ACCIÓN DE TUTELA/Derecho de Habeas Data de los internos en

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ACCIÓN DE TUTELA/Derecho de Habeas Data de los internos en centro de reclusión.
“Encuentra la Sala que, a pesar del yerro en el que incurrieron los funcionarios del EPCAMS de
la ciudad de Popayán el día 03 de Marzo de 2011, el mismo no tuvo ninguna incidencia en el
momento que el Juzgado Primero de Ejecución de Penas de la ciudad de Popayán denegó el
beneficio de la libertad condicional, puesto que, ello se dio mediante el auto 130 de la fecha 3
de febrero de 2011. Corolario de lo anterior, se tiene que, cuando los funcionarios del EPCAMS
de la ciudad de Popayán, erradamente certificaron que la conducta del actor era regular, el
Juzgado Primero de Ejecución de Penas ya había denegado el beneficio de libertad condicional
solicitado por el señor GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA, y lo hizo con base en la
certificación de conducta de grado EJEMPLAR remitida el día 25 de enero de 2011. En tal
sentido, la Sala no comparte la decisión del A quo, por cuanto considera que si bien existió un
error por parte de la entidad demandada, el mismo no tuvo ninguna incidencia en el auto No.
130 del 3 de febrero de 2011, que denegó el beneficio de libertad condicional al señor CRIOLLO
BOTINA, puesto que el Juzgado Primero de Ejecución de Penas de Popayán, negó la libertad
condicional con base en la documentación remitida el día 25 de enero de 2011, la que tuvo una
calificación de conducta favorable al interno. Así las cosas, la Sala procederá a revocar el fallo
de la primera instancia, y en su lugar denegará el amparo solicitado por el accionante”.
REPÚBLICA DE COLOMBIA
RAMA JUDICIAL DEL PODER PÚBLICO
TRIBUNAL CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DEL CAUCA
-SALA DE DECISIÓN 004SENTENCIA T 43
Popayán, catorce de junio de dos mil once.
Magistrada ponente
Clase de Acción
Referencia
Demandante
Demandado
: Dra. Carmen Amparo Ponce Delgado
: Tutela-Segunda Instancia
: No. 19001-23-00-004-2011-00213-01
: Gerardo Antonio Criollo Botina
: Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario - INPEC.
Procede esta Sala de Decisión a pronunciarse sobre la impugnación instaurada por el
INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO-INPEC-, contra la sentencia de
fecha (3) tres de mayo de dos mil once (2011), por medio de la cual el Juzgado Tercero
Administrativo procedió a tutelar el derecho fundamental al habeas data del señor GERARDO
ANTONIO CRIOLLO BOTINA.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-23-00-04-2011-00213-01
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO CARCELARIO
TUTELA – SEGUNDA INSTANCIA
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I. ANTECEDENTES
1. DEMANDA
Pretensiones:
El accionante expresa en el escrito de tutela lo siguiente:
“(…)Por eso pido encarecidamente el favor que en sus dignas calidades de seres humanos
puedan ayudarme y se corrija de manera urgente y extraordinaria el envío por parte de esta
ofina1 (sic) todos los documentos (sin errores), ante el Juez Primero de Ejecución de
Penas.(…)
Hechos de la demanda:
Indica el accionante que es interno del pabellón #12 del Establecimiento Penitenciario y
Carcelario de Alta y Mediana Seguridad de la ciudad de Popayán –EPCAMS-. Cuenta que fue
condenado a 34 años de prisión, y que entre físicos y rebajados lleva 20 años, 4 meses y 5 días
de prisión, los cuales corresponden a las tres quintas partes de su condena.
Refiere que, dada su situación, solicitó a la oficina jurídica del EPCAMS que se enviara los
certificados de cómputos al juzgado primero de ejecución de penas de esta ciudad. Sin embargo
señala que tal solicitud se cumplió pero en forma negligente, por cuanto dentro de los
documentos remitidos, los funcionarios de la precitada oficina, enviaron una calificación de
conducta como regular, la que no corresponde a la que en realidad tenía el interno, pues ésta
debió ser la de ejemplar.
