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Sindicalización de las FF. SS.
Fecha de creación 30/04/02
Fecha de impresión:
SINDICALIZACION de las FUERZAS de SEGURIDAD
por Lic. Norberto Mauricio Fauroux (*)
INTRODUCCION:
En algunas oportunidades se me ha efectuado la
consulta
sobre
la
posibilidad
de
agremiación
o
sindicalización, particularmente de la Policía Bonaerense; a
lo cual responderé‚ mediante una opinión absolutamente
personal, que podrá ser compartida o no, parcial o totalmente
y que por analogía podría extenderse a otras fuerzas de
seguridad nacionales y provinciales, aclarando que no soy
hombre de leyes; aunque por más de veinte años fui Profesor
de la Facultad de Derecho de la U. B. A. en mi especialidad,
la Criminalística; además de lo cual solamente soy un ex –
policía; ya que al retirarme de la Fuerza; hace veinte años;
lo hice solicitando la baja; como expresión de mi desagrado a
la conducción política y técnico – profesional de la misma en
ese momento.
Además, he sido docente de policías y lo sigo
siendo en Universidades privadas, honrada y hondamente
preocupado por la seguridad pública y todo lo que ello
implica, particularmente por las Instituciones a cargo de esa
misión; fundamentales en un “Estado de Derecho”; aunque a
muchos no les guste y quizás prefirieran las “milicias
populares”.
No me cabe la menor duda, que esta incógnita de la
asociación gremial, sindical o profesional, ha sido impulsada
por diversas circunstancias, con las mejores intenciones
quizás y también buena voluntad; pero efectuando algunas
citas y olvidando de hacer otras; no creo que con mala
intención; pero que por otra parte, resultan integrantes de
lo que habitualmente se conoce como "principios generales del
derecho"; que no pueden desconocerse.
Verter
mi
parecer
sobre
este
supuesto,
ineludiblemente me conducirá a exponer otras consideraciones
sobre la esencia de estas instituciones, las cuales siempre
expresé con absoluta franqueza y las defendí y continúo
haciéndolo, quizás con excesiva vehemencia, fruto de mi
fervor y de mi apasionamiento por resguardar, proteger y
preservar lo que considero un ideal, una utopía; ya que la
perfección en este mundo no existe, pero tenemos la
obligación para con nosotros mismos y para con las
generaciones futuras, de tender hacia ella.
Interpretamos
Autor: Norberto M. Fauroux
que
existen
cuestiones
de
"puro
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derecho", estrictamente formales y otras que hacen al mérito,
la conveniencia y la razonabilidad, que por lo tanto son las
que hacen al fondo de la cuestión y que entonces deben ser
analizadas separadamente.
ANTECEDENTES HISTORICOS:
Eduardo A. Pérez Rejón, en "Seguridad Pública",
(Primo Ed. Bs. Aires, 1999) cita un fallo dictado en la
década de 1940, en el cual la Suprema Corte de Justicia del
Estado de Michigan (EE. UU. de N. A.), que para negar la
asociación sindical de la policía, declaraba que una ‘fuerza’
de tal carácter es similar a una fuerza militar e igualmente
importante en las funciones que está llamada a desempeñar.
A su vez, se hacía eco de una sentencia que databa
de 1903, por el cual la Corte de Apelaciones del Estado de
Illinois, declaraba que la ‘fuerza de policía’ de la ciudad
de Chicago, es una organización ‘semi – militar’, a la cual
nadie
está
obligado
a
pertenecer;
pero
que
quien
voluntariamente se dedique a tal servicio, necesariamente
limita el derecho de acción, al que tendría acceso como
simple ciudadano particular.
Mucha agua ha pasado bajo los puentes desde
entonces y hace muchos años que existen las asociaciones
sindicales policiales en los EE. UU. de N. A. y en otros
países de otros continentes.
CUESTIONES DE PURO DERECHO:
En una sentencia definitiva, dictada por la Suprema
Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires el trece de
diciembre del año dos mil, con el voto del Dr. Elías H.
Laborde, al cual adhirieron plenamente los Doctores Juan M.
Salas, Alberto O. Pisano, Héctor Negri y Guillermo D. San
Martín, se efectúa el análisis de estas cuestiones.
En los antecedentes de la demanda del caso, llevado
ante los estrados de la Suprema Corte, se esgrimió la
aplicación de los Decretos Provinciales 3669/58 y 6889/63 y
la Ley 10.430 "Estatuto del Empleado Público de la Provincia
de Buenos Aires"; comprensiva de los anteriores y que
establecen la forma y metodología que debía emplearse para
que los funcionarios de la Administración Pública pudieran
agremiarse; pretendiendo una igualdad de condiciones entre
estos últimos y el personal policial.
legales,
Pero se omitió incluir que en dichas normas
el fuero sindical es solamente reconocido a
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"asociaciones legalmente reconocidas", que no es el caso,
pero además establecen concretamente que la Policía de la
Provincia de Buenos Aires, queda ‘excluída’ de su aplicación.
Consecuentemente, ninguna de ellas posibilita que
su personal pueda agremiarse.
También en este caso se ha pretendido sostener la
aplicación del "Pacto de San José de Costa Rica", ratificado
por Ley 23.054; el cual además posee jerarquía constitucional
a partir de la sanción del art. 75, inc. 22) de la reformada
Constitución Nacional aprobada en 1994.
Si bien el art. 16º de dicho pacto, consagra la
libertad de asociación, incluyendo la laboral; se ha omitido
en su comentario, que su inc. 2) dice textualmente:
"El ejercicio de tal derecho sólo puede estar sujeto a las”
“restricciones previstas por la ley que sean necesarias en”
“una sociedad democrática, en interés de la seguridad”
“nacional, de la seguridad o del orden públicos, o para”
“proteger la salud o la moral públicas o los derechos y”
“libertades de los demás".
