INFORMES DE INVESTIGACIÓN DE LA DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y ESTADÍSTICA DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN DEL GCBA Análisis cualitativo del impacto de la normativa escolar en la institución escolar: Nivel primario Silvina Prado (coordinadora) Mariana Rossetti Rubén Villasante Diciembre de 2008 Síntesis de la investigación Este trabajo analiza aspectos de las normas educativas y su impacto en las escuelas. Si bien la normativa representa un tema común al quehacer humano y social, su relación con el trabajo cotidiano en las instituciones educativas ha sido poco explorada. Se acotó el estudio al nivel primario del sector estatal por razones operativas, por la regularidad que tiene en su actividad diaria y por su protagonismo social en la historia de la educación argentina. La escuela primaria es una estructura relativamente estable y regular a lo largo de la historia, con cierta adaptación a los cambios y con acontecimientos esperables y de cumplimientos efectivos. Se consideró la incidencia de la escuela en la enseñanza de conductas normadas, escritas y no escritas, para el desenvolvimiento social de los niños. Se llevó a cabo una investigación exploratoria y se trabajó en escuelas primarias estatales con alta matrícula. A partir de la autorización de la Dirección de Educación Primaria y de las escuelas seleccionadas se realizaron entrevistas en profundidad a directivos y docentes centradas en cinco temas: a) b) c) d) e) Circulación y socialización de la norma. La normativa como una herramienta de la gestión institucional. Concepción de la norma. Instancias de participación en la construcción de la norma. Vinculación de la normativa escolar con la comunidad educativa. El trabajo de campo se realizó en cinco escuelas primarias comunes de jornada simple; se seleccionaron establecimientos de más de 500 alumnos y con dispersión geográfica: dos escuelas en el sur, dos en el norte y una en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Se buscó que las escuelas no presentaran grandes disparidades y que la matrícula de las mismas tuviera un carácter homogéneo. Para ello se utilizó el Índice de Vulnerabilidad Educativa (IVE), elaborado por el área de Estadística de esta Dirección, y se seleccionaron escuelas que, según el IVE, estuvieran dentro de un desvío estándar de la media. En el análisis se consideraron las normas escritas que regulan, gobiernan y dan forma al sistema educativo. Las mismas se presentan en forma de reglamentos, estatutos, resoluciones, disposiciones, cuadernos de actuación, circulares, cadenas de fax, entre otros. Algunas de las preguntas que se relevaron en las entrevistas son las siguientes: • ¿Cuáles son los problemas normativos más importantes que actualmente tienen en la institución? • ¿Considera que existen problemas normativos potenciales a nivel institucional? • ¿Qué cuestiones de la normativa vigente facilitan u obstaculizan la gestión institucional y pedagógica? 2 • ¿Es conocida y consultada por la institución la normativa vigente? La normativa que produce la gestión gubernamental ofrece un marco de referencia para la regulación del sistema educativo. Las vías jerárquicas envían las normas a las escuelas y allí los actores institucionales las reciben, resignifican y determinan el uso e impacto que tendrán en la gestión escolar. Lo que se espera en el imaginario social son los resultados de la vieja escuela con normativas firmes. Muchas de las normas fundantes de la escuela pública han ido cayendo en desuso por fuerza natural del cambio generacional en la actividad escolar y de la sociedad toda en sus usos y costumbres. Los directivos señalan que se requieren más espacios de explicitación y participación para la correcta aplicación de las normas, así como instancias de consulta y reformulación de las mismas, ya que con el transcurso del tiempo no responden a las problemáticas de la institución. Los circuitos de difusión y espacios de reflexión acerca de la norma en las escuelas favorecerían el accionar de los directivos, considerados como garantes institucionales, y ayudaría a que las normas prescriptas efectivamente se cumplan en la escuela. Los directivos entrevistados señalan que la normativa está descontextualizada de la gestión. Mencionan y registran como problema estructural del sistema educativo una desarticulación entre la norma y la realidad escolar: hay una distancia entre lo que la norma prescribe y lo que la escuela necesita para su funcionamiento. Tal desarticulación puede estar relacionada con la multiplicidad de interpretaciones debido a la ambigüedad del lenguaje de la norma, a la falta de precisión o a la existencia de vacíos normativos. ¿Qué cambios normativos se necesitan para lograr que la experiencia escolar sea un espacio formativo de largo alcance y prepare a los alumnos para los próximos niveles de formación o para el mundo del trabajo? Reconocer el carácter dinámico de la norma implica promover instancias de participación y reflexión entre los actores institucionales. Directivos y docentes, desde la asimetría de su rol y función, son corresponsables de generar y regular las condiciones en las que se produce la incorporación de conocimientos por parte de los alumnos. Por lo tanto, es necesario promover la reflexión y la discusión de la normativa escolar entre directivos, docentes y equipos técnicos para facilitar la organización de la experiencia de enseñar y aprender. Considerar la normativa sólo como un vehículo de políticas gubernamentales que habilita permisos y prohibiciones es despojar a la norma de su especificidad como constructora de derechos ciudadanos. El desafío es ampliar la comprensión de la norma escolar en la institución educativa, reconociendo su dimensión dinámica en los procesos de cambio institucional para favorecer la incorporación de las generaciones más jóvenes a la compleja tarea de construir ciudadanía. 3 ÍNDICE Pág. 1. Introducción ........................................................................................... 5 2. La legislación escolar en las escuelas primarias de gestión estatal del GCBA......................................................................... 7 3. El proyecto “Análisis cualitativo del impacto de la normativa escolar en la institución escolar: Nivel primario”...................................................... 9 3.1. Metodología de investigación ..................................................... 10 3.2. Marco teórico ............................................................................ 11 4. La percepción de los directores encuestados respecto de la normativa escolar................................................................ 24 5. La percepción de los maestros encuestados respecto de la normativa escolar................................................................ 29 6. Conclusiones ........................................................................................ 36 7. Bibliografía ........................................................................................... 40 8. Anexo: Instrumentos ............................................................................. 41 4 1. INTRODUCCIÓN El presente trabajo se realizó en el marco del proyecto de investigación “Análisis cualitativo del impacto de la normativa escolar en la institución escolar”, llevado a cabo por la Dirección de Investigación y Estadística del Ministerio de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. El estudio se planteó como exploratorio, dado que la normativa, si bien se presenta como un tema común al quehacer social-institucional, ha sido pocas veces objeto de estudio al menos desde el ámbito educativo. La normativa comenzaba a ser un todo difícil de abordar. Desde nuestros conocimientos previos, sabíamos que el carácter legislativo de la norma y la ley rigen las conductas sociales, pero esto era un análisis reducido y que sólo nos hablaba de la norma como instrumento corrector de la actividad del ciudadano en el contrato social. El rastreo del arte fue dificultoso y se extendió más allá de lo legislativo, para introducirnos en una temática respecto de si la norma es una estructura en sentido fuerte o débil en el ámbito escolar. Por ejemplo, si la norma es la regulación fisicomatemática de la estructura del edificio de una escuela, estaríamos en su sentido fuerte; mientras que si la norma es el elemento primario que regula el libre albedrío del hombre, y que se puede romper o trasgredir con facilidad, hace de la norma un concepto social en sentido débil (De Ipola 2003). Esta caracterización de la norma nos llevó a acotar el estudio a escuelas de nivel primario, debido a la regularidad que tiene en su actividad diaria, como así también por su protagonismo social en la historia de la educación argentina. Pero también fueron seleccionadas por su peso en la acción de aprehender conductas normadas -escritas y no escritas- para el desenvolvimiento social de los niños que hace de la escuela primaria una estructura relativamente estable y regular a lo largo de la historia, con cierta 5 adaptación a los cambios y con acontecimientos esperables y de cumplimientos efectivos1. Por lo tanto, optamos por una investigación exploratoria que se basó en un trabajo de campo en establecimientos educativos. Conformamos un esquema de preguntas para hacer entrevistas en cinco escuelas primarias con alta matrícula (ver apartado 3.1). El estudio se proyectó para un análisis cualitativo, con entrevistas en profundidad que tuvieron por objetivo indagar sobre cinco aspectos posibles, no excluyentes de otros que podrían aparecer en las entrevistas. Para la realización de las mismas se definieron dos unidades de análisis: directivos por un lado y cuerpo docente por otro, detallados en el punto correspondiente a la metodología de la investigación del proyecto. Los aspectos indagados en las entrevistas se agruparon en las siguientes cinco categorías: a) Circulación y socialización de la norma. b) La normativa como la herramienta de la gestión institucional. c) Concepción de la norma. d) Instancias de participación en la construcción de la norma. e) Vinculación de la normativa escolar con la comunidad educativa. Para esto se solicitó autorización al área de Educación Primaria, explicando la necesidad de abordar esta temática y acercarnos a las escuelas elegidas. Hubo una correspondencia positiva por parte de las autoridades del área, expresando que también ellas tenían necesidad de tener un trabajo como el que proponíamos. De la misma manera nos encontramos con buena aceptación en las escuelas seleccionadas. 