Sociedades Anonimas Unipersonales (Molina

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Voces: UNIFICACION CIVIL Y COMERCIAL ~ CODIGO CIVIL Y COMERCIAL DE LA NACION ~
SOCIEDAD CIVIL ~ SOCIEDAD COMERCIAL ~ LEY GENERAL DE SOCIEDADES ~ SOCIEDAD
UNIPERSONAL ~ TIPO SOCIAL ~ PATRIMONIO ~ SOCIO ~ ASOCIACION CIVIL ~ SOCIEDAD
ANONIMA ~ SOCIEDAD COLECTIVA ~ SOCIEDAD DE RESPONSABILIDAD LIMITADA ~
DENOMINACION SOCIAL ~ CAPITAL SOCIAL
Título: Sociedades anónimas unipersonales
Autor: Molina Sandoval, Carlos A.
Publicado en: LA LEY 09/12/2014, 09/12/2014, 1 - LA LEY2014-F, 1209 - Enfoques 2015 (febrero),
23/02/2015, 109
Cita Online: AR/DOC/4408/2014
Sumario: I. Introducción.— II. Nociones generales.— III. Tipo societario para la sociedad unipersonal.—
IV. Unipersonalidad originaria.— V. Unipersonalidad de sociedades innominadas.— VI. Asociación civil
unipersonal.— VII. Unipersonalidad derivada.— VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de
responsabilidad limitada.— IX. Transformación de pleno derecho.— X. Aplicación "automática".— XI.
Requisitos de la transformación.— XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad
unipersonal.— XIII. Participación indirecta.— XIV. Consolidación de balances. — XV. Variantes en el
funcionamiento orgánico.— XVI. Denominación social.— XVII. Capital social.— XVIII. Fiscalización
estatal permanente y estructura orgánica.— XIX. No cumplimiento de órganos plurales.— XX. Colofón.
Abstract: Se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración y
fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad
está en el directorio, pero no en la asamblea (más allá de que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica).
A la inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no
en la asamblea.
I. Introducción
El tema de la sociedad ha concitado una gran atención (1). La relación entre la limitación de la personalidad
y la posibilidad de una "sociedad de un solo socio" ha llevado a profundizar la fragmentación del patrimonio (2)
(y los patrimonios de afectación (3)) en la planificación de negocios (4). La posibilidad de que una sola persona
(física o jurídica) pueda desarrollar actividades a través de una estructura jurídica que no involucre su
patrimonio personal ha sido uno de los temas societarios profundos más relevantes de los últimos veinte años (5)
.
Dicha cuestión se vio acrecentada con proyectos legislativos que trataron el tema (6), la experiencia en
derecho comparado (7) y con la existencia de precedentes judiciales (8) y administrativos (9) que pusieron el tema
de la unipersonalidad en la escena académica, pero fundamentalmente en el asesoramiento profesional en
cuestiones de constitución de sociedades de capital. La pluralidad societaria era un requisito indispensable para
la constitución de la sociedad. Se requería necesariamente de dos personas para que la sociedad sea válidamente
constituida. En la práctica era impensado constituir inicialmente una sociedad sin dos socios; el problema era
determinar cuál era el porcentaje mínimo (simulación lícita (10)) que debía tener el otro socio (muchas veces
cónyuge o familiar del socio principal, en una empresa justamente familiar (11)).
El tema no es menor y, de algún modo, podría pensarse que se mantiene en la actualidad, no tanto para la
posibilidad conceptual de constituir una sociedad (ya que puede haber sociedades de un solo socio y son
plenamente |válidas) sino para determinar si la sociedad debe ser considerada "plurisubjetiva" (y "no
unipersonal") y por ello escapar al pesado régimen de fiscalización estatal permanente.
Si bien existieron en nuestro país varios intentos legislativos previos de incorporar las sociedades
unipersonales (12) y en algún punto ha sido auspiciosa su inclusión con la misma ley que estableció el nuevo
Código Civil y Comercial de la Nación (en adelante, Cód. Civ.), pensamos que ha sido una reforma que —pese
a su simplicidad— genera una grieta profunda en los análisis típicos societarios y requiere de interpretaciones
realistas que procuren una adecuada aplicación de esta figura. No es la idea de este estudio inicial realizar una
crítica a la metodología legal de la incorporación de la reforma sino procurar desarrollar algunos interrogantes
necesarios para poder cubrir una adecuada aplicación práctica de la figura.
La ley y su aplicación, como toda obra humana, no pueden prever todas las posibilidades fácticas que se
presentan en la realidad. Y por ello, es perfectible. El objeto de este análisis es procurar un desarrollo de algunas
cuestiones que pueden generarse en la práctica cotidiana de las sociedades unipersonales.
II. Nociones generales
El art. 1, de la ahora llamada Ley General de Sociedades (LGS), no define la sociedad unipersonal sino que
se limita a aceptarlas como posibles en la misma definición de la sociedad, cuando señala que habrá sociedad
"cuando una o más personas" en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos por la ley se obligan a
realizar aportes para aplicarlos a la producción de bienes o servicios (13). De todas formas, lo significativo no es
la aceptación conceptual sino determinar la regulación y sus efectos.
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Antes de la vigencia de la reforma (14), si bien el art. 1 exigía pluripersonalidad ello no impedía la validez
legal de sociedades unipersonales. La ausencia de plurisubjetividad no era incompatible con la personalidad
societaria (art. 2, LSC) (15), como lo demuestran no sólo la ley 20.705 (art. 2), sino el mismo art. 94, inc. 8,
LSC, que admite la subsistencia de la sociedad (y aun su personalidad) durante el lapso de tres meses; aun más,
en caso de no subsanarse la unipersonalidad, la sociedad sigue siendo un centro de imputación diferenciada a
esos efectos (art. 101, LSC), sin perjuicio de la responsabilidad solidaria del socio único.
Cabe aclarar, sin embargo, que la pluralidad de personas (16) era un elemento esencial en cualquier sociedad
(y no sólo la comercial) y que la inexistencia de pluralidad subjetiva importaba la inexistencia de la sociedad y
no su nulidad (17).
III. Tipo societario para la sociedad unipersonal
El art. 1, LGS, establece expresamente que la sociedad unipersonal sólo se podrá constituir como sociedad
anónima, razón por la cual no puede existir unipersonalidad en otros tipos societarios, tales como la sociedad
colectiva (art. 125, LGS), en comandita simple (art. 134, LGS), de capital e industria (art. 141, LGS) y de
responsabilidad limitada (art. 146, LGS).
Respecto de las sociedades en comandita por acciones, el art. 316, LGS, dice que están sujetas a las normas
de la sociedad anónima, salvo disposición contraria de esta sección, lo que podría arrojar alguna duda sobre la
posibilidad de que exista una sociedad en comandita por acciones unipersonal. Sin embargo, ello es un
contrasentido pues no puede haber una sociedad en comandita por acciones que no tenga al menos dos
categorías de socios (comanditados y comanditarios, arts. 315, LGS). Pero además porque el propio art. 94 bis,
LGS, señala que la reducción a uno en el número de socios de la sociedad en comandita por acciones impone "la
transformación de pleno derecho" en sociedad anónima unipersonal, sin aclarar cuáles son los alcances de esa
transformación de pleno derecho.