Finalmente expresa que ha enviado solicitudes a la oficina jurídica para hacer caer en cuenta del
error, pero que hasta la actualidad no ha tenido ninguna solución. Advierte que se ve afectado
ostensiblemente por cuanto ya fue negada su solicitud de libertad por la negligencia de los
funcionarios de la oficina.
El accionante aportó los siguientes documentos:
• Información de documentos enviados a los Juzgados de ejecución de penas y medidas
de seguridad de Popayán. En donde se expresa que la conducta del accionante en el
periodo comprendido entre septiembre y diciembre del año 2010 es Regular. (fl.3)
• Respuesta de fecha 24 de enero de 2011 a escrito de petición elevado ante la Oficina de
Atención a Internos el 9 de diciembre de 2010 por el accionante, en donde se relacionan
las conductas del interno entre los periodos comprendidos entre el 2 de junio de 2010
hasta el 1 de diciembre de 2010, las cuales tienen como calificación la de Ejemplar (fl. 4).
• Respuesta de fecha 4 de abril a derecho de petición elevado el 31 de marzo de 2011 en
donde se le informa al actor que las conductas desde el mes de marzo de 2010 hasta el
mes de marzo de 2011 fueron calificadas como ejemplares.
• Derecho de petición dirigido a la oficina de atención a internos en donde se solicita la
corrección del error referido a la enunciación de la calificación de conducta.
1
Al parecer el actor de la demanda se refiere a la oficina jurídica del Establecimiento Penitenciario y Carcelario
de Mediana y Alta Seguridad.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-23-00-04-2011-00213-01
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO CARCELARIO
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2. CONTESTACIÓN
2.1 INTERVENCIÓN DEL DIRECTOR DEL INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y
CARCELARIO INPEC. (FI. 13)
El señor GERARDO HERNÁN MUÑOZ NAVARRO, en su calidad de Director, como respuesta a
la presente acción de tutela señala que, el pasado 25 de enero se remitieron los certificados de
cómputo 504217 y las calificaciones de conducta ejemplar que obran en el acta 031 de 02 de
junio de 2010 a 1 de septiembre de 2010, y el acta 011 de septiembre de 2010.
Indica que por un error involuntario en el escrito enviado al centro de servicios se indicó que la
calificación de conducta del accionante durante el mes de diciembre era de regular, pero que sin
embargó se remitió la calificación en grado ejemplar.
Refiere que el Juez de ejecución de penas revisó la documentación anexada a la petición del
accionante, en las cuales se incorporaba la calificación de conducta en el grado de ejemplar.
Expresa, además que el día 04 de abril de 2011 se le dio respuesta al interno informando que su
conducta estaba en el grado de ejemplar, y que tal información ya fue remitida al juzgado de
ejecución de penas.
En razón a los hechos que expone en su demanda, indica que se ha presentado la figura del
hecho superado, toda vez que han cesado los motivos que la originaron, solicitando finalmente,
se denieguen las pretensiones de la demanda. El demandado aportó las siguientes pruebas
documentales:
• Certificado de calificación de conducta en el grado de EJEMPLAR durante el periodo
comprendido entre el 02 de septiembre de 2010 y el 01 de diciembre de 2010, del señor
GERARDO ANTONIO BOTINA CRIOLLO. (fl. 15).
• Respuesta de fecha 4 de abril a derecho de petición elevado el 31 de marzo de 2011 en
donde se le informa al actor que las conductas desde el mes de marzo de 2010 hasta el
mes de marzo de 2011 fueron calificadas como ejemplares.
• Remisión de documentos del día 3 de marzo de 2011 a los Juzgados de ejecución de
penas y medidas de seguridad de Popayán. En donde se expresa que la conducta del
accionante en el periodo comprendido entre septiembre y diciembre del año 2010 es
Regular. (fl. 17)
• Remisión de documentos enviados el día 24 de enero de 2011 a los juzgados de
ejecución de penas y medidas de seguridad de Popayán.
3. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA (fl 19)
El Juzgado Tercero Administrativo del Circuito de Popayán, mediante sentencia de fecha 03 de
mayo de 2011, concedió el amparo de tutela del derecho al habeas data del interno GERARDO
ANTONIO CRIOLLO BOTINA.
