Evacuaciones con helicóptero en

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ARINA CIVIL 105
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Evacuaciones por
helicóptero en
embarcaciones deportivas
Son situaciones en las que nadie espera verse involucrado, y
ojalá que así sea. No obstante, un traumatismo severo, una
enfermedad sobrevenida o cualquier percance que requiera
una rápida resolución, pueden hacer necesaria la intervención
del medio más sofisticado de salvamento: el helicóptero.
HELICOPTER EVACUATIONS FROM LEISURE CRAFT
Summary: Emergencies we hope will never come to pass. And yet a
severe injury, sudden illness or any accident needing urgent attention
may make a rescue by the most sophisticated rescue means available,
the helicopter, a real necessity.
El helicóptero se aproxima
aproado al viento.
La embarcación debe
mantener al viento entre dos
y tres cuartas abierto por la
amura de babor.
Velocidad:
Avante poca.
Antes de que la operación comience, despeje la cubierta de
cualquier objeto que pueda saltar por los aires, y asegúrese
de que toda la tripulación lleva puesto el chaleco salvavidas.
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Salvamento marítimo
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espués de analizar un importante número de
tengan dudas de que pueda ser resuelto con los medios
accidentes, resulta curioso observar cómo muchos
disponibles, el patrón debe ponerse en contacto con el
navegantes esperan hasta el último momento para
centro de Salvamento Marítimo más próximo y
comunicar a los servicios de rescate una incidencia que
comunicarle la incidencia.
compromete la seguridad de su embarcación. En algunos
casos transcurren horas hasta que por fin se deciden a
El personal que esté de guardia decidirá si es necesario
hacerlo, en ocasiones, cuando ya es demasiado tarde.
movilizar un medio de rescate. Entre estos medios se
encuentran los helicópteros, aeronaves rápidas y fiables,
Posiblemente esto no sea más que una reminiscencia del
aunque se debe tener en cuenta que habrá ocasiones
pasado, donde las naves cruzaban los mares con la única
donde su empleo no sea aconsejable.
compañía de su estela y los navegantes se encomendaban
De hecho, antes de llevar a cabo la evacuación de un
a su suerte.
enfermo o de un herido, se consulta previamente con un
Afortunadamente hoy en día las cosas son diferentes, y
facultativo del Centro Radio Médico, servicio permanente
ante cualquier eventualidad la regla de oro es muy
que presta el Instituto Social de la Marina, a fin de
sencilla: siempre que a bordo surja un problema (incluso
cerciorarse de que la maniobra de rescate no vaya a
en el caso de que éste aún no se haya manifestado), y se
agravar el estado del paciente.
El helicóptero
se mantiene
aproado al
viento.
Una vez en la vertical,
desde el helicóptero
arriarán un cabo guía.
Antes de agarrarlo deje
que toque el agua a fin de
eliminar la electricidad
estática.
El rescatador
descenderá del
helicóptero
directamente hasta
la bañera del barco.
Una vez a bordo,
siga en todo
momento sus
instrucciones.
Velocidad:
Avante poca.
Viento entre dos y tres
cuartas abierto por la
amura de babor.
Sujete la guia en la mano, y
según vaya cobrando, adújela
en cubierta. Mantenga siempre
una ligera tensión.
RECUERDE: NO LA HAGA FIRME.
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Existe una gran variedad de helicópteros
de rescate. Fundamentalmente se
diferencian en el tamaño, en su radio de
acción, tiempo disponible de vuelo,
velocidad, número de personas a rescatar
y posibilidad de mantener una posición
estacionaria de manera automática.
Incluso Salvamento Marítimo dispone de
distintos modelos conforme a la zona
donde los tiene ubicados.
El izado
NO
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Las unidades más modernas (modelo
AugustaWestland AW139) superan los 160
nudos de velocidad, y llegan hasta
aproximadamente 200 millas mar
adentro (se debe tener en cuenta que
para regresar a base hay que recorrer
otras 200 millas y que se necesita una
cantidad importante de combustible para
ejecutar in situ las operaciones de izado).
a bo
rdo
Durante el izado
mantenga los
brazos pegados y
extendidos a lo
largo del cuerpo.
.....................................................................
