EN ESTE NUMERO ... Redacción' CADIME Escuela Andaluza de Salud Publica. 1 • Utilización de Medicamentos Tratamiento extrahos pitalario de la neumonía co munitaria en adultos ~fn~('9~~;~61~~,~:xnl'~5'8N~rt04 El tmtamicnto extrahospitalu rio de la IU'IIIIIOIlía comunitaria. generalmente empírico. debe establecerse de f orma individualirada. C(/ I/ criterios clinicos y epidemiológicos y ('1/ funcion de la prcsunci án cstadis tica del agente causal y de la sensibilidad el/ cada zona geogr áfica. 2 • Tribuna Terapéutica Antagonistas del calcio en la prevención cardiovascular: un pape l polémico EIl los últ imos 1/110.1', el/ la literatura biom édica , se ha suscitado una considera- ble contro versia tras la publicacián de algun os trabajos, Cl/YOS resultados -en algun os casos - cuestionan la seguridad de los antagonistas del calcio , ID Utilizac ión de Medicamentos _. Tratamiento extrahospitalario de la neumonía comunitaria en adultos z W ::l en w a: - La neumonía adquirida en la comunidad se asocia a una elevada morbilidad y mortalidad, aún en los países desarrollados. Su tratamiento extrahospitalario, generalmente empírico. debería establecerse de forma individualizada, atendiendo a criterios clínicos, epidemiológicos y teniendo en cuenta la etiología y resistencias prevalent es el! cada zona geográfica. En nuestro medio, los antibióticos j3-lactámicos . o los macrálidos. podrían considerarse como el tratamiento empírico de elección para los casos no graves. INTRODUCCION El Boletin rerapéuticoAnda luL (BTA I es una publocaaón ¡'imP.5tral. que de forrrn grélruira se destIna él lossanitanosde Andafl..Kid (00 el fm de informar y cOllrnbwra prom~ el ~o r¡¡C1onal de losmec!Jc.menro5 tst« txJletin es miembro de la SociedadInternaCIo nal dp 80leMes Independ,'enresde Medicamentos (l5D.8), La neumonia adquirida en la comunidad (NC) supone un importante problema de salud pública a nivel mundial, ya que constituye una infección a la que se asocia una elevada morbilidad y mortalidad aún en los países industrializados (1·3), Su incidencia real es difícil de precisar al no tratarse de una infección de declaración obligatoria (3,5), estimándoseen unos 7·15 casos por 1.000 adultos al año (6·9); afectando con más frecuencia a niños « 5 años) y a ancianos (3,9). Sus caracter isticas y etiología han evolucionado con el tiempo, aumentando su incidencia en pacientes de edad avanzada, con enfermedades asociadas y en inmunodeprimidos; este hecho, junto al aumento de los microorganismos reconocidos como posibles agentes etiológicos, hacen a esta infección, en ocasiones, difícil de caracterizar (1,10). Los factores de riesgo de la NC, que también influyen en su gravedad y pronóstico son: edad avanzada (>65 años), enfermedades crónicas subyacentes (EPOC, alteraciones cardiovasculares, neurológicas, cerebrovasculares. renales o hepáticas, diabetes, alcoholismo), malnutrición, uso previo de antibióticos, corticoesteroides u otros inmunosupresores, tabaquismo, inmovilización, y otros (2,6.10,11). ETIOLOGIA Escuela Andaluza de Salud Pública Como en otros países, Streptococcus pneumoniae permanece como el principal agente etiológico de la NC en España, FRECUENTE DE LA ADULTOS SANOS ANCIANOS FUMADORES -5treptococcus pneumoniae - Streptococus pneumoniae - Streptococcus pneumoniae -Legionella pneumophila - Haemoph ilus influenzae - Haemophilus influenzae -Mycoplasma pneumoniae - Moraxella calarrhalis - Virus respiratorios -Coxiella bumetti - Gramnegativos aeróbicos -Chlamydia spp. - Staphyfoax;cus aureus -Virus respiratorios - Legionellapenumophila NC = neumonía comunitaria Tabla 1. Mo dificada de 9 siendo responsable del 40%-80% de los