triduo 2016 - JuvenilTOR

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Pastoral Juvenil Vocacional Franciscanos TOR
Triduo y Solemnidad de San Francisco de Asís.
En este curso pasamos de la ecología a la fraternidad en la reflexión franciscana de
nuestros centros educativos. Es la ruta que siguen nuestros valores franciscanos y
que nos conducen a descubrirnos como criaturas y hermanos entre nosotros. Tras
las abundantes reflexiones sobre la misericordia del año pasado, estamos
preparados para acoger al hermano como criatura de Dios. Y nos fundamos en los
contenidos que el Papa Francisco ha resaltado en la encíclica «Laudato si’».
“Alabado seas, mi Señor por la hermana nuestra madre tierra, la cual nos
sustenta, y gobierna y produce diversos frutos con coloridas flores y hierba”.
Para san Francisco cualquier criatura era una hermana. Vivía en una maravillosa
armonía con Dios, con los otros, con la naturaleza y consigo mismo. Era capaz de
aprender de todo; hasta del agua: "Alabado seas mi Señor por la hermana agua, que
es útil y humilde y preciosa y casta". Así como ella nunca sube, siempre desciende
hasta ocupar el último lugar, así san Francisco aprendía la humildad. ¿Somos
nosotros capaces de descubrir nuestra cualidad y acercarnos a lo creado con
agradecimiento y sencillez?
El ser "hermano" se deriva del ser "criatura" de Dios. La relación con el Creador es lo
que sustenta y da calidad a las demás relaciones: con el prójimo, con las criaturas y
todo el universo creado. Nuestras relaciones con los demás son frágiles por formar
parte del misterio humano. La Biblia lo ejemplifica de muchas maneras: con Adán y
Eva -tras haber pretendido ocupar el lugar de Dios-, con Caín –al no reconocer su
limitación de criatura. El hecho es que desde en que la humanidad desnaturalizó el
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mandato de «dominar» la tierra (cf. Gen 1,28) y de «cuidarla» (cf. Gen 2,15) rompió
todas las relaciones.
El Papa, en la encíclica, nos recuerda la armonía que vivía san Francisco con todas las
criaturas como una sanación de la ruptura de los orígenes. Su modo de hablar de la
Creación le sitúa como un ser creado a imagen de Dios y en sintonía con los demás
seres. Deparando un trato tierno y compasivo por todos los seres reflejo de amor de
Padre. Nos convierte en una especie de familia universal que se mueve por el
respeto sagrado, cariñoso y humilde (Cf.LS 67.89.91).
Cuentan los biógrafos de Francisco de Asís, que poco después de su cambio de vida
comenzó una atracción por todo lo pobre e insignificante. Primero fueron los
pordioseros, luego los leprosos, más tarde los animales. Cuentan que un leproso que le pedía limosna con su brazo carcomido- se acercó a él y, aunque el primer
impulso fue desaparecer al galope, saltó del caballo, le dio una limosna, lo abrazó y
lo besó. De esa forma superó la prueba de fuego y, a partir de este encuentro, sus
predilectos serían los leprosos. Luego el Señor le concedió hermanos. "Después de la
misa, Francisco se dirigió al altar y tomando el misal lo abrió y... les dijo: - Hermanos,
el Señor nos ha hablado. El evangelio será nuestra única inspiración y regla. ¡En
marcha, hermanos!" (Tres Compañeros 29) Era el 16 de abril de 1208. A la semana
siguiente se les añadían Gil, al cabo del tiempo serían Sabatino, Morico, Juan,
Felipe... Había nacido la fraternidad franciscana.
Ya sabéis que este material es un apoyo y una sugerencia para la celebración. Una
forma hermosa de celebrar en comunión como hermanos.
Bibliografía.
Cantalamessa, Raniero. El Amor Fraterno, La Humildad. Materiales de Formación. RCC
Papa Francisco. LAUDATO SI’. CARTA ENCÍCLICA SOBRE EL CUIDADO DE LA CASA COMÚN (2015).
Giuliano Vigini (Ed). La Iglesia de la Misericordia. Papa Francisco. Madrid 2014.