La solución de la ley es clara: una sociedad unipersonal sólo puede ser una sociedad anónima (y no de otro
tipo). El problema se suscita, más bien, respecto de las consecuencias de la unipersonalidad "originaria" o
"devenida" de una sociedad no anónima. O, incluso, de una sociedad anónima que no tiene el número de
directores y síndicos exigidos para las sociedades del art. 299, LGS.
IV. Unipersonalidad originaria
Si la unipersonalidad prohibida es originaria (v.gr., se trata de una sociedad colectiva, en comandita simple o
por acciones, de responsabilidad limitada, etc.) la solución pareciera estar incorporada en el art. 17, LGS, que
dice, bajo el acápite de "atipicidad" y "omisión de requisitos esenciales" que las sociedades previstas en el
Capítulo II de esta ley (léase, las sociedades que acabamos de mencionar) no pueden omitir requisitos esenciales
tipificantes ni comprender elementos incompatibles con el tipo legal.
Si bien la "pluralidad societaria" no es un requisito esencial tipicante (18) (antes era un requisito de
existencia), podría decirse que hoy la ausencia de plurisubjetividad es un "elemento incompatible son el tipo
legal" (pues el único tipo legal que las acepta es el de las anónimas). Por ello, la omisión en el número mínimo
de socios lleva a la directa aplicación de "atipicidad societaria", con las consecuencias de aplicar a estas
sociedades el régimen de las sociedades no incluidas en las sociedades típicas (sociedad simple o residual, antes
llamadas sociedades de hecho o irregulares).
El tema no es menor porque según esta interpretación una sociedad de las mencionadas que sea unipersonal
no será nula (o inexistente, como se decía antes), si no que en caso de infracción a estas reglas, la sociedad
constituida no produce los efectos propios de su tipo y queda regida por lo dispuesto en la Sección IV del
Capítulo 1 (art. 17, 2° párr., LGS).
V. Unipersonalidad de sociedades innominadas
Dicha consecuencia, nos lleva directamente a una conclusión que no parece ser la deseada por el propio
legislador: el ordenamiento societario también admite la unipersonalidad en las sociedades innominadas
(simples o residuales), pues de otro modo no hubiera establecido un régimen como el previsto en los arts. 21 y
ss., LGS.
En consecuencia, el contrato social (unipersonal) podría ser oponible frente a terceros que lo conocieron y
puede ser oponible frente a los administradores de las sociedades innominadas (art. 22, LGS), puede fijar reglas
de representación, administración y demás (art. 23, 1° párr., LGS), puede tener bienes registrables a su nombre
(art. 23, 2° párr., LGS) y son esencialmente subsanables (art. 25, LGS).
Dicha subsanación podría ser la de incorporar un nuevo socio (y con ello, tener pluralidad subjetiva) o de
transformar el tipo societario en una sociedad anónima (art. 1, 2° párr.., LGS). Pero, mientras tanto, dicha
sociedad puede operar como una sociedad unipersonal innominada, con responsabilidad solidaria (arg. art. 24,
LGS).
Si bien el esquema de responsabilidad societaria de las sociedades innominadas en las sociedades que
limiten su responsabilidad es claramente más gravoso y se impone como una solución poco deseable para su
"socio". Ello no necesariamente es así en la sociedad colectiva en la que las pautas organizativas podrían ser
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muy similares. Incluso si en una sociedad innominada se incorpora un nuevo socio, la responsabilidad podría ser
mancomunada (y no solidaria, art. 24, LGS).
Obvio que, en términos prácticos, el órgano registrador podrá imponer a la sociedad unipersonal su
adaptación a las exigencias del tipo, bajo apercibimiento de no inscribir la sociedad. Pero la no inscripción de
dicha sociedad unipersonal no importara la no existencia de la personalidad, sino el nacimiento pleno de la
personalidad opera desde la celebración del contrato social. El art. 142, Cód. Civil, establece —como principio
general para todas las sociedades y tomando la doctrina generalmente aceptada antes del Cód. Civil— que la
existencia de la persona jurídica privada comienza desde su constitución. Por ello, esta sociedad innominada,
pero unipersonal, podrá lograr las autorizaciones fiscales para operar (v.gr., clave única de identificación fiscal)
y podrá inscribirse en los distintos tributos sin ninguna limitación.
VI. Asociación civil unipersonal
Aun cuando están reguladas fuera de la LGS, parece lógico pensar que el Código Civil no admite
"asociaciones civiles unipersonales". Si bien no está expresa la exigencia de dos o más asociados para que se
constituya válidamente la asociación civil, si resulta implícita del texto del art. 170, Cód. Civil, cuando dice que
el acto constitutivo debe contener la identificación de "los constituyentes" (en plural). También surge de otras
normas que aluden a asociados en plural (v.gr., art. 170, inc. k, 175, 181, etc., Cód. Civil), pero
fundamentalmente de la aplicación supletoria del art. 186, Cód. Civil, del régimen general de sociedades.
La especial naturaleza (19) de las asociaciones civiles en el Código unificado (20), los principios que las
gobiernan, pero fundamentalmente la dinámica de funcionamiento y su esquema regulatorio impiden pensar en
una asociación civil unipersonal. En este caso, a diferencia de las sociedades reguladas en la LGS, la
unipersonalidad impide su existencia como asociación civil (arg. arts. 142 y 169, Cód. Civil), ello incluso más
allá de la remisión al régimen de las simples asociaciones (art. 187, Cód. Civil).
VII. Unipersonalidad derivada
La cuestión no es tan clara cuando la unipersonalidad no es constitutiva (o genética) sino que acaece
forzosamente (v.gr., por la herencia de las participaciones societarias (21)) o de manera voluntaria (por la
donación o compraventa de dichas participaciones societarias). Aquí la ley parece diferenciar en función de los
distintos tipos sin ningún justificativo legal. De hecho, se trata de una norma que no es clara y cuya distinción
es, en algún punto, arbitraria.
Si bien el originario (22) art. 94, inc. 8, ha sido derogado como causal de disolución societaria (23) (hoy el
inc. 8 reglamenta la disolución por cancelación de la autorización para funcionar), el art. 94, bis, LGS, viene a
llenar dicho vacío: "La reducción a uno del número de socios no es causal de disolución, imponiendo la
transformación de pleno derecho de las sociedades en comandita, simple o por acciones, y de capital e industria,
en sociedad anónima unipersonal, si no se decidiera otra solución en el término de tres meses". Pero,
curiosamente, dicho precepto no incluye a las sociedades colectivas y a las sociedades de responsabilidad
limitada (que en la práctica tienen mayor aplicación y suelen constituirse con más asiduidad).