Indica el Juez de la primera instancia que, a su criterio, el amparo solicitado por el accionante,
se da en relación con el derecho fundamental al habeas data, puesto que al INPEC le compete
mantener la información relacionada con los internos de los establecimientos carcelarios y
penitenciarios.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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Anota que, a pesar que la entidad demandada alega la existencia de la figura del hecho
superado, por cuanto la misma afirma que envió la corrección de la calificación de conducta, en
el expediente no obra prueba que acredite que ello en realidad haya ocurrido. En tal sentido
procede a conceder las pretensiones formuladas por el actor, puesto que el requisito de la
calificación de la conducta, puede impedirle el acceso a su libertad condicional; procediendo
finalmente a ordenar al INPEC el envío de la información correcta del interno al Juzgado Primero
de ejecución de penas.
4. IMPUGNACIÓN
Por medio de escrito allegado de forma oportuna, el señor GERARDO HERNÁN MUÑOZ
NAVARRO, en su calidad de Director del EPCAMS, presentó recurso de impugnación en
contra de la sentencia 03 de mayo de 2011.
Indica que el día 25 de enero de 2011, se remitió el Juzgado Primero de ejecución de penas,
la certificación de la conducta ejemplar durante el periodo comprendido entre el 02 de
septiembre de 2010 hasta el 01 de diciembre de 2010, que es la que realmente corresponde
al accionante.
Expresa que la conducta ya fue tenida en cuenta y certificada por el Juzgado de ejecución el
pasado 3 de febrero de 2011, mediante interlocutorio 130. Que el error simplemente se dio en
el escrito 529 de marzo 3 de 2011, mediante el cual se entregaron los certificados de cómputo
504613 y 504755 al Juzgado Primero de ejecución de penas de Popayán. Reiterando
finalmente que el yerro presentado se dio en la digitación del escrito, más no en la base de
datos o en el sistema denominado SISIPEC WEB.
II CONSIDERACIONES DE LA SALA
1. LA COMPETENCIA
El Tribunal es competente para conocer de la presente acción de tutela en SEGUNDA
INSTANCIA, según lo establecido en el Decreto No. 2591 de 1991 y en el Decreto No. 1382 de
2000.
2. GENERALIDADES DE LA ACCIÓN DE TUTELA.
Según lo establece el art. 86 de la Constitución Política de Colombia, toda persona podrá incoar
la acción de tutela para reclamar ante los jueces de la República la protección inmediata de sus
derechos fundamentales cuando quiera que sean violados o amenazados por la acción o la
omisión de las autoridades, o de particulares en los casos que señala la ley, y procede solo
cuando el afectado no dispone de otro medio judicial de defensa, salvo que la utilice como
mecanismo transitorio para evitar un perjuicio irremediable. De lo dicho se tiene que esta acción
tiene particularidades esenciales como son:
• Esta instituida para la protección de derechos fundamentales.
• Subsidiariedad, por cuanto solo resulta procedente cuando el perjudicado no dispone de
otro medio de defensa judicial. salvo que busque evitar un perjuicio irremediable.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-23-00-04-2011-00213-01
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
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• Inmediatez, porque se trata de un instrumento jurídico de protección inmediata,
procedente cuando se hace preciso disponer la guarda efectiva, concreta y actual del
derecho fundamental objeto de vulneración o amenaza.
3. DERECHOS FUNDAMENTALES DE
ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS.
LAS
PERSONAS
RECLUIDAS
EN
En la Constitución de 1991 en su artículo 5, al expresar que “el Estado reconoce, sin
discriminación alguna, la primacía de los derechos inalienables de la persona”, garantiza que, el
ejercicio de las funciones de las autoridades estatales, se hará considerando la dignidad
humana y la plenitud de sus derechos fundamentales.
Empero, los derechos reconocidos a las personas por el Estado no son absolutos, entre tanto,
encuentran sus límites en la condición humana misma; además, en la Constitución y las leyes,
que tienden a dotar de estabilidad al Estado Social de Derecho, permitiendo además una
pacifica convivencia de los intereses particulares con los generales. Es así como, las
limitaciones a los derechos de las personas, dejan de tornarse caprichosas y se encuentran
justificadas cuando buscan lograr la realización de los fines del Estado.
