Te cuidamos de corazón

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Te cuidamos
de
corazón
INFORMACIÓN Y CONSEJOS
SOBRE LA SALUD CARDIOVASCULAR
EN COLABORACIÓN CON
Sociedad Italiana
de Medicina General
Índice
Apoteca Natura es una red de más de 600 farmacias en europa
que han optado por especializarse en la salud natural, escuchar y
orientar a las personas en sus experiencias de automedicación para
el mantenimiento, el apoyo y la optimización del equilibrio fisiológico
a través de recomendaciones integrales. En colaboración con la SIMG
(Sociedad Italiana de Medicina General), SEMERGEN (Sociedad
Española de Médicos de Atención primari) y otras entidades científicas,
Apoteca Natura realiza campañas de sensibilización y ofrece Servicios
Permanentes de Prevención sobre varios aspectos de la salud.
Introducción pág. 4
¿Por qué es importante cuidar la salud del corazón?
pág. 4
www.apotecanatura.es
“Te cuidamos de corazón”: los objetivos
pág. 4
Un corazón sano para
un organismo saludable
pág. 5
Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria - SEMERGEN, está
constituida como una Sociedad científica, profesional y reivindicativa
que tiene por objeto fundamental la promoción de la Medicina General/
de Familia, colaborando en la mejora de la asistencia a la población;
perfeccionando la competencia profesional de los Médicos dedicados
a la misma, fomentando la investigación, desarrollando la formación
continuada y defendiendo los intereses éticos, profesionales y laborales
de sus socios con arreglo a la legislación vigente y a los principios éticos.
redacción a cargo de SIMG
Cuándo es importante
no bajar el nivel de vigilancia
pág. 6
redacción a cargo de SIMG
Los riesgos para el corazón:
conocerlos para evitarlos
pág. 7
redacción a cargo de SIMG
Sociedad Italiana
de Medicina General
La Sociedad Italiana de Medicina General (SIMG) es una asociación
autónoma e independiente fundada para promover, valorizar y apoyar
la función profesional de los Médicos de medicina general, tanto en
el ámbito de la sanidad italiana como en el de las organizaciones
sanitarias europeas y extraeuropeas. La asociación, que se presenta a
las instituciones públicas y privadas como punto de referencia científicoprofesional para la medicina general, presta una atención especial a
las actividades de formación, investigación y desarrollo profesional
continuo.
www.simg.it
Tabaco
pág. 8
Diabetes
pág. 8
Colesterolemia
pág. 11
Tensión arterial
pág. 12
Sobrepeso y obesidad
pág. 14
Sedentarismo pág. 15
¿Cómo se calcula el riesgo
cardiovascular global?
pág. 19
redacción a cargo de ISS
De dónde proceden los riesgos
para el corazón
pág. 20
redacción a cargo de SIMG
Con la contribución de:
International Society of Doctors for the Environment (ISDE), asociación creada para la
promoción y difusión de los conocimientos científicos sobre la relación entre el ambiente
y la salud, por medio de la organización de campañas para la protección de la salud
frente a los riesgos ambientales.
www.isde.it
La información contenida en esta publicación es de carácter general y se proporciona con fines meramente
divulgativos, por tanto no sustituye en ningún caso el criterio del Médico de cabecera.
Fotografías: Photos.com - Archivo interno de la empresa
Consejos útiles
pág. 21
Contaminación urbana y patologías cardiovasculares pág. 24
redacción a cargo de ISDE
Las sustancias útiles para favorecer
el bienestar cardiovascular
redacción a cargo de Apoteca Natura
pág. 26
Introducción
El servicio “Te cuidamos de corazón” prestado por Apoteca Natura en colaboración
con la SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria), SIMG
(Sociedad Italiana de Medicina General) tiene como objetivo fomentar la prevención
cardiovascular y sensibilizar a las personas para que se hagan cargo de su bienestar
cardiovascular controlando los factores de riesgo, principalmente mediante una
alimentación sana y un estilo de vida adecuado.
¿Por qué es importante cuidar la salud del corazón?
Las enfermedades cardiovasculares son todavía la principal causa de muerte
en muchos países y son una fuente importante de discapacidad que pesa
considerablemente sobre la calidad de vida de las personas, además pesar en el
gasto sanitario.
La enorme difusión de estas patologías se explica por la creciente difusión de estilos
de vida inadecuados, por ello, para reducir el riesgo de enfermedades y eventos
cardiovasculares “mayores” (especialmente ictus e infarto cardíaco) se requieren
actuaciones educativas idóneas y el propio compromiso personal.
Un corazón sano para
un organismo saludable
Redacción a cargo de SIMG
La salud del corazón y la de todo el aparato circulatorio es fundamental para
todo el organismo porque el corazón es el motor de la vida. El corazón es el
músculo más importante de nuestro cuerpo: trabaja 24 horas al día y se contrae
sin cesar bombeando la sangre a través de los vasos sanguíneos, asegurando
así a todas nuestras células su elemento vital: el oxígeno.
Poco mayor del puño de una mano, bombea unos 8.000-9.000 litros de sangre
al día. Su trabajo es continuo pero variable, ya que el bombeo es mayor cuando
hacemos un esfuerzo y disminuye al relajarnos, pero siempre está listo para
ofrecernos su apoyo en cualquier instante de nuestra vida.
Es un aliado único que verdaderamente vale la pena proteger. Incluso cuando
nos sentimos bien hemos de asegurar una “protección” adecuada.
Es importante intervenir a tiempo: prevenir significa corregir el estilo de vida cuando
todavía se está sano o no se han manifestado trastornos evidentes. Las enfermedades
cardiovasculares se desarrollan con el transcurso de los años de manera silenciosa,
manifestando los síntomas cuando ya están en un estadio avanzado.
Prevenir la aparición de las Enfermedades Cardiovasculares
sólo es posible reduciendo el “riesgo cardiovascular global individual”.
Todas las personas, en cada momento concreto de su vida tienen un determinado
nivel de riesgo, conocerlo es el primer paso para definir la tipología y la intensidad
del “propio” programa de prevención.
“Te cuidamos de corazón”: los objetivos
El objetivo de este servicio ofrecido por las Farmacias Apoteca Natura es proponer
un programa de información y de educación a través de una estrategia integrada
que conciencie a las personas sobre “sus” concretas condiciones de riesgo para
afrontarlas actuando en el estilo de vida y con posibles tratamientos.