La solución es la misma para la exclusión de los socios (24), ya que el art. 93, LGS, al regular la "exclusión
en sociedad de dos socios" (25), señala que en las sociedades de dos socios procede la exclusión de uno de ellos
cuando hubiere justa causa, con los efectos del art. 92; el socio inocente asume el activo y pasivo sociales, sin
perjuicio de la aplicación del art. 94 bis. Recordemos nuevamente que el art. 94 bis, LGS, no menciona
expresamente a la sociedad colectiva y a la sociedad de responsabilidad limitada.
VIII. Unipersonalidad de sociedades colectivas y de responsabilidad limitada
Dicho en otros términos: según una interpretación literal del texto legal, una sociedad colectiva o de
responsabilidad limitada (pese a algún tenue parecido con la anónima (26)) devenida en unipersonal no entra en
un proceso de disolución ni tiene, como sí lo preveía el viejo art. 94, inc. 8, un plazo de tres meses para remover
la unipersonalidad (más allá de su responsabilidad solidaria como socio único).
El hecho de que una sociedad no anónima devenida en unipersonal no importe una causal de disolución, en
alguna forma, impide la aplicación del art. 100, LGS, que señala que las causales de disolución podrán ser
removidas mediando decisión del órgano de gobierno y eliminación de la causa que le dio origen, si existe
viabilidad económica y social de la subsistencia de la actividad de la sociedad. La resolución deberá adoptarse
antes de cancelarse la inscripción, sin perjuicio de terceros y de las responsabilidades asumidas. Y bajo el título
"norma de interpretación", señala que en caso de duda sobre la existencia de una causal de disolución, se estará
a favor de la subsistencia de la sociedad.
El razonamiento lógico formal sería entender aplicable el art. 17, LGS, que —indirectamente— las sujeta al
régimen de sociedades innominadas, en las que la responsabilidad deviene como "simplemente mancomunada"
(art. 24, LGS).
Por ello, una sociedad colectiva o de responsabilidad limitada devenida en unipersonal podrá subsanar su
defecto mediante la aplicación del art. 25, LGS, que expresamente regula la "subsanación". Expresamente
señala que en el caso de sociedades unipersonales "la omisión de requisitos esenciales, tipificantes o no
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tipificantes, la existencia de elementos incompatibles con el tipo elegido o la omisión de cumplimiento de
requisitos formales, pueden subsanarse a iniciativa de la sociedad o de los socios en cualquier tiempo durante el
plazo de la duración previsto en el contrato. A falta de acuerdo unánime de los socios, la subsanación puede ser
ordenada judicialmente en procedimiento sumarísimo. En caso necesario, el juez puede suplir la falta de
acuerdo, sin imponer mayor responsabilidad a los socios que no lo consientan".
El problema no es muy grave, ya que no existe la posibilidad lógica de que en una sociedad unipersonal no
exista acuerdo unánime de los socios. En este caso, el socio unipersonal podrá incorporar un nuevo socio
(respetando el tipo social oportunamente elegido) o transformar la sociedad en anónima (y cumplir con los
demás requisitos exigidos por el régimen societario).
La solución parece ser similar en caso de que la sociedad devenga por una cuestión ajena a la voluntad
(herencia) o cuando exista una exclusión societaria (art. 93, LGS).
IX. Transformación de pleno derecho
Para las demás sociedades, el art. 94 bis, LGS, impone la "transformación de pleno derecho" de las
sociedades de otros tipos en una sociedad anónima unipersonal. El concepto de transformación de pleno derecho
en estas sociedades se trata de un concepto nuevo y que no tiene adecuada regulación. Lo más parecido es la
"subsanación" del art. 25, LGS (o la regularización del antiguo del art. 22).
Si bien el art. 94 bis, LGS, otorga un plazo para buscar otra solución para la "subsanación" de la
unipersonalidad en el tipo societario elegido por los socios e impone —vencido dicho plazo— una solución
legal forzosa, no aclara cuáles son las soluciones previstas.
La solución posible en el marco societario sería, en primer lugar, la enajenación de cualquier participación
societaria a los efectos de evitar que sea una sociedad de un solo socio.
Otra solución podría ser la decisión (unipersonal) de proceder a la disolución y liquidación de la sociedad
(art. 101 y ss., LGS).
También se podría lograr no sólo la transformación "voluntaria" de la sociedad (art. 74, LGS) sino también
lograr la pluripersonalidad mediante la fusión con otra u otras sociedades (art. 82, LGS). Incluso podría ser una
combinación de fusión y escisión (27) (en la que quede una —o varias— sociedades anónimas unipersonales y
una u otras sociedades).
Igualmente, y a diferencia del viejo art. 94, inc. 8, no establece responsabilidad solidaria del socio único (28)
durante el plazo en el cual dicho socio debe proveer a la solución o hasta que se imponga de pleno derecho la
confusa transformación en cuestión. Por ello, a falta de una norma expresa que imponga responsabilidad
solidaria no puede aceptarse como válido que el socio único tenga responsabilidad solidaria y/o mancomunada.
Durante ese plazo la responsabilidad del tipo societario originariamente elegido se mantiene, sin que pueda
presumirse solidaridad u otra solución que amplíe la responsabilidad del socio único.
X. Aplicación "automática"
Tampoco queda claro qué significa, en el contexto de la ley, de pleno derecho y en lo puntual si el efecto
concreto de esta transformación de pleno derecho importa una suerte de "aplicación" automática del régimen
general de la sociedad anónima o requiere de la adaptación por el socio supérstite (unipersonal) que
cumplimente con todos los requisitos de la sociedad anónima.
La aplicación automática (transformación sin que sea menester el cumplimiento de las formalidades) no
parece ser una solución "tan" automática, si se tiene en cuenta que dichas sociedades (sociedades en comandita,
simple o por acciones, y de capital e industria) pueden no cumplir con los requisitos exigidos por la LGS para la
sociedad anónima (29). Hay uno que impone la misma reforma societaria y es la denominación social, que exige
que "en caso de sociedad anónima unipersonal deberá contener la expresión "sociedad anónima unipersonal", su
abreviatura o la sigla S.A.U." (art. 164, LGS). La sociedad unipersonal cambia, en algún punto, su
denominación no en la raíz del nombre sino en la sigla. Si bien no es un tema mayor (fundamentalmente por la
carencia de sanción expresa), si parece lógico requerir de una suerte de registración societaria que permita
incorporar o modificar dicha denominación.
Es obvio que la sociedad originaria (por imperio de la ley) debe adoptar el tipo previsto para la sociedad
anónima (art. 74, LGS) y la sociedad no sólo no se disuelve sino que tampoco se alteran sus derechos y
obligaciones. Es la misma sociedad devenida en unipersonal (misma persona) que modifica su ropaje societario.
