama Rakizuam. el ser gente, tayiñ chegen, es lo que nos da la cualidad y la capacidad de pensar y analizar ese pensamiento. Los animales no son gente, no tienen la capacidad de pensar, de razonar. Esa diferencia es muy importante, lo que hace del ser humano un ente consciente. La Estructura y la Dimensión Territorial en el Pueblo Mapuche, recoge cómo el Pueblo Mapuche, tuvo una estructura territorial demarcada y muy bien definida y administrada a 5 mil años antes de la llegada de los españoles. Lo hegemónico se asienta en la aceptación del poder e inmediatamente el ejercicio continuado del poder que se recibe a cambio de su aceptación evitando revoluciones pendientes. Los pueblos originarios hegemonizados ejercen su propia hegemonía aprovechando la noción de territorio, a cambio aprueban la posibilidad de inserción en su pueblo de aquellos que no participan del éxodo, pero que necesitan una identificación mediante la adquisición del compromiso profundo con el ambiente, Gillatun. En los pueblos originarios mapuche-tehuelches la palabra Gilla es la capacidad de la reciprocidad del hombre con su entrono, y la disposición de la esencia de la vida, de ponerse a disposición de todo ese entorno El vocablo Tun es una palabra que viene del verbo tomar, que obviamente toma el compromiso, adquiere el compromiso reciproco, lo elabora y reelabora para hacerlo realidad a partir de la vida real, con carne y hueso, con frío y calor, con todo lo que implica la naturaleza. No vale el pedido de auxilio en los pueblos mapuche-tehuelche, aunque la palabra Guillatun por si sola se ha dado en traducirla como tal. El concepto de pedir como verbo no existe en el Pueblo mapuche, toda vez que no existió tal condición humana. Existen conceptos parecidos, como el Llallitun, por ejemplo, concepto que implica que un familiar acude a uno de sus parientes a buscar cuestiones que le falta. Lo pide y se lo dan, está consciente que es deber del otro darle, y no mendigar, no es limosna lo que quiere, es una forma en que su amigo pariente hoy le da, será una inversión que retribuirá en el futuro, con muchos intereses y utilidades de agradecimiento, (Ñanculef, 2010). Una traslación hacia el fin del mundo Durante la primera feria Bienal fin del mundo, realizada en Ushuaia en 2006 el grupo Delborde realiza el traslado de una casa nómada hasta el predio de la Bienal, cruzando la ciudad de Ushuaia en un recorrido de 5 km, aproximadamente, con el inconveniente de tránsito y la mirada sorprendida de la gente. Los habitantes más antiguos de la ciudad seguramente recordaron cuando en las décadas del ´60 y ´70 del siglo pasado el traslado de las casas de un punto a otro del pueblo era una imagen común. Es un traslado de la historia hacia atrás, aplicando el efecto de las ruedas de un carruaje antiguo en las películas de persecución de diligencias por forajidos. En este momento los rayos de la diligencia se mueven, a la vista, como hacia atrás aunque el desplazamiento es hacia delante. Esta situación motiva que los recién llegados ocupen terrenos de modo ilegal, sin permiso de ocupación con “casas trineo”7, que son casillas adaptadas con 7 La casa trineo es una instalación física que se arrastra, un “acarreo estético”, como un mueble para viajar y dormir, más que instalación. No es una casa rodante sino una “casa arrastrando” historia. Ya no será una artesanía de un carpintero, sino una obra que permite regresar a la libertad de la ocupación libre de la tierra por aquellos primeros llegados. troncos como patines, debajo de la platea de madera, perfectamente livianas y transportables. Casa nómade en Ushuaia La generación de memoria sublime como revolución pendiente Esa casa nómade se asemeja a esta otra casa de expulsados constantes que no tienen lotes aunque sí tienen su casa. La memoria basta para argumentar que las primeras adquisiciones de terrenos fueron sin persecuciones y que actualmente es la casa la perseguida, la malvada, la intolerable. La memoria se constituye como “la semejanza prohibida”. También la memoria se persigue mediante el recuerdo de lo