Mientras desempeña su labor profesional, el Farmacéutico se comunica a diario
con muchas personas para quienes esta puede ser la única oportunidad para
examinar desde el punto de vista informativo y educativo los hábitos y estilos de
vida perjudiciales para la salud y para identificar aquellas situaciones que requieren
una consulta médica, urgente o no, por estar potencialmente relacionadas con
patologías más graves.
Adoptar y mantener a lo largo de la vida un estilo de vida sano es la mejor
prevención para todas las enfermedades crónico-degenerativas (enfermedades
cardiovasculares, tumores, diabetes, bronconeumopatía crónica, enfermedad renal
crónica, osteoporosis).
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Cuándo es importante no bajar el
nivel de vigilancia
Los riesgos para el corazón:
conocerlos para evitarlos
Redacción a cargo de SIMG
redacción a cargo de SIMG
El examen de los factores de riesgo cardiovascular y de diabetes, a través de
evaluaciones clínicas y de laboratorio, permite averiguar que personas tienen un
riesgo elevado de padecer enfermedades cardiovasculares y aplicar remedios,
farmacológicos y no farmacológicos, que puedan prevenir, reducir y minimizar este
riesgo. De todas maneras, es importante tener en cuenta que, aunque por fortuna
los sujetos con riesgo elevado no son tan numerosos, la mayoría de infartos y de
ictus afectan a personas con riesgo moderado o bajo (que son quienes consultan
menos al Médico), cuyo número es mucho mayor. El ejemplo más evidente es
el de las mujeres, quienes precisamente por el hecho de ser mujeres tienen un
riesgo menor de desarrollar una enfermedad cardiovascular, pero que –al ser
más numerosas que los hombres– constituyen un número elevado de casos de
enfermedad cardiovascular, sobre todo después de la menopausia. Por lo tanto,
averiguar el índice de riesgo cardiovascular de uno mismo es algo muy útil y el
primer paso para una prevención adecuada. Conocer bien la propia situación
personal permite adoptar elecciones de vida que aseguren la protección contra
las enfermedades cardiovasculares, ¡y si se descubre tener un riesgo elevado
es una buena razón para consultar al Médico!
Los factores de riesgo cardiovascular son aquellas condiciones que aumentan
la probabilidad de desarrollar una enfermedad del sistema cardiocirculatorio que
pueda acabar provocando un evento grave, como un infarto o un ictus. Algunos
factores (edad, sexo, y parentesco) no son modificables al no depender de nuestra
voluntad. De todas formas deben tenerse en cuenta cuando se determina el nivel
de vigilancia para un sujeto en concreto.
Por ello hemos de ser conscientes de que:
con la edad nuestro riesgo cardiovascular aumenta progresivamente;
los hombres en general tienen un riesgo mayor en cualquier edad, mientras que
las mujeres deben tener cuidado especialmente después de la menopausia;
si tenemos familiares de primer grado (padres, hermanos/as) que hayan
sufrido eventos cardiovasculares a una edad joven (menos de 55 años para
los hombres y de 65 para las mujeres) , la probabilidad de aparición de estas
enfermedades es mayor.
Por otra parte, existen los factores “modificables”, es decir, aquellos reversibles:
cambiando nuestro comportamiento podemos reducirlos o eliminarlos,
contribuyendo así a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Podemos decidir dejar de fumar, podemos mantener controlado nuestro peso,
nuestra tensión arterial, la colesterolemia, un posible estado de diabetes, etc.
Cada uno de estos factores contribuye a aumentar el riesgo cardiovascular. Por
lo tanto, la probabilidad de que una persona que presente simultáneamente más
de un factor de riesgo contraiga una enfermedad cardiocirculatoria es mayor que
la simple suma de cada uno de los factores de riesgo.
Para evaluar el riesgo cardiovascular se deberá tener presente, por consiguiente,
no solo cada factor de riesgo por separado (colesterol o tensión arterial) sino
también la coincidencia de varios factores. Por ejemplo, un sujeto con un valor
no especialmente alto de colesterol y, por lo tanto, por sí solo no preocupante,
podría, en cambio, tener un riesgo cardiovascular significativo si además es
fumador y su tensión es algo más alta de lo normal.
Por desgracia, los factores de riesgo frecuentemente se presentan al mismo
tiempo, ya que a menudo están relacionados entre sí: los errores alimentarios, por
ejemplo, contribuyen al sobrepeso, al aumento del colesterol y de los triglicéridos,
a la hipertensión, a la diabetes, etc.
Examinemos ahora cuáles son los factores de riesgo más importantes que hay que
mantener bajo control para proteger la salud de nuestro corazón y averigüemos,
con la ayuda del Farmacéutico, cuál es nuestro nivel de riesgo, para poder definir
las opciones preventivas más adecuadas para nosotros.
Corrigiendo los hábitos alimentarios y mejorando
el estilo de vida es posible actuar simultáneamente
sobre varios factores de riesgo.
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Tabaco
Fumar, después de la edad, es el factor de riesgo más importante para las
enfermedades cardiovasculares. Aparte de múltiples agentes nocivos y
cancerígenos, el tabaco también aporta dos sustancias muy peligrosas para el
sistema cardiocirculatorio: la nicotina y el monóxido de carbono.
La nicotina, al estimular la producción de adrenalina, aumenta la velocidad
del ritmo cardíaco, sometiendo el corazón a un esfuerzo excesivo. Además, al
favorecer la formación de “coágulos” de sangre, la nicotina aumenta el riesgo
de trombosis.
El monóxido de carbono, por otra parte, reduce la cantidad de oxígeno que es
transportada por la sangre a los distintos órganos y tejidos del cuerpo.
Fumar es un hábito muy perjudicial al que necesariamente debe renunciarse
para tener una buena salud del sistema cardiocirculatorio y de todo el
organismo. Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar. Para los exfumadores, de hecho, el riesgo de contraer una enfermedad cardiovascular
debido al tabaco baja a la mitad después de 1 año y desaparece por completo
al cabo de unos años. Esto no es lo que ocurre con los tumores, cuyo riesgo
permanece para toda la vida.
b. O cuando se detecta un valor de glucemia al azar, es decir, medida en
cualquier momento del día, mayor o igual a 200 mg/dl y se asocian síntomas
de diabetes como la necesidad de orinar frecuentemente (poliuria), una
excesiva sensación de sed (polidipsia) y una pérdida de peso inexplicable.
c. O cuando los análisis de laboratorio (prueba de sobrecarga oral de glucosa)
indican una glucemia mayor de 200 mg/dl 2 horas después de la administración
oral de 75 gramos de glucosa.
d. La hemoglobina glicada (HbA1c) es igual o superior a 6,5%.
