5. CONCLUSIONES El capitulo presenta una discusión de los resultados del presente estudio, así como los que obtuvieron otros autores al efectuar estudios relativos a Burnout y Engagement. Igualmente, en la sección de recomendaciones se describen pautas para futuros análisis de los temas tratados en éste estudio. 5.1 Discusión A continuación se describen los resultados obtenidos para Burnout y en la siguiente sección (5.1.2), los relativos a Engagement, y se comparan con los obtenidos en otros estudios. 5.1.1 Burnout Una conclusión en relación a la confiabilidad es que el MBI-GS presenta debilidades (la dimensión de RP se desdobló en dos factores y el item 13 puede ser ambivalente y poco consistente), y los resultados obtenidos no apoyarían la estructura trifactorial de la escala propuesta por Maslach (1986). Alguna de estas debilidades serían propias del instrumento, no específicas de la traducción (Gil-Monte, 2002). El instrumento con los 16 ítems del MBI-GS reúne parcialmente los requisitos de validez factorial y consistencia interna como para ser empleado en la estimación del Burnout. No obstante, hay que tener presente que los resultados pueden estar influidos por las particularidades de la muestra utilizada para la validación (está compuesta por edades de 26 a 58 años, y antigüedad laborales de 1 a 28 años), por ello deben ser replicados en futuros estudios mediante análisis factorial confirmatorio. Considerando la eliminación del ítem 13, se concluye que las pruebas de confiabilidad reflejan consistencia interna aceptable y coherencia en las respuestas. La estructura trifactorial ajustada, no es similar a la mencionada por Maslach et al (1986), lo que podría sugerir, entre otras cosas, que la estructura factorial de la versión en español del MBI-GS (con 16 ítems), no es similar a la estructura factorial de la escala original. Sin embargo, éstos resultados deben ser analizados mediante estudios factoriales confirmatorios, pues el hecho de que la dimensión de Realización Personal se haya replicado en dos factores (en la solución tetrafactorial, tabla 4.15), puede suponer una debilidad de la traducción al español, incluyendo el hecho de que el Factor I y IV están mezclados en la solución trifactorial ajustada, lo que implica que cargas factoriales de ítems de RP (Factor III) están saturando junto con cargas factoriales de ítems de CI (Factor I). No obstante lo mencionado en el párrafo anterior, un análisis detallado de los hallazgos relacionados con las dimensiones del Burnout, el análisis factorial apoya parcialmente la estructura trifactorial propuesta por los autores del MBI-GS (Schaufeli et al, 1996). En el presente estudio, el factor I corresponde a la dimensión de Cinismo (CI). Después de la eliminación del ítem 13, el índice de consistencia interna aumentó a un nivel adecuado y ligeramente superior al encontrado por Maslach et al (1986), sin embargo no se constituyó de manera unidimensional por los ítems pertenecientes a ésta dimensión, por lo que la propuesta hecha por Schaufeli et al (1996) en relación con la composición de CI, no fue comprobada en nuestro estudio. Otro problema presentado en CI, fue que los ítems 5, 6, 7 y 12 cargan significativamente a éste factor, y pertenecen a la dimensión de Realización Personal (5, 7 y 12) y Agotamiento Emocional (ítem 6). Los cuatro ítems muestran una correlación aceptable con el factor de CI. El Factor en referencia (CI), por ser el primero del análisis factorial, fue el que más varianza explicó (tabla 4.10) con el 24.29%, sin embargo, fue el que más dificultades presentó. Al analizar el contenido de los ítems 5, 7 y 12, se puede observar que los tres se caracterizan por suponer, en general, el cumplimiento de algo en la organización: “Pienso que puedo resolver con eficacia los problemas que me surgen en el trabajo”, “Pienso que estoy haciendo una contribución significativa a los objetivos de la organización” y “Creo que he logrado muchas cosas que valen la pena en éste trabajo”, y su redacción está en un sentido positivo, es decir, a mayor puntuación, mayor nivel alcanzado en la dimensión que se pretende medir. El hecho de que las cargas