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MEDIO MEDITERRANEO EUROPEO.
Configurado en la era terciaria como consecuencia de los movimientos alpinos, el medio
mediterráneo es el más accidentado de Europa. En él encontramos tres de las cuatro grandes
penínsulas europeas: la Ibérica, la Itálica y la Balcánica. Geológicamente es un medio aún
inestable donde abundan los movimientos sísmicos y los fenómenos volcánicos,
especialmente en la península Italia y Sicilia donde destacan el Vesubio, el Etna o el
Stromboli, y las islas del Egeo en las que erupciones volcánicas recientes han modificado la
morfología de muchas islas, caso del archipiélago de Santorini. Esta inestabilidad es debida a
la abundancia de microplacas tectónicas que todavía no han alcanzado su estabilidad y en sus
movimientos de reajuste provocan los movimientos sísmicos y favorecen las erupciones
volcánicas.
La costa mediterránea alterna paisajes escarpados y acantilados (en Croacia llegan a superar
los 1.000 m.) con depresiones arenosas que configuran magníficas playas, y amplias llanuras
fluviales en las desembocaduras de los ríos, como ocurre con el Ebro, el Ródano o el Po.
Donde los vientos y las corrientes marinas lo propician se forman cordones de dunas que en
ocasiones crean albuferas como la de Valencia o La Manga del Mar Menor (Murcia) que
posee una salinidad y temperatura media del agua superior a la del Mediterráneo. Italia,
Croacia y Grecia, entre otros, presentan sectores de costa de origen y materiales volcánicos.
El clima del medio mediterráneo se circunscribe a la costa sur europea y las tierras del
interior, donde se matiza por efecto de la continentalidad y la altura.
Por su localización latitudinal, se extiende de los 30º LN del golfo de Sirte en la costa
africana a los 45º LN del golfo de Sistiana (Eslovenia) en el mar Adriático, presenta ciertos
rasgos de transición entre los climas templados-fríos del centro y norte de Europa y los
subtropicales cálidos, porque se ve afectado por las masas de aire del oeste ligadas al frente
polar en superficie y a la corriente en chorro (Jet Stream) en altura y por las subsidencias
tropicales.
El clima del medio mediterráneo se caracteriza por tener un verano seco, debido a que su
territorio se sitúa bajo las altas presiones del anticiclón de las Azores y las bajas presiones sobre
Oriente Medio, que provocan un tiempo estable, seco y soleado. También es frecuente que se formen
bajas térmicas en superficie debido a las altas temperaturas que provocaran fenómenos convectivos,
ascensos rápidos de las masas de aire superficiales, que al chocar en altura con masas más frías darán
lugar a fuertes chubascos de corta duración y abundantes truenos y relámpagos.
Los efectos orográficos de las masas continentales que rodean la cuenca mediterránea son
esenciales para el movimiento de las masas de aire, que soplan de tierra hacia el mar y dan
lugar a vientos regionales y locales especialmente en invierno. Entre los diversos sistemas
permanentes de vientos regionales, los más fuertes son el Mistral que es un viento intenso,
frío y seco, que circula, sobretodo en invierno, desde el noroeste por el valle del Ródano entre
los Pirineos y los Alpes que después de alcanzar el golfo de León se expande sobre una
amplia área del Mediterráneo occidental; la Tramontana que circula entre los Pirineos y el
Sistema Cental francés y afecta especialmente al Rosellón, Cataluña y Baleares; otros vientos
locales son el Cierzo que sopla en el valle del Ebro y en el Estrecho de Gibraltar, entre España
y Marruecos, soplan el Levante que es fuerte y cálido y permanente de noche y de día, y otro
más frío, el Poniente, que sopla más fuerte por las tardes. Viento cálido y seco es el Siroco, de
origen sahariano es generado por las depresiones térmicas de verano que se forman en el
Mediterráneo, en España tiene dirección E-SE a W-NW se le conoce como “bochorno”.
La amplia extensión geográfica del medio mediterráneo permite que haya una amplia
variedad de subtipos, según Köppen pertenecen al tipo Csa y Csb
C: Porque el mes más frío tiene una temperatura media comprendida entre -3º C. y +18º C.
s: Indica que se trata de un clima cuya estación seca es el verano.
1
a: La temperatura del mes más cálido supera los 22º C.
b: Son climas de verano cálido y largo. La temperatura media del mes más cálido no supera
los 22º, y tienen más 4 meses con temperaturas que superan los 10º C. Aparece en las zonas
de interior donde los efectos de la continentalidad son los dominantes.
El clima del medio mediterráneo presenta caracteres comunes:
Térmicamente se caracteriza por:
• La temperatura media anual (TMA) varía desde los 15º de Gerona a los 28º C. de
Atenas.
• Las temperaturas medias mensuales mínimas van desde los 7º C. (Gerona), 73º C en
Niza, a los 12,5º C. en Málaga (enero). Estas medias térmicas indican que apenas
existe la estación invernal, aunque son frecuentes las entradas de aire frío que hace
bajar bruscamente las temperaturas durante varios días.
• Las temperaturas medias máximas oscilan entre los 28º C. de Atenas en julio y
agosto y los 23º C. de Gerona en el mes de julio.
• La amplitud térmica anual (ATA) media está entre 14 y 18º C.
• Las temperaturas extremas no suelen llegar a 0º C. ni superar los 40º C.
• La insolación es la mayor de Europa. La ausencia de nubes y su posición latitudinal
permiten una insolación entre las 2.500 y las 3.300 horas del golfo de Cádiz.
• En el interior las temperaturas invernales descienden hasta los 4º C en la meseta
española y las veraniegas no alcanzan los 23º C.
Son frecuentes las inversiones de temperatura que favorecen la aparición de las nieblas.
Las precipitaciones se caracterizan por:
• Se caracterizan por su irregularidad. Los valores medios están alrededor de 400-500
mm., pero oscilan entre los 130 mm. del Cabo de Gata, los 397 de Atenas y los 750
mm. de Gerona.