casos de NC en los que se realiza el diagnóstico etiológico (3,4,7,9). Sin embargo, hay que tener en cuenta que de casi la mitad de los casos de NC no se llega a conocer la etiología (4). Como segundos patógenos pueden identificarse gran variedad de microorganismos con notables diferencias geográficas, pero que en general , siguen unos patrones que se ajustan a ciertos grupos de población (2,6,12). En niños y adultos jóvenes, los agentes causales más frecuentes son virus respiratorios y Mycoplasma pneumoniae, que es responsable de aproximadamente 20% de los casos de NC. Otros agentes causales que deben considerarse son Haemophilus inf/uenzae y Moraxella catarrhalis, que ocasionan cuadros de NC bacteriana típica, de presentación similar a la neumocócica y Chlamydia pneumoniae y Coxiella bumetti que originan cuadros de NC atípica (1,3-5, 9.10,13,14). Legionella pneumophila es el agente etiológico del 5%-10% de las neumonías extrahospitalarias , aunque esta frecuencia es muy variable según las series; suele presentarse en brotes epidémicos en relación con sistemas de distribución de agua y aire acondicionado, y en general el cuadro clínico es grave con frecuentes manifestaciones extrapulmonares (1,3-5, 9,10,13 ,14). Con menor frecuencia, Staphylococcus aureus y bacilos gram negativos son causa de NC bacteriana, sobre todo en pacientes alcohólicos, cirróticos o con otras enfermedades subyacentes (1,3-5,9,10,13,14) (Tabla 1). CLlNICA Clásicamente , desde el punto de vista clínico, se han distinguido dentro de las NC dos cuadros clínicos bien diferenciados: la neumonía neumocócica (neumonía típica o bacteriana clásica) y la neumonía atípica , causada por Mycoplasma pneumoniae (15-17). En general, la NC típica se caracteriza clínicamente por la aparición súbita de: escalofríos, fiebre y dolor costal con tos productiva y esputo mucohemorrágico (5,6,10,15). El estudio radiológico suele demostrar una imagen de condensación que afecta un lóbulo o segmento pulmonar (neumonía tobar o segmentaria). Es más frecuente en pacientes entre 60-65 años, fumadores o que presentan enfermedades de base o inmunosupresión (6,15) . En cambio, en la NC atípica, el comienzo de los síntomas es más gradual; se suelepresentar tos seca no productiva y frecuentes manifestaciones extrapulmonares, con frecuente disociación clínico radiológica, afecta sobre todo a niños mayores de cinco años y adultos jóvenes y el curso es habitualmente benigno (5,6,10,13,15). En la práctica, no siempre es posible distinguir claramente entre ambos tipos de NC (1,6,10,15); algunos pacientes (sobre todo ancianos) presentan cuadros clínicos poco claros, atenuados, con frecuentes manifestaciones extrapulmonares y en casi el 50% de los casos, el diagnóstico etiológico presuntivo, en base únicamente a los datos clínicos, resulta erróneo (6,9,10,15). CRJTeIIOSDE HOSPITAWlIO DE Pl El diagnóstico extrahospitalario de la NC, se establece generalmente por la clínica y la radiología (1,5,6 ,7,10), valorando además datos epidemiológicos . Otras pruebas diagnósticas como la tinción de Gram y cultivo de esputo no siempre están disponibles; mientras que las técnicas invasivas se realizan -generalmente- en casos de neumonía más grave que requiere ingreso hospitalario (1,2,4,5,7,9). TRATAMIENTO Consideraciones generales Lasdificultades para establecer a tiempo un diagnóstico etiologico correcto en pacientes con NC, hacen queen casi la mitad de loscasos, el tratamiento antibiótico extrahospitalario sea empírico (1,3,6,9,10). Este debería instaurarse lo antes posible y tener una duración adecuada, ya que su retraso influirá de forma decisiva enla evolución del paciente (2,6,9.11,13). La selección del tratamiento se realizará de forma individualizada, de acuerdo con criterios clínicos, radiológicos y epidemiológicos; considerando previamente posibles factores de riesgo, gravedad de la infección y necesidad de hospitalización en cada paciente (1,2 ,5,6,9,10,15) (tabla 2). Además, habrá que tener en cuenta las variaciones etiológicas y las resistencias antibióticas propias de cada zona geográfica; las cuales, en la práctica , podrían modificar los patrones de tratamiento preestablecidos (2,10,13,15). CONNC - Edad> 60 años - Enfermedades subyacentes: • EPOC • DiabetesmeUiIus -Insuficiencia renal crónica • Enfermedad carálOV8SCUlar' Hepalopalía crónica • AIoohoIismo aónkxJ o malnutridón • Afteracionesde /a función mental· /nmunodepresión • Esplenectomia - Neumonía complicada o concriterios de gravedad (dinicos, radiológicos o analíticos) - Sospecha de etiología de attoriesgo. - Ausencia de respuesta al tratamiento ernpmco - Sospecha de malCUfT'4lIimiento (problemas socio-ecooómicos) Tabla 2 . Tomad a d e 1.2 .5 .7. 10) 10 n o/ le/' A NDAL 1997 ; 13 (3) EIIpfRlCO DE EUCCION mAT n (1 gr/8 h) Sospecha de NC neumocócica Amoxicilina oral Sospecha de NC bacteriana Amoxicilina-clavulánco (#) (875-125 mg/8 h) Sospecha de NC atípica Eritromicina ($) (500 mg/8 h) NC atípica sin excluir etiologíabacteriana Amoxicilina-c!avulánico (875-125 mg!8 h) + Eritromicina ($) (500 mgl8 h) ("): Tratamiento alternativo: cefuroxima oralo un macrólido (#): Tratamiento alternativo: cefuroxima oral. ($): Tratamiento alternativo: unode los nuevos rnacrólidos. NC: neumonía comunitaria, Tabla 3 , Mod'nc.ada de 9, 10 Es difícil establecer recomendaciones generales sobre la duración del tratamiento antibiótico, ya que dependerá de la evolución de cada paciente y de la etiología más probable, aunque por lo general suele mantenerse entre 7-14 días (1,2,7,8,15), Cuando el tratamiento empírico es adecuado, tiende a observarse cierta mejoría sintomática en 3-4 días (2,7,12), Ante la falta de respuesta, se debe realizar una reevaluación del paciente y plantear un tratamiento alternatívo (2,6,7,10,12,15), Algunas sociedades científicas British Thoracic Society, American Thoracic Sociaty, entre otras- han recomendado líneas generales de tratamiento de NC, en función de los agentes etiológicos más frecuentes, que se corresponden con una serie de categorías o grupos de pacientes determinados (1,3,12,18), Aunque se observan ciertas discrepancias en los antibióticos recomendados, motivadas probablemente por variaciones geográficas en cuanto a la etiología y los patronesde resistencias (2,10,12,19), En los últimos años se ha producido un aumento de resistencias a antibióticos de los patógenos ímplicados como causa más frecuente de NC (12,14,15), En España, la prevalencia de cepas de S. pneumoniae con algún nivel de resistencia a penicilina es aproximadamente del 40%; presentando entre el 9% y el 19% de estas cepas alto nivel de resistencia a penicilina (CMI>2 mcg/ml) (4,20,21), Un problema adicional es que la resistencia de S, pnewnoniae a penicilinase asocia frecuentemente con resistencia a otros antimicrobianos como eritromicina, tetraciclinas y cloranfenicol (12,14,15), La resistencia global de S, pneumoniae a eritromicina -que implica resistencia a otros macrólidos- se sitúa según los estudios, entre el 18%-30% (4,7,9,11,16,19,21), También la resistencia de H. inf/uenzae a ampicilina es alta, entre 30%-60% (4,7,9,11), Y casi la totalidad de cepas de M. catarrhalis son productoras de [J-Iactamasa (11,14), A pesar de la elevada prevalencia de neumococos resistentes, la penicilina sigue resultando eficaz en el tratamiento