CAUSA: "Stolbizer, Margarita y otros s/promueven acción

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CAUSA: "Stolbizer, Margarita
y otros s/promueven acción
declarativa de
inconstitucionalidad y
solicita medida cautelar
(UCR)@ (Expte. N1 4042/05 CNE)
BUENOS AIRES
FALLO N1 3571/2005
///nos Aires, 13 de octubre de 2005.Y VISTOS: Los autos AStolbizer, Margarita y otros
s/promueven acción declarativa de inconstitucionalidad y
solicita
medida
cautelar
(UCR)@
(Expte.
N1
4042/05
CNE)
venidos del juzgado federal electoral de Buenos Aires en
virtud del recurso de apelación deducido a fs. 56 contra la
resolución
de
fs.
41/51
vta.,
obrando
la
expresión
de
agravios a fs. 59/65, sus contestaciones a fs. 70/74 vta. y
fs. 75/82, el dictamen del señor fiscal actuante en la
instancia a fs. 90/91, y
CONSIDERANDO:
11) Que a fs. 1/19 la señora Margarita
Stolbizer y los señores Daniel Salvador y Ricardo Vázquez -en
sus respectivos caracteres de presidenta, vicepresidente y
tesorero del Comité de la AUnión Cívica Radical@ del distrito
Buenos
Aires-
promueven
acción
declarativa
de
inconstitucionalidad Ade la presentación de candidatos para
el cargo de Senador Nacional [...] que realizara el Partido
Justicialista y el Frente para la Victoria, en particular
este último@ (cf. fs. 2). Fundan su impugnación en que dicho
Frente pretende postular candidatos que pertenecen al partido
mencionado (cf. fs. cit.) con el objeto de Aaparentar una
competencia electoral en el marco del comicio general [...]
en lugar de ocurrir por la vía y forma establecida por la ley
de internas abiertas obligatorias y simultáneas@ (cf. fs.
cit.).Afirman
resultaría
claramente
que
violatorio
oficializar
ambas
del
artículo
54
ese
respecto,
listas
de
la
Constitución Nacional.Explican,
a
que
la
agrupación que representan aspira a constituírse Acomo el
segundo
partido
en
términos
de
representación
pública,
consolidando su lugar en la oposición al partido de gobierno@
(cf. fs. 9), y consideran que si se aceptara Aque un mismo
partido político compita en la elección con dos listas de
candidatos podría llegarse al absurdo [de] que el mismo
partido sea tenido al mismo tiempo como oficialismo y como
oposición, como mayoría y también como primera minoría@ (cf.
fs. cit.).A fs. 41/51 vta. dicta sentencia el señor
juez de primera instancia.Señala que Aha sido práctica frecuente de
los
partidos
políticos,
y
sus
afiliados
y
dirigentes,
presentarse a comicios utilizando el instrumento de las
alianzas que les permite disponer de uno o más partidos
políticos, a veces con insignificante caudal de votos, pero
útil a sus fines por tener reconocimiento previo respecto de
su personalidad jurídico política@ (cf. fs. 47 vta./48).Explica que también es habitual que un
afiliado de un partido político sea postulado como candidato
de otro, en calidad de extrapartidario, o sea nominado en
forma simultánea por más de una agrupación (cf. fs. 48).Recuerda
que
en
las
elecciones
presidenciales de 2003 Ael Partido Justicialista compitió en
el comicio con tres fórmulas distintas@ (cf. fs. cit.).Refiere,
cuestión
a
Aajena
[su]
por
otra
parte,
pensamiento@
si
que
es
el
una
APartido
Justicialista@ y el AFrente para la Victoria@ constituyen la
manifestación
de
una
división
política
que
trasunta
diferencias relevantes entre corrientes de una tradición
política
común,
o
es
una
manifestación
espúrea
de
una
estrategia electoral que solo persigue como objetivo la
consolidación de un poder hegemónico. Añade que será el
pueblo
quien,
en
su
caso,
premiará
o
castigará
a
sus
dirigentes (cf. fs. 48 vta.).Destaca
que
se
encuentra
fuera
de
discusión que las agrupaciones demandadas son dos entidades
políticas diferentes (cf. fs. 49). Señala, por otra parte,
que
el
APartido
senatoriales
a
Justicialista@
afiliados
lleva
propios,
en
como
tanto
candidatos
que
de
los
propuestos por el AFrente para la Victoria@ uno figura también
como afiliado de aquel partido, otro no tiene afiliación
alguna
y
los
dos
restantes
-que
son
naturales
de
la
provincia- no figuran en el registro electoral del distrito.-
Pone de relieve, asimismo, que el acta
constitutiva
de
la
alianza
contempla
la
postulación
de
candidatos extrapartidarios, conforme lo autoriza el art. 21
de la ley 23.298.Con
invocación
del
pronunciamiento
dictado -el 4 de junio de 2003- por la Corte Suprema de
Justicia de la Nación en la causa A.135.XXXVIII, destaca que
en
materia
de
elección
de
senadores
nacionales
la
ley
fundamental, en su artículo 54, asigna prevalencia a los
partidos políticos sobre los candidatos.Explica que, por ello, la afiliación de
alguno de los candidatos propuestos no puede prevalecer sobre
la agrupación que los nomina, y que acceder a lo solicitado
por
los
accionantes
importaría
-entonces-
desconocer
la
imposición constitucional y negar la existencia del AFrente
para la Victoria@, al obligar a sus candidatos a someterse a
la elección interna de otro partido, para la cual no se
sienten convocados (cf. fs. 51 y vta.).Resuelve, en consecuencia, no hacer lugar
a la petición formulada.A
fs.
59/65
expresan
agravios
los
accionantes.Entienden que la decisión se funda en una
valoración subjetiva del magistrado, que da por cierto que la
Apresunta fractura@ interna del APartido Justicialista@ es
real, e Aintenta hacer ver que esta parte interpone una
acción como la que da origen a esta causa [...][sobre la base
de] meras suposiciones excesivas@ (cf. fs. 60).Manifiestan
que
el
a
quo
incurre
en
contradicción al afirmar, primero, que es cuestión ajena a su
pensamiento si dicho partido y el AFrente para la Victoria@
constituyen la manifestación de una división política o la
expresión espúrea de una estrategia electoral, y resolver,
luego, que las fuerzas internas del peronismo constituyen dos
entidades diferentes (cf. fs. 60). Sostienen, en tal sentido,
que la contradicción radica en que se señala primero que se
trata de una cuestión política no judiciable, pero se la
juzga después.Alegan que su parte Ano pretende en modo
alguno que el juez se pronuncie sobre una cuestión que no
podrá dilucidarse (y que pertenece al fuero íntimo de cada
uno de los actores del escenario electoral) sino más bien
solicitamos desde el inicio [...] que no se otorgue un
reconocimiento aparentemente legal a los artilugios jurídicos
utilizados
por
ambos
sectores
para
vulnerar
las
normas
vigentes@ (cf. fs. 61).Afirman, al respecto, que Ala realidad de
los hechos indica que frente a la no creación de un partido
>nuevo= lo que [...] significaría [...] no poder participar de
la
elección
para
legisladores
nacionales,
salvo
que
se
instrumentara el procedimiento legal de >internas abiertas
partidarias=
que
es
lo
que
se
quiere
evitar,
se
crea
artificialmente una alianza [...] donde el mero requisito de
reconocimiento judicial les daría ese derecho@ (cf. fs. 61).-
Señalan como dato relevante que el acta
constitutiva del AFrente para la Victoria@ fue modificada por
una cláusula que establece que Alos partidos que conforman
esta
alianza
aceptando
integrarán
expresamente
la
lista
la
de
candidatos
incorporación
de
comunes
[...]