• La distribución temporal de las precipitaciones no es homogénea en este dominio
climático. La estación de máximas lluvias en el Mediterráneo Sur (Málaga y
Granada) son en invierno, en el resto de la costa mediterránea en primavera y otoño
y en el litoral catalán está repartida todo el año, siendo la sequía estival menos clara
que el resto del área mediterránea.
• El índice de Gaussen nos sitúa al medio mediterráneo como "semihúmedo" con más
de cinco meses de aridez.
Las lluvias en los medios mediterráneos tienen un origen fundamentalmente ciclónico, así el
paso de las depresiones asociadas al frente polar provocaran precipitaciones especialmente en
otoño-invierno y en primavera. Las precipitaciones durante esta “estación húmeda”, suponen casi el
90 % del total de las anuales, y disminuyen hacia el este por la pérdida de fuerza de las depresiones en
su recorrido.
En verano el rápido calentamiento de las capas de aire superficiales favorece los movimientos
convectivos y su ascenso a gran velocidad, originando, si en altura chocan contra una capa de aire frío,
fuertes tormentas, siendo más frecuentes en el Sistema Ibérico, valle del Ebro, norte de Italia y en los
Balcanes, siendo también comunes en el Mediterráneo central y occidental durante el otoño.
En España un estudio más pormenorizado no muestra las siguientes variedad de de clima
mediterráneo: Mediterráneo suave-húmedo gerundense" o Catalán (Cfa), Mediterráneo
Levantino-balear” (Csa). Mediterráneo subdesértico” o árido (Bsh). Mediterráneo
subtropical cálido o Mediterráneo Sur (Csa).
2
Climograma 3
Mediterráneo suave-húmedo gerundense" o Catalán
Gerona
(Cfa).
200
100
180
90
Se extiende del cabo de Creus al valle del Llobregat Esta
160
80
área presenta unas características atenuadas, puesto que
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70
su clima es más fresco, húmedo, nuboso y lluvioso que el
120
60
resto del dominio, debido a:
100
50
Temperaturas. Son suaves en la costa, sin embargo en
80
40
60
30
las zonas del interior, y por la Cordillera Costero40
20
catalana, son más frías y con gran ATA. La temperatura
20
10
media del mes más frío oscila, en la costa, entre los 7º y
0
0
los 10º (Barcelona 9º), mientras que el mes más cálido
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oscila entre los 23º y los 25º (Barcelona 23,6º).
Precipitaciones. Presentando un ligero mínimo estival con un mes claramente marcado; de
Norte a Sur disminuyen las precipitaciones, se pasa de unos 700 mm. del litoral gerundense a
los 500 mm. de la costa tarraconense.
Localidad
Gerona
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
127 m.
6,9º
22,9º
724 mm.
Barcelona
6 m.
8,9º
23,6º
640 mm.
Tortosa (Tarragona)
40 m.
10º
25,6º
524 mm.
Mediterráneo Levantino-balear” (Csa).
Corresponde al más puro tipo de clima mediterráneo, y
Climograma 2
Valencia
abarca desde el Garraf hasta el Cabo de la Nao alicantino.
100
50
Temperaturas. Las temperaturas medias del mes más
90
45
frío oscilan entre los 9º y los 11,5º Las temperaturas
80
40
medias estivales oscilan entre los 24º y los 26º en la costa
70
35
60
30
mientras que en el interior rondan los 20-22º. Su ATA es
50
25
moderada. En la costa los días de heladas no superan la
40
20
media docena.
30
15
Precipitaciones. Las precipitaciones podríamos definirlas
20
10
10
5
como pocas, intensas y mal repartidas. Oscilan entre los
0
0
400 y los 500 mm/año. recogidos fundamentalmente en
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primavera y otoño, siendo los meses de julio y agosto
muy escasos en precipitaciones, así en Palma de Mallorca
apenas si se superan los 5 mm, en Ibiza los 4 mm y en Valencia 10 mm/m2. Son frecuentes las
“gotas frías” que producen verdaderos estragos en la vida de sus habitantes.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Castellón
35 m.
10,4
25º
442 mm.
Valencia
11 m.
11,5º
25,5º
454 mm.
Palma de Mallorca
4 m.
9,3º
24,6º
410 mm.
3
Mediterráneo subdesértico” o árido (Bsh).
Climograma 4
Murcia
Desde el cabo de la Nao hasta el oeste del golfo de Almería.
100
50
Los elementos del clima acusan las consecuencias de esta 45
90
situación. Temperaturas. Las temperaturas medias del mes 40
80
70
más frío oscilan entre los 10º y los 12,5º Las temperaturas 35
60
30
medias estivales oscilan entre los 25,5º y los 26,5º. La TMA
50
25
llega a los 18º. Es una zona con ausencia de heladas, y con 20
40
un mínimo de horas anuales de insolación cercanas a las 15
30
20
10
máximas españolas, 3.300 horas al año.
10
5
Precipitaciones. Se sitúan entre los 190 mm. anuales de
0
0
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Almería y los 300 de Murcia. El índice de aridez llega a
alcanzar más de 8 meses en los que padece largas y
prolongadas sequías, con una duración de siete a diez meses al año. Al igual que en la zona
levantina, existe riesgo de chubascos torrenciales e inundaciones catastróficas provocadas por
una situación de gota frías1, lo que nos situamos en la antesala del clima desértico.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Alicante
82 m.
11,5º
25,5º
336 mm.
Murcia
85 m.
10,1º
26,7º
301 mm.
Almería
20 m.
12,5º
26,4º
196 mm.
Mediterráneo subtropical cálido o Mediterráneo Sur (Csa).
Temperaturas. Las temperaturas medias del mes más frío
oscilan entre los 7º de Granada (%70 m. de altura)y los 12º
de la Costa (Málaga) Las temperaturas medias estivales 50
oscilan entre los 24,5º y los 25,5º. Su ATA oscila entre los 4540
11º en la costa y los 15º del interior. El mes más cálido 35
30
suele ser agosto.