García Peregrín, Eduardo. LA ECOLOGÍA COMO FRATERNIDAD CÓSMICA.
Fr. Manuel Romero Jiménez TOR.
Delegado de Pastoral Juvenil Vocacional
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1 de Octubre. Misa del Triduo.
De las Florecillas de San Francisco (Flor 31).
(Leído tras el Salmo)
Primeramente se ha de considerar que el glorioso messer San Francisco, en todos los hechos de su
vida, fue conforme a Cristo bendito; porque lo mismo que Cristo en el comienzo de su predicación
escogió doce apóstoles, llamándolos a despreciar todo lo que es del mundo y a seguirle en la
pobreza y en las demás virtudes, así San Francisco, en el comienzo de la fundación de su Orden,
escogió doce compañeros que abrazaron la altísima pobreza.
Y lo mismo que uno de los doce apóstoles de Cristo, reprobado por Dios acabó por ahorcarse, así
uno de los doce compañeros de San Francisco, llamado hermano Juan de Cappella, apostató y, por
fin, se ahorcó. Lo cual sirve de grande ejemplo y es motivo de humildad y de temor para los
elegidos, ya que pone de manifiesto que nadie puede estar seguro de perseverar hasta el fin en la
gracia de Dios.
Y de la misma manera que aquellos santos apóstoles admiraron al mundo por su santidad y
estuvieron llenos del Espíritu Santo, así también los santísimos compañeros de San Francisco
fueron hombres de tan gran santidad, que desde el tiempo de los apóstoles no ha conocido el
mundo otros tan admirables y tan santos.
En efecto, alguno de ellos fue arrebatado hasta el tercer cielo, como San Pablo, y éste fue el
hermano Gil; a otro, el hermano Felipe Longo, le fueron tocados los labios con una brasa, como al
profeta Isaías; otro, el hermano Silvestre, hablaba con Dios como lo hace un amigo con su amigo,
como lo hacía Moisés; otro volaba con la sutileza de su entendimiento hasta la luz de la sabiduría
divina como el águila, o sea, Juan Evangelista, y éste fue el humildísimo hermano Bernardo, que
explicaba con gran profundidad la Sagrada Escritura; otro fue santificado por Dios y canonizado en
el cielo cuando aún vivía en la tierra, y éste fue el caballero de Asís hermano Rufino.
Y así, todos se distinguieron por singulares señales de santidad, como se irá viendo seguidamente.
En Alabanza de Cristo.
Oración de Francisco
(En la acción de gracias)
Alabanzas al Dios Altísimo (AID).
Tú eres santo, Señor Dios único, que haces maravillas.
Tú eres fuerte, tú eres grande, tú eres altísimo, tú eres rey omnipotente,
tú, Padre santo, rey del cielo y de la tierra.
Tú eres trino y uno, Señor Dios de dioses,
tú eres el bien, todo el bien, el sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero.
Tú eres amor, caridad; tú eres sabiduría, tú eres humildad, tú eres paciencia,
tú eres belleza, tú eres mansedumbre, tú eres seguridad, tú eres quietud,
tú eres gozo, tú eres nuestra esperanza y alegría,
tú eres justicia, tú eres templanza, tú eres toda nuestra riqueza a satisfacción.
Tú eres belleza, tú eres mansedumbre; tú eres protector, tú eres custodio y defensor nuestro;
tú eres fortaleza, tú eres refrigerio. Tú eres esperanza nuestra, tú eres fe nuestra,
tú eres caridad nuestra, tú eres toda dulzura nuestra,
tú eres vida eterna nuestra:
Grande y admirable Señor, Dios omnipotente, misericordioso Salvador.
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2 de Octubre. Misa del Triduo.