semejante. Hablar de recuperación pendiente en lugar de revolución. Una revolución hacia el pasado es entendida como recuperación. La revolución en cambio suele ser futura. En la celebración de la apología del nihilismo, en la celebración de la muerte del pensamiento humanista, se define a la modernidad: “como un fenómeno dominado por la idea de la historia del pensamiento, entendida como una progresiva ‘iluminación’ que se desarrolla sobre la base de un proceso cada vez más plano, de apropiación y reapropiación de los ‘fundamentos’, concebidos como ‘orígenes’, de suerte que las revoluciones teóricas y prácticas, de la historia occidental se presentan y se legitiman por lo común como ‘recuperaciones’, renacimientos o retornos”, (Vattimo, 1986, 10). Construir una casa trineo desplazable se hace semejante al desplazamiento de la memoria, de plaza en plaza. La casa se desplaza circularmente aunque por los atajos de las calles. Volverá al mismo lugar porque no sale de la ciudad sino que esquiva los motivos opuestos que son los asentamientos legales que ya no se desplazan y poseen una memoria –imagen- estática, del pasado, solo de un pasado. El desplazamiento de la convierte a la casilla en un generador ambiental de memoria y en una memoria activante puesto que la casa se desplaza en el mundo que cambia por sí y por la mirada que echa sobre la casa. A su vez estos dos cambios se incumben entre sí. La feliz historia de los primeros ocupantes es ahora feliz y se hace presente como memoria feliz de la anterioridad que preserva que mantiene el pasado en estado de “sido” ya que “nadie puede hacer que lo que ya no es no haya sido”, (Ricoeur, 2000, 566). El trineo de la “casa trineo” no vuelve el horizonte de espera en una prevalencia del “que ha sido” por sobre el “no ser ya”. La obra de arte suscita su historia a contrapelo, hace del ya un punto de partida para hacer historia hacia presentar el pasado. El presente es un momento pasado, un hundimiento y un vacío que se completa con memoria. El olvido es del presente, cuando queremos evocar un pasado, hasta que ese pasado surja como sido en su repetición. Generar memoria implica ir hacia donde no se recuerda si se ha estado, hasta llegar al sí de la memoria, dentro de una paralaje de la casa. La casa hace memoria de lo evidente pero además de lo “invidente memorial”. Absolutamente nada que tiene visibilidad memorial si no se gira por lo visible hasta no verlo, hasta que algo falte o escasee a excepción de la casa. La revolución sigue pendiente. Palabras finales La revolución pendiente no será una revolución material, sino el material para una revolución. Lo que cuelga como revolución pendiente, se enuncia en esta expresión como algo sensiblero sensible como un ser incorpóreo, y sin embargo objetivo. (Hegel, 2003, 153). A la mano y con identidad de sujeto pueblo, no de sujeto individuo. Este último es el que nuestro sin querer, asocia a la individualidad del conocimiento y de la propiedad privada. El “sujeto pueblo” no es miembro, es organismo vital y colectivo. Lo que hacen los proletarios es dar a ésta su carácter de irrealidad, de montaje de palabras y de imágenes apropiadas para reconfigurar el territorio de lo visible, lo pensable y lo posible. Las "ficciones" del arte y de la política son en este sentido heterotopías, más que utopías (Ranciére, 2010). Triunfarán los que entiendan que la utopía es sensible. Los proletarios triunfan porque son realistas, al atender a sus sentidos. El “sujeto pueblo” debe expresarse, en cuanto se constituye en la mayor de las eficiencias. Hay una necesidad de expresionismo popular en lugar de una democracia populista. Aunque debe aceptarse que una gran parte de la ciencia actual es tecnociencia, esto no debe conducir, en mi opinión, a borrar por completo los límites entre ciencia y tecnología, de la ética y la política. No hay enemigos, hay compromisos que asumir. Si los asumimos repararán en nuestras creencias vivas. Bibliografía Benjamin, Walter, (1967) “Tesis sobre la filosofía de la historia”. 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