25
Precipitaciones. Son las precipitaciones las que marcan la 20
diferencia, alcanza su máximo de precipitación durante el 15
invierno, en los meses de diciembre, enero y febrero y se 10
5
sobrepasan con facilidad los 500 mm/m2, oscilando, según
0
su localización geográfica entre los 500 y los 800 mm. Los
meses de julio y agosto son extremadamente secos, siendo
abundantes las áreas donde no llueve a lo largo de los dos meses.
Localidad
Climograma 1
Málaga
100
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80
70
60
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10
0
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Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Granada
570 m
6,7º
24,5º
357 mm.
Málaga
7 m.
11,9º
25,4º
524 mm.
DOMINIO MEDITERRÁNEO CONTINENTALIZADO.
Las áreas de interior soportan modificaciones que quedan reflejados de manera genérica en la
península Ibérica. Este dominio no presenta un clima continental pero sí continentalizado. Se
1.‐ GOTA FRÍA: Es una masa de aire frío, que se desliza del frente polar y desciende a gran velocidad hacía latitudes más cálidas. El contrate de temperaturas da origen a procesos convectivos importantes que dan lugar a precipitaciones abundantes, a veces catastróficas, tanto más cuanto mayor sea la diferencia térmica entre las dos masas de aire. Siendo frecuentes en el Mediterráneo a finales del verano y principios del otoño. 4
extiende por toda la zona interior peninsular, comprendiendo la Submeseta Norte, Submeseta
Sur, Valle del Ebro y Valle del Guadalquivir; como puede observarse la diferente altitud y
latitud nos impondrán variaciones significativas.
Características generales.
Térmicamente se caracteriza por:
• La temperatura media anual oscila entre los 7 y 19º C., siendo las zonas más elevadas
y alejadas de la influencia del mar las que registran las medias anuales más bajas, así
es de 11º en la Submeseta Norte y de 19º en el valle del Guadalquivir.
• Las temperaturas mínimas oscilan entre los 2 y 4º en la Submeseta Norte y los 10º C.
en el valle del Guadalquivir.
• Las temperaturas máximas rondan los 21-22º en la Submeseta Norte y los 27–28º del
valle del Guadalquivir, por ello la evapotranspiración potencial es intensa
• La amplitud térmica anual (ATA) oscila de los 16º C. de Sevilla a los 20º C. de
Albacete, y se irá reduciendo conforme nos acercamos al Oeste, debido a la influencia
del océano Atlántico.
• La temperaturas máximas absolutas se alcanzan en el valle del Guadalquivir con más
de 47º, y las temperaturas mínimas absolutas se alcanzan en las serranías del sistema
Ibérico, donde Calamocha y Molina de Aragón llegan a alcanzar los –29º C.
Las precipitaciones se caracterizan por:
•
•
•
•
•
•
En general las estaciones lluviosas son la primavera y el otoño, y este máximo se
desplaza hacia el invierno conforme nos situamos más al Sur.
Las precipitaciones alcanzan más de 500 mm. en la Submeseta Norte. Apenas alcanzan
los 330 mm. en la Submeseta Sur o en el centro del Valle del Ebro, y ascienden a más
de 600 mm. en el Valle del Guadalquivir.
Tanto en la Submeseta Norte como en el valle del Ebro las precipitaciones ascienden
conforme ascendemos en altura [Huesca-Calatayud (600 m) unos 600 mm., Jaca (830
m) de 750 a 900 mm.].
En todos ellos la sequía estival es importante, pero se acentúa en el Guadalquivir, y se
hace menos intensa en el interior de la Meseta, por las tormentas veraniegas.
Las heladas son abundantes en la zona Norte y casi no existen en el Guadalquivir, de
unos 150 día a menos de 10 días.
En la aplicación del índice de Gaussen se observa también variedad, desde los
escasamente tres meses en la Submeseta Norte se va ascendiendo hasta llegar a los
cinco meses en el Guadalquivir.
Variedades: Mediterráneo continentalizado de la Submeseta Norte" (Csb). Mediterráneo
continentalizado de la Submeseta Sur" (Csa). Mediterráneo continentalizado del Valle del
Ebro" (Csa–Bsk). y Mediterráneo continentalizado del Valle del Guadalquivir (Csa).
Mediterráneo continentalizado de la Submeseta Norte"
(Csb).
Con inviernos muy fríos y veranos frescos y húmedos, es el
que más se aproxima al "clima continental".
Temperatura. Las temperaturas descienden a medida que
aumentan la latitud y la altitud. Las temperaturas mínimas
5
Climograma 2
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100
45
90
40
80
35
70
30
60
50
25
Valladolid
20
40
15
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5
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0
0
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medias mensuales oscilan entre 2,4 y 3º. Las medias mensuales máximas se registran torno a
los 20º. La amplitud térmica está en torno a los 16-17º C.
Precipitaciones. Presentan un claro ritmo estacional: dos máximos en primavera y otoño,
aunque en invierno las precipitaciones pueden ser tan abundantes o más. Cierra el ciclo un
mínimo veraniego que en ocasiones es poco acusado. Es muy difícil cifrar una pluviosidad
media pero ronda los 400-700 mm.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Zamora
655 m.
4,3º
21,8º
363 mm.
Valladolid
735 m.
4º
21,7º
435 mm.
Salamanca
790 m.
3,6º
20,5º
382 mm.
León
916 m.
3,1º
19,6º
556 mm.
Burgos
890 m.
2,7º
19º
555 mm.
Soria
1.082 m.
2,9º
20º
502 mm.
Ávila
1.130 m.
2,8º
19,5º
400 mm.
Mediterráneo continentalizado de la Submeseta Sur" (Csa). También Templado-frio
continental con estación seca. Las diferencias climáticas que
Climograma 10
Madrid
presenta con la submeseta se deben fundamentalmente a su
50
100
menor altura. Los veranos son más largos y calurosos, 45
90
mientras que los inviernos son más suaves.
