puntos clave - Royal Canin

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EDITORIAL
La intrincada interrelación de muchas partes del organismo ha creado, a lo largo de muchos milenios, una de las
maravillas de la evolución, el sistema musculoesquelético de los mamíferos. No sólo lo es por la variedad de funciones,
sino aún más por proporcionar al individuo los medios para moverse y la capacidad para soportar su propio peso.
Este sistema es el triunfo de la continua supervivencia de muchas especies. De hecho, la posesión de un endoesqueleto se identifica como una de las principales características diferenciadoras para las clasificaciones taxonómicas.
Los conceptos que subyacen en la palabra “ortopedia” han recorrido un largo camino desde sus raíces griegas (ortho
significa “correcto” o “recto” y paideion significa “niño”), cuando fue acuñada originalmente por un médico que trataba
las deformidades infantiles hace 300 años. Ahora utilizamos esta palabra para abarcar un amplio espectro de
materias, de modo que podemos diagnosticar tumores, malformaciones, infecciones, displasias, traumatismos y muchas otras formas de
enfermedad, que afectan al sistema musculoesquelético y se encuadran bajo el epígrafe de la disciplina ortopédica.
Un sistema músculoesquelético sano y que funcione con normalidad es deseable para la supervivencia y el bienestar. Por desgracia,
aunque quizá no sorprendentemente, dados sus múltiples componentes y su naturaleza interrelacionada, gran parte puede estropearse.
Diferentes disciplinas dentro de la esfera veterinaria han avanzado mucho en los últimos años. Sin embargo, pocas han progresado
tanto como nuestro conocimiento y capacidad sobre la ortopedia. Por tanto, cuando se nos plantea reunir en una revista un tema que
es a la vez diverso y de desarrollo rápido, quizá sea tentador centrarse en los descubrimientos más recientes y novedosos, así como
en las patologías menos frecuentes; no obstante, con la intención de ayudar al veterinario, hemos seleccionado temas que son de
máxima utilidad para el profesional que se enfrenta a diario a los problemas ortopédicos comunes. Así, en este número de Veterinary Focus
el veterinario encontrará artículos que refuerzan los conocimientos y ofrecen nueva información sobre la que construir, para apoyar
y hacer avanzar al veterinario clínico en este campo.
Ewan McNeill
Editor en Jefe
CONTENIDO
Displasia de codo canina
p. 02
Bruno Peirone y Fulvio Cappellari
Fisioterapia en perros: aplicaciones y beneficios
p. 11
Maira Formenton
Trastornos ortopédicos en gatos geriátricos
p. 18
Philip Witte y Harry Scott
Epidemiología de la enfermedad ortopédica
p. 24
Patrick Shearer
Manejo nutricional de la patologías ortopédicas en gatos
p. 26
Cecilia Villaverde
Cómo abordar... El perro atáxico: ¿es neurológico u ortopédico?
p. 32
Alejandro Artiles
Tratamiento de la rotura del ligamento cruzado anterior en perros: una visión global
p. 39
Andres Alvarez
Guía para recortar y guardar... Aspirados articulares
p. 47
Sandra Corr
Veterinary Focus, Vol 21 n°2 - 2011
Comité editorial
• Denise Elliott, BVSc (Hons), PhD, Dipl.
ACVIM, Dipl. ACVN, Health and Nutritional
Sciences Director, Royal Canin, France
• Philippe Marniquet, DVM, Dipl. ESSEC,
Publishing & Scientific Events Manager,
Royal Canin, France
• Pauline Devlin, BSc, PhD, Scientific
Communications and External Affairs,
Royal Canin, UK
• Franziska Conrad, DVM, Scientific
Communications, Royal Canin, Germany
• María Elena Fernández, DVM, Scientific
Communications, Royal Canin, Spain
• Hervé Marc, Global Corporate Affairs
Manager, Royal Canin, France
• Giulio Giannotti, BSc, Product Manager,
Royal Canin, Italy
• Laura Diana, DVM, Dipl. FCV, UBA, Scientific
Communications, Royal Canin, Argentina
Control de traducción
• Imke Engelke, DVM (Alemán)
• Noemi Del Castillo, PhD (Español)
• Giulio Giannotti, BSc (Italiano)
• Prof. Robert Moraillon, DVM (Francés)
• Matthias Ma, DVM (Chino)
• Ben Albalas, DVM (Griego)
• Atsushi Yamamoto, DVM (Japonés)
• Boris Shulyak, PhD (Ruso)
• Carla Teixeira e Inês Barbosa, DVM
(Portugués)
Publicado por: Buena Media Plus
Jefe ejecutivo y editor: Bernardo
Gallitelli
Dirección: 85, avenue Pierre Grenier
92100 Boulogne - France
Teléfono: +33 (0) 1 72 44 62 00
Editor
• Ewan McNeill, BVMS, Cert VR, MRCVS
Secretaría de redacción
• Laurent Cathalan
[email protected]
• Olivia Amos
Material grafico
• Youri Xerri
Impreso en la Unión Europea
ISSN 1354-0157
Circulación: 80, 000 copias
Depósito legal: Junio 2011
Veterinary Focus se publica en Inglés, Francés,
Alemán, Italiano, Español, Japonés, Chino,
Griego, Portugués, Ruso y Polaco.
Los arreglos de licencia de los agentes terapéuticos propuestos para uso en especies de
pequeños animales varían mucho a nivel
mundial. En ausencia de una licencia específica, debe considerarse advertir sobre los
posibles efectos secundarios, antes de la
administración del medicamento.
Displasia de
codo canina
Bruno Peirone,
Fulvio Cappellari,
DVM, PhD
DVM, PhD
Departamento de Patología
Animal, Facultad de Veterinaria,
Turín, Italia
El Dr. Peirone se licenció en la
Facultad de Veterinaria de Turín en
1984 y se doctoró en Patología
Animal en 1990. En la actualidad es profesor asociado y
cirujano ortopédico en la Facultad de Veterinaria de Turín.
Sus principales áreas de interés incluyen el tratamiento
de las fracturas, la cirugía protésica, las osteotomías
correctoras y el diagnóstico y el tratamiento precoz de
las enfermedades del desarrollo del esqueleto.
Introducción
La articulación del codo es de tipo gínglimo compuesto,
o tróclea, integrado por el húmero, el radio y el cúbito,
que han de articularse con precisión para obtener una
funcionalidad adecuada. Los movimientos más importantes del codo son la flexión y la extensión, de unos
35-160° (Figura 1). Otros movimientos son la pronación
y la supinación, de aproximadamente 60°, gracias a la
articulación entre el radio y el cúbito (1). La displasia
de codo canina (DCC) es un término general utilizado
para identificar una enfermedad hereditaria del codo
en los perros de raza mediana y grande. La DCC incluye
difrentes patologías o lesiones, que pueden aparecer
de manera independiente o simultánea.
PUNTOS CLAVE
La displasia de codo es una enfermedad frecuente en
los perros de raza mediana y grande
Es necesario conocer las diferentes patologías
relacionadas con la displasia de codo para lograr un
diagnóstico exacto y un tratamiento satisfactorio
Independientemente del tratamiento, cabe esperar el
desarrollo de artrosis en pacientes mayores
Es esencial un abordaje multimodal para obtener
mejoría clínica en los pacientes con displasia de codo
2 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Departamento de Patología
Animal, Facultad de Veterinaria,
Turín, Italia
El Dr. Cappellari se licenció en la
Facultad de Veterinaria de Turín en
2002 y se doctoró en Ciencia Clínica
Veterinaria en 2005. Trabaja como cirujano en el Hospital
Universitario Veterinario de Turín y en una clínica privada
en el noroeste de Italia. Sus principales áreas de interés
son la artroscopia, la cirugía protésica y el alineamiento
de las extremidades.
Estas patologías son:
• Proceso ancóneo no unido (PANU): fracaso de la unión
entre el ancóneo y la parte principal del cúbito pasadas
las 20 semanas de edad (2).
• Osteocondritis disecante (OCD) del cóndilo humeral
medial: alteración primaria o fracaso de osificación
endocondral que provoca un aumento del grosor del
cartílago articular, dando lugar a una separación entre
las capas de cartílago calcificado y no calcificado
como respuesta al movimiento y carga articular
normal (2).
• Enfermedad del proceso coronoides medial (ECM):
cambio patológico en la región del proceso coronoides
medial, que comienza con cambios microscópicos en
el tejido subcondral y progresa a malacia, fibrilación, fisuras y erosión del cartílago, además de microfisuración y fragmentación del hueso subcondral (3,
4). Esta última lesión se conoce normalmente como
fragmentación del proceso coronoides (FPCM). Nótese
que la OCD y la enfermedad del proceso coronoides
se han agrupado recientemente bajo el término de
enfermedad del compartimento medial.
• Incongruencia del codo (IC): deficiente alineamiento
de los huesos de la articulación de forma que el espacio
articular no es paralelo. Se reconocen dos formas:
©Dr. B. Peirone.
DISPLASIA DE CODO CANINA
Figura 1.
Los movimientos más importantes del codo son la flexión y la extensión desde, aproximadamente, los 36 a los 166°.
- La primera tiene su origen en un crecimiento desigual entre el radio y el cúbito (cúbito corto/radio
corto). Se puede distinguir a su vez entre la forma
leve y la severa, mediante exploración radiográfica
del “escalón” entre los dos huesos, que puede ser
menor o mayor de 2 mm (Figuras 2 y 3). La forma
más severa es menos frecuente que la leve.
- La segunda forma aparece cuando la muesca
troclear del cúbito desarrolla una forma elíptica.
En ambas situaciones se puede producir un aumento
de la presión local dentro de la articulación, provocando la pérdida de fragmentos sueltos en diferentes
ubicaciones, de forma que se puede desarrollar el
PANU, la fragmentación del proceso coronoides o una
OCD (5).
Los primeros indicios de displasia de codo canina (DCC)
en perros suelen observarse a los 4-5 meses de edad,
aunque se han publicado casos en animales más jóvenes
y, de hecho, los signos clínicos asociados a la osteoartrosis secundaria pueden aparecer a cualquier edad
(2, 6). La cojera suele ser sutil al principio, especialmente
si las dos extremidades están afectadas. La evaluación
de la marcha puede demostrar grados variables de
cojera, aducción del codo y rotación externa de la mano.
Un signo precoz puede ser la rotación externa de la
mano, manteniendo próximo el codo al cuerpo, lo que
da al perro un aspecto de “andar de pato” (1).
©Dr. B. Peirone.
©Dr. B. Peirone.
Signos clínicos
La exploración clínica es crucial para el diagnóstico, ya
que los perros afectados pueden tener una movilidad
sorprendente o ser muy activos a pesar de padecer una
patología severa del codo (3) con una cojera muy sutil.
Además, los pacientes suelen presentar afectación
bilateral lo que hace difícil el reconocimiento de la
cojera. La exploración física es útil para identificar el
origen anatómico de la cojera, pero los signos clínicos
no son patognomónicos de la presencia de la enfermedad.
Figura 2.
Figura 3.
Incongruencia leve del codo: la
doble flecha indica el escalón
entre el radio y el cúbito.
Incongruencia severa del codo:
la doble flecha indica el escalón
entre el radio y el cúbito.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 3
©Dr. B. Peirone.
©Dr. B. Peirone.
Figura 4.
Figura 5.
Evaluación clínica para valorar el dolor en un paciente con
enfermedad coronoide medial (ECM). La mano derecha sujeta
el codo, la izquierda gira el codo hacia fuera.
Vista medio lateral en flexión en un perro joven con no unión
del proceso ancóneo. Nótese la radio transparencia (flecha) entre
el proceso ancóneo y el cúbito proximal.
La cojera normalmente empeora tras el reposo o el ejercicio intenso.
mediolateral en flexión, mediolateral en ángulo de bipedestación (también denominado neutra o extendida),
cráneocaudal y oblicua cráneo-lateral-15°-caudomedial
(7,8). Si bien el PANU y la OCD se diagnostican generalmente mediante la evaluación radiográfica exhaustiva,
la presencia y severidad de la ECM y la incongruencia
del codo pueden ser difíciles de diagnosticar con certeza
mediante la radiografía (7-12). La ECM se suele diagnosticar por eliminación cuando hay evidencias radiográficas de osteoartritis de codo sin signos definitivos de
PANU, OCD, traumatismo o incongruencia del codo (7,
13). Nótese que la identificación del fragmento coronoides en la radiografía no es habitual debido al pequeño
tamaño y la localización del fragmento. La mayor sensibilidad que se ha publicado, en lo referente a la identificación definitiva de la fragmentación del proceso coronoides,
mediante el uso de la radiografía es sólo del 62% (14).
La exploración ortopédica puede revelar atrofia de los
músculos de las extremidades anteriores e hinchazón
de la articulación del codo con aumento del líquido,
fibrosis o producción de hueso. La amplitud del movimiento del codo puede estar reducida, con dolor y a
veces crepitación en la flexión y extensión. La presencia
de malestar durante la manipulación del codo es un
gran indicador de DCC. De hecho, si el paciente demuestra malestar al realizar una supinación firme (rotación
externa) del antebrazo manteniendo el codo en flexión
moderada se puede pensar firmemente en la existencia de enfermedad del compartimento medial (OCD,
PANU) (Figura 4). La respuesta a la presión digital
profunda, en la región de la inserción del músculo bíceps
braquial en la cara medial del proceso coronoides, es
también un indicador valioso de posible enfermedad.
Las respuestas positivas a estas pruebas, sin ninguna otra
causa identificada de cojera o dolor, sugieren la presencia de enfermedad, por lo que las pruebas de diagnóstico
por imagen deben dirigirse hacia la identificación de la
enfermedad del compartimento medial. Si los resultados
de las pruebas no invasivas de diagnóstico por imagen
(radiología y TAC) son equívocos, puede estar justificada
la observación directa mediante artroscopia o artrotomía
(3).
Radiografía
Durante muchos años, la radiografía ha sido el método
de estudio de imagen de elección para el diagnóstico, clasificación y registro de la DCC. Para hacer una evaluación
completa y precisa son necesarias cuatro proyecciones:
4 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
•La proyección mediolateral en flexión evita la superposición del epicóndilo medial sobre el olécranon y
es particularmente útil para identificar y diagnosticar
el PANU. Normalmente el proceso ancóneo se desarrolla como parte de la diáfisis del cúbito, pero en algunas
razas, como el Pastor Alemán, aparece como un centro
de osificación independiente. La fisis asociada al centro
de osificación ancóneo se aprecia en las radiografías
hasta las 20-22 semanas de edad (8). Si la fisis permanece visible más allá de esta edad se considera que el
proceso ancóneo no está unido (Figura 5). Se ha comunicado una incidencia de PANU junto con ECM del
16% (15). En presencia de PANU no suele ser posible
identificar con claridad la ECM mediante radiografía,
de modo que se sugiere el empleo de técnicas de diagnóstico avanzadas [tomografía axial computerizada
DISPLASIA DE CODO CANINA
Figura 6.
Proyección medio lateral en ángulo de bipedestación con un
margen proximal poco claro del proceso coronoides (flecha en
negrita). Presencia de osteofitos a lo largo de la cara dorsal del
proceso ancóneo (flechas finas).
(TAC) o resonancia magnética nuclear (RMN)] y/o
la inspección directa del compartimento medial de la
articulación mediante artrotomía o artroscopia, como
método diagnóstico y terapéutico de la ECM. La proyección mediolateral en flexión permite también identificar más fácilmente a los osteofitos junto con el
epicóndilo medial y el proceso ancóneo.
• La proyección mediolateral en ángulo de bipedestación es útil para identificar la esclerosis subcondral
de la muesca semilunar del cúbito, la osteofitosis
radial proximal y la ancónea proximal, y el aspecto
irregular del proceso coronoides medial. Estos signos
son normalmente cambios secundarios asociados
con la ECM (Figura 6). El proceso coronoides medial
se observa radiográficamente como una zona de forma
triangular claramente marginada de hueso subcondral
con su silueta "superpuesta" sobre la cabeza del radio
y la superficie articular (Figura 7). La proyección
mediolateral en ángulo de bipedestación es útil también para evaluar la congruencia del codo (Figuras 2 y
3). Las principales características radiográficas de la
IC son la identificación de un “escalón” entre el radio
y el cúbito, un contorno elíptico con la muesca troclear,
un aumento del espacio articular y un desplazamiento en dirección craneal de la cabeza del húmero.
Pese a la utilización de una variedad de estudios in
vitro e in vivo, la visualización mediante radiografía
©Dr. B. Peirone.
de la IC sigue siendo difícil (10-12, 16, 17). En un
estudio sobre la utilización de radiografías para la
detección de la forma severa de la IC (escalón > 2
mm) se demostró una elevada sensibilidad, con
independencia del ángulo del haz (16); sin embargo,
en otros estudios se ha comunicado una menor sensibilidad debido a la compleja anatomía del codo y a
las limitaciones asociadas con la identificación de una
estructura tridimensional en una imagen bidimensional (8).
•Las proyecciones cráneocaudal y oblicua cráneo-lateral15°-caudomedial proporcionan aproximadamente la
misma información, pero esta última es más sensible
para detectar la enfermedad del compartimento medial
(14).
Las lesiones de OCD del codo aparecen casi de manera
exclusiva en la superficie que soporta el peso de la
parte medial del cóndilo humeral (7,8,18). La OCD se
observa como una radiotransparencia, irregularidad,
aplanamiento o defecto en el hueso subcondral de los
márgenes articulares del cóndilo humeral (Figura 8).
Normalmente hay asociada una esclerosis del hueso
subcondral alrededor de la radiotransparencia. En
ocasiones, puede osificarse el colgajo del cartílago (8).
Las lesiones “en beso”, que se cree que se deben a
cambios erosivos en el cartílago articular y el hueso
subcondral asociados con la ECM, también aparecen
en la parte medial del cóndilo del húmero y como
esclerosis subcondral con o sin transparencia o concavidad del margen articular del cóndilo asociadas (Figura
9). En algunos casos, este tipo de lesiones pueden distinguirse de las lesiones de la OCD por la presencia de
transparencia subcondral o esclerosis de la superficie
del radio o del cúbito adyacentes a una lesión de osteocondritis disecante condilar humeral (9).
En un codo normal, estas proyecciones permiten observar el proceso coronoides medial como una apófisis
triangular clara que se extiende desde la cara próximomedial del cúbito. En los pacientes afectados de ECM,
los cambios radiográficos que afectan al proceso pueden
incluir un margen mal definido o un aplanamiento,
redondeo, proliferación o fragmentación clara del proceso. Por último, pueden observarse cambios secundarios debidos a osteoartritis, entre ellos osteofitos a lo
largo del cúbito medial, y osteofitos y entesiofitos a lo
largo del cóndilo y el epicóndilo mediales del húmero
(8).
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 5
©Dr. B. Peirone.
Figura 7.
Figura 8.
Figura 9.