Esta transformación, pese a ser impuesta por la ley y hacerse de pleno derecho, no modifica la
responsabilidad solidaria e ilimitada anterior de los socios (v.gr., socio capitalista o industrial, art. 141, LGS;
comanditado y comentario, art. 134, LGS, etc.) "aun cuando se trate de obligaciones que deban cumplirse con
posterioridad a la adopción del nuevo tipo, salvo que los acreedores lo consientan expresamente" (art. 75, LGS).
Tampoco queda claro que, pese a ser una transformación de pleno derecho, requiere de inscripción del
nuevo tipo societario (anónima unipersonal), de un balance especial, el otorgamiento del acto, publicación de
edicto, inscripción del instrumento, etc.. Menos claridad existe en la posibilidad de caducidad de la
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transformación (si no se inscribe la transformación en un plazo de tres meses).
No es claro si esta transformación (de pleno derecho) puede ser dejada sin efecto. En este punto, el art. 80,
LGS, señala que el acuerdo de transformación puede ser dejado sin efectos mientras ésta no se haya inscripta. Si
bien es dudosa la exigencia de la necesidad de la inscripción de un acuerdo de transformación, resulta claro que
en virtud de este precepto el socio podría dejar sin efecto la transformación mediante la recuperación de la
plurisubjetividad.
XI. Requisitos de la transformación
La no exigencia de los requisitos naturales de la transformación (pues la ley habla de "transformación de
pleno derecho" y no lo condiciona a tales requisitos) impone dudas trascendentales tales como la estructura
accionaria de los antiguos socios y otros temas que verdaderamente obstaculizan fuertemente una
transformación automática, como parece querer el legislador.
En los tipos mencionados se requiere (y se reglamentan) distintas clases de socios, lo que no existe —al
menos no necesariamente— en la sociedad anónima. Entonces se unificarían, también de pleno derecho, dos
clases de socios en un solo tipo de socio (accionista). Igualmente, podrían respetarse ciertos derechos
particulares de ambas clases (obviamente que no hagan al tipo, v.gr. socio capitalista o industrial, comanditado
y comanditario, etc.) a los fines de mantener la posibilidad de ciertas diferencias queridas originalmente.
Ahora bien, aparecen temas tales como el capital mínimo, que en materia de sociedades anónimas es de cien
mil pesos, no existiendo un capital mínimo para los otros tipos societarios o la exigencia elemental, por imperio
de la incorporación al art. 299, LGS, de tener —al menos— tres directores titulares y tres síndicos titulares (más
tres suplentes). También se advierte la transformación a una sociedad anónima que no tenga libros de registro de
asistencia a asamblea ni libros de acciones (ya que estos libros no eran obligatorios e incluso posibles para los
tipos societarios en cuestión).
Puede ocurrir que exista una administración indistinta (entre los administradores, v.gr., art. 143, LGS, para
las de capital e industria) y no que no exista, necesariamente, un presidente del directorio, razón por la cual
tampoco queda claro cuál sería la estructura de representación (y si en el "mientras tanto" cualquier
administrador —ahora devenido en director— podría administrar indistintamente la sociedad).
XII. Sociedad unipersonal que constituye otra sociedad unipersonal
El art. 1, LGS, es muy enfático respecto de la posibilidad de que una sociedad unipersonal "constituya" otra
sociedad unipersonal. Textualmente señala que la "sociedad unipersonal no puede constituirse por una sociedad
unipersonal". La sociedad anónima unipersonal puede ser constituida por cualquier persona humana o jurídica,
sin limitación de formas o tipos societarios. La limitación del art. 30, LGS, sólo impone la limitación inversa:
esto es, que la sociedad anónima, incluida la unipersonal, sólo puede formar parte de sociedades por acciones y
de responsabilidad limitada. No puede integrar otros tipos societarios, sin perjuicio de que pueden ser parte de
cualquier contrato asociativo.
La ley menciona sólo la "constitución" (y dicho término no incluye necesariamente participación). Una
interpretación literal (y simplista) podría llevar a no admitir la constitución de la sociedad anónima unipersonal
por otra unipersonal, pero permitir que exista participación (posterior a la constitución y derivada de la
adquisición de dichas participaciones societarias) de una unipersonal en otra unipersonal. Sin embargo, no es la
exégesis adecuada de la norma y cabe traer a colación el tema de la inscripción de sociedades extranjeras para
participar en sociedades locales. Si bien el art. 123, LGS, alude a constitución ("para constituir sociedad en la
República" dice la norma) siempre existió suficiente consenso (30) para entender que el término "constitución"
aludía, también, a "participación".
Por ello, en nuestra opinión el art. 1, 2° párr., LGS, debe interpretarse que la prohibición no sólo abarca su
aspecto genético ("constitución") sino también su aspecto derivado o posterior ("participación"). El verdadero
sentido de la norma no apunta sólo a la constitución sino que lo que no quiere es que una sociedad unipersonal
mantenga participación total en otra unipersonal. Incluso, la prohibición de la participación se mantiene no sólo
cuando un accionista ha adquirido todas las acciones de la sociedad sino cuando en virtud de una reducción del
capital social (o incluso amortización) la sociedad deviene en unipersonal.
Ahora bien, la idea fuerte de esta prohibición legal no es que la sociedad anónima unipersonal no pueda
participar de otra sociedad anónima sino que sea la "única socia" de —valga la obviedad— otra anónima
unipersonal. Por ello, no existiría un óbice normativo de que una sociedad anónima unipersonal participe de otra
sociedad anónima, no unipersonal. Teniendo en cuenta lo dicho, tampoco existe una prohibición (que no cabría
presumir) de que una sociedad unipersonal "controle" (art. 33, LGS) a una sociedad anónima que no sea
unipersonal.
Por otro lado, en la sociedad unipersonal el control (total) (31) se presume por la tenencia de "todas" las
participaciones societarias por el único socio.
XIII. Participación indirecta
El sentido más directo de la norma prohíbe que una sociedad anónima unipersonal constituya (o "participe",
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siendo la única socia,) de otra sociedad anónima unipersonal. Pero, la LGS no resuelve el tema de la
"participación indirecta": esto es, que una sociedad unipersonal que sea "controlante" de otra sociedad anónima
(o de responsabilidad limitada, conforme el art. 30, LGS), que —a la vez— sea la única socia de otra sociedad
unipersonal.
El tema podría quedar atrapado por el sentido que impone el art. 33, LGS, que regula el control societario
(32). Esta norma no sólo lo califica en forma directa sino también "por intermedio de otra sociedad a su vez
controlada" (art. 33, 1° párr., LGS). También lo enfatiza la ley en las participaciones recíprocas, al aludir a las
personas interpuestas (art. 32, 1° párr.., LSC).
Por ello, teniendo en cuenta los fines que la ley procuró con dicha prohibición y que los efectos no queridos
por la ley también podrían lograrse con la participación indirecta, parece razonable que en el esquema de
participaciones societarias no sería aconsejable que una sociedad unipersonal participe indirectamente (a través
del control de otra sociedad) en otra sociedad anónima unipersonal.
