TSJ Islas Baleares. Sentencia Nº 532. 26 Octubre 2004

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Tribunal Superior de Justicia de Islas Baleares (Sala de lo Social, Sección 1ª).
Sentencia núm. 532/2004 de 26 octubre
AS\2004\3568
DESPIDO: causas justas: ofensas verbales o físicas y transgresión de la buena fe contractual y abuso de
confianza: procedente: acoso sexual ambiental: comportamiento de carácter libidinoso no deseado, grave
por su intensidad y reiteración, que genera un ambiente laboral desagradable, intimidatorio, o humillante
para las compañeras de trabajo.
DERECHOS FUNDAMENTALES: derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen:
acoso sexual: requisitos.
RECURSO DE SUPLICACION: motivos: error de hecho: requisitos: pruebas en las que ha de basarse:
documentos ineficaces: cinta de vídeo del acto del juicio oral.
Jurisdicción: Social
Recurso de Suplicación núm. 248/2004
Ponente: Ilmo. Sr. D. francisco javier wilhelmi lizaur
El TSJ desestima el recurso de suplicación interpuesto por el demandante, contra la Sentencia de
29-01-2004 del Juzgado de lo Social núm. 2 de los de Palma de Mallorca, dictada en autos
promovidos en reclamación por despido.
En Palma de Mallorca a veintiséis de octubre de dos mil cuatro.
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares, formada por los Ilmos. Sres.
Magistrados que constan al margen, ha pronunciado
EN NOMBRE DE SM EL REY
la siguiente
SENTENCIA NÚM. 532/04
En el recurso de suplicación
248/04, formalizado por el Sr. Letrado D. Gaspar Guaita Bisbal, en nombre y representación de D. Víctor,
contra la sentencia de fecha 29-1-04, dictada por el Jdo. de lo Social nº 2 de Palma de Mallorca en sus autos
número demanda
669/03, seguidos a instancia de dicha parte recurrente, frente a la empresa «Marineland, SA», parte
demandada representada por la Sra. Letrada Dª Angela Salvador Rubio, en reclamación por despido
, siendo Magistrado-Ponente el Ilmo. Sr. D. Francisco J. Wilhelmi Lizaur, y deduciéndose de las
actuaciones habidas los siguientes
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO
La única instancia del proceso en curso se inició por demanda y terminó por sentencia, cuya relación de
hechos probados es la siguiente:
«I.–El demandante ha venido prestando sus servicios por cuenta y orden de la empresa demandada,
desde el 18.08.73 con categoría de camarero y una retribución de 2.235,79 euros.
II.–La prestación tuvo lugar hasta el día 23.10.03 en que la empresa dio por concluida la relación laboral
que mantenía con el trabajador, en función de la siguiente carta de despido: Con fecha 7 de octubre de 2003
hemos recibido una denuncia escrita por parte de un grupo de trabajadoras de la actitud de Ud. hacia ellas.
La trabajadora Vanesa denuncia que el pasado día 30 de agosto, sábado, cuando estaba trabajando se
acercó Usted diciéndole todo tipo de groserías, hasta que le tocó los pechos reaccionando la trabajadora
apartándose del lugar bastante asustada. Que desde la fecha ..., de forma constante, no para de decirle
frases obscenas como "tu lo que necesitas es echar un buen polvo", "ya que estás ahí agachada, si quieres
me la puedes chupar", etc. sintiéndose por todo esto la trabajadora incómoda e intimidada. La trabajadora
Rosa nos describe, que Usted a menudo le está rozando a propósito y que en una ocasión, a principios de
septiembre, mientras estaba abriendo la caja registradora llegó Ud. a tocarle los pechos. Nos manifiesta
también que en ocasiones Usted para demostrarle las fuerzas que tiene le agarra muy fuerte en los brazos
produciéndole moratones. Esta trabajadora también nos comenta, que de forma asidua le dice cosas
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obscenas, como por ejemplo el día 27 de agosto cuando estaba en la caja registradora Usted se acercó
comiendo un Dalky de chocolate y nata y le dijo "Ahora, si quieres la meto aquí y me la chupas". La
trabajadora María Cristina nos dice, el día 24 de septiembre de 2003, mientras estaba agachada limpiando
las bandejas del self-service en el office, pasó Usted por detrás haciendo comentarios obscenos, y que de
pronto le metió la mano entre las piernas dejando a la trabajadora perpleja. La trabajadora Aurora nos
expone que, el sábado 27 de septiembre de 2003, mientras estaba trabajando en self-service junto a su
compañera cajera, Usted se acercó a ella y le tocó los pechos haciendo el siguiente comentario "a cualquier
cosa le llaman tetas". La trabajadora le contestó que como le volviese a hacer algo "le partiría la cara". Ese
día usted le estuvo lanzando besos buscando la provocación. Del conjunto de todos estos hechos, se
desprende que existe un acoso sexual ambiental continuado, mediante una conducta libidinosa por su parte
a través de un comportamiento físico y verbal, manifestado en actos, gestos y palabras, que son indeseados
por sus destinatarias, graves y que crean un clima laboral radicalmente odioso, ingrato, hostil, intimidatorio,
ofensivo y humillante. Dichos hechos son un incumplimiento grave de sus obligaciones, de acuerdo con lo
establecido en el art. 54.2 c) del Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) , en relación con el artículo
18.3 k) del acuerdo sobre cobertura de vacíos, aplicable según determina el art. 26 del Convenio Colectivo
de Marineland, SA ( LEG 2003, 5447) Por estos motivos la empresa ha acordado despedirle. Los hechos
descritos en la carta de despido han sido acreditados en su contenido íntegro, por lo que en aras a evitar su
duplicidad son dados por reproducidos.