Proyección medio lateral en ángulo de bipedestación de un codo normal (las flechas
blancas muestran el proceso coronoides
medial).
Proyección cráneocaudal y oblicua. Nótese
el defecto radiotransparente (flecha) en el
cóndilo humeral medial compatible con una
lesión de OCD.
Proyección cráneocaudal. Nótese la lesión
“en beso” con esclerosis del cóndilo humeral
(flecha negra) asociada con un margen mal
definido del proceso coronoides medial
(flecha blanca).
Análisis del líquido sinovial
En los pacientes con sospecha de DCC, pero en los que
las técnicas de diagnóstico por imagen disponibles no
permiten un diagnóstico definitivo, el análisis del líquido
sinovial mediante artrocentesis suele ser compatible
con una artrosis leve o moderada y puede ser útil para
confirmar la sospecha clínica (2).
Técnicas de diagnóstico por
imagen avanzadas
El uso diagnóstico de la tomografía axial computerizada
(TAC) para las enfermedades esqueléticas es cada vez
más accesible y popular (8). Para la DCC la obtención
de imágenes de múltiples cortes de secciones transversales mediante TAC reducen los problemas de superposición, mejorando la exploración de la anatomía y la
arquitectura del tejido. El TAC se utilizaba antes para
contribuir al diagnóstico de la displasia de codo cuando
las radiografías no proporcionaban un diagnóstico definitivo (19), eliminando los resultados falsos positivos
obtenidos en las radiografías de revisión para la
detección de la fragmentación del proceso coronoides.
De hecho, se ha comunicado que el TAC consigue mayor
precisión (86,7%) y sensibilidad (88,3%) en comparación con la radiografía, la xeroradiografía, la tomografía lineal y la artrografía con contraste positivo
para el diagnóstico de la fragmentación del proceso
coronoides (20). El TAC proporciona imágenes completas del hueso subcondral articular, pero no del
cartílago articular y, por consiguiente, permite evidenciar
6 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
muchos cambios del hueso subcondral asociados con la
ECM y la OCD, como la esclerosis, la aparición de fisuras,
la necrosis, los quistes y las fragmentaciones (Figura 10).
Las alteraciones detectadas por TAC en la ECM incluyen
una silueta anómala, fragmentos distintos o separados,
fisuras o fragmentos in situ, así como irregularidades o
transparencias en la cavidad sigmoidea menor asociada
(8). Esta información es muy valiosa para la cirugía. El
TAC es la técnica de diagnóstico utilizada más ampliamente para evaluar la incongruencia del codo, pero la
colocación de la extremidad afecta directamente a la
obtención de las imágenes (8,11).
El diagnóstico definitivo del tipo y la gravedad de la DCC
se obtiene mediante artroscopia. Esta técnica permite
la observación de todas las estructuras de la articulación
y el diagnóstico positivo de PANU, OCD, ECM y, en particular, de las enfermedades del cartílago (Figura 11).
Nótese que el TAC no permite identificar las lesiones
del cartílago, que sí son detectadas durante la evaluación
artroscópica (8). Las enfermedades del cartílago pueden
clasificarse utilizando la escala de Outterbridge modificada (1,2). Se ha comparado la artroscopia con el TAC
y con la radiografía, en cuanto a la evaluación de la IC,
y se ha comunicado su superioridad con respecto a ambas
técnicas para el diagnóstico de esta enfermedad (21).
Tratamiento
El tratamiento de la displasia de codo suele ser una combinación del tratamiento médico y quirúrgico. En las
Tomografía axial computerizada (TAC) transversa del proceso
coronoides medial fragmentada (flecha).
Tablas 1 y 2 se muestran los diagramas de actuación en
perros jóvenes con displasia de codo y en perros más
viejos con artrosis secundaria a la displasia de codo.
Los objetivos del tratamiento son aliviar el dolor, mantener la funcionalidad de las extremidades y ralentizar la
progresión de la osteoartritis. Los objetivos específicos
del tratamiento quirúrgico dependen del diagnóstico.
Con independencia de la técnica quirúrgica, cabe esperar
la aparición tardía de osteoartritis con grados variables
de deterioro funcional, y que debe tratarse con un enfoque multimodal abarcando la fisioterapia, tratamientos
farmacológicos con anti-inflamatorios no esteroideos
(AINEs) y suplementos articulares, control del peso y
ejercicio, inyecciones intraarticulares y cirugía.
A continuación se considerará el manejo quirúrgico de
las patologías específicas del codo.
Según una combinación de resultados radiográficos e
intraoperatorios, se ha propuesto una clasificación en
tres grupos según el estado del PANU. Esta clasificación
permite la selección del mejor tratamiento quirúrgico
(22):
• Grupo 1: el proceso ancóneo sigue firmemente unido
al cúbito con tejido fibrocartilaginoso, así que la osteotomía oblicua del cúbito proximal es suficiente para
devolver la alineación articular, aliviar la presión en el
proceso ancóneo y permitir la fusión ósea con el cúbito
proximal (Figura 12). La fijación con tornillo del proceso ancóneo no debería ser necesaria, pero puede ser
útil en particular, en los perros activos.
©Dr. Lisa Piras.
Figura 11.
Imagen artroscópica de un codo afectado por la enfermedad del
compartimento medial: nótese la amplia zona de erosión del
cartílago (flechas).
©Dr. B. Peirone.
Figura 10.
©Dr. B. Peirone.
DISPLASIA DE CODO CANINA
Figura 12.
A: Proyección medio lateral en flexión en un Pastor Alemán de
5 meses con no unión del proceso ancóneo de grado 1 (flecha
blanca fina).
B: Mismo paciente 2 meses después de una osteotomía cubital
proximal. Nótese la fusión del proceso ancóneo (flecha blanca
fina) y la osteotomía en fase de curación (flecha blanca más
gruesa).
• Grupo 2: el proceso ancóneo permanece fijo al cúbito
con algo de tejido fibrocartilaginoso aunque algo laxo,
es necesaria la osteotomía del cúbito proximal para
restaurar la alineación articular y aliviar la presión.
La fijación con tornillo se requiere para permitir que
el proceso ancóneo consiga la fusión ósea con el
cúbito proximal (Figura 13).
• Grupo 3: el proceso ancóneo está prácticamente suelto,
unido al cúbito sólo por el ligamento caudal, el proceso
no puede regresar a su posición original debido al aplanamiento de la cabeza del cúbito y es necesaria una
osteotomía proximal del cúbito para restaurar la alinea-
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 7
Paciente joven
No unión del
proceso
ancóneo
Fisura,
fragmento,
osteoesclerosis
Malacia del
cartílago
Curetaje
Coronoidetomía
subtotal
>
me 6
ses
Artroscopia
Extirpación del
ancóneo +/osteotomía cubital
Tornillo/
osteotomía
cubital
Osteotomía
cubital
Severa
Leve
III°
II°
<
me 4-6
ses
I°
Incongruencia
del codo
Enfermedad del
compartimento medial
Osteotomía
cubital distal
Liberación
cubital del
bíceps
Cúbito
corto
Osteotomía
Osteotomía cubital hacia
cubital
la mitad de
proximal
la diáfisis
Radio corto
Osteotomía
cubital proximal
Enfoque
multimodal
Alargamiento
radial
Tabla 1.
Diagrama de actuación para el tratamiento de perros jóvenes con DCC.
Paciente mayor
(artrosis)
Fisioterapia
Control del
peso
Control del
ejercicio
Dietas/suplementos
alimentarios
Empeoramiento agudo
de los signos clínicos
Empeoramiento crónico
de los signos clínicos
No unión crónica del
proceso ancóneo
Enfermedad del
compartimento medial
Extirpación del
proceso ancóneo +/osteotomía cubital
Artroscopia
Inyección
intraarticular
Osteotomía
correctora
Tabla 2.
Diagrama de actuación para el tratamiento de perros mayores con artrosis secundaria a DCC.
8 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Antiinflamatorios
no esteroideos
Artroplastia
de codo
Artrodesis
Figura 13.
©Dr. B. Peirone.
©Dr. B. Peirone.
DISPLASIA DE CODO CANINA
Figura 14.
A: Proyección medio lateral en flexión en un Cane Corso de 7
meses con no unión del proceso ancóneo de grado 2 (flecha
negra).
B: Mismo paciente 3 meses después de la fijación del proceso
ancóneo con tornillos y alambre K y osteotomía cubital proximal.
Nótese la fusión del proceso ancóneo (flecha negra) y la osteotomía curada (flecha blanca).
A: Proyección medio lateral en flexión en un Gran Danés de 8
meses con no unión del proceso ancóneo de grado 3 (flecha
negra).
B: Mismo paciente después de la extirpación del proceso ancóneo.
ción articular. Normalmente se extrae el proceso dada
la improbabilidad de conseguir una aposición anatómicamente exacta con fusión ósea (Figura 14).
del bíceps, la osteotomía coronoide subtotal, la osteotomía cubital, la osteotomía humeral de desplazamiento y
la transferencia de autoinjerto osteocondral (3).
En los casos crónicos, puede estar indicada la extirpación del proceso ancóneo, aunque con frecuencia no se
consigue mejoría clínica debido a los graves cambios
artrósicos dentro de la articulación.
En los perros con incongruencia del codo, el objetivo de
la cirugía es restaurar la congruencia de la articulación
por medio de osteotomías correctoras. La osteotomía
cubital o alargamiento radial está particularmente indicada en perros con una incongruencia radiocubital
grave (5).
Los pacientes jóvenes afectados por la enfermedad del
compartimento medial son buenos candidatos para el
tratamiento quirúrgico. Se recomienda siempre la extirpación quirúrgica de los fragmentos óseos (vía artroscopia o artrotomía) antes de desarrollar una artritis grave,
aunque los pacientes más mayores también pueden
tratarse quirúrgicamente si se detecta una fractura coronoide. Con ambas técnicas se consigue un resultado
clínico similar, pero la artroscopia parece superior al
permitir realizar una exploración articular completa.
Por desgracia, esta enfermedad es progresiva y el pronóstico es reservado. Cabe esperar una mejoría después de
la cirugía, pero no una recuperación funcional completa.
Para mejorar el pronóstico del paciente se han sugerido
otras técnicas quirúrgicas, como la liberación cubital
El tratamiento médico del paciente con osteoartritis se
basa en el uso de AINEs. Se recomienda un mínimo de
2 semanas de tratamiento. El tratamiento debe interrumpirse si aparecen efectos secundarios. Los autores recomiendan una semana de reposo seguida de un aumento
gradual de la actividad física. Se debe evitar el uso de
corticoesteroides sistémicos por sus efectos secundarios
potencialmente peligrosos. La administración de una
dieta y de suplementos como la glucosamina o sulfato
de condroitina, puede ser beneficioso.
Si la respuesta a lo anterior es escasa, puede considerarse la administración de un tratamiento intraarticular.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 9
DISPLASIA DE CODO CANINA
El procedimiento preferido por los autores se basa en
el lavado articular con solución salina estéril seguido
de la inyección intraarticular de ácido hialurónico; esto
se repite 3 veces con un período de 3-4 semanas entre
cada procedimiento. Si el resultado clínico sigue siendo
insatisfactorio, pueden utilizarse inyecciones intraarticulares de acetato de metilprednisolona o triamcinolona. Los efectos secundarios suelen ser mínimos, aunque
en algunos pacientes se han comunicado efectos secundarios locales y sistémicos.
nerativa severa, inevitablemente persiste una cojera
funcional sustancial con circunducción de la extremidad y posible discapacidad asociada. En general se
considera que la reposición total del codo es preferible
a la artrodesis. Sin embargo, sigue preocupando la
elevada morbilidad y la larga convalecencia asociada
al equipo e implantes disponibles en la actualidad. Los
nuevos implantes pueden reducir estas preocupaciones,
pero todavía no se dispone de datos clínicos a largo
plazo (3).
En los casos en los que el tratamiento farmacológico
fracase y se observe una enfermedad severa de los
compartimentos medial y lateral, con gran pérdida de
cartílago y osteoesclerosis de hueso subcondral, los
procedimientos de rescate, como la sustitución total
del codo o la artrodesis del codo, pueden representar
las únicas opciones viables para la restauración aceptable de la funcionalidad de la extremidad. Si bien la
artrodesis del codo puede proporcionar una notable
mejoría en los perros con enfermedad articular dege-
La DCC es una enfermedad compleja de gran importancia en muchos perros de tamaño medio y grande.
La evaluación detallada del paciente y la identificación
de los componentes individuales de este síndrome
permitirán la selección del tratamiento, pero debe informarse a los propietarios sobre la probabilidad de artrosis
secundaria y la posibilidad de necesitar un tratamiento
de por vida.
Conclusión
BIBLIOGRAFÍA
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Fisioterapia en perros:
aplicaciones y
beneficios
Maira Formenton,
DVM
Centro de Fisioterapia Animal,
Hospital Veterinario de Pompéia,
San Pablo, Brasil
La Dra. Formenton se licenció en la
Universidad de San Pablo en 2008.
Ha sido nombrada recientemente
directora del Departamento de Fisioterapia del Hospital
Universitario Veterinario Pompéia. También dirige el centro
Fisioanimal, de fisioterapia y rehabilitación para animales
en San Pablo, y coordina los cursos de fisioterapia de
posgrado en el Centro de Fisioterapia y Rehabilitación
Veterinaria del Instituto Bioethicus, Botucatu. Ha impartido
muchas conferencias acerca de fisioterapia en animales.
Introducción
La fisioterapia es una ciencia. Se trata de una metodología de tratamiento mediante una variedad de técnicas
diferentes que incluyen conceptos biomecánicos, físicos
y fisiológicos para mejorar la salud o evitar enferme-
PUNTOS CLAVE
La fisioterapia incluye una gran variedad de técnicas
y puede ser extremadamente útil en el tratamiento
de múltiples patologías, especialmente ortopédicas y
neurológicas
El veterinario debe ser consciente de las
indicaciones, contraindicaciones y limitaciones de
cada técnica
La combinación de técnicas de fisioterapia puede dar
muy buenos resultados y ser un complemento a los
tratamientos quirúrgicos o médicos
.
dades. Abarca todos los aspectos, desde los más sencillos,
como el movimiento apropiado, hasta la rehabilitación
y el control del dolor, centrándose siempre en el bienestar
del paciente.
Rehabilitar, en su sentido más amplio, significa “restablecer o restaurar capacidades previas, como carácter,
reputación o condición”. La rehabilitación y la fisioterapia van de la mano, con el objetivo de recuperar el
funcionamiento adecuado de un sistema afectado, de
modo que el principal objetivo de la fisioterapia es
mejorar o mantener la calidad de vida de un paciente.
Para cada paciente se establecen diferentes metas,
dependiendo de la patología o de la disfunción que
presente.
¿Cuáles son las indicaciones de
la fisioterapia?
El alivio del dolor es uno de los principales beneficios
de la fisioterapia. El dolor, ya sea agudo o crónico, puede
provocar inmunosupresión, pérdida de apetito y malnutrición (el dolor está relacionado con el estrés, que
influye en la capacidad para metabolizar los carbohidratos, las proteínas y las grasas, y disminuye la ingesta de
alimento). Además, puede dar lugar a la falta de uso de
las extremidades y la consiguiente atrofia muscular,
interfiriendo así directamente en el bienestar del paciente. Aliviar el dolor puede resultar a veces muy difícil.
El control de la inflamación reduce el tiempo de recuperación y a menudo está asociada con el control del
dolor. La artrosis es un buen ejemplo de patología que
cursa con un ciclo de dolor-inflamación lo que lleva a
muchas personas a recurrir a la fisioterapia. La fisioterapia también puede permitir la disminución del uso de
analgésicos y antiinflamatorios, que pueden dar problemas si se utilizan de manera crónica. En muchos casos,
la fisioterapia puede prevenir o reducir al mínimo la
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 11
Figura 1.
©Maira Formenton
Un horno de Bier proporciona calor superficial sin
estresar al paciente.
atrofia muscular, y esto constituye un objetivo fundamental de la rehabilitación en pacientes con parálisis o
paresia.
La rehabilitación postoperatoria se esfuerza por eliminar
o reducir los efectos secundarios, como el dolor y la inflamación, y preservar las articulaciones no afectadas,
ayudar a la regeneración ósea y, quizá, permitir una disminución del uso de fármacos. Por último, la fisioterapia
puede utilizarse para mejorar el estado físico general
de un paciente, como la pérdida de peso, el estado cardiovascular y el estado físico.
Algunos ejemplos en los que la fisioterapia puede ser
beneficiosa son:
• Tratamiento (o prevención) de los problemas de
columna, como las hernias de disco intervertebrales,
la espondilitis/espondilosis vertebral, las anquilosis
y calcificaciones de disco, y paresias y paraplejías/
cuadriplejías.
gía espinal y reparación de fracturas.
• Atención geriátrica, en la cual la terapia puede contribuir a la calidad y la esperanza de vida, proporcionando comodidad y alivio del dolor crónico, mejorando la
interacción del animal con su propietario.
• Asimetría de extremidades, atrofia y contracciones
musculares, además de rigidez articular general,
ayudando a devolver la funcionalidad a las extremidades.
• Aumento o mejoría del rendimiento de los animales
de competición, prevención y tratamiento de lesiones.
• Tratamiento de obesidad, junto con programas de
pérdida de peso que incluyen el tratamiento dietético
y ejercicio.
Principales técnicas utilizadas
Termoterapia
• Diversas artrosis (por ejemplo, displasia coxofemoral),
ayudando al control del dolor y reduciendo al mínimo
la inflamación para permitir un mejor rango de movimiento y fortalecimiento muscular.
• Atención postoperatoria después de cirugías ortopédicas y neurológicas, como la rotura del ligamento
cruzado, la luxación de la rótula, meniscopatías, ciru-
12 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Frío: la crioterapia es un método sencillo y muy eficaz
para controlar la inflamación aguda. Después de una
cirugía ortopédica pueden aplicarse bolsas de hielo en
el lugar de la cirugía, durante 20 minutos cada 6 horas,
durante un máximo de 48-72 horas. Esto también
ayuda a controlar el dolor, aunque debe evitarse su uso
en situaciones de inflamación y dolor crónicos (1).
FISIOTERAPIA EN PERROS: APLICACIONES Y BENEFICIOS
Calor: la termoterapia puede dividirse en técnicas
superficiales y profundas.
©Maira Formenton
Los métodos de calor superficial incluyen las lámparas
de infrarrojos, las botellas de agua caliente y las compresas calientes, así como dispositivos elaborados a
medida como el horno de Bier (Figura 1). Estos métodos
alcanzan una profundidad de 1-10 mm de calentamiento
eficaz (1). El calor superficial es útil para tratar el dolor
crónico y se utiliza ampliamente en los problemas de
columna. También puede facilitar el tratamiento en casos
de contracciones musculares y rigidez articular. Debe
aplicarse calor durante 20 minutos, pero está contraindicado en la inflamación aguda o si hay lesiones cutáneas
en el punto de la aplicación (1). Esta terapia puede realizarla a menudo el propietario en casa ya que es un
método sencillo y seguro.