También se ha olvidado su inc. 3), el
literalmente expresa: "Lo dispuesto en este artículo
“impide la imposición de restricciones legales, y aún
“privación del ejercicio del derecho de asociación, a
“miembros de las fuerzas armadas y de la policía".
cual
no”
la”
los”
Esto, en buen romance significa, que la Nación
Argentina y sus Estados Provinciales miembros, pueden
legítimamente restringir y hasta privar del derecho de
asociación gremial o sindical a los miembros de sus Fuerzas
Armadas y de Seguridad y que como en el caso de Jorge Luis
Borges, muchos hablan de él y pocos lo han leído, lo que
también nos sucede con el mentado pacto y hasta con la propia
Constitución
Nacional
y
la
de
la
Provincia,
o
premeditadamente se omiten sus textos.
ASOCIACION CIVIL ARMADA o FUERZA de SEGURIDAD:
Volviendo al fallo traído en cita, también se aduce
en la demanda, que la naturaleza de la Policía es la de una
"asociación civil", pero no de una "fuerza de seguridad";
indudablemente
fundada
en
una
repetida
y
tradicional
definición; no por ello menos equivocada a nuestro juicio;
reproducida en el art. 1º) del derogado Decreto - Ley
Orgánico 9551/80 y en el art. 3º) de la posterior Ley 12.155
de Organización de las Policías, cuando para intentar
desesperadamente distinguirse de lo militar, se las determina
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como "instituciones civiles
carácter profesional".
armadas,
jerarquizadas
y
con
¡Que galimatías y falta de razonabilidad de una y
otra parte!
Obviamente, no se trata de una "asociación", que es
la: "acción y efecto de asociar o asociarse", que resulta
"dar a uno por compañero persona que le ayude en el desempeño
de algún cargo, comisión o trabajo, etc..."; siendo también
el "conjunto de los asociados para un mismo fin"; según el
Diccionario de la Lengua Española; Real Academia; 20a.
edición y sucesivas; Madrid; 1984; Ed. Espasa Calpe, única
referencia a la cual nos remitiremos, en mérito a ‘brevitatis
causæ’.
Tampoco puede ser simultáneamente civil y armada y
mucho menos agregarle el ser jerarquizada y de carácter
profesional, puesto que por una parte resulta manifiesta su
incongruencia y falta de coherencia y por otra, nos
aproximaríamos
peligrosamente
a
los
lindes
de
las
tipificaciones de algunos de los delitos previstos en los
títulos octavo, noveno y décimo; contra el "Orden Público";
la "Seguridad de la Nación" y los "Poderes Públicos y el
Orden Constitucional" de nuestro Código Penal.
Bastaría
observar
que
"civil",
es
lo
"...perteneciente
...
a
los
ciudadanos...";
"...el
habitante...de Estados modernos como sujeto de derechos
políticos..."; "...la persona, organismo, etc..., que no es
militar o eclesiástico..." y "...las disposiciones que emanan
de las potestades laicas, en oposición a las que proceden de
la Iglesia, y de las referentes a la generalidad de los
ciudadanos, enfrente de las especiales que rigen la
organización militar...", según el mismo Diccionario de la
Lengua Española.
ESTADOS PROFESIONALES, TÉCNICOS y OTROS:
Esto nos llevaría al erróneo concepto; que desde el
punto de vista de la situación personal de los individuos,
sólo existirían dos o tres estados, a saber: a) el ciudadano
o laico; b) el militar; y a lo sumo c) el clerical o
eclesiástico, correspondiente este último a los clérigos o
ministros de cualquier religión reconocida por el Estado.
En su primera acepción, "estado", es definido como:
‘situación en que está una persona o cosa, y en especial cada
uno de los sucesivos modos de ser de una persona o cosa
sujeta a cambios que influyen en su condición’, siempre según
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el Diccionario de la Lengua; lo que por otra parte, cuadra
perfectamente en el “estado civil” de las personas.
En la segunda: ‘orden, clase, jerarquía y calidad
de las personas...’. En la tercera: ‘clase o condición a la
cual está sujeta la vida de cada uno’.
¿Pero entonces, qué es el “estado” desde la
situación personal de los individuos, que hemos planteado?
No es ni más ni menos, que el conjunto de los
deberes y obligaciones; incluyendo las prohibiciones; y de
los derechos y atribuciones que se tienen, por el mero hecho
de ejercer un determinado arte, oficio, industria, técnica,
profesión o cualquier otra actividad, reconocida y regulada,
que por otra parte no son iguales para todos.
Por lo tanto no podríamos continuar negando lo que
resulta ser el particular “Estado Policial”.
El derogado Decreto - Ley Orgánico 9551/80; fijaba
entre otras, como misión de la Policía, el mantenimiento del
"Orden Público", el resguardo de la vida, los bienes y los
derechos de la población, concordantemente con el art. 14º,
apartado I), inc. c) del Dto. - Ley 9550 "del Personal"; que
le impone el deber de: "defender contra las vías de hecho, a
todo riesgo, la vida, libertad, y propiedad de las
personas,... y mantener el orden público..."; que incluso
alguna otra reglamentación, la locución “a todo riesgo”, la
expresaba como: “a riesgo de la propia vida”.
A su vez, el Dto. 9102/74, Reglamentario de la Ley
Orgánica puesto en vigencia por el Dto. 2921/89, actualmente
derogados,
definía
a
la
Policía,
como:
"...organismo
depositario de la fuerza pública...".
Lamentablemente; las sucesoras a las normas legales
citadas; como son la Ley 12.154 de "Seguridad Pública" y
12.155 de "Organización de las Policías"; que no son menos de
once leyes y otros tantos decretos en un plazo de once años
desde aquellas dos hasta el año 2009; pero que en su momento
dejaron expresamente vigentes el anterior Dto. - Ley 9550/80
de
"Personal",
modificatorias
y
Decreto
Reglamentario
1675/80; hasta una nueva legislación y reglamentación; han
introducido a mi parecer, una mezcolanza perversa entre lo
que es "Institución"; "Sistema" y "Organización" en materia
de "Seguridad Pública"; pero han repetido en más o en menos,
los conceptos vertidos en el fallo comentado, según las
normas vigentes a la fecha de su dictado.
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Es decir, un promedio mayor a una ley y un decreto
por año; sin hablar de las resoluciones ministeriales; por lo
que resulta evidente que no existe institución ni organismo
que pueda resistir tal cúmulo de normas; al punto que de
pronto se torna difícil dilucidar cual de ellas es la que
corresponde
aplicar;
además
de
las
contradicciones
e
incongruencias entre las mismas.