No obstante ello, nada empece a que una misma sociedad anónima (no unipersonal) tenga una o varias
sociedades unipersonales (33). La ley no impide que una única persona (humana o jurídica) pueda ser accionista
única de varias sociedades unipersonales, siempre que cumpla con los recaudos legales.
XIV. Consolidación de balances
La "unipersonalidad" de la sociedad importa una presunción indiscutible de control. El accionista
unipersonal es controlante (total) por definición. Por ello, los estados contables de la sociedad unipersonal
deberán ser consolidados. El art. 62, 3° párr., LGS, señala que sin perjuicio de presentar los estados contables
anuales, las sociedades controlantes (léase, el socio único de la unipersonal) deberá presentar como información
complementaria estados contables anuales consolidados, confeccionados con arreglo a los principios de
contabilidad generalmente aceptados y a las que las normas de contralor establezcan.
La norma II.A.1 de la Resolución Técnica Nro. 4, CPCEE, entiende por balances consolidados a los de un
grupo económico constituido, en razón de la existencia de un control común, por la sociedad controlante y las
sociedades controladas por ella, dando adecuada consideración a los intereses de terceros ajenos a los
propietarios de la sociedad controlante.
Dicho de otro modo: la consolidación se hace teniendo en cuenta terceros ajenos a la sociedad (y no
necesariamente a los mismos accionistas de la sociedad). Como dice la ley, los estados contables consolidados
(o su consolidación) son una "información complementaria" de los estados contables de la sociedad y por ello
tienen limitaciones en este sentido. Fowler Newton los llama "información adicional" (34) (lo que importa en
esencia este sentido de complementación).
Ratificando ello, la propia Exposición de Motivos de la ley 22.903 (que fue la que modificó la originaria ley
19.550 y que marca pautas interpretativas respecto de las principales innovaciones) expresamente señala, en
alguna afirmación discutible, que "el balance consolidado no es objeto de aprobación por la asamblea sino que
es un elemento de información para los socios" (sic). Así también han sido calificados por las normas contables
profesionales como "estados complementarios" (Res. Téc. N° 8, Norma II D).
Los balances consolidados dan cuenta de la realidad del grupo societario (integrado entre sociedades
controlantes y controladas, unipersonales o pluripersonales) pero la LGS —y cada uno de los institutos
societarios— se aplica individualmente para cada sociedad del grupo (y no para todo el grupo).
Ello así porque: (i) el régimen de dividendos y de distribución de utilidades de la sociedad sólo se puede
analizar en función de cada sociedad. La pérdida de las otras sociedades del grupo no le impide distribuir
utilidades en la sociedad, ello incluso cuando a nivel grupal la sociedad tenga pérdidas acumuladas; (ii) la
necesidad de reintegrar el capital social (o aumentarlo para evitar la disolución de la sociedad) también debe
analizarse individualmente (porque el grupo —como tal— no tiene un capital social más allá que pueda tener un
patrimonio neto de valor negativo); (iii) la obligatoriedad de hacer reservas legales (art. 70, LSC, hasta el 20%
del capital social) también debe hacerse en función de cada sociedad individualmente considerada y no en
función del grupo (pues el grupo no puede hacer reservas porque carece de personalidad societaria); y así
también se pueden reeditar todas las cuestiones que ratifican que el balance es individual.
Lo mismo también en la retribución de directores: el balance que debe tenerse en cuenta para fijar la
retribución de los directores no es el consolidado (que es simplemente una información complementaria o
adicional de la sociedad) sino el propio balance de la sociedad. Ello así porque el grupo como tal no tiene
empleados en relación de dependencia (ni directores) sino que cada una de las sociedades integrantes de un
grupo tiene sus propios directores y empleados. Y por ello cada una de las sociedades debe retribuir a sus
directores en función de las ganancias que tenga cada sociedad (y no del resultado general que pueda obtenerse
a nivel grupal).
XV. Variantes en el funcionamiento orgánico
El funcionamiento orgánico (y fundamentalmente asambleario) de la sociedad anónima unipersonal tiene
variantes significativas en el terreno práctico (35), que se pueden traducir en reglas que devienen superfluas
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(clases de acciones, asambleas unánimes, edictos, quórum, mayorías, abstención de votar, etc.). De todas
formas, parece razonable que el estatuto social tenga todas las previsiones para que la sociedad originariamente
unipersonal pueda devenir en "pluripersonal" mediante la simple enajenación (onerosa o gratuita) de acciones o
un simple aumento de capital social.
Sería, entonces, aconsejable que el estatuto social de una unipersonal incluya todas las cuestiones
relacionadas con sociedades anónimas pluripersonales, tales como clases de acciones, régimen de asambleas y
de mayorías, incluyendo formalidades, quórum, edictos, etc. Esta reglamentación facilita una rápida mutación
de una sociedad unipersonal en pluripersonal (y viceversa).
XVI. Denominación social
La sociedad anónima unipersonal tiene, algunas particularidades respecto de una sociedad anónima
pluripersonal. Por de pronto, la denominación cambia, ya que el art. 164, LGS, expresamente señala que la
denominación social puede incluir el nombre de una o más personas de existencia visible y debe contener la
expresión "sociedad anónima", su abreviatura o la sigla S.A. En caso de sociedad anónima unipersonal deberá
contener la expresión "sociedad anónima unipersonal", su abreviatura o la sigla S.A.U.
El problema también radica en las consecuencias de la omisión. El art. 164 en su versión originaria
establecía una sanción por la omisión de la denominación ("hará responsable ilimitada y solidariamente a los
representantes de la sociedad", decía la norma), que ha sido omitida por la LGS.
Dicho en otros términos: no existe sanción alguna por la omisión de la utilización de sociedad anónima
unipersonal o SAU, razón por la cual dicha extensión en la denominación luce como indicativa del tipo
societario y se trata de una norma fundamentalmente prescriptiva.
Cabría preguntarse si una sociedad anónima pluripersonal podría prever en sus estatutos que su
denominación será sociedad anónima (o la sigla S.A.) y que en caso de devenir en unipersonal deberá utilizar la
extensión sociedad anónima unipersonal o la sigla S.A.U. Razones prácticas y la posibilidad permanente de una
sociedad de mutar de "unipersonal" a "pluripersonal" varias veces aconsejarían su posibilidad inicial en el
estatuto social.
XVII. Capital social
Una cuestión también fundamental radica en la integración del capital social, ya que el art. 186, inc. 3, LGS,
exige la integración total del capital social, aun cuando el mismo sea depositado en efecto. No se puede integrar
sólo una parte (con un mínimo del veinticinco por ciento) y el saldo —como dicen la mayoría de los estatutos
societarios— dentro del plazo de dos años.
En su faz constitutiva, el accionista único debe depositar el cien por ciento del capital social en el banco de
uso oficial, conforme la establece la LGS.