factoriales asociadas a los ítems anteriormente referidos sean negativas, sugiere que están inversamente ligadas a la dimensión de CI, lo que supondría en un momento dado, que no pertenecen a ésta dimensión y su saturación podría deberse a las características propias de las respuestas de la población, toda vez que en la solución tetrafactorial saturan en el Factor IV. No obstante, el ítem 6 “Me siento quemado por el trabajo”, escrito en sentido negativo, al igual que todos los ítems de CI, y cuya carga factorial es de 0.58, menor a las obtenidas por los ítems pertenecientes a su dimensión (AE), supone que la percepción del directivo o mando medio entrevistado, es que no se siente agotado por el trabajo emocional o físicamente, sin embargo, reconoce cierto desgaste en las relaciones interpersonales. Ésta suposición viene del hecho de lo que las dimensiones de Burnout pretenden medir, y del análisis de consistencia interna en el presente estudio (tablas 4.2, 4.3 y 4.5), o bien, se debe a las características propias de las respuestas de la población en estudio. Shirom y Shmuel (2002) argumentan que CI no sería un componente necesario para medir Burnout, ya que sostienen que el factor AE basta por si solo para explicar el síndrome. Los aspectos evaluados por los otros componentes estarían contenidos indirectamente en dicho factor (AE). En este estudio se aprecia que si bien CI explica mayor varianza que AE, la estructura de los ítems propuestos por los autores para CI no se reprodujo a cabalidad, lo que comprueba parcialmente la existencia de un aspecto interpersonal del síndrome. El factor II, cuya consistencia interna fue de 0.84, debajo de la observada por Maslach (0.90, 1986), corresponde a la dimensión de Agotamiento Emocional, y se encontró apoyo parcial a la propuesta planteada por Schaufeli et al (1996), debido a que se constituyó por los ítems 1, 2, 3 y 4, faltando únicamente el ítem 6. Éste último ítem, como se explicó en el párrafo anterior, satura positivamente en la dimensión de CI, Factor I. Por otra parte, la varianza explicada por el factor de Agotamiento Emocional (19.74%, tabla 4.10), no es congruente con la mayor parte de las investigaciones, las cuales muestran a AE como el primer factor (Gil-Monte y Peiró, 1999; Schwarzer et al, 2000); sin embargo el porcentaje de varianza tiene menos de dos puntos porcentuales de diferencia con el primer factor del presente estudio (CI). Los estudios de los autores anteriormente mencionados, han interpretado a ésta dimensión (AE) como el componente más relevante para explicar el síndrome y evidencia la necesidad de revisar las otras dimensiones para saber qué ítems o factores no son esenciales en su medición. De la misma forma, los hallazgos de este trabajo apoyan parcialmente los resultados obtenidos por Maslach et al (2001), además de diversos autores que plantean que éste factor (AE) es el núcleo y clave del síndrome (Um et al, 1998; Halbesleben et al, 2004; Burke,1996). Lo anterior, básicamente por ser el factor II, no obstante explica dos puntos porcentuales menos varianza que el Factor I. Así mismo, los resultados no aportan evidencias que apoyan el modelo de proceso de Leiter (1988b), el cual señala que Agotamiento Emocional es una dimensión muy relevante y que daría paso o causaría a las otras dos dimensiones. El factor III, cuya consistencia interna fue de 0.76, mayor que la observada por Maslach (0.71, 1986), corresponde a la dimensión de Realización Personal, y se encontró apoyo parcial a la propuesta planteada por Schaufeli et al (1996), debido a que se constituyó por los ítems 9, 10, 11, 12 y 16; y deberían ser los ítems 5, 7, 10, 11, 12 y 16. Los ítems 5 y 7, como se explicó en párrafos anteriores, saturan negativamente en la dimensión de CI, Factor I. Asimismo, el ítem 9 satura negativamente en éste Factor, sin embargo corresponde a CI. El MBI-GS es un instrumento que obtiene indicadores satisfactorios, sin embargo se hace palpable la necesidad de revisar sus factores para realizar mejoras que puedan asegurar su reproductibilidad en otros datos. Es importante observar el hecho de que los datos del presente estudio fueron