Además, algunas condiciones que indican un elevado riesgo de desarrollar
diabetes a menudo están asociadas al sobrepeso, la alteración de las grasas
de la sangre (dislipemia) o la hipertensión y se presentan acompañadas por un
riesgo mayor de eventos cardiovasculares:
1. Glucemia Basal Alterada (GBA) cuando la glucemia en ayunas está
comprendida entre 100 y 125 mg/dl.
2. Tolerancia Alterada a la Glucosa (TAG) cuando la glucemia, dos horas
después de la carga oral de 75 gramos de glucosa, está comprendida entre
140 y 200 mg/dl.
3. Hemoglobina glicada (HbA1c) comprendida entre 5.7 y 6.4%.
Los fumadores han de saber que el riesgo crece a la par que el número
de cigarrillos fumados: cada cigarrillo adicional es un paso más hacia
niveles de riesgo más elevados.
También se ha de tener en cuenta que, en comparación con los hombres, el riesgo
para las mujeres es todavía más elevado: para un mismo número de cigarrillos
fumados las mujeres sufren más los efectos perjudiciales.
Y recuerde: muchas personas piensan que fumar adelgaza, ¡pero esto no es
cierto! Quienes dejan de fumar tienden a aumentar de peso porque perciben
mejor los sabores y como consecuencia comen más.
Diabetes
La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia
de niveles elevados de glucosa en la sangre (hiperglucemia) y que es debida
a una alteración de la cantidad o de la función de la insulina. Si no se cura
inmediatamente de forma correcta, la diabetes favorece el endurecimiento
de las arterias (aterosclerosis), la hipertensión y la hipercolesterolemia y
reduce el nivel de colesterol-HDL, aumentando el riesgo cardiovascular.
Los médicos diagnostican diabetes:
a. Cuando la glucemia medida en ayunas es igual o superior a 126 mg/dl en
al menos dos ocasiones, con una semana de separación.
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Colesterolemia
POR QUÉ ES IMPORTANTE
DETECTAR LA DIABETES
La diabetes de tipo 2, también conocida como “diabetes del adulto”,
es la forma más difundida de la enfermedad (alrededor del 90% de
los diabéticos). Generalmente aparece después de los 35 – 40 años
y se caracteriza por unos valores anormalmente elevados de azúcar
(glucosa) en la sangre (hiperglucemia). La diabetes de tipo 2 es un
estado estrechamente relacionado con la predisposición genética y a
menudo se manifiesta en varias personas de una misma familia; de todas
maneras existen numerosos factores que favorecen la aparición de la
diabetes y que no dependen de la transmisión genética: la obesidad y el
sobrepeso, sobre todo cuando existe un exceso de grasa abdominal, el
sedentarismo y una alimentación demasiado rica en grasas y pobre en
fibras naturales son los principales elementos que provocan la aparición
de la enfermedad en individuos predispuestos.
Incluso cuando la hiperglucemia ya existe, generalmente las personas
no perciben síntomas físicos muy evidentes, por lo que puede ocurrir
que la diabetes no se diagnostique. No conocer el diagnóstico y, por
consiguiente, no seguir los tratamientos necesarios, provoca graves
consecuencias para la salud, especialmente en el corazón y todo el
sistema circulatorio, el cerebro, los ojos y los riñones. La “prevención” de
la diabetes de tipo 2 implica detectar a los sujetos con mayor probabilidad
de desarrollar esta enfermedad cuando su glucemia todavía es normal
pero tienen un estilo de vida y hábitos alimentarios inadecuados, sobre
los que es posible actuar para reducir el riesgo de desarrollar la diabetes.
El TEST FINDRISC DE LA OMS (Organización Mundial de la Salud) es
un instrumento fiable y rápido que no requiere análisis de sangre y que
por medio de un simple cuestionario y la medición del peso corporal y
la circunferencia abdominal permite saber la probabilidad que tiene un
individuo de desarrollar en los diez años siguientes diabetes de tipo 2.
Si el riesgo es elevado es indispensable comunicar este dato al Médico
de cabecera para que evalúe si es necesario realizar exploraciones para
profundizar y averiguar si se ha desarrollado una diabetes o determinadas
condiciones de predisposición (por ejemplo, “tolerancia reducida a la
glucosa”). En todos los casos, la corrección de hábitos inadecuados
(especialmente los relacionados con la alimentación y la actividad física)
incidirá inmediatamente reduciendo la probabilidad de desarrollo de
esta enfermedad, la cual, como se ha visto, conlleva consecuencias
muy graves para nuestra salud.
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EI colesterol es una sustancia fundamental para el organismo y está presente
en todas las células de los órganos y tejidos. Una gran parte se produce en
el hígado, pero también puede ser incorporado con la alimentación. Desde el
hígado es transportado a las distintas células a través de la sangre, gracias a la
ayuda de las denominadas LDL, las cuales, cuando su cantidad es excesiva,
tienden a depositarse en las paredes de los vasos sanguíneos, donde pueden
formar auténticas placas, obstruyendo el flujo sanguíneo. Si, a consecuencia
de estos obstáculos a la circulación (por fenómenos de trombosis si la placa
cierra la luz de una arteria o de embolia si un trozo de placa se desprende y
origina una obstrucción en otra parte), el corazón, el cerebro u otros órganos no
reciben un aporte adecuado de oxígeno se producen daños muy graves, entre
estos infarto e ictus.
Por ello es importante asegurarse de que el colesterol no alcance nunca niveles
demasiado elevados (hipercolesterolemia). Los niveles deseables de colesterol son:
colesterol total hasta 200 mg/dl
colesterol “malo” (LDL) hasta 100 mg/dl
colesterol “bueno” (HDL) no inferior a 50 mg/dl
Los niveles de HDL no deben ser inferiores al valor indicado, pues estas sustancias
ejercen una importante acción protectora: eliminan el exceso de colesterol de
los tejidos. Los niveles sanguíneos de colesterol pueden averiguarse fácilmente
con un análisis de sangre. Para calcular la cantidad de colesterol “malo” hay
que restar al valor del colesterol total el del colesterol-HDL y después restar a
la cantidad resultante un quinto del valor de
los triglicéridos.