1 Para elaborar este informe se indagó en las instituciones educativas, el grado de conocimiento del Reglamento Escolar de 2006 del GCBA, con 259 artículos que contemplan la totalidad de los niveles del sistema educativo de la jurisdicción -nivel inicial, primario, medio y superior no universitario-. 6 Sabiendo lo sensible y complejo que es el sistema educativo, tuvimos que ser muy cautelosos de no generar expectativas que no pudiéramos cumplir. Quisiéramos dejar en claro esta cuestión, por el hecho que en general toda acción exógena que llega a la escuela es vivida y representada en el imaginario de sus actores como un accionar político. El proyecto tenía y tiene hasta hoy un basamento de diálogo para conocer cómo se reciben, impactan y transcurren las normas en el quehacer de la escuela. Por ser una investigación exploratoria, el marco teórico se fue conformando a medida que se avanzaba en la investigación y como se mencionó anteriormente, el déficit en el arte de esta temática hizo ardua la tarea de encontrar material para acreditar lo que se iba observando en las escuelas. Este trabajo presenta una primera aproximación de algunos aspectos de las normas y sus impactos, sin pretender abarcar su totalidad. La organización y estructura del presente informe queda conformado en cinco apartados. En el primero se realiza una síntesis de las normas macro que dan marco al nivel primario desde el ámbito nacional y de nuestra jurisdicción. En el segundo apartado se fundamenta el proyecto realizado por la DIE, así como el marco teórico de referencia y la metodología de investigación; mientras que en el tercer y cuarto apartado se analizan las entrevistas realizadas a los directivos y maestros respectivamente. Por último, se presentan las conclusiones a las que se arribó. 2. LA LEGISLACIÓN ESCOLAR EN LAS ESCUELAS PRIMARIAS DE GESTIÓN ESTATAL DEL GCBA La Constitución de la Ciudad en su artículo 24 dispone que “La Ciudad asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal, laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida, hasta el nivel superior, con carácter obligatorio desde el preescolar hasta completar diez años de escolaridad, o el período mayor que la legislación determine”. 7 Por otro lado, la ley Nº 114 de la Ciudad, sobre “Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes”, consagra los derechos fundamentales inherentes a su condición de personas garantizando todas las oportunidades para su “pleno desarrollo” en condiciones de libertad, igualdad y dignidad. La ley Nº 898, promulgada por el decreto Nº 1.283/02 y publicada en el BOCBA Nº 1.542, del 08/10/2002, establece la extensión de la obligatoriedad de la educación, en el ámbito del sistema educativo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, hasta la finalización del nivel medio, en todas sus modalidades y orientaciones. La obligatoriedad comienza desde los cinco (5) años de edad y se extiende como mínimo hasta completar los trece (13) años de escolaridad. En el nivel primario se reconoce históricamente, como base normativa, la ley Nº 1.420 sancionada en 1884. A partir de la sanción de la ley Nº 21.810, sancionada en 1978, las escuelas primarias nacionales son transferidas al ámbito de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. El Estatuto del Docente -ordenanza Nº 40.593- en su artículo 3º regula al área, mientras que en el artículo 8º establece el alcance de la misma y su planta orgánico-funcional, y en su artículo 9º determina el escalafón del personal docente. Una vez realizada esta referencia marco, podemos reconocer las normativas específicas del área que dan la base formal del nivel en la jurisdicción. Estas son: • La ordenanza Nº 40.593 y su reglamentación por decreto Nº 331/95: Estatuto del Docente, que constituye un instrumento que legitima la actividad docente, explicitando campos de incumbencias, funciones y tareas. • La resolución 4776/ME/06: Reglamento del Sistema Educativo de Gestión Pública, que deroga la resolución Nº 626/SED/80 y que aprueba el Reglamento Escolar para la educación Inicial, Primaria, Media y Técnica, de Adultos y Adolescentes (Escuelas Primarias para Adultos, Centros Educativos de Nivel Secundario y Centros de Educación Profesional), Superior, Especial y Artística. 8 Modificado el punto 4º, inciso b), artículo 69, por la resolución 6437/ME/08. • El Diseño Curricular para el primer ciclo de EGB aprobado por la resolución Nº 365/SED/04, que establece los lineamientos curriculares para cada uno de los niveles educativos. La ley Nº 33 (BOCBA Nº 490) consigna en su artículo 1º que “[…] La validez de todo nuevo plan de estudios o de cualquier modificación a ser aplicada en los contenidos o carga horaria de los planes de estudio vigentes en los establecimientos educativos de cualquier nivel, modalidad y tipo de gestión dependientes o supervisados por la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires […] Que el Gobierno de la Ciudad garantiza en las escuelas de su dependencia una educación de calidad para todos los sectores sociales […] Que en tal sentido la Secretaría de Educación, a través de la Dirección de Currícula, ha producido los Documentos de Actualización Curricular y los Pre-Diseños Curriculares correspondientes al primero y segundo ciclo de la EGB […]”. Además de este marco normativo de carácter general, existen normas de distinto nivel de jerarquía que regulan aspectos más específicos de la tarea. También normas de la Dirección General de Educación de Gestión Estatal que regulan las vinculaciones y articulaciones necesarias entre los subsistemas que de ella dependen. Por último, merece señalarse que las ofertas del nivel primario en sede del Ministerio de Educación del GCBA se distribuyen en: a) Dirección de Educación Primaria; b) Dirección del Adulto y del Adolescente; c) Dirección de Educación Especial; d) Dirección de Formación Docente, cuyas unidades educativas están integradas por aquellas secciones de nivel primario que funcionan en las Escuelas Normales e Institutos Superiores. 3. EL PROYECTO “ANÁLISIS CUALITATIVO DEL IMPACTO DE LA NORMATIVA ESCOLAR EN LA INSTITUCIÓN ESCOLAR: NIVEL PRIMARIO” 9 3.1. Metodología de investigación La muestra propuesta determinó el estudio de cinco establecimientos de nivel primario. Los criterios de selección fueron cuatro: la matrícula del establecimiento (más de 500 alumnos); su distribución geográfica, equitativa, debía ser de la siguiente manera: dos en el sur de la Ciudad, una en el centro y dos en el norte, siempre tratándose de escuelas primarias comunes de jornada simple. Asimismo, se utilizó de forma determinante el Índice de Vulnerabilidad Educativa (IVE)2, elaborado por el área de Estadística de la Dirección de Investigación Estadística, a partir del cual se pudo establecer con estadísticas un carácter cualitativo homogéneo de la muestra3. La condición básica de admisión era estar a un (+-) STD de la media del IVE -en los parámetros de funcionalidad tomados- quedando incluidos los cinco establecimiento que se abordaron y que por razones de secreto estadístico quedan exentos de ser nombrados en este trabajo. También se tomó conocimiento de las normas escritas (prescriptas) que regulan, gobiernan y dan forma al sistema educativo. Este corpus de información tiene pretensión legiforme y es presentada en forma de reglamentos, estatutos, resoluciones, disposiciones, cuadernos de actuación, circulares, cadenas de fax, entre otros. Para la elaboración de la entrevista relevada, previamente se realizaron acercamientos a las unidades escolares para tener entrevistas con equipos directivos, con el objeto de contar con elementos que permitan la consistencia del armado del instrumento de recabado de información. Algunas de las El coeficiente IVE -Índice de Vulnerabilidad Educativa- se construyó sobre datos de sobreedad, repitencia y abandono elaborados por el área de Estadística de la Dirección de Investigación y Estadística (DGPLED, MEGC) en enero de 2008 a partir de la información levantada en el operativo Matrícula Final 2006. 3 La condición de homogeneidad de las escuelas seleccionadas, hace a la necesidad de establecer cuál es la situación del impacto de la normativa en ellas y de no sesgar la exploración priorizando características de la muestra. Probado y conocido el objeto de estudio en cuestión en una muestra homogénea y estable, se puede conocer de éste su fiabilidad, sus defectos, contradicciones y sus ventajas, pudiéndose hacer un análisis más riguroso sobre sus condiciones de aplicación. 2 10 preguntas que orientaron esta etapa son las siguientes: • ¿Cuáles son los problemas normativos más importantes que actualmente tienen en la institución? • ¿Considera que existen problemas normativos potenciales a nivel institucional? • ¿Qué cuestiones de la normativa vigente facilitan u obstaculizan la gestión institucional y pedagógica? • ¿Es conocida y consultada por la institución la normativa vigente? 3.2. Marco teórico Para introducirnos en la temática de este informe definiremos conceptualmente los siguientes términos: la institución, el peso de los discursos “dominantes” en la instrumentación de políticas y normas, la norma en el campo educativo. 