III.–Figura afiliado a un sindicato. La empresa dispone de convenio colectivo propio con vigencia de 2003
a 2005. Fue informado el comité de empresa en octubre de 2003.
IV.–Figura en estado de IT desde el 8.10.03.
V.–Por el Juzgado de Instrucción núm. 8 son instruidas diligencias previas como consecuencia de la
denuncia presentada por las trabajadoras por un presunto delito de acoso sexual.
VI.–Vía conciliatoria previa, agotada».
SEGUNDO
La parte dispositiva de la sentencia de instancia dice: «Desestimando la demanda presentada por Don
Víctor contra Marineland SA debo absolver y absuelvo a la demandada de la demanda presentada».
TERCERO
Contra dicha resolución se anunció recurso de suplicación por el Letrado D. Gaspar Guaita Bisbal, que
posteriormente formalizó y que fue impugnado por la Letrada Dª Angela Salvador Rubio, en nombre y
representación de la empresa «Marineland, SA»; siendo admitido a trámite dicho recurso por esta Sala, por
Providencia de fecha 28.9.04.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO
Al amparo de lo dispuesto en el apartado b) del art. 191 de la Ley de Procedimiento Laboral ( RCL 1995,
1144, 1563) , la parte actora, formula los siete primeros motivos de suplicación, con la pretensión revisoria,
en el primero de ellos, de modificar el hecho probado II de la sentencia de instancia, para que se suprima su
último párrafo en donde se expresa que:
«Los hechos descritos en la carta de despido han sido acreditados en su contenido íntegro, por lo que en
aras a evitar su duplicidad se dan por reproducidos».
Tal pretensión fáctica debe ser desestimada, pues se basa en la cinta de vídeo del acto de juicio oral,
documento no válido para la revisión fáctica al reproducir el acto del juicio oral, al pretenderse que se valore
y aprecie en este trámite las declaraciones de las testigos que depusieron en dicho acto, mediante la
reproducción de su grabación en imágenes, lo que está vedado por lo dispuesto en el art. 191 de la LPL, que
sólo autoriza la revisión de los hechos probados de la sentencia de instancia en documentos o pericia que
acrediten de forma fehaciente el error de hecho del juzgador de instancia, pero no por otros medios de
prueba.
Por las mismas razones procede rechazar las revisiones de hechos probados que se instan en los
motivos tercero, cuarto y sexto, al basarse en la expresada cinta de vídeo del juicio oral, y en cuanto al
motivo séptimo, el texto propuesto, como adición, debe ser desestimado al no expresarse el documento o
pericia en que se basa, por lo que no ha quedado probado.
Finalmente, por lo que se refiere a los motivos segundo y quinto, su desestimación viene motivada por la
intrascendencia de la adición que se solicita para el primero de ellos, relativo al ingreso hospitalario y
diagnóstico que determinó su baja de IT desde el 8.10.03, al ser posterior a los hechos imputados; y en
cuanto al quinto motivo, por no haber sido admitido el documento apartado con el recurso que le sirve de
base.
SEGUNDO
2
En los dos siguientes y últimos motivos del recurso, formulado ahora por la vía del apartado c) de la citada
Norma Rituaria ( RCL 1995, 1144, 1563) (LPL), se denuncia la infracción del art. 54.2 c) del Estatuto de los
Trabajadores ( RCL 1995, 997) , en relación con el art. 26 del Convenio Colectivo ( LEG 2003, 5447) y art.