El modelo AugustaWestland
AW139 supera los 160 nudos de
velocidad y llega hasta
aproximadamente 200 millas
mar adentro
.....................................................................
Estos parámetros pueden verse
modificados a consecuencia de las
condiciones meteorológicas. Cuanto peor
sea el tiempo, menor autonomía, pues
más combustible necesitará el helicóptero
para vencer al viento. Quizás lo más
destacado, y que, por tanto, les diferencia
de otros helicópteros de rescate como los
de montaña, es que aquellos que se
adentran en la mar deben disponer de
doble turbina, por si en mitad de una
misión les falla una, y así no se vean en la
obligación de tener que amerizar.
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La tripulación está compuesta por dos
pilotos y dos rescatadores. No llevan
personal sanitario, pues son
exclusivamente helicópteros de rescate.
Además de la tripulación pueden
transportar un máximo de 13 personas
por viaje. Entre otros dispositivos van
equipados con un sistema denominado
FLIR, del que los pilotos obtienen
imágenes térmicas del mar, lo que facilita
la localización de náufragos flotando en
el agua.
> Los preparativos
Cuando desde un Centro de Salvamento
Marítimo confirmen que van a movilizar
un helicóptero, bien para evacuar a un
tripulante, bien para rescatar a toda la
tripulación ante un peligro inminente de
hundimiento, la primera preocupación del
patrón debe centrarse en mantener un
contacto efectivo con el helicóptero a fin
de que éste le pueda ir dando las
instrucciones pertinentes.
Hay que pensar que en la mar, las
variables meteorológicas pueden cambiar
de forma repentina, y que el comandante
del helicóptero deberá valorarlas una vez
llegue al escenario.
Uno de los factores que más desconcierta
a aquellas personas que se ven
involucradas en este tipo de rescates, es el
ruido ensordecedor de los rotores del
helicóptero, unido a los remolinos
provocados por las palas.
Uso de la pirotecnia
> Para hacerse visible a un helicóptero, utilice bengalas de mano o botes de humo, nunca
cohetes con paracaídas, los cuales pueden afectar a la seguridad de la aeronave.
Salvamento marítimo
Por eso, el comandante se pondrá en
contacto con el patrón de la embarcación
antes de situarse en la vertical, donde el
estrépito de los rotores le impedirá
mantener una conversación VHF óptima.
El contacto normalmente lo establecerá
a través del canal 16 de VHF. Si es
necesario indicará un canal de trabajo
alternativo. Asimismo transmitirá las
instrucciones básicas a seguir durante la
operación, las cuales deben ponerse
inmediatamente en conocimiento de la
tripulación, dado que en el momento en
el que la evacuación dé comienzo,
resultará casi imposible, teniendo
además en cuenta que en situaciones
límite muchos tripulantes se bloquean, y
son incapaces de reaccionar, incluso los
más experimentados.
Una de las tareas urgentes que se deben
llevar a cabo consiste en despejar la
bañera de aquellos objetos que puedan
saltar por los aires, o ser un estorbo. Si se
navega en un velero, salvo que se le
indique lo contrario, se deben arriar las
velas. A todo lo más está aconsejado el
uso del tormentín. El motivo es que las
palas del helicóptero generan un viento
significativo sobre el velamen, haciéndole
abatir anárquicamente, imposibilitando la
evacuación.
> Dos tipos de operaciones
Vamos a describir dos tipos de
maniobra diferentes que se pueden dar
a la hora de llevar a cabo una
evacuación desde una embarcación
deportiva. Es importe señalar que las
circunstancias concretas del caso son
las que motivarán que el comandante
del helicóptero escoja una posibilidad u
otra, o incluso una distinta no descrita
en estas páginas, si bien por motivos
didácticos nos vemos obligados a
simplificar los contenidos.
Siguiendo este criterio, describiremos
una evacuación en circunstancias
favorables, como puede ser el caso de
una motora con una bañera despejada,
luz diurna y buen tiempo; y otra en
condiciones poco favorables,
considerando como tales a un velero con
daños en la jarcia, sin máquina, de noche
y con mal tiempo.
> Evacuación en circunstancias
favorables
Supongamos en primer lugar que la
evacuación se va a realizar desde una
motora que cuenta con una zona
despejada para realizar la operación y que
las circunstancias ambientales son idóneas,
es decir, buena visibilidad y poca ola.