Igualmente lo han hecho en lo referente a su
composición, misión, funciones, dirección, funcionamiento,
gestión, control, doctrina y políticas; de lo cual no vamos a
ocuparnos "in extenso" en esta oportunidad, por que nos
alejaríamos del tema central.
A quien desee ahondar sobre estos conceptos me
limitaré a proponerle acudir al ya citado Diccionario de la
Lengua; y a algún Diccionario Jurídico y algún otro de
Ciencias Políticas y Sociales.
Sin embargo recordaremos, que las "Instituciones",
particularmente aquéllas que han perdurado a través de los
tiempos, por más que se pretenda cambiarles de nombre, son
todas buenas y no van a desaparecer por un mero acto
voluntarista de disolución como el del art. 57º de la propia
Ley 12.155.
Quienes las hacemos malas, somos los hombres.
Así y todo, la citada Ley 12.155, en su art. 2º)
dice que las policías que supuestamente crea; como si antes
nunca hubieran existido; tienen por finalidad: "...intervenir
en forma preventiva, disuasiva y/o mediante el uso efectivo
de la fuerza, en protección de los derechos de los
habitantes...".
A mayor abundamiento, en su art. 7º) referido a los
principios básicos de actuación a los cuales deber adecuar
su conducta, dice en su inc. f): "Ejercer la fuerza física o
coacción directa en función del resguardo de la seguridad
pública...; y utilizar la fuerza en medida estrictamente
necesaria..."; el inc. g): "Cuando el empleo de la fuerza y
de armas de fuego sean inevitables,..." y el inc. i):
"Recurrir al uso de armas de fuego...".
Habiendo apelado exclusivamente a definiciones
académicas y a textos legales; sin llegar a hacerlo con las
consideraciones de tratadistas en la materia; si todo lo
explicado no permite deducir que las policías; cualquiera
fuera su denominación; son "Instituciones" depositarias y
representantes de la "Fuerza Pública", brazo armado de la
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ley, auxiliares de la Justicia, garantes de la "Seguridad
Pública", que amerita que se las defina como "Fuerza de
Seguridad", distinguiéndolas de esta forma de lo civil y lo
militar, sin confundirlas entre sí; entonces admitiré mi más
absoluta ignorancia sobre la cuestión.
Cabe acotar aquí, que también existen quienes, en
un afán de jerarquización particular, pretenden distinguir
entre “Fuerzas de Seguridad”; que serían las nacionales, por
que en su momento dependían de las “Fuerzas Armadas” y a su
vez del Ministerio de Defensa y que ahora, como por arte de
magia, resultan dependientes del Ministerio de Justicia,
luego de un breve paso por el del Interior, a las que
afanosamente quería sumarse la Policía Federal, por su
jurisdicción territorial nacional; de las que denominaban, no
sin cierto desdén, “Fuerzas Policiales” por depender de las
Provincias, sin parar en mientes, que tanto las unas como las
otras, tienen básicamente por misión y funciones las mismas,
que son la “Seguridad y el Orden Público”.
Para mayor abundamiento, citaremos al pasar, que el
Ejército siempre le otorgó “Estado Militar” a la Gendarmería
Nacional y que por el contrario, la Marina siempre se lo negó
a la Prefectura Naval, pretendiendo reducirla a un “Estado
Civil”, amén de otras circunstancias particulares de la
anterior Policía Aeronáutica Nacional con relación a la
Fuerza Aérea; ahora Policía de Seguridad Aeroportuaria; la
Policía Aduanera y los diversos Servicios Penitenciarios o
Correccionales Nacionales y Provinciales y aún en su momento
la Policía de los Correos y Telégrafos de la Nación y las
Policías Territoriales, las cuales correspondían a los
Territorios Nacionales, luego provincializados, a lo que
ahora
pretendemos
agregar;
bien
o
mal;
Policías
Metropolitanas
y
pretendidas
policías
municipales
o
comunales.
¿Quién arregla, semejante embrollo?
Conforme a nuestra tradición latina; que poco tiene
que ver con la anglicana y la norteamericana; debe aceptarse
de una vez y para siempre, que lo único que tienen de civil
las “Policías de Estado”; Nacionales o Provinciales, pero
nunca municipales a excepción de la Capital Federal; que como
de costumbre, nos hemos quedado a mitad de camino, por que no
es una Ciudad – Estado; como lo son algunas de Alemania; ni
tampoco un municipio e inventamos lo de “Autónoma”; es que
sus hombres y mujeres, surgidos de la propia sociedad a la
cual sirven y defienden; al igual que los militares; son
ciudadanos con uniforme, pero sometidos a un régimen
disciplinario particular, que en su caso comprende diversas
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sanciones, previstas en varias normas legales como el Dto. Ley 9550/80, (Cap. II); su Dto. Reglamentario 1675/80,
(Título V) y las normas que las han reemplazado; la Ley
12.155, (Libro III); el nuevo Código Procesal Penal de la
Provincia de Buenos Aires, sancionado por Ley 11.922, (art.
298) y el Código Procesal Penal de la Nación, (Leyes 23.984 y
24.121, arts. 159 y 187); amén de las tipificaciones
generales contenidas en el Código Penal y las específicas
contempladas en su Título 11 de "Delitos contra la
Administración Pública".
En cuanto a su equipamiento, las citas efectuadas
del art. 7º) de la Ley 12.155, más lo expresado en su art.
8º), definen claramente que se trata de un armamento limitado
al mantenimiento de la "Seguridad Pública" y por lo tanto mal
se las puede considerar armadas, en el sentido militar que
habitualmente se le da.
Por lo tanto no puede negarse la existencia de un
“Estado Policial”; como así tampoco la existencia de diversos
estados profesionales, como el “Médico”; el “Notarial”; el
“Letrado”; etc…; y tantos otros oficios, artes, industrias,
técnicas y ocupaciones; cada una de ellas con un conjunto de
deberes, obligaciones y prohibiciones y de derechos y
atribuciones particulares, que pueden ser similares, pero
nunca iguales a las de cualquier otro estado y menos aún al
del simple civil.