de la neumonía neumocócica aún causada por cepas de resistencia intermedia o moderada, dada la alta concentración que éste antibiótico alcanza en el suero (14,19,21), Entre los [J-Iactámicos administrados por vía oral, amoxicilina y cefuroxima presentan buena actividad frente a neumococos con moderada resistencia a penicilina (CMI 0,1-2 mcg/ml), por lo que se consideran antibióticos de elección en el tratamiento de la NC neumocócica leve o moderada, Sin embargo es importante señalar que otras cefalosporinas -ampliamente utilizadas en el medio extrahospitalario como cefixima, cefonicid o cefaclorpresentan muy escasa actividad frente a estas cepas de neumococos, por lo que su empleo no es adecuado como tratamiento empírico en neumonía neumocócica (22), Tratamiento recomendado El tratamiento empírico de elección ante la sospecha de neumonía neumocócica, leve o moderada, podría ser amoxicili· na oral (1g/8h) (6,9,16,18,19); como tratamiento alternativo, podría emplearse cefuroxima oral o un macrólido (16,21) (Tabla 3). Los macrólidos presentan la ventaja de cubrir además otras posibles etiologías como la neumonía atípica y L. pneumophila, pero (como ya se ha mencionado) en nuestro medio del 20% al 30% de las cepas de neumococos son resistentes a este grupo de antibióticos (16,22), El empleo de amoxicllína-clavul ánico aumentaría el espectro de actividad del [J-Iactámíco, incluyendo las cepas de H, inf/uenzae y M. catarrhalis productoras de [J-Iactamasa, Dicha asociación estaría indicada en casos de NC de etiología poco clara en los que no pueda excluirse con certeza la presencia de estos microorga- nismos; sobre todo, en pacientes de edad avanzada, con EPOC u otras enfermedades subyacentes, en los que la posibilidad de estos agentes etiológicos es mayor. Como tratamiento alternativo en estos casos, podría emplearse cefuroxima oral (1-3,10-12,15,16,20) (Tabla 3). Los macrólidos constituyen el tratamiento empírico de elección en caso de sospechade NC atípica, con clínica, patrón epidemiológico y radiográfico compatibles (1,5,7,8,10,12,14,15,19,20). Si no pueden excluirse otras causas de neumonía bacteriana, dada la alta frecuencia de resistencias a este grupo de antibióticos en neumococos y H. inf/uenzae, debería asociarse inicialmente al macrólido, arnoxlcülnaclavulánico (1,2,9,10,12) (Tabla 3) Los nuevos macrólidos -azitromicina, claritromicina, diritromicina, roxitromicina- precisan dosificación menos frecuente y presentan mejor tolerancia gastrointestinal que eritromicina (4); además, azitromi· cina es más activa frente a H. inf/uenzae (8,10,12,14). Sin embargo, su costo es elevado y en principio, deberían reservarse para casos de intolerancia a eritromicina (4,8,14). CONCLUSIONES El tratamiento extrahospitalario de la NC, que es empírico en casi la mitad de los casos, debería establecerse de forma individualizada, según criterios clínicos y epidemiológicos, pero considerando también la etiología y resistencias propias de cada zona geográfica. En España, la NC de etiología neumocócica es la más frecuente, con una elevada prevalencia de cepas resistentes a penicilinasy eritromicina. En nuestro medio, amoxicilina, amoxicilina/clavulánico (ambos a dosis altas) o bien la eritromicina, según el tipo de NC, podrían considerarse los antibióticos de elección, en el tratamiento empírico extrahospitalario de la NC no grave. ;;o} 7",<, AN DAL 1997; 13 (3) 10 /1 BIBL/ OGRAFIA 1- American Trorecic Societv. 