extrapartidarios@ (cf. fs. 61).Explican que ello estaría autorizado por
el art. 21 de la ley 23.298, pero se preguntan si dicha norma
-al permitir las candidaturas de ciudadanos no afiliados- se
refiere Aa candidatos no afiliados a los partidos políticos
que integran la alianza -o candidatos extrapartidarios- o más
bien se está refiriendo a ciudadanos que aunque no estando
afiliados a los partidos políticos que la integran sí estén
afiliados a otro partido que no integra la alianza@ (cf. fs.
62).Sostienen, luego, que el señor juez de
primera instancia efectuó una Amera revisión formal de las
circunstancias del caso, sin considerar en absoluto los
hechos en los que se funda y que dan origen a esta causa@
(cf. fs. cit.).Consienten lo dicho por el a quo en el
sentido de que en la elección de senadores nacionales las
bancas se asignan a los partidos políticos, y expresan que
Ala realidad de los hechos indica que la Sra. Cristina
Fernández
como
asimismo,
la
Sra.
Hilda
Duhalde,
siguen
perteneciendo a un mismo partido político que no ha podido
resolver aún, una interna partidaria@ (cf. fs. 63).-
Manifiestan,
por
otra
parte,
que
el
magistrado nada dijo con relación Aal cambio de paradigma en
el sentido de la representación que la Carta Magna estipula
luego de su reforma, para que el ámbito federal tenga al
mismo tiempo una integración que exprese la diversidad de
ideas que es propia de la sociedad representada a través de
los partidos políticos@ (cf. cit.).Concluyen, finalmente, que se vulneraría
el art. 54 de la Constitución Nacional si se oficializaran
las Ados listas pertenecientes al Partido Justicialista, para
sortear las reglas vigentes para una elección interna y
tratar de alzarse con mayoría y minoría@ (cf. fs. 64).A fs. 70/74 vta. contesta agravios el
señor Carlos J. Moreno, en su carácter de apoderado del
AFrente para la Victoria@, quien sostiene que su representada
es una agrupación constituida de conformidad con el art. 10
de la ley 23.298 -que ha presentado una plataforma o plan
político de gobierno propio- y que las alegaciones de los
recurrentes son meras construcciones de hipótesis imaginarias
(cf. fs. 71 vta.) que no se fundan en ningún elemento de
prueba acompañado a la causa (cf. fs. 71).Explica que la conformación de la alianza
fue una unión programática y electoral de distintos partidos
Aque
comulgaban
con
los
principios
de
renovación
que
permitieran la construcción de un nuevo espacio de gestión
política institucional@ (cf. fs. 72 vta.).Respecto
de
la
presentación
de
candidaturas extrapartidarias, refiere que la circunstancia
de que los afiliados a una fuerza política sean candidatos en
listas de otra es un asunto sujeto a las normas internas de
cada partido o alianza (cf. fs. 73).A
Landau,
en
su
fs.
75/82
contesta
de
apoderado
calidad
el
señor
del
Jorge
APartido
[email protected] que los recurrentes carecen de
legitimación activa, y que la cuestión que plantean es
Aprematura y por ende, en este momento, abstracta@ (cf. fs.
75) puesto que solo después de oficializadas las listas en
los términos de los arts. 60 y 61 del Código Electoral
Nacional podría generarse el gravamen que se alega (cf. fs.
76).Añade que incluso en ese supuesto no
existiría perjuicio ya que Ael mismo podría nacer el 23 de
octubre
de
2005,
fecha
en
que
el
cuerpo
electoral
se
expresará y determinará cuál de los partidos obtuvo la
mayoría de votos y quién le sigue en número para determinar a
cuál de ellos se le adjudican dos bancas de senadores, y a
cuál una@ (cf. fs. 76). Sostiene, en tal sentido, que nadie
puede predecir el comportamiento de los votantes ni el
resultado de las elecciones, por lo que el cuestionamiento
formulado en autos es abstracto y el Poder Judicial carece entonces- de facultades para resolverlo (cf. fs. 76 vta.).En cuanto al fondo de la controversia
expresa,
sintéticamente:
a)
que
el
artículo
54
de
la
Constitución Nacional es claro en cuanto a que las bancas se
asignan a los partidos políticos o alianzas electorales (cf.
fs. 77); b) que su representado tiene una identidad propia
absolutamente diferenciada del AFrente para la Victoria@ (cf.
fs. 78); c) que se trata de dos agrupaciones claramente
distintas,
habilitadas
para
presentar
sus
propias
candidaturas (cf. fs. cit.); d) que solo uno de los cuatro
candidatos del mencionado frente -el señor José Pampuro- es
afiliado al APartido Justicialista@ del distrito Buenos Aires,
respecto
de
cuya
conducta
se
expedirá
oportunamente
el
tribunal de disciplina partidario (cf. fs. 77 vta.); e) que
de ninguna manera se está ante un ardid o maniobra para
alzarse con las tres bancas que se ponen a consideración del
electorado (cf. fs. 80) .Finalmente, manifiesta que es de público
conocimiento que en el seno del partido que representa Ase ha
producido una situación traumática [...] que implicó que
algunos de sus afiliados hayan orientado su accionar político
integrando otra fuerza@ (cf. fs. 80 vta.), y que suponer que
el conflicto que se hace público es una actuación concertada
con el propósito de sustraerle las bancas a la oposición,
constituye una interpretación errónea de la situación (cf.
fs. cit.). En todo caso, concluye, Ael hecho de que una misma
ideología se exprese a través de dos partidos distintos,
cuando sus integrantes no pueden compartir el mismo espacio
político, no lesiona el art. 54 de la Constitución Nacional@
(cf. fs. 81).-
A
fs.