obtenidos de la población total. Del análisis de párrafos anteriores, tanto la consistencia interna de los ítems, así como la solución trifactorial deberán ser interpretados con cautela, básicamente por la débil correlación mostrada por el ítem no.13, que como ya se mencionó en la sección 4.1.1.1, ha causado problemas en varios estudios realizados. Excluyendo dicho ítem, se encuentra apoyo parcial a las dimensiones de AE y RP propuestas por Schaufeli et al (1996), más no así con CI. Por lo anteriormente expuesto, se evidencia la necesidad de revisar la escala de Cinismo, dado que en otros estudios se ha encontrado que este factor es inadecuado (sección 4.1.1.1). Así mismo, puede ser muy recomendable que se compruebe, en futuras investigaciones, si las variables que se han estudiado como relacionadas con el síndrome (tales como demográficos, tipos de personalidad, tipo de organización, entre otros) se asocian sólo a un factor, o dos o apoyan a la solución trifactorial. De este modo, al primar un criterio de parsimonia, si la mayor parte de los factores que se relacionan con el síndrome se asocian mayormente al factor de Agotamiento Emocional, entonces no sería necesario evaluar el componente de Cinismo para obtener un buen indicador del síndrome. 5.1.2 Engagement El análisis de fiabilidad del instrumento utilizado para medir Engagement, mostró una consistencia interna muy satisfactoria y similar a la obtenida por otros autores. La correlación inter-item (tabla 4.17) mostró correlaciones aceptables para la totalidad de los ítems. Asimismo, la correlación ítemtotal/subescala (tabla 4.18), mostró que cada ítem estaba correlacionado satisfactoriamente con la subescala correspondiente (mayor que 0.35). La eliminación de algún ítem en cualquier escala de Engagement no aumentaba significativamente el alfa de Cronbach (tabla 4.18). Asimismo, el alfa de Cronbach por subescala (tabla 4.20) muestra 0.87 para Vigor,0.89 para Dedicación y 0.73 para Absorción, valores muy similares a los obtenidos por Salanova (2006), 0.84, 0.90 y 0.79 respectivamente. Por lo anteriormente expuesto, se concluye que las pruebas de confiabilidad reflejan consistencia interna aceptable y coherencia en las respuestas. Asimismo, como se observó en la sección 4.2.2 relativa al análisis de la matriz de correlaciones, ésta mostró un índice de KMO de 0.906, y la prueba de esfericidad de Bartlet rechazó la hipótesis de que la matriz de correlaciones era una matriz identidad, asimismo, el determinante de dicha matriz es casi cero. En virtud de dichos resultados, se prosiguió con el análisis factorial respectivo. Derivado del análisis factorial realizado, éste describió una estructura bifactorial (tabla 4.30), en la que en el Factor I saturaron de manera unidimensional los ítems correspondientes a las dimensiones de Vigor y Dedicación descritas por Salanova et al (2000), es decir, los ítems 1al 5 (Vigor) y 6 al 10 (Dedicación), asimismo saturó positivamente el ítem no.12 de la dimensión de Absorción. La estructura bifactorial descrita, no concuerda con la propuesta hecha por Salanova et al, en relación con la estructura trifactorial de Engagement. No obstante lo anterior, de acuerdo con Sonnentag (2003) varios estudios fallaron en revelar la estructura trifactorial propuesta por Salanova et al (2000) y Maslach et al (1997). Asimismo, Demerouti y Bakker (in press) proponen una estructura de dos factores para Engagement llamados vigor y dedicación. Otros estudios han confirmado la estructura bi-factorial en Alemania (Demerouti, Bakker, Nachreiner & Ebbinghaus, 2002; Demerouti, Bakker, Nachreiner & Schaufeli, 2001), Estados Unidos (Halbesleben & Demerouti, 2005) y Grecia (Demerouti, Bakker, Vardakou & Kantas, 2003). Por otra parte, la solución trifactorial ajustada (tabla 4.31) replicó al Factor I exactamente como se describió en la solución bifactorial, es decir, con los ítems correspondientes a las dimensiones de Vigor y Dedicación descritas por Salanova et al (2000), y asimismo saturó positivamente el ítem no.12 de la dimensión de Absorción. Sin embargo, a diferencia de la estructura bifactorial, en la que la dimensión de Absorción saturaba