TEMA 44 La Política económica: fines y medios e instrumentos

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TEMA 44 La Política económica: fines y medios e
instrumentos.
La Política económica es una rama de la Ciencia Económica, y que consiste
en la manipulación deliberada de cierto número de medios para alcanzar
ciertos fines.
A la hora de adoptar este tipo de medidas debemos diseñar los fines, los
medios que vamos a utilizar para alcanzarlos y las relaciones existentes
entre ellos.
En la selección de los fines se dan los juicios de valor que influirán decisivamente.
Aquí hay varias posturas:

la ortodoxa, que entiende que el técnico-economista debe adoptar una postura neutral y
objetiva;

la monista, considera que debe haber una concordancia para que todas las tendencias lo
acepten;

la postura pluralista reconoce que en el diseño de los fines y de los medios influyen los
juicios de valor y la vinculación que hay entre ellos.
La Política Fiscal es una manifestación concreta de la Política Económica, herramienta de actuación
de los gobiernos en los países desarrollados. Se ocupa de los programas de ingresos y gastos
públicos, de los saldos presupuestarios, déficit o superávit. Actuaciones que conllevan una serie de
instrumentos encaminados a influir en la producción, la renta nacional, el nivel de precios, los tipos
de interés o de empleo.
Esta posibilidad de condicionamiento del nivel de actividad económica se transmite a la demanda
agregada (consumo privado, consumo público, formación bruta de capital o inversión interna bruta) o
al saldo exterior neto (exportaciones e importaciones).
La política fiscal puede actuar de manera expansiva, incentivando la actividad económica, o de
forma contractiva, detrayendo recursos para contrarrestar un exceso de actividad (calentamiento de
la economía) que puede generar desequilibrios no deseables, por ejemplo, inflación. Estas
actuaciones pueden ser de dos tipos:

Política fiscal discrecional y,

Política fiscal automática.
La Política fiscal discrecional, se da en una situación de depresión con altos niveles de
paro. Deberá ser expansiva para contrarrestar la situación, puede consistir en provocar un gasto
adicional que contribuya al crecimiento de la demanda agregada, por ejemplo, la construcción de
infraestructuras, carreteras u otras obras públicas, que aumenten el gasto agregado (inversión
pública) y por lo tanto disminuyan el desempleo.
También la actuación puede venir por el lado de los ingresos. Por ejemplo, reducción de los
impuestos que favorezca el crecimiento del consumo privado o estímulos a la inversión privada
(bonificaciones o desgravaciones fiscales ante determinadas inversiones).
La política fiscal también actúa en caso contrario de fuerte crecimiento con tensión en los precios
que provoca el efecto de inflación. Aquí las medidas será de tipo contractivo, por ejemplo, el
incremento en la recaudación aumentando la retención en el origen a las rentas de capital.
La Política fiscal automática tiene que ver con los instrumentos fiscales que actúan de manera
anticíclica independientemente de las autoridades fiscales. Los más importantes ligados a las
actividades del sector público por el lado de los ingresos y de los gastos son:
Respecto a los cambios automáticos en la recaudación por impuestos, los sistemas fiscales
modernos de los países desarrollados descansan en los impuestos (básicamente tributos que
gravan un porcentaje de la renta de las personas físicas o de las empresas). Al ser generalmente
progresivos, actúan automáticamente ante un aumento de la actividad económica. El nivel de renta
se eleva y con ello la recaudación con lo que se detraen recursos del sistema compensando el
aumento de la demanda privada. Igualmente, pero en sentido contrario, si la renta disminuye tendrá
lugar una reducción de la recaudación fiscal.
En segundo lugar, y dentro de la política fiscal automática encontramos mediante el pago de
transferencias: el seguro de desempleo y otras transferencias asistenciales. Durante las fases de
recesión aumenta el desempleo y los pagos a través de los subsidios de paro. En cambio, en los
años de fuerte crecimiento se reduce el desempleo y los subsidios de paro. El seguro de desempleo
ejerce una función estabilizadora contribuyendo a reducir la demanda cuando ésta es excesiva o
colaborando a mantener el nivel de consumo si la actividad económica está descendiendo.
En la actualidad, España como país fundador de la Unión Monetaria, tiene limitada la utilización de
la política fiscal y presupuestaria al cumplimiento de los criterios del Plan de Estabilidad y
Crecimiento que limita los desequilibrios: déficit fiscal o deuda pública.
Las decisiones del gobierno en materia de gastos e ingresos públicos se expresan en los
presupuestos generales del Estado, que son una descripción de los planes del gasto que se desea
ejecutar y de los recursos que se prevén generar para su financiación.
Normalmente el presupuesto recoge una situación de déficit, pues los gastos son superiores a los
ingresos (posibilidad limitada un 3% en la Unión Monetaria Europea). Este desequilibrio es
necesario financiarlo a través del endeudamiento dando lugar a la deuda pública que está formada
por los títulos que el Estado pone en manos del público (economías domésticas, bancos, empresas,
no residentes, etc.).
Las partidas básicas que conforman los Presupuestos Generales del Estado Español engloban tres
grandes subsectores en los que se divide la actuación del gasto no financiero: el Estado o
Administración Central; la Seguridad Social y los Organismos Públicos.
Los ingresos se presupuestan en función de las previsiones que se realicen sobre la evolución de la
economía. Por el lado de los ingresos debemos distinguir entre:

Ingresos no financieros, en los que su principal componente son los impuestos directos; y
los impuestos indirectos como el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y los Impuestos
Especiales.

Los ingresos financieros que tienen escasa importancia.
La distribución de los gastos se desglosa en las siguientes grandes políticas:

Las actuaciones de carácter económico, que son las infraestructuras, gastos I+D+i,
agricultura, etc.

Las actuaciones de carácter general, como transferencias o administraciones, Deuda
Pública, etc.

Servicios Públicos básicos, como justicia, defensa, seguridad ciudadana, etc.

Gasto Social, como pensiones, vivienda, desempleo, etc.
Debemos tener en cuenta que el presupuesto recoge la actuación de la hacienda estatal no sólo
como instrumento de recaudación y gasto sino que a través de su función tiene un papel
fundamental en la redistribución de la renta y de la riqueza (transferencias corrientes que el Estado
concede al conjunto de agentes de la actividad económica). Además, la forma de financiar los
desequilibrios presupuestarios influirá en la actividad económica.
En éste último caso, se encuentra el llamado efecto expulsión o desplazamiento que
implica que el sector público mediante su actuación puede expulsar o desplazar a la
inversión privada. Efectivamente, un aumento de la deuda puede desplazar la inversión
privada cuando dicho aumento implique un endurecimiento en las condiciones
financieras, bien porque se eleven los tipos de interés al canalizar los fondos disponibles
hacia la compra de títulos del Estado, bien porque se reduzcan los recursos financieros
disponibles.
Por último, los criterios de convergencia para alcanzar la tercera fase de la Unión
Monetaria, es decir, la creación del euro, exigía un doble objetivo referido a las cuentas
públicas: el déficitno debía alcanzar el 3% del PIB y el volumen de deuda el 60%. A
pesar de cumplir estas exigencias el Pacto de Estabilidad y Crecimiento vela para que
los Estados miembros de la Unión sigan cumpliendo estos parámetros y para ello prevé
un conjunto de sanciones.
En definitiva, la Política Presupuestaria es otro de los instrumentos de Política
Económica para hacer frente a los grandes retos nacionales como pueden ser los que
deriven de la evolución demográfica del país (envejecimiento de la población y
financiación del sistema de Protección Social), para prolongar la expansión y creación
de empleo por encima de la media europea y así conseguir la convergencia real o la
conveniencia de disponer de un adecuado margen de maniobra ante variaciones cíclicas
que pudieran producirse en el futuro (para lo que se exige en el ámbito del euro la
sostenibilidad presupuestaria a medio plazo).
La actividad económica tiene una vertiente monetaria. Se valora en unidades monetarias
para intercambiar bienes y servicios en los diversos mercados.
Respecto al significado conceptual del dinero y su proceso de creación, podemos
comenzar aclarando que el mismo es un instrumento de cambio; es una unidad de
cuenta, o sea que, el valor de los bienes y servicios debe ser expresado en dinero;
además, se trata de un depósito de valor, esto es, la riqueza individual puede retenerse
en dinero, que implica la plena rigidez para transformarlo en bienes y servicios. Otros
activos no tienen esta característica de manera plena como puede ser una casa o unos
valores mobiliarios.
En las sociedades modernas el dinero se crea mediante dos mecanismos:
Los billetes y moneda metálica son emitidos por el Banco Central o Banco Emisor.
En época de fuerte crecimiento económico, si no se producía un incremento paralelo de
dinero que financiara este mayor dinamismo, suponía un límite a la actividad económica
y posibilidades de desarrollo. Ante esta situación, lo lógico era hacer variar el dinero
según las necesidades de la economía. Se abandonan los patrones metálicos, en el
primer tercio del siglo 20, y se deja la creación de dinero a la discrecionalidad de los
gobiernos que deberán actuar para aumentar o disminuir la cantidad de dinero según las
necesidades de producción y comercio, y el Estado garantiza al público la emisión de
dinero.
En el total de dinero de un país, además de los billetes y moneda metálica emitidos por
el Banco Central, figura el dinero creado por el sistema bancario.
Respecto al dinero creado por el sistema bancario podemos decir que, los depósitos
bancarios a la vista (fondos cedidos por los particulares a la banca) sirven como