Figura 2.
El principal método de aplicación de calor profundo
son los ultrasonidos, utilizando un transductor de alta
frecuencia (17.000 Hz) para producir vibración y, por
consiguiente, calor dentro de los tejidos (2). El calor
profundo puede ser muy beneficioso, reduciendo los
espasmos y las contracciones musculares, aumentando
el flujo sanguíneo local y reduciendo la rigidez articular;
el efecto analgésico del calor es también valioso. En
los casos crónicos, puede utilizarse para reactivar el
proceso inflamatorio si está indicado en el tratamiento.
Los ultrasonidos tienen también efectos atérmicos que
pueden acelerar el proceso de curación de los tejidos
blandos y del hueso (2). Nótese que no debe emplearse
en neoplasias malignas o alrededor del corazón o los
ojos. Puede utilizarse con precaución alrededor del
útero en los animales gestantes para el tratamiento de
inflamaciones agudas (2), pero debe evitarse con
implantes ortopédicos, no debido al calor, sino a las
ondas de ultrasonido reflejadas desde el implante, que
pueden dar lugar a lesión tisular. La dosis y el tiempo
de aplicación dependen de la profundidad del tejido
en que se aplique y el área que haya que tratar. Los
ultrasonidos son una herramienta excelente y complementaria a la cirugía ortopédica, por ejemplo, después
de una cirugía de ligamento cruzado ayudando a la
articulación de la rodilla a alcanzar una mayor amplitud
de movimientos (Figura 2).
Tratamiento con calor profundo mediante ultrasonidos tras una
cirugía de rotura del ligamento cruzado anterior. Nótese que el
área debe ser rasurada y utilizarse gel como medio conductor.
práctica clínica habitual. Los masajes reducen la tensión
muscular, disminuyendo el dolor y rompiendo así el
círculo. También aumentan el flujo sanguíneo local,
proporcionando una mejor oxigenación del tejido y
facilitando la eliminación de los residuos metabólicos
(gracias a un mejor drenaje venoso y linfático), lo que
ayuda a la recuperación de la funcionalidad muscular.
La mejor circulación también provoca un aumento de
la temperatura local y de la elasticidad muscular, acelerando la recuperación del tejido.
En muchos casos, los problemas musculares están asociados con contracciones y adherencias musculares que
pueden resolverse con el masaje (Figura 3). Hay pocas
contraindicaciones para esta técnica, pero debe evitarse
en pacientes con problemas vasculares, trombosis y
alteraciones de la coagulación, así como neoplasias
malignas, o en los casos en que haya lesiones cutáneas
e infección. Por último, los masajes también liberan
endorfinas, lo que proporciona a la técnica un efecto
relajante natural (3).
Cinesiterapia
Masajes terapéuticos
Los masajes constituyen una técnica muy útil para la
fisioterapia veterinaria. El ciclo dolor-tensión-dolor es
una de las indicaciones clave de masajes, y especialmente en problemas de columna. Forman parte de la
La cinesiterapia consiste en el tratamiento a través del
movimiento. Puede ser pasiva (realizada por el terapeuta), activa (realizada por el paciente) o asistida
(realizada por el paciente con la ayuda del terapeuta)
(4,5). La técnica se considera una de las partes más
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 13
isométricos, isocinéticos e isotónicos (Figura 4). La cinesiterapia también puede facilitar el conocimiento de
uno mismo. Procedimientos sencillos, como cepillar al
paciente, estimulan el sistema nervioso (4,5).
©Maira Formenton
Electroestimulación
Figura 3.
Las contracciones y adherencias musculares a menudo pueden
liberarse con el masaje.
importantes del proceso de rehabilitación. Los ejercicios
y movimientos terapéuticos guiados permiten a los
sistemas afectados recuperar su funcionalidad y pueden
ser de un valor incalculable en ciertos casos, por ejemplo,
en el paciente con parálisis por hernia discal. Merece
la pena destacar las técnicas de estiramientos, tracciones
y movimientos asistidos, que incluyen los ejercicios
La electroestimulación implica el uso de dispositivos
que generan una corriente eléctrica, producen analgesia,
relajación y fortalecimiento muscular. Entre los diversos
sistemas, los métodos utilizados con más frecuencia
en el ámbito veterinario son TENS y NMES (6).
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS)
facilita la analgesia a través de la neuromodulación
liberando endorfinas y encefalinas: también inhibe
directamente los nervios sensitivos hiperexcitados. La
analgesia que proporciona la TENS respalda la teoría
del control de la puerta para la percepción del dolor,
según la cual, los neurotransmisores liberados durante
la electroterapia bloquean la transmisión de los impulsos
dolorosos de manera competitiva (6,7). La TENS puede
aplicarse de dos modos:
• Modo convencional (frecuencia de 40-150 Hz, corriente de hasta 30 mA, con 50-250 µs de duración del
pulso), en el cual la analgesia es inmediata pero de
corta duración. El tiempo de aplicación mínimo es de
20 minutos.
©Philippe Marniquet
• Modo de explosión, en el que la analgesia es más tardía
pero de duración más prolongada (hasta 8 horas).
Requiere una mayor intensidad, lo que restringe su
aplicación en los animales más sensibles. Esto es
también cierto en la acupuntura TENS, en la que la
analgesia comienza unos 30 minutos después de la
aplicación, pero puede durar hasta 6 horas (6,7).
Figura 4.
Cinesiterapia: estiramiento de la columna de un perro mediante
pelotas terapéuticas.
14 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
La estimulación eléctrica neuromuscular (NEMS)
estimula la contracción muscular con el objetivo de
reducir la atrofia y contribuir a la recuperación de la
funcionalidad muscular, siendo útil para la rehabilitación neurológica y ortopédica. Utilizando una frecuencia de ~ 40Hz, con una duración de pulso (normalmente
250-300 µs) e intensidad variables (6,7), suelen utilizarse diversos electrodos y se rasura la zona para obtener
mejores resultados. Téngase en cuenta que se necesita
un gel acuoso si se utilizan electrodos de silicona. La
electroterapia, ya sea para aliviar el dolor, para la
relajación muscular, contracción o fortalecimiento, se
utiliza ampliamente y puede ser de gran ayuda para el
paciente.
FISIOTERAPIA EN PERROS: APLICACIONES Y BENEFICIOS
La terapia con LASER (Light Amplification by Stimulated
Emission of Radiation o amplificación de la luz por
emisión simulada de radiación) está indicada en muchas
situaciones. Un láser emite un haz invisible de luz con
características específicas. Cuando el haz de fotones
penetra en el tejido inicia diferentes reacciones biológicas
estimuladoras o inhibidoras, actuando así como un
biomodulador (8). El láser puede incrementar el metabolismo y la multiplicación de las células (acelerando las
mitosis), actúa sobre los factores inflamatorios locales y
estimula la producción de colágeno, la osificación y la
neovascularización de los tejidos (9). También provoca
la liberación de endorfinas y encefalinas para aliviar el
dolor. Es útil para la cicatrización y regeneración de
los tejidos y se utiliza de forma generalizada en el tratamiento de las lesiones cutáneas, úlceras y cicatrices de
decúbito, osteopatías, hernias discales y dolor de columna, así como fomentando la reparación neuronal en
lesiones de nervios periféricos y osificación de fracturas
(8,9).
El cabezal del láser debe colocarse perpendicular a la
superficie de contacto (Figura 5). La dosis y la longitud
de onda varían de acuerdo con el efecto deseado. Entre
las contraindicaciones de esta terapia se encuentra el
uso en animales con neoplasias, y debe evitarse dirigir
el haz a los ojos (para evitar la lesión de la retina), placas
epifisarias, ganglios simpáticos, zonas de hemorragia,
gónadas y útero gestante (8).
Hidroterapia
La hidroterapia es el empleo del agua como tratamiento.
Para los animales, los métodos más habituales son la
natación y la cinta sin fin acuática. Esta técnica promueve muchos efectos beneficiosos, fisiológicos y psicológicos. Las ventajas se obtienen porque el peso del
animal y el impacto del ejercicio se reducen en el agua.
La hidroterapia mejora la circulación de la sangre, la
pérdida de peso y el aumento de la flexibilidad y la
movilidad; fortalece el tono muscular e incluso ayuda
a mejorar el equilibrio, la coordinación y el mantenimiento de la postura. Un animal con parálisis del tercio
posterior, por ejemplo, gana movilidad en el agua y
puede realizar varios ejercicios que serían imposibles
en tierra firme. Además, el agua también actúa como
un estímulo sensitivo y autoperceptivo ideal que complementa a la perfección la rehabilitación de un paciente
(10,11). Si el agua está caliente se facilita la relajación
muscular, se aumenta la circulación y se mejora el
drenaje linfático, ayudando a los animales con edema,
©Maira Formenton
Terapia con láser
Figura 5.
Uso de un pequeño láser en un perro con traumatismo en la
rodilla.
contracciones y espasmos musculares, y posibilitando el
alivio del dolor y la relajación general.
El ejercicio en el agua también contribuye a la corrección
de las posturas inadecuadas, el uso de extremidades
atrofiadas y el estiramiento de músculos y ligamentos, en
combinación con la adquisición de masa muscular. Los
efectos psicológicos no pueden pasarse por alto. El alivio
del dolor por sí mismo mejora el bienestar y la calidad de
vida, pero además la movilidad que el animal adquiere en
el agua le ayuda a recuperar la confianza e independencia que suelen ser necesarias para volver a andar. En
muchos casos, un animal con miedo a moverse debido a
un traumatismo recupera el sentimiento de comodidad a
raíz de la hidroterapia y adquiere la confianza para mover
la extremidad lesionada (10).
Los animales tienden a utilizar sus extremidades anteriores vigorosamente cuando nadan, por lo que esta
puede ser, por consiguiente, la mejor opción en los casos
de lesión de extremidades anteriores. Cuando la lesión
se encuentra en las extremidades posteriores y se
necesita rehabilitación neurológica se prefiere la cinta
sin fin acuática. La profundidad del agua influye
directamente en la terapia, ya que cuanto mayor es la
profundidad menor es el peso del animal. Si el agua se
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 15
Figura 6.
©Maira Formenton
Hidroterapia en una cinta sin fin
para una displasia coxofemoral.
Nótese que el agua está a la altura
del trocánter femoral mayor, reduciendo el peso del animal hasta
tan sólo el 38%.
©Maira R. Formenton
dad renal, hipertensión e hipotensión. También se debe
valorar el riesgo en la epilepsia no controlada y enfermedades respiratorias (10). Por último, la hidroterapia
puede utilizarse como ayuda para facilitar la pérdida
de peso y el acondicionamiento físico del animal. La
pérdida de calorías es considerable en un programa
de pérdida de peso y fortalecimiento, y se recomienda
realizarla 2 ó 3 veces a la semana (Figura 7).
Acupuntura
Figura 7.
Un paciente en un programa de pérdida de peso mediante
sesiones de natación durante 20 a 30 minutos, 3 veces a la
semana, combinado con una dieta específica.
encuentra a la altura del trocánter mayor del fémur se
mantiene tan sólo un 38% de la carga del peso (Figura
6), en comparación con el 91% si está a la altura del tarso
(11).
Al principio, la hidroterapia debe realizarse durante
unos pocos minutos, quizá colocando simplemente el
animal en el agua para permitir la aclimatación. Una
vez ganada la confianza, puede iniciarse la terapia,
hasta 20 minutos en una cinta sin fin y 30 minutos de
natación. Hay que tener cuidado en caso de heridas,
otitis, dermatopatías y enfermedades sistémicas importantes, en especial, cardiopatías, hepatopatías, enferme-
16 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
La acupuntura se define como la inserción de agujas
en lugares preestablecidos (Figura 8), produciendo
diversos efectos fisiológicos locales y sistémicos. Para
las mascotas domésticas hay 112 puntos de acupuntura catalogados y la estimulación de ciertos puntos o
una combinación de ellos puede causar diferentes
efectos sobre el órgano o la enfermedad que se quiere
tratar (12, 13). La acupuntura puede alcanzar un control
del dolor más rápido y eficaz que la fisioterapia sola y
la combinación de las dos técnicas suele ser muy beneficiosa. La autora recomienda la acupuntura en los casos
ortopédicos/neurológicos desde el principio del tratamiento, en las vestibulopatías periféricas y centrales,
hernias de disco y paresias/parálisis. También es útil
para el control de la inflamación aguda y crónica (por
ejemplo, como adyuvante para el tratamiento de la
artrosis) y para controlar el dolor. Puede realizarse hasta
24 horas antes de otra sesión de fisioterapia. Además,
la acupuntura se ha descrito para los efectos crónicos
del moquillo, donde puede ayudar a controlar los movi-
FISIOTERAPIA EN PERROS: APLICACIONES Y BENEFICIOS
mientos mioclónicos y las convulsiones, y para el dolor
neuropático y lesión de los nervios periféricos (12-14).
Debe advertirse que es preferible no realizar las sesiones
de acupuntura a la vez que la fisioterapia. Además del
prolongado tiempo de las sesiones, que puede impacientar a algunos animales, la terapia con láser puede
interferir en la acupuntura si se aplica en la misma
zona, reduciendo su efecto. Se recomienda alternar los
días de tratamiento.
La utilización de diferentes técnicas de fisioterapia, ya
sea con la ayuda del equipo especializado o por la
simple manipulación, genera resultados excelentes y,
por consiguiente, debe considerarse e indicarse como
una opción de tratamiento para muchos problemas
ortopédicos y neurológicos. A menudo resulta útil la
combinación de técnicas, en especial cuando la fisioterapia se utiliza junto con la acupuntura, lo cual puede
suponer la opción más rápida y más favorable para la
rehabilitación del paciente.
©Maira Formenton
Conclusión
Figura 8.
La acupuntura es bien tolerada por la mayoría de los animales.
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Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 17
Trastornos ortopédicos
en gatos geriátricos
Philip Witte,
Harry Scott,
BSc, BVSc, MRCVS
BVSc, Cert SAD, CBiol,
MIBiol, DSAS(Orth), FRCVS
Veterinarios Especialistas de
los Condados del Sur, Ringwood,
Hampshire, Reino Unido
El Dr. Witte se licenció por la Universidad de Bristol en 2005. Antes de
especializarse en Ortopedia, Philip
Witte trabajó durante 2 años en una clínica en Herefordshire y otros 6 meses en Sudáfrica con el búfalo
Cape. Completó su internado en Cirugía de Pequeños
Animales y es residente en Ortopedia en un centro de
referencia. Actualmente está trabajando para conseguir el
certificado de la RCVS en Veterinaria Práctica Avanzada
(Cirugía de Pequeños Animales) y el diploma de la RCVS
en Cirugía de Pequeños Animales (Ortopedia).
Veterinarios Especialistas de
los Condados del Sur, Ringwood,
Hampshire, Reino Unido
El Dr. Scott se licenció por la Universidad de Liverpool. Posteriormente
trabajó en clínica de Pequeños Animales donde obtuvo el
certificado en Dermatología y Ortopedia. Seguidamente,
disfrutó de una beca de investigación en Cirugía Espinal.
Obtuvo el diploma en Cirugía (Ortopedia) de Pequeños
Animales en 1999, y desde entonces trabaja en una clínica
de referencia en el Reino Unido así como en el extranjero.
En la actualidad el Dr. Scott es socio de una clínica privada
de referencia en Hampshire. Es un especialista RCVS
reconocido en Cirugía de Pequeños Animales (Ortopedia).
Recientemente ha publicado como coautor un libro sobre
la Ortopedia Felina.
Introducción
La edad es un indicador a tener en cuenta en el diagnóstico de enfermedades de los Pequeños Animales. Los
gatos son cada vez más longevos, de forma que los
patrones de enfermedad en nuestros pacientes felinos
están cambiando. Ante un gato mayor con evidencias de
PUNTOS CLAVE
La enfermedad degenerativa articular en gatos mayores
se ha infradiagnosticado en el pasado y puede ser una
causa frecuente de enfermedad. Los signos clínicos no
son necesariamente los mismos a los observados en
perros
El hiperparatiroidismo puede estar relacionado con una
enfermedad sistémica, siendo una posible causa de
fracturas en gatos mayores
La tromboembolia aórtica es una de las causas más
frecuentes de paresia de las extremidades posteriores y
es una consecuencia de la cardiomiopatía
Los tumores óseos en general son poco frecuentes en
gatos, aunque las metástasis de las neoplasias
pulmonares en el esqueleto distal son relativamente
comunes
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enfermedad musculoesquelética el veterinario debe
considerar las patologías más específicas en este rango de
edad, a parte de las enfermedades generales. En este
artículo se ofrece una revisión de algunas de las enfermedades más comunes en gatos geriátricos.
Enfermedad degenerativa
articular
La enfermedad degenerativa articular es un término
general que describe los cambios degenerativos que ocurren en cualquier tipo de articulación. La osteoartrosis
(OA) es un tipo específico de enfermedad degenerativa
articular que afecta a las articulaciones sinoviales diartrodiales. Se caracteriza por un deterioro del cartílago articular, formación de osteofitos, remodelación ósea,
cambios en los tejidos periarticulares e inflamación no
purulenta de grado bajo. La enfermedad degenerativa
articular felina es frecuente. En un estudio, el 90% de los
gatos hospitalizados mostró evidencias de esta enfermedad en una o más articulaciones (1).
Hasta ahora no se ha prestado mucha atención a la
artrosis como causa de enfermedad en los gatos, pero
©Dr. Witte and Dr. Scott.
TRASTORNOS ORTOPÉDICOS EN GATOS GERIÁTRICOS
Figura 1.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Vista mediolateral y craneocaudal de un codo con artrosis
avanzada. Se observa osteofitosis periarticular extensa y mineralización del tejido blando alrededor de la articulación.
Figura 2.
Figura 3.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Vista mediolateral de un codo con artrosis leve. Craneal a la
cabeza radial se aprecia un hueso sesamoideo. Hasta el 40% de
los gatos presenta mineralización del sesamoideo en el origen
del músculo supinador, que no debe confundirse con un
osteofito. En un estudio, se identificó el hueso sesamoideo únicamente en las articulaciones del codo con artrosis.