en el Factor II, en ésta estructura de tres factores, dicha dimensión se replica en dos factores, II y III, en los que los ítems 14 y 15, saturan positivamente al Factor II y los ítems 11 y 13 lo hacen en el Factor III. Por lo anteriormente expuesto, no podemos apoyar la estructura trifactorial propuesta por Salanova et al (2000), ni la composición de de sus dimensiones. Sin embargo, la investigación de éste constructo debe ser replicada en poblaciones similares. Burke (2006) menciona que la definición de engagement requiere que los investigadores prueben y contrasten las implicaciones de la definición y sugiere medir engagement con el MBI-GS de 16 ítems (utilizado en el presente estudio para medir Burnout). Lo anterior se lograría con bajas puntuaciones en Agotamiento Emocional y Despesonalización, así como con altas puntuaciones en Realización Personal; esto conllevaría contrastar la propuesta de Maslach (1997) de que engagement es solo el polo opuesto de un mismo conitnuo. Sin embargo, Schaufeli (2001) menciona que medir engagement con el mismo instrumento tiene ciertas desventajas, por lo que propuso que éste constructo no es el polo opuesto de Burnout, sino la antítesis, y como tal, forma parte de un constructo diferente. Un propósito subyacente del presente estudio es que se pretendía comprobar la propuesta hecha por Salanova (2000) y Schaufeli (2001) de que engagement es la antítesis de Burnout, lo cual se hubiese logrado de haberse confirmado de manera unidimensional las propuestas trifactoriales de los constructos en estudio, Burnout y Engagement. Leiter (citado en Burke, 2006) menciona que el concepto de engagement precisa de mayor definición, y desde luego, mayor estudio. 5.2 Recomendaciones Entre aquellos aspectos generales que se recomienda revisar en futuras investigaciones, se encuentra la necesidad de mejorar el contenido de los ítems, como lo sugiere Barnett (1999). Grajales (2000) encontró problemas de doble negación en el ítem 15, y en nuestro estudio se observó ambigüedad en el ítem 13 de Burnout. Como se discutió y concluyó anteriormente, dicho ítem podría ser considerado como algo positivo, o incluso negativo. Asimismo, se observó que la dimensión de Realización Personal debe ser revisada dado que tiende a dividirse en subfactores o en factores. Lo anterior no es una novedad puesto que también otros estudios (Byrne, 1993; Lee & Ashforth, 1996) han mostrado que la dimensión de RP aparece “mezclada” con las otras dos dimensiones de Burnout. Asimismo, las características intrínsecas de la población bajo estudio, cuyo hecho de tener gente a su cargo, podría estar afectando la respuesta del directivo ó mando medio, y a su vez la composición del factor. Igualmente, futuros estudios relacionados con Engagement deberán ser llevados a cabo en poblaciones similares, y contrastar la propuesta trifactorial hecha por los autores del instrumento, toda vez que no se detectó anomalía alguna en su medición. Sin embargo, como Sonnentang (2003) afirma, el concepto de Engagement necesita ser mayor estudiado, al menos en la República Mexicana, y específicamente, en un contexto gubernamental. Aún así, la investigación de Burnout y Engagement deben ser consideradas como un fenómeno psicosocial, observando todas las posibles consecuencias que conllevaría el identificar los factores psicosociales que atraviesa cada nivel de la organización. Las futuras iniciativas deben estar conscientes del compromiso que la investigación del tema tiene con el logro de un trabajo decente para los distintos grupos que integran una organización. Como ya se describió en la sección 1.9, una limitante de este estudio es el ser de carácter transversal (un momento en el tiempo). Una necesidad imperante para aportar evidencia empírica de los constructos estudiados en el presente trabajo y ayudar en la prevención del síndrome en este colectivo, es contar con estudios longitudinales (dos momentos del tiempo). No obstante, esta investigación puede servir como punto de partida para una investigación que comprenda varias etapas en la vida laboral de los mandos medios y directivos de cualquier dependencia gubernamental.