ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA LIBERTAD DE PRENSA Iride Isabel María Grillo Juez en lo Civil y Comercial de la Sexta Nominación,Primera Circunscripción, de la Provincia del Chaco-Adjunta de la Cátedra 'A' de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y Políticas de la U.N.N.E. Miembro del Instituto del Nordeste de la Academia Nacional de Derecho de Córdoba Los argentinos tenemos una hiperinflación de derechos, formalmente declarados, pero que no se cumplen,se trata de una realidad que debe comenzar a revertirse, correspondiendo a los ciudadanos,titulares unclaudicables de la soberanía y primeros guardianes de la Constitución del Estado, ejercer responsablemente nuestros derechos, ya sea de manera individual o colectiva, a través de los distintos mecanismos o vías normativamente previstos. Una de las prerrogativas vinculadas al poder ciudadano es el derecho de expresarse libremente, y específicamente de hacerlo mediante la prensa, calificado como libertad institucional, estratégica y preferente, en tanto garantía y sustento del sistema republicano y democrático.La libertad de expresión es el género y la libertad de prensa, la especie, entendida como la facultad o prerrogativa de toda persona de exteriorizar sus sentimientos, creencias o ideas de todo tipo a través de la palabra, escrita u oral, y de los distintos medios de difusión.La normativa constitucional ampara la prensa en el art.14 al reconocer a todos los habitantes el de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa. A su vez el art.32 de la C.N. dispone que: El Congreso Federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de prensa ni que establezcan la jurisdicción federal. El art.43 de la C.N. incorporado con la reforma al regular la garantía contitucional del Habeas Data refiere a ..'Que no podrán afectarse las fuentes de información periodística'. En el ámbito local su reconocimiento es aún más amplio y tuitivo, el art.18 de la Constitución de la Provincia del Chaco establece: Es libre la emisión del pensamiento por cualquier medio, y el Estado en ningún caso, podrá dictar medidas preventivas o restrictivas.Solamente serán punibles los abusos de la libertad del pensamiento constitutivos de delitos comunes, los cuales nunca se reputarán flagrantes, ni autorizarán el secuestro de los instrumentos de difusión como cuerpo de delito, ni la detención de quienes hubieran colaborado en los trabajos de impresión, propagación y distribución.Los talleres tipográficos y demás medios idóneos de difusión, no podrán ser clausurados, confiscados, ni decomisados, ni suspendidas, trabadas ni interrumpidas sus labores por motivo alguno vinculado con la libre expresión y propagación del pensamiento. Es igualmente libre la investigación científica y el acceso a las fuentes de información. Serán objetivamente responsables los que ordenaren, consintieren o ejecutaren actos violatorios de estas garantías.La prensa, por expreso mandato constitucional y como presupuesto de la república democrática, en ningún caso admite ningún tipo de censura, lo que no significa otorgar al sujeto que ejerce la prerrogativa una inmunidad absoluta que lo coloque por encima de la ley. La Constitución no asegura la impunidad de la prensa, una vez efectuada la publicación, su contenido queda sometido a la ley y al control de los jueces.El derecho a la informaciónActualmente se habla del derecho a la información, comprensivo de toda forma de exteriorización de ideas o hechos, cualquiera sea el medio empleado,integrativo del derecho de investigar, de difundir y recibir informaciones u opiniones.De un lado cuadra poner de relieve el que se ha calificado como derecho humano a la información, ya enunciado por una resolución de las Naciones Unidas (ONU), no bien concluida la Segunda guerra Mundial, en 1946: 'La libertad de información -dice- es un derecho fundamental del hombre...', e 'implica el derecho a recoger, transmitir y publicar noticias sin trabas en todos los lugares'.Fue además reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, como derecho a 'no ser molestado a causa de sus opiniones, así como el de difundirlas sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión'.Y en la Convención Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José de Costa Rica) en su artículo 13, apartado 1º: 'Toda persona tiene derechos a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho -añade- comprende la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o su elección'. En el apartado 2º, se señala, sin embargo, que el ejercicio de este derecho no puede estar sujeto a previa censura sino a responsabilidades ulteriores, las cuales deben estar expresamente fijadas por la ley y ser necesarias para asegurar: 'a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas'.El derecho a la información, presupone: 1- La libertad informativa.2- El derecho de fundar las empresas de los medios de comunicación social.3- El derecho a la búsqueda.4- El derecho a la transmisión.5- El derecho de ser informado.'La información es unánimemente reconocida como un derecho universal, inviolable e inalienable del hombre moderno, responde a una profunda exigencia de su naturaleza social, no basta que sea proclamada en teoría, es preciso también reconocerlo en la