Trigliceridemia
Ejemplo:
Colesterol total = 250 mg/dl
Colesterol HDL = 50 mg/dl
Triglicéridos
= 100 mg/dl
Colesterol LDL (250-50-20)=180 mg/dl
Para mantener unos niveles aceptables de
colesterol es importante cuidar la dieta,
evitando sobre todo los alimentos ricos
en grasas saturadas (aquellas de origen
animal) y haciendo actividad física.
Una alimentación sana puede reducir
un 10% el colesterol en la sangre.
Reducir un 10% la colesterolemia
significa reducir la probabilidad
de morir por una enfermedad
cardiovascular un 20%.
Otra forma de grasa presente en
la sangre es la de los triglicéridos,
que son una importante fuente de
energía para el organismo. Cuando
la dieta contiene demasiadas
grasas, carbohidratos (azúcar,
pan, pasta) o alcohol, los niveles
sanguíneos de triglicéridos
aumentan y, aunque no provocan
directamente la formación de la
placa aterosclerótica, si estos son
altos a menudo están asociados a
niveles elevados de colesterol-LDL
y a niveles bajos de colesterol-HDL,
así como a otras enfermedades
como diabetes y obesidad.
Por ello es importante mantenerlos
a niveles “deseables”, o sea,
inferiores a 150 mg/dl.
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Tensión arterial
La sangre circula por el interior del sistema cardiocirculatorio (corazón y vasos
sanguíneos) a una determinada tensión arterial, que normalmente varía en función
de distintos factores (esfuerzo físico, emociones, temperatura, reposo, etc.) o a
causa de algunas enfermedades.
La presión de la sangre puede medirse fácilmente con un instrumento denominado
esfigmomanómetro, que permite obtener dos valores de referencia: la tensión
“máxima” (sistólica), cuando el corazón se contrae y “bombea” la sangre a las
arterias, y la tensión “mínima” (diastólica), cuando el corazón está relajado entre
una contracción y la siguiente.
Como se sabe, la tensión “máxima” (sistólica) tiende a aumentar con la edad por
llevar un estilo de vida inadecuado: ello provoca el endurecimiento de las paredes
de los vasos arteriales, por lo tanto no es bueno tener la tensión alta, tampoco
en edad avanzada. Por ello los médicos son partidarios de tratarla, aunque hay
quien piensa que es “normal”.
Pero no nos olvidemos que un estilo de vida inadecuado también puede aumentar
la tensión arterial en personas jóvenes.
Al igual que el colesterol alto, la hipertensión no da síntomas, pero en todas las
edades es importante tenerla controlada porque los niveles de tensión elevados
cansan el corazón, pudiendo provocar incluso un aumento de su tamaño, con la
consiguiente pérdida de eficiencia. La tensión alta, además, favorece la formación
de placas ateroscleróticas y aumenta el riesgo de infarto y de ictus.
Se considera “deseable” que la tensión máxima no supere 120 mmHg y que
la mínima no supere 80 mmHg.
Se habla de hipertensión cuando se superan 140 mmHg de máxima y 90 mmHg
de mínima.
La tensión alta provoca además otros problemas de salud, menos evidentes que
un ictus pero igualmente importantes, como el deterioro de la función renal y de
las facultades mentales.
La tensión alta debe controlarse con regularidad
y tratarse con constancia siguiendo las recomendaciones
del Farmacéutico y del Médico.
Para mantener controlada la tensión arterial es importante:
Limitar el consumo de sal. Reducir el consumo diario de sal unos 5 g al día
puede bajar la tensión máxima hasta 8 mmHg y la mínima hasta 4 mmHg.
Para las necesidades de nuestro organismo, es suficiente la cantidad de sal
que contienen naturalmente los alimentos;
Comer mucha fruta y verdura, ricas en sustancias muy importantes para el
organismo que ayudan, entre otras cosas, a mantener baja la tensión;
Comer menos, reduciendo el sobrepeso;
No fumar;
Moderar el consumo de café;
Realizar regularmente actividad física. Una actividad física de intensidad
moderada (bastan 30 minutos al día andando a paso ligero) ayuda a mantener la
tensión arterial a un nivel adecuado;
Relajarse. Cuando se siente rabia, miedo o se está excitado o estresado, al
igual que cuando se fuma, la tensión aumenta.
Si la tensión baja se reduce el riesgo de sufrir un infarto o un ictus.
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Sobrepeso y Obesidad
El exceso de grasa es sin duda un enemigo de la salud en general y de la
cardiovascular en particular. El aumento de peso incrementa el trabajo que
el corazón debe hacer para bombear la sangre a todo el cuerpo e influye
negativamente, de distintas maneras, en los demás factores de riesgo: diabetes,
hipertensión, aumento de grasas en la sangre, etc.
Para calcular el posible exceso de peso habitualmente se usa el Índice de Masa
Corporal (IMC), conocido también por sus siglas en inglés, BMI (Body Mass Index).
IMC =
Peso (kg)
Altura x Altura (m2)
Una persona se define:
Con Peso insuficiente si su IMC es menor a 18,5 Kg/m²
Normopeso si su IMC está entre 18,5 Kg/m² y 24,9 Kg/m²
En Sobrepeso si su IMC está entre 25 Kg/m² y 29,9 Kg/m²
Obesa si su IMC es igual o mayor a 30-40 Kg/m²
Un Gran obeso si su IMC es mayor a 40 Kg/m²
La obesidad se define como la existencia de un exceso de grasa corporal respecto a
la masa magra (o sea, los músculos), tanto en términos de cantidad total (calculada
según el IMC) como de distribución de la grasa en determinados puntos del cuerpo,
según resulta de la medición de la circunferencia abdominal. Como se sabe, los
valores elevados de este parámetro están asociados a un aumento del riesgo de
alteraciones del metabolismo y de enfermedades cardíacas e incluso a una mayor
mortalidad. El aumento de la circunferencia abdominal está estrechamente relacionado
con la cantidad de tejido graso acumulado en el abdomen, que constituye un factor
de riesgo incluso más importante que el simple aumento del peso corporal. Por este
motivo es importante medirla e intentar combatir su aumento. La circunferencia
abdominal se mide de pie, con los músculos abdominales relajados, colocando una
cinta métrica normal alrededor del abdomen, indicativamente a la altura del ombligo.