40
80
35
70
Temperaturas. Las medias anuales oscilan entre los 12 y 16º. 30
60
La amplitud térmica anual es de unos 18º C. Las temperaturas 25
50
40
medias mensuales mínimas oscila entre 8,7º de Badajoz y los 20
15
30
2,5º de Molina de Aragón (Guadalajara) y las máximas,
10
20
correspondientes a julio, van de los 26,5º de Toledo y los 22,4º
5
10
0
0
de Cuenca.
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En esta región el invierno es menos rigurosos y aumenta la
duración del verano, registrándose temperaturas máximas diarias hasta 40º. El invierno es
menos homogéneo por la influencia atlántica sobre Extremadura, frente a la mayor
continentalidad de La Mancha.
Precipitaciones. Se dan valores pluviométricos más moderados que la norte. Las
precipitaciones van desde los 570 mm. en Cáceres, influida por los vientos atlánticos que
penetran por el Oeste, a los escasos 337 mm. anuales de Toledo. En toda la región los
máximos se dan, al igual que en la Submeseta Norte, en los meses equinocciales, pero la
sequía es más fuerte, sólo aliviada por las tormentas de origen térmico-convectivo.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Toledo
516 m.
6,4º
25,7º
357 mm.
Madrid
611 m.
5,4º
24,5º
378 mm.
Ciudad Real
627 m.
5,7º
25,4º
396 mm.
Albacete
704 m.
4,8º
24º
367 mm.
Cuenca
956 m.
4,3º
22,7º
507 mm.
1.063 m.
2,4º
19,5º
500 mm.
Molina Aragón (Guadalajara)
6
Climograma 8
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100
45
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35
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5
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0
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Mediterráneo continentalizado del Valle del Ebro"
(Csa – Bsk).
También se le denomina Continental con estación seca.
Este dominio climático corresponde principalmente La
Rioja, Navarra, Aragón y parte occidental de Cataluña.
Al ser una región rodeada de montañas sufren el efecto
de “sombra pluviométrica”, especialmente Aragón y el
área catalana. La precipitación se debe al paso de los
frentes, tanto frío del NE como los cálidos del SE, muy
abundantes en los equinocios. El triángulo ZaragozaAlcañiz-Lérida da el mínimo de precipitación anual con
unos 350 mm, mientras que el máximo se alcanza en los
Pirineos con más de 1.500 mm/m2.
Elementos muy importantes son las nieblas y el viento.
•
•
Las nieblas pueden ser de dos tipos: irradiación y advención.
El viento es una constante a lo largo de todo el año, sopla del NW y recibe el nombre
de “cierzo”, su persistencia a lo largo de todo
el año se debe a la configuración geográfica
del valle del Ebro.
Temperatura. Las temperaturas medias anuales se
dan en torno a los 13-14º y con amplitudes térmicas
elevadas, que en el caso de Zaragoza llega a los 18º.
Las temperaturas medias mensuales mínimas varían en
función de la altura, así Zaragoza presenta una media en enero de unos 6º, Huesca y Pamplona
de 4º y Jaca de 3º. En verano las medias también oscilan las cálidas alcanzan los 23-24º.
Es una región con invierno frío, con heladas y con vientos del Noroeste, el cierzo, debido a la
configuración geográfica del valle y que sopla en invierno.
Precipitación. En la depresión del Ebro se recoge el mínimo de precipitaciones anuales
dentro del dominio climático mediterráneo continentalizado: 250 mm en Zaragoza, en cuya
provincia Los Monegros se han convertido en un desierto humano debido a la aridez. Este
hecho se debe al efecto Föhen o aislamiento de las borrascas atlánticas como consecuencia de
las barreras que provocan la Cordillera Central e Ibérica y la nula influencia del Mediterráneo
por la barrera de la Cordillera Costero Catalana. Todo ello permite un mínimo invernal (15
mm. en Teruel) y dos máximos equinocciales, siendo la sequía moderada.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Zaragoza
247 m.
6,4º
24,5º
318 mm.
Lérida
192 m.
5,3º
24,7º
369 mm.
Logroño
352 m.
5,8º
22,3º
399 mm.
Pamplona
452 m.
5º
20,9º
721 mm.
Huesca
541 m.
4,9º
23,4º
535 mm.
Teruel
900 m.
3,5º
21,6
373 mm.
Mediterráneo continentalizado del Valle del Guadalquivir (Csa).
Inviernos suaves y lluviosos con escasas heladas, y veranos calurosos y secos.
7
Temperaturas. En el interior del valle del Guadalquivir
Climograma 15
se registran las temperaturas medias anuales más
Sevilla
elevadas de la península Ibérica y de Europa. Presenta
50
100
unas temperaturas medias anuales de unos 18º,
45
90
alcanzándose los 19,5º de media anual en Lora del Río.
40
80
35
70
La temperatura del mes más frío no suele descender de
30
60
los 8º y se alcanzan 11º de media en Sevilla. Durante el
25
50
verano las temperaturas medias alcanzan las máximas de
20
40
las medias españolas, son frecuentes los 29º en Ecija y
15
30
Lora del Río 28º. en Sevilla y Córdoba, o los 27º de Jaén,
10
20
Montijo, Morón de la Frontera o Puebla del Río.
5
10
La amplitud térmica es mayor cuanto más nos alejamos
0
0
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de la influencia atlántica, estando entre 16º de Sevilla y
los 18º de Granada.
Precipitaciones. En la depresión del Guadalquivir se encuentran las zonas más húmedas de
este dominio climático. Las máximas se alcanzan, principalmente, en invierno y primaveraotoño, siendo los meses de julio y agosto muy secos, hecho que se debe a la acción sobre el
centro de Andalucía de la borrasca del golfo de Cádiz. Este reparto se observa al comprobar
que en Córdoba 664 mm. anuales, de los cuales tan sólo se recogen 3mm. en agosto.
Localidad
Altura
Enero
Jul/Agt
Precip.
Sevilla
26 m
10,6º
27,4º
534 mm.
