ARTE EGIPCIO FICHA

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HISTORIA DEL ARTE
– PROF. HEBERT MOURIGÁN
CRONOLOGIA DE EGIPTO:
1- REINO ANTIGUO (2660-2180 a.C). Se construyen las pirámides más famosas (III – IV
dinastía), si bien son politeístas, en este período la religión solar (dios Ra) se convierte en la
religión oficial. El faraón que es un rey-dios tiene un carácter absoluto, su poder es hereditario.
2- REINO MEDIO (2040-1780 a.C.) Se inicia la construcción de Templos: Luxor y Karnak.
3- IMPERIO NUEVO (1560-1085). Egipto se convierte en una potencia de primer orden,
campañas militares en Asia y Nubia. Se destacan grandes faraones: la faraona Hatshepsut,
Tutmosis III y principalmente Ramsés II. Se terminan de construir los templos monumentales
de Karnak, Luxor y Abú Simbel.
4- EPOCA MACEDONIA Y ROMANA. (332 a.C.- 313. d. C)Conquista de Alejandro Magno y luego
dominación romana sobre el país.
ARTE EGIPCIO
• “Las pirámides de Gizéh eran
monumentos a la esperanza. Hoy nos
impresiona su tamaño, la precisión de su
obra, su aire recóndito. Pero para los reyes
de Egipto y para los millones de personas
que los aceptaban como dioses, las
pirámides eran el único vínculo eficaz
entre ellos y el reino de los dioses, y no
curiosidades
abstractas.
Reproducían
arquitectónicamente una verdad cósmica
que traía a la mente la creación y su
garantía eterna, el sol que sale y se pone
cada día. En algunas frases del Texto de las Pirámides grabada en sus
muros se describe al faraón usando los rayos del sol como escaleras
para ascender a Ra: “He caminado por estos tus rayos como rampa
bajo mis pies, en la que subo hasta mi madre Uraeus en la frente de
Ra”. El cielo fortalecía los rayos del sol, se nos dice, para facilitar su
ascenso Parece probable, pues, que las pirámides de Gizeh, estas
terroríficas masas de piedra, eran monumentos a algo inmaterial y
sutil, los rayos del sol. Ellos eran la prueba visible, para el pueblo
que cultivaba la tierra benigna, de que el universo seguía un orden
que garantizaba su bienestar y seguridad. Para nosotros son
montañas de piedra. Pero para sus espectadores verdaderos,
emanaban haces luminosos (piedra caliza y cubierta de oro en su
cima) que llevaban hasta el cielo…proclamaban la verdad de la
promesa: “yo soy la luz del mundo…aquel que crea en mí aunque yo
muera, no morirá nunca”. Kostof, Spiro: “Historia de la arquitectura”,
tomo I, Ed. Alianza Forma, 1988.
•
“El templo tiene una cierta simbología: la utilización de la piedra está en
relación con la perennidad de los dioses. Los soportes se asientan sobre
el suelo, que simboliza la tierra de Egipto, los soportes son la vegetación
y la cubierta, que es adintelada y muchas veces pintada de azul con
estrellas, es el cielo.” http://www.arteespana.com/templosegipcios.htm
•
“La influencia del medio geográfico, se acusa en aquella arquitectura, no solamente por el
empleo de la piedra, sino en la identificación entre el paisaje y los monumentos
arquitectónicos…Egipto es el país de las columnas. Templos y palacios se pueblan de
bosquecillos de columnas que no son sino recuerdo de los otros bosquecillos de palmeras o de
los haces de loto y papiro, que crecen a orillas del Nilo. El gran desarrollo que alcanzó la
columna papiriforme se explica por la abundancia de esa planta, que facilitaba la materia
escriptoria. El uso de las diferentes columnas se realiza de acuerdo con su destino. Así, las
columnas papiriformes se colocaban en las naves laterales de los templos, en tanto las
campaniformes – verdadero orden colosal – se elevaban en el centro de la nave, por ser este
el espacio más alto. Su forma abierta aumentaba su capacidad de sostenimiento” Martín
González: “Historia de la arquitectura”. Ed. Gredos, 1981.
LA ESCULTURA. LEY DE FRONTALIDAD: “Es el eje vertical que pasando por entre las
cejas, nariz y ombligo, corta la figura humana dividiendo el cuerpo en dos mitades simétricas,
impidiendo girar la figura en sentido lateral, porque se
impone el punto de vista único y frontal” Lange, arqueólogo
danés del S.XIX.