Para los hombres debería ser inferior a 94 cm (menos de 80 cm para las
mujeres); existe riesgo para los hombres si la circunferencia abdominal está
entre 94 y 101 cm (80-87 para las mujeres) y este riesgo es muy elevado si es
superior a 102 cm para los hombres y 88 cm para las mujeres.
Se ha estimado que una pérdida de peso de 10 kg conlleva la mejora de los demás
factores de riesgo. De hecho puede reducir en 10 mmHg la tensión sanguínea, un
10% el colesterol total y un 30% la glucemia en ayunas.
Recuerde: alimentación sana y ejercicio físico no solo son las claves
para perder peso, sino sobre todo para reducir el riesgo cardiovascular.
Sedentarismo
El sedentarismo aumenta el riesgo de desarrollar no solo enfermedades cardiovasculares,
sino también diabetes y algunos tipos de tumores. Realizar actividad física, incluso a
nivel moderado, pero con constancia, comporta una importante mejora del bienestar
general de la persona, con múltiples beneficios para la salud. El ejercicio no debe
ser ni demasiado suave ni excesivo, en caso contrario podría resultar inútil o incluso
perjudicial. Debido a ello, últimamente se hace referencia al concepto de prescripción
del ejercicio físico, como un auténtico medicamento. La Federación Médico-Deportiva
Italiana (FMSI) ha acogido este concepto como uno de sus objetivos y se está
empeñando en difundirlo para sensibilizar al personal sanitario y a los ciudadanos.
El ejercicio físico, junto con una dieta sana, es el mejor instrumento para mantener
la salud y prevenir las enfermedades crónicas relacionadas con un estilo de vida
inadecuado: diabetes, tumores y patologías cardiovasculares. Se ha demostrado
que la actividad física reduce considerablemente, por ejemplo, la posibilidad de
desarrollar cáncer: las personas con una vida sedentaria tienen un 20-40% más
de probabilidades de enfermar. Pero no solo esto, según los últimos estudios es
suficiente media hora de movimiento, preferiblemente de tipo aeróbico —cada día
y al menos cinco veces a la semana —, para obtener una serie de consecuencias
positivas para el cuerpo, tanto a corto como a medio-largo plazo:
• reducción de peso, con la consiguiente disminución del riesgo de obesidad. En
este caso los beneficios pueden ser un 50% mayores en comparación con quienes
tienen un estilo de vida sedentario;
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• disminución del riesgo de muerte prematura, a causa de infarto o enfermedades
cardíacas, así como de la probabilidad de contraer diabetes de tipo 2 y algunos tipos
de tumores. Con el ejercicio físico también se reduce la hipertensión, la osteoporosis
y el riesgo de fractura de cadera en las mujeres, quienes además reciben otro
importante beneficio. Pues se estima que el riesgo de desarrollar un carcinoma
mamario se reduce un 15 – 20%. De hecho se ha cuantificado una reducción del
6% de riesgo por cada hora a la semana de actividad física;
• fortalecimiento del esqueleto, del aparato muscular y de la parte inferior de la
espalda;
• reducción de los síntomas de ansiedad, estrés, depresión y de la sensación de
soledad;
• aumento de la resistencia a no caer en comportamientos de riesgo, sobre todo entre
los jóvenes, como el uso de tabaco y alcohol, dietas poco saludables y actitudes
negativas en general.
Actividad aeróbica
• 2 horas y 30 minutos (150 minutos) a la semana de actividad aeróbica de intensidad
moderada, por ejemplo correr o caminar;
O BIEN
• 1 ora y 15 minutos (75 minutos) a la semana de actividad aeróbica intensa;
O BIEN
• una combinación de actividad aeróbica intensa y moderada equivalente en términos
de tiempo. La actividad aeróbica debe realizarse al menos durante 10 minutos
seguidos y distribuirse, preferiblemente, a lo largo de la semana.
Ejercicios de refuerzo muscular
Los ejercicios musculares deben realizarse como mínimo dos veces a la semana:
• ejercitando los grupos musculares más importantes: piernas, glúteos, dorsales,
abdominales, pectorales, hombros y brazos;
• haciendo al menos 8 o 12 repeticiones para cada grupo muscular. Cuando un ejercicio
se vuelve fácil de hacer, hay que aumentar el esfuerzo o el número de repeticiones.
Actividad física en edad adulta
Los deportistas saben muy bien que el calentamiento es una fase fundamental
del ejercicio físico, no solo para rendir al 100% en el entrenamiento (o durante una
competición), sino también para prevenir lesiones en los músculos y articulaciones.
Se llama así porque literalmente ‘calienta’ nuestro cuerpo, provocando un aumento
de la temperatura de dos grados. Puede parecer poco, pero permite maximizar la
eficiencia de todos los procesos fisiológicos. Los vasos están más dilatados, por lo
que el transporte de sangre y oxígeno es el máximo, las fuentes de energía (glucosa)
se vuelven fácilmente disponibles y la elasticidad de los músculos y tendones
mejora. Por último, el líquido sinovial presente en las articulaciones se vuelve menos
viscoso, facilitando así su movimiento. Para un entrenamiento "amateur" bastan 15
minutos: se inicia con un calentamiento general (correr lentamente va muy bien), y
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se continúa con uno más específico, que dependerá de la disciplina en cuestión. El
estiramiento y alargamiento completan el calentamiento: es el conjunto de ejercicios
que ayudan a los músculos a estar en forma y a las articulaciones a mantenerse
flexibles. Generalmente se realizan después de una sesión de entrenamiento, pero
en realidad un programa completo de actividad física debería incluir un poco de
estiramiento como parte inicial del calentamiento. Una cosa importante: no empezar
con el alargamiento hasta que el músculo se haya calentado un poco, ¡en caso
contrario se corre el riesgo de sufrir tirones o dolores!
En forma también de anciano
Con el paso de los años, el físico poco a poco se debilita. Por ello algunas personas
después de superar los 65 años piensan que a esa edad es mejor moverse poco.
Pero es un error grave: el ser humano está hecho para estar en movimiento y por
lo tanto la actividad física debe continuar siendo un hábito durante toda la vida.