De la Segunda Biografía de Tomás de Celano (2Cel 184)
(Leído tras el Salmo)
En ocasiones, este varón santísimo era arrebatado hacia Dios de modo maravilloso y
experimentaba en su espíritu transportes de alegría cada vez que llegaba hasta él el buen olor de
los hijos. Un clérigo español dado a Dios tuvo la dicha de ver y hablar con San Francisco. Y, entre
otras noticias que le trajo de los hermanos de España, alegró al Santo con el siguiente relato:
- Tus hermanos, que viven en un eremitorio pobrecillo de nuestra tierra, se habían reglamentado
su forma de vida de tal modo, que la mitad de ellos atendía a los quehaceres de casa, y la otra
mitad a la contemplación. Así, cada semana la vida activa se tornaba contemplativa, y la quietud
de los contemplativos activa. Un día, puesta la mesa y hecha la señal de llamada, acuden todos
menos uno de los contemplativos de turno. Después de alguna espera se van a la celda para
llamarlo a la mesa, a tiempo en que él, en una mesa más espléndida, era alimentado por el Señor.
Y así es como le encuentran postrado rostro en tierra, tendido en forma de cruz, sin respiración ni
movimiento que diera señales de vida. A su cabeza y a sus pies ardían dos candelabros, que con su
resplandor alumbraban maravillosamente la celda. Le dejan en paz para no estorbar la unción,
para no despertar a la amada hasta que ella quiera. Con este motivo, los hermanos tratan de
espiar por los resquicios de la celda, estando detrás de las paredes y atisbando por entre las
celosías. ¿Qué más? Mientras los amigos miraban a la que habita en los jardines, de pronto se
desvanece la luz y el hermano vuelve en sí. Se levanta luego, y, acudiendo a la mesa, dice la culpa
por la tardanza. Esto ha sucedido -concluyó el español- en nuestra tierra.
Rociado por la fragancia de los hijos, no podía San Francisco contener su gozo. Al instante
prorrumpió en alabanzas, y, como si para él no hubiera otra gloria que la de oír buenas nuevas de
los hermanos, desde lo más íntimo exclamó: «Gracias te doy, Señor, santificador y guía de los
pobres, que me has regocijado con tales noticias de mis hermanos. Bendice, te ruego, a aquellos
hermanos con amplísima bendición y santifica con gracias especiales a cuantos por los buenos
ejemplos hacen que su profesión sea fragante».
En Alabanza de Cristo.
Oración de Francisco
(En la acción de gracias)
Saludo a la Bienaventurada Virgen María
Salve, Señora, santa Reina,
santa Madre de Dios, María
Virgen hecha Iglesia, y elegida por el Santísimo Padre del Cielo,
consagrada por él con su santísimo Hijo amado y el Espíritu Santo Paráclito,
en la que estuvo y está toda la plenitud de la gracia, y todo bien.
Salve, palacio de Dios;
Salve, tabernáculo de Dios;
Salve, casa de Dios,
Salve, vestidura de Dios;
Salve, esclava de Dios;
Salve, madre de Dios,
Salve también vosotras, santas virtudes, que por la gracia e iluminación del Espíritu Santo
sois infundidas en los corazones de los fieles, para hacerlos de infieles, fieles a Dios.
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Día 3. Tránsito de San Francisco.
VIGILIA DE ORACIÓN
Presidente: En esta noche celebramos el paso de la vida a la muerte de Francisco de Asís.
Una
manera de acoger a la muerte como si fuera una hermana y
compañera de camino hacia la vida eterna. Es una
costumbre franciscana y nosotros nos disponemos a
Con una estatua o icono de
disfrutarla. En el nombre del Padre....
San Francisco de Asís en un
Música de ambiente
lugar destacado, iluminada
Monitor: Acercándose, por fin, el momento de su
suficientemente, se deja la
tránsito, hizo llamar a su presencia a todos los
iglesia en penumbra.
hermanos que estaban en el lugar y, tratando de
suavizar con palabras de consuelo el dolor que
Comienza la celebración con el
pudieran sentir ante su muerte, los exhortó con
encendido de una vela y un
paterno afecto al amor de Dios.
poco de incienso. Procede un
Se enciende la vela
canto de alabanza o música de
Después se prolongó, hablándoles acerca de la guarda
fondo.
de la paciencia, de la pobreza y de la fidelidad a la santa
Iglesia romana, insistiéndoles en anteponer la observancia
del santo Evangelio a todas las otras normas. Sentados a su
alrededor todos los hermanos, extendió sobre ellos las manos,
poniendo los brazos en forma de cruz por el amor que siempre profesó a esta señal, y, en virtud y
en nombre del Crucificado, bendijo a todos los hermanos tanto presentes como ausentes. Añadió
después:
Lector 1: «Estad firmes, hijos todos, en el temor de Dios y permaneced siempre en él. Y como ha
de sobrevenir la prueba y se acerca ya la tribulación, felices aquellos que perseveraren en la obra
comenzada. En cuanto a mí, yo me voy a mi Dios, a cuya gracia os dejo encomendados a todos».