Vista ventrodorsal de la cadera de un gato geriátrico con artrosis
leve. Los signos radiológicos predominantes de la displasia de
cadera en el gato son un acetábulo plano con remodelación del
margen craneodorsal y mínima remodelación del cuello femoral.
evidencias recientes sugieren que tiene mayor prevalencia de lo que se suponía (2). En los gatos, la cojera no
es el principal signo de artrosis y la gravedad radiológica
a menudo no se correlaciona con los signos clínicos. En
un estudio, sólo el 33% de los gatos con OA mostró cojera
obvia. Los gatos demuestran menos su dolor que los
perros, de forma que lo más frecuente cuando un gato
siente dolor agudo o crónico es que se resista a la manipulación, que manifieste agresividad y que no responda a
los estímulos del propietario. Cuando se observan estos
signos clínicos en los gatos geriátricos es recomendable
realizar una radiografía. Los signos radiográficos de OA
son la presencia de osteofitos, entesiofitos, esclerosis
ósea subcondral, remodelación ósea, mineralización de
los tejidos blandos (intraarticular, capsular o extraarticular), engrosamiento de la cápsula articular e hinchazón
del tejido blando (Figuras 1-4). Las entesis son las zonas
de inserción de los tendones y los ligamentos al hueso.
Las patologías de estas zonas se conocen como entesiopatías y generalmente provocan la formación de entesiofitos. En la columna, la presencia de entesiofitos se
denomina espondilosis deformante (ver más adelante).
Una entesiopatía degenerativa puede acompañar a la OA
y a otras artropatías como la osteocondromatosis sinovial
(Figura 5), pero su sola presencia no es indicativa de
artrosis y pueden observarse entesiofitos en gatos de
edad avanzada como un hallazgo ocasional.
Las opciones terapéuticas incluyen la triada habitual de
tratamiento conservador (disminución del peso corporal,
control del ejercicio y tratamiento farmacológico) así
como tratamiento quirúrgico en última instancia. Las
opciones quirúrgicas abarcan la ostectomía de la cabeza y
el cuello femoral o la reposición total de cadera para
controlar la cojera asociada a la artrosis coxofemoral, o
artrodesis de alguna articulación. Los gatos tienden a
limitar su actividad cuando tienen dolor articular (lo que
puede contribuir al reconocimiento tardío de OA en esta
especie). Por eso, en el tratamiento se incluyen algunas
medidas de manejo como colocar el comedero en el suelo
y proporcionarle un camino escalonado para acceder
a sus lugares favoritos y reducir al mínimo el salto
requerido.
Hiperparatiroidismo secundario
El hiperparatiroidismo consiste en la excesiva actividad
de las glándulas paratiroideas provocando la producción
excesiva de hormona paratiroidea. El hiperparatiroidismo da lugar a osteopenia y predispone a las fracturas
patológicas (Figura 6). Esta patología aparece con
mucha más frecuencia en gatos geriátricos, secundaria
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 19
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Figura 4.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Vista mediolateral de la rodilla. La mineralización del polo distal
de la rótula es un hallazgo ocasional frecuente en la articulación
de la rodilla de los gatos.
El tratamiento del hiperparatiroidismo secundario a una
patología renal consistirá en el manejo convencional de
la enfermedad renal, mientras que, si se diagnostica
hipertiroidismo, las opciones de tratamiento incluyen la
“anulación” de la glándula tiroides mediante yodo radiactivo, tiroidectomía quirúrgica o tratamiento con fármacos
antitiroideos (5). En personas, la densidad mineral ósea
mejora después del tratamiento (4), por lo que cabe
esperar que la terapia apropiada del hipertiroidismo dé
lugar a una reducción del riesgo de fracturas relacionadas con el hiperparatiroidismo en gatos.
Figura 5.
Vista mediolateral de la rodilla de un gato. Este gato tiene osteocondromatosis sinovial que provoca una cojera progresiva crónica
y rigidez articular. En la inserción del ligamento rotuliano recto se
observa un gran entesiofito.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
a una enfermedad renal crónica (hiperparatiroidismo
secundario a enfermedad renal) o a un hipertiroidismo
(hiperparatiroidismo relacionado con hipertiroidismo).
En la evaluación de todo gato geriátrico se debe tener en
cuenta el hipertiroidismo, ya que es la endocrinopatía
más común en esta especie. Los gatos hipertiroideos
tienen una alteración significativa del metabolismo del
calcio con un grado variable de hiperparatiroidismo
secundario. Se ha demostrado también que el hipertiroidismo causa una reducción significativa de la densidad
ósea en el hombre (las hormonas tiroideas favorecen
la resorción ósea), lo que provoca, según los datos publicados, fracturas patológicas en los casos crónicos no
tratados. Es recomendable realizar una bioquímica sérica
y un urianálisis completo con el fin de evaluar la función
renal y tiroidea en cualquier gato de edad avanzada que
presente una fractura ósea, en particular si los huesos
aparecen osteopénicos en las radiografías, antes de
considerar la cirugía.
Espondilosis deformante
En el gato de edad avanzada, la espondilosis de las
vértebras se observa con mucha más frecuencia en las
Figura 6.
Osteopenia y fractura patológica en un gato con enfermedad renal crónica.
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©Dr. Witte and Dr. Scott.
TRASTORNOS ORTOPÉDICOS EN GATOS GERIÁTRICOS
Figura 7.
Vista lateral de la columna toracolumbar de un gato de 19 años con espondilosis deformante extensa.
Tromboembolia
La tromboembolia aórtica es una de las causas más
frecuentes de paresia de las extremidades posteriores y
de paraplejía en gatos. Suele ser secundaria a una cardiomiopatía y dilatación de la aurícula izquierda. Se forman
trombos en la aurícula izquierda y se liberan fragmentos
(émbolos) que viajan a través de los vasos sanguíneos,
ocluyendo la aorta distal al nivel de las arterias ilíacas
formando un “trombo en la bifurcación de la aorta”
(Figura 9). A veces, los trombos pueden alojarse en otras
zonas. La presencia del coágulo desencadena entonces
una respuesta de vasoconstricción local lo que reduce la
circulación de las extremidades posteriores. La isquemia
conduce a la miopatía y neuropatía de las extremidades
afectadas. Pueden producirse lesiones por reperfusión
al retornar la circulación, y arritmias potencialmente
mortales secundarias a una hiperpotasemia. La presentación típica es una paraplejía hiperaguda, dolor y disnea,
signos muy parecidos a los que aparecen cuando un gato
sufre un traumatismo que el propietario no ha observado,
como un accidente de tráfico. La exploración física confirmará la ausencia de pulso femoral, zonas distales de
las extremidades frías y almohadillas cianóticas, rigidez
muscular de las extremidades posteriores, ausencia de
percepción de dolor profundo, ausencia de tono anal y
distensión de la vejiga en los casos más graves. También
pueden ser evidentes los signos de enfermedad cardiaca,
como taquipnea, taquiarritmia, soplo cardiaco o ruido
©Dr. Witte and Dr. Scott.
regiones toracolumbar y lumbosacra de la columna
(Figura 7). La patogenia está relacionada con la formación de entesiofitos asociados con degeneración del anillo
fibroso del disco intervertebral. La espondilosis deformante puede ser un hallazgo ocasional o puede estar
asociada con dolor de leve a moderado de la columna. En
caso de observar en una radiografía simple una espondilosis deformante, en presencia de disfunción neurológica, está indicado realizar un estudio por imagen más
avanzado y no debe considerarse como un hallazgo
diagnóstico (Figura 8). Nótese que en los gatos se ha
descrito la presencia de hernia discal intervertebral
Hansen de tipo I y II (6) y que el tratamiento quirúrgico
ha dado lugar a pronósticos más favorables según la
bibliografía (7).
Figura 8.
RMN del gato de la Figura 7. Se observa una protrusión dorsal del disco intervertebral en T13-L1 y L1-L2 con leve compresión de la
médula espinal. También se observa un aumento focal de la densidad de la médula espinal en L1.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 21
©Ron McLaughlin.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Figura 9.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
de galope. Las anomalías de la bioquímica sérica consisten en una elevación de las enzimas musculares y del
lactato, y varias manifestaciones de una mala perfusión renal. Las opciones terapéuticas son numerosas
(8) y una discusión en profundidad está fuera del alcance
de esta revisión; recomendamos al veterinario que
consulte la bibliografía actual para obtener más información. Sin embargo, entre las opciones se cuentan la
analgesia inmediata, oxigenoterapia, furosemida (si
hay edema pulmonar) y la fluidoterapia intravenosa
para manejar la hiperpotasemia, la hipoperfusión renal
y el shock cardiovascular. Después de las 6-12 horas
iniciales, la terapia consiste en la monitorización del
ECG, de la acidosis y de los niveles de potasio, con el
tratamiento farmacológico adecuado para cada caso.
Quizá se necesite tratamiento cardiaco para la insuficiencia cardiaca congestiva a medio o largo plazo y profilaxis tromboembólica (aspirina, clopidogrel, heparina
de bajo peso molecular), que aunque no se haya probado
su eficacia, sí se puede administrar para prevenir el riesgo
de más trombos.
Figura 10.
Vista mediolateral de la extremidad posterior que
muestra un condrosarcoma de la tibia proximal. Nótese
la neoformación de hueso y la destrucción de la arquitectura ósea normal. La biopsia es imprescindible para el
diagnóstico.
Los trombos se localizan normalmente en la trifurcación aórtica
ocluyendo las arterias ilíacas. También pueden darse en otras
localizaciones.
Figura 11.
Inflamación y ulceración de los dedos como consecuencia
de un carcinoma pulmonar broncogénico.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Neoplasias
Las neoplasias del sistema esquelético son poco frecuentes en gatos. La mayoría de los tumores óseos en los gatos
son malignos y los más frecuentes son el osteosarcoma,
el condrosarcoma (con mucha más frecuencia en la
mandíbula, tibia proximal y escápula) y el fibrosarcoma
(9) (Figura 10). El tratamiento mediante cirugía agresiva
(como la amputación) puede ser curativo en las neoplasias
óseas primarias, aunque previamente debe realizarse
una meticulosa clasificación del estadio clínico (biopsia
local, radiografía torácica en tres proyecciones, ecografía
abdominal).
Figura 12.
Metástasis digitales de un carcinoma pulmonar broncogénico.
22 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
TRASTORNOS ORTOPÉDICOS EN GATOS GERIÁTRICOS
Figura 13.
©Dr. Witte and Dr. Scott.
Carcinoma pulmonar broncogénico.
Vista lateral del tórax que muestra una
masa (flechas) en el campo pulmonar
caudal.
• El osteosarcoma representa el 70-80% de todos los
tumores óseos primarios, aparece en las extremidades posteriores con más frecuencia y en particular
en el fémur distal y tibia proximal. En las extremidades anteriores, el húmero proximal es la localización
más frecuente. La imagen radiológica del osteosarcoma es principalmente de lisis ósea, en particular
en los huesos largos, aunque también pueden apreciarse lesiones agresivas, mal delineadas, destructivas y
localmente invasivas, más típicas de la presentación
canina.
• Los tumores de células redondas que afectan al hueso
en los gatos abarcan el plasmocitoma, el mieloma
múltiple y el linfoma (comúnmente asociado con el
virus de la leucemia felina).
• Los carcinomas de células escamosas y los sarcomas
de células sinoviales también pueden invadir el hueso.
Los diagnósticos deben confirmarse mediante biopsia
utilizando una aguja de biopsia para médula ósea.
• En el gato, el carcinoma broncogénico primario tiene
predilección por metastatizar en los dedos (Figura
11-13). De hecho las metástasis digitales de las neopla-
sias pulmonares malignas son relativamente frecuentes
en el gato, pero no se han descrito en el perro y son raras
en personas (10). Normalmente los gatos se presentan
en la consulta por una cojera asociada con una lesión
en uno o más dedos. La cojera casi siempre precede
de manera invariable a signos respiratorios con presencia de una masa pulmonar identificada mediante
radiografía. Puede ser necesario amputar un dedo para
confirmar el diagnóstico, pero influye poco en la evolución clínica de la enfermedad (11). A todos los gatos
geriátricos que lleguen con inflamación digital dolorosa se les debe realizar una radiografía torácica para
comprobar si tienen una neoplasia pulmonar primaria.
Conclusión
Cuando nos enfrentamos a alteraciones del sistema
musculoesquelético en los gatos geriátricos, la cojera, la
rigidez y la debilidad, son los signos clínicos más frecuentes. Una exploración exhaustiva, junto con las pruebas
diagnósticas pertinentes, deben ayudar al veterinario a
llegar al diagnóstico definitivo. La edad puede ser un
indicador diagnóstico en muchas de estas patologías.
BIBLIOGRAFÍA
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Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 23
Epidemiología de la
enfermedad ortopédica
Patrick Shearer,
BVMS, BSc, PhD
Banfield, The Pet Hospital,
Portland, Oregón, EE.UU.
El Dr. Shearer se incorporó a Banfield
en 2009 como asesor veterinario del
equipo de conocimiento e investigación aplicada. Su experiencia incluye
la Medicina Veterinaria General y de Urgencias, así como
la investigación en el ámbito académico e industrial. El
Dr. Shearer además de su licenciatura veterinaria también
posee el doctorado en Ciencias Biomédicas.
L
as enfermedades ortopédicas son una causa
importante de dolor y malestar en perros y gatos
de todas las edades, tamaños y razas. La prevalencia de una patología ortopédica en concreto puede
variar de manera significativa en función de la articulación evaluada. Así por ejemplo, la prevalencia de osteoartrosis (OA) canina oscila entre el 14,3% si se evalúa
la articulación de la cadera y el 86% en el caso del hombro
(1,2,3). Las investigaciones sobre las enfermedades
ortopédicas felinas son limitadas y es posible que se
infradiagnostiquen (4).
Método
Se utilizaron los datos de todas las consultas de pacientes
caninos y felinos de Banfield The Pet Hospital durante
2010 y se estimó la prevalencia de las enfermedades
englobadas en la categoría de “musculoesqueléticas”.
Se elaboró una lista de los diagnósticos más frecuentes.
También se estimó de forma independiente la prevalencia de osteoartritis (OA), rotura del ligamento cruzado,
displasia de cadera, luxación de rótula, osteocondrosis
y de la no unión del proceso ancóneo, clasificándola
por edades [juvenil (< 1 año), adulto joven (1-3 años),
adulto maduro (3-10 años) y geriátrico (> 10 años)] y,
en el caso del perro, también por tamaños. Para cada
patología, el numerador se definió como el número de
pacientes que acudieron con el diagnóstico específico
en su historia clínica. El denominador fue el número
de pacientes de cada especie en concreto, grupo de edad
o de tamaño, según correspondiera.
24 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Nota del editor
Estamos encantados de continuar con esta sección de
Veterinary FOCUS que muestra la información obtenida de la
base de datos informática de Banfield, The Pet Hospital. En
esta sección se analizan los extensos registros generados por
los veterinarios de Banfield con el fin de examinar la enorme
variedad de parámetros dentro de la población de los
animales de compañía. En este artículo ofrecemos un breve
resumen sobre la epidemiología
de las enfermedades ortopédicas.
Resultados
Las patologías más frecuentes de los perros y los gatos
en la categoría de musculoesqueléticas se muestran en
la Tabla 1. En ambas especies se emitieron diagnósticos
similares: luxación de la rótula, OA, etc., pero el rango
de cada diagnóstico difirió entre gatos y perros.
En los perros, los trastornos más frecuentes fueron la
luxación de rótula y OA. Los casos de rotura del ligamento cruzado y de displasia de cadera aumentaron
con la edad. La luxación de rótula resultó la más común
en adultos jóvenes, seguidos de los adultos maduros.
La prevalencia de todas las patologías aumentó al aumentar el tamaño de la raza, excepto en el caso de
luxación de rótula en el que disminuyó (Tabla 2). En
los perros de razas más pequeñas, la luxación de rótula
fue la de mayor prevalencia, seguida de OA. En los
otros grupos de perros de mayor tamaño la OA fue la
patología más frecuente. En los de tamaño mediano, la
rotura del ligamento cruzado y la displasia de cadera
fueron las patologías de mayor prevalencia después de
la OA. En los de gran tamaño, sin embargo, la prevalencia
de displasia de cadera superó a la de rotura del ligamento
cruzado.
En los gatos, la patología más frecuente en los individuos más jóvenes fue la luxación de rótula, y en los
animales mayores la OA.
EPIDEMIOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD ORTOPÉDICA
Tabla 1.
Prevalencia de las patologías ortopédicas más frecuentes en 10.000 casos de pacientes caninos y felinos en función
de la edad.
ESPECIE
GRUPO DE EDAD
Patología
Juvenil
Adulto joven
Adulto maduro
Geriátrico
(<1 año)
(1-3 años)
(3-10 años)
(>10 años)
Osteoartritis
2.99
17.81
213.62
1226.52
Rotura del ligamento cruzado
7.20
22.54
59.94
64.10
Displasia de cadera
16.00
28.50
52.59
100.19
Luxación de rótula
74.13
180.46
169.69
105.06
Osteocondrosis
1.09
0.94
0.50
0.32
No unión del proceso ancóneo
0.45
0.37
0.20
-
Canina
Osteoartritis
0.69
2.86
17.67
156.44
Rotura del ligamento cruzado
1.11
1.14
3.15
5.15
Displasia de cadera
0.69
1.62
1.92
3.86
Luxación de rótula
4.29
5.34
3.49
2.90
Felina
Tabla 2.
Prevalencia de las patologías ortopédicas más severas
en 10.000 casos de pacientes caninos en función del
tamaño de raza.
Tamaño de la raza
Enfermedad
Miniatura Pequeño Mediano Grande
Osteoartritis
64.99
117.15
210.97
382.30
Rotura del
ligamento cruzado
12.98
22.88
50.00
65.34
Displasia de cadera
10.02
11.74
38.43
107.42
Luxación de rótula
341.94
155.91
33.44
10.53
Osteocondrosis
0.11
0.29
0.48
2.37
No unión del
proceso ancóneo
0.07
-
0.26
0.93
Discusión
Los trastornos musculoesqueléticos incluyen una gran
variedad de patologías, siendo más o menos frecuentes en función de la edad, raza y tamaño para una misma
especie. Aunque los estudios sobre la prevalencia son
escasos, sí existen publicaciones sobre los factores de
riesgo de algunas de estas patologías (por ejemplo, la
displasia de cadera y la luxación de rótula en perros)
(5).
Resulta particularmente interesante que la prevalencia de la OA o la enfermedad articular degenerativa
comunicada en esta revisión es mucho menor que la
de estudios previos (4,6). La OA es bastante común en
gatos. En un estudio (4) se indicó que más del 90% de
los gatos > 12 años mostraba evidencias radiográficas
de enfermedad articular degenerativa. Esto puede
deberse a diferencias en las poblaciones de estudio o
en los sistemas de estudio utilizados.
La información presentada en este artículo es única,
ya que en Medicina Veterinaria no se dispone de estudios
de población a gran escala. La realización de otras investigaciones similares sería muy valiosa para contrastar
resultados.