90/91
emite
dictamen
el
señor
fiscal electoral actuante en esta instancia, quien estima que
debe confirmarse la resolución apelada.A fs. 93/104 vta. se agregan -como medida
para mejor proveer (art. 68, ley 23.298)- copia de las
resoluciones de registro y oficialización de las candidaturas
senatoriales de las agrupaciones demandadas (art. 61, decreto
292/05 y art. 61 del Código Electoral Nacional). De ellas, se
desprende que el AFrente para la Victoria@ participará en los
próximos comicios legislativos con la nómina de candidatos
impugnada en estos autos (cfr. fs. 93/97 vta.), y que el
APartido Justicialista@ llevará la lista que registró en los
términos
del
art.
61
del
decreto
292/05,
integrando
la
alianza AFrente Justicialista@ (cfr. fs. 98/104 vta.).21) Que inicialmente deben considerarse
las objeciones del representante del APartido Justicialista@
dirigidas
a
cuestionar
la
admisibilidad
de
la
acción
intentada (cf. fs. 75/76 vta.) con sustento en que, atento a
la
impredecibilidad
del
resultado
controversia planteada sería prematura
de
los
comicios,
la
-Ay por ende, en este
momento, abstracta@ (cf. fs. 75)-, ya que el perjuicio para
la accionante solo podría nacer recién el 23 de octubre,
transcurrido el acto electoral, cuando se conozca Acuál de
los partidos obtuvo la mayoría de votos y quien le sigue en
número para determinar a cuál de ellos se le adjudican dos
bancas de senadores, y a cuál una@ (cf. fs. 75/76).Si
bien
es
cierto
que
el
gravamen
concreto que se alega en estos autos solo se verificaría en
el caso en que los partidos demandados resulten ser los dos
primeros más votados y la agrupación que representan los
actores la que les siga en número de votos, no lo es menos
que
para
que
exista
esa
posibilidad
debe
primeramente
reconocersele validez a la oficialización de las nóminas
registradas
por
aquellos
partidos
en
el
marco
de
las
elecciones internas abiertas simultáneas (art. 29 bis ley
23.298 y art. 61 in fine y cc. del Dto. 292/05), cuya
legalidad es objeto de controversia en la causa.Es menester recordar que las acciones que
nacen de la violación o incumplimiento de las normas de la
Ley Orgánica de los Partidos Políticos pueden iniciarse por
denuncia de una agrupación política (Ley 19.108 modif. por
ley 19.277, art. 13, ap. I), y aun de oficio por los jueces
(cf. art. 13, ap. II, ley cit.), por lo que frente a la
alegación en cuanto a que los demandados habrían infringido
el proceso de selección de candidaturas previsto en la ley
23.298 -modif. por ley 25.611- (cfr. fs. 4, 8 y 19) el juez
no podía soslayar su intervención en cumplimiento de lo
dispuesto por la legislación vigente y en virtud de las
atribuciones que le competen en los términos del art. 61 de
la ley citada -de orden público (art. 51)- en pos del control
de las obligaciones regladas con respecto a los partidos y
sus candidatos (cf. Fallo 2652/99 CNE).31) Que en diversas oportunidades se ha
explicado que los ciudadanos tienen -a través del sufragio,
que representa la base de la organización del poder- el
derecho de formar parte del cuerpo electoral y, de ese modo,
constituir directa o indirectamente a las autoridades de la
Nación (cf. Fallos 319:1645 y 2700 -disidencia del juez Fayty 325:524).Por ello, la instancia de oficialización
judicial de los candidatos reviste especial trascendencia
dentro del proceso electoral, pues el sistema está articulado
teniendo
como
finalidad
última
y
suprema
resguardar
la
manifestación segura e indubitable de la voluntad del elector
(cf.
Fallos
confiriendole
CNE
2321/97
certeza
y
tanto
a
3196/03,
entre
otros),
él
a
propios
como
los
candidatos (cf. Fallos CNE 467/87 y 468/87).En la especie, no es difícil advertir las
graves
consecuencias
que
resultarían
de
una
falta
de
pronunciamiento en esta instancia respecto de la viabilidad
de la participación que se impugna, toda vez que se estaría
admitiendo
que
se
presentara
al
electorado
una
opción
política cuestionada que podría luego ser dejada sin efecto.
Y el Tribunal no puede en modo alguno crear una situación que
origine tal posibilidad, pues frente al interés particular de
las partes debe priorizar el interés político general (cf.
arg. Fallos CNE 227/85, 1059/91, 1908/95, 3194/03 y
entre
otros).Cabe señalar, a fin de despejar cualquier
eventual
confusión,
que
difieren
sustancialmente
las
de
circunstancias
las
que
del
culminaron
presente
con
el
pronunciamiento que se registra con el número 2984/01 CNE estrechamente vinculado a la cuestión planteada, como luego
se verá- dictado en una causa originada con posterioridad a
la realización del acto electoral, ya que -a más de no
haberse impugnado en esa oportunidad la legalidad de la
participación de ninguna agrupación política- no existió,
antes de los comicios, como sí ocurre en el caso, recurso
alguno que habilitara la jurisdicción del Tribunal en los
términos
de
(modificada
Electoral
la
por
ley
ley
Nacional
orgánica
N1
19.277,
(art.
51);
de
su
art.
lo
creación,
51),
cual
fue
y
del
19.108
Código
expresamente
destacado al resolverse sobre la admisibilidad del recurso
extraordinario por el que se cuestionó el precedente de
referencia (cf. Fallo 2997/01 CNE).41) Que es menester, entonces, abordar
ahora el fondo de la cuestión planteada.En primer término, debe señalarse que no
se encuentra en discusión que las dos agrupaciones políticas
demandadas en estas actuaciones se hallan investidas de
competencia para postular candidatos a senadores nacionales
(artículos 38 y 54 de la Constitución Nacional y art. 21 de
la ley 23.298). Cuestión ésta que no podría ser válidamente
controvertida, toda vez que el APartido Justicialista@ del
distrito de Buenos Aires cuenta con personalidad jurídico
política vigente en los términos de la ley 23.298 (arts. 11,
31 y cc.), y el AFrente para la Victoria@ es una alianza
transitoria también reconocida en el distrito de conformidad
con la legislación aplicable (cf. art. 10 y cc. de la ley
cit. modif. por ley 25.611). Componen esta coalición los
partidos políticos ANueva Democracia@; APartido para la Acción
Nueva@; APartido de la Victoria@; APolo Social@; AMovimiento
H.A.C.E.R por Buenos Aires@ y AFrente Grande@ -estos dos
últimos incorporados con posterioridad al dictado de la
sentencia apelada-, los cuales actúan como tales desde el 28
de abril de 2003, el 2 de septiembre de 1997, el 25 de
febrero de 2003, el 29 de abril de 2003, el 30 de junio de
2005 y el 11 de noviembre de 1996, respectivamente (cf.