DEMOCRACIA vs. CORPORATIVISMO y DISCIPLINA:
En el caso judicial traído en cita, se ha planteado
que debe producirse un proceso de "democratización" de las
Fuerzas Armadas y de Seguridad y entonces nos preguntamos:
¿cómo
funcionaría
dicha
"democratización"
con
la
“disciplina”; que es la piedra fundamental de estas
instituciones; sus correspondientes escalas jerárquicas y la
sujeción a un régimen disciplinario particular?
¿La asignación de jerarquías se haría por votación
“democrática” de los componentes de la fuerza, en lugar del
tradicional sistema de calificación por el Jefe Directo; el
del escalón superior y la Junta de Calificaciones o por la
“elección popular”, como se ha propuesto para los Jefes de
Comisaría?
¿O continuaremos; acudiendo a leyes que proclaman
“emergencias”; con el sistema de promociones discrecionales,
por recomendaciones políticas, municipales y legislativas,
sin respeto alguno a las antigüedades mínimas en el grado
anterior y totales en la Fuerza, ni el nivel de capacitación;
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“bendecidas” por algún “dedo mágico” en razón de simpatías
ideológicas o de otro tipo; que han dado lugar hasta tres
ascensos en un mismo año?
¿A cada elemento de conducción, mando o comando; se
le asignaría paralelamente un “comisario político, popular o
comunitario” con poder de veto sobre las decisiones
operativas
y
tácticas
de
su
responsable
técnico
–
profesional?; lo que fue particularmente notable en las FF.
AA; las FF. SS. y otras organizaciones e instituciones de
países de Europa Oriental, durante la IIa. Guerra Mundial; al
punto que fueran suprimidos para luego resurgir; con motivo
de ese deseo de controlarlo todo; hasta la respiración.
¿O esta democratización estará vista con la óptica
de quien fuera el mentor de ese engendro, que a mi juicio es
la Ley 12.154, la cual crea un "Sistema Provincial de
Seguridad Pública", (art. 1º), en la que; en su proyecto
original; integra a los tres Poderes del Estado y a cuanta
dependencia pudiera llegar a tener alguna relación, (art. 5º)
y que afortunadamente fuera observado en algunos de sus
artículos, en el acto de su promulgación; aunque no en todos
los necesarios?
A lo que se agrega, la suma o resta cíclica; según
el humor de a quienes les toca decidir; en un mismo
Ministerio, (art. 8º), materias tan disímiles como Justicia y
Seguridad; al igual que las otras situaciones planteadas; con
las más estrictas formas de cierta “autocracia”, sufrida en
esos mismos países del ESTE europeo durante 70 años, que se
ha derrumbado estrepitosamente en la década de 1990, incluído
el “Muro de Berlín” y que aquí todavía pretende imponer y
reverdecer
cierta
corriente
de
opinión
melancólica,
nostálgica y progresista.
A
la
que
al
mejor
estilo
del
‘cambalache
discepoliano’, amasija promiscuamente a las instituciones
policiales oficiales, con la seguridad privada; la demagógica
participación comunitaria, mediante "foros" departamentales,
municipales y vecinales y "defensores ad - hoc", como si ya
no
existieran
suficientes
fiscales,
procuradores
y
"ombudsman" de todo tipo, (arts. 1º y 5º); para la
formulación, gestión, elaboración, implementación y control
de políticas de seguridad pública, (art. 4º y 7º)
y para
entender e intervenir, evaluar el funcionamiento, solicitar
informes y etc..., etc..., de un modo reconociblemente
corporativista, que nada tiene; por más que lo declame, (art.
3º); de democrático, representativo, republicano ni federal.
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Nos gustaría conocer la opinión de los señores
legisladores y de los integrantes del Poder Judicial y del
Ministerio Público Fiscal, si para con ellos también se
crearan "foros", con las mismas capacidades y competencias.
PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES:
Finalmente
se
citan
derechos
y
garantías
constitucionales, obviamente referidos a los enumerados en
los artículos 14º y 14º bis) de la Constitución Nacional y
sus correlativos 39º, 40º y 41º de la Constitución
Provincial, tocantes al derecho al trabajo; a su protección y
condiciones de dignidad; a la libre asociación y libertad
sindical; a la concertación de convenios colectivos; a la
ocurrencia a la conciliación y al arbitraje; a la huelga y a
las garantías del fuero sindical.
Pero se omite que el goce de tales derechos, lo
conforme a las leyes que reglamentan su ejercicio, según
establece en su inicio el propio artículo 14º citado y que
igualdad de todos los habitantes ante la ley, que consagra
art. 16º del mismo texto constitucional, en realidad lo es
igualdad de condiciones.
es
lo
la
el
en
Ya en sus considerandos, el fallo traído en cita
afirma que: “Es sabido que la ley -en sentido amplio- puede”
“perder vigencia cuando otra posterior lo dice expresamente”
“o también en forma tácita si las nuevas disposiciones son”
“incompatibles con el régimen normativo anterior. Esta”
“última forma de derogación se sustenta en el principio”
“lógico de ‘no contradicción’ ya que no pueden ser
“simultáneamente válidas dos normas contradictorias"; que es
también lo que se conoce como el principio de "ley posterior,
sobre ley anterior".
Continúa expresando: “Empero -como señalan Marty”
“Reynaud – la dificultad existe en determinar, en cada”
“caso, si se da y en qué medida, tal incompatibilidad. Y”
“destacan como ejemplo, que una ley general no implica”
“forzosamente la desaparición de una ley especial más”
“antigua en función del principio: ‘legi speciali per”
“generalem non derogatur’ (‘Droit Civil’, t. I, ed. Sirey,”
“Paris, 1956, 104, pág. 170).”
“Al respecto expresa Ricci: ‘...la nueva ley”
“deroga la anterior cuando regula toda la materia ya”
“regulada por la ley precedente; así pues, si la ley”
“anterior no regulase toda la materia, esto es, si fuera”
“especial, no puede considerarse derogada por la ley general”
“posterior. (`Derecho civil Teórico y Práctico’, ed. La”
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“España Moderna, Madrid, s/d, traducción de Adolfo Posada,”
“t. I, cap. III, 20, pág. 36).”