Córdoba
91 m
9,2º
27,2º
536 mm
Las redes hidrográficas del medio mediterráneo se organizan tras la última glaciación y tienen
como divisoria de aguas cadenas terciarias de plegamiento como los Alpes, Cárpatos,
Pirineos, Sistema Ibérico o la Cordillera Cantábrica, caso del río Ebro.
En general son ríos de dimensiones modestas. Las cuencas fluviales son generalmente
pequeñas, siendo las principales la de los ríos Ródano, Ebro y Po, con una extensión de
95.500, 85.997 y 71.057 km2 respectivamente. Sin embargo, casi el 60 % del área terrestre de
la cuenca mediterránea está ocupada por cuencas con menos de 10.000 km2
La característica definitoria de los ríos mediterráneos es la irregularidad, que viene dada por el
régimen y la distribución de las lluvias. En verano soportan un profundo estiaje porque es la
estación seca y existen áreas donde la ausencia de lluvias puede alcanzar los tres o cuatro
meses. Los máximos de caudal se alcanzan en primavera y otoño, las estaciones lluviosas, en
las que es frecuente, por las condiciones meteorológicas explicadas anteriormente, que se
produzcan violentas y rápidas crecidas; así en 2003 el Ródano alcanzo los 13.000 m3/s.
cuando su caudal medio no supera los 1.500 m3/s. El Ebro en 1907, a su paso por Zaragoza,
alcanzó los 12.000m3/s, en enero de 1961 los 4.950 m3/s y en noviembre de 1966 los 3.154 m3/s. por
el contrario el mínimo es de unos 170 m3/s., aunque el 30 de mayo de 2006 su caudal era tan
sólo de 30,35 m3/s. El río Po registró su caudal máximo en las inundaciones de 1951, con
13.000 m³/s en Pontelagoscuro, y el estiaje mínimo registrado es de 270 m³/s.
Los grandes ríos mediterráneos: Ródano, Po en cabecera tiene un régimen nival por su
nacimiento en los Alpes, mientras que el Ebro presenta un régimen oceánico, conforme su
cauce desciende se convierten en ríos pluvionivales por el aporte de caudales de sus afluentes
y en su tramo final presentan las características propias de los ríos mediterráneos con mínimos
de caudal en verano y máximos en primavera y otoño. Los tres ríos desembocan formando
amplios deltas de gran valor biogeográfico.
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Los ríos de menores dimensiones y, por tanto, con cuencas menos extensas, son los que
representan al régimen fluvial mediterráneo puro, en ellos el cuadal asciende y desciende en
función del régimen de precipitaciones, siendo el estiaje veraniego muy marcado por la
ausencia de precipitaciones y la elta evaporación por las altas temperaturas. Como ejemplos
significativos podemos citar los del Jucar o Sangonera en España, Tiber en Italia o el Vijosa
que nace en Grecia y desemboca en Albania.
Los ríos mediterráneos son los ríos más embalsados del continente, ya que la irregularidad de
sus caudales hace necesario reservar agua para las épocas de sequía.
RÓDANO: Nace en San Gotardo a unos 2.300 de altura y tiene una longitud de unos 815
Km. la cuenca ocupa una superficie de 95.500 Km2, recibiendo aguas de afluentes de los
Alpes y del Macizo Central, y su caudal medio oscila alrededor de los 1.750 m3/s. Sus
crecidas han llegado a los 13.000 m3/s. pero sus estiajes son, proporcionalmente, poco
acusados por el aporte de los afluentes alpinos. En su desembocadura forma un gran delta, el
Parque Natural Regional de Camargue, situado entre el gran río Ródano hacia el sureste y su
afluente, el Pequeño Ródano, hacia el suroeste. Es una extensa zona húmeda de unas 100.000
hectáreas.
PO: Nace en los Alpes, de los lagos y las turberas de alta cumbre del Grupo del Monviso a
unos 2.100 m de altura, alcanza los 650 Km de longitud y ocupa una cuenca de 71.057 km2.
Los afluentes de la margen izquierda, es decir los alpinos, son los que le aportan los caudales
más importantes y marcan su régimen, nival en cabecera hasta llegar a mediterráneo en
desembocadura, donde su delta ocupa 380 km2. Allí el río se divide en cinco brazos: Po della
Maestra, Po della Pila, Po di Tolle, Po della Gnocca y Po di Goro.
EBRO: Nace en el pico Tres Mares en la Sierra Peña Labra. Tiene una longitud de 928 Km.,
85.997 Km2 de cuenca y aporta unos 630 m3/sg en desembocadura. Su cuenca es disimétrica,
ya que la margen derecha es mucho menor que la izquierda. Presenta el régimen fluvial más
complejo. Su régimen presenta tres tramos bien definidos:
• Cabecera: Presenta régimen pluvial atlántico donde el caudal máximo se alcanza en
invierno debido a las precipitaciones.
• Medio: Presenta un régimen pluvio-nival que presenta un máximo de caudal en
primavera y un máximo secundario en invierno, el verano soporta un fuerte estiaje.
La influencia nival procede de los afluentes pirenáicos. Su caudal supera los 300
m3/sg. Destacan los aportes del Arga-Ega-Aragón. En el tramo medio, al llegar a las
tierras llanas, abundan los meandros.
• Final: Presenta un doble régimen, pluvio-nival por aportes del Cinca y el Segre con
un máximo en primavera y pluvial mediterráneo en sus últimos 50 Km. con un
máximo secundario en otoño. En este tramo son frecuentes en otoño la existencia de
importantes crecidas que pueden alcanzar los 20.000 m3/sg. En su desembocadura
2
destaca un extraordinario delta .
A pesar de que el hombre ha modificado el medio de manera importante, la vegetación
mediterránea viene condicionada, en gran medida, por la estacionalidad de la pluviometría
del clima mediterráneo, es decir, la vegetación está en relación directa a las precipitaciones.