Registro General de Nombres, Símbolos, Emblemas y Números de
Identificación de los Partidos Políticos que lleva este
Tribunal -cf. art. 39 de la ley 23.298 y art. 4, inc. Ac@, de
la ley 19.108-).51) Que ello sentado, cabe hacer notar
que el cuestionamiento relativo al registro de algunos de los
candidatos de la alianza mencionada, sobre la base de que
pertenecen al APartido Justicialista@, no está dirigido a
objetar
la
aptitud
legal
de
aquélla
para
presentar
candidaturas extrapartidarias de conformidad con lo previsto
en
el
artículo
21
de
la
ley
23.298,
sino
a
fundar
el
argumento principal de la impugnación, según el cual la
coalición sería solo un medio con el cual Ael PJ conseguiría
evadir todo tipo de normas que lo obligan a realizar un
comicio
electoral
interno
para
dirimir
quiénes
son
sus
candidatos@ (cf. fs. 61) y a través del cual Atrata[ría] de
alzarse con [la] mayoría y minoría@ (cf. fs. 64).-
En tal sentido, expresan los apelantes
que Auna cosa es que un partido político pueda válidamente
constituir una alianza con otros [...] para presentar una
candidata
propia
[...]
y
otra
muy
diferente
es
crear
artificialmente una alianza [...] al solo efecto de simular
una
nueva
entidad
para
proponer
una
candidata
extrapartidaria@ (cf. fs. 61).Con tal fundamento se agravian de lo
afirmado en la sentencia apelada en el sentido de que las
agrupaciones demandadas son dos entidades distintas (cf. fs.
cit.), y refieren que tanto una como la otra encabezan sus
listas con candidatas que pertenecen a un mismo partido
político que no ha podido resolver una interna partidaria
(cf. fs. 63).61) Que a este respecto, no puede dejar
de señalarse -en primer término- que la candidata de la
alianza AFrente para la Victoria@ a que hacen referencia los
recurrentes no es afiliada al APartido Justicialista@ del
distrito
Buenos
Aires
(cf.
fs.
49
y
vta.)
y
que
una
afiliación a su similar de otro distrito no podría ser
opuesta para sostener lo contrario.En efecto, ya se ha precisado que en
tanto el derecho electoral argentino prevé exclusivamente la
afiliación de los ciudadanos a través de los partidos de
distrito (cf. arts. 23, inc. "a" de la ley 23.298 y 12,
II,"d" de la ley 19.108 y fallo CNE 495/83, entre otros),
quien se afilia lo hace únicamente al partido del distrito de
su domicilio, aun cuando aquél integre una agrupación de
orden nacional. Ello, por cuanto dicho partido es una persona
jurídica (art. 31 inc. "c") -con sus propias autoridades y
carta orgánica- distinta e independiente de sus similares de
otras unidades electorales con reconocimiento (cf. Fallos CNE
2194/96 y 2222/96).71) Que, de todos modos, invariablemente
se ha reconocido que la potestad que tienen los partidos y
las coaliciones de presentar candidaturas de ciudadanos no
afiliados (artículo 21, ley 23.298) comprende -sin límite en
cuanto a número o lugar en la lista- la de postular a
miembros de otra agrupación, incluso en el caso de que fueran
al mismo tiempo nominados por aquella a la que pertenecen.
Inveterada jurisprudencia (cf. Fallos 721/89; 751/89; 783/89;
2648/99;
2649/99;
2727/99;
2732/99;
2740/99;
2918/01;
2968/01; 2984/01, 2989/02 y Fallos 312:2192; 319:1647 y
326:1778) e innumerables oficializaciones de listas que no
dieron lugar a controversia judicial alguna dan cuenta de
esta
circunstancia,
que
no
escapa,
por
cierto,
al
conocimiento de los actores.81) Que en particular, en orden a la
elección de senadores nacionales, el caso que motivó el
dictado del ya mencionado Fallo 2984/01 CNE -confirmado
mediante pronunciamiento que los recurrentes no desconocen
(cf. fs. 63)- constituye una elocuente expresión de esta
arraigada interpretación.En efecto, tal precedente -en que se
precisó
el
alcance
del
artículo
54
de
la
Constitución
Nacional- tuvo su origen en la postulación como candidatos de
un partido de ciudadanos que, precisamente, integraban uno
diferente (cf. resultando 41 in fine).Ninguna relevancia determinante adquiere
el hecho de que tales postulantes fueran al mismo tiempo
nominados por el partido de su pertenencia -que es lo que
motivó la controversia- puesto que, como allí se estableció
(cf. consids. 32 a 35), las candidaturas son propias de cada
agrupación que las registra.91) Que, por otra parte -y en afín orden
de ideas- ya ha resuelto el Tribunal que la circunstancia de
que autoridades de un partido político sean postuladas como
candidatos de una alianza electoral que aquél no integra, no
importa
que
indirectamente
significa
otra
dicho
partido
en
comicios,
los
cosa
que
la
intervenga
Atoda
vez
directa
que
participación
ello
de
ni
no
[tales
autoridades] en calidad de >extrapartidarios= en la nómina de
candidatos de la coalición@ (cf. Fallo 1420/92 CNE).101) Que de todo lo expuesto no cabe
concluir sino que la integración de la lista de la alianza
AFrente para la Victoria@ con candidaturas extrapartidarias,
una de las cuales corresponde a un afiliado al APartido
Justicialista@ del distrito de Buenos Aires -puesto que los
restantes no están afiliados a ningún partido en el distrito
(cf. fs. 49 y vta.)- no puede ser jurídicamente objetada.La decisión de un ciudadano de postularse
como candidato de una agrupación distinta de aquella a la que
se encuentra afiliado constituye una conducta que puede ser
eventualmente materia de consideración en el seno del partido
al que pertenece, pero que no puede dar lugar, en este
estado, a cuestionamiento judicial alguno. Cabe destacar, por
otra parte, lo afirmado en tal sentido por el apoderado del
APartido Justicialista@, al señalar que su representado no
solo no le ha otorgado mandato al afiliado que fue nominado
por el AFrente para la Victoria@ sino que su comportamiento
configura -según lo previsto en la Carta Orgánica- una grave
inconducta
partidaria,
a
cuyo
respecto
oportunamente
se
expedirá el Tribunal de Disciplina (cf. fs. 78 vta.).111) Que siendo el APartido Justicialista@
y el AFrente para la Victoria@ dos agrupaciones investidas de
competencia para la postulación de candidaturas senatoriales
(cf. consid.