Para que esto sea más fácilmente comprensible,
sería el caso de nuestros Códigos sustantivos o de fondo,
contemplados en el inc. 12 del art. 75 de la Constitución
Nacional reformada en 1994 y sus consecuentes Códigos de
Procedimientos, adjetivos o de forma, pese a que una estricta
interpretación les daría el mismo nivel legislativo que
cualquier otra ley, conforme al art. 31 de la propia
Constitución, sobre el orden de prelación de las leyes y sin
embargo por lo explicado “ut – supra”; resultaría difícil
negarles una vigencia superior a las restantes.
Continúa el fallo: “Se presenta entonces un”
“problema de interpretación lógica respecto de lo que Alf”
“Ross denomina ‘inconsistencia’ la que se da cuando dos”
“normas imputan efectos jurídicos incompatibles a las mismas”
“condiciones fácticas”.
“En los casos de inconsistencia entre reglas”
“particulares anteriores y reglas generales posteriores la”
“‘lex specialis’ puede, según las circunstancias, prevalecer”
“sobre
la
‘lex
posterior’…(‘Sobre
el
Derecho
y
la”
“Justicia’, ed. EUDEBA, Buenos Aires, 1977, traducción de”
“Genaro Carrió, XXVI, págs. 124 y 127)".
Conceptos estos, que nos permiten introducir la
reflexión propia, de la mala práctica existente en materia de
técnica legislativa, en las derogaciones genéricas, adoptadas
en los últimos artículos de nuestras prescripciones legales,
cuando se dice: "...y toda otra norma que se oponga a la
presente"; cuando lo correcto sería que se fuera específico,
no dando lugar a las interpretaciones y a las eternas
discusiones sobre las mismas.
ESTADO POLICIAL:
Prosigue
el
fallo
estableciendo
que:
"...el vínculo que une al personal de la Policía de la”
“Provincia con la Administración se encuentra regido por”
“estatutos particulares que con sustento en el estado”
“policial y los principios de disciplina y subordinación”
“establecen deberes y prohibiciones que lo diferencian”
“substancialmente de los demás agentes públicos…(ver Dto.”
“Ley 9550/80 de Personal y Decreto Reglamentario 1675/80;”
“Dto. Ley 9551/80 ‘Orgánica’; Decreto 9102/74 ‘Reglamentario”
“de la Orgánica’; Dto. Ley 9538/80 ‘Caja de Retiros,”
“Jubilaciones y Pensiones…’”; a la cual habría que sumar
ahora las Leyes 12.154 de "Seguridad Pública"; 12.155 de
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"Organización de las Policías" y la Nacional 24.059 de
"Seguridad Interior", amén de toda una serie de normas
legales conexas, de las cuales no son las menos importantes
el Código Penal ni los Códigos de Procedimiento en la materia
ni los Contravencionales.
Lo interesante de este fallo, es el reconocimiento
del "estado policial" que le adjudica a cada uno de los
individuos que conforman dicha institución.
En el caso particular de la Policía Bonaerense,
esta definición está dada por el art. 3º del Dto. - Ley
9550/80; cuando dice que: "...es la situación jurídica que
resulta del conjunto de deberes y derechos establecidos por
las leyes y reglamentos para el personal que ocupa un lugar
en las escalas jerárquicas de los Agrupamientos Comando y
Servicios, que integren sus cuadros permanentes o que
proviniendo de los mismos, se encuentren en situación de
retiro…"; que básicamente son los enumerados en los artículos
14º y 15º de su Ley de Personal y sus normas conexas.
En consecuencia debo agregar, que cuando se me
presente un solo civil, que posea el mismo conjunto de
derechos y atribuciones y de deberes y obligaciones que un
policía; a lo cual deben agregarse las prohibiciones;
entonces aceptaré que las instituciones que los agrupan,
resultan civiles.
Del mismo modo lo haré, cuando se me presente un
solo militar, de cualquiera sea la Fuerza a la que
pertenezca, que posea el mismo conjunto de deberes y
atribuciones que un policía, entonces aceptaré que son
armadas; pero nunca podré aceptar que simultáneamente sean
civiles y armadas.
Pero
además,
el
Decreto
6689/63,
en
su
"Considerando", aprecia que: "Que es deber de todo miembro”
“de la Policía de Seguridad, la dedicación completa de su”
“actividad personal al servicio del Estado; Que todo”
“personal dependiente de aquella Repartición, cualquiera sea”
“el Escalafón de revista, esté o no en servicio, tiene”
“‘Estado Policial’; Que tal estado, por el Régimen”
“Disciplinario Administrativo Policial es incompatible con”
“el libre ejercicio de la actividad gremial...".
Al
respecto
el
fallo
conceptúa
que:
"Tal”
“normativa, por sus fundamentos y ámbito de aplicación es"
“indudablemente una excepción al régimen ordinario del”
“empleado público desde que se apoya en las particularísimas”
“tareas que cumple la policía y en su régimen disciplinario”
Autor: Norberto M. Fauroux
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“sujeto a principios diversos al regulado en general para el”
“resto del empleo público".
Continúa reflexionando el fallo traído en cita, que
lo expuesto: "...es coherente con la trasgresión que ha”
“tipificado el art. 58, inc. 11) del Dto. - Ley 9550/80 al”
“prohibir
al
agente
policial:
`acatar
decisiones
de”
“asociaciones gremiales o profesionales contrarias a la”
“prestación normal de los servicios que corresponden a la”
“misión de la Policía, sea ostensible o encubiertamente’";
con lo cual tácitamente, se admite que tales asociaciones
gremiales o profesionales ‘policiales’ podrían existir, pero
no podrían imponer a sus afiliados, medidas contrarias a la
prestación de sus servicios en forma ostensible o encubierta.
Hasta aquí lo que consideramos de "puro derecho".
CUESTIONES DE FONDO:
En cuanto al mérito, conveniencia, oportunidad y
razonabilidad de la sindicalización o agremiación con dichos
fines, del personal policial, otras son las consideraciones a
efectuar y que oportunamente deberán ser escuchadas por las
autoridades competentes, para modificar la legislación
vigente, que por el momento impide o por lo menos dificulta
tal asociación.