3.2.1. La institución E. Enriquez (apud Frigerio et al. 1990) define las instituciones como sistemas culturales que ofrecen una cultura, es decir un sistema de valores y normas, un sistema de pensamiento y acción que debe modelar la conducta de los agentes ante los individuos que le son confiados o que expresaron una demanda respecto de ellas. A su vez, establecen una manera de vivir en la institución, una armazón estructural que cristaliza una forma particular de cultura y por último, desarrollan un proceso de formación y socialización de los diferentes actores para que cada uno pueda definirse en relación con el ideal propuesto. La definición de norma, según el diccionario, presenta dos acepciones que quisiéramos señalar: por un lado, una regla y por el otro, un modelo al que se ajusta una fabricación. La perspectiva de considerar la norma como una regla remite significados tales como principio, base, disciplina, ley, etcétera. Luego, el conjunto de ellas conformarán un cuerpo de prescripciones en forma de estatuto, digesto y otros. Es importante señalar que el orden jurídico normativo en una institución representa, al mismo tiempo, el instrumento que genera y el 11 resultado producido por el “sujetamiento” de los actores que pertenecen y se desempeñan en la misma. Para Hariou (apud Frigerio et al. 1990), es necesario distinguir entre el derecho disciplinario y el derecho estatutario. El derecho disciplinario, asegura la coerción necesaria para mantener el orden institucional, mientras que el derecho estatutario es fundamentalmente organizador de las prácticas cotidianas. Estos dos aspectos, el de regla a observar y el modelo a reproducir están presentes en la formulación de este concepto: “La norma es el ordenamiento de deberes y obligaciones con el fin de asignarlos, repartirlos o privarlos, lo que conlleva, en las relaciones contractuales, a una acomodación del funcionamiento de las mismas” (Enciclopedia Universal Sopena 1964). Observamos que esta definición incluye los sentidos de la norma-regla y la norma-modelo. Este informe intenta articular información de la normativa vigente y una perspectiva cualitativa de cómo la norma impacta en la institución escolar. Para poder elaborarlo ha sido necesario recoger y analizar la información existente y relevar para este estudio los datos presentados. También consideramos importante señalar que en la jurisdicción se ha encontrado una investigación acerca de la norma, “Valor y efecto de la norma en las instituciones: Análisis de la normativa vigente (los Estatutos del Docente)” realizado por Frigerio et al. (1990). En dicho informe4 se analizan comparativamente los cuerpos normativos de diferentes jurisdicciones, las diferentes organizaciones del sistema y algunas definiciones conceptuales acerca de la norma y sus efectos. El estudio de las normativas permite comprender las tendencias de la práctica institucional y a su vez mostrar el estilo predominante de la organización. Desde la norma podemos establecer si prevalece una perspectiva 4 El informe se encuentra en el Centro de Información Documental Educativa (CINDE). 12 conservadora en función de considerar la institución como un producto cerrado o si desde el mismo planteo de la norma, permite construir una institución como praxis. Es decir, generando una instancia dialógica en un espacio que se registran movimientos de construcción y reconstrucción de las formas sociales. Otra de las perspectivas que consideramos necesario señalar es el lugar de la norma como discurso que sostienen las políticas educativas vigentes. El conjunto de estatutos del docente de las diferentes jurisdicciones forma parte del derecho institucional, en tanto organiza el funcionamiento de los sistemas educativos y garantiza las relaciones existentes entre sí, pautando una serie de lineamientos y características coherentes que permitan un intercambio entre las jurisdicciones para que el sistema no se registre disgregado y fragmentado dificultando una circulación horizontal y vertical entre las jurisdicciones entre alumnos o docentes. A su vez, este cuerpo prescriptivo propone para los actores que en él se desempeñan, el sujetamiento a un orden, a una disciplina, que es condición necesaria para el establecimiento, funcionamiento y subsistencia de una institución. Pero, para considerar la norma, como letra de la política educativa, es necesario analizarla dentro del contexto global y de la región de los últimos años. Una mirada a la normativa legal que respalda las reformas educativas de los 90 en Latinoamérica permite observar ciertas continuidades entre la retórica oficial en algunos países de la región y el modelo universal de educación que promueven las agencias internacionales. En los documentos oficiales de las reformas argentina y brasilera, por ejemplo, existe cierta retórica acerca de principios como la descentralización, la autonomía escolar, los sistemas de evaluación, un currículum por competencias (creatividad, flexibilidad, autonomía, etcétera) que deja de ser una prescripción para convertirse en una guía flexible para las escuelas promoviendo el aprendizaje a lo largo de toda la vida e instando a la profesionalización de los docentes. Además, en estos países no se modificaron algunos aspectos puntuales del sistema educativo, sino que se propuso un cambio global que -al menos desde 13 la legislación- propone un nuevo modelo de educación. Sin embargo, varios autores señalan que estos cambios a nivel normativo no necesariamente se cumplen en la práctica. Esta aparente contradicción puede entenderse a través del análisis que hace Ball (2000) definiendo a las políticas como texto y como discurso. Centrándose en la interpretación que puede hacerse de una norma, Ball sugiere que las políticas pueden ser entendidas como un texto, en el sentido de que una multiplicidad de lectores de un texto derivará necesariamente en una pluralidad de interpretaciones. Es decir que entre la formulación de una política y su puesta en práctica se crea un espacio para la acción y la reacción. Las políticas no se transmiten a un vacío, por el contrario, existen circunstancias sociales, institucionales y personales que afectan la manera en que una determinada política es entendida por quienes deberían ponerla en práctica. Incluso, Ball nota que: Cuanto más ideológicamente abstracta sea una política, cuanto más distante esté su concepción de su puesta en práctica […] menos posibilidades hay de que sea introducida sin mediación en el contexto de la práctica; se enfrenta con ‘otras realidades’, otras circunstancias, como la pobreza, la indisciplina, la falta de materiales […] (Ball 2000, 1.834). Por lo tanto, en el caso de las influencias de las agencias internacionales, cuyas propuestas universales fueron concebidas en contextos muy alejados de la práctica (básicamente en una serie de oficinas en Washington y París), sería esperable que el modelo universal de educación que promuevan sea interpretado de manera diferente en distintos contextos, resultando en efectos prácticos diversos. Sin embargo, Ball nota que este tipo de análisis, que se centra en las posibilidades de acción y reacción que tienen los agentes que ponen en práctica una política, puede estar perdiendo de vista el cuadro general: el conflicto, las reacciones y las interpretaciones se llevan a cabo en un “terreno pre-establecido” (Ball 2000, 1.836). Es en este punto que 14 Ball recurre a la definición de política como discurso. 3.2.2. El peso de los discursos “dominantes” en la instrumentación de políticas y normas Los discursos son un sistema de posibilidad para el conocimiento: al crear las condiciones para que surjan ciertos significados y ciertas interpretaciones del mundo, limitan las posibilidades para el surgimiento de otros significados e interpretaciones. En este sentido, los discursos transforman (o mantienen) relaciones de poder al definir ciertas “limitaciones discursivas” (Ball 2000, 1.837), demarcando el terreno pre-establecido en el que las interpretaciones pueden ocurrir. Los agentes que ponen en práctica las políticas sólo pueden pensar en posibles respuestas e interpretaciones en el marco del “lenguaje, los conceptos y el vocabulario que el discurso pone a su disposición” (Ball 2000, 1.837). La esencia de esta doble conceptualización de las políticas como texto y como discurso se basa en que: Existen verdaderos conflictos acerca de la interpretación y de la puesta en práctica de las políticas. Pero éstos están situados dentro de un marco discursivo movible que articula y restringe las posibilidades y probabilidades de la interpretación y de la acción. Entendemos las políticas y respondemos a ellas en circunstancias discursivas en las que no pensamos” (Ball 2000, 1.837). Por lo tanto, a medida que el modelo universal de educación que promueven las agencias internacionales influye en las reformas que se implementan en distintos contextos educativos, participa de la delimitación de un marco discursivo en estos lugares. Este marco discursivo establece implícitamente una serie de límites para lo que puede decirse y hacerse en un determinado contexto educativo, creando las condiciones de posibilidad para que se den ciertas ideas y prácticas educativas, mientras limita la posibilidad de que surjan otras prácticas y otras ideas. Así, si entendemos estos procesos 15 como una transferencia educativa, podría decirse que el objeto de la transferencia ya no es una tecnología social específica (como en las transferencias transnacionales), sino un discurso global basado en un modelo universal de educación. El discurso que (re)producen las agencias internacionales es un discurso global porque se difunde en casi todo el mundo, pero también en el sentido en que es un discurso globalizador: una teoría que en el nombre de una serie de conocimientos ‘verdaderos’ y de una idea de los elementos que constituyen una buena educación, ofrece un modelo universal de educación como una estrategia global que podría solucionar casi todos los problemas educativos. Sin embargo, no queda claro cómo es que este discurso global es transferido a ciertos contextos educativos y aceptado como legítimo. En este caso, se sugiere que cuando el discurso global (re)producido por las agencias internacionales, basado en un modelo educativo universal, es transferido a un contexto específico, este modelo universal es establecido como una norma. La calidad de las prácticas educativas existentes en estos lugares es medida en contraste con este modelo ideal. Consecuentemente, al definir los ‘problemas’ en los sistemas educativos de un determinado lugar, este discurso define la agenda para las discusiones acerca de cómo mejorar la educación. Luego, una vez que los ‘problemas’ han sido identificados, existe una cantidad limitada de temas que pueden ser discutidos, y también es limitada la opción de políticas que pueden ‘resolver’ estos ‘problemas’. Estas posibles soluciones estaban también incluidas en el discurso (re)producido por las agencias internacionales. Así, vemos que el trabajo que las agencias internacionales describen cómo la circulación del conocimiento sobre educación trasciende el modelo usado en la educación comparada para interpretar la transferencia educativa. Por el contrario, se propone para entender las influencias de las agencias internacionales otro modelo en el cual (a) la transferencia ocurre desde actores del ámbito educativo que están localizados en un contexto considerablemente alejado de la práctica (las organizaciones internacionales) a un contexto educativo específico, (b) el objeto de la transferencia es un discurso basado en 16 un modelo universal de educación, y (c) el discurso global que se transfiere desde las agencias internacionales define simultáneamente los problemas de un contexto educativo y ofrece las soluciones a esos problemas. Por supuesto que este modelo no está cerrado y no termina de explicar el proceso por el cual las agencias internacionales influyen en las ideas y en las prácticas educativas de distintos lugares. Se trata sólo de un bosquejo que intenta participar de la conversación internacional