El ejercicio ayuda a prevenir enfermedades, a estar bien en general y a envejecer
más lentamente. Más concretamente, realizar ejercicio físico (aunque sean 5.000
pasos al día a ritmo mantenido) frena la pérdida de masa muscular y refuerza el
esqueleto. Sin contar que favorece la pérdida de peso, en parte por que ayuda
a la actividad intestinal. Además es un valioso aliado contra enfermedades tan
peligrosas como la hipertensión, el ictus cerebral, el infarto, la diabetes de tipo
2 y algunos tumores. ¿Y además? ¡Además mejora el estado de ánimo! Se ha
comprobado que la actividad física aumenta la autoestima y la liberación de
endorfinas, haciendo que todo el cuerpo se sienta mejor. Tras pasar un estricto
control médico, si no se está demasiado acostumbrado a moverse, hay que
empezar por pequeñas cosas y después probar a aumentar el nivel cada semana.
Cómo comenzar:
• usar las escaleras en cambio del ascensor;
• caminar más: alrededor de casa, en el jardín, haciendo los recados.
Es importante tratar de ser constantes todos los días, dedicando tiempo a
actividades agradables como la jardinería, una partida de petanca con los
amigos o el baile.
Las actividades pueden clasificarse en:
• ejercicios de duración, por ej. paseos, movimientos dentro del agua, bicicleta
estática durante unos 150 minutos a la semana;
• ejercicios de resistencia, con carga progresiva de peso, o bien gimnasia de
refuerzo muscular con carga (8–10 ejercicios en los que participen los grupos
musculares más importantes, con 8–12 repeticiones cada uno), subir
escaleras u otras actividades de refuerzo en las que intervengan
los principales grupos musculares, al menos dos días a la
semana;
• ejercicios de flexibilidad, cualquier ejercicio de
mantenimiento o aumento de la flexibilidad con
estiramientos (mejor si es asistido) de los principales
haces musculares, al menos dos días a la semana.
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¿Cómo se calcula el riesgo
cardiovascular global?
Ficha de Riesgo cardiovascular
Cómo utilizar la ficha
•
Escoger una de las 4 fichas en función del
sexo y la existencia o no de diabetes
•
Situarse en la zona fumador/no fumador
•
Identificar la edad (década)
•
Colocarse en el correspondiente nivel de
presión arterial sistólica y colesterolemia
•
Una vez obtenido un color, ver al lado el
nivel de riesgo
Riesgo ECV
VI
más del 30%
Riesgo ECV
V
20%- 30%
Riesgo ECV
IV
15%- 20%
Riesgo ECV
III
10%- 15%
Riesgo ECV
II
5%- 10%
Riesgo ECV
I
menos del 5%
Mujeres diabéticas
riesgo cardiovascular en 10 años
Mujeres No diabéticas
riesgo cardiovascular en 10 años
No fumadoras
Fumadoras
No fumadoras
130
174
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
edad
170
60-69
150
130
90
mg/dl
130
174
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
edad
170
50-59
150
130
90
mg/dl
130
174
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
291
320
130
174
213
252
291
320
130
174
213
252
291
320
130
174
213
252
291
320
edad
60-69
90
mg/dl
130
174
213
252
291
320
edad
170
50-59
150
130
90
mg/dl
40-49
130
174
213
252
291
320
edad
Hombres diabéticos
riesgo cardiovascular en 10 años
No fumadores
Fumadores
No fumadores
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
edad
170
60-69
150
130
90
130
174
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
edad
170
50-59
150
130
90
130
174
213
Fumadores
colesterolemia
252
291
130
320
edad
170
174
213
252
291
320
presión arterial sistólica
174
Diabetes: se define diabético aquel individuo que presenta, en al menos 2
mediciones consecutivas durante una semana, la glucemia en ayunas igual o
superior a 126 mg/dl, el que sigue un tratamiento con hipoglucemiantes orales o
insulina o el que presenta un historial clínico personal de diabetes. Se recomienda
tomar muestras de sangre venosa.
Hombres No diabéticos
riesgo cardiovascular en 10 años
colesterolemia
130
40-49
150
90
150
252
mmHg 200
130
mmHg 200
213
130
90
mg/dl
174
150
130
mg/dl
130
170
Como hemos visto, la mejor forma de calcular la probabilidad de sufrir un
accidente cardiovascular “mayor” (o sea, un infarto o un ictus) es evaluar el
efecto combinado de varios factores de riesgo a la vez. Es lo que se llama
riesgo cardiovascular global, que es el resultado de la coincidencia en el
tiempo de varios factores de riesgo. Para hacer esto, el Instituto Superior de
Sanidad (ISS) italiano ha elaborado y puesto a disposición las Fichas de Riesgo.
Estas emplean funciones matemáticas basadas en datos de series temporales
obtenidos de estudios realizados con grandes grupos de población.
Estas fichas pueden utilizarse para individuos entre 40-69 años de edad,
que nunca hayan tenido eventos cardiovasculares, que no presenten valores
muy altos de tensión y colesterolemia y que no sean mujeres embarazadas.
A partir de los datos sobre el sexo, la existencia o no de diabetes y tabaquismo,
la edad, la tensión arterial sistólica y la colesterolemia de un individuo, medidas
según los criterios indicados por el ISS, por medio de esta sencilla herramienta
puede estimarse la probabilidad de sufrir un primer evento cardiovascular mayor
(infarto de miocardio o ictus) en los 10 años siguientes. El cálculo del riesgo
cardiovascular global es muy útil para averiguar el nivel de riesgo de uno mismo
y realizar las oportunas acciones preventivas.
170
150
presión arterial sistólica
mg/dl
mmHg 200
mmHg 200
edad
170
mg/dl
Fumadoras
colesterolemia
presión arterial sistólica
presión arterial sistólica
colesterolemia
mg/dl
Redacción a cargo de ISS
Nivel de riesgo a 10 años
mg/dl
130
174
213
252
291
130
320
mmHg 200
174
213
252
291
320
edad
170
60-69
150
130
90
mg/dl
130
174
213
252
291
320
mmHg 200
130
174
213
252
291
320
130
174
213
252
291
320
edad
170
50-59
150
130
90
mg/dl
mmHg 200
130
174
213
252
291
320
Edad: expresada en años y considerada en décadas, 40-49, 50-59, 60-69.