instrumento de cambio, también se utilizan como medio de pago y son depósitos de
valor. Esta utilización de los depósitos bancarios otorga a la banca privada la
posibilidad de crear dinero. Si los bancos tuvieran reservas monetarias para hacer frente
a las exigencias de su clientela con un valor igual al dinero que en los bancos se
deposita, la banca no podría crear dinero. Sin embargo, la banca no guarda reservas por
un valor igual a los depósitos que recibe de su clientela, existe la obligación de
mantener un porcentaje de los depósitos de manera líquida y el resto puede dedicarse a
conceder préstamos a su clientela aumentando de esta manera la cantidad de dinero
existente.
La cantidad de créditos que el sistema bancario concede a la economía nacional
contribuye a determinar el dinero de que dispone y de esta manera actúa decisivamente
sobre las posibilidades de producción y consumo. Por esto, se considera conveniente
que el Banco Central o emisor no abandone en manos de la banca privada la creación de
dinero bancario, sino que gobierne a ésta con arreglo a criterios de interés general.
El control, por parte del Banco Central, de la cantidad total de dinero, exige la
definición previa de la oferta y la base monetaria. Por oferta monetaria se entiende la
suma de dinero legal en manos del público más los depósitos bancarios a la vista. La
base monetaria, o pasivos monetarios del Banco Central está constituida por el dinero
legal en manos del público y el encaje bancario, o sea, aquella parte de dinero legal en
las cajas bancarias y los depósitos mantenidos por los bancos comerciales en el Banco
Central).
En relación a los indicadores de la variación del dinero y la inflación, podemos decir
que el dinero posee una velocidad de circulación que determina los bienes y servicios
que pueden transmitirse con una determinada masa de él. Si circula a mayor velocidad
equivale a que exista más dinero en poder del público.
La masa de dinero (M) multiplicada por la velocidad de circulación (V) es igual a la
cantidad de bienes y servicios vendidos (Q) por sus precios (P).
(Total de compras) M.V = P.Q (total de ventas)
Si la cantidad de dinero se incrementa, los precios se elevarán también y si los precios
fluctúan, la capacidad adquisitiva del dinero dejará de ser estable perdiendo vigencia e
importancia la función del dinero.
La inflación consiste en un aumento continuo y generalizado de los precios de los
bienes y servicios de una economía. Se trata de un fenómeno monetario pues mide la
pérdida de poder adquisitivo de las monedas.
En el medio plazo, la tasa de inflación viene determinada por la tasa de crecimiento de
la cantidad de dinero respecto al crecimiento potencial de una economía. Sus
consecuencias son:
La pérdida de valor del dinero, para lo cual debemos tener en cuenta que las rentas más
bajas son las más propensas a consumir, con lo cual son las más afectadas.
Las diferencias en la capacidad de protegerse contra la subida de los precios.
Desincentiva la inversión, lo que significa que la autoridad monetaria incrementa los
tipos de interés para combatir la escalada de precios y reduce la competitividad de los
productos nacionales en los mercados extranjeros.
Y, por último, el hecho contrario que es la deflación, el descenso de los precios, supone
un estancamiento de la actividad económica en la medida que es preferente el consumo
futuro que el actual.
El objetivo de la Política Monetaria es la estabilidad en los precios. Para ello se arbitran
los indicadores de medición de la inflación, los más utilizados son:
El Índice de Precios al Consumo (IPC), que sirve para detectar la evolución de los
precios de una cesta de la compra formada por bienes y servicios de consumo habitual
por las familias.
El deflactor implícito del PIB, que recoge la variación de los precios del conjunto de
los componentes de la principal macromagnitud económica.
En la actualidad, en el ámbito de la Unión Europea, tiende a utilizarse un índice de
precios de consumo armonizado (IPCA) que sirve para homogeneizarlos índices de
precios de los Estados miembros.
El sistema financiero de un país está formado por el conjunto de instrumentos, medios
y mercados cuyo fin primordial es el de canalizar la mayor cantidad de ahorro posible
hacia la inversión productiva en las mejores condiciones, tanto en volumen como en su
naturaleza, plazos y costes.
Las unidades de gasto con déficit emiten los denominados activos financieros