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Marina de Cueto López, Facultativa Especialista Adjunta, servicio de Microbiología, Hospital Vírgen de las Nieves, Granada. ~5 Tribuna Terapéutica Antagonistas del calcio en la prevención cardiovascular: un papel polémico z: w ::2 ~ ~ Losantagonistas delcalcio(AC)sonmedicamentos ampliamente utilizados eneltratamiento de la anginade pecho y de la hipertensión arterial(HfA) , si biensu eficacia preventiva sobrelas complicaciones curdiovasculares de lalITA esincierta. Recientemente enla literatura biomédica se ha suscitado IIIIlI controversia 'ras lapublicación de algunos estudios afavor,yen contra, de la seguridad de los AC; y, en especial, de lasformas de liberación inmediata de nifedipino. Los AC constituyen un grupo farmacológico heterogéneo, que agrupa diferentes fármacos que tienenen común inhibir la entrada de calcio -por losdenominados "canales lentos"- a través de la membrana celular; tal vez, el criterio diferencial más importante entre los distintos AC sea su efecto sobre la conducción cardíaca, quecondiciona tanto su utilidad potencial enel tratamiento de las arritmias, comosu periil de efectos adversos (1). Entre los AC, los derivados dihidropi· ridínicos se caracterizan por presentar un intenso efecto vasodilatador y una escasa acción cardíaca, siendo la más prominente la aparición de taquicardia (secundaria a la vascdilatación). El diltiazem y el verapami lo presentan un efe cto vasod ilatador menos marcado, al que se asocia un etecto bradicardizante e inotrópico negativo (disminuyen la contractilidad del miocardio) más marcado con verapamilo, y débil con diltiazem (2). 10/11 h ,,1 7eI'ANDA L 1997 ; 13 (3) En nuestro país se han comercializado diversos fármacos pertenecientes al grupo de los AC; en la tabla 1 se presentan las indicaciones cardiovascu lares aprobadas para su utilización. LA CONTROVERSIA : EVIDENCIAS ClINICAS y EPIDEMIOLOGICAS 1. HIPERTENSION ARTERIAL : EFICACIA EN PREVENCION SECUNDARIA Numerosos estudios han puesto de manifiesto la capacidad de los AC para reducir la presión arterial en los pacientes hipertensos. Este efecto antihipertensivo es comparable al obtenido con diuréticos, betabloqueantes e IECAs; no pareciendo que existan diferencias importantes entre los diferentes AC a este respecto (2), La capacidad de los AC para prevenir las complicaciones de la HTA resultan inciertas. En este sentido, son varios los estudios clínicos que se han iniciado en los últimos tiempos para comparar la eficacia preventiva de los AC con otros tratam ientos antihipertensivos (3-5). Mientras que no estén disponibles los resultados de estos estudios a largo plazo deberemos referirnos a los hallazgos de algunos estudio s epidem iológicos (cohortes, caso-control) . Son dos los estudios de este tipo en los que los AC han mostrado una menoreficacia que otras clases de antihipertensivos. Así, en un estudio caso-control realizado en hiperlensos con infarto de miocardio (6), se puso de manifiesto que la incidencia de infarto de miocardio era comparable entre los pacientes en tratamiento (como monoterapia) con diuréticos , betabl oque antes o IECAS ; mientr as que , fue significa tivamente (p<O,001) más elevada en aquellos en tra- ACIONES CARDIOV UlARES APROBAD PARA LOS ANTAGONISTAS DE CAlCIO EN ESPAÑA DIHIDROPIRIDINAS VIAORAL VIA SUBLlN GUAL VIA PARENTERAL FORMAS RETARD. HTA ANGOR X AMLODIPINO X X FELODIPINO X X ISRADIPINO X LACIDIPINO X NICARDIPINO X X X X X X X X X X X NIMODIPINO' X NISOLDIPINO X X X NITRENDIPINO X X X X X X X x2 x2 X ALT. DEL RITMO. CARDIACO X 1 NIFEDIPIN0 RECIDIVAS INFARTO X OTROS DILTIAZEM X VERAPAMILO X X x3 , La únicaindicación cardiovascularaprobadaen nuestropais es la prevtn:;ión del deterioro neurológico secundario a hemorragia subaracnaoidea , Por vía oral s Por vía IV Ta b la 1, Toma da de 19. tamiento -como monoterapia- con