BIBLIOGRAFÍA
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the United States. J Am Vet Med Assoc 1999;214:1336-1341.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 25
Manejo nutricional de
las patologías
ortopédicas en gatos
Cecilia Villaverde,
BVSc, PhD, Dipl. ACVN,
Dipl. ECVCN
Hospital Universitario
Veterinario, Universitat
Autònoma de Barcelona,
Barcelona, España
La Dra. Villaverde se licenció en
Veterinaria en el año 2000 y se doctoró en Nutrición en
2005 en la Universidad Autónoma de Barcelona. Posteriormente, se trasladó a la Universidad de California Davis,
durante 4 años, para investigar en Nutrición Felina y
obtener su Residencia en Nutrición Clínica de Pequeños
Animales. En la actualidad trabaja para el Servicio de Nutrición del Hospital Universitario Veterinario de Barcelona.
Introducción
Tradicionalmente los problemas ortopédicos se consideraban poco frecuentes en los gatos, pero ahora estos
casos están aumentando debido a la aplicación de
PUNTOS CLAVE
En la actualidad la osteoartritis (OA) se considera un
problema relativamente común en gatos, y
frecuentemente asociado con dolor. A menudo, los gatos
se benefician del tratamiento
En pacientes con patologías ortopédicas es importante
mantener una condición corporal óptima para reducir al
mínimo la tensión en las articulaciones y aliviar los
signos clínicos. Para conseguirlo, lo mejor es prevenir el
exceso de peso a lo largo de toda la vida
La dieta puede ser una herramienta importante para el
manejo del gato con enfermedad articular. Los ácidos
grasos omega-3, la glucosamina, el sulfato de
condroitina, el mejillón verde y los antioxidantes se han
propuesto como nutrientes que pueden ser beneficiosos
para la salud articular
Es necesario investigar más sobre la osteoartritis y
otras enfermedades articulares en gatos, y en especial
sobre la etiología y signos clínicos, para así poder
evaluar mejor el efecto del manejo dietético
26 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
mejores métodos de diagnóstico. El problema ortopédico reconocido con más frecuencia en los gatos, y en
especial en geriátricos, es la osteoartritis (OA). Se trata
de un síndrome clínico, progresivo, con múltiples causas,
caracterizado por la destrucción del cartílago articular
y acompañado de signos de dolor y discapacidad (1).
El cartílago articular normal es sintetizado por un
pequeño número de condrocitos, células especializadas
que producen una matriz extracelular, la cual representa
el 90% del volumen del cartílago. La matriz está compuesta principalmente por colágeno y proteoglicanos.
Los proteoglicanos están formados a su vez por glucosaminoglicanos unidos a una proteína central (“proteína
core”). Los proteoglicanos se agregan alrededor del ácido
hialurónico para formar unidades mayores denominadas
“agrecanos” (Figura 1). La red de colágeno proporciona
la fuerza de tensión y los proteoglicanos proporcionan
la elasticidad.
La OA es la consecuencia del desequilibrio entre la
síntesis y la degradación de la matriz del cartílago articular, aunque aún no se ha determinado la cadena de
acontecimientos que conducen a este desequilibrio.
Aunque la degradación del cartílago es el signo característico de OA, en cierta medida, todos los tejidos del
interior de la articulación se ven afectados: cartílago
articular, membrana sinovial y hueso subcondral.
Este síndrome se clasifica como primario (o idiopático)
cuando no se encuentra una causa desencadenante y
suele estar asociado al envejecimiento. Cuando se
identifica una causa se trata de OA secundaria. En la
bibliografía se ha descrito la OA secundaria a causas
congénitas y nutricionales (como la osteocondrosis
del gato de raza Scottish Fold y la hipervitaminosis A),
pero la mayoría de los casos se clasifican como idiopáticos, ya sea porque no existe una causa o porque las
posibles causas desencadenantes no se han identificado todavía (2).
MANEJO NUTRICIONAL DE LAS PATOLOGÍAS ORTOPÉDICAS EN GATOS
Los signos clínicos en los gatos son diferentes a los
observados en los perros. El dolor producido por la OA
es crónico y de inicio insidioso, y puede ser muy difícil de
reconocer. La cojera no es una característica principal de
la OA en gatos, ya que éstos suelen presentarse con
signos más sutiles (atribuidos al dolor), como la negativa
a saltar, una menor altura del salto, los cambios de
comportamiento (por ejemplo, agresividad, esconderse),
eliminación inapropiada, disminución del acicalamiento
(8), etc. También se ha descrito anorexia y pérdida de
peso. Durante la exploración física (9), la palpación
puede permitir evaluar el dolor articular, pero la
crepitación de la articulación no es un signo típico, en
comparación con los perros. Se han descrito cambios
radiográficos; sin embargo, no parece haber una correspondencia entre los cambios radiográficos sugestivos
de OA y la presencia de signos clínicos. Esto puede deberse a que es más difícil detectar el dolor en los gatos o a
que la OA felina es menos dolorosa. En un estudio (6)
se demostró que aproximadamente una tercera parte
de los gatos con alteraciones radiográficas en al menos
una articulación mostraba signos clínicos, y no se
identificó una causa subyacente en la mayoría de los
casos. La combinación del historial, signos clínicos,
exploración física y radiográfica constituye el mejor
método para diagnosticar la OA en el paciente felino.
Proteína
central
Proteoglicano
Glucosaminoglicanos
Agrecán
©Dr. C. Villaverde.
Además de la edad avanzada, no se han descrito factores
de riesgo en los gatos (3,4). En un estudio retrospectivo (5) se encontró que los gatos obesos tenían una
probabilidad aproximadamente 3 veces superior de
presentar cojera (aunque no se especificó la causa de
la cojera), lo que sugiere que la obesidad podría ser un
factor predisponente, como ocurre en los perros. Se
desconoce la prevalencia de OA en los gatos. Algunos
estudios la estiman en aproximadamente el 20% de la
población adulta (3,6), con un aumento de la prevalencia a mayor edad. En un estudio (7), se encontró que
cerca del 90% de las radiografías de gatos de más de
12 años de edad mostraban signos de OA al menos en
una articulación, mientras que en un artículo reciente
(6) se encontró que el 61% de todos los pacientes felinos
de un hospital veterinario mostraban signos de OA al
menos en una articulación. El diagnóstico de la OA en
gatos es más difícil que en perros, debido a su tamaño y
a su naturaleza sedentaria, así como a la dificultad para
evaluar el dolor. Sin embargo, en la actualidad están
siendo diagnosticados un mayor número de gatos debido
a una observación clínica más estrecha y a las mejores
técnicas radiológicas (1).
Acido
hialurónico
Figura 1.
Los proteoglicanos están formados por glucosaminoglicanos
unidos a una proteína central.
Tratamiento
Los objetivos del tratamiento son la eliminación de las
causas subyacentes o predisponentes, el alivio del dolor
y de la inflamación, mejora de la movilidad y ralentización de la progresión de la enfermedad (1). Actualmente,
el enfoque del tratamiento de la OA es multimodal.
La cirugía correctora de la causa subyacente puede ser
necesaria. Entre los fármacos empleados se incluyen
los antiinflamatorios, analgésicos y condroprotectores
inyectables. Los antiinflamatorios y los analgésicos
ayudan a mejorar la calidad de vida. Es importante
realizar un análisis de los riesgos y beneficios de estos
fármacos para cada paciente en concreto. Los utilizados
con más frecuencia son los antiinflamatorios no
esteroideos (AINEs), que reducen el dolor articular y
disminuyen la sinovitis al inhibir la ciclooxigenasa
(COX) y, por tanto, disminuyen la producción de eicosanoides. Ciertos eicosanoides son mediadores de la
inflamación y se producen a partir del ácido araquidónico (AA) liberado de las membranas celulares
dañadas. Otras modalidades de tratamiento que se
complementan entre sí son la modificación del entorno,
la fisioterapia, los nutracéuticos y el manejo nutricional.
Manejo nutricional de los gatos
con OA
El tratamiento dietético se utiliza siempre en combinación con otros métodos de tratamiento, y los objetivos
principales son la provisión de una nutrición completa
y equilibrada para cada paciente, favoreciendo la
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 27
Componentes de la dieta
©Dr. C. Villaverde.
• L-carnitina
La L-carnitina es un nutriente no esencial que transporta
los ácidos grasos desde el citosol hasta la mitocondria,
una etapa necesaria en la oxidación de los ácidos grasos
para la obtención de energía. Se ha propuesto la inclusión
de L-carnitina en dietas como una estrategia útil para
mantener el peso corporal muscular en gatos (11) y la
mayoría de las dietas indicadas para los problemas
articulares en gatos contiene este nutriente.
Figura 2.
Debe realizarse un tratamiento dietético para conseguir la
pérdida de peso en gatos obesos con OA.
reparación del cartílago mediante el suministro de
precursores de proteoglicanos, controlando el dolor y
combatiendo la progresión.
Nutrición completa y equilibrada
El objetivo principal de la nutrición es proporcionar la
energía y nutrientes necesarios para el paciente. Los
gatos con OA deben recibir una dieta completa y equilibrada. Es importante proporcionar los niveles adecuados
de todos los nutrientes para la salud articular, incluyendo
los oligoelementos y en particular el manganeso, ya
que es un cofactor para la síntesis de los glucosaminoglicanos. Existen algunas dietas comercializadas para el
tratamiento de la enfermedad articular felina, que contienen ácidos grasos de cadena larga omega-3 y antioxidantes añadidos. Estas dietas también son adecuadas
como alimento de mantenimiento de gatos adultos y de
edad avanzada.
Control del peso
No hay estudios publicados sobre gatos, pero en perros
se ha demostrado que el mantenimiento de la condición corporal óptima contribuye a retrasar la aparición
de problemas articulares y alivia los signos clínicos de
OA (10). Además, el exceso de peso corporal supone
una presión extra sobre el cartílago articular y puede
empeorar los signos clínicos. Por otro lado, la obesidad
se ha asociado con una variedad de problemas de
salud en gatos (5). En los gatos obesos (Figura 2) debe
instaurarse por consiguiente un plan de pérdida de
peso utilizando una dieta formulada específicamente
para este propósito. La prevención es, por supuesto, la
mejor política y la alimentación ad libitum debe evitarse
(en especial en gatos esterilizados ya que son más propensos a engordar). En todos los gatos está indicada
una dieta completa y equilibrada para mantener una
condición corporal óptima saludable (3/5 ó 5/9).
28 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
• Ácidos grasos omega-3 de cadena larga
Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga suelen
incluirse en las dietas caninas para el tratamiento de
los problemas articulares y en algunos estudios se ha
confirmado su efecto beneficioso (12). El ácido alfalinolénico (ALA) es el precursor de todos los ácidos
grasos omega-3 y es abundante en algunos aceites
vegetales, principalmente en el aceite de linaza. Este
ácido graso puede convertirse en derivados de cadena
más larga como el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el
ácido docosahexaenoico (DHA), que son las formas
bioactivas (Figura 3). Sin embargo, para convertir el
ALA en EPA es necesaria la acción de la delta-6-desaturasa, enzima con escasa actividad en gatos (13). Es
por este motivo por el que los aceites de pescado, naturalmente ricos en EPA y DHA, son una mejor opción que
el aceite de linaza como fuente de ácidos grasos omega-3
para los gatos.
Los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son precursores
de los eicosanoides a través de las vías de la ciclooxigenasa y lipooxigenasa (Figura 3). El AA es el ácido
graso omega-6 precursor de los eicosanoides proinflamatorios, como las prostaglandinas de la serie-2.
Sin embargo, los eicosanoides producidos a partir del
EPA son menos proinflamatorios. Cuando aumenta la
cantidad de EPA y DHA en la dieta, estos ácidos grasos
compiten con el AA para su incorporación en las membranas reduciendo así la producción de mediadores
proinflamatorios. Estos ácidos grasos omega-3 de cadena
larga actúan también a nivel de la expresión génica.
Debido a estos efectos antiinflamatorios generalizados,
se han utilizado en Medicina Humana y Veterinaria para
controlar diversas patologías, como patologías renales,
cutáneas e intestinales.
Tanto la cantidad absoluta de ácidos grasos omega-3
como la proporción en el alimento de ácidos grasos
omega-6:omega-3 son importantes. En este momento,
se desconocen las cantidades y las proporciones ideales
de estos ácidos grasos en gatos sanos y con diferentes
MANEJO NUTRICIONAL DE LAS PATOLOGÍAS ORTOPÉDICAS EN GATOS
Omega-6
Omega-3
Ácido linoleico (C 18:2)
Ácido linolénico (C 18:3)
Delta-6 desaturasa
EPA (C 20:5)
Ácido araquidónico (C 20:4)
Mediadores
antiinflamatorios
DHA (C 22:6)
Mediadores
proinflamatorios
Figura 3.
Vías derivadas de las series omega-3 y omega-6.
patologías. Hay muy pocos estudios sobre el efecto de
los ácidos grasos omega-3 por sí solos en gatos con
diferentes patologías. En un pequeño estudio prospectivo sobre gatos con enfermedad articular alimentados
con una dieta rica en aceites de pescado se demostró
una mejoría en los biomarcadores séricos de la OA
(14). No se comunicaron cambios en los signos clínicos,
lo que quizá se deba a la corta duración del estudio
(30 días). Sin embargo, sus posibles beneficios deben
considerarse, y tienen pocos efectos secundarios. En
otro pequeño estudio se comunicó que en gatos, un
cociente entre ácidos grasos omega-6: omega-3 muy
bajo puede reducir la agregación plaquetaria y, por
tanto, aumentar el tiempo de hemorragia (15). Son
necesarias más investigaciones sobre los efectos beneficiosos y posibles efectos adversos de estos ácidos grasos.
• Sulfato de condroitina y glucosamina
El sulfato de condroitina es un glucosaminoglicano
precursor para la síntesis del proteoglicano. La glucosamina es un aminomonosacárido precursor para la
síntesis de glucosaminoglicanos. Sus formas orales se
utilizan a menudo en personas y en perros con problemas
articulares, pero casi no hay estudios relativos a su
eficacia en gatos. Los resultados obtenidos en pruebas
con personas son alentadores, sin embargo, los resultados obtenidos en la especie canina han sido ligeramente positivos o no concluyentes (16), lo que también
varía dependiendo del producto estudiado. La glucosamina puede ser sintetizada por los condrocitos
normales. Se ha propuesto la hipótesis de que, en la
OA, los condrocitos pueden tener una menor capacidad
para sintetizar glucosamina y que el aporte exógeno
podría proporcionar bloques de construcción fácilmente
disponibles para la síntesis de nuevos proteoglicanos.
La glucosamina es también un precursor del ácido
hialurónico, esencial para la formación de agregados
de agrecán. Estudios in vitro sugieren que la glucosamina y el sulfato de condroitina inhiben la degradación
del cartílago, promueven la síntesis del cartílago y
reducen la inflamación. Se ha estudiado la seguridad
de un suplemento ya comercializado para la especie
felina (que contiene una mezcla de sulfato de condroitina, glucosamina y manganeso); como cabía esperar,
no se comunicaron efectos secundarios cuando el
producto se administró en una dosis 2 veces superior a
la recomendada durante 30 días (17). Dado que estas
moléculas se consideran muy seguras y tienen beneficios
potenciales se incluyen en las dietas comercializadas
para el tratamiento de la enfermedad articular. También
se incluyen en algunos alimentos para gatos mayores
para ayudar a evitar o a retrasar la aparición de OA. En
este momento, no hay estudios relativos sobre el efecto
de estas sustancias, ya se administren solas o como
suplemento en la dieta, en la prevención de los problemas de degeneración articular.
• Extracto de mejillón verde
El mejillón verde (GLM) contiene una mezcla de glucosaminoglicanos, ácidos grasos omega-3, aminoácidos,
vitaminas y minerales; todas ellas sustancias importantes
para la salud de las articulaciones. El mecanismo de
acción exacto se desconoce, pero uno de los ácidos grasos
omega-3, el ácido eicosatetraenoico, parece tener propiedades antiinflamatorias mediante la inhibición de la
lipooxigenasa y la ciclooxigenasa. Según algunas publicaciones, tiene efectos positivos en el alivio de los signos
clínicos de la OA en perros (18), pero en la actualidad
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 29
Control
EPA + DHA Sulfato de
condroitina +
glucosamina
GLM
Figura 4.
Contenido de EPA y DHA, sulfato de condroitina y glucosamina,
y mejillón verde en dietas control y dietas test o experimentales
(gramos por 1.000 kcal).
no hay estudios publicados en los que se investigue el
efecto aislado del mejillón verde, en la enfermedad
articular felina.
• Antioxidantes
Se ha sugerido que el uso de antioxidantes reduce al
mínimo la producción de moléculas de oxígeno reactivo,
implicadas en la patogenia de un gran número de
enfermedades. Todavía no se han publicado datos,
pero, ya que algunos antioxidantes son nutrientes
esenciales (vitamina E, taurina, selenio) y tienen pocos
efectos adversos descritos, su utilización en las dietas
articulares es común.
Ensayos clínicos
Sólo hay un ensayo clínico prospectivo, aleatorio, con
doble ciego y controlado con placebo relativo al efecto
de un alimento comercial para gatos con OA (19). Se
incluyeron gatos diagnosticados de enfermedad articular degenerativa en función de los signos clínicos
(dolor y deterioro de la movilidad), exploración física
y radiografías, así como ausencia de enfermedad sistémica. Los gatos no podían haber recibido antiinflamatorios ni nutracéuticos comercializados para la
salud articular durante las 6 semanas previas al estudio,
y su modo de vida era de interior (para asegurar un
buen control por parte del propietario). Un total de 40
gatos recibieron o bien la dieta experimental o la dieta
control. La dieta experimental estaba enriquecida en
ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA), sulfato de
condroitina y glucosamina y GLM (Figura 4). La dieta
de control tenía una proporción de omega-6: omega-3
de 11,3: 1, mucho mayor que la dieta experimental
30 / Veterinary Focus / Vol 21 No 1 / 2011
Cambio en el nivel de actividad
Test
2
1.8
1.6
1.4
1.2
1
0.8
0.6
0.4
0.2
0
Control
Test
Figura 5.
Efecto de la dieta sobre el cambio en el recuento de actividad
entre el día 0 y el día 70, corregido en función del peso corporal.
Las medidas de este recuento, indicaron que la actividad disminuyó de manera significativa en el grupo control, aumentó de
manera significativa en el grupo con la dieta experimental y hubo
diferencias significativas entre los grupos (P < 0,001). Nótese
que las unidades del recuento son arbitrarias.
(2,7:1). La dieta se administró durante 10 semanas. El
resultado se evaluó tanto de manera subjetiva (cuestionarios al propietario y exploración ortopédica) como
objetivamente (recuento de la actividad utilizando un
dispositivo de control de la actividad colocado en el
collar).
Después de 10 semanas, las medidas subjetivas mostraron una notable mejoría en los dos grupos. Este fuerte
efecto placebo subraya la importancia de los estudios
ciegos y bien controlados cuando se evalúa el efecto de
la nutrición en esta enfermedad. No se detectaron
diferencias entre los grupos.