Distinta sería el tema cuando la unipersonalidad es derivada y acaece antes de que se haya cumplido el plazo
acordado a los accionistas para que integren el saldo del capital. En efecto, una vez constituida la sociedad
anónima (e integrado el veinticinco por ciento del capital social con un plazo de dos años para integrar el saldo),
si un accionista se transforma en el único, ¿deberá integrar el cien por ciento del capital social pese a tener un
plazo previsto en la constitución?
Pese al vacío legal, parece razonable entender —en función de la finalidad de la norma— que el mero hecho
de que la sociedad devenga en unipersonal hace exigible la integración del saldo al momento que se adquiera
dicha unipersonal (36). Se trata de una exigencia legal que, en algún punto, lo que procura es evitar que dicho
saldo en efectivo nunca sea efectivamente integrado por el socio único. En términos prácticos, parece poco
probable que el director de una sociedad con un único socio le exija dicho saldo contra su voluntad (ya que
cualquier intento de cobro podría terminar con la revocación de su cargo de director).
XVIII. Fiscalización estatal permanente y estructura orgánica
La otra cuestión, quizás la más significativa en términos prácticos, es que esta sociedad queda incluida
dentro del art. 299, LGS (concretamente en el inc. 7) y por ello con fiscalización estatal permanente (37).
Esta inclusión importa la obligatoriedad de contar con un directorio integrado, al menos, por tres directores
titulares (art. 255, 2° párr., LGS) (38) y por una sindicatura colegiada en número impar (o sea, al menos tres
síndicos e igual número de síndicos suplentes; en este caso, al menos tres síndicos suplentes), conforme lo
establece el art. 284, 2° párr.., LGS.
Esta exigencia (tres directores y tres síndicos, más tres suplentes) hace inviable la sociedad para pequeñas y
medianas empresas y nos permite anticipar que la mayoría de las sociedades unipersonales serán empresas de
cierta envergadura o filiales de grandes compañías.
Es curioso: se trata de una sociedad con un órgano de gobierno singular, pero con órganos de administración
y fiscalización pluripersonales. A diferencia de las sociedades anónimas pequeñas en las que la unipersonalidad
está en el directorio, pero no en la asamblea (más allá que muchas veces la pluripersonalidad es simbólica). A la
inversa, en la sociedad anónima unipersonal, la pluralidad está en el directorio y en la sindicatura, pero no en la
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asamblea.
XIX. No cumplimiento de órganos plurales
No dice nada la ley respecto de la situación de una sociedad unipersonal que no cuente con un directorio y
sindicatura plural. En un directorio de tres miembros su funcionamiento impone, al menos, un quórum no
inferior a la mayoría absoluta de sus miembros (art. 260, LGS). Algo similar ocurre con la sindicatura
colegiada, más allá de la posibilidad de actuación individual del síndico disidente (art. 290, LGS).
Más allá de las cuestiones administrativas (multa, ineficacia a los fines administrativos, no inscripción, etc.)
en los organismos de control, la sanción no puede ser la inclusión de la sociedad en el régimen de las sociedades
innominada ni la nulidad de la sociedad. Podrá haber responsabilidad del directorio por no implementar las
medidas que posibiliten el debido funcionamiento orgánico de la sociedad, siempre dejando a salvo la
posibilidad de que el socio único, de manera autoconvocada (39), resuelva esta cuestión in extremis.
XX. Colofón
Como puede verse, si bien la incorporación de las sociedades unipersonales es una verdadera novedad en el
ordenamiento argentino, requiere de una integración entre el esquema clásico previsto para las sociedades
pluripersonales con el nuevo régimen, guiadas por el sentido práctico y concreto.
El régimen tiene algunos defectos, pero el sentido práctico del jurista y de los profesionales tiene que ser el
de procurar soluciones razonables a un instituto novedoso en el sistema societario. Será la práctica y los
problemas cotidianos los que irán determinado los correctos alcances de la novel figura.
(1) ALEGRÍA, H., La sociedad unipersonal, RDCO, 1994, p. 4; PIAGGI DE VANOSSI, A. I., Estudios
sobre la sociedad unipersonal, Bs. As., Depalma, 1997, p. 12.
(2) RIVERA, J.C., Las sociedades como instrumento para el fraccionamiento del patrimonio, Suplemento
especial La Ley, "Sociedades Comerciales", 2004, p. 117.
(3) Ver la cuestión en el derecho uruguayo en: OLIVERA AMATO, J.M., La creación de patrimonios con
destino específico en el Derecho Uruguayo. Evaluación de la ley de sociedades comerciales a los 20 años de su
promulgación, FCU, 2009, p.540.
(4) Ver un desarrollo de la planificación de negocios y utilización de patrimonios de afectación en:
MOLINA SANDOVAL, C.A., El fideicomiso en la dinámica mercantil, 3° edic., BdeF, Bs. As.-Montevideo,
2.013, p. 559.
(5) Ver el desarrollo del "análisis económico del derecho" en la limitación de la responsabilidad en:
MANNING, B. y HANKS, J., Legal capital, 3ª ed., Foundation Press, New York, 1990, p. 13.
(6) MOEREMANS, D.E., Recepción de la sociedad unipersonal de responsabilidad limitada en el Proyecto
de Unificación Civil y Comercial en la Argentina. Protección de los acreedores, RDCO, 1990-A, p. 170.
(7) ARAMOUNI, A., Empresa individual de responsabilidad limitada, RDCO, 1990-B, p. 464, refiriéndose
también a la situación imperante en Francia, Italia, Alemania, España, Holanda, Inglaterra y Estados Unidos de
América.
(8) CNCom., Sala E, "Fracchia Raymond SRL", 03.05.2005 (causa N° 72.348/04).
(9) Conforme fue resuelto por IGJ en los expedientes "Vitamina Group SA", "Bosques Verdes SA" y
"Jasler SA". Por todos, ver el criterio administrativo en: IGJ, "Coca Cola Femsa de Buenos Aires Sociedad
Anónima", resolución N° 1632 del 15.12.2003.
(10) PALMERO, J.C., Negocio jurídico indirecto. Simulación de la sociedad anónima, LL. 2005-E, p.
1032.
(11) MOLINA SANDOVAL, C.A., Empresas familiares. Herramientas de planificación y
profesionalización, Errerius, Bs. As., 2014, p. 23.
(12) VERÓN, A.V., La empresa unipersonal de responsabilidad limitada, LA LEY 08/05/2006, p. 1.
(13) Se ha dicho que "si se acepta la categoría del contrato plurilateral de organización esencialmente como
un acto de creación de una estructura jurídica que, a partir de esa creación, funcionará por sí misma, dotada de
personalidad y de la organización jurídica para formar y expresar su voluntad, con socios que se relacionan
directamente en cuanto a sus derechos y obligaciones con esa estructura, no se ve inconveniente lógico para que
se siga llamando contrato plurilateral de organización al acto jurídico de su creación, aunque haya sido
celebrado por una persona única en lugar de una pluralidad de ellas" (MANÓVIL, R.M. Algunas de las
Reformas al régimen societario en el Proyecto de nuevo Código Civil y Comercial, LL 2012-F, p. 1334).