En el proceso citado, se argumenta un intento de
jerarquización institucional, al pretender una igualdad de
condiciones de sus integrantes, con los de otras policías más
adelantadas del mundo; entre las que recordaremos solamente
en Europa, a las de España, Francia, Italia, Inglaterra,
Irlanda, Luxemburgo, Bélgica, Holanda, Suecia, Alemania,
Mónaco y Noruega, amén de algunas otras pertenecientes a
otros continentes, contando algunas de estas organizaciones
sindicales con más de cuarenta años de existencia.
En algunos de estos países, son variadas las
organizaciones
policiales,
diferenciándose
por
nivel
jerárquico, agrupamiento y/o escalafón.
Por
distintos.
ejemplo,
en
España
existen
seis
sindicatos
Por lo demás, a modo de ejemplo, nos referiremos
exclusivamente a las situaciones de España y de Francia, que
son
los
países
de
los
cuales
hemos
obtenido
mayor
información.
Autor: Norberto M. Fauroux
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LIBERTAD SINDICAL RELATIVA:
En tales países, el ejercicio del derecho de
sindicalización de los miembros de las Fuerzas de Seguridad;
que no tengan estado militar, se rigen por una normativa
específica, dado su carácter y la organización jerarquizada
de las mismas.
El derecho de libertad sindical comprende el fundar
sindicatos sin autorización previa; aunque sí requiere de su
posterior reconocimiento legal; así como el de suspenderlos o
extinguirlos por procedimientos democráticos, como el de
afiliarse a la organización de su libre elección, con la sola
condición de reunir los requisitos exigidos para integrarlas
y observar sus estatutos; con la opción a renunciar al mismo
y no poder ser obligado a afiliarse a uno en particular.
PARTICIPACION en las CONDICIONES de SERVICIO:
En
las
mismos,
tales
agrupaciones;
legalmente
constituídas; tienen derecho a formular propuestas y elevar
informes o dirigir peticiones a las autoridades competentes,
así como a ejercer la representación de sus afiliados,
participando como interlocutores en la determinación de las
condiciones de prestación del servicio como ser:
•
Jornada ordinaria y máxima, diaria y semanal.
•
Tiempo fijo o estable de obligada concurrencia,
cómputo y recuperación semanal.
•
Pausas durante la jornada.
•
Horas extraordinarias.
•
Incompatibilidades.
•
Dedicación exclusiva, semi - exclusiva o simple y
segunda actividad.
•
Régimen de horario flexible, en cuanto existieran
las
circunstancias
hicieran
posible
horario
fijo,
y
y
medios
de
admitiendo
aparte
de
control
que
lo
tanto
un
especiales
o
entre
los
singulares.
•
Régimen
Autor: Norberto M. Fauroux
de
permisos
y
licencias
ordinarias
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o
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extraordinarias, por enfermedad y vacaciones; por
atención
de
deudos
por
fallecimiento;
por
citaciones judiciales y compensación del tiempo
invertido en las mismas.
•
Relaciones
con
los
medios
a
los
mismos
limitaciones
periodísticos
por
razones
y
de
seguridad.
•
Indemnizaciones.
•
Riesgos profesionales específicos que afectan la
salud.
•
Condiciones
ambientales
de
orden,
limpieza
e
higiene.
•
Medios de protección.
•
Asistencia letrada.
•
Derecho de petición y representación.
•
Derecho de reserva del contenido de los legajos
personales.
•
Empleo, características y normas de utilización
del armamento,
equipos y vestuario provistos y
propios.
•
Subvenciones a las organizaciones sindicales.
•
Tenencia y portación de armas particulares.
•
Plan de carrera y régimen de promociones.
•
Retribuciones.
•
Representación y fuero sindical y desplazamientos
en virtud del mismo.
•
Obediencia
debida
ratificación
cuanto
aquéllas
las
por
y
derecho
cualquier
circunstancias
ordenes
a
medio
lo
sospechadas
solicitar
idóneo,
permitan,
de
sobre
ilegalidad,
ilegitimidad o anti-reglamentarias.
•
Régimen disciplinario.
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en
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•
Capacitación y profesionalidad.
•
Situación
de
particularmente
revista
durante
y
la
remuneraciones,
substanciación
de
actuaciones administrativas y/o judiciales.
•
Edad jubilatoria o de retiro.
•
Relaciones de dependencia con jueces, fiscales y
otros funcionarios judiciales; etc...
DERECHOS y PROHIBICIONES ESPECÍFICAS:
Tienen derecho a celebrar reuniones sindicales en
los locales oficiales, fuera de las horas de trabajo y sin
perturbar la marcha del servicio, previa autorización del
Jefe de Dependencia, quien no puede negarla sin causa
justificada.
También lo tienen para fijar carteleras relativas a
su actividad, fácilmente accesibles al personal, pero fuera
de la visión normal por parte de civiles, no pudiendo
contener difamaciones ni injurias; distribuir sus documentos
y boletines de información, como para consensuar con las
autoridades competentes la determinación de los cauces de
expresión y solución de conflictos y recaudar sus cuotas
sociales.
Igualmente poseen el de manifestarse públicamente
fuera de los horarios de servicio, sin emplear uniformes ni
equipos reglamentarios, ya sean provistos o particulares;
mediante pancartas, carteles, entrevistas periodísticas,
etc..., donde expresen sus reclamos, sin incurrir en
difamaciones ni injurias.
No obstante, tienen interdicción de huelga o de
acciones
sustitutivas
de
la
misma
y
de
actuaciones
concertadas con el fin de alterar el normal funcionamiento de
los servicios, con el objeto de asegurar su prestación
continuada, la que no admite interrupción.
Igualmente se encuentran prohibidas las discusiones
y manifestaciones políticas, religiosas, étnicas, xenófobas o
cualquier otra que resulte discriminatoria.
Quienes
ostenten
cargos
directivos
o
de
representación en el sindicato al cual están afiliados, no
podrán desempeñar simultáneamente en la Administración
Pública, cargos de conducción superior; (equivalentes a
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Comisarios
Generales;
Comisarios
Mayores
y
Comisarios
Inspectores
o
sus
equivalencias
a
Superintendentes
o
Directores Nacionales o Provinciales; Directores Generales y
Directores).