41), y no pudiendo válidamente objetarse la
oficialización
de
la
lista
registrada
por
el
frente
mencionado (cf. consid. 10), la legalidad de la participación
de las agrupaciones demandadas no puede -entonces- ser puesta
en duda. Sin perjuicio de que ello bastaría para confirmar la
sentencia
apelada,
cabe
asimismo
formular
otras
consideraciones que conducen a idéntica conclusión.Como resulta de los agravios transcriptos
en
el
considerando
51,
los
recurrentes
cuestionan,
en
definitiva, que la participación electoral de la alianza
AFrente para la Victoria@ sea Areal@; en el entendimiento de
que se trataría de un artificio o simulación (cf. fs. 61 y
64)
que
ocultaría
la
verdadera
intención
del
APartido
Justicialista@, de evadir el proceso legal de selección
interna de sus candidaturas y de acceder -en su nombre, y por
vía de la coalición- a las tres bancas que en el Senado de la
Nación le corresponden la representación de la provincia de
Buenos Aires.121) Que en el ámbito del derecho existe
simulación cuando Ase encubre el carácter jurídico de un acto
bajo la apariencia de otro (artículo 955 del Código Civil)
para producir el aspecto de uno que no existe o es distinto
de aquél que realmente se ha llevado a cabo@ (cf. Fallo
3374/04 CNE; y Ferrara, Francisco, ALa simulación de los
negocios jurídicos (Actos y Contratos)@, Madrid, 1926, p. 74;
Belluscio-Zannoni, ACódigo Civil...@, t. IV, 1982, Ed. Astrea,
p. 386 y ss.; Messineo, Francesco, AManual de Derecho Civil y
Comercial@, t. II, 1971, Ed. Ejea, p. 446 y ss.; Salvat-López
Olaciregui, ADerecho Civil Argentino
Parte General@, t. II,
1964, Ed. Tea, p. 670, n1 2508).De
tal
forma,
coexisten
dos
planos
distintos: uno visible exteriorizado por el negocio simulado
y otro oculto representado por el acuerdo simulatorio (cf.
Compagnucci de Caso, Rubén, AActualidad en la jurisprudencia
sobre simulación, LL 1999-F-955; Mosset-Iturraspe, Jorge,
ANegocios simulados, fraudulentos y fiduciarios@, t. I., 1974,
Ed. Ediar, p. 27 y ss. Y AContratos simulados y fraudulentos@,
t. I, 2001, Ed. Rubinzal-Culzoni, p. 43 y ss.).El
contenido
del
acuerdo
simulatorio
consiste en establecer Acuál sea el alcance jurídico efectivo
que deben tener las declaraciones de voluntad, emitidas
simultánea o sucesivamente por las partes@; alcance jurídico
que,
de
cualquier
manera,
es
diverso
del
que
esas
declaraciones tendrían si se las considera en su tenor
literal y objetivo (cf. Messineo, Francesco, AManual de
Derecho Civil y Comercial@, t. II, 1971, Ed. Ejea, p. 447).Dicho acuerdo subyace entre las partes y
tiene por objeto no atribuir al acto los efectos que, por
naturaleza,
debe
producir
(cf.
Zannoni,
Eduardo
A.,
AIneficacia y nulidad de los actos jurídicos@, 2000, Ed.
Astrea, p. 351 y ss.).131)
Que
más
allá
de
que
no
se
ha
aportado a estos autos elemento alguno que autorice a tener
por acreditada la existencia de un acuerdo de la naturaleza
descripta, y que ni siquiera se ha definido cuáles serían las
partes que habrían convenido la simulación que se alega -vgr.
el APartido Justicialista@ con los candidatos del AFrente para
la Victoria@, para acceder a las tres bancas en juego; las
supuestas líneas internas del mencionado partido, para evadir
el proceso legal de selección de candidaturas, etc.- lo
cierto es que aun cuando se estuviera frente a un acto
complejo en el que todos los sujetos involucrados hubieran
acordado realizar la maniobra simulatoria -incluyendo a los
partidos que conforman la coalición-, no resultaría posible,
de todos modos, que la participación electoral del AFrente
para la Victoria@ generara una consecuencia diversa de la que
el orden jurídico determina.Ello, en mérito a lo que seguidamente ha
de verse.141) Que en la forma representativa de
gobierno
-consagrada
por
los
arts.
11
y
22
de
la
ley
fundamental- el pueblo, como entidad política, es la fuente
originaria de la soberanía. El modo de ponerla en ejercicio
es la elección de los representantes por el cuerpo electoral
(cf. Fallos 168:130; 310:819; 312:2192, disidencia del juez
Petracchi; 315:1399; 319:1645 y 2984/01, entre otros).Cuando el elector acude a votar lo hace
Aen virtud de una vocación que desciende de la Constitución,
y por consiguiente en virtud de un título otorgado y derivado
[...]. Del hecho de que el elector no tiene poder propio,
sino únicamente una competencia constitucional, resulta que
sólo puede ejercer esta competencia dentro de los límites y
bajo las condiciones que la misma Constitución ha determinado
[...] incluso si se supusiera teóricamente un acuerdo unánime
de todos los ciudadanos respecto de un punto determinado,
este acuerdo no formaría jurídicamente una voluntad estatal
si
no
se
ha
realizado
y
manifestado
en
las
formas
y
condiciones previstas por la Constitución@ (R. Carré de
Malberg, Teoría General del Estado -versión española de José
L. Depetre-, Ed. Fondo de Cultura Económica, Pánuco, 63,
México, pág. 1114 y sig.)@ (cf. Fallo 2984/01 CNE).151)
Que
los
sistemas
electorales
pretenden traducir la intención del cuerpo electoral -que se
declara por medio del ejercicio del sufragio-al ámbito del
poder del Estado, por aplicación de ciertas pautas genéricas
o específicas de reducción de las voluntades individuales
(Fallos 317:1195, voto del juez Fayt y Fallo 2984/01 CNE).En lo que se refiere a la integración del
Senado Nacional, la propia Constitución establece el sistema
aplicable,
al
disponer
que
esa
cámara
del
Congreso
Ase
compondrá de tres senadores por cada provincia y tres por la
ciudad de Buenos Aires, elegidos en forma directa y conjunta,
correspondiendo dos bancas al partido político que obtenga el
mayor número de votos, y la restante al partido político que
le siga en número de votos@ (artículo 54).161)
Que
la
previsión
constitucional
asigna indudable prevalencia de los partidos políticos sobre
las listas de candidatos. Esto -que no se ha controvertido en
autos-, ya fue resuelto por el Tribunal mediante Fallo
2984/01 CNE -anteriormente aludido-, en el que se estableció
que la norma de referencia obsta a que los votos obtenidos
por agrupaciones diferentes que participan en los comicios
con una idéntica lista de candidatos puedan sumarse en favor
de los nominados.Se explicó allí, en sustancial síntesis,
que Ala Constitución Nacional y la ley, al establecer que
resultarán electos los dos candidatos de la lista postulada
por el partido o alianza electoral que haya obtenido la
mayoría de votos y el primero de la del partido político que
le siga en número de votos, exige que el escrutinio deba
realizarse
por
agrupación
política
individualmente
considerada@ (cf. consid. 51).Se distinguió ese supuesto del reglado
para la elección de diputados nacionales, destacándose que
para este último Ael Código Electoral Nacional adoptó el
sistema denominado D'Hondt, dando exclusiva prevalencia a las
listas de candidatos oficializadas, sin mencionar para nada a
los partidos [...][por lo que] el escrutinio se practica por
lista@ (cf. consid. 38). APara los senadores nacionales, por
el contrario, el artículo 54 de la Constitución Nacional y su
reglamentario (art. 157 Código Electoral Nacional) establecen
que resultarán electos los dos titulares correspondientes a
la lista del partido o alianza electoral que obtuviere la
mayoría de los votos emitidos y el primero de la lista
siguiente en cantidad de votos, se trata pues de un sistema
de lista incompleta por partido@ (cf. consid. cit.).Se
concluyó,
finalmente,
que
Ael
rol
asignado por el art. 54 de la ley fundamental a los partidos
políticos -reconocidos [...] como uno de los vehículos de la
manifestación
elección
carácter
de
de
de
voluntad
senadores
del
cuerpo
nacionales
instituciones
es
electoralcompatible
fundamentales
del
en
la
con
el
sistema
democrático que les reconoce el nuevo art. 38 y en nada
altera los principios que dan vida al federalismo argentino@
(cf. consid. 46).Esta interpretación fue, por lo demás,
confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación (cf.