Tabaquismo: se expresa en dos categorías, fumadores y no fumadores; se define
fumador quien fuma regularmente a diario (incluso un solo cigarrillo) o bien ha
dejado de fumar hace menos de 12 meses. Se considera no fumador quien nunca
ha fumado o ha dejado de fumar hace más 12 de meses.
Colesterolemia: utilizar un análisis realizado durante los seis meses anteriores a la
medición. Se recomienda tomar muestras de sangre venosa.
edad
170
40-49
150
130
130
90
90
40-49
Riesgo cardiovascular en 10 años para mujeres y hombres diabéticos y no diabéticos (Fuente: www.cuore.iss.it)
18
19
De dónde proceden
los riesgos para el corazón
Redacción a cargo de SIMG
Es importante recordar que la mejor manera de prevenir las enfermedades
cardiovasculares es “proteger” constantemente el corazón, prestando atención a
los factores que pueden resultar perjudiciales para el corazón (factores hereditarios,
diabetes, tabaquismo, edad, presión arterial sistólica, colesterolemia, etc.) y que
permiten definir las características y la intensidad del riesgo cardiovascular. Algunos
de ellos (peso, circunferencia abdominal, nivel de ejercicio físico) son puntos de
referencia que deben controlarse, ya que pueden condicionar las elecciones que
cada día realizamos en la mesa y en nuestro tiempo libre.
Para conocer el propio estado de salud cardiovascular puede cumplimentarse
el “Cuestionario sobre Bienestar Cardiovascular” que las Farmacias Apoteca
Natura, en el ámbito del servicio de prevención “Te cuidamos de corazón”, ponen
a disposición de sus clientes.
Diabetes
Circunferencia
abdominal
Consejos útiles para la salud
del corazón
1. Siga las indicaciones que haya recibido del Médico para el tratamiento
de la hipertensión arterial, de la diabetes, de las dislipemias
2. Reduzca el exceso de peso
3. Realice con regularidad actividad física durante el tiempo libre,
especialmente si tiene un trabajo sedentario
4. Siga un régimen alimentario sano, o sea:
• pocas grasas saturadas (carne, mantequillas, embutidos y jamón)
• consumo regular de pescado
• tomar carbohidratos “complejos” (por ej. legumbres, pan integral)
• fruta y verdura frescas (cinco porciones al día)
• añadir poca o nada de sal a los alimentos; evitar conservas
saladas
• cantidades moderadas de vino en las comidas
• pocas bebidas azucaradas, son una fuente de azúcares simples
y calorías
Tabaco
IMC
Parentesco
Presión
arterial
Actividad
física
Actividad física
laboral
Cuadro sinóptico de un mapa de la salud cardiovascular con referencia
al Cuestionario sobre Bienestar Cardiovascular de Apoteca Natura.
20
21
Contaminación urbana y patologías cardiovasculares
Redactado por la Asociación de Médicos para el Medioambiente (ISDE Italia)
Los ambientes urbanos, de la forma en que se han desarrollado, caracterizados por
la sobreedificación, la falta de espacios verdes utilizables, el ruido, la contaminación
atmosférica y visual, las aglomeraciones y, en verano, por el calor excesivo,
favorecen por estas razones la aparición de numerosos trastornos y patologías,
entre los que destacan aquellos psíquicos y especialmente la reacción de estrés.
El estrés es un estado fisiológico de adaptación del organismo a los estímulos
producidos por el ambiente físico y social, que puede adquirir connotaciones
patológicas si se prolonga a lo largo del tiempo.
Una amplia literatura científica de las últimas dos décadas muestra el nexo entre
la contaminación atmosférica y los daños en la salud, con efectos agudos y
crónicos en el sistema cardiovascular y respiratorio. Al respecto, es de destacar
la relación existente entre la exposición a la contaminación atmosférica y efectos
agudos como mortalidad diaria, ingresos y exploraciones de urgencias, consultas
de ambulatorio y consumo de medicamentos por problemas cardiovasculares y
respiratorios. Actualmente existen suficientes evidencias de la asociación causal
entre contaminación atmosférica y aumento de la mortalidad cardiovascular,
especialmente por infarto de miocardio agudo.
Estas mismas fuentes de contaminación, por ejemplo el tráfico, son también a
menudo fuentes de emisiones acústicas que así mismo pueden provocar infarto
de miocardio e hipertensión.
Estos efectos son especialmente evidentes en los grupos de población más
vulnerables, como los ancianos, los niños, los individuos ya afectados por
patologías cardiovasculares y respiratorias, quienes pueden manifestar trastornos
y enfermedades incluso por exposición a concentraciones de contaminantes
inferiores a las establecidas como límites legales, y en personas que viven
cerca de zonas de mucho tráfico, con niveles de contaminación mayores de
los valores medios del área.
Coherentemente con las evidencias publicadas por la literatura científica, la
contaminación urbana ha de reconocerse como una de las causas importantes
de molestias y enfermedades, y consiguientemente debe ser un tema de alta
prioridad en las políticas de prevención primaria y de fomento de la salud, y
por lo tanto en la programación sanitaria y en el diseño urbanístico y territorial
de las ciudades.
En especial, es urgente modificar los ambientes de vida, de forma que cubran
en mayor medida las necesidades del ser humano, con una atención particular
a los niños y a las generaciones futuras.
Texto extraído del Documento de posición
“CONTAMINACIÓN URBANA Y PATOLOGÍAS CARDIOVASCULARES”
redactado el de 7 febrero de 2012 en Florencia por: Asociación de Médicos para el
Medioambiente (ISDE Italia), Asociación Nacional de Médicos Cardiólogos Hospitalarios
(ANMCO), Sociedad Italiana de Cardiología (SIC), Sociedad Italiana de Higiene (SItI), Sociedad
Italiana de Medicina General (SIMG), Instituto para el Estudio y la Prevención Oncológica
(ISPO), Empresa USL 11 Empoli, Empresa Sanitaria de Florencia.
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23
Las sustancias útiles
para favorecer
el bienestar cardiovascular
Redacción a cargo de Apoteca Natura
También las sustancias naturales pueden ser una válida ayuda, junto a un estilo de vida
adecuado, en el ámbito de un programa de prevención del riesgo cardiovascular. Su
empleo racional y correcto, preferiblemente siguiendo el consejo de un experto, puede
contribuir a la eficacia de los programas de salud que tienen como objetivo controlar
de manera duradera los factores de riesgo de las patologías cardiovasculares. Para
simplificar, podemos clasificar estas sustancias en función de la acción que ejercen
contra un determinado factor de riesgo.