Con los recuentos de actividad, corregidos para el
peso corporal, se observó que la dieta había ayudado:
los gatos que recibieron la dieta experimental mostraron mejores recuentos de actividad que los gatos con
la dieta control tras 70 días de estudio (Figura 5). Una
explicación podría ser que los gatos alimentados con
la dieta experimental (enriquecida en EPA, DHA,
GLM, sulfato de condroitina y de glucosamina) presentaron un mejor control del dolor y, por tanto, se movían
más. Tal y como señalan los autores, un mejor conocimiento de la OA felina, en particular en relación con
los cambios de comportamiento asociados al dolor,
contribuirá a un mejor diseño e interpretación de
futuros estudios.
Manejo nutricional de los gatos
tras una cirugía ortopédica
Además de la OA, los gatos pueden presentarse con
otros problemas articulares, como displasia de cadera
MANEJO NUTRICIONAL DE LAS PATOLOGÍAS ORTOPÉDICAS EN GATOS
y traumatismos, pudiendo estar indicado el tratamiento quirúrgico. En estos casos, se espera un periodo
postquirúrgico tranquilo para reducir al mínimo las
complicaciones.
aumento de peso. Es necesario supervisar meticulosamente el volumen de la ración, ajustándola en función
del peso y de la condición corporal (también controlados). Esto contribuirá a evitar un aumento de peso no
deseado.
Nutrición completa y equilibrada
Como siempre, la alimentación del paciente en cada
etapa de su vida es crucial, y especialmente en el periodo
postoperatorio, durante el cual se producen los procesos
de restauración y recuperación, aumentando las necesidades nutricionales. Existen diversas dietas comercializadas para la convalecencia adecuadas para el período
postquirúrgico inmediato durante la hospitalización
del gato (3-4 días). Estas dietas son ricas en energía y
nutrientes, y proporcionan nutrición suficiente en un
pequeño volumen de alimento, lo que puede ser deseable
en pacientes, a veces hiporéxicos, por el estrés de la
hospitalización.
Control del peso
Es importante alcanzar el peso corporal óptimo si se va
a realizar una cirugía, ya que los efectos beneficiosos
serán mucho más pronunciados y el período postquirúrgico tendrá menos complicaciones. Al minimizar
el estrés o la carga articular, el paciente con una condición corporal ideal tendrá menos problemas durante
la recuperación. Durante el periodo de recuperación,
quizá sea necesario el reposo en la jaula, lo que provocará una disminución de la actividad y predispondrá al
Dietas articulares
Por desgracia, no hay estudios que evalúen el uso de
las dietas comerciales específicas para problemas articulares durante la recuperación de una cirugía ortopédica. Estas dietas son completas y equilibradas para
gatos adultos, y por sus características especiales podrían
ser beneficiosas para la recuperación articular al suministrar precursores y minimizar la inflamación articular.
Conclusión
El manejo nutricional es un aspecto importante del
tratamiento de las patologías articulares en Medicina
Veterinaria. Se recomienda una nutrición adecuada
para cada etapa de la vida del paciente y además conseguir un peso corporal y una condición corporal adecuados. El uso de dietas específicas comercializadas para
las enfermedades articulares ha demostrado resultados
prometedores en otras especies y el único estudio realizado en gatos sugiere también un efecto beneficioso.
Son necesarias más investigaciones para la mejor
comprensión de las patologías articulares felinas y sus
manifestaciones clínicas, así como del efecto de los
diferentes nutrientes en su prevención y tratamiento.
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Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 31
CÓMO ABORDAR...
El perro atáxico:
¿es neurológico u
ortopédico?
Alejandro Artiles,
DVM
Hospital veterinario
Los Tarahales, Las Palmas
de Gran Canaria, España
El Dr. Artiles se licenció por la Facultad de Veterinaria de Córdoba en 1992
y siguió su formación en Hannover,
Alicante y Madrid. Es director de los Departamentos de
Neurología y Traumatología en el Hospital Veterinario Los
Tarahales, en donde introdujo la primera instalación de
resonancia magnética para Pequeños Animales en Canarias
en 2010. Graduado ESAVS en Neurología, es autor de muchos
artículos y ponente en conferencias de este tema.
Introducción
La ataxia puede definirse como “pérdida de coordinación de la marcha” y la marcha a su vez puede definirse
como “los movimientos que realiza un animal cuando
se desplaza de un lugar a otro, o los cambios de postura
continuos que intervienen en el movimiento” (1). Desde
un punto de vista neurológico, la ataxia se refiere únicamente a la disfunción de las vías sensitivas, mientras
que la paresia (que se presenta como un cuadro clínico
muy similar) implica una disfunción de las vías motoras
eferentes. La ataxia y la paresia suelen confundirse; la
PUNTOS CLAVE
La ataxia es un síntoma, no una enfermedad
La alteración de la locomoción puede deberse a
defectos en las vías sensitivas, en las motoras,
o en ambas
Un enfoque sistemático combinado con una
exploración clínica meticulosa debe permitir
diferenciar entre problemas neurológicos y
ortopédicos
Suele ser necesario realizar pruebas complementarias
para obtener un diagnóstico final
32 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
alteración de la locomoción puede implicar en realidad
cambios en ambas vías, sensitivas y motoras (2). Las
neuronas propioceptivas forman el sistema sensorial
que recoge información del estado en posición y en
movimiento de los músculos y articulaciones (3). Un
déficit propioceptivo indica daño neurológico, aunque
es inespecífico con respecto al lugar donde se encuentre
la lesión. La ataxia es un síntoma, más que una enfermedad, y puede clasificarse en: propioceptiva, vestibular
y cerebelar.
Presentación clínica y abordaje
Los signos clínicos dependen del tipo de ataxia, aunque
la presentación más común es una falta de coordinación
de movimientos combinada con una estancia de base
amplia, extremidades que se cruzan al caminar o pasos
muy cortos o exagerados (4). El movimiento requiere
que los sistemas esquelético, neurológico, cardiovascular
y endocrino sean completamente funcionales y estén
coordinados. Aunque las anomalías de la marcha se
pueden producir por problemas en cualquiera de estos
sistemas, son las patologías neurológicas y ortopédicas
las principales causas de cojera y de movimiento anómalo en gatos y perros (Figura 1). La mayor longevidad de
los animales de compañía implica que el veterinario se
enfrente a menudo a pacientes de edad avanzada con
trastornos de la marcha y cambios en uno o más de los
principales sistemas indicados antes. Puede ser difícil
identificar qué alteración está causando los signos que se
presentan. Por ejemplo, una radiografía puede mostrar
una displasia de cadera severa, que lleve a suponer que
ésta debe ser la causa del problema y por tanto debería
tratarse. Sin embargo, es obligatorio decidir si la displasia
de cadera es en realidad la causa de la locomoción anómala, ya que de lo contrario el tratamiento no resolverá
los problemas. Con la naturaleza interrelacionada de los
sistemas corporales, las decisiones deben estar basadas
en la fisiopatología para obtener el diagnóstico más
preciso con un enfoque uniforme y sistemático de la
exploración clínica. En los pacientes de urgencias con
EL PERRO ATÁXICO: ¿ES NEUROLÓGICO U ORTOPÉDICO?
traumatismos se puede alterar este enfoque, teniendo
como prioridad estabilizar al paciente y también a la
vez conseguir una evaluación neurológica/ortopédica
simultánea.
¿Cómo abordar al paciente
atáxico?
El método preferido por el autor es seguir un protocolo
sistemático, como el siguiente:
• Antecedentes médicos
• Anamnesis de la enfermedad actual
• Exploración física
• Examen ortopédico
• Examen neurológico
• Localización de la lesión o lesiones
• Diagnóstico diferencial
• Pruebas auxiliares
• Diagnóstico
• Pronóstico, tratamiento y seguimiento
La historia clínica debe ser lo más completa posible. Los
tres primeros puntos son cruciales para establecer las
prioridades del diagnóstico, ya que a veces la anamnesis y la exploración física orientan el diagnóstico final.
Dado que los principales sistemas afectados en los trastornos de la marcha son el neurológico y el ortopédico, la
primera prueba, y la más fiable, es la exploración física.
Pueden realizarse otras pruebas complementarias
después de responder a estas preguntas:
• ¿Dónde está la lesión? Las lesiones pueden ser focales,
multifocales o difusas. Si sabemos que nuestro paciente
tiene ataxia, necesitamos establecer la localización
neurológica de la lesión.
• ¿Cuáles son los posibles diagnósticos diferenciales?
La regla nemotécnica VITAMIN D es útil como
recordatorio para considerar las causas vasculares,
inflamatorias, traumáticas, de anomalías, metabólicas/tóxicas, idiopáticas, neoplásicas y degenerativas.
El desarrollo completo de estos dos puntos indicará
qué pruebas diagnósticas complementarias son las
preferidas y, en última instancia, ayudará a establecer
un diagnóstico exacto.
¿Cómo realizo una exploración
ortopédica?
La exploración física ortopédica se inicia observando
cómo camina el paciente. Debemos evaluar la marcha
del paciente desde diferentes perspectivas, sobre superficies planas y moderadamente inclinadas no deslizantes.
Si se sospecha una lesión neurológica, la marcha debe
examinarse sobre una superficie plana seguida de una
rampa o escaleras. Las lesiones ortopédicas se ven mejor
cuando el perro se mueve deprisa, ya que la cojera suele
ser más obvia. Un perro con un problema neurológico
quizá tienda a andar despacio porque intenta compensar
el desequilibrio o la debilidad. La longitud del paso puede
ser normal o estar aumentada en las lesiones de las
neuronas motoras superiores (NMS) (vías raquídeas
motrices eferentes), mientras que en las lesiones ortopédicas o musculares normalmente los pasos son cortos.
Para los pacientes que no cooperan, se pide al propietario
que grabe a su perro en casa.
La marcha anómala puede presentarse de varias formas.
La anquilosis y rigidez articulares normalmente se presenta como pasos cortos y, aunque no de manera exclusiva, esto es típico de la patología no neurológica. La
cojera es fundamentalmente un signo de problemas
ortopédicos (artrosis, tendinitis, etc.), pero debe tenerse
cuidado, ya que una enfermedad de las raíces nerviosas
(por ejemplo, compresión discal, enfermedades degenerativas de columna, tumores de las raíces nerviosas),
puede producir a veces cojera manifiesta de origen no
ortopédico. Hay que vigilar la distribución inadecuada
de la carga al caminar. Normalmente se soporta más
peso (~60%) en las extremidades anteriores, pero
algunas patologías pueden alterar esto; por ejemplo,
después de una caída, un perro puede tener una lesión
bilateral del ligamento del carpo y mostrar hiperextensión de ambos carpos, y caminar con una postura
compensatoria del dorso, flexionando las extremidades
posteriores para soportar más cantidad de carga (Figura
2). La debilidad muscular puede tener diversos orígenes
y puede resultar difícil decidir si es de origen neurológico
o no. La miositis puede presentarse con dolor y debilidad
de la marcha. Los trastornos endocrinometabólicos que
pueden causar debilidad muscular son: hipotiroidismo,
hipoadrenocorticismo o hiperadrenocorticismo, hipoglucemia e hiper/hipopotasemia.
Para los pacientes que permanecen sentados o tumbados, es obligatorio establecer si no están de pie porque
tienen dolor (rotura bilateral de los ligamentos cruzados,
miositis) o porque no pueden permanecer de pie (tetraplejía, lesión vestibular).
Después de evaluar la marcha, palpamos las extremidades en un orden establecido, de distal a proximal. Si
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 33
Figura 1.
© Dr. Artiles.
© Dr. Artiles.
CÓMO ABORDAR...
Figura 2.
Este perro se presentó apoyándose sobre la parte trasera de la
extremidad posterior y negándose a soportar el peso en la
extremidad anterior izquierda.
Nótese cómo este perro flexiona las extremidades posteriores
para ayudar a la distribución del peso después de una caída.
hay una zona evidentemente dolorosa, debe examinarse
la última. Hay que tener en cuenta la posibilidad del dolor
referido. Obsérvese la presencia de inflamación/calor
que pueda sugerir un proceso inflamatorio agudo. La
contracción de un músculo o tendón puede significar
una contractura o calcificación. El tono muscular es una
pista importante.
• Determinar si un paciente tiene lesión del sistema
nervioso o no.
• Neurolocalizar, es decir, determinar dónde está alterado el sistema nervioso. ¿Es central o periférico? Si
es craneal, ¿encefálico o medular? Si es encefálico,
¿cerebelar o del tallo encefálico?
• Realizar un diagnóstico diferencial que pueda indicar
qué pruebas complementarias están justificadas.
Las lesiones en las neuronas motoras inferiores (NMI) se
presentan con músculos fláccidos o pérdida de tono,
mientras que en los problemas neurológicos en neuronas
motoras superiores (NMS), se mantiene un tono muscular normal o aumentado. Nótese que, si un problema
continúa durante algunas semanas, acabará por aparecer
atrofia muscular y pérdida de tono.
Deben examinarse las apófisis y los puntos de inserción
de los músculos. Los pacientes con paresia crónica
tienden a presentar ulceración de la piel o engrosamiento cutáneos que pueden infectarse de forma secundaria.
Deben examinarse todas las articulaciones para comprobar la ausencia de anquilosis o laxitud, y que los movimientos de flexión/extensión están dentro del intervalo
normal. Hay una variedad de pruebas que pueden
demostrar una laxitud excesiva (por ejemplo, la prueba
de cajón para la rodilla, la prueba de Ortolani para la
cadera) y es mejor realizarlas bajo sedación. La inestabilidad articular no provoca ataxia, por tanto, si un
paciente muestra ataxia, debilidad o alteración de la
marcha, debe realizarse una exploración neurológica
completa.
¿Cómo realizo una exploración
neurológica?
El propósito de la exploración neurológica es triple:
34 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Lo primero que debe observarse es el estado mental, la
postura, el comportamiento y la marcha del paciente. El
estado mental puede ser normal, deprimido, presentar
estupor o incluso estar en coma. Los cambios más
frecuentes de la postura son la inclinación de la cabeza,
la flexión del cuello o las anomalías de la columna
(lordosis, cifosis). Durante la marcha se observa cuál o
cuáles son las extremidades que fallan al caminar y si
el perro camina hacia un lado, en una dirección o en
círculos. Una marcha anómala puede incluir:
• Paresia (debilidad del movimiento voluntario): puede
afectar a una extremidad (monoparesia), a la extremidad anterior y posterior de un lado (hemiparesia),
a ambas extremidades posteriores (paraparesia) o a
las cuatro extremidades (tetraparesia).
• Parálisis (incapacidad para moverse voluntariamente): puede presentarse como monoplejía, hemiplejía, paraplejía o tetraplejía.
• Ataxia: puede ser propioceptiva (sensitiva), vestibular
o cerebelar.
- La ataxia propioceptiva afecta a las vías aferentes
raquídeas e implicará déficit posturales. A menudo
incluye signos de NMS.
- La ataxia vestibular puede presentarse como mareos,
Figura 3.
Gran Danés que muestra un aumento del tono muscular de las
extremidades anteriores.
desequilibrio o pérdida de coordinación, acompañado
de inclinación de la cabeza y/o nistagmo. Puede ser
periférica o central. Esta última va acompañada de
deficiencias propioceptivas o de afectación de otros
nervios craneales.
- La ataxia cerebelar se presenta como incoordinación
espástica, que normalmente implica hipermetría sin
paresia. Otros signos de disfunción cerebelar son el
temblor de intención, déficit del reflejo de amenaza y
nistagmo anómalo.
Las alteraciones de las vías motoras pueden ser NMS o
NMI. Los signos de NMS incluyen la paresia, reflejos
raquídeos normales o hiperactivos, tono muscular
normal o aumentado (Figura 3) y atrofia muscular.
Los signos de NMI pueden incluir cojera y/o debilidad,
pero, al contrario que en la cojera ortopédica, la lesión
en NMI mostrará depresión o ausencia de los reflejos
raquídeos, pérdida del tono muscular, paresia o parálisis
y atrofia neurogénica (5).
Se deben evaluar las reacciones posturales y la propiocepción en general, ya que pueden permitir detectar
carencias no mostradas en la exploración de la marcha.
Una carencia propioceptiva indica un déficit neurológico,
aunque se trata de un signo inespecífico y no localizado.
Las pruebas posturales son:
• Prueba propioceptiva: se obliga al paciente a apoyarse
sobre el dorso de la pata. El paciente deberá corregir
rápidamente hacia la posición normal.
• Prueba de la carretilla: se obliga al paciente a caminar
en línea recta sobre las extremidades anteriores con
las extremidades posteriores levantadas.
• Prueba del salto: se sujeta al paciente de modo que
© Dr. Artiles.
EL PERRO ATÁXICO: ¿ES NEUROLÓGICO U ORTOPÉDICO?
el peso corporal recaiga en una sola extremidad,
obligándole a saltar o a caminar sobre esa extremidad.
• Prueba de colocación táctil: con los ojos tapados,
se lleva al paciente hacia el borde de una mesa; en
cuanto la parte posterior de las extremidades entre
en contacto con la mesa el paciente deberá levantar
las extremidades para colocarlas sobre la mesa.
• Prueba de colocación visual: es idéntica a la prueba
de colocación táctil, pero se permite al paciente que
vea el borde de la mesa y debe levantar las extremidades según vaya aproximándose a la mesa.
• Prueba extensor postural: se levanta al paciente
por las axilas y se le hace descender hacia el suelo. A
medida que el paciente se aproxima al suelo, deberá
extender progresivamente las extremidades posteriores.
En función del estado neurológico del paciente se eligen
las pruebas más indicadas. Si no hay carencias posturales y la marcha es normal, el paciente parecerá neurológicamente normal.
También deben evaluarse los nervios craneales. Defectos en uno o más de esos nervios permitirán localizar
lesiones en el cerebro. Se recomienda consultar la
literatura para conocer con detalle la realización de
esta evaluación. Se debe prestar especial atención a
los reflejos de amenaza y pupilar.
La evaluación de los reflejos medulares es de vital
importancia cuando se intenta localizar la lesión nerviosa. Proporciona no sólo información sobre el arco reflejo,
sino que permite también evaluar la función de la
NMS y NMI y sólo se necesita el martillo de exploración
y un mosquito atraumático. Con el paciente en decúbito
lateral y lo más relajado posible, pueden evaluarse los
reflejos de las extremidades. Las pruebas más importantes son:
• En extremidades anteriores: reflejo flexor, carpo
radial extensor y tricipital.
• En extremidades posteriores: reflejo patelar, flexor,
tibial craneal y gastrocnemio.
También deben evaluarse los reflejos perineales y el
panicular. Los reflejos pueden ser normales o estar
aumentados, disminuidos o ausentes. Dependiendo
del grado de afectación de esos reflejos podemos
determinar si hay disfunción de la NMS o NMI. Obviamente los reflejos pueden estar aumentados o no
existir, pero en algunos casos los cambios pueden ser
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 35
CÓMO ABORDAR...
