¿Elección de Estado? Juan Poom Medina*

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¿Elección de Estado?
Juan Poom Medina*
De último momento, guardé la opinión reservada para este día, y cambié el tema de esta
colaboración tomando en cuenta una entrevista que di a un medio electrónico sobre mi
perspectiva del proceso electoral local. El reportero tituló “Intervendrá el Estado en
elección sonorense”. No es necesario aclarar nada, soy un convencido de que la labor de
quienes tenemos espacios en los medios es contribuir al debate, a la crítica constructiva
y al mejoramiento de los valores democráticos.
Sin embargo, me parece que podemos profundizar sobre las características del proceso
electoral que está en marcha a partir de los nuevos datos. No se trata de golpetear a
nadie, ni de generar imaginarios negativos sobre los actores políticos o de criticar por el
sencillo hecho de hacerlo. Tampoco de opinar por opinar. Estos son tiempos de poner
en marcha nuestra responsabilidad frente a los asuntos públicos y buscar crear las
condiciones para hacernos entender propositivamente.
Por lo mismo, no me queda duda de que estas elecciones son especiales debido al
escenario de alta competitividad que la entidad vive en el plano político. Nunca como
hoy se había visto que los márgenes de victoria entre los partidos políticos fueran tan
cerrados en los distintos ruedos políticos: distritos locales y ayuntamientos. Por lo
mismo, no es casualidad que el Estado o sistema (si atendemos a la categoría analítica
de teoría política) busque implementar los mecanismos para lograr la continuidad en la
dirección política y administrativa de la entidad. Incluso eso es justificado en la medida
en que legalmente el PRI (como partido en el gobierno) es un partido político que
participa en la contienda.
Incluso, se ha probado que en otras entidades que han logrado la alternancia, el PAN y el
PRD también han buscado implementar mecanismos para obtener la continuidad. De ahí
surge la pregunta sobre si eso es realmente una elección de Estado. Es decir, si no es
exagerado advertir que la elección constitucional del 5 de julio próximo será una
elección de Estado como las que se vivieron en México durante el ya clásico periodo de
hegemonía de un partido. Cómo no recordar la distinción que nos hizo llegar desde
Europa el viejo sabio Giovanni Sartori cuando nos señaló a los mexicanos que había
partidos de Estado y partidos hegemónicos, además que el PRI se clasificaba entre estos
últimos. También que desde la hegemonía de partido se podían gestar elecciones de
Estado porque justo la hegemonía permitía considerar a la oposición como “partidos
satélites” que aunque aspiraban a la presidencia o gubernaturas, no tenían la más remota
posibilidad de ganar.
El asunto es que esta elección sonorense es distinta. Hay muchas posibilidades de que
haya alternancia, pero también es alta la probabilidad de que se presente continuidad en
la conducción del Estado. Y ahí es donde se abren las “grietas” por dónde profundizar
para entender el papel que juega el Estado en este momento, a través de las acciones que
se realizaron y se están realizando con la promoción de obras públicas, con las
renuncias de funcionarios que fueron estratégicos en el gabinete y que ahora operan en
la campaña, con los recursos públicos utilizados desde las precampañas, y ahora en las
campañas, a través de la elección de consejeros electorales de bajo perfil, buscando
mantener el control del órgano electoral, es decir, acciones que se fueron trabajando,
muchas de ellas corroboradas por algunos operadores políticos que actualmente están
trabajan en las campañas en los distintos partidos.
Pero, insisto, eso es diferente a una elección de Estado tal como la teoría nos sugiere
conceptualmente. Ahora bien, si debemos aclarar que el Estado tiene las “manos dentro
del proceso electoral” ese tema no es una novedad; desde hace mucho tiempo sabemos
que al gobernador le interesa la continuidad y ha sacrificado a cuadros importantes de su
mismo partido para conseguir que el proceso camine como él lo está pensando.
Pero aunque es necesario monitorear la participación del Estado y las acciones de los
partidos políticos en esta contienda, en este caso, lo que a los ciudadanos nos debe
preocupar más de fondo es que el proceso se realice de manera transparente, civilizado,
que se respete el voto, que el árbitro electoral asuma el reto imparcialmente, y que se
asuman las derrotas y victorias sin romper el orden público.
Debate del CEE
El miércoles 29 de abril, fue el primer debate organizado por el CEE con todos los
candidatos confirmados. La próxima semana hablaremos sobre el tema.
*Profesor-investigador del Programa de Estudios Políticos y Gestión Pública de El
Colegio de Sonora, [email protected]
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