La larga sequía estival en todo el medio mediterráneo, de España a Grecia, favorece el
desarrollo de una vegetación esclerófila o de hoja dura, y xerófila por su adaptación a la falta
de agua.
Las plantas desarrollan gran cantidad de medios para resistir y superar las altas temperaturas
y la falta de agua. Para asegurar su supervivencia algunas plantas presentan hojas espinosas, o
2.‐ DELTA: Deposito de acumulación aluvial con forma de abanico, localizado en la desembocadura de un río. Se origina porque la carga de material en suspensión que lleva el río es superior a la capacidad de erosión del mar. 9
pliegan sus bordes como el romero; otras las recubren con una cutícula dura, formada por
varias capas de escamas y ceras, que forma un aislante y cuyos estomas se agrupan en
concavidades y se protegen con pelitos o escamas que tienen como misión atrapar una fina de
capa de aire y saturarlo de humedad, lo que impide la difusión de vapor de agua; otras poseen
una extensa y profunda red de raíces. Además muchas plantas polinizan antes de la estación
seca, en primavera, de esta manera aseguran la continuidad de la especie.
El árbol que representa la transición del medio oceánico al mediterráneo es que quejigo
(quercus lusitánica), es perennifolio pero se adapta a convivir con especies caducifolias como
el Carballo (quercus robur). Se adapta a la estación seca y calurosa veraniega y soporta altos
contrastes térmicos.
El bosque climácico es doble, por un lado el bosque esclerófilo, por otro el perennifolio de
coníferas, y los árboles más representativos: la encina (quercus ilex) y el alcornoque (quercus
suber) y el pino carraco (pinus halepensis), el pino de Calabria, Chipre o Creta (pinus brutia),
el pino piñonero (pinus pinea) o el pino albar o silvestre (pinus sylvestris), entro otros.
La Encina es la formación climácica más extensa de España. Es un árbol que crece
lentamente, sus hojas son oscuras, pequeñas y coriáceas para evitar la evaporación. Los
estomas están en la parte interior o envés de las hojas. Por su adaptación a las prolongadas
sequías presentan un sistema de raíces muy potente. Su capacidad de adaptación es grande y
va desde las isotermas de 5 a 18 grados, así como de los 300 a 2.000 mm. de precipitación.
Cuando el encinar degrada es sustituido por la Carrasca (quercus rotundifolia) que forma
parte de la garriga. Se reparte por toda la orla mediterránea.
Los usos característicos de la encina han sido tres: aprovechamiento de la bellota, carbón
vegetal y carpintería, que junto con su dificultad en la mecanización del bosque ha hecho que
su extensión se haya reducido de manera importante.
El Alcornoque. Se concentra en lugares donde la humedad es elevada. Es un árbol que no
resiste las heladas y mal las bajas temperaturas, por lo que se sitúa en zonas con temperaturas
medias de 14 a 17 grados. Tampoco soporta una prolongada sequía, necesita de 600 a 1.000
mm. Sus hojas son parecidas a las de la encina, el tronco es grueso y se ramifica a pocos
metros del suelo. Se da sobre suelos silíceos. Por el alto aprovechamiento de la corteza está en
expansión. En España se contra en Cataluña y Exremadura.
Las coníferas pueden crecer sobre todos los sustratos y casi todos los bioclimas de la región
Mediterránea. Pueden encontrarse desde el nivel del mar hasta los 600 m en el norte del
Mediterráneo, y generalmente en suelos pobres y arenosos.
El pino Carrasco. E tras la encina, la segunda especie arbórea por superficie ocupada en
España (1.770.000 ha). Se distribuye en las Islas Baleares y en las provincias del litoral
mediterráneo, desde Gerona hasta Málaga, adentrándose hacia el interior por la cuenca del
Ebro, La Mancha, La Alcarria y el Sistema Bético. Aunque no muestra preferencia por un
determinado tipo de suelo, es frecuente encontrarlo sobre suelos pobres, calizos o margosos,
desde el nivel del mar hasta los 1.000 m. Ocupa grandes extensiones al oeste del
Mediterráneo: Francia, Italia, Malta, Croacia, Albania y Grecia, o lo que es lo mismo por toda
la cuenca mediterránea. Su madera es muy apreciada por su dureza. La madera de estos pinos
mediterráneos tiene múltiples usos: construcción, industrial, carpintería, leñas y pulpa.
La degradación del bosque mediterráneo da paso a una vegetación arbustiva que se organiza
en torno a dos formaciones: el maquis o maquia, rico en especies y bastante denso y alto, y la
garriga más baja y densa.
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• La maquia se desarrolla en unos matorrales y arbustos esclerófilos, de
aproximadamente 2-4 m de altura de crecimiento lento. Es una formación arbustiva
densa, casi impenetrable, de más de dos metros de altura. Está integrada por
matorrales como jaras, brezos, lentiscos, madroños o retamas. Un arbusto típico de la
maquia es el madroño (arbutus unedo) muy común en Córcega y en Italia y es
símbolo de Madrid. Suele formarse sobre suelos silíceos, y al igual que sucede con la
garriga, es una formación secundaria que se extendió a raíz de la destrucción a manos
del hombre, de los pinos y encinas que poblaban el bosque primariamente.
• La garriga es una formación vegetal xerofítica, baja y discontinua, formada
fundamentalmente por arbustos de hojas perennes y esclerófilas que habitualmente
llegan a una altura de 0,5 y 1,5 m., como el romero, lavanda, torvisco, coscoja, jara,
etc., siendo los arbustos predominantes la coscoja (Quercus rotundifolia) y el
tomillo (Thymus vulgaris). La lavanda es muy apreciada por su uso en la fabricación
de perfumes. La garriga es una formación abierta en donde una buena parte del suelo
aparecen grandes espacios abiertos. Se extiende por amplios sectores secos
mediterráneos de suelos pobres calizos. Estos suelos estaban ocupados por una
formación primaria de pinos y encinas, y ha sido colonizado secundariamente por la
garriga tras la destrucción de aquélla a manos del hombre.