que se ha iniciado en la educación para tratar de entender colectivamente el complejo mundo en el que vivimos. En este sentido, se considera necesario señalar algunas características de las leyes que regulan la producción del discurso, para analizar así las entrevistas realizadas por los actores que se desempeñan y opinan sobre la normativa escolar y práctica cotidiana. El intercambio y la comunicación son figuras positivas que juegan en complejos sistemas de restricción. Esta restricción, es definida por Foucault, como una serie de operaciones que caracteriza como ritual. Este ritual comprende la cualificación que deben tener los sujetos que hablan; el interjuego de las líneas de diálogo, de la interrogación, de la recitación, de la formulación de cierto tipo de enunciados; a la vez que define los gestos, los comportamientos, las circunstancias y todo el conjunto de signos que debe acompañar al discurso. Estas acciones tienen efecto directo sobre aquellos a los cuales se dirigen. Los discursos religiosos, judiciales, terapéuticos, políticos y también los pedagógicos, no son disociables de la escena en donde se producen, como parte de un ritual que determina lugares para los sujetos que hablan y para los que escuchan. La observación de los discursos en los actos docentes es ejemplo de ello. 3.2.3. La norma en el campo educativo En la actualidad, podríamos pensar que ante la globalización y el advenimiento de Internet la información y difusión se encuentra garantizada. Sin embargo, 17 algunas temáticas como la normativa escolar, todavía parecieran estar reguladas por modelos arcaicos de “sociedades de discurso” cuya función es conservar y producir discursos para hacerlos circular en espacios cerrados según reglas estrictas, regulando y restringiendo la difusión y conocimiento del mismo. En este sentido, se encontraron, al analizar los datos relevados, tres posibles lecturas situacionales de la normativa escolar: • Estructural o Reglamento Escolar. Se puede decir que hace la función de la nota dominante en el concierto de la escuela: en caso de duda se vuelve al Reglamento para restablecer y dejar claro los deberes y funciones. Su difusión y distribución no fueron debidamente hechas en su momento, por lo que los actores del sistema desconocen en gran parte su contenido o existencia. Esto explicaría, en parte, el bajo impacto que produjo su llegada al sistema. • Normativo coyuntural. Hace a las reglas diarias de la escuela, como el régimen de licencia 70 “h” del Estatuto Docente, entre otras disposiciones reglamentarias, o como la entrada y salida de la escuela o del comedor. Es donde se negocian todas las posibilidades y donde una disposición va tomando cuerpo o es dejada de lado por improcedente para la coyuntura de la escuela. • Inmanencia del “qué se habla y se dice en la escuela”. Es la lectura más dinámica de la esuela y el lugar donde hace epicentro lo cultural con lo contracultural; el espacio con inmanencia es aquel que está cruzado por la experiencia humana5. Es lo que todos los actores traen a ella y más aún las informaciones, novedades, medios masivos que le llegan constantemente, es el cómo y qué se habla en esa escuela. No deja de ser regulado por el lenguaje ‘escolar’, con pautas y límites en tensión con el lenguaje de la calle. Inmanencia (del latín inmanere, quedarse en) Característica, opuesta a la trascendencia y a lo trascendente, de todo aquello que se sitúa en el interior del mundo o dentro del límite de la experiencia humana (Cortés Morató y Martínez Riu1996). 5 18 Es de lo que se habla y de lo que se deja de hablar o ‘de esto no se habla’. El lenguaje es inmanente de la realidad escolar, es decir aparece y desaparece a lo largo de la jornada. Se acomoda a la realidad circundante dentro de la escuela y por fuera de la escuela como universo escolar. A su vez, se puede establecer que la escuela, como institución social reconocida, debería promover entre otras cosas que los niños incorporen disposiciones personales para la generalización y especificación de principios normativos válidos y necesarios en muchas otras esferas de la vida pública. Al respecto, Myriam Southwell (2007) define que la norma y la disciplina escolar siempre han planteado dilemas que encontraron respuestas diversas y con distintos grados de éxito. El éxito en este caso, tiene que ver con poder establecer una regla común que empariente con un horizonte de justicia. La justicia -como concepto, como búsqueda- implica siempre dilemas sobre a quién se le da y a quién se le quita. Asumir este carácter implica, entre otras cosas, no perder de vista que la escuela es un ámbito específico y particular donde se produce la socialización de las nuevas generaciones en la cultura letrada y donde se construye una relación con la norma y la convivencia, no sólo a través de espacios curriculares que la escuela destina para ello, sino por el modo en que la justicia y la ética circulan por los pasillos, por los patios, en las palabras que se ponen en juego y en tantos lugares donde la escuela les da paso a formas de autoridad específica. Abrir diálogos sobre la norma posibilita pensar cómo la escuela se posiciona en relación con la sociedad, a la formación del ciudadano, es decir a lo político en el sentido más general y a la vida en común. En estos diálogos, creemos, hay que abrir reflexiones que tomen en cuenta la realidad contemporánea. En los últimos años, la discusión acerca de la norma y los derechos entró en la escuela mayormente vinculada a la aparición de “nuevos derechos”, entendidos ya no como derechos ciudadano-políticos sino como derechos de consumidores de bienes públicos y privados. En este sentido, la convivencia y la relación con la norma en una sociedad democrática requieren 19 ampliar la mirada más allá del vínculo con aquello que se posee o se consume. Conviene entonces volver a la cuestión acerca de la norma, en términos de lo que su presencia o ausencia posibilita en las instituciones. La norma como referencia de un espacio común y que busca preservar a todos, supone que siempre se mantenga abierta la pregunta acerca de su legitimidad, ya que en ella reside su potencialidad democratizadora. El desafío será pensar en la norma con las características de algo que nos referencia a todos y que ordena y organiza nuestra convivencia, pero que permite preguntarse en forma periódica sobre su legitimidad. Desde nuestra perspectiva, el aporte que pretende hacer la DIE es conocer los procesos internos del funcionamiento escolar, es decir ofrecer una mirada en los procesos de institucionalización escolar. Cuando mencionamos institución, acordamos con la definición que realiza G. Lapassade (apud Frigerio et al. 1990) que distingue tres niveles de análisis para realizar un abordaje de lo institucional. Este autor considera que estos tres niveles de análisis recortan, a su vez, tres niveles de realidad, que son el grupo, la organización y la institución. La instancia de lo grupal corresponde a la cotidianidad, a la relación y los intercambios entre sujetos; la interacción que se produce en el aula entre docentes y alumnos, entre alumnos entre sí, entre equipo directivo y plantel docente y entre los integrantes del equipo directivo entre sí. El nivel de la organización está representado por el conjunto de grupos que constituyen el grupo total del establecimiento. Mientras que lo institucional, en este planteo, pertenece al nivel de lo normativo, de las pautas que permiten o prohíben lo que puede suceder en las escuelas y así definen lo que es legítimo y lo que no lo es. Es el sistema educativo en su conjunto. La línea de pensamiento que propone Lapassade -que comparten Loreau y Lobrot en Francia, y Bleger y Ulloa en nuestro país- se inscribe dentro de la línea de análisis institucional, que intenta revelar el nivel oculto de la vida de los grupos dentro de la organización escolar. Para conocer los procesos de institucionalización escolar primero 20 debemos reconocer que permanecer en la escuela cuatro u ocho horas al día, 180 días del año, durante 12 años, desde los 5 a los 18 años, según la Ley Nº 898 del GCBA sancionada en 2002, es siempre una experiencia formativa. Conocer el contenido formativo de esta experiencia implica abordar el proceso escolar como un conjunto de relaciones y prácticas institucionalizadas históricamente, es decir una compleja trama en la que interactúan tradiciones, singularidades institucionales, numerosas decisiones políticas, administrativas y burocráticas. Además, consecuencias imprevistas de planeamientos técnicos e interpretaciones particulares de los equipos de toma de decisiones dentro de la misma escuela y a su vez la resignificación que hacen maestros y por último los alumnos de los elementos que organizan la experiencia escolar hoy. La norma es recibida, reinterpretada y resignificada por un orden institucional existente y por las diversas tradiciones pedagógicas en juego dentro de la escuela, que llamaremos cultura escolar. En este sentido, el contacto que los alumnos tienen con el conocimiento y con las normas está mediado por la institución escolar, por la cultura escolar. No se trata de que en la escuela se acaten algunas normas y otras no, sino que el proceso escolar represente el diálogo que se establece entre el cuerpo normativo oficial y la realidad escolar. El conjunto de las prácticas cotidianas resultantes de este proceso es lo que constituye el contexto formativo real tanto para alumnos como para los maestros. Buscar correspondencia entre las prácticas de los maestros y las normas que regulan su trabajo sin tomar en cuenta el contexto social e institucional donde se producen, es desconocer que la experiencia escolar en este sentido también es formativa para los maestros, definida y denominada ‘socialización laboral’ y frecuentemente con mayor presencia en las prácticas cotidianas que la formación de base. Desde esta perspectiva, no interesa evaluar la realidad de la escuela a través del cumplimiento o no de los parámetros normativos, sino conocer la experiencia escolar mediante la descripción de múltiples dimensiones formativas del proceso escolar. Éstas constituyen una realidad variable. 