Resulta claro entonces, que si los derechos de las personas, incluso los fundamentales, se
limitan aún estando en condiciones de plena libertad, es razonado que tales límites sean
mayores respecto de aquellas personas a las que se las ha sometido a una privación de la
libertad. Es en el sistema carcelario y penitenciario donde se restringen los derechos de las
personas que se han sometido a él, con el fin de dar aplicación a los fines de retribución,
protección, prevención y resocialización de la pena.
Los derechos a la libertad física, la libre locomoción, los derechos políticos se ven suspendidos
durante la vigencia de la privación de la libertad. Otros derechos son restringidos, tal como
ocurre con la intimidad personal y familiar, el derecho a la reunión, asociación, libre desarrollo de
la personalidad y la libertad de expresión. Mientras que otros simplemente se mantienen
incólumes, como corresponde a los derechos a la vida, la integridad personal, dignidad humana,
la libertad religiosa, y el derecho de petición por ejemplo.
La Corte Constitucional ha dicho que las personas privadas de la libertad y el Estado, sostienen
una relación especial de sujeción, originada en la facultad ius puniendi estatal, que es en virtud
de la cual se somete a las personas al régimen penitenciario y carcelario. Ésta relación implica
que el interno se somete a las condiciones de reclusión dictadas por el Estado, y éste a la vez,
asume su cuidado y protección mientras dure la privación de la libertad.2 La Corte Constitucional
en la sentencia T-490 de 2004, ha asignado a la relación especial de sujeción las siguientes
características:
“(…) (i) La subordinación del recluso frente al Estado3.
(ii) En razón de dicha subordinación el interno está sometido a un régimen jurídico especial4, el cual se expresa en
controles disciplinarios5 y administrativos de carácter particular6 y en la posibilidad de limitar el ejercicio de algunos
derechos, que -como ya se señaló- pueden ser incluso de raigambre fundamental.
Ver sentencias T-023/03, T-1030/03, T-639/04, T-690/04, T-1134/04, T-317/06, T-750/07, T-615/08, T-744/09.
subordinación tiene su fundamento en el deber de “cumplir una medida de aseguramiento, dada su vinculación a un
proceso penal, o una pena debido a que es responsable de la comisión de un hecho punible”. Sentencia T-065 de 1995 M.P.
Alejandro Martínez Caballero. O también es vista como el resultado de la “inserción” del administrado en la organización
administrativa penitenciaria por lo cual queda “sometido a un régimen jurídico especial”. Sentencia T-705 de 1996 M.P.
Eduardo Cifuentes Muñoz.
2
3La
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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(iii) Para que pueda ejercerse dicha potestad disciplinaria especial y a su vez limitar los derechos fundamentales de
los reclusos debe existir una previa autorización constitucional o legal.7
(iv) En todo caso, la potestad disciplinaria y la limitación de los derechos fundamentales debe cumplir una estricta
finalidad constitucional, la cual se expresa en la adopción de medidas dirigidas a salvaguardar la disciplina,
seguridad y salubridad, y en especial, el cometido principal dela pena, esto es, la resocialización.8
(v) Como consecuencia de la subordinación, surgen a cargo del Estado ciertos derechos especiales, relacionados
con las condiciones materiales de existencia: alimentación, habitación, servicios públicos y salud en cabeza de los
reclusos, los cuales deben ser especialmente garantizados por la administración penitenciaria.
(vi) Finalmente el Estado debe velar por el cumplimiento del principio de eficacia de los derechos fundamentales de
los reclusos, conforme al cual se deben garantizar a los internos el ejercicio pleno de los derechos fundamentales
que no les han sido suspendidos, y parcialmente aquellos que no les han sido restringidos.(…)”.
Los derechos fundamentales de los reclusos se ven limitados, en primera medida, por la
exigencia propia del régimen disciplinario penitenciario, y segundo por las condiciones de
seguridad propias de los establecimientos, en la sentencia C-394 de 1995, M.P. Dr. Vladimiro
Naranjo Meza, advirtió:
“La vida penitenciaria tiene unas características propias de su finalidad, -a la vez sancionatoria y
resocializadora-, que hacen que el interno se deba adecuar a las circunstancias connaturales a
la situación de detención. Como las leyes deben fundarse en la realidad de las cosas, sería
impropio, e insólito, que al detenido se le concediera el mismo margen de libertad de que se
goza en la vida normal. Se trata, pues, de una circunstancia que no es excepcional sino
especial, y que amerita un trato igualmente especial. Existen circunstancias y fines específicos
que exigen, pues, un tratamiento acorde con la naturaleza de un establecimiento carcelario; no
se trata simplemente de una expiación, sino de un amoldamiento de la persona del detenido a
circunstancias especiales, que deben ser tenidas en cuenta por el legislador.”