La desaparición de la maquia y la garriga da lugar a la formación de la estepa. Se localiza por
toda la cosa mediterránea, y en España se desarrolla en la zona semiárida del sureste
peninsular y en las Bardenas reales navarras y los Monegros en Aragón. Está formada por
hierbas bajas entremezcladas con arbustos espinosos xerófilos. Destacan el palmito, el tomillo,
el espartal y el espárrago.
En torno a los cauces de los ríos mediterráneos y sobre suelos que suelen estar empapados
de agua se desarrolla un bosque caducifolio “galería” de ribera, En él predominan especies
como: los chopos (populus nigra), álamos (populus canescens), sargas negras (salix
atrocinerea) y, más esporádicamente, sauces blancos (salix alba) y fresnos (fraxinus
angustifolia); o arbustos como la sarga o sargatillo (Salix eleagnos) y los juncos (juncus).
Conforme nos alejamos del cauce los árboles se adaptaran a una menor aparecen los olmos y
los robles.
También pueden encontrarse asociados a los bosques de ribera arbustos tales como
los tarayes, la sarga y el majuelo, entre otros.
En España y como consecuencia de la aclaración del bosque mediterráneo se ha desarrollado
las dehesa, un bosque donde domina la encina y el roble que se combinan con plantaciones
agrícolas destinadas al ganado. Es utilizado para pasto y alimentación natural del ganado,
especialmente porcino, que se alimenta de las bellotas, y de reses bravas. Se extiende por
Zamora, Salamanca y Extremadura.
Los usos antrópicos del suelo se han concentrado en su explotación para la agricultura y la
ganadería y silvicultura. El primer aspecto a tener en cuenta es que el dominio ecológico
mediterráneo presenta una gran disparidad de caracteres, tanto por su situación latitudinal, que
le hace ser zona de encuentro de masas de aire tropical y polar, como por el relieve propio del
sur de Europa, con abundancia de montañas, mesetas y llanuras costeras. Éstas han sido
objeto de una colonización antigua para aprovechamientos hortofrutícolas; las vertientes
montañosas se han abancalado para el cultivo y han servido de pastos para ovejas y cabras; las
mesetas frescas y frías han constituido tierras cerealísticas, más o menos fértiles, que han
dado origen a campos abiertos típicos, mientras las áreas de montaña han creado también sus
campos cercados. En todas partes, no obstante, se produce una acusada diferenciación entre
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secanos y regadíos. Como resultado de la heterogeneidad que manifiesta el medio físico y la
evolución histórico-cultural, el mundo rural mediterráneo se ha mostrado a lo largo de los
siglos como un espacio particularmente complejo y contrastado, en el que la oposición
secano-regadío, vertientes-llanuras y latifundio-minifundio definen lo esencial de su
personalidad.
La clásica trilogía mediterránea (cereal-viñedo-olivar), ampliamente dominante en las áreas
de secano, impone al paisaje agrícola alguno de sus rasgos esenciales, suponiendo una
inteligente adaptación a las circunstancias, tanto climáticas (al ser los cultivos arbustivos los
que mejor soportan la sequía estival) como topográficas, además de permitir un
escalonamiento en las cosechas. Mientras en las grandes llanuras, desde el centro de la
Península Ibérica hasta los Balcanes, dominan los campos abiertos cerealistas con sistema de
año y vez, las vertientes, a veces abancaladas, se ven ocupadas por la arboricultura, desde el
viñedo o el olivar a diversos frutales como el almendro o la higuera.
Un último rasgo del secano mediterráneo viene a ser la escasez generalizada de pastos, que
limita el desarrollo ganadero a las especies ovina o caprina frente a la vacuna, favoreciendo
además una trashumancia estacional de los rebaños. Las únicas áreas don de la ganadería
alcanza a ocupar una significación prioritaria son, además de las montañas, las del suroeste de
la Península Ibérica, con un sistema de explotación muy extensivo, ligado estrechamente a la
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gran propiedad, en el que el encinar o el alcornoque adehesado , el cereal y los pastos se
reparten el suelo.
En las pequeñas llanuras irrigadas que con carácter discontinuo aparecen en torno al
Mediterráneo, desde el litoral valenciano-murciano al de Macedonia, la situación es
totalmente diferente. Junto al importante aumento de la productividad que permite la
existencia de agua durante el verano, las huertas conocen una gran variedad de plantas
cultivadas, desde la trilogía del secano a diversos frutales, productos hortícolas e, incluso,
plantas tropicales posibilitadas por la alta integral térmica (caso del aguacate o la chirimoya
en el área almeriense). El minifundismo y las altas densidades de población suelen
acompañarse aquí por un poblamiento disperso que contrasta con el habitual del secano,
generalmente concentrado y con cierta predilección por las zonas de contacto, donde resulta
posible desarrollar una economía mixta.
El resultado ha sido la configuración del policultivo hortícola, por una parte, y el de la trilogía
mediterránea, por otra.
La estructura agraria de secano se caracteriza por explotaciones de mediana o gran propiedad
de explotación indirecta, de producción extensiva dedicada al monocultivo y poblamiento
concentrado, donde se da el típico sistema de cultivo mediterráneo, en ocasiones en régimen de
barbecho y una ganadería extensiva de ovinos y caprinos. En España las grandes propiedades
son características de Extremadura y Salamanca, donde domina la Dehesa, Burgos, Castilla-La
Mancha y en los secanos aragoneses.
La estructura agraria o tamaño de las parcelas se caracteriza porque la pequeña propiedad
minifundista, y el sistema de cultivo es intensivo y dedicado a plantas industriales, forrajeras,
frutas y hortalizas. Tradicionalmente, el único espacio regado eran pequeñas extensiones a
orillas de los ríos, en la actualidad ha aumentado el regadío por el uso de agua embalsada y
subterránea.