21 Algunas permanecen a lo largo del tiempo con algunos cambios, pero constante a nivel de estructura y otras varían su significado según contextos políticos e históricos específicos. Durante los últimos años, es posible observar los cambios producidos en las escuelas, con alto o bajo impacto en la cotidianidad de docentes y alumnos. Pero habitualmente, y sobre todo desde ámbitos oficiales, se tiende a negar la transformación de las escuelas y es frecuente referirse a ellas como “resistentes al cambio”, “burocráticas”, “tradicionalistas”, sin registrar los procesos de transformación internos. Frente a esta mirada, es importante recordar que la institucionalización de la escuela es un fenómeno social que rebasa lo que sucede en la escuela. Es decir, las normativas, los ordenamientos y los contenidos tienden a reproducir las prácticas amortiguando los intentos de transformación o innovación educativa. Suelen ser de alto impacto los cambios promovidos desde adentro de la institución escolar o desde otro nivel del sistema, cuando son respetadas ciertas pautas, como por ejemplo en relación a la definición de problemáticas, diseño y planificación y evaluación conjunta con los diferentes niveles de organización escolar. Si algo es evidente en las escuelas, es que no es posible decretar normativamente los cambios ni lograrlos sólo por la petición de las autoridades. En este sentido, la norma puede asumir un valor doble: positivo y negativo. El valor positivo remite a las “prescripciones que delimitan aquellas actitudes, gestos y actos valorados por la institución y el negativo apunta a definir las prohibiciones” (Frigerio et al. 1990). La vaguedad de la norma o la falta de prescripción en temáticas institucional, como plantean recurrentes los o aspectos entrevistados, el puede funcionamiento provocar efectos imprevistos. Por otro lado, controlar la vaguedad y ambigüedad de la prescripción de la norma permitiría reducir la toma de decisiones en forma arbitraria, pocos actores (aquellos que se atribuyen la comprensión y otorgan significado arbitrario) suelen producir en el funcionamiento institucional concentración del poder y cierto control a la entrada de propuestas 22 innovadoras. Los efectos no previstos pueden pensarse desde una doble significación: no previstos pero deseados, no previstos pero indeseables. Esta consideración complejiza el análisis y aleja la pretensión de normar todo, de prever y explicitar y prescribir el campo de posibilidades y de la multiplicidad de hechos y conductas que suceden en una institución. La prescripción total, si esto fuera posible, a su vez desplazaría espacios de autonomía que enriquecerían cotidianamente la práctica institucional. Consideramos que desde la perspectiva institucional, es posible analizar la norma a partir de dos componentes: un componente funcional, lo que ordena la letra de la ley, y un componente imaginario relativo a las representaciones y opiniones de los actores respecto de la norma, su utilidad y la posición que los actores toman respecto de ella. Las diferentes posiciones frente a la norma pueden ser tomadas como factores que intervienen en la estructuración normativa de la experiencia escolar a través de la comprensión, resignificación, renegación y acatamiento, o no, de las mismas. Este aspecto es fundamental para la comprensión del impacto de las normas en la vida institucional, debido a que es posible “detectar diversos comportamientos, reacciones de aceptación, rechazo, sumisión, transgresión. Tales conductas revelan el modo en que las normas se inscriben en la subjetividad” (Frigerio et al. 1990). La restricción de su difusión, la característica y complejidad discursiva de los cuerpos normativos derivan en numerosas ocasiones en el desarrollo del poder “experto normativo” (Frigerio et al. 1990). En este sentido, en las instituciones educativas es inherente a la función docente, la conformación de un poder experto. Todo docente debería constituirse en un experto en contenidos o al menos en un área o una disciplina curricular y en los aspectos pedagógico-didácticos requeridos para cumplir su función, que es la transmisión de conocimientos. Así se denomina poder “experto pedagógico”. El poder “experto normativo” es aquel que deriva del conocimiento de las diferentes reglas que constituyen el cuerpo normativo 23 del sistema educativo y, en algunos casos, el conocimiento profundo de este tema pasa a ocupar un papel más importante que la experticia pedagógica. La escuela tiene como base de estructuración de conductas a seguir, en el plano del registro real, el conjunto de pautas que define el equipo de conducción. El directivo se legitima en la autoridad que le da el cargo, a expensas de ser el responsable máximo de la escuela, lo cual define una impronta que es regla básica de conducta para el resto de los actores institucionales. También se registran cambios en el carácter de la conducción. En los últimos años con una mayor incorporación de los valores democráticos a la cotidianidad escolar, ciertos estilos de conducción autoritarios se han visto morigerados, pero no en todos los casos ni en todas las escuelas. También hay un factor de influencia en lo discursivo, fruto del proceso democrático, que es la realidad política en que la escuela como institución pública está inmersa. La escuela como estructura jerárquica vertical se autoexcluía de cualquier proceso político reinante; hoy ya no es así porque la transversalibilidad democrática, es decir la horizontalización de las tomas de decisión, genera situaciones nuevas cada vez más fructíferas. Es decir que se va componiendo un equilibrio entre el discurso regente de los grupos de conducción y la toma de posición de la comunidad educativa, aunque todavía esto se puede decir que está en los comienzos y que tiene un peso generacional como matriz de cambio. 4. LA PERCEPCIÓN DE LOS DIRECTORES ENCUESTADOS RESPECTO DE LA NORMATIVA ESCOLAR En cuanto a la circulación de la norma, se pudo observar que para los directivos, existen tres lecturas respecto de la normativa. La estructural que va llegando a la escuela, la coyuntural que se debe afrontar y que siempre tiene como punto de referencia la normativa vigente y el inmanente decurso y discurso por ser propio de esa escuela y las personas que la transitan. La respuesta de una de las directoras ejemplifica lo mencionado: 24 Directora. […] todos los días, todos los años se va aggiornando esa documentación, entonces no hay espacio para que circule la información entre la misma conducción -involuntariamente- porque son tantas las urgencias que hay que resolver, que por ahí parece tipo telegrama, que uno va actuando sobre la marcha como puede. Siempre me gustó la norma, tuve interés por la normativa, por saberla, siempre sabemos que hay flexibilidad por la norma, que somos seres humanos y uno no la hace así porque sí; también tiene que ver con la persona y uno puede ser flexible en un momento sin trasgredirla, ¿no? Cuando se les solicitó que mencionaran alguna normativa a modo de ejemplo, para analizar el impacto de su aplicación en la institución escolar, surgió el problema de la norma instalada de años como usos y costumbres. En el caso de normativas derogadas, en algunos casos demostraron no querer incorporarlas, entrando en la disyuntiva de hacer cumplir la nueva normativa en detrimento de posibles resistencias al cambio: Directora. […] pareciera que hay ahora un gran divorcio entre los curriculares y los maestros de grado, en el sentido del horario y hacerse cargo de los recreos y las entradas y las salidas. Si bien la normativa dice que tiene los mismos derechos y deberes que los maestros de grado, en la práctica -no sé por qué razón que anda circulando por ahí-, […] dicho por los supervisores de las distintas áreas, donde dicen que, como no les han aumentado el sueldo desde hace tiempo y qué sé yo, entonces se están manejando como profesores de media y yo creo que esto ¡afecta muchísimo a la escuela! […] Porque normalmente el maestro curricular, si tiene que tener clase en la primer hora, tiene que estar igual que el maestro de grado. El compañero de grado hace 20 minutos de turno el día que le corresponde, pero el maestro curricular viene se queda en la sala de maestros y aparece después que los chicos ya están entrando porque, según dicen, ‘no me corresponde. Ni tampoco ‘me corresponde cuidar el recreo’, y eso va en contradicción de un fax que llegó el otro día donde dice que eso quedó sin efecto. ¿Pero cómo hacemos cumplir esto que ya está como muy instalado? Secretaria. Convengamos que este año la normativa no todos la conocen y no 25 estamos todos de acuerdo. Directora. Que uno no esté de acuerdo es harina de otro costal, pero la normativa está para cumplirla. Secretaria. Bueno pero no se la conoce. Directora. Se la conoce porque eso fue público. En este caso, podemos observar que la directora lamenta la falta de un protocolo para todo el sistema, es decir para todas las escuelas, como glosario de normas y formas de procedimientos a seguir, indistinto de la escuela y las personas: Directora. Pero nunca tuve la satisfacción de que me dijeran que, en una situación puntual, en una escuela qué se hace. Por ejemplo, si un maestro agota la licencia de afección común -son cosas que pasan en lo cotidiano- porque, si no, uno cuando después quiere hacerla cumplir parece la mala de la película porque en todos los lugares no se manejan de la misma forma. Supongamos que son 45 días corridos de afección común para un 70 “a”, si se excede de eso, la normativa puede tener, si el Rawson le da licencia por ese artículo, 30 días más al solo efecto de reunir el cargo, pero como todo está desfasado porque no sabemos si a ese docente lo pasaron a 70 “a” o está en 70 “b”, si le quedaron dos días en el aire, ¿cómo se maneja si una lo manda a descuento? […] En otra escuela lo ven de otra forma: no hay claridad, no está bien reglamentada esta normativa, como debe ser, para todas las escuelas, porque ‘en la escuela de acá a la vuelta se manejan de tal manera’ y no es así. También el Rawson tiene que respetar, porque si un docente tiene tantos días y no le justifica, yo no le puedo dar otro memo si no tiene la licencia anterior justificada. Esto es como un incordio, es como que no trabajamos todos al mismo tiempo, es como que hay desfasajes entre los mismos organismos6. Cuando se les pregunta si necesitan mayores espacios de autonomía 6 La confusión del relato podría responder a la complejidad del sistema de la normativa y a cierto lenguaje incorporado propio del argot docente, que supone un saber práctico del discurso escolar. 