18.3 k) del Acuerdo sobre Cobertura de Vacíos, y la infracción por interpretación errónea del art. 54.2 c) del
Estatuto de los Trabajadores, en relación con el art. 26 del Convenio Colectivo y art. 18.3 k) del Acuerdo
sobre Cobertura de Vacíos, e inaplicación del art. 20.2 del Estatuto de los Trabajadores.
La parte recurrente sostiene en síntesis, que en ningún caso la conducta imputada es constitutiva de la
causa legal de despido prevista en el art. 54.2 c) y d) del Estatuto de los Trabajadores, como hace la
sentencia de instancia, al calificar como incumplimiento grave y culpable los hechos imputados en la de la
carta de despido, los que son calificados, en dicha resolución judicial, como una conducta constitutiva de un
supuesto de acoso sexual a varias compañeras de trabajo, alegando, en contra de la misma, que para que
exista dicha conducta de acoso la sentencia del Tribunal Constitucional de 13 de diciembre de 1999 ( RTC
1999, 224) , exige una reiteración de actitudes persistentes en el tiempo, de forma continuada, así como
tener el propósito o efecto de atentar contra la dignidad de la persona, y de crear un entorno intimidatorio,
hostil, degradante, humillante u ofensivo, lo que no ha quedado acreditado de las pruebas practicadas,
realizando a continuación una serie de consideraciones relativa a valorar la prueba practicada, como si de
un recurso de apelación se tratare, no teniendo en cuenta los hechos declarados probados en la sentencia
de instancia.
TERCERO
Pues bien, como alega la parte recurrente, la sentencia del Tribunal Constitucional de 13 de diciembre de
1999 ( RTC 1999, 224) , establece como elementos constitutivos del acoso sexual, en primer lugar, la
existencia de una conducta de tendencia libidinosa (actos, gestos, palabras), como pueden ser tocamientos
ocasionales o comentarios verbales de tal naturaleza; en segundo lugar, que tal conducta no sea deseada
por el destinatario o destinataria; y, finalmente, que sea lo suficientemente grave, por su intensidad,
reiteración y efectos sobre la salud mental de quien lo padece, generando así un entorno laboral hostil,
incómodo, ofensivo y humillante para el trabajador, lo que debe ser ponderado objetivamente, como pone de
manifiesto la práctica judicial de otros países, no dependiendo tan sólo de la sensibilidad de la víctima de la
agresión libidinosa, aun cuando sea muy de tener en cuenta, sino, además, de las circunstancias
concurrentes en cada caso, como la intensidad de la conducta, su reiteración, si se han producido contactos
corporales humillantes o sólo un amago o quedó en licencias o excesos verbales y si el comportamiento ha
afectado al cumplimiento de la prestación laboral, siendo por otra parte relevantes los efectos sobre el
equilibrio psicológico de la víctima para determinar si encontró opresivo el ambiente en el trabajo.
Aplicando la doctrina elaborada por la referida sentencia al supuesto de autos, procede la desestimación
del recurso, al haber quedado acreditado los hechos imputados en la carta de despido, los cuales encierran
una clara y evidente conducta de acoso sexual por parte del actor en relación con varias compañeras de
trabajo, a través de un comportamiento de carácter libidinoso no deseado, grave por su intensidad y
reiteración, que genera un ambiente laboral desagradable, intimidatorio, o humillante para sus compañeras
de trabajo, tal como se define en la sentencia del Tribunal Constitucional de 13 de diciembre de 1999, en su
fundamento de derecho tercero, el denominado «acoso sexual ambiental», a diferencia del denominado
«acoso sexual chantaje», que se caracteriza por que va vinculado a un peligro de la estabilidad en el
empleo, promoción o cualquier otra condición de la relación laboral. En efecto ha quedado probado la
realización por parte del actor de numerosas agresiones verbales y físicas de carácter sexual en las
personas de varias compañeras de trabajo, las cuales deben calificarse de graves, que exceden en mucho
de meras bromas, como sostiene la recurrente, como las de «tú lo que necesitas es echar un buen polvo»,
«ya que estás ahí agachada, si quieres me la puedes chupar», «ahora si quieres la meto aquí y me la
chupas», y otras frases obscenas y groserías de mal gusto, así como haber tocado los pechos a una
compañera y hacer el comentario de «a cualquier cosa le llaman tetas», o meter la mano entre las piernas a
otra trabajadora, que estaba agachada limpiando cuando pasó por detrás, diciéndole groserías, o tocar los
pechos a otra compañera al abrir ésta la caja registradora, por lo que han tenido lugar de forma reiterada y
no deseadas, al haber sido denunciadas por las mismas, lo que han determinado el despido del actor, dado
el ambiente hostil, desagradable y humillante para las trabajadoras de la empresa objeto de tales conductas
libidinosas, debido a las continuas ofensas verbales y físicas de carácter sexual proferidas a compañeras de
trabajo, lo que constituyen incumplimientos graves y culpables, al infringir lo dispuesto en el art. 4.1 e) del
Estatuto de los Trabajadores ( RCL 1995, 997) al establecer como uno de los derechos básicos de los
trabajadores el «respeto de su intimidad y a la consideración debida a su dignidad, comprendida frente a la
protección frente a ofensas verbales o físicas de naturaleza sexual», precepto que hay que poner en
relación con las causas legales de despido previstas en el art. 54.1 y 2 c) y d) del citado texto legal (ET), al
tipificar como incumplimiento grave y culpable las ofensas verbales y físicas y la trasgresión de la buena fe
contractual.