Admitidas las limitaciones facultadas a los establecimientos penitenciarios y carcelarios, debe
aclararse, que las mismas, no pueden ser excesivas ni arbitrarias; antes bien, deben adecuarse
al ordenamiento jurídico, pretendiendo siempre darle cumplimiento a los fines para las cuales fue
establecido el sistema penitenciario y carcelario, correspondientes a la resocialización y el
mantenimiento de la seguridad carcelaria; previendo el respeto a los derechos y garantías
constitucionales reconocidas a los reclusos. Lo que implica que, aquellos que estén en contacto
directo con las personas internas de un establecimiento de reclusión, en especial los guardianes,
deben recibir instrucción especializada sobre cómo tratar a los que se han puesto bajo su
cuidado, velando siempre por el respeto de la dignidad humana.
En este contexto, puede decirse que son válidas las medidas implementadas en los
establecimientos carcelarios, sólo si las mismas son razonables y se adelantan dentro de la
observancia estricta de los fines del sistema penal, y en general, de los derechos fundamentales
de los internos, previendo que por estar éstos en la denominada relación especial de sujeción,
son personas que cuentan con una especial protección por parte del Estado
Desde los primeros pronunciamientos sobre el tema, la Corte identificó la existencia de un “régimen jurídico especial al que
se encuentran sometidos los internos”, el cual incluye la suspensión y la limitación de algunos derechos fundamentales. En
este sentido, véase la Sentencia T-422 de 1992 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
5 Que se concreta, por ejemplo, en la posibilidad de implantar un régimen disciplinario para los reclusos. Véase, Sentencia T596 de 1992 M.P. Ciro Angarita Muñoz.
6 De acuerdo con el se puede señalar, a manera de ejemplo, un régimen especial de visitas. Véase, Sentencia T-065 de 1995
M.P. Alejandro Martínez Caballero.
7 En este sentido véase la sentencia C-318 de 1995 M.P. Alejandro Martínez Caballero.. La potestad administrativa para
limitar o restringir derechos fundamentales en el contexto de las relaciones especiales de sujeción, “debe estar expresamente
autorizada en la ley que regule su ejercicio”. Sentencia T-705 de 1996 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
8 Sobre la finalidad de la limitación a los derechos fundamentales en el contexto de las relaciones especiales de sujeción,
véase especialmente la sentencia T-705 de 1996 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz. Sobre su relación con la posibilidad real de
la resocialización véase la sentencia T-714 de 1996 M.P. Eduardo Cifuentes Muñoz.
4
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-23-00-04-2011-00213-01
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
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4. EL DERECHO AL HABEAS DATA EN PERSONAS PRIVADAS DE LA LIBERTAD.
El derecho fundamental al habeas data fue consagrado por el constituyente primario en el
artículo 15 de la Constitución Política, tal derecho permite a las personas conocer, actualizar y
rectificar, los datos e informaciones que, en relación suya, están consignados en los archivos de
las entidades públicas y privadas. Al respecto del alcance de éste derecho, la Corte
Constitucional en la Sentencia C-1011 de 2008 expresó lo siguiente
“El derecho al hábeas data es definido por la jurisprudencia constitucional
como aquel que otorga la facultad al titular de datos personales de exigir de
las administradoras de esos datos el acceso, inclusión, exclusión, corrección,
adición, actualización y certificación de los datos, así como la limitación en
las posibilidades de divulgación, publicación o cesión de los mismos, de
conformidad con los principios que regulan el proceso de administración de
datos personales. Este derecho tiene naturaleza autónoma y notas
características que lo diferencian de otras garantías con las que, empero,
está en permanente relación, como los derechos a la intimidad y a la
información.”