PRESTACIONES:
Por su parte, estas organizaciones sindicales
ofrecen a sus afiliados: a) Asesoría Jurídica Integral;
b) Asesoría Técnica; c) Seguro por Suspensión de Empleo y
Retención de Haberes; d) Fondo Solidario de Ayuda Mutua, para
paliar eventos que no se encuentren cubiertos por otros
seguros; e) Seguro por Accidentes; f) Servicios Sociales,
contemplando Cooperativas para Viviendas; g) Préstamos
Personales para consumo y para la Adquisición de Automotores
y otros bienes de capital; h) Acción en favor de la Juventud
y la Niñez, para hijos de los afiliados, contemplando
campamentos, residencias, actividades deportivas, etc...;
i) Capacitación y Formación, para los propios afiliados y su
núcleo familiar, para facilitar su acceso a Institutos
Terciarios y Universitarios y a empleos en la Administración
Oficial, especialmente en Seguridad Pública o también en la
Seguridad Privada u otro tipo de empresas.
ASISTENCIA contra la SUPERIORIDAD ARBITRARIA:
Generalmente, además de todo lo ya expresado,
apuntan a brindar asistencia a los subordinados y subalternos
contra los abusos que pudiere cometer el personal superior,
siempre difíciles de probar por la estructura vertical y
piramidal de estas instituciones.
Tal sería el caso del uso arbitrario de poderes
disciplinarios, sin guardar las formas reglamentarias o de
dudosa razonabilidad o la parcialidad en la investigación de
transgresiones; la incorrección en el trato, la vejación,
injurias,
agravios,
desafío,
difamación
o
perjuicio
arbitrario y las vías de hecho; la encomienda de tareas no
autorizadas o anti-reglamentarias; la formulación de falsas
imputaciones, críticas ofensivas o comentarios maledicientes;
la falta de respeto o consideración hacia centinelas,
imaginarias,
consignas
o
custodias;
la
revocación
injustificada de sanciones impuestas o solicitadas por
subalternos o la aplicación de las mismas sin causa
acreditada; la obstrucción en cualquier forma del trámite de
un recurso, reclamo o petición reglamentaria; la calificación
manifiestamente injusta por negligencia o con deliberado
ánimo de favorecer o perjudicar.
Igualmente correspondería, ante la negativa al goce
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de derechos constituídos, como el destino y el cargo
correspondiente a la jerarquía, escalafón y especialidad que
se ostenta; la asistencia médica y letrada reglamentaria que
corresponda y los servicios asistenciales conforme a las
normas correspondientes.
CONCLUSIONES:
Obviamente, esta inquietud de sindicalización o
agremiación, resulta loable y digna de ser considerada
debidamente, pero no es menos cierto que con la legislación
vigente, resulta seriamente dificultosa.
Intentamos ser objetivos, pero no podemos dejar de
estar asombrados y acongojados ante el proceso de mutación
que sufren las Instituciones Policiales y que no termina de
cumplirse, ya que continuamente se modifica la legislación y
las reglamentaciones específicas que las regulan y sus
estructuras
orgánicas
y
relaciones
de
dependencia
Ministerial,
colmado
de
personal
civil
contratado
y
burocrático; con lo cual no hay organización que lo pueda
soportar; sin contar los sucesivos cambios en su conducción
superior ni la falta de normas y protocolos operativos,
necesarios a su correcto y eficaz funcionamiento.
Evidentemente, somos particularmente responsables
quienes en algún momento de nuestra historia policial,
llegamos a Oficiales Superiores, por que como dijo algún
político ‘no supimos, no pudimos o no quisimos’, en el
momento adecuado, introducir las modificaciones necesarias a
la preservación de la Institución, por egoísmos y ambiciones
personales,
por
amiguismos
o
por
culpa,
negligencia,
imprudencia, impericia o incumplimiento de los deberes de
nuestro cargo; aunque nadie nos lo demande.
Esto es lo que ha conducido a una crisis de
liderazgo, a la cual no ha contribuído poco la decapitación
que se efectuara mediante las leyes 11.880 y 12.056 de
emergencia y prescindibilidad, por el mero hecho de haber
alcanzado la jerarquía de Oficial Superior, aduciendo la
necesidad
de
un
corte
horizontal,
sin
analizar
individualmente
cada
caso,
privándose
de
excelentes
funcionarios
y
con
experiencia,
que
hubieran
podido
contribuir eficazmente a la reestructuración; de la cual no
me aparto de su necesidad, pero por otras vías que las
elegidas.
Resulta más que evidente, que luego de la
guillotina se ha acudido a la dádiva, en forma de ascensos y
designaciones indiscriminadas, sin ninguna clase de respeto
Autor: Norberto M. Fauroux
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por las normas que regulan la "Superioridad Policial"; las
"Calificaciones y Ascensos" y los “Tiempos Mínimos y Máximos”
en cada jerarquía y en la totalidad de la carrera.
Ante la falta de conducción, se propaga la
inconformidad y la desmoralización, que resultan malas
consejeras, acompañados por la ansiedad, la intranquilidad y
el temor, ya que se enfrenta a la inestabilidad en todo
sentido.
Continuamos siendo una Institución en crisis;
sospechada
inveteradamente
al
generalizarse
situaciones
individuales y particulares; sin vocación ni amor a la
profesión, a la cual mayoritariamente sólo se ingresa, cuando
no es por tradición familiar, por resultar un medio de vida o
supervivencia, por lo que se carece de mística, de doctrina y
mal
pueden
entonces
instrumentarse
ninguna
clase
de
políticas; desnudando sus falencias estructurales.
No
serán
ingenuos
hombres
o
supuestamente
iluminados laboratoristas de gabinete, acompañados por otros
tantos idiotas útiles, quienes puedan pretender modificarla,
vaciándola de esencia y contenido, al punto de su casi
extinción o aniquilamiento, sin darse cuenta que antes o
después deberán reemplazarla por otra u otras, que quizás
resulten peores que la anterior.
Podría resultar, que ante la falta de respuestas
por parte de la conducción superior; tanto política como
institucional; a todas las inquietudes planteadas, que fuera
el motivo por el cual surge esta inquietud gremial, quizás
como tabla de salvación.