Ataxia/paresia
Marcha normal/
comportamiento normal/
reacción postural anómala
Cerebro
NMS en extremidades
torácicas y pélvicas
Nervios craneales afectados
Marcha anómala y reacciones
posturales anómalas en todas las
extremidades
NMI extremidades torácicas
NMS extremidades pélvicas
Nervios craneales normales
Signos NMI
generalizados
C6-T2
Sistema nervioso
periférico
No hay paresia
C1-C5
Paresia
Ataxia asimétrica,
inclinación de cabeza,
estrabismo ventral, nistagmo
Ataxia, hipermetría, temblor de intención,
hipertonicidad, estancia amplia, amenaza
anómala, nistagmo pendular
Apatía/coma, déficit de los
nervios craneales, signos
vestibulares
Síndrome vestibular
Cerebelo
Tronco del encéfalo
Figura 4.
Diagrama de actuación para el abordaje del perro atáxico.
bastante sutiles. Obsérvese que esta exploración se
hace después de comprobar reacciones de la marcha y
posturales; tiene poco sentido estudiar reflejos si no hay
pruebas de carencias propioceptivas, posturales o de la
marcha. La exploración de los reflejos medulares
debería permitir la neurolocalización de las lesiones
de la médula espinal (en ausencia de afectación del
nervio craneal) como sigue:
• Ataxia/ tetraparesia y signos NMS: lesión en C1-C5.
• Ataxia/tetraparesia, con signos de NMI de las extremidades anteriores y de NMS de las extremidades
posteriores: lesión en C6-T2.
• Ataxia/paraparesia de las extremidades posteriores
con signos de NMS: lesión en T3-L3
• Ataxia/paraparesia de las extremidades posteriores
con signos de NMI: lesión en L4-S1.
Otra prueba añadida consiste en evaluar el grado de
sensibilidad de las extremidades, apretando los dedos
o las almohadillas entre el pulgar y el índice; si el
paciente no muestra signos de dolor, utilice un mosquito
atraumático para aumentar la presión. Nótese que el
paciente puede retirar la pata sin mostrar movimientos de la cabeza, vocalización, dilatación pupilar
u otros signos obvios de malestar; esto puede ser tan
sólo un arco reflejo y no necesariamente indica una
36 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
sensación consciente. La presencia o ausencia de sensibilidad no es un signo localizador, pero puede contribuir
a establecer el pronóstico (7).
Conclusión
La exploración física demostrará si un paciente con
ataxia e incoordinación es un caso ortopédico o neurológico. En la Figura 4 se muestra cómo una exploración
neurológica meticulosa puede ayudar a localizar el
problema. Se necesitan pruebas complementarias
para el diagnóstico final, como pueden ser: análisis de
orina y de sangre, análisis del líquido cefalorraquídeo,
radiología, mielografía, resonancia magnética, tomografía computerizada, electromiografía y biopsias
musculares y nerviosas (8). La resonancia magnética es
actualmente el patrón de oro para detectar y caracterizar las lesiones morfológicas o estructurales del sistema
nervioso central: enfermedad cerebrovascular (9) (isquemia, ictus…), enfermedad inflamatoria (meningitis,
encefalitis…), traumatismo, malformaciones congénitas
(hidrocefalia, hidromielia…), neoplasias, enfermedad
comprensiva y degenerativa de la médula espinal y las
raíces nerviosas, e incluso enfermedad neurodegenerativa (enfermedad de almacenamiento lisosómico y
otros problemas metabólicos) (10). El veterinario debe
elegir de forma objetiva las pruebas diagnósticas basándose en una exploración física exhaustiva.
Tara
©Dr. Artiles.
EL PERRO ATÁXICO: ¿ES NEUROLÓGICO U ORTOPÉDICO?
CASO CLÍNICO
mientras que las extremidades posteriores mostraban
reflejos flexor, patelar y tibial normales, lo que, a la
vista de los otros resultados, corresponde a una lesión
de NMS en ambas extremidades. Concluimos que la
perra tenía una lesión neurológica debido a los déficit
propioceptivos en ambas extremidades posteriores
con alteración de las reacciones posturales. Los signos
de NMI de las extremidades anteriores con los signos
de NMS de las posteriores permitieron localizar la
lesión en C6-T2. La naturaleza insidiosa o subaguda
de la enfermedad sugería una lesión discal degenerativa
(hernia discal por protrusión) o un tumor vertebromedular.
Tara, Labrador, 7 años, hembra no esterilizada, 27 kg
Abordaje: se realizó una exploración clínica, ortopédica
y neurológica. En la exploración general, la auscultación
pulmonar y cardiaca parecían normales, TRC < 2 segundos, mucosas, piel, ganglios linfáticos y glándulas
mamarias normales. En la exploración ortopédiconeurológica, la marcha mostraba una desviación moderada del eje longitudinal tanto hacia el lado derecho
como al izquierdo; había una base ancha de la marcha
de las extremidades posteriores (ataxia troncal) con
una tendencia a caerse parcialmente (sin hacerlo del
todo) al girarse. Los pasos de las extremidades anteriores
eran algo más cortos de lo normal (hipometría). La
palpación de las extremidades mostraba molestias de
las articulaciones de la cadera con atrofia del músculo
femoral, sobre todo en el lado izquierdo. La musculatura braquial de las extremidades anteriores estaba
atrofiada bilateralmente. La flexión y la extensión del
cuello parecían dolorosas. Había carencias propioceptivas en ambas extremidades posteriores, pero las
anteriores eran normales; en la prueba de la carretilla,
las extremidades anteriores se movían con dificultad
y con pasos cortos. Saltar o andar a la pata coja sobre
las extremidades anteriores era difícil. Los nervios
craneales eran normales. Las pruebas de las extremidades demostraron que las extremidades anteriores
tenían una disminución del reflejo flexor y el carpo
radial extensor era normal o ligeramente aumentado
(seudorreflexia), lo que sugiere una lesión de NMI,
Pruebas complementarias: el hemograma, bioquímica
y el análisis de orina fueron normales. Las radiografías
de la columna cervical, torácica y lumbar, y de la pelvis
(Figura 1) mostraron displasia bilateral de cadera;
muy severa (grado E) en el lado izquierdo y leve (grado
C) en el derecho. La resonancia magnética de la columna cervical con medio de contraste demostró una
importante protrusión de material discal en C6-C7
con compresión de la médula (Figura 2). Concluimos
que los síntomas se debían a una hernia discal Hansen
de tipo II en C6-C7. Nótese que la displasia de cadera
concomitante, que puede causar cojera y anquilosis
articular, no produce déficit neurológicos.
Figura 1.
© Dr. Artiles.
Antecedentes: hace unos meses empezó con dificultades para levantarse, reacia a saltar al coche. El veterinario que la remite diagnosticó displasia de cadera. Se
administraron AINEs y condroprotectores, sin respuesta
positiva. Más recientemente la perra ha comenzado a
gemir y no quiere moverse.
Radiografía ventrodorsal de la cadera que muestra displasia,
especialmente severa en el lado izquierdo.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 37
Figura 2.
©Dr. Artiles.
©Dr. Artiles.
EL PERRO ATÁXICO: ¿ES NEUROLÓGICO U ORTOPÉDICO?
Figura 3.
Radiografía postoperatoria que muestra reposición total de la
cadera izquierda.
© Dr. Artiles.
© Dr. Artiles.
RMN cervical que muestra compresión medular en C6-C7.
Figura 4.
Figura 5.
Radiografía postoperatoria que muestra estabilización de las
vértebras cervicales.
Tara 2 semanas después de la reposición de cadera.
Tratamiento: tras hablarlo con el propietario, se acordó
tratar primero el disco y luego (dependiendo de los
resultados) considerar la displasia de cadera. Se realizó
una fenestración y se practicó una ranura ventral del
espacio vertebral, estabilizando la zona con tornillos y
cemento de polimetacrilato (Figura 3); y la recupe-
ración postoperatoria fue muy buena. Seis meses más
tarde se realizó una sustitución total de la cadera
izquierda (Figura 4) y, aunque la prótesis tuvo que
modificarse a los 2 meses, ahora está completamente
integrada y el estado general de Tara es normal desde un
punto de vista ortopédico y neurológico (Figura 5).
BIBLIOGRAFÍA
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Buenos Aires, Intermédica, 2007;42-63.
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10. Lang J, Konar M. MRI of the musculoskeletal system. In: Proceedings
WSAVA 2006;286-287.
Tratamiento de la rotura del
ligamento cruzado anterior
en perros – una visión global
Andrés Álvarez,
DVM, Dipl. FCV
Centro de referencia Dequivet,
Martínez, Argentina.
El Dr. Álvarez se licenció como veterinario en la Universidad de Buenos
Aires en 1981. En la actualidad es
cirujano jefe y profesor en el Hospital Universitario de la
Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de
Buenos Aires y director de Dequivet, un centro de
urgencias y especialidades situado en Buenos Aires.
Introducción
Si bien la rotura del ligamento cruzado anterior (RLCA)
es actualmente una de las causas más frecuentes de
cojera en el perro, su epidemiología ha cambiado sustancialmente en los últimos 30 años. No sólo ha aumentado muchísimo la incidencia, sino que se ha modificado
la forma de presentación. Comenzó siendo mayoritariamente un problema ortopédico de animales adultos
mayores de 6 años, de razas pequeñas y medianas, que
PUNTOS CLAVE
Junto con la displasia de cadera, la rotura del
ligamento cruzado es la principal causa de cojera del
tercio posterior
La sinovitis crónica, que debilita el ligamento, está
presente en la mayoría de los casos en el momento
de la rotura. En última instancia, es el exceso de
esfuerzo la causa definitiva de la rotura
Las roturas totales son de fácil diagnóstico pero no
así las parciales
El enfoque terapéutico es siempre médico pero en la
mayoría de los casos se necesita cirugía. Existen
disponibles muchas opciones quirúrgicas
La fisioterapia es un complemento excelente para la
recuperación
presentaban también enfermedades sistémicas como
obesidad, hipotiroidismo, síndrome de Cushing y
artropatías inespecíficas, y pocas veces se relacionó
con el esfuerzo o estrés por ejercicio. Con la popularización de ciertas razas grandes y gigantes, la incidencia
creció marcadamente y las edades y causas de aparición
se modificaron, ya que hoy es posible diagnosticarla
en pacientes muy activos de tan sólo 2 años.
Aunque el esfuerzo del ligamento es finalmente la
causa de RLCA, en un alto porcentaje de casos se
encuentran alteraciones estructurales en el mismo
momento de la lesión. Estudios artroscópicos en pacientes con RLCA en una rodilla mostraron también cambios
sinovíticos y artríticos en la rodilla “sana” (1). Queda
claro pues que la sinovitis precede a la rotura del ligamento, pero se desconoce cómo se produce. En teoría,
la causa de sinovitis podría ser la leve inestabilidad
articular asociada con roturas fibrilares dentro del
ligamento, o una inflamación sinovial previa que podría
causar una alteración secundaria en el mismo favoreciendo su rotura (2).
Anatomía y función
El ligamento cruzado anterior (LCA) se origina en la
cara interna y posterior del cóndilo femoral lateral
para dirigirse en dirección anterior, ventral y medial, y
terminar en forma de abanico delante del área intercondílea de la meseta tibial (Figura 1). Se identifican
2 bandas claramente definidas: una anteromedial más
gruesa y retorcida, y una posterolateral, más delgada y
recta. Los ligamentos cruzados están cubiertos por
repliegues de membrana sinovial sin contactar con el
líquido articular. El LCA impide el desplazamiento
anterior de la tibia (DAT), tendencia favorecida por la
inclinación de la meseta tibial (cóndilos), la hiperextensión de la rodilla y en menor medida, la rotación
interna excesiva de la tibia con respecto al fémur.
Durante la flexión la banda anteromedial está tensa y
la posterolateral relajada, mientras que en extensión
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 39
4
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2
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Figura 1.
© Dr. A Alvarez.
© Dr. A Alvarez.
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Figura 2.
Anatomía de la rodilla: 1- Ligamento cruzado anterior, nótense
ambas bandas cruzadas entre sí; 2- Ligamento cruzado posterior;
3- Menisco medial; 4- Menisco lateral; 5- Tendón del músculo
extensor digital largo; 6- Ligamento meniscal.
Anatomía del menisco medial: 1- Borde abaxial (grueso);
2- Cóndilo tibial y borde axial (delgado); 3- Cuerno posterior;
4- Cuerno anterior; 5- Ligamento cruzado anterior; 6- Ligamento
cruzado posterior; 7- Menisco lateral; 8- Ligamento intermeniscal;
9- Tendón del músculo extensor largo; 10- Cóndilo femoral.
ambas están tensas y contribuyen a la estabilidad articular (3,4).
rotura y, dentro de lo posible, intentar evitar que suceda
en la otra rodilla. Por lo tanto, todo paciente con RLCA
requerirá un tratamiento con AINEs, opioides, condroprotectores, etc., y en muchos casos un tratamiento
quirúrgico para estabilizar la rodilla.
Los meniscos son estructuras fibrocartilaginosas de
forma semilunar que se adaptan a las superficies condilares del fémur y la tibia (Figura 2). A diferencia del
menisco lateral, el medial está más firmemente adherido
a la tibia y su forma de cuña le permite colaborar con el
LCA para evitar el DAT. Pero cuando el LCA se rompe,
el cuerno posterior es comprimido por el cóndilo femoral
durante la traslación anterior de la tibia.
Diagnóstico
La prueba de cajón y de compresión tibial, de ser
positivas, son patognomónicas de la RLCA. Durante la
realización de estas pruebas el paciente puede manifestar signos de dolor y contractura muscular por lo que
es recomendable recurrir a la sedación para su mejor
interpretación. En las roturas parciales puede que
ambas maniobras resulten dudosas, igual que en los
cuadros crónicos que se presentan con una deformación articular por fibrosis, principalmente en su cara
medial, estabilizando parcialmente la articulación. La
artroscopia, en estos pacientes, tiene un papel importante en el diagnóstico.
Tratamiento general
Tradicionalmente el enfoque terapéutico de una RLCA
puede ser conservador o quirúrgico. Estas decisiones
estarán relacionadas con factores como el peso del
animal, el estado general, la concomitancia con otras
patologías, la actividad que desarrolla el paciente y la
decisión del propietario. El veterinario debe evaluar
las posibles causas que pudieron haber generado la
40 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Un estudio sugirió que los pacientes con menos de 15
kg de peso pueden tratarse con éxito mediante reposo,
analgésicos, AINEs, reducción de peso y fisioterapia,
con una tasa de éxito del 85%. Se concluyó que, si tras
8 semanas de tratamiento el animal no mostraba mejoría, el menisco estaba dañado y se indicaba la intervención quirúrgica (5).
En los últimos 40 años han aparecido muchas técnicas
quirúrgicas y variantes de las mismas y se dice que
cada cirujano ortopédico tiene su preferida. La Figura
3 muestra una clasificación de las técnicas utilizadas
con más frecuencia. Sea cual fuere la técnica utilizada
hay ciertas pautas comunes a todas las intervenciones.
• La exploración de los meniscos, principalmente el
medial, es un paso ineludible ya que una lesión indetectable puede causar una cojera permanente. La artrotomía medial es ideal para la exploración del menisco
medial, y puede revelar diversas anomalías como la
rotación del cuerno posterior, lesiones en forma de
“asa de cubo” y lesiones radiales y longitudinales
(Figura 4). La extirpación exclusiva del sector lesionado es lo ideal, tratando de evitar la menisectomía
total.
• El lavado abundante de la articulación eliminará las
enzimas destructivas, productos de degradación del
cartílago, células inflamatorias y citoquinas. Además,
TRATAMIENTO DE LA ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR EN PERROS – UNA VISIÓN GLOBAL
Técnicas para reparar la RLCA
Modificación de
la biomecánica de la rodilla
Intracapsular
Extracapsular
Alteración del
ángulo del plato
tibial (OTC, TPLO)
Técnicas con
ligamentos protésicos
Biológicas:
transposición de la
cabeza del peroné
Tira de fascia lata y
ligamento rotuliano
Combinación de
ambas técnicas (TOT)
Modificación de la
posición del ligamento
rotuliano (ATT)
Figura 3.
© Dr. A Alvarez.
Sustitución del ligamento
Clasificación de las técnicas quirúrgicas más frecuentes para la resolución de la RLCA.
maca) (Figura 6). Se utilizan materiales como el nylon,
polipropileno, kevlar, alambre de acero y otros. Los de
monofilamento tienen menos probabilidades de rechazo
pero, al ser más elásticos, ceden con el tiempo, mientras
que, los de polifilamento son más resistentes pero tienden a formar fístulas.
junto con la extirpación de los osteofitos, el cuadro
de sinovitis y artrosis mejorará (Figura 5).
Nótese que la artroscopia puede ser preferible para la
realización de estos procedimientos, ya que es un método menos invasivo y proporciona resultados similares.
Opciones quirúrgicas específicas
Técnicas que imitan la función del LCA
Figura 4.
Lesión del menisco: la flecha azul señala el cuerno posterior del
menisco medial rotado. La flecha verde señala el ligamento
cruzado posterior pero no el anterior ya que está roto.
© Dr. A Alvarez.
Entre la gran variedad de técnicas descritas, las más
populares son las extracapsulares, y entre ellas, aquellas
que colocan un ligamento protésico lateral (sutura
lateral), uno lateral y otro medial (técnica de imbricación retinacular modificada) o un único ligamento que
abarca ambos lados de la articulación (técnica de la ha-
© Dr. A Alvarez.
El objetivo de estas técnicas es estabilizar la rodilla
mientras engrosa la cápsula, que es lo que producirá la
estabilización definitiva. La causa más frecuente de
fracaso de las técnicas de sutura lateral con ligamentos
protésicos es el deslizamiento del anclaje a nivel del
sesamoideo (fabela) (Figura 7). Se han desarrollado
anclajes metálicos que se atornillan al fémur inmediatamente por delante de la fabela con el objetivo de evitar
este problema (6).
Figura 5.
Osteoartritis severa con numerosos osteofitos y artrosinovitis.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 41
© Dr. A Alvarez.
Figura 6.
Diferentes técnicas extracapsulares con ligamentos protésicos.
De izquierda a derecha: sutura lateral, sutura con imbricación lateral modificada, hamaca, sutura con anclaje femoral.
definitiva postquirúrgica puede durar hasta 6 meses.
Nótese que trabajos de investigación clínica han concluido que las técnicas de sutura lateral pueden lograr
buenos resultados a largo plazo en un 90 a 95% de los
casos, aunque no son efectivas en detener el avance de
la osteoartrosis (8, 9).
Tradicionalmente el anclaje del ligamento protésico se
realiza entre el sesamoideo del músculo gastrocnemio
y un orificio en la cresta tibial. Estudios recientes (7)
han demostrado que la dirección que asume el ligamento colocado no es la correcta y se han determinado
puntos isométricos ideales para la colocación del mismo
(Figura 8).