Ahora bien, el derecho al habeas data, no es de los que sea objeto de mayor restricción a las
personas que se encuentran privadas de la libertad, por cuanto, ellos pueden exigirle a las
autoridades públicas el acceso a la información que de ellos puedan reposar en los respectivos
archivos, y desde luego solicitar su actualización. En tal sentido, si el interno de un
establecimiento penitenciario desea acceder a la información que de el reposa en el mismo
establecimiento, bien puede hacerlo acudiendo a una solicitud formal ante las autoridades de la
institución.
En relación con el derecho al habeas data, y particularmente, con el deber del Estado de
garantizar su ejercicio, la Corte Constitucional dijo:
“En la sociedad contemporánea, de manera creciente, la suerte de las
personas y la toma de decisiones está sujeta a la recepción oportuna y
correcta de la información, lo que constituye uno de los aspectos del “poder
informático”. Este poder no puede, en un Estado social de derecho, ser
inmune a la regulación estatal, máxime cuando el goce de la libertad y los
restantes derechos constitucionales dependen de su correcta utilización. La
ausencia de protección contra este poder, lo torna en mecanismo de opresión
y coloca al ser humano en posición de convertirse en esclavo del controlador
del dato, lo que repugna a la idea de dignidad humana (C.P. art. 2) y
desconoce la primacía de los derechos inalienables de las personas (C.P. art.
5). De ahí que exista un derecho constitucional fundamental a que la
información que, en circunstancias concretas, resulte vital para el ejercicio
de sus derechos fundamentales, realmente circule y efectivamente llegue a
las personas o a las autoridades que, en caso de desconocer la información,
puedan vulnerar los derechos fundamentales de la persona.
(…)
La obligación de garantizar la circulación debida de la información recae en
quien la posee. En un Estado social de derecho, en el cual las autoridades
públicas no pueden ejercer funciones distintas a las que la Constitución y la
ley les asigna, dicha obligación recae, de manera genérica en el Estado.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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Máxime, cuando la información puede ser requerida por distintas
autoridades y de maneras distintas. Obsérvese, por ejemplo, que la
información sobre personas privadas de la libertad puede ser necesaria para
distintos efectos: análisis estadístico sobre la población carcelaria; perfiles
de criminalidad; distribución del personal privado de la libertad;
necesidades de recursos para atender y custodiar a la población privada de
la libertad; garantía del derecho de defensa, etc.”.9
Según lo anterior, las decisiones que las autoridades administrativas o judiciales tomen en
relación con una persona privada de la libertad, deben estarse a la información suministrada por
quienes administren los bancos de datos; pero con la observancia del derecho al debido proceso
y de defensa de la persona que pueda llegar a verse afectada con la decisión, razón por la cual
es necesario que se le esté comunicando constantemente, y de forma veraz, todas las
actuaciones adelantadas.
5. EL PROBLEMA JURÍDICO.
En el caso objeto de análisis el problema jurídico radica en determinar si hay lugar o no a
revocar la sentencia de la primera instancia, en cuanto la misma concedió el amparo de la
acción de tutela solicitado por el señor GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA en contra el
Establecimiento Penitenciario y Carcelario de Alta y Mediana Seguridad de la ciudad de
Popayán.
6. EL CASO CONCRETO
El Juzgado Tercero Administrativo del circuito de Popayán, mediante sentencia del tres de mayo
de dos mil once, concedió el amparo del derecho fundamental al habeas data que el señor
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA solicitó en contra del INPEC, procediendo a ordenar al
Director del EPCAMS que en el término de 48 horas, remitiera al Juzgado Primero de Ejecución
de Penas, la certificación de conducta que realmente corresponde al accionante.
El A quo consideró que la entidad demandada no acreditó haber corregido el error en el que
incurrió al enviar una calificación de conducta del actor en grado Regular al Juzgado Primero de
Ejecución de Penas, cuando en realidad le correspondía una de grado Ejemplar; lo que
aparentemente, trajo como consecuencia que éste Juzgado denegara el beneficio de libertad
condicional al accionante.
El director del EPCAMS interpuso recurso de impugnación en contra de la sentencia de primera
instancia por cuanto considera que el A quo valoró de forma equivocada las pruebas aportadas
por él. Advirtiendo además que el error sólo se presentó en el escrito remitido a los juzgados de
ejecución de penas, el cual fue acompañado del acta 011 que contenía una calificación de
conducta como regular, pero que nunca se presentó en la base de datos o en el sistema
SISIPEC WEB.