(14) VÍTOLO, D.R., Sociedades comerciales. Del Anteproyecto a la sanción del Senado, LA LEY
09/12/2013, p. 1.
(15) MOLINA SANDOVAL, C.A., La desestimación de la personalidad jurídica societaria, Editorial Ábaco
de Rodolfo Depalma, Bs. As., 2.002, p. 42.
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(16) VÍTOLO, D.R., Pluralidad de socios en las sociedades comerciales, LA LEY, 2005-D, p. 1319.
(17) HALPERÍN, I., El régimen de la nulidad de las sociedades. Un ensayo de sistematización de las
normas del proyecto de ley de sociedades, RDCO; 1.970, p. 548.
(18) ALEGRIA, H., Replanteo de la nulidad por atipicidad societaria, Acad.Nac. de Derecho 2008 (marzo),
p. 1.
(19) CROVI, L.D., Naturaleza Jurídica y finalidad de las fundaciones, Revista de Derecho Privado y
Comunitario. Ed. Rubinzal Culzoni. N° 2004-3. Asociaciones y fundaciones, p. 38.
(20) Ver en este punto: CROVI, L.D., El nuevo régimen legal de las personas jurídicas en el Código Civil y
Comercial de la Nación, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 11.
(21) En orden a la incorporación de los herederos, ver: MOLINA SANDOVAL, C.A., Planificación
sucesoria y patrimonial en la empresa familiar, Revista de Derecho Comercial, del Consumidor y de la
Empresa, Febrero de 2014 (año 5, número 1), p. 99.
(22) OTAEGUI, J.C., Accionista único, RDCO, 1968, p. 290.
(23) Las históricamente y desde el mismo Cód. Com. siempre se interpretaron restrictivamente (CÁMARA,
H., Disolución y Liquidación de la Sociedades Mercantiles, Tipográfica Editora Argentina, Bs. As., 1957, p.
127.
(24) Más allá que en las sociedades anónimas tiene algunos matices (PARDUCCI, D.M., ¿Puede ser
excluido un accionista en las sociedades anónimas?, DSyC, t. XVII, n° 216, Nov. 2005, p. 1384.
(25) Sociedades en las que la práctica arroja muchas complicaciones operativas. Ver: ALEGRÍA, H.,
Repensando temas sobre exclusión de socios, en Rev. de Derecho Privado y Comunitario, 2003, 2, p. 95.
(26) Aun cuando pueden marcarse claramente sus diferencias. Ver.MARTORELL, E.E., Sociedades de
Responsabilidad Limitada, Depalma, Bs. As., 1994, p. 24.
(27) SKIARSKI, E.M., Escisión de Empresas, Ad Hoc, Bs. As., 2001.
(28) Se ha dicho que el legislador suprimió —por motivos que se desconocen— el segundo párrafo del art.
164 que actualmente dispone que, si se omitiere colocar esa mención ello hará responsables ilimitada y
solidariamente a los representantes de la sociedad juntamente con ésta, por los actos que celebren en esas
condiciones. Queda esto —entonces— como una obligación sin sanción. Además se ha dicho que la reducción a
uno del número de socios de las sociedades anónimas no conforma una causal de disolución de dichas
sociedades anónimas —nuevo art. 94 bis— sino sólo deben cumplir con la exigencia de: (1) adecuar la
denominación social a la exigencia del art. 164, sustituyendo las expresión "Sociedad Anónima" o la sigla
"S.A." por la expresión "Sociedad Anónima Unipersonal" o "S.A.U.", respectivamente —aunque no haya
sanción si no lo hacen—, y (2) cumplir con el régimen impuesto por el art. 299, de fiscalización estatal
permanente —al cual quedan sometidas todas las sociedades unipersonales, debiendo contar tanto con directorio
como con sindicatura plural integrada con número impar, con un mínimo de tres integrantes (arts. 255 y 284)—.
Cfr. VÍTOLO, D. R., La Ley de Sociedades Comerciales reformada por la ley que sancionó el Código Civil y
Comercial, LA LEY 27/10/2014 , 1
(29) EMBID IRUJO, M., Principios de tratamiento de las modificaciones estructurales de las sociedades
mercantiles en el derecho español, Cuadernos de Derecho y Comercio, núm. 28, abril 1999, p. 34.
(30) Si bien existió cierta controversia en torno a si dicha norma es aplicable únicamente a las sociedades
extranjeras que constituyen sociedades locales o si también es aplicable a las sociedades extranjeras que
participan en sociedades locales, la doctrina y jurisprudencia mayoritaria se ha expedido a favor de un criterio
amplio, máxime cuando las sociedades extranjeras tienen una participación significativa en las sociedades
locales (ROVIRA, A.L., Reflexiones acerca del régimen de las sociedades extranjeras, LL, 155, p. 989;
HALPERIN, I., Curso de Derecho Comercial, Depalma, Bs. As., t. I, p. 300; FARGOSI, H.P., Notas sobre los
alcances e interpretación del artículo 123, LL, 1977-C-595; CNCom, Sala C, 5.11.76, LL, 1977-A-473;
CNCom, Sala C, 21.3.78, ED, 77-475). En la causa "Inspección General de Justicia c/Biasider S.A. s/
organismos externos — Expte. 13285.06", la CNCom., Sala C, con fecha 21.11.2006, señaló que "más allá de la
palabra "constituir" utilizada por el legislador, cabe dar prevalencia a la finalidad perseguida por el legislador,
que es establecer un sistema de contralor de las sociedades que tengan participaciones en sociedades locales. De
otro modo, las sociedades extranjeras podrían escapar fácilmente a la inscripción del art. 123, LSC, adquiriendo
participaciones en una sociedad local luego de que ésta se encuentra constituida. Esta conclusión se impone
cuando las sociedades extranjeras tienen facultad decisoria sobre la actividad y el desenvolvimiento social en
virtud de su carácter de controlantes, como sucede en el sub lite. Tal circunstancia torna necesaria la inscripción
en los términos del Art. 123, ya que admitir lo contrario implicaría afirmar que los arts. 31, 32 y 33, LS, no
regirían en el caso de que la socia fuera una sociedad extranjera. Por ello, la jurisprudencia ha afirmado que
resulta ajustada a derecho la resolución que deniega la inscripción de una reforma estatutaria de una sociedad
constituida en la argentina, si la accionista mayoritaria, sociedad accionaria, no ha inscripto sus estatutos en el
registro del país, toda vez que lo contrario importaría violar lo preceptuado por el Art. 123. El Art. 123
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comprende tanto el caso de fundación como el de participación en la sociedad constituida. El término constituir
utilizado por el citado artículo comprende tanto "formar parte de" como participar en sociedad existente en la
república y lo cierto es que, analizando la naturaleza jurídica del contrato de sociedad en términos latos tanto
constituye sociedad aquel que se asocia originariamente con otro para fundar una sociedad, como aquel que se
asocia a otras personas, ya socios en sociedad existente (CNCom., "SAAB Scania Argentina SA", 20/07/1978).