Técnicas que modifican la biomecánica de
la rodilla
Las ventajas de las técnicas extracapsulares con ligamentos protésicos son: su simpleza, el bajo coste y el
poco tiempo quirúrgico requerido. La desventaja es
que en pacientes con más de 30 kg la recuperación
A diferencia de las técnicas tradicionales, estos métodos
no buscan el reemplazo del LCA sino imitar su principal
función, es decir, impedir el DAT. Se han hecho muy
IF
F
EL
IT
© Dr. A Alvarez.
© Dr. A Alvarez.
CT
Figura 7.
Radiografía que muestra la técnica de sutura lateral con alambre
de acero. Nótese que el alambre no está anclado a la favela (f),
lo que es causa frecuente de fracaso de esta cirugía.
42 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Figura 8.
Comparación del ligamento protésico con sutura lateral y la
posición de los puntos isométricos (tornillos). CT, cresta tibial;
F, fabela; EL, músculo extensor largo; IF, punto isométrico del
fémur por detrás de la fabela; IT, punto isométrico de la tibia
inmediatamente por detrás de la corredera del músculo extensor
largo.
Nota: esto no constituye una técnica de reparación del ligamento cruzado.
TRATAMIENTO DE LA ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR EN PERROS – UNA VISIÓN GLOBAL
Desde otra perspectiva, pueden utilizarse las técnicas
que modifican la posición del tendón rotuliano, según
la teoría de que las fuerzas de soporte de peso articular
no son paralelas al eje longitudinal de la tibia, sino
paralelas al tendón rotuliano. Por lo tanto, la nivelación deberá obtenerse entre éste y la meseta tibial (14)
(Figura 10). Durante la fase de apoyo máximo, con la
rodilla extendida a 135°, el ángulo entre el tendón y la
meseta tibial es aproximadamente de 105°. Si se avanza
la tuberosidad tibial para obtener un ángulo de 90° o
algo menor se elimina el DAT (17).
Las técnicas de estabilización biomecánica de la rodilla
intentan la estabilización dinámica de la articulación
(durante el apoyo); por tanto si se realiza la prueba de
cajón después de la cirugía ésta será positiva, en cambio
la prueba de compresión tibial será negativa o menos
marcada. Fuera de la fase de apoyo de la extremidad,
la rodilla permanece inestable por lo que pueden
aparecer lesiones del menisco medial. Se ha propuesto
la liberación del cuerno posterior a través de una sección
radial completa del menisco, que actuaría protegiendo
este sector del aplastamiento generado por el cóndilo
femoral. No obstante, no hay un consenso sobre las
ventajas de este procedimiento, y realizarlo o no queda
bajo el criterio del cirujano.
La osteotomía tibial en cuña (OTC) se ha descrito como
una técnica complementaria a la imbricación facial en
la estabilización de la rodilla (17), con el objetivo de
eliminar el DAT reduciendo el AMT. Se extrae una
cuña ósea con base en la superficie anterior de la tibia
y se estabiliza el hueso con una placa de compresión
Figura 9.
Base teórica de la TPLO. Flecha verde: eje longitudinal de la tibia; flecha
blanca: fuerza de reacción resultante del soporte de peso; flecha violeta:
fuerza de compresión articular; flecha roja: inclinación del plato tibial;
línea negra: perpendicular al eje axial de la tibia para determinar el AMT.
A: la fuerza resultante (azul) entre las fuerzas de soporte de peso y la de
compresión articular es la que genera el DAT, la cual es paralela a la
inclinación del plato tibial y es contrarrestada por el ligamento cruzado
anterior.
B: realizada la TPLO y llevado el AMT entre 0° y 5°, las fuerzas de soporte
de peso y de compresión articular se vuelven paralelas y desaparece la
resultante (azul punteada) del DAT, por lo que el ligamento cruzado
anterior pierde su principal función.
© Dr. A Alvarez.
Un trabajo reciente demostró una buena evolución
clínica en la evaluación objetiva y subjetiva con valores
postoperatorios del AMT entre 0° y 14º (11). El AMT
en perros sanos oscila entre 18 y 24 º pero, aunque
parezca ilógico, no hay una evidencia definitiva de que
ángulos mayores se correlacionen con una mayor
incidencia de RLCA (12, 13).
© Dr. A Alvarez.
populares desde hace casi 20 años, cuando se describió
la osteotomía de nivelación de la meseta tibial (TPLO)
(10). La teoría es que el empuje anterior de la tibia
está relacionado con la inclinación de la meseta tibial
y la fuerza de compresión generada durante el soporte
de peso, que sería paralelo al eje longitudinal de la
tibia. Si el ángulo de inclinación de la meseta tibial
(AMT) se modifica entre 0º y 5°, desaparece el empuje
tibial y el LCA perdería su función principal (Figura 9).
Figura 10.
Base teórica del ATT. Flecha verde: inclinación del plato tibial;
flecha roja: dirección del tendón patelar; flecha blanca: fuerza de
reacción resultante del soporte de peso; flecha violeta: fuerza de
compresión articular; γ : ángulo formado entre la inclinación del
plato tibial y el tendón patelar.
A: con el LCA roto, el desequilibrio entre la fuerza resultante del
soporte de peso paralela al tendón patelar y de compresión articular
perpendicular al plato tibial, genera el DAT (flecha azul).
B: después de un ATT, el ángulo γ deberá ser 90° o menor, el soporte
del peso y las fuerzas de compresión articular se vuelven paralelos y
la fuerza de deslizamiento resultante es igual a 0, anulando así el
DAT (flecha azul punteada).
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 43
© Dr. A Alvarez.
angulares y de torsión en la tibia proximal en perros con
luxación rotuliana y RLCA (16).
Figura 11.
Cirugía OTC:
A: Mediciones del AMT preoperatorio. La cuña extraída debe
ser igual a esta medición.
B: Se observa cómo se nivela la meseta tibial una vez reducida
la osteotomía en cuña.
© Dr. A Alvarez.
dinámica. Para lograr un AMT de 5°, la cuña debe tener
un ángulo igual al AMT (18) (Figura 11). En la actualidad está indicado en pacientes con un AMT muy
marcado, en combinación con la técnica de la TPLO.
Su principal ventaja es que puede realizarse con instrumental ortopédico general y puede corregir defectos
A
La nivelación de la meseta tibial (TPLO) constituye la
versión revisada de la OTC. La nivelación se realiza a
través de una osteotomía semicircular proximal de la
tibia realizada con una sierra especial llamada birradial. Se rota luego el cabo proximal en dirección ventral
y posterior (Figuras 12 A y B), para finalmente estabilizar la fractura con una placa en P o en T. La magnitud
de la rotación se calcula a partir del valor del AMP
utilizando tablas de referencia normalizadas. Aunque
es posible realizar la TPLO en perros de cualquier
tamaño, su principal indicación es para mayores de
30kg. Dado que la consolidación ósea se alcanza
alrededor de las 8 semanas, sus ventajas son: la rápida
utilización de la extremidad, el corto postoperatorio
con buena funcionalidad y la lenta progresión de la
artrosis. Sus desventajas radican en la necesidad de
instrumental especial, la complejidad de la técnica y la
mayor incidencia de complicaciones durante el aprendizaje en relación a las técnicas tradicionales.
El avance de la tuberosidad tibial (ATT) fue propuesto
(19) a partir de una técnica de Medicina Humana (20).
Se realiza una osteotomía medial de la tuberosidad
tibial, por delante del menisco medial hasta el punto
más distal de la cresta tibial. La tuberosidad de la tibia
B
Figura 12.
Radiografías pre y postoperatorias de una TPLO estabilizada con una placa en T inclinada. En la preoperatoria (A), se observan las
medidas aproximadas del AMT (28°) y el cálculo para determinar la rotación en función del tamaño de la hoja que vaya a utilizarse. En
la postoperatoria (B) se observa la nueva medición aproximada del AMT (10°).
44 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
Imagen radiográfica 6 semanas después de realizada una ATT.
La “caja” ha sido fijada con 2 tornillos y mantiene la separación
entre la cresta y el cuerpo tibial. Una placa especial fija también
la cresta tibial al hueso. La fractura entre la cresta y el cuerpo
tibial muestra una avanzada consolidación ósea.
© Dr. Alexis Bosco
Figura 13.
©Dr. Juan Marti
TRATAMIENTO DE LA ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR EN PERROS – UNA VISIÓN GLOBAL
Figura 14.
Cirugía TOT:
A. Puntos donde se realizan la osteotomía tibial en cuña y la osteotomía de la cresta tibial.
B. Al reducir los bordes de la osteotomía en cuña tiende a nivelarse
la meseta tibial y a desplazarse hacia adelante la tuberosidad de la
tibia.
Las ventajas de esta técnica sobre la TPLO radican en
que es menos invasiva, conlleva un menor tiempo de
cirugía y es posible corregir una luxación rotuliana simultánea. Las desventajas son la necesidad de instrumental
e implantes (titanio) muy costosos, la alta incidencia
de complicaciones durante la fase de aprendizaje, el
alto índice de lesiones tardías del menisco y la posibilidad de producir una luxación rotuliana. De todas
formas los trabajos clínicos publicados indican un alto
porcentaje de buenos y muy buenos resultados finales
(21, 22).
La triple osteotomía tibial (TOT) es la técnica más nueva
en la que se combinan la OTC y el ATT (23). El objetivo
© Dr. Alexis Bosco
se lleva hacia delante hasta un sitio en donde el tendón
rotuliano esté a 90° respecto a la meseta tibial y se mantiene en esa posición con un dispositivo llamado caja y
una placa especialmente diseñados para la técnica.
Existen diferentes tamaños de cajas y placas según el
grado de desplazamiento requerido y tamaño del paciente. Se coloca hueso esponjoso en el defecto y la consolidación total se logra a las 12 semanas (Figura 13). Su
indicación principal es en la RLCA en individuos con
un AMT inferior a 30° y en pacientes con RLCA y luxación
rotuliana que requieran transplante de la cresta tibial.
Se ha realizado en animales de cualquier tamaño, de 5
a 92 kg de peso (21), y no está indicada en perros con
deformaciones angulares y con torsión de la tibia
proximal.
Figura 15.
Cirugía ATT:
En la radiografía se observa la reducción de los cabos tibiales
principales con una placa y el alambre que ayuda a evitar el
desprendimiento de la cresta tibial durante el postoperatorio.
Vol 21 No 2 / 2011 / Veterinary Focus / 45
TRATAMIENTO DE LA ROTURA DEL LIGAMENTO CRUZADO ANTERIOR EN PERROS – UNA VISIÓN GLOBAL
de la cirugía es lograr la eliminación del DAT modificando lo menos posible la geometría de la articulación.
Intenta utilizar las ventajas de ambas técnicas reduciendo al mínimo sus desventajas.
un 36% de las cuales el 23% eran fracturas de la tuberosidad tibial durante la cirugía. El resto se repartieron
entre infecciones, lesión de los meniscos y fracturas de
la tuberosidad tibial postoperatorias.
Se realiza una osteotomía parcial de la tuberosidad
tibial similar a la que se realiza en una ATT. Después,
en el centro y con base en la misma se extrae una cuña
tibial igual a 2/3 del ángulo formado entre el tendón
rotuliano y la meseta tibial, que llega hasta la cortical
posterior sin involucrarla. Cerrando el defecto de la
cuña, se modifica el AMT y se avanza la tuberosidad
tibial. Se coloca una placa en T para la estabilización
sin fijar la tuberosidad de la tibia, a menos que ésta se
fracture durante la osteotomía, para lo cual se utiliza
una banda de tensión (Figuras 14 y 15).
Si bien las primeras cirugías fueron realizadas sin
instrumental específico, actualmente se han desarrollado
instrumentos que mejoran la agudeza de la técnica y
disminuyen las complicaciones. Todavía no existen
publicaciones de evaluaciones objetivas.
En un trabajo publicado los resultados finales fueron
muy buenos (23). Las complicaciones representaron
Conclusión
Aunque las técnicas recientes, que modifican la biomecánica de la rodilla han revolucionado la corrección
de la RLCA en perros de razas grandes o gigantes, reemplazando a las técnicas extracapsulares tradicionales, el desarrollo de variantes más seguras y efectivas
puede dar lugar al retorno de estas últimas, ya que
tienen la gran ventaja de su simplicidad y economía.
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GUÍA PARA RECORTAR Y GUARDAR
Aspirados articulares
Sandra Corr, BVMS, CertSAS, Dipl. ECVS, FHEA, PhD, MRCVS
Universidad de Sutton Bonington, Nottingham, Reino Unido
La aspiración de líquido articular es una técnica sencilla y de gran utilidad en el procedimiento diagnóstico de la enfermedad
articular. El acceso a las articulaciones se consigue a través de la palpación de regiones anatómicas específicas mediante una técnica
aséptica para evitar la contaminación de la articulación.
Técnica
Paciente. La sedación suele ser suficiente, aunque para aspirar las articulaciones de la cadera , o del hombro, o si hay dolor en la
articulación, debe valorarse una sedación profunda o anestesia general.
Equipo. Se necesita un portaobjetos para el microscopio, un tubo con EDTA, un tubo estéril o un medio de cultivo bacteriológico,
jeringas de 2 ml y 5 ml y algunas agujas. El tamaño y el calibre de las agujas dependerá del tamaño de la articulación y del grosor
del tejido blando que deba atravesarse para acceder a la articulación. En la mayoría de los casos son adecuadas agujas de calibre
21-23 G y longitud 5/8-11/2". En los perros muy grandes puede ser necesaria una aguja espinal de mayor longitud para las articulaciones de la cadera y el hombro.
Preparación. Es imprescindible una asepsia estricta; la zona se prepara de la manera habitual. No se necesitan paños quirúrgicos,
pero deberán utilizarse guantes estériles para la palpación de las zonas anatómicas de una manera estéril.
Abordaje. Se utilizan regiones óseas específicas para abordar cada articulación. En este artículo se describen los abordajes más
sencillos y frecuentes, aunque existen alternativas. La aguja debe insertarse siempre con suavidad y debe redirigirse con cuidado
si se encuentra con hueso, para reducir al mínimo el traumatismo del cartílago articular. La flexión de algunas articulaciones permitirá la apertura de los espacios articulares; nótese que los osteofitos pueden limitar el acceso a las articulaciones con artrosis.
Las articulaciones más sencillas para obtener muestras son el carpo y la rodilla; la más difícil, es el tarso.
Carpo: flexionar el carpo para abrir la articulación y
palpar la articulación antebraquiocarpiana (la mayor
y más proximal); palpar la vena cefálica accesoria
que discurre centralmente en la superficie dorsal de
la articulación y evitarla. Utilizar una aguja de 5/8"
y de calibre 23 G y una jeringa de 2 ml. Insertar la
aguja en cualquiera de los lados de la superficie dorsal y dirigirse ligeramente hacia abajo.
Hombro: con el paciente en decúbito lateral aplicar tracción distal a la extremidad
para abrir el espacio articular, luego palpar el acromion. Utilizar una aguja de 11/2" y
calibre 21 G y una jeringa de 2 ó 5 ml. Insertar la aguja unos pocos milímetros distalmente y cranealmente dirigir la aguja hacia medial y ligeramente caudal/distal. Si esto
no es satisfactorio, la aguja podrá insertarse en dirección craneal, justo medial a la punta
distal de la tuberosidad escapular, dirigiéndose en dirección caudal y ligeramente dorsal.
© Dr S. Corr.
✂
Rodilla: con el paciente en decúbito lateral y la articulación ligeramente flexionada, aplicar presión digital
medial al ligamento rotuliano recto (LRR) para distender lateralmente la cápsula articular. Utilizar una aguja
de 5/8" y de calibre 21 G y una jeringa de 2 ml. Insertar
la aguja en la superficie superior en el punto medio de
la articulación, e inmediatamente lateral al ligamento
rotuliano recto. Dirigirse hacia la muesca intracondílea
a través de la almohadilla de grasa si no se obtiene
nada de líquido, profundizar con suavidad la aguja
hacia el interior de la articulación.
ASPIRADOS ARTICULARES
Cadera: con el paciente en decúbito lateral mantener
la extremidad en un ángulo de 90° con la columna,
ligeramente abducida y externamente rotada desde
la rodilla. Utilizar una aguja de 11/2" y calibre 21 G
y una jeringa de 2 ó 5 ml. Insertar la aguja inmediatamente craneal a la superficie más dorsal del trocánter
mayor y dirigir en dirección medial y ligeramente ventral.
Codo: con el paciente en decúbito lateral flexionar el
codo en un ángulo de 45° y palpar la superficie caudoventral del cóndilo lateral del húmero. Con una
aguja de 1" y calibre 23 G y una jeringa de 2 ó 5 ml
insertarla medial a este último, entre la prominencia
y el tendón del tríceps. Hacer avanzar la aguja en
una dirección ligeramente medial a lo largo de la superficie lateral del olécranon, hacia el agujero supratroclear del húmero.
© Dr S. Corr.
Tarso: con el paciente en decúbito lateral flexionar
el tarso en un ángulo de 45° e insertar la aguja entre
la tibia distal y el peroné. Utilizar una aguja de 1" y
calibre 23 G y una jeringa de 2 ml. Seguir el calcáneo
distalmente, haciendo avanzar la aguja en una
dirección ligeramente dorsomedial.
Análisis del líquido sinovial
• Si sólo se obtiene un pequeño volumen de líquido hacer un frotis.
• Todo el líquido que sobre debe dividirse entre el tubo con EDTA (para citología) y un tubo estéril o un medio de cultivo sanguíneo (para cultivo bacteriológico aerobio y anaerobio , y antibiograma).
• Antes de enviar el líquido al laboratorio pueden realizarse dos pruebas sencillas que, entre las dos, sugieren firmemente la
presencia o la ausencia de enfermedad.
- Examen macroscópico: en las articulaciones caninas normales cabe aspirar 0,1-1 ml de líquido viscoso de color amarillo pálido
o incoloro. El líquido de las articulaciones degeneradas será similar, pero en las articulaciones inflamadas se obtendrá mayor
volumen de un líquido turbio y menos viscoso. La turbidez es causada por el aumento del número de células, lo cual es indicativo de enfermedad.
48 / Veterinary Focus / Vol 21 No 2 / 2011
✂
- Frotis: dejar secar al aire un frotis y realizar una tinción Gram simple para comprobar si hay bacilos o cocos, indicativos de
infección. También puede realizarse una evaluación del número de células: el líquido sinovial normal contiene pocas células,
normalmente de 1 a 3 células nucleadas por campo a un aumento de 400x, que en su mayoría son linfocitos y células mononucleares. Los neutrófilos generalmente representan < 6-12% del recuento celular y un mayor número es indicativo de artropatía.
En la artritis inmunomediada los neutrófilos pueden ser normales mientras que serán tóxicos (degranulación y picnosis) ± bacterias en la artritis séptica.
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