Naturalmente, algunos de quienes aspiren a ser sus
dirigentes, tratarán de ocupar los vacíos de los espacios de
poder señalados, identificándose como caudillos visibles de
tales reclamos, tras los cuales inevitablemente se ocultarán
algunos otros en pos de sus propios intereses, a lo que nos
tiene acostumbrados alguna clase de organizaciones en nuestro
país, que bajo el rótulo de gremiales o profesionales,
pretende agrupar trabajadores de una u otra rama laboral.
Ante
tales
carencias
no
me
parece
mal
la
sindicalización policial; siempre y cuando se ajusten a las
pautas descriptas en los capítulos de "Libertad Sindical
Relativa"; "Participación en las Condiciones de Servicio";
"Derechos y Prohibiciones Específicas"; "Prestaciones" y
"Asistencia a la Superioridad Arbitraria"; correspondientes a
organizaciones como las españolas o las francesas.
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Retumba todavía en mis oídos, cuando años atrás en
unas “Jornadas de Actualización Policial” realizadas en la
Escuela “Juan Vucetich” de la Policía de la Provincia de
Buenos Aires; el Agregado de Cooperación Técnica a la
Embajada de la República Alemana en nuestro país; quien era
un Oficial Superior de la Policía Federal de ese país; al
iniciar su exposición, nos preguntó a la audiencia; entre
quienes nos encontrábamos magistrados del fuero penal,
catedráticos de la Facultad de Derecho de la Universidad
Nacional de La Plata, profesores de los institutos policiales
y personal superior de la fuerza; ‘si en la Argentina
queríamos tener una buena policía’.
Por supuesto, la aclamación masiva fue: Sí!
Su respuesta
¡Páguenle bien!
fue
precisa,
concreta
y
concisa:
Desde luego; por que de esa manera se recupera la
capacidad de selección, de la cual desde hace muchos años se
carece, agobiados por cubrir las vacantes de cualquier forma
que sea.
Es claro que si se ofrece un trabajo riesgoso, con
un mínimo de ocho horas diarias de labor, seis días a la
semana,
desprestigiado,
mal
remunerado,
que
para
complementarlo se debe recurrir a las horas por ‘Compensación
por Recargo de Servicio’ (CORES); en buen romance, “pago en
negro”
por
parte
del
propio
Estado,
que
ahorra
su
contribución a los servicios sociales y a los haberes de
retiro; otras cuatro horas; y a algún ‘Servicio de Policía
Adicional’ (POLAD); pagado por el contratante, pero en las
mismas condiciones que el anterior; otras cuatro horas de
servicio, cual podrá ser el resultado.
A ello debe agregársele, la discrecionalidad en la
asignación de esas “horas extras”, al superior jefe de
dependencia; lo que provoca si no una fuente de corrupción,
sí por lo menos de corruptela.
Todo esto hace que el efectivo se encuentre un
mínimo de doce horas diarias fuera de su hogar, a lo que debe
sumarse el tiempo de viaje del domicilio al destino y
viceversa, con lo cual contribuímos a la destrucción de la
familia; por ausencia de la figura paterna y del cónyuge o
compañero.
A su vez, la fatiga residual que esta labor
provoca, explica la falta de reflejos ante una situación de
peligro para sí o para terceros, generalmente con trágicas
Autor: Norberto M. Fauroux
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consecuencias.
Es evidente entonces, que existen dirigentes o
conductores, a quienes no les interesa tener una policía bien
paga y capacitada y mucho menos, que sea sindicalizada o
agremiada, por que así siempre dispondrán de un “chivo
expiatorio” por la “inseguridad”.
Pero además, remedándolo al periodista Alfredo
Leuco, en un reciente ciclo sobre “Ética y Libertad de
Expresión”; también dispondrán de un “perro faldero”, que
asume una actitud de subordinación y dependencia absoluta,
que “chupa medias”, que “mima” y se deja acariciar, hasta que
le llega el premio de la “comida”, vaya a saberse en que
forma.
Otro estilo, que podría acompañar al anterior,
sería el del “perro cirquero”, que privilegia las volteretas
de los saltimbanquis, buscando el asombro por el espectáculo
más que la verdad.
Evidentemente, no se quiere que las ‘Fuerzas de
Seguridad’, sean un verdadero “perro de vigilancia”; con el
expreso perdón de la expresión, que lo es al solo efecto
comparativo; desarrollando unas rigurosas mirada, olfato y
oído, para controlar y resguardar a toda la sociedad,
poniendo de manifiesto cualquier tipo de corrupción y de
corruptelas y de atentados a los derechos ciudadanos y a las
libertades, con cierta cruza de “perro lazarillo”, ayudando a
ver y aportar luz, para que los habitantes de nuestro querido
país, puedan transitar por la peligrosa selva en que se ha
convertido, con el objeto de mejorar el nivel de vida de
todos.
Lo que creo, es que frente a nuestra situación
social, económica, política, institucional, educacional y
demás
ingredientes
de
nuestra
realidad;
la
sociedad
argentina, las ‘Fuerzas de Seguridad’ de nuestro país y sus
integrantes, deben prepararse ampliamente para saber absorber
el significativo cambio que representará su sindicalización o
agremiación, que será inevitable con el transcurso del
tiempo, sin que el mismo se desmadre, con consecuencias
imprevisibles.(*) Licenciado en Criminalística, egresado de la Facultad de
Derecho de la U. B. A. en 1977.o Ex – Comisario Inspector (J) y Director de Planificación
de la Policía Bonaerense.-
Autor: Norberto M. Fauroux
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o Ex - Profesor Titular (i) de "Delitos en el Tránsito;
Derecho de la Circulación y Accidentología" en la
Licenciatura en Criminalística y en el Curso Profesional
Orientado (C. P. O.) de la carrera de abogacía de la
Facultad de Derecho de la U. B. A.o Ex - Profesor Titular de "Investigación Criminal";
"Historia Institucional", "Relaciones Institucionales" y
“Organización y Doctrina” en la Escuela “Juan Vucetich”
y en la Ex - Escuela Superior de la Policía Bonaerense.o Actualmente, Profesor en las Facultades de Arquitectura
y Urbanismo y de Derecho de la Universidad de Morón y en
la Facultad de Derecho de la Universidad FASTA (Sto.
Tomás de Aquino) de Mar del Plata.-
Autor: Norberto M. Fauroux
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