Monitor: Concluida esta suave exhortación, mandó el varón muy querido de Dios se le trajera el
libro de los evangelios y suplicó le fuera leído aquel pasaje del evangelio de San Juan que comienza
así:
Lector 2: Antes de la fiesta de Pascua (Jn 13,1). Después de esto entonó él, como pudo, este
salmo: A voz en grito clamo al Señor, a voz en grito suplico al Señor, y lo recitó hasta el fin,
diciendo: Los justos me están aguardando hasta que me des la recompensa (Sal 141).
Monitor: Cumplidos, por fin, en Francisco todos los misterios, liberada su alma santísima de las
ataduras de la carne y sumergida en el abismo de la divina claridad, se durmió en el Señor este
varón bienaventurado.
Se enciende un poco de incienso y se recita o se canta
Lector 3: Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor,
tuyas son la alabanza, la gloria y el honor;
tan sólo tú eres digno de toda bendición,
y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención.
Lector 4: Loado seas por toda criatura, mi Señor,
y en especial loado por el hermano sol,
que alumbra, y abre el día, y es bello en su esplendor,
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y lleva por los cielos noticia de su autor.
Lector 3: Y por la hermana luna, de blanca luz menor,
y las estrellas claras, que tu poder creó,
tan limpias, tan hermosas, tan vivas como son,
y brillan en los cielos: ¡loado, mi Señor!
Lector 4: Y por la hermana agua, preciosa en su candor,
que es útil, casta, humilde: ¡loado mi Señor!
Por el hermano fuego, que alumbra al irse el sol,
y es fuerte, hermoso, alegre: ¡loado mi Señor!
Lector 3: Y por la hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre tierra, que da en toda ocasión
las hierbas y los frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige: ¡loado mi Señor!
Lector 4: Y por los que perdonan y aguantan por tu amor
los males corporales y la tribulación:
¡felices los que sufren en paz con el dolor,
porque les llega el tiempo de la consolación!
Lector 3: Y por la hermana muerte: ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa a su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
Lector 4:¡No probarán la muerte de la condenación!
Servidle con ternura y humilde corazón.
Agradeced sus dones, cantad su creación.
Las criaturas todas, load a mi Señor.
Música de ambiente
Monitor: Uno de sus hermanos y discípulos vio cómo aquella dichosa alma subía derecha al cielo
en forma de una estrella muy refulgente, transportada por una blanca nubecilla sobre muchas
aguas. Brillaba extraordinariamente, con la blancura de una sublime santidad, y aparecía colmada
a raudales de sabiduría y gracia celestiales, por las que mereció el santo varón penetrar en la
región de la luz y de la paz, donde descansa eternamente con Cristo.
El obispo de Asís había ido por aquel tiempo en peregrinación al santuario de San Miguel, situado
en el monte Gargano. Estando allí, se le apareció el bienaventurado Francisco la noche misma de
su tránsito y le dijo:
Lector 1: «Mira, dejo el mundo y me voy al cielo».
Monitor: Al levantarse a la mañana siguiente, el obispo refirió a los compañeros la visión que
había tenido de noche, y vuelto a Asís comprobó con toda certeza, tras una cuidadosa
investigación, que a la misma hora en que se le presentó la visión había volado de este mundo el
bienaventurado Padre.
Las alondras, amantes de la luz y enemigas de las tinieblas, a la hora misma del tránsito del santo
varón, cuando al crepúsculo iba a seguirle ya la noche, llegaron en una gran bandada por encima
del techo de la casa y, revoloteando largo rato con insólita manifestación de alegría, rendían un
testimonio tan jubiloso como evidente de la gloria del Santo, que tantas veces las había solido
invitar al canto de las alabanzas divinas.