Fallos 326:1778), que señaló que Aen materia de elección de
senadores nacionales, fue intención del constituyente asignar
las bancas de ese cuerpo a los partidos políticos@ (cf.
consid. 131).171)
Que,
en
síntesis,
conforme
el
sistema electoral establecido en la Constitución Nacional,
las bancas en el Senado de la Nación no se asignan a
candidaturas personales sino a las agrupaciones políticas que
obtengan las dos primeras mayorías relativas de sufragios
(cf.
Bidart
candidato
Campos,
más
Germán
votado?
Un
J.,
más
A)Partido
dilema
para
la
votado
o
democracia
electoral@, L.L., t. 2002-B, p. 1233/4), puesto que es a
través
de
éstas
ordenamiento
y
no
decidió
de
los
canalizar
candidatos
la
que
nuestro
representación
de
la
voluntad popular (cf. Fallos 326:1778, consid. 13, in fine).En el caso de una alianza transitoria,
las bancas logradas deben considerarse obtenidas por los
partidos que la conformaron (cf. arg. Fallos CNE 1584/93;
1593/93; 1585/93; 2669/99, 2916/01, entre otros).181) Que lo expuesto en los considerandos
que
anteceden
evidencia
que
-como
se
dijo-
no
es
jurídicamente posible que con la intervención de la alianza
AFrente
para
legislativos
la
pueda
Victoria@
simularse
en
los
próximos
comicios
un
acto
diferente
del
que
resulta de los propios términos de esa participación. De
obtener dicha agrupación la primera o la segunda mayoría de
los
votos
emitidos,
la
banca
o
las
bancas
que
logre
corresponderán necesariamente a los partidos que la integran
y
no
podrían
considerarse
asignadas
al
APartido
[email protected] principio de la soberanía popular, que
se ejerce mediante la elección de los representantes por el
cuerpo electoral, únicamente a través de los mecanismos
previstos en las normas vigentes (cf. consid. 14), obsta a
que la imputación de la representación al ámbito del poder
del Estado (cf. consid. 15 a 17) pueda verse afectada por
supuestos acuerdos de partes, que -de existir- habrán de
permanecer dentro del campo de la reserva mental o de las
intencionalidades exclusivamente subjetivas y, por tanto,
ajenas al ámbito de lo jurídico.Suponer
desconocer
que
las
normas
lo
contrario
imperativas
que
importaría
regulan
los
comicios no pueden ser dejadas de lado -tanto menos por
convenio de partes (cf. Fallo 2984/01 CNE y doctr. allí
cit.)- en virtud de que en toda elección en la que se decide
la representación del pueblo para integrar las instituciones
de la república se encuentra en juego el interés de la
Nación, lo cual torna las cuestiones en debate indisponibles
para las agrupaciones políticas y sus candidatos (cf. Fallo
cit.).191)
Que
lo
expuesto
es
suficiente,
asimismo, para desestimar lo argumentado respecto de la
violación
del
candidaturas
proceso
por
el
legal
APartido
de
selección
Justicialista@,
interna
ya
que
de
son
únicamente los candidatos que registró a los fines de su
oficialización en los términos del artículo 60 del Código
Electoral Nacional (artículo 61, decreto 292/2005) los que
representarán
boletas
de
al
partido
sufragio
de
-mediante
la
alianza
su
inclusión
que
integra-
en
en
las
la
contienda electoral.Sin perjuicio de ello, no puede dejar de
destacarse que el referido planteo, sustentado en que Adentro
del peronismo no existió acuerdo entre las facciones que lo
componen@ (cf. fs. 64) es ciertamente contradictorio con
aquel según el cual la pretensión del APartido Justicialista@
consistiría en obtener la totalidad de la representación
política de la provincia de Buenos Aires en el Senado de la
Nación (cf. fs. 63). Ello, toda vez que lo primero supone un
desacuerdo real en el seno de la agrupación, mientras que lo
segundo -por el contrario- da por sentado la existencia de un
acuerdo simulatorio tendiente a vulnerar el sistema electoral
previsto en el art. 54 de la Constitución Nacional, el cual como se vio- de existir, carecería de toda virtualidad
jurídica.201) Que más allá de lo antedicho, y de
que las circunstancias del caso difieren sustancialmente del
invocado por el a quo respecto de la participación del
APartido Justicialista@ en los comicios presidenciales de 2003
bajo la figura de lo que dio en llamarse Aneo-lemas@ -cuestión
sobre
la
que
pronunciarse-
este
no
Tribunal
puede
nunca
tampoco
tuvo
dejar
de
oportunidad
de
advertirse
la
actuación
que
en
tal
caso
cumplió
el
para
AFrente
la
Victoria@, -integrado, como el que aquí se presenta, por el
partido del que deriva su nombre (APartido de la Victoria@)la cual, a más de que podría autorizar a presumir la génesis
de una fuerza política escindida de aquel partido, permite al menos- verificar un desenvolvimiento significativo en su
rol
de
intermediación
entre
el
cuerpo
electoral
y
los
representantes, suficiente para descartar su constitución con
meros fines simulatorios como alegan los recurrentes. Tal
actuación, en efecto, constituye un precedente que no cabe
obviar aquí, pese a los serios reparos que puede merecer la
modalidad de participación a que se ha hecho alusión.211) Que, por otra parte, sin perjuicio
de que no es objeto de debate ni se encuentra acreditado en
estas
actuaciones
miembros
de
si
dicha
alguno
o
agrupación
algunos
de
constituyen
los
o
partidos
no
grupos
escindidos del APartido Justicialista@ -lo cual carece de
relevancia para la resolución del caso-, cabe hacer notar, no
obstante, que el texto constitucional establece la elección
de los senadores nacionales por voto directo, universal,
igual, secreto
y obligatorio (artículos 37 y 54 de la ley
fundamental) conforme a un criterio pluripartidista, según el
cual
al
Senado
deben
acceder
los
dos
titulares
correspondientes a la lista del partido o alianza electoral
que obtuviere la mayoría de los votos emitidos y el primero
de
la
lista
de
la
sufragios obtenidos.-
agrupación
que
siga
en
cantidad
de
Ello
implica
que
el
criterio
de
representación de mayoría y -primera- minoría se impone para
convertir
los
autorizaría
a
votos
en
excluir
escaños,