primarios (acciones, obligaciones) mediante los cuales contactan de manera directa o a
través de intermediarios (corredores, agentes mediadores o intermediarios financieros)
con los ahorradores o unidades de gasto con superávit. En el caso de que coincidan las
preferencias entre demandantes de fondos y las de los oferentes, los intermediarios sólo
median entre ambos y no crean ningún tipo de activo.
Sin embargo, cuando no coinciden las preferencias, la labor de intermediación puede
transformar los activos primarios emitidos por las unidades inversoras en activos
financieros indirectos o secundarios más acorde con las preferencias de los
ahorradores.
Las funciones de un sistema financiero son garantizar una eficaz asignación de los
recursos financieros; contribuir al logro de la estabilidad monetaria y financiera; y
fomentar el ahorro.
La mayor o menor complejidad de un sistema financiero deriva del número de
instituciones financieras, de la diversidad de activos financieros ideados y del grado de
especialización de los intermediarios financieros para atender las preferencias y
necesidades a través de los mercados financieros.
Los activos financieros constituyen un medio de mantener riqueza para quienes los
poseen y un pasivo para quienes los generan. A través de éstos se transmiten fondos, del
comprador al vendedor, y riesgos, del vendedor al emisor.
Las características que hacen atractivo a un activo son su rentabilidad, como el pago de
intereses y otros rendimientos fiscales; el riesgo, que depende de la probabilidad de que
al vencimiento el emisor cumpla las condiciones pactadas para su amortización; y su
liquidez, que dependerá de la facilidad para ser convertido en dinero antes de su
vencimiento sin sufrir pérdidas de valor.
Los intermediarios financieros son el conjunto de instituciones que prestan y toman
prestados fondos adecuando, mediante un proceso de transformación, las necesidades de
prestamistas y prestatarios de fondos. Pueden emitir pasivos que son aceptados por el
público como medio de pago, es decir, como dinero.
Los intermediarios financieros tradicionales que constituyen el sistema bancario son la
banca privada, las cajas de ahorro y las cooperativas de crédito.
Los mercados financieros son el mecanismo a través del cual se produce un
intercambio de activos financieros y se determina su precio. Sus funciones son: poner
en contacto a compradores y vendedores de activos; proceder al intercambio del activo
financiero; determinar el precio del activo; informar públicamente; proporcionar
liquidez a los activos; reducir los plazos y los costes de intermediación.
Una clasificación de los mercados financieros es la que tiene en cuenta las
características de los activos intercambiados:
Los mercados monetarios, que pueden ser mercados de activos de caja, organizado por
el Banco Central o el interbancario; y el resto de mercados monetarios.
Y, los mercados de capitales, que son el mercado de valores de renta fija (bonos y
obligaciones) y de renta variable (acciones); y el mercado de crédito a largo plazo.
Una de las formas de captar financiación por parte de las empresas es acudir a la bolsa
emitiendo títulos que se intercambian en este mercado de valores. Se trata de un
mercado de títulos donde la oferta viene dada por la emisión de nuevos valores y de la
negociación de los ya existentes.
En todo mercado de valores se distingue entre: mercado primario o de emisión, en el
que se canaliza el ahorro hacia la inversión a través de títulos públicos y privados; y el
mercado secundario o de negociación, que tiene por finalidad potenciar el mercado
primario dándole liquidez.
Quienes han invertido en el mercado primario pueden vender sus participaciones en el
secundario sin ocasionar molestias a la actividad de las sociedades. O sea, que a la
Bolsa de valores acuden los ahorradores con la intención de colocar su dinero a cambio
de una determinada rentabilidad o de la posibilidad de una plusvalía.
En cada Bolsa se define un índice general que al final de cada sesión indicará si
prevalecen los deseos de compra, lo que elevará el índice, o de venta que lo disminuirá.
Los títulos que se emiten pueden ser de renta fija (obligaciones, bonos bancarios y
deuda pública) que consisten en un préstamo con promesa de devolución del principal a
un plazo determinado más una renta fija; o bien, de renta variable (acciones) que no
tiene con seguridad una renta pero pueden ofrecer mayores rendimientos según los