Por todo lo expuesto, procede desestimar el presente motivo y, con ello, el recurso formulado, lo que
determina la confirmación de la sentencia de instancia, por sus propios razonamientos fácticos y jurídicos.
3
En virtud a lo expuesto,
FALLAMOS
Se desestima
el recurso de suplicación interpuesto por la representación procesal de D. Víctor contra la sentencia dictada
por el Ilmo. Sr. Magistrado-Juez del Juzgado de lo Social num. Dos de los de Palma de Mallorca, de fecha
veintinueve de enero de dos mil cuatro, en virtud de demanda de despido promovida por el citado recurrente
contra la empresa Marineland, SA, y, en su consecuencia, se confirma
la sentencia recurrida.
Notifíquese la presente sentencia a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de las Islas
Baleares.
ADVERTENCIAS LEGALES
Contra esta sentencia cabe recurso de casación para la unificacion de doctrina
ante la Sala IV de lo Social del Tribunal Supremo, que necesariamente deberá prepararse por escrito
firmado por abogado dirigido a esta Sala de lo Social y presentado dentro de los diez días
hábiles siguientes al de su notificación.
Además si el recurrente hubiere sido condenado en la sentencia, deberá acompañar, al preparar el
recurso, el justificante de haber ingresado en la cuenta de depósitos y consignaciones abierta en el Banco
Español de Crédito, SA (Banesto), cuenta número 04460000-65-0248-04 a nombre de esta Sala el importe
de la condena o bien aval bancario en el que expresamente se haga constar la responsabilidad solidaria del
avalista, documento escrito de aval que deberá ser ratificado por persona con poder bastante para ello de la
entidad bancaria avalista. Si la condena consistiere en constituir el capital-coste de una pensión de
Seguridad Social, el ingreso de éste habrá de hacerlo en la Tesorería General de la Seguridad Social y una
vez se determine por éstos su importe, lo que se le comunicará por esta Sala.
El recurrente deberá acreditar mediante resguardo entregado en la Secretaría de la Sala IV de lo Social
del Tribunal Supremo, al tiempo de la personación, la consignación de un depósito de 300,51 euros, en la
entidad bancaria Banco Español de Crédito, SA (Banesto), sucursal de la calle Barquillo, núm. 49 (clave
oficina 1006) de Madrid, cuenta número 2410, Sala IV de lo Social del Tribunal Supremo.
Están exceptuados de hacer todos estos ingresos las Entidades Públicas, quienes ya tengan
expresamente reconocido el beneficio de justicia gratuita o litigasen en razón a su condición de trabajador o
beneficiario del régimen público de la Seguridad Social (o como sucesores suyos), aunque si la recurrente
fuese una Entidad Gestora y hubiese sido condenada al abono de una prestación de Seguridad Social de
pago periódico, al anunciar el recurso deberá acompañar certificación acreditativa de que comienza el
abono de la misma y que lo proseguirá puntualmente mientras dure su tramitación.
Guárdese el original de esta sentencia en el libro correspondiente y líbrese testimonio para su unión al
Rollo de Sala, y firme que sea, devuélvanse los autos al Juzgado de procedencia junto con certificación de la
presente sentencia y archívense las presentes actuaciones.
Así por esta nuestra sentencia, definitivamente juzgando lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
DILIGENCIA DE PUBLICACIÓN.–Leída y publicada fue la anterior sentencia en el día de la fecha por el
Ilmo. Sr. Magistrado-Ponente que la suscribe, estando celebrando audiencia pública y es notificada a las
partes, quedando su original en el Libro de Sentencias y copia testimoniada en el Rollo. Doy fe.
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