26 para desempeñar la tarea, uno de los directores entrevistados, afirma que […] la normativa no me permite mucho, pero tiene que ser una bajada desde todos los lugares. Yo creo que esto de la normativa hay que trabajarlo mucho y en serio. Y por ahí hacer una reunión y que quede explicitado bien lo que hay que hacer y ¡todo! el equipo de conducción, porque a veces uno siente mucho la soledad del cargo […] Esto es lo que cuesta adaptar, o sea nos adaptamos a lo fácil y a lo que nos exige un poquito… bueno a todos nos gustaría un permiso. Pero bueno, somos responsables y uno eligió el cargo y obrar en consecuencia por el cargo que tiene. Y si a mí me convocan para una reunión, tengo que ir, me guste o no me guste. Yo, en ese sentido, fui educada de esa manera. Si uno toma el cargo, sabe la responsabilidad que tiene con el cargo. Todos los entrevistados aceptan que la tarea de enseñanza necesita de alumnos con una construcción normativa básica porque es el lugar donde los alumnos construyen más que normas, reconocen límites. Imponerlos es una de las más arduas tareas de la escuela. También mencionan que algunas problemáticas de los alumnos son de gravedad y que la escuela con el equipo de orientación y apoyo pedagógico tratan de sobrellevarlo, pero encuentran problemas en la incomprensión, o -mejor dicho- en la falta de acompañamiento de algunos padres de alumnos con serios problemas de conducta. Otro aspecto señalado por algunos directores es el desgaste que genera el encuentro cotidiano con la problemática, llegando hasta el hartazgo y generando actitudes que no son las discursivas: un problema, que puede ser puntual con un alumno en el conjunto, se hace o se convierte en una problemática sin solución que da la sensación de eternizarse. De este estado emocional parece haber mucho en la escuela y genera la ‘normalización’ de ciertas conductas discriminatorias leves, no necesariamente violentas, pero discriminatorias al fin, y que van estratificando la escuela hacia su interior. En cuanto a los aspectos que consideran necesarios que sean enseñados en casa y cuáles son indelegables de la escuela, surge una serie de 27 ejemplos que indican los inconvenientes que tiene la escuela con los padres de los alumnos que evidencian problemas de conducta y de adaptación a la normativa, donde circula la imagen de que la escuela es un depósito de alumnos y no el lugar de aprender, pero además la comprensión del padecimiento del alumno de toda esta situación: Directora: […] el problema es, a veces, un chico que no tiene pautas a pesar de derivarlo al equipo de orientación… Perturba, entonces ¿qué pasa? El chico dice: ‘A mí no me podés hacer nada’, y esto también deteriora la imagen institucional […] Y es imposible porque ya viene de la casa y si a la mamá, que no acepta ir al psicólogo, no se le puede exigir… Eso se debería exigir y desde el Estado debería haber una exigencia. ‘Mire, señora, usted para poder participar de una escuela tiene que también hacer lo suyo’, porque el padre viene… lo manda… Acá, a la tarde, tenemos unos mellizos en primer grado, sin palabras… Porque, la verdad, hay que estar todo el día, que el vocabulario… no estamos hablando de aprendizaje estamos hablando de límites. Si el chico le pega a la madre, insulta a la madre, imagínese lo que puede hacer acá. Entonces, debería haber un organismo que le dijera: ‘Bueno, señora, usted se niega a hacer este tratamiento, porque en realidad le está quitando atención a su hijo. Lo está privando de la posibilidad de que se recupere’. Porque hay chicos que repiten y repiten. Por último, en el cruce entre la escuela y la realidad social surge la necesidad de tener categorías de variables de peso que determinen la importancia de la función de la escuela y cuestionar la estereotipada representación de calidad educativa versus asistencialismo: Directora. Yo creo que la escuela tiene que tener el lugar, que tenía, de respeto. ¿Por qué? Acá no se da tanto, pero en las escuelas de jornada completa, el papá deja a su chico por una presión social o laboral, y no tiene que ser así. O porque va a comer. Pero en las escuelas de jornada completa que yo estuve, lamentablemente, se perdió el valor de lo que es la escuela, un lugar de aprendizaje, de compartir, de socializar. Yo he escuchado en otras escuelas: 28 ‘Total, ¿qué importa si repite? Es un año más que come’. Eso es doloroso. Una directora menciona la dificultad de la existencia de vacíos normativos vinculada a la soledad del cargo y plantea que, cuando debe resolver situaciones con características complejas que no están previstas en el cuerpo de normas, consulta con dos o tres directoras para pensar en conjunto la decisión a tomar. Todos los directores entrevistados reconocen la normativa como una herramienta para el mejor desarrollo de su función. Pero también reconocen sus limitaciones y la necesidad de generar instancias de consulta y difusión de todas las normas: Directora. […] para que [las normas] se ajusten más a la escuela, tendría que haber consultas como se hizo con el Diseño Curricular antes de que sea Diseño… 5. LA PERCEPCIÓN DE LOS MAESTROS ENCUESTADOS RESPECTO DE LA NORMATIVA ESCOLAR En cuanto a la circulación y socialización de la norma, los maestros en estas preguntas se presentaron más retraídos: de hecho, era hablar de la Dirección de la escuela. Pero en realidad era también hablar de ellos mismos y sus relaciones de poder y con el poder. Los maestros señalan que habitualmente la circulación de las normas se da por cuadernos internos de notificación, no habiendo una instancia de discusión de la misma. Se notó, en todas las escuelas donde se realizó el trabajo de campo, una fuerte preocupación por algunas instancias de participación que estaban instaladas en la práctica escolar y que en la actualidad no se llevan a cabo: Maestro. La cancelación de las jornadas docentes quita la posibilidad de llegar a acuerdos internos y legitimarlos a través de la institucionalización del diálogo y la discusión. 29 Sin embargo hay maestros que objetan las jornadas docentes, aduciendo que a estas se llega pactando previamente o después, y que las normativas son, más bien, las directivas de la conducción que se hacen en forma individual, posibilitando el ‘pacto’. Merece destacarse que, en una de las escuelas donde se realizó el trabajo de campo, se pueden identificar tres perfiles de maestros en los actores entrevistados7: el vocacional, el profesional y la maestra de oficio, estableciendo tres posibles formas de pararse frente a la normativa. • Maestro vocacional. Va a jugar al fútbol después de clase con los alumnos como instancia extracurricular no obligatoria, se involucra en la vida del alumno por afuera del establecimiento y de lo establecido, no aceptaría nunca ir a una escuela sin compromiso social. Si es necesario, va a dar clase enfermo, como lo estaba el día de la entrevista8. La norma no reduce su conducta: lo que vale son las actitudes y no las formas que, para él, serían la generalidad de las normas. Descree del sistema y de la escuela sistémica porque ve la exclusión de sus alumnos; también descree de la organización escolar, que no puede cubrir su reemplazo y entonces se recuesta sobre la ética del maestro, ya no frente al alumno sino frente al ser humano alumno, al considerar que el alumno no es reducible y, mucho menos, excluible. Su autoridad es ganada en el cariño de sus alumnos. • Maestro profesional. Es el maestro que se expresa en forma precisa y que se presenta firme y comprometido con la realidad que atiende. Sus objetivos son circunscriptos y claros, toma de la norma lo que necesita y no la elude, es crítico hacia el sistema y hacia los discursos que no están contextuados con la realidad del alumno. Conoce el entorno de éstos, pero no lo aborda fuera de la escuela. Su autoridad se basa en el rol que cumple y las Esta categorización no es extensiva al resto de las escuelas seleccionadas para la muestra. El maestro entrevistado tenía un manifiesto estado febril y nos dijo: “Si no vengo, no hay suplente para que me reemplace y los chicos se quedan tres días sin clase”. 7 8 30 expectativas que la comunidad educativa tiene de su función. • Maestra de oficio. Suele solucionar las dificultades por el saber incorporado en su trayectoria laboral: sería el maestro profesional que, con los años, deviene maestra con oficio. Considera que las normas casi nunca coinciden con su visión y economía de trabajo. Su relación con los padres es de absoluta autoridad, ella es la que manda y su relación ‘estatutaria’ con la conducción de la escuela es de igual a igual, dada su larga experiencia y gran conocimiento de los actores del sistema. En relación con la normativa como la herramienta de la gestión institucional, se pudo observar que el espacio mínimo y casi privado del docente es el aula. Es un espacio de poder y de construcción de normas. El aula, en la espacialidad de la escuela, representa una mínima expresión de poder y construcción de la norma, es decir el espacio se convierte en lugar donde se construye la abstracción de la norma. El docente y los alumnos entran a un espacio donde se va convirtiendo en un lugar de sistematización de la tarea con límites precisos, tiempos regulatorios, metas a alcanzar y adquisición de hábitos. El párrafo siguiente ejemplifica lo antedicho: Maestra. Los espacios yo los encuentro y, si no, agarro el machete y los encuentro. Porque si son justamente espacios de autonomía y no de heteronomía9, creo que no me lo tienen que dar tanto y si no me los dan, los tengo. La escuela, institución total10, como organización social integrada en sí misma, con fines de enseñar comportamientos y hábitos, con tiempos La heteronomía es la condición de la voluntad que se rige por imperativos que están fuera de ella misma (Immanuel Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres; Madrid: Espasa Calpe, 1994). 10 El concepto de institución total fue ideado por Goffman para designar un “lugar de residencia o trabajo, donde un gran número de individuos en igual situación, aislados de la sociedad por un período apreciable de tiempo, comparten en su encierro una rutina diaria, administrada formalmente” (Erving Goffman, Internados; Buenos Aires: Amorroutu, 1974). 