En este escenario es muy posible que el
comandante del helicóptero se incline por
realizar la evacuación arriando al
rescatador directamente a la bañera. Para
ello, desde el helicóptero le indicarán a la
embarcación que navegue avante
despacio con el viento entre dos y tres
cuartas abierto por una amura de babor.
Una vez el rumbo y la velocidad se hayan
estabilizado, desde el helicóptero arriará
un cabo guía. Debe dejarse que el cabo
primero toque el agua a fin de evitar
descargas eléctricas. Nunca debe hacerse
firme el cabo guía del helicóptero a una
bita o cornamusa, sino que hay que
limitarse a ir cobrando de él y adujándolo
a bordo, manteniendo una ligera tensión
sin dar tirones bruscos.
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Las radiobalizas tienen un
sistema denominado homing
que permite la radiolocalización
por parte del helicóptero
.....................................................................
Hacerse visible
.........................................................
Todas las operaciones de salvamento
parten siempre con la incertidumbre de
saber si se va a poder localizar a la
embarcación que ha solicitado
asistencia. Y no es tarea sencilla, sobre
todo si las personas son incapaces de
transmitir de manera precisa el lugar
donde se encuentran.
Muchas veces, debido al estrés
emocional que todo accidente conlleva,
cuando se habla a través del VHF es
muy fácil bailar una cifra, esto es, decir
en lugar de 44º-30’ N, 45º-30’ N, con lo
cual se está confundiendo al receptor
del mensaje en nada más y nada
menos que 60 millas.
Para paliar el inconveniente, y si desde
el puesto del VHF no se puede leer el
GPS, es conveniente apuntar la posición
en un papel. Esto es mucho mejor que
decirla de memoria. Si se está cerca de
la costa, es fundamental completar la
información dando demora y distancia
a un punto geográfico bien conocido
(cabo La Nao, Punta Europa, isla de
Tarifa, etcétera). No se deben utilizar
localismos, especialmente de playas o
cabos de poca entidad. En una comarca
una cala puede ser muy conocida por
determinado nombre, y, sin embargo,
no aparecer como tal en los
documentos oficiales.
La gran ventaja de los equipos de VHF
con función de llamada selectiva digital
(DSC/LSD) que ahora se exigen en la
náutica deportiva, es que el mensaje
DSC/LSD incluye automáticamente la
posición GPS de la nave.
Aun en el caso de que se haya
transmitido correctamente la posición,
no hay que presuponer que la
localización va a ser inmediata. Las
misiones nocturnas lo dificultan en
grado máximo, así que la siguiente
preocupación debe centrarse en
facilitar esta labor a la tripulación de
rescate.
Para hacerse visible al helicóptero, por
motivos obvios nunca se deben utilizar
cohetes con paracaídas, dado que
pueden comprometer la seguridad de
la aeronave. En su lugar se utilizan
bengalas de mano, o botes de humo
(estos últimos durante el día, de noche
apenas tienen utilidad).
En caso de llevar radiobaliza, es
necesario activarlas. Las radiobalizas
tienen un sistema denominado homing
que permite la radiolocalización.
Sin entrar a analizar si son o no legales,
lo cierto es que las luces
estroboscópicas son muy útiles en
estas situaciones, pues su constante
parpadeo las hace muy reconocibles en
la oscuridad de la noche. Por último, no
conviene olvidar que todos los
miembros de la tripulación deben
llevar puesto el chaleco salvavidas y, si
el tiempo es duro, deberán usar
arneses de seguridad.
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> Otras posibilidades
Cómo colocarse la eslinga
El rescatador siempre descenderá provisto de una eslinga. Hoy en día, la mayoría de ellas vienen
equipadas con una cincha de seguridad que se pasa por debajo de la entrepierna. Aunque el
rescatador le ayudará a colocársela, ilustramos en cuatro pasos el procedimiento completo.
1. Deslice la
eslinga por la
cabeza, con el
enganche hacia
delante.
2. Apriete la
eslinga sobre el
pecho hasta que
quede bien
ajustada.
A continuación bajará el rescatador.
Cuando éste se encuentre en cubierta,
es fundamental que a partir de ese
momento se sigan las instrucciones
que vaya dictando. Para el izado de las
personas se utiliza una eslinga.