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4 de Octubre. Fiesta.
Solemnidad de San Francisco de Asís
(Lecturas y Oraciones para la Celebración Eucarística)
Monición. Hoy celebramos la fiesta de San Francisco de Asís, nuestro referente e impulsor
para seguir a Cristo y servir a la Iglesia. Durante estos días de preparación hemos
recordado la fuerza que tiene para todo aquel que se siente franciscano el sentirse
hermano. Ahora, con alegría comenzamos la Eucaristía.
Oración colecta
Dios todopoderoso, que otorgaste a nuestro Padre san Francisco la gracia de asemejarse a
Cristo por la humildad y la pobreza; concédenos caminar tras sus huellas, para que
podamos seguir a tu Hijo y entregarnos a ti con amor jubiloso. Por nuestro Señor
Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Lectura del libro del Eclesiástico
50, 1-3. 7.
Este es aquel que en su tiempo se reparó el templo, en sus días se afianzó el
santuario. En su tiempo cavaron la cisterna y un pozo de agua abundante. Protegió a
su pueblo del saqueo y fortificó a la ciudad para el asedio. Qué majestuoso cuando
salía de la tienda asomando detrás de las cortinas; como estrella luciente entre
nubes, como luna llena en día de fiesta, como sol refulgente sobre el templo real, así
brilló él en el templo de Dios.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
R.
V.
R.
V.
R.
V.
R.
Cfr. Sal. 15, 1-2a. 5. 7-8. 11.
El Señor es el lote de mi heredad.
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;
yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa.
El Señor es el lote de mi heredad.
Bendeciré al Señor que me aconseja,
hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré.
El Señor es el lote de mi heredad.
Me enseñarás el sendero de la vida;
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha.
El Señor es el lote de mi heredad
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SEGUNDA LECTURA
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas
6, 14-18.
Hermanos: Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, en la
cual el mundo está crucificado para mí, y yo para el mundo. Pues lo que cuenta no es
circuncisión o incircuncisión, sino criatura nueva. La paz y la misericordia de Dios vengan
sobre todos los que se ajustan a esta norma; también sobre Israel. En adelante, que nadie
me venga con molestias, porque yo, llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. La gracia de
nuestro Señor Jesucristo está con vuestro espíritu, hermanos. Amén.
Palabra de Dios.
SECUENCIA
Ya estás, Francisco, clavado sobre la cruz redentora.
Triunfas del mundo y la carne y es de Cristo tu victoria.
El ideal de tu vida un mundo nuevo jalona,
y el árbol del evangelio florece con nuevas rosas.
Una cuerda a tu cintura ciñe tu pureza. Y brotan
las flores por donde pisas con tus plantas milagrosas.
La pobreza fue tu dama, la que era de Cristo esposa.
Viuda del primer marido, de nuevo tú la desposas.
Y en arras cinco rubíes tu cuerpo llagado adornan.
Cinco ventanas abiertas por las que el alma se asoma.
La cruz fue el árbol de vida que te cobijó a su sombra.
Bajo sus ramas abiertas tus hijos trabajan y oran.
Padre bueno, Padre santo, de esta familia que implora
tu espíritu, que da vida, tus virtudes, que dan gloria.
A los que llevan tu nombre dales proseguir tu obra.
La semilla aquí sembrada dará en el cielo sus rosas.
Aleluya
EVANGELIO
+ Lectura del santo Evangelio según San Mateo
11, 25-30.
En aquel tiempo, Jesús exclamó: -Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has
escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Sí,
Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo
más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera
revelar. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré. Cargad con
mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro
descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.
Palabra del Señor.
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Oración de los fieles.
Con la confianza puesta en Dios nuestro Padre, que en Jesucristo nos dio la
salvación, presentémosle nuestras súplicas.
1. Por la Iglesia; para que sea siempre un signo transparente de la hermandad a la que está
llamada la humanidad. Roguemos al Señor.