“Las esculturas representativas de los faraones constituyen
retratos que recogen los rasgos idealizados de la figura, el
faraón es reconocible como lo que el mortal aspiró a ser, ya
que serenidad y mesura fueron siempre virtudes para la
moral egipcia, así como la sólida fe en el más allá que se
traduce en la fuerza e intemporalidad de la expresión” “El
arte egipcio”, Revista “Pueblos, hombres y formas en el arte”
Centro Editor de América Latina.
“Otra de las imágenes que, como las
pirámides, son un símbolo característico
del Antiguo Egipto, es la del escriba.
Este personaje tenía un rol indispensable
en una sociedad en la que el
orden y la administración
funcionando eran sinónimo de la
vida misma…La geometrización
de la forma es perfecta, podría
enmarcarse en un triángulo y sus
proporciones se ajustan al canon
con que trabajaron los artísticas
de la época.” “El arte egipcio”,
ob. cit.
EL ESTILO EGIPCIO.“Uno de los rasgos más estimables del arte egipcio es que todas las
estatuas, pinturas y formas arquitectónicas se hallan en su lugar
correspondiente como si obedecieran una ley. A esta ley, a la cual parecen
obedecer todas las creaciones de un pueblo, la llamamos estilo. Resulta
muy difícil de explicar con palabras qué es lo que crea un estilo, pero es
mucho más fácil verlo. Las normas que rigen todo el arte egipcio confieren
a cada obra individual un efecto de equilibrio y armonía. El estilo egipcio
fue un conjunto de leyes escritas que cada artista tuvo que aprender en su
más temprana juventud. Las estatuas sedentes tenían que tener las manos
apoyadas sobre las rodillas; los hombres tenían que ser pintados más
morenos que las mujeres; la representación de cada divinidad tenía que ser
estrictamente respetada: Horus, el dios-sol, tenía que aparecer como un
halcón, o con la cabeza de halcón; Anubis, el dios de la muerte, como un
chacal o con la cabeza de un chacal. Cada artista tuvo que aprender
también el arte de escribir bellamente. Tuvo que grabar las imágenes y los
símbolos de los jeroglíficos clara y cuidadosamente sobre piedra. Pero una
vez en posesión de todas esas reglas, su aprendizaje había concluido. Nadie
pedía una cosa distinta, nadie le requería que fuera original. Por el
contrario, probablemente fue considerado mucho mejor artista el que
supiera labrar sus estatuas con mayor semejanza a los admirados
monumentos del pasado. Por ello, en el transcurso de tres mil años o más,
el arte egipcio varió muy poco. Cuando fue considerado bueno y bello en la
época de las pirámides, se tuvo por excelente mil años después.
Ciertamente, aparecieron nuevas modas y se solicitaron nuevos temas al
artista, pero su manera de presentar al hombre y la naturaleza siguió siendo,
esencialmente, la misma” Gombrich, E.: “La Historia del arte”, Ed. Phaidon, 2007
(reimpresión).
LA PINTURA
Las pinturas poseen un valor artístico en sí misma pero al mismo tiempo son una fuente
de conocimiento de la vida cotidiana de las distintas clases que formaron la sociedad
egipcia. La diversidad de temas representados abarcan: escenas de la vida y obra de los
faraones, escenas de ritos religiosos (dioses), y escenas de la vida cotidiana, son éstas
últimas las que trasmiten ritmo, movimiento, elegancia y alegría. Se representan animales
y plantas. La técnica utilizada es el fresco, en ella los muros son preparados con
aplicaciones de barro y paja para hacer la superficie más lisa y por último una capa de cal.
Los egipcios tenían una visión positiva de la vida después de la muerte, anhelaban una
eternidad en la que pudieran seguir disfrutando de los placeres que tuvieron en vida. Las
pinturas que decoran las tumbas estaban al servicio de temas religiosos y mágicos, y las
escenas que se ven representadas no tenían por finalidad recordar la vida sino
garantizarla en el más allá, con todas las actividades que habían realizado. Las principales
escenas de las tumbas muestran los deleites de las buenas cosechas, la belleza de la
naturaleza, el goce de la caza, las fiestas, la música y los juegos. Así, este arte tenía una
finalidad específica que no era estética, y debían representar las cosas de un modo
evidente, como sí todo aquello que se pintaba adquiría mágicamente la vida. El dueño de
la tumba y su familia continuaban viviendo, incluso sus servidores, los víveres que todos
necesitaban, los campesinos, los viñateros, los músicos, las bailarinas etc.
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