Como en el medio oceánico el espacio rural ha disminuido por las mismas razones, lo que ha
favorecido la consolidación de la ATP o agricultura a tiempo parcial, llevada a cabo por
trabajadores de los sectores secundario y terciario que viven en el medio rural. También se ha
producido un importante descenso importante en la mano de obra agrícola y ha provocado un
envejecimiento generalizado de la población, en la Europa mediterránea la edad media de los
3.‐ DEHESA: Explotación de dominio vegetal arbóreo (encinar aclarado o monte hueco) o arbustivo de uso ganadero. 12
trabajadores del sector primario supera los 55 años. Por el contrario se ha producido un
aumento del tamaño medio de las explotaciones al concentrarse en menos manos.
Desgraciadamente la oposición entre latifundio-minifundio en las zonas meridionales de estos
países todavía pervive. El latifundio es explotado por colonos y jornaleros de forma extensiva
(Andaluacia, Sur de Italia), con una evidente subutilización del potencial agrario, generador
de un desempleo crónico. Las transformaciones recientes en este ámbito han supuesto, sobre
todo, una evolución hacia la modernización, tendencia al monocultivo, generalmente poco
intensivo, y elevación de los rendimientos por persona paralelo a la reducción del empleo
asalariado y hacia un tipo de agricultura empresarial, más intensiva.
Pese a esta pérdida de efectivos humanos, las innovaciones introducidas en las explotaciones,
tanto por lo que se refiere a los cambios de cultivos, mayor especialización, tecnificación de
las labores, etc., han permitido un rápido aumento de la productividad, necesaria en una
actividad orientada ya plenamente al mercado, e incluso una elevación de la producción
obtenida en cifras absolutas, con aparición de excedentes.
La producción es muy distinta si se trata de las aéreas de secano o de regadío. En el secano la
trilogía clásica mantiene su preeminencia. El trigo sigue cubriendo extensas áreas, ocupando
algo más del 17% de las tierras sembradas anualmente en todos los países. Sin embargo, el
descenso relativo que registra su consumo, limitado al comercio nacional, ha ocasionado una
progresiva reducción de la superficie triguera en beneficio de otros cereales secundarios
destinados al consumo ganadero (centeno, maíz, cebada…), que ocupan ya el 23%,
oleaginosas como el girasol, e incluso cultivos industriales como la remolacha azucarera o las
forrajeras allí donde ha sido posible introducir el regadío. La ruptura de los sistemas mixtos
tradicionales, con la reducción del barbecho, ha acarreado una paralela regresión de la
ganadería ovina con excepción de algunas áreas marginales de montaña.
Muy distinta ha sido, en cambio, la evolución del viñedo, en rápida expansión al abrirse los
mercados exteriores, posibilitando así la aparición de grandes extensiones de viñedos, desde
el Bajo Duero en Portugal, la Mancha o la Rioja en España, y el Languedoc en Francia, hasta
el golfo de Corinto, alcanzando en conjunto cerca de dos terceras partes de la cosecha
mundial. Por su parte, el olivar mantiene una superficie prácticamente constante ante el
estancamiento que registra su demanda, pese a lo cual los paisajes alomados recorridos por
hileras de olivos siguen caracterizando regiones como la Alta Andalucía, la Riviera o la costa
del Adriático.
Frente a una agricultura de secano, los regadíos intensivos se han mostrado como espacios
dinámicos y en expansión, capaces de mantener un poblamiento denso. La ampliación
posibilitada por la mejora de las infraestructuras técnicas (embalses, red de canalizaciones,
etc.), se ha acompañado por una rápida evolución hacia una agricultura especulativa
totalmente orientada al mercado, en buena parte exterior, y de altos rendimientos, capaces de
compensar sobradamente el minifundismo dominante. El consiguiente abandono de aquellos
cultivos no competitivos en este ámbito internacional se ha contrarrestado con la rápida
expansión de los más demandados, desde los frutales, particularmente los cítricos, a las
hortalizas, el arroz, el algodón, etc. Si bien es cierto que el desarrollo de tales actividades ha
generado importantes efectos multiplicadores al potenciar directamente el comercio, la
industria de transformación y el transporte, la agricultura mediterránea se ha situado en una
creciente posición de dependencia con respecto a la Europa noroccidental, agravada por no
tratarse de productos de primera necesidad, lo que la hace muy sensible a las fluctuaciones
coyunturales o a la competencia de otros países de la cuenca. Domina, por tanto, la agricultura
intensiva. Es la agricultura más capitalizada, tecnificada y especializada en nuevos sistemas
de cultivo (acolchado, enarenados, invernadero, hidropónicos…). España es el país con mayor
porcentaje de superficie bajo plástico o invernaderos del área mediterránea, siendo trabajados
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en su mayor parte por trabajadores inmigrantes, destaca el litoral mediterráneo de Almería a
Alicante.
Estructuralmente podemos decir que la PAC ha contribuido a un gran desarrollo del sector
primario, ya que con su apoyo ha permitido una importante y masiva mecanización y
tecnificación de las tareas agrícolas y ganaderas, ha aumentado en consumo de fertilizantes y
el uso masivo de abonos se ha acompañado del de herbicidas, fungicidas, o, en general,
pesticidas, y todo un conjunto de elementos químicos, que han posibilitado un gran aumento
de los rendimientos, en el que ha sido igualmente responsable el uso masivo de variedades de
alto rendimiento (VAR).
La ganadería es preferentemente extensiva y tiende a la estabulación y a la producción de
carne de ovino. La especialización y la atención a los mercados locales ha favorecido la
creación de cordones ganaderos en torno a las ciudades, ubicados en poblaciones rurales que
distan hasta 50 Km., destacan las granjas dedicadas, fundamentalmente, a la ganadería porcina,
aviar y cunil La selección de razas y la solicitud de las llamadas “denominaciones de origen”
han permitido un crecimiento de la ganadería de calidad en el ámbito mediterráneo. Como
curiosidad debemos recordar que en los últimos años se está recuperando la tradicional
trashumancia de los ganados.
La explotación forestal es residual y está dedicada a la producción maderera en las zonas
montañosas.
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