9 31 regulados por grados, es a su vez una constructora de reglas y normas de todo tipo, por ser un sistema cerrado durante las horas de clase y administrar su “espacialidad”11 de manera sistemática. Algunos docentes manifiestan que el conflicto entre la autonomía y la heteronomía que imponen la organización escolar y el contexto que la rodea por eso el docente encuentra en el aula su casi único espacio autónomo- se percibe en que cada vez más les está siendo invadido ese espacio autónomo por una serie de factores que van desde el orden institucional (con nuevas directivas curriculares y de organización) hasta el argot que traen los alumnos, producto no sólo de los medios masivos de comunicación sino de un modo de vida (si los alumnos no lo tienen, están fuera del mundo en que conviven y, en muchos casos, sobreviven gracias al manejo de ese argot, que es más que un leguaje). El proceso de socialización se les hace cada vez más heteronómico por imperativos sociales que entran al aula y que a los docentes les cuesta horrores removerlos, cuando no terminan conviviendo con ellos, siendo uno de los puntos donde radica la crítica social hacia ellos mismos. No es lo mismo enseñar pautas de conducta a los que no las tienen, que estar corrigiendo conductas que están aprehendidas, legitimadas y socializadas en un contexto donde se registran representaciones normadas negativas: el zafar rápido, el no pensar si igual se vive, lo que se enfrenta con la escuelainstitución que se sostiene en las buenas costumbres, el saber académico y la exaltación de valores basados en el trabajo, el esfuerzo, la honestidad, el hacer pensar y el traspolar el conocimiento complejo del saber científico a la realidad. En relación con la concepción de la norma y específicamente en uno de los establecimientos educativos de la zona sur, uno de los entrevistados afirma que: […] la sociedad hoy produce unos disvalores que yo no los puedo dejar entrar en la escuela. Ya no son valores diferentes: ya son disvalores. Yo no puedo dejar 11 Se toma “espacialidad” como distribución jerárquica del espacio, en función del orden interno preestablecido y normado (Gastón Bachelard, La poética del espacio; 1957). 32 entrar determinadas cuestiones que, por ejemplo, yo sé que estos pibes las tienen como supervivencia (si no, suenan), pero no las puedo dejar entrar a la escuela. Sí, marcarles el adentro y el afuera y además lo hago en reuniones de padres. Los maestros son la puerta de lo que queda afuera y adentro de la escuela en un contexto social de riesgo, que puja por entrar no sólo con los alumnos, sino también con los padres, que en teoría son permisibles a los disvalores o -como bien dice el maestro entrevistado- son cuestiones de supervivencia en una realidad social de violencia estructurada. También nos marca que hay una especie de paralelismo entre lo que podríamos llamar una necesaria educación pautada en la calle y la de la escuela, sin invalidar la necesidad de ésta respecto de la supervivencia diaria de los alumnos en un contexto de riesgo. Sin embargo, indagar esta problemática en contextos de alta pobreza material, excede el alcance de este trabajo. La escuela parecería que va dejando de ser un único camino de ascenso social. Si a la sociedad hoy ya no se la define por parámetros de estratificación social a partir del ingreso en relación con el nivel sociocultural, la escuela no es ajena a esta cuestión. Como afirma uno de los maestros entrevistados, “hoy un docente gana menos que un boletero de subterráneo”. Esto indica que la escuela se enfrenta a una competencia entre lo que debe ser y lo que, en ciertos sectores, se va instaurando como imperativo social fuerte del “para qué estudiar, si al final no te sirve de nada y después de todo seguís igual”. Otro docente que se desempeña en una escuela de la zona sur considera que es indispensable, para desarrollar su tarea de enseñar, contar con normas básicas aprendidas en casa y avanza un paso más: […] el gran problema hoy en algunas escuelas es que no hay diferencia entre el adentro y el afuera, y eso te impide enseñarle a los chicos lo que dice el currículo en los tiempos pautados. Pero cuando no hay diferencia entre adentro y afuera, no sólo es entre los chicos sino que tampoco se respetan normas y acuerdos entre 33 los docentes. Esto nos dificulta aún más el trabajo a nosotros. Aparece aquí una serie de modificaciones en los parámetros de delimitación, de respeto, responsabilidad e incumbencia de la práctica docente. El límite es siempre contención o dique de algo, la escuela pone límites y éstos están normados para dejar adentro al alumno y cumplir no sólo con la causa de enseñar sino también con la función de ofrecerle al alumno herramientas para la construcción de un futuro. Algunos docentes señalan que en el nuevo Reglamento Escolar no está incluido el artículo 202, que prescribía los deberes del alumno. Ahora se les permite todo según el director que esté. Por lo tanto, están desbalanceados los deberes respecto de los derechos. En relación con las instancias de participación, las respuestas fueron contestadas dentro del mismo conflicto mencionado anteriormente respecto de la autonomía versus la heteronomía, por la resistencia a las innovaciones curriculares, que radica en una posición actitudinal definida y preconceptual de rechazo a lo que viene de afuera. No sólo por la sensación invasiva, sino por el ángulo de visión del docente que es el estar todos los días lidiando con una serie de situaciones que exceden el diseño curricular y que lo condicionan (al diseño y al docente), dado que extrapolar la fría letra prescripta a la realidad, con todas sus consecuencias, no siempre es percibido como una mejora, y vuelven a prácticas previas que les dan seguridad y autonomía. Otros docentes señalan que realmente desconocen quiénes son los encargados de elaborar las normas y se refieren despectivamente a los técnicos como “algún amigo de turno” a los que les suponen poco paso por las aulas y gran desconocimiento de la realidad escolar. Un docente afirma que la causa de la distancia entre las normas y los problemas cotidianos de la escuela es la forma ambigua en que están redactadas y a la ausencia de instancias reales de participación y reflexión de parte de los directivos: “según la escuela a la que vas, te interpretan la norma de diferente manera”. Otro docente plantea que la escuela es un “laboratorio social” respecto 34 de la construcción de normas, que muchas de ellas surgen en una gestión determinada sin tener en cuenta el contexto de aplicación ni sus alcances: Maestro. ¿Sabés, desde que yo estoy en la docencia, cuántas normas nuevas bajaron y quedaron en el olvido por inútiles? En cuanto a la vinculación de la normativa escolar con la comunidad educativa, las respuestas de los docentes tendieron a comentar, a modo de ejemplo, situaciones conflictivas con los padres o cooperadores, ya sea por temas individuales, ya sea por temas institucionales. Luego señalan que siempre hay conflictos y que en la pericia del director radica que se disuelva o no. En varios casos “el hilo se corta por lo más delgado” y cuando hay un conflicto entre padres con un docente, el que se va de la escuela es el maestro. Los docentes manifestaron la falta de participación de los padres en general. En la zona sur, las instituciones educativas parecieran ser una especie de depósito que lo libra al hijo de la calle con sus riesgos y, en los últimos años, con comedor. Hay docentes que dicen que para muchos padres no importa que el alumno repita sino que coma. También se observaron distintos modos en que los docentes se sienten reconocidos. Desde la aceptación hasta la agresión y descalificación, que puede estratificarse: hay comunidades culturales donde el docente es referente de la legalidad; para otros, el docente es la cara visible de un Estado al que se le pueden recriminar injusticias, frustraciones o necesidades que están asociadas a la actividad docente, pero que tienen que ver con otras instancias y ámbitos de la vida de los padres: Maestra. Por eso yo creo que la institución ¡queda! Por eso ¡tanto reclamo al docente! Por eso tanta cosa en la escuela: es el único lugar donde viene una madre y pude decir cualquier cosa… donde tal vez se ponen expectativas, y que no es nuestro contrato fundacional con la sociedad. Por eso tanto pedido, tanta cosa que no tiene nada que ver con nosotros. Además, el docente es de ponerse 35 mochilas que no le caben y le dan y le dan, es así. Finalmente, no se puede dejar de mencionar la tendencia discursiva de los entrevistados de separar los espacios reales y simbólicos de la dinámica escolar describiendo las situaciones con conceptos dicotómicos: arriba/abajo, lugar / poder, compromiso / cambio, peso / liviandad, cumplir / hacer cumplir, adentro / afuera, aprender / comer. 6. CONCLUSIONES La normativa producida por la gestión gubernamental ofrece un marco de referencia para la regulación del sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires. A través de la vías jerárquicas son enviadas a las escuelas, donde son recibidas y resignificadas por los actores institucionales que determinan el uso e impacto que tendrán dichas normas al servicio de la gestión institucional. A través de la lectura de los cuerpos normativos parece que, desde el nivel gubernamental, el sistema puede dirigirse de forma articulada y racional, es decir con formulaciones lógicas y abstractas que permiten definir y orientar las prácticas escolares. Los directores reconocen la necesidad de esta orientación y el uso habitual del instrumento normativo. En este caso se refieren al Reglamento Escolar. Pero también plantean sus limitaciones. A partir de las múltiples lecturas de las normas que hacen los actores en las instituciones y la formulación de estas con un lenguaje legiforme, se pone de manifiesto la distancia y, en algunos casos, la contradicción entre la prescripción y la aplicación. El lenguaje universal de la prescripción homogeniza las distinciones y diferencias de los contextos de aplicación de las normas (escuelas del norte y del sur de la Ciudad). Por lo tanto, se presentan de tal forma que los problemas parecen administrativos y se resuelven ajustándose al procedimiento. Dichos procedimientos, a su vez, también producen formas sutiles de regulación social. 36 Lo que se espera en el imaginario social son los resultados de la vieja escuela con normas firmes. Las sucesivas normas que llegan a la escuela deben pasar por un proceso de adaptación que es la identificación con una raíz esencial, lo cual es a veces un proceso largo y enmarañado, cuando no se pierde en el tiempo. Muchas de las normas fundantes de la escuela pública han ido cayendo en desuso por fuerza natural del cambio generacional en la actividad escolar y de la sociedad misma en sus usos y costumbres. En la escuela y en el imaginario social hoy se mantienen representaciones normadas, fuertes y positivas como lo público, gratuito, obligatorio, igualitario, exigente, disciplinario, contenedor, movilidad social, respeto, espíritu colectivo, amistad, compañerismo, etcétera. También se registran representaciones fuertes y negativas como la discriminación en todas sus formas, por parte de los distintos actores de la escuela, la diferenciación intelectual por clase social, el blanco y el negro, el lindo y el feo, el repetidor, el chivo expiatorio, etcétera. Toda escuela está situada en un contexto sociocultural y económico que marca fuertemente sus relaciones de producción de conocimiento en una multiplicidad de sentidos. En una mirada fenomenológica, se puede decir que los sucesivos horizontes que se abren a la escuela, empezando por el propio edificio, pasando al barrio y luego a la zona para terminar en lo territorial, no sólo son un contexto geográfico sino una suerte de instancias que regulan las posibilidades de proyección que la escuela tiene dentro del espacio que ocupa, sabiendo que el uso del espacio siempre es uso de poder. Entonces podemos definir distintos factores que concurren al objeto escuela, lo cual no indicaría relaciones de causas y efectos ni orden de prioridades, sino una simultaneidad de causas, tensiones, disgregaciones que concurren y hacen de cada escuela un ser-hacer diferente de cualquier otra. Para esto es necesario separar la norma o reglamento, de la normativa vigente y la cantidad de regulaciones que llegan durante el año a las escuelas. Por tal motivo, es importante reconocer que éstas conviven en la actividad escolar al mismo tiempo. 