Observado el expediente se tiene que el actor solicitó se le concediera el beneficio de libertad
condicional por cuanto consideró que ya había cumplido con las tres quintas partes del total de
la condena que le fue impuesta, esto es 20 años, 4 meses y 5 días del total de 34 años. Tal
solicitud fue elevada por el interno el día 9 de diciembre de 2010 en el EPCAMS de la ciudad de
9
Sentencia SU -014 de 2001
Expediente
Actor
Demandada
Acción
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GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
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Popayán, la que fue radicada, en el Centro de Servicios Administrativos de los Juzgados de
Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad de Popayán, el día 25 de enero de 2011, mediante
oficio de referencia 080 el 25 de enero de 2011 (fl. 18).
En la documentación enviada el día 25 de enero de 2011 a los Juzgados de Ejecución de Penas
y Medidas de Seguridad de Popayán, se incluyó la certificación de conducta de grado
EJEMPLAR del señor GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA, ello consta en la certificación
otorgada al accionante (fl. 24).
Por reparto, la solicitud de libertad condicional le fue asignada al Juzgado Primero de Ejecución
de Penas y Medidas de Seguridad de Popayán, el cual profirió auto No. 130 del 3 de febrero de
2011 en donde se deniega la libertad condicional al señor CRIOLLO BOTINA.
Posteriormente, el día 03 de marzo de 2011, el EPCAMS de la ciudad de Popayán certifica
erradamente que, dentro de la documentación enviada el día 25 de enero de 2011 al Centro
Administrativo de los Juzgados de Ejecución de Penas y Medidas de Seguridad, se incluyó la
calificación de conducta en grado de Regular del interno CRIOLLO BOTINA (fl. 3).
Encuentra la Sala que, a pesar del yerro en el que incurrieron los funcionarios del EPCAMS de
la ciudad de Popayán el día 03 de Marzo de 2011, el mismo no tuvo ninguna incidencia en el
momento que el Juzgado Primero de Ejecución de Penas de la ciudad de Popayán denegó el
beneficio de la libertad condicional, puesto que, ello se dio mediante el auto 130 de la fecha 3
de febrero de 2011. Corolario de lo anterior, se tiene que, cuando los funcionarios del EPCAMS
de la ciudad de Popayán, erradamente certificaron que la conducta del actor era regular, el
Juzgado Primero de Ejecución de Penas ya había denegado el beneficio de libertad condicional
solicitado por el señor GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA, y lo hizo con base en la
certificación de conducta de grado EJEMPLAR remitida el día 25 de enero de 2011.
En tal sentido, la Sala no comparte la decisión del A quo, por cuanto considera que si bien
existió un error por parte de la entidad demandada, el mismo no tuvo ninguna incidencia en el
auto No. 130 del 3 de febrero de 2011, que denegó el beneficio de libertad condicional al señor
CRIOLLO BOTINA, puesto que el Juzgado Primero de Ejecución de Penas de Popayán, negó la
libertad condicional con base en la documentación remitida el día 25 de enero de 2011, la que
tuvo una calificación de conducta favorable al interno. Así las cosas, la Sala procederá a revocar
el fallo de la primera instancia, y en su lugar denegará el amparo solicitado por el accionante.
En consecuencia, el Tribunal Administrativo del Cauca, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley,
FALLA
PRIMERO: REVOCAR la sentencia de fecha 3 de mayo de 2011 proferida por el Juzgado
Tercero Administrativo del Circuito de Popayán, y en su lugar, dispone DENEGAR el amparo
solicitado por el señor GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA en contra del INSTITUTO
NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO – INPEC –.
SEGUNDO: REMITIR a la H. Corte Constitucional para eventual revisión.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
Se hace constar que el proyecto de esta providencia fue considerado y aprobado por la Sala en
sesión de la fecha según consta en Acta de la fecha.
Expediente
Actor
Demandada
Acción
19001-23-00-04-2011-00213-01
GERARDO ANTONIO CRIOLLO BOTINA
INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO CARCELARIO
TUTELA – SEGUNDA INSTANCIA
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Los Magistrados,
CARMEN AMPARO PONCE DELGADO
CARLOS H. JARAMILLO DELGADO
HILDA CALVACHE ROJAS
Presidente
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