de
la
pero
en
competencia
modo
alguno
electoral
a
agrupaciones que por ser desprendimientos de otras pudieran
compartir con éstas un origen ideológico o una concepción
filosófico-política común.Por el contrario, la ley 23.298 contempla
el otorgamiento de la personalidad jurídica como partido
político a las fracciones que se independizan de uno ya
reconocido, estableciendo solo una restricción más intensa al
principio de la libre elección del nombre (cf. art. 16, in
fine, de la ley 23.298) en procura de evitar la captación
indebida de adherentes y la confusión a que pudiera dar lugar
-en el cuerpo electoral- la utilización total o parcial de la
denominación con que se identifica la agrupación de origen.221)
posible
abstraerse
instituciones
que
Que
de
los
en
la
llegado
este
esenciales
presente
punto,
no
es
principios
e
causa
aparecen
involucrados.Como se advierte de lo que hasta aquí fue
objeto de tratamiento, la materia en examen comprende -en
conexión
con
la
tutela
jurisdiccional
del
principio
de
normalidad funcional de los partidos políticos- aspectos
axiales de la forma representativa de gobierno, que se
vinculan, en última instancia, con la legitimidad de los
títulos de aquellos que tienen la carga de conducir los
destinos de la Nación.231) Que la representación política es,
en clásica definición, una relación social por la que la
acción de un partícipe se imputa a los demás (cf. Weber, Max,
Economía y Sociedad, 3era. reimpresión, México, 1977, t. III,
p. 46).La ley fundamental determina quiénes y
bajo
qué
condiciones
tienen
derecho
a
gobernar.
Su
investidura proviene de la Constitución y de las leyes que
confieren legitimidad a sus actos en virtud de la forma en
que han sido designados y las funciones que desempeñan. La
legitimidad se refiere, por esencia, a la investidura. La
representación, por consiguiente, es la situación objetiva
por la que la acción de los gobernantes se imputa a los
gobernados (cf. Fayt, Carlos S., ASufragio y Representación
Política@, Bibliográfica Omeba, Bs. As., 1963, p. 91).241) Que tradicionalmente se ha definido
como Alegitimidad de origen@ a lo que al título del gobernante
se refiere. Depende concretamente del derecho positivo de
cada estado, como que consiste en el acceso al poder mediante
las
vías
o
los
procedimientos
que
ese
derecho
tiene
preestablecidos (cf. Bidart Campos, Germán J., AManual de la
Constitución Reformada@, EDIAR, Bs. As., 2001, T. I, p.
425).Se distingue, así, de lo que ha dado en
llamarse Alegitimidad de ejercicio@, que se refiere al modo en
que ese poder se ejerce (cf. ob. cit. p. 426). Cuando una
autoridad con legitimación de origen se desvía de su propio
fin natural pierde su legitimidad de ejercicio (cf. Bidegain,
Carlos María, ACuadernos del Curso de Derecho Constitucional@,
Abeledo-Perrot, Bs. As., 1979, t. II, p. 105).Desde otra perspectiva, también se ha
recurrido a la clásica distinción entre legitimidad de origen
y
legitimidad
de
ejercicio,
para
explicar
que
los
representantes encuentran legitimidad de origen en las leyes
electorales y procedimientos de acceso al poder; en tanto que
la legitimidad de ejercicio depende del grado de aceptación
que tengan los ciudadanos sobre los actos de los gobernantes
(cf. De Vega García, Pedro, ALegitimidad y Representación en
la Crisis de la Democracia Actual@, Working Papers, Instituto
de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autónoma de
Barcelona, Núm 141/98).251) Que en nuestra forma de gobierno el
carácter representativo de las autoridades depende de que su
designación haya tenido o no origen en las elecciones (Fallos
312:2192 y 319:1645, entre otros). Se ha definido, así, a la
democracia como el Arégimen en el cual los gobernantes son
escogidos
por
sinceras
y
los
gobernados,
libres@
(Maurice
por
medio
Duverger,
de
ALos
elecciones
partidos
políticos@, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1957, p.
376).En afín orden de ideas, ha destacado el
Tribunal que los procesos electorales dan vigencia efectiva a
los artículos 11, 22, 33, 37, 46 y 81 de la Constitución
Nacional (cf. Fallos CNE 751/89, 2648/99, 2649/99 y 3451/05),
y que el pronunciamiento del poder electoral del pueblo es lo
que proporciona legitimidad a los gobernantes (cf. Fallos CNE
751/89, 2378/98, 2401/98, 2648/99 y 2649/99).261) Que respecto de la verificación de
ese proceso de imputación de la representación, los sistemas
institucionales
contemporáneos
han
definido
un
régimen
compuesto de una doble vía. Por una parte, lo que se refiere
a la evaluación estrictamente política -la cual integró desde
tiempos inmemoriales el devenir de las instituciones- y por
la otra, la revisión técnica de la justicia intrínseca de la
imputación de esos poderes, de conformidad al plexo normativo
electoral. Legislación que no es otra cosa mas que una
expresión de la voluntad general (cf. Fallos 317:1469, voto
de los jueces Fayt y Boggiano, y Fallos CNE 3196/03 y
3303/04, entre otros).A
este
último
proceso
buscó
darse
respuesta con la creación de la justicia electoral (cf.
Fallos cit.).271) Que la incorporación legislativa de
las atribuciones del Poder Judicial en la realización de los
comicios significó un singular avance del estado de derecho
(cf. Fallos 317:1469, voto de los jueces Fayt y Boggiano, y
Fallos CNE 3196/03 y 3303/04, entre otros), puesto que los
jueces representan la máxima garantía de imparcialidad que
ofrece la estructura del Estado (cf. Fallo 3533/05 CNE).281) Que, en tal sentido, se explicó (cf.
Fallo cit., consid. 81) que en tanto son los encargados de
asegurar la necesaria primacía de la verdad jurídica objetiva
(cf. Fallos 284:375; 315:490 y 2625, disidencias del juez
Fayt)- la intervención de los jueces resulta indispensable
para observar y custodiar la transparencia en la génesis del
reconocimiento de los poderes vinculantes derivados de la
imputación
de
la
representación
política
(cf.