2. Por los jóvenes, para que no tenga miedo y sigan a Jesucristo, el amigo siempre fiel, sin
regatearle amor, entrega y firmeza. Para que observen la vida comunitaria como opción
posible de vida. Roguemos al Señor.
3. Por los gobernantes de todos los países; para que tengan como objetivo hacer posible la
paz y una justa distribución de la riqueza. Pidiendo, especialmente, por Palestina, por la
tierra donde nació Jesús y donde Francisco puso a los frailes como custodios Roguemos
al Señor.
4. Por las familias que sufren divisiones y rupturas; para que se esfuercen con buena
voluntad para superar los rencores y los agravios mutuos. Para que se esfuercen en
trabajar el sentido de hermandad. Roguemos al Señor.
5. Por nosotros, los que nos hemos reunido en esta Eucaristía; para que abramos nuestros
corazones para recibir el amor y la gracia del Señor. Roguemos al Señor.
6. Por todas las órdenes franciscanas, para que abiertas al Espíritu Santo caminen hacia el
encuentro y el trabajo conjunto por un mundo más misericordioso. Roguemos al Señor.
Oh Dios, que manifestaste tu amor hacia nosotros enviando a tu Hijo unigénito al mundo
para que por Él tuviéramos vida; escucha las oraciones de tu pueblo que peregrina por
este mundo, y haz que con la ayuda de tu gracia podamos amarnos los unos a los otros
como Tú nos amaste. Por Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Al presentarte, Señor, nuestras ofrendas, te rogamos nos dispongas para celebrar
dignamente el misterio de la cruz, al que se consagró nuestro Padre san Francisco con el
corazón abrasado en tu amor. Por Jesucristo nuestro Señor.
PREFACIO
V.
El Señor esté con vosotros.
V.
R.
V.
V.
R.
y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario darte gracias
siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo,
Dios Todopoderoso y eterno.
Porque has llamado a la más alta perfección evangélica
a tu siervo Francisco por el camino de la verdadera pobreza y humildad.
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Encendido en el fuego de tu amor,
te bendijo en la contemplación
de las obras de tus manos con cantos de, júbilo y alegría.
Marcado con las llagas de Cristo, nos mostraste en él
la imagen de Jesucristo crucificado, Señor nuestro.
Por él los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales celebran tu gloria
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Oración1
(En la acción de gracias de la misa)
Altísimo, omnipotente, buen Señor,
que concediste al hermano Francisco
comenzar su vida de penitencia
y asemejarse a Jesucristo tu Hijo,
por la humildad y la pobreza,
mira con bondad a esta pequeña familia suya,
que le sigue con paso vacilante
y danos nuevos hermanos y hermanas,
dispuestos a seguir a Jesús,
a ejemplo de tu siervo Francisco,
en espíritu de oración, de pobreza y simplicidad,
de reconciliación y de perfecta a alegría.
Que nuestro amor a Cristo y a los hermanos
lo mostremos con nuestras obras
y así nuestro testimonio de vida
suscite nuevas vocaciones entre los jóvenes
de nuestro tiempo que, inspirados por el Señor,
vengan a experimentar nuestra vida.
Ayúdanos, Señor,
para que sepamos recibirles con bondad
e incorporarles a la fraternidad con alegría.
Haz que todos te sirvamos con generosidad
y anunciemos la salvación y la paz
a los hombres, nuestros hermanos,
sedientos del evangelio de Jesús.
Amén.
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Oración proclamada por la fraternidad en lugar de las peticiones de Laudes lo jueves. Esta oración fue escrita por Fr. José Angulo Quilis TOR
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Oración después de la comunión
Por este sacramento que hemos recibido, concédenos, Señor, imitar a nuestro Padre san
Francisco en su caridad y en su celo apostólico, para que gustemos los frutos de tu amor y
nos entreguemos a la salvación de nuestros hermanos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Bendición solemne
Num 6, 24-26
El Señor os bendiga y os guarde.
Haga brillar su rostro sobre vosotros y os conceda su favor.
Vuelva su mirada a vosotros y os conceda la paz.
Y la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo + y Espíritu Santo,
descienda sobre vosotros.
V. Amén.
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