37 Las normas son instrumentos reguladores de las prácticas escolares, que parecen neutros y despojados de conflictos sociales y portadores de valores. Estas características exigen, por parte de los actores, directivos y maestros, una elaboración posterior de reflexión y análisis para reconocer estos elementos que, sin dejar de estar presentes en la normativa, dejan al descubierto el interjuego de las relaciones de poder, sólo cuando se produce la toma de decisiones y no antes. Los circuitos de difusión y espacios de reflexión acerca de la norma en las escuelas, favorecería el accionar de los directivos, cuyo rol es considerado como garante institucional, para que las normas prescriptas efectivamente se cumplan en la escuela respetando la orientación de la misma. A su vez, los directivos señalan que se requieren más espacios de explicitación y participación para la correcta aplicación de las normas, así como instancias de consulta y reformulación de estas, ya que, con el transcurso del tiempo, muchas veces no responden a las problemáticas de la institución. También el trabajo pormenorizado acerca de la disminución de ambigüedades y vacíos normativos existentes beneficiaría la tarea de conducción y el desempeño de su trabajo cotidiano en la escuela. Sin embargo, los directivos entrevistados señalan que la normativa está descontextualizada de la gestión. Mencionan y registran como problema estructural del sistema educativo una desarticulación entre la norma y la realidad escolar. Esta desarticulación se define como falta de relación entre lo que la norma prescribe y lo que la escuela necesita para su funcionamiento. Dicha desarticulación puede estar relacionada con la multiplicidad de interpretaciones debido a la ambigüedad del lenguaje de la norma, con la falta de precisión del planteo de esta o con la existencia de vacíos normativos. Los directivos revelan la existencia de vacíos normativos, es decir que con frecuencia deben resolver cuestiones que no están previstas en las normativas vigentes. Por lo tanto, los directivos caracterizan la vida institucional a partir de la toma de decisiones marcadas por criterios, por trayectorias de formación y por estilos de conducción. Es significativa la imagen de considerar la escuela 38 como “laboratorio social” respecto de la construcción de normas y toma de decisiones. También señalan, especialmente los directivos, que a los políticos que hacen las normas no les importa la resolución de temas conflictivos en la escuela sino la organización del sistema en sí, por lo tanto consideran que siempre habrá un divorcio entre la norma y el contexto de aplicación de la misma. ¿Qué cambios normativos se necesitan para lograr que la experiencia escolar sea un espacio formativo de largo alcance y prepare a los alumnos a los próximos niveles de formación o al mundo del trabajo? Reconocer el carácter dinámico de la norma implica promover instancias de participación real para la reflexión de las mismas por parte de los actores institucionales. Directivos y maestros desde la asimetría de su rol y función son corresponsables de generar y regular las condiciones en las que se produce la incorporación de conocimientos por parte de los alumnos. Por lo tanto, nos parece necesario promover la reflexión y discusión de la normativa escolar de directivos, docentes y equipos técnicos en la medida en que es un elemento que, junto con otros, permite organizar en forma cotidiana la experiencia de enseñar y aprender. Considerar la normativa sólo como un vehiculo de políticas gubernamentales que habilita permisos y prohibiciones es despojar a la norma de su característica de ser constructora de derechos ciudadanos. El desafío es ampliar, en la institución educativa, la concepción de norma escolar, reconociendo la dimensión dinámica de la misma en los procesos de cambio institucional, a la vez que ofrecer un marco de seguridad para la construcción del conocimiento y permitir la incorporación de las generaciones más jóvenes a la compleja tarea de construir ciudadanía. 39 7. BIBLIOGRAFÍA Alliaud, A. 1992. Los maestros y su historia: Apuntes para la reflexión. Revista Argentina de Educación 18. Buenos Aires. Ball, S. 1994. La micropolítica de la escuela. Madrid: Paidós. Batallán, G. 1987. Algunas nociones infantiles sobre la normatividad escolar: Una indagación exploratoria. En Aprendizaje hoy. Forma Sociedad Editora. Bauman, Z. 2004. La sociedad sitiada. Traducción de Mirta Rosemberg. México: Editorial Fondo de Cultura Económica. ---. 2008. La modernidad líquida. Traducción de Mirta Rosemberg. México: Fondo de Cultura Económica. Bachelard G. 1965. La poética del espacio. México: Fondo de Cultura Económica. Carli, S. 1999. De la familia a la escuela. En La infancia como construcción social. Santillana. Caruso, M. e I. Dussel. 2000. De Sarmiento a Los Simpsons. Buenos Aires: Kapelusz. Corea, C. 2002. ¿Qué hace la escuela con la tele? La escuela, los jóvenes y la experiencia mediática. CEPA, conferencia de capacitación docente, 1º de octubre. Cortés Morató, J. y A. Martínez Riu. 1996. Diccionario de Filosofía en CD-ROM. Barcelona: Herder. De Ipola, E. 2003. Política y Estado. Argumento 3. Buenos Aires. Duschatzky, S. 2001. ¿Dónde está la escuela? Cuadernos de FLACSO. Buenos Aires. Fernández, L. 1994. Instituciones educativas: 3. El funcionamiento institucional. Buenos Aires: Paidós. Foucault, M. 1985. La verdad y las formas jurídicas. Cuarta conferencia. Barcelona: Gedisa. ---. 1996. El orden del discurso. Madrid: La Piqueta. ---. 2003. Los profesores como intelectuales. Madrid: Morata. Frigerio, G., M. Poggi, E. Barba y S. Duschatzky 1990. Valor y efecto de la norma en las instituciones: Análisis de la normativa vigente (los Estatutos del Docente). Informe final. Documento de circulación interna. Dirección de Investigación, Ministerio de Educación (GCBA). Giroux, H. 2003. La Inocencia robada: Juventud, multinacionales y política cultural. Madrid: Morata. Goffman, I. 1974. Internados. Buenos Aires: Amorrortu. Gvirtz, S. y otros. 2005. El ABC de la tarea docente: Currículum y enseñanza. Buenos Aires: Aique. Popkewitz, T. 1991. Sociología política de las reformas educativas. Madrid: Morata. Sarlo, B. 1998. La máquina cultural: I. Cabezas Rapadas, Cintas de Plata. Buenos Aires: Ariel. Southwell, M. 2007. La escuela y la construcción de legitimidad. El Monitor: Los Dossiers 2004-2007. Publicación del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología de la Nación, Argentina. Zemelman, Rauber, Tamarit y otros. 2004. La escuela como territorio de intervención política. Buenos Aires: CTERA. 40 8. ANEXO: INSTRUMENTOS ENTREVISTAS A DIRECTORES A) circulación y socialización de la norma 1- Circulación de la norma: quién la recibe mecanismos de socialización; modos en que la dan a conocer (reconstruir el circuito de la norma). Instancias de discusión interna (jornadas, etcétera). 2- Seleccionar tres ejemplos (3normas): para qué y comentario crítico de la misma. 3- Filtros: ¿todas las normas son comunicadas? En caso de no serlo, ejemplificar. B) La normativa como la herramienta de la gestión institucional 1- ¿Considera que les faltan herramientas normativas para las funciones que desempeña en la institución? 2- ¿Necesita mayores espacios de autonomía para desempeñar su tarea? C) Concepción de la norma 1- “La escuela es el lugar de construcción de la norma” ¿Qué piensa de esta afirmación? 2- ¿Para desempeñar su tarea de enseñanza necesita de alumnos con una construcción normativa básica? 3- ¿Qué aspectos necesita como maestro que sean enseñados en casa y cuáles son indelegables de la escuela? D) ¿Qué instancia de participación debería contemplarse en la construcción de la norma? 1- ¿Qué piensa de los técnicos que realizan las normas? ¿Cómo y quiénes deberían hacerlas? E) Vinculación de la normativa escolar con la comunidad educativa 1- Padres, cooperadoras, vecinos: ¿de qué forma se relacionan con las pautas organizativas establecidas por la escuelas? (Participación, adhesión, transgresión, etcétera). 2- Según su opinión, ¿a qué se refieren cuando mencionan la centralidad de la escuela y cómo se logra? ENTREVISTA A MAESTROS A) Circulación y socialización de la norma 1- Circulación de la norma: quién le transmite la normativa que llega a la institución, cuáles son los mecanismos de socialización, instancias de discusión interna (jornadas, etcétera). 2- Seleccionar tres ejemplos de normas recientes. Realizar un comentario crítico de la misma. 3- Filtros: ¿todas las normas son comunicadas? En caso de no serlo, ejemplificar. B) La normativa como la herramienta de la gestión institucional 1- ¿Considera que les faltan herramientas normativas para las funciones que desempeña en la institución? 2- ¿Necesita mayores espacios de autonomía para desempeñar su tarea? 41 C) Concepción de la norma 1- “La escuela es el lugar de construcción de la norma” ¿Qué piensa de esta afirmación? 2- ¿Para desempeñar su tarea de enseñanza necesita de alumnos con una construcción normativa básica? 3- ¿Qué aspectos necesita como maestro que sean enseñados en casa y cuáles son? D) ¿Qué instancia de participación debería contemplarse en la construcción de la norma? 1- ¿Qué piensa de los técnicos que realizan las normas? ¿Cómo y quiénes deberían hacerlas? E) Vinculación de la normativa escolar con la comunidad educativa 1- Padres, cooperadoras, vecinos: ¿de qué forma se relacionan con las pautas organizativas establecidas por la escuelas? (Participación, adhesión, trasgresión, etcétera). 2- ¿Según su opinión a qué se refieren cuando mencionan la centralidad de la escuela y cómo se logra? 42