(31) LE PERA, S., Sociedades unipersonales y subsidiarias totalmente controladas, RDCO, 1972, p. 22.
(32) Ver el excelente trabajo de: MANÓVIL, R.M., Grupos de sociedades en el Derecho Comparado,
Abeledo-Perrot, 1998, Bs. As., p. 70 y el clásico de ALEGRÍA, H., Algunas reflexiones sobre los conceptos de
sociedad controlante, sociedad controlada y situación de control, RDCO, 1978, p. 303.
(33) Se ha señalado: "La incorporación de las sociedades unipersonales como nuevo "tipo" social, a partir
de la entrada en vigencia de la ley 26.994, nos coloca en la necesidad de señalar una serie de cuestiones, que a
priori, se nos presenta como vacilaciones en torno a esta nueva figura legal. 1. En primer lugar para la creación
de una sociedad anónima unipersonal, es necesaria la declaración de voluntad expresa, en tal sentido, de una
persona física, hábil, mayor de edad, y con un patrimonio que justifique tributariamente la afectación de parte
del mismo al desarrollo de una actividad específica bajo esta forma. a. Entendemos que en este punto será
necesaria una reglamentación específica de los organismos de aplicación, siendo en el caso de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires, la Inspección General de Justicia de la Nación. b. Destacamos la necesidad de que
"todos" los organismos que funcionan a nivel provincial y nacional deban ponerse de acuerdo en la forma de
reglamentar este importante y novel tipo social. 2. La sociedad anónima unipersonal, sólo puede ser integrada
por una persona física, quedando vedada la constitución de este tipo societario a otras sociedades unipersonales.
a. La normativa de la Ley General de Sociedades si bien solo ha vedado a las sociedades unipersonales para que
puedan constituir otras sociedades unipersonales, nada dice con relación a los otros tipos societarios. b.
Partiendo de la base de que lo que no está prohibido, es permitido, entendemos que, en el caso particular de una
sociedad anónima unipersonal, sería aceptable que sea constituida por ejemplo, por una sociedad de
responsabilidad limitada, o bien por una sociedad anónima común (integrada por dos o más socios). 3. El
estatuto social, claramente será el usual, con las adaptaciones lógicas y necesarias que requiera la sociedad
unipersonal. 4. En cuanto al capital social, su integración deberá ser realizada por el socio fundador en el mismo
instante de su constitución, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo 11, en su
inciso cuarto y concordantemente en el artículo 186, inciso tercero y 187. Nuevamente aquí el aspecto
"impositivo" del socio único y fundador es un aspecto de no menor importancia a la hora de analizar esta figura
legal. 5. Nada obsta a la creación de órganos sociales con más de un integrante, como por ejemplo un directorio
compuesto por tres o más miembros, sindicatura o consejo de vigilancia, etc. 6. La denominación social que
debe adoptar este tipo social, se encuentra prevista en el artículo 164 de la LGS, siendo obligación expresa la
inclusión de la siguiente denominación: Sociedad Anónima Unipersonal (y su abreviatura S.A.U.). a. Hubiera
sido preferible dejar de lado en la terminología el calificativo de "anónima", ya que no es real y no expresa
adecuadamente el significado que se le pretende dar, pues en realidad el anonimato ya ha sido dejado de lado
por nuestra legislación societaria, siendo que ahora se conoce claramente el nombre de los integrantes. La
terminología apropiada es sociedad por acciones, cuestión ignorada por el legislador. b. En este punto
señalamos que la omisión de la denominación "unipersonal", si bien se ha suprimido el segundo párrafo del
artículo 164, no es óbice para que llegado el caso, el juzgador pueda dejar de lado la limitación patrimonial que
importa este tipo de estructura legal, si no se cumple con sus condiciones de existencia y validez. 7. La
declaración de voluntad expresa del accionista único y fundador, debe ser necesariamente realizada por
instrumento público y por único acto, de conformidad con lo expresamente regulado a tal efecto por el artículo
165 de la Ley General de Sociedades. 8. Por disposición expresa del reformado artículo 299, en su inciso
séptimo, se dispone que las S.A.U., deberán ser sometidas a la fiscalización estatal permanente, lo cual nos lleva
a pensar que, desde el punto de vista práctico, se alejarán, por esta cuestión, de los pequeños emprendimientos
pensados para cierta clase de empresarios y emprendedores, toda vez que este tipo de fiscalización trae
aparejada una estructura de costos operativos claramente diferente respecto de aquellas sociedades que no se
encuentran bajo la órbita del artículo 299" (GRISPO, J.D., La Ley General de Sociedades y las sociedades
unipersonales, LL, ejemplar del 13.11.2014 , p. 1).
(34) FOWLER NEWTON, E., Nuevas normas contables, Bs. As., 1993, p. 37.
(35) MOLINA SANDOVAL, C.A., Tratado de las asambleas, Abeledo-Perrot, Bs. As., 2009.
(36) Se ha dicho en este sentido que en caso de que una sociedad pluripersonal devenga en unipersonal,
existiendo aportes pendientes, deben completarse los mismos aunque no se encuentren vencidos los plazos, ya
que la regla debe ser que no pueden existir sociedades unipersonales con aportes pendientes de integración
(ROITMAN, H., AGUIRRE, H. A. y CHIAVASSA, E. N., Las sociedades en el Código Civil y Comercial de la
Nación, Sup. Especial Nuevo Código Civil y Comercial 2014 (Noviembre), p. 265).
(37) CABANELLAS, G., Concepto y estructura de la fiscalización estatal de sociedades, RDCO 1996, p. 9;
ROMERO, J. I., Fiscalización o control externo de las sociedades por acciones, RDCO, 1994, p. 234..
(38) MOLINA SANDOVAL, C.A., Tratado del directorio y de la administración societaria,
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Abeledo-Perrot, Bs.As., 2013, t. II, p. 1230.
(39) Cám. Civ. y Com. 1ª Bahía Blanca, Sala I, expte, n° 107.702, N° de orden 69, 28-4-2000. ED,
26/11/2001, p. 1 ("Cuando la asamblea cuenta con la presencia de la totalidad de los socios y las decisiones se
adopten por unanimidad, no requiere del cumplimiento de las formalidades previstas estatutariamente en
materia de convocatoria, y hasta puede prescindirse de la convocatoria misma (doct. Art. 237, último párrafo
LS). De modo que la resolución que se adoptó el 27-12-1990 (aunque fechada el día 28) con la presencia de los
dos únicos socios, tiene a mi entender el mismo valor que la posterior del 3 de septiembre del año siguiente. La
falta de incorporación al libro respectivo de ese documento, que en definitiva puede equipararse a un acta, pese
a que los propios firmantes lo calificaron en la reunión posterior de "acuerdo privado", no obsta a su eficacia".).
Ver también la opinión de NISSEN, R.A., Ley de Sociedades Comerciales, t.II, Ábaco, Bs. As., 1983, p. 567.
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