resultados de las empresas.
La formación de expectativas juega un papel fundamental en la evolución de los
mercados bursátiles. La marcha de la economía nacional y, cada vez en mayor medida
debido al proceso de liberalización, la economía internacional, los acontecimientos en el
resto de los mercados de valores, las medidas adoptadas por los gobiernos, y otros
condicionantes de naturaleza menos económica, hacen impredecible la evolución de
estos mercados.
La política monetaria es la actuación de las autoridades económicas dirigida a
controlar las variaciones en la cantidad o en el coste del dinero con el fin de alcanzar
ciertos objetivos de carácter macroeconómico, por ejemplo: el control de la inflación, el
pleno empleo, regular el crédito que la banca privada puede conceder al sistema
económico.
Ésta actuación se articula mediante dos niveles de decisión:
Las autoridades tratan de alcanzar determinados objetivos referentes al nivel de empleo,
precios, producción, balanza de pagos, etc. Regulando alguna variable monetaria que
actuará como objetivo intermedio de la política monetaria. Esta variable podría ser la
cantidad de dinero o los tipos de interés a largo plazo.
En el segundo nivel, las autoridades regulan la variable elegida como objetivo
intermedio controlando una variable operativa, la base monetaria, la liquidez bancaria o
los tipos de interés en el mercado monetario. El control de la variable operativa se
realiza a través de determinados instrumentos de política monetaria: coeficiente de caja,
tipo de redescuento, etc.
Al tener que elegir el objetivo intermedio surgen problemas de decisiones como:
detectar hasta qué punto las autoridades son capaces de controlarla; y conocer
anticipadamente los efectos de las medidas de Política Monetaria para llevar a cabo un
seguimiento que permita corregir las desviaciones.
Estos problemas se suelen resolver parcialmente con la utilización de indicadores que
actúan como testigos que recogen y miden el efecto de la decisión que se ha aplicado.
En general, las políticas monetarias pueden ser:
De corte expansivo, que tienden a incrementar la oferta monetaria o reducir los tipos de
interés para estimular el crecimiento económico.
De corte contractivo que, al contrario que la anterior es para aminorar el ritmo de
crecimiento económico.
FUENTE: ELBLOGSALMON.COM:
Mercados de valores, familiarmente llamados Bolsa.
Primero deberíamos definir el mercado de valores como un conjunto de instituciones y
agentes financieros los cuales negocian los distintos tipos de activos (acciones, fondos,
obligaciones, etc…) a través de los instrumentos creados específicamente para ello. Su
objetivo fundamental es la de captar parte del ahorro personal y empresarial no por
el simple hecho de hacer especulación sino también para conseguir un punto de
financiación extra para las empresas como ocurre por ejemplo en la emisión de nuevas
acciones.
El objetivo fundamental de los mercados de valores es ayudar en cierta medida al movimiento de
capitales contribuyendo así a la estabilidad monetario y sobre todo a la financiera. El uso de unos
mercados de valores democráticamente definidos ayuda al desarrollo de políticas monetarias más
activas y seguras.
Por tanto, los mercados de valores son lugares en donde los agentes a través de los
intermediarios y usando los instrumentos específicamente desarrollados intercambian
activos entre sí, facilitando la transparencia y libertad de cualquier ciudadano a realizar
compras o ventas de valores.
Los mercados de valores poseen una característica especial que no dan a los activos
financieros otro tipo de mercados y es que son capaces de fijar el precio de los valores,
en orden a la ley de oferta y demanda de los mismos. Otra ventaja cualitativa es que
puede ser una inversión de tipo muy líquido para muchos inversores, ya que en
cualquier momento puedes tener la opción por ejemplo de vender tus acciones.
Dentro del mercado de valores vamos a hacer la distinción entre mercado primario y
secundario, como dos tipos de contratación y negociación totalmente distinta de los
valores:
Mercado Primario: Se llama así a la colocación o salida al mercado de nuevas
acciones. Es decir son acciones procedentes directamente de la empresa y que
normalmente se venden a través de una subasta, un concurso público o la negociación
directa. En caso de forma indirecta (entran en juego intermediarios financieros), puede
realizarse de tres maneras:

Venta en firme: Se cierre en firme una cantidad de acciones por una cuantía determinada,
independientemente de si se venden todas o no es un trato cerrado.

Acuerdo Stand-By: La empresa emisora y el intermediario cierran un preacuerdo, el
intermediario realiza las ventas en varias tandas y según necesita ampliar el número la
empresa va cerrándole más paquetes accionariales. Esta forma es muy común cuando son
varios los intermediarios financieros que simultáneamente gestionan estos valores.

Best Effort: Venta directa a comisión de los intermediarios; tanto venden, tanta comisión se
llevan de la empresa emisora de estas acciones.

Mercado Gris: Es uno de los más extraños, ya que se realiza usando ciertas partes del
mercado que las empresas no usan habitualmente; no son ilegales, pero de ahí su nombre
de gris, por el no conocimiento del resultado real al ser un mercado no explorado.

Colocación Privada: Acciones emitidas y que se colocan en mercado privado a una o
varias personas de forma directa pero de carácter privado.
El mercado primario es regulado en todo momento por sus dos órganos rectores: la
CNMV y la DGTPF. No olvidemos que es una emisión de nuevas acciones al mercado
y eso siempre ha de pasar por la tutela de ambas instituciones para el buen
funcionamiento del mismo.
Mercado Secundario: Es por tanto aquel mercado en donde los valores ya emitidos y
vendidos en el mercado primarios son simultánea y públicamente manejados en tiempo
real por compradores y vendedores, para ello ejecutan sus operaciones de forma directa
o a través de los intermediarios financieros correspondientes marcado de este modo el
precio real de dichos valores.
Como es entendible todos los tipos de activos que se negocian libremente en los
mercados secundarios previamente han pasado por el mercado primaria, en su fase de
emisión y colocación, en donde se realizó su primera operación de compra-venta.
El mercado secundario es por tanto el lugar común en el que habitualmente particulares
realizamos las operaciones de compra venta que, aunque no lo parezcan son las que
gestionan el tejido económico y la productividad financiera desde un contexto de
inversión y confianza.
En definitiva, los mercados de valores son aquellos lugares en donde gran cantidad de
los activos financieros que se negocian hoy en día en nuestra economía son medidos en
referencia al precio objetivo y confianza que los inversores privados tienen de las
empresas que los sustentan.
La política monetaria es la actuación de las autoridades económicas dirigida a
controlar las variaciones en la cantidad o en el coste del dinero con el fin de alcanzar
ciertos objetivos de carácter macroeconómico, por ejemplo: el control de la inflación, el
pleno empleo, regular el crédito que la banca privada puede conceder al sistema
económico.
Ésta actuación se articula mediante dos niveles de decisión:
Las autoridades tratan de alcanzar determinados objetivos referentes al nivel de empleo,
precios, producción, balanza de pagos, etc. Regulando alguna variable monetaria que
actuará como objetivo intermedio de la política monetaria. Esta variable podría ser la
cantidad de dinero o los tipos de interés a largo plazo.
En el segundo nivel, las autoridades regulan la variable elegida como objetivo
intermedio controlando una variable operativa, la base monetaria, la liquidez bancaria o
los tipos de interés en el mercado monetario. El control de la variable operativa se
realiza a través de determinados instrumentos de política monetaria: coeficiente de caja,
tipo de redescuento, etc.
Al tener que elegir el objetivo intermedio surgen problemas de decisiones como:
detectar hasta qué punto las autoridades son capaces de controlarla; y conocer
anticipadamente los efectos de las medidas de Política Monetaria para llevar a cabo un
seguimiento que permita corregir las desviaciones.
Estos problemas se suelen resolver parcialmente con la utilización de indicadores que
actúan como testigos que recogen y miden el efecto de la decisión que se ha aplicado.
En general, las políticas monetarias pueden ser:
De corte expansivo, que tienden a incrementar la oferta monetaria o reducir los tipos de
interés para estimular el crecimiento económico.
De corte contractivo que, al contrario que la anterior es para aminorar el ritmo de
crecimiento económico.
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