AC: diltiazem, nifedipino (de liberación inmediata) o verapamilo. De forma adicional , el riesgo de infarto es mayora altas dosis de AC. En otro estudio prospectivo, realizado sobre unacohorte de 906hipertensos mayores de 71 añosen monoterapia (7), se observó una mortalidad significativamente mayor en aquellos sujetos que recibieron tratamiento con nifedipino, con unaduración media de 4 años, en comparación con los tratados con betabloqueantes. En dicho estudio, no se evidenció la existencia de diferencias significativas -en cuanto a la mortalidad- entre los pacientes hipertensos tratados con diltiazem, verapamilo, IECAS o betabloqueantes. Aunque las correlaciones estadísticas de estos dos estudios no tienen porque ser relaciones de causalidad, al no repartirse los tratamientos de forma aleatoria en la muestra, permiten emitir la hipótesis de que los AC poseen una menor eficacia que otros antihipertensivos en la prevención del infarto de miocardio o de la mortalidad en los hipertensos de los grupos estudiados (1). Con posterioridad , se han publicado otros estudios que contribuyen a aumentar aún más la controversia existente. Así, en un estudio de cohortes realizado sobre más de 11.000 pacientes durante tres años (8), no se observaron evidencias sobre la existencia de una asociación entre la utilización de AC (diltiazem, verapamilo o nifedipina ) con un aument o del riesgo de muerte; además, en dicho estudio no se encontraron diferencias -en términos de mortalidad- entre los tres AC empleados. De forma adicional , los resultados de dos estudios casos control (9,10), indican que el riesgo relativo de infarto de miocardio fue menor en el grupo tratado con AC que en el que recibió tratamiento con otros antihipertensivos (betabloqueantes + diuréticoso betabloqueantes en monolerapia). res (muerte, infarto de miocardio, arritmias o empeoramiento de la angina) fueron significativamente (p=0,04) más frecuentes entre los tratados con AC que con placebo. Los abandonos del tratam iento fueron menos frecuentes entre los tratados con betabloqueantes, si bien la diferencia no alcanzó significación estadística. 3. ANGINA 2. ANGINA ESTABLE Distintos ensayos clínicos han mostrado que el amlodipino, diltiazem, felodipino, nicardipino, nifedipino y verapamilo reducen la frecuencia de las crisis en casos de angina de esfuerzo o de Prinzmetal (2); con una eficacia sintomática comparable a la de los betabloqueantes en caso de angina de esfuerzo, y superior a éstos en casos de angina de Prinzmetal, (1). Sin embargo, la mayoría de estosestudios son de corta duración (varias semanas); por lo que sus resultados no permiten analizar de forma fiable el efecto de los AC sobre la evolución funcional a medio plazo , ni sobre el riesgo de angor inestable, infarto de miocardio o muerte (3). En un metaanálisis public ado en 1991 (11), que incluía 42 estudios clínicos presentados a las autoridades americanas para la comerciaiización de betabloqueantes y de AC indicados en el tratami ento de la angina de esfuerzo, los abandonos del tratamiento por problemas cardiovascula- INESTABLE Diversos ensayos clínicos han estudiado la eficacia de losACen el tratamiento de la angina inestable (12-14) . El diltiazem por vía inyectable, y la adición de nifedipino a un tratamiento previo con betabloqueantes, disminuyen significativamente el número de crisis de angina (12,13). Ni los anteriores estudios clínicos. ni un metaanálisis realizado con los mismos (14), han mostrado una reducción significativa en el riesgo de infarto de miocardio o de muerte. Adicionalmente, uno de estos ensayos clínicos no finalizó, al detectarse en un análisis intermedio de los resultados obtenidos que el nifedipino incrementaba de manera significativa el riesgo de infarto de miocardio en los pacientes que no recibían tratamiento con betabloqueantes (13). 