Aunque hoy en día se fabrican con una
cincha de seguridad que pasa por
debajo de la entrepierna (ver gráfico),
sigue siendo necesario mantener
extendidos los brazos hacia abajo,
pegados al cuerpo.
En la mayoría de los casos el rescatador
acompañará al rescatado durante el
trayecto. En los momentos finales del
izado, el rescatado no debe agarrarse al
helicóptero, la tripulación del mismo le
introducirá a bordo.
> Evacuación en circunstancias
poco favorables
Supongamos que ahora se trata de un
velero a la deriva y que la operación se va
a realizar por la noche, con mala mar. La
principal preocupación del helicóptero
será mantener siempre una referencia
visual con la embarcación, y bajo las
circunstancias descritas; esto entraña una
gran dificultad.
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Como ya hemos mencionado, es muy
probable que el comandante solicite que
se arríe el trapo, pues las palas del
helicóptero generan un viento que haría
muy difícil que la embarcación se
mantenga estable.
3. Pase la cincha
de seguridad por
la entrepierna y
engánchela
sobre el pecho.
4. Ya está listo
para el izado.
Mantenga
siempre los brazos
hacia abajo y
pegados al cuerpo.
Tanto la jarcia de los veleros, como lo
limitadas que suelen ser sus bañeras,
hacen que repetir el procedimiento
descrito en el epígrafe anterior sea
sumamente arriesgado, por lo que en
este caso es muy probable que el
rescatador sea arriado hasta el agua, lo
más cerca de la nave, y nadará en su
busca.
El rescatador siempre permanece
enganchado al helicóptero a través del
cable. La tripulación de la embarcación
en peligro debe tener en todo momento
presente que el rescatador se encuentra
en una situación muy comprometida,
pues, por ejemplo, si el barco está dando
balances pronunciados, la orza le puede
golpear.
Cuando el rescatador esté a la altura de
la embarcación, hay que ayudarle a
subir hasta que se siente en la aleta.
Una vez allí el rescatador dará las
instrucciones. A continuación, irá
izando con él a los tripulantes hasta
ponerles a salvo en el helicóptero. Éstos
procurarán facilitarle la operación, pues
el esfuerzo físico que debe realizar llega
a ser extenuante. De hecho, en muchas
ocasiones el estado de la mar le
impedirá subir a bordo, y el rescatador
tendrá que contentarse con agarrarse a
algún elemento de la nave. De ser así, a
las personas que van a ser evacuadas
no les quedará más remedio que, en
mayor o menor medida, tener contacto
con el agua antes de ser izados.
En algunas situaciones, como puede
ocurrir en caso de incendio, el
comandante del helicóptero le puede
indicar al patrón de la embarcación que
largue la balsa salvavidas y abandone la
embarcación. El rescate a una balsa es
muy parecido a la operación descrita
para un velero, es decir, el rescatador
será arriado hasta el agua provisto de la
línea guía y nadará hasta la balsa. Una
vez allí procederá a ir izando a los
tripulantes.
Tampoco se debe descartar que a un
tripulante herido u enfermo se le
evacúe por medio de una camilla
(parihuela), aunque para ello deben
darse unas circunstancias muy
favorables, es decir, un punto de
evacuación despejado y condiciones
meteorológicas óptimas.
•
Carlos FERNÁNDEZ SALINAS
(Salvamento Marítimo)
Dibujos: Gonzalo PÉREZ
Conclusión
.........................................
Las evacuaciones por helicóptero son
operaciones sumamente
especializadas que requieren un
entrenamiento constante por parte de
la tripulación de rescate. Las
estadísticas confirman que es un
medio extremadamente seguro y
eficaz precisamente cuando las
circunstancias de mar y viento son
adversas. En todo momento hay que
confiar en las indicaciones de la
tripulación: la preparación y la
experiencia les avalan.
Agradecimientos
Este artículo ha sido posible gracias a
las tripulaciones del antiguo
helicóptero de rescate “Helimer
Cantábrico” y del actual “Helimer
206”. Es importante constatar que
cualquier posible imprecisión en su
contenido sólo es atribuible a un
posible error de transcripción de quien
firma estas páginas.
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