Fallos
317:1469, voto de los jueces Fayt y Boggiano, considerando
151).Se añadió, asimismo, que los tribunales
de
justicia
genuinidad
son
del
los
únicos
sistema,
que
pueden
Acontrolando
garantizar
todo
el
la
proceso
democrático de formación y expresión de la voluntad política
del pueblo -que se inicia con la organización de los partidos
políticos, prosigue con la selección interna de candidatos y
culmina con la realización de comicios destinados a elegir
autoridades
nacionales
(cf.
González
Roura,
Felipe,
ALa
justicia nacional electoral@, E.D. -1986- 117:826, página
830)-, asegurando -a su vez- su subsistencia pues si ésta se
cuestionase, lo que estaría puesto en duda sería entonces la
propia legitimidad del proceso, su carácter democrático y
representativo (cf. Santolaya Machetti, Pablo, AManual de
Procedimiento Electoral@, 41 edición, Ed. de la Secretaría
Gral. Técnica del Ministerio del Interior de España, Madrid,
1999, página 38)@ (cf. Fallo 3533/05, consid. 91).291) Que en la actualidad los jueces
electorales
tienen
a
su
cargo
todo
lo
relativo
a
la
organización, dirección y control de los procesos comiciales,
entendidos como el conjunto de actos regulados jurídicamente
y dirigidos a posibilitar la auténtica expresión de la
voluntad política del pueblo. Así -entre otras atribucionesconfeccionan las listas de electores (cf. artículos 25, 26,
29 y 30 del Código Electoral Nacional); atienden los reclamos
o
impugnaciones
que
-por
errores
u
omisiones-
pueden
presentarse (cf. artículos 27, 28 y 33); designan los lugares
donde se ubicarán las mesas de votación (cf. artículo 77), y
oficializan las listas de candidatos (cf. artículos 60 y 61).
Integrando las juntas electorales nacionales (cf. artículo
49), nombran las autoridades de mesa (cf. artículo 65);
oficializan y aprueban los modelos de boletas (cf. artículos
62 a 64); distribuyen la documentación y útiles necesarios
para los comicios (cf. artículo 66); realizan el escrutinio
definitivo (cf. artículos 112 y ccdtes.); resuelven los
reclamos y protestas que versen sobre la constitución y
funcionamiento de las mesas (cf. artículos 110 y 111); pueden
declarar la nulidad de las elecciones realizadas en una o
varias
mesas
(cf.
artículos
114
y
115),
requerir
la
convocatoria a elecciones complementarias (cf. artículo 116)
y proclaman, en su caso, a los que resultaren electos (cf.
artículo 122).301)
Que,
en
suma,
la
intervención
judicial garantiza la validez de los actos que constituyen la
causa jurídica de legitimidad respecto de los títulos -vale
decir, el antecedente necesario e inmediato para la asunción
de los electos (cf. arg. Fallos 2979/01 CNE)- mediante el
cumplimiento estricto de lo que se ha dado en llamar el
Adebido proceso electoral@, como una garantía innominada de la
representación política o de los derechos electorales que
sirven de fundamento jurídico de la democracia representativa
(cf. Fallos 317:1468 y Fallos CNE 2979/01, 3275/03, 3220/03,
entre otros).311) Que ningún otro alcance reviste el
pronunciamiento que en la presente causa corresponde emitir,
referido -precisamente- a uno de los aspectos que hacen a la
legitimidad
del
título
de
quienes
eventualmente
puedan
resultar proclamados en virtud de su participación electoral
a través de las agrupaciones políticas demandadas.Resulta así -acorde con lo dicho en torno
de la simulación que se alega (cf. consid. 18)- que la
conjetura relacionada con el carácter verdadero o ficticio de
la Afractura@ interna del APartido Justicialista@ (cf. fs.
59/60) carece de toda virtualidad para la resolución del
caso, puesto que el comportamiento político posterior de
quienes puedan resultar electos por la alianza AFrente para
la
Victoria@
-el
cual
no
puede
predecirse
y
atañería,
eventualmente, a la legitimidad de ejercicio- incumbe al modo
en que la imputación de la representación encuentra forma de
expresión y no a la transparencia en la génesis de su
reconocimiento (cf. arg. Fallos 317:1469, voto de los jueces
Fayt y Boggiano, consid. 15).321)
Que
lo
expuesto
hasta
aquí
no
importa efectuar un examen valorativo de las normas que
regulan la actividad de los partidos políticos en nuestro
medio, pues los resultados de su aplicación
-que, por lo
demás, no son su consecuencia necesaria- podrían aconsejar
soluciones diversas cuya formulación escapa a las facultades
que poseen los tribunales para resolver los casos sometidos a
su jurisdicción.La decisión que aquí se adopta en modo
alguno constituye una deducción lógica restringida, ni un
mero apego a la letra de la ley que pudiera considerarse un
excesivo ritualismo formal. Por el contrario, la misión de
los jueces es dar pleno efecto a las normas vigentes sin
sustituir al legislador ni juzgar sobre el mero acierto o
conveniencia de disposiciones adoptadas por aquél en el
ejercicio
de
sus
propias
facultades
(Fallos
304:1007;
305:538; 308:1745; 321:2010, entre muchos otros).Como desde antiguo se nos ha enseñado, en
la forma de gobierno adoptada por nuestra Constitución, tan
peligrosa como la falta de control jurisdiccional es la
extralimitación de ese control (cf. Fallos 243:466, voto de
los jueces Araoz de Lamadrid y Oyhanarte), y la Justicia Ano
ha de ser eco de las pasiones individuales o colectivas del
momento para dar fallos fundados al margen del derecho@ (cf.
Fallos cit., voto del juez Boffi Boggero).En la especie, nada puede llevar a una
interpretación
que
importe
desconocer
la
personalidad
jurídico-política de dos agrupaciones reconocidas en los
términos de la legislación vigente, y habilitadas para la
postulación
de
las
candidaturas
que
proponen,
cuya
intervención en los comicios no puede tener otro resultado
que el claramente fijado por el constituyente en el artículo
54 de la ley fundamental, según el cual las bancas en el
Senado
de
la
Nación
se
adjudican
a
los
partidos,
confederaciones o alianzas que participan en la contienda
electoral, más allá de la influencia que pueda tener -en la
formación
de
voluntad
del
elector-
la
figura
de
los
candidatos incluídos en sus nóminas.En mérito de lo expuesto, oído el señor
Fiscal actuante en la instancia, la Cámara Nacional Electoral
RESUELVE: confirmar la resolución apelada.Regístrese, notifíquese y vuelvan los
autos al juzgado de origen. RODOLFO E. MUNNE - ALBERTO R.
DALLA VIA - SANTIAGO H. CORCUERA - FELIPE GONZALEZ ROURA
(Secretario).-
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