4. REDUCCION DE LA MORTALIDAD POST-INFARTO DE MIOCARDIO Unmetaanálisisrealizadosobre 24ensayos clínicos (19.700 pacientes) abordaba el 7fol 7"r ANDA L 1997; 13 (3) 11 efecto de losAC sobre la fase aguda delinfarto, y la evolución del mismo (15) , Ni los ensayosclínicos, ni su metaanálisis, han puesto de manifiesto la existencia de variaciones significativas enlamortalidad entre lospacientes tratados con AC (diltiazem , nifedipino y verapamilo), Losresultados deeste metaanálisis tampoco muestran la existencia de modificaciones significativas en la incidencia de recidivas del infarto (15); aunque, en uno de los estudios incluidos en éste, mostraba una reducción del riesgo de recidiva o muerte entre lospacientes tratados converapamilo (16), Tras la publicación de estos estudios , varios expertos han puestoen tela de juicio la utilización de los AC, especialmente las dihidropiridinas, en la prevención secundaria de las enfermedades coronarias (1), Asi, los resultados de un metaanálisis (17), realizado a partir de 16 estudios randomizados con nifedipino como prevención secundaria, pusieron de manifiesto la existencia de una ligera -aunque significativa (p<O,05)- mayor mortalidad entre los tratados con nifedipino comparada con los controles , El análisis de los resultados en función de la dosificación utilizada en el tratamiento mostró que el incremento en la mortalidad sólo alcanzaba significación en aquellos estudios en los que se emplearon dosis elevadas. Los resultados de este metaanálisis han sido objeto de varías críticas, principalmente debidas a la existencia de importantes diferencias entre los ensayos clínicos en cuanto a los criterios de inclusión y la duración del tratamiento (5,18). Programa del Servicio Andaluz de Saiud dir igido por la Escuel a mal éval ués , Rev Presc r 1996 ; 16( /61) ,3 04-1 1. 2 - Calc ium anlagonisls for card io vac ular aiseese. Drug Ther Bu111993; 3 1(21) :814 3 · Yusuf S. Ca lc ium snteq onis ts' in co ronary a rtery diseese an d nyperte nsior; Time tor reevaluat ion ? Circula tion 1995; 92 (5) , 1079-82, 4- Kap lan NIOI1 Do calc ium an tagonisf s c a use myce ard ial infarc tion ? Am J Ihe c a lcium anlagonisl corntoversv? J Am ColI Cerd iot 1996: 28(1)' 12 -3, CONSEJO DE REDACClON REDACTOR JEfE José l,tl ~ Recalde M annque. s HOCes Re d a cció n CADIM E: V,ClOTl" hrnenez Esprnoía. M aria del ~;~a r Larfl !?? Sánchez, An ton iO r,,1 a ~ a 5 oces, M~ rl o t eresa .eto Recaloe MallllQue 9- Aursnes I el al. Ass oc ie uo« be twe en ve rious drugs used lor tivp et íetvsion and ns« 01acule m yoeard ia l intercüor: Blod Pres s 1995, 4(3): 15 7-63 , /O. Jic« f-I el al , The risk 01 m vc c ero iet iritetct iot: in persons witr: un c ompticeteo essen lial hyp erten sion ass oci a ted with antihyp ertenslve drug treetmern. Pharmacolh erap y 1996; 16 (3) :321 -6. 11- Gtess er SP el al . Exp osi ng palien ls witr: ctvon ic . steble, exerttonet angina lo placebo p eriods in dr ug tns t». JAMA 1991 ; 265( 12).' 1550-4. 12- Gcibel EJ el al. Rand om ised, do ubl e bl in d Irial 01 inl ra venous d il tiazem vers us gl yeeryl trinitrat e lor uns lable angina p ec toris. Lan ce / 1995 ; 346(8992) : 1653 -7 13- Hollan d ln teruniversit» íVifedipinel Metoprolol trial (HINT) ñeseercn Gto up. Early Ireatmen! of un stab le an gina in tbe c o rona ry c are utnt: a rsnoonvsea. ttouo le btino, p lacebo controne o eom p arison 01 recun ent isc haemia in oetients Irealed wi lh niledipin e or rneu op o tot or b oth . Br Hearl J 1986; 5 60400- 13, 14- He ld PH el al. Cel cium c hannel b to ck ers in ac ule myoeard ial mtarction and unstable angina: an o vetvte v/. Br Med J 1989.299(6709) .' 