Presión sanguínea
Plantas medicinales como el Espino blanco y el Olivo pueden resultar útiles para
favorecer los niveles fisiológicos de tensión en todos aquellos casos en que no
sea necesario el uso de medicamentos. El Espino blanco, del que se utilizan las
sumidades floridas, ejerce una acción beneficiosa sobre las funciones fisiológicas
del aparato cardiocirculatorio, mientras que el Olivo, del que se emplean las hojas,
ejerce una importante acción antioxidante.
Grasas en la sangre
Para prevenir y mantener controlado el exceso de
grasas en la sangre, en aquellos casos en los que
el Médico considere que todavía no es necesario
un tratamiento farmacológico puede resultar de
ayuda la “sinergia funcional” de sustancias
naturales como el ácido alfa-linolénico (ALA)
del aceite de semillas de Lino, que contribuye
a mantener normales los niveles de colesterol
en la sangre, el extracto oleoso de Ajo, che
ayuda a mantener en la normalidad los niveles de
triglicéridos y los ácidos grasos de la serie Omega-3,
útiles para mantener una función cardíaca normal.
Por otra parte, las sustancias funcionales del Arroz rojo
fermentado (Monascus purpureus) y de los extractos de Ajo
(bulbos), el gamma-orizanol del aceite de Arroz y los policosanoles extraídos del
salvado de Arroz o de la Caña de azúcar pueden resultar útiles para favorecer el
mantenimiento de los niveles fisiológicos de colesterol. Por último, los extractos
de Alcachofa y de Diente de león pueden utilizarse combinados entre sí por sus
reconocidas propiedades depurativas y beneficiosas para la actividad fisiológica
del hígado. De todas formas, no hay que olvidarse que en caso de alteración del
nivel de grasas en sangre siempre hay que consultar al Médico para conocer su
opinión profesional sobre la necesidad o no de iniciar tratamientos farmacológicos.
Control del peso
Como se ha destacado, el sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo cardiovascular
y para la prevención de las enfermedades cardiocirculatorias se ha de mantener
controlado el peso corporal y la circunferencia abdominal. En la naturaleza existen
muchas plantas ricas en componentes funcionales de acción específica que, en
los regímenes de alimentación controlada y en sinergia con una actividad física
regular, pueden resultar útiles para el control del peso gracias a sus capacidades
para controlar la sensación de hambre, favoreciendo la adaptación a regímenes
dietéticos hipocalóricos, o bien para incidir sobre la subida de las grasas y de la
glucosa después de las comidas o directamente sobre las células del tejido graso.
Conviene recordar que el periodo después de comer es importante para la acumulación
del peso corporal y, en general, para el buen funcionamiento del organismo. Ya
que si la alimentación es demasiado rica en carbohidratos de asimilación rápida
(azúcares y dulces, pan y pasta no integrales, poca cantidad de legumbres, fruta
y verdura) se produce un fuerte aumento del azúcar en sangre (glucemia) con un
estímulo inmediato e intenso de la producción de insulina y consecuencias muy
serias para la salud, especialmente por la acumulación de grasa.
Este fenómeno puede contrarrestarse consumiendo preferiblemente alimentos ricos
en fibra y, cuando haga falta, productos que contienen complejos de macromoléculas
de polisacáridos, derivados de plantas medicinales como Glucomanano, Zaragatona,
Lino, Malvavisco, Tilo y Nopal (Opuntia ficus indica).
24
25
La eficacia de estas sustancias se basa sobre todo en su capacidad (tomándolas
antes de las comidas principales y con mucha agua) para formar en el intestino un gel
que actúa sobre los azúcares, reduciendo su cantidad y la velocidad de absorción,
normalizando así el pico glucémico posprandial y disminuyendo la sensación
de hambre. Además, estas sustancias naturales también actúan reduciendo la
absorción de grasas, disminuyendo la somnolencia posprandial, favoreciendo el
tránsito intestinal y regularizando la consistencia de las heces.
Cuando se tiene en sobrepeso, especialmente en los casos en que, aunque uno
se esfuerce con constancia, es difícil controlar el peso, puede resultar útil utilizar
plantas medicinales (como el Té verde y las semillas de Uva) que actúen, por un
lado directamente sobre la movilización y el consumo de las grasas, y por el otro
combatiendo la acción de los radicales libres (estrés oxidativo).
Al respecto, es de destacar que recientes estudios farmacológicos han puesto
en evidencia que los fenoles del Té verde y las procianidinas de las semillas de
Uva pueden actuar en sinergia sobre el tejido adiposo, ayudándolo a recuperar su
estado funcional normal: los fenoles ejercen una acción antioxidante y estimulan el
consumo de grasas y las procianidinas protegen los vasos sanguíneos pequeños
(microcirculación), mejorando el riego sanguíneo de los tejidos. Aparte del Té verde,
también el Naranjo amargo (Citrus aurantium) y el alga comúnmente conocida como
Fucus (Fucus vesiculosus) actúan beneficiando el tejido graso.
Por último, no hay que olvidar que mantener una dieta y alcanzar los objetivos
prefijados es bastante difícil y muchas veces esto conduce a abandonar y al fracaso.
Para estos casos pueden resultar útiles plantas medicinales como la Griffonia,
la Rhodiola y la Cúrcuma, por su acción positiva sobre la sensación de hambre,
sobre la búsqueda de gratificación en la comida, sobre el estrés y en general sobre
el estado de ánimo, como también sobre los procesos fisiológicos que rigen el
metabolismo de las grasas.
Mantén
controlada
tu Salud
Cardiovascular
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servicio de prevención, que incluye:
• Medición por autodiagnóstico de la Colesterolemia total*
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Cardiovascular y el autodiagnóstico
de los Factores de Riesgo (Ficha de Riesgo
Cardiovascular del Instituto Superior de Sanidad
y Test FINDRISC de la OMS sobre la diabetes)
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equilibrio fisiológico, gracias también al consejo
integrado. Además, Apoteca Natura en colaboración con
SEMERGEN (Sociedad Española de Médicos de Atención
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