práctica, defenderlo, servirlo, dirigir su realización para que sea conforme a su finalidad natural. Es un derecho activo y pasivo, debe responder a la verdad, pero no obstante no basta que la información sea objetiva. Es preciso que sepa imponer también los límites exigidos por un bien superior. Por ejemplo ha de respetar el derecho de los demás a su buena reputación y no transgredir el secreto legítimo de la vida privada', cita del discurso de Paulo VI en el Seminario de la ONU sobre la libertad de información.)Subinformación y desinformaciónEn su libro 'Homo Videns' el autor Giovanni Sartori señala que: 'Es útil distinguir entre subinformación y desinformación. Por subinformación entiendo una información totalmente insuficiente que empobrece demasiado la noticia que da, o bien el hecho de no informar, la pura y simple eliminación de nueve de cada diez noticias existentes. Por tanto, subinformación significa reducir en exceso. Por desinformación entiendo una distorsión de la información: dar noticias falseadas que inducen a engaño al que las escucha. Nótese que no he dicho que la manipulación que distorsiona una noticia será deliberada; con frecuencia refleja una deformación profesional, lo cual la hace menos culpable, pero también más peligrosa.'Agrega que 'a fuerza de subinformar, y a la vez de destacar y exagerar las noticias locales, se termina por perder de vista el mundo y casi ya no interesarnos por él. A pesar de la gran influencia y hasta el cuidado que se tiene por parte de las empresas periodísticas por el manejo de la información, el transcurso de los años, y una simple leída de los diarios o un zapping televisivo permite deducir que información no siempre es conocimiento. No es saber en el significado puro del término. Volviendo a Sartori, 'por sí misma, la información no lleva a comprender las cosas: se puede estar informadísimo de muchas cuestiones, y a pesar de ello no comprenderlas. Es correcto, pues, decir que la información da solamente nociones. Lo cual no es negativo. Pero si el saber nocional no es de despreciar, tampoco se debe sobrevalorarlo. Acumular nociones no significa entenderlas.' La labor periodística, exige una gran dosis de audacia y de valor cívico, porque no siempre resulta fácil decir la verdad. CIUDADANIA,PRENSA Y JUSTICIA. Como ciudadanos debemos estar siempre alertas, según decía el Juez Stone, en la línea de batalla, como verdaderos soldados de la República, preparados para su defensa, especialmente frente a los avances de la arbitrariedad y el despotismo, provengan de donde provengan. En este sentido quizás nunca con tanta fuerza se levantan voces mundiales de defensa de la libertad de prensa y denuncias frente a la situación sin precedentes de incertidumbre global que nos afecta. Por eso es tiempo de una Justicia Constitucional en serio, de no adormecernos en la hipocresía de un conjunto de derechos consagrados en los textos constitucionales, que no se cumplen, amparándonos en una estructura judicial burocrática que no está muchas veces a la altura de las circunstancias.Concluyo citando a Eduardo Couture en su tercera conferencia en la Universidad de París, (Introducción al estudio del proceso civil, Depalma, Bs. As., 1949, págs 69 a 77) cuando expresa:'¿Podremos decir que el juez es solamente la voz que 'pronuncia las palabras de la ley'? ¿Podremos decir que es un ser inanimado? 'Me parece que no. En todo caso, esa concepción representa un exceso de lógica formal, a expensas de la lógica viva. El juez no puede ser un signo matemático, porque es un hombre; el juez puede ser la boca que pronuncia las palabras de la ley, porque la ley no tiene posibilidad material de pronunciar todas las palabras del derecho; la ley procede sobre la base de ciertas simplificaciones esquemáticas y la vida presenta diariamente problemas que no han podido entrar en la imaginación del legislador'. 'Cuando la ley cae en el silencio podríamos decir, siguiendo la metáfora del poeta, que ese silencio está poblado de voces. Pero cuando el juez dicta la sentencia, no sólo es un intérprete de las palabras de la ley, sino también de sus voces misteriosas y ocultas'.'La sentencia no es un pedazo de lógica, ni es tampoco una pura norma. La sentencia es una obra humana, una creación de la inteligencia y la voluntad, es decir una criatura del espíritu del hombre' 'El juez es una partícula de sustancia humana que vive y se mueve dentro del derecho, y si esa partícula humana tiene dignidad y jerarquía espiritual. Pero si el juez como hombre, cede ante sus debilidades, el derecho cederá en su última y definitiva revelación'. 'De la dignidad del juez dependerá la dignidad del derecho. El derecho valdrá en un país y en momento histórico determinado, lo que valgan los jueces como hombres. El día que los jueces tienen miedo, ningún ciudadano puede dormir tranquilo'. 'El día en que sea posible decidir los casos judiciales mediante un ojo eléctrico que registre físicamente el triunfo o la derrota, la concepción constitutiva del proceso carecerá de sentido y la sentencia será una pura declaración, como quería Mostesquieu. Pero, mientras no pueda lograrse esa máquina de hacer sentencias, el sentido profundo y entrañable del derecho, no puede ser desatendido ni desobedecido y las sentencias valdrán lo que valgan los hombres que la dicten'.