118 7-92 15- Held PH, Yusu f S. Calc ium anlag omsts in /he treetment of isc hemic heart cis eese: myocardial infarelion. Corolla rl Artery Oisease 1994, 5(1):21- 6, 16- Da nis h Srud y Group on verap a mi/ in myocard ia l iate tc non. Ettect 01 ve rap amil on mo rlalily an d ma jor eve nts et ter ac ul e myoc ard ial in tercuon (the Oa nis h Ve rap am il ln/are lio n Trial Jl DAVID /1). Am J Cardiol 1990; 66 (10) : 779 -85 17- Furbe rg CO e t al. M l edlp ine. Do sereteteo inc reas e in mo rlalily in palien ts 7- Pah or M el a l. Long-Ierm survival a nd use 01 antih yp ertensive medlc alion s in otder p ersons J Am Geria tr Soc 1995 , 43( 11) 1191 -7. 18- Klone r RA ¡\Ji /ed ip in e in isc hem ic heart di sease. Circ ula /ion 1995; 92(5): 1074- 8, 8- Bl a urJS le a l. Ca lc ium anlagonists and morralily in p e uents wil h corooery arlery disease: a co no rt sl ud y of 11.5 75 vmor BoIiva¡ Gal,ano. Juan RaffiOO Caslillo Ferrando,Josl" A DUlar,Qurnt.l>1a. ll"""Galra na Mal1inez, Pablo Garoa López, Raf. el Án,;¡el Gil Rr,as, Ma ' 1 be!Lucera GonLl iez, M'9'..re1 Merocésoe Tones, fr arrascoMartlrJe7Romero. Antofl10 Peinado Alvaflu, j utro Rom ero G=alel, Manuelde la Rosafr3l1e. hli'5.lr>chez M orcillo, Ja-lI€'r St:pul'Jedrt Garda de J ~ Torre DIS E ~ O GRA Fleo Pablo Gallego Ccrcoba . forocoMPoSIClON Portada, S L Granada 1...." ,"" Copal1qraf, SCOO¡:J And Granada 13 (3) parienls J Arn ColI Cnrctio! 1996; 28(1 )1- 11 6· Psa ty BM et al, Tbe ris« 01myocardia l inlarc lion associa led wilh anl ihyperle nsi ve drlig Iherapies. JAMA 1995 , 21 4(8) 6 20 -5, COfriEJODEREDACOON Manano AgU<l',Q C"""" And aluz a de Salud Publica 12 7 )0/ 7er ANDA L 1997; 1- Inhib íl8urs cetc.aues : une ut itiss tion treo lt éouente pour des m édic smems 5- Mess erli FH. Wha tever hap p ened lo . La experiencia disponible en relación a la evaluación clínica de los AC es insuficiente. Los resultados de algunos estudios cuestionan su eficacia preventiva cardiovascular y su seguridad (nifedipino a dosis elevadas). - Esta situación ha generado una considerable controversi a, tanto en la literatur a biomédica, como en medios de comun icación no especializados, y en ciertos sectores de la población que reciben tratamiento con AC. Rodr igue/ . JoséMa ria BIBLIOGRAFíA. Car d iol1996: 17(1) 8 1-2 , CONCL USIONES SECR ET. REOACCIO N Antonia M il[ - Hasta que los resultados de los estudios clínicos en curso estén disponibles, deberían de utilizarse prioritariamente medicamentos mejor evaluados: diuréticos y betabloqueantes: que se han mostrado eficaces para prevenir los accidentes cerebrovasculares en la HTA moderada, reduciendo igualmente la mortalidad y el riesgo de ataquecardíaco en los ancianos hipertensos , - Como alternativa de segunda elección podría contemplarse la utilización de IECAS, que aunque tampoco han mostrado su capacidad para prevenir las complicaciones de la HTA, se dispone de información más favorable: reducción de la mortalidad en la insuficiencia cardíaca o tras infarto de miocardio con afectación de la función ventricular izquierda. Además, en los estudios epidemiológicos ante s comentados , no hubo más infarto de miocardio o muertes entre los pacientes tratados con IECAS que entre los tratados con IECAS o betabloqueantes. wilh c or on ary hea rt dise ase. Circ ula/ion 1995; 92(5). 132 6 -3 1. 19 - Co nsej o Gen era l d e Coleg ios O iic ietes d e Farma c éulic os, Ca lálog o de Espe c ia lida de s Fermec éutic es M adrid ' El Consej o, 1997.